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Region Huasteca Veracruzana

La Huasteca Veracruzana es una región ubicada al norte de Veracruz que limita con otros estados. Está habitada por varios grupos indígenas con diferentes lenguas como náhuatl, tének y otomí. La región celebra tradiciones católicas como las posadas y el día de la Virgen de Guadalupe. La gastronomía se basa en maíz, frijoles y tamales rellenos. Existen leyendas como la de la sirena de Tamiahua sobre una mujer que se convirtió en una criatura mar
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Region Huasteca Veracruzana

La Huasteca Veracruzana es una región ubicada al norte de Veracruz que limita con otros estados. Está habitada por varios grupos indígenas con diferentes lenguas como náhuatl, tének y otomí. La región celebra tradiciones católicas como las posadas y el día de la Virgen de Guadalupe. La gastronomía se basa en maíz, frijoles y tamales rellenos. Existen leyendas como la de la sirena de Tamiahua sobre una mujer que se convirtió en una criatura mar
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REGION HUASTECA VERACRUZANA

UBICACIÓN

Se le llama Huasteca Veracruzana al


espacio ubicado en el norte del estado de
Veracruz y limitado al oriente por el Golfo
de México; al occidente por los estados
de Puebla, Hidalgo y San Luis Potosí, con
Tamaulipas al norte y al sur con el río
Cazones.

En el estado de Veracruz, la Huasteca se


localiza hacia el extremo norte, desde el
río Cazones hasta el río Tamesí; su
relieve es llano y de bajos lomeríos y su
clima tropical; está irrigada por varios ríos
y lagunas entre los que destacan el río
Tuxpan y la laguna de Tamiahua.

Municipios:
Pánuco, Pueblo Viejo, Tampico Alto, El Higo, Ozuluama de Mascareñas, Tempoal
de Sánchez, Tantoyuca, Chontla, Tamalín, Citlaltépetl, Chinampa de Gorostiza,
Naranjos Amatlán, Tancoco, Ixcatepec, Platón Sánchez, Chiconamel, Chalma,
Cerro Azul, Tamiahua, Tepetzintla, Chicontepec, Álamo Temapache, Tuxpan de
Rodríguez Cano, Benito Juárez, Ilamatlán, Zontecomatlán, Ixhuatlán de Madero,
Texcatepec, Tlachichilco, Zacualpan, Castillo de Teayo, Tihuatlán

LENGUAS

La integra una extensa región intercultural donde se encuentran asentadas


poblaciones indígenas nahuas o masewalimeh, tének, tepehuas o limasipihní,
otomís o n’yühú, totonacos, pames o xi’iuy, cada uno de ellos posee su propia
lengua y cultura aun cuando comparte algunos rasgos y prácticas culturales,
conviven además con los mestizos que forman la población mayoritaria.

Los nahuas de la Huasteca en el norte de Veracruz, configuran una región


lingüística interestatal con los municipios fronterizos de San Luis Potosí e Hidalgo.
En 12 municipios del territorio norveracruzano el náhuatl es una de las lenguas
principales, esto son: Benito Juárez, Ixhuatlán de Madero, Chalma, Platón Sánchez,
Chiconamel, Tamalín, Chicontepec, Citlaltepetl, Tepetzintla, Ilamatlán,
Zontecomatlán e Ixcatepec.
Los huastecos o tenek, como se
nombran a sí mismos, rama de
sustrato mayense, se extienden
en la planicie costera y se
localizan principalmente en dos
núcleos: uno, en los municipios
de Tantoyuca y Tempoal y otro,
en los municipios de la Sierra
de Otontepec. Las
concentraciones más
importantes de población tenek
de la Sierra de Otontepec se
localizan en los municipios de
Tantima, Chinampa de Gorostiza, Tancoco, Naranjos-Amatlán y Chontla.

El municipio que tiene la más alta concentración de otomíes en la Huasteca


veracruzana es Texcatepec, aunque también hay otomíes en Tlachichilco,
Zontecomatlán e Ixhuatlán de Madero

Los tepehuas y totonacos de la Huasteca veracruzana se localizan en algunas


comunidades del municipio de Ixhuatlán de Madero. Tlachichilco, es otro municipio
con población tepehua, lengua emparentada con el totonaco.

Hacia la parte de la costa, en Tamiahua aún es posible observar algunos rasgos


físicos y culturales con reminiscencias de la presencia de los negros en la Huasteca,
que comenzó casi desde recién terminada la conquista, cuando negros y mulatos
llegaron como vaqueros, sirvientes y administradores de haciendas y ranchos de
españoles, al igual que como huidos, cimarrones y fundadores de pueblos en la
costa.

De este modo, la etnografía y la etnohistoria nos demuestran que la Huasteca es


una región multilingüística pero unicultural, si se exceptúa a los mestizos y
afromestizos, ya que aunque sus pueblos indígenas se distinguen por su diversidad
lingüística y múltiple filiación étnica, podemos suponer que comparten patrones
culturales que les son comunes; ejemplo de ello lo vemos cuando nahuas, otomíes,
totonacos y tepehuas comparten la fabricación de figuras de papel que representan
a divinidades y seres de su religión, lo mismo que en la importancia dada a la
festividad dedicada a los muertos y el carnaval.

