Estrategias y Tácticas de Litigación Juan F Gomez Urso
Estrategias y Tácticas de Litigación Juan F Gomez Urso
Estrategias y tácticas
de litigación
SISTEMA ACUSATORIO.
CÓMO AFRONTAR Y PREPARAR UN CASO.
CÓMO INVESTIGAR, IMPUTAR, DEFENDER, PROBAR
Y VALORAR EN EL PROCESO PENAL.
CLAVES PARA LA PRÁCTICA JUDICIAL
EN ANEXO
ORGANIZADOR
VISUAL EN hammurabi
CUADRO SINÓPTICO JOSE LUI S DEPALMA EDITO R
ESTRATEGI.AS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN
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deFERNANDO LUCAS DEPALMA
Estrategias y tácticas
de litigación
SISTEMA ACUSATORIO.
CÓMO AFRONTAR Y PREPARAR UN CASO.
CÓMO INVESTIGAR, IMPUTAR, DEFENDER, PROBAR
Y VALORAR EN EL PROCESO PENAL.
CLAVES PARA LA PRACTICA JUDICIAL
EN ANEXO
ORGANIZADOR
VISUAL EN
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hammurabi
CUADRO SINÓPTICO JOSE LUIS DEPA LMA ED ITOR
ÍNDICE GENERAL
ABREVIATURAS 11
CAPfTULO I
LINEAMIENTOS INICIALES
§ l. Introducción 13
§ 2. ¿Aquéllamamosteoriadelcaso7 14
§ 3. Noexísteel"casoperfecto" --------------------------------- 17
CAPÍTULO 11
LOS HECHOS
§ 4. Elpunto departida _ 21
§ s.
Hechos relevantes 22
§ 6. Mutabilidad 24
§ 7. Plasticidad __________________________ - -- ------- ------- 27
CAPÍTULO 111
LA IMPUTACIÓN
§ 8. El veh iculo _ 29
§ 9. lmputaciónydef ensaenjuicío 30
§1 o. El saber penal 31
CAPÍTULO IV
EL PROCESO
§ 11. El GPS físico 33
8 INDICE GENERAL
CAPITULO V
EL MODELO CONSTITUCIONAL
§ 14. EIGPSpolltico 37
§ 15. la Constitución Nacional como patrón Interpretativo 38
§ 16. El proceso como garantía 39
CAPITULO VI
PRINCIPIOS RECTORES
§ 17. la concreción del GPS político ______________________________ _ 41
§ 18. l egalidad y reserva de ley 42
§ 19. Juiclo previo 46
§20. Defensa en juicio __ _ __ _ 47
§2 1. Presunción jurldica de inocencia _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ________ _ 49
§22. Juez natural 50
§23. Imparcialidad del tribunal 51
§24. Motivación republicana 52
§25. Plazo razonable _ _ 55
§26. Doble instancia 57
§27. Prohibición de autoincriminaclón 57
§28. lncoercibilidad del imputado 58
§29. hwiolabilldad del domicilio _ _ __ 59
§30. Derecho a ser ofdo 60
§ 31. Intimación necesaria 62
§32. Objeto procesal 64
§33. Congruencia 65
§34. Prohibición de múltiple persecución 67
§35. Publicidad y oralidad del juicio 68
§36. Examen de testigos 70
§37. In dubio pro reo y carga de la acusación 71
§38. El juez conoce el derec.ho _________________________________ _ 72
§39. Prohibiciones probatorias y prueba ilfcita 73
§40. Igualdad procesal 75
§4 1. Libertad ambulatoria 76
§42. Dignidad de la persona __________________________________ _ 78
§43. Intim idad _______ _ 80
§44. Igualdad ante la ley 81
§45. Propiedad privada 83
§46. Razonabilidad _______________________________________ _ 84
§47. Necesidad __________________________________________ _ 86
§48. Proporcionalidad 87
§49. Judicialidad 89
INDI CE GENERAL 9
CAPÍTULO VII
LA PRUEBA
CA PÍTULO VII I
LA PLANIFICACIÓN
AN EXO
ORGANIZADOR VISUAL EN CUADRO SINÓPTICO
139
tJts. tomo/tomos
UNESCO United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organization (Organi zación de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura)
CAPITULO 1
LINEAMIENTOS INICIALES
§ 1. INTROOUCCIÓN
Las líneas que siguen constituyen un plan de trabajo posible en el marco del en•
juiciamiento penal. Un plan de traba jo que aspira a cubrir técnicamente aspectos
estratégicos y probatorios, tanto para las partes (acusadores y defensores), princi-
pales protagon istasdel modeloadversaria 1, como para los jueces al momentode de·
cidir.
Desde otra perspectiva, con menoir énfasistécnico y teórico, al menos en los ale-
gatos respectivos, dicho esquema debe aplicarse aun en losjuicios por jurados.
Se trata, por sobre todas las cosas, de un plan de trabajo basado en la técnica le•
gal, en distintasteoriasysaberes(gen eral del derecho, constitucional, del delito, de
la argumentación, de la lógica, etcétera) y en la práctica judicial, ordenado de mo-
do gradua I y progresivo, de manera ta I de cubrir todas y cada una de las etapas y de
lasalternativas de I proceso, tanto ora les como escrita.s, tanto en la investigación co·
mo en el debate.
Dada la evolución de los modernossistemas procesa les-por ejemplo, en Nación
según el CPPN (ley 27.063}, Santa Fe, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chubut y
provincia de Buenos Aires-, que ha inspirado y promovido cambios en la legisla•
ción loca l, el programa que aqui se propone se orienta según el mecanismo del pro-
ceso acusatorio.
Aunque valga señalar, de acuerdo con Hidalgo Murillo, que "[s]i la teoría del ca·
so permite,desdela primera hipótesis.de investigación hasta laúltima de acusación,
definir detalladamente los hechos para adecuar según losmismos el hecho delicti•
vo, y con él, los medios de prueba con que se cuentan para demostrarlo, es posible
que la t eoria delcaso-€se di Iucidar ordenadament e la cuestión fáctica, la cuestión
jurídica y la cuestión probatoria-sea considerada una técnica para argumenta rso·
bre el hecho, el derecho y la prueba, ya que, como se ha dicho, ese objetivo es pro-
pio de cualquier investigación, yen consecuencía, lo fue igualmente de la averigua-
14 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
ción previa, es decir, la teoria del caso no es un 'invento' del sistema acusatorio, co-
mo no es una figura procesal sino estratégica"1.
En este sentido vale una aclaración sustancial, si bien cada operador debe cono-
cer y manejar el Código adjetivo y las leyes pertinentes que correspondan a su ám-
bito de injerencia, lo cierto es que, para ingresar al campo de la litigación y de la te-
oría del caso, la adquisición y desarrollo de destrezas yhabilidadesse logrará solo si
se comprende y domina la configuración teórica y abstracta del esquema procesal
en general. Es decir, más allá del texto de cada ordenamiento, el jurista que entien-
da la mecánica procesal en general y acusatoria en particular podrá intervenir con
idoneidad yaptitud en el marco de cua lqu iersistema legal, pues todos, con matices,
estructuran sus procedimientos de modo similar.
Como señala FerrerBeltrán refiriéndose a Taruffo: "A Michele Taruffo le gusta
ver el derecho desde arriba, volando a altura suficiente para observar sus perfiles
generales, para comprender el encaje general de sus instituciones y para ver las si-
militudes y diferencias entre sistemas(...) Es con ese bagaje que enfrenta fina lmen-
te problemas interpretativos de esta o aquella disposición del Código Procesal, pro-
curando llegar a lo más concreto desde una concepción general del derecho ode la
institución en cuestión(...) Esta forma de trabajar ha hecho muy fructífera la rela-
ción, por ejemplo, entre procesalistas de distintos sistemas, filósofos del derecho y
epistemólogos para abordar los problemas de diseño y aplicación de la prueba co•
mo mecanismo cognoscitivo en el proceso judicia I" 2.
Por ende, teniendo en cuenta que se incluírán referencias legales útiles a modo
de vinculación con la teoría, el esquema de trabajo que sigue aplica al modelo acu-
satorio en general, independientemente de la letra de cada Código Procesal. Asi•
mismo, se presenta como un manual basado e.n pasos secuencialesytécnicos con ca-
pacidad para brindar al operador juridico una herramienta práctica para afrontar
el desafio de intervenir profesional y responsablemente en una causa judicial.
Siendo asi, se ofrece un ensayo con lineamientos que presumen conocimientos
básicossobreteoría del delito, de la pena.del derecho, etcétera. Porende,cada men-
ción será conducente pero referencial.
1 Hidalgo Murillo, Hacia una teoría del caso mexicana, 2013, p. 101.
2ferrer Beltrán, "El gen iusrealista de MicheleTaruffo: la teoría del precedente judicial", en
DebaNendocon T<1ruffo, ferrer Beltrán • Vázquez (eds.), 2016, ps. 177 y 178.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 15
3 •Podemos definir la teoria del caso como la estrategia, plan o visión que tiene cada parte
sobre los hechos queva a probar" (Pe~a Gon.záles •Almanza Altamirano, Teoría del delito. Manual
práctico para su aplicación en la teoría del caso, 201 O, p. 238).
4 Baytelman • Duce, litigación penal y juicio oral, 2013, p. 37; ídem, litigación penal. Juicio
oriJlyprueba, 2004, p. 90.
5 Blanco Suárez •Decapfernández-Moreno Holman-Rojas Corral, litigación estratégica en
el nuevo proceso penal, 2005, p. 18.
6 Baytelman •Duce, litigación penaly juicio oral, 2013, p. 39; en igual sentido Blanco Suárez
• Decap Fernández • Moreno Holman • Roja, Corral, Litigación estratégica en el nuevo proceso pe·
nal,2005,ps. 19a21.
16 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
be hacerse sin desviar la cuestión. O sea, no se trata de disparar torcido, sino de dis-
parar desde otro lado, cambiando la posición "7 .
Además, y más allá detodo intentoabsolutorio, siempre debeensamblarse(a los
cuestionamientos sobre el delito) la discusión sobre la individualización de Ia pena,
lo que implicaría, para la posición que reclama una teoría del caso única, ceder te-
rreno o debilita r el planteo principa 1, lo que no comparto 8, pues Ia consecuencia ju-
ridica se basa en otros tantos hechos que también deben probarse.
Lo que hacemos los penalistas, básicamente, es (intentar) resolver casos, pa ra eso
hace fa lta un sistema ordenado, un protocolo a seguir para lograr elmejor desem-
peño posible.
El proceso penal no es para curiosos ni para improvisados 9. El proceso penal es
para operadores preparados, capaces y competentes, aunque la realidad nos mues-
tre que no siempre sea asi. El sistema inquisitivo, de carácter escrito, es indulgente
con la ineptitud, la ignorancia y la falta de destrezas de abogadosyjueces 10• La ora-
lidad del sistema acusatorio es cruel, no perdona la falta de capacitación.
Un arquitecto o un ingeniero, por ejemplo, conocen los tipos de casas o de ve-
hículos que pueden construir o fabricar. Cuando se encuentran con algún modelo
saben cómo clasificarlo y analizarlo. El penalista no arma sino que desarma un ca-
so, desmenuzá ndolo para examinarlo detalladamente, debiendo, el acusador, acre-
ditar todos los requisitos legales y teóricos o, desde la posición del defensor, desa-
creditar todos o algunos de tales requisitos.
Pues bien, tanto los arquitectos como los ingenieros y los abogados deben seg uir
y respetar un sistema de trabajo para lograr sus objetivos11 . Deben conocer los pa-
sos a seguir y las herramientas necesarias para alcanzar y lograr el producto final.
Para los penalistas, en princípio, será necesario contar con un punto de partida (los
hechos), una imputación que ponga en movimiento el sistema punitivo, mapas
constitucionales y legales para saber qué camino seguir y herramientas teóricas
(prueba, derecho penal, etcétera), como así también aquellas de carácter interdis-
ciplinario que inciden en e Iproceso penal (principalmente deca rácterforense). Una
vez conocidas, debemos establecer cuáles, cómo y cuándo usarlas.
Nuestro saberse apoya, prioritariamente, en tres pi la res: la ley, la dogmática (1 n-
terdisci pli naria) y la jurisprudencia, más algunas reglas como las máximas de la ex-
periencia y los datos de la realidad (operatividad e incidencia de los medios de co-
municación, cultura del trabajo policial yjudicial, dinámica del servicio penitencia-
rio, etcétera).
Todo lo que hemos aprend ido-desde la teoría delderecho hasta la(s) teoría(s)
de la imputacíónobjetiva, pasando por el derecho constitucional, etcétera-cobra-
rá vigencia y deberá aplicarse en cada caso a resolver.
Ninguna teoría funciona aisladamente. Un experto en tipo subjetivo que no ge-
nere un razonamiento válido (teoría del derecho) para explicar por qué (según su
posición) hubo imprudencia y nodoío, o que no domine la teoría de la prueba, no
podrá sostener su posición.
La teoría del caso se presenta, según lo que aquí se expondrá, como un plan de
trabajo sistemático para intervenir técnicamente en el proceso penal. Sistemático
porque no constituye un plan de ocasión o, como suele escucharse en ámbitos judi-
ciales y académicos, que" dependa de Icaso", sino que se configura a parti rde un sis-
tema de pasos ordenados que debe recibir los hechos y fi ltrarlos analítica y legal-
mente; no al revés. No es elcaso elque define el método de trabajo, sino el sistema
según su estructura secuencial.
Ytécnico porque, a pesar de cierto desprestig io o descrédito del saber jurídico
en general, lo cierto es que no podemos sino manejarnos con esquemas fundados
en la técnica legal y en la técnica de las teorías construidas en consecuencia. No es
posible aceptar que un proceso penal sea dirigido, conducido, defendido y/o juz-
gado por audaces improvisados.
Ello abarca, al mismo tiempo, las disputas sobre la prueba, pues no existe prue-
ba en el vacío, sino vinculada a algún extremo de la imputación. En otras palabras,
toda controversia sobre la prueba aparecerá relacionada al aspecto fáctico del caso
que esa prueba pretenda acreditar, desde la agravante "fractura" (art. 167, inc. 3°,
CP) hasta el" peligro de fuga" en relación a una medida de coerción personal.
En virtud del abanico de opciones (para contradecir y refutar) que presentan los
distintos asuntos judiciales, es posible partir de: una razonable premisa de trabajo: no
existe el caso perfecto. Por lo tanto, siempre estará abierta la alternativa para con-
trovertir algún aspecto de la imputación o de la acusación. Ello significa que el caso
cerrado, sin espaciosde discusión yrefractario a cua !quier intento de defensa no apa-
rece (o no debería aparecer) en el plano de lo posible, lo que propicia afrontar con
ánimo yexpectativas positivas toda labor jurídica en un proceso en concreto.
El punto de critica puede recaer en algún tema constitucional, del delito, de la
prueba, del razonamiento judicial, de la ejecución de la pena, etcétera. En ciertos su-
puestos se prueba que los hechos no sucedieron del modo propuesto (defensa posi·
tiva 12), en otros la prueba resulta insuficiente (defensa negativa 13) yen otros las fa-
llas de los operadoreso la incidencia de mecanismos lega les anulan la posibilidad de
una condena o de una determinada resolución (nulidades, obstáculos a la persecu-
ción penal, etcétera).
En línea con lo expuesto, corresponde señalar también que el proceso es diná-
mico y variable. Por ende, los resquicios ydebi Iidadesq ue pudiera presentar podrán
aparecertantoal inicio como durante el recorrido judicial, lo que importa un moni-
toreoconstante y estricto respecto de la imputación yde toda injerencia estatal en
los derechos fundamentales de lperseguido penalmente (por ejemplo, una prisión
preventiva o una intervención telefónica).
Así como el proceso se desarrolla, lo mismo puede suceder con los hechos, cuya
naturaleza, condicionada porlos vaivenes de la prueba, en algunos casos, los hace
cambiantes e inestables, lo que obliga a reformular el plan de trabajo conforme se
produzca cada mutación. Cabe trazar así un p,arangón entre el devenir del proceso
penaly un viaje con destino modificable, analogía que, en clave didáctica, aplicaré
a Ias explicaciones de Ipresente ensayo.
La esencia de las técnicas de litigación yde la teoría del caso radica en las fortale-
zas y debilidades de la imputación (y de cualquier otra injerencia). La imputación y
cualquier otra injerencia resultan patrimonio delacusador(estatal o particular), por-
14 Arts. 88del CPPN (ley 27.063), 2° del CPPCABA, 367 del CPPBAy 113 del CPP-0,ubut.
15 Generalmente es el defensor quien debe aportar las condiciones suficientes para disolver
el peligro procesal (domicilio, tutorconductual, lugar de trabajo para el Imputado, empleador, et•
cétera).
16 Arts. 127 del CPPN (ley 27 .063), 209 del CPPBA y 165 del CPP-Chubut.
17 Arts. 241, 263, inc. 4ºy 398 del CPPN(ley 23.984), 10del CPPN(ley 27.063), 50, 121, 247y 248,
inc. 3° del CPPCA8A, 210 del CPPBA y 25 del CPP-Chubut.
18 Arts. 306 del CPPN (ley 23.984), 144, 182, 187, inc. a), 189, 222, 236, inc. e), entre otros del
CPPN(ley 27.063), 151, 157, inc. 3ºy 308del CPPBA y 20,171, 220, inc. 1°, 274, entre otros del CPP·
Chubut.
19 Arts. 3° del CPPN (ley 23.984), 11 del CPPN (ley 23.984), 1°, 371 ter, inc. 1° del CPPBA y 28 y
329del CPP•Chubut.
CAPITULO 11
LOS HECHOS
§ 4. EL PUNTO DE PARTIDA
' El sistema mixto es el que aún pervive en algunos códigos procesales (Código Procesal Pe·
nal de la Nación - ley 23.984-. por ejemplo). Además, como subraya Hidalgo Murillo (Hacia una
teoría del caso mexicana, 2013, p. 101 ), la teoría del caso no es un invento del sistema acusatorio.
2 Peña Gonzáles - Almanza Altamirano, Teoría del delito. Manual práctíco para su aplica-
ción en la teoría del caso, 2010, p. 251.
3 Moreno Holman, Teoría del caso, 2012, p. 29.
4
Ribeiro Toral, /.ilconstrucción retórica de/arealidaden/osjuiciosora/es, en "Revistade De-
recho", año 10, nº 11, jul . 2015, p. 213.
22 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
§ S. HECHOS RELEVANTES
b) Y los hechos lógicamente rel evantes, es decir, aque llos que, sin formar parte
de la configuración central de la imputación o de otra injerencia, operan co-
mo antecedentes o consecuentes y cobran importancia porque explican as·
pectescolaterales de interés, como, por ejemplo, el móvil criminal, la credi-
bilidad de un testigo o las rela(iones previas entre victima y victimario.
En este sentido, explica Taruffo: " ... los hechos son seleccionados y definidos de
acuerdo con su relevancia en el caso. Las circunstancias irrelevantes no son tomadas
en cuenta al definir qué hechos deben ser probados. El criterio para evaluarla rele-
vancia t iene dos aspectos. Un hecho es jurídicamen te relevante (en la jerga juríd ica
norteamericana: material) cuando corresponde al supuesto de hecho definido por
una norma jurídica(...) queseconsidera posiblemente aplicable al caso. Las normas
definen hechos-ti poy los hechos parti culares son relevantes(...) cuando correspon-
den a esos hechos-tipo( ...) esos hechos son losf acta probanda básicos, esto es, el ob-
jeto principa Ide prueba y, por tanto, el contenido de los enunciados fácticos más im-
portantes. Por otra parte, un hecho es lógicamente relevante cuando no siendo en
si mismo un facta probanda principal, puede ser usado como premisa, esto es, como
punto de partida para inferenciascuyasconclusionesse refieran a la verdad ola fa l-
sedad de un enunciado relativo a un hecho principal. Un hecho lógicamente rele-
vante será objeto de prueba cuando su conocimiento sea útil para inferir la verdad
o falsedad de un hecho principal" 8 •
Los hechos jurídicamente relevantes pueden denominarse "principales", en tan-
to los hechos lógicamente relevantes pueden denominarse "secundarios" o "sim-
ples"9.
8 Taruffo, Simplemente la verdad. El juez y/a construcción de los hechos, trad. de Accatino
Scagliotti, 201o, p. 55.
9 Taruffo, Simplemente la verdad. El juez y la construcción de los hechos, trad. de Accatino
Scagliottl, 201O, p. 223.
