Un Pastor Efectivo. Rene Peñalba
Un Pastor Efectivo. Rene Peñalba
René Peñalba
Derechos Reservados
©René Peñalba
Edición y Diseño
Heber Peñalba
Primera edición
Enero 2019
Impreso en Honduras
ÍNDICE
Prólogo
Introducción
El pastor y SU PERSONA
El pastor y SU MINISTERIO
Heber Peñalba
Editor
Introducción
René Peñalba
El pastor
y SU PERSONA
LA VIDA PERSONAL DEL PASTOR
Y LOS EFECTOS EN SU MINISTERIO
E
l éxito de una persona comienza en su vida personal.
Muchos se presentan como exitosos en el área
profesional, política o económica, pero su vida personal
deja mucho que desear; es un saldo en rojo.
El éxito real y verdadero comienza en la persona misma y
luego trasciende a las actividades de vida u ocupaciones en que
la persona se siente llamada por Dios. Hablo de la vida personal
del pastor y los resultados en su ministerio.
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del ser humano, con la vida del que es llamado; después de eso,
dice cómo hacer las cosas, eso ya tiene que ver con métodos,
sistemas, estrategias, etc.
Pero todo comienza con la persona. No corramos como
quien no tiene meta, no luchemos como quien da golpes al aire,
hay una razón que debe estremecernos: “No sea que después de
haber predicado a otros yo mismo quede descalificado”.
Si te preguntas quiénes quedan descalificados en esto que
llamamos ministerio, no creas que son los ineptos o gente de
poco conocimiento, hay muchos incompetentes e ignorantes
que estarán en el ministerio y servirán a Dios toda la vida.
Los descalificados no son ellos, son los que descuidan su vida
personal.
La vida personal es y será siempre, el primer campo de
responsabilidad de un individuo que está comprometido con
el cielo.
Tú puedes ser una lumbrera, tener dones, sanar enfermos,
resucitar muertos, profetizar, ser un apóstol, un profeta, un
maestro, un mentor, lo que quieras, pero si tu vida personal
es pobre y miserable no vas a llegar más allá de donde te
encuentras.
No puedes ir más allá de ti mismo, es algo que te debes
decirte todos los días. No es cuánto sabes ni cuánto conoces,
es como manejas tu vida; eso determinará no solo que clase de
persona eres, sino los alcances que tendrás.
El temperamento
¿Cuántas personas con grandes capacidades fracasaron por
su temperamento? El temperamento es nuestra emocionalidad,
es el nivel de calor o frío, es el termostato psicológicoemocional
de un ser humano.
Una persona con altas temperaturas emocionales en un
matrimonio, acabará haciendo un desastre; un padre de familia
con alta temperatura emocional, al criar sus hijos, va a generar
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hijos resentidos y rebeldes. En el otro extremo, una persona
de bajas temperaturas emocionales en un matrimonio, creará
frialdad y un ambiente gélido que al final terminará en nada;
un padre o madre de familia con baja temperatura en términos
de temperamento generará un ambiente de familia sin el calor
que dan las emociones bien provistas para los hijos y para el
cónyuge. Tanto una persona ´caliente´ emocionalmente, como
una ´fría´ en su temperamento, tendrán malos resultados.
Así que pregúntate si te estás engañando con respecto a tu
temperamento.
Todos, no solo los que servimos a Dios, todos los seres
humanos debemos conocer qué clase temperamento tenemos
y las amenazas que conlleva; porque déjame aclarar algo, no hay
un temperamento que sea mejor que otro, no lo hay. Lo que hay
es una manera buena o mala de administrar el temperamento
propio.
Entonces, si no conoces tu temperamento y lo que puede
generar o hacer, para bien o para mal, será factor decisivo que
incidirá negativamente en tu trabajo para Dios.
La disciplina personal
La disciplina personal por lo general tiene conexión con la
temperamentalidad de las personas. Son como vínculos de una
cadena que se fortalecen entre si.
Tenemos que educar no solo nuestro temperamento sino
también nuestra voluntad. Hay una conexión directa, una
familiaridad entre disciplina y voluntad; no puedes lograr la
suficiente disciplina personal si no tienes suficiente voluntad.
La voluntad es como un músculo, puede ser flácido o fuerte,
depende de cuanto se le ejercite.
El problema con algunas culturas, es que no se educa la
voluntad de las personas y cuando se pretende hacer, ya es
demasiado tarde.
He visto pastores en cuya vida no se trabajó su voluntad,
hombres de cuarenta, cincuenta, sesenta años o más, que nunca
lograron disciplinarse. Ello los dejo sin muchas posibilidades de
salir victoriosos en su proyecto de vida.
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Lo ideal con la voluntad humana, es comenzar desde niño.
Allí los padres deben inculcar disciplina sin confundirla con
corrección; disciplina no es castigo, disciplina es establecer
normas y enseñar a cumplirlas, es aplicar reglas que deben ser
respetadas.
Conozco personas adultas y de ministerio que su automóvil
es un basurero con ruedas, su despacho u oficina es un desastre,
su casa es una jungla, ellos mismos se ven desaliñados en su
aspecto personal. Diagnóstico: no tienen disciplina.
Todo requiere disciplina. Pensar en alcanzar éxito para Dios
y en lo que hacemos como actividad de vida es imposible, si no
estamos seriamente comprometidos con la disciplina personal.
Quizás esta sea la razón por la cual hoy haces un plan y en
seis meses te cansas de perseverar, buscas una nueva estrategia
para tu iglesia, otra cosa en que meterte; y así vas, de tema en
tema, de idea en idea, de proyecto en proyecto, sin realmente
llegar a concluir y alcanzar nada en concreto. Hay iglesias que
van así, de onda en onda, porque no se le puede llamar proceso
o etapa a lo que emprenden, producto de pastores con cero
disciplina, que hoy se emocionan con una cosa, el próximo
año con otra y así van, dando tumbos y llevando sus iglesias y
ministerios, de salto en salto.
Graba bien en tu mente esto: La disciplina es un factor de la
vida personal que incide grandemente en los resultados de tu
ministerio.
La situación familiar
Cuántos líderes de prestigio en la iglesia y en la sociedad
tienen vidas familiares resquebrajadas, donde el grito, la
discusión y la ofensa es la comida diaria, renunciando a los
valores y principios que predican.
Si hay un lugar donde practicar lo que creemos o lo que
predicamos a otros, es en la vida familiar; es nuestra primera
iglesia, nuestra primera responsabilidad, mucho antes que Dios
instituyera la Iglesia, instituyó la familia.
Tenemos que darnos cuenta que ningún ministerio puede
ser más importante que nuestra propia familia.
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Asignar el primer lugar a tu trabajo, a la gente, a los
aplausos, y a la vez permitirte una vida familiar colapsada donde
tu cónyuge te censura y tus hijos no te respetan, es un severo
error.
Hace unos años mientras estaba en un congreso, mi hijo
salió al estacionamiento de la iglesia y se encontró al hijo del
pastor que estaba en el púlpito en ese momento y le preguntó:
—¿Qué andas haciendo tú aquí solo?
—No aguanto escuchar a mi papá, es un hipócrita— fue su
contundente respuesta.
¡Vaya respuesta! ¡Seguramente era el resultado final de
situaciones familiares descuidadas! Este es un factor que, tarde
o temprano, te hará terminar con una miserable vida familiar, y
de paso, en la comidilla de la gente.
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Dios siguió en tratos con él hasta el final porque David supo
enfrentar y descubrir la realidad de quien era, sexualmente
hablando; era un rey experimentado, un hombre maduro, un
soldado, un hombre de guerra, un hombre con experiencia; pero
a la vez, como un adolescente furtivo, comenzó a observar a una
mujer bañándose. No lo dice con claridad la Biblia, pero cabe la
posibilidad, como para inferir, que estuvo espiando a esta mujer
en varias ocasiones y a fuerza de hacerlo, comenzó a interesarse
en ella. David cayó en un estado de obsesión sexual al grado
que la mandó a llamar al palacio y la sedujo; esto involucra
procesos mentales y psicológicos, así como manipulación de
las personas y abuso de la autoridad y posición.
Pero, lo que le evito ser desechado, fue que David pudo ver
y aceptar su realidad, supo reconocer que había pecado contra
el Señor.
Los hábitos sexuales inciden en el resultado final, no porque
se descubra por la gente o trascienda al público, sino porque
mientras nos dejemos llevar por pecados ocultos y malos
hábitos sexuales, Dios va a mermar nuestras posibilidades.
El caso de David no fue un caso público, no se enteró todo
el pueblo, el asunto se trató entre el profeta Natán, David y la
muchacha víctima; de allí no pasó. Nadie se dio cuenta de las
intimidades e incidencias que leemos en la Biblia, y hasta puede
ser que muchos contemporáneos de David nunca supieron que
tuvo un hijo con Betsabé en esas condiciones, que el niño murió
y todos los detalles que dice el relato bíblico. Lo que si supo la
gente es que se casó y que tuvo un hijo con ella y que ese hijo
fue el sabio rey Salomón.
No es porque te descubran o que el público se dé cuenta,
que vendrá tu revés; tu fracaso será por tener malos hábitos
sexuales que no estás atacando, que no has reconocido, que
no has identificado con claridad, por consiguiente, tendrán una
incidencia negativa en tu ministerio.
El manejo financiero
El dinero es el factor determinante de ese mal planetario
llamado corrupción.
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Hay corrupción prácticamente en todos los escenarios de
la actividad humana. La corrupción se atornilla, se siembra
fácilmente, y la vida eclesiástica no se escapa de ella.
Escándalos financieros de millones de dólares en las iglesias
cristianas más grandes del mundo, aparecen en los diarios. Todos
sabemos de grandes prelados en la cárcel, que han manchado
el testimonio de la Iglesia. El dinero tiene un extraordinario
poder de corrupción.
Trabajo con pastores de alrededor del mundo, tenemos
cobertura sobre una comunidad multicultural y multiétnica,
donde hay miles de obreros cristianos. Lo que procuro observar,
es cómo manejan el dinero.
Un pastor que no reporta finanzas, que no diezma, que tiene
un caos en su economía personal y maneja desastrosamente la
administración de una iglesia, no solamente se desprestigia él,
sino que le quita al ministerio grandes posibilidades de alcanzar
sus metas.
Hay personas que nunca aprendieron a manejar el dinero, al
contrario, el dinero los manejó todo el tiempo; estas personas
están condenados a ser pobres y sus iglesias a no crecer jamás.
Para que una iglesia crezca, para que un pastor legítimamente
prospere en su vocación de vida, debe aprender a manejar las
finanzas a dos niveles: las finanzas personales y las finanzas del
ministerio.
No debes avergonzarte de ser pastor y de requerir de un
salario. Así como hay médicos, abogados, carpinteros, etc,
también hay pastores, es una actividad de vida como cualquier
otra; facultada para obtener salario, y si tu trabajo es bueno,
como cualquier ser humano, sentirte exitoso. El tema crucial
mas bien es y será: cómo manejas las finanzas, desde la esfera
personal, hasta la esfera de la iglesia y el ministerio.
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Por favor, no confundamos este criterio con la realidad de
aquellos pastores bivocacionales que tienen una ocupación
secular o no ministerial combinada con su llamado y ejercicio
del ministerio. Eso es algo absolutamente aceptable y en todos
los sentidos normal.
Con esto me refiero a mezclar mal esas aguas, al no
diferenciar esas finanzas y su administración, con lo que se crea
un verdadero foco de contaminación.
¿Acaso los planes personales no coinciden con los planes
para la obra de Dios? —dirás tu—, yo respondo que no.
Puede ser que tengas mucho éxito haciendo cosas para Dios
y que tus planes todavía estén bastante retrasados; o viceversa,
puede que tus asuntos personales marchen muy bien, y la obra
de Dios todavía con grandes retrasos.
Uno de los pastores más influyentes en el mundo me dio una
gran lección, no sé si es mayor que yo y de serlo sería solo un
poco. Me cuenta que está comprando un lindo apartamento en
la ciudad donde vive, —y yo, consideraba su edad, al escuchar
su relato—; y él, como que si leyera mis pensamientos me dice:
—“Sabe que pasa pastor René—, yo dejé mis cosas para el
final, entonces hay cosas que las estoy haciendo hasta ahora”.
Pero he visto el otro caso, pastores con tremendos recursos
con unas iglesias que les caben en la bolsa; iglesias diminutas
con pastores dedicados a sus planes, y que se engañan haciendo
ministerio, cuando su prioridad principal son sus negocios.
Cuidado con que nuestros planes personales y los planes
para la obra de Dios se vuelvan antagónicos o desleales.
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cualquier joven líder y pastor. El ser humano deja de batallar
con la tentación hasta que muere.
Hay que entender las distintas etapas de vida. Cuando de
joven te aparecen admiradoras espirituales en la iglesia, es muy
fácil enredarse allí; cuando ya mayor has tenido un poco de éxito,
puedes entender mal esa etapa de vida, sentirte poderoso y
actuar como un faraón, haces y deshaces en la iglesia y cometes
el error de maltratar a las personas.
Hay tantas etapas de vida, que mal manejadas, nos pueden
acarrear muchos problemas.
Conocí un pastor mientras intentaba llevar a cabo su proyecto
de construcción de la iglesia. Le vi variar cuatro veces, presentó
una maqueta, luego un plan de no se qué, que comprarían no
sé dónde, después que les donaron un terreno en otro lugar.
¿Sabes cómo acabó ese pastor? Terminó desprestigiado ante
todos; su congregación se cansó de esperar el proyecto que
nunca se hizo realidad; hicieron actividades y ahorro financiero,
y ese ahorro, se gastó en esto, en aquello, en lo otro. Ese pastor
al final terminó mal con aquella congregación. Las etapas que el
pastor y la iglesia estaban pasando, se manejaron mal y al final
quedaron muchos sinsabores.
Las distintas etapas de vida, no solo las cronológicas, las
etapas espirituales y de vida, tanto del pastor como de la Iglesia,
deben saberse manejar para no tener resultados que lamentar.
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CÓMO DESARROLLAR ACTITUD PASTORAL
L
as escrituras nos dicen que debemos tener buen
testimonio con los de afuera. La gente que nos observa,
por lo general adolece de prejuicios, y tiende a creer
que esto de la obra de Dios no es más que un “gran negocio”.
Nos tildan de comerciantes o empresarios de las cosas de
Dios, ¿por qué? Porque hace en muchos casos, nos falta una
actitud pastoral.
Es necesario revisar la manera en que nos proyectamos,
las actitudes que reflejamos, para dar testimonio de que en
realidad somos servidores de Dios, llamados a proteger y cuidar
las ovejas de su prado, no otra cosa.
21
Cuando logras esculpir en tu propia persona lo que quieres
transmitir a la gente, se vuelve algo poderoso.
Además, también llegará el momento de rendir cuentas,
ahí se encuentra nuestro galardón eterno, no en los bienes
materiales que podamos acumular; es mas bien lo que nuestro
jefe dirá cuando nos toque enfrentarlo.
22
Así somos los humanos, en ocasiones tendrás que luchar
contra ti mismo, con la gente, las circunstancias o el entorno,
pero eso también es parte de nuestro llamado pastoral.
23
Moisés terminó así, disgustado con la gente, no con la
situación, golpeando una roca cuando Dios solamente le dijo
que le hablara. Números 20:7-10
24
¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y
fariseos! ¡Hipócritas! Pues le cierran la puerta del reino del cielo
en la cara a la gente. Ustedes no entrarán ni tampoco dejan que
los demás entren.
¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y
fariseos! ¡Hipócritas! Pues cruzan tierra y mar para ganar un solo
seguidor, ¡y luego lo convierten en un hijo del infierno dos veces
peor que ustedes mismos!
Mateo 23:13-15 NTV
25
Sin embargo, en ese momento hice una excepción y accedí
a atender a alguien. Y de pronto me encontré sentado en mi
despacho con la mente en tantas cosas que tenía por hacer, y
con toda urgencia de salir huyendo a reencontrarme con mis
otras obligaciones. De pronto, la persona lo nota y me dice:
—Mire pastor, usted debería pensar en cómo atendía hace
quince o veinte años, porque me parece que ha perdido esa
frescura e interés.
—Tienes razón — respondí—, y esa es la razón por la cual ya
no debo atender consejerías. Perdóname por haber aceptado
hacerlo, aun a sabiendas que ya no tengo la mente en esta tarea.
¿Enseñanza? Cuando me obligo a hacer algo para lo cual
no tengo ya el tiempo necesario, termino haciendo este triste
papel.
Así es que, me disculpé con la persona y me dije: “René, si
no lo vas a hacer bien, no lo hagas, porque la gente lo notara y
no es bueno delante del Señor hacerlo de esta manera”.
Puse un ejemplo en primera persona, pues no estoy
criticando a otros; me incluyo dentro de este enfoque crítico.
Mucho trabajo, muchas cosas en mente, estrés, dificultad,
tantos factores con los que tiene que lidiar el pastor, esto te
puede hacer andar muy de prisa, y de paso, te hará parecer
arrogante ante las personas.
Otra cosa que aprendí: Cuando la compasión se suplanta
por la arrogancia de la urgencia.
Yo tuve que haberme sentado irradiando compasión por
la persona, pero al contrario, estaba ocupado, mi mente me
extraviaba pensando en cosas que demandaban urgencia; y
eso, a la persona le pareció arrogancia, así lo interpretó. Al final
yo salí de ahí más frustrado que la otra persona.
Por la razón que sea, no puedes permitir que la mucha
ocupación o impaciencia se traduzca en arrogancia, suplantando
la compasión a la hora de dar un consejo.
Antes de cerrar este tema, otra cosa que debes atender:
Cuidado con, movido por la urgencia y la impaciencia, comenzar
a criticar y recriminar a tu aconsejados. Atiende a esto que sigue.
26
Antes alentabas a mucha gente y fortalecías a los débiles. Tus
palabras daban apoyo a los que caían; animabas a los de rodillas
temblorosas. Sin embargo, ahora que las desgracias te acosan, te
desanimas; te llenas de miedo cuando te afectan a ti.
Job 4:3-4 NTV
27
EN POS DEL SUEÑO PASTORAL
A PESAR DE LA OPOSICIÓN
T
odos tenemos sueños, todos de alguna manera
concebimos un ideal, pero en el camino encontramos
oposición; pueden ser circunstancias de la vida o
personas que nos hacen la guerra, y no son pocos los que se
desaniman por estas causas.
Con todas las adversidades que puedes hallar en el
cumplimiento de tu llamado, tu ministerio o aún en tu vocación
de vida, es necesario saber cómo ir en pos de tu sueño a pesar
de la oposición.
29
Pablo, con franqueza dice que no lo ha conseguido todo y
admite que tampoco ha logrado la perfección. Esa es otra cosa
con lo que la gente se frustra, dicen no merecer alcanzar el éxito
porque tienen muchas imperfecciones.
En el momento en que Dios concibe nuestra existencia, Dios
ya sabe que imperfecciones vendrán acompañándonos y con
qué vamos a luchar; no obstante, siempre tiene un propósito
para nosotros.
Pablo, en medio de una oposición que le generó persecución
y cárcel nos anima a no avergonzarnos por no haber alcanzado
todo y por no ser perfectos; es más, nos anima a proseguir
nuestro sueño de vida a pesar de cuanta oposición hallemos
en el camino. Pablo no está sentado en un cómodo sillón o
en un escritorio de trabajo; está hundido en el último rincón
de una cárcel, y desde allí, su espíritu que prevalece sobre la
adversidad, nos dice que sigamos adelante aún sin haberlo
conseguido todo.
30
En resumen, lo primero para ir en pos de tu sueño a pesar
de la oposición es olvidar.
31
Lo anterior implica, que debes romper con la mala costumbre
mental de no retener lo bueno, sino de quedarte todo el tiempo
con lo malo. También implica que, debes romper con los estados
obsesivos que tú mismo te provocas.
32
No te frustres por las metas que has tenido que aplazar,
pero eso sí, en cuanto puedas debes de comenzar a proseguir.
Debes además, superar el peso de las imperfecciones,
estas crean sentimientos de culpa, sentimientos de no ser
merecedor, sentimientos de indignidad y la extraña creencia de
que Dios no te va a bendecir. Pero, por el contrario, mientras
trabajamos las imperfecciones tratando de superarlas, a la vez
podemos reparar las tablas flojas en el andamiaje de la mente y
el estado emocional y espiritual.
Superado este conflicto se logra proseguir, que es lo
realmente importante; proseguir y superar la sombra de lo que
quedó atrás.
No a todos nos queda una bonita sombra atrás, de alguna
manera todos hemos hechos cosas que se proyectan sobre el
presente y lo afectan, pero tal como lo dijo Pablo: esforzándome
por alcanzar lo que está delante; debemos proseguir.
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Si tú no aprendes de lo que te pasa, si no aprendes de lo
que vives, te puedes leer bibliotecas enteras y serás todavía un
ignorante.
Porque si bien es cierto, se aprende leyendo de las
experiencias ajenas, la base y la raíz del aprendizaje de cada
individuo es lo que él mismo logra experimentar y cómo logra
capitalizar eso en su vida.
Por eso Pablo dice que sabe lo que es vivir, sabe vivir en la
pobreza y en la abundancia. ¡Cuán es poderoso es saber vivir!
Estos son los grandes polos entre los cuales nos movemos
los seres humanos: entre carencias y abundancias. Todos
tenemos algo que nos abunda y todos tenemos carencia de
algo. Hay que aprender a vivir entre esas distancias.
Pablo dice “he aprendido”; en la versión Nueva Versión
Internacional de la Biblia aparece en dos ocasiones como “he
aprendido”. Sin embargo, en los textos originales se utilizan
dos vocablos diferentes, en el verso once se escribió el vocablo
del griego “manthano”, que es “aprender por cualquier manera
y medio”. Es aprender leyendo, escuchando testimonios,
escuchando predicación, enseñanzas, viendo a otros vivir,
en fin, aprender de cualquier forma. Pero en el verso doce se
tradujo “he aprendido” de otro vocablo, del griego “mueo”,
que se traduce literalmente como “iniciar” o “ser iniciado”. Este
vocablo “mueo” ser iniciado, viene de “muo” que literalmente es
“cerrar la boca”.
No creas que ser iniciado es una palabra que solamente
aplica a sectas y religiones falsas, aplica a toda persona que
profesa una ideología o una nueva religión.
La persona hace un proceso de iniciación y en ese proceso,
ese alumno tiene que estar con la boca cerrada mientras su
maestro instructor habla. A eso se llama ser iniciado o ser
instruido.
¿Cuántas veces hemos leído en la Biblia que Jesucristo se
subió a un lugar, a un monte alto y desde allí comenzó a enseñar
a sus discípulos?, el Sermón del Monte es una de las enseñanzas
más exponenciales y el discurso más largo pronunciado en una
sola ocasión por Jesucristo.
34
Ese discurso es la perfecta iniciación a la vida cristiana, todos
con boca cerrada y Jesucristo dándoles todo tipo de instrucción;
desde las bienaventuranzas, a las cuestiones morales, los
pensamientos del corazón, la relación con el prójimo, la relación
con los enemigos, hasta terminar con aquello de que uno puede
construir en la arena o puede construir su vida en la roca.
Entonces, “he aprendido” en la segunda expresión del
griego “mueo” y equivale a guardar un silencio impuesto, para
poder aprender algo.
Si tú has aprendido porque has estado viendo a los
predicadores más famosos, porque has leído los bestsellers
cristianos en boga, no dudo que hayas aprendido en la dimensión
“manthano”, aprender por cualquier manera y medio.
Pero ser iniciado, habiendo cerrado tu boca y dedicado a
invertir tiempo para escuchar a un mentor; has sido iniciado y
has aprendido en una dimensión más profunda.
Tener mentor es importante, hacer mentoría a otros también
es importante, una organización eclesiástica sin mentores, es
una organización eclesiástica sin futuro.
35
Set representa “el otro” plan de Dios. Tuvieron dos hijos
originalmente y parece que ahí paró la producción; pero Caín
mató a Abel y con él se frustró el plan A de esas vidas y de esa
historia.
Luego Dios visita de nuevo el encuentro íntimo de Adán y
Eva, les permite procrear y nace este otro hijo.
En la mente de ella está claro que este hijo viene a llenar
el vacío, el espacio del propósito de Dios que se malogró en
ese primer proyecto llamado Abel, ya que fue asesinado por su
hermano Caín.
Hay frases de la Biblia que parecen sin mayor significado, el
texto dice que “ella tuvo un hijo”; luego se reitera en el texto con
la frase “Dios me ha concedido otro hijo”.
El vocablo hijo se traduce del hebreo “zera” que se traduce
literalmente como semilla y como simiente.
Lo que dice Eva literalmente es que Dios le entregó otra
semilla, que Dios le entregó otra simiente, de allí que “zera” se
traduce también como “genealogía”.
Cuándo algo se echa perder en nuestras vidas debemos de
esperar la otra semilla de Dios, la otra simiente de Dios. Es a lo
que me refiero cuando digo “el otro” plan de Dios.
Si algo valioso se pierde, si algo valioso se estropea, si algo
valioso es arrebatado como el caso de Abel, tienes que esperar
el “zera” divino; la otra simiente de Dios, el otro plan de Dios, la
nueva semilla para volver a sembrar y cosechar.
Hace años experimenté una pérdida ministerial, pero Dios,
al igual que a Eva, me dio otra “zera”, otra semilla, otra simiente,
y me llevó a otro terreno donde sembré esa buena semilla.
Desde entonces el Señor comenzó a bendecirme, me ha
permitido alcanzar mis sueños, me ha permitido alcanzar mis
metas más grandes; pude ver “el otro” plan de Dios, pude tener
en mis manos la otra “zera” que Dios me envió, la otra semilla,
pude sembrarla y cosecharla.
36
EL DESÁNIMO PASTORAL
T
odos sufrimos desánimos, no hay excepciones, no se
puede decir que los más espirituales o consagrados no
se desaniman, que esto afecta solo a los débiles en la
fe; todos nos desalentamos en algún momento de la vida.
En la Biblia se encuentran casos de desánimo, incluso muy
severos, como el de Moisés o el del profeta Elías; así que desde
una perspectiva eminentemente humana, esto nos concierne a
todos.
El desánimo pastoral tiene el agravante, que hay una
carga de responsabilidad y aunque se quiera escapar o huir,
el ministerio no da esa oportunidad, lo cual lo vuelve pesado y
complejo.
Hay un texto que nos muestra lo que llamaré “el cuadro de la
crisis del hombre de Dios”. Es un texto que describe los perfiles
y condiciones de la lucha y la vorágine, no solamente emocional
sino también espiritual que vive el hombre y las siervas de Dios,
y sus intentos por hallar la senda de la esperanza en el Señor.
37
A pesar de sentirse lejos y distante como para solicitarle a
Dios su ayuda, a pesar de estar tan triste y deprimido, se acuerda
de Dios.
¡Extraordinario! Acordarse de Dios en la tristeza!
Generalmente lo hacemos en la alegría, la satisfacción y lo
gratificante; pero pensar en Dios cuando el alma se desangra,
cuando estás perdido en un laberinto, cuando el desánimo y la
depresión atacan, diría yo que es de las cosas más sublimes y a
la vez terapéuticas que una persona puede experimentar.
Este no es un cuadro negativo, paupérrimo; al contrario, es
sumamente honroso nombrar a Dios en el desánimo, esto nos
muestra que hay gloria en el desconsuelo.
Si el hombre de Dios adoptara la actitud que debe, según
las escrituras, ante el desánimo, siempre habría una respuesta,
una provisión de Dios.
Quiero mencionar un texto donde hay respuesta y provisión
para el desánimo, pero no como nosotros esperaríamos; pues
no esperamos hallar y ver a Dios en las cosas naturales, sino
en las cosas superespirituales, creemos que solo por esa vía
puede venir la solución y la respuesta divinas; aquí se ve cómo
Dios mueve circunstancias, relaciones, personas para que
encontremos el respiro que necesitamos y la salida al desánimo.
38
conectar bien, con las personas correctas o lo puedes hacer mal,
con la persona equivocada, y así, aumentar el peso y agravar tu
estado de desaliento.
Sin embargo, si Dios mueve las piezas y tú tienes el
discernimiento para saberlo, y te acercas a las personas claves
en medio de tu situación, esa conexión será de bendición y de
alivio para ti.
Después de tantos años de estar en este oficio pastoral, he
dicho que la paz está derivada de estar en el lugar correcto, con
las personas correctas; y eso requiere no sólo discernimiento
espiritual, requiere también de compromiso.
A veces nos encontramos conectados con alguien o con
algo que no debemos en el propósito De Dios para nosotros.
Puede ser en un contexto de relaciones, ambientes, lugares o
situaciones que no son voluntad De Dios para nosotros.
Por ello, es imprescindible obligarnos a desatender eso que
nos gusta, por atender aquello que no nos gusta, pero que es
voluntad de Dios para nosotros, y será un coadyuvante en la
lucha con el desánimo.
Este pasaje nos dice que Dios es quien alienta a los
desanimados, en este caso los alentó con la llegada de Tito, su
presencia fue una alegría al igual que la noticia que llevaba.
No esperes platillos voladores, ni épicas experiencias
espirituales; descifra tu contexto, identifícalo, haz conexión
correcta con tu escenario, con las personas que Dios ha puesto
como provisión y medicina para el desánimo; personas que
traen consigo la respuesta y la provisión divinas.
39
Por ello te doy este consejo que debes procurar no olvidar:
“Voces negativas que infunden el desánimo, han estado y
estarán siempre a tu alrededor”. Presta atención a esta escritura
que es un recordatorio de la verdad que te señalo.
Era tierra que recibían por herencia, era tierra que recibían
por mandato de Dios, pero voces desanimantes hicieron que
el pueblo no entrara a poseerla. La tierra prometida también
es una realidad para los hijos de Dios de nuestro tiempo; y
todas las temporadas de bendición son básicamente una nueva
entrada a la tierra prometida.
Pero cuidado, hay personas que pueden cambiarle el
discernimiento al hijo de Dios, para que ya no perciba lo de
Dios para su vida y tome decisiones que irán totalmente en su
contra.
En la historia a la que corresponde el texto bíblico leído,
ellos no quisieron, no pudieron entrar, no por causa de Dios,
sino por causa de ellos mismos, por el desánimo que alguien
les transmitió y ellos abrazaron, en detrimento del plan de Dios
para sus vidas.
40
No te asombre ver que alguien se enriquezca y aumente el
esplendor de su casa, porque al morir no se llevará nada, ni con
él descenderá su esplendor. Aunque en vida se considere dichoso,
y la gente lo elogie por sus logros,
Salmos 49:16-18 NVI
41
Pablo nos lo advierte en una de sus cartas.
Hace 20 años, tuve que orar por esto, y le pedí a Dios que
las personas a mi alrededor no se desanimaran por causa de lo
que yo estaba pasando; atravesaba una adversidad ministerial
que tenía aristas de sufrimiento espiritual, anímico, familiar y
financiero. Ante todo aquel percance, pensaba en el peso de mi
responsabilidad en términos de testimonio de vida y el potencial
desánimo que eso podía generar entre el pueblo de Dios. Pedí
fuerzas para caminar en medio de braseros, firmeza para andar
en medio de serpientes y escorpiones, y resistencia para resistir
y superar la prueba.
Pedí a Dios la fortaleza para caminar en medio de la
destrucción y que en lugar de ser un factor desanimante para
el pueblo, fuera un factor de ánimo y se revirtiera aquella
tribulación en un testimonio para gloria de Dios y bendición de
los creyentes.
Pregúntate qué ven los demás en ti, aquellos con los que
interactúas diariamente, ven a un héroe o un pusilánime que se
hace añicos ante la adversidad, que se queja y maldice, ¿qué es
lo que ven?
Todos alguna vez luchamos con la adversidad, y esta toma
forma según el escenario de cada persona. Es importante y
crucial saber tratar con ella, hacerlo de manera honorable y
heroica: ante a la enfermedad levantar alabanza, ante la pérdida
levantar la confianza en Dios, ante la derrota levantar manos
caídas y rodillas paralizadas; y aunque nos arrastremos en el
camino, seguir adelante en pos de la esperanza.
Si tú manejas la adversidad de manera digna, la gente se
va a sentir honrada de estar a tu lado y de seguir al hombre
de Dios que lleva las marcas del sufrimiento y que a pesar de
ello es un héroe. En pocas palabras, si actúas valientemente, el
pueblo de Dios lo reconocerá y te tratará con respeto.
42
¿CÓMO SE ENFRENTA EL DESÁNIMO?
43
Júntate con gente de fe y fortaleza espiritual
Pablo habló de “conflictos por fuera, temores por dentro”,
pero añadió “que Dios, que consuela a los desanimados, lo hizo
enviando a Tito”; esto equivale al alto valor terapéutico que trae
juntarse con gente de fe y fortaleza espiritual. Así como a Pablo,
ellos levantarán tu ánimo y te darán fortaleza espiritual.
La tendencia cuando estás desanimado, es juntarte con
gente débil que adolece de tus mismos males o falencias, eso
sucede porque el desánimo vulnera tu discernimiento, embota
y entorpece tus sentidos en lo espiritual y te vuelve proclive al
pecado, al escapismo y a las asociaciones ilícitas.
Mírate en retrospectiva, en las épocas en que estuviste no
solo desanimado sino con un andar accidentado en lo moral
y espiritual. En esas etapas, los factores comunes fueron el
desánimo en algún aspecto de tu vida y la conexión con
personas que cojeaban moral y espiritualmente. Eso es típico y
lo que suele suceder.
No vayas entonces a mal vincularte en una asociación que
no te conviene, júntate con gente de fe y fortaleza espiritual.
44
EL LADO EFECTIVO DEL FRACASO
E
l fracaso tiene un lado efectivo, un lado positivo y una
fuente de recursos extraordinarios. Las personas más
exitosas aseguran a manera de testimonio, que su éxito
precisamente se generó en las experiencias previas de fracaso
que experimentaron.
Definamos fracaso en primera instancia. El fracaso, según la
Real Academia de la Lengua, se define como un malogro, como
un resultado adverso en un emprendimiento, un negocio o una
relación o en distintos escenarios de vida. Se considera también
como fracaso a una caída o ruina de algo, o a un estrepitoso
rompimiento.
El fracaso y sus efectos no son halagadores, no es para
echarse a reír, es una caída, un derrumbe, un desgarro que trae
dolores, frustración y debilitamiento del ánimo, del alma y del
espíritu. Como efectos negativos.
Ahora, a esto sumémosle el “contrasentido bíblico”, en
términos de lo que la Biblia dice con respecto al fracaso; la Biblia
no sigue la ruta de los argumentos y la lógica humana; tiene su
propia lógica; la lógica de la mente divina, que es otra mente.
Veamos lo que sigue, a manera de ejemplo.
45
Digo que es un contrasentido, porque mientras la Academia
nos dice que un fracaso es un malogro, un resultado adverso, un
rompimiento, Pablo nos dice que el fracaso puede enriquecer.
En esta escritura, Pablo muestra una concepción divina acerca
del fracaso, sacándolo totalmente de su contexto acostumbrado
y ampliándolo en todos los aspectos. Esta escritura es una
máxima, una clave de vida: que el fracaso puede enriquecernos
y puede traernos grandes resultados. Este concepto bíblico deja
tendida en la lona a la definición de la Real Academia de la
Lengua Española.
Muchas veces leemos mal el fracaso, para nosotros es que
Dios nos dio la espalda, que no servimos para nada, que no
tenemos futuro. Pero apelando a la escritura leída, podemos
afirmar todo lo contrario: que el fracaso nos enriquece porque
nos madura, nos da experiencia y nos potencia para grandes y
mejores resultados.
46
El fracaso es un componente del éxito
Que interesante concepto: el fracaso es un componente
del éxito. No puedes pensar en el éxito como una lotería, que
se compra el número premiado, para luego todo ser dicha y
felicidad. Definitivamente, eso no es así.
Para llegar al éxito hay que pasar por un sinuoso camino,
hay que andar por una senda estrecha, como diría Jesús. Para
llegar al éxito, hay que superar sendas accidentadas, siendo el
fracaso una de las piedras de tropiezo que encontrarás y que
deberás sortear y superar.
En otras palabras, es imposible lograr el éxito sin tener que
fracasar en el proceso; lo repito, es imposible alcanzar el éxito
sin tener que fracasar en el proceso.
47
la escuela del fracaso, nadie puede vivir sin esa escuela. Sin
embargo, esa escuela no dura toda la vida.
El fracaso genera carácter, el fracaso produce experiencia,
el fracaso nos hace conocer la naturaleza humana, el fracaso
desnuda nuestras debilidades, pero también revela nuestras
fortalezas; sin fracaso no hay vida, sin fracaso no hay éxito y
es una verdadera escuela que debemos agradecer a Dios y a la
vida por tenerla.
Esta es la mentalidad de los exitosos respecto al fracaso; y si
tú no tienes éxito es porque probablemente has sido invadido
por una mentalidad de fracaso y una actitud de fracasado.
Si es así, significa que necesitas cambiar tu mentalidad
respecto al fracaso, tus ideas respecto al fracaso, tus conceptos
respecto al fracaso. Después de hacerlo te convertirás en un
hombre o en una mujer exitoso(a)...
El fracaso es una escuela, el fracaso enseña, produce
madurez, forja carácter y curiosamente nos prepara para
administrar el éxito. La persona que no ha fracasado suficiente
no puede administrar el éxito.
Es difícil administrar el éxito, y la única manera en que
podemos prepararnos para administrar el éxito, es precisamente,
administrando el fracaso.
48
si el éxito te vuelve altivo, autosuficiente y soberbio, el fracaso
compondrá tu actitud y te regresará a la sencillez de corazón y
a la humildad.
49
David tuvo ciertos fracasos por factores combinados. David
fracasó por costumbres adoptadas que no le convenían, como
el abandono de sus responsabilidades a cambio de dedicarse a
descansar y a pasarla bien en Jerusalén mientras sus soldados
estaban en batalla. Todo esto al final sumó para que tuviese un
traspiés con una joven y terminara con resultados trágicos.
Lo interesante de esto, es que David al final reconoce que
todos esos fracasos que se encadenaron estaban vinculados
con su propia situación espiritual, en una palabra: reconoció sus
transgresiones.
Es aquí donde toda persona que está experimentando
fracaso y que quiere encaminarse hacia la ruta de la restauración
y el éxito tiene que decirse la verdad íntimamente.
Aprender a decirnos la verdad no es fácil, la primera
reacción es justificarnos y mentirnos. Desde que Adán se mintió
como primera reacción a su pecado, los seres humanos, casi
por regla general, nos mentimos como primera respuesta ante
nuestras equivocaciones. Por lo anterior, tenemos que obligar
nuestras conciencias, tenemos que obligar nuestras voluntades
a reconocer íntimamente la verdad de nuestros errores y
fracasos. Y en lo secreto, aprender la sabiduría que obtenemos
al reconocer quienes somos en la realidad desnuda de nuestras
vidas.
50
resulta que nombraste a alguien a quien no conocías suficiente.
Fracasaste en ese nombramiento, en esa relación, y en ese
aspecto de las responsabilidades que Dios te ha asignado. No
fue culpa de esa persona, fue más bien un error de tu parte, por
no conocer suficiente a esa persona antes de posicionarla en
esa función.
Quiénes están contigo y quiénes no, es algo que tú debes
saber reconocer a tiempo; saber con quién cuentas y con quién
no. En medio de este frustrante hallazgo iremos descubriendo
quiénes son nuestros verdaderos aliados. Conocer mejor a
los que nos rodean revelará lo negativo y positivo de ellos.
Encontraremos que algunas personas que no valoramos
resultan muchísimo más fieles que los que teníamos por fieles
y en alta estima.
La Biblia nos habla sobre aprender a conocer mejor a los
que nos rodean.
Ahora bien, ustedes son los que han estado siempre a mi lado
en mis pruebas.
Lucas 22:28 NVI
51
El fracaso te da experiencia
Quisiera poder decirte que la experiencia se adquiere a
fuerza de leer libros o de escuchar testimonios; te sirve escuchar
lo que otros han vivido y han pasado, sin embargo, nada como
sangrar para saber cuánto duele.
Cuando tienes tu propio fracaso, tus propias angustias, tus
propias tragedias, eso te deja una experiencia inigualable, una
experiencia incomparable.
Definamos el vocablo “experiencia”. Experiencia, según la
Academia es el conocimiento adquirido por las circunstancias o
situaciones vividas. Entonces, podemos decir que la experiencia
te enseña que funciona y qué no, cuál camino seguir y cual
desechar, con quien puedes asociarte, de quién debes salir
huyendo. Todo esto te lo da la experiencia de lo que has vivido.
Yo, sinceramente no desprecio en ninguna manera mis
experiencias en la vida, me ha tocado sufrir, llevo las marcas de
dolores, fracasos, traumatismos en varios niveles de la vida, pero
todo eso al final se ha traducido en una experiencia cosechadora,
en abono puro para el campo de mi vida y ministerio.
El fracaso te da experiencia y aquí el maestro en esto, es
Pablo, lo escribe en su carta a los Filipenses.
52
saber vivir en la pobreza y vivir en la abundancia; vivir en todas y
cada una de las circunstancias apuntadas; tendremos que haber
aprendido a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de
sobra como a sufrir escasez. Hasta entonces podremos decir:
¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
53
El fracaso mejorará tu actitud
Tu actitud es de importancia capital, lastimosamente solo
aprenderás a perfeccionarla fracasando.
Cuando miras tu fracaso en retrospectiva, puedes ver tus
malas actitudes, enojos, resentimientos, críticas, pagando mal
por mal, maldición por maldición; entonces te ves deformado
y desfigurado moral y espiritualmente en tu fracaso. Y te dices
que, si te toca vivirlo de nuevo, tu actitud será diferente.
Procura entonces que tu actitud no se llene de gérmenes
en las luchas de la vida, que no se llene de bacterias, que no
enferme con amargura, con enojos, con resentimientos, con
contiendas. Mientras atraviesas por un fracaso, ya sea presente
o futuro, cuida tu actitud, porque la actitud es de importancia
capital en el fracaso.
54
EQUIVOCACIONES QUE UN PASTOR
SUELE COMETER
N
o surgimos en el ministerio ya enseñados, incluso
el caso de muchos de nosotros fue iniciar e ir
aprendiendo mientras hacíamos ministerio, lo cual lo
hace todavía más complejo.
Y lo cierto es que dentro de esa realidad, de que no iniciar
listos para el ministerio o no surgir ya enseñados, cometemos
muchos errores. Con esto tiene que ver esta sección: las
equivocaciones que un pastor suele cometer.
55
Estos dos hechos de manera conjunta crean una situación
que Moisés no logra manejar: los asuntos de orden personal y
las cuestiones congregacionales que le desestabilizan, al punto
que Moisés quedó a partir de ese momento prácticamente
fuera del proyecto de Dios.
Eso no es algo que pasó solamente en la época de Moisés;
eso les pasa con mucha frecuencia a pastores, líderes y a los que
ocupamos el púlpito en la casa de Dios.
Cosas que no podemos manejar: pérdidas, derrotas, fracasos,
problemas personales, y encima la problemática de la iglesia
que se vuelve amenazante para la estabilidad mental, anímica y
espiritual del pastor. No son pocos los pastores que colapsan a
tal punto que, al igual que Moisés, terminan fuera del ministerio
debido a no poder manejar esta mezcla de cosas personales y
cosas que conciernen al ministerio o a la iglesia, lo que les lleva
a cometer errores, muchos de ellos, irreparables.
56
Pero es que la gente es así, aunque deberías saber que
estas cosas pasan en la vida de toda persona y que los pastores
somos tan humanos como los demás.
¿El error es que haya problemas personales o familiares en
la vida del pastor?¿o que la congregación murmure en contra
del pastor por los problemas congregacionales no resueltos?
No, el problema es hacer una mezcla de ambos conflictos.
Como cualquier otra persona yo tengo mi propia
conflictividad, cosas que se derivan de mis asuntos personales,
de mis experiencias de vida. Pero hay algo que procuro
siempre hacer, y es que mis conflictos personales no salpiquen
mi actividad ministerial o cuando estoy en medio de una
conflictividad ministerial, que esto no salpique mi vida personal.
Es establecer un vallado, una distancia saludable, para que
entonces no se cree esa mezcla que puede resultar letal.
Reaccionar en público
La frustración por falta de compromiso de la gente, es uno
de los males que afecta a un pastor, por consagrado que sea;
es un mal que perturba a un pastor, por serio, responsable y
comprometido que sea. Eso, simplemente porque se trata de
un ser humano, que al igual que el resto, necesita el apoyo y el
compromiso de quienes le rodean, que son a la vez, los mismos
a quien él sirve con su ministerio pastoral.
Cuando la gente no muestre suficiente comprensión o
solidaridad, no nos dejemos llevar por la animosidad, no nos
dejemos llevar incluso por el conocimiento de causa, porque
nosotros como pastores sabemos quién es quién en la iglesia, y
muchas veces sin darnos cuenta, inconscientemente podemos
estar diciendo cosas fuera de tono o que no se debe mencionar
en publico y que deben ser reservadas para el momento y lugar
donde pueden ser ventiladas en la presencia De Dios.
No podemos reaccionar como Moisés. Eso sería responder
mal a cosas que vemos en la gente, que sabemos no están bien,
pero que deben ser dejadas en las manos de Dios, ya que Él es
quien puede hacer la obra de transformación en las personas. Y
si Dios no lo hace, menos nosotros.
57
Reaccionar desde el púlpito a las críticas
que se hacen sobre su persona o ministerio
No debemos esperar que todo el mundo se sienta conforme
con nuestra persona y nuestro ministerio. Hacerlo sería un error.
Moisés, magnífico caudillo cuya vida se registra no sólo la
historia sagrada, sino en la historia secular. Héroe de quien se
han hecho películas que cuentan sus epopeyas como enfrentar
al poderío egipcio, sacar al pueblo de Israel y conducirlos por
el desierto, constituirles en nación, dirigiéndolos a una tierra
prometida. No obstante, se le criticó duramente y su pueblo se
amotinó en su contra.
A Juan el Bautista le criticaron su espiritualidad, diciendo que
estaba endemoniado; y a Jesucristo, hijo del hombre, asimismo
le criticaron su actitud amistosa con publicanos y pecadores,
diciendo que era un bebedor y un comilón, que siempre andaba
metido en fiestas y bebiendo vino.
¿Que significa todo esto para ti? Que siempre habrá personas
que no gustarán del todo de tu personalidad, de tu forma de ser,
de tu estilo de ministerio, de tu manera de predicar. Si eres muy
directo dirán que eres muy duro; si eres muy lleno de historias
anecdóticas dirán que cuentas mucha historia; si eres ameno y
jocoso, dirán que eres poco serio; si sacas mucho mucha Biblia
en tus predicas, dirán que sólo repites textos bíblicos.
No vas a poder quedar bien con todo el mundo. Controla
entonces tus reacciones sobre todo en el púlpito a las críticas
que se hagan sobre ti. Si quieres un ministerio de largo plazo,
tendrás que aprender a masticar y a tragar las críticas que se
hagan de tu persona.