TRADICIONES

Las celebraciones comienzan el 7 de Diciembre con la búsqueda del Niño Jesús,


cuenta la leyenda que a la Virgen María se le perdió ese día el niño Jesús. Entonces
los aldeanos ayudaron a encontrarlo, iluminando todas las calles con velas. Hoy en
día los papás salen a caminar con sus hijos arrastrando un carro de madera junto a
las calles totalmente iluminadas con velas que los mismos ciudadanos han
colocado. El ayuntamiento apaga la luz
eléctrica y la celebración está llena de
emoción y nostalgia.

El 12 de diciembre es el día de la Virgen


de Guadalupe o nuestra señora de
Guadalupe. Es una celebración nacional y
se hace una larga procesión hasta cada
una de todas las iglesias de la Guadalupe.
La Virgen de Guadalupe conocida como la
“Virgen Morena” es “la Patrona” de México
y la mayoría de los mexicanos son devotos de “La Lupita”. A estos devotos se les
denomina Guadalupanos. La historia dice que se le apareció cuatro veces al indio
Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac, tras la primera aparición le
pidió a Juan Diego que construyera una Capilla. En la última aparición la Virgen
apareció en el “ayate” (manta) de Juan Diego. La misma que se encuentra en la
Basílica de Guadalupe ubicada en las faldas del cerro Tepeyac.

Una tradición muy particular son “las posadas”. Estas se festejan en casi toda la
República mexicana. Sin embargo estas varían de acuerdo a la región, incluso a la
familia (la rama en la Huasteca Veracruzana). Es una tradición que recuerda la
travesía de María y José en busca de una posada para pasar la noche y dar a luz
(parir). Entonces se junta un grupo de personas que van de casa en casa pidiendo
posada. Se canta una canción (posada) a modo de prosa que “En el nombre del
cielo piden posada”

En la Huasteca una jerarquía de personajes que ostentaban el don de intermediar


entre los hombres, dioses y naturaleza para conseguir favores, restablecer el orden
cósmico, causar mal o curar enfermedades. Estos eran los sacerdotes, brujos y
curanderos. La enfermedad se concebía generalmente como resultado del
rompimiento de una regla o tradición, o del enojo de los dioses o seres sobre
naturales que pueblan los campos, los ríos o montañas. La cura se consigue por
medio de un ritual que devuelve el orden o mitiga la furia de los dioses. La
exploración arqueológicas han brindado información sobre la manera como los
huastecos sepultaban a los muertos. Se depositaban el cuerpo, tal vez amortajado
con mantas o petates, directamente en una fosa. El uso de tumbas fue raro.
Colocaban al difunto en cualquier posición, ya fuera extendido y boca arriba o con
las piernas flexionadas, en postura fetal, sentado o boca abajo. Se le daba una
sencilla ofrenda de alimentos colocados en vasijas la cual tenía como intención
facilitar su camino al Tamzemlab. En ocasiones colocaban una figurilla de barro en
el cuerpo, un plato de barro invertido sobre la cabeza o algún animal sacrificado
como acompañante, comúnmente un perro.
GASTRONOMIA

Empecemos hablando del maíz blanco es


para el consumo humano, el amarillo para
los animales, el morado para niños y
adultos y el rojo es para prácticas rituales.
La nixtamalización es una práctica
cotidiana de las mujeres de esa región,
ellas elaboran tortillas, bocoles, enchiladas
y chancacudas.

Otro ingrediente principal es el frijol, ya sea


negro, rojo, pinto o blanco, algo muy representativo en el almuerzo es la presencia
de frijoles refritos con manteca o frijoles de la olla hervidos.

En la milpa, aparte del maíz, también hay siembra de calabaza, chiles para la
elaboración de salsas. Los matorrales aledaños son lugar de armadillos, conejos,
mapaches y tejones, estos son fuente de proteína.

El platillo más representativo de esta zona es el famoso zacahuil, es enorme tamal


cocido en horno durante largos periodos, relleno de carne de cerdo y salsa roja,
envuelto en hoja de plátano y en ocasiones reforzado con hoja de palma.

MITOS Y LEYENDAS

LA SIRENA DE TAMIAHUA (la ninfa de la Huasteca)

Leyenda de Tamiahua, Veracruz

Ésta es la historia de Irene, hija del finado Abundio Saavedra Rosas y de Demasía
González Corona, quien vivía con su madre en un pintoresco pueblecito huasteco
llamado Rancho Nuevo, entre Tampache y la hacienda de San Sebastián, en el
municipio de Tamiahua en el estado de Veracruz. Irene era una joven hermosa de
tez morena, ojos aceitunados y larga cabellera negra. Madre e hija eran muy
creyentes y devotas de la fe católica, que seguían al pie de la letra, así como de
todos los usos y costumbres de la misma.

