El punto de urgencia
Edgardo Rolla.
La problemática vital de un sujeto esta en relación con los procesos de adaptacion, desadaptación y
sucesivas readaptaciones que se fueron conformando como señales caracterológicas. Es una señal
detectada a través del cuerpo de sistemas de defensa, que el individuo ha construido para lograr
establecer sus vínculos, mantenerlos, reponer las pérdidas en los mismos, reconstruir vínculos
perturbados y también interrumpirlos de una manera más o menos adecuada cuando sea necesario, o
bruscamente en fuga si no le es posible de otra manera.
También podríamos decir que la problemática vital esta en relación con la capacidad de enfrentar la
soledad y tolerarla hasta lograr el reencuentro con el objeto representativo y afrontar las vicisitudes
consecuentes. Cuando un sujeto viene a solicitarnos ayuda como expertos (inclusive si lo mandan o lo
traen) podemos inferir que se ha producido en él un desajuste en su capacidad de elaborar duelos o
con su capacidad de reorganización y readaptación. Podemos decir sencillamente que nos necesita
porque se siente desadaptado dentro de una organización habitual de conducta, que ha tenido que
moverse en otro tipo de conductas que no son las correspondientes a su organización básica de
personalidad y por lo tanto hay un fracaso, una perdida y duelo que no puede elaborarse.
Es difícil que un individuo tenga a flor de conciencia cual es su punto de urgencia y que nos lo pueda
comunicar directamente sin que tengamos que detectarlo a través de sus asociaciones de ideas y la
secuencia de las mismas. Un sujeto puede traer su punto de urgencia expresado casi directamente, en
cuyo caso lo que realmente lo que el sujeto no sabe es el verdadero y profundo punto de urgencia. Por
ejemplo, a pesar de que conoce cuales son los elementos relacionados con su desorganización y
desadaptación, la emergencia de síntomas o de ansiedad si se trata de una caracteropatía, y de las
dificultades para reorganizarse, no conoce cual es el cuerpo de motivaciones que esta ligado con la
dificultad para reorganizarse.
Quiero significar que aunque la motivación causal coincida con el contenido manifiesto de la
exposición, el punto de urgencia es siempre desconocido para el entrevistado; lo que el nos presente
es como la elaboración secundaria de un sueño, en la cual se relatan imágenes pero no significados.
Los conceptos de integración, estructuración, desestructuración y desintegración con la
correspondiente desadaptación, son útiles para conceptualizar este aspecto teórico del punto de
urgencia. El sentimiento de self, el sentimiento de si mismo, sentimiento de identidad, de una
organización narcisística pero operativa, solo puede preguntarse cuando el sujeto tiene una estabilidad
bastante sostenida de su capacidad de adecuación dentro de su organización de personalidad y en
relación con el mundo interpersonal, en otras palabras, cuando hay una adaptacion y facilidad de
readaptación en el establecimiento y conservación de los vínculos.
Los síntomas, en el fondo en tanto que son una modificación autoplástica (tal vez mejor decir auto
psíquica), evidencian que el trabajo de simbolización no ha llegado al nivel de construcción de símbolos,
conceptualizaciones, y que el sujeto necesita reemplazarlos con síntomas, o sea con parasímbolos.
Aun mas, el problema es mayor si tampoco puede formar síntomas, en cuyo caso, el sentimiento de
profunda inoperancia es tal como para que se constituya una amenaza de desintegración de la
estructura del self, y esto corresponde al periodo de ansiedad difusa que presenta, por ejemplo, un
agorafóbico cuando se da cuenta de que ha sido dejado solo, bruscamente, en medio del espacio de
cualquier lugar.
