PASTORES CON DESNUTRICIÓN BÍBLICA
Salmos 119:105; 2ª. Tim. 2:15
                                Introducción:
       ¿Alguna vez has bajado las escaleras a obscuras? Ya sabes, en ese
momento cuando no estás muy seguro de donde pisar, así que lentamente
avanzas al tanteo intentando no caerte o pisar mal… pero en cuanto prendes la
luz puedes ver todos los escalones y  firmemente te agarras de la baranda. La
lectura de la Biblia representa de una manera esta “luz”
“Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero” 
       Estoy casi seguro que, ya conocen este versículo de memoria. A lo
mejor lo aprendieron en la escuela dominical en su iglesia, y es probable que
también hayan cantado la canción: “pues lumbrera es a mis pies tu palabra…”
       Solamente que a veces esta lámpara ya no brilla más. Todo parece estar
a obscuras. No podemos ver en donde pisamos así que tropezamos a cada paso
que damos. No tenemos ninguna baranda de soporte, no sabemos en qué
dirección ir. Estamos perdidos. La lámpara a nuestros pies ya no brilla más…
¿Cómo Caminar sin luz?
       ¡Amigo mío! ¿Cómo quieres caminar por tu senda sin alumbrar la
lámpara? Sabemos que vivimos en un mundo de tinieblas (Efesios 6:12) y que
caminamos sobre el camino angosto (Mateo 7:14). ¿Te gustaría seguir
avanzando sin luz a tus pies? ¿No se te hace un acto bastante arriesgado
alejarte del buen camino?
          Desafortunadamente en nuestros días muchos de entre nosotros
queremos avanzar a obscuras sin encender la lámpara… bajo nuestro propio
riesgo.
          Primera Timoteo 4:1 dice: “El Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios”. Pablo sigue diciéndole al joven
Timoteo que, básicamente, la cultura se va a desmoronar, que todo va a
enloquecer y que los hombres se comportarán como bestias! Hace algún tiempo
le escuche decir a un predicador lo siguiente: “En África ya no les tenemos
miedo a los animales salvajes. Les tenemos miedo a los hombres y salimos
corriendo cuando los vemos”. Estaba, por supuesto, hablando de los efectos de
la depravación radical del ser humano. Pablo dice justamente eso: “El mundo
se está destruyendo, Timoteo”.
          ¿Qué más dice? “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de
Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe” (v. 6). Y justo aquí empecé a
comprender este pasaje. ¡Sí, el mundo ha perdido la cabeza! Va a suceder toda
clase de cosas malas. Dios nos está diciendo. “Todo está bajo mi providencia,
¡pero escúchenme!
          Esta es la reacción que tiene que haber en medio de todo el desastre, en
medio de la apostasía y en medio de la persecución. Esto es lo que necesitas
hacer: Mantente constantemente ‘nutrido con las palabras de la fe’”.
          En lugar de hacerlo, siempre queremos salir corriendo para hacer algo.
Queremos componer las cosas. Pero lo que Dios busca son hombres íntegros,
con espadas filosas. Ante todo, hijo, permanece “nutrido con las palabras de
la fe y de la buena doctrina que has seguido”. “La buena doctrina que has
seguido” es muy importante. Creo que nos está indicando que con un simple
estudio intelectual de la Biblia no alcanzaremos la meta que Dios tiene para su
pueblo. Tenemos que obedecerla. Tenemos que seguirla. ¡No aprendemos bien
la    doctrina     hasta    haber        seguido   la   doctrina     aprendida!
Y después dice: “Desecha las fábulas profanas y de viejas” (v. 7).
       Queridos amigos: Todo esto de la “iglesia emergente” y del
“crecimiento de la iglesia”, todo lo que tiene que ver con la sensibilidad
cultural, que tira por la ventana toda sensibilidad bíblica, no son más que el
producto de chicos queriendo jugar a la iglesia sin el poder de Dios en sus
vidas. (Me mantengo firme en esta posición). Es peor que David tratando de
vestir la armadura de Saúl. Digo yo: ¡Afuera con todo esto! Más confiamos en
la carne, menos vamos a ver el poder de Dios.
       Pablo dice luego: “Ejercítate para la piedad” (v. 7). Nos quiere decir,
entonces, que nos disciplinemos con el propósito de alcanzar la piedad. Siervos
de Dios, ¿quieren un avivamiento? Yo también. Pero lo que necesitamos es un
ejército. Si del cielo caerán espadas y otras armas poderosas, tenemos que ser
los hombres del calibre que puedan usarlas para luchar con un carácter íntegro.
Tenemos que disciplinarnos con el propósito de alcanzar la piedad.
       Somos siervos de Dios. Somos ministros del Altísimo. Tiene que haber
en nosotros algo distinto. Debemos tener la mirada distante enfocada en una
estrella lejana. Lo mejor que podemos hacer por nuestros hermanos es ser
siervos de Dios, absortos en las cosas de Dios, para que cuando abramos la
boca salga de ella la Palabra de Dios.
