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Chico Xavier

El documento resume una profecía hecha por el médium Francisco Cândido Xavier en 1986 sobre el futuro de la Tierra hasta 2019. Según la profecía, en 1969 los líderes espirituales concedieron a la humanidad 50 años más para progresar moralmente y evitar una tercera guerra mundial, o de lo contrario enfrentarían consecuencias kármicas. La profecía también predice avances tecnológicos y contacto con otras civilizaciones si se mantiene la paz. Sin embargo, una guerra nuclear podría resultar en un gran sacrificio
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Chico Xavier

El documento resume una profecía hecha por el médium Francisco Cândido Xavier en 1986 sobre el futuro de la Tierra hasta 2019. Según la profecía, en 1969 los líderes espirituales concedieron a la humanidad 50 años más para progresar moralmente y evitar una tercera guerra mundial, o de lo contrario enfrentarían consecuencias kármicas. La profecía también predice avances tecnológicos y contacto con otras civilizaciones si se mantiene la paz. Sin embargo, una guerra nuclear podría resultar en un gran sacrificio
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31 maio de 2011

LAS PROFECÍAS DE CHICO XAVIER


Traducción de Teresa – teresa_0001@hotmail.com

El periódico Folha Espírita de mayo de 2011 trae una revelación hecha en 1986,
por el médium Francisco Cândido Xavier sobre el futuro reservado al planeta
Tierra y a todos sus habitantes en los próximos años. La revelación fue hecha a
Geraldo Lemos Neto, fundador de la Casa de Chico Xavier, de Pedro Leopoldo
(MG) y de la Vinha de Luz Editora, pero solo ahora él se ha decidido a hablar. 

Lo “chistoso” es que al comienzo de la lectura no di mucho crédito a esa


“profecía”, pero según leía, me fui poniendo muy serio. Ello porque las partes que
remarqué en negrita coinciden EXACTAMENTE con lo que Oráculo nos había
dicho en las últimas décadas. Mucho de lo que ella decía lo he compartido en
inserciones y comentarios en el blog antiguo (los comentarios se perdieron para
siempre, pero algunas personas todavía recuerdan lo que dije, incluso una imagen
de lo que ella decía se me quedó en la cabeza, de que llegaría la hora en que
sería preciso abatir navíos de refugiados en las costas brasileñas para evitar un
colapso. Esto coincide con lo que el texto indica, de que habría una ‘ONU’
controlando la ocupación de Brasil, y no dudo de que su brazo militar tome
medidas extremas para preservar una ocupación ‘ordenada’ de refugiados que
vienen a Brasil ¿no es cierto?). Las inserciones aún andan por ahí, o aún serán
publicadas (una de ellas, de 2004 fue publicada ahora, y se refiere a futuros
equipamientos para comunicarse con el mundo de los muertos). Y mucho de lo
que ella decía ya debía haber ocurrido, en torno al fin del milenio y comienzo de la
década, pero no ocurrió por motivos que ni él sabía. 

Este es un resumen de los puntos interesantes del texto, que en su integridad


puede leerse en el ejemplar nº 439, año XXXV, de mayo de 2011 del
periódico Folha Espírita:

“Hace mucho arrastro conmigo este fardo, y siempre me he preocupado en el


sentido de que Chico Xavier no me diría todo lo que relato en esta edición de la
Folha Espírita porque sí, sino con una finalidad específica. Con ocasión de la
charla que describo en las páginas siguientes, advertí que mi mente estaba
recibiendo un tratamiento mnemónico diferente, para que no llegase a olvidar
aquellas palabras proféticas, y que, en momento oportuno del futuro, yo estaría
llamado a dar testimonio de ellas. 
Tuve la felicidad de convivir en la intimidad con Chico Xavier, dialogando con él
incontables veces, madrugada adentro, sobre variados temas de nuestro común
interés, notablemente sobre esclarecimientos palpitantes acerca de la Doctrina de
los Espíritus y del Evangelio de Jesús. Uno de esos temas fue el relativo al
Apocalipsis, del Nuevo Testamento. Desde entonces, en nuestros coloquios,
Chico Xavier tenía siempre una u otra palabra esclarecedora sobre esa cuestión,
puntualizando este o aquel versículo y haciéndome comprender, poco a poco, el
momento de transición por el cual pasa nuestro orbe planetario, camino de la
regeneración”. 

