COLEGIO DE BACHILLETARO MANUEL CÓRDOVA GALARZA
DOCENTE: MST. DIEGO LOJANO PEÑALOZA
ESTUDIANTE:…………………………………………
ASIGNATURA: LENGUA Y LITERATURA SUPLETORIO
TEMA: CURSO:……………………
PARALELO……………………. FECHA………………………….
LECTURA 1
El gato negro Dos gatitos, nada más, había tenido la gata de Doña Casimira Vallejo, y
ya habían pedido a la citada señora nada menos que catorce. Y es que los gatitos eran
completamente negros, y sabido es que hay muchas personas que creen que aquellos
traen la felicidad a las casas. De buena gana Doña Casimira no se hubiera desprendido
de aquellos dos hijos de su Sultana; pero su esposo le había declarado que no quería más
gatos en su vivienda, y la buena señora tuvo que resignarse a regalarlos el día mismo
que cumplieran dos meses. Mucho tiempo estuvo pensando dónde quedarían mejor
colocados; el vecino del piso bajo perdía muchos gatos y no faltaba quien sospechase
que se los comía; el tendero de enfrente los dejaba salir a la calle y se los robaban; la
vieja del cuarto entresuelo era muy económica y no les daba de comer; el cura tenía un
perro que asustaba a los animalitos; y así, de uno en otro, resultó que los catorce pedidos
se redujeron para Doña Casimira solamente a dos, casualmente el número de gatos que
tenía. Aun así, no acabaron sus cavilaciones. Moro, el más hermoso y más grave de los
dos gatitos, convendría mejor a Doña Carlota, la vecina del tercero de la izquierda, que
tenía una hija muy juiciosa a pesar de sus cortos años; pero Fígaro (así nombrado por el
marido de Doña Casimira por haberle hallado un día jugando con su guitarra), no estaría
del todo bien en casa de don Serafín, cuyos niños eran muy revoltosos y trataban con
dureza a los animales. Pero al cabo, como el tiempo urgía, Morito fue entregado a Doña
Carlota y Fígaro a Don Serafín. Ambos fueron adornados con collares rojos y
cascabeles, y Blanca, la niña de la viuda, y Alejandro y Pepita, hijos del caballero, que
también era vecino de Doña Casimira, habitando en el otro tercero, no dudaron ya que
en sus moradas todo sería bienestar y ventura con haber llevado a ellas a los dos gatitos.
Al pronto la casualidad vino a confirmar aquella idea: Doña Carlota ganó un premio a la
lotería y D. Serafín, que estaba cesante, fue colocado con doce mil reales en un
Ministerio. -¡El gato negro! -exclamaban los chicos. -¡El gato negro! Lo que no impedía
que Alejandro y Pepita maltratasen al pobre Fígaro, que, cuando podía, se vengaba de
ellos clavando en sus manos los dientes o las uñas; pero como era tan pequeño no les
hacía gran daño. En cambio Morito pasaba los días en la falda de su joven ama y las
noches en un colchoncito muy blando que hizo Blanca para el gato en cuanto se lo
dieron. Demostraba él su contento con ese ronquido acompasado que en los gatos es
indicio de felicidad completa, y es seguro que si hubiese sabido hablar no hubiera
dejado de decir a Doña Casimira que no podía haberle proporcionado una casa mejor.
El gato negro
1.- ¿Cuántos gatitos tenía encargados Doña Casimira?
a- Dos. b- Siete. c- Catorce.
2.- ¿Cómo se llamaba su gata, la madre de los gatitos?
a- Sultana. b- Blanca. c- No se sabe.
3,- ¿Por qué la gente quería tener un gato negro?
a- Porque son más cariñosos.
b- Porque traen buena suerte.
c- Porque son mejores cazadores.
4.- ¿A quién le robaban los gatos?
a- Al tendero. b- Al vecino del piso bajo. c- Al cura.
5.- ¿Quién le puso el nombre de Fígaro a uno de los gatos?
a- Doña Carlota. b- El marido de Doña Casimira. c- Doña Casimira.
6.- ¿En qué casa pasarían hambre los gatos?
a- En la casa del tendero. b- En la casa del cura. c- En la casa de la vieja.
7.- ¿Cómo se llamaba la hija de Doña Carlota?
a- Blanca. b- Pepita. c- Alejandra.
8.- ¿Cuál fue la suerte de Don Serafín?
a- Le tocó la lotería."
b- Se compró una casa nueva.
c- Consiguió un trabajo bien pagado.
9.- ¿Cuál de los dos gatos fue más afortunado?
a- Morito. b- Fígaro. c- Ninguno.
