DERECHO ECLESIÁSTICO DEL ESTADO
Tema 10
Las confesiones religiosas
en el Derecho español
Curso 2021-2022
Derecho Eclesiástico del Estado
Grado en Derecho
Prof. José Luis Chapado Martín
Área de Derecho Eclesiástico del Estado
Contenidos
1 Las confesiones religiosas en el Derecho español
1.1 Concepto y significado
1.2 Reconocimiento en la CE: el artículo 16
1.3 Personalidad jurídica y autonomía de las confesiones (arts. 2, 5, 6 y 7 LOLR)
1.4 Tipos de confesiones religiosas en Derecho español
1.5 Estructura interna de las confesiones religiosas: diversidad de entes
2 Posición jurídica de las confesiones religiosas
– Derecho privado – Funciones públicas
– Potestades – Sujeto de cooperación
3 Adquisición de personalidad jurídica por las confesiones religiosas [2 Vías]
A. Derecho especial: art. 5 LOLR; RD 594/2015 (RER); STC 46/2001; y AAJ 1979
– Vía/cauce específico: inscripción en el RER (Acreditación de fines religiosos)
– Personalidad jurídica ope legis
– Personalidad mediante notificación a la Administración
B. Derecho común: asociaciones y de fundaciones (Cauce alternativo)
4 El Registro de Entidades Religiosas (RER): cuestiones principales
Objetivos de aprendizaje
Área de Derecho Eclesiástico del Estado
Tema 10: Las confesiones religiosas en el Derecho español
1. Las confesiones religiosas en el Derecho español
1.1 Concepto y significado: ¿Qué son las confesiones religiosas para el Derecho español?
Consideraciones previas
No existe identidad entre el significado común de “confesión religiosa” y su acepción (significado) jurídica.
– Acepción común: “confesión religiosa” es un concepto que se refiere, por una parte, a un credo religioso
(elemento objetivo) y, por otra, al conjunto de personas que profesan ese credo (elemento subjetivo).
– Acepción jurídica: el ordenamiento español no define qué es “confesión religiosa”: no existe una definición
legal de Confesión religiosa. El art. 16.3 CE habla de comunidades y la LOLR habla de Iglesias, Confesiones y
Comunidades religiosas. Todas estas palabras se utilizan para referirse al asociacionismo religioso en su
expresión más elevada, es decir, como máxima y última expresión institucional.
Así, el ordenamiento utiliza este término como recurso jurídico para referirse, en general, a la agrupación de un
conjunto de instituciones, organizaciones y/o colectividades de fin o carácter religioso, que gozan de estabilidad
y arraigo suficiente.
A pesar de esa falta de definición, el ordenamiento sí delimita el ámbito institucional de los grupos religiosos
que son idóneos para ser sujetos de ciertos beneficios. Es precisamente en este plano en el que
opera/actúa el concepto legal o jurídico de confesión religiosa.
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Tema 10: Las confesiones religiosas en el Derecho español
Por su parte, la Doctrina jurídica se maneja entre dos conceptos/acepciones de confesión religiosa:
a) Concepto/denominación amplia: (coincide con la acepción jurídica que utiliza el ordenamiento) para referirse
a un sujeto colectivo o agrupación organizada de un conjunto de instituciones, organizaciones o colectividades,
cuyo elemento común es su carácter/fin religioso y que gozan de estabilidad y arraigo suficiente como para que
el ordenamiento jurídico las reconozca relevancia civil (personalidad jurídica). Este reconocimiento las sitúa,
respecto del Estado, en condiciones de poder mantener relaciones de cooperación con él.
b) Concepto/denominación específica: para referirse a la confesión-persona jurídica en el Derecho estatal español,
condición que se otorga a los grupos religiosos que reúnen 2 condiciones básicas: que sean una organización
estable y tengan finalidad religiosa (resultado de su previa inscripción en el Registro de Entidades Religiosas/RER).