58
Me parece que un hombre de Dios, una mujer de Dios debe
de presentarse, y allí cuando comienza la celebración. Debe ser
el primero que esté allí, para ponerse de pie y comenzar a hacer
las primeras oraciones, los primeros cantos. Y debe permitir
que la gente se le acerque, por supuesto con ciertos cuidados,
para que no le abrumen e interrumpan el culto o celebración, y
para que no se desconcentre del mensaje que va a dar en unos
instantes.
Pero aparte de lo anterior, el aislamiento es un error
en que caen algunos pastores, que apenas crece un poco la
congregación, ya no tienen tiempo para nadie.
He pastoreado a miles por más de cuarenta años, y me doy
cuenta que un pastor debe resguardarse de ciertas cosas; pero
a la vez, siempre debe saber exponerse ante la congregación.
Siempre sugiero a los pastores, que al finalizar los servicios
o celebraciones, se queden allí en el área de púlpito un rato, ya
que nunca falta alguien que necesite una oración, que quiera
un consejo rápido, o que simplemente quiera saludar al pastor;
incluso hay quienes hasta quieren una fotografía con el pastor,
o niños que se acercan para saludarle. Todo eso es importante.
59
Filtrar en el púlpito lo que confidencialmente
se le ha confiado
Hay pastores que no se pueden aguantar y tienen que
decirlo en el púlpito. De una manera o de otra, el feligrés, ya sea
en consejería o en momento de intimidad espiritual le cuenta al
pastor acerca de algún problema que está viviendo o de algún
pecado cometido. Luego el pastor, el próximo domingo filtra
desde el púlpito la información. Típico y frecuente error pastoral.
No es que necesariamente lo mencione con nombre y
apellido; pero las personas se sentirán aludidas. Y no son pocos
los feligreses que se han puesto de pie y se han largado de la
iglesia por esta causa. Y yo diría que con justa razón.
Las cosas que se nos confían en un momento íntimo por
parte de los feligreses, las que nos cuentan sobre sus vidas, nunca
deben ser motivo de anécdota, de ilustración, de testimonio,
mientras estamos nosotros predicando la palabra de Dios.
60
Desarrollar una relación demasiado estrecha
con alguien del género opuesto
La consejería da paso a que las personas puedan cruzar
ciertos umbrales, ciertas barreras y de pronto comenzar a
intimar con el pastor, porque le cuentan sus asuntos privados. El
mismo pastor al hacer aconsejamiento, a veces tiene la libertad
de decirle a esa persona: “mire, yo pasé por esto y esto”. No
obstante, debemos mantener las distancias y respetar los límites
y fronteras.
En consejería siempre sugiero un escritorio o una mesa entre
la persona y el pastor. Estar muy próximos uno al otro no es
conveniente y puede resultar complicado. De ser posible en la
oficina de consejería pastoral debe haber puerta de vidrio, para
evitar que se tomen ciertas libertades; somos humanos y hasta
el más santo puede caer en situaciones que más tarde puede
lamentar. Además, así se evitan especulaciones y conjeturas por
parte de otras persona.
En el liderazgo también se dan situaciones semejantes. Y
de igual manera, los cuidados y precauciones deben ser los
mismos, ya que mantener una relación muy cercana con una
líder del género opuesto, resulta en controversias que pueden
ser difíciles de manejar. No vale la pena correr ese riesgo.
61
armó una escaramuza tal, que un par de personas salieron de la
iglesia molestos para no volver más.
Aprendí que hay cosas que ni por cortesía debemos hacer,
que debemos tener el discernimiento y pensar bien, en que
resultados y consecuencias nos dejarán, que personas no
idóneas con nuestra teología y forma de hacer iglesia, se les
permita subir al púlpito.
Pastores, el consejo entonces, es este: Tengan bastante
cuidado y ejerciten su discernimiento, respecto a con quienes
establecen relaciones, no sea que terminen prestando el púlpito
a alguien que le va a dejar todo un rosario de problemas.
Desorden financiero
Hay mucho pastor viviendo en desorden financiero. Mucho
de ese desorden comienza con mezclar las finanzas del pastor con
las finanzas de la iglesia. Hay pastores que administran desde su
propia bolsa, hay pastores que son los que cuentan las ofrendas
y los diezmos; y son ellos los que deciden absolutamente todos
62
los destinos de esos recursos. Aparte de que no es lo mejor,
también está que si no eres bueno en eso, vas a hundir a la
iglesia y tu hogar llevará también la misma suerte.
Lo más sensato y razonable es tener tu propia administración
y la iglesia su propia administración. Eso no significa que tus
recursos provengan de otra fuente, pues si eres un pastor
a tiempo completo, obviamente tus recursos vendrán en ese
contexto de ministerio; pero no significa que, en la misma línea
administrativa hagas confluir esas dos corrientes de recurso
financiero.
Ahora bien, si la Iglesia te hace aportes a tus finanzas como
es un salario mansual, debes tener bien claro y entendido que
no significa manejar la Iglesia como un patrimonio, como si
fuera tuya, eso es un error. Por una sencilla pero contundente
razón: La iglesia no es un patrimonio personal ni familiar.
No diezmar
Hay pastores que cuyas iglesias jamás van a prosperar,
porque estos pastores no diezman. Exhortan a los fieles a
hacerlo, pero ellos se vuelven la excepción a la regla. Tremendo
error, con consecuencias de carencias y pobreza.
Conocí a un pastor que tenía muchos problemas financieros,
su iglesia era grande pero él nunca tenía suficiente. Comencé a
observarlo, yo era un obrero de la iglesia en esos días. Y atención,
él decía que sus diezmos no los entregaba a la administración
de la iglesia porque los utilizaba en el combustible para hacer
las visitas pastorales a los hermanos, a los enfermos en los
hospitales y para ayudar hermanos de la congregación que
tenían necesidad material. Ese pastor fue pobre toda su vida y
así murió; y la iglesia, mientras él estuvo al mando, fue pobre.
Pastor, tu puedes frenar la bendición financiera de la Iglesia
si dejas de diezmar. Y atiende esto: El diezmo deja de ser diezmo,
cuando tú decides cuál será su destino. Es diezmo si lo entregas,
para que otro lo administre, allí termina tu responsabilidad; de
ahí en adelante es responsabilidad de quien administre.
Tienes disciplinadamente que aprender a diezmar, y hacerlo
de manera constante.
63
He diezmado los cuarenta y seis años que tengo de conocer
al Señor. He diezmado cada mes, ganando poco, ganando
medio o en bonanza; he diezmado siempre y eso no solamente
ha beneficiado mis propias economías, ha beneficiado también
las finanzas de la iglesia. Por ello, con la validez moral por
haberlo practicado, te digo: Pastor, nunca dejes de diezmar.
64
EL SÍNDROME DEL “BURNOUT”
(El síndrome de “quemarse” en el trabajo)
E
ste síndrome, como su nombre lo indica, tiene que
ver con la experiencia de sentirse quemado, es un
término acuñado del inglés y se utiliza ampliamente
para describir a aquella persona que sufre una experiencia de
desgaste tan grande que se siente literalmente quemada, no
puede con sus relaciones, no logra cumplir con sus obligaciones.
Aunque este parece ser un término nuevo, en realidad es tan
antiguo como la Biblia misma.
65
Para una persona que experimenta esta condición, que está
adoleciendo del síndrome del burnout, todos sus enfoques
serán absolutamente negativos, tal como leemos en esta
porción bíblica.
Depresión
El profeta está irritado consigo mismo, con Dios, con la vida;
tiene un desgano para afrontar su llamado, sus obligaciones
ministeriales; siente total Incapacidad para afrontar y mucho
menos, disfrutar su llamado.
Este profeta solo unos días atrás había tenido un triunfo
66
grandioso. Derrotó, humilló y triunfó sobre las fuerzas del mal;
probablemente ese último esfuerzo espiritual fue la gota que
derramó el vaso.
Suele ocurrir. Podemos estar aguantando una gran
temporada y de repente un evento que no tiene relación directa
o un peso mayor, se vuelve el detonante que activa el burnout;
y con él, un cambio total en el sentir: irritabilidad, desgano,
incapacidad para ver y disfrutar lo que Dios ha hecho en su vida.
Molestias físicas
Por lo general, las molestias físicas no aparecen de entrada,
sino al final. Esto es lo que complica aún más un burnout. Al
llegar a ese punto, la persona comienza a creer que necesita
unas vacaciones, que está enferma de algo grave, y que son las
personas alrededor las que le ocasionan esta condición.
El profeta Elías pensaba que Jezabel era la culpable de todo
esto, pues le había hecho una amenaza de muerte; pero en
67
realidad, no era más que el efecto de una serie de esfuerzos
supremos que había venido realizando y que lo debilitaron al
punto de experimentar un burnout.
El profeta Elías no tiene comparación con los otros profetas
de la Biblia. En opinión de Jesús, es el más grande de ellos. Los
milagros que hizo Elías solo tienen comparación con los que
hizo Jesucristo.
Imagínate los tremendos esfuerzos físicos, mentales,
espirituales que alguien tiene que hacer por varios años,
cumpliendo un ministerio profético, sintiendo constantemente
al enemigo atacar, ver y vivir los problemas espirituales de la
gente alrededor, hasta que finalmente comienzan a aparecer las
perturbaciones que vienen con el burnout. Con ellas también
aparecen las molestias físicas.
Hablando de las molestias físicas que acompañan el burnout,
en el caso de la gente del siglo XXI, suelen ser gastritis, dolores
musculares crónicos, migrañas crónicas, estados de insomnio. La
lista podría ser enorme, pero todo tiene que ver con un clamor
del cuerpo, que aparece después de sufrir intensos dolores
emocionales, psicológicos, y espirituales.
El estrés
Es la extrema tensión que rebasa la capacidad psicológica,
emocional y física del ser humano.
Todos tenemos límites, y cuando de alguna manera no
logramos discernir que nos estamos acercando a la frontera
final en una situación que va a drenar nuestras capacidades
mentales, psicológicas, espirituales y físicas; situación que nos
meterá en un estado de agonía, ello con seguridad, nos llevará
a un fracaso en cualquier ámbito: familiar, ministerial, financiero
o de otra índole.
Cuando no reconocemos dónde están nuestros verdaderos
límites, corremos riesgos superlativos, y esta es una causa del
estrés acumulado. Ten cuidado, porque sufrir el síndrome de
burnout puede tomar largos meses la recuperación.
68
El trabajo
Por lo general, el burnout relacionado con el trabajo, lo viven
quienes laboran en una dinámica de interacción y atención
continua con personas, como es el caso de este profeta, quien
tiene que lidiar constantemente con el dolor de las personas, con
sus luchas, dudas, rebeldía, desobediencia, etc. Curiosamente,
estudios recientes demuestran que aquellos individuos cuyas
profesiones requieren de atención continua a personas en
diversas áreas como salud, educación, eclesiástica, están más
propensas a experimentar el burnout.
69
fue lo que experimentó el profeta Elías: la descompensación
mental y anímica que vino cuando Jezabel lo amenaza de
muerte.
Para un hombre acostumbrado a enfrentarse a diversas
formas de malignidad, eso no debió representar nada más que
palabras; sin embargo, en este caso, el profeta no pudo manejar
la situación.
Cuando estás descompensado mental y anímicamente la
mínima palabra o situación te resulta impactante, y produce
una carga pesada, que baja aún más tu nivel de capacidad de
manejo.
70
EL MÉTODO ELÍAS PARA LA CURA DEL BURNOUT
71
Una dieta antiestrés
Al profeta Elías no se le dio cualquier clase de comida, se le
dio una comida simple, panes hechos sobre carbones.
A veces cuando estamos estresados comemos alimentos
que agravan nuestra situación, que crean procesos digestivos
accidentados que pueden producir gastritis, úlceras u otros
vinculantes con el estado de estrés que ocasionan muchas
molestias como estas.
Cuando la persona está experimentando un burnout debe
entrar en una dieta antiestrés controlada, hay profesionales que
pueden dirigirte en eso y hay mucha información a disposición
en libros o en Internet.
Se que hay personas superespirituales que no creen en la
relación e incidencia de lo físico y lo natural con lo espiritual.
Pero no hay tal dicotomía entre lo físico y lo espiritual. Están
interconectados. El ser humano es un ser tridimensional: es
espíritu, alma y cuerpo; y esa dinámica tridimensional está todo
el tiempo interconectada entre sí. Cuantos pastores ingresaron
de emergencia en centros hospitalarios, solo porque no han
sabido balancear y armonizar lo que respecta a su cuerpo, su
alma y su espíritu.
Recogimiento espiritual
Es hacer una pausa y por un tiempo no atender personas, no
brindar consejerías ni encargarse de los problemas espirituales
que demandan tu participación.
El recogimiento espiritual no es solo por razones espirituales;
por supuesto es lo primordial, pero también el apartarse un
poco para evitar seguir exponiéndose a factores que agraven
mas tu condición.
He tenido etapas en que me he retirado de mi oficina por
períodos prolongados, trabajo en casa, para no correr el riesgo
de que personas agraven mi carga y aumenten mi estado de
estrés y ansiedad.
Heredé una costumbre de ese mentor que mencioné: el
día sábado no salgo a ningún sitio, hago recogimiento físico,
mental y espiritual. Y permanezco en casa evitando presiones,
72
tentaciones de molestias o discusiones, tratando así de no
exponerme a situaciones críticas, y a que alguien pueda
contrariarme creándome cualquier clase de malestar o tensión
que afecte mi desempeño el día siguiente, como pastor y
predicador en la iglesia.
73
No es fácil ir a un diálogo sanador con Dios cuando el
estado mental y físico es de tal agotamiento que no estás apto
para hacer oraciones correctas que te desliguen de ese estado
de burnout. Por tanto, acércate a Dios con total sinceridad y
honestidad, pero con la reverencia y la actitud necesaria.
El SEÑOR le ordenó:
—Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a
punto de pasar por allí.
Como heraldo del SEÑOR vino un viento recio, tan violento
que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el SEÑOR
no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto,
pero el SEÑOR tampoco estaba en el terremoto. Tras el terremoto
vino un fuego, pero el SEÑOR tampoco estaba en el fuego. Y
después del fuego vino un suave murmullo. Cuando Elías lo oyó,
se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada
de la cueva.
Entonces oyó una voz que le dijo:
―¿Qué haces aquí, Elías?
1 Reyes 19:11-13 NVI
74
hubiéramos escogido: un viento suave que acarició su rostro.
Fue así que Dios se presentó y comenzó el proceso de sanación,
liberación y restauración de Elias.
Hay quienes creen erróneamente que, si toman unas
vacaciones o ven un buen programa en la televisión, se sentirán
mejor. No digo que descartes unas vacaciones o que tomar
tiempo para ti no sirva; pero cuando se trata de una experiencia
de burnout, necesitas del método divino más que cualquier
diversión para restaurarte completamente.
El SEÑOR le dijo:
―Regresa por el mismo camino y ve al desierto de Damasco.
Cuando llegues allá, unge a Jazael como rey de Siria, y a Jehú hijo
de Nimsi como rey de Israel; unge también a Eliseo hijo de Safat,
de Abel Mejolá, para que te suceda como profeta.
1 Reyes 19:15-16 NVI
75
EL PASTOR QUE VA DETRÁS DE LA ACCIÓN
H
ay pastores y líderes que solo reaccionan por algún
susto, por algún problema o por alguna situación
de crisis. Es hasta allí que cobran conciencia de
que deben y tienen que hacer algo. Esto es a lo que llamo “ir
detrás de la acción”. Puede parecer suficiente reaccionar a los
problemas, pero no la mejor forma de actuar. Lo mejor es saber
anticiparse a la acción.
En la medicina, existe lo que se conoce como “medicina
curativa”, que aunque es buena, no es la mejor; pues esperar
ver al enfermo para buscarle cura y solución puede resultar muy
tarde, ya que la enfermedad puede haber avanzado de manera
irreversible. Pero también está la llamada “medicina preventiva”,
que es la que se anticipa, la que previene, la que se aplica antes
del desarrollo de la enfermedad.
En nuestro contexto, que es eclesial y ministerial, la persona
que va detrás de la acción, se dedica a aplicar medicina curativa
a males que, en muchos casos, no logrará solucionar, males que
requerían más bien de la acción preventiva.
El pastor y líder que no va delante de los eventos, de las
acciones, de los sucesos, irremediablemente caerá dentro de
esto que denominamos: “ir detrás de la acción”.
77
Dios le hace un reclamo a Moisés por “ir detrás de la acción”.
Y no es que orar y clamar a Dios esté mal; está bien hacerlo
en todo tiempo, lo que sucede es que todo tiene su tiempo,
todo tiene su momento. Cuando Dios reclama a Moisés por qué
clama, lo que está diciendo es que, esa oración y ese clamor son
extemporáneos.
En otras palabras: No es momento para replegarse en
oración y reflexión. Moisés debía estar ya en marcha, debía
estar ya en acción.
Hay muchos pastores que hace rato debieron estar delante
de su pueblo en una actitud proactiva y no yendo detrás de
su congregación recogiendo los restos y pedazos de lo malo
sucedido no por meses, sino años. Pastor, ubícate no detrás,
ubícate delante de la acción.
Tú puedes desarrollar la capacidad de ver el futuro, de
anticiparte en el calendario y hacer planes. Pero no me refiero
a planes hechos en una hoja de servilleta; me refiero a la
capacidad intuitiva que puede ejercitar un hombre de Dios para
olfatear lo que se está fraguando en el ambiente, y salir al paso
antes de que se den los problemas y conflictos, con nuevos
planteamientos, nuevas acciones y renovadas propuestas.
Puede ser que la falta de éxito que tanto te duele o el
retroceso experimentado en tu ministerio, sea porque te
quedaste detrás de la acción. En lugar de estar delante del
pueblo, te has quedado detrás y te has dedicado solo a resolver
las situaciones que se han ido presentando o solo a reaccionar
a lo que va sucediendo. Pero eso no es dirigir una iglesia, eso
no es dirigir un ministerio, eso es quedarse detrás de la acción.
78
tenía un cuerpo de asesores, profesionales de alto nivel, y
estaban constituidos para ayudarme a suplir las falencias y
carencias que yo tenía, dada mi juventud y mi poca experiencia.
Uno de ellos me dijo:
—Pastor mientras esté así, atendiendo un montón de
urgencias todos los días, cuando quiera mirar hacia el horizonte,
se va a dar cuenta que el barco hace ratos que va por otro rumbo
y no por donde usted quería o se lo imaginaba.
Esta palabra es algo que nunca olvido.
Sabia advertencia. Ser un buen pastor no es estar en labor
de hormiga, interminable y sin rumbo fijo, sin mapa, sin orden,
sin prioridades.
Puedes ser el hombre de Dios más dedicado y consagrado,
pero dedicación y estrategia no es lo mismo; consagración y
plan tampoco son lo mismo.
Hay quienes hacen menos y logran más y quienes hacen
muchísimo y consiguen casi nada; eso, porque están envueltos
en un montón de cosas minuciosas y hace rato se olvidaron de
observar su ruta. Tal como acertadamente me dijo este asesor.
Entonces, si vives solo para reaccionar a lo que va sucediendo,
te estás quedando detrás de la acción.
Tu labor es observar lo que viene para, en razón de lo que se
ve en el horizonte, tomar decisiones oportunas y anticipadas. Y
tal como en la historia del profeta que le decía a su criado: “mira
hacia el mar ¿qué ves?”, siete veces fue el criado del profeta y
dijo no ver nada, allí hubo algo todo el tiempo que él nunca
observó hasta que lo intento siete veces.
Lo mismo sucede con muchos pastores y líderes: no están
viendo los problemas y situaciones que se avecinan y se anuncian
en el horizonte, sino que están yendo y viniendo todo el tiempo,
diciendo “yo no veo nada”. Y algunos hasta se felicitan por eso.
Dios nos ha llamado a formular planes para alcanzar metas,
a coronar con éxito visiones que entrega, no para “ir detrás de la
acción”, viviendo solo para reaccionar a lo urgente o a la orden
del día.
79
Encontrar las respuestas y soluciones a posteriori
Responder después de los errores cometidos y de los
fracasos sufridos no merece aplausos. Recoger los retazos de
lo que se rompió no requiere grandes habilidades. Resolver a
posteriori no tiene mucho sentido; es mejor resolver antes, es
preferible anticiparse.
Si estás dedicado solo a encontrar respuestas a lo que a
diario está sucediendo; o si tu mayor alcance solo es resolver
las situaciones de este mes, déjame decirte que líderes de esos
hay bastantes en el mundo; y no serán ellos los que conquisten
ni los que construyan el futuro. Líderes así, solo van recogiendo
lo que queda de proyectos abortados, planes estropeados y
sucesos que quedaron en puro deseo o en papel.
Trabajar, no a priori, sino a posteriori no tiene sentido. La
Biblia dice que “todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene
su hora”, y trabajar a deshora y a destiempo, no genera los
resultados que se esperan, sino solo frustración y la sensación
de haber fracasado. (Eclesiastés 3:1).
80
¿Razón fundamental para esa falta de avance? No haber
abrazado con suficiente anticipación ciertos compromisos, que
son los que más tarde garantizan buen y abundante fruto en el
ministerio.
Ahora bien, ¿qué compromisos son esos que hay que
abrazar con suficiente anticipación?
Diezmar. No creo que esperabas que la lista iniciara con
esto. Lo hago por su importancia y por lo determinante que es
esto en los resultados globales del ministerio pastoral.
Hay pastores que nunca han diezmado, o lo hicieron una
que otra vez y no de manera constante y consistente. Estos
pastores irremediablemente tienen que ser pobres. Hay también
iglesias que nunca van a prosperar, porque nunca han tributado
de lo que han recibido; y esto no es cuestión de dinero, se trata
de principios bíblicos y espirituales que activan y mueven las
economías en el reino de Dios y la Iglesia.
Si no te anticipaste diezmando cuando joven, serás un pastor
viejo y pobre, tu iglesia también será pobre; pero si diezmaste
con anticipación, tanto tú como tu Iglesia serán prósperos. El
fruto de lo que diezmaste dará una gran cosecha.
Priorizar el trabajo. Hay pastores que nunca priorizaron
nada, priorizar es importante, es decidir qué va primero y que va
después. Pero hay pastores que se mueven más por lo urgente
que por lo importante; más por la necesidad del día que la
necesidad del plan o la visión que se intenta seguir.
Le decía a una persona en cierta ocasión, mientras
conversábamos sobre asuntos de trabajo en la obra:
—Oye, no olvides hacer esto y esto- refiriéndome a temas y
tareas vitales pendientes.
—Sí, me dijo— la próxima semana.
—¿La próxima semana?—Respondí yo—, Pero hoy es
miércoles, ¿por qué hasta la próxima semana? ¡Como era ya
mitad se semana, no cabía en su mente que tenía tiempo para
hacerlo!
Hay gente así, se mueven con mente burocrática, como
asalariados. Pero pastor, ¡cuándo hay que hacer algo, hay que
hacerlo!
81
Un pastor a quien he asesorado, me dijo en otra ocasión:
—René, necesito que me recuerdes, por favor, las cosas que
conversamos el otro día. A lo que respondí con asombro y cierta
molestia:
—Óyeme pastor, lo conversamos hace solo unos días. ¿Ya lo
olvidaste? A lo que él sin el menor empacho replicó:
—Quiero que me lo recuerdes, es que he olvidado los
detalles. No lo pude evitar y en tono molesto le dije:
—¡No! Recuérdalo tú, porque yo ya invertí tiempo para
sentarme a hablar contigo y asesorarte. Me pareció inaudito lo
que estaba escuchando por parte de ese pastor.
Este pastor debió priorizar, en el momento en que todo
le vino con lucidez a su mente; y si era necesario, tuvo que
encender su lámpara de noche y comenzar a trabajar. ¡Pero no!,
lo postergó y ya para la mañana ya no se acordaba de nada.
Planificar. Hay pastores que no planifican casi nada. Creen
que con planificar para unos meses escribieron la historia de
la humanidad. Sentarse a vislumbrar lo que va pasar en seis
meses, eso lo hace cualquiera; pero estos pastores lo hacen de
ese modo, ¡y creen que por hacer eso merecen un premio!
Pastor, tú debieras tener ya la vida más o menos definida,
en términos de visión y de plan. Por supuesto que no sabemos
lo que va a venir a futuro, pero eso no quita que “tiremos
líneas” sobre lo que anticipamos con y por fe que deba suceder.
Anticipémonos a los sucesos y acontecimientos, planifiquemos,
démosle andamiaje practico a la fe, demostremos con un plan
que la fe, “es la certeza de lo que se espera”. (Hebreos 11:1)
Evaluar. Es muy importante evaluar. Trabajo con equipos
humanos todo el tiempo y sé que hay gente a la que no le
gusta evaluar; otros no gustan ser evaluados. Pero hay otros
que ni siquiera están dispuestos a evaluar lo que hacen. Todas
estas negativas, porque evaluar tiene un componente: para
evaluar tenemos que criticarnos. Así es sin ninguna discusión. Si
te vas a evaluar debes estar dispuesto a criticarte, y sé que eso a
muy pocas personas les agrada. Por el otro extremo, si tú no te
criticas, la vida te pasará factura con fuerte crítica de todos los
confines. ¡Entonces, a evaluar se ha dicho!
82
Supervisar. Si vas tropezando en una serie de cosas mal
hechas, es porque no sabes supervisar, porque no llegas hasta
las últimas consecuencias. En cualquier labor, no solo es cosa de
entregar responsabilidad; si vas a entregar una responsabilidad,
vas a tener que supervisar hasta las últimas consecuencias.
Hay gente que quiere responsabilidad pero no quiere
supervisión; el que quiera trabajar y recibir responsabilidad,
asignación o posición, tendrá que estar dispuesto a ser
supervisado.
Cambiar. Muchos pastores lo intentan hacer cuando es
demasiado tarde, En ocasiones, la situación de la iglesia señala
con claridad que se requieren cambios. Pero hacer cambios
no es fácil. Es correr el riesgo de recibir críticas y de ser
incomprendido. Aun así, habrá una hora en que será imperativo
hacer cambios. Hacerlo sin olvidar esto: los cambios siempre
deben ser a tiempo y en forma oportuna.
Así es que, no abrazar ciertos compromisos a tiempo como
diezmar, priorizar, planificar, evaluar, supervisar y cambiar cosas,
hace que un pastor termine yendo detrás de la acción. Pero la
lista aún no acaba.
83
engranaje, el mismo andamiaje. En pocas palabras: se volvió
una iglesia aburrida donde no pasa nada nuevo. A la vez he
podido comprobar que, con una que otra cosa que se mueva,
se puede crear una atmósfera renovada y diferente.
Lo que es demasiado predecible, tiene el calificativo de
rutina, y cuando la iglesia se vuelve rutinaria o predecible, las
ovejas comienzan a ansiar por algo más en el menú o algo más
en el ambiente. Y si no está allí, lo buscarán en otro sitio.
Cuando el mensaje se vuelve irrelevante
Estando en Connecticut, Estados Unidos, en un seminario de
líderes, el autor de un bestseller y yo, fuimos encargados de un
grupo de líderes para capacitarlos. Mientras comíamos en un
descanso con el resto de la gente, en una larga mesa, le compartí
que pensaba mover a otro país las oficinas del ministerio que
represento y dirijo. Él, me miró fijamente y me dijo:
—René, no es tu oficina la que tienes que cambiar, lo que
tienes que cambiar es tu mensaje.
¡Quedé helado!, aquello me golpeó, me sentí incluso
humillado en ese momento; pero después me fui a orar y me
dije:
—Así es René, se puede pintar de nuevo la pared, se puede
cambiar el piso, pero a final de cuentas, es la misma pared y es
el mismo piso.
Aquello me motivó y movió a una búsqueda exhaustiva
de renovación al contenido y enfoque de mi mensaje. Años
después, agradecí la franqueza con la que me habló ese hombre
aquel día.
La Iglesia necesita sentir que su pastor es una persona
en constante evolución, sentir que su pastor de todo busca
conocer, de todo busca saber. Pero cuando el pastor no pasa
del “abc” de los distintos temas, si tiene sus doctrinas favoritas
y solamente de eso habla y solo con eso alimenta a la gente; las
ovejas definitivamente sentirán que les están dando “comida
recalentada”.
Por eso, el pastor debe ser un lector empedernido, un lector
constante; de lo contrario, ¿qué le dirá a la congregación, que
sea verdadero alimento?
84
Te puede gustar mucho una comida, pero si te la dan todos
los días, terminarás aborreciéndola.
Entonces pastor, si tu mensaje se volvió rutinario e irrelevante,
por supuesto que estás detrás de la acción y tus ovejas estarán
olfateando otros pastos.
Por falta de “capacidad de respuesta” a la deserción que se da
en la Iglesia
Tenemos muchos horarios de culto o celebración en nuestra
iglesia. A veces me disgusto con los líderes —lo reconozco—,
cuando les pregunto el por qué de alguna reducción de asistencia
en determinado horario. Mi disgusto es por la respuesta que
más de alguno me ha dado: que es la época de vacaciones en
las escuelas, que ese día hubo mucho tráfico vehicular en la
ciudad y razones de ese estilo.
Yo digo ¡pamplinas! Hay que decirse la verdad, hay que
preguntarse con mayor ferocidad, hay que ser implacables a la
hora de darse respuestas, no pueden estarse dando respuestas
ingenuas. Cuando la gente no está yendo, no está yendo; y
cuando quiere ir, hará lo que sea para estar ahí. Lo que digo es
que, cuando la gente pierde el interés, cualquier cosa la saca de
la iglesia.
Es ir detrás de la acción para un pastor o para una iglesia,
el no darse cuenta que sus ovejas insatisfechas están buscando
otros pastos.
85
Comienza por las fortalezas, con la parte positiva. Descubre
cuáles son las habilidades, dones y potencialidades de tu iglesia
y ministerio.
Luego, evalúa las oportunidades. Define en dónde están tus
oportunidades como pastor, como iglesia y como ministerio.
Escríbelo en una de las ramas del árbol graficado, para que lo
veas de manera más clara.
Después, determina las debilidades. Todo pastor y toda
iglesia tiene debilidades; y no me refiero a pecados. Hablo
de aquellos aspectos que son verdaderas fragilidades y que
estorban y debilitan el desarrollo y crecimiento del ministerio
y la iglesia.
Finalmente, considera las amenazas. Las debilidades, por lo
general son propias, internas, endógenas; pero, con frecuencia,
las amenazas son exógenas, son externas. Pueden ser amenazas
en el entorno, situaciones producto de una cambiante economía
del país; o quizás, malestares sociopolíticos que pueden
perjudicar seriamente el desarrollo y crecimiento del ministerio.
Esto lo puedes hacer a solas, pero preferiblemente
acompañado de un pequeño, compenetrado y comprometido
grupo de líderes. Esta acción con el propósito de ir delante de la
acción, no detrás de ella.
86
Evalúa tu capacidad demostrada en la formación de líderes
Estoy convencido que gran parte del éxito de un ministerio
o de un pastor, es haber formado a un grupo que, al final de la
jornada, sean quienes terminen haciendo mucho del trabajo.
Eso es coronar el ministerio con éxito.
Hay pastores que bordean sus setentas o más, y siguen
mudando líderes, eso en si, es sintomático. Lo digo porque,
en mi caso, las personas que me acompañan tienen 25 años
mínimo de servicio y compañerismo ministerial conmigo.
Me he dedicado a formar personas hasta volverse expertos
en sus áreas; y todavía peleo con ellos, no porque lo hagan mal,
sino porque aspiro a que lo hagan aún mejor.
No hay pastor exitoso, no hay iglesia exitosa, no hay
ministerio exitoso, sin un proceso exitoso de liderazgo.
Muchos nombran líderes pero no forman líderes. Nombrar
y formar no son lo mismo. Para nombrar líderes no se necesita
de mucha capacidad; pero, para formar líderes se requiere aún
de capacidades que no tenemos y que debemos buscar en
Dios. Solo te dedicas a nombrar sin formar, estarás en eso los
próximos 20 años, pero no creo que tengas mayor éxito y que
logres culminar tu objetivo.
Pero si estás formando líderes, te garantizo que a futuro te
encontrarás tranquilo, disfrutando del ministerio y satisfecho
de estar contribuyendo con lo que tus fuerzas te permitan;
contando con gente con suficiente músculo, haciendo lo que tú
persistentemente les enseñaste.
87
Pregúntate por la efectividad de los cambios y actividades
realizados en los últimos años
Puede ser que hayas realizado actividades, hayas cambiado
de local, remodelado un escenario,adquirido un nuevo sistema
de audio o arreglado el jardín de la entrada; pero, con todo
respeto, aunque todo eso es importante, aun así debes
preguntarte qué actividades tu iglesia realiza que son obsoletas
y qué cambios no tuvieron éxito.
Lo que no tuvo éxito, reclama de ti la hidalguía y valentía
para decir que fue “una buena mala idea”. Y así, tienes que ir
buscando, echar una mirada auscultadora, replantearte los
cambios necesarios y hacer a la situación otro abordaje.
88
EL PASTOR RENOVADO
Y UNA IGLESIA RENOVADA
A
quí la palabra clave es “renovado”. La necesidad de
renovación es real para todo aquel que quiera tener
longevidad ministerial.
Los que quieren permanecer a largo plazo en el ministerio,
necesitan entrar en un período de renovación cada cierto
tiempo.
Hay pastores que pretenden cambiar solo lo externo:
mejorar su iglesia. Puedes cambiar el odre, pero si no cambias
también el vino que va por dentro, ese esfuerzo será infructífero
89
¿CÓMO RECONOCER A UN PASTOR QUE BUSCA
RENOVACIÓN?
90
inédita en la ciudad. Incluso fueron famosos sus festivales de
música cristiana llamados “Jesús 75”, “Jesús 76”, “Jesús 77”.
Esos fueron festivales al estilo Woodstock: tres días en un sitio
conocido de nuestra ciudad, con una gran plataforma donde
día y noche subían las bandas cristianas tocando música a la
usanza de la época. El lugar se llenaba de gente y hubo una
extraordinaria cosecha de gente convertida al evangelio, sobre
todo jóvenes. Ese pastor corrió el riesgo de innovar.
¿Cuál fue la crítica por parte de otros pastores? Decían que
esa iglesia era de gente que fumaba marihuana, que no eran
cristianos verdaderos, que eran cristianos con actitud mundana
andaban en el mundo, y cosas por el estilo.
Pero una vez que la crítica cesó, se probó que esta innovación,
prácticamente activo un ministerio de vanguardia en la ciudad
y el país, que más tarde se convertiría en un extraordinario y
masivo movimiento de iglesias en el mundo.
Es un pastor enseñable
¿Que quiero decir con esto? Obviamente, que está dispuesto
a aprender.
Hay líderes, ministros, pastores y obreros cristianos que no
quieren aprender; que son el otro extremo de los que están
copiando por todos lados. Estos, no quieren aprender de nadie.
Se creen suficientes, piensan que con lo que ellos puedan generar
en su mente, en sus concepciones, en sus visiones es suficiente.
91
En realidad se trata de personas no enseñables y que no están
dispuestas a ser formadas; personas que no aceptan mentoría
y no aceptan ninguna autoridad. En cambio, el pastor que si
quiere renovación, es enseñable y está dispuesto a aprender.
92
hacer las cosas. Tenemos que estar siempre buscando adelante
por algo más. Este, es el efecto “Calaph” que demos activar
sobre nuestros ministerios e iglesias.
Pero también “Calaph”, se puede traducir como “cortar”,
“alterar”, “romper” (un hilo o hebra). ¿Qué implican estas
acepciones? Que la persona que quiere renovar su iglesia y su
ministerio tiene que darse cuenta que hay cosas que tendrá
que cortar, que alterar; que va a tener que romper hilos o
hebras en su iglesia. Es que no es posible renovar sin tener que
interrumpir o detener ciertas costumbres, rutinas, procesos y
procedimientos.
Algunos quieren renovación sin tocar nada de lo que se
está haciendo: su sistema de reuniones, su manera de hacer las
cosas, y sólo quieren adicionar algo nuevo sobre lo que ya se
está haciendo. Llaman a eso renovación eclesiástica.
También “Calaph” se traduce como: “crecer”, “madurar”, “ser
más”. Estas acepciones tienen otra implicación: Nadie puede
pretender renovar su iglesia, si no busca crecimiento, si no busca
madurez y si no intenta que su iglesia sea más de lo que ya es.
Finalmente, “Calaph” también puede traducirse como
“brotar” y “renovar. Esta es, por supuesto, otra seria implicación
en un proceso de renovación: Buscar “nuevos brotes”, cosas
nuevas germinando en el campo de esto que llamamos la obra
de Dios.
Mira todas las acepciones presentadas. En suma, contando
con todas ellas se puede decir que “los que confían en el Señor,
harán procesos de renovación que harán: acelerar a distancia,
seguir adelante, cortar, alterar, romper hilos y hebras, crecer,
madurar, ser más y hacer brotar. Todo eso es “renovar”.
93
o en el ministerio y para hacer una lluvia de ideas sobre cómo
mejorar, sobre cómo refrescar y cómo renovar la iglesia o el
ministerio.
Un grupo focal, no con cualquier tipo de personas. No
pueden ser personas conflictivas, no pueden ser personas
con una actitud obcecada respecto a sus ideas. Tiene que ser
gente flexible, gente creativa y gente muy confiable; porque,
con este grupo vas a evaluar toda la situación de la iglesia y
todo el escenario ministerial, tratando de identificar, en primer
lugar, las actividades y esfuerzos que no traen buen resultado;
actividades que se volvieron improductivas.
94
Resta finalmente analizar las amenazas que tenemos; y hay
que diferenciarlas de las debilidades, que son cosas internas
que tenemos como iglesia y como ministerio. Las amenazas,
por lo general, son factores externos que pueden perjudicar
nuestra acción ministerial. De igual manera, habrá que
preguntar: ¿Qué amenazas hay?, ¿es que estamos en un lugar
con poca seguridad?, ¿hay amenazas de orden social, político
o orden económico en el entorno? Hablando de amenazas en
el plano financiero, he aconsejado en algunos casos no entrar
en proyectos de compras o construcciones demasiado costosas
porque la economía mundial da sorpresas con demasiada
frecuencia; y por supuesto, cuando se afectan las economías de
los países, se afectan las economías de las iglesias también. Así
es que, necesitas revisar tu entorno para identificar qué factores
pueden ser amenazantes.
95
EL PASTOR QUE PROMUEVE
Y LOGRA EL CRECIMIENTO
M
e he atrevido, por el bien de las nuevas generaciones
de pastores, a juntar ideas, experiencias, conceptos
que he practicado a lo largo de cuarenta años y
más de trabajo pastoral exitoso. Me refiero a que Dios me ha
permitido encontrar claves, sistemas, maneras de hacer Iglesia,
que resultan en iglesias crecientes, saludables y de avanzada.
Entendiendo que el crecimiento no solo es números; es una vida
saludable, más que una idea, es un modelo de iglesia que se
reproduce.
Ahora bien, aclaro que no podemos sustituir y suplantar al
individuo, al siervo de Dios, al instrumento de Dios. Más que
bendecir y prosperar modelos, Dios quiere bendecir y prosperar
personas.
Hablando de las personas, hay hombres y mujeres que
tienen grandes posibilidades y potencial de éxito eclesiástico y
ministerial; pero no lo logran debido a que ciertas cosas en sus
vidas no han acabado de desarrollarse o de madurar. Aquí es
donde se necesita de un mentor que esculpa las cualidades y
dones que esas personas ya poseen en bruto.
Lo que quiero enfatizar es que, no puedes ir más allá de ti
mismo. El pastor no puede hacer su obra más allá de su persona.
Algo tiene que pasar en ti para que luego, por extensión o por
transferencia comience a pasar en tu iglesia. Eso contradice la
idea de algunos pastores, que piensan que su vida puede ir por
una ruta y la obra que realizan o ejecutan puede ir por otra
diferente, la ruta de éxito. ¡Error! Nadie puede ir más allá de sí
mismo. Esto nos lleva al siguiente aspecto a considerar.
97
ASPECTOS FUNDAMENTALES EN LA PERSONA DEL PASTOR
Carácter
El carácter es importante, es vital, es crucial. Hay pastores
que parecen ser de vidrio, con poco tienen para quebrantarse,
desanimarse, venirse abajo; y producto de ese desánimo,
cambiar de estrategia, de visión y ministerio.
¿Qué es el carácter? El carácter tiene que ver con permanencia,
con perseverancia. El carácter es una marca indeleble que deja
una persona en sus asuntos, en su carrera de vida.
Formación
Hay pastores que han descuidado el factor formación. Lo han
descuidado por décadas y necesitan urgentemente actualizarse.
Algunos pastores todavía están haciendo la obra de Dios como
se hacía hace treinta años. Estos pastores deben percatarse que
el mundo ha cambiado y la manera de hacer la obra de Dios
también ha tenido cambios sustanciales.
No estoy diciendo que la palabra de Dios cambie, pero
la manera de relacionarnos con la sociedad, la manera de
aproximar esto que llamamos evangelio al mundo del siglo XXI,
que es nuestra época y situación contextual, eso ha cambiado
de manera extraordinaria. Pienso en cómo comencé a hacer la
obra en los años setentas y como se hace la obra hoy día, y me
doy cuenta que tuve que “desaprender para reaprender” en el
camino. Es porque la formación es importante y crucial.
98
Si eres un pastor y no formas discípulos, entonces tienes
feligreses, pero no discípulos; si no estás formando a nadie o no
has formado a nadie en años, significa que tienes un déficit en
tu capacidad discipular.
99
En las experiencias que he pasado a través de los años, he
descubierto con cierto desconcierto, que el factor generador
de tensión y de conflicto he sido yo mismo. Esas experiencias
me obligaron a tener que revisar mi psique, mi estado mental,
anímico y psicológico; para darme cuenta que hay cosas dentro
del ámbito de los problemas personales, que traspasaron los
límites e inundaron el trabajo eclesial.
El psique del pastor, su estado mental es algo a considerar,
si es que va a promover exitosamente el crecimiento de su
iglesia y de su ministerio.
La capacidad direccional
¿Qué es la capacidad direccional? Es la capacidad de impartir
dirección de manera precisa, de impartir guía a las personas en
los distintos contextos y circunstancias..
La capacidad direccional no todo el tiempo es entendida por
la gente. Moisés tenía gran capacidad direccional, pero la gente
no entendía su capacidad direccional, entonces pleiteaban con
él.
Lo importante es que tu estilo direccional vaya conforme
a tu personalidad, a tu formación y a tus dones espirituales;
y sobre todo, que sea producto de la guía y dirección que tú
mismo recibes de Dios.
Atención a cómo y por qué se puede perder la capacidad
direccional
100
Toda la comunidad israelita llegó al desierto de Zin el mes
primero, y acampó en Cades. Fue allí donde Miriam murió y fue
sepultada.
Como hubo una gran escasez de agua, los israelitas se
amotinaron contra Moisés y Aarón, y le reclamaron a Moisés:
¡Ojalá el SEÑOR nos hubiera dejado morir junto con nuestros
hermanos! ¿No somos acaso la asamblea del SEÑOR? ¿Para qué
nos trajiste a este desierto, a morir con nuestro ganado? ¿Para
qué nos sacaste de Egipto y nos metiste en este horrible lugar?
Aquí no hay semillas, ni higueras, ni viñas, ni granados, ¡y ni
siquiera hay agua!
Moisés y Aarón se apartaron de la asamblea y fueron a la
entrada de la Tienda de reunión, donde se postraron rostro en
tierra. Entonces la gloria del SEÑOR se manifestó ante ellos, y el
SEÑOR le dijo a Moisés: Toma la vara y reúne a la asamblea. En
presencia de esta, tú y tu hermano le ordenarán a la roca que
dé agua. Así harán que de ella brote agua, y darán de beber a la
asamblea y a su ganado.
Tal como el SEÑOR se lo había ordenado, Moisés tomó la vara
que estaba ante el SEÑOR. Luego Moisés y Aarón reunieron a la
asamblea frente a la roca, y Moisés dijo: ¡Escuchen, rebeldes!
¿Acaso tenemos que sacarles agua de esta roca? Dicho
esto, levantó la mano y dos veces golpeó la roca con la vara, ¡y
brotó agua en abundancia, de la cual bebieron la asamblea y su
ganado!
El SEÑOR les dijo a Moisés y a Aarón: Por no haber confiado en
mí, ni haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas,
no serán ustedes los que lleven a esta comunidad a la tierra que
les he dado.
Números 20:1-12 NVI
101
cansancio y hastío de largas jornadas guiando a su gente por
un inhóspito desierto. Al final, todo esto lo llevó a un pésimo
resultado.
Moisés buscó la vía de Dios como era su costumbre, pero no
hizo lo que Dios dijo. Dios le dijo “háblale a la roca”, y Moisés no
le hablo, la golpeó. Dios le dijo “habla a la roca” no a la gente;
y Moisés gritó con enojo al pueblo y golpeo la roca, ¿Resultado
final? Moisés quedó fuera del proyecto.
Ese texto es una prueba fehaciente de cómo todos los
aspectos antes mencionados pueden intervenir para mal en tu
ministerio.
102
Conquistar mentes y corazones
Cada vez que te paras en el púlpito y ante tu congregación
tienes un cometido: lograr conquistar las mentes, lograr
conquistar los corazones de la gente que se congrega en tu
iglesia. Tu sola presencia debe causar suficiente inspiración, debe
causar confianza, agrado. Tu prioridad es inspirar y conquistar
las mentes y corazones. Eso debe suceder cuando te paras en el
púlpito, ante tu congregación.
Por supuesto, la palabra de Dios tiene que fluir, el Espíritu
de Dios tiene que fluir, los dones del Espíritu tienen que fluir.
La capacidad tuya, haber estudiado el tema que vas a presentar
tiene que fluir; y en el último y mejor de los análisis, sumadas
tus capacidades a los dones del Espíritu, debes conquistar las
mentes y los corazones de tu audiencia. Esa es tu prioridad.
103
Resolver problemas sin dinero
No todo se arregla con dinero. Me he dado cuenta que hay
cosas que se arreglan con la cabeza, con dones creativos que
Dios imparte a su pueblo y con coyunturas divinas que surgen
en el camino.
Cuántas cosas se dan, que no se compran ni resuelven con
dinero. Si “metalizas” tu enfoque y actitud, lo mas seguro es que
tendrás es una “empresa eclesiástica”; y si es así, solo necesitarás
dinero. Nosotros, pueblo de Dios, lo que necesitamos es al
Espíritu de Dios.
Dios que le dijo a Noé hazme un arca, la quiero con estas
medidas, con estos materiales, con estos acabados, con estos
diseños; y no le dijo -toma este dinero para que compres la
madera, para que contrates los obreros, para que compres el
material. No lo dijo porque sencillamente, el Dios que llama
provee la guía y las coyunturas para que ese llamado y esa
asignación se concreten exitosamente. Y no siempre lo hace con
dinero.
¿Qué significa? Que el Dios que nos llama, es el Dios que se
provee a sí mismo. La obra pertenece a Dios, la visión pertenece
a Dios. Y no podemos caer en el error de pensar y creer que si
no tenemos dinero en la bolsa, será imposible lograr nuestro
objetivo.
No todo lo resuelve el dinero, la obra de Dios se hace
con otro instrumento de compra y venta. ¡La fe en Él y en sus
promesas!
Fe es estar convencido de lo que se quiere, de lo que Dios
ha mandado a hacer; y luego, poner la mente y el corazón a
la disposición del Espíritu de Dios. El nos guiará a través de
distintas coyunturas para lograr lo que quiere.
