Imago Agenda 120 - Topología y Clínica Psicoanalítica
Imago Agenda 120 - Topología y Clínica Psicoanalítica
                                                     TOPOLOGÍA
                  Homenaje
                  Fernando Ulloa
                                                                        Y
                  pág. 36
                                                CLÍNICA PSICOANALÍTICA
                                                 Isidoro Vegh, pág. 3 | Alfredo Eidelsztein, pág. 17
Entrevista a Jorge Baños Orellana
por Emilia Cueto, pág. 37                         Carlos Ruiz, pág. 20 | Ana María Gómez, pág. 24
Mujeres, pasiones y locuras                     Juan Bautista Ritvo, pág. 28 | Marc Darmon, pág. 31
por Stella Maris Rodríguez, pág. 39
                                                                                           Presentación
              Director - Propietario:
              Raimundo A. Salgado
       Director ejecutivo: Leandro Salgado
                                                              L
            Asesor: Nicolás Gelormini                               ejos se encontraría August Ferdinand         1953 los tres registros entrelazados: real,
      Coord. de contenidos: Alberto Santiere
                                                                    Möbius –hijo de un prestigioso pro-          simbólico e imaginario.
           Publicidad: Daniela Rognoni
      Asistente de publicidad: Mariana Coto                         fesor de baile– de suponer, cuando              La topología es un área de las matemá-
       Diseños de publicidad: Manuela Paz                     inventaba en 1858 la banda que lleva su            ticas que se opone a la geometría común.
         Colaboración: Leonardo Bacarin                       nombre, que ésta sería ilustración recu-           En otras latitudes se aprende a edades tem-
            Corrección: Patricia Yohai                        rrente de futuras páginas de un mundo a            pranas. Es anterior a la teoría general de la
                                                              construir llamado psicoanálisis. Hablamos          relatividad, a los teoremas de Kurt Gödel, a
             Imago Agenda N° 120                              de una superficie de una sola cara, que al         Freud, y a la reciente física cuántica, formu-
    Junio de 2008. Segunda época. Año XXVII.                  ser recorrida cual “firulete” de danza, ubi-       laciones éstas que revolucionaron las coor-
   Periódico gratuito orientado a la difusión
                                                              ca en la aparente antípoda a quien realiza         denadas del pensamiento universal.
        y el desarrollo del psicoanálisis.                    una vuelta completa transitando el “ocho”.            ¿Qué ilustra el estudio de las superfi-
                                                              Tal los giros del neurótico cuando proyec-         cies? ¿Representa un forzamiento cienti-
              Tirada: 12.000 ejemplares.
                                                              ta afuera el adentro, o cuando puesto en           ficista del psicoanálisis extrapolando con-
       Imago Agenda es una publicación de
                                                              el carril de evitar la pérdida y negar la cas-     ceptos innecesarios para la clínica? ¿Son
                                                              tración, sigue indefectiblemente en el sen-        los límites en nuestra formación los que
      Letra Viva, librería-editorial                          dero de vivir perdiendo –insistencia repe-         tornan dificultosa la articulación de la to-
   especializada en psicoanálisis desde 1967                  titiva mediante–.                                  pología con la práxis analítica? ¿Es facti-
                                                                 Lacan utiliza dicha banda –entre otros          ble una transmisión más sencilla de la te-
               Av. Coronel Díaz 1837
          (1425) Buenos Aires, Argentina.
                                                              enfoques– para graficar cómo algunas an-           mática que hoy nos ocupa?
            Tel/Fax: (54-11) 4825-9034.                       tinomias sugieren en realidad continuidad             Intentamos delinear en este número pa-
                                                              (el sujeto y el Otro, el significado y el sig-     rámetros claros para que nuestros lectores
         E-mail: letraviva@elsigma.com
         Web: www.letraviva.elsigma.com                       nificante, el enunciado y la enunciación).         “no queden en banda”, puedan sacar sus
                                                              Y en conjunto toma –en la segunda par-             conclusiones respecto de las complejida-
   Impreso en Talleres Gráficos “Planeta Offset”,             te de su enseñanza– a la topología de los          des del “baile” propuesto, y para que di-
     Saavedra 565, Buenos Aires, Argentina.                   nudos para dar cuenta de la nueva con-             ficultad y desinterés no se tornen las dos
                                                              cepción del sujeto que preconizaba al in-          caras de una misma moneda.
       Inscripta en el Registro de Propiedad                  troducir desde la Conferencia de Roma de
          Intelectual bajo el N° 421.249.                                                                                                      Alberto Santiere
           su ejemplar
                                                                                                     I       d         D: Línea de la demanda
       en la comodidad                                                                                                 I: Línea de intersección “identificación”
                                                                                                         T         D   T: Punto de transferencia
           de su hogar                                                                                                 d: el deseo
        o su consultorio.
                                                                Veamos si podemos explicitar la lógica que está allí puesta en acto y en qué medida
                                                              ella nos sirve para aproximarnos al objeto del psicoanálisis, el sujeto, y a la progre-
              Más información                                 sión que la dirección de la cura, cuando de un psicoanálisis se trata, pone en acto.
               en la página 52                                  El ocho interior es el borde de una Banda de Mœbius. Para un topólogo no hay
              de este número.                                 inconveniente en extraer el borde y trabajar con él. La Banda de Mœbius es una
                                                              superficie unilátera. Si la hormiguita camina por ella va a recorrer el supuesto an-
                                                              verso y reverso sin necesidad de cruzar el borde. Podemos fácilmente realizarla,
Tapa y contenido: © Letra Viva, Librería y Editorial, 2008.
                                                                                                                                    Imago Agenda | 3
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                                   Con una torsión, o una cantidad impar de torsiones, obtendremos este efecto, que se
                                pueda recorrer la superficie, el supuesto anverso y reverso, sin necesidad de cruzar el bor-
                                de. Esto hace que, además de ser unilátera, tenga un solo borde. Banda de Mœbius, sin
                                adentro ni afuera, es adecuada para representar una estructura que desdice cualquier idea
                                de una psicología de la profundidad, no tiene como la topología de la esfera, un adentro
                                y un afuera, una superficie y un interior, todo se juega en la superficie. Nosotros añadi-
                                mos: todo se juega en la superficie del discurso del analizante. Es en su decir que habre-
                                mos de encontrar los elementos inherentes a su estructura.
                                   ¿Cuál es la razón por la cual la Banda de Mœbius es una estructura adecuada para mos-
                                trar la estructura del sujeto? Si a una Banda de Mœbius se la corta por una línea paralela
                                al borde que no sea la línea media, obtendremos algo que sorprende a nuestro imaginario
                                y a nuestra intuición: una banda cilíndrica, en la cual para pasar del anverso al reverso hay
                                que cruzar el borde, anudada a una Banda de Mœbius más pequeña, más angosta.
Banda cilíndrica
(1)
Banda de Möebius
                                  Este corte paralelo al borde, desde el punto de vista topológico, para nosotros no es un
                                corte especialmente significativo. La Banda de Mœbius persiste aunque sea más angosta,
                                habiendo perdido una parte que se ha convertido en banda cilíndrica.
                                  Si en cambio cortamos la Banda de Mœbius por la línea media, es una manera de de-
                                cirlo ya que en topología no hay medida, quiere decir que la cortamos en una sola vuel-
                                ta, veremos que una vez más el resultado sorprende a nuestra intuición. Lo que obtendre-
                                mos no es lo que suele decirse, según una aprehensión imaginaria, dos Bandas de Mœ-
                                bius, sino una sola banda cilíndrica.
Equivale
                                  El corte por la línea media hace que desaparezca la Banda de Mœbius y que aparezca
                                en su lugar una banda cilíndrica. Si aceptamos que la Banda de Mœbius es una buena ma-
                                nera de escribir al sujeto, enseguida veremos por qué, recorrer con la tijera su línea me-
                                dia es hacer con la tijera un recorrido equivalente al de una Banda de Mœbius. En térmi-
                                nos topológicos podemos identificar la Banda de Mœbius al recorrido que la tijera hace
                                en una vuelta. Esto es lo que lo llevó a Lacan a decir que el sujeto es el corte en acto y a
                                nombrar a esa línea media hecha por la tijera como la línea sin puntos que representa al
                                sujeto. Con esta característica: que al recorrer esa línea media con la tijera, haciendo un
                                corte, desaparece la banda y emerje una banda cilíndrica, efecto adecuado para represen-
                                tar al sujeto como pulsación, alternando el tiempo de alienación con el de separación. El
                                sujeto emerge, como en un happening, y desaparece. Como en un relámpago se efectúa y
                                vuelve nuevamente a estar bajo la represión.
                                  ¿Por qué decíamos que la banda es apta para presentar el sujeto tal como lo entende-
                                mos desde el psicoanálisis, como sujeto del inconsciente? Si tomamos, como dijimos an-
                                tes, el borde de la banda, lo extraemos, podemos ver que puede adop- (Cont. en pág. 16)
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Teoría psicoanalítica
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                                                              Testimonio institucional
                                                      Los grandes temas de la psicología
                                                                  Entrecruzamiento teórico-clínico
                                            AA. VV., Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, Distrito XII / Letra Viva,
                                                                            2008, 286 pág. $ 35.-
                                              El Documento de Trabajo es                           en esta época donde somos ma-
                                           un libro de consulta que ofre-                          yoritariamente cuestionados en
                                           ce un campo amplio donde los                            nombre de la inmediatez.
                                           lectores podrán recorrer lo que                            La permanencia de este Docu-
                                           llamamos las incumbencias de                            mento de Trabajo refleja la histo-
                                           nuestras profesión. Es de seña-                         ria de producción de unos cuan-
                                           lar que consideramos más im-                            tos que sumados a otros conti-
                                           portante que la novedad abso-                           nuamos insistiendo en la interro-
                                           luta, la que puede desprender-                          gación y el intercambio sirvién-
                                           se en el particular modo de concebir la        donos de los diferentes métodos, teorías
                                           práctica en relación a la teoría.              y saberes para pensar los grandes temas
                                              Lo convocante de este libro radica en       de la Psicología.
                                           que fue construído sobre una coinciden-           Los invitamos a disfrutar del libro y ha-
                                           cia, hacer escritura para conocer algo más     cemos un brindis por el próximo encuen-
                                           del drama de las disciplinas de lo humano      tro con muchos otros.
                                                                   Teoría psicoanalítica
                                                                Estudios sobre la psicosis
                                                           José María Álvarez, Grama, 2008, 318 pág. / $ 48. –
                                                Estudios sobre la psicosis es                        ticos. Su enunciación se capta
                                             un trabajo de más de diez años                          de un modo abierto: “a través
                                             de clases, de publicaciones en                          de la psicosis he entendido los
                                             revistas de psicoanálisis y psi-                        conceptos fundamentales del
                                             quiatría y de otros que ven la                          psicoanálisis. (…)”
                                             luz por primera vez, una reco-                             Estudios sobre la psicosis
                                             pilación que compendia “los                             responde con claridad a mu-
                                             intereses y puntos de vista per-                        chas de las dudas clínicas que
                                             sonales” de José María Álvarez                          se presentan diariamente en
                                             sobre las psicosis. Una decla-                          quienes deciden no retroce-
                                             ración que anticipa lo que el lector en-      der ante las psicosis, y que saben que
                                             contrará como el alma de este libro, es       el significante tiene sobre el cuerpo un
                                             decir, su estilo: una escritura directa,      efecto de goce.
                                             sin jergas ni eufemismos, ágil y didác-          Además tendrán un plus agregado,
                                             tico, dentro de la complejidad que im-        no de gozar sino de deseo: es un libro
                                             plican las respuestas de quienes tienen       que da gusto leer.
                                             que vérselas en la clínica con los psicó-                 De la presentación de R. Seldes
Ensayo psicoanalítico
                                                                        La escena inmóvil
                                                              Teoría y clínica psicoanalítica del dibujo
                                                                 Raúl Levín, Lugar, 2008, 224 pág. / $ 42. –
                                                No sólo los psicoanalistas,                         ce hacia la dilucidación de los
                                             sino también los docentes,                             contenidos angustiosos que
                                             psicopedagogos, filósofos, crí-                        subyacen.
                                             ticos e historiadores del arte,                          El objetivo de este libro es
                                             y todos aquellos interesados                           introducir a una teorización
                                             en este fenómeno que genéri-                           de estos y otros temas deriva-
                                             camente denominados “obra                              dos de las múltiples y varia-
                                             de arte”, saben del riesgo de                          das posibilidades de análisis
                                             quedar atrapados en una fas-                           que pueden admitir ese mo-
                                             cinada contemplación de este                           mento al que asistimos tantas
                                             tipo de producciones -eso que llama-          veces, en el que alguien simplemente
                                             mos goce estético- obviando el avan-          hace un dibujo.
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                                                                    Imago Agenda | 9
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 Lic. Gabriel Belucci
       Psicoanalista
                                                                      Fin del dogma paterno
  Docente UBA desde 1997
   Supervisor hospitalario
                                                                  Michel Tort, Paidós, 2008, 547 pág. / $ 84. –
                                          El discurso sobre “la decli-     nio masculino, que asegura a        nes de Freud y de Lacan sobre
      Pacientes adultos                nación del padre” se ha vuel-       los padres el monopolio de la       el padre. A esta tarea se enco-
      y adolescentes                   to un lugar común. Este diag-       función simbólica. Esta figura      mienda Michel Tort, quien con
                                       nóstico sobre la falla de la fun-   patriarcal, en crisis desde prin-   rigor y agudeza no exenta de
      Supervisiones clínicas           ción paterna se lleva adelan-       cipios de la modernidad, está       ironía, establece las bases de
                                       te en nombre del psicoanáli-        cediendo el lugar, en las so-       una historia positiva de la pa-
      Grupos de estudio
                                       sis, que supuestamente esta-        ciedades democráticas actua-        ternidad, dejando de dar vuel-
   Consultorios en Palermo             blece los alcances de las fun-      les, a nuevas disposiciones de      tas nostálgicamente alrededor
        y Balvanera                    ciones simbólicas vitales para      las relaciones de parentalidad.     del relato edificante de una
                                       el psiquismo humano y su des-       Pero el fin de un padre, el del     declinación permanente.
           Tel. 4941-9269              estructuración actual. El alza      patriarcado occidental, es el
  e-mail: gbelucci@yahoo.com.ar        del poder temible de las ma-        fin de un mundo, no el fin del
                                       dres pondría en peligro la co-      mundo. Las formas de deve-
                                       rrecta travesía del Edipo.          nir-sujeto y el ejercicio de las
                                          La tarea del psicoanálisis es    funciones del padre que par-
                                       más bien interpretar este dis-      ticipan en él son históricas y
                                       curso angustiado, invirtiendo       constituyen el lugar de relacio-
                                       los términos del problema. “El      nes de poder entre los sexos.
                                       Padre” es una construcción          Este cambio de perspectiva no
                                       histórica, solidaria de las for-    es pensable sin un nuevo exa-
                                       mas tradicionales del domi-         men crítico de las construccio-
Transmisión
Filosofía
                                                                                    Diálogo
                                                                       Análisis de Jean-François Bert
                                                  Raymond Aron y Michel Foucault, Nueva Visión, 2008, 61 pág. / $ 17. –
                                          Dos filósofos a los que todo     obra que acababa de publi-
                                       parece oponer (la edad, la his-     car Michel Foucault, Las pala-
                                       toria, el compromiso) dialo-        bras y las cosas, que se organi-
                                       gan. Raymond Aron acababa           zó una conversación en la que
                                       de publicar Las etapas del pen-     los puntos de concordancia re-
                                       samiento sociológico. Sobre ese     sultaron más numerosos de lo
  Librería psicoanalítica desde 1967
                                       libro debía centrarse la entre-     que podía pensarse de ante-
 Av. Coronel Díaz 1837, Buenos Aires   vista radiofónica difundida el      mano. Trascripción inédita, se-
           Tel. 4825-9034              8 de mayo de 1967. Pues bien,       guida por un análisis de Jean-
                                       en realidad fue en torno a la       Françoise Bert.
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Adicciones
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                                   Psicofármacos y salud mental. La ilusión del no ser
                                                       Emiliano Galende, Lugar 2008, 262 pág. / $ 45. –
                                   El desarrollo de Salud Men-       to que expresa el síntoma, ya      cer a los malestares y las im-
                                tal se sostiene en una ética que     que éste sería solamente el sig-   potencias de la existencia, que
                                considera al sujeto del sufri-       no de un trastorno en sus equi-    han puesto en un primer lu-
                                miento mental, su historia, su       librios cerebrales, proponién-     gar dos formas de consumo
                                sensibilidad, su experiencia y       dose, por consiguiente, supri-     que responden a las mismas
                                su memoria, como la dimen-           mirlo a través del medio arti-     coordenadas: los psicofárma-
                                sión conflictiva de toda exis-       ficial del medicamento.            cos y drogas ilícitas.