10.- ¿Quién trataba con cariño a su gato?
a- Alejandro. b- Pepita. c.- Blanca
LECTURA 2
El escarabajo Al caballo del Emperador le pusieron herraduras de oro, una en cada pata. Era un
animal hermosísimo, tenía esbeltas patas, ojos inteligentes y una crin que le colgaba como un
velo de seda a uno y otro lado del cuello. Había llevado a su señor entre nubes de pólvora y
bajo una lluvia de balas; había oído cantar y silbar los proyectiles. Había mordido, pateado,
peleado al arremeter el enemigo. Con su Emperador a cuestas, había pasado de un salto por
encima del caballo de su adversario caído, había salvado la corona de oro de su soberano y
también su vida, más valiosa aún que la corona. Por todo eso le pusieron al caballo del
Emperador herraduras de oro. Y el escarabajo se adelantó: -Primero los grandes, después los
pequeños -dijo. Y alargó sus delgadas patas. -¿Qué quieres? -le preguntó el herrador.
-Herraduras de oro -respondió el escarabajo. -¡No estás bien de la cabeza! -replicó el otro-.
¿También tú pretendes llevar herraduras de oro? -¡Pues sí, señor! -insistió, terco, el
escarabajo-. ¿Acaso no valgo tanto como ese gran animal que ha de ser siempre servido,
atendido, y que recibe un buen pienso y buena agua? ¿No formo yo parte de la cuadra del
Emperador? -¿Es que no sabes por qué le ponen herraduras de oro al caballo? -preguntó el
herrador. -¿Que si lo sé? Lo que yo sé es que esto es un desprecio que se me hace -observó el
escarabajo-, es una ofensa; abandono el servicio y me marcho a correr mundo. -¡Feliz viaje! -se
rio el herrador. -¡Mal educado! -gritó el escarabajo, y, saliendo por la puerta de la cuadra, con
unos aleteos se plantó en un bonito jardín que olía a rosas y espliego. -Bonito lugar, ¿verdad?
-dijo una mariquita de escudo rojo punteado de negro, que volaba por allí. -Estoy
acostumbrado a cosas mejores -contestó el escarabajo-. ¿A esto llamáis bonito? ¡Ni siquiera
hay estercolero! Prosiguió su camino y llegó a la sombra de un alhelí, por el que trepaba una
oruga. -¡Qué hermoso es el mundo! -exclamó la oruga-. ¡Cómo calienta el sol! Todos están
contentos y satisfechos. Y lo mejor es que uno de estos días me dormiré y, cuando despierte,
estaré convertida en mariposa. -¡Qué te crees tú eso! -dijo el escarabajo-. Somos nosotros los
que volamos como mariposas. Ahora vas a ver cómo vuelo yo. Y diciendo esto, el escarabajo se
echó a volar, y por una ventana abierta entró en un gran edificio, para ir a caer, rendido de
fatiga, en la larga crin, fina y suave, del caballo del Emperador; pues sin darse cuenta había
vuelto a dar en el establo donde antes vivía. -¡Heme aquí montado en el caballo del
Emperador, como un jinete! ¿Qué digo? ¡Claro que sí! Ya me lo preguntaba el herrador: « ¿Por
qué le pusieron herraduras de oro al caballo?». ¡Naturalmente! Se las pusieron por mí: para
hacerme honor, cuando me dignara montarlo. Los rayos del sol caían directamente sobre él, y
el sol le parecía hermoso. -¡Pues no está tan mal el mundo! -dijo-. Sólo hay que sabérselo
tomar. El mundo volvía a ser hermoso, pues al caballo del Emperador le habían puesto
herraduras de oro porque el escarabajo debía montar en él. ¡Parecía mentira que tal honor
hubiese estado reservado para él!
Conteste las preguntas
El escarabajo
1.- ¿ Por qué le pusieron herraduras de oro al caballo ?
a) Por ser un animal muy hermoso.
b) Por haber salvado la vida del emperador.
c) Por ser el caballo que mejor saltaba.
2.- ¿ Qué quería el escarabajo ?
a) Buen pienso y buena agua.
b) Ser servido y atendido como el caballo.
c) Tener unas herraduras de oro.
3.- ¿ Por qué se marchó el escarabajo ?
a) Porque el herrero no le puso las herraduras.
b) Porque quería conocer mundo.
c) Porque no quería vivir en la cuadra.
4.- ¿ Por qué no le gustó el jardín al escarabajo ?
a) Porque olía a rosas y a espliego.
b) Porque estaba lleno de mariquitas.
c) Porque no tenía estercolero.