Pastor, tienes que convencerte de que se puede resolver
problemas sin dinero.
104
temporada, para luego cambiar negativamente; y como parte
de esa mutación negativa, renuncian a la lealtad para con sus
subalternos. Y atención a esto: un subalterno que comienza a
sospechar de la mala intencionalidad o de la deslealtad de su
pastor, comienza buscarse ministerio por otros rumbos.
Es importante entonces, nunca dar la espalda a los
subalternos. La gente bajo nuestra autoridad cometerá errores,
igual nosotros los cometemos; pero se espera lealtad, de un
lado y del otro.
Por consiguiente, si cometes un error, no pienses que
a causa de ello la gente te será desleal; pero de igual forma,
cuando ellos cometan un error, tienes que haberlos convencido
de antemano de que la molestia será por el problema, no con la
persona. Se pelea con los problemas, no se ataca a las personas.
105
la iglesia, gente que me quiere; pero observando el perfil de
esas personas, sé que no me van a servir para los puestos que
necesito llenar;. ¿Por que? Porque el liderazgo no es un premio
a ser buena gente.
No puedes recompensar por cualquier razón, tiene que ser
por las razones correctas, por las razones válidas. Y las razones
válidas se encuentran en la Biblia.
106
La pregunta es válida en todo tiempo y para todo pastor,
porque es posible querer tener un equipo, pero en la práctica,
consciente o inconscientemente negarlo. Es más, es posible
comenzar un equipo de liderazgo y para coordinar todas las
tareas en la iglesia, pero que tal intento dure solo unos meses o
una corta temporada. Por ello, más allá de nuestro deseo, es en
la práctica que debemos preguntarnos si realmente queremos
tener un equipo con nosotros.
107
¿Qué impide que un equipo sea productivo?
Tener un equipo, aclaro, no garantiza buenos resultados.
Hay muchos pastores con tremendos equipos humanos detrás
de ellos, pero resultan gentes sin motivación, o sin la motivación
correcta, lo que a la postre los deja sin capacidad real de alcance
y de logro.
Esta importante pregunta, ¿qué impide que tu equipo sea
productivo? Puede que como respuesta indique que el problema
no son las personas convocadas, sino tu mismo.
Así es, puedes ser tú el principal problema u obstáculo.
Tú, que no impartes buena dirección, que hoy dices una
cosa y mañana otra. Si es así, no puedes estar cambiando
caprichosamente de ideas, de conceptos, de estrategias, solo
porque sí. Sin descartar que también puede ser producto de
una mala selección del equipo. Si seleccionaste mal tu equipo,
tendrás malos resultados.
También la causa de la falta de éxito del equipo puede
ser otra; puede ser: expectativas demasiado elevadas o poco
realistas para con el equipo y las metas propuestas. Y hasta
puede ser que si hubo buena selección, pero no hubo formación.
No se puede seleccionar y nombrar gente en un equipo y luego
dedicarse solo a exigirles. Lo digo así porque hay pastores que
no invierten en formación de su gente, pero exigen los mejores
resultados.
108
TRES COMPONENTES PARA EL CRECIMIENTO,
QUE EL PASTOR DEBE SABER BALANCEAR
Teología correcta
Tú puedes decir: “nosotros tenemos la unción, los demás
solo son religiosos, tradicionales”, pero esa afirmación es una
“antiteología”.
La teología correcta dice que Dios nos coloca en el cuerpo
como Él quiso, ello significa que hay distintos estilos de Iglesia,
y no que el estilo de tu iglesia sea el mejor. Tu puedes creer
que la unción está rebosando en tu iglesia y aun así nunca ver
crecimiento; a la vez, observar una iglesia “tradicional” —según
tu—, creciendo, ¿por qué? Probablemente porque esa iglesia
cuente con elementos que tú y tu iglesia necesitan adoptar; que
necesites investigar y preguntarte por qué toda esa supuesta
unción que desbordas no te está llevando al crecimiento. Por
eso digo que es una “antiteología” pensar de esa manera.
Pensar que tienes la mejor teología o una gran unción no te
bastará, y si no haces algo al respecto te vas a frustrar. Puede ser
que lo que necesites es revisar o quizás balancear tu teología.
Quizás al adquirir mejor balance, alcances de paso una mejor
equilibrio en la manera de hacer iglesia. De ahí la importancia
de la teología correcta.
Motivos correctos
No puedes pretender crecer, solo para demostrar que eres la
iglesia del momento. Esos son motivos enfermizos, es estar mal
por dentro. Nunca el crecimiento vendrá por demostrar valía o
capacidad, tampoco a efecto de una malsana competencia.
Necesitamos que Dios purifique nuestros motivos. Hay
quienes quieren tener iglesias grandes porque quieren fama,
reconocimiento, dinero y un estilo de vida exitoso; por eso
quieren ser pastores de una megaiglesia. Pero no creo que lo
logren, y si lo logran, será un éxito de corta duración, porque
en la medida en que los motivos comienzan a degradarse
y enfermarse, en esa medida la iglesia y el ministerio irá en
decrecimiento.
109
Tener la estrategia correcta
Las estrategias cambian según las necesidades y según los
escenarios, Pablo dice: “me he hecho de todo, para todos, con
tal de ganar a mayor número” (1 Corintios 9:22b-23).
Entonces, las estrategias cambian; dejan de ser efectivas y
pasan con el uso y el subsecuente y natural desgaste; también
porque los escenarios y contextos evolucionan. Lo que pudo
ser una gran estrategia hace unos años, dejó de ser la estrategia
del día. Así son las cosas, simplemente. Quien no se de cuenta
de esta sencilla pero contundente verdad, quedará atrapado en
viejas formas de hacer la obra del Señor, con pobres resultados.
Saber balancear estos tres factores es vital para el pastor
cuya iglesia busca el crecimiento. Esos factores son: Balancear
la teología —y eso significa reducir los énfasis desmedidos—;
Tener motivos correctos todo el tiempo; y Adoptar la estrategia
correcta, adecuada para la época y el contexto en que se vive.
110
EL PASTOR Y LA SANTIDAD
E
ste es un tema escabroso y difícil. Muchos pastores y
líderes cristianos tienen problemas, tropiezos y serias
dificultades en este aspecto de la santidad.
Pretenden dejar esto con la luz apagada, que nadie se de
cuenta de lo que está pasando. Pretenden manejarlo en un
enredado y engañoso proceso de resolverlo a solas, sin ninguna
ayuda. Hay quienes incluso, ni siquiera lo llevan delante del
Señor; y es allí donde esto se convierte en una conducta
esclavista, cíclica, aflictiva y en algunos casos se torna en una
conducta cínica; es decir, a la persona ya no le importa carecer
de santidad; aprende a vivir en comunión con el pecado.
Este tema no está de moda, está de moda predicar de otros
temas como el de la unción o lo que proféticamente podemos
declarar para nuestras vidas. Y está bien, pero creo que debemos
subrayar o al menos poder algún acento al tema de la santidad,
precisamente debido a los problemas que a nivel de vida
personal adolecen demasiados pastores, líderes y creyentes en
general.
Sobre este tema, Jesús hace un severo llamado de atención,
dice:
111
El problema de mucha gente es que enfatiza la santidad
desde el punto de vista social. Les importa verse social, pública
y relacionalmente bien, convierten la santidad en un manto,
en una capa de maquillaje, cuando lo que hay detrás es una
persona afligida, atrapada en el pecado.
Jesucristo dice en tono tajante que la santidad no es una
apariencia que se adopta.
En la época medieval la gente adoptaba atuendos para
indicar el grado de santidad de las personas; pero eso, a Biblia
abierta, está descartado.
La santidad no es una apariencia que se adopta, tampoco
es un principio de conducta; es más bien una condición interior
que se transforma en conducta externa.
La santidad es de adentro hacia fuera, si lo haces al revés
Jesucristo te califica como ciego, porque te pusiste a limpiar
lo de afuera del vaso y del plato, dejando sucio lo de adentro.
Eso es ceguera, falta de discernimiento y de entendimiento
espiritual.
Me llama la atención la frase “limpia primero”, este término
que se traduce como limpiar procede en los textos originales
del griego “kathárizo”, que literalmente significa limpiar, purgar
y purificar. El griego “kathárizo” tiene distintas acepciones;
significa: liberarse del pecado y sus faltas, purificarse de una
debilidad, liberarse de la culpa por el pecado, consagrarse por
limpieza y purificación, también significa dedicarse.
La santidad se origina en la dedicación y en la consagración
a Dios. No es luchar con el pecado, la carnalidad y las bajas
pasiones; es dedicar y consagrar tu vida a Dios.
“Kathárizo”, limpiar, purgar, purificar; que en sus acepciones
significa: liberarse del pecado y sus faltas, purificarse de una
debilidad, liberarse de la culpa por el pecado, consagrarse por
limpieza y purificación y dedicarse en este caso a Dios, es todo
lo que envuelve los procesos de santidad en la vida humana.
112
CUATRO ABSOLUTOS SOBRE LA SANTIDAD
113
¿Cómo hacemos esto? No podemos limpiarnos del pecado;
eso solo puede hacerlo Jesucristo por medio de su sangre
preciosa. Pero hay algo que sí podemos hacer: Limpiarnos de
toda contaminación de carne y de espíritu.
Significa que no puedo limpiar mis pecados, pero puedo
limpiar la contaminación de carne y espíritu en mi vida y mi
persona. Puedo alejarme de pensamientos impuros y tentaciones
en mi mente, en mi psiquis, en mi emocionalidad, en mi vida
interior. De esta contaminación, si puedo limpiarme.
¿Y cómo perfeccionar la santidad en mi vida? Mediante el
temor de Dios. Sé que Dios me está viendo todo el tiempo,
y consciente de su presencia, camino en ese temor reverente
que viene con la conciencia de que mi Padre Celestial me está
mirando todo el tiempo.
¿Qué sentirá un adolescente cuyo padre de pronto irrumpe
en su habitación y lo sorprende viendo pornografía? Se le
subirán los colores al rostro, no hallará que decir ni que excusa
dar, sentirá vergüenza. En lo espiritual es exactamente lo mismo.
Perfeccionamos la santidad en nuestra vidas mediante el
temor de Dios. No se trata entonces de si mi esposa me ve
o de si mi pastor lo sabe o no. Se trata de que, aunque ellos
no se enteren, Dios se entera desde que ese asunto estaba
germinando en mi cabeza.
La única manera de perfeccionar la santidad es hacerlo
andando en el temor de Dios.
114
No nos engañemos, los dones y los ministerios son
irrevocables, pero,¿por qué Dios puede usar los dones de alguien
que anda en pecado? Porque Dios ama a su pueblo y por esa
razón es que esos dones siguen operando. No es porque Dios
premia al pecador. Pero no creamos que Dios se va a quedar
de brazos cruzados, Dios trata con sus hijos y sus siervos; al
respecto solamente te reitero las palabras que alguien escribió
en la Biblia: “horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo”
(Hebreos 10:31). Es mejor que trates con tu falta de santidad, es
mejor de esa manera.
115
y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como
a ellos les parecía, pero éste, para lo que nos es provechoso, para
que participemos de su santidad.
Hebreos 12:10 RVR60
116
Dios le dice: el pecado está a las puertas pero tú lo puedes
dominar. Se lo dice a un hombre insatisfecho y con dolores
internos; a alguien que se siente fracasado, anulado, no
gratificado, incluso se siente discriminado por Dios mismo.
En su parecer, Dios prefirió a su hermano menor y a su
ofrenda. Ante ese grado de frustración personal se activaron
dolores, surgió la envidia y germinó el resentimiento con Dios.
Luego, la envidia en contra de su hermano se convirtió en odio y
comenzó a fraguarse la idea de asesinarlo. Es más, cuando Dios
habló con Caín, después de haber asesinado a su hermano Abel,
este le respondió de mala manera, como un hijo malcriado le
respondería a su padre; Dios el Padre le preguntó:
—¿Dónde está tu hermano?
—Yo que sé, —respondió Caín—, ¿acaso es que soy yo el
guardián de mi hermano?
Una persona frustrada, comienza a descomponerse por
dentro, comienzan los desarreglos espirituales y anímicos
que van alejando la persona de la santidad y acercándola a la
posibilidad del pecado. La persona frustrada y adolorida, en
todas las perspectivas posibles: teológicas, doctrinales, humanas
y psicológicas, es proclive al pecado.
Hay pecados que nacen de la insatisfacción, hay pecados
que nacen del dolor. No todo pecado nace y se origina en la
maldad pura.
117
Pablo lo dice de esta manera:
118
Pablo presentó su fragilidad al señor y rogó tres veces
porque fuese quitada de él.
Como vemos, la iniciativa fue de Pablo, con ello nos
enseña que, la decisión respecto a superar tus debilidades te
corresponde a ti. Eres tú quien debe, como otro “hijo pródigo”,
salir huyendo de la porqueriza para encontrarte con tu Dios y
Padre. El hijo prodigo dijo:
—Me levantaré e iré a mi padre.
Cuando se encontró con su padre, le dijo lo que tenía
pensado decir:
—“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy
digno de ser llamado tu hijo, trátame como uno de tus jornaleros.
Pero no pudo terminar de decirlo; solamente alcanzó a
decir: “he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno
de ser llamado tu hijo”. Su padre lo interrumpió y no lo dejó
decir : “trátame como a uno de tus jornaleros”. ¿Por qué?
Porque aunque el hijo estaba dispuesto a eso, para el padre fue
suficiente con el reconocimiento de su pecado, para devolverlo
a su condición de hijo.
Eso es lo grandioso con el tema de la santidad: que, cuando
presentas tu debilidad a Dios y confiesas a el tu pecado, Él no
te deja caer hasta la ignominia; y al igual que en esta parábola
del hijo pródigo, El no te dejará decirle “trátame como a un
jornalero”, porque ningún hijo de Dios es jornalero, ni lo será
jamás. El te recibirá como recibió a ese hijo que había pecado,
como también recibió a Pablo y lo que este llamo “su debilidad”,
para perfeccionar su poder precisamente en esa debilidad.
Absolutamente extraordinario.
Comentaré un par de vocablos más del texto. Pablo dice que
le fue dado un aguijón en su carne. “Carne” se traduce del griego
“Sarx”, que por implicación significa “la naturaleza humana con
sus fragilidades, tanto físicas como morales y sus pasiones”; eso
es el “sarx”, donde Pablo dice le fue dado un aguijón.
Se trata entonces de alguna forma de dolor en su naturaleza,
en sus fragilidades; pudo tratarse de algo físico, o pudo haber
sido algo más bien moral como la culpabilidad, o pudo ser algo
vinculante con las pasiones, que todos las llevamos por dentro.
119
Dios le dijo: “mi poder se perfecciona en la debilidad”. Lo
que se tradujo como “debilidad” viene del griego “asdséneia”,
que literalmente se traduce como “enfermedad”, como “algo
sin firmeza”, y como “debilidad” simplemente. Esta enfermedad
y esta “falta de firmeza”, no necesariamente tiene que ser física.
Puede ser moral, mental o espiritual.
¿Hay algún área de tu vida donde careces de firmeza?
Puede ser falta de firmeza en cuestión de dinero o falta de
firmeza en tu sexualidad. Puede ser falta de firmeza moral que
te lleva a conductas esclavistas o a mentiras compulsivas; en fin,
puede ser cualquier cosa. Pero si es una debilidad, es una falta
de firmeza.
“Debilidad” o “asdséneia”, tal como aparece en el texto, fue
también usada por Jesús, cuando dijo a sus apóstoles: “El Espíritu
está dispuesto, pero la carne es débil”. El vocablo propiamente
que el utilizo es “astheneó”, que es una derivación de “asdséneia”.
El dijo: La carne es “astheneó”, literalmente “débil”, “sin fuerza”.
Son cosas que vale la pena tenerlas en mente, que dan
profundidad en cuanto a la compresión de la dimensión
“debilidad” en la vida humana.
Volviendo sobre Pablo y su asombrosa declaración respecto
a sus debilidades, Dios le dijo a Pablo: “mi poder se perfecciona
en la debilidad”. Me gusta ese término, “perfeccionar”, que
viene del griego “teleioo”, que literalmente es “completar”.
Cuando una persona esta de alguna forma incompleta,
va a perder santidad. Cuando esa persona está sexualmente
incompleta, tarde o temprano va a renunciar a la santidad. Si
está incompleta en cuanto a sus logros, va a buscar quien la
compense con adulación contaminante; al final, terminará
renunciando a la santidad. Si la persona está incompleta y no
conforme con los pesos que cuenta en su bolsa, buscará el
dinero a como de lugar, será capaz de tomarlo aunque no sea
suyo, y de ese modo, renunciara a la santidad.
Es interesante, el texto literalmente dice: “mi poder” se
“teleioo” en la debilidad. Ese “perfeccionamiento” de Dios, tiene
que ver con algo que Él hace para hacernos más “completos”.
Entonces, si me siento completo con mi vida, con mi
120
cónyuge, con mi ministerio, con mi casa, y en general con
todo, esa sensación de “completamiento”, es el resultado del
perfeccionamiento divino en mi debilidad. Pero aclaro que,
sentirse “completo” no significa no tener que mejorar, sino algo
que Dios te infunde e implanta en tu espíritu.
También “teleioo” se traduce como “consumar”, “terminar”,
“concluir”, y tal como se tradujo en el texto leído: “hacer
perfecto” o “perfeccionar”.
En conclusión, tu presentas a Dios tu debilidad, y Él
traerá sobre esa debilidad el efecto “teleioo”. Él te va a dar
“completamiento”, Él va a “consumar” su obra en ti, Él va a
“terminar” lo inconcluso, lo imperfecto, y Él va a hacer “perfecta”
la obra en tu vida.
121
Atención a los cambios de conducta. En la época que los
reyes salen a la guerra, David se queda en Jerusalén; digamos
que haciéndolas de turista en la ciudad y en el palacio.
También se le observa tomando siestas en horas en las que,
la mayoría de la gente está en sus actividades de vida. El texto
señala que, al caer la tarde se levantó de su lecho, se paseaba por
el terrado de la casa real y vio desde ahí a una hermosa mujer
que se estaba bañando. Demasiados cambios conductuales,
demasiados cambios en sus costumbres.
El texto no lo dice, pero uno puede inferir que esto de
observar a esa hermosa mujer no solo sucedió una vez, pudo
haberla visto una vez, sentirse mal y apartarse de su terraza real.
Al día siguiente, quizás, se quedó otro rato a observar; y así,
hasta que por fin envió a preguntar ella. No creo que alguien
mande a preguntar por una mujer a la que miró furtivamente en
una escasa ocasión; eso se olvida. Me parece que David observó
varias veces a esta mujer, al grado que despertó una curiosidad
más grande que lo hizo preguntar, y hasta una obsesión al
grado de traer y tomar a aquella mujer.
Estar en lugar y hora incorrectos
Uno debe pensar a dónde va, qué lugares visita, las
situaciones en que se involucra.
Hay situaciones de las que, literalmente, hay que salir
corriendo; pero si te quedas, lo que al inicio es miedo y
nerviosismo, se va tornando en placer y gratificación.
122
Poner tu vista en lo que no debes ver
Job, uno de los personajes bíblicos dice: “Hice pacto con mis
ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” (Job 31:1).
Todos debemos hacer eso justamente. Mucho del pecado
comienza en la mirada, y en poner los ojos en el sitio equivocado.
No en vano Jesucristo dijo: “la lámpara del cuerpo es el ojo;
así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas”
(Mateo 6:22-23).
123
Crear una versión falsa sobre un desliz
David creó una versión falsa, quiso traer al esposo de esa
mujer para que la embarazara. Eso es pasar del engaño propio
a la intriga y a pretender engañar de paso a otras personas. Eso
equivale a urdir tramas para salir bien librado del desliz utilizando
malas artes, en lugar de reconocer y confesar el pecado delante
de Dios. El esposo de la mujer vino a Jerusalén, pero no durmió
con ella, David no halló como manipular la situación; al final,
un profeta tuvo que venir a exhortarle y reconvenirle sobre su
grave falta a ojos de Dios.
Pastor, vigila los cambios en tu conducta; vigila, no sea que
estés creando una cortina de engaño y falsas versiones de lo
que en realidad te está pasando.
124
El pastor
y SU MINISTERIO
FUNDAMENTOS DEL MINISTERIO PASTORAL
H
ablar de fundamentos del ministerio puede parecer
reiterativo de algo obvio, pero no es así. Al observar
la práctica de muchos ministros, pastores e iglesias,
nos encontramos que hay algunos que en su manera de actuar
y en sus resultados indican claramente no tener un fundamento
muy claro para su ministerio; de ahí la importancia de este tema.
La Biblia muestra un concepto “descartable” de ministerio;
es decir, un anticoncepto, antivisión y antidefinición bíblica
de lo que es el ministerio, por eso le llamaremos “concepto
descartable de ministerio”.
127
La principal característica de este ministerio “descartable”
según este texto, es que suele enseñorearse de quienes están
alrededor y oprimirlos; y Jesús da un rotundo “NO” a este tipo
de actitud ministerial. Y esto se ve con harta frecuencia.
Debemos de saber diferenciar entre lo temperamental, la
personalidad de algunos individuos, que se ven más enérgicos,
incluso más autócratas y la opresión, porque cuando hablamos
de oprimir, hablamos de otra cosa, hablamos de tiranizar por
tiranizar; y Jesús dice “NO” a este tipo de actitud ministerial.
128
Fui parte de una estructura eclesiástica en el pasado, donde
se hacían nombramientos de líderes máximos cada tres años, y
a veces, por lo menos en mi opinión, le tocó el turno a personas
que carecían totalmente de autoridad, carecían totalmente de
la unción, carecían totalmente de llamado, y no les quedaba
más remedio que apelar a su nombramiento, a la fuerza, a
la intimidación y apelar a la jerarquización del sistema; triste
porque esto definitivamente no puede ser así.
129
La identidad propia es sumamente importante, en el
Evangelio de Juan se nos muestra la personalidad de Juan
el Bautista, y es extraordinario encontrar en el perfil de este
hombre una marcada identidad propia, bajo toda clase de
presión que se puso sobre él; denotó tener bien definida su
identidad propia.
130
Me gusta esa respuesta “yo soy”, por lo general ese “yo
soy” se lo aplicamos a Jesucristo que es “El gran yo soy”, pero
en nuestro nivel, cada uno de nosotros debe de tener la clara
definición de quién es, y poder decirlo con toda la autoridad y
la libertad del mundo.
Este texto nos habla de identidad propia, Juan no se dejó
presionar, no se dejó intimidar, tampoco cayó en la trampa de
la comparación con personalidades carismáticas, incluso más
carismáticas que él; no cayó en ese juego, en esa trampa.
Lo único que quiere ser, es lo que es él, porque Juan entiende
que la persona que logra definir, esculpir y defender al precio
que sea su identidad propia, este, más que cualquier otro, tiene
posibilidades de que Dios le utilice.
Y si la identidad propia es importante en un concepto sano
y balanceado de ministerio entonces, ¿cómo se obtiene la
identidad propia?
-No imitando a otras personas. Me parece que debemos
aprender de otras personas, eso es algo obligado, pero de
aprender a imitar, las diferencias son abismales.
Juan el Bautista, volviendo a su caso, no está interesado en
parecerse a nadie, sino en ser lo que Dios lo ha llamado a ser;
¿quién es él?
No es el profeta, no es el Cristo, no es Elías ¡no! ¿Quién es
entonces? “Yo soy la voz de uno que clama en el desierto”. Él
solo quiere ser lo que Dios lo ha llamado a ser.
¿Estás tratando de imitar a alguien más, a un pastor u
orador exitoso o alguien con una superiglesia o una iglesia muy
creciente? Creo que todos queremos crecer y todos queremos
mejorar, pero no creo que se crezca y se mejore a base de
imitación.
Esto también es pertinente al tema de los métodos de
crecimiento en las iglesias, alguien oye que está funcionando
el método tal, y corre a usar ese método, lo prueba al revés y al
derecho y no le funciona, porque es solo burda imitación de los
modelos de crecimiento; tomar el libro famoso o que está en
boga y que pegó mucho en la iglesia que usó esa modalidad,
no significa que va a pegar en tu iglesia.
131
Se debe buscar la revelación del modelo que Dios quiere
que utilices en tu Iglesia y el modelo también para ti como
individuo que está al servicio de Dios.
Insisto, se debe aprender de otros, pero no caer en burda
imitación; lo primero acerca de cómo tener identidad propia es
que no se debe imitar a otros.
-No se deben adoptar estereotipos. ¿Qué es un estereotipo?
Un estereotipo es la imagen o el modelo generalmente aceptado
por el cual se identifica a un grupo social. Por ejemplo, cuando
yo era joven, el estereotipo eran cabellos largos en cierto estilo,
la manera de vestir, las solapas de los sacos y las corbatas eran
tremendamente anchas y los cuellos parecían vampirezcos de
altos que eran, era un estereotipo de la época, los finales de
los años sesenta y principios de setenta; en medio de la cultura
hippie había un estereotipo para vestirse, igualmente habían
estereotipos de conducta, de actuación. Esto es un estereotipo,
una imagen o un modelo que está presente en ese tiempo, que
está en boga y que es el modelo aceptado por todos y que hace
que se identifique un grupo social.
En todas las épocas hay estereotipos y aun la iglesia tiene
sus estereotipos de acuerdo a las épocas. En esta época hay
estereotipos del pastor exitoso, hay estereotipos del músico o
el cantante y el director de alabanza exitoso.
También por estereotipos debemos de entender la imagen
que representa el patrón de lo admirado y lo aceptado. En todas
las épocas los estereotipos van cambiando y las imágenes y los
patrones de lo aceptado, de lo admirado van evolucionando
y la gente, pues va entrando en eso. Prácticamente si he de
resumir un estereotipo, tengo que decir que básicamente es lo
más parecido a una moda.
Hay modas en todo, incluso hay modas y estereotipos en
las temáticas, yo recuerdo en otra época se puso de moda
la sanidad interior, luego se puso de moda la liberación de
demonios, después se puso de moda la guerra espiritual, hace
poco se puso de moda el profetismo; nosotros no podemos
simplemente ir adoptando los estereotipos de la época porque
entonces identidad propia es lo que menos conseguiremos.
132
Juan el Bautista, volviendo a su modelo, rompió con los
estereotipos de su época ¿porque digo esto?, bueno Juan
el Bautista no se vestía como la gente de su época, se vestía
diferente, con pesadas pieles sobre él, se alimentaba de una
manera distinta a como se alimentaba la gente en su época,
él comía langostas y miel silvestre y vivía en un estilo de vida
diferente a los demás, vivía recluido en el desierto como una
especie de ermitaño; Juan el Bautista tuvo el valor de ser el
mismo, de encontrar su propia identidad, de proyectar su propia
personalidad.
No hay nada malo en que proyectes tu personalidad en tu
ministerio, hay algo peor que eso y es adoptar personalidades
prestadas, es decir, caer solamente en el uso de la imitación o el
uso de los estereotipos de la época del momento.
-No compararse con otras personas, con otros ministros,
con otros líderes. Compararse con otros es una de las grandes
tentaciones de alguien que sirve a Dios.
¿Por qué? Queremos que nos vaya bien, queremos tener
éxito, queremos tener reconocimiento, queremos tener buenos
resultados, y lo inmediato en esa lucha, en ese forcejeo tratando
de obtener eso, es ver a quienes ya lo han conseguido, pero
como bien dicen por allí, las comparaciones nunca son justas,
nunca nadie sale bien librado y no vale la pena estar comparando
tu ministerio con el de otras personas.
Volvamos a Juan el Bautista como nuestro hombre modelo
en este estudio, Juan el Bautista no aceptó comparaciones ni
con el Cristo, ni con Elías, ni con el profeta.
Es bueno que a uno le digan:
—Sabes, tu ministerio me recuerda a determinado otro
ministerio—, hombre, que bien por el halago.
Pero como diría uno de mis grandes amigos, el pastor
José Satirio Dos Santos: “Los halagos son como los perfumes,
los perfumes son para olerlos, no para tomárselos, no para
tragárselos”, entonces si alguien te halaga y te dice que te
pareces al Cristo, te pareces a Elías o te pareces al profeta
usando el lenguaje del texto que hemos usado, tú no tienes que
beber de eso, bien por el halago, pero ese no eres tú.
133
A diferencia de los que se comparan con otros y viven en el
constante sufrimiento de querer ser lo que otros son, tener lo
que otros tienen y lograr lo que otros logran, vemos al Bautista
que está plantado en su propia identidad, no está sufriendo
por lo que otros son, por lo que otros han logrado, ni por lo
que otros tienen. Las personas que sufren por todo eso, al final
terminan sintiéndose mal, terminan sintiéndose incapaces,
inútiles, insuficientes, carentes de valor y no es que lo sean, es
que al compararse con otros que están en un rango superior en
algún sentido, —aclaró—, quedas mal, te sientes mal contigo
mismo y hasta te atreves a dudar de tu propio llamado, todo
por compararte con otros.
-No hacer guerra a otros por el éxito ajeno. El éxito ajeno
nos afecta, hay que tenerlo muy claramente establecido, el éxito
de otras personas impacta nuestro estado de ánimo e impacta
en nuestra autoestima, y la tendencia es soltar comentarios
negativos acerca de ese ministerio, soltar comentarios negativos
acerca de esa persona, soltar críticas acerca de esa Iglesia; pero
no hay que hacer la guerra a otros.
No necesitas esto para tener tu propia identidad, me parece
que haciendo un poco de diagnóstico a esta tendencia, por lo
general el que hace guerra a otros es porque tiene problemas
de autoestima y en el fondo no se acepta a sí mismo. Si estoy
conforme conmigo mismo, si me veo al espejo y me doy cuenta
que no soy el mejor pero tampoco el peor, si sé que siempre
encontraré a alguien que va adelante y alguien que está detrás,
entonces ¿qué es lo importante? Es aceptar lo que Dios ha
puesto en tu vida, aceptar los dones que tienes y no fantasear
con que no tienes; aceptar tu personalidad.
La personalidad y el temperamento se pueden educar en
el camino, pero todo a partir de una base de aceptación de
quiénes y cómo somos en realidad.
Recordemos las palabras que San Pablo dijo, que nosotros
hemos sido hechos aceptos en el amado, no tengo luchar
contra mí mismo, no tengo que resistir, criticar o sentirme mal
por mi personalidad, no tengo que estar despreciándome por
mi personalidad ¡no puede ser!
134
Por lo general hacer guerra a otros tiene que ver con
problemas de autoestima y en el fondo, con falta de aceptación;
entre más desacredita y critica a otro esta persona, en esa
medida siente que vale más, en esa medida siente que es más
importante. Pero imagínate qué absurdo, levantar mi propio
valor, levantar mi autoestima a base de desacreditar a otros, a
base de criticar a otros.
Debemos más bien, saber satisfacernos con lo que somos,
estar conformes con lo que Dios nos ha dado, al margen de lo
que esté pasando con los demás.
-Hay que aprender a conocer las virtudes y las limitaciones
propias. Cuando conoces tus virtudes y limitaciones, entonces
logras autodefinirte.
El planeta está lleno de personas que no saben autodefinirse
¿por qué? Porque no se conocen suficientemente todavía, y
obviamente, para poder autodefinirse se requiere conocer las
limitaciones y las virtudes propias, se requiere conocerse uno
mismo.
Por supuesto, esto es un proceso, y el proceso para conocerse
a sí mismo implica saber quién uno no es, debo saber quién yo
no soy, aunque me duela; implica que no debo compararme
con otras personas, porque las comparaciones distorsionan mi
autopercepción y que debo tener la capacidad de definir quién
soy y cuál es mi llamado en Dios.
El Bautista particularmente supo definirse y supo conceptuar
su llamado, él sabía quién no era, no soy el Cristo, no soy Elías,
no soy el profeta, tampoco se comparó con ellos y finalmente
logró definirse, y dijo: “Yo soy la voz de uno que clama en el
desierto”.
135
EL LIDERAZGO PASTORAL EN EL SIGLO XXI
A
l decir “líderes del siglo XXI”, estoy tratando de
contextualizar con ese título, que el liderazgo no se
puede esculpir en piedra, de una vez y para siempre;
al contrario, los conceptos de liderazgo han ido evolucionando
en la medida que evoluciona la humanidad.
Por ejemplo, la primera muestra de liderazgo fue de un
liderazgo primitivo, basado en la fuerza. Todos hemos oído de
Caupolicán, un gran guerrero, un hombre con una fisonomía y
estructura física extraordinaria. En ese entonces, el más fuerte
era el líder. Luego, ese molde de liderazgo evolucionó, y pasó el
liderazgo a ser, del más fuerte al más sagaz. El más astuto, pasó
a ser el líder del clan o del grupo. Y así, el liderazgo fue pasando
de etapa en etapa en un proceso evolutivo.
Por lo anterior, hablar de “líderes del siglo XXI” es tener que
contextualizar el contexto del liderazgo a las condiciones del
mundo actual.
Observando sobre todo a iglesias que están dentro de mi
campo de desempeño, veo liderazgos añejos, de hace treinta
años, y lo veo con algo de preocupación. Veo personas que no
salieron de los años ochentas y noventas; su liderazgo quedó
esculpido en ese estilo.
Pero el cambio de siglo fue algo más que solo una vuelta
de hoja en el calendario, el mundo ha cambiado de una manera
extraordinaria y el liderazgo que hay que exhibir es un liderazgo
que debe de tener otras consideraciones, debe tener otras
aristas.
137
Lo que el liderazgo del siglo XXI sugiere, es que debemos
de descubrir y dimensionar un liderazgo para el presente, para
el día de hoy, para las condiciones actuales de la humanidad.
138
pobre, y a causa de su pobreza su sabiduría no era conocida
por el resto de la población. Se puede ser un gran líder, sin ser
notado.
Esto me recuerda mis orígenes en el liderazgo cristiano.
Llegué a la iglesia con los cabellos sobre los hombros, venía de
ser un músico en una banda de rock; tenía talentos que yo no
conocía, pero mi pastor y padre espiritual supo verlos a pesar
del desaliñado aspecto y el trasfondo del que provenía como
individuo.
Habían cualidades que se podían desarrollar, pero no se
notaban en la superficie o a simple vista. Insisto, se puede ser
un gran líder, sin ser notado.
139
Entonces llegaron unos hombres que llevaban en una camilla
a un paralítico. Procuraron entrar para ponerlo delante de Jesús,
pero no pudieron a causa de la multitud. Así que subieron a
la azotea y, separando las tejas, lo bajaron en la camilla hasta
ponerlo en medio de la gente, frente a Jesús.
Lucas 5:18-19 NVI
140
espera por parte de una mujer, pero que en un momento de
apremio, urgencia y gran necesidad, hace encenderse la llama
del liderazgo. Esa llama hace que una persona común pueda
realizar actos fuera de lo común, actos y acciones extraordinarias.
141
¿PERO ENTONCES, QUÉ ES LO QUE DESPIERTA
EL LIDERAZGO EN EL INDIVIDUO PROMEDIO?
El factor CAUSA
Ellos encontraron una causa, un motivo, una razón para
actuar. Cuando tienes un motivo, cuando hay una razón para
moverte, para desafiarte, para ir en pos de una meta; cuando
encuentras la motivación para tratar de resolver un conflicto,
para tratar de llevar algo al desarrollo y crecimiento, es que has
encontrado una causa.
Sin una causa, no hay buen liderazgo. Esta es la respuesta
al por qué hay tan pobre liderazgo en muchas iglesias; saben
cantar muy bien, saben dar un buen estudio bíblico, saben
hacer lindas oraciones, pero no se les ha comunicado de manera
efectiva un sentido de causa, un motivo, una razón para actuar.
Cuando las personas son invadidas y dominadas por una causa,
142
están dispuestas al sacrificio más grande y reciben el manto de
verdadera inspiración; pero cuando no la hay, con facilidad se
desaniman o se estancan en la mediocridad.
Vale la pena aclarar que la causa debe ser sana y no
enfermiza. En el caso de los hombres de la historia en mención,
la causa era más que noble: cargar a un enfermo hasta ponerlo
a los pies de Jesús, para su sanación.
He visto en muchas iglesias causas innobles, insanas y
contaminadas. Causas enfermizas, como la de buscar el liderazgo
por ambición de poder, de dinero, de fama, de reconocimiento,
de autoridad. Estas son causas apócrifas, totalmente innobles
que no deben alimentar de ninguna manera el liderazgo de una
persona o de un grupo.
El factor VISIÓN
Podría parecer que causa y visión son lo mismo, pero no
es así. Hay diferencias notables entre ambas. La causa es un
motivo, una razón para actuar; la visión es algo que no se tiene
en realidad, es decir, que no se ha logrado, que aún no se tiene
entre manos; que no se tiene, pero se piensa; algo en lo que se
cree, algo que se toma como posible, como verdadero. Eso es
una visión.
Una visión es crear escenarios futuros y preguntar ¿cómo
me veo en cinco años? ¿qué quiero lograr en los próximos diez
años?
Una visión debe involucrar algo que no tengo; si ya lo
poseo, no puede ser parte de una visión. Si no lo tengo, puede
ser parte de una visión. Y si es así, pienso en ello, creo en ello, y
lo tomo como algo posible y verdadero de lograr o concretizar.
La gente sin una visión termina en total dispersión, en total
despropósito. Tratándose de iglesia, el buen pastor tiene que
sembrar una visión en sus líderes. Y si hablamos del hogar, los
buenos padres y madres deben sembrar una visión de vida en
cada uno de sus hijos.
Debemos tener una visión de vida, de lo que se va a lograr,
de lo que se quiere obtener, de lo que se busca alcanzar; eso,
para que no caer en la dispersión y en el despropósito.
143
El factor DETERMINACIÓN
La determinación es importante porque viene ligada al
carácter y también a la perseverancia; la gente que no sabe
perseverar, las naciones que no saben perseverar, las iglesias
que no saben perseverar, terminan en la pobreza y la falta
de progreso y desarrollo. En todos los casos, se requiere esa
persistencia, ese carácter, esa determinación. Y cuando digo
determinación, estoy diciendo osadía, estoy diciendo valor.
En una conferencia a un grupo de liderazgo, les decía que
un líder debe de poder superar su cobardía. Un líder que no
sabe dar la cara, que da explicaciones ambiguas, que no sabe
decir “no” viendo a los ojos a las personas, es un líder que no
tiene determinación, no tiene la osadía, no tiene el valor; por
consiguiente, nunca tendrá el liderazgo suficiente.
La determinación tiene un costo, y es este: mucha gente no
te apreciará al ver que no te mueves fácilmente de tus posturas
y convicciones; otros intentarán manipularte sin poder lograrlo.
No por tu tozudez, sino por tu determinación. Y deberás siempre
perfilarte como un líder determinado, cueste lo que cueste. Un
líder que prefiere perder que traficar su causa y visión, que son
los factores antes descritos.
Muchos ponen “peros”, incluso antes de haber iniciado
un desafío de liderazgo. Pero ser líderes es actuar como los
hombres que encontraron al paralítico. Obviamente, el hombre
necesitaba la ayuda y asistencia de ellos; y ninguno puso un
“pero”, y aunque no pudieron ingresar al hombre en la casa
donde estaba Jesús, no dijeron: “lo intentamos, pero no se
pudo, hay demasiada gente, no se puede entrar por las puertas,
las ventanas están abarrotadas, lo sentimos mucho pero no se
pudo”. No, al contrario, ellos hicieron a un lado todos los posibles
“peros”, subieron encima de la casa, abrieron un agujero; hubo
que calcular donde hacer ese agujero, luego bajarlo usando
cuerdas, con todo y camilla.
Al final, lo pusieron en medio de la gente y delante de Jesús.
Todo eso tiene que ver con una determinación que manda los
“peros” al cesto de la basura. Este es el factor “determinación”,
que convirtió a estos hombres promedio en verdaderos líderes.
144
El factor MANCOMUNIDAD
He notado que donde hay líderes que tienen talentos,
tienen carismas, tiene habilidades, pero carecen de un espíritu
de mancomunidad, ahí ese liderazgo cojeara, dará problemas;
dondequiera que ubique: en la iglesia, el gobierno o la empresa.
¿Qué es la mancomunidad? Es unir personas, es unir fuerzas,
es unir recursos con un solo propósito y fin.
Tengo más de 40 años de trabajar con grupos humanos,
desarrollando liderazgo, levantando pastores, líderes y gerentes.
Y a veces me encuentro personas que tienen talento, experiencia,
carisma y llamado; pero no les gusta la mancomunidad, no les
gusta trabajar en equipo. Son personas quienes solamente
quieren ejercer autoridad, dirigir a otros, tener un liderazgo
reconocido; pero es gente no dispuesta a unirse en un esfuerzo
común, gente no dispuesta a unir recursos y trabajar en un solo
fin con otras personas.
Trabajar en iglesias requiere de eficientes y mancomunados
equipos humanos, que deben de aprender a interactuar
positivamente entre ellos. En esa experiencia a veces te
encuentras con personas que son verdadero riesgo, verdaderas
amenazas, porque no son personas con mancomunidad en su
actitud.
Hay quienes quieren ejercer liderazgo en solitario, pero, ¿eso
es liderazgo? En ninguna manera. El liderazgo solo es liderazgo
verdadero si la persona está dispuesta a no trabajar sola y por
su cuenta; si está dispuesta a unir esfuerzos con otros, a sumar
recursos y trabajo en común con otras personas, para lograr el
objetivo.
La mancomunidad requiere también generar la capacidad
de comunicar, la capacidad de inspirar y la capacidad de animar.
Puedo graficar en mi mente a Dios conversando con Moisés,
buscando generar en él esa capacidad de comunicar, de animar,
e inspirar.
El problema de Moisés —al menos, según él—, era su
hablar; porque, partiendo de sus mismos argumentos, padecía
de cierta tartamudez.
145
Pero Dios, pasando por sobre esta limitación, le dice:
—Quien hizo boca al hombre soy yo; quien hizo al mudo
y al sordo soy yo. No te preocupes, yo estoy contigo. Ese es
nuestro Dios, animando a Moisés.
El factor SACRIFICIO
El factor sacrificio tiene que ver con los actos y esfuerzo de
abnegación; es decir, de ir más allá de lo fácil. Sinceramente,
detesto a la persona que le gusta lo fácil, lo superficial, que
no quiere esforzarse, que no es abnegada. Me molesta la
persona que, sale del trabajo y se “desenchufa”, y retoma su
responsabilidad hasta que regresa a la oficina, al día siguiente.
Prefiero la gente que piensa día y noche en lo que se le
asigna. No hablo de gente obsesiva, pero sí de personas con
espíritu de sacrificio. Este espíritu de sacrificio, es querer tanto
algo, que estés dispuesto a andar como diría la Biblia, “la milla
extra”.
El factor PERSISTENCIA
Ser persistente, es mantenerse firme y constante en algo.
Nuestra gente, es decir, la cultura latinoamericana, no sabe
mantenerse firme y constante. No son persistentes. Ello hace
que no duren por largo tiempo en una acción o puesto de
trabajo; esto es algo debemos formar todavía en nuestra gente.
Se tradujo como “persistencia” en la Biblia, por lo general
en el Nuevo Testamento, del griego “Hupomone”, que es
“permanencia”, “constancia”, “paciencia” y “continuidad”.
Pregunto: ¿tiene tu liderazgo estas características?
El factor CREATIVIDAD
Creatividad es, como bien lo indica el término, la capacidad
de creación, de innovación. Es hacer lo que otros no han
hecho todavía, es subirse al techo y hacer un agujero, tal como
hicieron estos hombres del relato bíblico que hemos estado
considerando y comentando. Creatividad es generar, dicho en
pocas palabras, una cultura de cosas bien hechas, una cultura
de excelencia.
146
CÓMO OBTENER ÉXITO MINISTERIAL
R
ecibir bendición de Dios, es a lo que aspiramos todos,
indistintamente de cual sea nuestro escenario de vida,
de cual sea nuestra actividad. Al margen de lo que
hagamos, todos queremos que se nos corone con la bendición
de Dios.
147
de siembra y hacer germinar mis esfuerzos en su obra. Sé que
es más fácil decirlo que vivirlo. Lo digo con esperanza para ti,
porque he vivido esos momentos amargos, esas etapas difíciles
y conozco el desespero, la angustia y la frustración de cuando
quieres ver hierba provechosa produciéndose, pero aún tienes
que esperar poco más.
Pastor, no compartiré conceptos, visiones, estrategias, para
que tu ministerio florezca y fructifique, prefiero abordar el éxito
ministerial desde la perspectiva de una reflexión personal.
He conocido el éxito en diferentes plataformas, y sé que hay
elementos, que en la búsqueda de ese éxito, que no están claros
en el corazón, en la mente y en el espíritu. A esos elementos
quiero referirme a continuación. Y lo haré con esto en mente:
despertar tu discernimiento para no confundir el deseo genuino
por el éxito en lo que se hace para Dios con ambiciones humanas
pero carnales, que pueden contaminar lo que somos y hacemos.
Comencemos, entonces.
148
El mayor éxito es formar gente, aunque los números te
hagan parecer como un pastor obsoleto y desfasado.
Cuando formas gente, jamás caerás en un “obsoletismo
ministerial”; al contrario, será tu forma más gloriosa de éxito
y la mayor prueba de tu llamado al servicio de la causa del
evangelio.
Siempre recuerdo las palabras del doctor Miguel Álvarez,
uno de mis amigos de toda la vida, pastor y obispo en la
denominación Iglesia de Dios, quien, cuando estaba yo en lo
más granado del éxito en mi primer pastorado, me dijo:
—René, ¿por que no renuncias a este pastorado y a la
presidencia de la organización y te mueves a tu siguiente nivel?
Eso fue hace más de 25 años o más; y yo, no entendí
exactamente lo que me estaba diciendo. Pero el continuó y me
dijo:
—Mira, yo estoy seguro que cosas más quiere Dios hacer
contigo, pero ya el marco necesita ser cambiado, necesitas
entrar en otro contexto.
Lo cierto, es que, en cierta manera, hice lo que él me aconsejó.
Y me di cuenta que sí, siempre hay otro nivel, siempre hay algo
más que alcanzar. Siempre que formes gente para sustituirte,
nunca correrás riesgos, nunca.
149
¿CÓMO DESARROLLAR ESTOS PROCESOS EXITOSOS
DE LIDERAZGO?
150
No se selecciona con la cabeza ni con el corazón; no escoges
a una persona solo porque es un gerente importante o porque
es un empresario exitoso o porque es un famoso abogado. No
se escoge a un líder por nada de esto. Se necesita descubrir el
talento, mas que con tus ojos, con los ojos de Dios.
¿Quién era yo cuando mi pastor y mentor me llamó al
ministerio? Era el conserje en la iglesia, era quien lavaba
inodoros, ponía las bancas para los cultos o reuniones, barría y
trapeaba, servía las sodas que se vendía a los hermanos antes
y después del culto. Ese pastor —digo que, con ojo de Dios—,-
me encontró, me seleccionó y también me dio de su unción
para poder yo, más tarde, descubrir y seleccionar a otros. Esa
unción también puede ser para ti. Búscala.
