[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
256 vistas5 páginas

Patrick Monribot

El documento resume el proceso de extracción del objeto mirada a través del análisis de Patrick Monribot. En particular, destaca 3 puntos clave: 1) A través de varios actos como desmontar un espejo, el analista logró que Patrick identificara su propio fantasma voyeurista y su proyección de la mirada en el analista. 2) Con cada interpretación, el analista excavó el "hueco en el Otro", revelando que detrás de la mirada había un vacío. 3) Esto permitió que Patrick consintiera

Cargado por

Jesica Ierardi
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
256 vistas5 páginas

Patrick Monribot

El documento resume el proceso de extracción del objeto mirada a través del análisis de Patrick Monribot. En particular, destaca 3 puntos clave: 1) A través de varios actos como desmontar un espejo, el analista logró que Patrick identificara su propio fantasma voyeurista y su proyección de la mirada en el analista. 2) Con cada interpretación, el analista excavó el "hueco en el Otro", revelando que detrás de la mirada había un vacío. 3) Esto permitió que Patrick consintiera

Cargado por

Jesica Ierardi
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 5

1

Patrick Monribot: Gracias
por vuestra invitación. Ustedes han
formulado muchas preguntas respecto a la función de la mirada
en mi propia cura, voy a precisar la extracción del objeto en la
cura. Es un recorrido en el que hay muchos momentos
relevantes que voy a resumir.
La extracción de la mirada
En un lugar público, el analista me mira sin verme, como a
través de un cristal. Yo me enfadé mucho, pero con ese acto, el
analista hizo funcionar en la transferencia lo que Lacan llama
la schizia -es decir, la fractura- entre visión y mirada.
Poco tiempo después, se produce el episodio con un espejo en la
sala de espera del analista. Les recuerdo de qué se trata: yo me
imagino que detrás del espejo, el analista viene a espiar al
analizante. Es un acting out por mi parte, estamos en la clínica de
la pulsión. Entonces desmonto el espejo para ver lo que hay
detrás. Resultado de mi investigación: me encuentro con una
pared y nada más; un alivio y una decepción. En eseacting hay
una tentativa de mostrar al analista el objeto a que alimenta, que
abastece mi goce pulsional: la mirada. También
este acting muestra que, por mi parte, la mirada está bien alojada
en el campo del Otro bajo la forma del analista, tal como lo
había hecho en mi neurosis infantil con la madre-figura
primitiva del Otro. El analista entonces, usaría la mirada según
mi fantasma, de forma perversa, es decir voyeurista. En realidad,
el desmontar el espejo me interpretó: así muestro que se trataba
de mi propio fantasma voyeurista que proyectaba en el analista.
Quería identificar y confirmar la posición del objeto a en el
campo del Otro. Esa operación de atribución es una raíz
importante de la transferencia: la raíz pulsional.Con esa lógica
pulsional, se trataba de “verse verse” como dice Lacan en el
Seminario XI respecto a la mirada. Pero, como añade él, es una
ilusión, “en la que se elide la mirada”, ya que ella “se especifica
como inasible” (Pág. 90). Ese momento de la cura fue una
manera de cernir el objeto en la transferencia.
La extracción no fue resultado de un único acto, fue la
consecuencia de una serie de actos. En efecto, a partir de ese
momento, la mirada invade el dispositivo analítico. Por ejemplo,
2

cada vez que la mirada infiltraba mi discurso, el analista se


levantaba y se ponía delante de mí, cara a cara, para verme
–“sus ojos fijos en los míos”. Tiempo atrás, en el lugar público
me había mirado sin verme, ahora me veía sin mirarme.
Otro ejemplo: cada vez que quería concluir el análisis él me
respondía: “Usted verá, eso no es asunto mío”. “No es asunto
mío” en francés, se dice literalmente “eso no me mira”, “ça ne me
regarde pas”.Podemos decir que cada interpretación, cada acto
excavaron el hueco en el Otro. Lo supe por dos indicios:
Primero. Una vez, en la sala de espera, en una revista de arte
contemporáneo, vi un sexo de mujer de gran tamaño. Me acordé
de la escena en la que, muy joven, no veo nada bajo de las faldas
de mi madre sino una mancha negra que me mira y en ese
momento recibí una gran bofetada de ella. Durante la sesión
hablé de esa foto no tanto como de una mancha sino como de un
agujero. A partir del recuerdo del episodio infantil con mi
madre, se presentó una lógica de lo que pasó en la neurosis y en
la cura, como si pudiera ver esa lógica desfilar. Pensé que había
un hilo lógico a partir del agujero negro en el sexo femenino y no
a partir de la mancha negra. No es lo mismo. La mancha que me
mira venía a cubrir y a enmascarar el agujero. Se impuso el eje
de la neurosis como desmentido frente al agujero de la
castración.
El vacío
Segundo. Después del fin de la cura y después del testimonio
con los pasadores, tuve el sueño de una sesión con el sillón vacío
detrás de mí. Hice dos interpretaciones: primero, hay un agujero
allí donde antes yo suponía la consistencia de una mirada. En
efecto, sabemos que tumbar al analizante sustrae al analista del
campo visual y hace consistir la mirada tanto más cuanto que él
se mantiene silencioso; segundo, el Otro ya no existe en tanto
que Otro del goce, su lugar está vacío.
Es un sueño que confirmaba y resumía de forma alegórica lo que
sabía desde hacía un tiempo. Pero un sueño como ese no podía
producirse de manera tan clara sino después del proceso del
pase: es un punto de capitón que se hace después, après-coup.
3

