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Cuento

Este documento narra la historia de vida de una persona desde su nacimiento en 1981 en una familia muy pobre en Perú. Describe su infancia, el abandono temporal con un tío que lo maltrataba, y su mudanza a Pitumarca a los 13 años. Más adelante, a los 15 años, sufre un grave accidente al caer por un barranco pero es rescatado por una joven que lo salva la vida. Finalmente relata cómo se recupera y disfruta por primera vez de las celebraciones de la Natividad en su nuevo pueblo en septiemb

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Cuento

Este documento narra la historia de vida de una persona desde su nacimiento en 1981 en una familia muy pobre en Perú. Describe su infancia, el abandono temporal con un tío que lo maltrataba, y su mudanza a Pitumarca a los 13 años. Más adelante, a los 15 años, sufre un grave accidente al caer por un barranco pero es rescatado por una joven que lo salva la vida. Finalmente relata cómo se recupera y disfruta por primera vez de las celebraciones de la Natividad en su nuevo pueblo en septiemb

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UN GIRO DEL DESTINO

Todavía en mi mente, sigue aquel dia tan negro como el cielo en una
tormenta, aquel dia en el que tome rumbo hacia mi futuro, un futuro
incierto pero tentador.

Aproximadamente en el mes de mayo de 1999 deje mi pueblo, mi familia,


mis amigos y lo que más me dolió dejar fue al supuesto ‘’amor de mi vida‘’.
Quien diría que esa decisión cambiaria mi vida para siempre.

En el año 1987

Nací el 23 de julio de 1981, en una casa de las más precarias de las que te
puedas imaginar, en un lugar tan alto que ni siquiera está registrado en
papeles. Mis padres se llamaron Cecilia y Julián, ambos analfabetos y de
condiciones económicas paupérrimas. Fui el ultimo hijo y compartía el
humilde hogar calentado por la leña con mis otros 7 hermanos, nunca
llegué a probar la leche materna y sufrí desnutrición en mi infancia.

A duras penas pude cursar mi primaria en el colegio ‘Libertadores de


América’ ,siempre tenía que caminar una hora y media para llegar al
colegio, y, a decir verdad, nunca encontré mi verdadero objetivo de ir a un
centro educativo.

De los 8 hermanos(a pesar de ser el último en


nacer) siempre fui el más querido por ser
siempre una persona muy entusiasta y con una
gran voluntad de ayudar a mis padres en
trabajos de la chacra, cocina, granja, etc.

En consecuencia, mi infancia fue la época más


satisfactoria para mí, ya que fui muy amado por
mis padres y no sentía los graves problemas
económicos de mi familia por no tener una idea
más madura.
En el año 1994

Ya contaba con 13 años y mi vida transcurría de lo más normal hasta que


llego un suceso que impactaría mi vida como si fuera una avalancha de
nieve.

Mis padres tuvieron que mudarse a un pueblo llamado Pitumarca(por


motivos familiares y económicos). Yo fui el único hermano que permaneció
con papá y mamá ya que los demás pasaron o rondaban la adultez, hubo
un tiempo que me dejaron a cargo con un tío lejano(hermano de mi
madre). Este señor fue el mismo condenado que hacía cenizas mi vida en
esos momentos.

Me quedé con el señor unos 15 meses ,meses


de puro dolor .Tuve que pasar maltratos
físicos todos los días, muchas veces comía 1
o 2 veces al dia y siempre era
menospreciado por los hijos de mi tío, todo
con la complicidad de este.

Después de estos malditos meses


transcurridos mi papa volvió, así es, ¡¡¡¡DE
TODO ESTE TIEMPO NUNCA RECIBI NI
UNA SOLA VISITA!!!!, antes de eso el
arruinado me amenazo con mandar a
matar a mi padre si le contaba algo en
relación de sus innecesarios y dolorosos
golpes. Una vez dentro de la casa del
desgraciado ,mi papá me conto que en todo este tiempo el estaba
trabajando en un hacendado de mineros de grandes ganancias y que por
condiciones del ‘’supremo‘’ los trabajadores no debían de tener hijos ya que
eran considerados como estorbos.

