Caín y Luluwa: Exilio y Nuevos Comienzos
Caín y Luluwa: Exilio y Nuevos Comienzos
1. Cuando Luluwa oyó las palabras de Caín, ella lloró y se fue a llamar a su padre
y madre, y les contó cómo fue que Caín había matado a su hermano Abel.
2. Entonces ellos todos lamentaron y levantaron sus voces, y pegaban sus caras,
y tiraron polvo sobre sus cabezas, y rasgaban sus ropas, y salieron y vinieron al
lugar adonde Abel fue asesinado.
7. Él entonces bajó a la base de la montaña, lejos del jardín, cerca al lugar adonde
él había matado a su hermano.
9. Pero acerca de Adán) y Eva, ellos no se vinieron juntos luego del funeral de
Abel, por siete años. Pero luego de esto, Eva concibió; y cuando ella estaba
embarazada, Adán le dijo a ella; Ven, tomemos una ofrenda y ofrezcámosla a
Yahvé, y pidámosle a Él que nos dé un niño lindo, en quién nosotros pudiésemos
hallar conforte, y quien pudiésemos unir en matrimonio a la hermana de Abel.
10. Entonces ellos prepararon una ofrenda y la trajeron al altar, y la ofrecieron ante
Yahvé, y comenzaron a rogarle a Él que acepte su ofrenda, y que les dé una
buena descendencia.
11. Y Yahvé oyó a Adán y aceptó su ofrenda. Entonces ellos adoraron, Adán y
Eva, y su hija, y bajaron a la cueva de Tesoros y pusieron una lámpara en ella,
que quemara de noche y de día, ante el cuerpo de Abel.
12. Entonces Adán y Eva siguieron ayunando y orando hasta que vino el momento
de Eva que ella debiese dar luz, cuando ella dijo a Adán: Yo deseo ir a la cueva en
la roca, para parir en ella.
13. Y él dijo: Anda, y toma contigo tu hija que te atienda; pero yo me quedaré en
esta cueva de Tesoros ante el cuerpo de mi hijo Abel.
14. Entonces Eva hizo caso a Adán, y se fue, ella y su hija. Pero Adán se quedó
solo en la cueva de Tesoros.
Capítulo 2
2. Entonces Eva fue confortada cuando ella le vio, y se quedó ocho días en la
cueva, entonces ella envió su hija a Adán para decirle que viniera y vea al niño y
que le nombre a él. Pero la hija quedó en su lugar al lado del cuerpo de su
hermano, hasta que regresó Adán. Así hizo ella.
3. Pero cuando vino Adán y vio la apariencia linda del niño, su hermosura, su
figura perfecta, él se regocijó por él, y fue confortado por Abel. Entonces él nombró
al niño Set, lo cual significa: “El Poderoso ha oído mi oración, y me ha liberado de
mi aflicción”. Pero también significa “poder y fuerza”.
5. Pero Eva continuó en la cueva, hasta que se cumplieron cuarenta días, cuando
ella vino a Adán, y ella trajo consigo al niño y su hija.
8. Acerca de Adán, él no conoció otra vez a su mujer Eva, todos los días de su
vida, ni tampoco nació de ellos ninguno más, sino solo esos cinco, Caín, Luluwa,
Abel, Aklia, y Set solamente.
9. Y Set creció en estatura y en fuerza, y comenzó a ayunar y orar,
fervientemente.
Capítulo 3
Satanás aparece como una mujer hermosa tentándole Adán, diciéndole que él es
todavía un joven. “Pasa tu juventud en alegría y placer.” Las formas distintas que
toma Satanás.
1. Acerca de nuestro padre Adán, al final de siete años del día que él se había
separado de su mujer Eva), Satanás le envidió, cuando él le vio así separado de
ella; y peleó para hacerle vivir con ella otra vez.
4. Entonces Satanás, el que odia todo el bien, cuando él vio a Adán así solo,
ayunando y orando, le apareció a él en la forma de una mujer hermosa, quien vino
y se paró ante él en la noche del día cuarenta, y le dijo a él:
5. ¡Oh Adán!, desde el momento que ustedes han habitado en esta cueva,
nosotros hemos experimentado gran paz de ti, y tus oraciones nos ha llegado, y
hemos sido confortados acerca de ti.
6. Pero ahora, ¡Oh Adán!, que tú te has trepado sobre el techo de la cueva para
dormir, nosotros hemos tenido nuestras dudas acerca de ti, y gran tristeza nos ha
venido encima de nosotros por causa de tu separación de Eva. Entonces otra vez,
cuando tú estás sobre el techo de esta cueva, tu oración se derrama, pero tu
corazón vacila de lado a lado
.
7. Pero cuando tú estabas en la cueva tu oración era como fuego concentrado;
bajaba a nosotros, y tú encontraste descanso.
8. Entonces yo también me afligí por tus hijos que están separados de ti; y mi
tristeza es grande acerca del asesinato de tu hijo Abel, porque él fue justo, y por
un hombre justo todos se afligirán.
12. Entonces otra vez, tú eres todavía aún un joven, no acabes tu juventud en este
mundo en tristeza, sino pasa tus días de tu juventud en alegría y placer. Porque
tus días son pocos y tus pruebas son muchas. Sé fuerte, termina tus días en este
mundo en regocijo. Yo tomaré placer en ti, y tú te regocijarás conmigo en este
asunto, y sin temor.
14. Pero cuando vio Adán que ella le debiese vencer, él oró a Yahvé con un
corazón ferviente que le libere de ella.
15. Entonces Yahvé envió su Palabra a Adán, diciendo: !Oh Adán!, esa figura es
de la que te habló el Poder y Majestad; Él no está dispuesto favorablemente hacia
ti, sino que se muestra a sí mismo a ti en un momento en la forma de una mujer,
en otro momento en la semejanza de un enviado, en otras ocasiones en la
similitud de una serpiente, y en otra ocasión, en la similitud de un dios; Pero él
hace todo eso solamente para destruir tu alma.
Capítulo 4
3. Y Yahvé le dijo a Adán: Mira a este diablo, y a su vista horrenda, y sepas que él
es quién te hizo caer de la iluminación a la oscuridad, de la paz y descanso a
trabajo y miseria.
4. Y ¡mírale!, ¡Oh Adán!, a él, quien dijo de si mismo que él es Dios ¿Puede Yahvé
ser negro? ¿Tomaría Yahvé la forma de una mujer? ¿Existe alguno más fuerte
que Yahvé? ¿Y puede Él ser vencido?