En una de tales conversaciones, recordando el libro Brasil, Corazón del Mundo,


Patria del Evangelio, escrito por el espíritu Humberto de Campos, Lemos Neto
exteriorizó ante Chico su duda en cuanto al título del libro, toda vez que por
aquella época, a mediados de la década de los 80, Brasil aún vivía a vueltas con
la hiperinflación, la miseria, el hambre, las grandes disparidades sociales, el
descontrol político y económico, sin mencionar los escándalos de corrupción y el
atraso cultural. 

“Me acuerdo como si fuera hoy, de la expresión sorprendida de Chico


contestándome: “Vaya, Geraldinho, ¿lo que quieres son privilegios para la Patria
del Evangelio, cuando el fundador del Evangelio, que es Nuestro Señor Jesucristo,
vivió en la pobreza, rodeado de enfermos y necesitados de toda clase,
experimentó toda suerte de vicisitudes y persecuciones para ser sometido a
suplicio casi abandonado por sus amigos más cercanos y morir crucificado entre
dos ladrones? No olvidemos que el fundador del Evangelio atravesó toda clase de
probaciones, padeció el martirio de la cruz, ¡pero después dejó la cruz y resucitó
para la Vida Inmortal! Esto debe servir de guía para la Patria del Evangelio. ¡Un
día habremos de resucitar de las cenizas de nuestro propio sacrificio para
demostrar al mundo entero la inmortalidad gloriosa!” 

En la secuencia de nuestra conversación pregunté a Chico qué es lo que él quería


decir exactamente respecto del sacrificio de Brasil. ¿Estaría él prediciendo el
futuro de nuestra nación y del mundo? Chico pensó un poco, como si estuviese
vislumbrando escenas distantes y, tras cierto tiempo, retornó para decirnos: “¿Te
acuerdas, Geraldinho, del libro de Emmanuel Camino a la Luz? En las páginas
finales de la narrativa, en el cap. XXIV, cuyo título es El Espiritismo y las Grandes
Transiciones, en él Emmanuel afirmaba que los espíritus abnegados y
esclarecidos hablaban de una nueva reunión de la comunidad de las potencias
angélicas del Sistema Solar, uno de cuyos miembros divinos es Jesús, y que la
sociedad celeste se reuniría por tercera vez en la atmósfera terrestre desde que
Cristo recibió la sagrada misión de redimir nuestra humanidad, para en fin, decidir
nuevamente sobre los destinos de nuestro mundo”. 
Pues bien, Emmanuel escribió esto en los idos de 1938 y estoy informado de que
esa reunión de hecho ya se ha verificado. Tuvo lugar cuando el hombre finalmente
ingresó en la comunidad planetaria, dejando el suelo del mundo terrestre para
pisar por primera vez el suelo lunar. El hombre, por su propio esfuerzo, conquistó
el derecho y la posibilidad de viajar hasta la Luna, hecho que se materializó el 20
de julio de 1969. 
En aquella ocasión, el Gobernador Espiritual de la Tierra, que es Nuestro Señor
Jesucristo, escuchando la súplica de otros seres angelicales de nuestro Sistema
Solar, había convocado una reunión destinada a deliberar sobre el futuro de
nuestro planeta. Lo que puedo decirte, Geraldinho, es que después de muchos
diálogos y debates entre ellos, se dieron diversas sugerencias y, al final del
celeste cónclave, la bondad de Jesús decidió conceder una última oportunidad a la
comunidad terráquea, una última moratoria para la actual civilización en el planeta
Tierra. Todas las obligaciones kármicas que estaba previsto sucediesen al
final del siglo XX quedaron entonces en suspenso, por la Misericordia de los
Cielos, para que nuestro mundo tuviese una última oportunidad de progreso
moral. 

