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La Fabula

La fábula describe lo que es una fábula, su estructura y elementos. Una fábula es una narración breve con personajes que suelen ser animales u objetos con el fin de enseñar una lección moral. Se compone de una introducción, complicación y desenlace, donde se presenta la moraleja. Algunos ejemplos de fábulas clásicas también se resumen brevemente.

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La Fabula

La fábula describe lo que es una fábula, su estructura y elementos. Una fábula es una narración breve con personajes que suelen ser animales u objetos con el fin de enseñar una lección moral. Se compone de una introducción, complicación y desenlace, donde se presenta la moraleja. Algunos ejemplos de fábulas clásicas también se resumen brevemente.

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Qué 

es una fábula?
Una fábula es una creación literaria generalmente breve, escrita tanto en prosa
como en verso y protagonizada por animales, objetos animados o personas, que
a efectos del relato poseen capacidades comunicativas similares.

Se trata de un subgénero de la literatura narrativa, cuyo cometido es


fundamentalmente pedagógico: ilustrar mediante situaciones imaginarias
las costumbres, vicios o virtudes de una región humana específica o, incluso, de
toda la humanidad. Esto se lleva a cabo con intenciones formativas en la ética,
la tradición o la moral, por lo que el destinatario usual de una fábula son los
niños.

Dicha enseñanza se encuentra por lo general resumida, al final del relato, en


una moraleja o enseñanza.

La fábula se compone de tres partes:

 Inicio. En el que se presenta a los personajes y se establecen los puntos


iniciales del relato, como su ubicación geográfica o temporal, etc. Suele ser
breve y al grano.
 Complicación. Es el desarrollo de la trama que conduce hacia una situación
de problemática moral o ética, derivada de las características o de las acciones
iniciales del personaje.
 Desenlace. Ya sea feliz o no, es la parte final del relato en donde se dan las
consecuencias y se enuncia la moraleja o enseñanza final que aporta al lector
este relato.

Las fábulas pueden clasificarse en:

 Agonales. Se basan en la confrontación de dos conductas u opiniones entre dos


protagonistas o el protagonista y el antagonista, para al final premiar una y castigar la otra.

 Mitológicas. Aquellas que recogen el contenido religioso o místico de


una tradición cultural, como sus dioses o relatos fundacionales.
 De animales. Las que tienen como protagonistas a seres del reino animal, provistos de
rasgos humanos como habla o inteligencia.
MORALEJA
La moraleja es la enseñanza que deja una fábula.
La moraleja es la lección o enseñanza respecto a la vida que se obtiene tras
la lectura de una fábula o de algunos cuentos infantiles. Se trata de una
lección por lo general de índole moral o ética, es decir, que invita a
ciertas conductas y modos de razonamiento, y que juzga o desacredita
otras, tenidas por negativas.

Estructura de la fábula

La estructura de la fábula se basa en una oposición, como el príncipe y el mendigo.

La fábula clásica presenta una estructura doble, que consiste en una oposición


fundamental, principal, entre dos personajes cuyas posiciones subjetivas suelen
ser opuestas, paradójicas o retadoras. Por ejemplo, puede tratarse de un
hambriento y un ricachón, un avaricioso y un pedigüeño, etc.
Se trata, pues, de dos personajes que se encuentran siempre en
desigualdad social: una alta y otra baja. Luego, gracias a un evento
imprevisto (survenant), dichas posiciones suelen invertirse, para que cada uno de
ellos aprenda una lección al ponerse en los zapatos del otro.

Elementos narrativos de la fábula

El narrador es quien cuenta el relato y al final resume la moraleja.

La fábula comprende muy pocos elementos narrativos, ya que se trata de un relato


generalmente simple y directo. Sus elementos son:

 Personajes. Generalmente son pocos. Como mínimo son dos, cuyas


posiciones, como dijimos antes, son encontradas.
 Ambientación. Un lugar, generalmente descrito de modo muy sucinto.
 Narrador. Es quien cuenta el relato y al final resume la moraleja.
Fábula de la gallina de los huevos de oro

Un granjero y su esposa compraron una gallina gorda en el mercado del


pueblo y la dejaron en el gallinero, junto con las demás gallinas. Al día
siguiente, cuando fueron al gallinero a recoger los huevos, ¡no salían de
su asombro al ver que la gallina gorda había puesto un huevo de oro!
La escena se repitió por varios días: el granjero y su esposa iban al
gallinero a recoger los huevos, y la gallina gorda había puesto un huevo
de oro.

La pareja entonces ideó un plan: pensaron que si mataban a la gallina y


le abrían la barriga, iban a poder sacar todos los huevos de oro juntos,
sin tener que esperar a que pusiera uno por día. Pero se llevaron la
peor sorpresas de sus vidas cuando abrieron la panza de la pobre
gallina y la encontraron vacía. El granjero y su esposa se arrepintieron
por el resto de sus vidas por haber matado a la gallina de los huevos de
oro.

