ABOGADO: MILCIADES ETELVINO VENTURA
CLASE: DERECHO PROCESAL PENAL I
ASUNTO:
ENSAYO LOS DEFENSORES
INTEGRANTES:
Alejandrina Vásquez Amaya 217450042
Belky Ninoska Gonzales 116280033
Edas Oswaldo Cruz López 316450030
Edgar Fabricio Cruz López 115450008
Enna Selena Cárcamo Banegas 117070008
Franklin Richer Molina Orellana 117450175
Jeyson Gadiel Martinez Rivera 117350050
Ofelia Ramona Bonilla Ramos 218550033
Yeiri Yoely Juárez Maradiaga 117070015
Zelma Mariela Figueroa Ferrera 218550026
SANTA ROSA DE COPAN, 06 DE MARZO DEL 2020
INTRODUCCION
El diccionario jurídico define la palabra defensor como el Vocablo que proviene
del latín defenderé, que tiene la connotación de rechazar, proteger o
resguardar, por lo que hace referencia a la persona que realiza esa acción a
favor de sí mismo o de otro. La amplitud del significado se ve restringida, no
obstante, según las circunstancias: así, en el derecho penal, sustantivo se
habla de la legítima defensa propia y a favor de tercero, según se despliegue la
acción de proteger de la lesión a bienes jurídicos pertenecientes al mismo
sujeto u otro de una agresión, ya sea para hacerla cesar o para evitar que se
presente cuando es inminente. Pero es en el campo de los procedimientos en
donde el concepto adquiere amplia relevancia para denotar a la persona que
actúa, alega o representa a otra que es sujeto o parte en un procedimiento.
A continuación, en el presente ensayo analizamos los artículos 111 al 122
contenido en el Código Procesal Vigente en Honduras
ENSAYO
LOS DEFENSORES
En un sentido etimológico, la palabra defensor proviene del latín defensoris y
significa el que defiende o protege; a su vez el vocablo defender significa
amparar, proteger, abogar a favor de uno. defensor es el que interviene en el
proceso penal para desplegar en él una función de asistencia en favor de los
derechos y demás intereses públicos y no solamente para el patrocinio de un
interés particular.
El defensor representa a la institución de la defensa, integrada por dos sujetos,
el autor del delito y el abogado, quienes constituyen el binomio indispensable
en el proceso.
Como sea que fuere, es el campo de los procedimientos penales en el que la
figura del defensor del acusado se ha convertido en una exigencia, y a nuestro
juicio resulta un imperativo si se considera lo siguiente:
1) En la actualidad, el procedimiento penal asume formas que requieren que
una persona letrada en leyes participe a favor del acusado; este, salvo casos
de excepción, desconoce las formalidades propias de los actos que constituyen
aquél, así como la trascendencia que tienen respecto de su persona.
2) En ocasiones corresponde al acusado probar o acreditar algo relacionado
con los hechos que se ventilan en el proceso, debiendo existir alguien que lo
asesore, guíe o asuma la tarea de hacer llegar a conocimiento del juzgador los
elementos respectivos: quien invoca haber lesionado como repulsa a una
agresión sufrida.
3) El moderno procedimiento penal exige la figura del acusador, representado
en la persona de un agente del ministerio público o de un fiscal, quien posee
conocimientos técnico-jurídicos en la concreta rama general del derecho penal.
La igualdad procesal que debe imperar en el procedimiento criminal exige,
pues, que el acusado cuente con alguien que sea poseedor de la misma
ciencia. Si no existiera esa paridad de conocimientos entre acusador y
acusado-defensor, existiría un desequilibrio procesal, que necesariamente
conduciría a resolución injusta en contra del acusado.
Estas cuestiones han obligado a que las Constituciones modernas, de una
forma o de otra, exijan la presencia del defensor del acusado dentro de los
procedimientos penales bajo una de dos opciones: la designación de un
defensor particular o la designación de un defensor del Estado (defensor
público o de oficio).