24 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
En cuanto a los hechos lógicamente relevantes, aun si fuera posible conocer to-
das sus particularidades, lo que resulta improbable, cabe afirmar que no todos los
detalles merecen consideración. Como afirma Taruffo: "las condiciones atmosfé-
ricas en el momento 't' en el lugar 'I' no intere·san en relación con la validez del con-
trato que es estipulado en el despacho de un notario en ese momento y en ese lugar,
pero pueden ser significativas (por ejemplo, si había neblina espesa y hielo en el as-
falto) si se trata de determinar la dinámica de un accidente automovilístico. Todo es-
to parece bastante obvio, pero remite a una cuestión de fondo, esto es, a la elección
de los hechos que deben sertomadosenconsideraciónaefectosde una decisión que
tenga adecuadamente en cuenta la situación real que es objeto del juicio"'º·
Un aspecto fundamentalcomo hecho lógicamente relevante radica en los moti-
vos de la acción (siempre que no integren latip icidad subjetiva comoelementossub-
jetivos del tipo distintos del dolo, supuesto en el que constituirán parte de los he-
chos lega lmente relevantes). "Otro aspecto importante de la teoría del caso y de la
construcción del relato es el móvi 1, porque normal mente implica para el Juez lamo-
t ivación de la acción y hace de la reconstrucción de los hechos una historia más in-
teresante y real, en la que nadie actúa de manera aleatoria, sino por motivaciones
interiores y/o exteriores, motivaciones que precisamente son el móvil. Por eso es que
al elaborar la teoría del caso, el fiscal no podrá olvidar el móvil yel defensor tampo-
co debe perder de vista la ausencia de ese móvil ... " 11•
Por lo tanto, las proposiciones fácticas son afirmaciones de hechos: a) que inte-
resan a la ley, porque satisfacen algún elemento legal de la teoría jurídica 12, o b)
que interesan a la lógica del relato.
§ 6. MUTABILIDAD
"Construir una teoría del e.aso(...) es un proceso que va y viene varias veces a lo
largo de las etapas previas al juicio oral, alterándose en la medida en que nuestro
conocimiento del caso seva modificando" 13• Los hechos pueden mutar durante el
proceso, inclusive durante el juicio ora 114• No es este el lugar para discurri rsobre los
mecanismos procesales que tornan legiti mos ta les cambios. Sin embargo, es posible
seña lar que durante la investigación preliminarcada variación debe generar la con -
secuente notificación y convocatoria al imputado para que ejerza su derecho a de-
fenderse. Luego, durante el debate, l os hechos admiten modificaciones menores,
aunque algunos dispositivos habilitan su reconfiguración, como, por ejemplo, la
ampliación de la acusación o el hecho diverso 15•
Por el lo, los hechos siempre se presentan como punto de partida del proceso. Si
luego va rían, entonces variarán también lasestrategias y la teoría del caso en fun-
ción de un nuevo punto de partida, pero siempre constituirán el objeto a examinar
y encontrarán su destino y consolidación en la sentencia condenatoria firme. "Se
empieza planteando una hipótesis de lo que pudo haber sucedido, luego estas hi-
pótesisdeben ser somet idas a verif icación o comprobación mediante las actuacio-
nes que realicen durante la investigación. Al finalizar la inve5tigación, las hipótesis
se convierten en teoría. Luego se modifica y se acomoda o ajusta hasta que empie-
ce el juicio" 16.
Aun asi, en el juicio pueden presentarse variaciones imprevisibles que obliguen
a modificarlas estrategias (un testigo altera su declaración, se presenta un peritaje
que pone en dudalas conclusiones de otro, se comprueba la irregularidad de un pro-
cedimiento policia l, etcétera).
Conforme se presenten los hechos, el litigante deberá establecer su plan de tra-
bajo y decidir qué camino tomar. La planificación puede incluir más de un camino
posible, es decir, una te oría del caso principal y otra u otras subsidiarias o alternati•
vas 17•
Ese recorrí do deberá fijarse en fun ción de los recursos legales y teóricos dispon i-
bles, como veremos en cada uno de los pasosque aqui se sugieren.
Dada la mutabilidad de los hecho·s, cabe considerar que la ruta a transitar pre-
sentará desvíos, paradas, retrocesos y avances, alternativas para lasque correspon-
de prepararse mediante guías. mapas y herramientas jurídicas.
13 Arts. 88 del CPPN (ley 27 .063), 2' del CPPCABA, 367 del CPPBAy 113 del CPP-Chubut.
•~ Peña Gonzáles • Almanza Altamirano, Teoría del delito.Manualpráctico para su aplicación
en la teoría del caso, 2010, p. 241, aunque de inmediato (p. 243) propician una característica que
contradice la condición de ''única" de la teoría del cas,o, al afirmar que debe ser "flexible .. , de ma..
do tal • ... que permita adaptarse(... ) a los posibles desarrollos del proceso, pero sin que ello impli-
que un cambio radical, que podría conllevar la pérdida de credibilidad•.
20 "Excepcionalmente, sería posible formular planteamientos subsidiarios el uno del otro,
cuando nosencontremos frente a posiciones jurídicas que fuesen compatibles y coherentes con el
relatodehechosqueel litigante sostendrá en juicio" (Moreno Holman, Teoría del caso, 2012, p. 32).
21 Arts. 242 del CPPN (ley 27.063), 335 del CPPBA y 291 del CPP•Chubut.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 27
La idea de que la teoría del caso deba ser única, según mi opinión, cierra de an-
temano otras posibilidades de discusión frente a supuestos que, partiendo de una
base fáctica suficientemente definida, presentan matices propios de la teoría jurí-
dica y que deben cubrirse estratégicamente a fin de presentar y ejecutar un plan de
trabajo completo y adecuado. Lo contrario importaría descartar hipótesis factibles
y sesgar la perspectiva de los hechos. Entiendo que no se debilita una teoría del ca-
so si ante la probabilidad de una legitima defensa se planteara, subsidiariamente,
un exceso. Osi frente a una manipulación de un arma de fuego se propusiera una
estrategia principal basada en un accidente (caso fortuito) y otra alternativa fun-
dada en una imprudencia. Lo mismo ¡para el acusador, quien podría ordenar su ca-
so tras eltipo doloso y, subsidiariamente, en función del tipo imprudente.
Desechar variablestécnicamente pertinentes en vi rtud de mecanismos legamen-
te regulados implica ria exponerypresentarunatarea incompleta.
§ 7. PLASTIODAD
Como vimos, los hechos pueden mutar por el devenir de la prueba, precisándo-
se mediante especificaciones y detalles que van consolidando sus contornos. Pero
también dependen de las múltiples formas de verlos, analizarlos y narrarlos 22. Co-
mo apunta Taruffo: "... es necesario considerar que un hecho no es nunca una en-
tidad simple y homogénea, definible deforma exhaustiva atravésde un enunciado
elemental del tipo 'x existe'. Cada hecho se identifica a través de una variedad decir-
cunstancias (de tiempo, de lugar, de temperatura, de color, de sonido, de conducta,
de conexión con otras circunstancias) que, por decirlo así, componen el hecho de
que se trata" 23.
Los distintos puntos de vista y las variadas perspectivas habilitan una amplia ga-
ma de narraciones posibles.
Además, los hechos son complejos, tanto en lo objetivo(extensión en el tiempo,
concatenación de eventos, multiplicidad de efectos y consecuencias, etcétera) co-
mo en lo subjetivo (intenciones, motivaciones, finalidades, etcétera).
Esta plasticidad de los hechos también debe considerarse, toda vez que las distin-
tas posiciones en el proceso, características de competencia e intelectuales de las par-
tes, conocimientostécnicos, objetivos inmediatosy med iatosyhasta las presiones ex-
22 •El imputado tiene una versión, la victima tiene lasuya, la policía hace lo propioylo mismo
cada uno de los testigos( ...)cuando se trata de averiguar qué fue lo que ocurrió en un caso penal lo
máximo que tenemos es un conju nto de versiones en competencia, heterogéneas, fragmentadas,
parciales y disimiles" (Baytelman -Duce, Utigación penal y juicio oral, 2013, p. 30).
23 Taruffo, Simplemente la verdad. Elí uez y la construcción de las hechas, trad. de Accatino
Scagliottl, 2010, p. 223.
28 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
§ 8. EL VEHiCULO
bras, no hay acto procesal válido sin imputación, como mínimo en estado embrio-
nario (denuncia, inicios de una investigación, etcétera).
Por lo tanto, deaqui en más, cuando me refiera a "imputación" lo haré en senti-
do estricto, es decir, como la atribución de un hecho delictivo en función del saber
del derecho penal (delito y pena). En lo demás, aludiré a "otras injerencias· even-
tuales en el proceso, tanto de carácter probatorio (allanamientos, intervenciones
corporales, requisas, intervenciones telefónicas, etcétera) como de carácter caute-
lar (detención o prisión preventiva). Valga aclarar que toda debilidad probatoria o
formal (nulidades) de la imputación extenderá sus efectos a cualquier otra priva-
ción de derechos, debido a la falta de mérito para justificarla 5.
En la metáfora propuesta, para avanzar desde el punto de partida (los hechos)
es necesario contar con un vehículo(la imputación) que nos permita transitar el re•
corrido del proceso penal aplicando técnicamente una estrategia de litigación.
La tarea delacusador consiste en: 1) determinar los contornos del hecho a demos-
trar (que se irá consolidándose con el ava nce de la prueba), 2) establecer si existen
hechos subsidiarios o alternativos a considerar, abarcando así elespectro integralde
la imputación, 3) cumplir con los actos procesales y respetar sus formas, 4) filtrarlos
hechos jurídicamente relevantes a través de las teorías jurídicas{delito, pena, proce-
so, prueba, etcétera), y 5) detectar los puntos débiles para reforzarlos.
El defensor puede asumir una postura pasiva (estrategia negativa) mantenién-
dose expectante a latarea delacusadory señal andosusfa llas y errores. Oasumir una
postura activa (estrategia positiva) proponiendo una versión distinta o la configu-
ración de alguna eximente, lo que deberá probar, a diferencia de la imputación, que
corre por cuenta del acusador.
La imputación se asienta en un encuadre penalque permite actua ren concreto,
ajustando y delim itan do los hechos de acuerdo con el esquema del derecho penal
(delitoypena) 6. Luego, el recorrido dependerá de la legislación procesal.Ambos ni-
veles normativos (delito y proceso) deben interpretarse desde lasgarantias consti-
tucionales que ordena n el sistema pena 1, como veremos en los Capítulos Vy VI.
Si el punto de partida radica en los hechos y la imputación hace las veces de ve-
hículo para recorrer el proceso, es posible, didácticamente, considerar que las teo-
riasdel derecho penal.del delito yde la pena (siempre ligadas a la teoría general del
derecho), como parte del saber penal, operan como la licencia de conducir;" ... los
litigantes, además de los hechos, trabajan con - por decirlo de algún modo-teo-
rias jurídicas. Saberdistinguirqué encaja en cuál parte de ljuicio oral- hechos o de-
recho- no es inocuo y hará la d ifere11cia entre un buen y un mal li tigante" 7.
La imputación considera los hechos como delito (teoría del derecho penal y del
delito) y contiene una amenaza de pena que integra la imputación como conse-
cuencia jurídica y que permite discutir condiciones objetivas de punibilidad, nece-
sidad de pena, alternativas como tercera vía, atenuantes, agravantes, constitucio-
na lidad de los mínimos, etcétera (teo:ría de la pena).
La teoría de la pena, por lota nto, integra el saber necesario para configurar opa-
ra cuestionar la imputación como un todo.
Ese saber constituye la herramienta técnica para conducir, frenar o desviar la im-
putación. La teoría del delito, entendida como Parte Especial aplicada, permite fi.
jar sus contornos, ciñéndola a lo juridicamente relevante. Como ya fuera seña lado,
la imputación no puede enfocarse solo en la tipicidad, sino que debe superar exito-
samente cada categoría y descartar eximentes completas 8ycubrir las exigencias de
la teoría de la pena (o de la respuesta punitiva).
La prueba siempre se dirige a Ia comprobación de algún aspecto o matiz de fa im-
putación o de alguna otra injerencia eventual. Por lo tanto, cuando se discute la va-
lidez o convicción de algún medio de prueba se lo hace en función de debilitar o re-
forzar algún elemento juridicode la estrategia de litigación.
La mayor parte de las explicaciones sobre la teoría del caso delimitan la cuestión
juríd ica a la tipicidad del hecho. Es decir, a su encuadre en algún tipo legal. Sin em-
bargo, se trata de un enfoque incompleto, pues los hechos deben superar, en pri-
mer lugar, el tamiz de la teoría del de,recho penal, construida desde premisas cons-
titucionales sobre la cuestión criminal. Los principios de lesivídad, insignificancia,
culpabilidad, humanidad, etcétera, como veremos en el Capítulo VI, resultan de
trascendental apl icación en la práctica.
En segundo Iuga r, opera la teoría de ldelito, pero de modo integral y no solo des-
de el tipo penal. Si bien es cierto que un significativo porcentaje de las discusiones
en el proceso se dan sobre la tip icidad (imputación objetiva, fuerza en un robo, ac-
ceso en un abuso, ánimo de lucro en un encubrimiento, engaño en una estafa, po-
7
Baytelman - Duce, litigación penaly juicio oral, 2013, p. 32.
8 Laseximentes incompletas (exceso en la jus1ificación, erroresvencibles, etcétera) justifican
un cambiode estrategia, generalmente mediante una hipótesis subsidiaria.
32 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
§1 1. ELGPSFISICO
Los hechos solo pueden conocerse mediante el recorrido y las formas que la res-
pectiva legislación procesal determine. A diferencia de otros métodos de recons-
trucción histórica (o de verificación, sin ingresar aqu í en dicha problemática), las
afirmaciones o proposiciones fácticas enel proceso penal solo pueden darse por va-
lidas 1en tanto sean acreditadas por lasvías y medios legalmente establecidos.
En consecuencia, el método de verificación de los hechos reclama (ademas de los
saberes ya referidos) el conocimiento previo del camino a transitar (el saber proce-
salcomo reg lamentacióndegarantíasconstitucionales 2); " ... la teoríajurídicaesun
punto medular, puesto que se debe verificar el encuadramiento de los hechos a lo
establecido en las disposiciones legales sustantivas y procedimentales" 3.
Ala vez, es posible observar tal recorrido desde tres andariveles o canales:
a) Imputación en sentido estricto. El primer canal se vincula con los actos del
proceso que deben superarse legítimamente para avanzar con la imputación
delimitada por elderecho penal (formas de inicio, declaración del imputado,
procesamiento. elevación a juicio, acusación, defensa, sentencia). En caso
contrario corresponderá la nul idad por incumplimiento de alguna forma que
vulnere garantías constitucionales.
§ 12. El RECORRI DO
Conocemos el punto departida (los hechos), tenemos el vehiculo con el que an-
dar el proceso (la imputación) y contamos con la habilitación para cond ucirio (el sa-
ber pena 1), ahora debemos hacernos de un GPS fisico 4 deta liado que nos permita vi-
sual izar el camino y las respectivas paradas obligatorias.
Y el GPS es físico porque nos muestra los relieves particularesytípicosdel trayec-
to, básicamente ordenado por la legislación procesal penal (denuncia, actuación de
oficio, proceder policial, aprehensión, detención, declaración del imputado, testi-
monios, peritajes, nulidades, excepciones, defensa, querella, conclusión de la inves-
tigación, sobreseimiento, archivo, etcétera).
Una vez captado y vislumbrado el itinerario portransitary reconocidos sus posi-
bles obstáculos, el acusador y el defensor se encontrarán en cond iciones de poner
en marcha sus respectivas estrategias.
Este tercer nivel de análisis (saber procesal)se presenta como la reglamentación
de las garantías constitucionales que gobiernan el proceso. Si bien aquí se expone
la teoría del caso para el enjuíciamientopenal y, sobretodo, para las audiencias ora-
les, no caben dudas de su utilidad en otros ámbitos procesales de carácter punitivo
§13. LASREGLASDEJUEGO
No resulta suficiente saber al pie de la letra el texto de los códigos, sino que debe
conocerse y comprenderse su estructura general y las relaciones entre cada disposi-
ción y el principio que reglamenta, entendiendo que cada ca pítulo o sección apare-
ce de modo secuencia I y ordenado y que los dispositivos respectivos operan en fun-
ción de la dinámica y de la lógica del segmento en el que se encuentran legislados.
Por ejemplo, larequisa constituye un medio de prueba y así debe apl icarsey ana Iizar-
se, la declaración del imputado se presenta como un acto de defensa material, la nu-
lidad como una sanción (o regla de exclusión, como se prefiera) que será viable en la
medida de la lesión de una garantía const it ucional, etcétera.
CAPITULO V
EL MODELO CONSTITUCIONAL
Hasta aquí contamos con el punto de partida (los hechos), con el vehículo (la im-
putación), con la habilitación para conducir(elsaber penal) y con el GPSfísico{el sa-
ber procesa 1).
La fase constitucional, ubicada en esta instancia como cuarto paso 1. abarca por
completo y de modo integra l la teoría del caso 2, pues comprende, en vírtud de sus
principios, todas las construcciones dogmáticas útiles para su operatividad (teoría
del derecho, teoría del delito, etcétera).
El modelo constitucional abarca los mecanismos penales y procesales. Aplica
cuand o se legisla y ejecuta algún med io de prueba {un al lanamiento) como cuando
se evalúa la tipicidad de un hecho en función de la afectación al bien jurídico (insig-
nificancia).
Por ende, todos los saberesreferidos hasta aquí no son sino derivación de un sa-
ber superior que los determina y delimita, como lo esel derecho constitucional.
Los principios constitucionales, que sobrevuelan permanentemente el proceso
penal y la teoría delcaso, deben dom inarse con solvencia ysuficiencia, pues definen
la concreción y va lidez de toda imputación y de toda injerencia estatal.
Se trata de la decisión política del legislador constitucional respecto de la cues-
tión cri minal en general, tanto en relación al de recho de fondo como al de forma.
Aplica aquí la imagen de un GPSpolítico necesario para iniciar el recorrido de l
proceso. Un GPSque contiene el modelo constitucional que delimita la legalidad y
legitimidad del derecho penal y del proceso consecuente. En otras palabras, no se-
ria posib le (o lo seria en grado poco significativo) hablar de teoría del caso y de ex-
pectativas de lit igación si se partiera de la let ra de loscódigossin entenderlos como
reglamentadón de normas constitucionales que regulan el sistema penal.
El dominio del modelo constitucional se presenta como un reconocimiento ma-
cro(mapa politico)detcaminoa recorrer. Esdecir, comoconocimientode las circuns-
tancias esenciales del derecho penal y del proceso y como plataforma de los textos
de los respectivos códigos.
3 Sobre su uso para íustificar excepciones, Atie nza, F;fosofia del derecho y transfonnadón
social, 2017, p. 24.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 39
en "DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho", n°34, 2011, ps. 311 a 360.
40 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
Nuestra Constitución Nacional. de acuerdo con lo previsto por el art. 75, inc. 22,
ha incorporado en igua I jerarquia diversos documentos y tratados internacionales,
reunidos en lo que se ha convenido en denominar "bloque de constitucionalidad
federal" . El bloque de constitucional idad es una técnica juridica mediante la cual el
texto de una constitución reenvia a otros que lo integran como un mismo cuerpo
normativo 6•
Así, los principios constitucionales del sistema penal se presentan como garantí-
as que resguardan derechos y libertades fundamentales y que procuran brindar un
marco de seguridad jurídica y mantener un equilibrio entre labúsqueda de la verdad
yel resguardo de losderechos individuales 7. Tales pautas operan como parámetros
para delimitar el alcance de una norma inferior o, en todo caso, para cubrir vacíos le-
gislativos, brindando, en no pocas ocasiones, solución al caso. Los códigos acusato-
rios modernos destinan sus primeros artículos a la enunciación de dichos principios.
En procura de respetar la premisa de sistematicidad del presen te ensayo, enun-
ciaré a continuación, de modo no taxativo, los principios que constituyen el núcleo
del mapa político que corresponde conocer y dominar para intervenirtécnica y me-
todológicamente en un caso penal.
Como fuera anticipado, los principios que regulan y sobrevue lan permanente-
mente el sistema y el proceso penal operan como un GPS político que nos permite
conectar cada mecanismo legal y su respectiva ejecución con la garantía compro-
metida, tanto por la imputación propiamente dicha como por cualquier otro tipo
de injerencia (requisa, al lanamiento, medida de coerción personal, etcétera).
