Resumen: Cap.
5 Karl Marx, Teoría Sociológica Clásica’ de Ritzer
Sociología Clásica y Crítica del Capitalismo
Maite Alejandra Soleno Arenillas
Actividad 1
Marx era un pensador complejo que abarcó muchos sentidos de las interrelaciones
humanas con el otro y con el entorno, incluyendo lo que le es pertinente a la sociología.
Cuando era joven, Marx se ocupó más de desarrollar su pensamiento filosófico humanista,
enfocado en el concepto de potencial humano y en la sociabilidad de sus actores. Marx
aplicaba la dialéctica hegeliana a lo materialista, lo que representaba un enfoque nunca
antes visto: aplicar la lógica de lo interrelacional al mundo ‘real,’ abarcando incluso el
pasado y el futuro, más decía no mantener su aspecto determinístico. Es ahí donde se
puede empezar a considerar a Marx un humanista, por su profunda preocupación con el
presente y futuro del individuo y su sociedad. El Marx maduro se preocupa más por
describir la estructuras presentes, sus actores y sus interrelaciones. Su enfoque se fija en
los conflictos y las contradicciones entre diversos niveles de la realidad social.
Marx Joven
El joven Marx es un filósofo humanista. Ve la presente estructura capitalista como un
impedimento para el potencial humano, que básicamente es lo que el individuo podría lograr
con su consciencia, trabajo y creatividad si no estuviera estrecho por sus necesidades. Las
capacidades del individuo menos su necesidades, serían en teoría sus potencialidades, o su
potencial humano, y las necesidades pueden ser naturales (en el sentido que compartimos
con la naturaleza, los animales) o específicas del ser humano.
La consciencia otorga ciertas capacidades y necesidades al ser humano, y es la interfaz por
medio de la cual el individuo interactúa con la otredad. Por eso los conceptos de percepción
(donde la consciencia da cuenta de su entorno), orientación (la consciencia da orden a su
entorno), y apropiación (la consciencia actúa sobre su entorno) son de suma importancia.
De la apropiación podemos partir para entender las tesis contradictorias del capitalismo y el
marxismo: para el primero la apropiación significa posesión, para el segundo significa la
expresión del potencial humano.
En sus expresiones más simples, cualquier actividad es un medio de apropiación, y toda
actividad productiva es trabajo, un concepto que dependiendo de su contexto varía en
naturaleza (capitalismo y marxismo). Después de todo, el potencial humano, según Marx
puede ser desviado por lo que denomina como las ‘consecuencias imprevistas’ de nuestras
acciones. El capitalismo es una consecuencia imprevista de la humanidad.
Marx en su madurez
En la parte posterior de su camino, Marx actúa más como un teórico estructural del sistema
capitalista. Se concentra en el análisis de éste y la alienación que ejerce sobre los seres
humanos. La alineación es la ruptura de interrelaciones naturales y la resultante falta de
conexión de los actores sociales con lo real.
Se puede sumarizar en:
1. La ruptura entre el trabajador y su actividad productiva.
2. La ruptura entre el trabajador y el producto.
3. La ruptura entre trabajadores.
4. La ruptura del trabajador y su potencial humano.
La alienación es seminal para que el capitalismo funcione, ya que permite y crea el sistema
de dos clases, donde una clase emplea el tiempo del trabajador y es dueña tanto de los
medios de producción como del producto, y otra debe trabajar para costear sus
necesidades básicas. En este sistema, las relaciones naturales están rotas, a tal grado que
incluso el capitalista está alienado del sentido de su no-trabajo. Por eso la distorsión del
dinero, en donde el dinero como un valor alienado y alienante distorsiona el potencial
humano con sus características que desdibujan. El trabajo, dentro de este sistema, es el
opuesto del potencial humano.
El capitalismo es un mundo invertido, donde los de abajo deberían de estar arriba, los
precios son contradictorios y el capital explota al proletariado, pero actúan como si le
confiriera favores. Aquí es donde Marx desarrolla su crítica al capitalismo con un programa
político, y desarrolla el concepto de praxis, alegando que la única manera de afectar lo real
es con acción concreta, más allá de la teoría, para llegar a la emancipación. La meta de la
emancipación es llegar al ser genérico, o el ser que no sufre de rupturas interrelacionales, y
dentro del capitalismo esto no es posible.
