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{Claro que no era muy gravel
La pequefia nave espacial para nifios estaba
diseiada casi para evitar cualquier tropiczo.
iY en este momento las computadoras de la
nave tenfan uno!
-{CLANG! ~soné la nave, chocando contra
algo duro.
‘Aforrunadamente el tiltimo tumbo de la caida
dejé a la nave posada sobre sus cuatro ruedas. 0
fue la computadora quien lo consiguié?
—jMenos mal! -exclamé Martita~. No me gusta
salit de una nave caminando de cabeza
Todos tieron.
Me asomaré ~dijo Gano, que era el mayor,
y comenzé a ponerse su grueso abrigo de piel
Oye! ~se burl6 Vania-, si aqui no estamos
en Ganimedes.
‘Tis crees que no hace tanto fio? ~pregunts
ino, recordando los hielos erernos de su satélite
~;Claro que no! ~contesté Tito.
Bueno ~acepté Gano-, no me lo pondré
él frio, sino porque me de la gana -y termi
ponerse el chaquetén,
Tito se acercé a la computadora y le pregunté:
~;Se puede bajar en este asteroide?
de
“Se pue-de ba-jar —respondié la computa-
dora, hablando como computadora-
tem-pe-ra-tu-ra y at-més-fe-ra per-mi-ten vida
huema-na.
—:Queé esperamos? ~se apuré Gano, y abriendo
la compuerta se largé afuera.
Uno tras otros, todos lo siguieron.
Oh! jEsto parece un pueblo!
~jQué casas tan bonitas! —admiré Vania.
~jPero todas las ventanas son negras! ~se ex-
trafié Juan,
-iY tienen grandes antenas... parecen de tele-
visién! —descubrié Tito.
~iQué raro! {Nadie se ha asomado a pesar del
choque! -indicé Gano.
~;Habran muerto todos los habitantes? ;Esta-
mos solos? se pregunt Martita.
~SOLOS? ~gritaron asustados-. Enton...
—CALLENSE RID{CULOS!-oyeron quealguien
les gritaba desde el interior de una de las casas.
~Parece que no estamos solos ~se alegré Vania.
—:Pero qué extrafios seres vivirin aqui? —volvié
a preguntar Martita, a quien le encantaban los
cuentos de misterio.
—Entremos a verlos —propuso Gano, el mas
arriesgado.
—No me atrevo, podrian atacarnos —dijo Tito.
—;QUIEREN CALLARSE DE UNA VEZ?
~oyeron nuevamente.
No seas tonto, vamos ~insistié Gano en vor
muy baja.
—Bueno, si quieres toco el timbre -acepté Tito,
hablando también muy bajito.
Se aproximaron a la puerta y, en el momento
en que Tito iba a tocar el timbre...
—Jijjjnnnnnkkkkk ~crujié la puerta, abriéndose
sola.
Los cinco amigos dieron un paso atras.
2A qué nuevo misterio se enfrentaban?
Entonces, desde adentro, les hablaron:
~jCHITAS QUE MOLESTAN!-protesté
alguien.
—-ENTREN LUEGO, QUE ME CANSE DE
TIRAR EL CORDELITO -dijo otra voz.
~PASEN, PERO NO METAN BULLA-habl6
tuna tercera,
-SIENTENSE A MIRAR ~invité una cuarta voz.
SI ESTA MU...U...Y ENTRETEN...I...DO!
~repitieron todas la voces con una voz muy aburrida.
Gano, Vania,Tito, Martita y Juan penetraron
en la casa. Estaban en penumbras. La puerta se
cerré tras ellos, dejando todo ain més oscuro.Al frente pudieron ver la parte posterior de
una méquina: era como una pantalla, y estaba
encendida; se veia el resplandor de su luz.
Delante de ella habia ‘algo’ como cinco peque-
fas nifas.
~Yo las veo azules ~susurré Tito al ofdo de Juan.
—Yo también — le confirms éste.
AY tan Alaquitas.
~Parecen tallarines.
—Estaran enfermas?
—Puede ser, vamos hacia alld -respondié Juan.
Todos se dirigieron hacia las nifias azules.
—Estén viendo tele! -exclamé Vania en voz alta.