                                tencia humana y propone al              Los psiquiatras se valen
                                sujeto una comprensión con-          para esto de un nuevo valor
                                junta de malestar psíquico,          cultural. Observemos la afi-
                                esto es, su participación en el      nidad de estos anhelos de ac-
                                proceso de atención. La con-         tuar a través de drogas sobre
                                sideración del trastorno como        la vida emocional, el rendi-
                                “enfermedad” por parte de la         miento físico, sexual, intelec-
                                psiquiatría positiva prescinde       tual, agilizar la velocidad de
                                del sujeto e ignora el conflic-      los encuentros sexuales, ven-
Ensayo biográfico
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Hemeroteca
                    Conjetural Nº 48                                            Litoral Nº 40. Inquietante extrañeza
 El discurso de la metáfora / Mentiras e ironía de la mentira              Publicación de la Epeele École lacanienne de psychanalyse
               Nuestra inclemencia intelectual
                                                                         Sumario: En memoria de Sigmund Freud. Poe-
   Fue en 1952, en una noche         destruir este lenguaje denomi-
                                                                         ma de W. H. Auden, traducción de Juan Gel-
del año de la Gran Neblina que       nado doctrina kleiniana y klei-
envolvió a Londres, y duran-         nismo, con un propósito cons-
                                                                         man. / Desde Freud. George-Henri Melenotte
te una reunión de psicoanalis-       tructivo. Si no lo destruye, este   / Resto, cicatriz y derrame. Jorge Baños Ore-
tas ingleses que Winnicott, al-      fenómeno artificialmente inte-      llana / Bataille o la dialéctica genealógica de
canzo a oír esa “lengua muerta       grado deberá ser atacado en for-    la finitud. Francisco Naishtat / Sensaciones de
que hablan los vivos” y que men-     ma destructiva…                     lengua. Marie Claude Thomas / Perfil psico-
ciona Beckett. Entonces le escri-       Supongo que éste es un fenó-     lógico del “médium”. Pedro Palombo / El Spa
bió a Klein: “Estimada Melanie:      meno recurrente y cabe espe-        del Spi o…¿dónde quedó el psicoanálisis? Jo-
(…) Me preocupa este modo de         rar que se repita toda vez que      safat Cuevas / PROSA: El Quijote y la rever-
presentación que podría llamar-      aparece un pensador realmen-        sibilidad carnavalesca. Cristina Múgica
se kleiniana de su obra… Todo        te grande y original: surge en-
trabajador original requiere un      tonces un ‘ismo’ que se convier-
círculo en que se encuentre un
lugar de descanso de las con-
                                     te en un estorbo. (…)”.                   Mal estar Nº 7. Psicoanálisis / cultura
troversias y donde pueda sen-                                                                    PREMIO LUCIEN FREUD 2007:
tirse cómodo.                                                                                    Lo inclasificable y el canon
   El peligro es, empero, que el                                                                 por Susana Romano Sued
círculo se desarrolle hasta con-                                                                          * * *
vertirse en un sistema basado en                                                                 Como el rojo Adán del paraíso
la defensa de la posición gana-                                                                  por Cristina Bulacio
da por el autor original, en este
caso usted misma.                                                                                         * * *
   Freud, según creo, vio este pe-                                                               Psicoanálisis, cine y cultura
ligro. Usted es la única capaz de                                                                por Mónica Fudin
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                                              Artículos de junio
Columnas                                                       Cine: Lo que enseña al psicoanálisis
  (coordinación: Alberto Santiere • asantiere@elsigma.com)       (coordinación: Laura Kuschner • lkuschner@elsigma.com, Juan
                                                                 Michel Fariña) (equipo: Débora San Martín, Daniel Zimermann)
 El legado de Fernando Ulloa: su pensamiento vivo, por
	
 Fernando Ulloa.                                                Dolor de existir, por Gabriel Martín Yurdurukian
                                                               	
 El derrotero de los manicomios, por Martín Smud.
	
                                                               Psicoanálisis y Educación
Entrevistas                                                      (coordinación: Mónica Federmann • mfedermann@elsigma.com)
  (coordinación: Emilia Cueto • ecueto@elsigma.com)
                                                                Recordar para negar (¿Violencia escolar?), por Sergio
                                                               	
 Entrevista a Luis Kancyper, por Emilia Cueto
	                                                              Zabalza
 Entrevista a Héctor López, por Emilia Cueto
	
                                                               Arte y Psicoanálisis
Colaboraciones                                                   (coordinación: Peichi Su • psu@elsigma.com)
  (coordinación: Rosina Duarte • rduarte@elsigma.com)
                                                                Marcel Duchamp: De “La Mariée…” ao “Etant donné”-
                                                               	
 Una lógica de la clínica: Argumento - objeto a y función
	                                                              Última parte: “Vivemos num mundo par”, por Luis Carlos
 fálica, por Maximiliano De Lorenzi Alvarado                    Miranda
Hospitales                                                     Filosofía
  (coordinación: Gabriel Belucci • gbelucci@elsigma.com)         (coordinación: Silvia Ons 	
                                                                                            sons@ciudad.com.ar)
  (equipo: Darío Gigena, Melina Caniggia, Leopoldo Kligmann,
  Delfina Demonte)                                              Crisis de la ética, por María Josefina Regnasco
                                                               	
                                                                                                      Imago Agenda | 15
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(Viene de pág. 4) tar en el plano o en el espacio tridimensio-     sea la interpretación o en cualquiera de sus otras modalida-
nal, la forma de un ocho, que si lo pliego es lo que Lacan lla-    des, deviene acto cuando propicia un corte con el objeto de la
ma el ocho interior.                                               Fixierung, con el objeto de la fijación a un goce parasitario. El
                                                                   resultado de ese corte es la efectuación del sujeto. A la línea
                                                                   sin puntos, le adjuntamos, entonces, un punto fuera de línea
                                                                   – point-hors-ligne, otro nombre del objeto a.
                                                                     Pues bien, si vamos ahora a la escritura de Lacan con la que
                                                                   comenzamos este relato,
            Borde de la
                                         Ocho interior
         banda de Möebius
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E
       n un intento de responder a las preguntas que el títu-              dad occidental6–, poniendo así en tela de juicio todas las evolu-
       lo de este artículo regularmente despierta en los psicoa-           ciones temporales lineales freudianas, tales como: “autoerotis-
       nalistas que siguen las enseñanzas de Lacan, o sea: ¿Por            mo, narcisismo, amor objetal”, o como “oral, anal, fálico y ge-
qué y para qué la topología en el psicoanálisis?, sin hacer uso            nital”7. En cuanto a la espacialidad propuso que la concepción
de explicaciones de la índole de aque-                                                             adecuada al psicoanálisis es la que resul-
llas que hacen hincapié en ideas como                                                                ta de la incorporación masiva a la teoría
“gusto”, “inclinación” o “transferencia”                                                             psicoanalítica de elementos de la topo-
de Lacan por las matemáticas, propon-                                                                logía combinatoria8, aquella desarrolla-
go preguntarnos lo siguiente: ¿cuáles son                                                            da hace ya más de un siglo.
las cuestiones que en psicoanálisis obligan                                                            Para pensar las relaciones entre las en-
a abandonar la espacialidad del sentido                                                             señanzas de Freud y de Lacan podemos
común del contexto discursivo freudia-                                                             aprovechar la forma en que Julián Marías
no para considerar las elaboraciones es-                                                         plantea la “filiación intelectual” de Aristóte-
paciales no intuitivas de la topología combi-                                              les respecto de Platón: “inexplicable sin él, irre-
natoria que Lacan propone para el psicoaná-                                                 ductible a él”9. Es en las concepciones del tiem-
lisis a lo largo de toda su enseñanza, al me-                                                po, del espacio y hasta de la función de las ma-
nos desde 1953 hasta 1980 y en especial en                                                   temáticas en los discursos sobre los hablantes,
el último tramo de la misma? En sus térmi-                                                       donde la irreductibilidad de Lacan a Freud
nos, esta cuestión se responde mediante                                                           se hace evidente e indiscutible.
la fórmula: inmixión de Otredad.2 El pri-                                                              Aboquémonos al estudio de la cuestión
mer término de la fórmula es neológi-                                                                de la espacialidad correspondiente a la
co en francés y español e intenta tradu-                                                              teoría y práctica del psicoanálisis. La-
cir immixing, el término inglés utiliza-                                                              can distingue netamente toda conside-
do en EE.UU. en 1966 por Lacan, y sig-                                                                ración sobre el inconsciente y su sujeto
nifica: mezcla que indistingue los compo-                                                            de la percepción, del aparato neuronal
nentes; con este término Lacan indica que                                                          y de las vivencias o experiencias de satis-
nada del sujeto del inconsciente podrá ser                                                      facción o insatisfacción y propone concebir-
considerado sin que se acepte que en su lugar                                               lo como un “saber no sabido” y lo articula como
también opera siempre el lugar del Otro; se trata, entonces, de            el “discurso del Otro”, consecuentemente se produce como de-
una mezcla de lugares.                                                     rivación lógica lo siguiente: el inconsciente ya no puede ser in-
   En la obra de Freud reina una concepción espacial del cuerpo            terno de nadie pero tampoco algo que no sea exclusivamente
en la que se lo considerada res extensa regida por el partes extra         particular. El problema radica en cómo entender esta particu-
partes cartesiano, lo que quiere decir que las partes son todas ex-        laridad para que no se la reduzca a la simple individualidad de
teriores las unas respecto de las otras. Pero Lacan, dada su con-          nuestra ideología contemporánea.10 La solución propuesta por
cepción de la prioridad lógica del significante y el discurso, no          Lacan comporta una verdadera subversión del sujeto: ¿cuál?
comparte esta posición, en su lugar sostiene: “No se goza sino             Sólo advendrá el sujeto del inconsciente en su particularidad
corporeizándolo de manera significante. Lo cual implica algo               si se lo concibe en un lazo con el Otro en un discurso que tam-
distinto del partes extra partes de la sustancia extensa.”3                bién se caracteriza por ser lazo con un Otro. En ambas instan-
   Así como muchos de los máximos contribuyentes a la crea-                cias los dos lugares se postulan en inmixión espacial.
ción de la física cuántica no pudieron dejar de inscribir sus ge-             A esta altura del desarrollo del argumento se hace necesario
niales descubrimientos “cuánticos” en la lógica de la física an-           hacer dos consideraciones.
terior a la cuántica, haciendo que los autores que les siguieron              Primero: se debe abandonar en psicoanálisis y en función de
en la disciplina tuviesen que terminar de inscribir los logros de          la enseñanza de Lacan toda concepción de lo interno y lo exter-
los primeros en la “física cuántica” que los segundos se encarga-          no en la consideración de la relación sujeto () y Otro (). Esto
                                                                                                                   Imago Agenda | 17
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es: se debe establecer una distinción radical de: a) la cadena sig-     re con objetos (superficies) en los que se pueda plantear la in-
nificante y su oquedad11 (béance), b) del discurso, c) de la fun-       mixión de las mismas; por ejemplo, que “lo central” de una de
ción sujeto del inconsciente y d) del objeto a de la interioridad       ellas (el sujeto) consistiendo en una oquedad, es ocupado por la
del cuerpo biológico, allí donde Freud consideró que se locali-         otra (el Otro) y viceversa como sucede en la interpenetración de
zaban el manantial de las pulsiones y el aparato psíquico.              dos toros. Sólo así se puede comprender la fórmula: “uno recibe
   Las entidades tridimensionales, las únicos objetos considera-        su propio mensaje desde el Otro” y operar con el objeto a conce-
dos reales por el sentido común aristotélico medieval12 que rei-        bido como equivalente a un hueco en una superficie.
na en nuestra cultura, no son adecuadas a las concepciones la-             Todo el desarrollo en torno a los tres registros que Lacan pro-
canianas de los objetos con los que opera el psicoanalista en su        pone para el psicoanálisis que rigen su elaboración en los últi-
clínica. Como un ejemplo de esto último, propongo recordar que          mos diez años de enseñanza lacaniana, está signada por el tra-
cuando Lacan crea el “plus-de-gozar” (no “plus de goce” como            bajo con la lógica del nudo borromeo, donde la “interpenetra-
algunos dicen o escriben) lo hace proponiendo una sustitución           ción” de lo simbólico, lo imaginario y lo real por los otros dos
de la energética freudiana, que opera con cantidades de ener-           es la ley fundamental.
gía provenientes de la realidad y del interior del cuerpo, sien-           Segundo: si el inconsciente está estructurado con un lenguaje,
do las últimas las más importantes en el sistema freudiano, por         si no hay realidad más que discursiva, si el fantasma es el marco
una economía política13 recordando nosotros que “economía”              de la realidad, el objeto a se caracteriza por estar extraído de la
significa ley o norma de la casa o hacienda y “política” la orga-       misma, y el gozo15 (jouissance) por estar interdicto (inter-dicto:
nización social (en su etimología: las cosas que conciernen a           entre dos lugares enunciativos) y reprimido secundariamente16,
la ciudadanía14). Nada menos individual y biológico o corporal          entonces también es requerida una geometría como la topolo-
tridimensional que la posición de Lacan.                                gía combinatoria para dar cuenta de cómo se puede operar con
   Dado que para Lacan, y para no citar más que algunos casos           objetos bidimensionales (superficies) que, a su vez, puedan au-
paradigmáticos, el yo es la imagen del otro, el inconsciente el dis-    topenetrarse como en el caso del cross-cap, lo que es imposible
curso del Otro, el deseo del hombre el deseo del Otro, el ideal del     en la geometría euclidiana que utiliza Freud. La autopenetra-
yo es ideal de Otro, I(A), y el yo ideal es imagen del otro, i(a), el   ción es la contradicción pura del partes extra partes.
síntoma es significado del Otro, s(A), que la pulsión se escribe (        Evidentemente, si en psicoanálisis no se distingue entre las
 D) y que ni “” (el sujeto dividido por efecto del significante),     lógicas de los legados de Freud y de Lacan y se considera como
“” (en relación con) y “D” (la demanda) pueden ser biológicos          fundamental un goce concebido como emanando del cuerpo
o internos al cuerpo tridimensional y que su recorrido se reali-        propio, cuya propiedad es ser de origen no lenguajero en coin-
za en el campo del Otro, lo oral es demanda al Otro y lo anal la        cidencia con la satisfacción de la pulsión freudiana, entonces
demanda del Otro, etc., le es necesaria una geometría que ope-          la topología es absolutamente innecesaria y pasa a ser requeri-
                                                                        da una cierta “biología lacaniana”.
                                                                           Cada psicoanalista elegirá, sabiéndolo o no, entre cada una de
                                                                        estas perspectivas y su práctica, inclusive su “propio” lugar en la
                                                                        experiencia estarán profundamente determinados por su elec-
                                                                        ción, sin que nadie pueda garantizarle cuál es la correcta.
                                                                        _____________
                                                                        1.	 Lacan, Jacques, El Seminario, Libro 20, Aun, p. 127, Paidós, Barcelo-
                                                                             na, 1981; subrayado mío.
                                                                        2.	 Lacan, Jacques. “Acerca de la estructura como mixtura de una Otre-
                                                                             dad, condición sine qua non de absolutamente cualquier sujeto”, Ache-
                                                                             ronta Nº 13-, 1966.
                                                                        3.	 El Seminario, Libro 20, p. 32.
                                                                        4.	 Cf. Aczel, Amir D. Entrelazamiento. El mayor misterio de la física,
                                                                             Drakontos Bolsillo, España, 2008.
                                                                        5.	 Cf. Goldstein, Rebecca. Gödel. Paradoja y vida, pp. 226-227, Antoni
                                                                             Bosch editor, Barcelona, 2005.
                                                                        6.	 Cf. Vernant, Jean Pierre. Mito y pensamiento en la Grecia antigua, pp.
                                                                             53-58, Editorial Ariel, Barcelona, 1993.
                                                                        7.	 Cf. Lacan, Jacques, El Seminario, Libro 10, Clase XXII: De lo anal al
                                                                             ideal.
                                                                        8.	 Cf. Fréchet, M. y Fan, K. Introducción a la topología combinatoria, EU-
                                                                             DEBA-Cuadernos (7), Buenos Aires, 1974.
                                                                        9.	 Aristóteles. Ética a Nicómaco, Introducción de Julián Marías, p. XI, Cen-
                                                                             tro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2002.
                                                                        10.	 Cf. Dumont, Louis. Ensayos sobre el individualismo, Alianza Editorial,
                                                                             Madrid, 1987.
                                                                        11.	 Cf. Gárate, I. y Marinas J. M. Lacan en español. [Breviario de lectura],
                                                                             Cap. Oquedad (Béance), Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2003.
                                                                        12.	 Cf. Koyré, Alexandre. Estudios de historia del pensamiento científico,
                                                                             Cap. “Galileo y la revolución científica del siglo XVII”, p. 184, Siglo
                                                                             Veintiuno Editores, México, 1977.
                                                                        13.	 Lacan, Jacques. El Seminario, Libro 16, pp. 30 y 31, Editorial Paidós,
                                                                             Buenos Aires, 2008.
                                                                        14.	 Cordero, Néstor L. La invención de la filosofía. Una introducción a la fi-
                                                                             losofía antigua, p. 164, Editorial Biblos, Buenos Aires, 2008.
                                                                        15.	 Cf. Gárate, I y Marinas J. M. Lacan en español. [Breviario de lectura],
                                                                             Cap. Gozo (Jouissance), Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 2003.