El desarrollo que sigue se ordena de modo no secuencial, toda vez que los prin-
cipios rectores, algunos de carácter constitucional y otros de carácter legal, se posi-
cionan, enabstracto,en un pie de igualdad (en una misma linead elargada), tornán-
dose aplicables, en concreto, cuando lascircunstanciaslojustifiquen. Todoslosprin-
cipioscubren por completo el proceso y la imputación, sin embargo, solo alguno o
algunoscobrarán relevancia y deberán reforzarse (acusador) ocriticarse(defensor)
en función de las debilidadesdel caso.
Los principios nos permiten ver desde to alto la dinámica de Ia estructura penal y
desde alll decidir que desciendan y se activen aquellos aplicables a las debilidades
constatadas. En otras pa labras, los pri ncipios rigen y tutela n (de modo pasivo pero
en alerta permanente) todo proceso penal y toda imputación. Sin embargo, solo
cuando el caso ofrezca fisuras o fragilidades de carácter constitucional, alguno o a1-
gunos de ellos se tornarán aplicables para reforzar (acusador) o para hacerlo fraca-
sar (defensor). Por ejemplo, en un proceso legitimo seguido a una persona que ha
hurtado dos manzanas de un supermercado, deberá activarse el principio de lesivi-
dad para definirla imputación.
La enunciación que a continuación propongo irá acompañada: a) del texto de
las respectivas disposiciones que emergen de la Constitución Nacional y de los do-
cumentos internaciona les de igual jerarquía, a efectos de descifrar la especial re-
gulación de cada principio, y b) de r·eferencias a situaciones o plantees prácticos
enel marco del proceso, a fin de cumplir con la premisa de utilidad del presente es-
bozo.
42 JUAN FACUNDO GóMEZ URSO
Corresponde aclarar:
a) En primer lugar, que la expresión "principios" se utiliza entendiéndolos co-
mo reg las o premisas de trabajo de orden general, dejando de lado la discu•
sión sobre si derivan expresamente o no del texto constitucional, resultando
útil la clasificación en torno a los efectos prácticos que aquí se pretenden y
considerándolos como mandatos de optimización, es decir, como aquello a
lo que se aspira en su mayor grado posible 2•
b) En segundo lugar, que algunos principiosrectores, como, por ejemplo, los
de legalidad, libertad ambulatoria, razonabilidad, proporciona lidad y ne•
cesidad aplican tanto a nivel procesal (adjetivo) como a nivel material (sus-
tantivo).
c) En tercerlugar, que la enunciación que a continuación se ofrece, si bien com-
pleta a efectos de circunscribir y recubrir el proceso y la imputación, no ana•
liza cada principio en profundidad, sino que brinda un lineamiento básico y
práctico para su ulterior conexión con la teoría delcaso y una sintética intro-
ducción sujeta a posterior profundización 3•
El art. 9° de la CADH prescribe: "Nadie puede ser condenado por acciones u omi-
siones que en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derechoapli-
4
CIDH, OC 6/86, del 9/5/86, sobre la expresión "leyes" del art. 30 de la CAOH, solicitada por
el Gobierno de la República Oriental del Uruguay, disponible en bit.lyl211eRZF; véase también
Alonso Regueira, • Articulo 30. Alcance de las restricciones•. en La Convención Americana de De-
rechosH11manosysu proyección en el derecho argentino, Alonso Regueira (dir.), 2013, ps. 540 a 542.
5 El art. 30 de la CADH prescribe: "Las restr;cciones permitidas, de acuerdo con esta Con-
vención, al gocey ejercicio de los derechosylibertadesreconocidas en la misma, no pueden serapli-
cadas sino conforme a leyes q11e se dictaren porrazones de interés general y con el propósito para
el cual han sido establecidas•.
44 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
6 Bidart Campos, Manual de la Constitución reformada, 2' reimpr., 2000, t. 11, p. 293.
1 González Monje, Intervención de comunicaciones en dependencias policiales. Sentencia
del Tribunal Constitucional (S;,la Segunda), 14512014, de 22 de septiembre /80E n• 261, de 28-X•
2014/, en • Ars turis Salamanticensis. Revista Europea e Iberoamericana de Pensamiento y Análisi,s
de Derecho, Ciencia Política y Criminología", vol. 3, nª 1, jun. 2015, p. 356; Vida! Fueyo, El principio
de proporcionalidad como parámetro de constitucionalidad de la actividad del juez, en "Anuario
de Derecho Constitucional Latinoamericano", año 11, 2005, ps. 427 a 431 y 438.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 45
Fue Feuerbach quien precisó el princi pío bajo la máxima latina «nullum crimen si-
ne lege, nulla poena sine lege, nullum crimen sine poena Jegale» 8. Derivándose así
sus cuatro principales prohibiciones:
1. «Nullum crimen, nu/la poenasine lege strieta»: prohibición de analog ia, prin-
cipalmente «in ma/am partem», admitiéndose en algunos casos la analogia
«in bonam partem».
2. «Nu/lumcrimen, nulla poenasine /egescripta»: prohibición del derecho con-
suetudinario parafundamentarypara agravarla pena, lapunibilidadsepres-
cribe lega !mente y el derecho c·onsuetudi nario no está escrito (con excepción
de algunos tipos abiertos, como los imprudentes, que reclaman el cierre me-
diante la evaluación e interpretación de actividades no regladas).
3. «Nullumcrimen, nu/la poena sine /ege praevia»: prohibición de retroactivi-
dad, sa lvo la retroactividad de la ley más benigna.
4. «Nu/lum crimen, nulla poena sine /ege certa»: prohibición de leyes penales y
penas indeterminadas, proscribiendo la vaguedad y la ambigüedad.
Desde un punto de vista práctico, la legalidad recorre por completo la teoría del
caso. Así, la tarea policial de oficio que concluye con una aprehensión debe contar
con su respectiva previsión legalyesta,a la vez, debe ser interpretada restrictivamen-
te. La flagrancia viene definida en los códigos. procesales 11, por lo tanto, su alcance
no puede sino establecerse desde el principio de legalidad.
Más aún los supuestos de detención por averiguación de identidad o de antece-
dentes, habilitados legalmente a partir de textos que, por su baja exigencia de con-
vicción probatoria, requieren un análisis taxativo 12•
De igual modo la lectura y ejecución de medidas de prueba de carácter coerciti-
vo como los allanamientos, las intervenciones telefónicas, las intervenciones cor-
porales, 1os secuestros, las inspecciones carpo rafes y las requisas 13•
En similar sentido deben leerse las medidas de coerción personal, principalmen•
te en lo que se refiere a sus fines, ya que el discurso las reserva solo para casos excep-
cionales con el objetivo de diluir el denominado "peligro procesal" y, sin embargo,
en la práctica se aplican cotidianamente con argumentos ajenos a la letra de la ley.
La utilización indiscriminada de tipos penales calificados o de concursos de deli-
tos para incrementar la gravedad del caso o de la imputación también justif ica una
interpretación ceñida a la legalidad.
Otros ejemplos, la legalidad penal aparea:e debilitada en dos modelos típicos
que merecen críticas: a) los ti pos abiertos, prirncipa !mente los imprudentes, y b) las
leyes penales en blanco propias. Ambos esquemas legislativos deben alertar al liti-
gante al momento de preparar su teoría del caso.
Un tercer mecanismo cuestionable, aunque de naturaleza jurídica y no legal, ofre-
cen los tipos de om isión impropia, cuya consti1tucionalidad suele ponerse en duda.
Estas breves menciones de la práctica judicial dan cuenta del amplio espectro
que cubre el principio de legalidad en la teoría del caso, desde una aprehensión po-
licial en flagrancia hasta la subsunción del hecho en un determinado tipo penal.
El inc. 1° del art. 11 de la DUDH ordena: "Toda persona acusada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, con-
forme a la leyy en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías
necesarias para su defensa".
11 Gómez Urso, El ABC de la Instrucción penal. La detención sin orden judicial, 2016, t. 1B, ps.
65 a 81.
12Gómez Urso, El ABC de la instrucción penal. La detención sin ordenjudicial, 2014, t. 1A, ps.
109a 114.
13 Gómez Urso, El ABC de la instrucción penal. Requisas e intervenciones corporales, 2018, t.
2, ps. 29 a 32 y 152 a 154.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACION 47
El inc. 2° del art. 8° de la CADH determina: "Durante e/proceso, toda persona tie-
ne derecho, en plena igualdad, a lassiguientes garantías mínimas: a) derecho del in-
culpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no compren-
de o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicación previa y detallada
al inculpado de la acusación formulada; c) concesión al inculpado del tiempo y de
los medios adecuados para la preparación de su defensa; d) derecho del inculpado
de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de
comunicarse libre y privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser
asistido por un defensorproporcionado por el Estado, remunerado o no según la le-
gislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defen-
sor dentro del plazo establecido por la ley; f) derecho de la defensa de interrogar a
los testigos presentes en e/ tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o
peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos".
El inc. 3ºdel art. 14del PIDCPordena: "Durante el proceso, toda persona acusa-
da de un delito tendrá derecho, en pfena igualdad, a las siguientes garantlas míni-
mas: a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma de-
tallada, de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella; b) A dispo-
48 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
ner del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su defensa y a co-
municarse con un defensor de su elección; c)Aserjuzgado sin dilaciones indebidas;
d) A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por
un defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor, del derecho que
Je asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de la justicia lo exija, a que se le nombre
defensor de oficio, gratuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo;
e) A interrogar o hacer interrogar a los testigos de cargo y a obtener la compare-
cencia de los testigos de descargo y que estos sean interrogados en las mismas con-
diciones que los testigos de cargo; f) A ser asistida gratuitamente por un intérpre-
te, si no comprende o no habla el idioma emplea do en el tribunal; g) A no ser obli-
gada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable".
La defensa en juicio es una garantía suprema prevista en el art. 18 de la CN: "Es
inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos,,. Este princípio goza
de amplio reconocimiento, respeto y desarrollo legal y teórico 14 y opera desde el
primer instante en elque se procede respectodeunciudadano, inclusive ante la me-
ra denuncia o, por ejemplo: a) si fuera aprehendido por algún delito, aunque in-
mediatamente recuperara su libertad, b) si se realizara un allanamiento en su do-
micilio, aunque no fuera detenido, o e) si hubiese sido reconocido en una exhibi-
ción de fotos.
Desde el momento en el que alguien se veo se considera perseguido en función
de un acto estatal de índole penal(aunque también por otros motivos, como las con-
travenciones o las mismas infracciones de tránsito o de otro tipo) nace su derecho a
defenderse, ya que, a partir de allí, peligran sus garantías fundamentales en rela-
ción a la injerencia del poder punitivo estatal.
La garantía comprende el derecho a una defensa técnica, es decir, al asesora-
miento y acompañamiento por un letrado, privado o público, que asista al imputa-
do en todos los aspectos legales del procedimiento.
La defensa en juicio presenta dos dimensiones. Por un lado, actúa como protec-
ción para eldudada no perseguido penalmente. Por el otro, como un límite al actuar
coercitivo del Estado. Tal garantía comprende tanto la facultad del imputado de in-
tervenir en el proceso (declarando, participando en un reconocimiento en rueda de
personas, requiriendo que se obtengan sus hu el las o material genético para peritar.
etcétera) como la de proponer pruebas de descargo para contrarrestar o para ate-
nuar los efectos de la imputación estatal.
Desde la práctica, donde mayores afectaciones se advierten respecto de la de-
fensa en juicio es en la etapa de investigación, cutturalmente arraigada en el pro-
ceso inquisitivo, que lleva a los operadores a preferir trabajar a "espaldas" del im-
14
Armenta Deu, Juicio de acusación, ímparcialidad del acusador y derecho de defensa, en
"Revista luset Praxis", vol. 13, nº 2, 2007, ps. 81 a 103.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 49
Los órganos judiciales deben ser competentes para ejercer su jurisdicción, Inde-
pendientes, imparciales ynombradosde acuerdo con la Constitución Nacional y las
constituciones provincia les.
Desde la práctica, la garantía del juez natural suele verse afectada a través de las
reglas de competencia, sobre todo en cuanto a la jurisdicción, pues determinados
organismos judiciales procuran acaparar o hacerse de ciertas causas que, en princi-
pio, no les competen, por motivos distintos a los criterios sobre acumulación de pro-
cesos (políticos, mediáticos, etcétera), por ejemplo, tomando un hecho aislado que
correspondería ser investigado en un proceso complejo en el que tramitan otros de
similar naturaleza y que se encuentra en una fase avanzada de la investigación.
El inc. 1° del art. 8" de la CADH establece: "Toda persona tiene derecho a ser oí-
da, con fas debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra e/la, o para la deter-
minación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter".
El inc. 1° del art. 14 del PIDCP(parte pertinente) dispone: "Toda persona tendrá
derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal compe-
tente, independiente e imparcial, establecido por/a ley, en la substanciación de cual-
quier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de
sus derechos u obligaciones de carácter civil".
El art. 10 de la DUDH estipula: "Toda persona tiene derecho, en condiciones de
plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independien-
te eimparcial, para la determinación desusderechosy obligacioneso para el examen
de cualquier acusación contra e/la en materia penal".
El párr. 2° del art. XXVI de la DADDH determina: "Toda persona acusada de deli-
to tiene derecho a ser oída en forma imparcial y pública, a serjuzgada por tribunales
anteriormente establecidos de acuerdo con leyes preexistentes ... ".
Para que la imparcialidad del tribunal, como garantía constitucional 17, opere con
efectividad es necesario que se desdoblen las funciones de investigar y juzga r 18• En
el modelo inquisitivo el juez que investiga y que reúne pruebas en contra del impu-
tado es el mismo que luego dicta sentencia. En la misma persona se amalgaman dos
roles incompatibles, el de investigar y el de juzgar.
El inc. 2° del art. 11 de la CADH estatuye: "Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su
correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra oreputación".
En igual sentido, el inc. 3° del art. 7° de la CADH establece: "Nadiepuedeserso-
metidoa detención o encarcelamiento arbitrarios".
El inc.1°, 1ªpartedel art. 9ºdel PIOCPestipula: "Todo individuo tiene derecho a
la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a detención o pri-
sión arbitrarias".
El inc. 1ºdel art. 17 del PIOCPdispone: "Nadie será objeto de injerencias arbitra-
rias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de
ataques ilegales a su honra y reputación".
El proceso penal implica, en general y en distinta medida, la afectación de dere•
chos fundamentales. En consecuencia, debe afrontarse bajo la premisa básica de
exigir que toda injerencia estatal se encuentre motivada. El Estado debe respetar
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 53
va voluntad del órgano que dispone una injerencia, "lo que resulta incompatible
con el Estado dederecho" 25 •
ComosostieneCassagne, "la motivación, en cuanto expresión de las razonesyfi•
nes que llevan a la Administración a emitir el acto administrativo (que además de-
be consignar los antecedentes de hecho y de derecho) constituye un requisito de
forma esencial para la va lidez del acto administrativo en la medida quetraducesu
justificación racional al plano exterior" 26.
Por otra parte, la motivación de todo acto estatal garantiza el derecho de de-
fensa en juicio 27, asegurado por el art. 18 de la CN. Un procedimiento estatal inmo-
t ivado impediría, al momento de sentenciaren base a certeza, desvirtuar la presun-
ción jurídica de inocencia.
Asimismo, la fundamentación de los actos estatales asegura el control y la posi•
bilidad de una ulterior revisión judicial 28 •
La Corte Suprema en autos "Quaranta" 29 ye l voto en disidencia del juez Petrac•
chi en "Yema1" 3ºtratan la problemática de la motivación como requerimiento cons-
tituci onal al momento de resolver injerencias en derechos fundamentales.
En "Minaglia" 31 la Corte Suprema avaló una fundamentación lacónica 32, aun-
que el voto en disidencia de los jueces Maqued a y Zaffaroni elevó la vara constitucio-
nal: "la obligación que tienen los jueces de fundar sus decisiones no es solamente
'porque los ciudadanos puedan sentirse mejor juzgados, ni porque contribuya asi al
por datos objetivos a fin de que no puedan convenirse en arbitrariedad' (Otero Parga, La arbitra-
riedad, en" Anuario de Filosofía del Derecho•, vol. XII, 1995, ps. 388 y 390).
El inc. 2° del art. 8ºde la CADH dispone: "Durante el proceso, toda pe~ona tie-
ne derecho, en plena igualdad, a las s.iguientes garantías mínimas:(.. .) g) derecho
a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable".
El inc. 3º del art. 8° de la CADH prescribe: "La confesión del inculpado solamen-
te ¡¡sválida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza•.
El inc. 3°, ap. g) del art. 14 del P/DCPestipula: "Durante el proceso, toda pe~ona
acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a lassiguientesgarantias mí-
nimas:(. ..) g) A no ser obligada a decl.arar contra sí misma ni a confesarse culpable•.
Elart. 18dela CNordena: "Nadie puede serobligadoadec/ararcontrasímismo".
Dicha expresión contiene el principio de inmunidad de declaración, pues no obliga
al imputado aprestar juramento de decir verdad y le permite negarse a declarar, sin
que ello implique presunción alguna en su contra. De tal modo, el culpable noseve
presionado a decidir entre reconocer la verdad y resultar condenado por el delito
que se le atribuye o cond icionado a mentir y terminar sentenciado por falso testi-
monio 37.
Ningún Estado constitucional de derecho puede permitirse sostener una conde-
na en virtud de la solitaria confesión del imputado. Además, no debe olvidarse que
su declaración constituye un acto de defensa IJ'llaterial; ello significa que si el impu-
tado declara lo hace para defenderse, no para brindar elementos de prueba al acu-
sador o altribunal 38.
El art 5° de la CADH prescribe: "1. Toda persona tiene derecho a que se respete
su integridad física, psíquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturasni ape-
naso tratos crueles, inhumanos odegradantes. Toda persona privada de libertadse-
rá tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. 3. La pena
no puede trascender de la persona del delincuente".
El inc. 3° del art. Sº de la CADH establece: Nla confesión del inculpado solamen-
te es válida si es hecha sin coacción de ninguna naturaleza".
El art. 7°del PIDCPestatuye: "Nadie será sometido a torturas nía penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre
consentimiento a experimentos médicos o científicos".
Ninguna medida estatal puede torcer la vo luntad del imputado mediante fuer-
za física (torturas, apremios, vejaciones) o psicológica (presiones, engaños, induc-
ción a error, etcét era). "El imputado es un sujeto procesal incoercible. Pueden apli-
cársele medidas de coerción personal, pero nose lo puede forzar o inducir a actuar
en su contra ni impedirle cua lquier actividad porta que tienda a defenderse dentro
de lo legítimo" 39.
Todo aquel lo que no se vincule a su propia declaración (porque nadie puede for-
zarlo a manifestarse verba lmente) podrá cumplirse subsidiariamente a partir de la
autorización del juez competente, quien podrá disponer medidas mínimas de co-
La primera parte del inc. 5° del art. 7° de la CADH dispone: "Toda persona dete-
nida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro funcionario auto-
rizado por la ley para ejercer funciones judiciales ... ".
42 Nin o, Ética y derechos humanos. Un ensayo de fundamentación. 2' ed., 1989, p. 30, quien
alude al vocablo •derecho" propuesto por Hohfeld.
43 Badeni, Tratadodederechoconstitudonal, 2•ed., 2006, t 1, p.563.
44
Por ejemplo, el art. 133, párr. 3° del CPPN (ley 27.063) establece: "El allanamiento será or-
denado por eljuez yno podrá ser suplido por el consenrimien to de quien habita e/ lugar",
•s Carrió, Facultades policiales en materia de arrestos y requisas,¿ Qué puede o debe hacer la
palíe/a y qué no?, LL, l 988•E•269,
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 61
El inc. 1° del art. 8° de la CADHestablece: "Toda persona tiene derecho a ser oí-
da, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en
la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la de-
terminación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cual-
quier otro carácter".
El inc. 1° del art. 14 del PIDCP(parte pertinente) regula: "Toda persona tendrá
derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal com-
petente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determina-
ción de sus derechos u obligaciones de caráetercivil".
El art. 1Ode la DUDH estipula: "Toda persona tiene derecho, en condiciones de
plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal indepen-
diente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el
examen de cualquier acusación contra ella en materia penal".
El párr. 2° del art. XXVI de la DADDH legisla: "Toda persona acusada de delito tie-
ne derecho a ser oída en forma imparcial y pública ... ".