7. Desde esa hora les dijo a Adán y Eva, y ellos disfrutaron descanso por el
mandamiento de Dios. Pero Yahvé no hizo algo semejante a ninguno de la semilla
de Adán, sino solo a Adán y Eva.
8. Entonces Adán adoró ante Yahvé, por haberle liberado, y por haberle detenido
sus pasiones. Y él vino abajó de encima de la cueva, y habitó con Eva como
anteriormente.
9. Esto terminó a los cuatro días de su separación de Eva.
Capítulo 5
1. Acerca de Set, cuando él tenía siete años, él reconocía el bien y el mal, y era
consistente ayunando y orando, y pasó todas sus noches rogándole a Yahvé por
misericordia y perdón.
2. Él también ayunó cuando traía su ofrenda cada día, más de lo que hizo su
padre, porque él era de una mirada linda, parecido a un enviado Yahvé. Él
también tenía un buen corazón, preservaba las cualidades mejores de sí mismo, y
por esta razón él traía su ofrenda cada día.
3. Y Yahvé estaba agradado con su ofrenda, pero Él estaba también agradado con
su pureza. Y él continuaba así haciendo la voluntad de Yahvé, y de su padre y
madre, hasta que él tenía siete años.
11. Porque en nuestro mundo nosotros no tenemos ningún Dios, sino que
nosotros todos somos dioses; Nosotros todos somos de la luz, celestiales,
poderosos, fuertes, y honorables.
Capítulo 6
1. Cuando Set oyó estas palabras él estaba asombrado, e inclinó su corazón a los
dichos traicioneros de Satanás, y le dijo a él, ¿Dijiste que hay otro mundo creado
además de este, y otras criaturas más hermosas que las criaturas que están en
este mundo?
2. Y Satanás dijo: Sí; mira, tú me has oído; pero yo aún les honraré a ellos y sus
caminos en tu audiencia.
3. Pero Set le dijo a él: Tus palabras me han asombrado, y tu descripción bonita
de todo eso.
4. Pero yo no puedo ir contigo hoy día, no hasta que yo me haya ido a mi padre
Adán y a mi madre Eva, y haya contado a ellos todo lo que tú me has dicho a mí.
Entonces si ellos me dan permiso de ir contigo, yo iría.
5. Otra vez Set dijo: Yo tengo miedo de hacer cualquier cosa sin el permiso de mi
padre y madre, por si yo pereciera como mi hermano Abel, y como mi padre Adán,
quien trasgredió el mandamiento de Yahvé. Pero, mira, tú conoces este lugar; ven,
y encuéntrame aquí mañana.
9. Y excepto que ellos saben que yo he venido a este lugar para traer a él mi
ofrenda, ellos no se separarían de mí por una sola hora; ni debería yo ir a
cualquier otro lugar, a menos que ellos me dejen. Pero ellos me tratan a mí lo más
amablemente, porque yo regreso devuelta a ellos rápidamente.
11. Pero Set, cuando él vio cómo él seguía hablando, y que él no le quería dejar,
corrió, y subió al altar, y extendió sus manos hacia Yahvé, y buscó liberación de él.
12. Entonces Yahvé envió su Palabra, y maldijo a Satanás, quien huyó de Él.
13. Pero acerca de Set, él había subido al altar, diciéndose así en su corazón: El
altar es el lugar de ofrenda, y Yahvé está ahí; un fuego sobrenatural lo consumirá,
así Satanás será incapaz de herirme, y no me quitará para allá.
14. Entonces Set bajó del altar y se fue a su padre y madre, quienes él encontró
en el camino, anhelando oír su voz, porque él había tardado un rato.
15. Él entonces comenzó a contarles lo que le había acontecido por Satanás, bajo
la forma de un enviado.
16. Pero cuando Adán oyó su historia, él besó su cara, y le advirtió en contra de
ese enviado, diciéndole que fue Satanás quien apareció así a él. Entonces Adán
tomó a Set, y ellos se fueron a la cueva de Tesoros, y se regocijaron ahí dentro.
17. Pero desde ese día en adelante Adán y Eva nunca se separaban de él, a
cualquier lugar que él fuese, ni por su ofrenda o por algún otro motivo.
18. Esta señal le sucedió a Set, cuando él tenía nueve años de edad.
Capítulo 7
Set se casa con Aklia. Adán vive para ver nietos y bisnietos.
1. Cuando nuestro padre Adán vio que Set era de un corazón maduro, él deseó
que él se case, por si apareciese el enemigo a él otra vez, y le venza.
2. Así que Adán dijo a su hijo Set: Yo deseo, ¡oh mi hijo!, que tú tomes a tu
hermana Aklia, la hermana de Abel, para que ella te tenga hijos, quienes
repletarán la tierra, según la promesa de Yahvé a nosotros.
3. No temas, ¡oh mi hijo! No hay desfavor en ello. Yo deseo que tú te cases, por
temor que el enemigo te venza.
6. Pero cuando él tenía veinte años, él procreó un hijo, a quién llamó Enós; y
entonces así procreó otros niños a él,
10. Entonces fueron los días de Adán novecientos treinta años, y los de
Mahalaleel cien (tenía 535 años cuando Adán). Pero Mahalaleel, cuando él había
crecido, amaba ayunar, orar, y laboraba duro, hasta que se acercaba el final de los
días de nuestro padre Adán.
Capítulo 8
1. Cuando nuestro padre Adán vio que su fin estaba cerca, él llamó a su hijo Set,
quien vino a él en la cueva de Tesoros, y él le dijo:
2. ¡Oh Set!, mi hijo, tráeme tus hijos y tus nietos, para que yo derrame mi
bendición sobre ellos antes de que muera.
3. Cuando Set oyó estas palabras de su padre Adán, se fue de él, derramó un
chorro de lágrimas sobre su cara, y juntó sus hijos y los hijos de sus hijos, y les
trajo a su padre Adán.
4. Pero cuando nuestro padre Adán les vio a ellos alrededor de él, él lloró al tener
que ser separado de ellos.
6. Entonces nuestro padre Adán les bendijo a todos ellos, y le dijo a Set, luego de
que él les había bendecido:
7. !Oh Set!, mi hijo, tú conoces este mundo, que está lleno de tristeza, y de
cansancio, y tú conoces todo lo que nos ha acontecido, por nuestras pruebas en
ello, yo por eso te ordeno en estas palabras: que guarden la inocencia, que sean
puros y justos, y confiados en Yahvé; Y que no se inclinen hacia los discursos de
Satanás, ni a las apariciones en cual él se mostrará a sí mismo a ustedes.