Entonces, el que representa al imputado puede ser un defensor particular o un
defensor público, y si bien procesalmente tienen los mismos derechos y
obligaciones en juicio, entre ambos existen algunas diferencias. En efecto, el
abogado (licenciado en derecho) o defensor particular es de libre elección por
parte del imputado, lo cual no quiere decir que el elegido necesariamente deba
aceptar el cargo de defensor; por el contrario, el defensor público está obligado
a asumir el patrocinio de quienes le correspondan. El defensor particular puede
lícitamente renunciar no abandonar la defensa, pero defensor público no la
puede renunciar, salvo excepcionales casos de impedimentos y excusas. Los
servicios del defensor particular en cuanto a su costo están sujetos a lo que se
haya acordado; el defensor público no tiene derecho a cobrarle cantidad alguna
a su defendido; su remuneración corre a cargo del Estado.
A propósito de “garantías necesarias para su defensa”, del principio de
contradicción dentro del proceso penal y de la igualdad entre las partes,
Ferrajoli (Derecho y razón) señala la defensa, esto es, el acusado y su
defensor deberían contar con iguales recursos técnicos y materiales con los
que cuenta el acusador.
La figura del defensor penal no debe ser confundida con servidores públicos,
cuya misión es proteger a los ciudadanos de las arbitrariedades de las
autoridades públicas: el Ombudsman (Defensor del pueblo), porque éste no
representa en juicio penal a una persona en lo particular ni asume los deberes
y derechos de un defensor.
La capacidad de los abogados defensores consiste en una serie de
atribuciones que les compete para defender a una persona imputada, los
abogados defensores pueden ser privados, de oficio o defensoría pública. El
abogado o procurador privado deberá cobrar en virtud de sus funciones, salvo
el público que recibirá el pago correspondiente por parte del Estado. Según la
LOAT en el artículo 256 dice: “El nombramiento de Procurador Judicial deberá
hacerse por escritura pública, y por declaración escrita o por comparecencia
verbal autorizadas por el secretario del respectivo Juzgado o Tribunal. En los
juicios verbales podrán también hacerse este nombramiento por carta poder
autorizada por Notario o Juez cartulario”. Corresponderá a los defensores
públicos el ejercicio de las siguientes funciones:
1.- El ejercicio de la abogacía y la procuración en beneficio de procesados en
situación de pobreza comprobada, mediante la investigación socioeconómica
atinente, defendiéndolos en juicio, por escrito o de palabra, sin más derecho
que la de percibir el sueldo que les asignare la Corte Suprema de Justicia.
2.- Atender las consultas de carácter jurídico y dar dictamen sobre las
cuestiones o puntos legales que se les consulte por personas
pobres u organizaciones obreras, patronatos o de campesinos, siempre
que estás demuestren carecer de posibilidad para contratar libremente a
profesional del derecho. Estas disposiciones se apegan a un principio de ética
y buena praxis, para efectos de un mejor ejercicio de profesión de derecho.
Para ser nombrado defensor público se requiere lo siguiente:
a) Tener el título de Abogado, Doctorado en Leyes, o Licenciado en Ciencias
Jurídicas y Sociales.
b) Contar con experiencia en el ejercicio libre de la profesión del Derecho por
más de tres años, contados a partir de su inscripción en el Colegio de
Abogados o bien haber servido como Juez o Magistrado por más de
cinco años.
c) Haberse sometido al concurso y obtenido la nota de elegibilidad
correspondiente; además de haberse comprobado ser de buenas costumbres.
d) Hallarse en el ejercicio de los derechos civiles y políticos y
mantenerse solvente con el Colegio de Abogados.
Son obligaciones de los defensores públicos, las siguientes:
1. Defender a los imputados que hubiesen comprobados carecer de
recursos económicos directos o indirectos, para procurar su defensa.
2. Seguir el juicio en todas las instancias, observando siempre una
conducta procesal ética y eficiente.
3. Tener siempre al procesado al corriente del curso de la causa, que se le
sigue.
4. Interponer todos los recursos que, con el debido fundamento considere
procedente y que a su defendido correspondan legalmente.
5. Asistir puntualmente a todas las diligencias y actos que el Órgano
Judicial disponga en las diligencias respectivas.
6. Cumplir, con un mínimo de ocho (8) horas diarias de trabajo.
7. Informar por escrito a su superior jerárquico de sus actuaciones y en
períodos no mayores de treinta días.
Nombramiento del defensor y aceptación. El nombramiento del defensor
será hecho por el imputado o por su representante legal y no estará sujeto a
ninguna formalidad. La aceptación del cargo se hará ante la autoridad que
corresponda.