                                                                        16.	 Lacan, Jacques, El Seminario, Libro 20, Aun, p. 76.
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C
        reo que si alguien me preguntara por dónde empezar con          yace una topología en la que toda línea cerrada recorta un dis-
        la matemática de Lacan, yo le diría que por aquí, o sea         co. Esto es una propiedad de la esfera. Insisto en este punto que
        por la topología. Lacan habla mucho de matemática, de           Lacan señala con mucho cuidado resaltando que éstas son las
varias maneras, de varias ramas. ¿Por qué preferir la topología         “construcciones analíticas”.
de superficies? Por un lado me parece que estructura bastante              Pero, plantea Lacan, hay enunciaciones sintéticas en el funda-
claramente un momento importante en la enseñanza de Lacan               mento de todo sujeto. Sintético y analítico se oponen desde Kant;
que va entre 1962, el Seminario de “La Identificación” y 1972,          aquí están usados con las correcciones que a su pesar introdujo
el escrito L’étourdit. No es que antes Lacan no hubiese usado la        Frege. Hay que agregar con Lacan: “construcción analítica” ver-
palabra “topología” pero si uno tiene idea de cómo era en esos          sus “enunciación sintética”, lo que es digno de ser subrayado.
tiempos el medio cultural de París, en el que Lacan se movía, se           Dice Lacan en ese momento que esas enunciaciones sintéticas
podría decir que hubiera sido muy raro que no tuviera acceso a          son líneas de corte que no dividen en dos regiones. Si las lógicas
esta palabra. La topología flotaba en París, era el auge máximo         mencionadas se sostienen en la topología de la esfera, tendre-
de la matemática en esos momentos. Lacan usa repetidamen-               mos que buscar otras superficies en la que estas líneas de corte
te la palabra “topología”, en el sentido de relaciones que no son       que no dividen puedan trazarse para sostener otras lógicas en
métricas. Por ejemplo, dibuja el “esquema L” y dice “bueno, esto        las que puedan escribirse las enunciaciones sintéticas.
es topológico y no geométrico” queriendo decir con eso que no              Así se inaugura la costumbre de Lacan de formular preguntas
importan las medidas, importa la relación entre cuatro elemen-          lógicas y dar respuestas topológicas. En principio la cuestión era
tos, cómo esos cuatro elementos se relacionan de cierta mane-           si todo se va a reducir a lo analítico, la respuesta es que hay su-
ra y no de cierta otra. Es una versión no claramente reconoci-          perficies que no son la esfera y en las que es posible hacer cor-
ble como topología.                                                     tes que no dividen en dos. Es una respuesta que se da en otro
   A partir de 1962 se hace evidente que Lacan tenía un soporte         capítulo, no en la lógica sino en la topología.
profesional atrás, en algún momento expresa “ayer estuve con               Más allá de que a uno pueda interesarle seguir el modo en el
un matemático porque yo voy al matemático como otros van al             que Lacan hace las cosas en cada momento, me parece que esta
peluquero”. Empieza a aparecer el lenguaje típico de la mate-           línea general de relacionar la topología con las preguntas que se
mática, es decir, topología aquí está utilizado en el sentido es-       le formulan a la lógica es un tema fundamental. Es decir que tra-
tricto en que se usa en matemática, incluso podemos saber cuál          bajar la teoría de superficies nos viene bien para entender cues-
es el texto que toma como base1.                                        tiones lógicas que se van planteando todo el tiempo. Creo que
   Empezando a trabajar con las superficies se nos plantea esto         he dado un buen argumento para empezar con teoría de super-
¿Qué podemos hacer con una superficie? Podría decirse así: ¿Para        ficies, abarca un período de la obra de Lacan muy bien defini-
qué quiero las superficies? Para trazar líneas. ¿Para qué quiero        do, que podríamos decir que empezó tal día, y en tal día culmi-
trazar líneas? Para usarlas como línea de corte.                        na. No digo que se acaba, no es que Lacan nunca más habla de
   Voy contar con cierto detalle la primera aparición de esto en el     topología de superficies, pero a partir de 1970 o 1971 está he-
Seminario de “La Identificación”. En algún momento, un poqui-           cha esta topología y aparecen otro tipo de cuestiones.
to antes del punto inicial, plantea Lacan a partir de la Paradoja
de Russell: “El conjunto de todos los conjuntos no es un conjun-          Retomando, si no es la esfera, debemos buscar otras superfi-
to”, lo dibuja con una doble vuelta y dice: una vuelta simple no        cies para soportar otras lógicas. Luego de la esfera, las dos más
se cierra, una doble vuelta se cierra pero se cierra sobre nada;        sencillas son el toro y el plano proyectivo y esa alternativa, la
esto va a ser la estructura del objeto a: va a tener un borde en        idea de trabajar con los dos y la manera en que pueden articu-
doble vuelta que no encierra nada. Es el antecedente inmedia-           larse es el trabajo con las superficies para Lacan; lo principal del
to de lo que va a trabajar en ese seminario.                            trabajo de Lacan para las superficies se sostiene en la estructu-
   Después, en la clase 12 del Seminario 9 aparece esta idea “La        ra de estos dos objetos, plano proyectivo y toro.
matemática es una gigantesca construcción analítica” y enume-             El toro puede mostrarse por un salvavidas o una cámara de
ra varias lógicas tradicionales a las que esto se aplica y lo ilustra   auto, es entonces fácil de imaginar; la estructura de estas líneas
con los llamados círculos de Euler. Por ejemplo el significante         que no dividen en dos regiones es tremendamente complicada
“hombres” se escribe como una línea cerrada que recorta un dis-         pero puede ilustrarse fácilmente. Una tal línea da un cierto nú-
co: el concepto “hombres”. Lo mismo con el significante “morta-         mero de vueltas pasando por el agujero central y otro número
les” que recorta el concepto “mortales”. Entonces “todos los hom-       de vueltas que lo bordea. Lacan las llama vueltas llenas y vuel-
bres son mortales” se escribe con dos discos uno dentro del otro.       tas vacías, las remite a la demanda y el deseo. Hay una propie-
El disco “hombres” está contenido en el disco “mortales”.               dad de la estructura del toro: estos dos números no pueden te-
   Dentro de “hombres”, un círculo más chico podría ser “grie-          ner un divisor común, además si uno es igual a uno el otro es
gos”. Entonces, la conjunción de las dos proposiciones “todos lo        igual a cero. En particular esta propiedad teórica nos dice que
griegos son hombres” y “todos los hombres son mortales” im-             las vueltas de la demanda no pueden repetirse sin que la línea
plica la proposición “todos lo griegos son mortales”. Esto según        dé alguna vuelta llena, es decir, la demanda se articula con el de-
Aristóteles es una proposición compuesta: las dos primeras es-          seo. A partir de algún momento el número de las vueltas del de-
tán unidas por un y, y forman una proposición compuesta que             seo se fija en dos, en consonancia con lo que se dijo de la estruc-
es el antecedente de una implicación cuya consecuencia es: “to-         tura del objeto a, entonces el número de vueltas de la demanda
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debe ser impar, lo que explica una enigmática cita de L’étourdit:       Lacan escribe con esta estructura la fórmula del fantasma a;
“... el infinito impar de la demanda...”.                             la estructura del sujeto barrado es la banda de Mœbius, la del
   La otra superficie que se nos ofrece de entrada es el plano pro-   objeto, que ya conocíamos, un disco pegado a ella y el rombo es
yectivo. A diferencia del toro, su estructura es muy sencilla pero    escrito como esa línea de corte. “La banda
                                                                                                               A  es el corte”; elA sujeto
tiene la dificultad de que no es posible representarla en el espa-    es su propia división.
cio. Hay modos de representarla pero implican incluir atravesa-         El plano proyectivo y su corte se presentan mejor como un
mientos que no están en la estructura. Uno de ellas, la más co-       “atlas” de dos “mapas” en los que las líneas de contorno se han
nocida, es la que Lacan llama cross-cap o gorro cruzado, la cons-     permutado, el último mapa es una versión del esquema R que
trucción es lo bastante complicada como para preferir otro mé-        aparece en el texto “Una cuestión preliminar...”.2
todo; pero de ella parte Lacan en el Seminario 9 para después                                                       A                  A
                                                                      Referencias generales
                                                                      Jacques Lacan. Seminario 9, “L’Identification” (inédito). Traducción de
                                                                                Ricardo Rodríguez Ponte para la Escuela Freudiana de Buenos
                                                                                Aires.
                                                                      Jacques
                                                                          negro Lacan.
                                                                                   azul “L’étourdit”en
                                                                                              rojo     Autres écrits. Seuil.
                                                                      Carlos Ruiz. “Topología de superficies”. Curso en la Escuela Freudiana de
                                                                                Buenos Aires. 2004
                                                                      ____________
                                                                      1.	Fréchet y Fan. Introducción a la topología combinatoria. Cuaderno Nº
                                                                         7. EUDEBA. Buenos Aires
                                                                      2.	Jacques Lacan. “Una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de
                                                                         la psicosis”. En Escritos. Paidós.
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E
       l intento de mostración-demostración del psicoanálisis         lógicos de Lacan nos posibilitan decir acerca de nuestra clínica
       con respecto a su teoría y a su clínica no es nuevo ni no-     sin hacer mitos y proponiéndonos “logos” y “poiesis”.
       vedoso. En todo caso re-novado. Basta recordar la ape-            Pasamos así, en nuestro decir, del instante de la mirada, al
lación que Freud hace de su mostración del aparato psíquico           tiempo para comprender al momento de concluir.
no solo en La interpretación de los sueños –en tanto con el “es-         Todo relato de la clínica –de un fragmento de un discurso en
quema del peine” se esfuerza en poner en plano el funciona-           análisis porque nunca sería, entre los analistas de otro modo–
miento de la “máquina”– sino también, ya en su segunda tópi-          produce la fascinación de una historia humana. Luego, tras ese
ca, en “El Yo y el Ello”, con su esquema llamado “del huevo”.         tiempo de coagulación en la mirada, y para que no quede en
Pero Freud recurre a la geometría plana, a las dos dimensio-          ello, se abre un tiempo para comprender y, en el mejor de los
nes, a dar un “topos” a lo que es dinámico, a lo que no tiene         casos, se instaurará un momento de concluir.
“locus” anatómico, y elegimos decir que esto –para no ir al re-          Veamos. La dicente (¿por qué la recurrencia a la paciencia lla-
manido “imaginario” tan frecuentemente utilizado para decir           mando a quienes vienen a decir a un psicoanalista serían “pa-
y no decir– es un esfuerzo de figurabilidad, de puesta en forma       cientes”?), ha tenido a lo largo de numerosas entrevistas pocos
de, y de formalización. Pero no de formalización en el sentido        momentos de análisis. Es alguien que está tomada por la per-
de constituirnos en una ciencia formal, sino de dar una forma         versidad cotidiana de una familia disfuncional que la ha crista-
–aunque sea plana– de aquello que por no tener forma especí-          lizado en lo que hemos dado en llamar el lugar de la “Cenicien-
fica, cobra todas las formas. Ergo, el significante. Todos y nin-     ta” pero algo de su deseo se dice tras lo que se escucha en po-
guno, en suma cualquiera, pero que tenga, y venga a cobrar, el        der llegar a convertirse en princesa de su príncipe.
valor de acontecimiento.                                                 Las quejas son reiteradas en tanto el maltrato de sus familia-
   Freud hace un esfuerzo superior por superar el “locus”, de-        res pero... “Aún” ella no deja de no reiterarlas en tanto soste-
cíamos, la localización e incorporar el concepto de psiquismo a       nidas por un modo de goce. En una de esas entrevistas y ante
un cuerpo que está en todo atravesado por la acción eficaz del        el lenguaje infantiloide de ese ser, el analista, se escucha decir:
inconsciente. En este punto venía a nuestra memoria la metá-          “Hace años que decidí no escuchar niños en análisis”. Ella se si-
fora lacaniana: “El hombre piensa con los pies”, en tanto ¿por        lencia, hace una pausa y comenta: “¡Eso duele!”
qué siempre se apela a la “cabeza” como sede del pensamien-              ¿Qué ha ocurrido, ante qué estamos en este que llamaremos
to? ¿Y por qué supondríamos que el psiquismo tendría su sede          –porque no hay otra forma más que esa de concebirlo– un mo-
en el cráneo que aloja al cerebro? Entonces, ¿toda patología de-      mento de análisis? Ha ocurrido el acontecimiento pero este
rivada de causas psíquicas sería cráneo-cerebral?                     acontecimiento se puede decir de muchos modos.
   Lacan, munido de algunas pocas herramientas –lo cual hace             En primer lugar, y haciendo referencia al esquema lambda,
a la delicia de sus detractores– pone en forma de matemas,            precisamente, la especularidad se ha disuelto por el tiempo del
grafos, topologizaciones y nudos, aquello que cobra entonces,         acontecer significante. El muro de lo imaginario, ese que con-
tres dimensiones.                                                     duce al Yo a espejarse con el otro para que éste le devuelva su
   Para nosotros será aún más, en tanto inscribir, por ejemplo,       propio mensaje invertido, se ha visto horadado por la acción
un cuerpo viviente en la cuatridimensionalidad einsteniana, lo        del significante que, proviniendo del Gran Otro ha hecho ad-
cual incluye el tiempo.                                               venir Sujeto del mismo. Seguimos hasta aquí la puesta en for-
   ¿En qué, por qué, y para qué, serían útiles los recursos –en       ma de ese esquema.
tanto recurrir– de Lacan a lo que, en general, llamaríamos sus           En segundo lugar, partiendo del discurso del analista, hemos
“matemas”? Como él lo dijo: es una forma o modo de “poner             arribado al discurso amo, discurso del significante, discurso del
en letritas lo Real”.                                                 inconsciente, donde un significante viene a representar al su-
   Se ha denunciado a Lacan de no dar cuenta suficientemente          jeto para otro significante con producción de un resto entrópi-
de su clínica; alguna vez se escuchó decir –con tanta exagera-        co de goce, de objeto llamado a. Y esto se muestra –y demues-
ción como su intento de defenestración– que toda su obra daba         tra– en tanto “niños” (S1), “duele” (S2), y el Sujeto de ese dolor
cuenta de su clínica.                                                 en el lugar de la verdad inconsciente. De ello ese plus de goce
   “Al César lo que es del César y...” –parafraseando– a los ma-      que da cuenta de un laborar y permite que la máquina siga gi-
temas lo que es de ellos.                                             rando. Porque si se arribó allí no es desde otra posibilidad que
   Decir la clínica en grafos y matemas simplifica su transmisión.    partiendo desde el discurso del analista –ese que, como decía-
Va de lo Imaginario del relato mítico –con todos los vicios del có-   mos, Lacan prefirió “un discurso sin palabras” y del que elegi-
digo– a la posibilidad de transmitir un mensaje que es puro Sim-      mos llamar “discurso del síntoma”, ampliando la nominación
bólico y da cuenta de un Real, un Real que como dijo el autor en      lacaniana de “Discurso de la histeria”.
cuestión alguna vez, hace nudo con lo Imaginario y lo Simbóli-           En tercer lugar ese nudo de Imaginario, Real, Simbólico, –re-
co cediendo su lugar al síntoma. Es esta derogación imaginaria        dondeles de cuerda de distintos espesores cada vez–, ha visto
la que confunde y hace obstáculo a los principiantes: ellos quie-     privilegiado su juntura entre Real y Simbólico: éste ha avanza-
ren tener el contenido y se ofuscan con el continente.                do sobre lo Real corriendo sus límites: desde la docta ignoran-
   En los principios, en los albores de su enseñanza, Lacan pro-      cia ha hecho camino con un nuevo símbolo, apuesta de lo Sim-
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bólico sobre lo Real. Se ha privilegiado, también, el buen amor          El significado que se da a esto es del orden del síntoma: está
de transferencia –ésta funcionó en ese momento– e hizo caer           “escondida”, opacada, cubierta de cenizas, deslucida, descui-
esa unión que impide entre Imaginario y Real, que más allá de         dada en sus probables brillos falicizados porque lo contrario
designar la pasión del odio, en todas sus manifestaciones e in-       es peligroso y contradice los mandatos del Gran Otro. Pero, y
finitas gamas, abroquela el Imaginario.                               “Aún”...el significante en su “automathon”, no deja de no insis-
   Pero, además, la figura tórica de la demanda, tiene su lugar       tir y cuando insiste en transferencia está allí para ser escucha-
en esta historia. ¿Por qué adviene a entrevistas este ser? Por-       do y si lo es puede llegar a producirse el acontecer del sujeto
que la vida se le hace insoportable dada la locura de a dos que       del inconsciente. 	Sí, eso duele hoy para que mañana la herida
traman entre hermana y madre con consentimiento del padre             se restañe en una vía de mayor placer y menos goce sin simbo-
y que la empuja a ella –derivación de su propio goce cercano          lizar, de ventura, de promesa para sí misma. Es por ello y para
en sus límites a un atisbo de Goce Otro– y porque en virtud de        ello que mantiene y lleva a cabo un análisis. Porque si bien co-
los mandatos que la quieren “Cenicienta”, se ha visto en ries-        nocemos freudianamente El porvenir de una ilusión y todo el
go de destruir su propio sendero de destino, por ejemplo, de-         malestar que conlleva el estar en la cultura, como diría Sartre,
construyendo su pareja, bien avenida, y con visos de proyecto         somos seres “felicitantes”. Y fue el mismo Lacan quien pronun-
de próxima concreción, en tanto su familia denosta a ese hom-         ció aquello de que un análisis alcanza con que alguien sea más
bre –a quien ni siquiera conoce– con los peores calificativos y       feliz por vivir.
augurándole, a ella, los peores males.                                   Grafos, nudos, matemas, “seres” u objetos topológicos, en
   La dicente –término tomado del lenguaje jurídico– dice al ini-     suma: letritas para un Real que, henchido de goce no dejará de
cio de cada entrevisa: “¡Pasó de todo!”. Es un ritornello. Y esto     hacer obstáculo, definitivamente agujero profundo, “ombligo”
tiene aserto de verdad en tanto el “todo” del lenguaje pasa por       sin simbolizar para nunca jamás. Pero si de ese Real que ani-
su historia, en general, sin dejar rastros, dada la pregnancia de     da en el corazón mismo de la clínica, algo se puede transmi-
la frase oracular del mandato.                                        tir, ¿por qué no?