Elderecho a ser oído es sinónimo de derecho a una audiencia 46, es decir, a ser re-
cibido por el acusador y/o por el juez (eventualmente en la instrucción 47 y obliga-
toriamente durante el debate) a fin de ejercer su defensa, tanto técnica como ma-
teria 148. Esa facultad incluye elderecho a Isilencio y a no prestarse o consentir inje-
rencias en su cuerpo, en su intimidad o en su domicilio, sin perjuicio de la posibili-
dad de que se realicen coactivamente mediante orden judicial, sin que ello debili-
te, mediante interpretaciones que tergiversen la garantia, su estado juríd ico de
inocencia 49•
Si la mentira del imputado lograra poner en duda la imputación estatal, ello se
deberá a la debilidad de esta y no a la forta leza de aquella. La prueba, en el nivel de
la certeza, no podría verse controvertida solo por la solitaria versión en contrario del
perseguido pena lmente. Una absolución siempre será producto de la falta de prue-
bas o de fallas en el procedimiento y nunca del aislado relato del imputado.
Más allá de tratarse de una garantía que lo tutela, corresponde destacar que to-
do aquello que pudiera surgir de su deposición o versión, en tanto indicio, podrá
ponderarse en el contexto probatorio integral, inclusive en su perjuicio.
Los aspectos prácticos del sistema acusatorio sug ieren que, durante la investiga-
ción, el imputado cuente con el derecho a ser notificado de las diligencias de prueba,
a presenciar las mismas y a ser recibido en audi encia por el fiscal y el juez (en perso-
na) en las ocasiones que lo requiera, principalmente cuando se discutan medidas de
coerción personal. La fa lta de concreción de tal principio muestra que los reclamos
en dicho sentido suelen canalizarse mediante•la vía del habeas corpus, lo que signi-
fica un abuso y un exceso en función de sus objetivos espedficos.
El juicio oral, por su naturaleza, oficia como una audiencia continua que garan-
t iza la presencia del imputado.
§ 3 1. INTIMACIÓN NECESARIA
El inc.4° del art. 7º de la CADH establece: "Toda persona detenida o retenida de-
be ser informada de las razones de su detención y notificada, sin demora, del cargo
o cargos formulados contra ella".
El inc. 2° del art.8ºde la CADH determina: NDurante elproceso, toda persona tie-
ne derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantfas mínimas: (...) b) comuni-
cación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada".
El i ne. 2° del art. 9° del PIDCPregu la: "Toda persona detenida será informada, en
el momento de su detención, de las razones de la misma, y notificada, sin demora, de
la acusación formulada contra ella•.
El inc. 3°, ap. a) del art. 14 de IPIDCPestipula: "Durante el proceso, toda persona
acusada de un delito tendrá derecho, en ple11a igualdad, a las siguientes garantías
mínimas: a) A ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en forma
detallada, de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella".
Para que alguien pueda defenderseresulta imprescindible que exista algodequé
defenderse 50 . Ese algo debe ser un hecho o una omisión ocurridos en el mundo real,
un suceso histórico pero con significación en el mundo jurídico. Se trata del "hecho
del proceso" al que se refiere el art. 18 de la CN o de cualquier otro hecho con el que
pretenda fundarse alguna injerencia(peligro de fuga para una medida de coerción,
existencia de objetos útiles para la investigación en el domicilio para un allanamien-
to, etcétera).
50 • Al imputado, diríase a la luz del buen sentido, debe corresponder la imputación" (Carne•
lutti, Cuestíonessobre elproceso penal, trad. de Sentís Melendo, 1994, p. 136).
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 63
51 Maier, Derecho procesalpenal. Fundamentos, 2002, t. 1, ps. 559 y 560; Ferrajoli, Derecho y
razón. Tt<or/a del garantismo penal, trad. de Andrés lbáí\ez, Ruiz Miguel, Bayón Mohlno, Terradi-
llos Basocoy QintareroBandrés, 1995, ps. 606 a 615; Agudo Zamora - Milione, E/derecho a ser in-
formado de la acusación en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y del Tri-
bunal Constitucional Español, en " Teoría y realidad consti tucional", nº 23, 2009, ps. 189 a 221 .
52 Pessoa, La nulidad en el proceso penal, 1997, ps. 21a40.
64 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
dicando que corresponde otro tipo penal, crrticando alguna agravante, como po-
drían ser la efracción o el uso de un arma, o el rol que se le atribuye como sujeto ac-
tivo).
Como establecen todos los códigos procesales, la imputación, sea en el momen-
to de la declaración del imputado, al requerirse la elevación a juicio o en la misma
sentencia, debe ser clara, precisa, circunstanciada y específica. Cualquier atribución
vaga, indefinida, ambigua o solo fundada en expresiones legales o dogmáticas se-
rá inválida por impedir la defensa en juicio.
Dichos aspectos, no siempre visibi lizados y advertidos, son los que permiten nu-
merosos y variados cuestionamientos en la pr.áctica judicial.
En este sentido, debe cumplir con la condición de especificidad, que requiere que
la descripción en el proceso (intimación y acusación) sea tan específica y precisa que
ningún otro hecho histórico pueda encajar en esa misma narración. Al respecto, los
mecanismos de acusación alternativa o subsidiariaresultan válidos, puesgarantizan
la defensa en juicio ante posibles mutaciones durante el proceso.
Se afecta la defensa en juicio y el pri ncipiode intimación necesaria si se utilizan las
mismas palabras de la ley o afirmaciones dogmáticas para describir el hecho impu-
tado. Laspalabras de la ley están destinadas a que un hecho pueda ser encuadrado
en ellas y no para que un hecho sea descripto por ellas. Las pa labras de la ley cons-
truyen la ley, no el hecho. El fiscal debe indicar las circunstancias fácticas que rodea-
ron al homicidio(hora, lugar, arma utiUizada, movimientos corporales, zona del cuer-
po que recibió la herida, causa de la muerte, nexo causa l o imputación objetiva en-
tre la acción y el resultado, etcétera), no puede utilizar las expresiones legales para
formular una acusación; debe reemplazarlas por los hechos probados (proposicio-
nes fácticas).
El hecho cumple dos funciones: 1) una función de información, porque comu-
nica y pone en conocimiento del imputado cuál es el hecho que se le atribuye a fin
de que pueda defenderse (intimación necesaria), y 2) una función de limitación,
porque restringe la potestad del Estado en cuanto no puede vulnerar ni incumplir
dicha garantía, de modo tal que cua,lquier descripción del hecho que no respete
aquellos requisitos será inválida y no permitirá sostener condena alguna.
Las descripciones vagas y ambiguas, lasdescripcionesque apelan a térm inos le-
gales (fuerza en las cosas, abuso, et0étera), las descripciones que utilizan afirma-
ciones dogmáticas (doloso, bien jurid ico, autoría mediat a, etcétera) y la aplicación
de t ipos pena les de dudosa precisión (asociación ilícita, tenencias, encubrimientos,
etcétera) disimulan carencias probatorias. La práctica debe impulsar la crítica de ta-
les posibles debilidades y falencias.
§ 33. CONGRUENCIA
56 Así lo disponen, por ejemplo, los arts. 401, párr. 2° del CPPN (ley 23.984), 273 del CPPN (ley
27.063), 374 y 375, inc. 1º del CPPBAy 332 de! CPP-Chubut.
66 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
El inc. 4° del art. 8° de la CADH estatuye: "El inculpado absuelto por una sen-
tencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos".
El inc. 7ºdel art. 14 del PIOCPdispone: "Nadie podrá serjuzgado ni sancionado
por un delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme
de acuerdo con la leyyel procedimiento penal de cada país".
Este princi pío, usualmente denominado «ne bis in ídem», establece que una per-
sona (identidad de sujeto) no pueda ser sometida a proceso dos (o más) veces por los
mismos hechos (identidad de objeto)y en relación a la misma causa o criterio de im-
put ación (identidad de causa) 58 . Juan efectúa un disparo con un arma de fuego y se
le imputa haber dado muerte al perro del vecino. Juan resulta condenado por da-
f\o. Tiempo despuésse comprueba que el proyectil disparado por Juan no solo dio
muerte al perro sino también a una persona que caminaba por al lí. Sediscutesi Juan
podría ser sometido a juicio por la muerte de la persona.
Como los demás principios, el «ne bis i n ídem» procura limitarla potestad perse-
cutoria del Estado en materia penal.
En términos prácticos, suele tramitar como excepción y en base a resoluciones
que ponen fin al proceso, generalmente como sobreseimiento.
la ident idad de fundament o impl ica que la imputación no pueda reiterarse en
base a un mismo criterio de persecución estatal, pero sí cuando losorígenes fueran
de distinta naturaleza (pena 1, administrativo, civil, etcétera, el "por qué" de la pre-
tensión). Por ejemplo, un policía que comete un delito en funciones podría ser pro-
cesado para lelamente en sede penal yen sede administrativa mediante un suma rio
interno, sin queresultara aplicable el criterio del " ne bis in ídem", pudiendo ser con-
denado a prisión y, además, cesanteado como policía (constatandose identidad de
persona e identidad de objeto pero no de causa).
Un cuarto requisito que podría exigirse, según mi opinión, esta ria dado por las
posibili dades que hubiera tenido el Estado de conocer ese hecho que no formó par-
te de la imputación. Si, enel caso del disparo al animal, la persona muerta fue halla-
da luego de la condena por el delito de daño (supongamos que recibió el disparo,
se t rasladó herida al hospital y murió allí días después sin poder dar explicaciones
del origen del hecho), si nadie hubiera denunciado su desapa ri ción, si ninguna cir-
cunstancia llevó a sospechar la muerte de un ser humano a ca usa del mismo disparo
que dio muerte al perro, estimo que el principio «ne bis in ídem» no podría invocar-
58 Hendler, "Una regla que confirma sus excepciones: ne bis in idem", en Las garantías pena-
tes y procesa/es. Enfoque histórico-comparado, Hendler(comp.), 2001, ps. 131 a 148; Bertelotti, "El
principio ne bis in idem: un análisis desde una perspectiva históríco<omparada,;, en Las garantías
penales y procesales. Enfoquehistóríco•comparado, Hendler(comp.). 2001, ps. 105a 127.
68 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
se, lo que habilitaría el inicio de una investigación por ese tramo del hecho no teni-
do en cuenta aI momento de la condena por daño.
El inc. 5° del art. 8° de la CADH legisla: "El proceso penal debe ser público, salvo
en lo que sea necesario para preservar los intereses de la justicia".
El inc. 1° del art. 14 del PIDCP (parte pertinente) dispone: "Toda persona tendrá
derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal compe-
tente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de cual-
quier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de
sus derechos u obligaciones de caráctercivil".
El art. 1Ode la DUDH estipula: "Toda persona tiene derecho, en condicionesde
plena igualdad, a ser oída públicamente y conjusticia por un tribunal independien-
te e imparcial, para la determinación de sus derechosy obligaciones o para el examen
de cualquier acusación contra ella en materia penal".
El inc. 1° del art. 11 de la DUDH ordena: •roda persona acusada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad. con-
forme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantfas
necesarias para su defensa".
El párr. 2° del art. XXVI de la DADDH (parte ¡pertinente) determina: •roda perso-
na acusada de delito tiene derecho a ser oída en forma imparcial y pública ... ".
Enseñaferrajoli: "solo si la instrucción probatoria se desarrol la en público y, por
consig uiente, de forma oral y concentrada, si además es conforme al rito previsto
con ese objeto y si, en fin, la decisión está vinculada a da r cuenta de todos los even-
tos procesales, así como de las pruebas y contrapruebas que la motivan, es posible,
en efecto, tener una re lativa certeza de que han sido satisfechas las garantías pri-
marias, más intrínsecamente epistemológicas, de la formulación de la acusación, la
carga de la prueba y elcontradictorio con la defensa. Por eso, la publicidad y la ora-
lidad son también rasgos estructurales y constitutivos del método acusatorio for-
mado por las garantías primarias, mientras que el secreto y la escritura son a su vez
elementos caracterizadores del método inquisitivo"59•
En este sentido, los jueces Lorenzetti y Zaffaroni, en disidencia en causanº 5530,
A.2098-XLI, de la Corte Suprema, caratulada "Amodio, Héctor Luis s/Recurso de he-
cho", con fecha 12/6/07, señalaron (consid. 11): "Que si bien el sistema de enjuicia-
miento criminaladoptado por nuestra legislación procesalpenalnacional(ley23.984
y modificatorias) pertenece a los denominados 'sistemas mixtos', la etapa deldebate
54 ferrajolí, Derecho y razón. Teorla del garantí$mo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruiz Mi•
guel, Bayón Mohino, Terradillos Basocoy Cantarero Bandrés, 1995, p. 616.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 69
El inc. 2° del art. 8° de la CADH dispone: "Durante el proceso, toda persona tie-
ne derecho, en plena igualdad, a /as siguientes garantías mínimas:(...) f) derecho
de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz
sobre los hechos".
El inc. 3°, ap. e)del art. 14del PIOCPestable<e: "Durante el proceso, toda perso-
na acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes garan-
tías mínimas: e) A interrogar o hacer interrogar a /os testigos de cargo y aobtener la
comparecencia de los testigos de descargo y que estossean interrogados en /as mis-
mas condiciones que los testigos de cargo".
Indica Ferrajoli: " ... es la transposición jurídica de la que(...) he identificado co-
mo la principal cond ición epistemológica de la prueba: la refutabílidad de la hipó-
tesisacusatoria experimentada por el poder de refutarla de la contra parte interesa-
da, de modo que no es atendible ninguna prueba sin que se hayan activado infruc-
tuosamente todas las posibles refutaciones y contrapruebas(. ..) La defensa, que
tendencia lmente no t iene espacio en el proceso inquisitivo, es el más importante ins-
trumento de impulso y de control del método de prueba acusatorio, consistente pre-
cisamente en el contradictorio entre hipótesis de acusación y de defensa y las prue-
bas yco ntrap ruebas correspondientes. La epistemología f alsacionista que está en la
base a este método no permite juicios potestativos sino que requ ierecomo tutela de
la presunción de inocencia, un procedimiento de investigación basado en e I conflic-
to, aunque sea regulado y ritual izado, entre partescontrapuestas" 63 •
En similar andarivel, apunta Nanzer: " ... aun el testimonio más sólido o convin-
cente necesita sine qua non atravesar el tamiz de la confrontación para convertirse
en sostén legít imo de la sentencia. Este derecho humano encabeza del acusado, en
suma, debe ser concebido como un límite má,s a la averiguación de la verdad en el
proceso penal. Toda declaración testimonial que aquel no haya tenido oportunidad
de poner en crisis, jamás podrá integrar el plexo probatorio conque el juzgador ha-
brá de emit ir su veredicto. La consecuencia, pues, ha de ser la absoluta, inexorable
e irrestricta invalorabilidad del testimonio" 64.
El examen de testigos opera como una de las garantías más significativas en el
ámbito del proceso penal. Sin embargo, su raigambre constitucional resulta esca-
samente destacada yno suele oponerse como un derecho básico, inclusive durante
63 ferrajoli, Derecho y razón. Teorfa del garantismo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruiz Mi·
guel, Bayón Mohíno, TerradillosBasocoy ürntarero Bandrés, 1995, p. 613.
64 Nanzer, "La prueba derivada bajo el prisma del derecho a la confrontación'', en Neopuni~
tivismo y neoinquiskión. Un análisis de políticasy prácticaspenales violatoriasde los derechos fun-
damentales del imputado, Pastor (dir.), 2008, p. 367.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 71
65 Cafferata No res, La prueba en elproceso penal. 3' ed., 1998, p. 9; Clariá Olmedo, Derecho
procesal penal, t. li act. por Chiara Díaz, 1998, p. 308.
66 Carneluttí, Cuestiones sobre el proceso penal, trad. de Sentís Melendo. 1994, p. 138.
67 Cruz Bolívar, Carga de la prueba y e1<clusíón de responsabilidad en el nuevo sistema proce-
sal, en "Revista de Derecho Penal y Criminologia de la Universidad Externado de Colombia", vol.
32,nº91.2010.ps.168a170.
68 Huertas Martín, El sujeto pasivo del proceso penal como objeto de la prueba, 1999, p. 42;
Luzón Cuesta, la presunción de inocencia ante la casación, 1991. p. 18.
69 Nieva Fenoll, Fundamentosde derecho procesal penal, 2012, p. 284.
72 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
rresponde probar todos y cada uno de los elementos de la imputación con el grado
de convicción que cada etapa exija. Cualquierdeficienciadeberá destacarse y, de no
alcanzar el nivel de certeza requerido para condenar, remarcarse a efectos de una
absolución.
En segundo lugar, lo expuesto importa que al defensor, en una estrategia nega•
tiva, no le corresponda demostración alguna en contra de la postura del acusador, a1-
canzá ndole con remarcar la duda, que debería determinar la valoración de la prue·
ba a favor del imputado.
70 Ledesma, #-¿ Es constitucional la aplicación del brocardo íura novit curia'?", en AA W., Es,.
tudiossobrejusticia penal. Homenajea/ profesorJulío 8. J. Maier, 2005, ps.357 a 373.
ESTRATEGIAS YTÁCTICAS DELITIGACIÓN 73
ya que, conforme el devenir del proceso, la defensa jamás pudo controvertir ni ale-
gar en relación al martillo como arma; de hecho, solo podría hacerlo recién en se-
gunda instancia (en el ámbito recursivo).
En virtud de lo expuesto, refiriéndose al caso "Fermín Morales" de la Corte IDH,
explica Bovino:" ... la Corte establece-dos principios: a) para noviolarelderechode
defensa, la sent encia no se debe apartar de los hechos descriptos en la acusación, y
b) se viola el derecho de defensa si, sin alterar los hechos objeto de imputación, se
modifica la ca lificación sin observar las garantías procesales previstas en la ley para
realizartal modificación( ...) la Corte lnteramericana relaciona la violación al dere-
cho de defensa de la Convención con Ia falta de advertencia sobre el posible cambio
de calif icación jurídica, de manera clara ..... 71.
Previendo posibles vulneraciones a la defensa en juicio, los códigos procesales
regulan, a efectosde salvaguardar la validez de la subsu nción j uridica, mecanismos
como: a} la ampliación de la acusación, b) las imputaciones alternativas o subsi-
diarias, y c) el hecho diverso.
§ 3 9. PROHIBICIONES PROBATORIAS
Y PRUEBA !LICITA
76 Cuando las pruebas ilícitamente obtenidas fueran beneficios.1s para el imputado el princi-
pio debe ceder, pues su esencia radica en la exclusión de prueba que lo perjudica, noal revés.
77 Ruiz Vadillo, Valor de las diligenciaspracticadaspor la policlajudicial en elproceso penal, en
"Cuaderno del Instituto VascodeCriminolog fa, Eguzkilore", nºextraordinario 13, mar. 1999, p. 297.
78 Baumann, Derecho procesal penal. Conceptos fundamenta/es y príncipios procesales. In-
troducción sol/re la base de casos, trad. de la 3'ed. alemana ampliada de 1979por Finzí, 1986, ps.
53y55.
76 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
El art. 5° de la CADH prescribe: "1. Toda persona tiene derecho a que se respete
su integridad física, psíquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a pe-
naso tratos crueles, inhumanos odegradantes. Toda persona privada de libertadse-
rá tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano".
El inc. 1°del art. 11 de la CADH estipula: "Toda persona tiene derecho al respe·
to de su honra y al reconocimiento de su dignidad".
El Preámbulo del P/DCPdeclara: " ... los principios enunciados en la Carta de las
Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reco-
nocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y
de sus derechos iguales e inalienables(...) Reconociendo que estos derechos se de-
rivan de la dignidad inherente a la persona humana".
El concepto de dignidad resu lta discutido, inclusive desdediversas perspectivas 87 •
Sin embargo, su vigencia se observa en las declaraciones de derechos, tanto interna-
ciona les como nacionales, operando como lfmite al poder punitivo 88.
La delimitación del derecho a la dignidad se presenta explicada porvon Münch
del siguiente modo: "A todas luces es imposible determinar de modo satisfactorio
qué es la dignidad de la persona humana, mientras que manifiestamente sí es posi-
ble fijar cuándo se la está vulnerando" 89.
Según Velásquez Velásquez, "[s]etrata, sin duda, del más importante límite ma-
terial al ejercicio de la potestad punitiva en el seno del moderno Estado de derecho
social y democrático que, desde el punto de vista histórico, ha sido considerado co-
mo el motor que ha posibilitado la racionalización del derecho penal y la evolución
por él experimentada a través de los siglos" 90 •
91 CIDH. "Velásquez v. Honduras·, sent. del 29n/88 (Fondo), Serie ·e•, n• 4, párr. 165.
92 Del mismo modo respecto de la intimidad.
93 Nino, tHca y derechos humanos. Un ensayo de fundamentación, 2' ed., 1989, p. 30.
94 Bustos Ramirez, Principios garantisras del derecho penal y del proceso penal, en "Nuevo
Foro Penal, Revista del Centro de EstudiosPenalesde la Universidad de Antioquia", nº60, ene. -abr.