Lo curioso es que se puede reconocer en los Evangelios y en el Apocalipsis


exactamente este período actual, el que estamos viviendo, como la undécima
hora, o la hora postrera, o incluso la llamada última hora. 

Le pregunté sobre cuáles habían sido entonces las deliberaciones de Jesús, y él


me respondió: “Nuestro Señor deliberó conceder una moratoria de 50 años a la
sociedad terrena, a comenzar el 20 de julio de 1969, y, por tanto, a terminar en
julio de 2019. Ordenó Jesús, entonces, que sus emisarios celestes se empeñasen
más directamente en el mantenimiento de la paz entre los pueblos y las naciones
terrestres, con la finalidad de colaborar para que nosotros ingresásemos más
rápidamente en la comunidad planetaria del Sistema Solar como mundo más
regenerado, al final de ese período. Algunas potencias angélicas de otros orbes de
nuestro Sistema Solar sospecharon de la dilación del plazo extra, y fue entonces
cuando Jesús, en su sabiduría, decidió imponer una condición a los hombres y las
naciones de la vanguardia terrestre. Según la imposición de Cristo, las naciones
más desarrolladas y responsables de la Tierra deberían aprender a soportarse
unas a otras, respetando las diferencias entre ellas, absteniéndose de lanzarse a
una guerra de exterminio nuclear. La faz de la Tierra debería evitar a toda costa la
llamada III Guerra Mundial. Según la deliberación de Cristo, si, y únicamente en
ese caso, si las naciones terrenas, durante este período de 50 años, aprendiesen
el arte de la buena convivencia y de la fraternidad, evitando una guerra de
destrucción nuclear, el mundo terrestre estaría por fin admitido en la comunidad
planetaria del Sistema Solar como mundo en regeneración. ¡Ninguno de nosotros
puede anticipar, Geraldinho, los adelantos que pueden producirse a partir de esa
fecha de julio de 2019, conque solo sepamos defender la paz entre nuestras
naciones más desarrolladas y cultas!” 
Pregunté a Chico entonces a qué adelantos se refería y me contestó: “Nosotros
alcanzaremos la solución para todos los problemas de orden social, como la
solución para la pobreza y el hambre, que serán extinguidas; habremos
descubierto la cura de todas las enfermedades del cuerpo físico por la
manipulación genética en los adelantos de la Medicina; el hombre terrestre tendrá
amplio y total acceso a la información y a la cultura, que se hará más
generalizada; también nuestros hermanos de otros planetas más adelantados
tendrán permiso expreso de Jesús para presentársenos abiertamente,
colaborando con nosotros y ofreciéndonos tecnologías nuevas, hasta entonces
inimaginables para nuestra fase actual de desarrollo científico; habremos de
fabricar aparatos que nos facilitarán el contacto con las esferas
desencarnadas, haciendo posible nuestra añorada conversación con los seres
queridos que ya han partido para ultratumba; en fin, estaríamos ante un mundo
nuevo, una nueva Tierra, una gloriosa fase de espiritualización y belleza para los
destinos de nuestro planeta.” 