Si ansiedad no aparece ligada a la maniobra de ser abandonado por el objeto que lo deja solo , ni
siquiera sun sentimiento de desamparo, sino que es una ansiedad que lo envuelve como una bruma,
como una “niebla envolvente” de todos sus sentidos, como una incapacidad bien sentida de identificarse
a si mismo, hace recordar al estado de desestructuración epileptoide. En este sentido, y siguiendo el
ejemplo del agorafóbico, este se preocupo siempre de construir parasímbolos, es decir sus síntomas,
que relata con fruición; por otra parte, estos síntomas están relacionados mas con su cuerpo mismo
que con aspectos de su conducta, por ejemplo, la hipocondría es una de las señales que ocupa
frecuentemente el contenido de sus mensajes, las visitas frecuentes a médicos clínicos o cirujanos
suelen acompañar tales relatos hipocondriacos.
La situación aun más extrema ocurre en la llamada vivencia de fin del mundo que se relaciona con el
estallido clínico de una regresión esquisofrenizante; esta vivencia de fin del mundo, esta relacionada
con la dificultad para construir justamente algún síntoma, con la imposibilidad de vincularse con algún
objeto aunque sea imaginario y aunque sea distorsionadamente. Puede considerarse que es una
situación de pérdida absoluta y brusca de todos los objetos interpersonales y aun de sus
representaciones mentales correspondientes, con una inundación de ansiedad difusa en la cual el
enfermo ni siquiera tiene la posibilidad de construir una proyección para dar lugar a un sistema
paranoide, mucho menos un sistema hipocondriaco –paranoia en relación con su propio cuerpo-.
Pasado el momento de ansiedad difusa (vivencia de fin del mundo), el reencuentro con el conglomerado
de objetos pretéritos (condensaciones), es percibido como algo que aparenta ser una tabla de salvación
y con las cuales el sujeto establece un vínculo construyendo alucinaciones.
Luego, cuando ya puede reconstruir cierta noción de un límite del self, aparecerán sistemas delirantes
como señal de que se ha podido establecer el mecanismo de proyección; a mi entender un delirio es
nada masque la descriptiva en que el sujeto concatena sus alucinaciones. Estoy tratando de llevar al
lector la idea de que el punto de urgencia debe estar relacionado con la situación de insuficiencia actual
del sistema o cuerpos de sistemas de defensas que un sujeto conformo a lo largo de su problemática
vital (agregadas las problemáticas accidentales). La identidad del self es en el fondo una señal de logro
de una integración que lleva implícita la idea de un triunfo narcisístico pero estructurante, puesto luego
al servicio de la vinculación con múltiples objetos interpersonales diferenciados del sujeto. Con tal idea,
la insuficiencia operativa del self que incluye obviamente a todos los sistemas de defensa, implica una
injuria narcisística o lo que llamamos también una pérdida o un descenso de la autoestima.
Quiero insistir en esta línea, destacando que el punto de urgencia a los efectos de nuestra programación
diagnostica y terapéutica esta en relación con el sujeto mismo, si bien en función de “algo” que le ha
pasado, en relación con la correspondiente desorganización del self percibida como desorganización
intrapsíquica desde el nivel de simbolización logrado, que lleva al individuo a la construcción de para
símbolos o sea síntomas; un sujeto puede haber perdido a uno de los padres o a un hijo y a pesar de
la gravedad del proceso traumático, la desorganización puede ser menos que la que en otra
oportunidad puede significar un problema en su trabajo o en el área social. La pérdida de un logro, la
pérdida de un objeto (de una vinculación) provoca una regresión mas o menos marcada o más o menos
duradera de acuerdo con el significado total que esa situación traumática tenga para el sujeto en un
determinado momento de su vida, en términos de posibilidad de readaptación y reestructuración de la
injuria narcisista.
Lo vemos frecuentemente en el caso de determinados fracasos en los cuales el sujeto se autorreprocha
y es difícil convencerlo de que su actuación fue la mas adecuada y de que siendo múltiples variables y
factores, el fracaso entraba a formar parte del cálculo de probabilidades. El autorreproche será más o
menos intenso de acuerdo con el quantum (cantidad y calidad) del ingrediente de la secreta confianza
en la omnipotencia e la magia propias; esto esta en relación con lo que vimos anteriormente de la línea
depresiva básica de una personalidad. No analizaré los múltiples factores que al converger para la
estructuración básica del self de un individuo, entran en juego en diversas formas; por mencionar
algunos de los factores que convergen en dicha estructuración del self de acuerdo con diversos
momentos (cortes transaccionales) que configuran la secuencia de la organización del individuo en
función de sus vinculaciones, señalare: dependencia; formaciones reactivas de dependencia;
omnipotencia, idealización, sistemas de negación y renegación, sistemas de proyección de corte
paranoide, de introyección y aislamiento autístico.