1999,p.112.
95 Moreno Ca tena, La garantía de los dere(hos fundamenta/es durante la investigación pe-
nal, en •cuadernos Penales José Maria Lidón•, nº 7,20 1O, •Problemas actuales del proceso penal y
derechos fundamentales", ps. 16 a 23.
80 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
§ 43. INTIMIDAD
El art. 5° de la CADH estipula: "1. Toda persona tiene derecho aque se respete su
integridad física, psíquica y moral. 2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas
o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad será
tratada con el respeto debido a la dignidad Inherente al ser humano".
El art. 11 de la CADH estatuye: "1. Toda persona tiene derecho al respeto de su
honra y al reconocimiento de su dignidad. 2. Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su
correspondencia, nideataques ilegales a su honra oreputación. 3. Toda persona tie-
ne derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques".
El art. 17 del PIDCPordena : "1. Nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ile-
gales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques
ilegales a su honra y reputación. l . Toda persona tiene derecho a la protección de la
leycontra esas injerencias o esos ataques".
El art. 12 de la DUDH prescribe: "Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en
su vida privada, su familia, su domicilio osu correspondencia, ni de ataques a su hon-
ra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra ta-
les injerencias o ataques".
El art. Vde la DADDH determina: "Toda persona tienederechoa la protección de
la ley contra los ataques abusivos a su honra, a•su reputación y a su vida privada y fa-
miliar". Y el art. X del mismo documento internacional regula: "Toda persona tiene
derecho a la inviolabilidad y circulación de su correspondencia".
La intimidad deriva del valor dignidad hurmana y lo complementa. Bidart Cam-
pos señala: "Con encuadre en el art. 19, estamos acostumbrados personalmente a
tener como sinónimos el derecho a la 'intimidad'y el derecho a la 'privacidad'; la in-
timidad sería la esfera personal que está exenta del conocimiento generalizado de
terceros, y la privacidad sería la posibi lidad irrestricta de realizar acciones privadas
(que no dañan a otros) pormásque se cumplan a la vista de los demás y que sean co-
nocidas por estos. Se trata siempre de una zona de reserva personal, propia de la au-
tonomía del ser humano" 96 •
96 Bidart Campos, Man val de la Constitvción reformada, 3' reímpr., 2001, t. l, p. 522.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 81
opinión política o de otra fndole, origen nacional o social, posición económica, na-
cimiento o cualquier otra condición social".
El art. 3° del P/DCPordena: "Los Estados P.artes en e/ presente Pacto se compro-
meten a garantizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce de todos los dere-
chos civiles y políticos enunciados en el presente Pacto".
El inc. 1º, 1ª parte del art. 14del P/DCPestablece: "Todas las personas son igua-
les ante los tribunales y cortes de justicia".
El inc. 3°, 1ª parte del art. 14 del PIDCPestatuye: "Durante el proceso, toda per·
sana acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes ga-
rantías mínimas ... ".
El art. 26 del P/DCPestipula: "Todas laspersonas son igualesantela ley y tienen
derecho sin discriminación a igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohi-
birá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efec-
tiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, reli·
gión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social".
El art. 1º de la DUDHmanda: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben compor-
tarse fraternalmente/os unos con los otros". Y en su art. 2º fija : "7. Toda persona
tiene todos los derechos y libertadesproclama dos en esta Declaración, sín distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra ín-
dole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra con-
dición. 2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, ju-
rídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona,
tanto sise trata de un país independiente, comodeun territorio bajo administración
fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía".
El art. 7ºde la DUDH determina: "Todos son iguales ante la ley y tienen, sin dis·
tinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protec-
ción contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provo-
cación a tal discriminación".
La 1• parte del Preámbulo de la DADDH proclama: "Todos los hombresnacen li-
bres e iguales en dignidad y derechos ... ".
El art. 11 de la DADDH indica: "Todas las pe·rsonasson iguales ante la leyy tienen
los derechos y deberes consagrados en esta declaración sin distinción de raza, sexo,
idioma, credo ni otra alguna".
La profusa regulación constitucional del principio de igualdad exime de mayo-
res comentarios sobre su virtualidad, dándose por ent endido que la condición de
igual se refiere aI círculo de iguales que se vinculan a la problemática respectiva y no
a una igualdad plana y absoluta.
En torno a talógica judicial, explica Freedm an: "Evidentemente, lacasuística ju-
risprudencia! nos demuestra que ladeterminación de una violación al derecho a la
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 83
§ 47. NECESIDAD
Lanecesidad es un principio que surge de la,filosofía juridica y que orienta Ias más
variadas hipótesis legales.: requisas, allanamientos, medidas de coerción personal,
legítima defensa, estado de necesidad, pena de prisión, producción de prueba (per-
tinencia respecto del objeto procesal, etcéter.a}.
En el proceso, este principio supone que el medio seleccionado para alcanzar el
fin no pueda ser suplido por otro igualmente eficaz que no restrinja el derecho
fundamental o que lo haga de una manera menos gravosa. Si se presentaran dos
medidas de intervención igualmente adecuadas, pero una de ellas apareciera más
invasiva, entonces deberá descartarse y uti !izarse laotra, por no haber necesidad de
mayores injerencias que las imprescindiblesparacumplir el objetivo legal.
En otras palabras, será posible alud ir al mal menor cuando no exista otro proce-
dimiento, igualmente apropiado, para alcanzarelfin pretendido. Pero ese mal me-
nor debe presentarse como el último recurso disponible.
Una extracción desangre, un allanamiento o una medida de coerción deben cum-
plir tal exigencia. Si el materia I genético puede obtenerse de un modo menos invasi-
vo, el objeto a secuestrar reemplazarse por un a medida de presentación o el peligro
§ 48. PROPORCIONALIDAD
En todo proceso pena l se verifica una inevitable tensión entre el Interés del Es-
tado en la persecución penal y los derechos del imputado, lo que obliga a ponderar
y balancear tanto el contenido intrusivo de una ley como los contornos de su ejecu-
ción en un caso concreto.
La proporcionalidad, básica en la etapalegislativa,debeconsiderarsetambiénen
el momento mismo de adoptar la decisión de interferir en los derechos fundamen-
ta les 110• El funcionario debe seleccionar el dispositivo legal que aplicará de acuerdo
al objetivo pretendido. Al respecto, la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal,
en causanº 15.792 111, señaló: "los principios de progresividad y proporcionalidad
§ 47. NECESIDAD
Lanecesidad es un principio que surge de la,filosofía juridica y que orienta Ias más
variadas hipótesis legales.: requisas, allanamientos, medidas de coerción personal,
legítima defensa, estado de necesidad, pena de prisión, producción de prueba (per-
tinencia respecto del objeto procesal, etcéter.a}.
En el proceso, este principio supone que el medio seleccionado para alcanzar el
fin no pueda ser suplido por otro igualmente eficaz que no restrinja el derecho
fundamental o que lo haga de una manera menos gravosa. Si se presentaran dos
medidas de intervención igualmente adecuadas, pero una de ellas apareciera más
invasiva, entonces deberá descartarse y uti !izarse laotra, por no haber necesidad de
mayores injerencias que las imprescindiblesparacumplir el objetivo legal.
En otras palabras, será posible alud ir al mal menor cuando no exista otro proce-
dimiento, igualmente apropiado, para alcanzarelfin pretendido. Pero ese mal me-
nor debe presentarse como el último recurso disponible.
Una extracción desangre, un allanamiento o una medida de coerción deben cum-
plir tal exigencia. Si el materia I genético puede obtenerse de un modo menos invasi-
vo, el objeto a secuestrar reemplazarse por un a medida de presentación o el peligro
§ 48. PROPORCIONALIDAD
En todo proceso pena l se verifica una inevitable tensión entre el Interés del Es-
tado en la persecución penal y los derechos del imputado, lo que obliga a ponderar
y balancear tanto el contenido intrusivo de una ley como los contornos de su ejecu-
ción en un caso concreto.
La proporcionalidad, básica en la etapalegislativa,debeconsiderarsetambiénen
el momento mismo de adoptar la decisión de interferir en los derechos fundamen-
ta les 110• El funcionario debe seleccionar el dispositivo legal que aplicará de acuerdo
al objetivo pretendido. Al respecto, la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal,
en causanº 15.792 111, señaló: "los principios de progresividad y proporcionalidad
años de prisión, art. 142, CP), lo que resulta absurdo y debería obligar a considerar
el máximo de cinco años inclusive para quienes no fueran funcionarios públicos.
También debe ponderarse la proporcionalidad al evaluarla inci dencia de las cau-
sas de justificación y del estado de necesidad exculpante, cuya esencia radica en es-
t imar el grado de afectación a bienesjuridicosde acuerdo al peligro o a la lesión en
curso(aunque en la legitima defensa seapelaa la racionalidad como parámetro es-
pecifico, lo cierto es que su plataforma se compadece con el criterio de proporcio-
nalidad).
Sin dudas, el principio de proporcionalidad también se presenta viable y aplica-
ble en otras facetas del proceso penal: actuación policial de oficio, uso de la fuerza,
medidas de coerción persona l yde prueba, etcétera.
La proporcionalidad encuentra su núcleo critico aI evaluar: a)los fines de la nor-
ma (objetivo del legislador), b)el pro;pósitoal momento de ejecutar esa norma (ob-
jetivo en el proceso), c) la búsqueda de la verdad (como ideal), y d) la tutela de los
derechos fundamentales del imputado114. El equilibrio y la equidistancia entre ta-
les valores se alcanzan midiéndolos de acuerdo al principio de proporcionalidad.
§ 49. JIUDICIALIDAD
114 Caro Coria, Las garantías constitucionales del proceso penal, en "Anuario de Derecho
Constitucional Latinoamericano•, año 12, t.11, 2006, p. 1028.
115
Por ejemplo. arts. 59del CPPBA y8 1 de la ley 14.442 de la provincia de Buenos Aires (Ley
del Ministerio Público).
116 Gómez Urso, El ABC de la instrucción penal. Requisas e Intervenciones corporales, 2018, t.
2, ps. 209 y 2 'º·
90 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
Excepto para los taxativos casos de allanamiento sin orden judicial, fundados en
hipótesis legales cerradas, el resto de las intervenciones policiales de oficio se basan
enelcriteriodela urgencia (también en losprincipiosdenecesidad, adecuación, pro-
porcionalidad, razonabilidad, etcétera). Y aquí aparece uno de los aspectos prácti-
cos más discutidos en el ámbito judicial, pues la extensión que suele concederse a tal
concepto (urgencia) no se compadece, en general, con la plataforma fáctica que lo
justifica: la imposibilidad de obtener en tiempo y forma la respectiva orden judicial
sin riesgo de pérdida o alteración de la prueba. En múltiples ocasiones el procedi-
mientoseencuentra debidamente asegurado. Por ejemplo, cuando detienen a quien
huye luego de cometer un asalto ya fuera del vehículo en el que circulaba. Pues bien,
la requisa del rodado se ejecuta casi como un acto reflejo. Sin embargo, si se anal iza
en detalle y se demuestra que el vehículo pudo preservarse sin riesgo hasta la expe-
dición de la correspondiente orden judicial, entonces el pedido de nulidad de la re-
quisa se impone.
El requisito de orden de autoridad competente (art. 18, CN), entendida como au-
toridad judicia l, opera como garantía y habilita todo reclamo cuando la injerencia
fuera dispuesta y ejecutada porf uncionarios administrativos (policías, inspectores,
etcétera).
El inc. 1º del art. 2Sde la CAOHestablece: "Toda persona tiene derecho a un re-
curso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribuna•
les competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamenta•
les reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones ofi-
ciales".
El ap. 3°, inc. a) del art. 2° del P/OCPdispone: "Toda persona cuyos derechos o li-
bertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido violados podrá interponer un
recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido cometida por personas que
actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales".
El inc. 4° del art. 9° del P/OCPlegisla: "Toda persona que sea privada de libertad
en virtud de detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de
que este decida a la brevedad posible sobre la•legalidad de su prisión y ordene su li-
bertad si la prisión fuera ilegal".
El art. 8° de la DUDH estatuye: "Toda persona tiene derecho a un recurso efecti-
vo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que vio-
len sus derechos fundamenta/es reconocidos por la Constitución o por la ley".
El art. XVI11 de la DADDH estipula: "Toda persona puede concurrir a los tribuna-
lespara hacerva/ersusderechos.Asimismodebedisponerde un procedimientosen-
cilio y breve por el cual la justicia la ampare contra actos de la autoridad que violen,
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 91
§ 51. LESIVIDAD
§ 52. CULPABILIDAD
desde los factores ambienta les que pudieran condicionar una decisión (error, ám-
bito de autodeterminación, etcétera).
Como premisa, es posible afirmar que el humano actúa de acuerdo con determi-
nados ca racteres subjetivos presentes al momento del hecho (voluntad, finalidad,
conocimiento, comprensión, consciencia, representaciones, motivos, ultra-finalida-
des, etcétera). La teoría del delito, por supuesto que prioritariamente basada en la
ley, se encarga: a) en todos los casos de algunos de ellos (voluntad, finalidad, cons-
ciencia, comprensión, etcétera), y b) en algunos casos de otros más, dependiendo
de la decisión del legislador al crear el tipo penal (figuras en las que se tipifican mo-
tivaciones, ánimos o ultra-finalidades).
En cualquier hipótesis, la teoría del delito distribuye su interés porcada elemen-
to subjetivo entre las distintas categorlasdeanálisis estratificado (voluntad en la ac-
ción, finalidad en eltipo subjetivo, comprensión enlaculpabilidad, etcétera),sinque
ello implique que ta l carácter subjetivo se encuentre solo al lí o que luego desapa-
rezca, sino que cada posición dogmática le presta especial atención en un determi-
nado nivel de estudio.
Por último, la teoría, fundada en la ley, pondera las causas de exclusión (ode dis-
minución) de tales elementos subjetivos, conocidas como eximentes (acto reflejo,
inconsciencia, errordetipo, error de prohibición, in imputabi lidad, emoción violen-
ta, etcétera).
La culpabilidad parte de la idea del ilícito personal, es decir, de la consideración
del deli to no solo desde el aspecto objetivo, sino tamb ién subjetivo, sustentando
la responsabilidad en la capacidad del autor de conocer, reconocer y comprender
el hecho cometido, descartando así la mera responsabilidad objetiva por el resul-
tado.
Afirma Ferrajoli: "una norma penal, como cualquier otra norma regulativa, es
sensata (además de bien formulada) solo si es, a la vez, observable y violable, y ca-
rece de sentido (además de estar mal formulada) tanto si no es observable como si
no es violable" 121 .
Un Estado liberal no puede atribuir acciones prohibidas por ley si la persona no
ha ten ido la posibilidad de prever el resultado de su conducta osi no le fue posible
conocer la prohibición legal o adecuar su comportamiento a tal prohibición en el
momento del hecho122.
En la práctica, lasdiscusionessobre do lo e imprudencia, errores de tipo ode prohi-
bición, vencibi lidad de tales errores, emoción violenta, menor culpabilidad por me-
nor posibilidad o capacidad de comprensión (patologias leves, trastornos de la per-
12 1 Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruiz Mi-
guel, Bayón Mohíno, Terradillos Basoco y Cantarero Bandrés, 1995, p. 498.
122 Zaffaroni -Alagia • Slokar, Derecho penal. Parte general, 2• ed., 2002, p. 132.
94 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
§ 53. MATERIALIDAD
El princip iode materialidad o exterioridad se presenta como uno de los límites bá-
sicos al poder punitivo. Sus postulados imponen que el Estado únicamente pueda
castigar una acción humana en tanto produzca efectos en el exterior, lesionando o
poniendo en peligro bienes jurídicos de terceros, siempre a partir de una observa-
ción dela sociedad desde lateorladel conflictoymidiendo la intervención estatal en
función del marco de interacción respectivo. La pena solo puede vincularse a una ac-
ción humana. Por el contrario, la reducción de violencia estatal, como opuesta al po-
der punitivo, puede ponderar factores personales 123.
Afirma Ferrajoli: "los delitos, como presupuesto de la pena, no pueden consistir
en actitudes o estados de ánimo interiores, y ni siquiera genéricamente en hechos,
sino que deben concretarse en acciones huma nas - materia les, físicas o externas, es
decir, empíricamente observables- describib les exactamente, en cuanto tales, por
la ley penal". Y añade: "es necesaria una relación de causalidad entre la acción y el
resultado dañoso (o peligroso), cuyos elementos vendrán configurados por la dog-
mática del siglo XVIII como requisitos esencial.es del denominado 'elementoobjeti•
vo' del delito" 124• Corresponde indicar que, si bien no integran elcontenidoteórico-
penal del concepto de acción, el resultado y el nexo causal se constatan por primera
vez en talcategoría, puesforman parte de u nt-odo inseparable en la esf era de la con-
125 Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría ele/ garantismo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruiz Mi-
guel, Bayón Mohíno, Terradillos Basoco y Ca ntarero Bandrés, 1995. p. 481,
126 Silvestroni, Teoría consritucional del deliro, 2004, p. 194.
l2t Binder, Introducción al derecho penal, 2004, p. 116.
128 Ferrajoll, Derecho y razón. Teoría ele/ garantismo penal, trad. de Andrés lbál\ez, Ruiz Mi-
guel, Bayón Mohíno. TerradillosBasoco y Cantarero Bandrés, 1995, ps. 482 y 484.
129 Struensee, •Losdelitos de tenencia ", en Jakobs •Struensee, Problemas capitalesdeldere•
cho penal moderno. Libro homenaje a Hans Welzel, 1998, ps.108a 117.
96 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
§ 56. HUMANIDAD
forme al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el
contexto de estos y teniendo en cuen'ta su objeto y fin " 134.
Mónica Pinto afirma: "El principio pro homine es un criterio hermenéutico que
informa todo el derecho de los derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir
a la norma más amplia, o a la interpretación más extensiva, cuando se trata de reco-
nocer derechos protegidos e, inversamente, a lanorma o a la interpretación más res-
tringida cuando se t rata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los
derechos o su suspensión extraordinaria. Este principio coincide con el rasgo funda-
menta I del derecho de los derechos huma nos, esto es, estar siempre a favor del hom-
bre" 135.
Abregú añade: " ... nose trata de un criterio para la opción entre dos normas, si-
no que es una gula para la protección de un derecho en cada caso particular. La di -
ferencia entre un criterio y otro significa que no habrá una norma que sea, en todos
los casos, la más garantizadora, si no que ello dependerá de su aplicación en cada ca-
so particular" 136 •
En la práctica, la regla pro homine ha encontrado recepción en la legislación pro-
cesal 137 • Asimismo, el principio de buena fe y su aplicación específica pro homi ne in-
hiben toda interpretación que, invocando la Constitución Nacional o los tratados in-
ternacionales, pretenda desconocer los limites de un sistema de garantías, lo que
suele suceder cuando se invocan bienes jurídicos de dudosa significancia o de valor
meramente político, mediático, etcétera y cuando se disponen penas crueles o
"ejemplificadoras" bajo la excusa de tutela. Cualquiera de tales desviaciones debe
corregirse mediante reclamos en base (entre otros) a los principios aquí referidos.
tolera ble daño socia I que, por la entidad objetiva de la conducta y la importancia de
los bienes involucrados, reclama la intervención subsidiaria del control penal 138•
Aunque, como señala Hassemer, en el contexto de la seguridad y la minimización
de garantías" ... el derecho penal no es una amenaza sino un módulo auxiliar. No es
ultima ratio como siempre dijeron los penalistas; en muchos ámbitos es prima ratio
o incluso so/a ratio" 139•
La subsidiariedad y la fragmentariedad acompañan el criterio de mínima inter-
vención. La primera pretende que la ley penal pueda tornarse operativa recién lue-
go de agotadas todas las instancias de resolución de conflictos. La segunda se orde-
na tras un discontinuo de ilicitudes que se presentan como segmentos aislados en el
contexto global de libertad asegurado al ciudadano, impidiendo que las prohibicio-
nes se extiendan por sobre la garantía de libertad 140•
El derecho penal sirvesubsidiariayfragmentariamentea la protección de bienes
jurídicos ysu existencia se justifica, axiológ íca y constitucionalmente, cuando la con-
vivencia pacífica de los ciudadanos solo pueda1garantizarse recurriendo a la sanción
penal de la conducta que lesione o ponga en peligro significativo aquellos bienes ju-
ridicos 141 •
En términos prácticos, corresponde priorizar y privilegiar toda alternativa a la re-
solución de conflictos distinta del modelo punitivo. Por lo tanto, ante la viabilidad
formal y material de cua lquiervaríable del principio de oportunidad (suspensión del
juicio a prueba, archivos condicionados como lo regula el art. 56 bis del CPPBA, con•
ciliación, reparación, etcétera), debe descartarse la utilización, muchas veces políti-
ca, de la ley penal como solución. Y nosoloen función de los criterios de intervención
mínima, subsidiariedadyfragmentaríedad, sino también en base a los principios de
razonabilidad, necesidad, humanidad, etcétera.