Fue entonces cuando, haciendo las veces de abogado del diablo, le pregunté:
Chico, hasta ahora me has hablado únicamente de la mejor hipótesis, que es esa
en que la humanidad terrestre permanecería en paz hasta el fin de aquel período
de 50 años. Pero ¿y si ocurre el caso de que las naciones terrestres se lancen a
una guerra nuclear? “¡Ah! Geraldinho, en caso de que la humanidad encarnada
decida seguir el infeliz camino de la III Guerra mundial, una guerra nuclear de
consecuencias imprevisibles y desastrosas, entonces la propia madre Tierra, bajo
los auspicios de la Vida Mayor, reaccionará con violencia imprevista por nuestros
hombres de ciencia. El hombre empezaría la III Guerra, pero quienes la
terminarían serían las fuerzas telúricas de la naturaleza, de la propia Tierra, harta
de los desmanes humanos, y nos enfrentaríamos entonces a terremotos
gigantescos; maremotos y olas (tsunamis) consiguientes; veríamos la explosión de
volcanes extinguidos hace mucho; nos enfrentaríamos a deshielos arrasadores
que avasallarían los polos del globo con trágicos resultados para las zonas
costeras, debido a la elevación de los mares; y, en este caso, las cenizas
volcánicas asociadas a las irradiaciones nucleares nefastas acabarían por volver
totalmente inhabitable todo el Hemisferio Norte de nuestro globo terrestre.” Pero
¿qué pasaría específicamente con Brasil? 

Según el médium, “en ambas situaciones Brasil cumplirá su papel en el gran


proceso de espiritualización planetaria. En la mejor de las hipótesis, nuestra
nación crecerá en importancia sociocultural, política y económica para ante la
comunidad de las naciones. No solo seremos el granero alimenticio y de materias
primas para el mundo, sino además la gran fuente energética, con el
descubrimiento de enormes reservas petrolíferas que harán de la Petrobrás una
de las mayores empresas del mundo. Brasil crecerá a pasos agigantados y
ocupará importante papel en el escenario global; esto traerá como consecuencia
la elevación de la cultura brasileña al escenario internacional y, a remolque, los
libros del Espiritismo Cristiano que aquí han tenido suelo fértil en su desarrollo,
llegarán a ser de interés también para las demás naciones. Ahora bien, caso
ocurra la peor hipótesis, en la cual el Hemisferio Norte se vuelve inhabitable,
grandes flujos migratorios se formarían entonces hacia el Hemisferio Sur, donde
se sitúa Brasil que, entonces, sería llamado más directamente a desempeñar su
papel del Patria del Evangelio, siendo ejemplo de amor y renuncia, de perdón y
comprensión espiritual para ante los pueblos migrantes. 

La Nueva Era de la Tierra, en este caso, tardaría más tiempo en llegar con todo su
esplendor de conquistas científicas y morales, porque sería necesario otro largo
período de reconstrucción de nuestras naciones y sociedades, obligadas a
reorganizarse en sus fundamentos más básicos.” 

Según lo que Chico me reveló, lo que quedase de la ONU acabaría por decidir
la invasión de las naciones del Hemisferio Sur, incluyendo aquí obviamente el
Brasil y lo restante de América del Sur, Australia y el sur de África, a fin de que
nuestras naciones fuesen ocupadas militarmente y divididas entre los
supervivientes del holocausto en el Hemisferio Norte. Ahí es cuando nosotros, los
brasileños, seríamos llamados a dar ejemplo de verdadera fraternidad cristiana,
comprendiendo que nuestros hermanos del Norte, aunque invasores “manu
militari”, no dejarían de estar sobrecargados y afligidos por las consecuencias
nefastas de la guerra y de las hecatombes telúricas, y, por tanto, aun así, deberían
ser considerados hermanos nuestros del camino, necesitados de apoyo y amparo,
comprensión y amor. 