Papá Julián sollozo y ambos nos dimos un fuerte abrazo, se disculpó por no
visitarme nunca y por dejarme literalmente a mi suerte. Ambos lloramos
en medio del camino en una soleada tarde del mes de abril.
Conocería mi nuevo hogar aun siendo alquilado y aunque estaba demasiado
apenado no podía contener mis ganas de conocer ese distrito llamado
‘Pitumarca’.

Llegue a ese pueblo contemplando su


plaza central, siendo sincero nunca
en mi vida vi una plaza, caminamos
unos 10 minutos más hasta llegar a
mi nuevo hogar donde estaría mi
madre preparando una sorpresa.

A simple vista mi nuevo hogar era el más precario de todo el vecindario,


pero eso no me importaba, lo único que anhelaba fue poder ver el rostro de
mi querida madre Cecilia después de todo este tiempo. Apenas entre y ya
sentía en delicioso aroma de un guiso de ‘’olluquito’’, un plato muy
representativo de estas tierras. Pasé a la cocina y vi a la persona en la que
era mi rayo de luz en aquellos meses de penuria: MI
MAMÀ.

Nos dimos un fuerte abrazo y rompimos en llanto con mi


padre, mientras ella me repetía una palabra que nunca
llegue a escuchar de esos carnosos labios: PERDÒN.

Terminando el fraternal y único reencuentro nos sentamos en una mesa de


madera elaborada por mi padre Julián y mi madre se dispuso a servirnos el
exquisito guiso, estaba muy feliz ya que en toda mi vida nunca había
comido sopas o tubérculos simples. Di el primer bocado y sentí un momento
único de satisfacción. Esta comida al recordar su sabor me hace padecer en
soledad pensando en todo lo que hice con mi vida, fue un momento tan
característico en todos los sentidos, pero únicamente especial por el lado
familiar.

Mis padres dejaron el hacendado y como ya tenían unos mínimos ahorros


volvieron a su antiguo oficio: El campo, volvíamos a la remota vida simple,
pero con mucho entusiasmo. No cambiaria esto por nada del mundo.
En el año 1996

Paso un año y estaba aproximándome a cumplir los 15 años y mi vida


diaria era una monotonía en el cual siempre estaba ocupado haciendo los
deberes en la casa y en el campo.

Un día me fui hasta los montes a buscar leña porque no encontraba lo


necesario en el llano campo por las abundantes lluvias. Iba caminando de lo
más normal buscando y recolectando leña, hasta que vi un gran pilar de
leña, pareciese que el destino me lo ha puesto ahí a propósito, Me dirigí a la
leña pero también pude percatar de que estaba al borde de una semi-
quebrada, por lo cual era riesgoso pero yo ya había pasado por situaciones
similares anteriormente, recogí cautelosamente los pedazos de madera
hasta que……… escuche como la roca de atrás en la cual me apoyaba se
desprendía y trajo consigo mi inevitable caída hacia
el abismo, iba cayendo con todas las piedras, entre
golpes mi cuerpo se hizo añicos al aterrizar e hizo
que redujera mi camino, justamente yo caminé por
ahí hace unos 15 minutos. Mi cuerpo estaba hecho
mierda y que inconsciente fui, pude haber muerto
fácilmente ahí mismo, pero a mi suerte, pasaba
una chica que al verme llamo a su papá: ‘’¡Hamuy, hamuy taitay!‘’, y me
llevaron a una laguna lo más rápido posible en donde limpiaron las heridas
de mi cuerpo, especialmente de mi cabeza rota. La laguna en cierta parte
tomo un color vino por la coagulación de mi sangre, fue este el momento
más importante de mi vida y a la vez el más doloroso.

Cuando terminaron de limpiar mis heridas, el noble señor mando a su hija


a pasar la voz al pueblo de mi situación a que todos los adultos posibles
vengan lo más rápido posible ya que el señor no me tenía identificado y por
ende tampoco a mi padre.
Según me contaron, mis padres llegaron aterrorizados por la escena tan
sensible, me llevaron en sus hombros hasta la casa en un lapso de 2 horas,
un hecho realmente de novela.