Requisitos
Ser abogado
Estar incorporado en el Colegio de Abogados de Honduras y encontrarse
debidamente habilitado para ejercer la profesión
Análisis antecedentes de conducta
No haber sido condenado por delito doloso
El nombramiento del defensor será hecho por el imputado.
Como lo dice la ley el imputado selecciona a su defensor ya sea público
dependiendo si no consta de los medios necesarios para pagar un privado y
privado si tiene los medios para pagarlo.
El nombramiento de los defensores en casos urgentes se dará cuando el
imputado se encuentre privado de su libertad Éste podrá ser designado por la
persona detenida o por su cónyuge o compañero de hogar o por un pariente
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. Si las
personas mencionadas no designan defensor, cumplirá esta función el
defensor público que el órgano jurisdiccional designe y, de no haberlo en la
localidad, el defensor de oficio que también designará el órgano jurisdiccional;
tal nombramiento le será comunicado inmediatamente a aquél. El defensor
propuesto en casos urgentes iniciará su función de inmediato y cesará en el
ejercicio de su cargo en el momento en que el imputado nombre otro defensor.
Sustitución del defensor el imputado podrá por cualquier causa o motivo
durante el proceso nombrar un nuevo defensor, pero este no podrá abandonar
la defensa, hasta que se haya hecho el nombramiento del nuevo defensor y se
le haya informado del proceso y este haya aceptado el cargo.
Renuncia del defensor Según este articulo La renuncia formal del defensor no
lo liberará de su deber de realizar todos los actos inmediatos y urgentes que
fueren necesarios para impedir la indefensión del imputado.
Sin perjuicio de lo anterior, no podrá ser presentada la renuncia del abogado
defensor dentro de los diez días previos a la realización de la audiencia de
juicio oral, como tampoco dentro de los siete días previos a la realización de la
audiencia de juicio oral y público.
El tribunal debe darle tres días hábiles al imputado para que busque otro
defensor de su confianza. Con todo, tan pronto este defensor hubiere aceptado
el cargo, cesará en sus funciones el designado por el tribunal. En caso que
este no lo haga a este imputado lo representara uno de oficio que el tribunal
asigne.
Abandono de la defensa. Defensor emergente. Se considerará que existe
abandono de la defensa cuando el defensor, una vez aceptado el cargo, se
abstiene de proseguir la actividad defensiva sin motivo justificado. De acuerdo
con lo indicado, el fundamento del abandono de la defensa se centra, en
aquélla obligación que tiene el abogado de representar a su cliente en todas las
instancias, así como en la coadyuvancia que surge con su actuación
profesional ética con la Administración de Justicia. También se considerará
abandonada la defensa y corresponderá su reemplazo, si el defensor no
comparece a la audiencia o se aleja de ella, suspendiéndose entre tanto el
desarrollo del acto hasta tanto no entre en funciones un nuevo defensor que
represente al imputado. “Este es un principio constitucional relacionado con el
de inmediación, que toda persona tiene derecho a contar con la asistencia
jurídica para ejercer su defensa y es por lo tanto derecho del imputado,
nombrar a un abogado de su confianza como defensor para que lo asista o lo
represente en todo y a lo largo del juicio”.
Es sólo cuando el imputado no procede a designar al defensor o cuando se
rehúsa a hacerlo, cuando el juez está facultado para designarle a un defensor
público o de oficio para que lo asista o lo represente a lo largo de todo el
proceso penal. Como puede apreciarse el abandono de la defensa podría
darse en cualquier etapa del proceso penal, y no existe, salvo justa causa, la
posibilidad de que el abogado como defensor no asista a la audiencia o
renuncie a la defensa de su cliente, de allí que si el defensor justifica su
inasistencia al acto por enfermedad o por circunstancia sobrevenidas (caso
fortuito o de fuerza mayor) debidamente comprobadas, el juez debe suspender
el acto y fijar una nueva oportunidad para su celebración, a objeto de dar
oportunidad a que estén presentes los interesados. Existe también la
posibilidad de que el defensor solicite al juez, con la debida anticipación, el
diferimiento del acto, en cuyo caso, procede acordarlo.
El artículo 118 párrafo 3 del código procesal penal nos dice que el profesional
del derecho que abandone la defensa sin causa justificada, deberá ser
suspendido por el juez en el ejercicio de la profesión por tres (3) meses. Para
los efectos correspondientes, se dará cuenta al Colegio de Abogados de
Honduras.