Muchos descubrieron mal, seleccionaron peor; con ello solo
dieron lugar al diablo, quien vino y propició un duro golpe a
su ministerio. ¿Cuántos de nosotros llevamos la marca de la
decepción por haber confiado en alguien en quien no debíamos
confiar? Luego, aunque con dolor, tuvimos que reconocer que
el principio de males estaba en el error de haber hecho un mal
proceso de descubrimiento y un mal proceso de selección.
151
Déjame decirte: aun Dios se organizó, y en siete días, hizo
su maravillosa creación. Él organizó su actividad para culminar
eficazmente sus actos de creación; se organizó tan bien, que le
sobró un día que él mismo llamó “día de reposo”.
152
Debes aprender a DELEGAR
Una vez que tienes gente confiable y los estás formando,
comienzas a delegar.
Este es un error muy común: delegar antes de tiempo. Es una
equivocación que comete el pastor con demasiada prisa por
crecer y avanzar. Los pastores tenemos que mentalizarnos de
entrada, que tendremos que hacerlo todo o casi todo. He fundado
varias iglesias, y como alguien que ha tenido esa experiencia,
les digo que, hasta que ya tienes a alguien formándose en tus
manos, es que debes comenzar a delegar; antes, solo asigna
tareas simples y sin riesgo aquí y allá. Entonces, mentalízate:
Delegar toma tiempo.
153
No debes invertir tiempo y talento
en PERSONAS CON PROBLEMAS CRÓNICOS
Hay personas que nunca van a resolver sus problemáticas;
y no lo harán porque ese es un tema que involucra la voluntad;
también es un asunto actitudinal. Nunca van a poder superar
sus crisis y problemas por la postración crónica de su voluntad
y actitudes. En pocas palabras: son personas con problemas
crónicos. Definitivamente, en gente así, cualquier tiempo o
talento invertidos, será tiempo y talento malgastados en una
labor absolutamente infecunda.
154
Te doy un consejo: A la persona que no quiere ser formada,
sácala de tu lista de una vez.
155
Jesús compartía humildemente su ministerio. En aquel gran
milagro, el de la alimentación de cinco mil personas, Él no se
quedó con todo el crédito, Él pudo haber hecho el milagro en
solitario y sentar a sus apóstoles en primera fila para que lo
aplaudieran. Pero no. Jesús levantó sus manos al cielo, bendijo
aquellos pocos panes y pececillos; luego comenzó entregarlos a
sus discípulos, y sus discípulos a entregarlos a la gente. ¿Qué es
eso? Verdaderamente, es la humildad de compartir el ministerio.
Mi experiencia en este campo ha sido compartir el ministerio
en ideas y en la práctica. Nunca intenté ser un pastor solitario,
ello —más que por virtud—, por mis fragilidades y carencias.
Hacerlo a solas, me hubiese metido en problemas
Siempre he procurado compartir el ministerio con otros. En
mi ministerio actual, que involucra muchos países, comparto
el púlpito con mis discípulos, quienes generalmente me
acompañan.
Hace unos años, para un Congreso que organizan en
Semana Santa nuestras iglesias asociadas en Chile y Argentina,
mientras viajábamos con mis colaboradores y discípulos les dije:
—¿Saben qué? Este año van a predicar ustedes en todo el
programa de congreso, yo me voy a quedar a dormir en el hotel.
Y así fue, me quedé durmiendo, descansando varios días.
Allá por el Viernes Santo fui apareciendo en el evento; ellos
ya habían ido a distintas localidades, habían visitado y predicado
en varias iglesias. Les mire muy contentos y satisfechos.
¿Sabes qué es eso? ¿Acaso es irresponsabilidad? No, en
ninguna manera. Es el deseo de ver crecer a las personas con
quienes compartes el ministerio.
Al final de la experiencia, les dije,.
—Los siento mucho mejores predicadores. Les veo un mayor
discernimiento. Les veo mayor autoridad. Les felicito, cubrieron
mi participación como se debe.
Entonces, pastor: Busca desarrollar la habilidad de compartir
el ministerio.
156
DEBES ACCIONAR CON BASE A PRIORIDADES
DE VIDA Y MINISTERIO
No corras a todo lugar donde te llamen, establece prioridades.
Tu necesitas leer, estudiar. Tienes que invertir mucho tiempo en
eso; caso contrario, terminarás predicando viejos mensajes que
tienes por ahí, guardados en una libreta.
Necesitas producir comida fresca, porque al pueblo de Dios
no se le puede alimentar con “comida recalentada”. Necesitas
invertir tiempo en cocinar buen y fresco alimento espiritual
para el pueblo de Dios.
Si hacemos ministerio en serio y queremos liderazgo en
serio, debemos leer y estudiar para entender el texto sagrado,
dominar el texto sagrado y tener buenos mensajes que ofrecer.
Acciones que solo en base de prioridades de vida y ministerio,
se pueden realizar.
157
En mi caso, no tengo una sola corbata, voy a la iglesia vestido
en ropa casual e informal ¿Por qué?, ¿porque soy irrespetuoso?
No, en ninguna manera. Es que trato de manera intencional de
combatir a partir de mi persona la “éxitomanía ministerial”; como
para mostrar que no se debe valorar ni tratar a las personas
según anden vestidos o según el auto que manejan. En otras
palabras, es tratar de revertir el estereotipo de la época.
Cuando comencé a hacer radio, hace cerca de 40 años, solo
existía una radioemisora en la ciudad, HRVC, La Voz Evangélica
de Honduras. Conseguir un espacio allí era costoso, no en
términos de dinero sino de gestión, porque había mucha gente
queriendo entrar a la radio. Por fin conseguí un programa el
sábado por la tarde.
En esa época, quienes incursionábamos en medios de
comunicación, lo hacíamos simplemente tratando de tocar el
corazón de las personas. No pensando en éxito en la manera
en que se concibe hoy día; uno solo estaba pensando en que
alguien se convirtiera al Señor, que alguien apareciera de pronto
en la iglesia, producto de haberte escuchado en un programa
de radio. Hoy, es parte de la agenda del éxito: hacer radio,
hacer televisión, andar bien vestido, andar un auto de lujo.
Curiosamente, porque a mucha de la gente de hoy, le gustan
los pastores que se ven exitosos.
Pero, pastor, te doy este consejo: evita aficionarte a ese
glamur ministerial.
158
En “lo secreto de Dios” es donde vas a oír las voces que
no están en la radio, las voces que no están en la televisión.
Es ahí donde vas a oír la voz del Espíritu de Dios, diciéndote
cómo hacer la obra de Dios, en la época, en el escenario y en
las circunstancias en que estás. Pastor, aprende a estar a solas
con Dios.
El hombre y la mujer que no aprendieron a estar
suficientemente a solas con el Espíritu de Dios, algo les quedará
faltando, se los garantizo. Pero si te habitúas a pasar horas y a
ver moverse las manecillas del reloj por largos periodos de la
noche, te levantarás, quizás a la mañana siguiente, sabiendo lo
que es haber estado y haber compartido “lo secreto de Dios”.
Y tu ministerio público será poderoso, porque poderoso fue
tu ministerio privado en “lo secreto de Dios”.
159
QUITAR OBSTÁCULOS EN EL MINISTERIO
H
ay piedras de tropiezo en todo camino; así como
existen en lo natural, también en lo espiritual; en
nuestros emprendimientos, en nuestro llamado, en
nuestro ministerio.
Nadie puede decir que tiene su camino pavimentado,
limpio y listo para andar. La realidad es todo lo contrario.
Surgen tropiezos, surgen dificultades; y cada uno de nosotros,
es responsable de quitar toda piedra y todo obstáculo que
encontremos en nuestra ruta.
161
En términos más simples, lo que el texto está diciendo, es
que antes de tomar el camino para construir, los obstáculos
deben ser removidos. Así es que, necesitas indagar, necesitas
verificar cuáles son las piedras de tropiezo que debes quitar y
que obstáculos son los que debes remover de tu ministerio.
FIDELIDAD EN AMARGURA
Es un obstáculo que surge con el paso del tiempo. Muchas
veces, esa piedra está ahí, sirviendo de tropiezo; pero la persona
no está consciente, simplemente porque no es una piedra de
tropiezo externa, sino un tropiezo que lleva en su interior.
Hay pastores, líderes y creyentes en general, que caminan y
actúan en fidelidad, pero no se dan cuenta de que, aunque son
fieles, están en amargura de espíritu. Estas personas no disfrutan
su ministerio, estas personas realmente no están contando sus
bendiciones; y más que disfrutar su llamado, lo sufren.
162
Cuando no hay amargura, la persona puede haber sufrido,
tenido reveses, tenido luchas; pero su contentamiento es tal con
su asignación, que poco le importa cuanto haya sufrido, porque
siente que es un privilegio estar donde está y hacer lo que hace.
La persona amargada, por el contrario, puede haber cumplido
a cabalidad con toda asignación y encargo, pero con actitud de
queja y con un animo enfermo que es típico de la amargura.
Básicamente alguien así, denota una fidelidad en amargura.
163
- Una actitud conflictiva y quejosa. La persona, cuando no
quiere estar en un lugar se vuelve conflictiva, trátese de un
puesto ya sea de ministerio, o de trabajo seglar; trátese de la
vida familiar o de la interacción en cualquier otro contexto.
Cuando la persona ya no quiere en determinado escenario,
tiende a volverse conflictiva y quejosa.
- Comparaciones negativas. Este muchacho del relato está
comparando su situación con la de su hermano menor, está
estableciendo comparaciones negativas.
164
Los triunfadores se caracterizan por pasar por varias malas
situaciones, malas experiencias. De ellas aprendieron; de ellas
hicieron un compendio de valiosas lecciones. Y conforme a una
buena lectura de lo vivido se enfilaron a lo que fue su éxito
mayor y su obra maestra.
Lo que otros llaman fracaso, yo lo puedo llamar experiencias
de vida; lo que otros llaman fracaso yo lo llamaré lecciones; lo
que otros llaman fracaso, yo lo llamaré aprendizaje. Sé lo que es
caer, sé también lo que es levantarse.
Después de un serio revés ministerial, un gran amigo me dio
algo que fue una verdadera perla, me dijo:
—René, no te preocupes, en este nuevo comienzo ministerial
que vas a tener, vas a tener un éxito bien rápido
—¿Sabes por qué?
Yo, definitivamente, queriendo saber, dije:
—¿A qué te refieres?
—Ahora tienes algo que se llama experiencia —añadió—,
ahora sabes que funciona, que no funciona, adonde ir, donde
no ir, con quien meterte, con quien no meterte. Ahora tienes
experiencia.
Efectivamente, tuvo razón, en tiempo realmente corto,
conseguí más de lo que obtuve en el capítulo anterior.
Una buena lectura de lo vivido, equivale en muchos casos a
sumar lo que parece debes restar. También una buena lectura
de lo vivido, equivale a sacar el mejor provecho a eso que has
tenido que pasar; a eso que has llamado hasta aquí, fracaso,
Pablo te corrige, y te dice que todo lo sucedido, sirve para
avanzar.
165
actitudes negativas; en este caso, la actitud defensiva es el
resultado de un mal procesamiento de datos en la mente y
corazón, como resultado de tener un ojo malo y enfermo..
Si la persona defensiva cometió errores, lo que resultó de
sus errores no fue una actitud reflexiva; al contrario, en vez de
aceptar humildemente su equivocación, trato de justificarse y
se puso en actitud defensiva. Ejemplo: muchas personas que
cometen errores, se hacen los enojados para que nadie les
reclame nada. Esa es típica treta que usa la gente con actitud
defensiva.
166
Si hicieras bien, andarías con la frente en alto; lo hiciste mal,
pudiendo haberlo hecho bien, entonces no te quejes. Si bien
hicieres andarías con la frente en alto. En otras palabras: Caín
está frustrado por su propia incapacidad.
167
Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de
bronce y una cota de malla. David se los puso, se ciñó la espada
y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con
algo semejante.
—No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—. No estoy
acostumbrado a usarlo.
Así que David se lo quitó. Tomó cinco piedras lisas de un arroyo
y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con
su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para
luchar contra el filisteo.
1 Samuel 17:38-40 NTV
168
Una cosa es aprender y otra es imitar; aprender e imitar no
son lo mismo. Si hablamos de legitimar el imitar, lo que cabe
es la norma bíblica de Pablo: Imitar a quienes son realmente
imitables, Pablo es uno de ellos; e imitar a Dios, como hijos
amados. (1 Corintios 11:1; Efesios 5:1, Filipenses 3:17).
- Te hacen perder identidad y unción. Te pones disfraces y
caretas para decir o sentir que tienes unción. Pero en realidad,
al usar esas cosas, pierdes mas bien tu unción.
LÍMITES AUTOIMPUESTOS
Mira que interesante. Por un lado, estoy proponiendo no usar
ayuda, equipamiento, ropaje y maquillaje que no provienen de
Dios. Pero por otro, también debo decirte, que eso no significa
caer en el extremo de menoscabar o menospreciar el crecer,
aumentar y ensanchar tus posibilidades y potencialidades
naturales. Dios jamás te pedirá eso. Por ello, se debe acuñar
tanto lo uno como lo otro, para no caer en un extremo.
Por eso el consejo: Debes quitar todo límite que tú mismo te
has impuesto, toda limitación que te hayas autoimpuesto.
169
CÓMO DELEGAR
PARA BUENOS RESULTADOS
D
elegar es todo un tema en el contexto Iglesia. Delegar
es algo que resulta frustrante como experiencia para
muchos y conflictivo para otros. Algunos llevan las
marcas de haber delegado responsabilidad y autoridad, para
luego verse heridos, verse defraudados. Otros, no tienen idea
de lo que es delegar.
Pero, una Iglesia exitosa es aquella donde la delegación de
responsabilidades, el compartir ministerio con otros y hacer que
otros participen de manera efectiva, es parte inobjetable en la
lista que lleva al éxito y al crecimiento a las congregaciones.
Uno de los aspectos más críticos en hacer Iglesia, es saber
hasta dónde delegar, hasta dónde confiar en otras personas,
hasta dónde dar espacios que pueden resultar peligrosos. Este
es todo un dilema.
Negarse a delegar
Los pastores llevan las marcas de alguna mala experiencia,
de alguna mala situación vivida en lo que a delegar se refiere,
no quieren saber nada de al respecto, basados en que, alguna
vez, formaron un grupo de líderes que luego le dieron “golpe
de Estado” o “golpe de púlpito”.
Cuántas historias se cuentan sobre esto. Esta, es la primera
actitud, extrema cierto: Los pastores que se niegan a delegar,
básicamente, por miedo a ser traicionados.
171
Delegar sin dar formación ni supervisión
¿Cómo es posible delegar responsabilidades, actividades,
áreas de ministerio sin el aspecto formativo y el aspecto
supervisión? Imposible.
Pero sucede, y se debe a que muchos pastores tienen una
actitud laxa, demasiado superficial, demasiado cómoda; no
quieren el compromiso y trabajo cotidiano de estar formando
y supervisando gente. Consideran que solo es una interminable
atadura, que ni siquiera garantiza buenos resultados.
También están los pastores que delegan pero no se meten en
el detalle. En mi caso, prefiero ser del tipo de pastor que delega,
pero metido en el detalle; porque si tú delegas para olvidarte
de supervisar; más aún, de formar la gente, en definitiva, tus
resultados serán muy, pero muy malos.
172
vive desangrando día y noche haciéndolo todo o ser un “llanero
solitario” que no tiene poder de convocatoria para llamar e
inspirar gente a compartir el ministerio.
Entonces, ¿cómo asegurarnos delegar bien? Tenemos
que hablar en términos de fórmulas, que nos lleven a hacerlo
eficientemente y que garanticen buenos resultados; eficiencia
que tiene que ver, con la capacidad gestionar la calidad y los
resultados. Todos queremos ambos aspectos; todos queremos
calidad de gestión y todos queremos buenos resultados.
¿Cómo garantizar calidad de gestión y buenos resultados?
Para responder, cito un texto de los evangelios que nos
proporcionará una serie de referencias y elementos importantes
para poder responder a esta interrogante.
173
Este es un pasaje extraordinario, habla de los procesos
de delegación y de aspectos que necesitamos conocer de la
naturaleza humana, en el contexto de cómo delegar y las
dinámicas que van surgiendo en el proceso.
Los elementos de interés en el dilema de cómo delegar para
buenos resultados, según este relato, son los siguientes:
174
La gente no acepta de inicio con agrado, que se le delegue
sobre asuntos que consideran por encima de sus capacidades
Fue lo primero que Jesús les dijo a sus discípulos: “denles
ustedes de comer”. Aquella propuesta por parte de Jesús, les
sonó a locura: “¿cómo es eso, que nosotros les vayamos a dar
de comer? Señor, si el que hace los milagros eres tú. ¡No nos
pidas cosas más allá de nuestras capacidades!”
Cuando comencé mi pastorado, tenía un comportamiento
que no recomiendo: le contaba a la gente todo lo que había
en mi corazón, mis sueños de una iglesia mega, de grandes
facilidades, del uso de medios de comunicación, de ir por todo
el mundo plantando iglesias. ¿Que respondía la gente a mi
sueño y visión? Sencillamente se atragantaba, pensaban que era
resultado de mi propia ambición y deseos de grandeza, que esa
visión rebasaba por mucho sus capacidades y potencialidades.
Otro ejemplo: cuando estábamos por mudarnos a nuestro
actual edificio en CCI Tegucigalpa, hubo gente que cuando supo
que era una operación millonaria, en el tono más franco, —y yo
diría—, más sincero y amable, me dijeron:
—Pastor, no creo que lo vayamos a acompañar con mi familia
en esta segunda fase, porque creemos que es un proyecto
demasiado grande y nosotros no somos gente de grandes
economías. Nos parece que no lo vamos a poder apoyar como
usted necesita. Me dieron la mano y se fueron de la iglesia.
Pasamos a ese local extraordinario; y ahora, en comparación
con aquellos días en que se congregaron centenares, ahora se
congregan miles en CCI Tegucigalpa.
Aprendí una lección: la gente no acepta con agrado algo
que se les presente o que se les ponga como responsabilidad,
algo que ellos consideren más allá de sus capacidades.
Eso de “denles ustedes de comer”, los mató. Es decir, los
desmoralizó y descalificó de una vez; con esta palabra, ellos
se derrumbaron. Y no es que Jesucristo se equivocó en cómo
manejó la situación; es que —para nuestra enseñanza—, mostró
las fragilidades y tendencias del género humano. Jesucristo,
puso al desnudo la reacción de las personas, de acuerdo a cómo
los desafíos se les presentan.
175
Sé que tienes tu visión, pero aprende a dosificarla; aprende
compartir con la gente solo lo que pueden digerir y asimilar.
Los discípulos no pudieron procesar, de golpe, que había que
alimentar a miles de personas y sin recursos aparentes.
176
La Biblia no dice realmente bajo que criterio se organizaron
esos grupo pequeños; si las mujeres y los niños estaban en
un grupo, si los ancianos o los hombres quedaban en grupos
aparte. El caso es que, bajo algún criterio que no se menciona,
se organizó toda aquella multitud, que eran más de cinco mil
personas.
Comienza todo con “denles de comer” y casi se mueren del
susto. Luego, “vayan y averigüen si alguien tiene unos panes
y unos peces”. Ahora a “organizar a la gente”. Hasta aquí, los
discípulos están descargados de la presión de tener que resolver
por si mismos la situación; hasta aquí, se les está pidiendo algo
que pueden hacer. La segunda fase de delegación también está
resultando exitosa.
Delegar no comienza con demandas extremas para probar
la fidelidad de la gente. Jesús no se equivocó haciendo una
descomunal demanda a sus discípulos; lo hizo para demostrar
de qué está hecho el ser humano; que el ser humano tiene más
la tendencia a echarse atrás, que de ir hacia adelante.
Delegar comienza con actividades que la gente puede hacer.
Algo más allá de esto, generará decepción en ambos extremos:
se frustrará el pastor y se frustrará su gente.
177
¿Cuál es el problema de muchos pastores? Que gastan
bastante de su discurso, de su tiempo, de sus capacidades,
lloriqueando que no se tiene para esto o para lo otro; que si
se sigue así, se cerrará tal actividad o tal programa. Esto es
desanimar a la gente. Lo que tenemos que hacer es decir: “miren,
tenemos estos panes y estos peces, pero vamos a mirar hacia
arriba, vamos a bendecirlos, vamos a presentarnos delante de
Dios, confiando que Él nos bendecirá con un milagro”.
Cuando se delega enseñando a la gente a mirar hacia arriba
y presentando a Dios lo que se tiene, se genera la confianza y la
fe en que Dios usará eso poco que se tiene y mostrará que Él es
parte del equipo. ¡Maravilloso!
En este proceso que estamos observando del texto bíblico,
Jesús está activo todo el tiempo, Jesús es protagonista todo el
tiempo. Él no les delegó y se dio la vuelta, Jesús estuvo lidiando
e interactuando con ellos en varios niveles.
Les mostró, por ejemplo, que no hay nada más poderoso que
hacer las cosas, no por lo que representan o puedan significar,
sino con la intención de hacer bien a la gente, de bendecir a la
gente. ¿Cuál era la gran intención con esos panes y esos peces?
Bendecir a esa gente, que esa gente no se quedará ese día sin
comer.
¿Por qué queremos crecer?, ¿por qué queremos ver milagros
en nuestras iglesias?, ¿por qué queremos tener templos
bonitos?, ¿por qué queremos tener buenos locales?, ¿para el
engrandecimiento propio, para la gloria nuestra?
Es importante que aprendamos a cambiar el deseo de
engrandecimiento nuestro por el deseo de ver la gloria de Dios
en la bendición de la gente, que no es lo mismo.
Hay pastores que están frustrados porque no están viendo
lo que quieren ver; pero es, porque quieren sentirse exitosos,
porque quieren sentirse grandes de alguna manera. Este es un
motivo equivocado. El gran motivo tiene que ser bendecir a la
gente, que la gente pueda ver la mano de Dios en su favor..
Nada más inspirador que ver líderes que hacen y sirven,
no para demostrar grandes dotes espirituales, sino por un
firme y sencillo deseo de presentar la necesidad de la gente al
178
Señor, y de ver operar la mano de Dios con milagros para su
pueblo. Cuando Jesús toma aquellos panes en compañía con
sus discípulos; luego dirige la mirada al cielo y los bendice, es
básicamente, para ayudarlos a dejar de pensar en sí mismos
y enfocarse en Dios. Para quitar la mirada de sus limitadas
capacidades, de sus dones, por muchos o por pocos que hayan
sido, para poner la mirada en aquel que todo lo puede, aquel
que puede llevarles a la más grande victoria y el mayor triunfo.
Lo mismo quiere hacer con nosotros.
179
La alabanza fue un desastre, el predicador, en retazos,
pudo concluir su mensaje. Había un ingeniero donde estaban
los generadores, completamente perplejo, sin saber lo que
en verdad sucedía. Luego, vendría el siguiente horario de
celebración, en el que me tocaba predicar. Y me dije: “Esto no
me va a echar a perder mi mensaje”. Traía un mensaje que,
además de importante para la iglesia, era largo y complejo; y
pensé: -“si me pongo a predicar bajo estas condiciones, no voy
a lograr nada”. Entonces, me puse de pie, ante la congregación,
justo antes de predicar el mensaje, les dije:
—Iglesia ¿cuántos están disfrutando que se nos esté yendo
y viniendo la energía? Por supuesto, nadie está disfrutándolo
—¿Y por qué no lo resolvemos? —les dije—.
Me quedaron viendo todos con “ojos cuadrados”; en
plataforma, no menos de quince personas, y la congregación
muy numerosa, también me observaban.
—Oremos, pidámosle al Señor que nos mande “un ángel
mecánico” que arregle ese generador, porque yo no quiero
tener ni una sola interrupción en mi mensaje, fue mi propuesta.
Comenzamos a orar. Estaba muy próximo el momento para
la predicación, y de pronto, se corta otra vez la energía, vuelve
en pocos minutos, y vuelve a cortar. ¿Sabes que sentí? Sentí
que había gente que no subió al barco de la fe conmigo y que
esos estaban convencidos de que los generadores no se iban
a arreglar. No tuvieron la fe, no tuvieron la confianza, tal como
estos discípulos de Cristo que dijeron: “¿de dónde vamos a
sacar para que coma toda esta gente?”.
Porque todos respondemos según los diferentes estados de
fe; así es que, el miedo, la cobardía y la incredulidad de alguno
de ellos se hicieron presentes. En fin, subí a predicar mi mensaje.
¿Sabes cuantas veces la energía se cortó? ¡Ni una sola vez!. Se
interrumpió la energía hasta que dí la bendición pastoral y
despedí a la gente. Al solo concluir, ¡bum!, la energía eléctrica
se volvió a caer.
Esto tiene que ver con que “delegar no solo es decir
hagan”. Se requiere de pastores que “enseñen haciendo”. Fue
lo que hice: me subí a orar para enseñarle a los que estaban en
180
plataforma y a la congregación que, juntos podíamos resolver
este asunto. Podíamos orar, aplicar la fe de manera corporativa
y perder que Dios enviaría “un ángel mecánico” a resolver el
asunto. ¿Sabes que dijo el ingeniero que estaba allá, lidiando
con el generador?, que no sabe cómo se arregló, que no tuvo ni
la menor idea de cómo se resolvió el problema.
Esta anécdota sirve para enseñarnos que, no es solo delegar
y pedir cuentas, hay que “enseñar haciendo” y hay que estar
en medio de la gente, luchando y sufriendo el riesgo todo el
tiempo.
181
CÓMO FORMAR EQUIPOS
DE ALTO DESEMPEÑO
T
odos los que fallan haciendo ministerio se debe al mal
funcionamiento de su equipo. Hay fracturas, dispersión,
no se capta enteramente la visión, no aprende a hablar
con el mismo lenguaje, etc. Todo esto es mal funcionamiento
del equipo.
El modelo ministerial de Jesús nos muestra que el éxito
comienza con el equipo que está alrededor del pastor. Si tienes
éxito en ello, tendrás éxito garantizado en los proyectos que
emprendas.
183
En la actualidad todas las organizaciones requieren
de equipos de alto desempeño para cumplir sus tareas.
La mediocridad no es admisible si vas en pos del éxito. La
mediocridad no es admisible en este siglo XXI, que reclama
excelencia, capacidad, rendimiento y alto desempeño.
El proceso de formación para crear equipos de alto
desempeño, no es fácil, pero no es imposible. Hay que explorar
este proceso y descubrir los distintos factores que debemos
prevenir, anticipar y corregir.
¿Cómo lograr un equipo eficiente a tu alrededor? Esto no
es maná que cae del cielo, no viene vía unción, no viene por
imponer manos a tu equipo y de repente son una maravilla.
Definitivamente no. Esto tiene que ver con un trabajo que debes
realizar.
184
El servir a Dios nos ayuda, nos sana en muchas maneras. Sin
embargo, no podemos intentar servir a Dios con propósitos,
insanos, impuros y enfermizos. Para servir a Dios tenemos
que renunciar a los propósitos privados, individualistas; a
lo demasiado particular. Esa renuncia es algo que hay que ir
induciendo, poco a poco; hasta lograr que la gente se olvide de
sí misma y piense más en el “nosotros”, y que esas voluntades
individualistas se vayan conjuntando en pos de un solo
propósito.
¿Cómo saber si van ya tras un solo propósito? Lo sabrás por
el lenguaje que usan. Si comienzan a hablar en el idioma de
cuerpo, el idioma de familia y el idioma del “nosotros”, y si en
su actuar los ves coadyuvar para el bienestar o el progreso de
los otros.
En una ocasión, una de nuestras áreas de ministerio que
tiene que ver con medios de comunicación se estaba mudando
de un espacio a otro dentro de nuestras facilidades, pero en
el proceso quedaron sin liquidez económica. Y observé, que
de buena voluntad otro de los ministerios accedió a prestarles
cierta cantidad para que aquellos se oxigenaran en términos
financieros. Lo que me dijo la persona que administraba las
finanzas en este otro ministerio, me gustó, dijo:
—Bueno, si vamos a hacerlo, tenemos que ayudarnos unos
a otros.
Me gustó, porque eso indica con claridad que las voluntades
se van conjuntando hacia un solo propósito. Por eso reiteró:
hay que buscar articular las voluntades en una sola ruta de
propósito.
185
No solo es cosa del siglo XXI. Por mi experiencia veo que
eso ya no funciona, que hay que interesarse no solo en el saber
y en la capacidad de la gente. Hay que enfatizar en el estado
emocional de las personas porque, al fin y al cabo, somos
entidades que sentimos, que nos movemos por el impulso de las
emociones y sentimientos; y cuando las emociones nos indican
que solo se nos utiliza y que carecemos de valor e importancia
para quienes están por encima nuestro, en autoridad, eso nos
hace caer en un vacío.
Vengo de una generación ministerial orientada a los
resultados. Cuando comencé a triunfar en el pastorado, a
partir del principio de los años ochenta, fui parte de ese
gran movimiento de “Iglecrecimiento”, la “administración
por objetivos” y la “planeación estratégica”. Me hice parte de
todas las escuelas de crecimiento y resultados de la época; y
llevé a nuestro ministerio hacia un modelo donde la búsqueda
y consecución de resultados era lo más importante. Aún me
quedan resabios de esa época, pero ya mi mente y mis actitudes
están enfocadas en tomar en cuenta no solo la capacidad
pensante sino también la emocionalidad de las personas; y
encuentro que la gente funciona mejor y sus capacidades fluyen
más, cuando emocionalmente se sienten mejor.
186
Hay que asumir que tendremos personalidades diversas;
y si comenzamos a cuestionar las diferentes personalidades,
ahí comienza el tropiezo y el conflicto. No estamos para
psicoanalizar a las personas, estamos para incorporar todas
las personalidades, temperamentalidades y emocionalidades.
Nuestra meta debe ser lograr la integración completa de la
persona. Ello implica que tienes que hacer esfuerzos porque las
personas se relacionen positivamente.
Todo comienza con quién lidera. Si el líder es conflictivo,
obviamente habrá conflictividad en el equipo. Eso lo pude vivir
y experimentar, para mal. Pero si el líder es pacífico y pacifista, si
en lugar de alterarse se mantiene sereno, el equipo funcionará
mejor, y no estarán nerviosos ni “mostrándose las garras”.
Es tu esfera de responsabilidad y liderazgo, debes
preguntarte: ¿será que tú provocas la mala atmósfera en tu
equipo? Eres tú quien se tiene que cuestionar en principio. No
puedes cuestionar a tu equipo sin antes haberte cuestionado a
mí mismo.
187
Haz una lista y anota en una hoja en blanco aquello que
hace ruido e interferencia en la comunicación de tu equipo, y
te aseguro, que encontrarás no menos de media docena de
elementos. Soy el primero en reaccionar cuando alguien genera
interferencia en la comunicación de mi equipo; pero de igual
manera, asumo lo mal que se sentirá una persona, cuando
al hablar le comunico algo negativo, y soy quien provoca
interferencia y ruido en nuestra comunicación.
188
solas que en compañía de otros. Y mira que los disfuncionales
suelen ser muy capaces. Su disfunción es social, no de capacidad.
En mis equipos he encontrado con uno que otro, que me
dice: —Pastor, a solas trabajo en lo que sea, pero no me ponga
con otros, así yo no funciono—. Y tiene toda la razón: así no
funcionan. El problema es que así, tampoco el cuerpo funciona.
Prestemos atención a los disfuncionales, pero no para
reprimirlos, no para humillarlos, tampoco para hacer terapia en
público con ellos frente al resto del equipo. Por el contrario,
más bien, desarrollemos un mayor grado de discernimiento
sobre cómo tratar a estas personas, y de maneras significativas,
ayudarlas a encajar mejor dentro del equipo.
189
en realidad eran piezas sueltas, no un verdadero engranaje.
En un equipo, hay que detectar a los que solo están “puestos”,
que no están realmente ajustados en el “engranaje”. Necesitas
hacer que tu gente sea parte del engranaje, que no estén solo
puestos. Lo dice la sagrada escritura, aún una vez más dice el
Señor removerá no solamente los cielos, sino también la tierra y
las cosas conmovibles serán conmovidas y caerán y solamente
quedarán las cosas inconmovibles (Hebreos 12:27).
Nosotros los pastores, tenemos que inspirar de tal manera,
y tener tal capacidad de articular palabra, de infundir ánimo y
confianza en la gente, para que se genere en ellos un fuerte
compromiso con la obra. No tenemos que ser perfectos, pero
debemos tener el carácter, la personalidad para ser el capitán
del barco; y que la gente sepa y conozca que su líder será el
último en abandonar el barco. Esa actitud y ejemplo es lo que
produce valentía y unidad en el equipo, ellos dirán:
—Yo me quedo al lado de mi capitán, prefiero hundirme con
él que abandonar el barco.
Cuando los equipos están bien conformados, son longevos;
no hay mucha rotación de gente, la gente llega para quedarse.
Las personas en mi equipo son de entre veinticinco y treinta y
cinco años trabajando conmigo.
Son piezas del engranaje, no están solo puestas. Por supuesto
que, hasta Jesucristo tuvo piezas sueltas en su engranaje, igual
yo he tenido pérdidas. Pero, me refiero a que, tenemos que tratar
todo el tiempo de unificar a nuestro equipo, llevarlos a adoptar
una sola posición, una sola actitud frente a la adversidad.
190
direccional se va adquiriendo de la mano de Dios. ¿La tenía yo?
En ninguna manera. ¿La tenía Moisés? Tampoco la tenía. ¿La
tenían los patriarcas, los profetas, los apóstoles? No, no la tenían.
Es algo que adquieres a medida caminas con Dios. Conforme te
fundes en una comunión, en una amistad, en una sociedad con
Dios, en esa manera vas adquiriendo la capacidad direccional.
Ahora bien, la cosa es saber qué quieres. He visto pastores
cambiar de visión y de proyecto constantemente. Son pastores
que me vienen con una novedad cada tanto; que, como ya dije
antes, se encuentran un libro exitoso de como hacer esto o
aquello, o una propuesta por otro lado. Pastores así, no creo
que encuentren fácilmente la capacidad direccional.
También es importante que despertemos a esta otra realidad:
Dios no bendice los sistemas, no bendice las estrategias, Dios
bendice a las personas; y más específicamente, bendice a
aquellos que le buscan y que aman caminar con Él.
El modelo parece ser siempre este: Dios llama a un individuo,
y al que Dios señala; a ese lo capacita y bendice mediante
procesos. Pero hay pastores que no quieren crecer mediante
procesos; prefieren milagros, porque los procesos toman tiempo,
los milagros son espontáneos. En su caso, quieren encontrarlo
todo condensado, listo para el microondas. No estoy en contra
de los milagros, claro que no, deben haber milagros sucediendo
todo el tiempo; pero en lo que a crecimiento de la obra de Dios
se refiere, deben haber procesos, sistemas y estrategias. Lo que
critico, es la inconsistencia de algunos pastores que buscan
resultados instantáneos.
Si tienes una clara visión de lo que quieres, de una o de otra
manera, lo vas a lograr. Y si ofreces e imprimes claramente esa
dirección y ese enfoque de tus objetivos a la gente que está
alrededor tuyo, el éxito está garantizado.
191
absolutamente todos. Pablo lo explicó, hablando del cuerpo de
Cristo, la Iglesia. Dijo el: “el ojo no puede decirle a las manos
que no lo necesito, las manos no le pueden decir a los pies,
no los necesito”; y añade, que “los miembros del cuerpo que
se ven más discretos, que se ve más vulnerables son los más
necesarios” (1 Corintios 12:23).
Y es cierto, los órganos y los miembros de un cuerpo que
son más vulnerables, son los que nos matan o nos dan la vida.
Así sucede entre los humanos, en esta visión de cuerpo: alguien
que limpia los pisos es tan importante como cualquier otro, y
aquel que está en alta posición no es más que los subalternos.
Procura entonces, que cada uno adquiera conciencia de la
importancia de su papel. No que se vuelva altivo respecto al
papel o función que desempeña, sino que tenga conciencia que
en un engranaje, hasta la pieza más pequeña, puede hacer que
el reloj funcione la perfección, o funcione mal.
192
logra crear esa atmósfera, el equipo supera las equivocaciones
de uno o del otro.
Ya me ha tocado tener que decir: —Perdónenme porque me
equivoqué—, me he puesto de mal humor sin que eso fuese
necesario o me aferré a una perspectiva que al final resultó
errónea. Todos tenemos que estar dispuestos a entrar en esa
dinámica. La gente aprende viéndolo en ti como su pastor y
líder. Si admites tus equivocaciones, la gente imitará este buen
comportamiento; pero si eres altamente defensivo, producirás
esa misma clase de líderes. Si eres un “pastor sargento”, tus
líderes serán sargentos y si eres un pastor con verdadera actitud
pastoral, ese mismo modelo reproducirás en tu equipo.
193
Cuidar los saboteadores que defienden enérgicamente
sus posturas
Hay gente que puede sabotear lo que el equipo ha estado
haciendo. En todos los equipos hay gente así, los llamo
“territoriales” en algunos casos y “saboteadores” en otros. Los
puedes ver en acción en cuanto invades su territorio; te lo hacen
saber y sentir; o cuando se está en una discusión y tocas algo
de lo que está bajo su responsabilidad, comienzan a defender
enérgicamente su postura, su opinión o su propuesta. No se
dan cuenta estas personas que, con su inflexibilidad, sabotean
la estabilidad y el trabajo del equipo.
Hay dos maneras de flexibilizarlos: tomar un almádana
y romper el candado, o tomar un pequeño gancho y jugar
la cerradura hasta abrirlo. Por experiencia recomiendo lo
segundo, porque si rompes el candado de golpe, esa persona
probablemente quede lastimada; pero si lo haces de otra
manera, sin que la persona se sienta violentada, abres el candado
y ablandas su actitud, en aras del bien del equipo.
Es importante que esa persona reconozca que no es la
cabeza del equipo, que está en el engranaje. Si flexibiliza su
postura, lograste bastante, y esa persona y el resto del equipo
no solo tendrá éxito, también crecerá y madurará.
194
FACTORES DE DESGASTE MINISTERIAL
E
l desgaste ministerial, y en general el desgaste, es una
realidad humana. No hay persona que se dedique de
manera continua a determinada labor, a quien el tiempo
no le vaya erosionando sus fuerzas. Entrar en un proceso de
desgaste es algo con lo que tenemos que lidiar; y la medicina
preventiva, siempre resulta ser la mejor. A ella nos ocuparemos
en este capítulo. Y puede ser que, mientras lees este libro, te
encuentres sin fuerzas, sin ánimo, sin ganas de continuar. Eso,
con probabilidad, podría ser un claro síntoma de que estés en
un proceso de desgaste ministerial o desgaste ocupacional.
195
no te renuevas, el desgaste será exponencial, será evidente.
Entonces, el desánimo se presenta con toda seguridad, cuando
hay desgaste. No obstante, el alivio al desgaste, es activar un
proceso de renovación en nuestra persona.
196
especie de palabra compuesta: “ana”, que es el vocablo raíz,
y significa “a través de”, o “por medio de”; y “kainos”, que se
traduce como: “hacer algo nuevo”, “hacer algo no antes visto”.
Entonces, “anakainosis”, significa: “a través de o por medio de,
hacer que algo sea nuevo”; pero no como un remiendo, de
una reparación, sino “nuevo” en el sentido de “no antes visto”.
Déjame ejemplificar el concepto “anakainoo” de la manera
siguiente: Es como, cuando vas a una tienda de ropa, y escoges
una camisa de determinado color, marca y diseño. La camisa
es nueva; pero eso en el griego del Nuevo Testamento sería
“neos”. Es una camisa nueva porque nunca ha sido usada. Pero,
“anakainosis” tiene que ver con algo nuevo en un sentido
diferente, porque aunque esa camisa que compraste es nueva
para ti, seguramente habrá docenas de ella en la tienda:, con el
mismo color, diseño, botones y tela. En ese sentido, no es nueva,
porque hay muchas en la tienda que son exactamente iguales
a la tuya. “Kainos”, por el contrario, es transformar algo, hacerlo
completamente nuevo, que no existe algo que se le repita; es
algo nunca antes visto.
Esta es una buena noticia para nosotros, porque significa
que los procesos de renovación no son ficción, ni son remiendos;
tampoco son una igual a un montón. El vocablo indica, que Dios
hace en nuestras vidas, no una reparación apenas, sino verdadera
transformación de todo aquello que nos limita, nos desgasta
y deteriora. Esta es una excelente y extraordinaria noticia: no
somos prendas de una maquila; y lo que Dios hace en nosotros
es un proceso de renovación único, que no se compara con el
de alguien más.
Caín
Caín no supo lidiar con la necesidad de tener que intentarlo
de nuevo. Todas las personas camino al éxito o en camino a
alcanzar la meta, cometemos errores, tenemos fracasos, sufrimos
pérdidas; y a veces sucede que, ante la pérdida o el fracaso,
197
desistimos. Optamos por otra ruta, que puede ser designarse
como un fracaso; o como muchos, que van deambulando de
proyecto en proyecto, de llamado en llamado, de ministerio en
ministerio; solo porque no se dan cuenta.-o no quieren hacerlo
que hay que lidiar con la necesidad imperiosa de tener que
intentarlo de nuevo. Toda persona que logra el éxito tiene que
darse la chance de intentarlo otra vez, no importa la vergüenza,
no importa cuánto el fracaso este pesando, no importa cuán
culpable se sienta, no importa cuánto la gente lo critique. Tiene
que darse la oportunidad de intentarlo de nuevo.
198
Siempre me he preguntado el por qué, en la mente de Caín,
no se consideró la posibilidad de intentarlo de nuevo. Hemos
leído la parábola del hijo pródigo; y este, que no es más que
alguien que fracasa en un intento, decide sabiamente buscar
otra oportunidad. ¿Por que Caín no hizo exactamente lo mismo?
Todos lo humanos tenemos que darnos la oportunidad para
volver a intentarlo, si es que queremos llegar a nuestra meta.
Todos tenemos que darnos otra oportunidad, no importa cuán
grande y vergonzoso haya sido el fracaso. A diferencia de Caín,
quien permitió que el sentimiento de fracaso lo envenenara
y lo llevara al pecado, el protagonista de la parábola del hijo
pródigo encaró su error, se levantó, volvió a su padre y buscó
una nueva oportunidad.
Un obstáculo que superar en el proceso de renovación por
el desgaste, es no querer intentarlo de nuevo por vergüenza, por
culpa o por desánimo. Este, invariablemente, es un obstáculo
que tendremos que superar.
Moisés
Moisés experimentó un proceso muy serio de desgaste, al
grado que fue expulsado del proyecto de Dios, no pudo entrar
a la tierra prometida. Moisés no supo lidiar con la mezcla de
dolor personal más la incomprensión de la gente. Si hay dos
cosas con las que cuesta trabajar en nuestras vidas es con el
dolor personal, más la actitud incomprensiva de la gente. Por
lo general, nos causan dolor las derrotas y fracasos sufridos;
también nos producen dolor nuestras pérdidas, nuestra
actuaciones desacertadas. Y si a eso le sumamos el juicio, la
crítica, el mal querer y el rechazo de la gente, lo que produce
es un rompimiento interior generalizado; un desgaste y una
erosión tales que, si no los sabemos manejar, pueden dar por
mal concluidas nuestras mejores y más importantes tareas y
proyectos.
199
Como hubo una gran escasez de agua, los israelitas se
amotinaron contra Moisés y Aarón, y le reclamaron a Moisés:
«¡Ojalá el SEÑOR nos hubiera dejado morir junto con nuestros
hermanos!
Números 20:1-3 NVI
200
La instrucción de Dios estaba clara: no había que meterse con
la gente, no había que hablar, exhortar ni reprender a la gente.
Dios le dijo: “háblale a la roca”. Hay que aclarar que Moisés, dice
la Biblia, era el hombre más manso de toda la tierra. ¿Cuantas
veces se le sublevó la gente a Moisés? Cualquier cantidad de
veces. Pero, cada vez que la gente vino con reclamos, Moisés y
Aarón fueron a la presencia de Dios a orar, a buscar instrucciones.
Moisés era el hombre más manso de toda la tierra; pero, por
causa de la mezcla de dolor personal y la gente que lo llevó al
plano del hastío, perdió la capacidad de resolver la situación al
no obedecer la instrucción de Dios.
201
de esta gente, los hebreos. Moisés se mete en un pleito con el
faraón, siendo su familia en algún sentido. Moisés tiene que ir
por el desierto con toda aquella gente, aunque salió de Egipto,
tienen esculpida la actitud de esclavos maleducados, con malas
costumbres e insubordinación. Moisés tiene que aguantar el
vocablo soez de ese pueblo y su reclamo absurdo. Y ahora,
después de todo ese tiempo transcurrido con tantas experiencias
vividas, de pronto Moisés queda fuera del proyecto. Dios le dice:
—No vas a entrar en la tierra prometida. No vas a entrar
porque permitiste un proceso de desgaste.
Tus dolores te impidieron manejar los reclamos de la gente.
Pero cuidado, que Moisés no esta solo en esto.
Pastor, tus dolores, corajes y angustias ministeriales no
resueltos, pueden inhabilitar tu llamado, pueden inhabilitar tu
ministerio y salir también tu del proyecto de Dios.
Saúl
Saúl no supo lidiar con el éxito ajeno. Conozco cualquier
cantidad de pastores que viven acomplejados por el éxito de
otros pastores y de otros ministros. Hay quienes no saben lidiar
con su falta de éxito; otros, no saben lidiar con el éxito logrado;
pero hay otros, que no saben lidiar con el éxito que otros han
obtenido. El no saber lidiar con el éxito ajeno, en Saúl, activó
complejos y obsesiones en su persona y distorsionaron su sentir
y su llamado en Dios.
202
La reacción de Saúl es una reacción de desgaste, disgustado
por lo que decían.
Cuando estás en un proceso de desgaste, todo te
molesta; si alguien premia con frases bondadosas, positivas
lo que otras personas son o han logrado, a ti te molesta, a ti
te disgusta, porque eso toca la llaga y la herida de tu propia
falta de éxito. En el caso de Saúl, vienen de ganar milagrosa y
maravillosamente una batalla; pero Saúl, en el fondo, no siente
haber sido el protagonista. Siente que el protagonismo se lo
llevó David, siente que la fama se le acredita a David, aunque es
claro que a quien está recibiendo el pueblo con panderetas, con
instrumentos musicales con danzas no es a David, es al rey Saúl.
Pero este, se acompleja, se disgusta y protesta por los elogios
concedidos a David. A partir de esa ocasión, Saúl empezó a
mirar a David con recelo. Sucede que, a veces, las personas más
exitosas son las que menos saben lidiar con el éxito de otros.
Sucede en demasiados casos, que las personas muy exitosas,
son celosas, son acomplejadas, tienen problemas de autoestima
y no saben lidiar con el éxito de otros.
Por tu bienestar espiritual, debes procurar no comparar
tu éxito con el de alguien más. No te obsesiones con el éxito
ajeno, porque el obsesionarte con el éxito ajeno y el no saber
lidiar con ello, es un factor que producirá en ti serio desgaste. En
cuanto a Saúl, el no saber lidiar con el éxito de David, le produjo
tal desgaste que se enfermó mental y anímicamente. Saúl,
prácticamente se constituyó en un caso psiquiátrico, destruyó
todas sus relaciones, aún sus relaciones familiares, y terminó
suicidándose. No saber lidiar con el éxito ajeno, es un peligroso
factor de desgaste.