Puesto que el Estado reconoce civilmente a las Confesiones religiosas (Iglesias, Confesiones y Comunidades
religiosas) –mediante su inscripción en el RER– y les reconoce el derecho a crear asociaciones y otras
entidades para el cumplimiento de sus fines, también hará ese mismo reconocimiento con las entidades
religiosas creadas por dichas Confesiones.
Ejemplo: la Iglesia Católica puede crear –según el ordenamiento canónico– distintos entes y asociaciones
(Diócesis, Parroquias, Fundaciones, Cofradías, Hermandades y otras entidades). Una vez han sido creadas
canónicamente, éstas pueden aspirar a que el Estado también les reconozca personalidad jurídica civil (del
modo que veremos más adelante).
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1.2 Reconocimiento de las Confesiones en la Constitución: el artículo 16 CE
■ Puesto que el ordenamiento no define qué es “confesión religiosa”, nos aproximamos a una definición de
confesión religiosa en el ordenamiento jurídico español a partir del art. 16 CE.
■ Art. 16.1 CE: garantiza la libertad religiosa, ideológica y de culto de los individuos y también de las comunidades.
■ “Comunidades”: término jurídico muy amplio e impreciso que el constituyente buscó utilizar ex profeso con la
intención de poder incluir en él a toda manifestación colectiva de religiosidad, toda realidad social que tenga
que ver con el fenómeno religioso.
■ Entonces, ¿qué son las confesiones religiosas para el Derecho español? Pues a falta de definición y desde un
punto de vista jurídico, podemos señalar sus tres características/condiciones principales a partir de este artículo:
a. Art. 16.1 CE: son sujetos titulares de un derecho fundamental (el de libertad religiosa).
b. Art. 16.3 CE: ninguna confesión tendrá/(tiene) carácter estatal ni oficial.
c. Art. 16.3 CE: son sujetos de relaciones de cooperación con los poderes públicos. Conforme este artículo,
los poderes públicos deben cooperar con todas las confesiones religiosas presentes en la sociedad española.
■ A estas características recogidas en el art. 16 CE podemos añadir otras adicionales que nos ayudarían a
completar esa aproximación a la definición jurídica de “confesión religiosa”. Para ello acudimos, siguiendo el
sistema de fuentes de DEE, a la legislación unilateral del Estado (LOLR) que es la que desarrolla, precisamente,
lo dispuesto por dicho artículo 16 CE.
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1.3 Personalidad jurídica y autonomía de las confesiones (arts. 2, 5, 6 y 7 LOLR)
Al ser las confesiones religiosas sujetos titulares del derecho fundamental de libertad religiosa, al igual que
ocurre con los individuos, se les reconoce una serie de derechos específicos que forman parte del ámbito de
protección de dicha libertad (están recogidos en el artículo 2.2 LOLR).
Del reconocimiento de esa titularidad que hace el art. 16 CE, derivan dos cuestiones principales: por un lado, se afirma
con ello la existencia de una dimensión colectiva de la libertad religiosa (vid. Tema 5) y, por otro, se atribuyen a las
confesiones 2 derechos básicos importantes:
a. La adquisición de personalidad jurídica (arts. 5.1 y 6.2 LOLR). Para ello el ordenamiento va a prever cauces
que permitan a las entidades de naturaleza religiosa adquirir personalidad jurídica y de ese modo poder actuar
como sujetos de Derecho y participar con plena eficacia en el tráfico jurídico.
b. El reconocimiento y garantía de la autonomía institucional de los grupos religiosos (art. 6.1 LOLR)
Por tanto, la LOLR contempla para las confesiones las siguientes opciones/características (a sumar a las del art. 16 CE):
a. Art. 5.1 LOLR señala una de las vías por las que las confesiones van a poder adquirir personalidad jurídica
mediante su inscripción en el Registro de Entidades Religiosas (RER). Mediante su inscripción en este Registro (que
es público), las confesiones “nacen” para el mundo jurídico, se reconocen por el Derecho.
b. Art. 6.1 LOLR se refiere a la autonomía (organizativa y estructural) de las confesiones religiosas. Afirma que, al igual
que otro tipo de asociaciones (partidos políticos, sindicatos y otras), en virtud de esta autonomía que se les reconoce, las
confesiones tienen capacidad y libertad para determinar su organización, su estructura interna y su funcionamiento, sin
atender a ninguna otra cuestión o norma.
c. Art. 7 LOLR señala además que el Estado podrá celebrar pactos de cooperación con todas las confesiones inscritas
en el RER y que hayan alcanzado/otorgado notorio arraigo en España (excepto Acuerdos Iglesia católica).