Supongamos el caso de un adolescente que hasta promediar su adolescencia (veinte años9, afianzo
el mantenimiento de sus vínculos en sistemas defensivos del tipo de sublimación, y estudiaba con
buenos resultados o realizaba trabajos que le significaban el goce de una remuneración; en cierto
momento percibe su dificultad para mantener esos logros a través de sistemas de defensas operantes
hasta el momento. Hará una regresión en busca de representaciones mentales que en sus sistemas
mnésicos le signifiquen la reactivación de constelaciones pretéritas de vínculos en las cuales su self
funciona operativamente. Si esta regresión o primitivización –intento de autocuración- no resulta en la
evocación de representaciones mnémicas que le afiancen (las llamadas relaciones con objetos internos
o relaciones objetales pretéritas con objetos internos) proseguirá su proceso regresivo en búsqueda de
una suerte de “refugio” en medio de ráfagas de transito intrapsíquico y dependerá naturalmente de la
calidad del desarrollo dentro de su problemática vital que ese refugio sea encontrado pronto o no.
Como no puede desvincularse de su contacto con la realidad contextual y cronológica en que esta
desempeñándose, se establece en tal sujeto una disociación del self para mantener la polaridad de
esta situación. Ya no es solamente la escisión entre las funcionalidades estructurales cognitivas y las
afectivas del ego en que se establece tal escisión, sino que cada una de las funciones tales como la
atención, las percepciones motrices, afectivas, cada una de ellas sufren lo que podríamos decir
escisiones y subescisiones internas. La regresión puede proseguir hasta el logro del restablecimiento
Regresión: volver mentalmente
a otro
momento de la vida
de representaciones mnémicas que signifiquen al sujeto haberse reencontrado con épocas de
en el que te sentías funcionamiento operativo de su self y los afectos con los cuales se relacionaba vincularmente en tales
seguro
oportunidades. Por otro lado, para mantener un “como si” de simbolizaciones, construirá síntomas.
Pero la injuria narcisística ya se ha producido, su sistema de defensas logrado hasta ese momento no
responde en el sentido de la operatividad de las vinculaciones y las escisiones y disociaciones como
operativas en los primeros momentos, le hacen perceptible tal injuria. Lo cual significa que además del
enfrentamiento con la situación traumática, la reorganización del self, de readaptación y duelo, también
esta presente en la necesidad de reparación del propio self con tal injuria narcisista que señalo. El
fracaso de los sistemas defensivos basados en la sublimación se expresa, como señal, en el hecho de
que en funcionamiento del joven en sus estudios, en su trabajo o en la producción literaria, por ejemplo,
deja de manifestarse como hasta entonces con creatividad y satisfacción de logro.
Tome el caso de la sistematización sublimatoria en la medida en que cubre tanto las satisfacciones
corporales como el logro del sentimiento de seguridad y por lo tanto de identidad del self. El comienzo
de la dificultad puede estar relacionado con la pérdida de un objeto valioso o de un logro estimado: Los
síntomas que el sujeto muestra nos dará sin dudas un grado de desorganización del self en relación
con el nivel y la dirección de la relación. Si los síntomas aparecen ubicados en el área de las relaciones
interpersonales marcan un grado de regresión menor que si aparecen ubicados hipocondriacamente
en el cuerpo o si se expresan en crisis de ansiedad no ligadas a objeto alguno o en crisis de
autorreproche. En cuanto a la dirección, la presencia de expresiones de un conflicto en el área de las
relaciones interpersonales puede significar una regresión en progresión o una regresión en comienzo,
esto depende de la forma en que el sujeto presente la modalidad de sus proyecciones, tanto de sus
objetos internos como de parte del si mismo, y como expresa en términos de quejas o en términos de
creencia (quejas, autorreproches o delirio).