La moraleja de la fábula
La avidez nos puede llevar a perder lo que tenemos. Es mejor
conservar lo poco que se tiene que arriesgarse a perderlo en busca de
más.

Fábulas cortas para niños


Fábula del elefante y el ratón

Un día como tantos en la sabana, un gran elefante dormía la siesta.


Unos ratoncitos jugaban a las escondidas a su alrededor, y a uno de
ellos, que siempre perdía porque sus amigos lo encontraban enseguida,
se le ocurrió esconderse en las orejas del elefante. Se dijo:

-A nadie se le ocurrirá buscarme allí, ¡por fin ganaré!

Entonces se escondió, pero sus movimientos despertaron al elefante,


que muy molesto pues habían perturbado su sueño, pisó la cola del
ratoncito con su enorme pata y le dijo:
-¿Qué haces ratón impertinente? Te voy a aplastar con mi enorme
pata para que aprendas a no molestarme mientras duermo.

El ratoncito, asustado, le suplicó llorando:

-Por favor elefante, no me pises. Si me perdonas la vida yo te


deberé un favor.

El elefante soltó una carcajada y le respondió:

-Te soltaré solo porque me das lástima, pero no para que me debas
un favor. ¿Qué podría hacer un insignificante ratón por mí?

Entonces el elefante soltó al ratón. Sucedió que semanas más tarde,


mientras el ratoncito jugaba con sus amigos, se encontró con el elefante
atrapado bajo las redes de un cazador. Estaba muy débil porque había
luchado mucho para liberarse, y ya no tenía fuerzas para nada más. El
ratoncito se puso a roer las cuerdas y después de un rato, logró
liberarlo. El elefante le quedó sinceramente agradecido, y nunca más
volvió a juzgar a nadie por las apariencias.

Moraleja de la fábula del elefante y el ratón

Nunca hay que juzgar a nadie por su apariencia, sin conocerla. Las
cualidades que no se ven a primera vista son las que definen a una
persona.

Fábula de las mulas y los ladrones


Dos mulas caminaban cargadas por un camino. Las dos llevaban
cargas muy pesadas, una en sus alforjas cargaba grano, y la otra
monedas de oro. Pero mientras que la mula que cargaba el grano iba
caminando tranquila por el camino, la que llevaba el oro caminaba con
la cabeza erguida y la mirada altiva, moviendo su lomo para hacer
tintinear las monedas de oro. Estaba orgullosa de haber sido escogida
para llevar una carga preciosa, ¡no ese grano tan ordinario!

Pero de repente, desde atrás de unos arbustos en donde se habían


escondido, dos ladrones les salieron al camino. Con unos bastones le
pegaron a la mula de las monedas de oro hasta dejarla tirada en el
suelo, le arrebaraton los sacos de monedas y escaparon a toda
velocidad, sin hacer ni caso de la otra mula.

La mula que llevaba el grano ayudó como pudo a la otra a levantarse, y


juntas siguieron su camino. ¡La mula del grano estaba muy contenta
con su carga ordinaria!

Moraleja de la fábula

La ostentación exagerada de la riqueza solo trae desaventuras.


Fábula del lobo con piel de oveja

Un lobo que estaba cansado de fracasar al intentar cazar las ovejas de


un pastor, un buen día tuvo un plan: se disfrazó cubriéndose con una
piel de oveja, y se mezcló con el rebaño para pasar desapercibido.

Tan bueno era su disfraz, que al final del día el pastor lo llevó junto con
las demás ovejas al corral, y allí lo encerró. El lobo estaba feliz, pues
finalmente iba a poder comerse a unas cuantas ovejas; estaba a punto
de llevar a cabo su plan, cuando entró el pastor al corral: tenía que
procurar carne para su familia y venía a escoger una oveja para
sacrificar. Escogió al lobo y lo sacrificó al instante, sin darse cuenta de
nada.

La moraleja de la fábula

Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.

Fábula del lobo y la grulla


Un lobo que estaba comiendo un hueso, de repente se atragantó al
quedarle el hueso atravesado en la garganta. Desesperado, comenzó a
correr de aquí para allá pidiendo ayuda. Se topó con una grulla y le
pidió por favor que le ayudara, prometiéndole que la recompensaría por
ello. La grulla accedió y metió su cuello dentro de la boca del lobo, con
el pico cogió el hueso y lo extrajo de la garganta del lobo. Entonces, le
pidió su recompensa al lobo; pero éste se alejó riendo mientras le decía:

-La recompensa es que hayas podido sacar tu cabeza de mi boca sin


que te comiera

La moraleja de la fábula

Nunca confíes en las promesas de malvados y deshonestos: mucha


paga tendrás si te dejan sano y salvo.