Pase postrado en mi cama por un mes, con la cabeza, labios y piernas


destrozados. Mis padres siempre salían a trabajar y pasaba todos los días
solo, a veces con fiebre, a veces con el abrazo del dolor.

Cuando paso un mes, estaba lo suficientemente recuperado como para


poderme valer por mi propia cuenta, realizando mis actividades principales.

Aunque mis padres me advirtieran que debía de seguir reposando en cama,


yo desistí ya que cada día que pasaba me sentía un completo inútil.

Empecé a hacer pequeñas labores domésticos como cocinar, hilar, tejer,


limpiar la casa, etc. En todo este trayecto mi madre me comentó:

-Si no hubiese sido por esa muchacha


tan ‘’buenita‘’ quizás ahora estaría
llorando con el corazón partido. Dijo
con un tono de agradecimiento.

Me dio una gran curiosidad saber


quién era esa chica ya que le debía al
menos darle las gracias a ella por
todo lo que hizo.

Con toda esta lenta recuperación, de


un momento paso 4 meses hasta
llegar al mes de septiembre, mes de la primavera(aunque en mi tierra era
un mes lleno de festejos por la Natividad).

En todo este mes, la última persona es la más emocionante ya que la


población sale a bailar a las calles por toda una semana. Ya que te
imaginaras la algarabía de la población cuando cae domingo.
Mis padres en la última semana de agosto iban comprando sacos de harinas
para vender ‘Cachangas’ hasta la noche, luego bailarían junto con mis tíos
hasta altas horas de la noche y si era posible hasta el amanecer.

Yo estuve entusiasmado porque de los 2 años que estaba en Pitumarca esta


sería la primera vez celebrando la natividad ya
que el año anterior a estas instancias me
encontraba trabajando arduamente en el
campo. Por mi parte, trabajaría más para que
mis padres me dejen festejar junto a ellos la
natividad.

Pasaron los primeros días de septiembre y presencie la verdadera fiesta por


la que el pueblo le tenía mucha expectativa.

El mes comenzó con un discurso festivo por parte del alcalde invitando a
todos a olvidar nuestros problemas y fortalecer nuestra cultura.
Luego ,cerca de las 2 de la tarde hubo la ceremonia del pago a la tierra y
el día termino con varias personas bailando por las calles, la mayoría de
ellos aun tenían fuerzas para el final del día.

Y así se hizo martes, miércoles, jueves, viernes y sábado con pequeños


compartires entre familias y algunos danzantes por las frías calles.

Y llego, por fin llego, el día más anhelado que solo fueron sueños alguna vez.
Empezamos vendiendo en la plaza cachangas con
mi mamá, la plaza estaba repleta de gente porque
todos buscaban que comprar para el almuerzo del
dia. Cerca de las una de la tarde, fuimos a la casa a almorzar y cuando
llegamos nos dimos con 2 sorpresas.

La primera era el rico guiso de fideos.

Y la segunda……. mi papá………………. ¡¿Cocinando?!

Eso fue raro porque él no es de cocinar, de hecho, nunca en mi vida pude


recordar o imaginar este momento.
Degustamos el guiso de fideos y al terminar de comer
mi madre le comento a mi padre de que sería buena
idea vender comida en la tarde y noche en la plaza,
puesto que esto genera mayores ganancias. Mi papa no
lo dudo 2 veces y aviso a mi mama que se aliste ya
que debían de comprar todos los ingredientes de las comidas. Por mi parte
a mí me dejaron con el encargo de que iría a la casa de un tío a llevarle un
plato de guiso, pues él no tenía un familiar que lo pudiera mantener por su
avanzada edad.

Llegué a la casa de mi tío de nombre Federico y le hice el alcance de parte


de mis padres. Hubo un silencio incomodo como en una cueva, hasta que el
me pregunto:

-¿Y la novia sobrino?

Esta pregunta me dio risa y vergüenza ya que a las justas conocía a mis
vecinos.