En síntesis, la injuria narcisista por el abandono de los sistemas defensivos predominantes dentro de
la organización básica de la personalidad, la primitivización “autoterapéutica”, la formación de
parasímbolos o sea de síntomas, la dirección en que se presenta la regresión (área interpersonal, área
hipocondriaca, área intrapsíquica), los niveles y áreas que expresan a través del contenido manifiesto
y el contenido latente de los mensajes donde se ubica el escenario del conflicto; las señales que
indiquen cual es la situación de cambio que el sujeto ensaya como tentativa de reorganización; en el
caso de la sublimación que expuse, si el sujeto aparece readaptándose con sistemas obsesivos,
exhibicionistas, voyeuristas o de algún otro tipo incluidos los psicopáticos.
En verdad, para determinar el punto de urgencia en la práctica: intentando simplificar, diríamos que si
se toma en cuenta cual es el cuerpo de defensa que aparece como predominante en la problemática
vital sel sujeto, y que fracasa ante la situación traumática que gatilla el proceso, cual tipo de fracaso
produce la injuria narcisista y cual es el sistema de defensas que el sujeto señale como fundamento
para lograr la reorganización, tendremos suficientes elementos para hacer el diagnóstico de punto de
sublimación: impulsos urgencia. Retomo el ejemplo anterior, aquel adolescente que había organizado su defensa
humanos que se utilizan especialmente en sistemas de sublimación, se nos aparece quejoso y demostrativo (depresivo e
para canalizar sentimientos
o reacciones problemáticashistérico) el punto de urgencia por considerar (que) no es naturalmente la situación traumática
o inaceptables, hacia algo
positivo. desencadenante tal como es señalada por el paciente, sino la herida narcisística por el fracaso de la
sublimación y las tentativas de organizar los sistemas histéricos demostrativos y además de la línea
básica afectiva cual es la depresión.
Sobre estas dos situaciones tendrá que basarse la estrategia terapéutica y el pronóstico puede
fundamentarse en lo que hay de tolerable para un sujeto que se había adaptado en términos de
sublimación, en percibir una readaptación en términos de sistemas exhibicionistas, demostrativos -
histéricos, para el restablecimiento de sus vinculaciones. No vamos a poder ayudarlo a establecer un
trabajo de duelo eficiente si luego de un examen cuidadoso de esa tolerancia para los sistemas
histérico-demostrativos, comprobamos que no son compatibles con su anterior organización
sublimatoria y menos aun con la línea básica depresiva que presenta; el esfuerzo terapéutico tendrá
que intentar una reorganización en la línea de otros sistemas, por ejemplo, obsesivos, fóbicos o incluso
paranoides.
El significado de la hipocondría.
Recordaré que en otro lugar mostré la forma en que conceptualizo que un sujeto puede desempeñarse
a lo largo de su vida, como así sucedió a lo largo de su desarrollo evolutivo, en diversos niveles de
integración psicológica; hay un nivel ideativo que es similar al que he descripto para los momentos de
ecision: division
descubrimiento en una entrevista, en que la escisión del ego permite que las funcionalidades
estructurales cognitivas tomen conocimiento de una situación de campo y los objetos que contienen,
mientras que las funcionalidades afectivas están centradas básicamente alrededor de la ansiedad que
puede dar lugar en algún momento a la emergencia del pánico, Denomine a este nivel de integración
funcional, nivel ideativo, que si se estabiliza como un modus vivendi constituye la organización ideativa
de personalidad.