   Su demanda –así descifrada en estos tiempos de su decir– es           Muchos practicantes “no pueden” con matemas, grafos, nu-
que no pase todo sino que algo reste.                                 dos y objetos topológicos. Los desdeñan por incapacidad. Es su
   Conocemos el toro: una sucesión de bucles que permiten que         propia incapacidad para despegarse del sentido, del exceso de
uno conecte con el otro sin solución de continuidad. Un ocho          imaginarización y poder transitar con solvencia lugares matri-
interior que deja tras sí un cabo que permite que algo se siga        ciales. Es nuestra eventual dificultad para solo en un “a poste-
anudando. Diríamos para él: algo que no deja de no girar. En          riori” dejar que ello cobre algún sentido al inscribir de ese modo
el momento del acontecimiento ese giro ininterrumpido sí cesa         un fragmento de discurso en análisis. ¿Es imprescindible hacer-
para que algo se inscriba, el toro se cierra y en el agujero cen-     lo? No. Pero es un instrumento impostergable para que el re-
tral se prefigura el goce del objeto llamado a. Pero pasemos a        sultado de una escucha no se deje deshilvanar en los meandros
cómo se prefigura aquí el grafo completo del deseo.                   de las reminiscencias.
   Para todos un inicio: individuo de la necesidad, punto de par-        Además, y lo más importante, es un legado, es una herencia,
tida para el ser, la persona, alguna vez el sujeto. Pero para algu-   es una tradición ya para algunos analistas. Hagamos honor de
nos esa necesidad no es solo de “alimentos terrestres”, también       ello porque en ello, precisamente, reside la genialidad de algu-
lo es de “alimentos celestes”. Y ella no solo demandaría –como        nos pensadores que así lo merecen y no desdeñemos por nues-
todo humano– sino que necesitaría perentoriamente ser ama-            tras propias limitaciones aquello que por difícil –en realidad
da, lo cual no ocurre.                                                dificultoso– se nos opondría. Basta desprejuiciar para poder
   Estamos acostumbrados –mal– a no leer los vectores de gra-         producir. Para ello, también para los psicoanalistas, es funda-
fos y matemas; solemos aquietarnos con las “letritas”. Pero si        mental desprenderse del instante de la mirada para pasar por
Lacan los vectorializó, no es sin motivo. En primer lugar, des-       el tiempo para comprender para arribar, alguna vez, a un mo-
de esa necesidad de ser amada, reconocida, por su familia –en         mento de concluir.
un vector que recorre todo el grafo llegaremos a los ideales del
Yo, punto de llegada. Su familia no es lo que ella idealiza; es lo
que es y lo que es resulta verdaderamente lo contrario de esos
                                                                          Si Ud. vive en el Gran Buenos Aires o en el
ideales por lo cual ella se escuda en su aparato de creencias            interior del país puede comprar sus libros en
yoico: “¡No lo puedo creer!”, habida cuenta que ella sí lo pue-         LETRA VIVA como si visitara nuestro local
de creer pero no quiere hacerlo. Es así que su mensaje circu-
la entre el moi, Yo especular y la imagen del otro rebotada. Sin      Utilice nuestro sistema de contra reembolso, la forma más rápida,
embargo, algo ocurre que le permite recircularizar algo de su         económica y segura de recibir sus libros en su hogar en un máximo
decir a través del Otro, odre de los significantes y que, en este     de 72 hs. hábiles y abonándole la factura al cartero del Correo Argen-
ejemplo viene a decirse por la voz del analista: “niños”. Sí, a ve-   tino. Además conserva todos los beneficios de comprar en nuestro
ces niños, diría Nietzsche, “demasiado niños”. Y es lógico: rela-
                                                                      local de Coronel Díaz 1837, como el descuento acumulativo en su
ta que cuando niña su madre era muy distinta y la vida mucho
más fácil para todos. Es así como ese significante hace camino        ficha de cliente y recibiendo junto a su pedido nuestra publicación
y se encuentra con un retoño deseante para ir a recubrirse de         mensual Imago Agenda. Puede hacer su pedido mediante nuestra
los mismos y hacerse demanda-pulsión. Pero el deseo del Otro          página web: www.letraviva.elsigma.com donde encontrará más de
la quiere “niñificada”, nihilizada, hecha polvo de ser en tanto       23.000 títulos especializados de todas las editoriales argentinas y ex-
opacar sus logros para no calificar en exceso frente al fracaso       tranjeras. O si lo prefiere por e-mail: letraviva@elsigma.com, teléfo-
de su hermana –además melliza–. Esto se configura en un fan-          no o fax al (011) 4825-9034 (rotativas).
tasma oracular: “¡No vencerás!” –se construye. “¡No vencerás!”
logrando una familia nuclear–, probablemente muy alejada del              Av. Coronel Díaz 1837 (1425) Ciudad de Buenos Aires.
ideal pero también alejada del profundo malestar de esa “locu-
                                                                                            Tel. (011) 4825-9034
ra erotómana de a dos”, entre madre y hermana, con la conni-
vencia de un padre totalmente impotente.                                e-mail: letraviva@elsigma.com / www.letraviva.elsigma.com
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                               La obsesión topológica
                        y la llamada transmisión integral
                                                                      nificante; “digno” sí. Y si se dice que puede sin embargo serlo
            Escribe                                                   –por ejemplo la escritura fallida de un sujeto–, es porque allí
                                                                      leemos, desde el punto de vista de la enunciación, la diferen-
            Juan Bautista Ritvo
                                                                      cia entre “digno” y “dgno”.
            juanritvo@fibertel.com.ar                                    Pero no me interesa la lingüística en cuanto tal; muchas ve-
                                                                      ces una lectura aberrante de un concepto teórico arroja resul-
¿S
            e puede hablar de una topología psicoanalítica? Si        tados enriquecedores. ¡No es el caso, para nada!
            le damos al término su acepción estrictamente ma-            Porque la lectura “errónea” de la fonemática está al servicio
            temática, evidentemente no.                               de una búsqueda también fallida de Lacan: hacer del signifi-
   Un expositor define a la topología como el estudio de la con-      cante un orden “combinatorio y cerrado” tal y como lo inten-
tinuidad, que comienza con la continuidad del espacio, aun-           tó en “La instancia de la letra”; algo que, de hecho, abandonó
que nos advierte, de inmediato, que es imposible elaborar una         en los años posteriores. Pero lo que allí se localizó, el esfuerzo
representación visualmente identificable de algunos de estos          combinatorio, habrá de desplazarse en años posteriores hacia
“espacios”; por lo demás, tal empresa carece de interés1. Es que      el territorio de lo que denominará mathema.
nociones tales como “espacio” o “continuidad” (basta consul-             Cuando intente en Aun mostrar que lo real no puede inscri-
tar cualquier manual mínimamente riguroso) están definidas            birse sino como una impasse de la formalización, dirá, apoyán-
por normas que obedecen a axiomas precisos, los cuales, en-           dose una vez más en una célebre aseveración de Russel, que la
tre otras cosas, diferencian el espacio métrico que conocemos         matemática no sabe sobre qué habla y que si habla no quiere
como euclidiano del espacio topológico.                               decir nada y por eso “ella es la elaboración más avanzada de
   Y si hablamos de normas y de axiomas también hablamos              la significancia que nos haya sido dado producir” (p.112), y lo
de teoremas y del conjunto del sistema de cálculo del que for-        dirá para retornar a un proyecto sostenido, esta vez también,
man parte. Un cálculo –es ésta una verdad elemental que de-           sobre una errónea captación de la disciplina a la cual más ho-
bemos recordar–, funciona automáticamente, al margen de               menajes ha rendido.
cualquier pensamiento, precisamente porque prescinde de                  Una vez más digo lo que dije sobre la lingüística: me intere-
todo contenido.                                                       sa despejar la incomprensión porque afecta y del peor modo
   Nada de esto se encuentra en los objetos que Lacan denomi-         al psicoanálisis.
na topológicos: él pasa de figura en figura sin la mediación de          La referencia a Russel, que no es exacta pero que refleja, por
ninguna regla, de ninguna demostración, de ninguna ley. Ob-           así decirlo, el espíritu de lo que dice, nos viene bien: es una ex-
servación que es trasladable a los denominados mathemas: la           celente vía para llegar al corazón del problema.
letra Phi es la inicial del falo, no la inicial de lo que llamamos       Las matemáticas (y asimismo la lógica) no quieren decir nada
“función”, relación constante entre variables. Y así con todos:       cuando hablan porque… no hablan. Es necesaria el habla (La-
la a del objeto es la inicial de la palabra francesa tan cargada      can lo advierte más adelante en el mismo seminario, ver p.144)
de sentidos autre; la S la inicial o del sujeto o del significante.   para transmitir las matemáticas, sin duda; no obstante, “habla y
¿Podría haber una combinatoria de abreviaturas?                       formalización del cálculo persisten en su mutua exterioridad”.
   Desde luego, podría redargüirse: Lacan no hace matemática          Las reglas de formación de las expresiones, las reglas de deduc-
sino matematiquería. Concedámoselo, por un momento, pero              ción, los corolarios, lemas, definiciones, los teoremas de que a
a condición de hacer la pregunta pertinente: si Lacan toma de         su vez se deducen nuevos teoremas, construyen edificios cuyos
las matemáticas y de la lógica elementos subsidiarios y hasta         pisos están construidos con “estricto paralelismo” a los enun-
contingentes, ¿qué justifica el préstamo?                             ciados de la lengua corriente que los enseñan. En cambio, con
   Es en el seminario Aun donde encontraremos la respuesta.           los mathemas de Lacan sus enunciados cumplen una función
Veremos que ciertas dificultades inherentes a la teoría del sig-      de “interferencia”, de “deformación”, de “transposición”, etc.,
nificante, se desplazan hacia los objetos topológicos y vienen        por la sencilla y desarmante razón de que no se sostienen por
finalmente a encallar en la pretensión de Lacan de que es posi-       sí mismos. ¿Cómo podrían hacerlo expresiones que son o sim-
ble sostener, en el campo psicoanalítico y de manera coherente        ples abreviaturas –la letra φ, me repito pero vale la pena ha-
con sus premisas, la idea de una “transmisión integral”.              cerlo, no significa “función” sino falo– o bien variables que no
   Dice Lacan en Aun: “Esta manera de topologizar lo que toca         pueden disociarse de su contenido? Si digo “phi de x”, esta “x”
al lenguaje está ilustrada de manera admirable por la fonología,      no es una variable que admite cualquier interpretación, como
en cuanto encarna al significante con el fonema”.(p.27)2 ¡Pero        es notorio ocurre en las disciplinas formales; no puedo decir
no! La fonología no considera al fonema como unidad combi-            que indiferentemente x sea o piedra, o gato, u hombre, o mu-
natoria: los fonemas “integran” el significante y se extraen de él    jer. La célebre frase de Gonseth tantas veces citada –que las
mediante un análisis que los descompone en sus rasgos distin-         matemáticas son “la física de un objeto cualquiera”–, muestra
tivos. En la teoría saussuriana el significante es imagen acústi-     claramente la diferencia con el psicoanálisis.
ca, sonido o serie de sonidos que sólo en virtud de su poder de          A mayor abundamiento: “la matemática parte del vacío de
significar se convierten en significantes. El mero sonido, aun-       contenido no porque lo genere sino porque prescinde de él”:
que se trate de una unidad distintiva mínima como el fonema,          por ello es susceptible de tratamiento formal y cuando se calcu-
se combine como se combine, nunca produce significantes si            la no se piensa: el cálculo es mecánico; el sujeto sin duda nece-
no remite inmediatamente al significado: “dgno” no es un sig-         sita pensar, pero su pensamiento (y más si como en la imagine-
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ría popular –y no sólo en ella– es loco) no se inscribe para nada      de pérdida; pero la pobreza e indeterminación de estas figuras
en el cálculo. Cuando se trata de los fundamentos, ahí cambia          –letras dispersas combinadas a capricho, garabatos llamados
la cuestión y el matemático se pone a pensar. Mas los funda-           topológicos pero privados de lo único que los puede tornar to-
mentos metamatemáticos, epistémicos y si se quiere filosóficos,        pológicos, la escritura matemática de un cálculo, que es justo
tienen un estatuto por entero diverso al del cálculo.                  lo que está radicalmente ausente en las incesantes referencias
   ¿Calcula el psicoanálisis? Sus objetos, inmóviles, caben en         de los últimos seminarios–, a las que siempre tiene que soco-
un par de páginas, desde los llamados mathemas hasta los bor-          rrer la autoridad y el humor de Lacan en un esfuerzo sin duda
des, superficies, nudos, cadenas; todo eso respira una enorme          vano para darles el estatuto de íntegra transmisión, cuando se
inmovilidad y de esta forma se tornan objetos mágicos, fetichi-        deshacen de continuo entre las manos precisamente porque no
zados que declinan en sugestión, precisamente porque les fal-          pueden alojar el equívoco, la densa polivalencia de sentidos que
ta lo que es el corazón de las matemáticas: el aparato formal          se anudan finalmente en el sin sentido, cuando no pueden al-
de deducción que permite pasar según reglas fijas de una ins-          canzar el rigor y la seriedad de una escritura.
tancia a la otra, de una fórmula a la siguiente, de un corolario          Es que la escritura es, como tal, una condensación retórica
a un teorema, de un teorema a una ley y así sucesivamente.             de las virtudes de la lengua; y hablar de lengua supone, cuan-
Mas cuando el ver queda fijado a un garabato, a una figura, a          to menos, una multiplicidad de planos que se intersectan sin
una letra aislada que no se sabe de dónde viene ni adónde se           integrarse y se superponen parcialmente sin confundirse; pla-
dirige, el estancamiento libidinal reemplaza cualquier pensa-          nos que en cada fase de su organización “dejan algo fuera de la
miento y produce inhibición.                                           sistematización”, algo precioso, indivisible e irreductible pese
   Los teóricos del Renacimiento –Llul o Lulio, Giordano Bruno y       a que –y aquí retomo observaciones notables del seminario so-
tantos más sobre los cuales Francés Yates ha escrito páginas no-       bre la carta robada–, se lo divida incesantemente.
tables–, usaban los emblemas, las matrices, las letras matemáti-          Escritura es potenciación llevada al límite de la morfosin-
cas pero fuera de toda combinatoria, o para realizar una combi-        taxis alterada por la enunciación; de la semántica suplemen-
natoria absoluta, universal, totalitaria, inconcebible de antema-      tada por la retórica y de una perpetua oscilación entre el so-
no y que termina por perderse en detalles, en quiebres, en solu-       nido y el sentido (y, lo que es lo mismo visto desde su rever-
ciones de continuidad. Esa empresa es revitalizada, anacrónica-        so, entre la voz muda y el sin sentido) que termina por recla-
mente, en nuestra época, sin los justificativos y la grandeza que      mar un estilo.
tuvo en la suya, por el lacanismo que yo llamo portátil.                  Y para provisoriamente (no) terminar: ¿cómo se puede ha-
   El matemático prescinde del sinsentido, que es algo muy di-         blar de transmisión integral sin contradecir las bases mismas
verso a producirlo: sólo la dimensión de la palabra que alcan-         del psicoanálisis? ¿cómo, incluso y más acá, hablar de trans-
za y forja al cuerpo erótico puede efectivamente llevarnos a él.       misión de las matemáticas sin incurrir en un oximoron difícil
Esa prescindencia permite que el matemático elabore dispositi-         de sostener?
vos que pueden interpretarse en términos de macrofísica o de           ____________
microfísica, que sirvan para diseñar un reactor atómico o para         1.	 Barr, Stephen, Expériences de topologie, Lysimaque, Paris, 1984, p. 10.
calcular la extensión de las futuras tierras fértiles o infértiles.    2.	 Las citas remiten a la edición castellana corriente.
   Hay un punto en el cual los atolladeros vienen a confluir, y        3.	 Encore, ob. cit. p. 108.
es el siguiente:
   “La formalización matemática –dice Lacan– es nuestra meta,
nuestro ideal. ¿Por qué? Porque sólo ella es matema, es decir,
transmisible integralmente. (capable de se transmettre intégra-
                                                                                 Clínica de las psicosis
lement, dice el texto francés3) La formalización matemática es                            Seminario de psicoanálisis
escritura, pero que no subsiste si no empleo para presentarla
la lengua que uso. Esta es la objeción: ninguna formalización
de la lengua es transmisible sin el uso de la lengua misma. A
                                                                                             Pablo Guañabens
esta formalización, ideal metalenguaje, la hago ex–sistir (ex–                                            ¿Qué conceptos dirigen la cura en las psico-
sister) por mi decir. Así lo simbólico no se confunde, ni de le-                                          sis? ¿Cuales son las implicancias éticas funda-
jos, con el ser, sino que subsiste como ex–sistencia del decir.                                           mentales de un analista en relación a la prep-
(…) Se trata de mostrar adónde va la formalización, ese me-                                               sicosis, al desencadenamiento de una psicosis
talenguaje que no es, y que hago ex–sistir. (…) La escritura es                                           y al trabajo del delirio en un psicótico?
pues una huella donde se lee un efecto de lenguaje. Es lo que                                             No todos los analistas eligen el trabajo con
ocurre cuando garabatean algo.                                                                            psicóticos. Pero no siempre puede un ana-
   Tampoco me privo yo de ello, ciertamente, ya que con eso                                               lista evitar toparse con la psicosis. Es res-
preparo lo que tengo que decir. Es notable que de la escritu-
                                                                                                          ponsabilidad de un analista saber cuán-
ra tengamos que asegurarnos. No es, empero, metalenguaje,
aunque se le puede hacer cumplir una función que se le pare-                                              do conviene justamente, no tomar un suje-
ce.” (pp.144/147)                                                                                         to en análisis.
