Capítulo V
Etapas Evolutivas en Relación a la Lengua Escrita.
Por lo señalado en capítulos anteriores, ya es sabido que las investigadoras Emilia
Ferreiro y Ana Teberosky desde sus primeras investigaciones y publicaciones, nos
indican que los niños/as transitan por etapas evolutivas durante el desarrollo de la
lengua escrita, las cuales se dividen en cuatro grandes niveles o etapas, estas
son: presilábico, silábico, silábico-alfabético y alfabético.
Por ese motivo en el área del desarrollo de la lengua escrita, se siguieron
realizaron otras investigaciones en cabezadas por su precursora Ferreiro, E.
Gómez Palacio, M. y colaboradores (1982), quienes ejecutaron un estudio en zona
de alto porcentaje de fracaso escolar a estudiantes de primer año básico, con el
objetivo de analizar y comprender el proceso evolutivo y constructivo del
aprendizaje del desarrollo de la lengua escrita. Con esta investigación se
reafirman las cuatro etapas evolutivas, pero también, se establecieron categorías y
subcategorías en cada etapa del desarrollo de la lengua escrita.
Además, los adultos debemos ser conscientes que el niño y la niña nunca
comienza a escribir de cero siempre detrás de sus escrituras nos encontraremos
con hipótesis que respaldan lo escrito, las cuales no son enseñables, ya que
depende de la construcción que realice el niño/a; pero sí se debe aclarar que las
etapas son progresivas desde un menor conocimiento a uno con mayor
complejidad que requiere de más conocimiento. Q e e aa ee
es óbice para que tenga ideas bien precisas acerca de las características que
debe poseer un texto escrito para permitir un ac de ec a (Ferreiro, E. y
Teberosky, A. 1979; 48).
A continuación se señalaran las cuatro grandes etapas con sus respectivas
categorías y subcategorías, estas son vistas como hipótesis que mantienen los
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niños/as al momento de llevar a cabo el proceso de adquisición de la lengua
escrita.
I. ETAPA PRE - SILÁBICA.
En esta etapa no existe correspondencia entre las grafías y los sonidos, las
construcciones gráficas de significantes realizadas por los niños/as son
consideradas sin significados previos, sin embargo, reconocen y diferencian los
grafemas/escritura de otros tipos de escritura. Esta etapa se divide en las
categorías A, B, y C.
A. Grafismos primitivos, escrituras unigráficas o sin control de cantidad:
Durante la comprensión del desarrollo de la lengua escrita el niño/a realiza un gran
recorrido, en el cual deberá registrar e integrar a sus escrituras elementos de su
entorno. Ejecutar grafismos convencionales es importante en el desarrollo de la
escritura, aunque no se entienda el significado de las producciones infantiles.
También es importante el control de cantidad de una escritura, ya que debe
mantener límites de grafías para poder escribir algo, sin embargo, en ocasiones
los niños/as durante este proceso se guían por las condiciones físicas, como es la
extensión de una hoja; cabe señalar que no basta con incorporar ilimitadas grafías
para que estas representen algo escrito.
En consecuencia, en la categoría A encontramos las escrituras no
convencionales (letras y números), aquellas que se componen de un solo
elemento (convencionales o no) y las grafías que presentan límites solo por las
condiciones físicas para controlar los elementos. Estas parecen ser opuestas, pero
de una u otra manera están relacionadas entre sí, considerando que, las escrituras
sin control de cantidad son próximas a las escrituras unigráficas.
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A. 1. Grafismos primitivos:
Los niños y niñas que aún no desarrollan las escrituras convencionales, utilizan
algunos procedimientos para identificar y distinguir las grafías realizadas. En esta
etapa se evidencia que en las escrituras prevalecen las pseudo letras, lo que
socialmente se conoce como garabatos. Por la diversificación de significado que
se le puede otorgar al propósito de estas escrituras, es que se concentraron en un
solo grupo, lo cual no deja de reconocer que el desarrollo de los menores en
relación a la lengua escrita se encuentra en procesos diferentes.
Ejemplo:
Gabriel Campos (5 años, 6 meses).
En el ejemplo podemos ver que el niño realiza las escrituras utilizando letras
convencionales y no convencionales, algunas ocupan hasta tres espacios para su
ejecución, por lo cual es dificultosa la diferenciación del significado o
intencionalidad del menor.