8. Pero guarda los mandamientos que yo te doy a ti este día; entonces dáselos de
igual modo a tu hijo Enós; y que Enós se los dé a su hijo Cainán; y Cainán a su
hijo Mahalaleel, para que este mandamiento se quede firme entre todos tus hijos.
9. ¡Oh Set! mi hijo, el momento que esté muerto, lleven mi cuerpo y embalsámalo
con mirra, aloe, y casia, y déjenme aquí en esta cueva de Tesoros en cual están
todos estos símbolos los cuales Yahvé nos dio del Jardín.
10. ¡Oh mi hijo! luego de esto vendrá un diluvio e inundará toda criatura, y
eximirán solamente ocho almas.
11. Pero permitan a esos a quienes eximieren de entre tus hijos en ese momento,
llevar mi cuerpo con ellos fuera de esta cueva; y cuando ellos lo hayan llevado con
ellos, que el mayor entre ellos ordene a sus hijos que acuesten mi cuerpo en un
barco hasta que la inundación haya sido apaciguada, y ellos salgan del barco.
12. Entonces ellos llevarán mi cuerpo y lo acostarán en el medio de la tierra, poco
luego que ellos hayan sido salvados de las aguas del diluvio.
14. Pero ahora, ¡oh Set! mi hijo, colócate a la cabeza de tu pueblo, atiéndelos y
vigila sobre ellos en el temor de Yahvé, y dirígelos en el buen camino. Ordénales
que ellos ayunen para Yahvé; y hazles entender que ellos no deben hacerle caso
a Satanás, por si él les destruyese a ellos.
15. Entonces, otra vez, separa tus hijos y los hijos de tus hijos de los hijos de
Caín; nunca les permitas a ellos jamás mezclarse con esos, ni se acerquen a ellos
ni en sus palabras o en sus obras.
16. Entonces Adán permitió su bendición descender sobre Set, y sobre sus hijos, y
sobre todos los hijos de sus hijos.
17. Él entonces se volvió a su hijo Set, y a Eva su mujer, y les dijo a ellos:
Preserva este oro, este incienso, y esta mirra, que Yahvé nos ha dado como un
símbolo; porque en los días que están viniendo, un diluvio inundará la creación
entera. Pero aquellos quienes entrarán dentro del arca llevarán con ellos el oro, el
incienso, y la mirra, juntos con mi cuerpo; y acostarán al oro, el incienso, y la
mirra, con mi cuerpo en el medio de la tierra.
19. Oro también, como un símbolo de su victoria ante Satanás, y todos nuestros
enemigos; incienso como símbolo de que Él se levantará de los muertos, y será
exaltado arriba de todas las cosas en los cielos y las cosas en la tierra, y la mirra
en símbolo de que Él beberá bilis amargo, y sentirá los dolores del Seol por
Satanás.
20. Y ahora, ¡oh Set! mi hijo, mira, yo te he revelado a ti secretos escondidos, los
cuales Dios me ha revelado a mí. Guarda mi mandamiento, para ti mismo, y para
tu pueblo.
Capítulo 9
La muerte de Adán.
2. Pero cuando sus hijos vieron que él estaba muerto, se tiraron ellos mismos
sobre él, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, llorando.
8. Pero Eva les dijo: Esperen hasta que nosotros hayamos primero pedido a
Yahvé que acepte nuestra ofrenda, y que guarde con Él el alma de Adán su
siervo, y que lo lleve al descanso.
Capítulo 10
2. Luego de esto, ellos ofrecieron sus dádivas por ellos mismos y por su padre.
7. Pero Adán fue el primero (de la línea de la Semilla) cuya vida murió en la tierra
de Edén, en la cueva de Tesoros; porque ninguno había muerto anterior a él,
excepto su hijo Abel, quien murió asesinado.
8. Entonces todos los hijos de Adán se levantaron, y lloraron por su padre, e
hicieron ofrendas por él, ciento cuarenta días.
Capítulo 11
Set se vuelve cabeza de los hijos de Yahvé, la tribu de gente más feliz y justa que
jamás vivió.
1. Luego de la muerte de Adán y de Eva, Set separó sus hijos, y los hijos de sus
hijos, de los hijos de Caín. Caín y su semilla bajaron y habitaron hacia el oeste,
debajo del lugar donde él había matado a su hermano Abel.
2. Pero Set y sus hijos, habitaban hacia el norte sobre la montaña de la cueva de
Tesoros, para estar cerca de su padre Adán.
3. Y Set el mayor, alto y bueno, con un alma fina, y de una mente fuerte, se
paraba a la cabeza de su pueblo, y les tendía a ellos en inocencia, penitencia, y
mansedumbre, y no permitió ni uno de ellos que baje a los hijos de Caín.
4. Pero debido a su propia pureza, ellos fueron llamados “Hijos de Yahvé” y ellos
estaban con Yahvé, en lugar de los ejércitos de enviados quienes cayeron, porque
ellos continuaban en honras a Yahvé y cantando canciones a Él, en su cueva, la
cueva de Tesoros.
6. Pero Set y sus hijos no les gustaba el trabajo terrenal, sino que se entregaban a
cosas celestiales, porque ellos no tenían otro pensamiento que honras, palabras
que honraban, y canciones hacia Yahvé.
7. Por eso oían ellos en todo momento las voces de enviados, exaltando y
honrando a Yahvé desde adentro del jardín, o cuando ellos fueron enviados por
Yahvé en una tarea, o cuando ellos subían al cielo.
8. Porque Set) y sus hijos, por motivo de su propia pureza, oían y veían esos
enviados. Entonces, otra vez, el jardín no estaba lejos arriba de ellos, sino solo
algunos quince cúbitos espirituales.
11. Entonces Set a menudo ayunaba cada cuarenta días, como también hacían
sus hijos mayores. Porque la familia de Set olía el olor de los árboles del jardín,
cuando el viento soplaba desde ahí.
12. Ellos estaban felices, inocentes, sin temor repentino; No había celosía, ni
acción mala, y ningún odio entre ellos. No había pasión de animal; De ninguna
boca entre ellos salía ni palabras profanas ni maldición, ni consejo malvado ni
fraude. Porque los hijos de Adán de esa época nunca juraban, pero bajo
circunstancias duras, cuando hombres deben jurar, ellos juraban por la sangre de
Abel el justo.
13. Pero ellos obligaban a sus hijos y sus mujeres cada día en la cueva que
ayunen y oren, y que adorasen al Dios más Alto. Ellos se bendecían a sí mismos
por el cuerpo de su padre Adán, y se ungían a sí mismos al lado de él.