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1.4 Tipos de confesiones religiosas en Derecho español
Atendiendo a su posición jurídica* en el mismo, en el ordenamiento jurídico español podemos distinguir cinco tipos
diferentes de confesiones religiosas:
a) Iglesia Católica (art. 16.3 CE; Acuerdos con la Santa Sede 1979)
b) Confesiones religiosas con acuerdo de cooperación con el Estado español (art. 7 LOLR)
– FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España-Ley 24/1992)
– FCJE (Federación de Comunidades Judías de España-Ley 25/1992)
– CIE (Comunidad Islámica de España-Ley 26/1992)
c) Confesiones religiosas con notorio arraigo pero sin acuerdo de cooperación con el Estado español (art. 7.1 LOLR)
d) Confesiones religiosas con personalidad jurídica adquirida mediante inscripción en el RER (ex art. 5 LOLR)
e) Grupos que deciden actuar en el tráfico jurídico:
– como Asociaciones (a través del Derecho común de Asociaciones - LO 1/2002) o
– como Fundaciones (L 50/2002)
y que, por tanto, no se han inscrito como grupos religiosos en el RER (Ejemplo: Confesiones de hecho).
*Desde un punto de vista jurídico, el importante reconocimiento que hace el art. 16.1 CE –unido al principio de aconfesionalidad del Estado
(art. 16.3 CE)–, será el factor clave que defina la posición jurídica de las confesiones religiosas en el ordenamiento jurídico español
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1.5 Estructura interna de las confesiones religiosas: diversidad de entes
Art. 6.1 LOLR: reconoce a las Confesiones plena autonomía; el derecho a organizarse de manera autónoma e
independiente del Estado, pudiendo establecer sus propias normas de organización, de régimen interno, de régimen
de su personal, cláusulas de salvaguarda del carácter propio, del debido respeto a sus creencias y/o de su propia
identidad y, también, crear asociaciones y otras entidades para el cumplimiento de sus fines.
Sin duda, esta autonomía institucional de las Confesiones va más allá de la mera autonomía estatutaria que
reconoce y concede el Estado a otras organizaciones sociales (asociaciones, fundaciones, sindicatos, partidos
políticos, etc.). A diferencia de éstas, las primeras pueden organizarse según sus propios criterios dogmáticos
(democráticos, jerárquicos, sinodales, asamblearios, etc.), sin más límite que el marcado por el orden público.
Se trata de un derecho, no de una obligación. No todos los grupos religiosos son iguales: cada uno dispondrá de
estructuras organizativas diferentes que les ayuden y faciliten cumplir sus objetivos o expresen parte de su identidad y
mensaje. Algunas confesiones son muy simples en su entramado, pero otras pueden ser altamente complejas.
El Estado reconoce civilmente a las Confesiones, pero reconoce también como entidades religiosas las creadas por
éstas cuando tengan por objeto realizar fines religiosos (relacionados con el culto, la predicación, educativos o
asistenciales). Una vez reconocidas como tales, se les aplica la normativa especial –unilateral o pacticia–, que suele
ser más favorable para ellas que la prevista en el Derecho común (para las asociaciones).
Esas entidades creadas pueden ser de varios tipos (orgánicas, asociativas y fundacionales): ej. un centro
teológico para la formación de pastores evangélicos; una diócesis; un hospital; una residencia de mayores.
Por supuesto, nada impide que las Confesiones (una vez han adquirido personalidad jurídica civil) puedan crear otro tipo
de entidades de conformidad con el Derecho común y con fines no religiosos (ej. una empresa mercantil), como haría
cualquier otra persona jurídica. Pero a este tipo entidades no se les aplica las normas de Derecho eclesiástico pues,
aunque han sido creadas por una Confesión, las mismas carecen de fines religiosos.