203
empeoran con el tiempo. La fidelidad se agota con el tiempo, la
fidelidad se envejece con el tiempo, la fidelidad se amarga con
el tiempo.
Después de 40 años de ministerio he tenido que lidiar
con los efectos del paso del tiempo sobre mi persona, sobre
mis relaciones y sobre mi ministerio. En todas estas esferas, el
tiempo afecta tu fidelidad. Hay un momento en que te cansas,
hay un momento que tiendes a amargarte, a disgustarte por
todo; a hacer de nada, un gran problema. Es el paso del tiempo
que está afectando tu fidelidad. Lo que estoy diciendo, es que
es posible ser “amargadamente fiel”, como este hermano mayor
del hijo pródigo.
204
CÓMO ALCANZAR
UN MINISTERIO DINÁMICO
U
n ministerio dinámico es lo que todo pastor quiere
tener. Un ministerio dinámico es lo que todo líder
desea tener. Un ministerio dinámico es lo que todo
creyente quiere tener. Este es, por consiguiente, un tema de
importancia suprema en los distintos niveles de ministerio en
que nos encontremos.
205
y se acuestan muy tarde por la noche, viviendo en activismo
febril, casi interminable, y eso no garantiza su éxito. Por el
contrario, conozco personas que dosifican su actividad; pero su
actividad tiene tal dinámica y tiene tal efectividad, que haciendo
menos logran más; en comparación con aquellos, que hacen
más y terminan logrando menos.
206
ya conoce, lo que aprendió. Necesita superarlo; y eso significa
leer, estudiar, aprender en las distintas maneras en que puede
hacerlo.
Finalmente, podemos describir la rutina en la comodidad
que hayas en hacer siempre lo mismo y del mismo modo. Es
decir, cuando te sientes bien haciendo las cosas que haces, a la
hora que las haces, en el estilo que lo haces. Pero, todo eso es
más que una falsa seguridad.
Hablando con uno de nuestros pastores, a quien estuve
visitando en el aniversario de su iglesia; le dije:
—Cambia el orden del programa de la iglesia, incluye otros
elementos al programa de celebración de tu iglesia, porque es
exactamente lo mismo todo el tiempo—, y aclaro, él, como la
mayoría, se sentía seguro, repitiendo su rutina. Pero, como no
estamos para sentirnos seguros, haciendo las mismas cosas
todo el tiempo, le hice tal propuesta.
Soy un convencido de que Dios, nos ha llamado para ser
creativos. Por ello, debemos tratar de innovar lo más posible;
a diferencia de quienes hayan esa falsa seguridad en la rutina.
El caso, es que el pastor me contestó en forma semejante a
la del hijo de la parábola: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin
desobedecer jamás las órdenes…” Lucas 15:29 NVI
Sin importar lo que se pueda argumentar, lo cierto es que el
cuadro de la rutina, es el de alguien que dejó de disfrutar lo que
hace, que se aburrió de hacerlo, pero aun así, sigue haciéndolo.
Este el cuadro patético de las cuerdas del compromiso sin
tensar. Es la imagen de la persona que vio los años transcurrir,
que sirvió de manera ininterrumpida, pero que no está feliz, que
se siente vacío. Es es el cuadro de la rutina que, cual males,
invade y se apodera de una persona hasta ahogarla.
Y hazte esta pregunta: ¿hasta dónde puede llevarte una
actitud rutinaria? Puede llevarte a perder conciencia, en tres
dimensiones:
- Perder conciencia de quién eres. Es lo que le pasó al chico
del texto leído; él dijo a su padre: “fíjate cuántos años te he
servido sin desobedecer jamás tus órdenes”. Es evidente que
ya no sabe quién es. Olvidó viviendo, día a día, en una rutina
207
interminable, que él era el hijo de la casa, el hijo del dueño de
todo. Pero, por causa de la rutina, se siente como un jornalero
más,.
- Perder conciencia de lo que posees. El muchacho de la
historia, no sabe lo que posee; dice a su padre, el dueño de
todo: “ni un cabrito me has dado para celebrar con mis amigos”.
Erróneo totalmente. No es verdad. Aparte de que es el hijo del
dueño, olvida que el padre repartió los bienes y la herencia
entre ambos hijos, se dice al inicio de la historia. Pero él, no
sabe lo que posee. Lo olvido viviendo una vida rutinaria. Pastor,
cuidado con la rutina.
- Perder conciencia de con quién estás. Una actitud rutinaria
te roba la conciencia de los talentos que posees, de tus
capacidades y de las oportunidades que tienes. También te
hace perder conciencia de con quién estás. Y en esa condición,
comienzas a decir cosas fuera de la realidad. Pero, la verdad, es
que tú no sirves a una organización, que no tienes un trabajo
cualquiera.
Tu verdad es que sirves a Dios, no a los hombres; y que
caminas de la mano con Él. El padre de la parábola tuvo que
decir a su hijo: “hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas
son tuyas”, porque el hijo había perdido conciencia, no solo de
quien era, sino también, de con quién estaba.
No saber quién eres, que posees con quien estás, es haber
perdido algo de tu identidad.
Hay pastores que han perdido su identidad, ya no le hayan
sentido a su llamado, a su servicio al altísimo; y tampoco tienen
un ministerio dinámico.
208
Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo
y se postró delante de él.
―Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para
heredar la vida eterna?
― ¿Por qué me llamas bueno? —Respondió Jesús—. Nadie
es bueno sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: “No mates,
no cometas adulterio, no robes, no presentes falso testimonio, no
defraudes, honra a tu padre y a tu madre”.
―Maestro —dijo el hombre—, todo eso lo he cumplido desde
que era joven.
Jesús lo miró con amor y añadió:
―Una sola cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y
dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y
sígueme.
Al oír esto, el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía
muchas riquezas.
Marcos 10:17-22 NVI
209
El hombre de la historia no quedó contento, el texto dice
que se desanimó, se traduce del griego “Stubnasso” como algo
lóbrego, sombrío, nublado, y algo entristecido, algo en el espíritu
de este hombre se apagó, no importa cuántos mandamientos
había cumplido desde su juventud, su presente, estaba lóbrego,
estaba sombrío, estaba nublado y estaba entristecido, y dice
que se fue triste; aquí esto que se traduce como triste, se traduce
del griego “Lupeo”, creo que literalmente se traduce como estar
afligido, angustiado y deprimido.
210
filisteo. El resto de la historia, todos la conocemos, David venció
al gigante Goliat.
Pensando en esta historia, hago la reflexión y me digo, que
la verdad es que muchos no tienen un ministerio dinámico,
por la errónea idea de que necesitan un arsenal de dones y
capacidades. Saúl, con buena intención equipó a David con
todo aquello: un casco de bronce, una tremenda espada, un
gran escudo. Pero nada de eso le sirvió. Termino venciendo al
gigante con su onda y sus piedras del arroyo.
Cuántas personas se ponen encima un equipamiento que no
es propio, que no les pertenece; y terminan siendo solamente
una burda imitación de alguien más, usando armamento
ministerial que no es el suyo propio. Al final, con esa idea
equivocada, de necesitar un arsenal de dones y capacidades,
terminan no usando lo único que Dios puede usar: lo que ellos
realmente son y poseen.
Lo único que Dios quiere usar es lo que ya eres y lo que ya
posees. No busques nada fuera de ti. Te repito lo que escuché
decir, desde muy joven: -el Dios que llama, es el Dios que
capacita-.
Una coraza prestada no te conseguirá éxito ni respeto,
en ninguna manera; pero si te hará perder unción. La unción
comienza cuando uno, humildemente dice:
—Dios, tú sabes quién soy, me conoces por dentro y por
fuera; tú conoces mis debilidades e imperfecciones; es más,
conoces mis pecados. Pero me presento delante de ti, Señor. Y
espero que en tu gracia, y me has de utilizar, me vas a usar así
como soy. Es mejor hablar en estos términos, que disfrazarse, e
intentar equiparse con algo que, a final de cuentas, no es nada
más que un disfraz o un acorazamiento falso. Recordemos que
Dios abomina la falsedad y la simulación.
Debes aprender, pero no imitar. Aprender es una cosa,
imitar es otra. Hay quienes aprenden. Para ello se requiere de
mentores, se requiere de modelos, se requiere de ejemplos
vividos. Hay otros que solamente imitan. Para ello solo basta
encender la televisión, y comenzar a copiar los ademanes y
el tono de voz del pastor famoso, cuidado, que la imitación
211
y el aprendizaje son cosas totalmente diferentes. Son cosas
totalmente opuestas.
¿De qué te ha dotado Dios? Antes de responder piensa.
Puede ser que menosprecies lo que Dios te ha dado porque
estás observando a alguien más, estás mirando una imagen que
no es la tuya. No puedes buscarte en el retrato de otra persona.
Tienes que buscarte en un espejo, donde se refleja solamente
tu propia imagen.
212
DEBES APRENDER A APRECIAR TUS TALENTOS
Aprecia lo que eres y lo que tienes. Haz un compromiso
diario de decir:
—No importa que me falte, no importa qué cosas tengo
que no son de mi agrado, decido vivir en paz conmigo mismo
y apreciar los talentos y oportunidades que Dios me ha dado.
Ese compromiso diario irá abriendo tus ojos y, poco a poco,
aprenderás a valorar lo que Dios te ha concedido.
No eches a perder lo que Dios te ha dado para administrar
y gerenciar. Suelo decir a la congregación que administramos
cinco cosas, concedidas por Dios: tiempo, talentos y capacidades,
oportunidades, recursos y relaciones.
Te pregunto, ¿cómo está tu administración de todo eso? Si
has de alcanzar un ministerio dinámico y fructífero, será por la
vía de ver con satisfacción y aprecio todo aquello que Dios te
ha dado para provecho tuyo y bendición de quienes te rodean.
213
VALORES QUE IMPULSAN
EL CRECIMIENTO
S
i hablamos de valores, parecieran tener una importancia
más bien subjetiva; pero, llevados a la práctica, cada
uno de estos valores se volverán el combustible que
nos impulsará al crecimiento.
215
Lo que este pasaje nos dice, es que Dios puede y promete
darnos ideas creativas en el contexto en que hablamos: ideas
creativas para promover el desarrollo y avance de nuestras
iglesias y ministerios.
Muchos pastores tienden a conseguir algún libro escrito por
alguien famoso, o a buscar una estrategia que alguien utilizó
con éxito para hacer crecer su iglesia y su ministerio. Parece que
le tenemos más fe a copiar esos modelos y estrategias, que fue
legítima revelación de Dios para esa persona, que pensar, que
Dios puede hablarnos también a nosotros de manera personal,
tomando como contexto nuestra propia congregación.
Tenemos un Dios de diseños, que puede y quiere mostrarnos
sus pensamientos y decirnos qué cambiar y que mejorar, como
solía hacer con sus hombres y sus siervas en épocas bíblicas. En
ese entonces, Dios les decía, por ejemplo: “quiero que hagas
esta arca, la quiero así, con este diseño, con estos materiales”,
“hazme un tabernáculo, quiero estas telas y materiales, con
estos colores, con estos acabados en madera”. ¿Qué significa
todo eso? Que Dios puede darte a ti también diseños originales
para la situación particular de tu iglesia.
No es posible que puedas creer en la estrategia que alguien
descubrió y que le fue bien a su iglesia, y no aplicar fe a lo que
Dios te puede hablar sobre tu congregación, sobre tu ministerio,
y a las ideas creativas que Dios te puede dar al respecto.
216
Dios le quitó gente a diestra y siniestra, y con trescientas
personas solamente le llevó a hacer una gran hazaña. Números
e influencia, no son sinónimos.
Puedes tener una iglesia llena de gente, con mal testimonio
o sin poder espiritual; o una iglesia llena de gente que no hace
nada, que solo llega a sentarse, a “dominguear”. Pero puedes
tener una iglesia pequeña, y generar una tremenda influencia
en tu ciudad o aun en tu nación. Así que, ve despidiéndote de
la idea de que, números e influencia significan lo mismo.
Claro que con números puedes influenciar, pero no es
requisito indispensable. Mira, a continuación lo que nos dice la
Biblia:
217
No se trata de cuánto tenemos, sino de cómo lo usamos
No es cuanto tenemos sino cómo lo usamos; por lo contrario,
hay quienes piensan y viven convencidos de que, hay que tener
un montón de recursos para hacer algo notable; si no, imposible.
A manera de ejemplo, lo que sigue. Comenzamos un canal
de televisión a partir de un par de cámaras que se compraron
con la donación de un auto, que hizo el chico camarógrafo que
producía “Las Vides de la Iglesia”. Con su donación, él generó y
gestó la visión de un canal de televisión. Me dijo:
—Pastor comencemos a poner sus prédicas en la televisión.
—Si no tenemos un peso para siquiera comprar una cámara
—le dije—, a lo que él replicó:
—Pastor le dono mi auto— Con la venta de ese auto
compramos dos cámaras. Lo demás es la historia de CCI Channel.
Podemos hablar de algo todavía más pequeño, mi programa
Realidades, un programa que tiene entre 25 y 30 años de estar
en el aire. ¿Cómo lo produzco? Lo hago en una computadora
portátil en casa. Ahí hago todo el proceso; mi técnico me
enseñó cómo hacerlo. Es que, no es cuanto tenemos, sino cómo
lo usamos. A veces Dios no nos da más, porque usamos mal lo
que tenemos.
¿Cómo comencé a hacer Iglesia? Más de cuarenta años atrás,
comencé en una escuela polvorienta, un equipo de sonido que
yo mismo tenía que instalar. Luego, poco a poco, la gente se
me fue acercando para ayudarme. Les enseñé que los cables
había que enrollarlos al pie de cada pedestal de micrófono, al
pie de cada amplificador de guitarra; les enseñé que en cuanto
se terminaba el servicio había que limpiar las guitarras, limpiar
las cuerdas, limpiar cada uno de los instrumentos. ¿Qué es esto?
Es usar bien lo que tienes.
Estoy seguro que en muchas iglesias, termina la reunión y
los músicos simplemente ponen las guitarras en sus cajas y se
van; los cables, como si fueran un montón de serpientes, tirados
y enredados en el piso.
Eso es no usar bien lo que se tiene. Y la persona o la iglesia
que no usa bien lo que tiene, no tiene por qué obtener más.
Este es un valor intrínseco para nosotros como iglesia.
218
Es el espíritu y la esencia de CCI: usamos bien lo que tenemos
y lo usamos al máximo provecho. Eso, por supuesto, nos da es
un potencial y alcance enormes. Esa fue mi filosofía de trabajo
desde el principio.
No todo se consigue con dinero. Influencia es el verdadero
poder en este mundo, no el dinero.
Hay quienes tienen dinero y no son nadie; nadie los conoce,
nadie les daría la mano aunque poseen millones. Y hay quienes
no son millonarios y el mundo entero anda tras ellos, porque
tienen la capacidad de generar influencia.
Ellos objetaron:
―No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.
―Tráiganmelos acá —les dijo Jesús.
Y mandó a la gente que se sentara sobre la hierba. Tomó los
cinco panes y los dos pescados y mirando al cielo, los bendijo.
Luego partió los panes y se los dio a los discípulos, quienes los
repartieron a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos,
y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que
sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin
contar a las mujeres y a los niños.
Mateo 14:17-21 NVI
219
reformar totalmente y evolucionar. Por ejemplo, si piensas que
eres un pastor pobre, serás un pastor pobre toda tu vida. Que
uno sea pobre o no lo sea, ¿qué importancia tiene? Dios no
te llama por ser pobre o por ser rico, Dios te llama porque te
quiere utilizar, indistintamente de cual sea tu condición o cual
sea su trasfondo.
Saca de tu mente que tienes pocos recursos y comienza a
usar los que tienes. Comienza a buscar ideas creativas, consejo
de Dios, pensamientos sobre cómo puedes hacer cosas a partir
de nada. Es bíblico hacer cosas de la nada; así comienza la
Biblia, de la nada Dios comenzó a crear todas las cosas. Pero
nota que lo primero que Dios trabajó fue el desorden: la tierra
estaba desordenada y vacía; lo primero que Dios hizo fue la luz
y transformar aquel desorden y vacuidad.
De igual manera, si tienes desorden en tu iglesia, ¿cómo
puedes esperar una iglesia vigorosa y creciente?. Si hay
desorden, sillas mal puestas, el lugar sucio, las cosas más o
menos organizadas, será imposible el progreso y avance. Todo
lo contrario. El lugar debe estar impecable, aunque solo sea
un grupo pequeño congregándose todavía. El lugar tiene que
oler a nuevo, aunque sea rentado. Es que no se trata de cuánto
tenemos, sino cómo lo usamos.
220
Insisto sobre este valor: no se trata que hacemos, sino
de cómo lo hacemos. Tenemos que intentarlo con la mayor
intencionalidad; como dice el autor bíblico: “Todo lo que te
venga a la mano hacer, hazlo con todas tus fuerzas” (Eclesiastés
9:10). Esto potencia el crecimiento.
221
No quiero abandonar este aspecto sin comentar algo más del
texto que leímos. Dice que Abel ofreció “más excelente sacrificio”;
esto se traduce así del griego “Pleion”. Mira que interesante, las
distintas acepciones del griego “Pleion”, son: “más en cantidad”,
“más en número”, “más en calidad” y “la mejor porción”. Eso fue
lo que ofreció Abel, ofreció un sacrificio “Pleion”; ofreció más
en número, más en cantidad, más en calidad y ofreció la mejor
porción. ¡Sencillamente, extraordinario!
Esto debe ser convertido en toda una filosofía ministerial.
Hay que enseñar el efecto “Pleion” sistemáticamente a la gente.
Hay que predicarles al respecto, hay que decírselo, hay que
enseñárselo, hay que mostrarlo con los hechos. Es algo tan
vital y crucial, que reclama ser modelado. Entonces la gente
irá adquiriendo ese estilo, esa manera de ser y de actuar; la
gente irá adquiriendo la calidad “Pleion”; y al final, será poco
importante lo que hacemos, lo importante y destacado será
como lo hacemos. Es decir, lo importante será con qué calidad
de “Pleion” y con qué nivel de “Pleion” lo hacemos. En pocas
palabras: con que nivel de excelencia lo hacemos.
222
Porque, a diferencia de aquellas iglesias que viven en
seminarios y conferencias constantes, y en las que hay
demasiados creyentes improductivos, solamente alimentándose
la cabeza, nosotros promovemos una iglesia donde la gente
apenas llegue, sirva.
Si no están preparados, en el camino aprenderán. “Enseñar
haciendo”, es parte de nuestra filosofía de ministerio.
Rompe entonces con la idea y la visión de “Cosa Nostra”, y
procura ser lo más incluyente posible en cuanto a la participación
de tu gente.
223
Cuando comencé mi primer pastorado nos congregamos
en una escuela; éramos una iglesia de quinientas personas
aproximadamente. Ya era una iglesia grande. Corrían los
primeros años ochentas cuando recién me nombraron pastor
de esa iglesia. Los siguientes dos años predicaba casi cada fin
de semana: “vamos a ser una iglesia de dos mil personas”. No
llegamos a alcanzar los dos mil congregantes, porque solo con
decirlo no basta. Tuve que buscar en Dios las ideas creativas y la
estrategia que necesitaba.
Encontré con el paso de los años que los distintos niveles de
crecimiento tienen estrategias distintas que diseñar y manejar.
Si tienes cincuenta personas y quieres llegar a ciento cincuenta,
ello requiere de una estrategia específica; si tienes mil personas
y quieres llegar a cinco mil, es otro tipo de estrategia. Y así
sucesivamente. No por decir: “vamos a ser tantos y tantos” es
que sucederá. Hay que encontrar estrategias, claves y valores
que impulsen el crecimiento anhelado.
224
aquellos jardines. La señora vivía en los Estados Unidos, casada
con un norteamericano. Cuando ellos venían a visitar su casa,
se asombraban al ver que la casa estaba bella por fuera y por
dentro. Era la casa más hermosa y bien cuidada en esa zona. Un
buen día dejé de rentar su casa; me mudé, y pasaron los años.
Tiempo después, me enteré de un terreno ideal para la
iglesia, pero no contábamos con los recursos. Aun así, me
dispuse a visitar a sus propietarios para recabar información
sobre su costo y demás. Mi asombro fue, que se trataba de
los señores dueños de la casa donde yo había vivido. Toque la
puerta y me abrió la señora que me había rentado la casa años
atrás. Le dije con cierta timidez:
—Estoy interesado en los terrenos, y me dicen que son de
su propiedad.
—Si pastor son míos—, me respondió.
—Mire, no la quiero engañar, ni hacerle perder su tiempo;
nosotros, dinero no tenemos, pero si la capacidad de generarlo
en el proceso. Somos una iglesia y pretendemos llegar a un
acuerdo sobre cómo comprar ese terreno. Me dijo:
—Pastor yo con usted hago negocios. Proponga como
piensan realizar la operación y la hacemos, porque usted
me demostró quién es, cuando cuidaba mi casa con esmero.
Lo demás es historia conocida: construimos en ese lugar un
magnífico complejo eclesial.
Por eso, soy de los que creen, que la obra no comienza con
dinero, sino con ideas creativas y coyunturas divinas. ¿Cuál fue
la idea creativa y la coyuntura que Dios utilizaría? Me llevó a
rentar esa casa e inspirarme a cuidarla al más mínimo detalle. El
tema de Dios no era la casa, era lo que iba a pasar años después,
cuando yo tocara la puerta a esa señora, con el fin de comprar
el terreno para la iglesia. Saca de tu cabeza que todo comienza
con dinero. Va a venir, pero no es lo primero que sucederá. Lo
primero es moverte, trabajar duro, desarrollar una estrategia,
tener la suficiente persistencia en ello, formar un buen equipo
a tu lado y hallar las ideas creativas que vienen de Dios. No se
trata de contar con grandes recursos, sino de aprender a usar
aquellos con los que ya se cuenta.
225
Luego Saúl vistió a David con su uniforme de campaña. Le
entregó también un casco de bronce y le puso una coraza. David
se ciñó la espada sobre la armadura e intentó caminar, pero no
pudo porque no estaba acostumbrado.
1 Samuel 17:38-39ª NVI
226
FORMA EFECTIVAS
PARA MENSAJES EFECTIVOS
M
uchos pastores bien intencionados tienen la unción,
tienen el llamado, pero de alguna manera no han
encontrado la ruta correcta para construir mensajes
efectivos, mensajes que llamen la atención de su iglesia y que
hagan que su audiencia se mantenga fiel a ellos, como pastores
y como predicadores de la palabra de Dios.
227
Se puede traducir como “Capacidad”; y efectivamente,
necesitas tener la capacidad demostrada frente a tu audiencia.
“exousia” se puede traducir también como “privilegio”;
curiosamente, hay pastores que se paran en un púlpito y
comienzan a tratar a la gente de cualquier manera. Pero,
“exousia” es un recordatorio que debemos darle todo el
respeto a nuestra audiencia, mostrarles la gratitud que tenemos
con Dios y con ellos, y mostrarles que, para nosotros, es un
“privilegio” estar ocupando el púlpito de la iglesia. “Exousia”
también puede traducirse como “libertad”. Y esta acepción me
hace pensar en aquellos pastores que no tienen la suficiente
libertad en sí mismos, temen que la gente critique y rechace sus
comentarios y enseñanzas, que se ría de sus ocurrencias o de
su forma de conducirse. Pero, pastores, aunque lo nuestro no es
representarnos a nosotros mismos, debemos sentir la suficiente
libertad en el púlpito y en general en el quehacer ministerial.
Creo, que el pastor que gana suficiente libertad en sí mismo,
se convierte en un pastor poderoso y en una gran influencia.
Pero, un pastor reprimido, restringido, atemorizado, sin
suficiente “exousia”, ese no logrará ser efectivo.
“Exousia” también puede traducirse como “dominio,
“gobierno”, “control””. Jesucristo hablaba como quien tenía
“dominio”. Hay dos formas de entender este vocablo: dominio
sobre el tema que trata, y dominio de sí mismo. Ambas formas
de “exousia” son necesarias; necesitas dominar los temas que
abordas en tu predicación, y necesitas mostrarte con suficiente
dominio de ti mismo.
Lo nuestro no es cine ni televisión. Lo nuestro es púlpito,
es altar. Pero no significa que no debamos aprender cómo
conducirnos cuando estamos en esa área tan especial, como es
el altar. Hay pastores que se quedan literalmente “atornillados”
detrás del podio; otros nerviosamente, se pasean constantemente
por el área de plataforma, con lo que transmiten nerviosismo a
sus oyentes.
Lo que pretendo señalar con este comentario, es que debes
tener suficiente dominio, gobierno y control dentro de ese
marco y esa atmósfera, como para que se sienta que todo está
228
en buen gobierno y todo está bajo control. Y eso comienza con
el mensaje que predicas.
Si la gente te ve inseguro, te ve trastabillando o como
resbalando en el terreno de tu predicación, la gente dirá: -este
no tiene control de lo que está diciendo-, y se preguntarán
cómo puedes ejercer gobierno y autoridad sobre la iglesia, si ni
siquiera la tienes en el púlpito.
“Exousia” puede además traducirse, como “influencia”.
Jesucristo mostró una enorme capacidad de influenciar, que
debemos tratar de seguir y emular. Los pastores y predicadores
no entregamos información a las personas solamente; nuestro
mensaje está supuesto a ejercer “influencia” sobre nuestra
audiencia. Pero hay pastores que se dan por satisfechos con
brindar suficiente información solamente. Claro que debemos
entregar información, y buena información, como parte de
nuestro mensaje; pero al final estamos para generar “influencia”.
“Exousia”, también tiene esta otra connotación,
importantísima por cierto: “jurisdicción”. Jesucristo hablaba, y
al hacerlo logró “jurisdicción” en los corazones. Jurisdicción,
es tener derechos y autoridad en ciertos límites geográficos
o en ciertas situaciones que requieren el uso y ejercicio de la
autoridad. Ejemplo: los jueces tienen cierta jurisdicción, la policía
tiene cierta jurisdicción, los maestros tienen cierta jurisdicción.
En nuestro caso, debemos trabajar con nuestra audiencia y
congregación, para ir logrando esa jurisdicción espiritual sobre
sus vidas. Recordemos que la gente solo responde ante una
autoridad que cuente con jurisdicción sobre ellos.
Presenté mi más reciente libro, con personas no solo de mi
congregación, sino personas que vinieron de toda la ciudad, de
diferentes iglesias. Por la gracia de Dios, pude percibir que tenía
esa jurisdicción en sus corazones. Pude ver gente allí que estaba
rebosantes de alegría, gente que estaba allí porque sentía de
verdad amor, aprecio por mi persona y por mi trabajo. Eso, sin
duda alguna, es por haber ganado jurisdicción. Lo digo para
gloria de Dios, pero, para bendición mía.
Tengo mas cuarenta años de estar luchando por demarcar
una jurisdicción espiritual; y que la gente sepa reconocerla.
229
Así es que, pastores no se desanimen, lograr jurisdicción
puede tomarles un buen rato, y claro que pueden lograrlo.
Finalmente, “Exousia” se traduce también como “autoridad”,
tal como se aparece en el texto leído. Jesucristo hablaba como
quien tenía “autoridad” y no como los escribas y maestros de
la ley. Necesitamos los pastores esa forma de “Exousia” no solo
en nuestra predicación, sino en toda nuestra gestión pastoral y
eclesial.
En suma, lograr la capacidad, el sentido de privilegio de
estar en el altar; alcanzar el sentido de dignidad, la suficiente
libertad, dominio, influencia, jurisdicción y autoridad, es la meta
para cada pastor y predicador de la Palabra. Meta difícil, pero
no imposible. Vivamos en la firme intención de alcanzar con la
ayuda y por la gracia de Dios, esa “Exousia”, tan necesaria para
cumplir con el llamado de Dios.
Ahora, la gran pregunta: ¿cómo construir mensajes de
predicación que tengan ese efecto “exousia”?
Lo primero en la lista, es lo que llamaré “elementos
subjetivos” a considerar en la construcción del mensaje. Para,
conceptualmente, ayudarte a entender el término, lo “subjetivo”,
es lo relativo al mundo interior del individuo, no al mundo
externo. Es, como una persona percibe en su interior. A ello se
llama: la subjetividad humana o la subjetividad de la persona.
En tu subjetividad, percibes de una manera; otra persona, en su
subjetividad, percibe de un modo diferente. Así, sucesivamente,
cada quien percibe la vida, los sucesos y las experiencias a su
propia manera.
Entonces, todos tenemos esa percepción subjetiva de las
cosas. Es la percepción interna del individuo, que no tiene nada
que ver con el mundo exterior.
Otra manera de explicar y definir lo subjetivo es esta:
subjetivo es lo perteneciente o relativo al modo de pensar y
de sentir de cada persona. Bien se dice: “cada cabeza es un
mundo”. Pues así, justamente es. Todos pensamos de manera
propia, diferente. Todos sentimos de manera propia, diferente.
Todos percibimos de manera propia, diferente. Tiene que ver
con la subjetividad humana.
230
Con esta explicación de fondo, pasemos a considerar los
factores o elementos subjetivos, vitales a la hora de construir tu
mensaje de predicación.
231
Enfocar las actitudes de vida, no es atacar los estilos de vida.
Por ejemplo, si miras sentado a un gay en tu iglesia, no necesitas
atacar el mundo gay, ni al estilo de vida gay. En cambio, si hablas
de no deshonrar al Dios que nos creó y a sus propósitos para
con la vida humana, no solo estarías tocando la situación del
homosexual, estarías hablando a toda persona que deshonra a
Dios con el uso que da a su cuerpo, las sustancias que consume,
el tabaco que consume. Al hablar, no en contra de un estilo de
vida en particular, pero sí del honrar y deshonrar a Dios y a sus
propósitos, tocarás de paso a quien consume tabaco, a quien
consume alcohol, a quien consume pornografía, a quien vive
fornicando, al adúltero, etc. Cómo puedes notar, no es lo mismo
hablar del plan de Dios para los seres humanos, que enfocarte
en críticas sobre los estilos de vida que adopta la gente.
Creo que son las actitudes del corazón en lo que hay que
enfocarse. En su mensaje, Jesucristo dijo de donde salen las
malas acciones, dijo cuál es la verdadera fuente: el corazón.
Literalmente pregunto: -¿qué es lo que contamina al hombre?
Lo que sale del corazón -añadió, porque del corazón del hombre
salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones,
los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño,
la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez
(Marcos 7:21). En toda esta lista de maldades y bajezas, ¿dónde
se enfoca específicamente Jesucristo? En el corazón humano.
Por tanto, no te enfoques en estilos de vida, ni en conductas
determinadas, sino en el corazón y las actitudes que emanan de
su interior. Eso es lo que contamina al ser humano, según Dios
y su Palabra.
232
y dicen: demonio tiene. Vino el hijo del hombre, que come y
bebe, y dicen: “He aquí un hombre comilón y bebedor de vino,
amigo de publicanos y pecadores” (Mateo 11:18-19).
Jesucristo está confrontando a aquellos que critican ciertos
estilos de vida y preconizan otros estilos de vida. Ese reclamo
de Jesús debe enseñarnos de una vez por todas, que hemos
sido llamados a predicar la Palabra de Dios, y no a combatir
maneras de ser y de hacer, que sabemos no son correctas, y que
no edifican, pero, que la mejor forma de enfocarlas es desde el
corazón y de la condición espiritual de las personas.
Así que, no caigas en ninguno de estos dos extremos:
criticar y contradecir estilos de vida, sino actitudes del corazón.
Y tampoco te dediques a preconizar, proponer o recomendar
estilos de vida que tú consideras expresiones de la santidad.
La santidad no es un estilo de vestir, de llevar el cabello
o una conducta religiosa. La la santidad es una condición del
corazón. Jesús censuró a quienes limpian el vaso y el plato
por fuera, descuidando la limpieza por dentro, que es la más
importante y vital (Mateo 23:25). Cuando alguien camina en
santidad, es porque la santidad inicia en su corazón para luego
buscar expresión hacia fuera. Porque la santidad va de dentro
hacia fuera, no de fuera hacia dentro.
¿Qué dijo Jesucristo? -Fariseo, ciego, limpia primero lo de
dentro del plato, del vaso y luego lo de fuera estará limpio
(Mateo 23:26). Con estas palabras, Jesucristo nos indica cómo
es el proceso de la santificación. Es un proceso interno. Se inicia
por dentro, termina por fuera.
233
Debes tener claro cuál es tu objetivo
Te paras en tu púlpito con regularidad a predicar con el
fin de edificar a tus oyentes y enseñarles el consejo de Dios
y su Palabra. Así es que, sácate de la cabeza otras cargas que
pudieras tener. Es posible que tengas ideas, preocupaciones y
hasta prejuicios por cosas que ven en la gente, en la ciudad o en
el país. No obstante, nunca pierdas de vista cuál es tu objetivo
primordial: edificar vidas, abrir la puerta del reino de Dios para
la gente, ser un constructor de la vida espiritual; y solamente
vas a lograrlo compartiendo y enseñando el consejo de Dios
y su Santa Palabra, al margen de tus ideas, preocupaciones y
prejuicios.
234
No debes abusar de chistes, lenguaje coloquial,
ni de frases típicas de tu país o tu cultura
Como parte de mi responsabilidad, me toca entrenar
pastores de distintos países y culturas. Mi consejo es que dejen
de hablar de los equipos de fútbol de su país, dejen de hablar
de las comida de su país, etc. Lo hago, con la convicción de que
el lenguaje del predicador debe ser un lenguaje universal, no un
lenguaje matizado por regionalismos, por frases folclóricas, que
solo tienen sentido en su país de procedencia.
Por el contrario, si te habitúas a soltar chistes, a hablar
demasiado con lenguaje coloquial o de uso demasiado popular
o a usar frases que en tu país tienen un significado específico,
corres el riesgo de decir una frase o una palabra que en otro país
o en otra cultura sea una grosería o algo ofensivo. De ahí que
lo mejor es que recortes de tu léxico todo lenguaje coloquial,
no abuses de chistes y frases típicas de tu país o de tu cultura.
Así como hay aspectos subjetivos, hay aspectos objetivos y
de orden práctico de los cuales debes también saber velar. Son
aspectos que debes tomar en consideración para ser un buen
predicador. Sobre ellos te hablaré, a continuación.
235
oyendo. Dicen los expertos que la capacidad cerebral e
intelectual humana para escuchar un mensaje tiene un máximo
de 30 minutos; de ahí en adelante, tienes que ingeniarte cómo
mantener a tu audiencia consigo. Imagínate lo que significa un
mensaje de hora y media o de dos horas de duración, ¡Imposible!
Hay pastores de quienes se sabe, a qué hora comienzan, pero
nunca a qué hora concluyen. Son pastores que se emocionan
en el púlpito y ya una vez en efervescencia, como que quieren
arreglar la vida entera de la persona. Pero escucha esto: nunca
un solo mensaje le va a arreglar la vida entera a una persona.
Mentalízate, sácate la actitud mesiánica de tus expectativas, tú
estás para predicar un tema, y aunque quizá hay mil necesidades
gravitando alrededor de tu gente, tú estás para predicar y lograr
que ese tema entre por la razón y se adentre en el corazón
de las personas. No puedes emocionarte al punto que la gente
diga de ti: -es que el pastor, una vez que se emociona, no hay
quien lo pare.
Nunca debes estar demasiado entusiasmado, demasiado
“engolosinado” con tu mensaje. Ponte una marco de tiempo y
mantente en el.
236
Los mensajes deben ser preferentemente temáticos
Aquí, probablemente voy a invadir los criterios de algunos
pastores; sobre todo de aquellos que defienden ardientemente
los mensajes expositivos, que consisten en explicar porciones
mas largas y, verso por verso de las escrituras. Pero, ¿por que
recomiendo a los predicadores del siglo XXI el mensaje temático?
Sencillamente, porque tiene más poder y capacidad abarcante.
¿Que quiero decir con esto? Que tiene más posibilidad de cubrir
mayores necesidades en su audiencia.
Entonces, recomiendo que los mensajes deben ser de
preferencia temáticos; no textuales, ni expositivos. Lo temático
sugiero vaya primero. Y ya que lo menciono: ¿qué es un mensaje
textual? Es predicar todo un mensaje de un versículo bíblico. Es
tomar un versículo y descomponerlo en partes. Mi impresión con
este tipo de mensaje es que queda muy flojo, muy insípido, con
poca carne y poco relleno. Por el otro extremo, esta el mensaje
expositivo, que es referirse a un capítulo o un pasaje extenso y
mas complejo. Como beneficio tiene, que te permite explicar los
textos bíblicos en su propio contexto. Lo inconveniente es que,
el predicador va a tener que abordar un sinnúmero de temas,
y no de manera concluyente. Por todo esto es que propongo
más bien el mensaje temático, porque tiene mayor atracción y
la posibilidad de un mejor desarrollo de un tema.
Yo sugiero, con todo respeto, que deje el mensaje expositivo
para el programa de educación cristiana o el programa discipular.
También el mensaje expositivo puede resultar muy bien en el
contexto de los grupos pequeños o grupos en hogares. Mi
consejo es que dejes para círculos mas pequeños en donde
se puede dar espacio a que la gente externa sus preguntas y
sus dudas. Pero si vas al servicio o celebración del domingo, y
ahí anuncias que vas a predicar todo el mes sobre la carta de
Romanos, la carta de Hebreos, o algo parecido, te aseguro que
ese mes tu audiencia bajará ostensible y dramáticamente. Mejor
toma la carta a los Romanos y saca muchos títulos ingeniosos de
ella. Prueba a hacerlo sin decir a la gente que se trata de la carta
a los Romanos, por tres meses. Verás mucho mejor resultado ¡y
siempre habrás predicado sobre la carta a los Romanos!
237
Debes relacionar tus mensajes con lo que pasa en la vida
de las personas promedio
No puedes pararte a hablar de “platillos voladores”. ¿Que
quiero decir con esto? Porque hay pastores con gusto por lo
muy extravagante y lo muy sofisticado. También hay pastores
que extreman su insistencia en predicar las historias del
antiguo testamento. Me refiero a historia de guerras, matanzas,
enemistades patriarcales, etc. Estoy claro y lo acepto totalmente,
que hay que predicar de toda la Biblia. No me refiero a eso. Me
refiero al gusto extremo de predicar solamente de historias de
profetas, de reyes y de epopeyas antiguo testamentarias.
Recordemos que nuestra audiencia tiene muchos problemas
de orden practico y real, y necesitan respuestas que —estoy
seguro— la Biblia tiene para ofrecerles en abundancia. Soy un
convencido de que la gente, se sentirá atraída cuando se le
hable de las cosas y las temáticas con las que ellos interactúa
cotidianamente. Háblales de esas cosas, toma su contexto
cotidiano de vida y conviértelo en temas de predicación.
Entonces, no amenaces la respuesta de tu audiencia con
cosas demasiado densas, demasiado enredadas o demasiado
distantes para la mente promedio,. Se que hay temas complejos
en la Biblia y que es necesario hablar sobre ellos. Están los temas
escatológicos, por ejemplo; pero un pastor creativo, encontrará
el marco ideal para tratar estos y otros temas con mucha
estructura teológica en los distintos momentos y círculos de
estudio de la Iglesia.
238
disciplina: presentar las notas del mensaje en pantallas durante
su presentación y exposición. Ello, no da chance a improvisar
con el mensaje; no da chance a estar cambiando en el camino.
Pero, aclaro: no es que no podamos cambiar lo programado;
claro que si, pero por inspiración del Espíritu Santo, no por la
indisciplina y de la falta de consistencia del predicador.
Yo mismo he tenido la experiencia de, sentado justo antes
de subir al púlpito, el Señor me diga:
—Este mensaje no va.
Y he tenido que pararme, no a improvisar, sino a ser
guiado en el momento mismo por el Espíritu de Dios. Pero
eso es totalmente otro asunto. Entonces, no digo que no se
pueda efectuar un cambio en el último minuto. Me refiero a no
improvisar el mensaje y a que necesitas mantenerte apegado a
tu tema todo el tiempo, estar divagando y dispersando la idea
central en otros temas.
239
No pongas en tu bosquejo el primer versículo que se te ocurra
Por ejemplo, si estás hablando de acerca del amor de Dios,
¿qué es lo primero que se te viene a la mente? Juan 3:16. El
problema es que ese versículo lo saben de memoria hasta los
niños. ¿Te das cuenta? Entonces, ¿qué pasa, cuando en tu mensaje
comienzas a incluir textos bíblicos que todo el mundo sabe y
conoce? Que la congregación se quedará con la sensación de
que ese, es un tema trillado, un tema demasiado conocido. Pero
si anuncias tu tema, por muy convencional que suene, pero si los
textos bíblicos que utilizas no son los demasiado conocidos, tus
oyentes se quedarán con la sensación de que están escuchando
algo fresco y algo nuevo.
Si citas en tus notas el primer versículo que se te ocurre,
también será el primer versículo que a tu audiencia se le ocurra.
Y al final, ellos se quedarán con la idea de que ese mensaje ya lo
conocen; y es posible que algunos se queden con la sensación
que se les está dando “comida recalentada”, con la idea de que
eres un pastor estancado, que siempre dices las mismas cosas y
tocas temas que la congregación ya conoce de sobra.
Entonces, al prepararte para hablar de un tema, rebusca un
poco los versículos que has de utilizar.
240
CÓMO TRATAR CON LA SOLEDAD
EN EL MINISTERIO
H
e visto demasiados pastores y líderes que sirven al
Señor, en un estado de soledad que da miedo. Se
trata de personas que, sin advertirlo, se han ido
quedando a solas. Lo triste es que muchos no se dan cuenta
que, ellos mismos llevan en sí una especie de repelente, que
hace que las personas que más les quieren apoyar, sean los que
al final se terminan despidiendo
¿Qué es lo que hay detrás de esta deprimente condición?
Algo que se debe examinar en su forma de ser y de manejarse,
algo que diagnosticar en su personalidad, en su interacción y en
sus actitudes. Y no solo eso, la soledad también puede ser el fruto
de una errónea manera de ver y entender la responsabilidad del
ministerio. Atención al cuadro que te presento, a continuación.
241
y compromiso para con su llamado. Posiblemente habría que
sumar a esto, la idea de ser el más capaz y competente para
hacerlo.
Hay líderes así, hay pastores así, completamente
centralizados; y que sienten la necesidad y la urgencia de
tener todos los hilos entre sus dedos. Con este sentir, actitud
y proceder, crean una especie de telaraña ministerial en la que
quedan atrapados. Esto, sin contar los enredos y complicaciones
que surgen por tener demasiados hilos entre sus dedos
Pastor, tu puedes trabajar sirviendo al Señor, desde que te
levantas hasta que te acuestas; y no significa que estés haciendo
lo correcto
Volviendo al texto bíblico leído, ¿que encontramos en el? Lo
que tenemos ahí es el típico cuadro del líder solitario. Tenemos
los pastores que evitar, a toda costa, llegar a ese punto en que
estuvo Moisés.
Este proceder no es en ninguna manera imitable, porque no
es el cuadro del éxito pastoral, no es el cuadro de un ministerio
llevado a cabo de manera plena. Al contrario, es el cuadro
decadente de alguien sincero, pero que está cumpliendo su
ministerio “sinceramente mal”. Porque, en lugar de generar una
acción con otras personas al lado suyo, prefiere ser un líder que
se está dejando consumir por un trabajo hecho en solitario.
¿Qué le aconsejó a Moisés su suegro a este respecto? Le
dijo en tono firme y seguro: “Consigue la gente correcta, con las
cualidades y virtudes necesarias. Deriva hacia ellos mucha de la
actividad y la responsabilidad; y que te traigan a ti solamente
los asuntos más complejos y difíciles”. (Éxodo 18:21-22). ¿
El resultado? Moisés no desfallecerá y el pueblo llegará a
su destino (Éxodo 18:23). Moisés, sincera pero equívocamente,
está impartiendo dirección y liderando a su pueblo desde la
mañana hasta la noche; y no se da cuenta que, un líder exitoso
no es aquel que se ocupa de todo y a quien buscan todos para
que les resuelva sus problemáticas.
Moisés ignora que, el liderazgo que está dibujando, es más
bien, el de un líder que ha caído en soledad.
242
DOS DECLARACIONES PUNTUALES SOBRE LIDERAZGO
243
en soledad, no solo te debilitas, también terminas oyendo al
diablo. También, cuando estás en soledad, terminas oyéndote
demasiado a ti mismo. Hay personas, cuya única voz que resuena
en las cámaras de su conciencia, es la voz de su opinión, la voz
de sus emociones enfermas, la voz de sus miedos y prejuicios.
Porque la soledad, o te lleva a escuchar al mismísimo
demonio, o te lleva a escuchar las voces de tu propia confusión.
244
El hermano mayor que les enseña, aconseja y les muestra el
camino. Pero, un hermano mayor que, de igual manera, tiene
dolores, angustias, y problemas como todos los demás.
Entonces, la gran pregunta en todo esto, es: ¿cuánto tiempo
has invertido y repartido con personas que padecen males
crónicos? Personas con enfermedades espirituales crónicas, que
no vas a poder resolver, porque lo que esas personas con esos
males necesitan se llama Jesucristo.
Conecta a esas personas con Jesucristo, despréndelas de
ti, aunque se sientan defraudadas. Peor será que, a fuerza de
no resolverles sus problemas crónicos terminen culpándote o
haciéndote parte de su drama, y al final, resentidos se vayan de
tu iglesia. Cuando eso pasa, tu tristeza y frustración, termina en
soledad.
245
de esa de esa situación, porque estarás todo el tiempo metido
en una relación que no es más que un “parvulario espiritual”,
cuidando bebes espirituales.
Estos dos tipos de personas pueden estar absorbiendo el
80% de tu tiempo. La mayoría de pastores saturan sus vidas con
una apretada agenda atendiendo continuamente a estos dos
tipos de personas: la persona con enfermedades espirituales
crónicas y la persona buena que solo quiere “recibir”, que no va
a crecer, porque es un eterno bebé espiritual.
246
en términos de resultado serás un fiasco. Porque, si no logras
formar discípulos y parir hijos espirituales, fuiste solamente un
orador que abrió la Biblia los domingos, pero vivió infecundo y
en soledad.
247
¿Cómo vas a pretender ser padre espiritual, si no tienes
padre espiritual? Necesitas tener un padre que te corrija, alguien
que tenga verdadera autoridad espiritual sobre ti. Pero además
de un padre, también necesitas un hermano mayor para opinar
con la libertad y confianza que se da en esa relación. La opinión
de un hermano mayor no tiene tanta autoridad, pero tiene ese
nivel de confianza fraterna necesaria. Y también necesitas al
mentor. Esa persona con la experiencia y capacidad formativa,
vital en tu proceso de desarrollo y comportamiento como siervo
de Dios.
En conclusión. La manera cómo invirtamos y repartamos
nuestro tiempo entre estos cinco tipos de personas, definirá
no solo nuestros resultados como pastores, sino también, si
vamos a terminar nuestra tarea con gratitud y con verdadera
satisfacción, o si vamos a ser líderes solitarios, solamente.
248
El pastor
y SU IGLESIA
LA IGLESIA EN EL SIGLO XXI
H
e encontrado demasiada gente haciendo ministerio
como se hacía hace quince años atrás; algunos incluso
están del otro lado del siglo todavía.