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A. 2. Escrituras unigráficas:
En esta subcategoría los niños/as utilizan una grafía para representar las palabras,
lo cual se denomina como cantidad constante. Sin embargo, se puede diferenciar
y/o evidenciar en el uso de una igual grafía, lo que se conoce como repertorio fijo
o una diferente, la cual nombramos como repertorio variable.
Ejemplos:
Fernanda García (5 años, 2 meses).
En el ejemplo podemos observar que la menor utiliza una grafía para representar
una palabra o incluso una frase, se evidencia repertorio variable en sus escrituras,
ya que utiliza distintas grafías para cada enunciado.
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A.3. Escrituras sin control de cantidad:
Esta subcategoría se caracteriza y reconoce porque los niños/as realizan
infinidades de grafías hasta que finaliza la hoja en que escriben. Resulta
dificultoso interpretar las escrituras realizadas por los niños/as, ya que la cantidad
de grafías están impuestas por el extenso de las hojas. Esto puede ser realizado
bajo el supuesto que deben existir muchas grafías para representar algo; en
ocasión varía el inicio de las escrituras, pero continúa la lógica de la cantidad.
Todo es sin importar las diferentes grafías que se realicen, porque la finalidad en
esta etapa es utilizar la totalidad del espacio destinado para escribir llegando al
borde de la hoja.
Ejemplo:
Gabriela Rodríguez (5 años, 5 meses).
En la ilustración podemos evidenciar que la menor escribe infinidades de grafías
para representar una palabra o enunciado. Todo esto bajo el supuesto que al
completar el extenso de una hoja se logra representar algo.
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B. Escrituras fijas:
En esta categoría el niño/a maneja grafías convencionales, se evidencia a veces
mínimas excepciones en sus escrituras; se controla el número de grafías, dejando
de lado las etapas de unigrafías y las escrituras sin control de cantidad. Sin
embargo, se observan escrituras fijas, quiere decir, se utiliza las mismas escrituras
para representar diferentes palabras, por lo cual no existe una diferencia entre las
grafías.
B. 1. Escrituras fijas:
En esta subcategoría los niños/as adquieren la escritura convencional, sin
embargo, para representar diferentes palabras usan las mismas grafías y en igual
orden, o sea, existe un repertorio fijo y una cantidad constante de escrituras. Por lo
anterior es crucial la representación e intención que entregue el autor de los
escritos para establecer los distintos significados.
Ejemplo:
Marcelo Ortiz (4 años, 11 meses).
En la ilustración se observa claramente que el menor utiliza las mismas grafías
tanto en cantidad como en aspectos cualitativos para representar diferentes
palabras y frases, sin embargo, es capaz de entregar significado a cada escritura
realizada.
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C. Escrituras diferenciadas:
Durante esta categoría se observa que los niños/as logran diferenciar las
escrituras convencionales, así como también manejar la cantidad de grafías, lo
cual permite intencionalidad que depende de las representaciones personales,
pero sigue siendo ajena e inexistente la correspondencia sonora.
C.1. Secuencia de repertorio fijo con cantidad variable:
Las escrituras presentan diferente cantidad de grafías, sin embargo, el orden en
que se encuentran no presenta variación, por lo tanto las primeras grafías son las
mismas en distintas palabras y posteriormente se agregan grafías dependiendo de
la amplitud de la escritura.
Ejemplo:
Alan LLaituqueo (4 años, 8 meses).
Al niño, se le solicitó primero que escribiera su nombre, luego se le dictaron las
siguientes palabras: gato, pegamento, mar y caballo y para finalizar que escribiera
una frase el gato come pan . En la ilustración podemos observar que Alan escribe
las mismas grafías en cada una de las palabras y en la frase que se le dicta,
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existiendo algunas diferencias entre la cantidad de grafías, pero por lo menos en
todas se evidencia el repertorio fijo en las dos primeras letras.
C. 2. Cantidad constante con repertorio fijo parcial:
Se realiza una diferenciación constante en las escrituras, esto quiere decir, que
dentro de las escrituras realizadas por los niños/as existe una o más grafías que
se repiten en el mismo lugar y orden en distintas escrituras, mientras que otras
permiten la diferenciación de las palabras. Las grafías pueden aparecer
inalterablemente al inicio, final o medio de las palabras.
Ejemplo:
Cristian López (6 años, 4 meses).
En la ilustración se observa que el niño realiza la misma cantidad de grafías para
cada una de las palabras dictadas, las cuales son las mismas que en la ilustración
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anterior (C.1). Por lo cual realiza 8 letras en cada escritura, sin embargo, se logra
una diferenciación, ya que no existe un repertorio fijo en toda la escritura sino que
solo al final de las escrituras Cristian utiliza el mismo grafema para todas. Mientras
que las demás grafías son variables.