La mirada y la muerte
Por otro lado, la mirada ciertamente era una forma de
enmascarar la muerte. Por ejemplo, cuando sueño el encuentro
con un niño muerto -mi propio cadáver cuando yo era joven-,
esa misma noche tengo el sueño de la mirada en la televisión de
una mujer que goza… Podemos decir que allí donde el
significado desarrollado en la cura tiene un efecto mortificante
en el cuerpo, allí donde la novela familiar evoca los recuerdos de
las “desgracias del ser” de la infancia, con el riesgo de morir de
enfermedad, etc., el objeto plus de goce reintroduce un poco de
vida, bajo la forma del goce pulsional. Ciertamente. Pero el
objeto mirada es sobre todo un desmentido frente a la
castración, frente a la inexistencia de La mujer y frente a la no-
relación sexual.
En esa perspectiva, la mirada es una bisagra entre la posición de
analizante y la de analista, pues su extracción abre la puerta a lo
real que el plus de goce intentaba enmascarar: la no relación
sexual. Eso es una condición que desemboca en el
nombramiento del vacío de esa no-relación bajo la forma de lo
que Lacan llamó el significante de la falta en el Otro -S(A
tachado)- si recuerdan las formulas de la sexuación en el
Seminario Aún. Eso antes de llamarlo el síntoma, sinthome.
Evidentemente, no hay grado cero del fantasma después de una
cura, una posición de analizante permanece des- pués del pase.
Pero, ¿qué cambió?, ¿qué ha cambiado? El objeto pulsional ya
no es una trampa como antes y no es la única causa de la
división. El sujeto no se deja engañar por ese tipo de goce. El
fantasma ya no funciona como una cárcel para el deseo. La
división puede producirse por ejemplo, a partir de o con una
mujer. Recordemos que Lacan habla de un hombre que
encuentra en su mujer un objeto causa… La Escuela y el
psicoanálisis también pueden funcionar como causa… lo vimos
en la clínica política de las Escuelas, la Escuela puede dividir a
los sujetos.
Un nuevo uso
Eso permite llegar al “matrimonio a tres”. Después de la
extracción del objeto, se plantea la cuestión de saber cómo
4

vamos a trenzar un sinthome. Hay una relación entre la estructura


de la feminidad y la de una Escuela en el sentido lacaniano del
término. Ambas están organizadas por el no-todo fálico, las dos
tienen como centro el vacío de lo real que bordea el significante
de la falta en el Otro. Por esa razón, ambas tienen el mismo
riesgo de estar fetichizadas por un sujeto: una mujer en tanto
que objeto a, fetichizado y una Escuela también, en tanto que
objeto a fetichizado, funciona siempre con una lógica masculina
en cuanto a la sexuación, ya sea hombre o mujer. El sujeto
siempre está del lado izquierdo de la sexuación. Por esa razón el
riesgo de estrago existe dentro de una Escuela tal como en el
vínculo con una mujer.
En los Escritos, Lacan ha evocado la Escuela en tanto que sujeto,
un sujeto de pensamiento, dice Lacan. Si la Escuela es como un
sujeto, no puede ser sino un sujeto femenino. Eso me planteó la
cuestión del lazo con una mujer y con una Escuela. Ese lazo no
está dado de entrada, hay que construirlo. En mi seminario de
pase había evocado construir una mujer. Lacan habla de
“inventar las reglas de juego respecto a un nuevo amor”. No se
puede hacer sino uno por uno. No son reglas colectivas.
Aquí la lógica del partenaire-sinthome, desarrollada por J.-A. Miller,
es muy importante. Que la Escuela pueda ser una partenaire-
sinthome, significa que tanto el lazo con una mujer como el lazo
con la Escuela pueden funcionar como suplencia, en el lugar del
vacío de la no-relación sexual. Esto supone haber deconstruido
el desmentido que uno opone en su neurosis a la no-relación
sexual –ya sea la fetichización del objeto de amor, ya sea la
completud del registro fálico para hacer grupo.
En esas condiciones, ¿Qué quiere decir, para un hombre
analizado, entrar en la lógica femenina del amor? ¿Qué quiere
decir la “feminización” al final de la cura? No se trata de cambiar
de sexuación. Personalmente no soy San Juan de la Cruz, para
nada. Significa una lógica como podemos encontrar en el lado
derecho de las fórmulas de la sexuación de Lacan en el
Seminario Aún, capitulo 7. Significa el consentimiento a la
posibilidad de un agujero en el conjunto de las significaciones
5

que le otorgaba el fantasma. Significa que una parte de su ser


escapa al registro fálico de las significaciones. Significa que esa
parte de su ser no tiene sentido, y queda una hiancia en la
existencia. Significa que esa parte de su ser lo aísla del vinculo
social, lo deja en la soledad. No hay posibilidad de representarlo
mediante los semblantes, ya sean los significantes o el objeto a.
La única manera de apropiársela consiste en hacerla equivaler
con su propio modo de goce, su goce más singular. J.-A.Miller
resumió eso diciendo “yo soy como gozo”, para definir su ser al
final de la cura, es la mejor definición posible. Lacan la llama la
identificación al sinthome. Fuera de los semblantes de la cadena
significante o de la serie de los objetos a, Lacan usa el término
de letra para calificar el sinthome. El lazo con una mujer puede
estar tejido así, también con una Escuela. Sea cual sea el trabajo
de los AE, que lo sepan o no, todos trabajarán para inventar un
saber que pueda bordear esa hiancia del goce femenino sin
taparla.
El porvenir del narcisismo
Después del atravesamiento del fantasma, el narcisismo puede
mantenerse pues no existe el grado cero del ideal y no existe el
grado cero del narcisismo. El imaginario se ha limpiado pero se
mantiene después de una cura al menos bajo la forma de cuerpo.
Pero la destitución subjetiva permite tener una distancia con la
trampa del eje especular y el narcisismo tiene desde ahora un
impacto relativo.

También podría gustarte