Capítulo 12
2. Como mi final está cerca, yo deseo construir un techo sobre el altar sobre cual
se ofrecen las ofrendas.
4. Y el pensamiento de Set, en hacer esto, fue una bendición que debiese venir
sobre sus hijos en la montaña; y que él debiese presentar una ofrenda por ellos
antes de su muerte.
5. Entonces cuando fue completada la construcción del techo, él les mandó que
hagan ofrendas. Ellos trabajaron diligentemente en esto, y las trajeron a Set su
padre quien las tomó y las ofreció sobre el altar, y oró a Yahvé que aceptara sus
ofrendas, para tener misericordia sobre las almas de sus hijos, y que les guarde a
ellos de la mano de Satanás.
6. Y Yahvé aceptó su ofrenda, y envió su bendición sobre él y sobre sus hijos. Y
entonces Yahvé hizo una promesa a Set, diciendo: Al final de los grandes cuatro
días, sobre los cuales Yo he hecho una promesa a ti y a tu padre, Yo enviaré mi
Palabra y te salvaré a ti y a tu Semilla.
7. Entonces Set y sus hijos, los hijos de sus hijos, se reunieron, y bajaron desde el
altar, y fueron a la cueva de Tesoros adonde ellos oraron y se bendijeron con el
cuerpo de nuestro padre Adán, y se ungieron a sí mismos con ello.
8. Pero Set habitó en la cueva de Tesoros, unos pocos días, y entonces agonizó y
tuvo sufrimientos hacia la muerte.
9. Entonces Enós, su hijo primogénito, vino a él, con Cainán, su hijo, Mahalaleel,
el hijo de Cainán, y Jared, el hijo de Mahalaleel, y Enoc, el hijo de Jared, con sus
mujeres e hijos para recibir una bendición de Set.
10. Entonces Set oró por ellos, y les bendijo, y les conjuró a ellos por la sangre de
Abel el justo, diciendo: Yo les ruego a ustedes mis hijos, que no permitan ni uno
de ustedes bajar de esta montaña dedicada y pura.
11. No hagan ningún compañerismo con los hijos de Caín el asesino y el pecador,
quien mató a su hermano, porque ustedes saben, ¡oh mis hijos! que nosotros
huimos de él y de todo su pecado con todo nuestro poder porque él mató a su
hermano Abel.
12. Luego de haber dicho esto, Set bendijo a Enós, su hijo primogénito, y le
mandó que acostumbre servir en pureza ante el cuerpo de nuestro padre Adán,
todos los días de su vida, entonces, también, que vaya periódicamente al altar que
él, Set había construido. Y él le mandó que alimente su pueblo en justicia, en juicio
y pureza todos los días de su vida.
13. Entonces los miembros de Set fueron soltados; sus manos y pies perdieron
todo poder, su boca se volvió muda e incapaz de hablar, y él entregó el espíritu y
murió el día después de su año novecientos veinte; en el día veintisiete del mes
Âvíyv; Enoc entonces tenía veinte años.
1. En esos días vivía Lamec el ciego, quien era de los hijos de Caín. Él tenía un
hijo cuyo nombre era Tubal Caín, y ellos dos tenían mucho ganado.
3. Entonces Lamec le tuvo pena, y le dijo a él: Ciertamente, cuando él esté solo,
podría ser apoderado por los hombres de este lugar.
4. Así que se levantó Lamec, tomó un arco que él había guardado desde que era
un joven, antes de que él se volviera ciego, y tomó flechas grandes, y piedras
lisas, y una sonda que él tenía, y se fue al campo con el pastor joven, y se puso a
sí mismo detrás del ganado, mientras el pastor joven velaba el ganado. Así hizo
Lamec muchos días.
5. Mientras tanto Caín, siempre desde que Yahvé le había echado, y le había
maldecido a él con temblor y terror, no podía ni asentarse ni hallar reposo en
ningún lugar, sino que vagaba de lugar a lugar.
6. En sus vagancias él vino a las mujeres de Lamec, y les preguntó a ellas a cerca
de él. Ellas le dijeron: Él está en el campo con el ganado.
8. Entonces dijo él a Lamec: ¡Oh mi soberano! ¿es ese una bestia salvaje o un
ladrón?
10. Entonces Lamec arqueó su arco, le puso una flecha, y calzó una piedra en la
sonda, y cuando salió Caín del campo abierto, el pastor dijo a Lamec: Dispara,
mira, él está viniendo.
11. Lamec disparó hacia Caín con su flecha y le pegó en su costado. Y Lamec le
pegó con una piedra de su sonda, la cual cayó sobre su cara, y le quitó ambos de
sus ojos, entonces cayó Caín inmediatamente y se murió.
12. Entonces Lamec y el pastor joven se acercaron a él, y le encontraron acostado
en el suelo. Y el pastor joven le dijo: ¡Es Caín nuestro abuelo, a quien tú has
matado, ¡oh mi soberano!
Capítulo 14
1. Cuando tenía Enós novecientos años, todos los hijos de Set, y de Cainán, y su
primogénito, con sus mujeres y niños, se juntaron alrededor de él, pidiéndole una
bendición de él.
2. Él entonces oró por ellos y les bendijo, y les hizo jurar a ellos por la sangre de
Abel el justo, diciéndoles a ellos: No permitan a ninguno de sus hijos que baje de
esta Montaña Pura, y que ellos no hagan ningún compañerismo con los hijos de
Caín el asesino.
3. Entonces Enós llamó a su hijo Cainán y le dijo a él: Mira, ¡oh mi hijo! y pon tu
corazón sobre tu pueblo, y establéceles en justicia, y en inocencia, y párate
sirviendo ante el cuerpo de nuestro padre Adán, todos los días de tu vida.
Capítulo 15
Capítulo 16
La buena rama de la familia todavía les tiene miedo a los hijos de Caín.
3. Entonces todos sus hijos se juntaron a él, para verle, y para pedir por su
bendición sobre todos ellos, antes de que se fuese de este mundo.
5. Él entonces besó su cara, y le dijo: ¡Oh Jared!, mi hijo, te hago jurar por Él quien
hizo los cielos y la tierra, que vigiles a tu pueblo, y que les alimentes en justicia y
en inocencia, y que no permitas que ninguno de ellos baje de esta Montaña Pura a
los hijos de Caín, por si él perezca con ellos.