Estas características de las antiguas denominaciones de personalidad esquizoide, personalidad infantil
y otros trastornos de carácter, en la actualidad las englobo bajo la denominación de caracteropatías;
también constituye naturalmente la organización de personalidad de las psicopatías, y de la
esquizofrenia, tanto sea en el momento clínico o en los momentos de remisión; mi idea es que esta
organización ideativa de personalidad es irreversible en el sentido de que tan pronto las funcionalidades
afectivas van mas allá de lo que permiten los sistemas de defensas constituidos por el individuo, emerge
la confusión y luego el pánico. La confusión está en relación con un sentimiento de pérdida de la
identidad de si mismo, durante la cual el sujeto tiene noción de que está vivo, que no está muerto, pero
no puede concebir su propio sentimiento de existente.
El sujeto se mueve en regresión procurando estabilizarse alrededor de modelos mentales previos que
fueron para él, momentos de su vida en donde el pánico no perturbaba el sentimiento de existente. En
la esquizofrenia la regresión se produce hasta instantes muy primitivos de la vida, los primeros días en
que la identificación primaria era la forma de vivir, ya que el bebé hasta entrado el segundo mes de
vida extrauterina, conforma una unidad dual con su madre, no en el sentido de que el es la madre o la
madre es el, sino que constituyen ambos una unidad dual. Para un bebé esto es natural, pero para un
sujeto adolescente o adulto constituye un incremento de la pérdida del sentimiento de si mismo, de su
mismidad y a diferencia de lo que sucede con el lactante que se duerme plácidamente, poseído dentro
de esa unidad dual, el esquizofrénico reacciona violentamente con una crisis paranoide agresiva en la
acción, con el propósito de “desidentificarse” del objeto interlocutor que en ese momento es sentido
como el causante de su pérdida de identidad.
En el otro nivel de integración, el nivel afectivo, el sujeto se mueve en una especie de vaivén de afectos
que puede resumirse diciendo que va de lo idealizado a lo denigrado y viceversa; es lo característico
de las organizaciones maniaco-depresivas y de cierto tipo de caracteropatía mas estructurada como lo
es la obsesivo-paranoide. En el nivel ideativo el sujeto tiene un contacto cognitivo con la realidad pero
le es imposible afectivizar sus vínculos porque esto significa el riesgo de la identificación primaria; es
como si el sujeto viviera hojeando las hojas de fotografía de un álbum en donde reconoce los
personajes, incluido si mismo, pero la misma afectivización que parece poner en el reconocimiento de
los recuerdos, es en realidad una descripción cognitiva de lo que podemos suponer que serian los
afectos correspondientes a las escenas. En el nivel afectivo de integración el sujeto ha organizado un
sistema de manejo del sadomasoquismo, en tal forma que ha hecho aquella ecuación que señale
anteriormente acerca de que sufrimiento es amor.
Corresponde a la época del desarrollo en que el niño comenzó la deambulación y la construcción de
sus primeros fonemas, morfemas y algunas frases, es decir la comunicación a distancia y las
posibilidades de acercamiento y alejamiento activo en relación a sus objetos. La valoración del lenguaje
para esa época ha de significar la posibilidad de comenzar la formación de símbolos en el sentido de
que ciertos actos concretos producen respuestas emocionales en los objetos que son traducidos a
través de gestos y de palabras; se puede teorizar diciendo que para esa época comenzó la
estructuración de una organización maniaco-depresiva en el sentido de que la estimulación e inducción
de respuestas emocionales en los objetos debe producir un sentimiento de triunfo maniaco, y la
ausencia de tales respuestas emocionales inducirá sufrimiento en el niño, el sentimiento de no ser
querido o de ser abandonado, y la necesidad de incrementar las acciones sádicas aun revertidas contra
si mismo para producir la emergencia de las respuestas emocionales, a mi entender comenzaría la
compaginación e instrumentación del sadomasoquismo con los resultados que expuse en paginas
anteriores.