C. 3. Cantidad variable con repertorio fijo parcial:
Esta subcategoría es similar a la anterior, ya que existe una o más grafías iguales
y presenta otras que diferencian las escrituras, sin embargo, la diferencia está en
que la cantidad de grafía no es constante, esto permite mayor diferenciación entre
las escrituras.
Ejemplo:
Máximo Quintero (5 años, 9 meses).
En la ilustración se evidencia que el niño utiliza las mismas grafías (A, E, O) en
diferentes posiciones, con excepción de la /M/ que siempre la ubica inicialmente,
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porque es la letra con que comienza su nombre (Máximo). Además, se observa
una variación en la cantidad de grafías de la tercera palabra (mar). En
consecuencia, existe un repertorio fijo parcial en la utilización de los grafemas pero
en diferente orden y también levemente se evidencia diferencia en la cantidad de
letras utilizadas.
C. 4. Cantidad constante con repertorio variable:
En esta subcategoría la cantidad de grafía (cuantitativo) es constante en todas las
escrituras, sin embargo, en términos cualitativos se van modificando las letras, lo
cual se evidencia y utiliza de dos maneras: cambiando las letras en cada escritura
o variando el orden de las grafías en todas las escrituras, pero siempre
manteniendo la cantidad de estas.
Ejemplo:
Josías Farías (6 años, 8 meses).
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En la ilustración podemos observar que el niño realiza dos grafías para
representar las palabras y frases dictadas, por lo cual mantiene una cantidad
constante de letras, sin embargo, cada una de ellas es diferente, lo que permite
una diferenciación entre las escrituras.
C. 5. Cantidad variable y repertorio variable:
En esta subcategoría los niños y niñas realizan escrituras diferenciadas, ya que
presentan variación en la cantidad y repertorio en todas las escrituras, logrando
diferenciar una palabra de otra. Al existir una diferenciación controlada por parte
de el/la menor, se puede decir que se encuentra en el máximo nivel pre-silábico.
Ejemplo:
Vicente Astudillo (5 años, 2 meses)
En la ilustración se evidencia que el niño realiza una amplia diferenciación en sus
escrituras, ya que varía tanto en la cantidad de grafías empleadas como en el
repertorio de las letras. Por esa razón no utiliza las mismas grafías en todas sus
escrituras.
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D. Escrituras diferenciadas con valor sonoro inicial:
En esta categoría se evidencia la diferenciación entre las escrituras,
principalmente la primera letra en cada palabra tiene relación con el valor sonoro,
mientras que las demás grafías son variables, por lo cual no presentan
correspondencia sonora. En esta etapa los niños y niñas trabajan con
correspondencia sonora y con la ausencia de ella.
D.1. Cantidad y repertorio variable y presencia de valor sonoro inicial:
En esta subcategoría se evidencia que los menores se encuentran en un nivel pre-
silábico, ya que la construcción de la palabra en su totalidad no presenta
correspondencia sonora, sin embargo, también se observa el nivel silábico, porque
el repertorio de las palabras es variable y la primera letra tiene correspondencia
sonora con una de las grafías de la primera sílaba.
Ejemplo:
Valentina Ovalle (4 años, 8 meses).
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En la ilustración se observa valor sonoro convencional, en la primera sílaba de la
palabra, sin embargo, no ocurre lo mismo con las demás grafías, lo cual no es
fundamental en este nivel, ya que lo importante es lo que se evidencia en esta
escritura, las demás letras están presentes para la niña, bajo el alero que con una
sola grafía no se puede representar algo.
II. ETAPA SILÁBICO.
Los niños/as luego de haber transitado por el nivel pre-silábico logran un
desarrollo importante en la adquisición de la lengua escrita, ya que comprenden
que las diferencias de las sonoridades del léxico se relacionan con las diferencias
de las representaciones /significaciones escritas. Sin embargo, aún falta que el/la
menor descubra el corte que se realiza entre la oralidad y la escritura, entendiendo
que en el nivel silábico se logra una correspondencia en la grafía y la silaba. Lo
que se observa habitualmente es la designación de una letra a cada silaba de la
palabra, sin negar la posibilidad de que exista una cantidad mínima de grafías.
En este nivel podemos observar que los niños/as transitan por tres categorías, las
cuales serán designadas como E, F y G.