   Puntualicemos: ¿a qué queda reducida la noción de metalen-                                             La clínica de las psicosis es una clínica a
guaje si hay un metalenguaje ideal que es la escritura, pero al          construir. “Clínica de la psicosis”, texto del seminario que pretendemos
mismo tiempo, aunque cumpla una función parecida sin em-                 clínico, es una apuesta a ello.
bargo no lo es?                                                          En esta segunda edición se incluye “La otra prepsicosis” (2007). Este artí-
   Además: el ser es, en el contexto de este seminario, subs-            culo diferencia dos estilos diferentes de prepsicosis, y plantea también la po-
tancia de goce, el que se evapora –se pierde– en la medida en            sibilidad de no retroceder ante la prepsicosis. Lo hace a partir del relato del
que el ser hablante llega al decir; así lo simbólico no se con-
                                                                         tratamiento de un paciente prepsicótico al borde del desencadenamiento.
funde con el ser, pero ¿qué aporta de ex–sistencia esta supues-
ta escritura?                                                                                 Letra Viva Editorial
   Existir es estar fuera de sí, es decir, situarse en una dimensión
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                  La topología física
                     de L’Étourdit
                        por Marc Darmon
E
       n el texto L’Étourdit1, que data de 1972, Lacan define la topología que pre-
       senta en este escrito, “como la textura misma del discurso psicoanalíti-
       co”. Brinda un resumen de su topología al punto en que se halla su dis-
curso y su contribución al discurso psicoanalítico. Este texto es destacable en
este sentido ya que en él las figuras topológicas están ausentes. Las transfor-
maciones y las superficies son descritas sin ningún recurso al dibujo. Lacan la-
menta estar obligado a tener que hacer imagen a pesar de todo y no haber re-
currido a las puras fórmulas matemáticas, pero es en el conjunto del texto, en
los juegos de palabras, en la estructura gramatical misma, en las frases parti-
cularmente deformadas y difíciles de desplegar, de bajar al llano, que Lacan
muestra la topología que explicita.
   El mayor interés de estas superficies topológicas difíciles de aprehender es
justamente el de permitir criticar lo que sería una topología implícita, soporte
de la intuición común, y el de romper con la topología de la esfera, de la bolsa
a vaciar o a llenar, modelo largamente utilizado en las representaciones ima-
ginarias del inconsciente. Para apreciar esta topología en toda su amplitud, en
todas sus consecuencias, es necesario concebir un ser infinitamente plano que
se pasea por el espesor de las superficies constatando las paradójicas propie-
dades de esos espacios de dos dimensiones.
   “Un toro no tiene agujero, central o circular, más que para quien lo mira como
objeto, no para quien es su sujeto...”.
   La topología de L’Étourdit permite presentar el proceso de la cura psicoanalí-
tica. El enunciado (las vueltas del dicho) de la demanda hace corte en un toro,
el toro neurótico. Este corte se cierra sobre sí mismo gracias a la interpretación,
recorta al toro una “Banda de Mœbius bilátera”; esta banda que comporta dos
bordes y dos semitorsiones es vuelta a pegar consigo misma a lo largo de uno
de sus bordes, es así que viene a contener a la rodaja del objeto a que cierra la
Banda de Mœbius para constituir el cross-cap.
   Al principio tenemos, entonces, un corte en una superficie tórica. Esto nos
remite al seminario sobre La Identificación y al toro de la demanda y del de-
seo, estando la demanda representada por las vueltas en torno del agujero pe-
riférico y el deseo por el mismo corte girando en torno del agujero central que
prefigura al objeto a.
   Pero para que el toro se haga Banda de Mœbius, hace falta un número preci-
so, señala Lacan, de “vueltas del decir”. Así, cuando el corte realiza dos vueltas
en torno del agujero central del deseo es necesario que la demanda haga una
vuelta o un número impar de vueltas en torno del agujero circular. Así la to-
pología ejerce una cierta coacción en cuanto al número y esta
extraña consecuencia tiene su peso en la clínica cuando la re-
lación al número es manifiesta. Charles Melman señala que el
obsesivo tendría que vérselas con un número real y no con un
número entero de vueltas, de donde surge la imposibilidad de
cerrar el bucle.
   El toro neurótico está encadenado al toro del Otro, el círcu-
lo meridiano de uno constituye el círculo paralelo del otro e in-
versamente. Lo que implica que en la neurosis el deseo se apo-
ye sobre la demanda del Otro tomada como objeto y que la de-
manda concierna al objeto del Otro.
   Destaquemos que los únicos elementos en juego son, por una
parte, la estructura del lenguaje que forma el tejido, la textu-
ra (étoffe), y por la otra parte, el corte del dicho que viene a
resolver la superficie y eventualmente a modificar la estructu-
ra que originalmente lo ha recibido. Pero hay que ir más lejos
y decir que es el corte el que determina la topología de la su-
perficie. Es en tal sentido que Lacan enuncia que “el corte es la
Banda de Mœbius.”
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teños y chilenos, los años de Lacan en los comienzos.                     que puedo dar está en El escritorio... Podrá discutirse, mejorarse,
                                                                          pero téngase por seguro que Lacan no tergiversó la vida de Joy-
  En El idioma…, publicado en 1995, refiere que “la función del esti-     ce para alentar una moral patriarcal entre analistas. ¡Ahí se ve lo
  lo en Lacan no ha sido todavía suficientemente tematizada”. Trece       caro que resulta para el horizonte de nuestra clínica no estar ad-
  años después, ¿sostiene esa afirmación?                                 vertidos de las vueltas de un estilo!
   El estilo de Lacan es un tema que se autoimpone. Si el libro al-         ¿La utilización de la topología en psicoanálisis, por ejemplo, resul-
canzó una considerable repercusión (en Francia lo reeditaron al             ta esencial tanto para el estilo de Lacan como para la clínica laca-
cuarto mes), fue debido a que se ocupaba del tema predilecto para           niana?
hablar en los pasillos; todo el chiste fue dedicarle al estilo de La-
can casi cuatrocientas páginas para estudiarlo, en vez de limitar-           Admito que me ocupé muy tangencialmente de los formalis-
se a parodiarlo o protestar. Cuando digo, ahí, “tematizarlo” me           mos lógicos y matemáticos, en los que Lacan abunda. Empleo el
refiero estrictamente a las tareas de catalogar los recursos de ese       cuadrado de la implicación, la contradicción y la contrariedad
estilo, de conjeturar sus motivos epistémicos y de formalizar sus         para distinguir los cuatro grandes estilos del lacanismo, es una
cuatro grandes efectos en el habla lacaniana, que de ninguna ma-          de las conclusiones de El idioma…, pero formalizar no equivale
nera se reduce a una imitación calcada de Lacan. Creo que la des-         a tematizar el recurso de la formalización.
cripción de El idioma… no perdió todavía vigencia y, por cierto, no          Lo justifico en que ocuparse de la prosa de Lacan ya es bastan-
conozco nuevos tratamientos sistemáticos o alternativos del asun-         te. Sin embargo, hay retóricas y paradas enunciativas en el em-
to, aunque sí desarrollos interesantes acerca de la función de lo         pleo de esas escrituras que habría que precisar. ¿No hay ejem-
escrito. Acaba de salir un libro dirigido por Escars que todavía no       plos de usos kitsch y neoclásicos de la topología (usos en los que
leí, Efectos de la escritura en la transmisión del psicoanálisis. Habrá   el propio Lacan jamás se embarcó)? Eso de que la banda de Mœ-
que ver, los títulos suelen ser equívocos en psicoanálisis.               bius se reduce a servir de camino unilátero de la hormiguita de
                                                                          Escher; o que tal superficie debe ser entendida como la mostra-
  ¿A qué obedecerían esas insuficiencias?                                 ción unívoca de tal o cual cosa.
                                                                             Lo interesante, y creo que Lacan va siempre en ese sentido, no
   Mire, no se puede estudiar seriamente el estilo de Lacan sin ha-       es cuando una formalización codifica, ilustra sabiamente algo ya
cerlo, a la par, con los del lacanismo, y esto último exige adoptar       conocido, sino cuando eso se alcanza sólo gracias a un progre-
una posición difícil. Obliga a citar textos de colegas y eso, aun-        so de la formalización. Quiero decir, cuando el recurso abre a lo
que uno borre señas de afiliación y los elija honestamente por            impensado y desbarata lo tenido por sobreentendido. Por ejem-
ser casos representativos de otros cientos, es muy delicado. Hoy,         plo, en “Escritura y estructura en psicoanálisis” (el capítulo de
luego de haber tenido oportunidad de conocer en persona a va-             Carlos Ruiz para el libro de psicosomática de Szapiro), hay un
rios de los que cité, y de haberme inscripto en una de las escue-         esclarecimiento de alternativas de lo posible y lo imposible a tra-
las del lacanismo, no estaría en condiciones de volver a hacer-           vés de una tabla de las permutaciones del nudo de cuatro, su va-
lo. Además perdí la sensibilidad fina para detectar párrafos ilegi-       lor está en que sin el auxilio mostrativo de esa tabla, uno sería
bles que tenía (y sufría) veinte años atrás, cuando comencé con           incapaz de imaginarlas.
El idioma…; en comparación, ahora leo a Lacan de corrido. Es
un trabajo para analistas jóvenes.                                          Con motivo de la presentación en París de la traducción al francés
                                                                            de El idioma de los lacanianos, se produjo un interesante encuen-
  En El escritorio de Lacan dice que “el estilo de Lacan no es gratuito     tro entre usted y Jean Allouch, ¿podría relatarnos lo primordial de
  para la teoría psicoanalítica” ¿cuál o cuáles serían sus costos?          lo acontecido en aquella oportunidad?
   A veces, Lacan parecería guardar la esperanza de que la dificul-          Ocurrió en el 2000, a pocos meses de haberse publicado El es-
tad de su estilo obligaría a los lectores a poner un esfuerzo de su       critorio de Lacan; conocedor de la novedad, Allouch optó por ha-
parte. El estilo como filtro de perezosos o incluso como desper-          blar de El idioma… ocupándose de El escritorio…, en la medida
tador, como acicate formativo de psicoanalistas lectores. Eso su-         en que, ciertamente, es su corolario necesario y más provocador.
cede eventualmente; sin embargo, a esta altura sabemos que no             Porque El escritorio… se ocupa de un solo rasgo del estilo de La-
siempre es el caso. Puede ocurrir lo opuesto, que alguien se sir-         can, aquel que en El idioma… no me había atrevido a tematizar;
va del sentido flotante de un párrafo de Lacan para usarlo como           me refiero al de las tergiversaciones. En 1995, no había encon-
aval de las lecturas más descaminadas.                                    trado cómo hacerlo, porque me resultaba desconcertante ese pro-
   Por ejemplo, cada tanto vemos dibujar al pobre nudo de cua-            pósito suyo de decir una cosa por otra.
tro como supuesto garante de una moralina de la función del pa-              Allouch eligió el capítulo más resonante y atacó de modo muy
dre o de una traumática del lugar del escritor y de otras suposicio-      vehemente mi solución; me refiero al capítulo que responde a
nes clínicas esperpénticas. Esos empleos no sospechan que Lacan           la pregunta acerca de cómo y por qué fue que Lacan contó el
tergiversa deliberadamente (él estaba muy bien informado en esa           caso del Hombre de los Sesos Frescos de siete maneras distin-
materia) lo que dice del padre de James Joyce. ¡Como si Lacan no          tas y ninguna de ellas fiel al relato de Ernst Kris. En Buenos Ai-
hubiese estado al tanto de que, hasta bien entrada la infancia de         res, lo hubiese tomado como una declaración de guerra de Allo-
Joyce, el padre del escritor no se había convertido en el borracho        uch; allá, y en eso envidio a los franceses, ser objeto de la ins-
fugitivo, estafador y golpeador de Retrato de un artista adolescente!     titución de la disputa es una muestra de reconocimiento. Reac-
Antes, había sido un contador laborioso, un político antiimperia-         cioné, entonces, como se esperaba, defendiéndome y contraata-
lista en ascenso y un cordial anfitrión; todo indica que así fue has-     cando con empeño y fiereza. El resultado fue la traducción de El
ta que el catolicismo irlandés más reaccionario lo despojó de sus         escritorio… y la inclusión del debate como capítulo inédito. Los
cargos y la cesación de pagos de 1890 de la Argentina lo dejó sin         argumentos de esa crítica y de esa defensa son nítidos pero com-
fortuna. Como había convertido casi todas sus propiedades en los          plejos y muy atados al detalle de los textos, no me atrevo a resu-
papeles de la deuda externa argentina, la fenomenal corrupción de         mirlos, para los interesados, están disponible on-line, y en caste-
Juárez Celman “desató” la caída y la miseria de los Joyce.                llano, en Acheronta n° 12.
   Ahora bien, ¿por qué Lacan tergiversaba? Bueno, la respuesta                       La versión completa de esta entrevista en www.elsigma.com
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L
      as mujeres somos, fuimos y seremos fuente de inspiración,       nificante tiene que ver con ese goce en el hablar donde el que
      deseos, pasiones y locuras a lo largo de la historia de la      habla no sabe lo que dice: “Eso habla”. Siguiendo esta línea to-
      humanidad. Existe una pregunta que atraviesa todos los          dos tenemos nuestra propia locura (que no es lo mismo que es-
tiempos, culturas, épocas, retornando a través de las artes, la       tar loco) desde el momento en que hablamos y no sabemos lo
literatura, la música. Pregunta que retorna una y otra vez, de-       que decimos. En realidad más que propia es lo más impropio,
jando marcas, huellas que hacen alguna luz al camino a reco-          solo es posible apropiarse de ella al final de un análisis donde
rrer. Recorrido que siempre lleva al retorno de la misma. Insis-      adviene “Eso”. Lo más propio parece lo mas impropio, lo más
tiendo: “¿Qué quiere La mujer?”. Lacan la sustituyó por: “¿Qué        familiar se vuelve extraño.
quiere una mujer?”                                                      La locura es un fenómeno que puede aparecer por momen-
   El maestro Sigmund Freud continuó interrogándose hasta sus         tos tanto en estructuras neuróticas, perversas, psicóticas o me-
últimos días por lo enigmático de la feminidad, con lo cual po-       lancólicas.
demos pensar que las tres salidas de la feminidad (inhibición de        Hace unos años me llega una adolescente de 20 años, María,
la sexualidad/ complejo de masculinidad/ normalidad) donde            que se presenta en un estado de excitación tal, que no puede
planteaba la normalidad como la maternidad, no terminan de            permanecer sentada mucho tiempo, se dispersa, me cuesta se-
convencerlo. El “continente negro”, lo enigmático de la sexua-            guirla en su relato, se ríe, llora, hasta que en un momento
lidad femenina continuó haciéndole ruido.                                      me cuenta: “A los 13 años me pasó algo feo, violación,
   Estos últimos tiempos, muy singulares por cierto, me                          abuso sexual… drogas… mi novio y el amigo de él…
han llevado por diferentes lugares que hicieron que ne-                           me hizo probar éxtasis, todas esas cosas... me iba a
cesitara poner en serie: Mujeres-Pasiones-Locuras. Al                              buscar a la puerta del colegio… el pibe, el morocho
hacerlo, me llamó la atención que las tres son del gé-                             brasilero, me bloqueaba todo el tiempo, empecé a
nero femenino y se escriben en plural. Sabemos des-                                hacer terapia con el doctor X… este hombre me de-
de el psicoanálisis que las mujeres no hacemos clase,                              cía cosas, que yo lo seducía, después me entere que
se nos cuenta una por una, el conteo es de a una.                                 la indujo a una amiga mía a tener relaciones con él”.
Quizás allí se encuentre la clave para pensar la                                  Dice llevarse muy bien con el padre, no así con su
feminidad y lo siniestro de la sexualidad feme-                                    madre a la que la define como “La Señora Sabidu-
nina, extrañeza radical, desdoblamiento sub-                                            ría”, ella sabe Todo. La señora sabiduría se le pre-
jetivo que hace que en algunos momentos, las                                            senta a Maria como ese otro completo, sin ba-
mujeres sintamos ese goce Otro del que nada                                               rrar, arrojándola al goce del Otro aplastante.
sabemos, solo se reduce a ser sentido y con él se                                          En la segunda entrevista me cuenta que siente
pueda hacer poesía, como las místicas, las san-                                            que su mamá hizo algo con la mamá de él, “ya
tas, para citar alguna, Sor Juana Inés de la Cruz.                                        que los brasileros son de hacer esos jueguitos”.