La intención en este tema es sugerir un proceso renovador
que nos ubique dentro del nuevo siglo, entendiendo la sociedad
actual tal como es, entendiendo los tiempos que estamos
viviendo y haciendo ministerio de manera efectiva.
251
Dios planea renovar, actualizar. El poder y el accionar
de Dios en ninguna manera se han agotado. Dios todavía
tiene cosas que, desde el inicio de sus grandes propósito, ha
guardado para el siglo XXI.
Hay cosas que Dios guarda y atesora para generaciones,
para épocas en particular; y creo que nosotros somos gente
privilegiada, porque nos tocó vivir en el siglo que está al
final de los tiempos y de la historia. Seguramente veremos la
mano de Dios, tal como se lee en la Biblia. Veremos grandes
portentos y maravillas, y podremos nosotros hacernos parte
de ellas.
Pero, para hacernos parte de lo que Dios quiere hacer en
este tiempo, necesitamos revisar lo que viene a continuación.
252
La problemática humana en esta posmodernidad en que
vivimos ha cambiado sustancialmente.
¿Qué quiero decir con esto? Cuando yo era niño, los
problemas de los seres humanos eran de cierto tipo, problemas
básicos, simples, esenciales. Ya para cuando yo era adolescente,
en la época de la cultura hippie, los problemas de la humanidad
pasaron a otro estadio: temas de “la nueva moralidad” que
emergió en el mundo. Hoy día, en pleno siglo XXI, la humanidad
sufre de “males agravados”; males que se generaron a mediados
del siglo pasado y que se han desbordado totalmente en este
siglo. Nuestro mensaje, por tanto, necesita ser relevante y muy
pertinente a lo que la gente está viviendo hoy día.
Muchas iglesias no han advertido que están hablando un
mensaje que solo ellos entienden, un mensaje contextualizado
para ellos, no para el mundo. Hay una “jerga evangélica”, una
clase de “slang evangélico” que predomina en los ambientes
eclesiásticos. Palabras y frases que no solo acompañan nuestro
culto a Dios, sino que, además, se han tornado en palabras y
frases de uso cotidiano y coloquial, que han terminado siendo
solo un lenguaje vacío, erosionado, solamente una forma de
“lenguaje evangélico” que no a todos dice algo.
He procurado e insistido con mis pastores, que debemos
revisar nuestro lenguaje. Les digo que no estamos para repetir
frasecitas “típicamente evangélicas”, en el culto a Dios y en los
quehaceres ministeriales. Nosotros tenemos que aprender a
articular la palabra tal como se hace en la sociedad en general.
Y les digo: ¿quieren un consejo?, renuncien al lenguaje cargado
de demasiada religiosidad, que su lenguaje suene fresco, actual;
que su hablar suene atractivo, que no sea un lenguaje espeso,
con palabras que la gente de hoy no entiende.
Incluso sé de algunos pastores extremadamente apegados
a versiones de la Biblia que ya no tienen un sentido de
actualidad, desde el punto de vista y la perspectiva del lenguaje
y las expresiones idiomáticas. Mi consejo es que hay que usar
versiones con traducciones modernas, con un armado lingüístico
que incluya palabras que tengan sentido y que la gente pueda
entender en el mundo actual.
253
Esto me lleva a preguntar. ¿Qué proporción de tu mensaje
entendería alguien que sabe cero de Dios? Puede ser que no
te entiendan, porque tú estás demasiado apegado al “aleluya”
cada tres palabras; o que estés demasiado habituado al uso
constante de “¿cuántos dicen amén?”, “¿cuántos dicen gloria
a Dios?”, y frases así. No es que eso sea malo. Lo que estoy
diciendo es que probablemente está demasiado gastado; que
son “suelas gastadas” que no te sirven para andar en las grandes
avenidas de comunicación del mundo moderno.
El mensaje de la Iglesia del siglo XXI debe hilvanarse, con
estos tres propósitos en mente:
-Que sea un mensaje realista. Que esté asentado en de lo
que la gente vive y piensa, que las personas que se sientan a
escucharnos se identifiquen fácilmente con el; que sientan que
se les está hablando de lo que ellos están viviendo, de lo que
están sintiendo. Es decir, es un mensaje realista.
-Que sea un mensaje práctico. Práctico, significa, que sea
aplicable, que lleve a decir tus feligreses: -me gusta esta iglesia,
me gusta este pastor, porque su mensaje se puede aplicar a la
vida diaria, porque su mensaje es práctico.
-Que sea un mensaje innovador. Innovador, en el sentido de
que, vamos a abandonar los mensajes de este tipo: “Hoy vamos
a hablar del amor”, “vamos a hablar de la fe”, “vamos a hablar de
la comunión de los Santos”. Por favor, no. Olvidémonos de eso.
Tenemos que leer más los periódicos, ver las noticias, observar
lo que pasa en el mundo, y encontrar los vacíos y las grandes
necesidades de la gente. ¿Para qué? Para ofrecer un mensaje
realista, práctico e innovador.
254
concentración excesiva solo en la vida interna de la Iglesia. Hay
iglesias que viven entretenidas en “el retiro de damas”, “la cena
de matrimonios”, “el campamento de niños”, “el concierto de
alabanza”, “la noche de adoración”. Todo eso puede estar muy
bien, pero cuidémonos de no estar programando la Iglesia solo
para la autogratificación; es decir, programando la Iglesia solo
para entretenernos a nosotros mismos, para disfrutar nosotros
mismos, para edificarnos a nosotros mismos. Claro que la Iglesia
es para que nos edifiquemos, pero también, la Iglesia debe estar
pensando en aquellas personas que están fuera, pensando en
aquellos que saben cero de Dios.
Algunos me han preguntado:
—Pastor Peñalba usted como fundador CCI ¿qué tenía en
mente cuando fundó esta iglesia y este movimiento, que hoy
representa más de 500 iglesias en 31 países? Les respondo:
—Lo que yo estaba pensando cuando comencé todo esto,
era precisamente, iniciar una iglesia “para gente que no es de
Iglesia”, una iglesia para gente que no va a la Iglesia; gente con
actitud seglar, gente que está muy ocupada, gente que está
dedicada a sus profesiones, a sus empresas, a sus trabajos, a sus
estudios. Esa gente es a la que quería dirigirme.
Por “repliegue hacia adentro”, me refiero a la concentración
excesiva de vida de Iglesia; y lo que quiero indicar, es que no
debemos concentrarnos de manera exclusiva en un programa
eclesiástico interno, descuidando nuestra presencia externa
activa; y eso se traduce en la palabra “evangelización”. ¿Cuántas
de las cosas que hacemos en la iglesia tienen el alto sentido
y propósito de ganar almas? Me parece que lo que estamos
tratando es que la gente que va a la Iglesia, se sienta bien.
Con esto en mente, es que aprovecho cada oportunidad
que subo al altar a predicar el mensaje, para hacer el “llamado
evangelístico”. Y no hay ocasión donde personas no levanten la
mano, oren conmigo para entregar sus vidas al Señor y tomen
sus datos personales nuestros servidores y anfitriones.
Pero hay pastores que tienen un buen rato de no hacer un
llamado Evangelístico.
255
¿Por qué? Pues porque no tienen tiempo en su programa de
reunión; porque prefieren gastárselas cantando y en otras cosas
más. Insisto, tenemos con urgencia que pasar de ser “una Iglesia
de puertas adentro”, a ser “una Iglesia extramuros”.
Carencia de efectividad
Vivimos en un mundo donde ser eficientes y efectivos, es
algo indiscutible. Un mundo y época donde la mediocridad no
es bien vista ni bien recibida, porque la cultura universal de hoy
día, ha superado los estándares que se sostenían en el pasado
reciente.
Cuando yo era joven, decir “Made in China”, traía como
respuesta: ¡uy, eso no sirve!. Pero ahora, en el siglo XXI, te
dirán que China es una de las naciones que más ha prosperado
tecnológicamente, que es el principal fabricante de tecnologías
para las grandes marcas del mundo; y financieramente, China
es uno de los países más ricos del planeta. Decir hoy “Made in
China”, es hablar de buena y excelente calidad.
Otro ejemplo. Hace unos años, si decías: este auto es
coreano, nadie quería un auto coreano, todos querían un auto
japonés. Al menos aquí, en América Latina, el auto japonés ha
sido sumamente apreciado y el auto coreano se miraba como
un producto de dudosa calidad, que no te iba a durar mucho
tiempo en buen estado. Hoy día, los autos coreanos con sus
distintas marcas han penetrado mercados duros y exigentes,
como los Estados Unidos. ¿A qué se debe? A que todo el mundo
está subiendo el estándar en términos de calidad.
Eso también tiene que llegar a la Iglesia. Necesitamos
revisar el grado de nuestra efectividad y la calidad de nuestra
gestión. Hay pastores que no se cuestionan, no cuestionan su
iglesia, ni su sistema de trabajo; no cuestionan cuán efectivos
están siendo. Esa falta de verificación de efectividad y calidad,
por supuesto que repercute en sus resultados.
Las iglesias han desarrollado un sin número de actividades,
muchas de ellas irrelevantes, que se hacen solo por costumbre.
He visitado iglesias con su consabido culto de oración del
miércoles, donde no va casi nadie.
256
¿Por qué no cierran esa reunión?, si solo llegan ocho
personas; o ¿por que no intentan hacerle un “cambio creativo”?
Pero no. Prefieren mantenerla, no cambiarla ni cerrarla, por
miedo a que la gente quede inactiva el resto de la semana y
terminen yendo a otra iglesia. Que mentalidad más absurda.
Nosotros en CCI, preferimos poca actividad, pero bien hecha
y con calidad. Eso trae siempre grandes resultados. Ofrecemos
a nuestros feligreses una celebración semanal en distintos
horarios, ello debido a que la vida en el siglo XXI se caracteriza
porque “el tiempo no ajusta”. ¿Por qué? Por la celeridad de las
agendas de vida y los compromisos derivados, y porque el reloj
no espera a las ocupaciones, y sigue su avance inexorable. La
gente lo dice constantemente: el tiempo no ajusta.
En nuestros horarios de celebración sucede que en alguno
de ellos vengan solamente 300 personas, en otro unas 500
personas, y hay celebraciones a las que vienen 1500 personas.
Cuantos lleguen y cuanto se sienten, no es lo importante, sino la
capacidad que tenemos para ofrecer variedad de opciones para
gente ocupada que no dispone de mucho tiempo para venir a la
iglesia. Lo sabemos, estamos convencidos: tenemos que ofrecer
opciones de horarios y buena calidad en lo que hacemos.
Nuestra mentalidad es ser “una Iglesia para gente ocupada”.
No estamos tratando de llenar la agenda a gente que no tiene
nada más que hacer, y que están dispuestos a reunirse todos los
días. Ofrecemos esos horarios de celebración entre el viernes
al domingo, para que la gente escoja uno solo y se congregue.
Luego, entre semana, tenemos los “grupos en hogares”, que es
una red que opera en la ciudad con varios centenares de grupos
diseminados por todas partes, donde enseñamos la palabra de
Dios, ya de manera más doctrinal, sistemática y estructurada.
Volviendo al concepto de la carencia de efectividad, se
requiere, que seamos más críticos respecto a: “qué” estamos
haciendo, “cuándo” y “cómo” lo estamos haciendo.
Esto me hace recordar las palabras de un gran amigo, Pablo
Deiros, quien dijo lo siguiente: “Necesitamos dejar de ser una
Iglesia en el salero y esforzarnos por tocar el mundo, siendo una
Iglesia fuera del salero”.
257
Eso es importantísimo. Una Iglesia “en el salero” no es
sal, solo es un bote cerrado. La Iglesia es sal, solo si logramos
sacarla del salero. Y eso requiere un alto sentido de eficiencia en
la gestión y en el trabajo que hacemos.
258
Esas iglesias son como esas fuentes de agua, donde el agua
va subiendo y bajando. Es la misma agua, todo el tiempo.
Tenemos que luchar contra esa forma de ser y hacer
Iglesia, porque una iglesia así resulta en “falta de sentido de
pertenencia”.
259
El agotamiento del liderazgo
Creo que, muchos de nosotros, hemos escuchado y quedado
asombrados de cuántos pastores y líderes, después de unos
años de servicio, terminan cansados, desgastados y pidiendo
ser relevados. En estudios que he leído, he encontrado que un
líder en una Iglesia evangélica promedio, dura un aproximado
de ocho años activo, luego esta persona, pasa a situación de
retiro o sustitución.
¿Por qué ese éxodo? ¿Por qué esa evasión pasado ese
tiempo? Sucede que esa persona “se quemó”; y se quemó,
porque lo usaron como una especie de comodín, para hacer
todo tipo de cosas que era necesario hacer, hasta que,
literalmente, se marchitó. Necesitamos luchar para no agotar
a nuestro liderazgo. No los llamemos a reuniones o actividades
innecesariamente. A veces he encontrado que, un pastor
solitario, que no se siente bien en su casa ni está gozando de la
mejor época con su esposa, busca ocuparse en la iglesia creando
un “activismo febril”, que no es más que un escape a su realidad
familiar. Ese pastor está arrastrando consigo a varias personas
que le acompañan en su ministerio, a una serie de actividades
que no tienen ninguna relevancia ni pertinencia en la iglesia.
Eso no va a crear un impacto positivo y ni siquiera es una
actividad; es solo activismo ministerial o activismo eclesial, que
al final, no solo produce institucionalización, sino que produce
también agotamiento en el liderazgo de la iglesia.
260
Tenia departamentos y áreas de ministerio hasta para
las cosas más absurdas, era una gráfica de organigrama con
ramificaciones extensas y exageradas. No me atreví a preguntarle
cómo esa cosa que parecía un “monstruo de mil cabezas” podía
funcionar armónicamente bajo la dirección de un pastor. Pero
así es, hay gente que le encanta irle subiendo piso tras piso a la
estructura, creyendo erróneamente que eso garantiza eficacia,
cuando es todo lo contrario. Lo cierto es que las iglesias con
estructura sencilla y compacta son las más eficientes.
Un pastor de nuestro movimiento CCI, pese a mis
advertencias y a mis consejos de no correr a organizar su iglesia
con mucha estructura, porque apenas estaba iniciando, hizo lo
mismo que este pastor que les conté, con malísimos resultados.
Le recomendé únicamente tener una celebración el domingo,
que de verdad impactara a la gente, con un buen mensaje, una
impresión de iglesia fresca y con ambiente agradable; y además
que, entre semana, se pusiera como pastor a disposición de
los hermanos, para cualquiera que necesitara conversación
pastoral, consejería u oración. Como dije, no me hizo caso; y
como provenía de una denominación sumamente estructurada,
comenzó la construcción de su “gran andamiaje ministerial”. Esa
estructura no le duró más que unos pocos meses, al final, las
personas a cargo discutían y peleaban entre sí, con el derivado
negativo de que su tendencia era salir de la iglesia. No tuve más
remedio que decirle:
—Te lo dije hermano, no era el tiempo para crear
infraestructuras, las infraestructuras se crean según la necesidad.
Nunca debemos crear una infraestructura o una estructura
de trabajo u organización si no se está necesitando. Creo que
la Iglesia del siglo XXI debe ser una Iglesia compacta, y no caer
en la trampa de diversificarse tanto. La iglesia debe mantenerse
compacta, no hay porque crearle una superestructura. Lo que
la iglesia requiere es, más bien, una estructura sencilla, ágil y
eficiente, pero a la vez participativa.
Es posible poner a participar muchísima gente con una
estructura simple, y es posible crear una superestructura, sin
tanta gente para participar y echarla a andar.
261
La complejidad de la estructura eclesiástica, en muchos
casos, trae como resultado, atomización de esfuerzos, desgaste
de energías y pérdida de eficiencia.
Necesitamos pasar de iglesias complejas a iglesias
compactas, de estructuras organizativas muy jerarquizadas a
redes operativas y redes funcionales.
262
SIGNOS VITALES
DE UNA IGLESIA SALUDABLE
A
sí como el cuerpo humano presenta signos vitales que
indican con toda claridad si algo está alarmado en
sus sistemas o si hay total normalidad, en el contexto
espiritual y en el tema de la Iglesia, también hay signos vitales
que indican con claridad si una iglesia es saludable o no.
Hay cuatro signos vitales que se han estandarizado en la
medicina general que, en cualquier país donde te encuentres,
es lo primero que revisarán cuando llegues de emergencia a un
hospital; la temperatura corporal, el pulso, la tensión arterial y la
frecuencia respiratoria.
Así, pasándonos al aspecto eclesial, hay cuatro signos vitales
que determinan el estado de salud, bienestar que tiene una
iglesia local o una organización eclesiástica. Esos signos vitales
son: visión inspiradora y unificadora, liderato movilizador,
cuerpo ministrante motivado y recursos bien administrados.
263
inspiradora, carecen de capacidad unificadora en cuanto a
transmitir, enseñar y dirigir el cumplimiento de esa visión.
Puedes tener una visión extraordinaria, pero eso no es
suficiente. Necesitas comenzar a dosificar esa visión y a inspirar
con ella, desde el plano más espiritual hasta el más concreto.
Aquí es donde fallan muchos.
Soy de los que piensan que una visión no se presenta de
golpe. Creo que la visión se debe entregar y transmitir de
manera dosificada, como la medicina, como los alimentos.
Ejemplo: Si le dices a tu iglesia que has recibido de Dios que
este año construirán un nuevo templo con un costo de tantos
millones, el domingo siguiente tendrás veinticinco por ciento
menos de gente sentada escuchándote.
Mira a Moisés, no le contó mucho a la gente. Los encuentros
de Moisés fueron con el faraón, y al faraón tampoco le dijo
mucho; le dijo: deja ir al pueblo para que vaya a adorar a Dios
en el desierto. Incluso, de inicio le dijo al faraón que iban a
volver; y fue hasta más tarde, en el proceso de sus encuentros
y confrontaciones, que le fue diciendo más y más, hasta que el
mensaje fue claro: suelta a este pueblo, si no, te acabas.
Pero al pueblo, Moisés se lo fue llevando despacio, tierra
prometida, moverse según la nube lo hiciera, según la columna
de fuego se movía.
La gente pesa los proyectos de la iglesia, de acuerdo a lo
que anda en la bolsa, si la persona gana salario mínimo y le
hablas de miles o de millones, esta persona se va a abrumar.
No tiene ningún sentido presentar una visión de golpe, que
resulte una embestida sobre la congregación; mejor inspíralos,
suelta la visión por partes, por etapas. No tienes que hacer una
gran convocatoria para presentar la visión del gran proyecto de
la iglesia. Si lo haces así, solo vas a asustarlos.
Debes darte cuenta que tu visión debe tener dos custodios:
la virtud inspiradora y la virtud unificadora.
Yo no dudo que muchos pastores que han fracasado,
fracasaron no por falta de visión, sino porque no lograron
unificar a su iglesia alrededor de la visión. ¿Como saber si estás
unificando la iglesia alrededor de una visión?
264
Lo sabes porque la gente comienza a hablar como habla
el pastor; comienzan todos a hablar en el mismo idioma, con
el mismo lenguaje, con el mismo tono, en el mismo espíritu, si
es posible con las mismas palabras. Así se conoce cuando una
iglesia está integrada alrededor de la visión del pastor.
Así que, ahora, ya no solo di al Señor: Dios, bendice la visión
que me has dado, sino que di: Dios, enséñame cómo inspirar
con la visión que me das y enséñame cómo unificar a la iglesia
con esta visión.
Mira lo que nos dice el Evangelio de Juan, en el pasaje
siguiente. Este, es un trabajo de empoderamiento en la visión,
de inspiración en la visión, de unificación de criterios y de
mentes en la visión.
265
No confundas tus sueños personales con una visión de Dios,
no confundas tus ambiciones personales con una visión de Dios,
no confunda tus anhelos, tus metas para lograr éxito con una
visión de Dios. El punto de partida es y debe ser: ¿te ha dicho
algo Dios a ti?
Cuando comencé el ministerio CCI, hoy día, un movimiento
mundial, comencé con un deseo profundo en mi corazón: ser
pastor de una iglesia pequeña y sin complejidades. Venía de ser
el pastor de una megaiglesia y estaba cansado, desgastado y
debilitado de tantos años de compleja actividad pastoral. Quería
una iglesia de doscientas o trescientas personas, donde yo los
pudiera atender tranquilamente el domingo, y algunos de ellos
me invitara a almorzar después del servicio; una congregación
pequeña a quienes los pueda llamar por teléfono de manera
personal. Quería una pequeña iglesia, en la que pudiera llevar
el control de a quienes había visitado, por quienes había orado.
Quería un ministerio pastoral más tranquilo, pero vino el “yo
les digo” de Jesucristo, diciéndome: vas a llamar a tu nueva
iglesia “Centro Cristiano Internacional”; y lo de “Internacional”
será porque de esa iglesia saldrás a predicar el evangelio a las
naciones. No me dio gusto, pero se hizo lo que Él quería.
Tener una visión de Dios es encontrar lo que Dios quiere
hacer, no lo que tú quieres hacer. Debemos de diferenciar
nuestras ambiciones personales y nuestra necesidad de éxito,
del “yo les digo” de Dios; que es, lo que en definitivo, le da
verdadera consistencia a una visión. En lo personal, he tenido
que aprender a hacer una total y completa dicotomía entre: “lo
que yo quiero”, “lo que a me gusta y lo que espero”, y “lo que
Dios quiere hacer”.
Una visión de Dios comienza con ver lo que uno tiene que
ver. La falta de éxito de muchos es porque se están viendo a sí
mismos, Dios no nos ha mandado a cumplir una visión partiendo
de nosotros mismos, sea que nos sobren virtudes y cualidades o
que nos sobren incapacidades y fragilidades. Dios no va a cumplir
la visión que te ha entregado por tus muchas capacidades,
tampoco se lo impedirá tu carencia de capacidades, por tanto,
no veas tanto hacia adentro, hacia ti mismo, porque de hacerlo
266
solo hallarás fragilidad, impotencia e incapacidad de un tipo o
de otro. Pero si miras hacia afuera, te encontrarás con lo que
Dios quiere que veas. Fuera de ti, comenzarás a encontrarte con
la visión de Dios para ti y tu ministerio.
Jesucristo está presentando una visión, con dos
componentes: inspiradora y unificadora. ¿Qué sucedió tres años
después, cuando Jesús ya no estaba con ellos? Igual se lanzaron
al mundo: Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la
tierra. Con esa visión nos alcanzaron incluso a nosotros hoy día,
porque miraron que los campos estaban listos para la siega. En
pocas palabras: fueron inspirados, unificados en esa visión.
Hay algunos que todavía no tienen una visión del mundo,
no tienen una visión misionera. Tienen una “visión parroquial”.
¿Sabes qué es una visión parroquial? Querer ganar a los que
tengo más cerca, los que no me cuesta mucho que lleguen a
la iglesia. Nada de eso está mal, el problema es que eso no
es todo. Dios no nos ha llamado solo a desarrollar una visión
parroquial, tener un bonito templo, un bonito auditorio y
que venga gente “nice” los domingos. La visión no puede ser
tener equipo de sonido de alta calidad, tener una bella área de
púlpito, sillas lindas y cómodas, un lugar espacioso donde los
carros puedan estacionarse. Eso, en todo caso es una “visión
parroquial”. Pero, aquellos que conquistaron el mundo a partir
de esta palabra de Jesucristo, tuvieron que renunciar al “no
dicen ustedes”, tuvieron que renunciar a sus propios criterios, a
su propia manera de entender las cosas, tuvieron que renunciar
a una visión reduccionista, a una visión parroquial, hasta lograr
abrazar la visión de lo que Dios quería hacer en el mundo. Lo
mismo tendremos que hacer nosotros.
Lord Byron dijo lo siguiente: “La mente del ser humano es
una mente elástica, una vez que esa mente se ensancha con una
visión más grande que la persona misma, esa mente no vuelve
a ser la misma, no vuelve a su tamaño anterior, aquella mente
queda ensanchada.”
Cuando Dios ensancha tu mente y entendimiento con su
visión, te inspiras con esa visión, y te paras a conquistar y aglutinar
las mentes, te paras a unificar las voluntades y corazones.
267
Con ello, das muestras de un signo vital de un ministerio y
una iglesia saludable, que es: una visión inspiradora y unificadora.
Signo que, definitiva e inobjetablemente, debe comenzar con el
pastor de la iglesia.
LIDERATO MOVILIZADOR
Hay pastores que lo único que logran tener es un cuerpo de
líderes que se sienta alrededor de una mesa a discutir la obra de
Dios una vez al mes, para luego llegar a la iglesia el día domingo,
a dar anuncios, recoger ofrendas, dar la bienvenida o asistir
orando por alguien en necesidad. Necesitamos más que eso.
Ese molde de liderazgo aún es parte de una visión parroquial.
Necesitamos un liderato “movilizado” y “movilizador”.
Estando en una conferencia de presentación de uno de mis
libros, me encontré con una iglesia sumamente poderosa, con un
liderato totalmente movilizado y movilizador. Organizaban con
verdadera pericia a la concurrencia que llegaba; era un auditorio
de buen tamaño con mil personas como mínimo sentadas, listas
para escuchar la conferencia. Aquello era vibrante, había un alto
sentido de dirección, una manera de conducirse todos en orden
y armonía, con cierta solemnidad pero sin perder la calidez
de un ambiente fraterno y amistoso. Era una concurrencia
heterogénea, habían allí pastores y feligreses de diferentes
congregaciones. Era el resultado del buen manejo de un liderato
movilizado, pero con capacidad de movilizar a otros. Muestra
bíblica de un liderato movilizado y su resultado.
268
Muchos pastores andan constantemente hurgando en
librerías, buscando el éxito más sonado en Norteamérica, o el
bestseller de alguna iglesia que explosionó con miles de gentes,
o el libro del pastor que se hizo famoso y millonario con sus
libros y conferencias, porque quieren replicar ese modelo.
Los sistemas de trabajo y los modelos son buenos, son
necesarios, nadie puede vivir sin ellos, pero no hay que
engañarse: Detrás de todo modelo exitoso, ya sea de trabajo,
de organización, o un sistema de crecimiento y multiplicación,
está de fondo la dinámica de un liderazgo movilizador. Así es
que, pastor, si quieres crecer, pero no has logrado movilizar a
tus líderes, no creo que te funcione ningún modelo tomado de
libros.
¿Cómo son tus reuniones periódicas con tus líderes? ¿Cuántos
de ellos faltan con la excusa de “lo siento pastor, no voy a poder
llegar”. Cuando eso comienza a evidenciarse, significa que estás
perdiendo capacidad a dos niveles: capacidad de convocatoria
y capacidad de movilizar a tu liderazgo.
Mira, lo que estamos leyendo en el libro de Hechos. Los
apóstoles, lo primero que hacen es plantarse en su papel, dicen
a toda la comunidad de discípulos: no está bien que nosotros
los apóstoles descuidemos el ministerio de la palabra de Dios
para servir a las mesas. Ahora hablemos de ti: ¿Qué hay de tu
ministerio en la iglesia? ¿Te metes continuamente a hacer cosas
que no debieras hacer? Los apóstoles pudieron haber servido
las mesas, pero no lo hicieron, y no por orgullo o por falsa
espiritualidad. Sencillamente no lo hicieron porque su papel era
otro.
En la multiplicación de panes y peces Jesucristo partió los
panes, partió los peces, oró para activar el milagro que iba
a acontecer. Si si lees bien ese relato te darás cuenta que, si
bien es cierto Jesucristo partió los panes, partió los peces,
también dice que los repartió entre sus discípulos para que
ellos los repartieran entre la multitud (Mateo 14:19). ¿Que está
diciendo todo esto? Habla de la importancia de los roles y de lo
estratégico y efectivo de asumir cada cual su verdadera función.
269
Pastor, ¿estás con buena intención, pero erróneamente,
sirviendo las mesas? No te estoy invitando a que te vuelvas
arrogante, y que no vuelvas a levantar un sucio del piso. No, en
ninguna manera. Lo que digo es que tienes que saber diferenciar
lo que te toca de lo que no te toca, porque eso justamente, le toca
en responsabilidad a alguien más. En esto hay gran confusión
en las iglesias. Hay pastores centralizados, su excusa y razón
es que, para que otros lo hagan mal, prefieren hacerlo ellos.
Error, es preferible que lo hagan mal muchas veces, mientras
aprenden, a que el pastor termine haciéndolo todo.
Pastor, lo primero que debes hacer es plantarte bien en tu
función, y con los apóstoles, decir: “no está bien que dejemos
el ministerio de la palabra por servir a las mesas”. Acto seguido,
dieron enérgicamente esta instrucción: “escojan de entre
ustedes a siete hombres con estas y estas características”. Con
ello se activó un proceso movilizador de liderazgo.
Me gusta que las iglesias sean iglesias, donde muchos
sirvan. Pero hay iglesias que lo primero que dicen es: si usted es
divorciado, no puede servir, o ¿cuándo llegó usted a la iglesia?
Necesita seis años para poder servir. Y así, excluyen y segregan
a las personas para, al final, terminar el pastor con un pequeño
círculo de personas llamada “argolla” haciendo todas las tareas
de la iglesia.
Necesitamos un liderazgo vasto. Es mejor que sobren líderes
y servidores, que ver el triste cuadro de las mismas personas
haciéndolo todo, todo el tiempo. No le pongamos trabas a
la gente; no digo que no haya bases y requisitos para servir
en la iglesia. Es necesario que los haya. Pero los procesos de
selección y de preparación de la gente para el servicio eclesial
deben caracterizarse por ser prontos, ágiles y prácticos.
Insisto: el liderazgo en la iglesia debe ser vasto. En el
servicio eclesial debe haber mucha gente incluida y debe haber
gran capacidad de movilización. No pueden llegar todos solo
a sentarse en condición de oidores. Pastor, tienes que poner
gente en las distintas tareas y servicios para la congregación y
los visitantes. Recuerda que la capacidad de movilización y un
liderazgo movilizador es un signo vital de una iglesia saludable.
270
CUERPO MINISTRANTE MOTIVADO
Si vas a subir en la plataforma a alguien para ministrar, y
esa persona va con cara de pocos amigos, mejor espera, no
la pongas a ministrar todavía. Tiene que haber motivación, y
la motivación comienza con qué cara pone la gente. Cuando
buscas servidores para recibir a los hermanos en su llegada e
ingreso a la iglesia, no puedes poner como anfitriones en las
puertas de la iglesia a gente con cara de pocos amigos, ni a
gente de expresión triste o demasiado reservada. Tienen que
ser personas con “don de gentes”, personas con el don natural
de fluir con los demás, de estrechar la mano de manera jovial,
de sonreír y abrazar espontáneamente. Hay personas que, de
una manera forzada, aprenden a decir “bienvenido hermano”.
Eso no nos sirve. Por lo menos habrá que decir que esa persona
no está en la posición o en la función correcta. Porque el cuerpo
ministrante, desde los que están en las puertas hasta los que
se paran en el altar, todos deben de tener una motivación que
sea evidente a todos. Por ello, quienes sean parte de un cuerpo
ministrante motivado, deben estar motivados.
A veces veo gente que se para ante la congregación, más
con cara de preocupación de, si lo van a hacer bien o lo van
a hacer mal; gente con la carga de: “que va a decir la gente”,
“qué va a decir el pastor”. Es obvio que de inicio, todos nos
sentimos de esa manera. Entonces, habrá que ayudarles a soltar
ese nerviosismo, habrá que enseñarles a que actúen de manera
natural, espontánea y optimista. Tal como estoy proponiendo:
como un cuerpo ministrante motivado.
271
Ya no son solo los 12, ahora Jesús escogió a otros 72 para
enviarlos, “delante de él”. Jesucristo es su líder, ellos son sus
embajadores. Ellos son los que van delante de él, él viene tras
ellos, ministrando. Pero ellos, van abriendo el camino, ellos van
creando la atmósfera.
En esto hay toda una estrategia: voy a ir enseguida, pero
necesito que ustedes vayan antes a romper el hielo. Vayan
ustedes primero, yo voy detrás de ustedes.
Transcurren no menos de cuarenta o cincuenta minutos
antes del mensaje, desde que la gente llegó a la iglesia. Durante
ese tiempo, y por diversos factores, es posible que alguna
persona se haya desanimado, y que haya decidido no volver el
domingo siguiente o, por el contrario, que esté lista y preparada
para la palabra de Dios.
Suelo decir a los líderes y servidores:
—Ustedes pueden arruinar mi trabajo antes de que suba al
altar a predicar; ustedes tienen que ser un cuerpo ministrante
motivado y motivador.
Esa motivación debe comenzar en el estacionamiento, con
los que reciben a la gente. Ellos no pueden estar con cara de
enojo diciendo a los hermanos dónde estacionar. Al contrario,
tienen que estar sonrientes, ayudar a bajar a los niños del
auto; si está lloviendo, con paraguas asistirlos y ayudarlos a
transitar. Si vienen por la primera vez, indicarles dónde llevar
a sus niños; si son visitantes, tratar de hacerlos sentarse lo más
adelante posible. En todo ese lapso, antes de que el pastor suba
a predicar, puede ser que ya le hayan arruinado todo.
El Señor escogió a 72 para enviarlos de dos en dos, delante
de él, a los pueblos y lugares donde pensaba ir, Él sabía que
ese cuerpo ministrante motivado crearía la atmósfera, la
expectación, para que, cuando él llegara fuera todo un éxito.
¿Y qué pasó? Cuando volvieron, su reporte fue de éxito total:
-hasta los demonios se nos someten en tu nombre, fue lo que
alegremente reportaron (Lucas 10:17). Se constituyeron en un
cuerpo ministrante motivado.
Pidamos a Dios que nos traiga gente idónea para un cuerpo
ministrante motivado. Oremos porque el cuerpo ministrante en
272
nuestra iglesia sea de personas consagradas al Señor, ungidas,
animadas y que quieran ganar almas y ver la iglesia crecer.
Hay líderes que están haciendo poco, y en actitud de críticos
observadores, esperan que el pastor haga crecer la iglesia. Eso
no va a suceder, porque el pastor a solas o por si mismo no va
a hacer crecer la Iglesia. Es el Espíritu Santo quien lo hará; y si el
pastor se aferra al Espíritu Santo, y a la vez, cuenta con un cuerpo
ministrante motivado y un liderato movilizado y movilizador, el
éxito ministerial y el crecimiento eclesial están garantizados.
273
El problema de muchos pastores es que replican su propia
personalidad en sus líderes, o al revés, que los líderes se
dediquen erróneamente a imitar la personalidad de su pastor.
En la iglesia no somos llamados a imitar la personalidad de
ninguno, por atractiva que parezca.
Pastor, tú tienes tu propia personalidad, no te avergüences
de ello. Dios te hizo como eres, con tus virtudes y defectos.
Ello no significa que tengas que forjar tu personalidad en los
líderes que te acompañan. Ellos tienen, cada uno, su propia
personalidad. Lo que se espera de ti es que sepas inculcar en
ellos optimismo, alegría, amabilidad y la capacidad de servicio.
Y es posible lograrlo, aunque consideres como yo, no tener la
personalidad más carismática.
274
¿Cuántos panes tienen ustedes? —preguntó—. Vayan a ver.
Después de averiguarlo, le dijeron:
―Cinco, y dos pescados.
Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por
grupos sobre la hierba verde. Así que ellos se acomodaron en
grupos de cien y de cincuenta.
Entonces les mandó que hicieran que la gente se sentara por
grupos sobre la hierba verde. Así que ellos se acomodaron en
grupos de cien y de cincuenta. Jesús tomó los cinco panes y los
dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los
panes y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la
gente. También repartió los dos pescados entre todos.
Marcos 6:38 - 41
275
y contabilizaron doce cestos llenos los que quedaban (Marcos
6:42-44). ¿Qué es esto? Administrar los recursos con visión,
con discernimiento, con orden y con disciplina. Pastor, ¿cómo
administras tú?
En casa, con mi esposa tenemos un presupuesto que
se sigue como el de una empresa. Mi esposa, quien es la
administradora, se sienta en un escritorio, tiene un montón
de papeles como si fuera una empresa, y ahí están la última
factura de gasolina, supermercado, lo que se pagó en un
estacionamiento, etc. Todo como si fuera una empresa. Y ella, va
supervisando y administrando la operación económica de solo
dos personas. ¿Sabes cuál es el resultado? Que somos exitosos
financieramente, ya que siempre nuestras decisiones están bien
enfocadas, porque nuestra administración es una administración
seria y con suficiente orden, disciplina y seguimiento.
Como pastor tengo una fórmula para colocar personas
en funciones críticas, funciones gerenciales y funciones
direccionales; y es, que no puede ser una persona con su vida
propia mal administrada. Si no maneja bien su tiempo, no la
quiero; si no maneja bien su dinero, no la quiero.
Un pastor, hace unos días, me decía que quería servir más y
tomar tareas y cargos de mayor responsabilidad.
Mi respuesta fue:
―Comencemos por aquí, ¿tú diezmas?
―No, me dijo, es que no me ajusta, como para poder
hacerlo.
―No me sirves —respondí—, porque si tú no diezmas, vas
a venir a drenar la economía de este ministerio.
Un pastor que es un desastre administrativo, un pastor que
gasta de manera irreflexiva, que no tiene presupuesto, que no
es buen administrador de su propia vida, su casa y sus asuntos,
no podrá jamás hacer buena administración de los recursos
de la Iglesia. Y si noto que un pastor no tiene visión, no tiene
discernimiento, y tampoco tiene orden y disciplina, ese pastor
no me servirá, porque será solamente un agente generador de
caos y conflictos.
276
CÓMO DESCUBRIR Y APROVECHAR
LOS RECURSOS EN LA IGLESIA
M
uchas veces creemos no tener los recursos suficientes
y lo que no tenemos son los ojos suficientes o el
discernimiento suficiente para encontrarlos. Sobre
esto trataremos en este capítulo.
Cuando hablamos de los recursos que los humanos en
general administramos, hablamos de los siguientes:
TIEMPO
El tiempo es el principal recurso con que contamos los
humanos. Es el recurso que no se puede comprar ni vender.
Los otros recursos no pueden compararse con este, porque,
es posible tener riqueza y recurso material, pero si no se tiene
tiempo ni vida, de nada sirven.
Tiempo es el recurso que no permito que mis pastores y la
gente que trabaja conmigo desperdicien, porque la hora que se
pierde no vuelve, el día que se malgasta no vuelve, la semana
que se echa a perder tampoco vuelve. El tiempo es un recurso
que hay que saber valorarlo y saber administrarlo.
OPORTUNIDADES
Hay quienes no disciernen sus oportunidades, se quedan a
vista corta respecto a sus oportunidades y no saben descubrirlas,
y tampoco aprovecharlas, por supuesto.
Oportunidades, todos las tenemos; unos de una manera,
otros de otra. Cada persona, y si hablamos de iglesias, cada
ministerio debe dedicarse a buscar sus oportunidades, en vez
de estar observando las oportunidades de los demás.
277
El barrio o el pueblo donde está la iglesia ubicada representa
una oportunidad única, que no la tienen los demás. Entonces, las
oportunidades pueden ser: de ubicación geográfica, de grupo
social representativo de la comunidad de donde la iglesia está,
como: matrimonios jóvenes, jóvenes solteros, profesionales,
niños, etc.
EL RECURSO MATERIAL
Hablemos de finanzas y hablemos de cosas materiales.
Muchos pastores dicen no poder prosperar. Pero, ¿Qué es lo que
hacen con los recursos que ya tienen y con los que ya cuentan?,
278
¿cómo manejan, invierten, multiplican las finanzas que ya están
en sus manos? Todo esto tiene que ver con el descubrimiento
y el aprovechamiento de recursos; y en esta materia hay una
máxima que no se puede ignorar: No es posible recibir más
recursos, mientras los recursos con que ya se cuenta no estén
visiblemente bien administrados. Escuche decir a cierto feligrés:
-me gusta esta iglesia porque se puede ver en obras el dinero
que damos. Contra esto, no hay argumento.
En resumen, lo que les he estado diciendo es que cuando
hablemos de recursos en este capítulo, habrá que llevar el
pensamiento hacia todas esas formas de recursos: tiempo,
oportunidades, capacidades y habilidades, personas y relaciones,
finanzas. Todas estas son fuentes maravillosas de recursos.
279
ha dado? ¿qué clase de recursos tienes contigo qué no estás
usando, multiplicando y no estás sabiendo administrar?
¿Te das cuenta de lo crucial que es verificar lo que uno tiene?
Pastor, al leer la frase “en tu casa”, debes discernir que se te está
preguntando por tu escenario de vida, de ministerio, y por tu
iglesia.
Cuando me fue entregado mi primer pastorado, había en la
iglesia una condición de precariedad extrema. Lo primero que
sentí fue que debía revisar qué recursos tenía disponibles la
iglesia, para poder potenciar la visión que Dios me entregaba
para aquella congregación. Y encontré que si, había algo en
esa casa que podía utilizarse, en principio, para comenzar las
acciones. Siempre es así.
Este es un texto importante, que nos invita y demanda a
revisar lo que tenemos en casa, lo que tenemos en la iglesia. Si
logramos descubrirlo, lograremos aprovecharlo.
280
Eliseo le dice a su criado que vaya al mar y vea en el
horizonte. Y le pregunta. ¿Qué es lo que ves? El criado, siete
veces fue a observar el horizonte en el mar y regresó con la
misma respuesta: -”no veo nada”. Fue una vez, dos veces y así,
sucesivamente, hasta que algo comenzó a suceder, comenzó a
darse cuenta de que había algo que él no estaba viendo. ¿Cómo
logró por fin descubrir lo que estaba en el horizonte?
Fue mediante el poder de esta corta interrogante: “¿qué
ves?”, dicha con insistencia lo que al final le permitió ver lo
había estado allí desde el inicio. Se trataba de una pequeña
nube del tamaño de un puño cerrado, a la que él no prestó
atención al inicio. ¿Y por que no le presto atención? Porque lo
tomó como algo demasiado obvio. El criado de Eliseo esperaba
ver algo grande y espectacular; y como es nube era pequeña y
sin aparente importancia la descartó.
No se dio cuenta el criado del profeta que había que ver
más al fondo y con más detenimiento. Pero al darse cuenta y
advertir que estaba esa pequeña nube, le informó al profeta; el
profeta dijo: viene una gran tormenta. Y efectivamente, así fue.
De ahí el consejo: hay que quitar la vista de lo obvio y ponerla
en lo que es menos visible en la primera intención, algo que no
estamos valorando y que puede ser un principio de recurso que,
aunque modesto, puede llevarnos a algo grande en verdad.
281
Hay que inventariar lo bueno, lo malo y lo feo. Estoy seguro
que, aún en lo malo y en lo que llamamos feo, podremos
encontrar una base de recursos que pueden ser utilizados de
manera ingeniosa. Quiero ser enfático con esto: lo malo y lo
feo puede entrañar un gran recurso. Habrá que inventariarlo y
buscar en ello el potencial para hacer la obra de Dios.
282
Hay que hacer pequeñas actividades y pequeños proyectos,
para probar los recursos
A veces nos equivocamos y le asignamos un valor a algo
que no lo tiene, o desmerecemos algo que puede tener gran
potencial. Para no equivocarnos en estos extremos, necesitamos
hacer ciertas pequeñas actividades, ciertos pequeños proyectos
como para darnos cuenta qué es lo que puede o no puede
fructificar. Hay cosas que se ven bien, pero que resultan ser árbol
sin fruto, como aquella higuera que Jesucristo maldijo y se secó
porque no tenía frutos. Era esa higuera solo un gran follaje, pero
no había fruto en ella. Pues así sucede con nosotros, a veces nos
equivocamos en nuestras valoraciones.
Hay cosas que parecen tener un enorme follaje, pero si ese
follaje no va a producir frutos, mejor no entusiasmarnos con el.
Y por el contrario, puede haber algo desacreditado en nuestra
opinión, y que puede ser el gran ¡boom! Que levante nuestro
ministerio.
Cuando comencé a hacer obra de Dios, una de las cosas que
puse en mi mentalidad es que el recurso música y músicos era
importante. En ese tiempo todavía trabajaba bajo mi pastor y
mentor. Recuerdo haberle dicho:
—Pastor, hagamos un concierto, pero no lo hagamos en un
lugar religioso, hagamos un concierto en un lugar público como
un parque o una sala de cine. Y por primera vez, se realizó en
mi ciudad un concierto de música cristiana contemporánea de
aquella época. Recuerdo que los demás pastores e iglesias de la
ciudad criticaron a mi pastor; pero ganamos cualquier cantidad
de almas, rompimos el ambiente y comenzamos a crear toda
una serie de actividades. De ahí en adelante, se convirtieron
en actividades masivas y grandes conciertos con varias bandas
participando, en los lugares más céntricos e importantes de
nuestra ciudad. Prácticamente, la pequeña prueba y el pequeño
proyecto, se tornó en un gran avivamiento y en un modelo que
rápidamente siguieron muchas iglesias.
Por eso digo, que hay que hacer pequeñas actividades,
pequeños proyectos, para probar si lo que ideamos tiene
potencial de verdad.
283
Porque, puede ser, que lo que pensamos no tiene potencial,
nos sorprenda y tenga una gran posibilidad de fructificar, que
no habíamos descubierto.
284
También descubrí que entraban en los sanitarios unos chiquillos
pilluelos, y al no tener como entretenerse, hacían bolas de papel
sanitario mojado y comenzaban a tirarlos hacia el cielo; y allí
encontrábamos pegados en el cielo todos aquellos proyectiles
de papel sanitario mojado, que quedaban pegados en el cielo.
Así es que, pastor, indaga dónde están las fugas y el mal uso de
recursos.
285
En la iglesia central de nuestro movimiento, el CCI, cada uno
de los seis horarios de celebración, tiene su propia banda de
música, sus propios coros, sus propios directores de alabanza,
sus propios pastores y su propio cuerpo de ancianos, diáconos,
servidores, anfitriones y demás. No quemar el recurso humano,
es nuestra prioridad.
Se ha comprobado que cuando se usa la misma gente, su
vida en el servicio eclesial no pasa de unos ocho años; luego
esos líderes se queman y comienzan a poner excusas, para ya
no estar activos en la iglesia. Así que, no hay que quemar los
recursos.
Tampoco hay que quemar los recursos materiales. Yo prefiero
comprar instrumentos musicales baratos para los nuevos
músicos y las bandas de los chicos más jóvenes, reservando los
de mayor precio y calidad para los músicos más desarrollados.
Prefiero guitarras, micrófonos y baterías más baratos para chicos
que están empezando, porque si los estropean, está bien, para
eso son. Pero guardo los recursos más caros para los mejores
usos y para las manos más expertas. Como dije, no hay que
quemar recursos.
286
No hay que temer hacer cambios en el manejo
y la administración de los recursos
Si una persona no está dando buenos resultados, si una
persona está dando mal modelaje a lo que es el servicio, hay
que hacer cambios. No digo que hay que echar a alguien del
liderazgo y el servicio, y mucho menos de la Iglesia. Lo que digo
es que, ninguno tiene por qué estar ocupando una titularidad
que le queda demasiado grande.