E. Escrituras silábicas iniciales:
En esta categoría comienzan las primeras aproximaciones a la escritura con
sonoridad, es decir, se le determina a una letra un sonido silábico. Al ser el primer
acercamiento e intento, puede ser una escritura no convencional, además de
convivir con otros tipos de escrituras que no están presentes en esta categoría,
como es la utilización de grafías mínimas.
E. 1. Escritura silábica iniciales sin predominio de valor sonoro
convencional:
En esta subcategoría conviven dos tipos de escrituras, por un lado las escrituras
sin correspondencia sonora y por otro las escrituras silábicas, cabe mencionar que
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puede existir una ausencia casi total o completa del valor sonoro convencional. Se
puede decir que se manifiestan diferentes hipótesis en esta categoría, esto de
acuerdo con la presencia de los dos tipos de escrituras que están presentes.
Ejemplo:
Alejandro Medina (5 años, 5 meses)
En la ilustración se evidencia que el niño realiza para la palabra mariposa 4 letras,
o sea, una letra para cada sílaba sin valor sonoro convencional, pero no repite
ninguna letra en su escritura. La palabra gato debería ser escrita solo con dos
grafías si se validara solo la correspondencia sonora (entre sílaba letra), sin
embargo, él escribe con 4 letras y ajusta su lectura, de tal forma que la primera
letra para la primera sílaba y el resto de lo producido se lo otorga a la otra sílaba.
La palabra pegamento la lee de tal manera que utiliza las dos primeras grafías
para la primera sílaba, luego las otras dos para la segunda silaba de la palabra y
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lo demás para las sílabas que quedan (mento). En la monosílaba (mar) no existe
correspondencia sonora. Mientras que en la frase se evidencia el intento por
correspondencia sonora entre sílaba y letra, sin que sea necesario el valor sonoro
convencional en la producción.
E. 2. Escrituras silábicas iniciales con valor sonoro convencional en las
escrituras sin correspondencia sonora:
Esta subcategoría es similar a la anterior, se diferencia en que las escrituras que
mantiene un valor sonoro convencional no manifiestan correspondencia sonora, y
viceversa, es decir, las escrituras que tienen correspondencia sonora no presentan
valor sonoro convencional.
Ejemplo:
Martina Colimil (5 años, 2 meses).
En la ilustración podemos observar que gato comienza con /a/, por lo cual en la
frase (el gato come pan) comienza con la misma letra dejando de lado el artículo
yuxtapuesto, pero en ambos casos no existe una correspondencia sonora, aunque
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haya un valor sonoro inicial. En la palabra mariposa la niña realiza una
correspondencia entregando una letra para cada silaba, sin embargo, le sobra una
letra que la deja en la última sílaba, (H R T MH). En cuanto a la monosílaba
Martina no realiza correspondencia sonora, bajo la hipótesis de cantidad mínima,
que para poder representar algo deben existir a lo menos 3 letras, además señala
que el mar es grande así que debe realizar muchas letras para escribirlo.
E. 3. Escrituras silábicas iniciales con valor sonoro convencional en las
escrituras con correspondencia sonora:
Esta subcategoría se diferencia en que el valor sonoro convencional podría estar
en las escrituras con correspondencia sonora o sin ella.
Ejemplo:
María José Inostroza (5 años, 6 meses).
En la ilustración podemos observar que la menor por lo general utiliza cuatro letras
en para representar una palabra, pero considera el valor sonoro convencional en
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sus escrituras, por ello utiliza /g/ para representar la sílaba ga y /t/ para to , es
común que agreguen letras, bajo la hipótesis que con dos grafías no representan
algo; así también la /a/ para representar la sílaba ma y la /i/ para ri . En cuanto a
la monosílaba, (mar) se observa que tiene cuatro letras, pero la tercera es
oportuna. En la oración encontramos la escritura gt para gato, la ie para come y
la a en la palabra pan. María José no repite ninguna grafía en una misma
escritura.
F. Escritura silábica con marcada exigencia de cantidad:
Se habla de una marcada exigencia de cantidad, porque se dejan de lado todas
las hipótesis creadas hasta el momento sobre la escritura, para enfatizar
solamente en que debe existir una cantidad mínima de dos grafías para
representar algo; por ese motivo se realiza un análisis silábico de la palabra que
en ocasiones resulta mucho más extensas las escrituras de lo que realmente son.
Estas complicaciones se evidencian con mayor frecuencia en escrituras
monosilábicas y bisilábicas.