138 Fernandez, G., "Bien jurídicoysistema del delito", en AA.VV., Teorlasactuales en el dere-
cho penal, 1998, p. 418.
139 Hassemer, Proceso penal y derechos fundamentales, trad. al portugu~ por Silva Diaz y al
castellano por Sosa y C.arignano, en •Revista de Derecho Procesal Penal•, n• 2006-2, •La injerencia
en los derechos fundamentales del imputado-11 ", p. 57.
14º Monroy Rodrlguez, Principio demlnima intefl/ención, ¿retórica o realidad?, en ·oerecho
y Realidad, Revista de la Facultad de Derecho y CienciasSociales de la Universidad Pedagógica y Tec•
nológica de Colombia", nº 21, primer semestre de 2013, p. 28.
141
Arce Víquez • Chirino Sánchez, Los problemas de la política criminal del peligro, en "Nue•
va Doctrina Penal", n• 1999/A, p. 48.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 103
torno de nuestro sistema penal. Se trata de una enunciación yde un contorno por-
que los derechos nunca se realizan por completo, sino de modo progresivo, de-
biendo reconocerse "que la fuerza normativa de la Constitución es dinámica, que
nunca es óptima, que el derecho constitucional debe tener por objeto losesfuerzos
por real izarla y que, en definitiva, el cometido del derecho pena I siempre es incon-
cluso y abierto, un unfinished ... " 142•
El catálogo delineado en este Capitulo no es taxativo porque, para casos puntua-
les, también merecen consideración otros principios rectores de carácter específico,
como, por ejemplo, aquellos derivados de la Convención sobre los Derechos del Ni-
ño143, de la Convención sobre la Imprescriptibilidad de losCrímenes de Guerra y de
los Crímenes de Lesa Huma nidad 144 y de la Convención sobre losDerechos de Perso-
nas con Discapacidad 145 . Por supuesto, no alcanza con enumerarlos y explicarlos, si-
no que debe saberse cómo y cuándo aplicarlos. Y la cuestión sobre cómo y cuándo
aplicarlos se responde y resuelve estableciendo y reconociendo el vínculo que exis-
te entre cada norma {penal. procesal. etcétera)y el principio constitucional que re-
glamenta. Esta conexión se muestra clara, en abstracto, en el texto del art. 1°, párr.
1° del CPPCABA: "Este Código deberá interpretarse como un reglamento de la
Constitución Nacional, los tratados internacionales de derechos humanos ratifica-
dos por la República Argentina y la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires".
El complejo normativo que regula la estructura del sistema penal no es si no la re-
glamentación del modelo político establecido por la Constitución Nacional. Cono-
cer ese modelo implica contar con el GPS necesario para transitar técnicamente el
proceso penal.
El objetivo de este capitulo tiende a destacar que quien intervenga en un caso
deberá conocer y dominar con técnica legal y con solvencia teórica el conjunto de
principios constitucionales, esto es, ubicarlos en un plano superior para, una vez de-
limitados los hechos, eva luar qué principio corre riesgodevulneracióndebidoa de-
bilidades probatorias, legislativas o de cumplimientode las formas legales.
La conclusión del presente capítulo es categórica: toda injerencia estatal en el
ámbito punitivo 146 se estructura y subordina a los principios rectores de carácter
142 Zaffaroni. Alagia • Slokar, Derecho penal. Parte general, z•ed .• 2002, p. 43, entienden el
derecho penal de modo funcional, como un, saber que tiene por objeto reducir o contener poder
punitivo; véase Freedman. Comentarío a DeTecho Penal. Parte General de Eugenio Raúl Zaffaroni.
AlejandroAlagia y Aiejandro Slokar. en •Lecciones y Ensayos", n• 79, 2004. ps. 443 a 461.
143 ADLA. L-D-3693.
144 ADLA, LV-E-5909.
145 Con jerarquía constitucional según ley 27.044, sancionada el 19/11/14, promulgada el
11/12/14 y publicada en el 80 nº 33.035, del 22/12/14.
146 En cualquiera de sus versiones: por delitos. por contravenciones o por faltas.
104 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
a) Libertad probatoria
b) Exclusiones
3 Cafferata No res. la prueba en el proceso penal, 3'ed., 1998, ps. 16 a 23; iauchen, Tratado
de la prueba en materia penal, 2006, p. 613.
4 Miranda Esttampes, El concepto de prueba ilidta y su tratamiento en el proceso penal,
1999, p. 46 y siguientes.
5 Martinez García, Actos de investigación e Ilicitud de la prueba. El derecho al proceso y sus
garantías como limite a la actuación de los poderespúblicos en la ínvestígación del delito, 2009, ps.
21 a36.
108 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
mo testigo que prevén algunas leyes 6, pasando por las facultades de abstención 7 y
losdeberesde abstención 8, hasta la afectación a laprohibícióndeautoincriminación
o a la dignidad en caso de intervenciones corporales bajo fuerza o engaño.
En consecuencia, las exclusiones (tramiten como nulidad, como prueba "inopo-
nible", como prueba "invalorable", etcétera), exigen el conocimiento de las garan-
tías que tutelan, en primer término, su obtención y, en segundo término, su ingre-
so e incorporación al proceso. A partir de alli podrá establecerse un plan de trabajo
entorno a tales excl usiones.
e) Admisibilidad
Una vez conocida y comprend ida la mecánica probatoria y los múltiples modos
de acreditar algún aspectode laimputación (o dealg una otra injerencia), deben do-
minarse los criterios de admisibilidad de la prueba al proceso. Los códigos procesa-
les regulan dichas pautas en base a formas preestablecidas para cada modalidad.
Entre tales forma lidades se observan aquellas correspondientes al órgano encar-
gado y competente para disponery/o ejecutar la medida (policía, fisca 1, juez), aI pla-
zo para cumplirla, a la notificación previa, al método de ejecución, a la pertinencia
y conducencia de la prueba, etcétera. Ejemplos:
a) Una declaración testimonial en la etapa de investigación reclama unas for-
mas distintas (por escri to, conf ección del acta, firmas de los intervinientes,
etcétera) que la misma declaración prestada enjuicio oral (contradicción, in-
mediación y oralidad).
b) Las pruebas a prod ucir durante el debate deben ofrecerse en un tiempo y de
un modo específico,con la consecuencia, en caso de negligencia u olvido, de
perderl as-arts. 355, CPPN (ley 23.984); 245, CPPN (ley 27 .063); 338, CPPBA;
206 y 209, CPPCABA; 293, CPP-Chubut) .
La última parte del art. 206 del CPPCABA explica el punto: "Las pruebasco-
nocídas no ofrecidas no podrán incorporarse al debate".
e) Las piezas escritas de la investigacíón que pretendan incorporarse por lectu-
ra al debate se admiten en base a excepciones legales que deben conocerse,
pues se t rata del estrecho límite que condiciona la oral idad -arts. 392, CPPN
(ley23.984);256, CPPN(ley27.063);366, CPPBA; 239, 240y241, CPPCABA; 314,
CPP-Chubut- .
d) Corresponde diferenciar un anticipo probatorio-arts. 229, CPPN (ley 27.063);
27 4, CPPBA; 279, CPP-Chubut- de una declaración testimonial o de una Cá-
mara Gesell para un menor víctima de delitos graves - arts. 158, CPPN (ley
27.063); 102 bis y 102 ter, CPPBA; 193, CPP-Chubut-.
e) La lectura de piezas escritas para salvar contradicciones, incongruencias u
omisiones tiene como único fin favorecerla memoria del testigo y no suplir-
la. Por lo tanto, será admisible solo para ese fin y valorable exclusivamente la
versión ora l en el debate, no la escrita -arts. 391, inc. 2°, CPPN (ley 23.984);
366, CPPBA; 201 y 325, CPP-Chubut-.
f) La oportunidad de ofrecer nuevas pruebas en Iaetapa de juiciotambiéncuen-
ta con regulacionesrestrictivas, cuya mecánica debe conocerse para solicitar-
las y lograr quesean admitidas-arts. 267, CPPN (ley 27.063); 363, CPPBA; 2J4,
CPPCABA-. Con carácter inquisitivo, permitiéndole al tribunal que lo mate-
rialice de oficio, habilita tal alternativa el art. 388 del CPPN (ley 23.984): "Si
en el curso del debate se tuviera conodmiento de nuevos medios de prueba
manifiestamente útiles, osehícieren indispensables otrosyaconoddos, el tri-
bunal podrá ordenar, aún de oficio, la recepción de elfos".
g) También debe saberse cómo p rocede la exhibición de objetos secuestrados,
cómo se present an las grabaciones yfi lmaciones y qué debe considerarse do-
cu mento-art.s. 385 y 392, CPPN(ley 23.984); 266, CPPN(ley 27.063); 360y 366,
CPPBA; 240 y 241 , CPPCABA; 326, CPP-Chubut-, para que cada canal de in-
formación sea abierto regular y legalmente y para alcanzar el objetivo pro-
batorio pretendido.
h) En igual sentido cabe reconocer que cuando un testigo o perito declare en et
debate no podrá, en principio, consultar o leer notas o documentos - arts.
118, CPPN(ley23.984); 1O1, CPPBA-. Aunqueel art.265del CPPN(ley 27.063),
contraviniendo su esencia acusatoria y laprimera parte del texto de la misma
norma, dispone: "Los peritos presentarán sus condusionesoralmente. Para
ello, podrán consultar sus informes escritos y valerse de todos los elementos
auxiliares útiles para explicar las operaciones periciales realizadasu. Un "pa-
ra ello" que no parececompatilble con la oralidad promovida por el mismo ar-
tículo.
i) La admisibilidad del hecho notorio también reciama ciertas condiciones-arts.
128, inc. e), CPPN(ley 27.063); 209, CPPBA; 107, CPPCABA; 167, CPP-Chubut-,
las que podrían extenderse, aun si no estuvieran previstas pero hubiera acuer-
do departes, a las llamadas esti pu ladones o convenciones probatorias-arts.
338, inc. 6ºy 342 bis, CPPBA- , dispositivo útil para enfocaryconcentrar lasdis-
cusiones del debate en los puntos conflictivos 9.
Como norma orientadora respecto del tema aquí expuesto, vale citar el art. 128
del CPPN (ley 27.063), cuyo texto prescribe: "La recolección y admisibilidad de la
prueba se ajustará a lassiguientes reglas procesales: a) La recolección de los elemen-
tos de prueba estará a cargo del representante del Ministerio Público Fiscal que ac·
tuará bajo los principios de objetividad y buena fe, y deberá requerir orden judicial
previa solo en los casos en que este Código así lo establece; b) Las demás partes po·
drán recolectar por sf las pruebas que consideren necesarias y solo recurrirán al re-
presentante del Ministerio Público Fiscal si fuese necesaria su intervención. En caso
de negativa injustificada podrán recurrir al órgano jurisdiccional competente para
que se lo ordene. La prueba producida por/a querella se Incorporará como anexo al
legajo del Ministerio Público Fiscal cuando esta lo solicite; la defensa tendrá su pro-
pio legajo de prueba; c) Los jueces no podrán de oficio incorporar prueba alguna;
d) Solo se admitirán medios de prueba que guarden relación, directa o indirecta, con
el objeto del proceso, sean útiles ypertinentes para la resolución del caso y no resul·
ten manifiestamente sobreabundan tes; no podrá denegarse prueba si para su pro-
ducción hubiere conformidad de /as partes; e) Si se postula un hecho como admiti-
do por todas las partes, el órgano jurisdiccional puede prescindir de la prueba ofre-
cida, declarándolo comprobado en el auto de apertura deljuicio; durante la audien-
cia prevista en et art. 246, el juez puede provocar el acuerdo entre las partes si esti-
mara que, según las pruebas ofrecidas, se trata de un hecho notorio".
Las pautas referidas a modo de ejemplo, como se habrá advertido, condicionan
toda estrategia en el debate respecto de la prueba, esto es, determinan el éxito o el
fracaso de gran parte de la planificación de la teoría del caso.
d) Epistemología
Este aspecto, que aquí tampoco será profundizado, es uno de los más descuida-
dos en materia probatoria.
En seña Ferrajoli quede los principios «nu/Ja poena et nutta culpa sine iudicio» y
«nuttum iudicium sine probatione» " ... se deriva un modelo teórico y normativo del
proceso penal como proceso de cognición o de comprobación, donde la determi-
nación del hecho configurado por la ley como delito tiene el carácter de un proce-
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 1 11
di miento probatorio de tipo inductivo, que excluye las valoraciones en lo más posi-
ble y admite soto, o predominantemente, aserciones o negaciones de hecho o de
derecho de las que sean predicables la verdad o la fa lsedad procesal(...) una justi-
cia penal no arbitraria debe ser en alguna medida 'con verdad', es decir, basada so-
bre juicios penales predominantemente cognoscitivos (de hechos) y recognosciti-
vos (del derecho), sujetos como tales a verificación empírica" 1º.
Explica luegoferrajoli que la imposibilidad de formularuncriteriosegurodever-
dad de lastes is judiciales depende del hecho de que la verdad objetiva o absoluta re-
presenta tan solo la expresión de un ideal inalcanzable. Creer en una verdad objeti-
va y absoluta es una ingenuidad epistemológica. Ni las teorías científicas corrobora-
das por repetidos controles alcanzan un grado de verdad ta I que permita negar que
contengan proposiciones fa Isas. Es más, toda teoría científica está destinada a sersu-
perada antes o después por otra que contradiga su tesis. La verdad de cualquier pro-
posición fáctica no es definitiva sino contingente y relativa al estado de conocimien-
tos y experiencias vinculadas a ella, por lo que puede hablarse de proposiciones
(plausiblemente) verdaderas "por lo que sabemos, o sea, respecto del conjunto de
los conocimientosconfirmadosque poseemos". Setrata de una aproximación o acer-
camiento a la verdad objetiva, entendida esta como idea regulativa que no podemos
igualar pero a la que podemos acercarnos. De manera tal que una tesis resulte más
plausible o más aproximativa mente verdadera que otras, debido a su mayor poder
deexplicación y aloscontrolesmás numerosos favorablemente superados parella 11•
La epistemología debe definir los elementos y criterios tendientes a juzgarla va-
lidez del conocimiento en el proceso y la calidad de los controles a superar por cada
prueba, tanto de carácter oral como de carácter escrito. Oral en cuanto a las declara-
ciones de todos aquellos que concurran verbal y personalmente a brindar informa-
ción. En este caso, la calidad de la información se obtiene mediante técnicas de inte-
rrogatorio que indaguen en profundidad sobre diversosaspectos del testigo: credi-
bilidad, capacidad de conocimiento, origen del conocimiento, idoneidad, etcétera.
En cuanto a la prueba escrita válida para el juicio oral, los criterios epistemológ i-
cos exigen establecer la veracidad o legalidad de la misma ysu ¡¡ utenticidad, en tan-
to puedan constituir documentos privados o públicos que requieran un escrutinio
restrictivo respecto de la información que contienen.
En otras palabras, cada prueba debe serverif icadayexplorada en cuanto a la in-
formación que brinda. Cómo y porqué sabe lo que sabe el testigo. Cómo y porqué
es confiable la información contenida en un documento.
'º Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, trad. de Andrés lbá~ez, Ruiz Mi-
guel, Bayón Mohino, Terradillos Basoco y Cantarero Bandrés, 1995, p. 37.
11 Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, trad. de Andrés lbáliez, Ruiz Mi -
guel, Bayón Mohíno, Terradillos Basoco y Ca ntarero Bandrés, 1995, p. 50.
112 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
ridad como el autor del robo". Ese es el dato. Sin embargo, corresponde in-
dagar en la justificación de ta I afirmación. Por lo tanto, el Iitigante deberá so-
meter al testigo a un i nterrogatorio exhaustivo sobre circunstancias del he·
cho (distancia respecto del identificado, posiciones físicas de uno y otro, lu•
minosidad en el lugar, si el imputado estaba o no con el rostro cubierto, ca-
racterísticas más o menos particulares del imputado, como cicatrices o tatua-
jes, si estuvieron o no de frente, si ma rituvieron algún tipo de diálogo, enti·
dad de la conversación, pues no es lo mismo que le pida la billetera que ledi·
ga que va a matar a sus hijos, etcétera), condiciones del testigo (visión, capa·
cidad de memoria, estado psíquico durante y después del hecho, etcétera),
tiempo transcurrido entre el hecho y el reconocimiento, si el reconocimiento
coincide con laprimera descripciónfísica que le fuera requerida, etcétera. To-
do ello importará elevar el grado del conocimiento en función de demostrar
las razones del mismo.
2. Un cuchillo con manchas desangre es hallado en el lugar del hecho (homici·
dio), el informe escrito indica que el grupo sanguineo coincide con el del im-
putado. De nuevo, corresponderá, en primer lugar, examinar el trabajo peri·
cial decampo, es decir, lascondiciones de levantamiento del objeto, material
utilizado, idoneidad del perito en el lugar, conservación, ensobrado o guar-
dado, etcétera. En segundo lugar, el trabajo pericial en el laboratorio, cade-
na de custodia, equipamiento disponible, idoneidad del perito, método uti•
liza do con expresión de los pasos segui dos, modo y sistema de conservación
del material, t iempotranscurridoentreel levantamientoyel peritaje, posibi·
lidades de contaminación, etcétera. En igual sentido, deberán establecerse
las bases del dato y su correspondencia con las conclusiones de la comunidad
científica de la que se trate, antecedentes y capacitación del perito, etcétera.
17 Sancinetti, Análisis crítico de/caso "Cabezas". t. 1, "La instrucción ", 20-02, ps. 35 y 36.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 115
e) Orden de presentación
f) Interrogatorio y contra-examen
Si prueba es aquello que aporta indicios en el juicio oral y si aquello que aporta
indicios en el juicio oral y público puede provenir de una declaración, de un docu-
mento escrito o de un objeto, cabe conclu ir que solo las personas puedan ser inte-
rrogadas para obtener una información de calidad y creíble para el proceso. A los
documentosescritosya losobjetosno seles puede pedírmás, alostestigossí. En con-
secuencia, una de las principalesherramientas del litíganteserá el interrogatorio y
el contra-interrogatorio para el defensor.
18 Peña Gonzáles- Alman za Altamirano, Teoría del delito. Manual práctico para su aplicación
en la teoría del casa, 201 O, ps. 244 y 245.
116 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
g) Valoración
El art. 10, 1ª parte del CPPN(ley 27.063) prescríbe: "Las pruebasseran valoradas
por/osjueces según sus líbres convicciones, observando las reglas de la lógica, los co-
nocimientos científicos y las máximas de la experiencia. Los elementos de prueba so-
lo tendrán valor si son obtenidos e incorporados al proceso conforme a los principios
y normas de la Constitución Nacional, de los instrumentos internacíonales y de este
Código".
Aluden a la sana crítica losarts. 241,263, inc4ºy 398del CPPN(ley 23.984), 50, 121,
247y 248, inc. 3ºdel CPPCABAy 210 del CPPBA.
La va loracíón de la prueba 19 puede explicarse de acuerdo con la completa redac-
ción del art. 25 del CPP-Chubut "Todas las decisiones judiciales, salvo las de mero
trámite, deben ser motivadas, con adecuada fundamentación lógica y legal [art. 169,
I, C. Ch.] e indicaran el valor asignado a cada medio de prueba.
La misma exigencia rige para los requerimientos ycondusionesde losacusadores.
Sin perjuicio de lo que se dispone para los supuestos de intervención de jurados,
las pruebas serán valoradas por los jueces según la sana crítica, observando las reglas
de la lógica, los conocimientos científicos y las máximas de la experiencia. Formarán
su convicción de la valoración conjunta y armónica de toda la prueba producida.
