La actualidad
y el futuro del
packaging
Diseño de
Packaging
La actualidad y el futuro del
packaging
Las costumbres cambian, las personas evolucionan y los envases también.
La velocidad de cambio es tan grande que, quien se descuida, pronto
queda en el olvido. Los nuevos tiempos exigen algo más que un diseño de
packaging tradicional. Hoy en día, hay otros factores necesarios para
garantizar su éxito.
El crecimiento de Internet y la crisis que afronta la publicidad tradicional
obligaron a muchas empresas a repensar las formas de comunicarse con
los usuarios.
Aunque ya los anuncios publicitarios no causen un impacto en las personas
como tiempo atrás, el envase sigue siendo un elemento ineludible.
Construir lazos emocionales con el consumidor debería ser a estas alturas
el objetivo principal de cualquier diseñador. Para poder hacerle frente a la
competencia que, en los tiempos que corren, se ha vuelto cada vez más
feroz y despiadada, es necesario anticiparse. Se debe desarrollar una visión
a futuro, interpretando los constantes cambios en los hábitos de consumo
y considerando las tendencias como punto de partida y no como metas
obligatorias.
Las preocupaciones medioambientales y la
sustentabilidad
El incremento casi desmedido de los productos de consumo y, como
consecuencia, también de los envases y embalajes está generando
preocupación en toda nuestra sociedad y se convirtiere en un tema
sensible y complicado de abordar.
El envase genera sentimientos encontrados. Por un lado, cuando asumimos
el rol de ciudadano, consideramos cualquier tipo de envase como basura,
ya que constituye una amenaza para el medio ambiente. Sin embargo,
cuando desempeñamos el rol del consumidor, preferimos los envases cada
vez más llamativos, multiusos, funcionales, autoportantes que garanticen
solidez y estabilidad, cómodos, etcétera.
Del accionar gubernamental solo se puede esperar la imposición de
impuestos sobre actividades con impactos de carbono o impuestos sobre
materiales que son difíciles o caros de clasificar. Cualquier movimiento de
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este tipo solo puede generar más opiniones negativas del consumidor y
aumentar la presión también por parte de las empresas a reducir los
niveles de packaging utilizados. Son solo parches y no soluciones.
Ante estas cuestiones, los diseñadores entran en escena para poder
generar un aporte relevante desde su actividad, ocupando el rol de
activista.
Repensar solo el packaging no será suficiente, pues
también se necesitará un cambio en la concepción de
toda la cadena de distribución, desde la fuente del
producto, pasando por la logística y las industrias
minoristas hasta la gestión del residuo. (Stewart, 2008, p.
170).
Frente a los actuales problemas medioambientales, es necesario comenzar
a incluir aspectos de sustentabilidad al mismo nivel de importancia que se
le da a cuestiones morfológicas, estructurales o económicas. Pensar nuevos
conceptos de packagin, que puedan ser reutilizables o recargables, y tener
en cuenta para su desarrollo materiales reciclables o compostables,
contribuiría, a adoptar una visión sustentable respecto al diseño y a su
impacto en el medio ambiente.
En el desarrollo tanto del producto como de su envase, es fundamental
considerar el ciclo de vida completo y el impacto ambiental que puede
llegar a generar en cada etapa de uso. Poder comunicar estas
características supone una mejor relación con los consumidores, ya que
tendrán una percepción completamente positiva tanto del producto como
de la marca.
El envase puede llegar a convertirse en un objeto que se integre en la vida
del usuario, que pueda ser incorporado en sus hogares y así superar la
condición de producto desechable.
Desde hace algún tiempo, se ha ido insertando la cultura de la recolección
y reutilización de distintos materiales, como el papel, vidrio y metal. Sin
embargo, en los 70 comenzó a tomarse conciencia respecto a la basura y
los volúmenes que estaba alcanzando. Esta situación dio el puntapié inicial
para comenzar con una serie de medidas para generar conciencia y crear
una cultura de reducción de desechos.
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De acuerdo con lo estudiado y con las posibles soluciones que se siguen
analizando con respecto a este problema, se han concluido tres posibles
estrategias: reducir, reutilizar y reciclar.