{CHIST! —Ia hicieron callar.
Aqui tienen gallecas —convidé una de las nifias
anules —; miren y quédense callados.
Cada cual tomé una galleta y se sentaron a
mirar televisién.
Finalmente la pelicula terminé, y una de las nifias
azules, estirando la mano, encendié una luz muy
enue.
Sin embargo, eso fue suficiente para que nues-
tros amigos pudicran verlas mejor.
‘Hola! ~responpondié una de ellas.
2émo se Ilaman ustedes? —pregunté Juan.
—Yo me llamo TE -respondié una.
-Y yo LE ~dijo la segunda.
~Yo VI ~dijo la tercera.
~Yo me llamo SI —dijo la cuarta.
-Y yo TAS ~exclamé la tiltima.
2 ustedes, cémo se llaman?
Los nifios dieron sus nombres
-jAH! -dijeron todos, ahora que se conocian.
Bueno, nos vamos —dijo Gano, por decir algo.
Oh, no se vayan, ya va a empezar la otra peli-
cula! -afirmé ST.
—Pero, :no se aburren de ver televisién? —pre-
gunté Vania.
~Yo me aburri de tanto estar sentada —afirmé
Maartita.
Las cinco nifias azules la miraron extrafadas.
Y qué otra cosa se puede hacer? ~inquirieron.
—2No van a la escuela? ~pregunté a su vez Gano.
-No -respondié TE -, nosotras estudiamos
por televisién..
—2Y no tienen biblioteca en el asteroide? —pre-
gunté Juan, a quien le encantaba leer.
—:Para qué? Los libros los cuentan resumidos
—contesté LE.
No salen a jugar con otros nifios?
:A jugar? Todos los otros nifios también miran
television ~dijo VI.
48:Pero hacen deportes? se interes Martita.
Deportes, qué es eso? —se sorprendié SI.
No te acuerdas? le record6 Tas— esos progra-
mas donde muestran lo que hacfan los antiguos...
—2Ah? ~se extrafiaron las nifias azules-. :Y
ustedes hacen todas esas cosas?
~Eso y mucho més —dijo Gano muy orgulloso-,
alla en Ganimedes volamos de luna en luna por
todos lados.
~Y en la tierra ~explicé Juan nos bafiamos y
nadamos en el mat.
En Marte ~agregé Martita~ las ciudades
estin debajo de grandes cipulas y nosotros
hacemos excursiones al campo, con cascos y
zapatos especiales.
~En Venus—conté Vania— nos gusta leery dibujar
y tocar musica.
-Yeen Titan —finaliz6 Tito- nos gusta asomarnos
por las noches a mirar el planeta Saturno, con sus
anillos, y las otras ocho lunas que hay en su cielo.
{Qué lindo! ~se aleged TE-. :Y cémo podria-
mos hacer esas cosas nosotras?
—Vengan afuera y les mostraremos. ;Y también
veran nuestra nave!
—zTenemos que levantarnos y caminar? -pre-
gunté asustada TE,
~2Y si nos caemos y nos hacemos una herida?
-consulté atemorizada LE.
—zAfuera? Nos podemos enfermar —aseguré VI.
—Debe hacer un frio espantoso ~dijo SI
~Yo creo que hace mucho calor—la rebatié TAS.
Los cinco amigos se echaron a reir y exclamaron:
—jQue niiias estas!
—jNo les va a pasar nada! ;Vengan afuera! —las
invité Juan; y se le ocurrié una brillante idea—
Jueguen a que son actrices de television.
Entonces las nifias azules aceptaron y todos
salieron.
—Oy!, qué bonito! Se asomaron un largo rato,
hasta que el sol comenzé a ponerse.
—Majiana voy a invitar a todos, a todos los
nifios a jugar afuera ~dijo TE.
~Y yo me voy a leer todos los libros que me
dejaste —le aseguré LE a Juan, quien le habia
prestado un montén de libros.
—Nos quedaremos a jugar afuera durante todo el
rato que no tengamos escuela —afirmaron VI y SI.
“iY los vamos a echar mucho de menos! —se apené
TAS, despidiéndose cuando los nifios partieron
de vuelta a esa playa del continente americano
en el Océano Pacifico del planeta Tierra.
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