Nacido de Dios
Partes
Oración, Presentación del programa. (Nacidos de Dios) Curso que
tiene una duración de 4 semanas; inicio lunes 23 del 11 y termina
el jueves 16 del 12 de 2021.
1er. semana (Martes 23- Jueves 25)
2do. semana (Martes 30- Jueves 02)
3era. semana (Martes 07- Jueves 09)
4ta. semana (Martes 14- Jueves 16)
Nota:
Los participantes que dejen de asistir a dos clases durante la
realización del curso quedan automáticamente fuera del mismo y
podrán continuar su asistencia si así lo desean pero no serán
beneficiados con el certificado de reconocimiento y participación
del mismo.
1 corintio 2:14
Leer y motivar a que el que inicia este estudio debe entender que las cosas
que a qui se hablaran y estudiaran son temas espirituales y que como tal el
hombre natural no los entiende porque para el son lucras, debemos
ponernos en comunión con Dios y pedirle que nos de entendimiento y
sabiduría .
¿Cómo son los individuos vivificados espiritualmente?
Respondió Jesús y le dijó: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3 -8).
Efesios 2:1 . Colosenses 2:13
Estamos muertos en el pecado, pero cuando venimos a los pies de Jesus, nacemos de
nuevo ya que todas las cosas que antes hacíamos ya no las hacemos y es hay entonces
cuando nos arrepentimos el Señor nos da vida, en Cristo Jesus.
Juan 3:15 para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna.
A causa de este nuevo nacimiento el individuo es una persona cambiada que ama las
cosas que él una vez odió, y odia las cosas que él una vez amó. Un cambio radical
ocurre en el corazón del creyente. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Cor. 5:17).
La Biblia dice, "Entonces, si alguno está en Cristo, él es una nueva creación; lo que
es viejo paso - mire, lo nuevo ha venido!"
La Biblia nos enseña que nos hacemos hijos de Dios sólo a través del nuevo
nacimiento. Los que creen en Jesucristo se hacen hijos de Dios. "Más a todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de
Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de
voluntad de varón, sino de Dios" (Juan 1:12-13).
¿Por la autoridad de quién nos convertimos en hijos de Dios? "Más a todos los que le
recibieron, a ellos Él les dio el derecho..."Esta es la autoridad de Jesucristo. Los que
creen en Él tienen el derecho de convertirse en hijos de Dios.
Es evidente que no es un nacimiento físico, sino un nacimiento espiritual que es en la
mente, y es algo que se recibe por la persona que cree en Él (1 Pedro. 1:23). La
iniciativa en el nuevo nacimiento es con Dios.
Romanos 10: 9, que si confesares con tu boca que Jesus es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, seras Salvo.
Sin Cristo estamos espiritualmente muertos en delitos y pecados (Efe. 2:1-3). Cada
individuo debe de ser nacido de nuevo, porque el hombre natural está totalmente
vacío de la vida espiritual. Necesitamos la vida divina, y eso es lo que Dios
proporciona a través del nuevo nacimiento. 2Corintios 5:17, de modo que si alguno
esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;he aquí todas son
hechas nuevas.
"Él que cree en el Hijo tiene la vida eterna" (Juan 3:36, 16). Él la tiene ahora mismo
(1 Juan 5:13). Es evidente que el individuo que cree en Él recibe el tipo de vida de
Dios (Juan 6:40). Esta es la enseñanza en todo el Nuevo Testamento (Efe. 2:8-9;
Romanos. 10:9-11).
La doctrina bíblica del nuevo nacimiento toma toda la gloria y la iniciativa lejos del
hombre y le da todo a Dios el Padre. Solo Él es el responsable de nuestra salvación;
por lo tanto, solo Él recibe toda la gloria. Él crea la nueva vida espiritual dentro de
nosotros y hace que nosotros creamos en Cristo. Dios decide darnos la vida eterna (1
Juan 3:1; Efe. 1:5; 1 Pedro. 1:23).
Nos convertimos en un hijo de Dios cuando Dios nos da Su vida. Es un acto de Dios.
Recibimos esta vida en el momento que creemos en Cristo. Esto viene de Dios y se
recibe únicamente sobre la base de la gracia de Dios. Los que creen se convierten en
hijos de Dios. Sólo por recibir a Cristo ganamos el derecho de convertirnos en un hijo
de Dios.