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1.5 Estructura interna de las confesiones religiosas: diversidad de entes
Acabamos de afirmar que, mediante la LOLR (Art. 6.1), se reconoce a las Confesiones el derecho a organizarse
internamente de manera autónoma y con total independencia del Estado.
También hemos añadido que esta plena autonomía institucional va más allá que la mera autonomía estatutaria
que concede el Estado a otras organizaciones sociales (asociaciones, fundaciones, sindicatos, partidos políticos,
etc.) a las que sí puede imponer algunos requisitos organizativos como, por ejemplo, que se organicen
democráticamente.
Sin embargo, las Confesiones pueden organizarse de acuerdo con sus propios criterios dogmáticos (democráticos,
jerárquicos, sinodales, asamblearios, etc.), sin más límites que los marcados por el orden público (art. 6.1 LOLR).
– Organización y régimen interno: pueden organizarse de conformidad con los criterios que les resulten más
adecuados o exigidos por su propia fe.
Además, podrán establecer:
– Régimen de su personal: referido a las relaciones jurídicas entre los miembros de la jerarquía, los ministros de
culto y los fieles; y a las personas que trabajan para la Confesión.
– Cláusulas de salvaguarda del carácter propio y del debido respeto a sus creencias: se refiere a sus contenidos
confesionales propios (su doctrina, ritos, observancias, etc.) y a su disciplina interna, así como al respeto hacia
sus creencias, que es exigible a sus propios miembros y a terceros.
– Cláusulas de salvaguarda de su propia identidad: referido a las señas de identidad de la Confesión.
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LA IGLESIA CATÓLICA
Ejemplo de estructura interna de una confesión religiosa (altamente compleja)
A. División territorial de la iglesia católica
La Iglesia católica universal no actúa directamente en el tráfico jurídico, sino que lo hace a través de distintos
entes que ella misma ha creado y que forman parte de su estructura.
– Santa Sede: es la Sede central de la Iglesia Católica Apostólica Romana (Iglesia católica universal), a la que
también se denomina Sede Apostólica. Se localiza en el Estado de la Ciudad del Vaticano (Roma, Italia). Tiene
reconocida personalidad jurídica internacional. En ella se personaliza y representa el gobierno de la Iglesia
Universal: el Papa y sus distintos órganos de apoyo.
– Estado Ciudad del Vaticano: fue creado en 1929 por los Pactos de Letrán y determina un ámbito territorial
independiente localizado en Italia. Aunque la jefatura de gobierno/soberanía de este Estado la asume también el
Papa, la Ciudad del Vaticano no tiene nada que ver con la Iglesia como institución.
Debe diferenciarse, por tanto, entre Santa Sede y Estado del Vaticano (≠ naturaleza jurídica).
Del mismo modo que la Iglesia católica universal no actúa en el tráfico jurídico directamente sino que lo hace
a través de entes como la Santa Sede, la Iglesia española actúa en el ámbito jurídico mediante entes
territoriales como, por ejemplo, las diócesis y las parroquias.
En España, la geografía eclesial/división territorial de la Iglesia se organiza en 14 provincias eclesiásticas,
constituidas para promover una acción pastoral local en coordinación con la Conferencia Episcopal. Se dividen en:
– Diócesis (70): División territorial bajo jurisdicción espiritual de un obispo/arzobispo.
– Parroquias (+ de 23000): Territorio bajo jurisdicción espiritual de un ministro de culto (sacerdote).
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LA IGLESIA CATÓLICA
Ejemplo de estructura interna de una confesión religiosa
B. División personal (jerárquica) de la Iglesia católica (ej. España)
Conferencia Episcopal: máximo órgano de representación de la Iglesia Católica en España. Institución de
carácter permanente, integrada por los Obispos de España bajo la autoridad del Papa (Asamblea/Conferencia
Nacional de Obispos), para el ejercicio conjunto de algunas funciones pastorales respecto de los fieles de su
nación o territorio, a tenor del Derecho común. Órgano de coordinación.