Defensoría pública y de oficio corresponde al Estado nombrar procuradores
para la defensa de los pobres y para que velen por las personas e intereses de
los menores e incapaces. Darán a ellos asistencia legal y los representarán
judicialmente en la defensa de su libertad individual y demás derechos así lo
establece la Constitución de la Republica. Será la corte de justicia quien hará el
nombramiento de los profesionales del derecho para que cumplan con la
función de defensores públicos en todos los lugares donde existan juzgados de
letras de lo penal. Cuando en algún lugar no exista defensor público, o el
imputado no cuente con recursos suficientes o teniéndolos rehusase nombrar
defensor privado, el órgano jurisdiccional nombrará un defensor de oficio y sus
honorarios serán pagados por el Poder Judicial, de acuerdo al arancel especial,
que éste fije. Sin embargo, aquel podrá repetir del imputado, si tuviere bienes
suficientes.
Defensor común de varios imputados La defensa de varios imputados en un
mismo proceso podrá ser ejercida por un defensor común salvo que existiera
incompatibilidad manifiesta. El órgano jurisdiccional podrá ordenar que las
partes nombren defensores distintos en cualquier momento del proceso En
caso de renuncia o desobediencia podrá, de oficio, hacer las sustituciones
necesarias.
Número de defensores. El derecho de defensa es un derecho fundamental
reconocido constitucionalmente y en los textos de derechos humanos, que
debe salvaguardarse en cualquier procedimiento jurisdiccional. Este derecho es
parte del debido proceso y requisito esencial de validez del mismo. Pero debido
a las leyes solo dos profesionales del derecho podrán defender al imputado. Si
participan dos profesionales del derecho y uno de ellos tienen problemas con
proceso siempre se hará el procedimiento de defensa al imputado
El derecho de defensa consiste en la posibilidad jurídica y material de ejercer la
defensa de los derechos e intereses de la persona, en juicio y ante las
autoridades, de manera que se asegure la realización efectiva de los principios
de igualdad de las partes y de contradicción. El derecho de defensa constituye
un derecho ilimitado por ser un derecho fundamental absoluto. Justamente, la
defensa de la persona en juicio y de sus derechos se concibe solamente a
través de la intervención del abogado.
Defensores sustitutos. Con el consentimiento del imputado el defensor podrá
asignar un defensor sustituto.
Los defensores podrán designar un sustituto para que intervenga si el defensor
tiene algún impedimento.
Entonces, cuando el defensor principal del imputado no pueda presentarse por
algún emprendimiento, es ahí cuando el profesional del derecho que han
designado como sustituto asumirá las obligaciones del defensor principal.
Cabe mencionar que la participación del profesional sustituto no modificará de
ninguna manera el procedimiento, al menos que la ley expresamente lo
permita.
En caso que el defensor principal decida abandonar por completo, la defensa lo
reemplazará el, en definitiva, el defensor sustituto.
La labor del abogado resulta fundamental para cualquier proceso; de tal forma,
su actividad profesional debe estar siempre encaminada a que éstos se
desarrollen, contraria a aquella labor obstructora que, muchas veces, ha
identificado el ejercicio profesional.
Es en este campo, donde existe una exigencia ética del profesional de asistir a
la convocatoria judicial, no sólo respetando la lealtad hacia su cliente, quien le
encomendó el caso, sino como un deber de coadyuvar a la Administración de
Justicia.
CONCLUSIONES
El que representa al imputado puede ser un defensor particular o un
defensor público, y si bien procesalmente tienen los mismos derechos y
obligaciones en juicio, entre ambos existen algunas diferencias. En
efecto, el abogado (licenciado en derecho) o defensor particular es de
libre elección por parte del imputado, lo cual no quiere decir que el
elegido necesariamente deba aceptar el cargo de defensor; por el
contrario, el defensor público está obligado a asumir el patrocinio de
quienes le correspondan.
Es relevante hacer un comentario acerca de la libertad de elección de
defensor cuando éste es el público. La libertad que tiene el imputado es
elegir al defensor público frente al defensor particular.
Una reflexión es la referente a que día con día, por las condiciones
económicas que privan en el país, más personas acuden a los servicios
legales gratuitos, entre ellos los de índole penal.