LAS CORTES DE CADIZ
INTRODUCCIÓN
En el agitado periodo entre finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, España se debatió entre dos
tendencias opuestas: por un lado, los intentos de implantar la revolución liberal, lo que implicaba una monarquía
parlamentaria y constitucional; por otro lado, la resistencia y oposición que iba de la mano de la monarquía absoluta.
Se trata, por tanto, de una etapa de transición, marcada en sus comienzos por el impacto de la revolución
francesa. España se vio envuelta en numerosos cambios. Así, la Guerra de la Independencia, con la labor legislativa de
las Cortes de Cádiz, ofreció la oportunidad de poner en marcha en España una revolución liberal que se vio truncada
con la vuelta al trono de Fernando VII.
DESARROLLO
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
La entrada consentida de las tropas napoleónicas por parte de Manuel Godoy (ministro nombrado por Carlos
IV), acabó convirtiéndose en una ocupación de nuestro país. Debido al descontento, los partidarios del Príncipe de
Asturias organizaron un motín popular que estalló el 19 de marzo de 1808, el Motín de Aranjuez, que supuso la
abdicación de Carlos IV en su hijo, con el nombre de Fernando VII. Sin embargo, Napoleón reunió a la Familia Real en
Bayona, y les forzó a abdicar en su hermano, José Bonaparte. Este, concedió algunos derechos más allá del absolutismo
(Estatuto de Bayona).
Ante la invasión francesa, surgen levantamientos en Madrid, el 2 de mayo de 1808, que se extendieron por
toda la península y significaron el inicio de la Guerra de la Independencia. Con la Guerra de la Independencia, se inició
el principio del fin del Antiguo Régimen y el comienzo de la revolución burguesa en España, que regenerará las bases
del sistema. Para hacer frente al invasor, en ausencia del rey se crearon las Juntas Provinciales, coordinadas por la
Junta Central Suprema; además, en contra de los partidarios del Antiguo Régimen, se llevaron a cabo medidas
revolucionarias, como la convocatoria de las Cortes.
Tras la derrota francesa en Bailén, Napoleón entró en España con un ejército de 250.000 soldados, ocupando
la mayor parte del país, salvo en zonas de montaña, donde comenzó la “guerra de guerrillas” contra los franceses. Tras
las derrotas francesas en España y en Rusia, Napoleón, debilitado, entregó el poder a Fernando VII por el Tratado de
Valençay. La Guerra de la Independencia tocaba su fin.
LAS CORTES DE CADIZ.
Ante el vacío de poder ocasionado por la invasión francesa, una minoría de españoles, la Junta de Gobierno
liberal, pretendió preparar un proyecto de España sin Antiguo Régimen. La Junta Central, que ejerció resistencia ante
los franceses, se asentó en Cádiz. Más tarde, esta acabó disolviéndose, siendo sustituida por el Consejo de Regencia,
que iba a gobernar en nombre de Fernando VII mientras estuviese retenido en Francia. Con la rebelión independentista
en las colonias americanas, se convocaron las Cortes, con el objetivo de frenar el proceso de emancipación.
La mayoría de las Cortes, diputados elegidos por sufragio universal masculino para mayores de 25 años, era
burguesa y de clases medias, partidarios de reformas. Sólo el clero y la nobleza, en menor representación eran
contrarios a los cambios.
Por un lado, estaba la corriente liberal, partidaria de desmantelar jurídicamente el Antiguo Régimen,
inspirados en los principios del Antiguo Régimen. Por otro lado, los absolutistas eran partidarios del mantenimiento
del Antiguo Régimen. En tercer lugar, estaban los reformistas, que apoyan una serie de reformas con ciertos límites.
Para el desmantelamiento del Antiguo Régimen, la labor legislativa fue trascendental y las principales reformas
adoptadas, de matiz liberal, fueron: la abolición de los derechos jurisdiccionales, convirtiéndose así las tierras en
propiedad privada de los señores, de la Inquisición y de la tortura; se eliminaron los mayorazgos y las tierras pudieron
incorporarse al mercado; se llevó a cabo un proceso desamortizador de bienes con el fin de disminuir la deuda pública;
se abogó por la libertad de comercio e industria, y por la libertad de los trabajadores, suprimiéndose así los gremios,
con lo que se estableció la libertad de producción, venta y contratación;, y se permitió la libertad de imprenta, es decir,
la libertad de prensa.
LA CONSTITUCIÓN DE 1812
La labor más importante de las Cortes de Cádiz fue la promulgación el 19 de marzo de 1812, día de San José,
de la Constitución, apodada como “La Pepa”. Este texto fue la primera constitución liberal del país.
La Constitución o ley fundamental se compone de un discurso preliminar y 384 artículos, que establecen la
forma del estado, del gobierno y los derechos de los españoles. En ella, aparece la idea de nación española. En la
historia del derecho está considerado como uno de los mejores modelos del primer constitucionalismo occidental.
Este texto fue el resultado del compromiso entre liberales y absolutistas, que dieron lugar a un texto, cuyas
características fundamentales son:
• Soberanía nacional, por la cual el poder está en el pueblo a través de sus representantes en las CORTES.
• Derechos fundamentales del individuo, como la libertad de expresión y prensa, igualdad ante la ley y el
derecho a la propiedad.
• La estructura del nuevo Estado era una monarquía limitada (no absoluta), con división de poderes:
o Legislativo. Corresponde al Rey junto a las Cortes.
o Ejecutivo. Corresponde al Rey como presidente del gobierno.
o Judicial. Recae en los tribunales de justicia.
• Sufragio universal masculino indirecto.
• Estado confesional. En el que la religión oficial y única sería la católica.
• Igualdad ante la ley. Todas las personas podrán acceder a un cargo público, lo que supone el fin de los
privilegios y el fin de la sociedad estamental.
• Derecho de todos los españoles a la enseñanza primaria, pública y obligatoria.
Con otros Derechos socioeconómicos (como la abolición de la Mesta, de la Inquisición, de los gremios, de los
señoríos jurisdiccionales, de los mayorazgos y la desamortización de tierras comunales), los liberales gaditanos querían
reformas para liquidar los fundamentos económico - jurídicos del Antiguo régimen y establecer un nuevo orden liberal
en España.
CONCLUSIÓN
La Constitución de Cádiz es fundamental en la Historia de España por ser la primera y el primer
intento serio de racionalizar el Estado y el ejercicio del poder sobre la base de los principios del liberalismo.
Inspirada en la Constitución francesa de 1791, es más avanzada y progresista, ya que acepta el sufragio
universal y una amplia garantía de derechos. La Guerra de la Independencia no permitió llevar a la práctica
lo legislado por las Cortes. Además, la mayoría de la sociedad española quedó al margen: eran campesinos,
monárquicos absolutistas por estar muy influidos por el clero y la nobleza. En marzo de 1814, Fernando VII
anuló la Constitución y la obra de las Cortes de Cádiz. Sin embargo, La Pepa fue una referencia clave para el
liberalismo posterior. Además, su influjo fue decisivo en otras constituciones de América del Sur y de Europa,
como las de Italia y Portugal.