¿Cómo no nos convertimos en un hijo de Dios? No hay absolutamente nada que el
hombre puede hacer para contribuir a su nacimiento espiritual. Esto es muy claro en
Juan 1:12-13, "los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni
de voluntad de varón, sino de Dios." Ninguna cantidad de actividad humana,
religiosa, o enseñanza moral puede cambiar la naturaleza esencial del hombre. Por lo
tanto, es imperativo que la necesidad más profunda del hombre sea nacer de nuevo.
En la mente Judía "la sangre" es equivalente a la vida humana. El nacimiento
espiritual no puede ocurrir como consecuencia de algún proceso humano o logro. El
hombre no es por naturaleza un hijo de Dios. Somos pecadores por naturaleza.
Ningún esfuerzo humano puede alcanzar el nuevo nacimiento. Todo el esfuerzo
humano es impotente y superficial con respecto a la vida espiritual. No hay nada en
nuestra naturaleza humana o carácter que pueda causar un nacimiento espiritual.
"Nacer del agua y del Espíritu" no se refiere a la regeneración del bautismo (Juan 3:5-
6). Del contexto " agua" aquí se refiere a la bolsa de agua en el nacimiento físico de
un bebé. El agua aquí es un símbolo de un nacimiento espiritual. De otros pasajes de
la Escritura aprendemos que el bautismo no es en ningún modo esencial para la
salvación. Este no forma una de las condiciones que Dios requiere que el pecador
cumpla. Si el bautismo fuera necesario entonces el hombre sería salvo por sus obras.
La Biblia enseña que somos salvos por la gracia por medio de la fe en Cristo y no por
las obras. Este es el regalo gratis de Dios. ¿"Qué debo hacer para ser salvo?" La
Biblia dice "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo" (Hechos 16:31).
Hechos 2:38, Pedro les dijo: Arrepentíos, y bauticese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo.
El Espíritu Santo usa la Palabra de Dios para traer la regeneración (1 Pedro. 1:23).
Ningún pecador es nacido espiritualmente separado de la Palabra. Los "hijos" son los
que creen en Cristo. Los hombres son los hijos de Dios sólo cuando ellos responden a
lo que Él hace por ellos en Cristo. Ellos son nacidos en la familia de Dios cuando
ellos reciben Su Palabra. Tito 3:5, nos salvo, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.
El nuevo nacimiento es un milagro. Toda la iniciativa y el esfuerzo humano están
excluidos. Los hombres son "nacidos de Dios." No hay ningún otro camino para
convertirse en un hijo de Dios. Es la obra del Espíritu Santo dentro de la persona. Es
la vida en Cristo y es divino en su origen. Todo el énfasis en este versículo y en el
capítulo tres de Juan es la actividad del Espíritu de Dios, no el esfuerzo humano,
obras o méritos exigiendo al pecador para ser "nacido de nuevo." Él excluye
cualquier posibilidad de esfuerzo humano en la salvación.
La palabra "creer" y "recibir" se refiere a la misma operación del Espíritu Santo
cuando una persona deja de confiar en sus propios méritos humanos y confía en
Cristo Jesús para la salvación.
¿Disfruta usted de las cosas de Dios, cosas espirituales, que son discernidas y
disfrutadas por la regeneración espiritual? ¿Disfruta usted de los privilegios de ser un
hijo de Dios? Para tener el discernimiento espiritual debemos ser nacidos de nuevo (1
Cor. 2:10, 14).
Disfruta usted de las cosas del mundo, se deleita usted en las cosas de la carne, es
usted de los que se gozan y se jactan en la practica del pecado de una manera
consiente de saber lo que es bueno y es malo para su vida espiritual, la biblia
dice en ROMANOS 6:23, Porque la paga del pecado es muerte, mas la dadiva de
Dios es vida eterna en Cristo Jesus Señor Nuestro.
El Espíritu Santo nos da una nueva naturaleza espiritual. Cuando Él nos da esta nueva
naturaleza somos " nacidos de nuevo" (2 Pedro. 1:4). Esto es un acto de Dios.