Niña intelectual, hija natural, que aprendió a leer                                    Los padres de Maria iban a un templo Umbanda,
teniendo tan solo tres añitos, revelándose al des-                                    mientras ella se quedaba rezando con su tía y su
tino social de las mujeres de esa época haciéndo-                                     hermana G. Dice: “Oramos, a la noche se explota-
se monja para poder seguir el camino del saber. En                                  ron las lamparitas, mi tía nos dice que oremos, yo
esos tiempos la elección para las mujeres era o ser                           soy cristiana evangélica, yo empecé a hablar en un idio-
madre, o ser monja, teniendo, éstas últimas el pri-                            ma medio raro, otra lengua, mi tía también… mi mamá
vilegio de acceder al campo del saber.                                           es un bicho… todo empezó a partir de ahí” (Intuición
   Con respecto a las pasiones humanas también                                     delirante). A partir de allí Maria me cuenta: “Yo ten-
siempre existieron y fueron objeto de investi-                                      go esos dones que me dio Dios… a los 8 años reci-
gación, causa de deseo y fuente de inspiración                                       bí el don de la lengua, lo podes leer en San Mateo,
para el arte, la literatura y la cultura en gene-                                   todos querían construir un mundo hasta llegar a la
ral. Modos de expresión subjetivos donde se “da                                cima, es lo de la Torre de Babel, entonces Dios dividió
a ver” a modo de retorno de lo reprimido: lo pro-                              las lenguas, para que todos hablaran de un modo dife-
hibido, retornando en las producciones culturales.                              rente, para que no se puedan entender”. Con el correr
Si no, pensemos en el Barroco, en La Capilla Sixtina                              de las entrevistas comienza a decir cuando tiene al-
que está decorada con frescos llenos de desnudos y obs-                            guna alucinación que no sabe si pasó eso o es que
                                                                                                               Imago Agenda | 39
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ella “flashó”. Comienza otro tiempo subjetivo, vía el acotamien-       precio es la angustia. El profundo desprecio que siento por mi
to del goce aplastante del Otro.                                       mediocridad y mi cobardía. Y la profunda desesperación por el
   Siguiendo la enseñanza lacaniana, de los tres registros RSI         paso del tiempo estéril.”
anudados a través del nudo borromeo, se me ocurre pensar a               A las sesiones siguientes comienza a soñar, me dice que vive
las pasiones del orden del registro imaginario a las locuras en        para soñar y traerme los sueños a mí. El relato de los mismos pa-
el registro simbólico y a las mujeres en el registro real.             recen novelas de ciencia ficción, donde siempre están presente
   La pasión por el significante puede llegar a la locura, creyen-     sus otros significativos de su infancia. Paso a paso se va inscri-
do que es posible simbolizar todo cuando en verdad sabemos             biendo un camino, gestándose una serie de presencia-ausencia
que lo real es lo imposible y lo que insiste no cesando nunca de       en acto, en la transferencia, donde trae sueños, los trabajamos,
no escribirse. Como analista cabe analizar una reflexión crítica       pero en determinado momento falta una semana y se reinicia
sobre estas cuestiones cruciales a la hora de dirigir una cura y       la serie ¿Intento de inscribir un objeto en falta?
elegir determinadas intervenciones u otras (intervenciones que           Para pensar alguna articulación posible entre mujeres, pa-
nos lleguen a desencadenar formaciones delirantes). La locura          siones y locura propongo hacer hablar a las místicas, tal como
tampoco nos exime a los psicoanalistas (me incluyo). Si bien es        Sócrates hace hablar a Diótima en su elogio al amor y Lacan a
cierto que ante el encuentro sin vestiduras de lo real, el signifi-    Doltó en el congreso de sexualidad femenina, para ser alguna
cante calma la angustia, también es cierto que lo real insiste.        luz al enigma de la feminidad. A continuación algunos versos
   Los tres registros suelen resultar muy ejemplificadores para        de una poema de Sor Juana Inés de la Cruz.
pensar distintas cuestiones. En relación al amor, lo ubicamos en
el registro imaginario, al goce en el registro real y al deseo en           “… ¿En perseguirme, mundo, qué interesas? ¿En qué te
lo simbólico. Locas de Amor, al modo de las Locuras Histéricas,             ofendo, cuando sólo intento poner bellezas en mi enten-
recuerdo una paciente, Marcia, que para llamar la atención de               dimiento y no mi entendimiento en las bellezas?
su esposo, comenzó a crear “sus crisis”, que no eran más que                Yo no estimo tesoros ni riquezas, y así, siempre me cau-
descargas de inervaciones motoras, al modo de los movimien-                 sa más contento poner riquezas en mi entendimiento
tos opistótonos de las crisis histéricas que describía el maestro           que no mi entendimiento en las riquezas.
Freud en Estudios sobre la Histeria. Sus crisis expresaban un               Y no estimo hermosura que vencida es despojo civil de
deseo reprimido y justamente lo reprimido tenía que ver con la              las edades ni riqueza me agrada fementida…”
impotencia de su esposo. Cuando logra realizar algunos movi-
mientos en su posición subjetiva, precipitados por la muerte de           Sor Juana intenta ser ella misma a través de su poesía, reve-
su padre, con él que tenía una relación de mucha dependencia,          lándose al destino de ser esposa y madre, dando cuenta de su co-
las crisis comienzan a ceder, dando lugar al recuerdo. Allí se da      nexión con ese real, en juego que la hace desposeerse de los ob-
cuenta que ella comenzó con la crisis no solamente cuando em-          jetos para enriquecer su entendimiento y embellecerlo, como nos
pezó su menopausia, sino cuando su marido manifiesta impo-             dice en el poema recién citado. Sor Juana intenta definir a través
tencia. Hasta ese momento la frígida era Marcia.                       de sus poesías la esencia del “deseo femenino” más allá del falo,
   Las pasiones, en cambio, están en relación al registro de lo        ese más allá del dejarse desear, autorizándose a gozar. Goce mís-
imaginario. Otra paciente, Silvia, 47 años, vive sola, es profeso-     tico, suplementario. Precisamente ella, que es monja, una monja
ra, soltera, con cierta modalidad de relacionarse al otro, vía una     enigmática y misteriosa. La creación artística sólo es posible a par-
lógica del Todo/Nada, llega a la consulta luego de un accidente        tir de la hiancia que aparece entre la vida y la obra del autor.
que tiene yendo a trabajar en un taxi, donde sufre lesiones en el         En Sor Juana aparece la escisión entre la mujer que habla a
cuello y cintura, que no son de gravedad médica, pero ella le da       través de los poemas y la monja intelectual. Su obra tiene una
una significación tal, que llena toda su vida de dramatismo y le       vigencia actual retornando de generación en generación. A Sor
sirve en algún punto, para sostenerse en la queja constante, con       Juana no le interesaban las cuestiones políticas ni históricas, lo
un dramatismo terrible. A partir de ese momento se incrementan         que si le quitaba el sueño era el lugar de la mujer en el mun-
sus no ganas de nada, ideas de suicidio, que siempre estuvieron,       do del espíritu. Se sirve de la diosa Isis, diosa egipcia de la Sa-
más o menos latentes, sintiéndose muerta en vida. “Yo ya estoy         biduría. La sabiduría es femenina y ella insinúa que el espíritu
muerta, es una cuestión de tiempo”. Varias sesiones fueron sos-        también lo es, pero Sor Juana como es muy inteligente apela a
tener este lamento constante, hasta que en un momento que vie-         la etimología para protegerse de cualquier juicio negativo; alu-
ne hablando de que no tiene proyectos, que lo que estudió no le        diendo que la diosa Isis es la personificación de la sabiduría,
gusta porque tiene que ver con los números y a ella siempre le         pero que en su origen es doblemente varón. Argumento para-
gustaron las artes, le propongo que escriba algo en relación a la      dojal que da cuenta de la contradictoria intimidad de Sor Jua-
palabra “proyecto”. A la sesión siguiente me dice que se olvidó,       na que exalta la condición femenina a través de la identifica-
que para la próxima va escribir, ya que le gusta escribir, pero hace   ción de Sor Juana con la diosa Isis, accede a la femineidad vía
mucho que no lo hace. Así fue y trae el siguiente escrito:             la madre y la virgen, pasando a figurar el listado de las “muje-
   “En un primer momento me resulta imposible visualizar la pa-        res sabias”. Y a propósito de mujeres que han traspasado el lí-
labra proyecto. Lo intento y veo la palabra Fracaso con absoluta       mite del sentido nos encontramos con Medea. ¿Es Medea quién
nitidez. Están absolutamente ligadas. Hay una diferencia tajan-        hace alguna luz para re-pensar la feminidad?
te con las palabras fantasía, deseo, lo que me gustaría. Eso está
indisolublemente ligado a lo Imposible, lo inalcanzable. No so-        Bibliografía
porto la publicidad del fracaso, los fracasos deben permanecer
ocultos. Tengo tolerancia cero al fracaso. El miedo al fracaso me      Sigmund Freud: “La feminidad”, en Obras completas, Amorrortu, Bs. As.
paraliza. El miedo de la mirada de los otros sobre mi fracaso,         	         “Sexualidad femenina”, en Obras completas, Amorrortu, Bs. As.
tiene un efecto devastador. La forma de escapar de esa angus-          Jacques Lacan: El seminario, Libro 20: Aún, Paidós, Bs. As.
                                                                       Colette Soler: Lo que Lacan dijo de las mujeres, Paidós, Bs. As.
tia y del miedo de esa angustia, es no proyectar, no intentar, no
                                                                       AA.VV., Revista Fluctuat, Nº4, Pasiones y sus destinos, Letra Viva, Bs. As.
hacer. En algún punto me resulta más soportable el manto de            Élida Fernández: Diagnosticar la psicosis, Letra Viva, Bs. As.
la duda, así todo queda en un hipotético potencial. Lo que po-         José Ferrater Mora: Diccionario de filosofía abreviado, Ariel, Madrid.
dría haber hecho, lo que sería capaz de hacer pero no hago. El         Octavio Paz: Sor Juana Inés de la Cruz o trampas de la fé. FCE, Bs. As.
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                              LETRA VIVA LIBROS. Av. Coronel Díaz 1837 (1425) Buenos Aires, Argentina. Telefax 4825-9034
S
       egún Sigmund Freud, “el inicial            tido a las más feroces exigencias pro-              Letra Viva Editorial, 2008
       desvalimiento del ser humano es la      venientes de las entrañas del propio cuer-                                  Hemos extraí-
       fuente primordial de todos los mo-      po. Por eso Freud decía que el recién naci-
                                                                                                                        do el asunto que
tivos morales”1. Por eso, las más tempra-      do es un perverso polimorfo2 habitado por
nas vivencias de satisfacción proporciona-     un puro instinto de muerte. Sólo un largo,                               nos ocupa en este
das por la acción específica del adulto son    complejo y delicado proceso hará posible                                 libro de una eta-
esenciales en el arduo camino que supo-        transformar esa barbarie originaria en pro-                              pa de la enseñan-
ne la civilización de los impulsos más pri-    yectos a compartir en el lazo social.                                    za de Jacques La-
marios. Claro está, no se trata de la mera        Ahora bien, si colegimos que el adul-
administración de la sustancia nutricia,       to de los primeros cuidados –primer res-                                 can: se trata de la
el lavado correcto o el abrigo adecuado        ponsable del advenimiento del niño como                                  época en que, me-
sino también –y por sobre todas las co-        ser social– es también a su vez un suje-                                 diante lo que lla-
sas– las palabras, arrullos y atención que     to de deseo que atravesó –o no– aquel                                    mó “cuadrípodos”,
sólo el genuino interés del adulto puede       inicial desvalimiento, se abre la ineludi-
transmitir.                                    ble dimensión del Otro social: esa com-                                  intentó dar cuenta
   Desde esta perspectiva, la sola satisfac-   pleja trama de estamentos legales, polí-       de los modos de lazo social.
ción de las necesidades primarias no al-       ticos y sociales entre los que se asientan        ¿Qué motivo había para intentar su arti-
canza, ni por lejos, para introducir al niño   las bases de una convivencia civilizada y      culación, para mostrar su pertinencia con la
en la compleja red de intercambios que su-     democrática.
                                                  La falla de humanización presente en
                                                                                              clínica psicoanalítica lacaniana con niños?
pone la convivencia humana. Por eso las
personas somos sujetos de deseo: sólo el       el episodio de Almirante Brown trascien-          ¿No hay acaso en la presentación de esos
interés y el amor de aquel Otro de los pri-    de largamente la responsabilidad de una        cuatro discursos un poderoso intento clíni-
meros cuidados hará tolerables las obli-       madre o de una familia. Por lo pronto,         co que había sido históricamente descuida-
gaciones que la realidad nos depara en         dos niños arrojados a la brutal exigencia
                                                                                              do en el psicoanálisis con niños? ¿Cómo no
cada esquina, cualquiera sea nuestra si-       de sus impulsos más primarios y brutales
tuación en el mundo y la suerte que nos        constituye una tragedia que nos alcanza        descuidarlo si el niño “era” el sujeto y sus
haya tocado.                                   a todos: es la imagen de un Otro que pa-       padres o parientes quedaban fuera del con-
   De esta manera nos constituimos en es-      reciera haberse olvidado del más entra-        sultorio, convocados siempre tarde en oca-
pejo. Lo más íntimo y delicado de mi per-      ñable sentimiento de sí. Y esto no es una
                                                                                              sión de algún desastre? ¿Cómo no ignorarlo
sona descansa en el Otro. Basta reparar en     película.
el impacto u horror que nos causa cual-                                                       si el analista dejaba de dirigir la cura para
                                               ____________                                   quedar cautivo de las intempestivas arreme-
quier escena violenta de una película por
                                               1.	Sigmund Freud, “Proyecto de una psicolo-
más que nuestra butaca se mantenga tan            gía para neurólogos”, Obras Completas, A.   tidas parentales que vulneraban su política
firme y serena como cuando ingresamos             E. Tomo I, página 363.                      y presionaban sobre su táctica? ¿Cómo re-
al cine ¿Por qué sufrimos cuando la hu-        2.	Sigmund Freud, “Tres ensayos de teoría
manidad del protagonista se ve amenaza-                                                       conocerlo si apenas contamos con la lógica
                                                  sexual”, Obras Completas, A. E. vol. 7
                                                                                              del “caso por caso” para escapar de la “bu-
                                                                                              rocracia psicoanalítica”?
                                                                                                 Pensamos que dichos discursos consti-
                                                                                              tuían un valioso aporte a la comprensión de
                                                                                              la dinámica de la cura de un niño e intenta-
                                                                                              mos extraer de ellos –lo más rigurosamente
                                                                                              posible– una matriz de lectura que nos per-
                                                                                              mitiera acceder a esos casos que hoy se cali-
                                                                                              fican de “contemporáneos”. En estas coorde-
                                                                                              nadas fue que nos propusimos un recorrido
                                                                                              intentando producir algún aporte que fuera
                                                                                              un poco más allá del comentario habitual de
                                                                                              los textos. Nos encontramos con algo que,
                                                                                              luego de haber sido puesto a prueba duran-
                                                                                              te todo un año, hoy hacemos público para
                                                                                              que nuestros colegas puedan hacer de eso
                                                                                              una crítica y, eventualmente, un uso.
                                                                                                                 Imago Agenda | 41
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Colaboración
E
       n el mes de abril del 2007, publicado por                                               Quiero que quede claro y bien en relieve:
       la Editorial Letra Viva, aparece por fin mi                                          Freud, ya era un genio en aquellos primeros años.
       libro tan soñado: Freud Filósofo en la Feria                                         Tal como mi amigo Ludovico Rosenthal –el único
del Libro de aquel año. Vale recordar las vicisitu-                                         que había leído a Freud como ninguno de los psi-
des de los primeros seis meses del 2006, cuando                                             coanalistas de aquellos años– me di cuenta de que
me había dedicado con gran pasión, a escribir el                                            debía volver a leerlo. Con él forjamos una gran
libro. Me resultaban escasas las siete u ocho ho-                                           amistad entre los años 70 hasta los comienzos
ras por día, aún a costa de mi trabajo en el con-                                           de los 80. Nadie podría creer que ese Ludovico,
sultorio, para desplegar, lo que había estado en                                            que era tan sencillo y humano, era el Ludovico
espera, largos años de mi vida. En el mes de ju-                                            Rosenthal, el traductor de Freud, como ninguno
lio del 2006 había concluido mi texto con este tí-                                          lo había logrado en su época. Por ello lo leo y lo
tulo: Freud, desde el Enwurft de 1895,a la metap-                                           releo, en su Prólogo de Traductor; es lo que nin-
sicología y La Guerra y la muerte de 1915. No me                                            gún analista debería dejar de leer con toda la fre-
voy a ocupar del manoseo que debí soportar con                                              cuencia posible, cuando, como todos los huma-
paciencia durante largos meses, hasta que por fin                                           nos, nos sentimos quebrados, sigamos a la ética
hice lo que debía hacer al comienzo: se lo llevo                                            freudiana, como nos la recuerda Ludovico:
a mi gran amigo Leandro Salgado, Director Eje-                                                 “El lector que recorra estas páginas con simpatía
cutivo de la Editorial Letra Viva. Lee el escrito y luego me lla-         reconocerá, de acuerdo con los críticos que han hecho su exége-
ma, ante mi asombro me hace saber: “el título de este libro               sis, que el esfuerzo cumplido por Freud en el año 1897 es único
debe ser ‘Freud Filósofo’”; solo un experimentado editorialis-            en la historia de la ciencia: elaborar una teoría al unísono con
ta, como es Leandro, podía tan rápidamente haberle dado el                el análisis de la propia personalidad de su autor, llegar al colmo
título que correspondía a este libro; nuevamente toda mi gra-             de la objetividad en medio de la más desgarrante crisis aními-
titud con mi amigo Leandro.                                               ca subjetiva. Después de haber leído estas cartas y manuscritos,
   ¿Pero, cuáles fueron las causas que imperaban en mí, para              el psicoanálisis se nos presenta, en efecto, como el producto del
semejante empuje por este libro? No solo los cursos de Fi-                propio análisis de su creador.”(Tomo XXII, Pág. 7) Con estos tes-
losofía que dictaba José Pablo Feinmann, a los que concurrí               timonios me basta para dejar en claro la distancia que hay entre
desde el 2004, y a los que asistía semanalmente. ¿Qué me                  la ética de Freud y su ausencia en aquellos psicoanalistas laca-
produjeron?; más allá de su incomparable enseñanza de la                  nianos, que han convertido el psicoanálisis en una réplica, una
filosofía, que solo él era capaz de trasmitir. Habían desper-             copia, de la jerga heideggeriana, donde no se puede saber dón-
tado en mí la pasión por el retorno a las fuentes freudianas,             de empieza lo propio del psicoanálisis y dónde el pensamiento
estas fuentes las tengo guardadas desde añares, como un te-               del nazi y del filósofo estructuralista. Para algunos psicoanalis-
soro, ¿en dónde?: en mi biblioteca, estaban a la espera, al               tas esto no es suficiente, se han convertido en los grandes com-
alcance de mi mano, son las: Obras Completas de Sigmund                   piladores de la obra heideggeriana.