En cierta época, tenía yo un cuerpo asesor administrativo-
financiero, el cual sirvió muy bien por varios años. Sin embargo,
hubo un momento donde descubrí que tenían mala actitud
con la gente que estaba a tiempo completo administrando los
recursos de la iglesia. A tal grado fue aquello que, con pesar vi
que habían perdido la capacidad de ser idóneos. Este grupo
comenzó a ponerse resistente, controversial en las sesiones de
trabajo; y no me quedó más remedio que decirles: -señores,
al final de cuentas soy el responsable final de esta gestión.
Si algo sale mal, obviamente no es a ustedes a quien les van
a llamar la atención y a pedir cuentas, si no a mí que soy el
titular de esta organización. Entonces, quiero agradecerles el
tiempo que han trabajado conmigo, y a partir de ahora, en base
a todo lo que ustedes trabajaron, las bases, los criterios, las
propuestas que hicieron, seguiremos trabajando, pero creo que
ya es hora de cerrar el capítulo de su actividad como grupo
asesor administrativo-financiero. Se fueron todos de la iglesia,
excepto uno. Pero es que había desconfianza de su parte para
con el personal de tiempo completo y la atmósfera ya no era
como antes. La prueba es que se fueron cuando les cambie su
cargo. Pastor, no hay que temer hacer cambios en el manejo de
administración de los recursos.
287
Ese grupo de asesores administrativos estaban anquilosando
el sistema. Ellos no querían que nada se cambiara, querían que
todo fuera como ellos decían y si no, había dificultades. Estaban
anquilosado el sistema, erróneamente se creyeron guardianes
perpetuos de un sistema, que no podía modificarse en nada.
Pero es que, así como la teología es viva, los sistemas de
trabajo son vivos, los sistemas de trabajo son orgánicos, y deben
estar sujetos a cambios para mejorar. Si la administración no es
orgánica, se convierte en algo pétreo, en algo que no se puede
mover. Y a eso, no se le puede llamar administrar.
Les digo a las personas que trabajan conmigo, que no me
pueden imponer sus criterios; y ello no significa que sea un
hombre obcecado, que sea un hombre cerrado. Pero, lo cierto,
es que no puedo permitir que personas comiencen a actuar
“territorialmente”, como si el ministerio que se les ha encargado
y la oportunidad que se les ha brindado les pertenece.
Cuando una persona dice: -este es mi ministerio y es mi
ministerio, cuando comienzan a apoderarse de la oportunidad
que se les dio, es el momento de hacer un cambio.
Procura, pastor, que no haya ese anquilosamiento de
recursos; es decir, esa paralización, ese impedimento en la
evolución del crecimiento.
288
que necesites. El solamente dice: -hazme un arca. Y la quiero
de estas medidas, y quiero que pongas la puerta principal aquí
donde yo te digo. Y quiero que le hagas un segundo piso, y
quiero que pongas ventanas así como te digo. Y quiero que la
impermeabilices con los materiales que te indico.
Dios no le dice a Noé de dónde sacar el recurso. Es que,
la dinámica es esta: primero obedecemos a una visión y nos
mantenemos firmes en esa visión; luego Dios proveerá los
recursos necesarios, de manera suficiente.
Cuando Dios nos llama, y comenzamos a movernos en
obediencia, los recursos vendrán en su momento. Solo asegúrate
de tener clara la visión; si ves con claridad la visión, a cada paso
que des, lo que necesites para cumplir con esa visión vendrá.
Pero siempre recuerda que, los recursos no vienen primero, sino
la visión convertida en acción.
289
Hay que buscar la voz de Dios
¿Sabes que Dios quiere dirigir el manejo de recursos? Quizás
has pensado que quien debe dirigir el manejo de recursos eres
tú. Pero no es del todo cierto.
Si vas a tomar decisiones sobre el uso de los recursos, vas a
tener que pedir autorización, guianza, aprobación y confirmación
a Dios. Porque Dios se toma el derecho de ser quien dirija el
manejo de los recursos en su obra y en su iglesia. Ya escuchamos
a Jesucristo, diciendo en el relato: -¿Cuántos panes tenéis? Id y
verlo. El, los manda a averiguar qué recursos hay para alimentar
una multitud. Sucede que le obedecen diligentemente, siguen
sus instrucciones y encuentran a un joven que tiene unos panes
y unos cuantos pececillos. Entonces, ¿quién hizo la repartición?
Jesús la hizo. El comenzó a repartir y a entregar a sus discípulos,
para que estos, a su vez, entregaran a la gente, Esto significa
que Él no solo quiere participar; Él quiere dirigir el manejo, la
distribución, la administración de los recursos.
290
CÓMO TRANSFORMAR
ESPECTADORES EN PARTICIPANTES
M
uchos pastores tienen como dificultad que no
logran “desatornillar” a los creyentes de las sillas
de la Iglesia, para activarlos y empoderarlos para
el servicio eclesial y el trabajo ministerial. Esto es algo difícil de
lograr, aunque ya es sabido de todos que el trabajo ministerial
no es del pastor y de un círculo pequeño alrededor suyo, sino
de toda la congregación.
Cuando una congregación se potencia, se empodera y se
organiza, su avance será exponencial y extraordinario. Este
capítulo va con especial dedicación a los pastores que quieren
ver un proceso de avivamiento y crecimiento sostenible en sus
iglesias.
291
grupos de cien y de cincuenta. Jesús tomó los cinco panes y los
dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego partió los
panes y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la
gente. También repartió los dos pescados entre todos. Comieron
todos hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce
canastas llenas de pedazos de pan y de pescado. Los que comieron
fueron cinco mil.
Marcos 6:35-44 NVI
292
Eso no es tarea fácil y tampoco se logra en poco tiempo.
La dinámica de un pastor que va a multiplicar su ministerio es
insistir y seguir insistiendo con paciencia para lograr su objetivo.
La gente, aun cuando quieren ser empoderados, no andan
corriendo buscando ser capacitados. Ellos se sienten cómodos
y quieren continuar la vida cristiana cómodamente; pero es
ahí donde el pastor revestido de suficiente entendimiento,
comprensión y paciencia, comienza esa jornada de
empoderamiento, formación y capacitación.
Pero el pastor debe entender y aceptar bajo qué términos
se hará: comenzará con espectadores no comprometidos, tal
como Jesucristo hizo con sus discípulos, llamados apóstoles,
más adelante.
293
y a comunicar visión. Pero además, necesitas empoderar a tu
gente en la visión. El empoderamiento viene vía práctica, por
el ejercicio. Como Jesús fue empoderando a sus discípulos: los
envió a predicar de dos en dos, los puso a bautizar, los mandó
a echar fuera demonios y a sanar enfermos. En pocas palabras,
los fue empoderando, poco a poco.
Ellos necesitaban ser impartidos con la visión. No sabían en
principio que tendrían cambiar el mundo entonces conocido
con el mensaje del evangelio. No sabían que Jesús no iba a estar
con ellos todo el tiempo. Sin embargo, ellos van a ser impartidos
con la visión y el llamamiento, y habrán de ser empoderados en
lo que conocemos como “La Gran Comisión”.
Pero, en ese momento no saben nada de esto, y están
objetando en su etapa de descomprimido. Es ahí donde se
encuentra la debilidad y la incapacidad humanas; y es ahí donde
hay que trabajar y esforzarse bastante.
En esa etapa del empoderamiento, quizá sientas que estás
arañando con las uñas a una dura pared. Eso es normal, pero tu
insiste en transmitir visión y en empodera tu gente. De inicio,
ellos no entenderán muchas cosas que tú quieres hacer. Y se
preguntarán por qué quieres cambiar el piano de la Iglesia, por
qué quieres cambiar las sillas o por qué quieres invertir fondos
en una actividad evangelística para la comunidad. Al igual que
los discípulos de Jesús, los tuyos protestarán, diciendo: ¿pero,
para qué gastar dinero en eso? Y lo harán por no tener visión, por
aun no estar empoderados. Pero tú, vía inspiración, comenzarás
a impartirles que, cualquier esfuerzo o inversión para predicar
el evangelio o mejorar la adoración a Dios, vale la pena, que no
es desperdicio de dinero, que no es malgasto, que es una sana
y correcta inversión. Pero eso si, lo haces a través de inspiración,
no de pleito y forcejeo con ellos.
294
Luego, Jesús les dice: “denles ustedes de comer”. Ellos, observan
sus limitaciones y dicen: ¡eso es imposible!
Ahí justamente, comienza el proceso de abrir los ojos a la
gente. La gran ayuda en esto es: inventariar el recurso disponible,
Por lo general, los humanos nos fijamos más en lo que no
somos, en lo que no tenemos, en lo que nos falta. Pero nunca
hay que decir que tenemos poco, nunca hay que enfatizar
nuestra insuficiencia, porque la insuficiencia nuestra no es lo
que va a suplir, sino la suficiencia divina.
Como dije antes, hay gente que cree que la obra de Dios se
hace solo con dinero; por lo contrario, creo que la obra de Dios
se hace con: llamado. Porque a quien Dios llama, le provee y le
capacita con dones, talentos y todo lo que sea necesario. De
hecho, el primer recurso, después del recurso divino y la Palabra
de Dios son los dones y talentos de la gente.
Jesucristo les dice: “vayan y averigüen”. Ello significa no
quedarse solo haciendo ejercicios espirituales. No, hay que ir
a la práctica. Y debemos preguntarnos qué sabemos hacer o
con que contamos. Con lo que sepamos o tengamos vamos a
trabajar; el que sabe cocinar, a hacer panecillos con café para
regalar en la acción evangelística, el que sabe cantar, a traer su
guitarra y va a cantar.
Saca de tu pensamiento y de tu léxico la idea de que tienes
poco. Los discípulos pensaron que lo que tenían era poco.
Al hacer su inventario, hallaron solamente cinco panes y dos
pescados. Uno de ellos se atrevió a decir: “¿y qué es esto para
tantos?”. La enseñanza de Jesús para nosotros en esa historia,
es que nunca debemos partir de lo que no tenemos, de lo que
no somos, sino de lo que tenemos y de lo que somos, por poco
que eso parezca.
Dios quiere usar lo que ya eres. Dios utilizó a David con lo
que ya era. Estaba destinado a ser rey, pero en ese momento
era apenas un chico que cargaba una honda en su morral, que
recogió unas piedras lisas del arroyo y con esas piedras mató al
gigante.
Si estás esperando recibir grandes recursos de Dios para
comenzar a cumplir la misión que Él te ha dado, te quedarás
295
estancado. Los que construyeron las grandes iglesias y catedrales
que son testimonio al mundo, no comenzaron con jugosas
cuentas de banco. Ellos iniciaron con una amplia y poderosa
visión, tuvieron éxito impartiendo esa visión y empoderando a
la gente, de tal manera que son testimonio vivo de lo que se
puede hacer en nombre de Dios.
Cuando nos aseguramos de traer a Jesús lo poco que
creemos tener, Él lo usará para hacer grandes cosas. Yo era
solamente un hippie alcanzado por el evangelio. Pero Dios
me habló, y pude ver en mi espíritu multitudes alcanzándose
y exactamente así ha ocurrido. El tomó lo poco o casi nada que
yo tenía, me llevó a inventariar esos pocos recursos y con ellos
comenzó a ejecutar el gran milagro. Por ello mi consejo: debes
inventariar tus recursos, y aunque creas tener solamente dos
pescados y cinco panes, con ellos Dios hará cosas maravillosas.
Yo lo creo, espero que tú también.
296
Hay que buscar la bendición del cielo
Hasta aquí el factor oración no ha intervenido. Y este es el
paso número cinco.
Es interesante, a veces la gente, cuando ve que está teniendo
éxito, se olvida de orar. Oran al principio, cuando están a manos
vacías, pero dejan de orar en el proceso.
Necesitamos que la oración esté en el momento justo,
en el momento previo a la acción. La oración es parte de la
preparación. Y debe hacerse previamente a la acción. Significa
que, hay que hacer un alto e invocar el nombre de Dios.
Jesús, en ese momento, ya con la gente organizada y
sentada sobre la hierba en grupos de cincuenta y cien, tomó los
cinco panes y los dos pescados y mirando al cielo los bendijo.
Un cuadro extraordinario, ¿no es cierto?
Hay pastores que todavía no saben mirar al cielo,
miran a la necesidad y se ofuscan, miran los obstáculos y se
atemorizan, miran la falta de interés y falta de apoyo de la
gente y se desaniman. Pero al contrario, cuando estás frente
a tu gran desafío, es el momento de apartar tu mirada de las
cosas terrenales, de los problemas humanos, de las carencias
y necesidades, para elevar tu vista al cielo y orar; para pedir,
buscar y llamar. Sabemos por Jesucristo, cuál es la respuesta:
“Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al
que llama, se le abre”.
Pastor, no te atrevas a hacer actividades importantes sin
oración. La movilización viene después de haber mirado al cielo
y establecido el proceso de bendición espiritual. Solo entonces
estás listo para iniciar la movilización.
Comienza la movilización
Este aspecto es crucial, porque es la hora de convertir los
espectadores en participantes. Como dicen, es el momento de
la verdad.
Ya se impartió visión, se empoderó, se indagó y se hizo
inventario de los recursos. Ya se organizó a la gente y se oró
por la bendición. Ahora es el momento de movilizar a la gente.
297
Jesús pudo haber hecho por sí solo el milagro: repartir los
panes y peces el mismo y realizar el milagro. Pero se los dio a los
discípulos para que ellos los repartieran a la gente Así es como
se activa el proceso de convertir espectadores en participantes.
En lo que a nosotros respecta, ¿cuál es nuestra parte,
pastores? Ser las manos de Jesús, ser los pies de Jesús, ser la boca
de Jesús. Es ser quien active el poder movilizador y transfiera la
unción para ser representantes y colaboradores de Dios.
Imagino a los apóstoles asombrados de ver a Jesús
entregándoles panes y peces para repartirlos ellos entre la
multitud. Me parece que fue un momento solemne y de enorme
peso espiritual. El proceso de movilización que Jesús realizó
previo al milagro, fue un proceso de transformación, de iniciar
con solo espectadores pasivos, a concluir con participantes
activos.
Déjame decirte algo, puedes hacer muchos seminarios,
congresos, conferencias en tu iglesia; pero si todo tu accionar
con esos eventos solo es traer gente que se sienten a escuchar
y nunca movilizas a tu gente, lo que tendrás es solo “una iglesia
de oidores”. Pastor, yo sé que tú no quieres eso.
En nuestra iglesia, hay facilitadores de grupos en hogares,
que no son pastores en el sentido más estricto del término, pero
son feligreses que han sido impartidos con visión y empoderados
en la acción; feligreses que tienen capacidades desarrolladas
a cierto nivel y con ayuda de material impreso imparten
enseñanzas bíblicas, y enseñanza discípular. Tenemos también
consejeros, pastores en distintos niveles, ninguno de ellos a
tiempo completo. Pero aunque no son de tiempo completo, ni
pagados por la iglesia, su actitud es de tiempo completo, tienen
las actitudes del reino de Dios, de ser instrumentos y de ser
llamados al ministerio.
Ese grupo humano movilizado nos convierte en una iglesia
viva, iglesia activa, pero no con ese activismo que he venido
criticando: activar por activar.
En este caso, se trata de una iglesia activa y dinámica que
alcanza metas y objetivos constantemente.
298
Dar el seguimiento necesario
Volviendo al relato de la alimentación de los cinco mil, se dice
con toda claridad que sobraron doce cestas llenas de pedazos
de pan y de pescado; y que los que comieron fueron como
cinco mil (Marcos 6:43-44). Eso solo puede ser producto de un
proceso de seguimiento posterior al milagro a la alimentación
de esa multitud.
Dar seguimiento es evaluar los resultados. Cuantas iglesias
van de congreso en congreso y evento en evento, sin lograr un
objetivo tangible y medible. No es que los congresos y eventos
sean malos; es más bien, que cuestan mucho dinero y en muchos
casos, los resultados son vagos y nada concretos.
Si se hiciera seguimiento a los eventos, congresos y
seminarios; y si como parte de ese seguimiento se preguntaran
en tono realista: ¿cuál es el verdadero resultado de ellos? ¿hay
alguna clase de retorno a esta inversión?, quizá entonces se
darían cuenta que la inversión debe ser más redituable, por
tanto, habrá que pensar y diseñar más al detalle cada esfuerzo
y cada evento.
Las actividades de ministerio no pueden ser solo para hacer
percibir al público que tenemos la capacidad de realizarlas. Hay
hay que evaluar los resultados, a eso le llamo dar seguimiento.
El texto parece ir concluyendo al decir: “Comieron todos
hasta quedar satisfechos”. Y sería fácil cerrar el relato diciendo:
—¡Qué bien que qué todos quedaron satisfechos! Pero el
texto no concluye ahí. Lo que sigue evidencia que hubo un
proceso de seguimiento. De otra manera, ¿como se habría
sabido cuántos fueron alimentados?
También se evidencia el proceso de seguimiento con la
información concreta no solo de cuantos fueron alimentados,
sino también de cuánta comida sobró. Los que comieron fueron
cinco mil y se contabilizaron doce cestas llenas de pedazos de
pan y de pescado.
Creo que a muchos ministerios les falta esto, precisamente.
Hay muchos aires de sensacionalismo alrededor de muchos
eventos evangélicos; y sin querer ser un crítico mordaz, me
pregunto si estamos haciendo actividades que involucran
299
inversión de tiempo, de dinero, de recursos humanos,
espirituales, materiales, sin preguntarnos con seriedad cuál es
su verdadero resultado.
300
COSAS QUE SE DESTRUYEN CON EL USO
E
l tiempo, es el peor enemigo de casi todo lo que vemos.
Ejerce un efecto de deterioro sobre la condición física
de los seres humanos, y de igual manera sobre todas
las cosas materiales que vemos; un día son nuevas y vistosas,
y pasado el tiempo terminan siendo material inservible y de
desecho.
En el ámbito ministerial no hay diferencia. El tiempo también
vuelve obsoleto mucho de lo que, en su momento, es el tema
o el asunto de mayor relevancia. En el ámbito ministerial hay
cosas que se destruyen con el tiempo y el uso. Como dije, en
realidad, no hay nada en la vida que permanezca exento o libre
de este efecto del paso del tiempo. La Biblia hace referencia a
esto.
301
porque hablando en el contexto de iglesia y ministerio, he visto
gente dedicada a repetir un modelo que ya no está vigente.
La Palabra de Dios nunca cambia y no tiene por qué cambiar.
Es más, hay maldición para todo aquel que atente quitar una
tilde o una coma siquiera de la palabra de Dios. La Palabra
de Dios no cambia, pero lo que sí cambia es el cómo hacer el
ministerio, cómo hacer la obra de Dios, cómo interactuar con las
sociedades. Es vital entender esto.
Lo que estamos leyendo en el texto bíblico, dice que hay
cosas que van a desaparecer con el tiempo y van a desaparecer
con el uso. En la versión Reina Valera dice que “se destruyen con
el uso”. Revisemos esos términos “desaparecen” y “destruyen”,
que se usan en ambas versiones, la NVI y la Reina Valera.
Su traducción al español proviene del griego “fhthora”, que
literalmente se traduce como “decaimiento”; este vocablo, a
su vez, proviene de una raíz más breve, que es la raíz “phthio”,
se traduce como “agotarse”, “decaer”, “secarse”, “arruinarse”,
“corromperse”, “viciar” y “extraviar”.
¿Que está diciendo Pablo? Dice que hay cosas que van a
agotarse, que hay cosas que van a decaer con el tiempo, que
hay cosas que su tendencia va a ser secarse, cosas que van
a arruinarse mediante el tiempo vaya pasando, cosas que se
corrompen, cosas que se vician, es decir, se dañan y corrompen,
y que hay cosas que al final, solo traen extravío.
Veamos este término “phthora”, traducido en otras versiones
de la Biblia. En la Biblia Latinoamericana 95, se traduce como
“esas cosas se desgastan y desaparecen”.
Piensa en tu ministerio. Debes tener el discernimiento y
los ojos como para darte cuenta y observar, qué es lo que se
está desgastando y qué está desapareciendo en tu modelo de
acción ministerial.
La versión Biblia del pueblo de Dios año 81, se tradujo que
“estas cosas son destinadas a ser destruidas por su mismo uso”.
Esta traducción le añade una dimensión todavía más profunda:
“destinadas a ser destruidas por su mismo uso”. Señala que es el
uso mismo lo que, precisamente, las irá destruyendo.
302
Finalmente, la Biblia católica Nácar-Colunga, traduce que
“estas cosas son cosas que con el uso se consumen”. Me llama
la atención esa expresión: “se consumen”, que indica un proceso
de deterioro desde dentro.
Lo que Pablo está diciendo, es que estas cosas sirven solo
temporalmente, que no todo lo de ayer sirve hoy. Esto es algo
que tenemos que meternos en la cabeza: que no todo lo de ayer
sirve hoy.
Las cosas, incluso, pueden verse bien todavía, pero aun
viéndose bien, carecer de utilidad real. Y es verdad, hay cosas que
pueden tener décadas y todavía las ves bien; pero no significa
que tengan verdadera utilidad. Por ello, no podemos darnos
el lujo de sobrevalorar algo está más bien en un proceso de
desvalorización. No es cosa entonces de que algo se estropee
por mal uso, sino del simple desgaste por el uso. Lo triste en
muchos casos es que, aun las cosas que has utilizado de la
mejor manera, no escapan a este proceso de desgaste.
LOS MÉTODOS
Los métodos de trabajo eclesial que en los setentas
fueron gran novedad, hoy, en pleno siglo XXI, son obsoletos y
descartables.
La Iglesia no es una estructura inamovible; al contrario, es
un organismo vivo. Por consiguiente, está y debe estar sujeta
a un proceso de constante renovación para poder mantenerse
vigente con el correr de los tiempos.
La Iglesia debe revisar cada tanto tiempo sus métodos, para
ver si responden a necesidades de la sociedad contemporánea,
sin comprometer su mensaje y sin comprometer sus principios
y valores cristianos.
Los métodos son procedimientos. Son formas de hacer las
cosas. Todo tiene su procedimiento, desde lo más simple como
poner el azúcar en el café o hacer el nudo de la corbata, hasta
la realización de complejas operaciones industriales, financieras
y de diversa índole.
303
Los métodos son importantes porque sirven para ordenar.
Donde no hay métodos, no hay orden. También sirven para
uniformar. Dentro de un sistema de trabajo tiene que haber
uniformidad; si en un sistema de trabajo cada persona quiere
implementar su propia manera de operar, lo que crea es caos,
anarquía, confusión. Se tiene que uniformizar los sistemas, las
maneras de trabajar.
Los métodos sirven, además, para ahorrar tiempo y esfuerzo,
sirven también para mejorar la calidad, para mejorar los
resultados. Como se puede ver, los beneficios de los métodos
en el accionar humano, son enormes.
Sin embargo, hay dos extremos de riesgo que tenemos que
aprender a manejar en lo que a los métodos se refiere. Son dos
extremos de riesgo, que muchas personas y grupos asumen por
lo general. Y son los siguientes.
Metodizar demasiado
Hay personas que quieren un método para todas las cosas.
El problema es que, cuando se hace demasiado método, caemos
en lo que voy a denominar “metodolatría”, que consiste en
idolatrar el método de trabajo de su grupo, empresa, o iglesia.
No podemos metodizar demasiado. Tenemos siempre que
dejar un margen saludable de improvisación.
304
Por tanto, huyamos de estos dos extremos, porque tan malo
es carecer de métodos y vivir en constante improvisación, como
malo es metodizar demasiado. Se requiere un balance saludable
entre estos dos.
Demos una mirada a lo que Pablo escribe acerca de los
métodos. De él podemos obtener ese balance saludable que
buscamos.
305
una actitud práctica para con su forma de hacer las cosas. Con
esa actitud están anquilosado su sistema de trabajo.
Los métodos deben ser revisados y renovados conforme a la
necesidad. Lo que hoy sirve, dentro de cinco o diez años puede
ya no servir. Entonces habrá que renovar los métodos conforme
a la necesidad que se vaya presentando. Los métodos decaen y
desaparecen con el uso.
LAS ESTRUCTURAS
Las estructuras son armados que sirven para dar cohesión,
para dar sustento y para dar soporte.
El ministerio y la Iglesia que no tiene estructura, por básica
que sea, no va a prevalecer con el tiempo, la estructura es
necesaria para la supervivencia.
Pero al igual que los métodos, las estructuras tienen
dos extremos de riesgo, en lo que a posturas de personas e
instituciones se refiere, respecto a las estructuras.
Estructurar demasiado
Cuando creas demasiada estructura, esta se vuelve asfixiante,
se vuelve esclavizante. Esto, tampoco puede ser. Estructurar
demasiado es otro extremo de riesgo.
306
Lo mejor es crear solamente las estructuras necesarias, sin
caer en el extremo de construir una compleja “colmena” llena
de huecos y recovecos que solo signifique confusión en la
operatividad de la Iglesia y el ministerio.
Ahora bien ¿qué nos dice la Biblia acerca de las estructuras?
¿habla la Biblia de las estructuras? Por supuesto. Muchas de las
cartas en el nuevo testamento hacen referencia a las estructuras
de trabajo en la iglesia.
El libro de los Hechos contiene uno de los primeros
pasajes que muestran estructuras eclesiásticas, en términos
de remoción y renovación de esas estructuras eclesiásticas. El
pasaje a continuación, nos indica que las estructuras deben ser
suficientemente orgánicas, como para mantenerlas en proceso
de renovación, y que no deben ser estructuras muertas.
307
gente está bajo su autoridad. Pero, el pastor no puede andar el
dinero en su bolsa, llevando las cuentas, haciendo depósitos
bancarios, teniendo en sus manos la operación administrativa.
No es práctico, tampoco es conveniente porque, al hacerlo,
pone en precario su reputación.
Los apóstoles, luego de indicar su posición como “no
negociable”, aconsejan crear una estructura administrativa para
manejar la situación. Decidieron que siete personas podían
tomar esa responsabilidad; es más, pusieron el marco de
referencia para seleccionarlos; dijeron que debían tener buena
reputación, ser llenos del Espíritu, ser personas que dependen
de Dios, que muestran espiritualidad y sabiduría. A ellos se les
encargaría esa responsabilidad.
308
viudas, había mala atmósfera, mala relación. Pero, al revisar la
estructura, se vio que se necesitaba un peldaño administrativo,
se crea y el crecimiento que estaba detenido, vuelve a activarse.
Con las estructuras debemos tener actitud flexible, hay que
hacerles una correcta lectura. Los apóstoles mostraron las dos
cosas: una actitud flexible, no se pusieron a defender lo que
había hasta entonces como estructura, hicieron una correcta
lectura de la situación, hubo que modificarlas y problema
resuelto.
Vale la pena comentar también sobre las estructuras, que
hay que ponerles como meta el balance y el bienestar colectivo.
Las estructuras no deben ser al antojo de nadie; las estructuras
deben responden a una meta, a una necesidad. Y deben
mantener un balance y su objetivo ulterior, que es siempre, el
bienestar colectivo.
Toda estructura que comienza a tambalearse, se nota por
la gente: como se expresa, que opina, que dice la gente entre
pasillos en sus conversaciones. Así comienzas a darte cuenta si
necesitas un cambio en las estructuras.
Las estructuras deben mantenidas y resguardadas, sin
menoscabo de poder mejorarlas bajo la guía divina.
309
canciones con más estructura musical y con más letra. Esa fue
otra tendencia y otro énfasis de la época.
Las tendencias y énfasis son usos, modos y realces que se
ponen en boga por algún tiempo. Siguiendo los ejemplos, en
la Iglesia de los noventas aparecen los grupos coreográficos
de danza; estos, fueron introducidos por las iglesias
neopentecostales, las que trajeron el shofar para los momentos
cumbre en las alabanzas.
Ahora bien, aunque traen renovación, las tendencias adoptan
cosas del pasado. Tal es así, que, con la danza coreografía,
aparecen las mujeres utilizando el velo sobre su cabeza al
momento de hacer adoración a Dios. Eso era algo propio de
iglesias muy tradicionales de épocas anteriores.
Las tendencias tienen un ideario de fondo, una razón de
ser y se convierten en usos, en modos, en realces que se ponen
en boga por algún tiempo. Pero atención, ¿tienen riesgo las
tendencias y énfasis? Claro que tienen sus riesgos. Los dos
riesgos que me parece tienen las tendencias y los énfasis son
los siguientes.
310
Confundir el énfasis del Espíritu con el énfasis del hombre
El Espíritu Santo hace sus énfasis. Por ejemplo y a mi juicio, un
énfasis del Espíritu es la palabra profética que estaba en desuso;
el adoptar el creyente una actitud de rey además de sacerdote,
creo que es otro énfasis del Espíritu Santo. En Apocalipsis dice
que somos reyes y sacerdotes (Apocalipsis 5:10); pero si me
preguntas, en toda la década de los setentas que yo vi hacer
Iglesia, lo que se enfatizó fue que somos sacerdotes: alabanza,
adoración, oración; todas estas, cosas del sacerdocio. Pero no
se nos habló de que somos reyes, porque ser sacerdote es una
cosa, ser rey es otra, ser rey tiene que ver con gobierno, con
uso de autoridad. Entonces, el Espíritu Santo también pone sus
énfasis. Y precisamente por esto, es que hay riesgo de confundir
los énfasis del Espíritu con los del hombre.
La Biblia nos dice que hay que discernir el tiempo para cada
cosa y para cada uso. Así, en la iglesia, debemos de discernir
cuando es tiempo de renovar, de reformar; precisamente
porque hay que discernir el tiempo para cada cosa y cada uso.
311
Las cosas son provechosas en su tiempo. Si las sacas del
contexto tiempo, dejan de ser provechosas.
Debemos de hacer uso de la capacidad de discernir el tiempo,
y entonces hacer que las cosas sean provechosas, ejercitándose
en el tiempo más oportuno, en el tiempo más provechoso.
312
He visto movimientos eclesiásticos donde, una junta directiva
o un consistorio, deciden que va y que no va, que procede y que
no. Insisto, el dueño de la obra es Dios, Él soberanamente va a
decidir qué va a mantenerse, que cambiar, que renovar, que va
a traer del pasado, etc. Eso lo hace el Espíritu de Dios, nosotros
lo que tenemos que hacer, es discernirlo.
313
FORMAS EXTRABÍBLICAS Y BÍBLICAS DE
BUSCAR EL CRECIMIENTO DE LA IGLESIA
E
n la actualidad hay pastores bastante angustiados y
preocupados por el tema del crecimiento de la iglesia.
En épocas pasadas el tema de los números no era tan
determinante, sino más bien la labor pastoral; pero hoy día, hay
una especie de binomio que domina los escenarios eclesiales,
y es que, si Dios está contigo, significa que debes tener como
prueba una iglesia numerosa.
Es una presión tal, que hay pastores buscando, en las
fuentes del mundo secular, técnicas, modelos y estrategias para
lograr el crecimiento; sin darse cuenta que, con eso, comienzan
a cruzar peligrosamente la barrera de las formas bíblicas para
alcanzar la bendición y el crecimiento.
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Jesucristo responde en absoluta censura ante aquello que
pretende ser fructífero y no lo es, aquello que es solo fructífero
en apariencia, frondoso en cuanto a ramas y hojas, pero carente
de verdadero fruto.
En lo que a hacer iglesia se refiere, si nosotros apelamos a
métodos y a formas que dan una apariencia de crecimiento y
de gran avance, pero que no son nada más que hojas sin frutos,
la respuesta del Señor para nosotros será la misma que hemos
leído.
Por esto, debemos discernir en las maneras válidas y no
válidas, biblicamente hablando, para hacer la obra de Dios y el
trabajo del ministerio. En razón de este argumento, pasemos a
revisar lo siguiente.
Métodos mercadotécnicos
La mercadotecnia es una de las ramas más importantes hoy
día para la comercialización exitosa de productos y servicios.
No se puede pretender vender ni hacer al público comprar,
sino mediante ciertas técnicas, algunas incluso en el plano de lo
subliminal, para lograr captar la atención del público.
He visto métodos mercadotécnicos utilizándose en la Iglesia.
He escuchado en algunos ministerios llamar “nuestro mercado”,
refiriéndose a su público meta, y aun a su propia congregación.
Creo firmemente que la Iglesia no puede tener un llamado a
un público o a un sector poblacional específico. La Iglesia es
llamada a predicar el evangelio a toda criatura. Ello no impide
que tenga dones especiales, para ciertos grupos poblacionales.
Hay quienes se sienten llamados a los jóvenes, otros se
sienten llamados a los matrimonios y a las familias; otros se
sienten llamados al sector profesional o al sector empresarial.
Nada de eso es malo, y no lo estoy criticando. Pero, llamar
“nuestro mercado” a la gente que queremos evangelizar,
eso es ya estar utilizando un léxico equivocado, que lleva,
probablemente, una filosofía igualmente equívoca de fondo.
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He escuchado decir en ambientes eclesiales “nuestro
producto”, “nuestros servicios”, cuando en realidad lo que
nosotros tenemos es “nuestro llamado”, “nuestro ministerio”.
No podemos hablar de esa manera, entrar en un sistema de
mercadotecnia, propio de este mundo, pero no para la Iglesia.
También he oído hablar de “trabajar la imagen del pastor”.
Y hay pastores que tienen “asesores de imagen” que les dicen
cómo vestir, qué estilo de vida mostrar, ya que, si el pastor se
mira “nice”, se mira “exitoso”, la gente querrá venir a su iglesia.
La filosofía de fondo es: si el pastor se ve exitoso y triunfador, la
gente querrá seguirlo, para ser tan exitosos como el.
317
Métodos de explotación del sensacionalismo
Hay mucho sensacionalismo alrededor de la obra de Dios.
¿Con qué temas o asuntos suele hacerse tal sensacionalismo?
El tema del dinero es uno de ellos, el tema de los milagros
también, el tema de la unción es otra manera de provocar
sensacionalismo, el tema del profetismo es otra manera, en fin,
la lista puede llegar a ser muy extensa.
En la Iglesia estamos supuestos a vivir y experimentar
milagros y el poder de Dios maximizado; pero comenzar a
“vender” nuestro ministerio al público, ahí puede estar el
problema.
Ofrecer nuestra iglesia al público, como un lugar donde vas
a recibir una palabra que va a hacer que todas sus deudas se
cancelen, que se volverán millonarios si siembran una cuantiosa
ofrenda, que no te va pegar ni gripe porque van a estar sano
toda la vida.
Por el amor de Dios, eso es un embuste y es embaucar a la
gente.
Cuando explotas el sensacionalismo, estás entrando en
terreno fangoso. ¿Que busca la explotación del sensacionalismo?
Básicamente explotar la teatralidad. Pues bien, hay demasiada
teatralidad en el ministerio cristiano.
Estoy absolutamente de acuerdo con que hayamos
desarrollado la música, las artes y la tecnología en las iglesias.
Pero estemos de acuerdo también en que no son luces, no es
tecnología, no es teatralidad lo que va a tocar los corazones,
sino la Palabra de Dios bien impartida.
Cuando en una iglesia hay un hombre o una mujer que sabe
trazar la palabra de Dios, no se necesita recurrir a ninguna clase
de sensacionalismo, porque la poderosa palabra impartida es la
que hará la obra.
Pero, en sentido contrario, cuando es la influencia de un
pastor sensacionalista lo que prevalece, la gente al final del día,
quedará con la misma sed y hambre con que llegó a la iglesia. .
¿Qué responde la Biblia a este método de explotación del
sensacionalismo y la teatralidad?
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Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de
ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; ni son
muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. Pero Dios
escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios,
y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos.
También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es
nada, para anular lo que es, a fin de que en su presencia nadie
pueda jactarse.
1 Corintios 1:26-29 NVI
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No estoy descartando los sistemas y método de crecimiento.
En ninguna manera. Estoy diciendo que busquemos, más bien,
que el crecimiento se vaya dando de manera natural; y que,
aunque adoptemos un sistema de trabajo eclesial, que no sea
por mera ambición por los números.
La ambición por los números provoca una verdadera
obsesión en los pastores, quienes dejan de ver gente y dejan de
ver almas, por ver números. Cuando eso sucede, lo que ve son
asientos ocupados, y eso contamina no solo al hombre de Dios,
sino también a la obra que hace en nombre de Dios.
Pastor, tranquiliza tu corazón, procura quitar de ti la
preocupación por los números; tampoco te compares con
grandes ministerios y con iglesias numerosas que ves en la
televisión. Te recuerdo que Dios hace lo que quiere, con quien
quiere, cuando quiere; y que no todos vamos a tener iglesias y
ministerios megas.
Tenemos que tratar nuestro corazón y preguntarnos si
estamos cumpliendo la asignación recibida de Dios al pie
de la letra. Debemos preguntarnos si estamos luchando
afanosamente por obtener números en nuestras iglesias, más
para nosotros que para Dios, más por ambición personal que
por una visión de Dios. Recordemos esta sentencia bíblica sobre
el crecimiento.
320
Hoy día, por el contrario, es la imagen pública “retocada”
y bien “maquillada” lo que importa. Hay asesores de imagen
y profesionales haciendo “coaching” o entrenamiento a los
pastores, para manejarse como verdaderas estrellas del púlpito
y del ministerio.
Aun en países pequeños, y probablemente por influencia de
la televisión cristiana, muchos pastores cuidan su imagen como
para participar en un show de esos que abundan en la pantalla.
Buscar imagen e ir tras el prestigio no comenzó en el siglo
XXI, sino en los primeros capítulos de la historia en la Biblia.
321
FORMAS BÍBLICAS DE BUSCAR EL CRECIMIENTO
DE LA IGLESIA
322
Escondámonos tras la cruz de Cristo, y no pongamos otro
fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Construyamos, si, porque fuimos llamados a construir sobre
ese fundamento. Pero ay de aquel que, al final del camino se
encuentre con que construyó de manera errónea, robando la
honra a quien debía dar gloria y honra en todo.
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¿Que pasa cuando hay una gran multitud? ¿qué pasa cuando
un a congregación crece en número? Sucede que el ambiente
se vuelve un tanto impersonal, y ya no se detecta la situación de
cada individuo.
Pues bien, Jesús va rodeado de una gran multitud y por allí,
en un rincón del camino, está un ciego. Este, al saber que Jesús
estaba cerca, grita a todo pulmón pidiendo su ayuda, y le ruega
que tenga compasión de él. Pero, nota la respuesta, la gente: lo
ve como una molestia.
En el ejemplo de Jesús y de cómo prestó atención a este
pobre ciego, debemos encontrar la regla de Dios para la Iglesia:
poner énfasis en las personas, servir a las personas, y atender a las
personas por igual. No hagamos diferencias socioeconómicas,
porque está bien que eso pase en el mundo, en la sociedad sin
Dios, pero en la sociedad cristiana no debe haber diferencias
de raza, de condición social, de escolaridad, ni de condición
económica.
La Iglesia del Señor debe buscar al más vulnerable;
detenerse como hizo Jesús, prestarle atención y buscar en Dios
su redención.
324
Pero también me hago la reflexión acerca de la pertinencia y
el poder de los mensajes de nosotros los predicadores. Y me hago
la pregunta: ¿realmente tenemos un mensaje transformador?
¿o será que solamente estamos agradando el oído de la Iglesia,
diciendo no lo que Dios dice, sino lo que la gente quiere oír y lo
que está de moda?
Y me pregunto: ¿será que ha envejecido nuestro mensaje?
Porque no solo envejece el predicador, el mensaje también
envejece.
Mira qué contraste: Mientras la Palabra de Dios vive y
permanece para siempre, el mensaje de muchos predicadores
envejece. Pero hay esperanza mientras haya predicadores como
Pablo, que digan con firmeza lo siguiente.
325
Poner énfasis en el testimonio
El testimonio es más importante de lo que suponemos. El
testimonio no es lo que la Iglesia dice de sí misma; el testimonio
es lo que la gente dice de la Iglesia.
Tristemente, hoy día, el testimonio no importa en tanto que
la gente llegue y colme el lugar, aunque “se hablen pestes” en
la ciudad de la Iglesia y del pastor.
Creo que el pastor no debe ser un cínico, al que no le importe
en manera alguna si su testimonio está siendo expuesto en
censura y cuestionamiento entre la población. La Biblia le exige
al hombre de Dios guardar su testimonio.
La gente es inclinada a criticar y a echar a rodar chismes y
rumores reales o infundados.
En la Biblia se ve esta tendencia, ¿qué dijeron de Juan el
Bautista? Que estaba endemoniado. ¿Qué decían de Jesucristo?
Que era un borracho y comilón, amigo de prostitutas y
pecadores. O sea que la gente siempre va a hablar, y si encima
de eso, el predicador da de qué hablar en su contra, entonces
no hay remedio ni escapatoria.
Pastor, cuando hablo de guardar tu testimonio, me refiero a
asegurar de tu parte, que tu persona y tus acciones en ninguna
manera opaquen la gloria del Evangelio. Con esto no estoy
diciendo que adoptes una pose de santurrón; ya bien se ha
dicho: “el hábito no hace al monje”. Hablo más bien de adoptar
el carácter de hombre de Dios y de la santidad necesaria en
tu vida pública y privada. Lo mismo aplica a la Iglesia como
heraldo de Dios.
326
PROCESOS DE DISPERSIÓN
EN LA OBRA DE DIOS
E
n principio puede que este título suene muy complejo
y difícil de distinguir su significado y contenido. Hay un
texto bíblico que nos lo explica de una vez, y de manera
clara y sencilla.
327
algunos casos son procesos de dispersión. Se reconocen porque
las cosas no marchan bien, la gente no se siente bien, no está
conforme, contenta, hay murmuraciones disgusto.
Los procesos de dispersión no todos son previsibles y no en
todos los casos se puede evitar que sucedan, pero si se puede
lidiar con ellos de manera efectiva y también se pueden superar.
Volviendo al texto bíblico, leímos que en esa época no había
rey en Israel, cada quien hacía, literalmente, “lo que le parecía
mejor”. Esa frase en las biblias en inglés, se traduce “Every man
did that which was right in his own eyes”; en español es “cada
persona hizo lo que era correcto en sus propios ojos”.
La frase “lo que le parecía mejor” o “lo correcto en sus propios
ojos”, proviene en los textos originales del hebreo “Yashar”, que
tiene las siguientes acepciones: “conveniente”, “placentero”. Y
efectivamente, cuando hay dispersión dentro de un cuerpo, sea
este eclesiástico o de otra naturaleza, las personas comienzan
a moverse por “conveniencia”, las personas comienzan a actuar
según lo que les resulte más “placentero”.
Me parece que estas son aristas de un proceso de dispersión,
donde cada quien se mueve por sus propios motivos, por sus
propios intereses y por lo que más les conviene. Aquí quiero
recordar las palabras de una colega que dice “debemos
aprender a vivir, más por lo que es justo, que por lo que nos
parece bueno o mejor”. Cuanta razón tiene esta amiga, sobre
todo en el contexto de lo que estamos hablando.
Hay quienes viven “por lo que les parece bueno o mejor”.
Nosotros, el pueblo de Dios, debemos elevarnos a otro nivel:
“aprender a vivir, más bien por lo que es justo”.
Hacer “lo que a cada quien parezca mejor”, suena bonito,
pero es desastroso en cuanto a sus resultados. Un cuerpo
eclesiástico no puede darse semejante lujo, de que el liderazgo
que acompaña al pastor o la feligresía, cada quien haga lo que
le parezca mejor. Tiene que haber una fuerza aglutinadora que
los mantenga firmemente unidos: una causa, una visión, un
sentido de bien común. Tiene también que haber alguien que
dirija, y no significa que los demás sean “seguidores” que no
piensan, no.
328
Significa que todos deben tener, reconocer y obedecer una
causa, una consigna, razón y propósito. Sin estos elementos,
cualquier cuerpo, una familia, una empresa, una iglesia o una
nación, termina en total dispersión.
329
un proceso de dispersión. Pero no es solo dividir el esfuerzo,
la atención de la gente o la actividad. Hay individuos que se
tornan en distractores de los demás. Ejemplo: si el líder dice o
propone algo, estos, comienzan a levantar su voz y a murmurar
al oído de los demás, quitando su atención de lo que el líder
está diciendo.
Recuerdo, siendo apenas un muchacho, y parte de un
cuerpo de liderazgo en la iglesia. El pastor estaba presentando
en esa sesión de liderazgo, el nombramiento de una de las
mujeres líderes como pastora en una iglesia al norte del país. De
pronto, uno de los que estaba sentado a mi lado, comienza a
hablarme al oído dando argumentos en contra de la propuesta
del pastor. Y¿cuál era su argumento? “Yo no estoy de acuerdo
con que se nombre mujeres como pastoras”, y comenzó
con sus argumentos de toda índole. ¿Sabes qué fue eso? Un
distractor, alguien que está dividiendo el esfuerzo, la atención y
la actividad de un grupo. Siempre hay gente así, que se prestan
a ser instrumentos para activar procesos de dispersión.
330
Pero también, puede ser animadversión de algunas para
con el pastor mismo, las que pueden incitar la dispersión y la
división, amenazando de ese modo la estabilidad de la iglesia.
La falta de autoridad
En el texto leído en la introducción a este tema, lo primero
que comienza diciendo el texto, es: “en aquella época no había
rey en Israel”. Esto tiene que ver con la falta de autoridad.
Puede haber falta de autoridad por diversas razones: que
la persona en autoridad sea pusilánime; que la persona en
autoridad carezca del carácter suficiente; que la persona en
autoridad esté entretenida en un montón de cosas irrelevantes,
etc.
En cierta ocasión, ¿que se le dijo a Moisés? “¿Por qué
estás tú solo atendiendo desde la mañana hasta la noche una
interminable lista de asuntos?, ¿por qué no consigues gente
confiable para que se ocupen de todas esas cosas? y te pones
331
tú delante de Dios, por el pueblo, y te dedicas a enséñar a ellos
las leyes y el consejo de Dios, y los diriges por el camino que
deben andar”. (Éxodo 18:13-22).
Un líder puede comenzar a crear vacíos estando dedicado a
demasiadas cosas. Un líder debe darse cuenta que, es él quien
tiene la autoridad para recibir instrucciones de Dios y para dirigir
de manera estratégica a su gente, y que es el principal instructor
y el que da el sentido de dirección a su gente.
Pero también, la autoridad puede faltar o debilitarse
por causa de “el compañerismo”. ¿Que quiero decir? Que un
pastor o un líder, si es de verdad, debe saber diferenciar dónde
comienza y termina el compañerismo, y dónde comienza y
termina la autoridad.
Tengo amigos con quienes también somos compañeros
de ministerio. Aunque nos une una gran amistad, procuro
que se den cuenta donde no somos amigos, en qué ámbitos y
circunstancias soy su autoridad. Y les explico que no podemos
suplantar la autoridad por la amistad.
Amistad es para ciertos momentos y circunstancias, la
autoridad es siempre, en todo momento y situación.
Escucha lo que me dijo cierto pastor, en relación a nuestra
organización eclesial. Me dijo:
–Obispo, escucho que somos una red, que esta organización
es fraterna. Me gusta —añadió—, porque es una fraternidad
que no estorba.
Me dejó con mucho que pensar, en términos de: ¿y donde
queda la autoridad? Porque, ofrecer solo un “compañerismo
que no estorba”, que no demanda, que no exige, no es
suficiente para conformar un ejercito de pastores e iglesias
que disciplinadamente hagan la obra de Dios en el mundo y
cumplan la Gran Comisión hasta lo último de la tierra.