Goza de personalidad jurídica pública, tanto canónica como civil, en virtud del Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos
entre la Santa Sede y el Estado Español (3 de enero de 1979).
Órdenes religiosas, Congregaciones religiosas y otros Institutos de vida consagrada: tipos de instituciones
religiosas reconocidas por la Iglesia Católica, compuestas por una comunidad organizada de individuos, unidos
por reglas establecidas por el fundador de dicha orden y en la que cada uno pretende consagrar su vida a Dios a
través del seguimiento de dichas reglas.
Asociaciones religiosas de/creadas por la Iglesia católica.
Fundaciones religiosas de/creadas por la Iglesia católica.
Todos estos órganos/entes (territoriales y personales) que se acaban de señalar son con carácter muy general y
de manera muy básica (a modo de simple ejemplo); conforman el entramado institucional y asociativo a través
del cual la Iglesia católica española actúa en el tráfico jurídico, pero la realidad es una división/organización mucho
mayor (numerosos entes y asociaciones) y mucho más compleja.
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2. Posición jurídica de las confesiones religiosas
Lugar que ocupan en el ordenamiento y tipo de capacidades o competencias que tienen reconocidas.
Consideración general: la posición jurídica de las confesiones religiosas es la de sujetos de derecho privado. Son
personas jurídicas de carácter privado. Por tanto, ninguna Confesión forma parte de la Administración pública.
No obstante, junto con esta consideración general hay que tener en cuenta que:
– Hay ocasiones en que las confesiones pueden ser titulares de ciertas potestades e incluso llegar a desarrollar
algunas funciones concretas o realizar actuaciones propias a las que se les reconozca relevancia pública. Ej.: la
función de constatación de la celebración del matrimonio (institución pública-art. 32 CE).
En este caso, la relevancia pública debe entenderse como el reconocimiento de que dichas funciones o actuaciones
tienen un interés general, una utilidad pública y/o social, puesto que las Confesiones son elementos imprescindibles para
garantizar la libertad religiosa (su ejercicio como derecho fundamental) de los ciudadanos.
– En otras ocasiones, por las funciones que realiza la entidad en cuestión, se equipara a ciertas confesiones con
entidades sin ánimo de lucro/ONG (y de ahí su régimen tributario especial) al considerar que son entidades que
persiguen fines y/o que realizan funciones de interés social que, de no llevarlas ellas a cabo, correspondería hacerlo al
Estado. Es decir, desempeñan para la sociedad un papel complementario o subsidiario a los poderes públicos.
– Igualmente, los fines religiosos se consideran como fines de interés general en virtud de la dimensión colectiva
del derecho libertad religiosa, garantizándose ésta de forma efectiva mediante la cooperación entre los poderes
públicos y las confesiones. De ahí que las confesiones se consideren sujetos de cooperación.
En dichas relaciones de cooperación las confesiones no actúan plenamente subordinadas a la Administración
sino que lo hacen ejerciendo potestades propias que los poderes públicos deben reconocer y respetar.
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3. Adquisición de personalidad jurídica por las confesiones religiosas
Vías para que una confesión exista (“adquiera personalidad”) para el mundo del Derecho.
Al hablar de las Confesiones religiosas y sus características (aptdos. 1.2 y 1.3 de esta presentación), señalamos que,
al reconocérselas como sujetos titulares del derecho fundamental de libertad religiosa (ex art. 16 CE), ello tenía como
consecuencia la atribución de dos derechos básicos: la adquisición de personalidad jurídica (arts. 5.1 y 6.2 LOLR/RER
y Derecho común) y el reconocimiento de la autonomía institucional de los grupos religiosos (art. 6.1 LOLR)
Efectivamente, como parte del contenido y ámbito de protección de la dimensión colectiva del derecho de libertad
religiosa, las Confesiones religiosas y sus entidades tienen la posibilidad de convertirse en sujeto de derechos y
obligaciones adquiriendo personalidad jurídica (manifestación del ejercicio del derecho del que son titulares).