Fábulas de Esopo
Esopo fue un fabulista de la Antigua Grecia. Era tan famoso ya en
época clásica, que hoy en día es difícil conocer cuáles datos de su
biografía son reales y cuáles pertenecen al mito. Es el autor de fábulas
más famoso, y aquí te dejamos algunas de sus creaciones más
populares:

Fábula de las ranas pidiendo rey

Las ranas vivían en el caos y la anarquía, y estaban cansadas de esta


situación. Así que mandaron una delegación para pedirle a Zeus, el rey
de los dioses, que les enviara un rey.

Zeus, atendiendo su petición, les envió un grueso leño a su charca.

Las ranas se asustaron con el ruido que hizo el leño al caer, y se


escondieron entre ramas y piedras. Por fin, al darse cuenta de que el
leño no se movía, fueron saliendo de sus escondites. Poco a poco,
dada la quietud que reinaba, las ranas comenzaron a despreciar al
nuevo rey, brincando sobre él y sentándosele encima, burlándose
continuamente.
Al poco se sintieron humilladas por tener un simple leño como monarca,
y volvieron a ver a Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, porque
éste era demasiado tranquilo.

Entonces Zeus, indignado, les mandó una serpiente de agua muy activa
y movediza que, una a una, las atrapó y devoró sin compasión.

La moraleja de la fábula

A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y


honesto, en vez de a uno muy emprendedor pero malvado o corrupto.

Fábula del escorpión y la rana

Una rana estaba descansando a la orilla de un río, cuando ve llegar a


un escorpión. La rana se asusta un poco, pero el escorpión se
demuestra amigable y le dice:
-Amable rana, ¿podrías ayudarme a cruzar el río llevándome en tu
lomo? Te prometo que no te picaré. Si lo hiciera, las dos
moriríamos ahogadas.

La rana duda un momento, pero después se deja convencer por la


explicación del escorpión. Así que lo hace montar en su lomo y
comienza a nadar para atravesar el río. A mitad de camino, la rana
siente un tremendo dolor en el lomo y se da cuenta de que el escorpión
la ha picado. Ya sintiendo que las fuerzas la abandonan y la muerte se
acerca, dice al escorpión:

-¿Cómo has podido hacerme esto? ¡Ahora moriremos los dos!

-No he podido evitarlo, es mi naturaleza– responde el escorpión,


mientras se hunde junto con la rana.

La moraleja de la fábula

No trates de engañarte con alguien creyendo que es o puede ser igual


que tú; hay personas que sacarán su maldad sin importarles las
consecuencias de sus actos, ni dañarse incluso a sí mismos.

Fábula del parto de los montes


Un días los montes comenzaron a temblar, sacudirse y lamentarse.
Todos los lugareños se asustaron muchísimo al ver a estos montes
siempre tan serenos y bonitos, en una actitud tan extraña.

Los montes parecían contraerse y lamentarse, tanto que las parteras


del pueblo comenzaron a decir que iban a dar a luz.

Y así las personas que vivían en los alrededores, atemorizadas, fueron


viendo durante todo el día cómo los montes se quejaban y temblaban,
cada vez más fuerte. Hasta que al anochecer, se produjo un estruendo
tremendo, los montes se abrieron, y de la grieta salió un pequeño ratón.

La moraleja de la fábula

La moraleja de esta historia recuerda el refrán popular «mucho ruido y


pocas nueces», es decir aquellos acontecimientos que se anuncian
como algo mucho más grande o importante de lo que realmente
terminan siendo.

Fábula de la zorra y las uvas


Una zorra que dormía bajo una vid se despertó hambrienta y vio sobre
su cabeza un hermoso y apetitoso racimo de uvas. Deseosa de probar
aquel dulce y refrescante manjar, la zorra se paró sobre dos patas
tratando de alcanzarlas; pero se dió cuenta de que el racimo estaba
demasiado alto para alcanzarlo. Pensó que podría saltar para cogerlo,
tomó carrera y dio un gran salto, pero sus patas apenas pudieron rozar
las tan deseadas uvas. Siguió intentándolo varias veces, hasta que
rendida, se dio por vencida y se alejó del árbol.

Pero en ese momento notó un pajarillo que había estado observándola


todo el tiempo, y sintió vergüenza: ¡aquel pájaro debía pensar que era
ridícula e incapaz! Entonces se dirigió al pajarillo y le dijo:

-Si hubiera querido comerme las uvas las habría alcanzado, pero al
saltar me di cuenta de que no están maduras. Las uvas verdes no son
un buen alimento para un paladar tan refinado como el mío.

Y diciendo esto se alejó altanera.

La moraleja de la fábula
A menudo los seres humanos fingimos despreciar aquello que
secretamente anhelamos y que sabemos que es inalcanzable.

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