6. Oye, ¡oh mi hijo! luego de esto vendrá una gran destrucción sobre esta tierra
por causa de ellos; Yahvé estará enojado con el mundo, y les destruirá a ellos con
aguas.
7. Pero yo también sé que tus hijos no te harán caso a ti, y que ellos bajarán de
esta montaña y tendrán relaciones con los hijos de Caín, y que perecerán con
ellos.
11. Pero cuando vio Jared que su padre Mahalaleel estaba muerto, él lloró, y
estuvo triste, y abrazó y besó sus manos y sus pies, y así hicieron todos sus hijos.
Capítulo 17
2. Por eso él les dio órdenes repetidamente; y continuaba haciendo así hasta el
final del año número cuatrocientos ochenta y cinco de su vida.
7. Él dijo también en su corazón: Como los hijos de Caín no pueden subir hasta la
altura de esta montaña, y ninguno de ellos es tan buen mozo como estos
aparentan ser, y entre estos hombres no hay ninguno de mi familia, ellos deben de
ser extranjeros.
10. Éste es mi hijo Set, a quien yo pedí a Dios, quien me lo dio a mí, para
confortarme en lugar de Abel.
11. Éste es mi hijo Enós, hijo de Set, y ese otro es Cainán, hijo de Enós, y ese otro
es Mahalaleel, hijo de Cainán, tu padre.
14. Pero luego de que yo transgredí, Él me hizo salir, y se me permitió que habite
en esta cueva, problemas grandes y graves me vinieron encima, y cuando se
acercaba mi muerte, yo mandé a mi hijo Set que tiene a su pueblo bien, y este mi
mandamiento debía ser pasado de uno al próximo, hasta el final de las
generaciones que vengan.
15. Pero, ¡oh Jared!, mi hijo, nosotros vivimos en regiones hermosas, mientras
ustedes viven aquí en miseria, como este tu padre Mahalaleel me informó,
contándome que un gran diluvio vendrá y inundará la tierra entera.
16. Por eso, ¡oh mi hijo! temiendo por ustedes, yo me levanté y tomé mis hijos
conmigo, y vine hasta aquí para que nosotros te visitemos a ti y a tus hijos, pero
yo te encontré a ti parado en esta cueva llorando, y tus hijos esparcidos alrededor
de esta montaña, en el calor y en miseria.
17. Pero, ¡oh mi hijo! como nosotros fallamos nuestro camino, y vinimos hasta
aquí, encontramos otros hombres debajo de esta montaña, que habitan un país
hermoso, lleno de árboles y de frutas, y de toda clase de flora; es como un jardín,
así que cuando nosotros les encontramos pensábamos que ellos eran ustedes,
hasta que tu padre Mahalaleel me contó que ellos no eran tal cosa.
18. Ahora, por eso, ¡oh mi hijo! escucha mi consejo, y baja a ellos, tú y tus hijos.
Ustedes descansarán de todo este sufrimiento en el cual están. Pero si ustedes no
quieren bajar a ellos, entonces levántate, toma tus hijos, y ven con nosotros a
nuestro jardín, ustedes vivirán en nuestra tierra hermosa, y descansarán de todos
estos problemas, los cuales tú y tus hijos están ahora aguantando.
19. Pero Jared cuando oyó este dicho del mayor, se maravilló; y se fue aquí y allá,
pero en ese momento no encontró ninguno de sus hijos.
20. Entonces él contestó y dijo al mayor: ¿Porqué se han ustedes escondido hasta
hoy día?
23. Así que ese mayor le dijo a Jared: ¿Por qué te volviste alrededor así y así? Y
él dijo: Yo estaba buscando a uno de mis hijos, para contarle acerca de que yo me
iba contigo, y acerca de bajar a aquellos de cuales tú me has hablado a mí.
24. Cuando el mayor oyó la intención de Jared, él le dijo: Deja en paz ese
propósito al presente, y ven con nosotros, tú verás nuestro país; si la tierra en cual
nosotros habitamos te agrada, nosotros y tú regresaremos aquí y tomaremos tu
familia con nosotros. Pero si nuestro país no te agrada, tú regresarás a tu propio
lugar.
25. Y el mayor urgió a Jared, que viniera antes de que alguno de sus hijos viniera
a aconsejarle en contra.
26. Jared, entonces, salió de la cueva y se fue con ellos y entre ellos. Y le
confortaron, hasta que llegaron al tope de la montaña de los hijos de Caín.
27. Entonces dijo el mayor a uno de sus compañeros: Nos hemos olvidado de algo
al lado de la boca de la cueva, y eso es la ropa escogida que habíamos traído
para vestirle a Jared con ella.
30. Pero cuando estaba a una distancia corta, el mayor le llamó y le dijo a él:
Espera, hasta que yo venga y te hable.
31. Entonces él se quedó quieto, y el mayor se fue a él y le dijo: Una cosa que
olvidamos en la cueva es de apagar la lámpara que quema adentro, arriba de los
cuerpos que están dentro. Entonces regresa a nosotros, rápido.
32. Ese se fue, y el mayor regresó a sus compañeros y a Jared. Y ellos bajaron de
la montaña, y Jared con ellos; y se quedaron al lado de una fuente de agua, cerca
de las casas de los hijos de Caín y esperaron por su compañero hasta que él
trajese la ropa para Jared.
33. Él, entonces, quien regresó a la cueva, apagó la lámpara, y vino a ellos y trajo
un fantasma con él y les mostró a ellos. Y cuando Jared lo vio se maravilló por la
hermosura y favor tal, y se regocijó en su corazón creyendo que todo era cierto.
34. Pero mientras ellos estaban quedándose ahí, tres de ellos entraron en casas
de los hijos de Caín y les dijeron a ellos: Tráiganos hoy comida a la fuente de
agua, para que comamos nosotros y nuestros compañeros.
35. Pero cuando los hijos de Caín les vieron, ellos se maravillaron de y pensaron:
Estos son hermosos de apariencia, y tales como nosotros nunca hemos visto. Así
que se levantaron y vinieron con ellos a la fuente de agua, para ver sus
compañeros.
36. Ellos los encontraron, tan buen mozos, que llamaron fuerte alrededor de sus
lugares para que otros vinieran y se juntaran y que miraran a estos seres
hermosos. Entonces se juntaron alrededor de ellos, ambos hombres y mujeres.
37. Entonces el mayor les dijo: Nosotros somos extranjeros en su tierra, tráiganos
buena comida y bebida, ustedes y sus mujeres, para refrescarnos con ustedes.