Es decir, que si éstas quieren actuar en la vida jurídica civil, han de obtener el reconocimiento del Estado adquiriendo
personalidad jurídica civil. Por ello, el ordenamiento está obligado a señalar de qué modo los sujetos con fines
religiosos pueden llevar a cabo esa adquisición. En este sentido, prevé dos vías por las que las confesiones pueden
adquirir personalidad jurídica: una vía específica (mediante inscripción de la entidad en el RER) y una vía general o de
derecho común (mediante el Derecho común de Asociaciones o Fundaciones).
Debe partirse, eso sí, de un concepto asentado por el TC en la importante STC 46/2001: la inscripción no es, en
ningún caso, una herramienta de control, legalización ni autorización de la creación de grupos religiosos.
Precisamente, al no tener el RER ninguna de esas funciones sino que se trata de un instrumento cuyo fin principal
es garantizar el ejercicio del derecho de libertad religiosa por parte de las Confesiones, la inscripción de éstas en el
Registro es totalmente voluntaria. NO están obligadas a inscribirse en el RER.
De manera que, si no se inscriben, no adquirirán personalidad como tales Confesiones religiosas.
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Acabamos de señalar que el ordenamiento prevé dos vías o cauces para que las confesiones religiosas puedan
adquirir personalidad jurídica. Estas vías son las siguientes:
A. (Vía/Cauce) Derecho especial o específico: art. 5.1 LOLR; RD 594/2015 (RER); STC 46/2001 y AAJ 1979
– Cauce específico: mediante inscripción en el RER (Acreditación de fines religiosos)
– Personalidad jurídica obtenida ope legis (por obra de la Ley)
– Personalidad obtenida mediante notificación de la Administración
B. (Vía/Cauce alternativo) Derecho común: constitución de asociaciones y fundaciones
Importante: El ordenamiento no impone la elección de ninguno de los dos cauces. Las Confesiones, por
tanto, pueden decidir por cuál de ellas optan para personificarse para el Derecho y poder actuar así en el
tráfico jurídico: bien haciéndolo como Confesión religiosa o bien como “simple” asociación o fundación de
Derecho común.
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A. Derecho especial o específico: art. 5 LOLR; RD 594/2015 (RER); STC 46/2001 y AAJ 1979
Aunque las Confesiones no tienen obligación de utilizarla (no están obligadas a inscribirse), la vía especial o
específica de la inscripción en el RER (art. 5.1 LOLR, posteriormente desarrollado mediante RD 594/2015, de 3
de junio, de inscripción en el RER) es el cauce más habitual para la adquisición de personalidad jurídica.
De acuerdo con todas estas normas, las entidades que soliciten su inscripción y acrediten ante la
Administración tener un fin religioso pueden optar por utilizar esta vía de adquisición personalidad jurídica lo que
les permitirá poder actuar, con plenas facultades, en el ámbito del Derecho. Ahora bien, para ello deben cumplir
los requisitos señalados en el citado RD 594/2015.
En este sentido, también es clave tener en cuenta y conocer, por su gran relevancia, lo que al respecto de dichos
requisitos señala la STC 46/2001 de 15 de febrero: la finalidad del RER en nuestro ordenamiento y cuáles son las
potestades que tiene la Administración en relación a dos cuestiones: el orden público, como límite al ejercicio del
derecho de libertad religiosa y lo qué se ha de entender por fines religiosos y cómo acreditarlos.
La inscripción es constitutiva (crea/atribuye) de la personalidad jurídica civil y tiene efectos de publicidad ante
terceros (el RER es un registro jurídico público y no sólo administrativo).