La fundamentación no se podrá reemplazar con la simple relación de documen•
tos, afirmaciones dogmáticas, ficciones legales, expresiones rituales o apelaciones
morales.
La sentencia debe ser definitiva, absolviendo o condenando al imputado.
Cuando se trate de sentencias dictadas por tribunales colegiados, la fundamen-
tación es individual, aun cuando coincida con la conclusión de otro de sus miembros
[art. 169, I, C.Ch.], bajo sanción de nulidad insanable [art. 10, C.Ch] y con la conse-
cuencia prevista en el último parrafo del art. 169, C. Ch.".
Y esaqui donde corresponderá aplicar un sistema de trabajosistemáticoy racio-
nal que incluya: a) la proposición f áctica que-se afirma, b) la prueba que la susten-
ta, e) el grado de convicción generado por esa prueba, y d} el razonamiento lógi-
co seguido conforme la sana crítica.
La prueba debe recaer: a) sobre los hechos legalmente relevantes (se trata de
una parcela reducida de la historia), y b) sobre los hechos lógicament e relevantes,
1~ Dos obras de interés en la materia: Nieva Fenoll, la valoración de la prueba, 201 O, y Ferrer
Beltrán, La valoración racíona/ de la pn1eba, 2007.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 117
º
2 lgartúa Salaverria, •romandoen serio la 'duda razonable'. Enseñanzas de un controverti-
do caso judicial', AA. W., Derecho procesal: dilemas sobre la verdad en elproceso judicial, 2014, ps.
137a l60.
21 A partir de expresiones legales como "motivos suficientes". "elementosde convicción su-
ficientes", "suficientes indicios 11, "_justificar suficientemente", "fundamentos suficientes'', 11 indi•
dos vehementes y suficientes'', "motivación suficienten, etcétera.
118 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
La misma tarea se despl iega en la fase delde bate, aunque en este caso el peso es-
pecifico para el acusador deba alcanzar el grado de certeza, pues no solo para los
jueces corre tal nivel de convicción, sino también para aquel, debiendo rechazarse
elcriterio burocrático y negligente que propicia, aun en situaciones de incertidum-
bre, que se acuse "por si acaso".
Aldefensor, en una estrategia negativa/pasiva, le será suficiente plantearla du•
da. Si su pla n fu era positivo/activo, entonces deberá probar su hipótesis con un ni·
vel de convicción superior o igual al de la hipótesis del acusador.
En virtud de lo sintéticamente referido, corresponde subrayar que el momento
centra Ide valoración de la prueba (aunque no e Iúnico, pues, como se ha ind icado, la
teoría delcaso aplica desde el momento en que se conocen los hechos) se dará en los
alegatos de clausura para las partes y en la sentencia para los jueces profesionales,
De allí la importa ncia de las alegaciones, pues en ta linstancia las partes desplega rán
su razonamiento y argumentación para afirmar o refutar las proposiciones fácticas
de la imputación. Toda valoración requiere motivación suficiente;" ... el litigio nos
exige, como lo hace la teoría de la argumentación, da r razones:¿ en qué razonescen·
tras tu argumento? Es por ello que desde la teoría de la argumentación se logra di·
lucidar la verdad de los hechos contra la falacia de la ilogicidad de los argumentos
porque, desde la estructura lógica del pensamiento, es posible convencer -<on esas
razones- refutando las posiciones contrarias y/o determinando las mismas fala•
cias" 22 .
h) Verdad
z¡ Hidalgo Murillo, Hacia una teoría del caso mexicana, 2013, p. 102.
21 CelisVela, La verdad de los hechos en el procesojudicial, en "Criterio Jurídico•, vol. 9, nº 2,
2009, ps. 118 y 119.
24 Rivera Morales, Epistemología y prueba judicial, en "Revista de la Maestría en Derecho Pe•
nal de la Pontificia Universidad Católica del Perú", vol. 2, nº 1, 2008, p. 18.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓ N 119
Teniendo en cuenta los altos porcentajes que ocupan las decisiones sin exigen-
cias de verdad (suspensiones del juicio a prueba, archivos, desestimaciones, excep-
ciones, criterios de oportunidad, etcé-tera) o con requerimientos de verdad escrita,
refractaria a las garantías propias del debate Uu icios abreviados), corresponde ubi-
ca r la meta pertinente (verdad por aproximación como ideal 25 ) en el reducido es-
pacio de los juicios ora les.
Señala Ferrajoli: "Ciertamente, el modelo ilustrado de la perfecta correspon-
dencia entre previsiones legales y hechos concretos y del juicio como aplicación me-
cánica de la ley es una ingenuidad fi losófica viciada de realismo metafísico. Sin em-
ba rgo, se puede salvaguardar su valor teórico y político si-y solo sí-se redefine co-
mo modelo limite nunca plenamente conseguiblesinosoloaproxlmabley, sobreto-
do, se aclaran las condiciones en presencia de Ias cuales puede ser más o menos satis-
fecho. En realidad, se puede demostrar que aun cuando el control empírico de los
procedimientos probatorios e interpretativos en losque consiste la aplicación de la
ley encuentra límites insuperables, por lo menos el modelo queda asegu radoen esos
límites precisamente por el sistema normativo de las garantías de estricta legalidad
y de estricta jurisdiccional idad ydesu grado de efectividad. Conforme a ello, diremos
que lasgarantías legales y procesales, ademásdegarantías de libertad, son también
garantfasdeverdad; y que 'saber' y'poder' concurren en medida distinta enel juicio
según aquellas sean más o menos realizablesysatisfechas" 26 •
La verdad procesal se afirma en relación a las proposiciones jurisdiccionales. Ca -
da una puede ser descompuesta: a) en una proposición fáctica o de hecho, y b) en
una proposición jurídica o de derecho. A la vez, ambas pueden denominarse "cog-
noscitivas", en el sentido de que es predicable su verdad o su falsedad conforme la
investigación empírica. La verdad fáctica es comprobable mediante la prueba. La
verdad juridica es comprobable a través de la interpretación del significado de los
enunciados normativos que califican el hecho como delito. La comprobación de la
proposición fáctica se resuelve por vía inductiva conforme losdatos probatorios. La
cuestión jurídica se resuelve por víadeductiva conforme el significado de laspalabras
empleadas por la ley. La verdad procesal puede ser descompuesta entonces en ver-
dad fáctica yen verdad jurídica. Asi, es posible hablar de la investigación judicial co-
mo la búsqueda de la verdad en torno a los hechos y a las normas mencionadas en el
proceso y usar los términos "verdadero" y "falso" para designar la conformidad o
disconformidad de lasproposiciones jurisdiccionales respecto de aquellos 27 •
25 Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruiz Mi-
guel, Bayón Mohíno, Terradillos Basocoy Cantarero Bandrés, 1995, p. SO.
26 Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruiz Mi-
guel, Bayón Mohíno, Terradillos Basoco y Ca ntarero Bandrés, 1995, p. 46.
21 Ferrajoli, Derecho y razón. Teoría delgarantismo penal, trad. de Andrés lbáñez, Ruíz Mi -
guel, Bayón Mohíno, Terradillos Basoco y Ca ntarero Bandrés, 1995, ps. 48y 49.
120 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
Lo brevemente expuesto debe operaren la práctica como guia para orientar las
condiciones en las que podría darse por probada o por refutada cada hipótesis acu-
satoria, evitando cualquier pretensión de verdad objetiva o absoluta y enfocando
la teoría del caso en ambas comprobaciones: ifáctica a través de la prueba y jurídica
atravésde la interpretación de la ley.
Por último, va lga seña lar que no existe conflicto alguno entre el carácter per-
suasivo que se pretende de las técnicas de litigación y el juicio como búsqueda de la
verdad 28•
i) Razonamiento lógico
Lascuestiones vinculadas a la lógica formal exceden los lineamientos del presen-
te trabajo, pero deben mencionarse al único y trascendental efecto de afirmar que
la mera enunciación o enumeración de evidencias, la repetición incoherente de las
declaraciones de los testigos o la cita de fojas del expediente no podrán conformar
jamás una conclusión razonable y controlable.
Aqul aplican las enseñanzas relacionadas con el razonamiento y la motivación
judicial.
Si bien no le asigno entidad a la distinción entre prueba dírecta y prueba indicia-
ria 29, aun aceptándola, corresponde afirmar que, en el marco de la libertad proba-
toria, una condena puede sostenerse exclusivamente en indicios, ya que los están-
dares de convicción no aluden aI tipo de prueba, sino al grado o peso de cada dato en
relación a la proposición fáctica que pretendan demostrar.
Los indicios son hechos probados, como, por ejemplo, el hecho de una pelea pre-
via entre víctima y victimario referida por un testigo, el hecho de que el dia del he-
cho el imputado no concurrió a su trabajo según surge de la planilla de firmas res-
pectiva, el hecho de que llevara su ropa a un lavadero según lo confirmaron las cá-
maras del local a escasos minutos de la muerte de la víctima, el hechodeque su au-
to estuviera estacionado en la esquina de la casa de la víctima a la hora del hecho de
acuerdo con la infracción de tránsito labrada y acompañada al debate, etcétera.
Toda prueba demuestra un hecho, más o menos cercano al núcleo de la proposi-
ción fáctica a comprobar. De allí que el litigante deba establecer y argumentar res-
pectodedichacercan ia(o lejanía) enfuncióndel peso que le asigna para dar por de-
mostrada (o por no demostrada) una determinada proposición fáctica.
Un esquema posible de razonamiento indica que deba seguirse, al mismo tiem-
po, una relación cronológica y jurídica. Los hechos delictivos descriptos en la ley, si
bien abstractos y generales, nosíguen sino la dinámica natural del actuar humano.
La sintética reseña propuesta permite destacar que solo la prueba impulsa una
imputación ocualquierotra injerencia estatal. Sin embargo, hablar de la prueba no
implica hablar de cada medio en partícula r, sino de los aspectos prácticos referidos.
a) Reconocer el alcance del principio de libertad probatoria, a partir del cual di-
señar una estrategia que no se limite a los medios legalmente previstos.
b) Advertir que el margen extremo de la libertad probatoria lo constituye aque-
lla prueba obtenida en violación de garantías constitucionales. Se trata de
un ida y vuelta entre ambos aspectos, ya que la frontera de la libertad pro-
batoria se emplazará donde se compruebe aquella afectación (sin importar
aquí si corresponde llamarla prueba prohibida, prueba ilícita, etcétera).
En consecuencia, tal como se ha insistido, el nexo entre cualquier norma regu-
latoria de la prueba y la garantía constitucional que reglamenta (o el principio
rector que la rige)será el vector principal para establecer aquella frontera.
c) La admisibilidad se encuentra conectada alas exclusiones probatorias ya cier-
tas reglas que limitan el ingreso de prueba (pruebasobreabundante, prueba
extemporánea, prueba impertinente, etcétera). Se trata de otro paso en la se-
cuencia probatoria que no puede desconocerse. En términos prácticos, el
of recimiento de prueba para el juicio ora I constituye, según mi punto de vis-
ta, el actoconstitutivo(la piedra basal)de una estrategia de litigación con ex-
pectativas de éxito. Lo que no se ofrece en dicha instancia, salvando excep-
ciones legales de alcance restringido, ya no podrá hacerse va ler en juicio de
modo alguno. En otras palabras, se programará un viaje (al juicio ora 1) que no
podrá emprenderse por fa Ita de combustible.
122 JUAN FACUNDO GóMEZ URSO
prende la legislación y las teorias con las que se trabaja en el ámbito judicial: teoria
de la prueba, teoria general del derecho, teoria constituciona l, disciplinas adyacen•
tes, etcétera) y con el GPS politice expuesto en el capítulo V (como saber constitu-
cional) a fin deconsiderarel alcance yl osllmites de cada norma probatoria y de cada
acto a ejecutar en base a ella 32.
32 Es posible unir asi lostreselementos que, según Puelles, ~rmiten trazaruna estrategia me-
todológica: proposiciones fácticas, proposiciones jurídicas y medios de prueba (No todos los camí•
nos conducen a Roma: la teoría del caso, su u tilidad en la litigación oral y una propuesta de ense-
ñanza, en "Themis. Revista de Derecho•, nª 68, 2016, p. 209); los mismos elementos considera So-
lórzano Sánchez, la teorla del caso, en "Revista El Foro•, n• 15, sep. 2014, p. 13.
CAPfTULO VIII
LA PLANIFICACIÓN
1 Baytefman, E/juicio oral, en AA.W.. Nuevo proceso penal, 2000, ps. 229 a 232.
126 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
1- En lo fáctico
Lasfortalezas y debilidades, propias y del adversario, se determinan proyectan-
do la imputación sobre las proposiciones fácticas y estableciendo el grado de con-
vicc.ión (iluminación) en función de la prueba que las demuestra. Por ejemplo, la
proposición fáctica" Juan abrió la puerta forzándola con una barreta", debe verse
a través de l lente de la "fuerza en las cosas" de lart. 164del CP. Ahora bien, elgrado
de luz que permita ver con mayor o menor el aridad esa proposición (certeza, pro-
babilidad o duda) estará dado por las condiciones de la respectiva prueba (validez,
admisibilidad, valoración, etcétera).
Si, por ejemplo, la barreta no fue secuestra da yse trata ra de una puerta precaria
con varios signos de danos o roturas, la hipótesis del robo podría verse debilitada
para el acusador, lo que importaría una fortale2a para el defensor.
Cada proposición no iluminada por la prueba constituirá una debilidad que de-
berá fortalece rse por el acusadory destacarse o profundizarse por el defensor.
2 Afirman Na\aren Nandayapa y Ramírez Saavedra (Utigación penal y •teoría del caso• en
el nuevo sistema acusatorio, en "Revista de la Facultad de Derecho de México", t. LVIII, n• 250, jul.-
dic. 2008, p. 51), que" .. , la metodología para litigaren juico no consiste en una té<:nkadeoratoria,
como erróneamente se ha pretendido(. ..) Si se tratara de una cuestión de expresión se trataría de
una cuestión sencilla ... la elaboración de la teoría del caso debe tenerforzosamente un sustento
fáctico y un fundamento legal".
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 127
2- En lo jurídico
Las debilidad es también pueden darse en elplano jurídico, es decir, aun si la pro-
posición fáctica estuviera suficientemente probada. En estos casos no se encontra-
ría iluminado el aspecto jurídico, como, por ejemplo, si se hubiera demostrado un
ataque mortal a una persona indefensa aprovechando tal situación, lo que encua-
draría como homicidio con alevosía (.art. 80, inc. 2°, Cfi), y se lo calificara como ho-
micidio simple (art. 79, CP).
O, desde un ejemplo procesal, si estuviera acreditado el cumpli miento irrestric-
to de los compromisos asumidos para una excarcelación y se calificara al imputado
como "peligroso procesalmente".
1 En lo fáctico
2 - En lo jurídico
1- En lo fáctico
2- En lo jurídico
En lo jurídico, las fortalezas y las debil idades dependen de la interpretación de la
ley a partir de los disti ntos métodos disponibles (literal, teleológico, etcétera) yde la
incidencia de la doctrina yde la jurisprudencia en cada caso. Sin dudas, eIprestigio y
el nivel académico de cada cita de doctrina y la jerarquia del órgano judicial(distin-
ta incidencia tend rá unfallo de la Corte Suprema en relación a uno similar de un juz-
gado de primera instancia) influírá nen la aplicación de un determinado mecanismo
jurídico (tipicidad, legítima defensa, medida de coerción, allanamiento, ingreso de
prueba por lectura al debate, circunstancias agravantes, etcétera). "La ley(...) es un
gran enjambre de teorías jurídicas, entendiendo por estas proposiciones abstractas
y generales que buscan un correlato en la realidad de los casos a los que se las pre-
tende aplicar(. .. ) La ley nos ofrece teorias juridicas acerca de las más disimiles co-
sas ... ,,4.
g) ¿Cómoaplicomiteorladelcaso?
La teo ria del caso se aplica vinculando las proposiciones fácticas con cada elemen-
to legal y teórico de la imputación (o de otra injerencia) a través de la prueba. Así,
operan simultánea mente las normas y teorías que ordenan su aplicación (teoría
constituciona l, teoría del derecho, teoría del derecho penal, teoría del delito, teoría
de la pena, teoría de laprueba, etcétera). "Por un lado están los relatos, desprovistos
de conclusiones jurídicas, por el otro las teorías ysus elementos, desprovistas en prin-
cipio de contenido fáctico específico. El modo de superar esta distancia es presen-
tándole al tribunal proposiciones fácticas para cada uno de los elementos de nues-
tras teorías jurídicas ... " 7•
por la victima, primera protagonista delevento, o por el testigo que vio al la-
drón romper una ventana para entrara la casa; la presentacióndeun abuso
sexual intrafamiliar no puede iniciarse con la declaración del médico que in-
forma sobre las lesiones vaginales, sino con la conformación del núcleo fa .
miliar y con el relato de la victima). "Las proposiciones fácticas contribuyen
a esquematizar las presentaciones que las partes realizarán en el juicio oral
(...) Las proposiciones fácticas permiten ordenar la presentación de la evi-
dencia, según un correlato temático o cronológico de los hechos que deben
ser probados para dar por acreditado cada elemento del tipo" 10•
b) Yjurídica porque las proposiciones deben subsumirse taxativamente en ca-
da disposición legal aplicable y porque las descripciones de la ley se basan
en acciones humanas que, finalmente, también se ejecutan y evolucionan
en una secuencia de tiempo. Las proposiciones fácticas basadas en hechos
legalmente relevantesdeben sersimétricas a las proposiciones jurídicas. To-
das las proposiciones fácticas (legales/jurídicas relevantes y lógicamente re-
levantes) deben ser simétricas con la prueba. Ni más proposiciones ni más
prueba.
"la teoría del caso se construye desde el momento en que las partes tienen co-
nocimiento de los hechos" 11•
La teoría del caso, prioritariamente destinada a las audiencias orales, aplica ca-
da vez que deba concretarse una imputación o una injerencia. Durante la investi-
gación existen actos que constituyen paradas obligatorias en el recorrido procesal
(dependiendode cada legislación), como la declaración delimputado (indagatoria)
y la elevación a juicio. Las demás injerencias tienen carácter eventual (detención,
prisión preventiva, allanamiento, etcétera), sin embargo, de darse, deberán pro-
barse y discutirse desde la teoría delcaso.
Donde esta teoría operaráentodasu dimensión será, en primerlugar, en los ale-
gatos de apertura del juicio oral y, en segundo lugar (aunque no el último, dada la
posibilidad de aplicarla aun en fases recursivas), en los alegatos de clausura.
1- Alegato de apertura
Requisitos y objetivos del alegato de apertura:
a) Debe ser breve, simple y, por sobre todas las cosas, técnico y jurídico en cuan-
to a la hipótesis de trabajo duranteeljuiciooral. Los anuncios grandilocuen-
tes, los recursos emocionales o políticos y cualquier otra mención extraña al
planteo jurídico deben rechazarse.
Como sostiene Atienza: "Nose argumenta mejor por decir muchas veces lo
mismo, ni por expresar con muchas palabras lo que podría decirse con mu-
chas menos. La amplitud excesiva del discurso aumenta las probabilidades
de cometer errores y corre el grave riesgo de provocar hastío en el oyente" 12•
b) En igual sentido debe desecharse la valoración de prueba que el tribunal to-
davía no conoce 13• "Como la prueba no ha sido aún presentada, no es la
oportunidad para sacar conclusiones acerca de la calidad de la misma. Eso es
algo que dejaremos para elfina ldel juicio en los alegatos finales" 14•
e) Elacusador debe describir solo los hechos legalmente relevantes de la impu-
tación en sentido estricto (delito) y encuadrarlos en las disposiciones perti-
nentes, sin conectarlos con prueba alguna, pues aún no se ha producido. Ese
es el contorno del alegato de apertura para el acusador: proposiciones fácti-
cas simétricas con el delito en el que se subsumen. No más.
d) El defensor debe enfocar a los jueces exactamente en el espacio de aquello
que cuestionará, sea fáctico o jurídico, procurando, como se ha dicho, con-
centrar sus esfuerzos en un solo planteo, salvo que se justifique un plan al-
ternativo o subsidiario. Por ejemplo: evidenciar (estrategia negativa) que el
fiscal no probó la fuerza en las cosas o la agravante banda en un robo, la in-
fracción al deber de cuidado en un delito culposo, el acceso carnal, la situa-
ción de convivencia preexistente o la calidad de encargado de la educación
de la víctima en un abuso sexual, etcétera. O, mediante una estrategia posi-
tiva, probar una legítima defensa o la ñnimputabilidad de su defendido.
e) Tanto para el alegato de apertura como para el de clausura resulta conve-
niente y aconsejable trabajar con un tema central15, con un lema. Más aún
U Atien za, Diez consejospara argumentar bien o decálogo del buenargumentador, en "DO·
XA, Cuadernos de Filosofía del Derecho", nº 29, 2006, p. 474.