Aquello me hizo pensar en la necesidad de reforzar el
concepto de la autoridad espiritual en todas nuestra comunidad
eclesial en el mundo.
Hay quienes quieren y exigen solo amistad, solo
compañerismo que no estorbe; el problema es que eso, llevado
al extremo, puede crear fallas o vacíos de autoridad.
332
Debemos procurar, sin caer en extremos, promover la
suficiente autoridad. Recordemos que los personajes bíblicos
que aflojaron la autoridad, terminaron en el más rotundo
fracaso.
La autonomía extrema
Soy un pastor que defiende la autonomía congregacional,
por razones históricas. En el pasado, viví una situación en la que,
por falta de autonomía congregacional, se produjo tal dispersión,
que el rompimiento fue con características dramáticas. Ahí
hubo pérdidas en todos los sentidos y para todas las partes
involucradas. Por ello, defiendo la idea que las congregaciones
deben ser autónomas, dueñas de sus propiedades, de sus
proyectos, y deben hacer lo que Dios les diga a ellos.
Eso no significa que no crea en que haya autoridad sobre
las iglesias; pero digo, que una buena autoridad espiritual logra
acuerdos para que la las iglesias locales caminen, avancen,
sueñen, produzcan. Creo en la autoridad, creo en el gobierno,
pero no creo en el control y la tiranía. Es lo que estoy diciendo.
¿Cuando una autonomía es extrema? Cuando cada uno
hace lo que le parece mejor, sin consultar ni rendir cuentas a
nada ni a nadie.
Suena bonito esto de “hacer cada uno lo que le parece
mejor”; suena aconsejable, suena a madurez, suena a saludable.
Y pareciera que es uno de los “derechos humanos”:dejar que
cada uno haga lo que le parece. Pero eso, no es mas que la
llama para prender el incendio del caos, la anarquía y la rebeldía,
individual y colectiva.
Parece bueno decir “que cada uno haga lo que le parezca
mejor”, pero los resultados finales, por lo general son malos. Lo
que termina provocando tal filosofía es: desconcierto, conflicto,
atomización y destrucción.
Por eso, en nuestro caso, debemos asegurarnos que la
autonomía congregacional y pastoral no pase, de ser una
fortaleza, a convertirse en una debilidad. Hay grupos, pastores
y líderes tan autónomos, que con su autonomía absoluta, se
convierten en una amenaza.
333
La indisciplina
La disciplina está asociada con el progreso, con los buenos
resultados. La indisciplina, por el contrario, jamás trae progreso
y buenos resultados. Disciplina es hacer las cosas en el tiempo
correcto, en la manera correcta, con la actitud correcta. Es
cumplir las asignaciones, tareas y funciones, tal como se espera.
Como muestra de la indisciplina y sus resultados, veamos
al rey Saúl. Este, recibe instrucción precisa de Dios: “acaba con
nuestros enemigos, no dejes botín para los soldados, ni para el
pueblo, ni para la casa real, tampoco quiero botín para mi casa,
quiero que acabes con todo”, —le dice Dios–.
Luego viene el profeta, se acerca a Saúl, y este lo recibe con
este comentario:
—He cumplido con las instrucciones del Señor. El profeta
disgustado le reprocha:
—Pero si has cumplido con las órdenes de Dios, ¿qué es ese
mugido de vacas que oigo y ese balido de ovejas?
Saúl responde:
—Es que los soldados escogieron una parte y dejaron lo
mejor para el Señor. Indisciplina que pretende justificarse, nada
mas que eso (1 Samuel cap. 15).
La gente, y los líderes más, tienen que aprender a cumplir
instrucciones, sin añadir, sin restar nada, porque eso sería
indisciplina. Y atención, el líder indisciplinado, no solo provoca
procesos de dispersión, también conduce a su gente al desastre
y a la derrota total.
Debemos entender por indisciplina: la no observancia de
las leyes y ordenamientos. Así como hay leyes de tránsito,
leyes para lo que uno debe de tributar al Estado, leyes sociales,
políticas y morales, las hay espirituales. En todo y para todos
debe haber leyes y ordenamientos. Los escenarios eclesiásticos
y de ministerio, no son la excepción.
La indiferencia
La indiferencia es el estado de ánimo en que no se siente ni
inclinación ni repugnancia hacia una persona o hacia un objeto
o hacia un asunto determinado.
334
Eres indiferente, cuando te da igual, cuando no te gusta ni
te disgusta, cuando no te agrada ni te desagrada, cuando no
te agrada, pero tampoco te produce repugnancia. Así sucede
cuando eres indiferente a algo o a alguien.
¿Qué puede matar un matrimonio? La indiferencia. ¿Qué
puede matar una Iglesia? La indiferencia. ¿Qué puede matar
los buenos planes de un cuerpo eclesiástico? La indiferencia.
Cuando la gente responde con indiferencia, entonces le da lo
mismo, no tiene carga ni interés. Esa indiferencia, es un factor
de dispersión.
De vez en cuando veo pastores y líderes a quienes su
responsabilidad “no les huele ni hiede”. ¿Qué quiero decir
con esta expresión? Que todo les da igual. Con esas personas
no se debe contar. No digo que se las haga a un lado, pero
sencillamente, con ellas no se debe contar.
Los indiferentes son aquellos que se mencionan en el libro de
Apocalipsis. Son los que están en “tibieza espiritual”. ¿Qué es la
tibieza? Cuando no se es ni frío ni caliente, simplemente alguien
tibio. ¿Y cual es el sinónimo de tibieza? Desinterés. ¿Y qué hace
Dios con los que están plagados de desinterés y de tibieza? Lo
que dice es fuerte: “los vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:16).
Eso significa, que la persona tibia e indiferente, inexorablemente
va salir del cuerpo, saldrá expulsada como vómito. Terrible
consecuencia de la indiferencia.
El individualismo
Hay quienes defienden el individualismo. Yo digo que
debemos defender nuestra individualidad, que suena a lo
mismo y no lo es.
Dios nos hizo como entidades individuales, tú eres como
eres, yo soy como yo soy. Aun en el matrimonio, que se vuelven
una sola carne, se juntan dos entidades diferentes. Entonces,
defendamos la individualidad, no el individualismo.
El individualismo es toda una filosofía de vida:
—Mi vida es mi vida, y hago con mi vida lo que quiero.
Veo pastores así, individualistas: no toleran que nadie se
meta en sus asuntos, y a la vez, son totalmente impermeables
335
e indiferentes a la necesidad de sus colegas y consiervos. A
esos pastores individualistas les importa “un rábano” lo que
pase con los otros pastores de su organización, tampoco les
importa las metas de su organización, lo único que le importa
es su iglesia y su ministerio. Esos pastores no se dan cuenta que
están atomizados, que están actuando como islas, y que al final,
terminarán perdidos en el océano de la nada.
El individualismo puede traer dispersión, ya que es la
tendencia a pensar y obrar con independencia total de los
demás, y sin sujetarse a normas generales.
Debemos cuidarnos del individualismo, de esta condición o
actitud que no es más que defender a ultranza la autonomía y
supremacía de los derechos del individuo, sin importar los de la
institucionalidad y los de la colectividad.
El descompromiso
La falta de compromiso arruina cualquier sociedad. Cuando
los individuos desconocen su compromiso, es que están
rompiendo con la obligación contraída, sea esta moral, familiar,
cívica o espiritual.
Si uno de los dos que componen y conforman el matrimonio
cae en el descompromiso, entonces está rompiendo con la
obligación que contrajo en el altar de Dios y con la palabra que
empeñó. A eso se llama “romper su voto”, “romper su pacto”.
Los grupos, las comunidades donde no hay voto ni
pacto, carecen de sentido de compromiso, de sana y correcta
obligación. Una obligación no forzada, sino por escogencia
propia, una obligación por decisión propia.
El descompromiso destruye la fortaleza, ya que el
descompromiso es total debilidad.
Pero un grupo de gente comprometida representa la
fortaleza, y son capaces de lograr grandes conquistas.
En lo personal, prefiero un puñado de gente comprometida
que un ejército de gente descomprometida, que solo sirve para
estorbar el paso y debilitar la acción.
336
Resistir la guía y la dirección
Hay gente absolutamente resistente a toda dirección,
resistente a todo consejo, a toda guía. No quieren ni toleran
dejarse dirigir y llevar por otras personas, no aceptan dejarse
llevar por instrucciones, órdenes, ni siquiera por sugerencias,
vengan de donde vengan.
Resistir la guía y la dirección, puede ser por simple mala
costumbre. Hay quienes, no es que sean malas personas, es que
nunca nadie los dirigió. Entonces crecieron así. Con el tiempo,
se hicieron creyentes, se convirtieron en líderes y de pastores,
y como vinieron al evangelio acostumbrados a que nadie les
dirigiera, cuando alguien intenta hacerlo, surge el brote y la
erupción de molestia y rebeldía.
También la resistencia a la guía y dirección puede ser debido
a algún grado de inseguridad en la persona. Su inseguridad
traduce mal lo que escucha, porque lo pasa por el tamiz de sus
temores y de su insuficiencia. Pero también, habrá quienes no
van a cumplir ninguna dirección o guía, simplemente porque
hay rebeldía en su corazón.
337
Con personas dispuestas a corregir primero
sus propias actitudes
Viendo la televisión cristiana, miraba un pastor quien, gracias
a Dios, no es de nuestro ministerio. Su tema en ese momento
era “la generosidad”.
Me resulto chocante, porque pude recordar una situación
cuando pedí a ese pastor apoyarme en algo que a él no le costaría
nada y para mí haría la diferencia. El hizo todo lo contrario, e
intento más bien perjudicar el proyecto. El asunto fue así, yo
estaba de visita en su país, y había convocado a un grupo de
pastores para presentar el canal de televisión del ministerio que
represento. Necesitaba un pastor amigo que fuese conocido y
que me ayudara a introducir nuestro ministerio de televisión.
Al momento de hacer uso de la palabra, en lugar de decir:
—Pastores, yo conozco a René, conozco su ministerio, su
familia, he estado en su casa y él en la mía. Él se calló todo eso,
que era verdad, y como si yo fuera un desconocido, comenzó a
hablar en tono indiferente y un poco en contra de los ministerios
cristianos de televisión.
¿Cómo es posible que personas así se pongan frente a un
púlpito y frente a una cámara y hablan de cosas que no practican?
Eso, sinceramente, es inaceptable. Por eso digo que se necesita
personas dispuestas a corregir primero sus actitudes, para estar
listas y ser bendición para otros, y contribuir al avance de los
ministerios. Personas con esa actitud son quienes tiene el poder
de desactivar procesos de dispersión
338
La pérdida del primer amor puede venir vía una mala
experiencia como haber sido defraudado por alguien
importante; o por un mal testimonio que se vio en alguien a
quien se admiraba mucho. También puede venir producto de la
rutina, cuando, a fuerza de hacer siempre las mismas cosas, el
compromiso y la pasión se erosionan.
Pero hay una pérdida del primer amor que es difícil de
superar, es cuando la cizaña de la intriga corrompió nuestra
sencillez y entrega a Dios y a su obra.
Por eso hablo de que se requiere personas dispuestas a
renovar su primer amor, porque ciertamente, se pierde. Pero
las personas que, sin importar cuánta decepción hayan vivido
y pasado, se aferran a Dios, siguen amando la iglesia y siguen
dispuestas a luchar por la obra, esas personas son capaces
también de conjurar el mal de la dispersión, producto de esas
experiencias de decepción en la obra de Dios.
339
Con personas que tomen la iniciativa
y no necesiten ser empujadas a la acción comprometida
Hay personas a las que, literalmente, hay que estar
empujando, a las que hay que llevarlas a cuestas. No puede ser
así. La obra de Dios no puede marchar así.
Necesitamos personas que tomen la iniciativa. Iniciativa es
proponer y no preguntar. Iniciativa es ir hacia adelante, no hacia
atrás. Iniciativa es dar, no pedir. Iniciativa es buscar, no que te
busquen. Con personas de iniciativa se llega lejos; y las personas
con iniciativa, atajan males como la desunión, la división y la
dispersión.
340
CÓMO DIFERENCIAR FALLAS TÉCNICAS
DE FALLAS DEL SISTEMA EN LA IGLESIA
R
ecuerdo una circunstancia que sucedió durante una
transmisión en vivo en televisión. Fue una situación no
anticipada: una filtración de agua lluvia en los techos
provocó que parte del cielo del auditorio donde se estaba
transmitiendo cayera estrepitosamente, incluso, sobre parte del
público presente. Por supuesto que fue susto el que causó en
propios y extraños. Me llamaron por teléfono a casa, y más o
menos, les dije que se podía hacer, aunque la verdad es que
lo tenían todo y controlado. Evidentemente se trataba de “falla
técnica”, o del sistema de supervisión y mantenimiento de las
instalaciones. El problema no correspondía a los técnicos de
televisión ni de audio, tampoco a los productores.
El incidente me hizo pensar, precisamente, en este tema:
¿Como detectar cuando una falla es técnica o si es una falla
del sistema? Afortunadamente, en el caso que les cuento,
la situación no pasó a más. No hubo gente lastimada, no se
evidenció en la transmisión en vivo. Si tuvimos un audio difícil
esa noche, pero salimos adelante.
Pero, pensemos en términos de Iglesia, en actividades de
Iglesia, en programas de Iglesia. Hay iglesias que arrastran, no
fallas técnicas, sino fallas en su sistema de trabajo.
341
“Ustedes”, dice el profeta. Y dice bien, porque cuando algo
sucede alguien tiene que hacerse cargo, tiene que asumir la
responsabilidad. “Ustedes”, dice, “que se sienten tan confiadas,
en poco más de un año temblarán”.
Esta diciendo lo que va a sucederles, está anticipando lo
que va a suceder: “temblarán” porque fallará la vendimia. Me
interesa esta frase, porque conecta con el tema del que estamos
hablando de “fallas”.
Este texto que puede servirnos como una especie de alegoría
para lo que estoy tratando de enfocar.
Vendrá una falla, —se les advierte—. Hay algo que está
pasando, que no están advirtiendo. Se convertirá en una falla
no técnica, no en una falla no aislada, sino una falla de sistema,
que les afectará a este punto: “no llegará la cosecha a tiempo”.
Un ministerio puede experimentar un mal momento debido
a fallas técnicas, y un retroceso, cuando se trata de fallas más
graves, como son que son las fallas de sistema.
¿Qué es lo que hace operar los sistemas? Las personas.
Este es lo que podemos llamar “el factor humano”. Ahora
preguntémonos, ¿con qué tiene que ver lo técnico? Lo técnico
tiene que ver con cosas que están más allá de las personas: los
equipos, las condiciones meteorológicas, etc.
Entonces, las fallas de sistema tienen que ver con personas
que operan equipos, que operan los programas, que manejan
las actividades,
En términos de Iglesia y de ministerios, debemos pensar
cómo diferenciar cuando una falla es un asunto técnico, que se
resuelve con cables, equipos y conexiones, y cuando es algo con
un claro indicador, que lo que sucede es una falla en el sistema.
342
culpa de quien esté manejando esos equipos. Esas son fallas
imponderables. Pero, ¿qué pasa si al micrófono no se le cambió
la pila a tiempo, para esa producción? Esa ya no sería una falla
técnica, sino una falla del sistema.
Falla técnica son cosas que afectan el desempeño,
pero que no están bajo nuestro control. Surgen sin mediar,
necesariamente, error o equivocación humanos, sin que haya
irresponsabilidad de la gente a cargo.
Quiero destacar que las fallas técnicas son imponderables,
que surgen sin mediar necesariamente irresponsabilidad de
la gente que está a cargo. Las las cosas se arruinan al margen
de nuestro cuidado y control; se estropean más allá de lo que
nosotros controlamos, de lo que nosotros administramos. Eso
es una falla técnica.
343
celebración, como acostumbraban a hacer. Esta instrucción era
con el interés de evitar que los músicos y cantantes se atuvieran
a ese ensayo de último minuto y no estudiarán las canciones con
la suficiente anticipación. Eso, para evitar fallas en el sistema.
Es importante diferenciar las fallas técnicas de las fallas del
sistema. Falla del sistema, como dije, es comportamiento fuera
del libreto, es cuando la gente a cargo amenaza los resultados
con actuaciones improvisadas o al margen de la norma.
Ejemplo: un líder a cargo de una reunión no llegó ese porque
olvidó agendarlo. Lo llamaron a su casa, estando ya todo el
grupo con que él iba a trabajar reunido. El, entre sorprendido y
avergonzado, se excusó por no haberlo puesto en su agenda.
Esa es una falla de sistema, no una falla técnica.
Falla técnica hubiera sido si, yendo hacia la reunión con el
grupo, al auto se le hubiese pinchado un neumático, o hubiese
tenido un retraso por un atasco de automóviles en la autopista,
cosa difícil de anticipar. Esas serían fallas técnicas; pero que
lo haya olvidado, esa fue una falla del sistema. Esa persona
interrumpió la sistematicidad en el trabajo con su olvido.
344
reuniones de la iglesia. Esa ya no es una falla técnica, es una falla
del sistema.
345
termina venciendo, y a fuerza estar ahí tantos años, solo esta
dejando pasar las dificultades y problemas.
Entonces, aquí cabe la pregunta, ¿se intentó resolverlo o
solo se dejó pasar? Al responder esta interrogante, sabremos si
fue una falla técnica o si fue una falla del sistema.
346
ellos se sienten útiles y tomados en cuenta, lo que trae una
mejoría en el ambiente, en las relaciones y en todo el sistema.
347
De igual manera, he visto que se organizan “capacitaciones”,
que no son más que jornadas de inspiración y motivación. Esos
son campos distintos. Una cosa es motivar y otra capacitar.
Las capacitaciones y actualizaciones se hacen sobre la base
de problemas, falencias y necesidades encontradas en el sistema
de trabajo durante las fases de supervisión y evaluación.
348
IMPORTANCIA DE LA BUENA ATENCIÓN
AL VISITANTE EN LA IGLESIA
349
por parte de su anfitrión, la persona que lo invitó a su casa a
comer.
Nosotros los cristianos pensamos que, con decirle a la
gente: —te invito a la iglesia, con eso basta. Y que de ahí en
adelante el predicador o el pastor es quien tendrá que hacer
el trabajo restante. Pero no es así. Lo cierto es que el ambiente
hay que prepararlo, y somos todos los creyentes y no solo el
pastor quienes debemos enfocarnos en atender bien a quienes
nos visitan.
Pienso que, a veces caemos en cierto “centralismo” en el
que hacemos muchas cosas, mas para nuestra complacencia,
que pensando en la atención de quienes llegan por las primeras
ocasiones a la iglesia.
Ejemplos. Preparamos la música pensando en lo que más
nos agrada; que el programa de reunión tenga los elementos
que a nosotros más nos gustan, que el mensaje sea de nuestro
gusto y agrado, etc.
Pero, nosotros ya estamos en familia, ya somos parte de la
Iglesia, entonces debiéramos enfocarnos en la gente que está
llegando y luchando todavía por hallar raíces en el Señor y en
la comunidad de los creyentes. Debiéramos procurar que ellos,
y no solo nosotros, sientan que, verdaderamente, están siendo
bien atendidos.
Cuando el visitante de la iglesia no regresa o el feligrés se
ausenta, la mayoría de la iglesia adjudica la responsabilidad al
pastor. Y suelen decir que la gente se ha ausentado porque el
predicador no es bueno. Sin embargo, déjame decir esto a favor
del predicador: cuando el predicador sube al altar, han pasado
no menos cincuenta minutos de lo que voy a llamar “impresiones
recibidas”. Ha habido cualquier clase de impresiones desde que
la gente se bajó del auto o cruzó las puertas de la iglesia, hasta
que el predicador subió al púlpito.
Déjame complementarlo diciendo, que hay personas que,
antes que el predicador suba y tome posesión del púlpito ya
decidieron en su corazón que no van a volver a esa iglesia por
toda esa serie de malas impresiones recibidas. ¿Cuales malas
impresiones? Sintieron que nadie les atendió amablemente,
350
que nadie les miró con afecto ni les sonrió estrechándole la
mano amistosamente. Esos visitantes sintieron que quedaron
confinados en las últimas sillas de la Iglesia, en vez de ser
tratados con mayor atención y ser llevados a un lugar de
preferencia. Si andaban niños consigo, no supieron qué hacer
con ellos, porque nadie que les explico qué hacer con ellos o
adónde llevarlos para ser atendidos.
La atención al visitante comienza en la acera. Por décadas
he enseñado a la gente que la primera impresión comienza
con alguien que le abre la puerta de su auto al visitante y le
ayuda a bajar a su familia. Si está lloviendo, esa persona llamado
“anfitrión”, tiene paraguas para cubrir a los que bajan de los
autos y llevarlos con más comodidad hacia el interior de la
iglesia.
Esto ya indica, que debe haber “anfitriones externos”, que
están para asistir a los visitantes desde la calle, el estacionamiento
y la acera. Pero también debe haber anfitriones en las puertas,
para dar bienvenida y estrechar fraterna,mente la mano a
quienes van ingresando, tanto los hermanos ya conocidos como
los visitantes.
Además, debe haber “anfitriones internos”, que están para
atender a la gente dentro del auditorio mismo o del templo,
ofreciendo los mejores lugares prioritariamente a quienes
están allí por primera vez; y a la vez atendiendo con la misma
amabilidad a los hermanos en la fe.
Cuántas veces, cuando comencé la vida cristiana fui a una
iglesia y prácticamente tuve que vérmelas por mí mismo para
encontrar dónde sentarme. Recuerdo en cierta ocasión haber
ido a una iglesia donde, sin mayor explicación me quitaron de la
silla donde estaba. Me dijeron simplemente que esa silla estaba
reservada. Apenado, no tuve más remedio que moverme unas
filas atrás de donde me encontraba.
El ambiente y la atención de las personas dentro de la Iglesia
es todo un tema y debe ser un motivo de mucha discusión entre
el pastor y su liderazgo.
Es necesario atender como buenos anfitriones y no es estar
atiborrados de activismo.
351
Y atención con esto: hay iglesias donde tienen anfitriones,
pero no se fijan en nadie, conversan entre ellos, están en todo
menos en la atención al visitante.
¿Has entrado a una tienda donde la persona que está
atendiendo a los potenciales compradores apenas te vuelve a
ver? Le preguntas por algo, y esa persona ni siquiera es capaz
de fijar su mirada en la tuya, contesta viendo para otro sitio,
como que eres una molestia. Yo, en más de una ocasión he
dado la vuelta para no volver a esa tienda. Lo mismo sucede en
algunas iglesias.
Venimos de aquellas viejas mentalidades, que si la palabra de
Dios y el predicar no hacen la obra, no hay nada más que hacer.
Debemos despertar y darnos cuenta que esas no son cosas
triviales y sin importancia. Son cosas que parecen superficiales,
pero que tienen validez espiritual.
Recordemos a Jesús, exhortando a Simón, le dijo: “¿ves esta
mujer, cuando entré a tu casa no me diste agua para los pies,
pero ella me ha bañado los pies en lágrimas y me los ha secado
con sus cabellos”. Nota la participación activa, el involucramiento
de esta mujer atendiendo a Jesús, sin estar en su propia casa.
No me besaste, —sigue diciendo Jesús—, pero ella desde
que entré no ha dejado de besarme los pies.
Me gusta esa frase, “desde que entré”. Denota la inmediatez
con la que ella, presta atendió a Jesús. Atender como buenos
anfitriones no es estar atiborrados con muchas cosas que solo
tienen significado para nosotros. Si no estamos enfocados en
la gente, todo lo que estamos haciendo no será más que follaje
sin fruto; como aquella higuera que no era nada más que árbol
profuso en ramas y en hojas, pero sin frutos.
352
Tener mucho que hacer no significa ser efectivo. Cuántas
personas vemos, que trabajan como hormigas en la iglesia,
pero insisto: “actividad y efectividad”, no son lo mismo. Estar
abrumados con muchas cosas que hacer no es un sinónimo de
efectividad. Pero, por el contrario, puedes hacer tres o cuatro
cosas bien planeadas y bien ejecutadas, y resultar en un trabajo
sumamente efectivo.
En nuestro ministerio medimos los resultados, no por
la efervescencia de la actividad, sino por la efectividad. Nos
interesa la actividad, no por la actividad misma, porque sabemos
y estamos convencidos que puede haber una gran actividad,
pero no necesariamente una gran efectividad.
En el texto bíblico que acompaña esta parte, vemos a Marta
cargada con muchas cosas que hacer. Lo curioso es que, lo
menos que estaba haciendo era complacer a Jesucristo, María
que hizo menos, terminó siendo más efectiva. Marta se enfocó
en el trabajo, en el quehacer, en la actividad. María se enfocó en
la persona, en Jesús. Y él llamó a esto: haber escogido la mejor
parte.
Esto debe llevarnos a un enfoque crítico de nosotros como
iglesia, qué hacemos como iglesia.
Se me ocurren tantos ejemplos, pero veamos este: le damos
a la música y a las bocinas los decibeles que queremos; porque
como nos gusta el volumen alto y la estridencia.
Eso sin preguntarnos cómo le caerá ese alto volumen y
estridencia a nuestros visitantes. Me pregunto si habrá gente que
no volvió a la iglesia por el alto volumen de los alto parlantes.
¡Puede ser! No lo demos por descontado.
He visto personas mayores y ancianos mostrando en sus
caras la molestia que les ocasiona el alto volumen, también he
visto niños tapando sus oídos con ambas manos por el mucho
volumen de los alto parlantes. Así es que, como dije: no lo
demos por descontado.
La de la buena atención al visitante, no es responsabilidad
del pastor ni del predicador de turno, ni del programa del
servicio de la iglesia, es responsabilidad de todos. Todos somos
responsables de ser anfitriones; cada feligrés es un anfitrión,
353
cada hermano, cada oveja es un anfitrión. Y entre todos debemos
trabajar, comprometidamente por promover el mejor ambiente,
para la mejor atención del visitante.
354
Tenemos que aprender, que la iglesia no es solo para ir a
encontrarse con los amigos, sino para interactuar con todos
los hermanos, en especial con los visitantes, como buenos
anfitriones.
355
Aquí viene una nota discordante, una nota negativa. Hay
ciertas personalidades que gustan destacar en la iglesia, pero no
gustan que los demás destaquen. Son personas que utilizan el
escenario para aliviar egos enfermos, quieren sentirse valiosos,
quieren verse como personas importantes, y se esfuerzan por
destacar en cualquier labor que se les asigne.
Estas personas, a la vez que brindan un servicio, hacen de
paso autopromoción, porque lo que están buscando es escalar
posiciones o alcanzar notoriedad. Estas personas han olvidado
que a la iglesia no vamos a escalar posiciones, vamos a servir
al Señor, no con el ánimo de ir escalando niveles, sino con el
ánimo de agradar al Señor.
Un buen pastor tiene que llamar la atención a quien esté
tratando de adquirir abolengo o superioridad sobre los demás.
Esa persona no tiene realmente un espíritu de servicio y habrá
que tratar con ella, sin provocarle daño, por supuesto.
Necesitamos en la iglesia que todos nos vayamos llenando
de un espíritu motivado por servirnos mutuamente, pero sin
buscar ninguna clase de ganancia en ello, más que la bendición
de servirnos como una manera de alabar y agradar al Señor.
Diótrefes, ese personaje bíblico, no está interesado en ser
buen anfitrión, en tratar y atender bien a la gente. Solo está
interesado en ser “líder” sobre los demás. Gente así no le
conviene a la iglesia. No digo que comiences a despedir gente,
sino que, si vas a nombrar líderes, tienes una responsabilidad y
es formar la actitud de esas personas.
Un pastor que de verdad es mentor, va a tener que “apretar
tuercas”. Ese pastor va a tener que tratar con las personas que
no están haciendo las cosas en el espíritu correcto.
El pastor debe ser un verdadero mentor que no tema decir
a la gente en qué espíritu y con qué actitud deben hacerse las
cosas en la iglesia. Cuando alguien pase sus límites, tendrá que
tratar con esa persona.
Este hombre Diótrefes, viene a ser prácticamente el
equivalente de un hermano que le está haciendo más mal que
bien a la iglesia, cuando personas están haciendo cosas así no
han visto a Dios, les falta revelación.
356
A diferencia de Diotrefes, Pablo califica a Demetrio, diciendo
que “todos dan testimonio de él”. Es lo que debiera de decirse
de aquellos hermanos que sirven como anfitriones, servidores y
líderes entre el pueblo de Dios.
Mi conclusión sobre este tema, es la siguiente: No
perdamos gente por no estar suficientemente compenetrados
y comprometidos la buena atención a las personas, y por no
hacer un buen trabajo como anfitriones. Aprendamos a atender,
servir y ayudar a todos por igual y sin excepción.
357
358
CÓMO TRATAR LA CAÍDA MORAL
DE UN LÍDER
E
sta es una infortunada experiencia que se vive en todas
las iglesias. Si hay algo de lo que no escapamos los
pastores, es de tener algún caso de desliz, de caída
moral, lo cual es sumamente espinoso y delicado de tratar,
porque tiene grandes implicaciones con mucho que perder. Y
se agrava aún más, cuando se trata de un líder conocido en la
iglesia.
Cuando el mal testimonio de un líder que ha pecado
corre en iglesia la feligresía se ve afectada porque, además
de la decepción que eso causa en al ánimo y la confianza de
los feligreses, también está el problema de que trasciende al
público en general.
Una caída moral puede experimentarla un hombre de Dios,
una sierva de Dios; este no es un mal de pecadores y de gente
deshonesta. Pastor, quiero que tengas esto siempre presente a
lo largo tu vida eclesial; y guárdate de no caer en el simplismo
de creer que esto sucede únicamente a los pervertidos y a los
hipócritas que tienen doble vida. Eso no es así.
359
Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre
rico y, como este no quería matar ninguna de sus propias ovejas
o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre
su única ovejita.
Tan grande fue el enojo de David contra aquel hombre, que
le respondió a Natán:
― ¡Tan cierto como que el SEÑOR vive, que quien hizo esto
merece la muerte! ¿Cómo pudo hacer algo tan ruin? ¡Ahora
pagará cuatro veces el valor de la oveja!
Entonces Natán le dijo a David:
― ¡Tú eres ese hombre!
2 Samuel 12:1-7 NVI
360
No se debe admitir nada que venga como chisme o rumores,
sin respaldo verdadero
361
Se debe confrontar a la persona, primeramente en privado
En esto, sumo cuidado, porque hay pastores que, al entrar en
el asunto, lo primero que hacen es subir al púlpito y comenzar a
denunciar que hay pecado en la iglesia. Que cosa más absurda
y más tirada de los cabellos. Lo que hay que hacer llamar a la
persona quien supuestamente ha pecado, y hacerlo de manera
digna; porque déjame decirte que, aun tratándose de alguien
con pecado comprobado, tiene una dignidad que debemos
respetar y saber honrar. Ninguna persona, por pecadora que
haya sido merece ser humillada ni en público ni en privado.
Hasta el más grande pecador merece que se le llame en
privado para confrontar la situación y para ser escuchado.
De esta manera se dan los primeros pasos en el proceso.
Pastor, cuando se dé un caso de estos en tu iglesia, llama a
la persona en privado e indaga sobre lo que está sucediendo.
De haber una demostración, ya sea por causa de un testigo
que apareció o por evidencia que se ha mostrado, debes evitar
humillar al pecador, y trata su situación atendiendo lo que dice
Pablo y lo que dice Jesucristo.
362
arrepentimiento y manejarse mejor respeto a su restauración.
Esto, requiere discernimiento pastoral.
363
Si la persona persiste en pecar o negar su pecado,
repréndelo en público
Ahora bien ¿qué pasa si una vez confrontada la persona no
quiere reconocer su pecado? No habrá más remedio que decirle
que, si se niega a confesar el pecado cometido, aun con las
pruebas y testigos que así lo demuestran, se va a tener que llevar
el caso a un grupo más amplio, probablemente al liderazgo de
la iglesia. Y no quedará más remedio que ante ellos, exponer la
situación.
En tal situación, será la persona misma quien decidirá
si confiesa ante el pastor de la iglesia, o si ante su negativa
a confesar, el asunto se lleva a un grupo más amplio, donde
seguramente será reprendido y disciplinado.
364
Al juzgar el pecado no actúes con favoritismo ni prejuicio
He tenido que juzgar sin favoritismo el pecado de personas
muy cercanas a mí, porque de no hacerlo así, perdería
credibilidad y calidad moral. Ha sido doloroso, como una forma
de amputación emocional; pero no hay manera de abordarlo de
otra forma.
Al pastor le toca también en esos casos demostrar que
no está atado a prejuicios de ninguna índole. Es ahí donde
se muestra el equilibrio y la equidad de un pastor al juzgar el
pecado de alguien quien no le ha sido simpático o de alguien
quien le criticó alguna vez.
Son dos extremos: favoritismo por un lado y prejuicio por
el otro. El pastor tiene que saber administrar su sentido de
imparcialidad para juzgar rectamente.
Confesión
Confesión, como la busco Natán con David, no a golpes de
amenaza, no tomando del cuello a la persona, no humillándola.
Como Natán, quien de manera didáctica, le cuenta una
parábola, un caso hipotético a David, donde un hombre actuó
con injusticia frente a otra persona. David, al escuchar esa
historia, que para él es un caso real, como rey siente que debe
emitir un juicio justo, y dice:
—Esta persona es digna de muerte, debe pagar mínimo
cuatro tantos por esta oveja.
El profeta le responde:
—Veo que estás muy bien en tus juicios, solo te falta admitir
que el hombre de la historia, eres tú. Y lo conduce en un proceso
de arrepentimiento, confesión y perdón.
365
Arrepentimiento
Confesar es una cosa, arrepentirse es otra. Uno puede
confesar algo porque no le quedó más remedio, porque ahí
están las pruebas; pero otra cosa es decir:
—Me arrepiento, me siento dolido por mi propia maldad,
por haberle fallado a Dios, por haberle fallado a la gente que
confió en mí.
El arrepentimiento no se exige, no se demanda, no se
reclama. Si la persona no se arrepiente de todo corazón, no
hay nada que se pueda hacer por él. No es posible tomar un
embudo y hacerlo beber arrepentimiento por la fuerza, porque
el arrepentimiento no es de afuera hacia adentro, sino de
adentro hacia afuera.
Restauración
Después de la confesión y el arrepentimiento, lo que sigue
no es la disciplina, sino la restauración. Lo aclaro porque hay
pastores y círculos eclesiásticos donde la disciplina es el gran
tema y el gran asunto. Quieren urgentemente disciplinar, dar
una lección, corregir, sacar todas las cuentas y las facturas
pendientes.
Si no te acercas a la persona con un espíritu restaurador,
estás contraviniendo lo que dice Pablo:
366
Pastor, ¿es esta tu manera de restaurar al pecador?, ¿es esta
la manera como tratas el pecado en la iglesia?. La respuesta,
solo tú la conoces.
Disciplina
Después de la restauración y no es que una cosa viene
necesariamente después de la otra, unas están muy cercanas,
pero con la restauración como prioridad viene la disciplina.
Dentro de ese proceso, la disciplina puede abarcar
suspenderlo de funciones, depende de la situación, es allí donde
habrá que distinguir la disciplina que requiere, por ejemplo, esa
persona pecó en asuntos económicos, de finanzas de la iglesia,
irremediablemente hay que separarla del cargo. Conozco un
caso que se le retiró de gestionar dinero directamente, pero
no del liderazgo de la iglesia, no se mancilló su nombre, no se
afectó su testimonio, simplemente se formaliza que ha pasado
de una posición a otra, en algo que no involucraba su situación
de pecado. Si es una situación de orden sexual con implicación
de un menor de edad; yo manejé el caso de un pastor acusado
en la iglesia por haberse “pasado” jugando con una jovencita, a
este pastor le dije:
—Esto no es que quedaste viendo a una secretaria que
trabaja contigo, ni que coqueteaste con una de las hermanas
en la iglesia, este es un asunto muy serio, por esto te vas a la
cárcel, se trata de una menor; él no quiso admitir su falta, habían
testigos, en este caso extremo, le extendí la mano y le dije:
—Que te vaya bien, tengo la obligación de decidir qué
pastores están bajo mi cargo y si no estás dispuesto a admitir
tu falta y ser restaurado, no te quiero bajo mi responsabilidad.
Disciplina y los detalles son cosa de cada pastor, eso
responde al trasfondo, formación, experiencia, entre otras cosas.
Restitución
Lo último en el proceso de tratamiento del pecado en la
iglesia, es la restitución de la persona que pecó. Esto solo puede
ser cuando llega el momento oportuno. A la persona que peca,
confiesa su pecado, se arrepiente, entra en un proceso de
367
restauración, acepta medidas disciplinarias y sigue el proceso
completo, hay que garantizarle que se le va a restituir en su
cargo y en la honra y dignidad en la iglesia.
Porque, haber pasado por todo el proceso antes
mencionado, dignifica a la persona; y si está lista, con esa gran
lección aprendida, hay que hacerle una restitución de su cargo.
Pero, hago esta aclaración: Si en el proceso se vio que la
persona no quedó apta para volver a su posición y función,
ya sea porque su credibilidad quedó seriamente lastimada, o
porque se nota todavía una debilidad implícita en su persona y
conducta, entonces la restitución no será posible. La restitución
no es posible en todos los casos y circunstancias.
368
FRACASOS EN LA FORMACIÓN
GENERACIONAL DE LA IGLESIA
M
uchas iglesias terminan desfalleciendo con su
líder principal, con su fundador, con una persona
que ejerció la influencia notable. ¿Razón? No lo
intentaron siquiera, o no tuvieron éxito intentando un proceso
generacional de relevos y reemplazos generacionales. Es que
esto no se logra de manera improvisada, tampoco “al último
minuto”.
Así como Josué fue sucesor de Moisés, y eso les tomó una
generación, una Iglesia debe producir sus propios líderes y
procesos generacionales.
A diferencia de Moisés y Josué, Saúl y David hicieron un
accidentado proceso de relevo generacional. Lo que debió
darse de manera natural, fluida, resultó dramática y plagada de
“altibajos”.
Este proceso se dio en circunstancias totalmente diferentes
a las que se hubiese querido o esperado. Lo que debió ser un
proceso natural de mentoría por parte de Saúl para David y
un natural proceso de formación para un posterior relevo, se
tornó dramático, enfermizo. La relación de ellos se contaminó,
se enfermó con celos, inseguridades y persecución.
Eso pasa cuando los corazones no están preparados para
los procesos de relevo generacional.
Nosotros, los líderes de concilios y movimientos eclesiales,
así como los pastores generales, debemos tener el corazón para
formar, pero hacerlo con el deseo de ser relevados.
Así como en un proceso natural los padres tienen hijos, los
forman, estos crecen y los padres fallecen, quedando los hijos a
369
cargo de dar continuidad a esa historia familiar, lo mismo debe
ocurrir en la historia familiar eclesiástica y ministerial.
Revisemos el modelo generacional de Saúl y David, ya que
contiene importantes elementos para la consideración de este
importante tema.
370
Vemos el cambio anímico, el cambio de actitud respecto a
alguien a quien el mismo rey Saúl mandó a buscar a pedir, a
hacer arreglos para que se quedara permanentemente con él,
nombrándolo al muchacho su escudero. En la primera instancia,
Saúl estaba soñando y envisionando su mente y corazón con
este muchacho que acababa de llegar bajo su autoridad.
Pero leemos aquí y encontramos un total cambio de actitud.
Dice el texto bíblico que, a partir de esa ocasión Saúl miró a
David con recelo. ¿Que pasó ahí, exactamente? Pasó que Saúl
no supo asimilar que David comenzaba a ser levantado por el
Señor, David estaba creciendo, David se estaba empoderando.
Saúl no supo asimilar que había tenido éxito en la selección
que hizo; que no se había equivocado, había escogido a la
persona correcta. Pero, como dije, los corazones se pueden
enfermar con celos, dudas y complejos.
El muchacho que fue una buena y acertada selección,
comenzó a dar muestras de madurez, de crecimiento, de
progreso. Y eso, que se supone es la meta de un mentor, de un
formador de líderes, fue lo que causó malestar y perturbación
de ánimo a Saúl, al grado de comenzar a mirar con recelo a
David.
371
Las escrituras que estamos considerando son absolutamente
irrebatibles y nos dan el cuadro completo de lo que estoy
llamando un accidentado proceso de formación y relevo
generacional. El “modelo Saúl y David”, definitivamente, no es
el modelo a seguir.
Hubo relevo generacional, a fin de cuentas, pero fue de
manera forzada por la mano de Dios. Saúl, a pesar de su buena
elección con David al inicio, en el proceso se extravió y fracasó
completamente en su llamado y en ese propósito.
El propósito divino, que David fuera relevo generacional de
Saúl fue atacado y en algún sentido abortado por el mismo Saúl.
El mismo que tuvo en su corazón como propósito llamar y
promover al muchacho a otro nivel, echó a perder su titularidad
en el proceso. Se volvió en contra y enemigo del proceso que
el mismo había iniciado. Y, aunque hubo relevo generacional,
fue con mucho dolor y con mucha frustración, no solo para Saúl
mismo, sino para todos lo que participaron en esa coyuntura.
372
Eso no es el plan de Dios y no debiera concluir de esas
maneras. Pero suele suceder por un mal apoderamiento del
llamado por parte de muchos hombres y mujeres de Dios.
Pastor que lees, toma nota de esto.
Amemos la obra, pero hagamos una clara diferenciación en
que la obra no es nuestra y no nos pertenece; la obra es de Dios,
ningún pastor es dueño de la iglesia, ninguno puede llamarse
dueño de su ministerio. Dios es el dueño de todo.
Esto que voy a decir, quizás no te vaya a gustar. Nosotros
los pastores somos transitorios. Ningún pastor, líder, apóstol,
profeta, ninguno es insustituible. Ninguno debe tener un arraigo
en demasía con el escenario donde ha sido puesto, porque va a
sufrir y va a hacer sufrir a otras personas.
Como un padre se alegra con el crecimiento de sus hijos,
cuando se gradúan de la escuela, del colegio y de la universidad,
así mismo un verdadero líder espiritual, deberá sentirse
agradado de ver a sus hijos espirituales y ministeriales matando
gigantes. Y nunca tener celos por causa de ello.
373
que lleguemos a ocupar. Es absolutamente no válido y de gran
riesgo el tratar de mantener un ego enfermo y en déficit con
posiciones y éxito ministerial.
Pueden ser cincuenta, quinientos, cinco mil o cincuenta
mil tus feligreses, pero no puedes sustentar tu autoestima y tu
valor personal con la gratificación que viene con eso. Tu estima
propia debes hallarla en lo que eres tú como persona, no en
lo que logras. Los logros jamás logran compensar un ego en
déficit.
Saúl comenzó a escuchar, que David mató a sus diez miles,
mientras que el solo a miles. Al no recibir la certificación pública
que esperaba, al no recibió los halago de manera directa para sí
mismo, su corazón enfermó y con el, enfermo su historia
Qué contradictorio: por un lado, queremos hijos espirituales;
pero por otro, no queremos soltar el cetro del ministerio, no
queremos levantarnos del trono de posición ministerial. Sumado
a eso, vemos como una amenaza el éxito de nuestros hijos
espirituales. Si eso nos pasa, ahí no habrá proceso de formación
generacional; y si hay relevo, será doloroso, probablemente.
374
Cada quien cumplirá con su llamado y ministerio conforme
a sus capacidades, a sus particularidades y a sus personalidades.
Nunca olvido lo que me respondió ese joven pastor, discípulo
e hijo espiritual, cuando le ofrecí mi posición de pastor general
en la iglesia madre de nuestro movimiento. Su respuesta en
tono sereno fue:
—Pastor, acepto porque confío en tu discernimiento, en tu
criterio; si tú crees que yo lo puedo hacer, entonces lo puedo
hacer. Pero acepto este nombramiento y este llamamiento si me
permites pensar por mí mismo. Y añadió:
—Porque donde dos personas piensan igual, una de ellas no
está pensando.
Esas palabras se encapsularon en mi mente y corazón; y
me felicité por contar con personas de ese nivel. Porque, gente
servil, la consigues fácilmente; pero son los que más fácilmente
traicionan. Por historias que he conocido y por vivencias
personales, es que he llegado a esta conclusión. El servil
está dispuesto a hacer lo que sea, incluso, hasta esconder su
verdadera personalidad y permitirte que hagas de el una copia
de ti mismo. Pero con el tiempo, la verdad emerge y te das
cuenta del error y de la mala elección. En muchos casos, ese
descubrimiento se hace demasiado tarde.
Cuando el pastor o líder entiende la formación de manera
errónea y cree que formar es hacer copias al carbón de sí mismo,
lo que va a producir es forcejeo, estrés, dolor y muchas heridas
espirituales.
375
espiritual y mi discernimiento los que se manifiestan, y cuando
solo es mi personalidad perfeccionista.
Veo cierto proteccionismo en mi manera de ser. Amo a la
gente que Dios me ha dado y me ha sido fiel, leal. Ello genera en
mí la tendencia a protegerlos. Es ahí donde se me pasa la mano
y se genera un mal producto: me vuelvo inconforme con ellos
y con lo que hacen y ello genera tensión en nuestra relación.
Como digo, lucho con esto todos los días.
Un pastor o líder espiritual demasiado controlador o
protector, en realidad lo que está mostrando es que le está
costando darse cuenta que sus hijos espirituales pueden caminar
por sí solos, que no necesitan que los ande de la mano. Que
hay una etapa en la que tienes que confiar; no puedes seguir
tratando como niños a las personas que has formado; hacerlo
equivale a tratarlos como si fuesen incapaces. Por mucho que
nos cueste, debemos aprender a confiar que lo irán haciendo
cada vez mejor, aunque no lo hagan a la medida de nuestros
deseos.
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Jesús pasó toda la noche orando para escoger a doce
discípulos especiales, a quienes llamó apóstoles. Una selección
así no se hace en base a criterios humanos: porque es un exitoso
gerente de empresa, porque es el director de una escuela,
porque tiene un apellido de alcurnia, o porque pertenece a un
buen estrato de la sociedad. Ninguno de esos criterios sirve
para una elección de esta naturaleza.
Tiene que ser gente que Dios llama, aunque tu no la
llamarías; o gente que aunque tú la llamarías, si Dios no la llama,
no te sirve.
Entonces, se abortan los procesos de formación generacional,
cuando el pastor carece del discernimiento para saber a quién sí
y a quién no llamar, en términos de depositar confianza en ellos
para una comisión ministerial
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Un líder que se “empalaga” con los créditos a su nombre,
con los aplausos y el reconocimiento, corre el riesgo no solo
de enfermar espiritualmente, también su riesgo es volverse un
estorbo en los procesos de formación y relevo generacional.
Fue lo que pasó con Saúl.
Pastor, procura discernir tu corazón. Si encuentras que los
halagos y la aprobación de la gente se tornan en tu bebida y
comida favoritos, cuidado, puede ser que estés enfermando y
que necesites llevar esa condición ante quien puede recetar la
medicina que requieras. Su nombre es Jesucristo.
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Esto es parte íntegra del ser formados. Dar formación es
algo más que pasar ratos en un salón de clases. Es emular la
formación discípulas que hizo Jesús con sus discípulos. El pastor
que no tiene el carácter para formar, carece de la destreza para
nombrar.
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