       Pastores, por favor, háganle ese favor a su congregación porque Dios
dice: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo
esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (v. 16). Este versículo
significa muy poco en la comunidad evangélica actual. ¿Cuántos pastores y
predicadores piensan ustedes que lo toman en serio? ¿Cuántos se dicen a sí
mismos: “Necesito tener cuidado de mí mismo para asegurar mi salvación y la
de los que me oyen”?
       Pastores: ¿Cuándo fue la última vez que examinaron su propia vida para
ver si estaban en la fe, para ver si realmente conocen al Señor? Es que, mis
queridos amigos, siento una gran tranquilidad cuando estudio mi propia
conversión; cuando hablo de ella con otros, cuando repaso los veinticinco años
de mi peregrinaje con Cristo, tengo la gran seguridad de que lo he llegado a
conocer.
       Pero aun ahora, si me apartara de la fe y me fuera en otra dirección,
andando en herejías, en mundanalidad, sería la prueba más fehaciente de que
nunca lo conocí, que todo había sido obra de la carne.
       Sé que lo que lo que estoy diciendo les es excepcional. Piensan: “Ay,
nunca había oído semejante cosa”, pero esta es la verdad bíblica eterna que
necesitan oír. “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues
haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”.
La Biblia nos aleja del pecado… y viceversa    
Todos tenemos luchas en nuestra vida y caminar cristiano. Tentaciones, peleas,
pruebas y mucho más, pero la Biblia ofrece el descanso que necesitamos. A
Dios le ha agradado hablar con nosotros.
“En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti” – Salmo 119:11
       No podrás escapar del pecado sin estar bien aferrado a la Palabra. No
podrás crecer en santidad sin excavar los maravillosos tesoros de la Biblia.
Alguien dijo un día “O el pecado te alejara de la Biblia, o la Biblia te alejara
del pecado” no hay más que estas dos opciones. ¿Cuál de las dos vas a escoger
tú?
Cuando la Biblia esta sobre el estante…       
       Mi Biblia está ahí, sobre el estante. Siempre está a la mano para llevarla
a la iglesia los domingos por la mañana o al grupo de jóvenes. El resto del
tiempo se la pasa en el estante. ¿Abrirla? ¿Para qué? ¿Para leerla? No, si el
culto de jóvenes es más que suficiente. De esta manera no tengo que leer ni
reflexionar y romperme la cabeza leyendo estas historias. Y después, queremos
que Dios nos hable directamente si es que tiene algo que decir, porque la Biblia
es muy complicada de leer… (las cosas no funcionan así).
       Amigos, les hago una pregunta sería: ¿porque es que preferimos perder
el tiempo en Facebook o viendo videos en YouTube, mucho más de lo que
preferimos leer la Biblia u orar al Señor? Es algo insensato una vez que
verdaderamente comprendemos lo que la Biblia y su mensaje son realmente. Y
aun mucho más insensato cuando pensamos en la santidad de la salvación, de
Cristo y la eternidad. Yo no quisiera caer en las trampas del “tienes que” lo que
hace de la lectura bíblica una carga para nosotros. ¡Porque no lo es así! Al
contrario es para nuestro propio bien ya que nos ofrece cosas que necesitamos.
       ¿Cómo podemos vivir una vida cristiana que plazca a Dios sin saber
qué es lo que Él espera de nosotros? La meta de la Biblia es hacernos crecer en
nuestra fe, como lo dice Pedro en una de sus cartas:
       “Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía,
envidias y toda calumnia, deseen con ansias la leche pura de la
palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su
salvación” – 1 Pedro 2: 1-2
Ser auténticos en nuestro caminar cristianos
       No podremos ser auténticos revolucionarios de Cristo hasta que no
demos a la Palabra de Dios el lugar que debe de tener en nuestras vidas. No
podremos cambiar el mundo por medio de nuestras palabras, solamente por
medio de la Palabra de Dios. Su palabra es poderosa, viva y eficaz. No
ignoremos su poder. Si la dejamos sobre el estante la Palabra de Dios (la
Biblia) no hará nada en nuestros corazones. Si la dejamos en el estante la Biblia
no hará nada en nuestras vidas. Por lo tanto permanecernos perdidos,
desorientados y tropezaremos a cada vuelta que demos.
                                  Conclusión:
       Si la Palabra de Dios es una lámpara, entonces necesitamos que la
misma nos alumbre. Si es luz en nuestra senda, entonces la necesitamos para
poder seguir avanzando por el buen camino. No podemos permanecer en la
obscuridad total. No podemos caminar bailando a cada paso. Necesitamos de
una lumbrera a nuestros pies. Necesitamos de la Biblia.
       Pero los pastores, son los primeros que deben comenzar a nutrirse con
esa Palabra, porque nadie puede dar lo que no tiene. Si un pastor no tiene un
conocimiento real, profundo de la Palabra de Dios ¿qué puede enseñar?
¿Estás listo a poner la Biblia como fundamento en tu vida?