Reducir puede resultar de las estrategias propuestas quizás la más obvia,
pero también la más difícil de llevar a cabo, ya que, al estar inmersos en un
sistema de consumo tan poderoso, es difícil ser indiferente. Sin embargo,
no es imposible. Reducir implica disminuir el consumo tanto energético
como de bienes de consumo, disminuir el gasto de energía, materias
primas y productos manufacturados, lo que reducirá las emisiones de gases
tóxicos y los desechos, tanto domésticos como industriales.
En la práctica, los consejos son: comprar menos y, si se va a comprar,
hacerlo con un criterio sostenible, elegir productos de los que se pueda
comprobar su procedencia, priorizar los de producción local, evitar
productos con excesivos envoltorios o embalajes, que los materiales
utilizados permitan ser en el mejor de los casos compostable y evitar las
bolsas de plástico en el momento de la compra o sustituirlas por bolsas de
tela.
Reducir es simplificar el consumo. Todo lo que se compra y consume tiene
una relación directa con los desperdicios y, a la vez, con el bolsillo. De las
estrategias, es la más difícil de cumplir, atenta directamente contra el
sistema, ya que el consumismo está siempre cumpliendo con su rol de
generar consumo necesario e innecesario. Reducir el consumo, significa
reducir el impacto en el medio ambiente. Esta R, está totalmente
relacionada con la conciencia, y por supuesto, con la educación.
En Alemania, las leyes medioambientales obligaron a los
fabricantes a repensar sus estrategias de packaging, lo
cual tuvo como resultado la eliminación del embalaje de
muchos productos, incluyendo las cajas de las pastas de
dientes. Como diseñadores tenemos que empezar a
pensar en formas para minimizar el packaging sin que el
producto pierda su identidad. (Stewart, 2008, p. 174).
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Figura 1: El agua en burbujas
Fuente: http://www.elperiodico.com/es/extra/20170501/burbujas-agua-ooho-solucion-enterrar-
botellas-plastico-6000585
Ooho es un nuevo concepto de envase creado por la compañía inglesa
llamada Skipping Rock Labs. Es una esfera de agua lista para consumir, sin
necesidad de separarla de su envoltorio. Consiste en una membrana de
algas que se puede degradar entre 4 a 6 semanas.
Reutilizar es prolongar la vida útil del producto. Durante el uso intensivo,
un producto puede sufrir inconvenientes que afecten su desempeño.
Llegado el caso, es importante no considerar la opción de desecharlo de
inmediato. Se debe buscar la manera de repararlo o, en última instancia,
buscarle un nuevo uso, un nuevo fin.
Una estrategia de reutilización más eficaz es la creación
de sistemas de ciclo cerrado. El ejemplo clásico es el de
botellón de cerveza retornable. Hay botellas diseñadas
para que el comprador las devuelva a la compañía a
través de la tienda donde se ha comprado, de modo que
puedan limpiarse y reutilizarse. (Stewart, 2008, p. 175).
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Figura 2: Envase para miel Stanley Honey
Fuente: http://resseny.blogspot.com.ar/2008/09/stanley-honey.html
El envase para miel de Stanley Honey permite la posibilidad de que, una
vez terminado el producto, pueda ser reutilizado como macetero para
plantar. Estas plantas florecerán y que generarán néctar a las abejas para
que puedan elaborar la miel y así comenzar de nuevo con el ciclo de la
miel.
Reciclar puede ser de las opciones más conocidas. Esta alternativa busca
que los materiales que conforman un producto puedan ser tratados, ya sea
de una manera química o mecánica, para que puedan volver a ser
utilizados. El reciclaje reduce de forma significativa la utilización de nuevos
materiales y así evita generar nueva basura, pero es importante remarcar
que, durante el proceso de reciclaje de muchos materiales, se gasta mucha
energía. A veces se consume y contamina más que en los procesos de
producción originales.
