La Lic.
Estela Mora, comprendiendo la Psicopedagogía actual como resultante del devenir
histórico desde los orígenes, aportó una mirada específica al rol psicopedagógico –desde sus
investigaciones desde hace más de veinte años- destacando la identidad disciplinar, desde
una reformulación del objeto de estudio.
PSICOPEDAGOGÍA: NUEVAS CONCEPTUALIZACIONES TEÓRICAS
LIC. ESTELA MORA
Inicia refiriendo a que cada panelista tuvo su propia mirada de la historia de la
Psicopedagogía, y eso hace a la subjetividad y la identidad disciplinar.
Sitúa su formación en el segundo momento histórico psicopedagógico: década del ´70. De
ahí su orientación hacia la clínica. Y también desde allí los escollos encontrados en la
misma.
Continúa disertando acerca de la identidad disciplinar: “Lo que me parece el núcleo de la
identidad disciplinar es la carencia de teoría específica.”
Respecto al objeto de estudio psicopedagógico, dice: “El objeto de estudio actual de la
Psicopedagogía debemos reformularlo.
Para comprender el objeto de la Psicopedagogía, hay que trascender al aprendizaje. La
creencia en que el aprendizaje era objeto psicopedagógico devino en captura del progreso y
evolución de nuestra disciplina, instalándola en una situación de subordinación a otras
ciencias. El “aprendizaje” atrapó al “crecer”, al “saber” psicopedagógico. De ahí una
dificultad laboral del psicopedagogo en la actualidad.
Entonces, el aprendizaje obstaculiza la tarea, nuestra labor psicopedagógica.
Es tan importante el saber en el hombre que, si enferma, enferma el ser. Padece. Y ese
padecer es atendido por la Psicopedagogía que atiende desde Teoría de Matrices.”
Destaca a la Filosofía como madre todas las disciplinas. Hace una diferenciación en las
acciones del atender y del tratar: “Creo que hay que “atender” -y no tratar- aquellas
desatenciones que manifiesta el paciente psicopedagógico. Y no es un trabalenguas.; hace a
la esencia de la labor psicopedagógica. Si atendemos, generamos atención, y el paciente
psicopedagógico si de algo padece es de “atender”.
Luego sitúa cronológicamente en la historia de la Psicopedagogía, la creación y
conceptualización de la primera teoría: “Yo nací formalmente a la Psicopedagogía en la
época del ´70 -siguiendo la descripción que realizó la Dra. Müller-; estábamos formándonos
con un caudal de teoría psicoanalítica impresionante.
Esto me benefició y complicó: me benefició porque yo sabía que el inconsciente mío y el del
otro estaban implicados y complicados en ese proceso de aprendizaje –utilizando la
terminología antes de reformularla, por eso digo “aprendizaje”-. Pero, después, al
atender, comencé a observar que no podía llegar al paciente; comprendí que no podía
ofrecerle una mirada específica, psicopedagógica. Yo no era psicoanalista, era
psicopedagoga, no me podía apropiar de lo ajeno sin tener identidad primero.
Comencé a observar el “cómo” del aprender, porque las teorías buscan dar respuestas a
preguntas. El Psicoanálisis busca el “porqué” de las cosas, y me parece que para la
Psicopedagogía la mejor respuesta es la que parte del “cómo”: “cómo se gesta esa
particular relación del hombre con el objeto del aprender atendiendo la constitución del
SER”.
Comencé a ver, a sentir y registrar emocionalmente que, en la anamnesis, el paciente
psicopedagógico establecía determinadas maneras singulares de acercarse al objeto de
aprendizaje –en aquel momento era “aprendizaje”-, al objeto de “conocimiento”. Pero, en
la anamnesis, observaba a las mamás y registraba hechos valiosísimos que les habían
acontecido en la época de embarazo, que estaban enunciados desde “estados anímicos”, y
no tenían palabra. Porque la palabra como significante de un significado aparece alrededor
de los dos años en la vida evolutiva del ser humano; sin embargo, hay esbozos sensoriales y
viscerales previos a las palabras. Es decir, comienza a constituirse el “ser” en el momento
de gestación del bebé, aún sin emitir palabra. En estos nueve meses estaba centrada la
atención de las mamás en aquellos espacios de anamnesis. Esos nueve meses eran centro de
atención materna, de vital importancia en la vida de sus hijos.