F. 1. Escrituras silábicas estrictas con marcada exigencia de cantidad y sin
predominio de valor sonoro convencional:
Esta subcategoría se caracteriza por la existencia de una correspondencia entre la
cantidad de sílabas con las grafías que se representan. Sin embargo, aparecen
dificultades cuando se encuentran frente a monosílabas y bisílabas, ya que con la
hipótesis de cantidad mínima, no pueden escribir una o dos grafías para
representar estas palabras, por lo cual escriben más letras de las que
corresponden a la palabra, de esta manera, el grupo deja de lado la
preponderancia del valor sonoro convencional en las palabras.
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Ejemplo:
Magdalena Alvear (4 años, 9 meses).
En la ilustración se observa que existe correspondencia sonora en la escritura de
mariposa y pegamento se otorga una letra a cada sílaba de la palabra, mientras
que existe conflicto con la monosílaba (mar) y la bisílaba (lápiz), por lo cual
incorpora más letras que las correspondientes, basándose en la cantidad mínima
de tres grafías para representar algo. Es por ello por lo que en este nivel se da
relevancia a la marcada exigencia de cantidad. El valor sonoro convencional lo
podemos evidenciar en el nombre de la menor (Magdalena), mariposa y
pegamento.
F. 2. Escrituras silábicas estrictas con marcada exigencia de cantidad y
predominio de valor sonoro convencional:
Esta subcategoría se diferencia a la anterior en la utilización y preponderancia del
valor sonoro convencional al momento de representar sus escrituras, es decir, en
sus grafías.
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Ejemplo:
Vicente Osorio (6 años, 1 mes).
En la ilustración podemos observar que existe correspondencia sonora entre
sílaba y letra, lo cual da referencia a la marcada exigencia de cantidad; además se
evidencia conflicto en la monosílaba (mar) al igual que en la ilustración anterior.
Pero esta ilustración se diferencia en el aumento del valor sonoro convencional en
las escrituras.
G. Escrituras silábicas estrictas:
La escritura en esta categoría enfatiza en la existencia de una correspondencia
entre las grafías utilizadas en la escritura y las sílabas que incluye la palabra, es
decir, se asigna una grafía para cada silaba y en ocasiones realizan dos grafías
por sílaba, por lo anterior podemos señalar que predomina la hipótesis silábica en
la escritura de los niños/as.
Sin embargo, en las representaciones permanecen los conflictos de cantidad
mínima de grafías, pero a diferencia de la categoría anterior no es una hipótesis
predominante por lo cual se pueden observar una o dos grafías adicionales en las
escrituras. Podemos agregar que la hipótesis de cantidad mínima se sujeta de la
hipótesis silábica, como escritura predominante en esta categoría.
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G.1. Escrituras silábicas estrictas sin predominio de valor sonoro
convencional:
En esta subcategoría no existe valor sonoro convencional, sin embargo, se
evidencia una permanente correspondencia entre cantidad de letras y silabas
utilizadas. En relación con las palabras monosílabas, pueden suceder dos
situaciones: la exigencia de cantidad perturba o esta misma puede sujetarse a la
hipótesis silábica, por ende se le asigna una letra a la palabra monosílaba.
Ejemplo:
Florencia Santander (5 años).
En la ilustración se evidencia correspondencia en todas las escrituras, esta es
entre sílabas de la palabra y grafías realizadas por Florencia. Es necesaria la
representación de la menor para entregarle significado a las escrituras ya que casi
todas, a excepción de la frase (el gato come pan), no presentan valor sonoro
convencional, por ese motivo sería complicado comprender.
G. 2. Escrituras estrictas con predominio de valor sonoro convencional:
Al igual que la subcategoría anteriormente mencionada, en esta se le asigna una
grafía a cada sílaba de la palabra y existen conflictos en la exigencia de cantidad
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mínima en las palabras monosilábicas, pero existe una gran diferencia, aquí en las
representaciones de los menores prevalece el valor sonoro convencional.
Ejemplo:
Jesús Mateluna (6 años, 3 meses).
En la ilustración se observa en todas las escrituras correspondencia sonora entre
las grafías y las sílabas de la palabra, además de valor sonoro convencional con
excepción de la segunda letra en la palabra caballo . La solución dada para la
monosílaba es transformarla en bisílaba, por lo cual la lectura es: ma - ar.
Además, en la frase escrita por Jesús utiliza solo vocales para representar cada
silaba y no presenta problemas en repetirlas.