Le comenté que no quería tener novia y él se hecho a reír, después de eso


hubo más confianza en el ambiente y estuvimos
hablando de cómo me iba a mí y a mi familia
con cosas como la chacra. También tomamos
chicha de jora y pasaron maso menos 2 horas
hasta que vinieron mis padres que ya estaban
listos para las ventas. Antes de despedirnos de mi tío me dijo:

-Veras que todo te irá bien.

Quizás me dijo estas palabras refiriéndose a ese día, pero hasta hoy
recuerdo de esas palabras como si se refiriera de mi vida en general.

Fuimos a la plaza con muchas ganas de vender y terminar rápido para el


baile. Mis padres prendieron la cocina que era prestada de un vecino y nos
pusimos manos a la obra. Empezamos cocinando para pocas personas, pero
luego vinieron más hasta llegar a una fila india, no había tiempo para que
nuestras manos descansen. Todo este trajín acabo a las 5 PM, ‘’rayamos‘’ y
llego la ‘’hora de la fiesta‘’.

Mis padres se fueron a la casa rápidamente a alistarse mientras que a mí


me dieron permiso para andar por las calles con mis amigos. Desde ese
momento, al dia siguiente no volví a ver a mis padres. Llame a todos mis
amigos buscándolos casa por casa. Una vez cuando estábamos todos
reunidos empezamos a rondar por las calles.

La fiesta era de gran magnitud, mantas ,ponchos, guitarras ,equipos de


sonido, flautas, quenas, sombreros y más, todo esto conformaba la
natividad. Con las propinas que nos dieron nuestros padres compramos un
spray tipo espuma para espantar a los mayores que nos encontramos.

Todo iba tan bien divirtiéndonos y echando risas hasta que…… de pronto
escucho mi nombre en modo de pregunta:

-¿Dante?

Volteo confundido y vi a una chica de tez claro algo confundida, me


preguntaba de quien se trataba y lo primero que ella me dijo es:

-¿Estas bien?

Al escucharlo me dejo aún más confundido de lo que ya estaba, a lo que ella


parpadea y dice:

-Ahhhhh disculpa mi leperada, me llamo Flor de Liz.

Con esta supuesta aclaración no entendía nada, no conocía a la chica y me


resultaba raro que ella sepa mi nombre. Invite a la chica a andar por ahí a
donde el destino nos lleve, a lo que ella encantada ,acepta.

Me separe de mi grupo de amigos y en un lapso de 3 minutos me


encontraba hablando con ella. Mientras caminábamos ella me pregunta:

-¿Aun te duele?

Y solo con esa cuestión me quedo claro de quien se trataba, era la chica que
tanto me hablo mi madre, era la persona que me ayudo cuando tropecé en
la quebrada. Con mucha sorpresa no podía conjugar las palabras al hablar y
entre tanto tartamudeo termine diciendo:

-Muchas gracias!

La chica me dijo que hizo lo que cualquier persona con un gran corazón
hubiese hecho. Seguimos caminando y a la vez ella me contaba de toda esa
escena de película con cada detalle que no pase desapercibido. El tiempo
pasaba muy rápido cuando dejamos de lado ese tema. Seguíamos
caminando y echando spray a la gente que este ebrio y de pronto pasaron
¡2 horas!

Una vez que llego la media noche se me ocurrió una idea algo apurada, la
tomé de la mano y le dije:

-Solo sígueme.

Empecé a correr con ella y mi destino era un enorme local de baile en el


cual había varias personas que buscaban algo de calor ante una reciente
lluvia que se iba precipitando. Cuando llegamos le pregunte:

-¿Bailamos?

Y ahora ella fue quien me tomo de la mano y nos fuimos al medio de la


ronda a bailar Folklor hasta que nuestra energía se agote.

Saben, fue un momento muy hermoso, estuvimos bailando hasta las 2 de la


madrugada, además habíamos tomado algo de licor, algo normal para ese
entonces. Cuando salimos del local estuvimos tan cansados y satisfechos a la
vez, antes de que ella se despida nuestros labios se tocaron en un momento
breve y expresó:

-Hasta luego.