El punto de partida del capital es la mercancía. La mercancía es un producto que no refleja
el trabajo real, su valor depende de sus relaciones con otras mercancías. Desde ahí es fácil
que aparezca el fetichismo de mercancía, donde los actores olvidan el trabajo y hay una
ruptura entre la memoria y lo material, y siguiendo esta línea de pensamiento se entiende
que la propiedad privada es un producto alienado.
La división del trabajo es una parte importante del trabajo de este Marx, y se pude describir
en qué:
1. La división del trabajo separa al individuo de la comunidad.
2. El proceso laboral está roto en funciones.
3. Las capacidades del individuo son una mera herramienta.
4. Cada persona contribuye lo mínimo al producto final.
De ahí partes las clases sociales, que básicamente son relaciones sociales reificadas que
cobran vida y constriñen al actor tanto como él las crea.
El conjunto de las relaciones de producción constituye la base de la estructura económica
sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política, lo que lleva a la ideología, o el
nivel cultural, tema que Marx apenas exploró por su enfoque materialista, aunque sabía de
su gran influencia. Incluso delineó una consciencia individual y una de la época, pero aquí
se le puede criticar en la contradicción con la dialéctica hegeliana que tanto ha afinado.
Sin embargo de aquí salen dos conceptos seminales para su propia lectura:
1. La falsa consciencia: La ruptura entre la realidad y la estructura que produce la
burguesía y el proletariado.
2. La consciencia de clase: La realidad del capital.
La ideología entonces, es el sistema integrado de ideas que es externo al individuo pero
también coercitivo hacia él. Las ideas de la clase dominante por fuerza material son las
ideas de la época. Entonces las ideas dominantes no son más que la expresión ideal de las
relaciones materiales dominantes.
La Sociología de Marx
En este punto es donde se expresa lo sociológico de Marx, y su profunda sociabilidad.
Para Marx, el trabajo es la fuente de todo valor. Su valor de uso es cualitativo y satisface las
necesidades, pero el valor de cambio es cuantitativo y depende de la cantidad de tiempo
como su fuente básica, creando una ruptura con el trabajo como la fuente. El capital se
esgrime sobre el valor de cambio, osea, sobre lo irreal.
El tema central de la sociología de Marx es la explotación, por medio de algo que llama la
plusvalía. La plusvalía es lo que le confiere a los capitalistas sus ganancias, y es la
diferencia entre el valor del producto y los elementos invertidos en la formación del
producto. La cantidad exacta del excedente, o la plusvalía, es la expresión exacta del grado
de explotación de la fuerza del trabajo por el capital.
En la ‘ley general de la acumulación capitalista’ Marx habla de la tendencia constante del
capital en hacer lo posible para que el costo del trabajo llegue a cero. Como el trabajo es la
fuente real de todo valor, el capital explota al proletariado para acumular. Existe un límite
para la explotación, y cada vez que los capitalistas se acercan a este límite buscan bajar
costos por medio de la mecanización. De esta manera muchas personas son despedidas,
creando así un ‘ejército industrial de reserva.’
Mientras, estos procesos generan más competencia y más costos tecnológicos, lo que
significa una menor cantidad de capitalistas con un mayor potencial de acumulación, y a su
vez una masa de proletarios y el ya mencionado ejército industrial de reserva. Es en estas
circunstancias que Marx ve una vulnerabilidad en el capitalismo, una revolución que los
capitalistas buscan evitar a toda costa. El aspecto clave de la ley de acumulación es el
grado en que los actores (tanto el capital como el proletariado) se ven obligados a actuar
debido a la misma estructura del capitalismo.
El análisis del trabajo de Marx deja claro que el aspecto sociológico que trabajó es
invaluable para el análisis del presente. Incluso cuando no se esté de acuerdo con su
totalidad, las huellas de los conceptos desarrollados son indelebles en el campo sociológico.