Finalmente, también debe tenerse en cuenta que hay algunas entidades (todas de la Iglesia católica) que, por
su naturaleza religiosa, el Estado les ha reconocido personalidad jurídica de manera directa:
1. Personalidad jurídica ope legis (por obra de la ley). AAJ (Art. I, aptado. 3): Conferencia Episcopal Española
2. Personalidad mediante notificación a la Administración. El AAJ (Art. I, aptado. 2) prevé que las circunscripciones
territoriales de la Iglesia Católica (Diócesis, parroquias, etc.) obtengan personalidad jurídica mediante comunicación de
su erección canónica al Ministerio Justicia (entes a los que la confesión reconoce previamente según sus normas,
personalidad canónica). El acuse de recibo de esta comunicación es prueba suficiente de su personalidad jurídica civil.
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B. Derecho común: Derecho de asociaciones y de fundaciones (arts. 22 y 34 CE)
Al no ser la inscripción en el RER obligatoria (vía especial de adquisición), el ordenamiento prevé otros cauces
alternativos para que, las Confesiones religiosas que no desean (o no pueden, por ejemplo, por falta de
acreditación de sus fines) hacer uso de esa vía, puedan adquirir igualmente personalidad jurídica.
Esta vía alternativa para adquirir personalidad jurídica por parte de las Confesiones religiosas, de manera distinta a
la inscripción en el RER, está prevista principalmente en el art. 6.2 LOLR: «Las Iglesias, Confesiones y Comunidades
religiosas podrán crear y fomentar, para la realización de su fines, asociaciones, fundaciones e instituciones con arreglo a las
disposiciones del ordenamiento jurídico general».
En definitiva, y como venimos señalando, en el momento de decidir su estatuto jurídico los grupos religiosos tienen
diversas opciones: desde inscribirse en el RER (Ministerio de Presidencia) y acogerse al Derecho especial previsto
para ellas hasta no inscribirse en ningún Registro y moverse en el tráfico jurídico como simple grupo de hecho.
Entre ambas opciones se sitúa la vía alternativa de Derecho común o general que consiste en constituirse/crearse/nacer
como una asociación civil e inscribirse en el Registro Gral. (Nacional) de Asociaciones del Ministerio del Interior
(acogiéndose al Derecho común de asociación) y/o en constituirse como una fundación (según Ley Fundaciones).
Esta vía de Derecho común también permite a los grupos religiosos adquirir personalidad jurídica según dos posibilidades:
a. siguiendo los cauces previstos por el ordenamiento para las asociaciones civiles (Derecho de asociaciones; art.
22 CE y Ley Orgánica 1/2002, reguladora del derecho de asociación) y,
b. a través de los cauces previstos para las fundaciones (art. 34 CE y Ley 50/2002 de Fundaciones).
Lógicamente, si optan por esta vía, los grupos quedan sujetos al marco normativo común y, por lo tanto, actuarán en el
tráfico jurídico como tales asociaciones y/o fundaciones, no como confesiones o entidades de naturaleza/fines religiosos.
Tema 10: Las confesiones religiosas en el Derecho español
4. El Registro de Entidades Religiosas: cuestiones principales
Función principal del Registro: servir de cauce específico para la adquisición de personalidad jurídica por
parte de aquéllas entidades que acrediten tener un fin religioso.
Al mismo tiempo, ese reconocimiento de personalidad jurídica otorga un status a la entidad inscrita que se
manifiesta, especialmente, en el reconocimiento de su autonomía.
Dicho de otro modo: al inscribirse en el Registro de Entidades Religiosas, se reconoce la personalidad jurídica del
grupo religioso inscrito y, a la misma vez, ello tiene plena manifestación reconociendo la autonomía del grupo.
NO ES función del RER, ni su finalidad en ningún caso, crear/constituir ni “legalizar” confesiones religiosas.
Tampoco es su objeto permitirles ni garantizarles, una vez se han inscrito, el ejercicio de sus actividades propias.
El acceso al RER es voluntario, de tal manera que el ejercicio del derecho de libertad religiosa por parte de
las confesiones no está subordinado, ni depende en modo alguno, de su inscripción en el Registro.
[La Exposición de Motivos de la LOLR considera las comunidades religiosas como realidades que existen con
anterioridad/previamente al reconocimiento de su personalidad jurídica. Algo que, por otra parte, no necesitan –o
quizás ni siquiera desean- para llevar a cabo el desarrollo normal de sus actividades y el cumplimiento de los fines
para los que fueron creadas].