Me dirigía a mi casa con una mezcla de sensaciones y sentimientos


incrustados más en mi corazón que en mi cabeza. Una vez en mi casa no
encontraba a mis padres, sin preámbulo caí rendido a mi cama por lo
cansado que estaba.
Se acabo la fiesta y era hora de ponernos a trabajar como todos los días en
el campo. Así pasaron 2 años de golpe, fueron muchos meses del cual hice
mi primera casa de adobe, llegue formar una relación con Flor de Liz y
siempre que podía ahorraba las pocas propinas que tenga.

En el año 1999

Contaba con 18 años de edad y aunque de no disponer de muchas


comodidades, mi vida era muy relajada.

Por esos tiempos, casi todos los sábados me acostumbre a salir de fiestas
con mi pareja y mi grupo de amigos. Flor de Liz se había convertido en mi
mundo, sentía que sin ella mi vida volvería a la abrasante soledad que
alguna vez me acompaño. Ella fue una de las personas que más ame en mi
vida.

Como ven, me sentía muy feliz pero no me daba cuenta de que mi futuro
corría riesgo.

Cuando regreso a mi casa de la fiesta se acaba todo el misterio. Mis padres


se enteraron de todo y me querían literalmente comer vivo, era la primera
vez que los decepcionaba.

Este momento fue muy penoso, mientras mi padre me gritaba y me daba


unas cuantas cachetadas, mi madre lloraba en
silencio. Me prohibieron volver a salir y me
hicieron entrar en razón de que me desviaba
del camino que alguna vez buscaba. Días
posteriores reflexionaba en los errores que
cometí y como a pesar de ello podría salir
adelante. Se me dio una idea que giraba a mil
por hora, esto sería algo que cambiaría mi
vida de forma positiva, aunque a la vez sería muy doloroso. Esta idea tenía
nombre propio: Lima, la capital.

Decidí que la próxima semana, el dia lunes tomaría mis pocas cosas que
tenga y diera rumbo a Lima con los ahorros guardados. Seria doloroso
despedirme de mis padres, pero era aún más la pena por despedirme de la
que hasta ese entonces era el amor de mi vida.

Llego domingo y fui a visitar a mis tíos para despedirme y avisarles de que
me irá bien en la capital, entre visita y visita, la mayoría concordaba en
algo: Era la mayor decisión de mi vida, y aunque la vida de allá sería difícil,
con esfuerzo y perseverancia podría lograr ser algo más que las personas de
mi pueblo.

Solo me quedaba una visita y sería la más triste, me tocaba visitar a Flor
de Liz, temía sobre como reaccionaria, pero de todas maneras tenía que
decirle acerca de mi decisión. Llegué a su casa y le conté la verdad, ella al
principio pensó que le estaba bromeando, pero luego vio la seriedad de los
hechos y sus labios empezaron a temblar y decía que no la podía dejar sola,
que me quería mucho y que podría acompañarme si así lo quisiera. Le hice
enterar de que seria una nueva etapa en mi vida y aunque me lamente,
tengo que dejar esto y concentrarme en esto. Ella estuvo lagrimeando un
buen tiempo, mientras que yo guardaba silencio. Respiró profundo y
manifestó:

-Vete y busca tu nueva vida.

Luego de eso me dio un caset musical


que yo le regalé, supe que después de
eso, las puertas de su casa ya no se
abrirían en mi llegada. Caminando,
intente ordenar todos los sucesos que
acababan de ocurrir y eche a llorar
como un niño mientras regresaba a
casa. Esto sinceramente fue un gran
duelo en comparación con despedirme a mis padres ya que yo sabía que
volvería a visitarlos, pero eso ya no pasaría más con Flor.

Llego lunes, me despedí de mis padres y ellos solo me abrazaron y me


dijeron:

-Suerte.

Sali de mi pueblo en la mañana, tomando una minivan hasta el terminal


terrestre y luego una vez ahí, tome el bus interprovincial con destino a
Lima. Los sentimientos encontrados en el viaje me hicieron lloriquear en
silencio varias veces, sentía que estaba dejando mi vida en estas tierras,
como si una parte de mi ya no iba a volver. El viaje duro 23 horas y
transcurrido ese tiempo llegue a la ciudad enigma: Lima.