Para que muchos productos puedan ser reciclados, durante su diseño es
necesario tener en cuenta que las uniones entre partes deben ser
desmontables. Así, los materiales o componentes pueden ser separados
fácilmente, se necesita también reducir la homogeneidad de los materiales,
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hay que además tener en cuenta la manera de recuperación de los
materiales cuando termine el ciclo de vida útil del producto y es mejor
utilizar materiales puros y considerar el historial de materiales reciclados
para establecer las nuevas aplicaciones que se les dará.
“La ordenanza alemana de packaging fue la primera
legislación que permitió a los consumidores deshacerse
del material de embalaje en la tienda y entregárselo al
minorista para que éste lo recicle o reutilice” (Stewart,
2008, p. 176).
Figura 3: Mr. Chocolate
Fuente: https://www.tridimage.com/empaques-que-no-dejan-residuos-utopia-o-realidad/
Mr. Chocolate es un producto 100 % natural y artesanal y su packaging no
es la excepción, ya que es elaborado en papel reciclado y con una lámina
interior de plástico realizada a base de soja.
Sinceridad ante todo
Los usuarios están desempeñando un papel cada vez más activo dentro de
la cadena de consumo. Exigen productos que cumplan estándares de
calidad cada vez más altos y no toleran publicidades engañosas, mentiras
ni productos o prácticas poco éticas. Por dicho motivo, la sinceridad como
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expresión de una marca está siendo más que valorada. Comunicar el
producto contenido, hacer visible su proceso de elaboración y dar a
conocer las personas que están detrás de una empresa son todas
características positivas que se están considerando para muchas áreas del
diseño, en especial del packaging.
La manera de comunicar es ser lo más directo posible, evitar caer en
productos pretenciosos, sobrecargados de ornamentos que distraigan al
usuario de la verdadera esencia del producto.
Lo lúdico marca la diferencia
Aquellos envases que permitan intervenirlos, personalizarlos o
combinarlos, es decir, que permitan interactuar de una manera lúdica con
el consumidor van ganar su empatía y establecer vínculos casi
emocionales.
Ya sea desde elegir qué vestir, cómo decorar un ambiente de la casa,
personalizar el escritorio de la computadora o intervenir las cubiertas de
los smartphones, el consumidor está demandando ser partícipe de la
creación del producto para reafirmar su rol individual frente al
comportamiento de consumo de masas. Envases que mutan con el uso,
que cambian de aspecto, que pueden ser coloreados o combinados han
surgido porque los consumidores desean tener algún tipo de opinión en lo
que compran. Estas acciones se están convirtiendo en una expectativa del
empaque más que en una extravagancia.
Fácil, simple y sencillo
Los productos no deben generar complicaciones, mucho menos durante su
uso, por lo que los empaques tienden a ser fáciles de abrir, cerrar, plegar,
trasladar y descartar.
La tecnología, como ya mencionamos, resultó ser un gran facilitador para la
industria del packaging, al permitir obtener envases mucho más eficientes
y para nada complicados.
Facilitar el consumo fuera del ambiente doméstico o prescindir de
cualquier elemento auxiliar para poder acceder al contenido es una de las
ventajas que pueden garantizar el éxito comercial frente a otros productos
competidores.
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El tiempo es un bien preciado, cada vez más valorado por las personas, por
ende, los envases deben ser totalmente prácticos, con la información del
producto y la secuencia de uso fácil de interpretar mediante el uso de
imágenes, gráficos y textos cortos.
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Bibliografía de referencias
Stewart, B. (2008). Packaging. Manual de diseño y planificación. Estados
Unidos: Gustavo Gigli.
[Imagen sin título sobre El agua en burbujas]. (s. f.). Recuperada de
http://www.elperiodico.com/es/extra/20170501/burbujas-agua-ooho-
solucion-enterrar-botellas-plastico-6000585
[Imagen sin título sobre Envase para miel Stanley Honey]. (s. f.).
Recuperada de http://resseny.blogspot.com.ar/2008/09/stanley-
honey.html
[Imagen sin título sobre Mr. Chocolate]. (s. f.). Recuperada de
https://www.tridimage.com/empaques-que-no-dejan-residuos-utopia-o-
realidad/
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