5.- ¿ Qué era lo mejor para la oruga ?
a) Que un día se convertiría en mariposa.
b) Que hiciese calor todos los días.
c) Que dormiría a la sombra del alhelí.
6.- El escarabajo creía que...
a) La oruga volaría mejor que él.
b) El caballo podría volar con las herraduras de oro.
c) Él volaba tan bien como las mariposas.
7.- Al final el escarabajo piensa que las herraduras de oro del caballo eran para que...
a) Corriese y saltase mejor.
b) El escarabajo fuese su jinete.
c) El Emperador estuviese orgulloso.
8.- Al escarabajo el mundo le parecía hermoso porque...
a) Los rayos de sol caían directamente sobre él.
b) Las herraduras de oro del caballo eran en su honor.
c) El caballo lo quería mucho.
9.- ¿ Qué personajes dialogan en esta historia ?
a) El caballo, el herrero, el escarabajo y la oruga.
b) El escarabajo, el herrero, la mariquita y la oruga.
c) El escarabajo, el herrero, el caballo y la mariquita.
10.- ¿ Qué adjetivos definen mejor el comportamiento del escarabajo ?
Lectura 3
El lagarto verde
Un poco apartado, cerca de un rancho pobre, muy negro y ya de paja incolora,
una menor con la pollerita levantada y las rodillas al aire, parecía recoger huevos
bajo las totoras. Seguíala un mastín con paso tardo y paciente. Cuando ella se
detenía mucho en sus afanes, el perro se echaba. Luego, proseguían una y otro
su marcha de rodeos.
Algo debía haber encontrado, aunque fuesen huevecitos de ratonas, porque de
vez en cuando se detenía como a contar lo que llevaba en el ahuchado del vestido.
El perro, por esta vez, se le había alejado un poco y olfateaba.
De pronto delante de la niña, de una mata espesa, salió corriendo un lagarto gris
verdoso. Cerca había una sombra de toro y a él se dirigió el reptil con su apéndice
en alto. Allí estaba la cueva. La menor dejó caer toda su carga, y se lanzó tras él
con pasmosa rapidez, pero no tanto que no llegara al mismo tiempo que el
mastín, bulto enorme a su lado. El lagarto, en un tropiezo sin duda perdió ventaja,
pues aunque ya con todo el cuerpo en el escondrijo, fue asido de la cola por la
pequeña. El perro coadyuvó sin pérdida de segundo, y mordió en el tronco. La
criolla se quedó con el apéndice en las manos, que se retorcía como una culebra.
Fuese riendo, con las greñas en las mejillas. El mastín la siguió breves pasos; se
detuvo; volvió sobre ellos, como avergonzado; olió largo rato al pie del árbol;
introdujo parte del hocico en la covacha, movió de uno a otro lado la cola; y al fin
se acostó frente a ella, con la cabeza entre los remos y los ojos fijos en el mísero
hogar de la presa mutilada y perdida.
Conteste las preguntas
El lagarto verde
1.- ¿Dónde vivía la niña?
a) En una bonita casa. b) En una casa vieja. c) En una ciudad.
2.- ¿Que estaba haciendo ese día?
a) Recogía frutos de totoras. b) Jugaba con su perro. c) Buscaba huevos de aves.
3.- ¿Para qué detenía su marcha?
a) Para contar los huevos. b) Para aguardar por el perro. c) Para descansar.
4.- ¿Dónde estaba el lagarto?
a) Debajo de las totoras. b) En una cueva. c) En una mata espesa.
5.- La niña cuando vio el lagarto...
a) Se asustó. b) Lo persiguió. c) Se alejó corriendo.
6.- ¿Dónde se escondió el lagarto?
a) En una cueva. b) En una mata espesa. c) Debajo de la sombra del toro.
7.- ¿Qué sucedió en la persecución?
a) Atraparon al lagarto. b) El lagarto logró escapar. c) El mastín comió el lagarto.
8.- ¿Qué tenía la niña en sus manos?
a) El lagarto. b) Una culebra. c) La cola del lagarto.
9.- Al final de la historia, la niña se sentía...
a) Avergonzada. b) Triste. c) Contenta.
10.- ¿Quién salió perjudicado en este relato?
a) El perro. b) El lagarto. c) La niña.
REDACTE UN PÁRRAFO DE 170 A 190 PALABRAS DESCRIBIENDO SOBRE COMO HA VIVIDO LA
SITUACIÓN DE ENCIERRO EN LA PANTEMIA CUENTE LAS PALABRAS Y COLOQUE UN TÍTULO