Una vez que llegué, lo primero


que hice fue buscar trabajo y
un lugar en donde dormir,
para mi suerte, encontré un
cartel tirado en el piso donde
ofrecían trabajo de confección.

No me quedo otra opción y


toqué la puerta de aquel local,
un señor alto y gordo me recibió y le dije que si tenia un puesto libre para
trabajar. Las palabras de este me sorprendieron. El, antes que volvería a
decir otra palabra mencionó:

-En el piso hay varios pantalones listos para que cortes los hilos, pero
apresúrate carajo.

Sin pensarlo 2 veces fui a toda prisa a buscar tijeras e hilos para empezar
mi nuevo trabajo, recibí varias ‘’bulleadas‘’ ya que no tenía conocimientos
acerca de este trabajo, pero pese a eso, seguí trabajando lo más rápido que
podía.

Continue con esta labor durante 6 meses y recibía un sueldo misero de 70


soles. Sin importar eso, me las ingeniaba para ahorrar de a pocos y cada
que podía veía a mis compañeros de trabajo como ellos cosían, por lo que
aprendí a confeccionar solamente con observar a los demás.

Me sentía mejor trabajando de costurero ya que así no me despreciaban


como lo hacían al ser solo un ayudante.

Estaba tan feliz y satisfecho trabajando, hasta que llego la navidad, fecha
especial donde hacían la purga a los trabajadores, es decir, el despido total
para la mayoría. Lamentablemente me toco a mi y fui despedido, a pesar
de que era muy rápido en mi labor.

Se supone que estas fechas deben ser de amor, paz y felicidad, pero yo me
sentía de nuevo muy melancólico por perder mi trabajo.

Sabía que no podía quedarme de brazos cruzados y tome rumbo a San


Juan de Lurigancho(S.J.L) ya que escuche de que había mas trabajo en ese
distrito.

Busqué y lo encontré. Era un local de


confección de ropas para una empresa
denominada ‘’Goyos‘’. Cuando vi mi primer
sueldo quedé muy sorprendido al ver que mi
paga era 300 soles y aunque esto no cubría
el sueldo mínimo, sentía que estaba en un
mejor lugar en donde apreciarían mi trabajo como costurero. Quien diría
que al final estas épocas si te traen suerte y felicidad.

Mis ahorros empezaron a crecer y en cuanto pude encontrar una


habitación nueva para alquilarla lo hice porque el lugar donde dormía no
era del todo grande y tan agradable de vivir. Sentía que estaba en mi
mejor momento, me tope con ese camino que tanto desee.

Cada fin de mes me proponía una meta en el cual


quisiera hacer, como comprar ropa nueva, algo
sencillo a mi alcance y emocionante a la vez porque
era mi primera vez comprando ropa en la capital. Y
hombre, lo material daba cavidad a mis pocos y
humildes deseos, cada experiencia similar a comprar ropa era emocionante,
pero, mi vida en el campo era un anhelo poder tenerlo de vuelta, tal vez
quisiera ver otra vez a mis padres y que vieran mi éxito, pero hay otra
persona en la más pienso todas las noches antes de irme a dormir, si, hablo
de Flor de Liz.

Las nuevas cosas que voy logrando cada dia, las conversaciones que quisiera
tener con ella acerca de mis logros y compartirlo con ella no tiene precio
alguno, a veces quisiera tener el super poder de retroceder en el tiempo y
crear paradigmas temporales de que hubiera pasado si la hubiera llevado
conmigo a mi viaje. Pero volviendo a la dura realidad son puros sueños
inalcanzables de fragmentar el tiempo, aunque un sueño no es imposible de
cumplir, ese sueño es Flor de Liz.

Aunque lo pinté de alegres colores a mi historia en este momento, la


discriminación no es ajeno a esto, incluso cuando renové de habitación para
alquilar la dueña del departamento era algo insolente por mi apariencia y
mi dejo al momento de hablar, y ni que decir de las personas que pasaban
por las calles. Alguna pregunta que les hacia no me la querían responder o
no se la sabían y su mirada parecía de desprecio

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