38. Cuando esos hombres oyeron estas palabras del mayor, cada uno de los hijos
de Caín trajo su mujer, y otro trajo su hija, y así, muchas mujeres vinieron a ellos,
cada uno llamándole a Jared o para él mismo o para su mujer; todos iguales.
39. Pero cuando Jared vio lo que ellos hacían, su mero ser se alejó a sí mismo de
ellos, ni quiso probar de su comida o de su bebida.
41. Entonces él esparció sus manos y tomó una de las mujeres, y cinco de sus
compañeros hicieron lo mismo ante Jared, para que él hiciese como hacían ellos.
42. Pero cuando Jared les vio trabajando infamia él lloró, y dijo en su mente: Mis
padres nunca hacían algo parecido.
43. Él entonces esparció sus manos y oró con un corazón ferviente, y con mucho
llorar, y rogó a Yahvé que le libertara de las manos de ellos.
44. Tan pronto comenzó Jared a orar, el mayor huyó con sus compañeros, porque
ellos no podían quedarse en un lugar de oración.
45. Entonces Jared se volvió alrededor pero no podía verles, sino que se encontró
a sí mismo parado en el medio de los hijos de Caín.
46. Él entonces lloró y dijo: ¡Oh Yahvé!, no me destruyas con esta raza, acerca de
los cuales mis padres me han advertido; porque ahora, ¡oh mi Soberano Yahvé! yo
estaba pensando que aquellos quienes me aparecieron eran mis padres, pero yo
he encontrado que ellos eran adversarios, quienes me atrajeron mediante esta
apariencia hermosa, hasta que yo les creí.
47. Pero ahora yo te pido, ¡oh Yahvé!, que me liberes de esta raza, entre la cual
yo estoy ahora quedándome, como tú me liberaste de esos adversarios. Manda a
tu Enviado que me saque de entremedio de ellos, porque yo mismo no tengo la
capacidad de escaparme de entre ellos.
Capítulo 18
1. Los hijos de Jared tenían el hábito de visitarle hora tras hora, para recibir su
bendición y para pedirle su consejo para cada cosa que ellos hacían; y cuando él
tenía un trabajo que hacer, ellos lo hacían para él.
2. Pero esta vez cuando entraron a la cueva ellos no encontraron a Jared, sino
que encontraron la lámpara apagada, y los cuerpos de los padres tirados
alrededor, y voces venían de ellos por el poder de Yahvé, que decían: Satanás en
una aparición ha engañado a nuestro hijo, deseando destruirle, como él destruyó a
nuestro hijo Caín.
3. Ellos decían también, Yahvé Dios de los cielos y la tierra, libera a nuestro hijo
de la mano de Satanás, quien trabajó una grande y falsa aparición ante él. Ellos
también hablaban de otros asuntos, por el poder de Yahvé.
4. Pero cuando los hijos de Jared oyeron estas voces ellos temieron, y se paraban
llorando por su padre, porque ellos desconocían qué le había pasado.
5. Y ellos lloraron por él ese día hasta la posada del sol.
6. Entonces vino Jared con una cara penosa, miserable en mente y cuerpo, y
entristecido de haber sido separado de los cuerpos de sus padres.
9. Entonces Jared cayó sobre los cuerpos y los abrazó, y dijo: ¡Oh mis padres! a
través de su intercesión, Yahvé me permitió ser liberado de la mano de Satanás. Y
yo les ruego que pidan a Yahvé que me guarde y me esconda de él hasta el día
de mi muerte.
10. Entonces todas las voces cesaron excepto la voz de nuestro padre Adán,
quien habló a Jared por el poder de Yahvé, igual como uno hablaría a su prójimo,
diciendo: ¡Oh Jared! mi hijo, ofrece dádivas a Yahvé por haberte liberado de la
mano de Satanás; y cuando tú traigas esas ofrendas, ofrécelas sobre el altar el
cual yo solía ofrecer. Entonces también, cuídate de Satanás, porque él me engañó
muchas veces con sus apariciones, deseando destruirme, pero Yahvé me liberó
fuera de su mano.
11. Manda a tu pueblo que ellos estén vigilándose contra él, y que nunca cesen de
ofrecer dádivas a Yahvé.
12. Entonces la voz de Adán también se volvió silenciosa; y Jared y sus hijos se
maravillaban de esto. Entonces ellos recostaron los cuerpos como ellos estaban al
principio, y Jared y sus hijos se pararon orando esa noche entera, hasta el
amanecer.
13. Entonces Jared hizo una ofrenda y la ofreció sobre el altar, como Adán le
había mandado a él. Y mientras él subía al altar, él oró a Yahvé por misericordia y
por perdón de su pecado, acerca de la lámpara apagándose.
14. Entonces Yahvé apareció a Jared sobre el altar y les bendijo a él y a sus hijos,
y aceptó sus ofrendas, y mandó a Jared que tome del fuego puro del altar, y que
prenda con él la lámpara que echaba luz sobre el cuerpo de Adán.
Capítulo 19
1. Entonces Yahvé le reveló a él otra vez la promesa que Él había hecho a Adán;
Él le explicó los 4,000 años, y le reveló el secreto de su venida sobre la tierra.
2. Y Yahvé le dijo a Jared: Acerca de ese fuego que tú has tomado del altar para
prender la lámpara con él, permite que se quede contigo para dar luz a los
cuerpos; y no lo dejes salir de la cueva, hasta que el cuerpo de Adán salga de ella.
3. Pero, ¡oh Jared! cuida el fuego, que queme brillante en la lámpara; ni salgas tú
otra vez de la cueva hasta que recibas una orden a través de una visión, y no en
una aparición, cuando sea visto por ti.
4. Entonces manda otra vez a tu pueblo que no tenga relaciones con los hijos de
Caín, y que no aprendan sus caminos, porque Yo soy Yahvé quien no ama el odio
y obras de iniquidad.
6. Entonces Jared se acercó con sus hijos, tomó fuego, y bajó a la cueva, y
prendió la lámpara ante el cuerpo de Adán; y él dio a su pueblo mandamientos
como Yahvé le había dicho que haga.
8. Y Jared continuó instruyendo a sus hijos ochenta años; pero luego de eso ellos
comenzaron a transgredir los mandamientos que él les había dado, y a hacer
muchas cosas sin su consejo.
Ellos comenzaron a bajar de la Montaña Pura uno tras otro, y a mezclarse con los
hijos de Caín, en compañerismos sucios.
9. Ahora la razón por la cual los hijos de Jared bajaron la Montaña Pura es este, la
cual nosotros te revelaremos ahora a ti.