El nivel cognitivo-conceptual no precisa de regresiones profundas ya que en el acervo mnémico de
modelos mentales oníricos o sea, las experiencias previas internalizadas, habrá formas positivas de
reaseguramiento en una posición no muy lejana en el sentido temporal, decimos que es una regresión
al servicio del ego y que emerge un compas de espera tolerado, con escasos rituales mágicos o
ceremoniales, y emerge un pedido de reinformación y esclarecimiento y de comparaciones conscientes
(naturalmente también inconscientes) con la ayuda de elementos mnémicos evocativos; las
proyecciones o desplazamientos que se presentan no tienen un carácter clínico sino que se
compaginan como un elemento no desorganizante del lenguaje del momento, las proyecciones o las
funciones reactivas pueden acompañar esta situación pero el sujeto en ningún momento tiene como
emergente el sentimiento de pérdida de su identidad, de si mismo.
Lo que denominamos plasticidad del yo, ego maduro, etc., corresponde en una entrevista a una
predominancia de una secuencia que mantiene la comunicación coherente aunque haya frecuentes
pedidos de re información o evidencias de regresiones útiles al ego: la secuencia descubrimiento-
mantenimiento-separación, mostrándose en ese orden y de acuerdo con las vicisitudes de la
transferencia y el valerse del balance vocalización–no vocalización de los mensajes, etc., nos da ya un
índice de ubicación del sujeto en una organización neurótica o en una organización de forma adulta de
la especie. En una organización neurótica, además de que se presentan anulaciones o formaciones
reactivas o proyecciones, desplazamientos, etc., pueden presentarse fenómenos de conversión que es
necesario distinguir bien de los fenómenos de hipocondría.
Cuando la secuencia que menciono, se presenta definidamente alterada y se entremezclan múltiples
variables ante cada cambio de sistema defensivo (presentación fenoménica) que el sujeto habrá de
efectuar para readecuarse al instante de una vinculación con su objeto interlocutor realimentador,
emergerá un monto de ansiedad que ya no es la señal de alarma sino que amenaza transformarse en
pánico y que nos estará señalando que la ansiedad señal se ha transformado en ansiedad confusional.
Cada ansiedad confusional es la señal de los cambios y de las dificultades inherentes a ellos; la
confusión, como una particular estructuración con que el sujeto se presenta en su trasfondo de
organización de personalidad, seria la resultante de la dificultad para resolver la ansiedad confusional.
En la conversión de la “enfermedad” se presenta sí misma, como constituyendo una casi integra señal
no verbal de una combinación de represión por contracatexis (primitiva) y la regresión por
desplazamiento con la que el sujeto trata de desafectivizar un vínculo con un objeto interpersonal,
llevando el centro de los contenidos a concentrarse en tal fenómeno de conversión; en la hipocondría
la “enfermedad” no se muestra por si misma, sino que el sujeto la describe y pareciera que con tal
precisión de una perturbación que ubica en su cuerpo, ha conseguido una escisión de la función
narcisística, de tal manera que mientras por una parte, trata de detener la marcha regresiva que le
amenaza con la pérdida de su sentimiento de identidad del self, por otro lado mantiene un monto de
libido objetal como para continuar la vinculación interpersonal con el objeto interlocutor.
En la conversión, la desafectivización del vinculo se traduce en la indiferencia con que el paciente
muestra su perturbación y en general obtiene la respuesta emocional de la aflicción del interlocutor; en
la hipocondría el sujeto muestra su preocupación y aflicción por la “dolencia” que padece desde hace
algún tiempo en alguna región de su cuerpo y que se reproduce en el momento de la entrevista, con lo
cual se asemeja a un pedido de compas de espera hasta tanto el sujeto se haya reorganizado en una
regresión, que consiga ubicarse en un recuerdo positivo, como si quisiera distraer, diríamos, al
interlocutor, más que preocuparlo. La conversión por lo tanto, detiene la comunicación en el sentido del
mensaje interpersonal como si así el sujeto hubiera reconocido intrínsecamente que no puede encontrar
recuerdos positivos y que se estabiliza en una forma particular de exhibicionismo so pena de progresar
retrogresivamente en una regresión muy profunda que no será naturalmente puesta al servicio del ego;
en las señales hipocondriacas, salvo que se trate de una organización psicótica de la personalidad,
observaremos que luego del instante de señalamiento hipocondriaco, el sujeto ha hecho un viraje de
cambio, dentro de su presentación fenoménica tal cual como lo venía utilizando hasta ese momento de
la entrevista.