Además, observaba que los chicos accionaban los mismos estados anímicos enunciados por
los padres. Y estos estados anímicos estaban accionados, sentidos de manera imprevista en
los motivos de consulta psicopedagógicos, por los niños.
Teoría de Matrices remite a las primeras experiencias vitales del hombre, desde donde
podemos comprender el recorrido matricero plasmado en el acontecer escénico actual. Es
decir, el hoy nos llevará al ayer y el ayer nos traerá al hoy. Para cuando llega la palabra,
pasaron tres años. Para cuando podemos trabajar con y desde la palabra, pasaron nueve
meses de gestación y dos años de tiempo cronológico post-nacimiento. El psicopedagogo
tiene que trabajar con todo lo previo al acto de enunciación de la palabra, y que son
cuestiones del alma. Por eso digo que hay que recurrir a la Filosofía, a la constitución del
“ser”.
Continúa hablando sobre la acción propia del psicopedagogo, relacionándola con la
identidad, la ética y el reconocimiento de su legalidad:...“Yo creo que no es imprescindible
que el psicopedagogo se psicoanalice. Este requisito debe ser exigido para aquellos que
psicoanalicen. Eso es ético, eso es serio. Distinto es que un psicopedagogo, al igual que un
odontólogo o un docente decidan psicoanalizarse. Eso es otra cosa. Como una necesidad
personal de cada ser humano.
Luego de 50 años de vida, los psicopedagogos sabemos que nuestro espacio de supervisión
debe ser con psicopedagogos y nuestra atención terapéutica para ejercer nuestra profesión
debe ser la Psicopedagogía.
A partir de la propuesta de Teoría de Matrices, sistematizada epistemológicamente en Matriz
de Hueco Visceral (M.H.V.), Matriz de Relaciones Objetales-Vinculares (M.R.O.V.) y Matriz
Creativa (M.C.), con un Método propio denominado “Jugar Matricero”, Mora ofrece acción
específica a la Clínica Psicopedagógica.“Que los psicopedagogos comiencen a
psicopedagogizarse. De allí surge la identidad disciplinar. Sin identidad no podemos ir a la
interdisciplina.
El primer paso para que haya identidad nacional es el registro de la cultura de cada
pueblo. Y de ahí vamos a festejar el folclore con otro país.
Acá pasa lo mismo: he observado a lo largo de mis veinte años de experiencia en clínica
psicopedagógica, que a la Psicopedagogía le ha ido muy mal en la interdisciplina porque no
aportaba especificidad.
He encontrado profesionales de otras disciplinas que sugieren cómo debemos ejercer y qué
debemos atender los psicopedagogos, pero lo formulan desde sus disciplinas que no son
justamente la Psicopedagogía. Nos dicen “ustedes de esto no saben”. Claro que de “eso” no
sabemos, ¡si no somos psicólogos, o no somos lic. en ciencias de la educación!
Es esperable y sano que no sepamos de otras disciplinas.
Es enfermante y peligroso que no sepamos lo propio.
Hemos reformulado el objeto de estudio psicopedagógico, hoy sabemos que no podremos
tener especificidad desde una acción territorizada como el “aprendizaje”; el cómo aprende
el hombre es nuestra especificidad, y si hay malestares al no aprender, el padecimiento
que le genera a esa persona ese no aprender será nuestro desafío.”
Desde Teoría de Matrices, la atención profesional deberá darse en espacios de confianza
básica.
Luego, Mora refiere a algunas especificaciones de Teoría de Matrices: Psicodrama
Psicopedagógico forma parte de Teoría de Matrices. Yo estudié con Tato Pavlovsky,
precursor del Psicodrama Analítico en Argentina y Latinoamérica, que a su vez estudió con
Moreno, creador del Psicodrama. Estudié Psicodrama Analítico pero, al ejercerlo desde
Psicopedagogía tenía mis diferencias, porque no soy analista. Desde allí cree el Psicodrama
Psicopedagógico, que trabaja con las escenas del aprender. Es fundamental que el
psicopedagogo que trabaja Psicodrama Psicopedagógico pueda jugar sus escenas
psicopedagógicas porque, si no, ¿con qué autoridad ética y moral va a ir a dramatizar otras
escenas?
Concluye refiriendo a la evolución psicopedagógica: “Psicopedagogía es una carrera de
futuro. Los ámbitos en los cuales deberemos intervenir seguirán sumándose a partir de
nuestra especificidad y de las necesidades sociales.”