En ese punto de la conversación, Chico hizo una pausa narrativa y completó:


“Nuestro Brasil como lo conocemos hoy será entonces desfigurado y dividido en
cuatro naciones distintas. Solamente una cuarta parte de nuestro territorio
permanecerá siendo nuestro y a los brasileños solo les quedarán los Estados del
Sureste, añadidos a Goiás y al Distrito Federal. Los norteamericanos, canadienses
y mejicanos ocuparán los Estados de la Región Norte del País, en sintonía con
Colombia y Venezuela. Los europeos vendrán a ocupar los Estados de la Región
Sur del Brasil, uniéndolos a Uruguay, Argentina y Chile. Los asiáticos, en especial
los chinos, japoneses y coreanos, vendrán a ocupar nuestro Centro-Oeste, en
conexión con Paraguay, Bolivia y Perú. Y, por último, los Estados del Nordeste
brasileño serán ocupados por los rusos y los pueblos eslavos. Nosotros no
podemos olvidar que todo ese intrincado proceso tiene su ascendencia espiritual y
estamos obligados a reconocer que tenemos mucho que aprender con los pueblos
invasores. Veamos, por ejemplo: los norteamericanos pueden enseñarnos el
respeto a las leyes, el amor al derecho, a la ciencia y al trabajo. Los europeos, de
forma general, podrán traernos el amor a la filosofía, a la música erudita, a la
educación, a la historia y a la cultura. Los asiáticos podrán incorporar a nuestra
gente sus más altas nociones de respeto al deber, a la disciplina, al honor, a los
ancianos y a las tradiciones milenarias. Y, entonces, por último, nosotros los
brasileños les ofreceremos a ellos, nuestros hermanos en la carne, los más altos
valores de espiritualidad que, por merced de Dios, atesoramos en el corazón
fraterno y amigo de nuestra gente sencilla y humilde, esa gente buena que se ha
reencarnado en la gran nación brasileña para dar cumplimiento a los designios de
Dios y demostrar a todos los pueblos del planeta la fe en la Vida Superior,
testimoniando la continuidad de la vida ultratumba y el ejercicio sereno y noble de
la mediumnidad con Jesús.” 

Según Chico Xavier, Brasil no tendrá privilegios y sufrirá asimismo los efectos
de terremotos y tsunamis, especialmente en las zonas costeras. Ocurre que,
según el médium, el impacto por aquí será bastante menor si comparado con lo
que sobrevendrá en el Hemisferio Norte del planeta. 

Otra decisión de los benefactores espirituales de la Vida Mayor fue la que


determinó que, tras el amanecer del año 2000 de la Era Cristiana, los espíritus
empedernidos en el mal y en la ignorancia ya no volverían a recibir permiso para
reencarnarse en la faz de la Tierra. Reencarnarse aquí, a partir de esa fecha,
equivaldría a un valioso premio justo, destinado tan solo a los espíritus más
fuertes y preparados, que hayan sabido atesorar, en el transcurso de múltiples
reencarnaciones, conquistas espirituales relevantes como la mansedumbre, la
dulzura, el amor a la paz y a la concordia fraternal entre pueblos y naciones. Se
insiere dentro de esa programación de orden superior la propia reencarnación del
mentor espiritual de Chico Xavier, el espíritu Emmanuel, que, de hecho, vino a
renacer, según informó Chico a varios amigos más cercanos, exactamente en el
año 2000. Todos los demás espíritus, recalcitrantes en el mal, serían entonces, a
partir de 2000, encaminados forzosamente a la reencarnación en mundos
más atrasados, de expiaciones y pruebas asperísimas, o incluso en mundos
primitivos, vivenciando aún la fase del hombre de las cavernas, para poder purgar
sus desmanes y su insumisión a los designios superiores. Chico Xavier tenía
conocimiento de esos mundos a donde esos espíritus renitentes estarían siendo
deportados. 
Según él, el más grande de tales planetas se llamaría Kíron o Quíron. 

El propio Emmanuel, a través de Chico Xavier, respondiendo a una entrevista ya


publicada en libro, nos dice que las profecías son reveladas a los hombres para
que no se vean cumplidas. Son, en realidad, un gran aviso espiritual para que nos
mejoremos, y alejemos de nosotros la hipótesis del peor camino.

Documental “Data Limite”, con la información arriba:

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