Una presentación histérica luego de una señal hipocondriaca, el sujeto se nos mostrara con una
presentación obsesiva, fóbica, paranoide, o aun demandante de ayuda a través de la perplejidad con
que exhiba su vocalización hipocondriaca. Es obvio que la señal hipocondriaca, correspondiente
entonces a la confusión que el sujeto siente en ese momento de su devenir mental, es prácticamente
la puerta de entrada en una organización psicótica ideativa de personalidad, ya que en general luego
de las señales de perplejidad, salvo que ocurra algo provisto por el entrevistador, sobrevendrá la temida
crisis de pánico ante la percepción del desencadenamiento de la identificación primaria, que ira seguida
de la crisis paranoidea violenta en procura de la desidentificación.
En las estructuras afectivas, en las organizaciones de nivel afectivo de integración la hipocondría tiene
características de duda obsesiva, como representando un menor peligro de la inminencia psicotizante,
recordemos que dije que las organizaciones maniaco depresivas tienen el logro de una fina
instrumentación del sadomasoquismo y que justamente la característica de duda obsesiva con que se
presenta la crisis hipocondriaca tiene como finalidad implícita la de producir un sufrimiento, más que la
preocupación del interlocutor (uso de ambivalencia).
En síntesis, cada vez que un sujeto habrá de mutar de presentación fenoménica a lo largo de una
entrevista para mantener la vinculación y la comunicación con un mínimo de pérdida de sentimiento de
identidad de si mismo, significa un cambio que da lugar a un instante de ansiedad confusional, algo así
como que el sujeto no supiera cual presentación fenoménica habrá de tomar para continuar
manteniendo la vinculación y que ese instante de duda que puede llegar a la perplejidad, puede ser tan
intenso como para significar un duelo que frustra el deseo de mantener la vinculación, y da lugar a la
emergencia de la ansiedad confusional, la confusión y las expresiones hipocondriacas.
En una organización en forma adulta de la especie, tal como mencione anteriormente, el compas de
espera requerido para mutar de presentación fenoménica se hace a través de periodos de re
información y esclarecimiento, lo cual no da lugar a la emergencia de la ansiedad confusional y mucho
menos a la emergencia de una señal hipocondriaca; desde un punto de vista, podemos decir que la
hipocondría tiene el significado de una señal de alarma; cada una de estas crisis hipocondriacas
corresponde a lo que denomino punto de urgencia, esta sin duda en relación con la problemática vital
del sujeto y la organización básica de la personalidad que haya conseguido para el mantenimiento de
una vida con sentimiento de identidad, es una reproducción en el curso de una entrevista, de lo que
deben haber sido sus dificultades frente a los procesos de cambio a lo largo de su desarrollo evolutivo,
es decir una mezcla de problemática vital y problemáticas accidentales, y en fin todo el aprendizaje
gestáltico que el niño adquirió frente a los miembros relevantes de la familia.
El diagnóstico de los puntos de urgencias a mi entender una clave para establecer el diagnóstico sobre
la sistematización de defensas de un individuo, por consiguiente, también para establecer una
presunción sobre la severidad y rigidez de la dependencia del sujeto frente a una única presentación
fenoménica, útil al pronóstico y la orientación terapéutica tienen en la observación de los puntos de
urgencia, una especie de posibilidad de mensura porque podemos “contar” el numero de crisis
hipocondriacas así como también las crisis de conversión; si lo hacemos se nos esclarece la diferencia
fundamental que existe entre una organización de forma adulta de la especie y una caracteropatía o
una psicopatía.
En la organización psicopática de la personalidad, el sujeto no presenta conversiones ni señales
hipocondriacas, el equivalente son las crisis de tensión, una “extraña sensación de incomodidad” que
el paciente nos relata como al pasar y que solventa prestamente a través de un ofrecimiento o de un
halago (resolución por el tedio o el aburrimiento).