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TULA

Los toltecas fundaron la ciudad de Tula después de abandonar Teotihuacán. Tula se convirtió en una gran ciudad con hasta 60,000 habitantes, y fue la capital del imperio tolteca entre los años 900-1168 d.C. La arquitectura tolteca se caracterizó por el uso de pirámides escalonadas, plazas centrales, y esculturas como el Chac Mool. El sitio arqueológico de Tula aún muestra restos de templos, palacios y esculturas que demuestran la influencia tolteca.

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TULA

Los toltecas fundaron la ciudad de Tula después de abandonar Teotihuacán. Tula se convirtió en una gran ciudad con hasta 60,000 habitantes, y fue la capital del imperio tolteca entre los años 900-1168 d.C. La arquitectura tolteca se caracterizó por el uso de pirámides escalonadas, plazas centrales, y esculturas como el Chac Mool. El sitio arqueológico de Tula aún muestra restos de templos, palacios y esculturas que demuestran la influencia tolteca.

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Introducción histórica

A la caída de Teotihuacán varias poblaciones de la cuenca de México se


fueron a otras regiones en busca de nuevas tierras. Este fue el caso de
los toltecas, que llegaron a Tulancingo, donde permanecieron cuatro
años, más tarde se trasladaron a un lugar que quedaba junto al río Tula.
Aquí es donde alzarían la ‘Tollan Xi cocotitlán’, de la que nos hablan las
fuentes históricas (en el actual municipio de Tula de Allende, en el
estado de Hidalgo, México).

El gentilicio deriva del náhuatl toltécatl, que originalmente designa a los


nativos de los lugares llamados Tollan, pero que después, durante la
época mexica, pasó a ser sinónimo de artesano o artista.

La historia de los Toltecas comienza con una leyenda: Cuauhtitlán, un


guerrero y conquistador, llamado Mixcóatl, tuvo un hijo con Chimalma.
El niño, al nacer, recibió el nombre de Ce Acatl Topiltzin (Señor Una
Caña), seguido del título de Quetzalcóatl, que era la divinidad que debía
representar. Ce Acatl creció en la región de Morelos; ya mayor, pasó a
tierras de Guanajuato y Huasteca y allí fueron a buscarle los toltecas
(artesanos y artistas) para fundar e iniciar el reinado en la ciudad de
Tollan.

No se sabe con exactitud si Mixcóatl existió o fue solo leyenda, pero su


hijo Topiltzin si existió con seguridad y es el primer personaje real
aparece en la Historia de México.

Los toltecas reunieron a otomíes, teotihuacanos, chichimecas y fundaron


la ciudad en un lugar situado entre El Corral y las zonas destinadas a las
grandes edificaciones de poniente. Actualmente es muy poco lo que se
sabe sobre los primeros tiempos de la ciudad, y en cambio se conoce
más el período de máximo auge del culto a Quetzalcóatl, bajo la
influencia de la cultura maya.

Arte tolteca

La escultura y el relieve están muy ligados a la arquitectura; destaca


el Chac Mool, una gran figura sentada en forma reclinada, sosteniendo
en el vientre un recipiente y con la cabeza mirando hacia un costado.

También realizadas en piedra destacan esculturas que muestran


escenas militares y de sacrificios humanos. Un ejemplo de ello es el
coatepantli, un friso labrado en piedra que muestra una sucesión de
serpientes que persiguen y devoran esqueletos. Otro elemento
arquitectónico tolteca fue el tzompantli, o altar de cráneos, una
plataforma baja, cercana a la pirámide principal, provista de soportes
para apilar o ensartar las cabezas cercenadas de los sacrificados. El arte
tolteca muestra una faceta de vigor en las formas que anuncian el
predominio del guerrero sobre el sacerdote, una visión que se
mantendría a lo largo del horizonte posclásico mesoamericano.

Es importante también, su cerámica. El estilo cerámico tolteca más


antiguo y que antecede a la fundación de Tula, conocido como
Coyotlatelco, se caracteriza por el color rojo y café de sus vasijas. Más
tarde, se desarrolla un tipo de cerámica conocida como estilo Mazapa,
cuya dispersión por gran parte de Mesoamérica se asocia a la expansión
política de los toltecas. Sus formas alfareras más sobresalientes son
escudillas con su interior decorado con líneas rectas u onduladas,
pintadas de rojo intenso. A la par del estilo Mazapa, existe una cerámica
llamada ‘Plumbate’, originaria de Guatemala, que es una de las pocas
alfarerías del Nuevo Mundo con superficies que aparentan estar
vitrificadas, gracias a la pintura con pigmentos minerales y su cocción a
altas temperaturas.

En arquitectura introdujeron la forma característica do toda la


arquitectura mexicana precolombina: la estructura en forma de tronco
de pirámide, que servía de base a templos, palacios, etc. Estas
estructuras poseían unas escalinatas que, partiendo de la base,
ascendían hasta la plataforma superior y su finalidad no era otra que la
de servir de base o pedestal al templo o palacio que se construía sobre
ella.

Muy característico de las construcciones toltecas (y de las aztecas) era


la falta de ventanas, empleándose sólo puertas bajas. Otro elemento
que introdujeron el uso de pilares en forma de serpiente y los atlantes,
grandes pilares esculpidos que representan a guerreros.

Los toltecas habitaban pueblos fortificados constituidos por complejos


de construcciones cívico-ceremoniales, cuya plaza con altar en el centro
estaba rodeada de palacios, pirámides escalonadas y canchas para el
juego de pelota.

La capital de la cultura tolteca: Tula.