Tema 10: Las confesiones religiosas en el Derecho español
La inscripción en el RER no se practica de oficio por la Administración sino a instancia de parte. Por lo tanto, es
la confesión quien debe solicitarla por escrito y adjuntar con la solicitud la documentación que legalmente se
exige al efecto (LOLR + arts. 5 y 6 RD 594/2015).
Dicha documentación deberá contener y justificar los datos y requisitos necesarios para proceder a la inscripción:
denominación del grupo, domicilio, régimen de funcionamiento y organismos representativos así como acreditar
cuáles son sus fines religiosos.
Por su parte, una vez presentada la solicitud de inscripción con la documentación correspondiente, la
Administración no puede valorar subjetivamente ni los datos ni los documentos presentados; solo debe
limitarse a comprobar, a la luz de lo dispuesto por la norma, si en el grupo solicitante concurren o no las
circunstancias exigidas para la inscripción.
Así pues, la Administración sólo podrá denegar la inscripción en el RER del grupo religioso que la pretenda
cuando, objetivamente, no queden debidamente acreditados que se reúnen todos los requisitos exigidos.
No obstante lo anterior, la inscripción en el RER no es, en absoluto, un simple procedimiento automático.
La Administración, teniendo en cuenta la documentación presentada, debe constatar (que no calificar) que
concurren los requisitos legales exigidos y si está o no ante una entidad propia de ser inscrita en el RER.
Es decir, que deberá constatar/comprobar que la entidad solicitante no se encuentra ante ninguno de los
aspectos de exclusión que señala el art. 3.2 LOLR: «(…) actividades, finalidades y Entidades relacionadas con
el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos o la difusión de valores
humanísticos o espiritualistas u otros fines análogos ajenos a los religiosos».
Área de Derecho Eclesiástico del Estado
Objetivos de aprendizaje
1. Saber que, en general, el ordenamiento utiliza el término Confesiones religiosas para referirse al conjunto de instituciones,
organizaciones y/o colectividades que tienen un fin o carácter religioso y gozan de estabilidad y arraigo suficiente.
2. Conocer que del art. 16 CE se deducen tres características principales de las Confesiones religiosas: que son
sujetos titulares del derecho fundamental de libertad religiosa; que ninguna tiene carácter estatal ni oficial; y que,
además, son sujetos de relaciones de cooperación con los poderes públicos.
3. Entender que, al reconocer a las Confesiones como sujetos titulares de la libertad religiosa, se está afirmando a su
vez la existencia de una dimensión colectiva de esta libertad y que, en virtud de esta, se les considera sujetos
de cooperación con los poderes públicos.
4. Distinguir, según su posición en nuestro ordenamiento, cinco tipos diferentes de Confesiones.
5. Como titulares del derecho de libertad religiosa, a las Confesiones se les atribuyen dos derechos básicos: la
posibilidad de adquirir personalidad jurídica para ejercer sus derechos y obligaciones como sujetos y participar en el
tráfico jurídico y, además, se les reconoce plena autonomía institucional y capacidad organizativa y estructural.
6. Saber que, para adquirir esa personalidad jurídica, el ordenamiento prevé distintas vías/cauces: una es especial o
específica, mediante inscripción en el RER, mediante reconocimiento directo de la ley o notificación de la Administración y
otra es la vía alternativa, que sigue procesos propios del Derecho común (constitución de asociaciones y fundaciones).
7. Comprender que, con carácter general, las confesiones son sujetos de derecho privado pero que, no obstante, hay
ocasiones en que pueden actuar ciertas potestades o funciones a las que se reconoce un interés general, una
utilidad pública y/o social, por lo que llegan a desempeñar un papel complementario o subsidiario a los poderes públicos.
8. Entender que el RER es un instrumento público cuyo fin es garantizar el ejercicio del derecho de libertad religiosa.
Es de acceso voluntario y supone un cauce de adquisición de personalidad, pero no de “legalización”, de las Confesiones.
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