Capítulo 20
Música encantadora, bebidas fuertes entre los hijos de Caín. Ellos se ponen ropas
coloradas. Los hijos de Set miran con ojos deseosos. Ellos se rebelan de consejo
sabio y descienden la montaña al valle de iniquidad. No pueden ascender la
montaña otra vez.
1. Luego que Caín había bajado a la tierra oscura, y sus hijos se habían
multiplicado ahí dentro, había uno de ellos, cuyo nombre era Genun, hijo de
Lamec el ciego quien mató a Caín.
3. Y cuando él los tocaba, Satanás entraba a ellos, para que entre ellos se oyeran
sonidos hermosos y dulces, que seducían al corazón.
4. Entonces él juntaba grupos en bandas para tocarlos a ellos, y cuando ellos
tocaban, les agradaba bien a los hijos de Caín, quienes se inflamaban ellos
mismos con pecado entre ellos, y ardían como con fuego, mientras Satanás
inflamaba sus corazones, uno con otro, y aumentaba la lujuria entre ellos.
5. Satanás también enseñó a Genun cómo extraer bebida fuerte del grano, y esto
usó Genun para reunir grupos y bandas en casas de bebida; y trajo al alcance de
ellos toda clase de frutas y flores, y ellos bebían juntos.
7. Entonces Satanás, cuando él veía que ellos cedían a Genun y le hacían caso
en cada cosa que él les decía, se regocijó grandemente, y aumentó el
entendimiento de Genun hasta que él tomó hierro e hizo con él armas de guerra.
9. Y cuando los hombres veían que ellos eran vencidos, y vieron otros que no
fueron vencidos, los que fueron vencidos venían a Genun, tomaban refugio con él,
y él les hacía a ellos sus confederados.
10. Entonces el pecado aumentó entre ellos grandemente, hasta que hombres
tomaban sus propias hermanas, o hijas, o madre, y otras, o la hija de la hermana
de su padre, tal que no había más distinción de relación, y ellos no sabían más lo
que era iniquidad, sino que actuaban malvadamente, y la tierra fue profanada con
el pecado, y ellos enojaron a Yahvé el Juez, quien les había creado.
11. Pero Genun reunió bandas en grupos, que tocaban cuernos y todos los otros
instrumentos que nosotros ya habíamos mencionado, al pie de la Montaña Pura, y
ellos lo hacían para que los hijos de Set quienes estaban sobre la Montaña Pura lo
oyesen.
12. Pero cuando los hijos de Set oyeron el sonido, ellos se maravillaban, y venían
en grupos, y se pararon en el tope de la montaña para mirar a los que estaban
abajo, y ellos hicieron así un año entero.
13. Cuando, al final de ese año, Genun vio que ellos estaban siendo ganados a él
poco a poco, Satanás entró en él, y le enseñó a teñir materiales para ropas de
diversos patrones, y le hizo entender cómo teñir rojo y púrpura, y más cosas.
14. Y los hijos de Caín, quienes trabajaron todo esto, y se lucían en hermosura y
ropas extravagantes, y carreras de caballo, cometiendo toda clase de
abominaciones.
15. Mientras tanto los hijos de Set, quienes estaban sobre la Montaña Pura,
oraban y honraban a Yahvé, en el lugar de los ejércitos de enviados quienes
habían caído, por eso Yahvé les había llamado a ellos “enviados”, porque Él se
regocijaba por ellos grandemente.
17. Entonces los hijos de Caín miraron arriba desde abajo, y vieron a los hijos de
Set, parados en grupos encima de la montaña, y ellos los llamaron para que
bajaran a ellos.
18. Pero los hijos de Set les dijeron a ellos desde arriba: Nosotros desconocemos
el camino. Entonces Genun, el hijo de Lamec, les oyó decir que desconocían el
camino, y él se preguntó a sí mismo cómo él podría traerles abajo.
20. Entonces cuando era de día, Genun sopló los cuernos y tocó los tambores
debajo de la montaña, como él solía hacer. Los hijos de Set lo oyeron y vinieron
como ellos solían hacer.
21. Entonces Genun les dijo a ellos desde abajo: Váyanse al lado occidental de la
montaña, y ahí encontrarán el camino para bajarse.
22. Pero cuando los hijos de Set oyeron estas palabras de él, ellos volvieron a la
cueva a Jared, para contarle todo lo que habían oído.
23. Entonces cuando Jared lo oyó, se afligido, porque sabía que ellos
transgredirían su consejo.
24. Luego de esto cien hombres de los hijos de Set se juntaron, y se dijeron entre
ellos: Vengan, vayamos abajo a los hijos de Caín, y veamos qué hacen ellos, y
vamos a divertirnos con ellos.
25. Pero cuando Jared oyó esto de los cien hombres, su mera alma fue
conmovida, y su corazón afligido. Él entonces se levantó con gran fervor, y se paró
entremedio de ellos, y les conjuró a ellos por la sangre de Abel el justo, que
ninguno de ustedes se baje de esta montaña dedicada y pura, en la cual nuestros
padres nos han ordenado que habitemos.
26. Pero cuando Jared vio que ellos aceptaban sus palabras, él les dijo a ellos:
¡Oh mis hijos buenos inocentes y puros!, entiendan que una vez que ustedes se
bajen de esta montaña pura, Yahvé no les permitirá regresar de nuevo a ella.
27. Él otra vez les conjuró diciendo: Yo les conjuro por la muerte de nuestro padre
Adán, y por la sangre de Abel, de Set, de Enós, de Cainán, y de Mahalaleel, que
me hagan caso, y que no bajen de esta montaña pura, porque en el momento que
ustedes la dejen, serán privados de la vida y de la misericordia, y ustedes no
serán más llamados “hijos de Yahvé” sino “hijos de Satanás”
29. Enoc en ese momento ya había crecido, y en su celo por Yahvé, él se levantó
y dijo: Escúchenme, ¡Oh ustedes hijos de Set! pequeños y grandes, cuando
ustedes violen el mandamiento de nuestros padres, y se bajen de esta montaña
pura, no subirán aquí nunca más para siempre.
30. Pero ellos se levantaron en contra de Enoc y no quisieron hacerle caso a sus
palabras, y bajaron de la Montaña Pura.
31. Y cuando ellos miraron a las hijas de Caín, a sus figuras hermosas, y a sus
manos y pies teñidos con color, y tatuados en decoraciones en sus caras, el fuego
del pecado fue encendido en ellos.