13 Rúa • González, f l rol del juez en un sistema adversaria l. Fvndamentos y técnicas de con•
ducción deavdíencias, en "Sistemas Judiciales. Una perspectiva integral sobre la administraciónde
justicia", año 17, nº 21, 2018, p. 1OO.
14 Baytelman . Duce, Litigación penal y juicio oral, 2013, p. 181.
15 Peña Gonzáles •Almanza Alta mirano. Teoría del delito. Manval práctico para su aplicación
en la teori8 del caso, 2010, p. 258.
ESTRATEGIAS Y TÁCTICAS DE LITIGACIÓN 135
en el supuesto de juicio por jurados. Es decir, con "una frase breve que iden-
tifique de manera clara la cuestión central debatida en este caso(... ) Este le-
ma debe ser utilizado por el litigante cada vez que pueda en sus interven-
ciones verba les ante el tribunal, particularmente al inicio y al término de sus
alegatos de apertura y clausura" 16• El lema, por supuesto, no requiere ex-
presiones juridicas en sentido estricto. Para el fiscal, por ejemplo, "el impu-
tado asesinó a sangre fria asu amada". Para eIdefensor, por ejemplo," mi de-
fendido siempre condujo su vehiculo de modo prudente y responsable" o
"mi defendido jamás infringió su deber de cuidado al manejar suvehiculo".
f) Junto al lema, que da cuenta del planteo general. resulta conveniente tra-
bajar con etiquetas. "Las etiquetas son aquellos términos favorables utili-
zados por el abogado para referirse a las personas, los eventos y las cosas aso-
ciadas con el juicio" 17•
Pueden ser términos que evoquen alguna cuestión extra-jurídica (emocio-
nal, sentimental, etcétera), pero node modo exclusivo, pues corresponde re-
lacionarlos con la mirada técnica del caso. Además, no deben caer en el agra -
vio ni en la ofensa. Por ejemplo, la vivienda donde se hubiera abusado se-
xualmente de una menor con quien el imputado convivía podría llamarse "la
casa del horror".
El lema y la etiqueta deben aplicarse siempre que se aluda a la misma idea
(cada vez que se hable, por ejemplo, del lugar de los abusos debe decirse "la
casa del horror"), para que vayan grabándose en la mente del juzgador.
g) El alegato de apertura resulta determinante para que las partes y el tribunal
concentren su atención y la prueba en aquellos aspectos que merezcan dis-
cusión. Lo que no implica resignar planteos para situaciones imprevistas, si-
no dirigir los esfuerzos y las mi radas al centro del debate. "No es convenien-
te invertir tiempo y recursos narrando una historia sobre los hechos no con-
trovertidos. Debe concentrarse en transmití rsu versión de lascuestiones y los
hechos materiales controvertidos" 1s.
Con el alegato de apertura se esboza una cuestión que debería cerrarse con el
alegato fina l: la credibilidad. Por ejemplo, adelantar que el imputado de un femí-
cidio no solo no mató a la víctima sino que la amaba como nunca amó a nadie o que
el imputado de una estafa jamás engañó a los damnificados si no que, por el contra•
rio, los ayudó a que salieran adelante luego de un mal negocio, además de exposi-
ciones innecesarias se presentan, de entrada, como poco creíbles. Lo mismo cuando
se ofrecen defensas por descarte (que no es lo mismo que subsidiarias o alterna ti•
vas, como se ha explicado), es decir, que el imputado no intervino en el hecho, que
si intervino lo hizo como partícipe secundario, que si intervino como autor lo hizo
en legítima defensa, que si intervino como autor y no hubo legitima defensa actuó
en un estado de necesidad exculpante, etcétera.
2 - Alegatodedausura
El alegato de clausura constituye el momento sublime de la tarea del litigante.
Allí expondrá por completo su teoría del caso, reuniendo la totalidad de los sabe-
res, teorías y leyes conectadas con lasproposfciones fácticas y con la prueba rendi·
da en el debate. " El alegato final comienza y termina con la prueba efectivamente
producida en juicio( ...) es un ejercicio( ... ) específico y concreto en relación con la
prueba" 19 .
El alegato de clausura no requiere:
a) Profundizaciones sobre el derecho (recordemos la regla "el juez conoce el
derecho").
b) Frases o pa labras complicadas que no conducen a conclusión alguna.
c) La mera reedición de la prueba producida en el debate, como, por ejemplo,
"el testigo 1 dijo ..., el testigo 2 dijo ... ", porque eso también lo escucharon
los jueces a quienes se propone el alegato.
d) La cita de piezas escritas por foja sin refe rencia alguna a la proposición fácti-
ca con la que supuestamente se conecta.
e) Distorsionar la información tergiversando o acomodando la versión de al-
gún testigo o reformulando el contenido de alguna pieza escrita. Y no solo
por una cuestión de principios, porque ello bastaría para rechazar acciones
en aquel sentido, sino porque los jueces las tomarán como un intento de ju-
gar haciendo trampa.
f) Introducciones, desviaciones o reflexiones extrañas al objeto del litigio. En
primer lugar, porque no hacen aI asunto principal. En segundo lugar, porque
los jueces se desconcentran y se cansan.
g) Exagerar cuestiones emotivas tendientes a convencer solo por esa vía, 1o que
podría aceptarse en el caso de jurados popu lares.
h) Personali zar los cuestionamientos, porque las criticas deben recaer sobre el
caso presentado.
El alegato de clausura y la teoría del caso en general requieren:
a) Entender e internalizarque alegar significa valorar la prueba yargumentar
conforme a ella en orden a los tópicos informados al tribunal al iniciarse el
debate.
b) Establecer un orden jurídico basado en la imputación y en el detalle de las
proposiciones fácticas que la componen de acuerdo con la descripción abs-
tracta y general de la ley. De modo completo para el acusador y en el punto
a cuestionar para el defensor (que, aunque solo se trate de una crítica, tam-
bién debe ubicarse sistemáticamente, no alcanza con afirmar que no hubo
dolo, sino que deberá fijárselo respecto de los elementos del tipo objetivo
imputado y en relación a las proposiciones fácticas que materializan tales
elementos legales).
"Una buena teoría del caso requiere construir proposiciones facticas ade-
cuadas a elementos legales sobre las cuales se elabore un relato creíble, sus-
tentado en medios de prueba• 20.
c) Marcar el vínculo entre la pretensión acusatoria y la prueba, demostrando
cómo se acredita cada proposición fáctica de la imputación. El defensor pue-
de oponer una defensa pasiva/negativa (señalando las debilidades de la acu-
sación) o activa/positiva (proponiendo y probando hipótesis incompatibles
con las del acusador).
d) Asumir que toda demostración probatoria debe estructurarse de acuerdo al
razonamiento lógico, evitando la mera lectura de piezas escritas o la repro-
ducción de testimoniosy explkando, en genera Ipor via inductiva, el recorri-
do que permite dar por acreditada cada proposición fáctica.
e) Considerar que el razonamiento lógico, desde la posición del acusador, de-
be derivar en un estándar de convicción que arroje certeza para condenar.
Desde la posición deldefensor será suficiente con cuestionar dicho estándar,
bastando con reducirlo a la duda. Aunque también podría afirmarse la falta
de prueba sobre alguna o algunas de las proposicionesfáctícasvaloradas por
el acusador o proponer hipótesis que las refuten.
f) Aportar a los jueces una teoria del caso que les permita resolver y decidir en
consecuencia. Es decir, un esquema que les facilite su tarea y no que la com-
plejice.
2º Peña Gonzáles- Almanza AltamiranQ, Teoría del delito. Manual práctico para su aplicación
en la teoría del caso, 201 O, p. 249.
138 JUAN FACUNDO GÓMEZ URSO
21 Rúa • González, El rol del juez en un sistema adversaria/. Fundamentos y técnicas de con·
ducción de audiencias, en "Sistemas Judiciales. Una perspectiva integral sobre la administraciónde
justicia", año 17, n• 21, 2018, p. 1Ol.
ANEXO
ORGANIZADOR VISUAL EN CUADRO SINÓPTICO
Juan declaró que conocía a Pedro de vista, que lo cruzó esa noche en un boliche,
que este lo invitó a su casa a fumar marihuana y a tomar cerveza, que aceptó y que,
en un momento, (Pedro) apareció desnudo, con un cuchillo en la mano, y le dijo:
"primero yo y después vos". No supo explicar cómo terminó él (Juan) con el cuchillo
en sus manos. Concretamente refirió: "no sé cómo tenia el cuchillo en mi mano, él
corría por t odos los ambientes, yo no podía salir, el departamento es chico, nosé có-
mo me acordé que la ll ave estaba en el bolsillo de su pantalón, la agarré, abrí y me
fui". No d io detalles ni precisiones de los apuñalamientos. A preguntas, respondió
que no lo recordaba.
El fiscal le imputa a Juan el delito de homicidio (art. 79, CP). El defensor postula
su inimputabilidad (art. 34, inc. 1º, CP) o, subsidiariamente, un homicidio en estado
de emocíón violenta (art. 81, inc. 1º, ap. "a'', CP).
El organizador visual puede verse desde la mirada de cualquiera de las partes,
aunque, para proponerl o de modo completo, se ha considerado desde la óptica del
fiscal.
La primera columna cont iene los "hechos" (proposiciones fácticas). En un primer
segmento de esa columna, parte superior, se ubican la.sproposiciones fácticas sobre
los "hechos legalmente relevantes" (delito}, es decir, aquellos que interesan a la im-
putación penal (por el momento sin otras injerencias en juego}.
El seg undo segmento de la primera columna, parte inferior, reúne las proposi•
ciones fácticas sobre los " hechos lógicamente relevantes".
Lasproposiciones fácticas de esta primera columna no han sido incluidas en de-
talle, pero surgen de la información precedente (Pedro sin vida a causa de apuña la-
mientos, Juan como autor, etcétera).
La segunda columna, de ca rácter lega l y juridico, también se divide en dos par-
tes. La primera, parte superior, presenta el tam iz del saber penal que debe ser atra-
vesado de modo completo por las proposiciones fácticas de la primera parte de la
primera columna. En otras palabras, se trata de los elementos de la teoría del delito
(sujeto activo, sujeto pasivo, imputación objetiva, resultado, dolo, inexistencia de
causas de just ificación o de inculpabilidad, etcétera} que deben contar con sus res-
pectivas proposiciones fácticas.
Ese tamiz, para el fiscal, debe incluir (a) la t.eoria del delito fundada en el tipo de
homicidio que pretende probar, (b}cuestiones de inculpabilidad por inimputabili•
dad y (c) el tipo de homicidio en estado de emoción violenta. Estas dos últimas al-
ternativas de acuerdo con la estrategia presentada por el defensor. Si bien este se-
rá el encargado de probar sus hipótesis, también el fiscal debe ocuparse de fortale-
cer su caso resistiendo Ias tácticas del adversario.
Esta fase j urídica permite evaluar fortalezas y debilidades respecto de las pro-
posiciones probadas, lo que se detalla en las columnas que siguen.
La parte inferior de esta segunda columna comprende las exigencias lógicas ne-
cesarias para complementar la imputación. O sea, tratándose de un homicidio, tal
ORGANIZADOR VISUAL EN CUADRO SINÓPTICO 141
como fuera explicado, deberá verificarse o descarta rse elvinculo previo entre victi-
ma y victimario, las circunstancias del lugar (departamento) para establecer la se-
cuencia de los hechos y los movimientos de ataque y defensa, los posibles móviles
que determinaron la acción del autor, asuntos que pudieran ser de interés respecto
de la prueba (credibilidad de testigos, autenticidad o legitimidad de prueba docu-
mental, etcétera), si efectivamente Pedro invitó a Juan a fumar marihuana y a to-
mar cerveza (si secuestraron restos de cigarrillos de marihuana o botellas de cerve-
za en el lugar, si la autopsia determinó residuos de alcohol en Pedro, etcétera).
En las columnas tercera y cuarta se ubican las proposiciones fácticas probadas y
se les asigna, de modo compatible con los requerimientos lega les y jurídicos al res-
pecto (probabilidad y certeza), un valor que determina las fortalezas(dependien-
do de si nos ubicamos en la etapa de investigación o en el juicio). De allí que se las
identifique como "cuanto si", lo que importa un cierto peso1 probatorio.
Cabe aclarar que el segmento superior (hechos legalmente relevantes) y el seg-
mento inferior (hechos lógicamen te relevantes) de cada columna se mantienen pa-
rejos y equivalentes a lo ancho del cuadro en cuanto a las necesidades probatorias
y a la valoración consecuente.
La tercera columna muestra, ene! ejemplo propuesto, que la autoría (1), el lugar
(2) y la víctima (3), como hechos legalmente relevantes, y la relación previa {10), co-
mo hecho lógicamente relevante,see-ncuentranacreditadasconcerteza, por lo que
se posicionan como fortalezas.
La cuarta columna destaca que elarma (4), si bien comprobado por el informe de
autopsia que ha sido de carácter cortante, no ha sido secuestrada, por lo que, más
allá de que también podria incorporarse como certeza el uso de tal tipo de elemen-
to, se incluye como probabilidad.
En las columnas quinta y sexta se ubican las proposiciones fácticas en duda o no
probadas, por lo tanto, se destacan las debil idades del caso, a saber: nose ha deter-
minado el horario del ataque (5) ni la dinámica o secuencia de los hechos (6) ni un
posible estado de emoción violenta (7) ni una eventual causa de inimputabilidad
(8). Valga aclarar que, por tratarse de un cuadro sinóptico y sintético, no se detallan
aspectos de cada circunstancia referida (por ejemplo, si la inimputabilidad obede-
ce a imposibilidad de comprensión o a imposibilidad de dirección de las acciones, si
la dinámica de los hechos debe tener inicio en la cama de la habitación o a la salida
del baño, etcétera), aunque deben ser conocidas y evaluadas por el litigante.
En consecuencia, corresponde remarcar las fortalezas (lo que está acreditado)
vinculándolas con la prueba producida y las debilidades (lo que está en duda o no
probado) relacionándolas con la prueba a producir para robustecerlas.
1 La cuestión del peso de la prueba (que he señalado en distintas ocasiones) también se dis-
cute como tal, por lo que aquí se utiliza simplemente en clave pedagógica.
142 ANEXO
Las columnas siete y ocho indícan las pruebas (ya valoradas en las columnas pre-
vias) que arrojan probabilidad o certeza respecto de cada proposición fáctica. Así,
por ejemplo, la proposición fáctica" Juan esel autor del ataque a Pedro" se encuen-
tra acreditada con certeza apartir de las cámaras del edificio que lo registran entran-
do con la víctima y saliendo, sin que terceras personas estuvieran presentes aquella
madrugada. La proposición fáctica" el ataque se originó y concluyó en el interior del
departamento de Pedro" se encuentra demostrada con certeza en función del acta
poi icia 1, de las fotografías obtenidas y de la diligencia de inspección ocular. Y así con
las demás proposiciones.
La novena columna considera las proposiciones fácticas en duda o no probadas
como debilidades a reforzar. Por ende, se indican Ios cana lesde información posibles
para ello ("cómo probar"). Por ejemplo, el horario del ataque (5) podrla establecer-
se a partir de las cámaras de seguridad y de los testimonios de los vecinos que escu-
charon rui dosygritos. La dinámica de los hechos (6) mediante un perita jede "secuen-
cia fáctica" a rea lizar por crimina listas de la policía científica (tipos de manchas de
sangre, goteo, arrastre, etcétera). La emoción violenta (7) de acuerdo con la canti-
dad, intensidad y entidad de las heridas causadas a Pedro, por un peritaje psiquiátri-
co a Juan que podría incluir mapeos cerebrales, informes y estudios previos y preci-
sando el tipo de relación sentimental entre víctima y victimario a través de chats te-
letón icos, testimon íos de al legados, viajes en común, etcétera.
Cada proposición (legal o lógica) se ubica en cada columna yse desarrolla median-
te la prueba y el valor que se le asigna a efectos de focal izar fortalezas y debilidades.
Por último, la columna diez abarca los aspectos relacionados con las garantías
constitucionales, marcando en cada caso cómo deben respetarse y cumplirse. Por
ejemplo, las grabaciones de lascámaras de monitoreo del edificio (1), que acreditan
con certeza la autoría de Juan, debieron obtenerse mediante un secuestro con testi-
go (según lo requerido por cada código procesal) y priorizando la cadena de custodia
hasta su resguardo o exhibición, lo que hace a la legitimidad de dicha evidencia. Las
actas policiales debieron cumplirse de acuerdo con las exigencias legales. Lo mismo
que los peritajes, respetando la notificación previa y la posibilidad de ofrecer perito
departe.
En relación a los " hechos lógicamente relevantes", es posible apredar, por ejem-
plo, que el móvil (9) aparece como una debilidad, ya que existen dudas al respecto
(no es posible saber porqué Juan decidió matar a Pedro). Siendo asi, se indican los
mecanismos probatorios que permitirían fortificar tal cuestión (o no, si fuera el ca-
so del defensor). Entre ellos, la declaración de la pareja de Pedro (T1: testigo 1),
quien sabía que Juan se pondría celoso al enterarse de la relación, loschats y llama-
das teletón icasde los últimos mesesentre Juan y Pedro y los horarios y contenido de
sus conexiones en las redes sociales. EII o no significa que ta les medios demuestren
el móvi 1, sino que se trata, conforme e I punto a verificar, de los más aptos e idóneos
para lograr ta I fin, sin perjuicio de otrosq ue pudieran presentarse o derivar de ellos.
ORGANIZADOR VISUAL EN CUADRO SINÓPTICO 143
Siguiendo con los *hechos lógicamente relevantes', la relación previa (10) en-
tre Juan y Pedro se encuentra demostrada en gradodecertezaenfunción delas de-
claraciones de los testigos 2 y 3 (T2 y T3), amigos de ambos, quienes certificaron el
"amorío" entre ellos, ytambién por las conclusiones del peritaje informático lle-
vado a cabo en sendas cuentas de Facebook.
La columna final, como se ha apuntado, destaca las particularidades (fuertes o
débiles) de las garantiasconstitucionales en juego. Así, por ejemplo, debería eva-
luarse si lostestigos (T1, T2 yT3) se encontraban alcanzados por algún tipo de prohi-
bición o de restricción para dedararysi los peritajes (de carácter informático o téc-
nico -teléfonos celulares-) se han materializado cumpliendo con las formas pro-
cesales estipuladas para ello.
Vale aclarar que el cuadro sinóptico que ilustra el caso práctico plantead ose pre-
senta como un esquema sencillo, tendiente a evitar laberintos y confusiones (por
ejemplo, añadiendocolumnassobreepistemologíade la prueba), ya que losdemás
aspectos relacionados con la litigaciórn deben presumirse conocidos e incorporados
implicitarnente al análisis pretendido.
Asimismo, corresponde señalar que el resto de las cuestiones - distintas de la
imputación en sentido estricto (determinación de la pena, medidas de coerción, et-
cétera)-deberian estructurarse en orden al diseño gráfico que a continuación se
sugiere, pero por separado, a fin de discriminar y ordenar las respectivas exposi-
ciones al tribunal y la evaluación de la prueba pertinente.
Lasexplicaciones precedentes, destinadas al ejemplo ofrecido, permitenobser-
varelorganizador visual (cuadro sinóptico) en la próxima página, corno un plan de
trabajo estratégico ytáctico basado en la técnica legal y jurídica indispensable pa-
ra afrontar con responsabilidad y compromiso tod o caso en un proceso penal.
~
CUADRO SINÓPTICO: CASO PRÁCTICO PARA LITIGAR EN EL PROCESO PENAL .¡,.
.¡,.
HECHOS IMPUfACION CUANTO SI CUAITTOSI CUANTO NO CUANTO NO COMO COMO COMO PROBAR GARANTiAS
(QUE TENGO} (QUE FORTALUA FORTALEZA DEBILIDAD DEBILIDAD PROBADO PROBADO DEBILIDAD PROCESALES
NECESITO) CERTEZA PROBABIU· DUDA NO PRUEBA FORTALEZA FORTALEZA DUDA/NO YPENALES
OAO CERTEZA PROBABILIDAD PRUEBA
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