III. ETAPA SILÁBICO – ALFABÉTICO.
H. 1. Escrituras silábico - alfabéticas sin predominio de valores sonoros
convencionales.
En esta subcategoría se evidencia una clara correspondencia entre grafías y
sílabas, lo cual permite que haya una correspondencia sonora, esta puede ser
silábica o fonética, sin embargo, no existe valor sonoro convencional.
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Ejemplo:
Rocío Troncoso (6 años, 2 meses).
En la ilustración se puede evidenciar que Rocío realiza correspondencia sonora,
generalmente fonológica pero también silábica, sin necesidad de la existencia de
valor sonoro convencional en sus escrituras.
H. 2. Escrituras silábico-alfabéticas con predominancia del valor sonoro
convencional.
Es similar a la subcategoría anteriormente mencionada (H. 1), diferenciándose
solo en el predominio de grafías con valor sonoro convencional.
Ejemplo:
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Alejandra Fuenzalida (5 años, 11 meses).
En la ilustración la niña utiliza correspondencia sonara al igual que en la anterior,
pero en esta etapa reconoce más letras por lo cual también se hace presente el
valor sonoro convencional en sus escrituras, por lo cual se hace más comprensible
el significado de las palabras o frases.
IV. ETAPA ALFABÉTICO:
En este último nivel del desarrollo de la escritura, predomina la correspondencia
entre fonema y grafema, excluyendo la escritura silábica, a pesar de que igual se
manifiestan algunas dificultades durante esta construcción.
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I. 1. - Escrituras alfabéticas sin predominio de valor sonoro convencional:
En esta subcategoría podemos evidenciar que los niños/as realizan una letra para
representar cada fonema, sin embargo, sus escrituras no poseen valor sonoro
convencional, utilizando diversos grafemas, incluso grafismos primitivos.
Ejemplo:
Sofía Saavedra (5 años, 4 meses).
En la ilustración se observa que la menor realiza correspondencia sonora, a pesar
de utilizar grafismos primitivos en sus escrituras, esto se debe a que Sofía indica
para cada grafema un fonema a la palabra o frase, pero no existe valor sonoro
convencional.
I. 2. Escrituras alfabéticas con algunas fallas en la utilización del valor
sonoro convencional:
Al igual que la subcategoría anterior, aquí existe relación entre fonema y grafema
(una letra para cada sonido), pero se diferencia en las escrituras, observándose
valor sonoro convencional. Se debe señalar que los grafemas pueden no ser los
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correspondientes al fonema, esto se debe a que los niños/as aún se encuentra en
la construcción de la lengua escrita, por lo cual existe discordancia entre fonema y
grafema. A pesar de ello las representaciones realizadas son posibles de dilucidar.
Ejemplo:
Amaral contreras (6 años)
En la ilustración se evidencian la utilización de letras con valor sonoro
convencional, a pesar de errores continuos en escritura de la /b/ por la /g/, así
también sucede con /na/ para la silaba /men/, también se observa la ausencia de
algunos grafemas en sílabas complejas, tales como, /men/ en la palabra
pegamento, o la /n/ en la palabra pan.
I. 3. Escrituras alfabéticas con valor sonoro convencional:
Esta al ser la última subcategoría, es aquella que cumple todas las condiciones del
sistema de escritura actual, esto es posible porque los niños/as logran manejar los
grafemas con su valor sonoro convencional, a pesar de existir aun dificultades
ortográficas mínimas que se corrigen durante el desarrollo de la lengua escrita.
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Ejemplo:
Martina Silva (6 años, 6 meses).
En la ilustración podemos evidenciar una escritura convencional, en donde existe
correspondencia sonora y valor sonoro. La menor realiza escrituras adecuadas
tanto en ortografía como en la separación de las palabras, esto es poco habitual
en niños de su edad.
En síntesis, en este capítulo se pudo conocer, estudiar, analizar, observar el
proceso evolutivo y constructivo que van desarrollando los niños y niñas durante el
desarrollo de la lengua escrita.
Además, nos favorece para comprender y ser conscientes del proceso significativo
que van desarrollando los niños/as durante la alfabetización, hasta lograr la
adquisición de la lengua escrita.
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Cabe destacar que todo lo anterior es posible de evidenciar durante las etapas
evolutivas y sus respectivas categorías y subcategorías, identificándose la
relevancia que tienen las hipótesis en el proceso de construcción, específicamente
en la alfabetización inicial.
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