Un día Jueves Santo, allá por los años de 1900 -1920, en plena Semana Santa –
que eran días de vigilia o de guardar Irene– había ido a traer leña por el rumbo de
Paso de Piedras (leñar es un acto prohibido en estos días). Regresó donde su
madre y le dijo: “Ma, yo ando muy sucia y polvienta, que me dan ganas de echarme
un baño”. Su madre le contestó: “No, hija, te condenarías. En estos días no
debemos agarrar agua, mucho menos bañarnos”. Pero Irene le contestó: “Ay, ma,
Dios me perdone pero yo aunque sea me voy a lavar la cara”. Tomó un guacal con
dos hojas de jaboncillo y se fue rumbo al pozo a lavarse la cara.
De pronto, su madre escucho unos gritos de angustia. Era Irene quien gritaba: “¡Ma,
ma, ayúdame! ¡Ma, ma, ayúdame!”. Luego, sus gritos se convirtieron en un triste
cántico como de lamento.

Allí junto al pozo se levantó una gigantesca ola e Irene empezó a convertirse en otro
ser, su boca como de pez, sus ojos más grandes, su negra cabellera y su piel se
tiñeron como de rojo. Y lo más cruel fue que sus piernas desaparecieron,
formándose debajo de la cintura una cola de pez, babosa y con escamas. La ola
arrastró su cuerpo por el río rumbo al mar. Los lugareños la siguieron en pequeñas
lanchas hasta la laguna. Cuando estaban a punto de alcanzarla, se apareció un
extraño barco viejo, destrozado y feo. De pronto, Irene saltó hacia él, mientras
esbozaba una sonrisa burlona y cantaba de forma macabra “Peten ak, peten ak”
(giren, giren o circulen, en huasteco; hoy en día se dice petenera) para reunir en
derredor de ella a toda la especie marina. Y así desapareció de la vista de todos.

Desde aquel entonces, su vieja y cansada madre cada Jueves Santo iba hasta la
playa con la ilusión de volver a ver a su hija Irene. Sólo cuentan los pescadores que
cuando oyen sus fúnebres cantos, se alejan del lugar porque aquel que la vea sufre
desgracias, ya que Irene la sirena se convierte en una rubia y hermosa mujer de
dulce vos y prominentes pechos. Se dice que algunos pescadores han muerto
cuando la han visto, porque al acercarse miran un ser espectral y horroroso que
dicen que les voltea las lanchas y embravece las olas hasta matarlos.

HUEHUEYAC XONKAALLI

El de larga o grande cabellera

Existió alguna vez allá por el año 1200 un horrendo hombre de larga cabellera, ojos
destellantes y hocico como de fiera, que por su pelo se confundía con las mujeres
de Xonkatlan (lugar de cabelleras o de greñas sueltas), una aldea huasteca,
gobernada por una mujer llamada Tezitlal (estrella de piedra) en inmediaciones de
la sierra de Kotontepetl (cerros partidos o separados). Pueblo dominado en ese
entonces por el reinado de Tomiyahuatl, después de la caída del imperio huasteco
chichimeca de Cuextlán.

Este sanguinario hombre que sobrevivió al exterminio total de varones, realizado


por las satanizadas guerreras huastecas de raza negra, provenientes del imperio de
Tam yam ija (entonces mucha agua) hoy Majaguales o Tamiahua la Vieja.

Huehueyac Xonkaalli habitaba en la espesa selva a salto de mata escondiéndose


para no ser descubierto. Aquel hombre juró vengar a los extintos varones de
Xonkatlan y aldeas vecinas, que fueron salvajemente castrados, flechados,
desollados y devorados por estas sádicas mujeres.

Este hombre se valía de algún poder mágico para entrar al pueblo sin ser visto y
robarse a una mujer cada tres días. Las llevaba a una cueva de la serranía, donde
por medio de amarras las atacaba sexualmente hasta saciarse, para después
cortarles los senos y matarlas. Y como burla o ejemplo de poder, ya muertas las
llevaba a cambiar por otra mujer viva. Acto que tuvo indignadas por mucho tiempo
a las salvajes guerreras, que por muchas trampas que le pusieron no lo podían
descubrir. Temerosas pensaban también que era un ser divino con el que no
podrían jamás.

Para fortuna para ellas, una madrugada lluviosa, cuando Huehueyac se llevaba a
otra guerrera en brazos, cayó un estruendoso rayo y despertó a todas las mujeres
de la aldea y a la que llevaba en brazos también. Ésta despierta lo aprisionaba con
sus férreas manos para dar tiempo a que las demás aldeanas lo tomaran preso.
Bajo la lluvia en un rito con danzas y grandes hogueras, le arrancaron los ojos, las
uñas de pies y manos, lo castraron, lo flecharon, lo desollaron y lo devoraron.

Para así terminar con el mito de Huehueyac Xonkaalli y vivir tranquilas para siempre,
empezando a rendir tributo al Dios “Tlapetlantli” (Trueno o rayo), hasta la muerte de
Tomiyahuatl en Tenayucan capital de la huasteca en aquel entonces.

Aunque en ocasiones cuando hay tempestad, gentes de algunas comunidades de


la sierra han visto en aparición a este horrible hombre cargando a una mujer
ensangrentada, causando gran espanto a las gentes que logran verlo. Y lo apodan
“tekuani temiktiloni” (bestia asesina).

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