Freud. Tomo XXII, “Los Orígenes del Psicoanálisis”. “Cartas                  Este libro contiene los cimientos de mi sostenida lectura del
a Wilheim Fliess”, “Manuscritos y Notas de los años 1887 a                libro de Paul-Laurent Assoun: Introducción a la metapsicología
1902”. “Proyecto de una Psicología para Neurólogos”. Apén-                freudiana. Si bien comienzo a leerlo en 1986, recién en el 2004
dice. Traducción, Prólogo y Notas de Ludovico Rosenthal. San-             comienza a producir un profundo cambio en mi lectura de los
tiago Rueda Editor. Buenos Aires. 1956.                                   fundamentos de la obra freudiana. Solo voy hacer esta cita cru-
                                                                                                     cial de Lauren Assoun, plena de conse-
                                                                                                     cuencias: “El psicoanálisis no necesita una
   Letra Viva Editorial, tiene el agrado de invitar a la presentación del libro                      epistemología, la tiene, y eso es lo que se
                                                                                                     llama propiamente freudismo”. Tampoco
                                                                                                     duda en afirmar que: “hay que separar el
                            FREUD FILÓSOFO                                                           método psicoanalítico de la doctrina freu-
                                                                                                     diana.” Esto es justamente lo que sorpren-
                      del Dr. Emiliano del Campo                                                     derá a muchos; afirma Assoun que, cuan-
                                                                                                     do nace la Sociedad Psicoanalítica de Pa-
                                                                                                     ris: “¡Se habían adherido al método psi-
     La misma se llevará a cabo en el Aula Magna del Hospiatal Borda,                                coanalítico, no a la doctrina freudiana!.
       Primera Cátedra de Psiquiatría, el día 17 de Junio a las 9,30 hs.                             Con esto es suficiente para anticipar lo
                                                                                                     desarrollado en el libro.
                                                                                                        Mi agradecimiento a mi gran amigo,
                         El panel estará integrado por:                                              el Profesor Dr. Miguel Angel Materazzi,
                                                                                                     Director del Hospital Neuropsiquiátrico
                    Dr. Adolfo Carofile, Subdirector del Borda,                                      T. Borda, que nuevamente me facilitó no
    Dr. Vicente Donnoli, Prof. del Departamento de Ciencia e Investigación del Hospital Borda,       solo mi trabajo en la institución, sino la
                     Dra. Ester Cohen, Profesora de Filosofía                                        presentación de mi libro: Freud Filósofo
                                                                                                     en el Hospital.
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S
       obre Charles Sanders Peirce (EE.UU., 1839-1913), lo prime-       lativa, que en ningún caso se puede resolver en una acción en-
       ro que conviene advertir es lo difícil que resulta presentarlo   tre dos elementos4”. Vale decir, plantea una relación triádica ge-
       sintéticamente, ya que sus contribuciones no se circunscri-      nuina y no reductible. Esto tendrá un peso muy importante en
ben a una sola área del conocimiento. Fue un científico e inves-        toda la obra de Peirce. Es lo que destaca explícitamente Lacan
tigador polifacético. No se llevó nunca muy bien con el ámbito          en el Seminario 23 cuando en medio de su investigación sobre
académico, pero su extenso y perseverante trabajo –del cual to-         los anudamientos de los tres registros R. S. I., reconoce: “Un
davía hoy solo una mínima parte está publicada– produjo y pro-          tal Charles Sanders Peirce ha construido sobre este asunto su
duce aportaciones novedosas en las más variadas disciplinas. En-        propia lógica, lo que, debido al acento que pone en la relación,
tre otros puntos destacados de su obra, es considerado uno de           lo lleva a hacer una lógica trinitaria. Yo sigo completamente el
los precursores –junto a Ferdinand de Saussure– de la semiótica         mismo camino, salvo que llamo a las cosas por su nombre: sim-
moderna. Fue asimismo el fundador de la corriente filosófica co-        bólico, imaginario y real, en el buen orden5”.
nocida como “pragmatismo” –de la cual luego quiso establecer              El esquema del acto de semiosis es introducido por Lacan en
cierta distancia al llamar a su concepción pragmaticismo.               su Seminario 196, a partir de la intervención de Recanatti. Allí
   En el campo de la lógica, desarrolló también muy valiosos            lo presentan como el “triángulo semiótico”7. Para no producir
aportes, siendo uno de los pioneros en la “lógica de relacio-           confusiones, al describir el diagrama, Peirce muchas veces re-
nes”... En fin, invitamos al lector a que compruebe por sí mis-         emplaza la palabra signo por representamen.
mo que la lista de contribuciones de Peirce en su indagación so-
                                                                                       Representamen                        Interpretante
bre el conocimiento científico podría extenderse en forma con-
siderable, no obstante, para no desviarnos de la propuesta de
esta sección, nos adentraremos ahora en los tópicos que resul-                             Representamen                       Interpretante
tan de nuestro particular interés1.                                                             Objeto
   Si la lingüística de Saussure fue el punto de apoyo para los
desarrollos de Lacan sobre la operatoria del significante y sus            Decía en dicha ocasión Lacan: “Lo que el otro día fue pues-
efectos, fue sin embargo la semiótica peirceana la que posibilitó       to en el pizarrón bajo Objeto
                                                                                                 el nombre de ‘triángulo semiótico’, bajo
revisar la conceptualización del signo, permitiendo su formula-         la forma de representamen, de lo interpretante, y aquí del ob-
ción a través de una figura triádica que posibilitó el reingreso en     jeto, para mostrar que la relación es siempre ternaria, a saber,
escena del objeto. El acento está puesto, en Peirce, en el esta-        que es la pareja Representante/Objeto, que es siempre a re-
blecimiento de una relación triádica no reductible, en donde es         interpretar, es eso de lo que se trata en el análisis”. Y un poco
preciso destacar, además, que todo su desarrollo lógico-semió-          más adelante: “¿Qué hace falta sustituir en el esquema de Peir-
tico gira en torno de un sujeto que es considerado, él también,         ce, para que armonice con mi articulación del discurso analíti-
un signo. Ésta es una idea muy fuerte en Peirce, y nos permite          co? Es simple como los buenos días: a efectos de lo que se tra-
vislumbrar que la semiótica peirceana no sólo puede ser toma-           ta en la cura analítica, no hay otro representamen que el obje-
da como una metapsicología compatible en muchos aspectos                to a,Discurso a del cual el analista se hace
                                                                              objetoanalítico                        el representamen,
                                                                                                                 Triangulo semiótico   jus-
con las teorizaciones de Lacan, sino que en buena medida las            tamente, el mismo, en el lugar del semblante”.
anticipa y atraviesa de manera elocuente2. Entonces, como pri-               a Discurso analítico                   R                     I
                                                                                                                            Triangulo semiótico
mer punto de este recorrido, nos abocaremos a considerar qué                 S2          S1
son el signo y el acto de semiosis para Peirce.                                                                    O R
                                                                                a                                                               I
   Seleccionaremos una de las varias definiciones de “signo” que
ha propuesto a lo largo de sus escritos: “Defino al Signo como                  S2           S1
algo que es determinado en su calidad de tal por otra cosa, lla-                                                        O
mada su Objeto, de modo tal que determina un efecto sobre                 En nuestra próxima entrega, analizaremos esta articulación
una persona, efecto que llamo su Interpretante, vale decir que          con más detalle y presentaremos otros desarrollos peirceanos que
este último es determinado por el Signo en forma mediata. Mi            seguramente serán de interés para nuestra investigación.
inserción del giro ‘sobre una persona’ es una forma de dádiva           ___________
para el Cancerbero, porque he perdido las esperanzas de que             *	 Oscar Zeilis [oscarzelis@speedy.com.ar]
se entienda mi concepción más amplia en cuestión”3. Dejamos             	 Gabriel Pulice [nbpulice@intramed.net.ar]
incluida esta última aclaración, porque apunta a lo que seña-           1.	Sobre la vida y obra de Peirce, se hallará un más amplio desarrollo en Pu-
láramos recién, que para la semiótica de Peirce no es necesa-              lice, G.; Manson, F.; Zelis, O.; Investigación ◊ Psicoanálisis. De Sherlock Col-
                                                                           mes, Peirce y Dupin, a la experiencia freudiana; Buenos Aires; Letra Viva,
rio suponer un Sujeto conciente tal como lo entiende la psico-             2000. Capítulo 2.
logía clásica, y por tanto, el interpretante puede funcionar por        2.	Pulice, G.; Manson, F.; Zelis, O.; Investigar la Subjetividad; Buenos Aires;
fuera de la conciencia, lo que nos permitirá poder pensar luego            Letra Viva 2007. Capítulo 6.
el acto de semiosis como factible de realizarse en procesos in-         3.	Peirce, C. S.; Obra Lógico-Semiótica; Edición de A. Sercovich; Taurus Edit.
conscientes y, de modo general, entenderlo como una propie-                Madrid 1987.
dad semiótica y no psicológica. Veremos enseguida que en este           4.	Peirce, C. S.; The Essential Peirce; Vol II; The Peirce Edition Project; USA;
modelo, la relación signo-interpretante también se podrá leer              1998.
como el encadenamiento de un significante a otro significante,          5.	Lacan, J.; Seminario 23 El Sinthome (1975-76); Pág. 119. Editorial Pai-
por ejemplo. Pero antes veamos cuál es su definición de semio-             dós, 2006.
                                                                        6.	Lacan, J. Seminario 19: «…ou pire.» (1971-1972); inédito. Clases 11 y 12.
sis: “Por semiosis entiendo una acción, una influencia que sea,
                                                                        7.	En próximas entregas, podremos comprobar que la figura del triángulo
o involucre, una operación de tres elementos, como por ejem-               no es la más adecuada para representar la relación triádica. En efecto, un
plo un signo, su objeto y su interpretante, una relación tri-re-           nudo de tres cuerdas, por ejemplo, nos será de mucho más provecho.
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  FUNDACIÓN CENTRO PSICOANALÍTICO ARGENTINO
                               Coordinación general: Rogelio Fernández Couto
Dirección de Enseñanza: Pablo Vilar. Coordinadores: Viviana Bega, Gabriela Capace, Alicia Ciampa, Said Martínez Grecco, Martín Rainero, Marcela Rivas, Gabriela Torres, Nora Torres, Laura Vallejos
                                                                                                                                                             Imago Agenda | 45
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Gacetilla
U
        na celebración nos obliga al ejercicio de la memoria que         2001. El decreto de estructura afirma en su fundamentación va-
        en su mismo movimiento de ir a los orígenes va constru-          rios reconocimientos: nuestra voluntad y esfuerzo por mantener
        yendo una historia. La historia se remonta a la época de la      la especificidad; la resistencia a políticas de arrasamiento del sis-
dictadura, algunos profesionales comienzan a poner en práctica           tema de Salud Mental; la modalidad de atención ambulatoria
en esta institución el discurso analítico. Un espacio de asistencia      como dispositivo por excelencia para evitar la marginación, el
en el sector público desde la escucha psicoanalítica, pero también       aislamiento y la segregación de quienes padecen algún malestar
de formación, discusión y transmisión del psicoanálisis.                 psíquico. Y el de ser un Centro donde la actividad asistencial es
   Surge también la necesidad de agruparse con el fin de mejo-           acompañada de una labor docente de capacitación y de investi-
rar la situación del Centro en el sistema y la de los profesionales      gación permanente, como lugar de formación para los profesio-
que en él trabajaban. El 10 de septiembre                                                          nales que inician su práctica en el hospi-
de 1983 se funda la Asociación de Pro-                                                             tal público y gratuito.
fesionales, en tiempos finales de la más                                                             Las políticas de desmantelamiento y
cruel dictadura de nuestra historia. Por                                                           arrasamiento del campo de la Salud Men-
aquellos tiempos, “el Ameghino” depen-                                                             tal generan acciones en la línea del vacia-
día administrativamente del Hospital Ra-                                                           miento de las instituciones, sin conside-
mos Mejía. Efecto de la práctica asisten-                                                          rar la demanda cada vez más creciente e
cial, aparecen las discusiones sobre la es-                                                        insatisfecha, dado los pocos recursos hu-
pecificidad como Centro de Salud Mental                                                            manos con los que se cuenta.
y la necesaria autonomía del Hospital Ra-                                                            El gobierno actual de la Ciudad de Bue-
mos Mejía. Luego de una ardua lucha, en                                                            nos Aires presenta medidas en el área de
1987 se logra la autonomía y los profesio-                                                         Salud Mental que demuestran una vez
nales nos abocamos a la redacción de un                                                            más la brecha entre la Ley 448 y las ac-
proyecto de institución que lo encamine                                                            ciones que el gobierno de turno pone en
a una estructura propia. El proyecto fue redactado con la parti-         marcha. Construir lo que falta no requiere deshacer lo que exis-
cipación de todo el Centro. Secciones, equipos y comisiones tra-         te, sino perfeccionarlo y articularlo con los otros eslabones del
bajaron en grupos internos. La dirección y los distintos sectores        sistema de atención de la Salud.
avalaron su redacción. La comisión redactora, constituida por re-           Otra vez saldremos en defensa del Hospital, a luchar ante po-
presentantes de los equipos, coordinó la elaboración total.              líticas que intentan privatizar o tercerizar la Salud presentan-
   Como lo expresa el proyecto (citamos la letra ya que parece te-       do pseudos planes detrás de los cuales solo hay intereses inmo-
ner hoy más actualidad que nunca): “Esta metodología de parti-           biliarios.
cipación sostenida en el consenso institucional de trabajo, plan-           La historia de una Asociación de Profesionales es la de la lucha
tea ventajas y desventajas. Será éste un proyecto al que proba-          de los trabajadores de un sector y sus reivindicaciones. En este
blemente le falte homogeneidad y que no contará con la proliji-          caso, no sólo. La historia de esta Asociación se entrelaza hasta
dad que suelen tener los planes formulados por especialistas en          confundirse con la de una institución de la cual surge y a la vez
planificación y sanitarismo. (...) creemos que un importante ob-         construye día a día defendiendo su lugar en la comunidad, sos-
jetivo de nuestro proyecto, es que todas las contradicciones exis-       teniendo su perfil asistencial, promoviendo políticas institucio-
tentes en nuestra tarea salgan a la luz, puedan ser pensadas, dis-       nales de consenso y resistiendo intentos sistemáticos de destruc-
cutidas, trabajadas y lograr eventualmente alguna síntesis supe-         ción del hospital público.
radora. Con más razón si son aquellas que trabajan diariamente              El Ameghino son los pacientes que acuden a solicitar atención,
en este tema y vienen haciéndolo desde hace años, acumulando             los compañeros administrativos que acompañan nuestra tarea,
una experiencia que se suele desechar en los modelos de plani-           los médicos, psicólogos, psicopedagogos, fonoaudiólogos, traba-
ficación tecnocráticos. Otra de las ventajas (…) es la posibilidad       jadores sociales, terapistas ocupacionales, ad honorem y renta-
que brinda de aunar los intereses generales con los particulares,        dos que se forman, asisten pacientes, coordinan y conducen los
ya que estos encuentran un espacio de legítima realización den-          equipos y la institución, en suma, trabajan por el hospital y la
tro de un proyecto común”.                                               salud públicos.