La ciudad de Tula (Tollán) se encuentra sobre un promontorio que
domina el río Tula y presenta buenas condiciones defensivas. Calles y
calzadas ordenaban la urbe. Diferencias sociales se reflejan en el
tamaño, la distribución y el material de construcción de las viviendas,
desde las que se levantaban sobre un sistema de plataformas cercanas
al sector monumental, hasta conjuntos de departamentos o de casas de
tres habitaciones en torno a un patio central común formando una L,
donde se realizaban las actividades domesticas y las rituales. Existían
barrios que compartían actividades productivas y ceremonias en un
templo colectivo.

Su población, de hasta 60.000 habitantes, estaba diseminada en zonas


periféricas y vivía de la agricultura, la extracción del basalto, la
realización de utensilios de chert y el trabajo con la obsidiana.

Panorámica de 360° de Tula, como se ve desde la Pirámide B.

La historia de Tula (Hidalgo) se estima que duró desde el 900 al 1168


a.C. Ejerció su poder sobre pueblos menos adelantados y firmó alianzas,
como en el caso de la fundación de la provincia de Tula-Jilotepec.

Tula era la capital de los militaristas toltecas. Poseía una sociedad


austera de guerreros más interesados por la función que por la forma,
de modo que produjeron pocos objetos lujosos. A pesar de ello, su
desarrollo contrastaba con el de las otras culturas del Altiplano, por lo
que los mexicas, al establecerse en Tula posteriormente, pensaron que
esa gente eran toltecas, o sea verdaderos artesanos.

Pirámide C en el centro ceremonial de Tula.

A este periodo pertenece el tipo de plaza con un altar en el centro; al


altar se sube por una escalera con frisos decorados a cada lado; los altos
muros están inclinados, o en talud, y rematados por cornisas salientes.

A un lado de la plaza se construyó un gran basamento piramidal,


compuesto por varios cuerpos inclinados superpuestos, revestidos de
losas dispuestas en filas de cuatro. Al lado se construyó un edificio con
planta de escuadra y pórticos sostenidos por pilastras recubiertas de
losas. Los pórticos estaban contiguos a los edificios principales, que
cerraban un lado de la plaza.

El edificio principal es el llamado Templo de Tlahuizcalpantecuhtli


(Venus como señora del alba, la Estrella Matutina), que es un basamento
compuesto por varios cuerpos superpuestos, formados por bajos muros
inclinados, o taludes y altas cornisas o tableros, con una decoración en
relieve, a base de estuco, en la que predominan las procesiones de
jaguares y coyotes en sentido opuesto, águilas comiendo corazones
humanos y la efigie del hombre-pájaro-serpiente, es decir del dios
Quetzalcóatl.
Templo de Tlahuizcalpantecuhtli.

Atlantes.

En la parte superior se levantaba un templo que tenía en la fachada dos


columnas con forma de serpiente, con la cabeza hacia abajo y la cola
hacia arriba, que sostenían los arquitrabes. El resto del templo tenía
cuatro altas pilastras, labradas con figuras de guerreros provistos de
atlatl o estolicas, dardos, escudos y pectorales en forma de mariposa;
símbolos de la tierra, y otros motivos.

Por detrás de este edificio había un alto muro, rematado con caracolas
cortadas por la mitad (símbolo del viento) y un ancho friso decorado con
bajorrelieves y rematado con cenefas de grecas. El motivo fundamental
era una serpiente engulléndose a un ser esquelético (simbolizando la
Tierra tragándose a Venus).

El Coatepantli o muro de serpientes.

Después del templo de la Estrella Matutina viene el llamado Palacio


Quemado, con su pórtico de pilastras recubiertas por cuatro grandes
losas. En su interior se observan dos modalidades: la presencia de
altares en cuyo frente hay un Chac Mool, y las banquetas adosadas a los
muros, formadas por talud, cornisa y friso con bajorrelieves pintados.
Los bancos o banquetas re producen procesiones de guerreros y
sacerdotes con lujosa indumentaria, mientras que los Chac Mool
representan a guerreros recostados, con un recipiente sobre el vientre,
esperando los corazones humanos del sacrificio.

El Palacio Quemado.

Probablemente fue un edificio administrativo, utilizado para reuniones,


recepciones y asuntos tributarios. También debió de servir de lugar para
jugar al patolli, ya que en el suelo estan señaladas tres planchas para
este juego.

En el periodo de preeminencia de Tula, el asentamiento de Cholula, en la


región mexicana de Puebla, estaba en auge. La riqueza y el prestigio de
la ciudad eran tales que su pirámide fue reconstruida hasta una altura
de 55 metros. Esto hace pensar a algunos historiadores si en realidad
Cholula era una aliada o una rival de Tula.

Bibliografía

- ALCINA FRANCH, José.: Las culturas precolombinas de América, Alianza, Madrid, 2001.

- http://www.aztlanvirtual.com/aztlan/nueva_aztlan/fotografias/fotos_tula.html

- DIEL, R. A.: Tula. The Toltec Capital of ancient Mexico, Thames and Hudson, Londres,
1983.

- PIÑA CHAN, R.: Una visión del México prehispánico, UNAM, México, 1967.
UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA
DE MÉXICO.
FACULTAD DE ESTUDIOS
SUPERIORES ACATLÁN.

ARQUITECTURA.

ARQUITECTURA PREHISPÁNICA.
ARQ. RAYMUNDO FERNANDEZ
CONTRERAS.

TULA.
ALBERTO ESCALONA MARTÍNEZ.

FECHA: 31.03.11.

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