32. Entonces Satanás les hizo lucir aún más hermosas ante los hijos de Set, como
también él hizo que los hijos de Set lucieran entre los más lindos a los ojos de las
hijas de Caín, para que las hijas de Caín lujurien tras los hijos de Set como bestias
rapaces, y los hijos de Set tras las hijas de Caín, hasta que ellos cometieron
abominación con ellas.
33. Pero luego de que ellos habían caído así en esta profanación, regresaban por
el camino que ellos habían venido, y trataron de ascender la Montaña Pura. Pero
no podían, porque las piedras de esa montaña pura eran de fuego
resplandeciendo ante ellos, por la cual no podían subir otra vez.
34. Y Yahvé estaba enojado con ellos, y se arrepintió de ellos porque habían
bajado del honor, y habían por lo tanto perdido o abandonado su propia pureza e
inocencia, y estaban caídos en la profanación del pecado.
35. Entonces Yahvé envió su Palabra a Jared, diciendo: Estos tus hijos, quienes tú
habías llamado mis hijos, mira, ellos han trasgredido mi mandamiento, y han
bajado a la casa de perdición, y del pecado. Manda un enviado a los que quedan,
para que ellos no bajen y que se pierdan.
36. Entonces Jared lloró ante Yahvé, y demandó de Él misericordia y perdón. Pero
él prefirió que su alma partiese de su cuerpo, a que oiga estas palabras de Yahvé
acerca del descenso de sus hijos de la Montaña Pura.
37. Pero él siguió la orden de Yahvé, y les predicó a ellos el no bajar de esa
montaña pura, y que no tuvieran relaciones con los hijos de Caín.
Capítulo 21
Jared se muere en tristeza por sus hijos que se habían desviado. Una predicción
del Diluvio.
1. Luego de esto, otro grupo se reunió, y ellos se fueron para buscar por sus
hermanos, pero ellos perecieron también como ellos. Y así fue, grupo tras grupo,
hasta que solo pocos de ellos quedaban.
4. Y cuando ellos habían venido a él, él oró por ellos y les bendijo, y les dijo a
ellos: Ustedes son hijos justos e inocentes; no bajen de esta montaña pura;
porque mira, tus hijos y los hijos de tus hijos han bajado de esta montaña pura, y
se han alienado a sí mismos de esta montaña pura, a través de su lujuria
abominable y trasgresión del mandamiento de Yahvé.
5. Pero yo sé, a través del poder de Yahvé, que Él no les abandonará a ustedes
sobre esta montaña pura, porque sus hijos han trasgredido su mandamiento y el
de nuestros padres, que nosotros hemos recibido de ellos.
6. Pero, ¡oh mis hijos! Yahvé les llevará a ustedes a una tierra extraña, y ustedes
nunca regresarán de nuevo para mirar con sus ojos este Jardín y esta Montaña
Pura.
7. Por eso, ¡oh mis hijos! aplica sus corazones a sus propias vidas, y guarden el
mandamiento de Yahvé, que está con ustedes.
Y cuando ustedes se vayan de esta Montaña Pura, a una tierra extraña que
ustedes desconocen, tomen con ustedes el cuerpo de nuestro padre Adán, y con
él estos tres regalos y ofrendas, específicamente el oro, el incienso, y la mirra, y
que estén esos en el lugar adonde se recostará el cuerpo de nuestro padre Adán.
8. Y a aquel de ustedes que quedara, ¡oh mis hijos! vendrá la Palabra de Yahvé, y
cuando él salga de esta tierra llevará con él el cuerpo de nuestro padre Adán, y lo
recostará en el medio de la tierra, el lugar adonde se trabajará la salvación.
11. Y tú hijo Sem, quien vendrá de tus lomos [1558 (2414 a.C)], él es quien
recostará el cuerpo de nuestro padre Adán en el medio de la tierra, en el lugar de
donde vendrá la salvación.
12. Entonces Jared se volvió a su hijo Enoc, y le dijo a él: Tú, mi hijo, habita en
esta cueva, y sirve diligentemente ante el cuerpo de nuestro padre Adán todos los
días de tu vida, y alimenta tu pueblo en justicia e inocencia.
13. Y Jared no dijo más. Sus manos fueron soltadas, sus ojos cerrados, y él entró
al descanso como sus padres. Su muerte sucedió en el año trescientos sesenta de
Noé, y en el año novecientos ochenta y nueve de su propia vida, en el doce de
Takhsas en un 6to día de la semana [1422 (2550 a.C)].
14. Pero mientras moría Jared, lágrimas se derramaban de su cara por motivo de
su gran tristeza por los hijos de Set, quienes habían caído durante sus días.
15. Entonces Enoc, Matusalén, Lamec y Noé, estos cuatro, lloraron por él, le
embalsamaron cuidadosamente, y entonces le recostaron en la cueva de Tesoros.
Y ellos se levantaron y se lamentaron por él cuarenta días.
16. Y cuando estos días de luto se acabaron, Enoc, Matusalén, Lamec y Noé se
quedaron en tristeza de corazón, porque su padre se había ido de ellos, y ellos no
le vieron más.
Capítulo 22
Solo quedan tres hombres justos en el mundo. Las condiciones malvadas de los
hombres antes del Diluvio.
3. Entonces luego de esto, los hijos de Set se desviaron y cayeron, ellos, sus hijos
y sus mujeres. Y cuando Enoc, Matusalén, Lamec y Noé les veían, sus corazones
sufrían por motivo de su caída en duda, llenos de incredulidad; y ellos lloraban y
buscaban misericordia de Yahvé, para preservarles a ellos, y para traerles fuera
de esa generación malvada.
6. Y ustedes son los últimos gobernadores sobre este pueblo sobre esta montaña;
porque yo sé que ninguno les quedará de ustedes para engendrar hijos sobre esta
Montaña Pura; ni gobernará ninguno de ustedes sobre los hijos de este pueblo; ni
quedará de ustedes ningún gran grupo, sobre esta montaña.
7. Enoc también les dijo a ellos: Velen por sus almas, y aguántense firmes en su
temor de Yahvé y en su servicio a Él, y adórenle a Él en confianza recta, y sírvanle
a Él en justicia, inocencia y juicio, en arrepentimiento y también en pureza.
10. Todo junto, ninguno de nuestros padres o de sus hijos, quedó sobre esa pura
montaña, excepto esos tres, Matusalén, Lamec y Noé. Porque todo el resto
bajaron de la montaña y cayeron en pecado con los hijos de Caín. Por eso a ellos
se les prohibió esa montaña, y ninguno quedó sobre ella excepto esos tres
hombres.