   El espíritu que recorre la letra se materializa en las luchas y ac-      El Ameghino es también su Asociación de Profesionales, que
ciones que conducen a distintos logros:                                  tiene como pilar fundamental la defensa de los trabajadores. De-
   * Defensa de un perfil institucional que articula el campo de la      fiende el recurso humano formado en la institución y brega por
Salud Mental y el del psicoanálisis.                                     el nombramiento de cada uno de ellos. Asociación que sostiene
   * Permanencia de los becarios.                                        como principio fundamental la participación democrática en el
   * Nombramientos de profesionales, formados en la institución,         devenir institucional y la defensa del hospital público.
que sostienen la asistencia diariamente.                                    Es deber de la Asociación transmitir el legado a los que nos se-
   * Inclusión de los profesionales ad honorem en las distintas          guirán, así como reconocer el trabajo y esfuerzo de los que nos
instancias institucionales de coordinación y representación, así         antecedieron en las diferentes comisiones directivas. Retomando
como la participación en las comisiones directivas, encabezando          la letra del proyecto, el Ameghino es entonces, también, su Aso-
la conducción en varias oportunidades.                                   ciación de Profesionales y esta Asociación de Profesionales es el
   * Fuimos participantes activos en la creación, sanción y regla-       Ameghino. Ésta es nuestra mayor fortaleza.
mentación de la Ley 448 de Salud Mental.
                                                                                                         Por la Asociación de Profesionales:
   Habrá que esperar para ver concretado nuestro proyecto al año                    Eduardo Garaglia (Secretario), Mirian Dios (Presidenta).
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Textos filosóficos
                        Dossier
                    Martin Heidegger
                                         3ra época - 49na parte
                                               1997 - 2008
                            Compilador: Rogelio Fernández Couto
I.
       A diferencia de otros diálogos de Platón, el Fedro no se           especie de manía se presenta en Fedro bajo cuatro formas de
       deja encuadrar bajo una temática en particular, sino               posesión divina, asignadas respectivamente a cuatro dioses:
       que por sus páginas vemos discurrir los tópicos claves             la inspiración profética (mántica) a Apolo, la teléstica (misté-
de la filosofía platónica de madurez: el éros, la belleza, la na-         rica o ritual) a Dioniso, la poética a las Musas y la manía eró-
turaleza y destino del alma, la técnica retórica y la tensión en-         tica a Afrodita y a Éros.9 Es justamente esta rehabilitación de
tre oralidad y escritura.3 Como bien señala Heidegger, “cada              la locura desde una óptica divina la que le permitirá a Platón
uno de estos nombres podría servir de subtítulo con tanto o               reevaluar, en contraste con el planteo de República, la poesía
tan poco derecho como los otros”.4 La primera parte del diá-              tradicional en términos positivos.
logo, constituida por tres discursos (el de Lisias, y los dos de             Me interesa sobre todo esta tercera manifestación de manía
Sócrates), aborda el problema del éros y el de la naturaleza y            poética proveniente de las Musas, pues a partir de la distin-
destino del alma. La segunda se ocupa del status de la técnica            ción entre los estados de manía divina y de cordura humana,
retórica y de sus diferencias con la dialéctica filosófica. Aquí          Platón desprende una valoración entre dos clases de poetas:
sólo quiero detenerme en la concepción sobre la poesía que se             los eminentes o perfectos, inspirados por la manía poética,
desprende del segundo discurso de Sócrates en honor al dios               y los imperfectos, bajo el estado de cordura humana: “Pues
Éros, pues en éste Platón introduce una clara demarcación                 aquel que sin la locura de las Musas llegue a las puertas de la poesía
entre dos órdenes de locura (humana y divina), distinción                 convencido de que por arte (téchne) habrá de ser un poeta eminente,
pasada por alto en los dos discursos precedentes en tanto                 será uno imperfecto, y su creación poética, estando cuerdo, quedará
asimilaban locura (manía) a enfermedad (nósos): “Si fuera una             oscurecida por la de los enloquecidos”.10 El discurso poético que
verdad simple el que la locura es un mal, se diría eso con razón. Pero    en algunos diálogos tempranos y de transición como Apología,
el caso es que los bienes mayores se nos originan por locura, otorga-     Ion y Menón se explicaba a partir del tópico de la inspiración
                                                                                                                   Imago Agenda | 47
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poética por donación divina (theía dósis), se vincula ahora en          tística que recorre la literatura griega de Homero a Platón.16
Fedro con ese tercer estado de inspiración procedente de las            En lo que sigue, quisiera desprender algunas notas sobre la
Musas, manía poética de cuya posesión se desprende un tipo              función poética del lenguaje a partir de una lectura de tal
de poeta eminente que produce obras bellas e inmortales. Por            tópico platónico en clave heideggeriana. Porque más allá de
el contrario, cuando el poeta se halla en estado de cordura             que suscribamos o no la narrativa del decir del ser por parte
humana, sólo engendra poemas mediocres y perecederos.                   de presocráticos o de poetas pensantes como Hölderlin, o la
Platón retoma así una idea ya formulada en el Ion acerca de             del combate mundo-tierra para pensar la esencia de la obra
la imperfección de toda obra poética producida en estado                de arte, lo cierto es que Heidegger, siguiendo en ello a Nietzs-
de cordura, es decir, sólo basada en los recursos técnicos que          che, nos enseñó a entender la esencia del arte como poema.
ofrece la disciplina. Allí hacía una de las apreciaciones positi-       A leer la poesía como fuente de hallazgos para la filosofía.17
vas más elocuentes acerca de las obras de los poetas tradicio-          No se trata de emprender una filosofía de la poesía, sino
nales: “Porque es una cosa leve, alada y sagrada el poeta, y no está    de atender al poetizar como única vía posible para el pen-
en condiciones de poetizar antes de que esté endiosado y sin razón,     sar. A encarar, como quería el último Wittgenstein, la tarea
y no habite ya más en él la inteligencia. Mientras posea este don, le   de poetizar la filosofía.18 De ahí el pensar poetizante que fue
es imposible al hombre poetizar y profetizar”.11 Platón ya revelaba     cobrando la filosofía de Heidegger tras Ser y Tiempo, dejando
en el Ion su desconfianza hacia poeta cuerdo que pretende               pendiente la tarea del “pensar futuro”. De eso se trata aquí.
traspasar las puertas de la gran poesía mediante las reglas del         De proseguir, ayudándonos de la palabra poética, el camino
oficio y no por don divino (theía dósis). Bajo esta óptica, sus-        del otro pensar no-metafísico, a fin de ver en qué sentido el
cribiría punto por punto lo que Freud dirá mucho más tarde              lenguaje es poema en sentido esencial.
sobre la diferencia entre el poeta inspirado y el técnico: “Los
                                                                        III.
profanos sentimos desde siempre vivísima curiosidad por sa-                          Si, tal como pensaba Heidegger, la esencia de la
ber de dónde el poeta, personalidad singularísima, extrae sus                        poesía debe ser concebida por la esencia del len-
temas y cómo logra conmovernos con ellos tan intensamente                            guaje,19 podemos enfocar el tópico platónico de
y despertar en nosotros emociones de las que ni siquiera nos            la manía poética a la luz del poeta hablado por el lenguaje.
juzgábamos acaso capaces. Tal curiosidad se exacerba aún                Porque en tanto hombres carentes de plataforma divina, ya
ante el hecho de que el poeta mismo, cuando le interroga-               no nos es dado pensar, como Platón en el Ion y Fedro, a los
mos, no sepa respondernos, o sólo muy insatisfactoriamente,             poetas como mensajeros de los dioses, sino más bien como
sin que tampoco le preocupe nuestra convicción de que el                embajadores del lenguaje. La poesía como obra del lengua-
máximo conocimiento de las condiciones de la elección del               je. Así se autodefinía Francis Ponge, como un ingeniero del
tema poético y de la esencia del arte poético no habría de              lenguaje. El poeta como un medium a través del cual el len-
contribuir en lo más mínimo a hacernos poetas”.12                       guaje revela una de sus funciones, la poética. Si pensamos la
   El Fedro es el diálogo en el que Platón, siguiendo un cami-          cuestión desde la fórmula kantiana del genio, según la cual
no abierto en el Ion, Menón y Banquete, termina por fundir              éste es el medio a través del cual la naturaleza da la regla al
las nociones de manía divina, poesía, belleza e inmortalidad.           arte,20 deberíamos decir que es el lenguaje el que, mediante
Donde más claramente sistematiza su posición acerca de la               el poeta, da la regla a la poesía.
esencia de la poesía en función de tal serie conceptual, ya
                                                                        IV.
que sólo a partir del estado de posesión divina el alma del                          Pero todo esto está cobrando un matiz muy filosó-
poeta puede llegar a producir (poíesis) obras bellas e inmor-                        fico. Como hablar abstractamente sobre poesía es
tales. Platón intenta así trascender en Fedro el punto de vista                      “una forma del tedio o de la haraganería”,21 mejor
negativo y condenatorio de República, que ataba estrecha-               dejemos hablar a los poetas acerca de los enigmas de su ac-
mente la poesía tradicional a la cordura y a un criterio pura-          tividad. A fin y al cabo nadie mejor que ellos para reflexio-
mente racional y utilitario en términos ético-políticos. Porque         nar, ya no filosófica, sino poéticamente sobre la esencia de la
al fin y al cabo el que recibe en Fedro todos los honores y fama        poesía. Sirvámonos para eso de la palabra de algunos poetas.
inmortal por sus obras no es precisamente el poeta cuerdo y             Pero ya no de Hölderlin, insuperable precursor del pensar
laborioso, sino más bien el poseído o maniático. La novedad             poético para Heidegger, ni de la poesía de Rilke, opacada
de este diálogo estriba, pues, en el profundo respeto que Pla-          por “una metafísica nietzscheana algo dulcificada”,22 sino de
tón profesa hacia el linaje de la tradición poética, así como en        otros poetas en tiempos de penuria. Empiezo con un poeta
el rescate de su papel de fuente de los mayores bienes para la          argentino: Ricardo Zelarayán, quien apunta en clave poéti-
humanidad.13 No es casual que Heidegger llegue a decir que              ca uno de los textos más elocuentes respecto de la función
en el Fedro Platón ofrece su más profundo preguntar acerca              poética del lenguaje: “No sé cómo empezar pero empiezo nomás.
del arte y de lo bello en la forma más armónica, revelándose            Hoy estaba almorzando en una pizzería y oí una conversación te-
como un auténtico filósofo-poeta: “su plenitud está configu-            lefónica del cajero que estaba detrás del mostrador. ‘Escúcheme don
rada de un modo único, por lo que en todos los respectos                Juan –decía el cajero–, la verdad es que cuando hablo con usted salen
esenciales tiene que considerarse a este diálogo como el más            cositas…’. Se hablaba de comprar muy barato un hotel alojamiento
perfecto”.14 Ni tampoco que, partiendo de la tesis de que la            por parte del cajero y de su invisible interlocutor. Hotel alojamiento
doctrina de un pensador es lo no dicho en su decir, proponga            aparte, lo importante era el cajero hablado. No existen los poetas,
volver a dialogar con los diálogos de Platón. Volver pensar lo          existen los hablados por la poesía”.23
no dicho en su pensar.15                                                   Este es el punto. El poeta que llega a escuchar lo que nos
                                                                        dice algo y se deja hablar por ello. Porque desde que el diálo-
II.
         Ahora bien, qué sentido e incidencia puede te-                 go, como creía Heidegger interpretando a Hölderlin, emerge
         ner hoy, huidas ya las Musas griegas y acaecida la             como el acontecimiento esencial del lenguaje y fundamento
         muerte de Dios, el tópico platónico de la inspiración          de la existencia humana, se trata de escuchar la función poé-
poética de origen divino, más allá de una referencia erudita            tica de ese diálogo para terminar, como un rapsoda, hablan-
para hablar acerca de una antigua doctrina de la creación ar-           do de lo que se es hablado. En ese dejar ser hablado y des-
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bordado por el rumor incesante y subterráneo del lenguaje,               expresar la mitad. Nada más apropiado aquí que aquel verso
siempre salen cositas. El poeta es el que escucha esas cositas           de Pizarnik: “Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y
y se deja hablar por ellas. No es que encuentra poesía en un             las palabras no guarecen, yo hablo”.30 El poema se construye así
hecho del lenguaje, sino que el lenguaje ya tiene una fun-               con lo que se calla. Existe por ese espacio en blanco que se
ción poética que, de no ser por su mediación, se nos pasaría             sustrae a toda palabra. La “inexpresable nada” de la que ha-
de largo. Dice Zelarayán: “Mi agradecimiento es para la gente            bla Ungaretti, fundamento abismal sobre el que se levanta la
que habla, para la gente que se mueve, mira, ríe, gesticula…para         palabra poética. En ese fracaso de la palabra reside, paradóji-
la gente que constantemente me está enviando esos mensajes fuera         camente, toda la potencia de la función poética del lenguaje.
de contexto, esos mensajes que escapan de la convención de la vida          A riesgo de ser de taxativo, podría decirse que toda poética
lineal y alienada. Las conversaciones de borrachos son a veces obras     gravita en torno de este poema de Quasimodo:31
maestras del sinsentido, del puro juego de los significantes. (…)
Que esas reuniones son verdaderas fiestas de lenguaje”.24                    Cada uno está solo sobre el corazón de la tierra traspasado por
   En un pasaje que Heidegger suscribiría punto por punto,                             un rayo de sol: y enseguida anochece
Zelarayán agrega: “En fin, el lenguaje es para mí la única reali-
dad. Esto no es ninguna novedad, es una simple afirmación. Si la            Probemos reemplazar en él el término “rayo de sol” por
realidad está en alguna parte, está en el lenguaje. La primera tarea     el de “lenguaje”. Como si el poema dijera: Cada uno está solo
del hablado por la poesía ha sido nombrar las cosas, las cosas que no    sobre el corazón de la tierra / traspasado por el lenguaje: y enseguida
son las cosas sin las palabras. Pienso que el realmente hablado por la   anochece. Leído así, el poema apunta al corazón del tema que
poesía es el que sigue y seguirá nombrando las cosas, es decir cam-      nos ocupa. En un diálogo interior y silencioso consigo mis-
biándolas, transformándolas continuamente. La poesía es renova-          mo, solo en el corazón de la tierra y dejándose traspasar por
ción, subversión permanente”.25 La función poética del lenguaje          el lenguaje, el poeta se embarca en un juego inocente y sin
tiene que ver así con la subversión y el desarreglo. Con la              meta, que toma muy en serio.32 Y una vez que es elegido por
subversión de nombrar las cosas como si nunca se hubieran                las palabras y da a luz el poema, enseguida anochece. ¿A qué
dicho antes. Por primera vez. De volverlas otra cosa en el acto          apunta este anochecer? En clave heideggeriana, diríamos que
mismo de renombrarlas. La subversión, en una palabra, de                 alude al hecho de que al poeta le toca poetizar en la época de
sacar a relucir los pliegues que surcan la piel del lenguaje.            la noche del mundo en que vivimos. Pero también podría es-
Esos pliegues que hacen salir cositas.                                   tar apuntando a la noche interior de cada uno. O mejor: a la
                                                                         noche del lógos de la que hablaba Ponge. Este anochecer que
V.
        Tras este marco metapoético brindado por el texto                a primera vista pareciera un motivo de pesar, es el que para-
        de Zelarayán, pasemos a otros dos poetas: Giuseppe               dójicamente posibilita el milagro estético que desoculta la pa-
        Ungaretti y Salvatore Quasimodo. Dos poemas de                   labra poética. Porque a través de ese diálogo interior, solitario
los llamados “herméticos” italianos pueden ayudarnos a ilu-              y silencioso consigo mismo, el poeta hablado por el lenguaje
minar algunas franjas de la función poética del lenguaje. En             nos vuelve la atención sobre cosas que, de tan a la vista como
“Eterno”, dice Ungaretti:26                                              la “Carta robada” de Poe, solemos pasar de largo. Me refiero
                                                                         al milagro estético que, siguiendo a Wittgenstein, implica la
                Entre una flor recogida y otra regalada                  existencia del mundo: “El milagro estético es la existencia del
                        la inexpresable nada                             mundo. Que exista lo que existe”.33 El milagro estético que se
                                                                         produce al ver de otro modo los rostros del amor, el dolor y
   La poesía se gesta en el umbral que se abre entre la flor             la muerte. Milagro que nos hace verlos por primera vez. La
recogida y la regalada. En el intento –infructuoso de antema-            presencia de la poesía – decía Zambrano- es el milagro pri-
no- de expresar lo no dicho. De ponerle nombre a ese, en pa-             mero de la aparición de las cosas: “Poesía es sentir las cosas
labras de Heidegger, abismo, entendido como ausencia total               en status nascens”.34 A ello se consagra el decir poético. Nos
del fundamento (Abgrund): “En la era de la noche del mundo               hace ver de otro modo, ni mejor ni peor, “ese extraño caos
hay que experimentar y soportar el abismo del mundo. Pero                que llamamos la vida”.35 La función poética del lenguaje se
para eso es necesario que algunos alcancen dicho abismo”.27              juega así en ese hacernos ver lo mismo de otro modo.
Es justamente en la experimentación y cruce de ese umbral
                                                                         VI.
que se abre entre la flor recogida y la dada, en la exploración                        Solemos pensar que el poeta trabaja con la mate-
y puesta en palabras de esa ausencia total del fundamento,                             ria viva de la experiencia, sirviéndose del lengua-
donde el poeta hablado por el lenguaje deja traslucir la fun-                          je como un mero instrumento para expresarla.
ción poética del mismo. “Desde el primer instante –señala                Decimos que la poesía está hecha de palabras, que es, como la
Zambrano-, la poesía se vio lanzada a decir lo indecible,                define Badiou, un “arte del vínculo entre la palabra y la expe-
arrastrada a expresar lo inefable en dos sentidos: inefable por          riencia”.36 Pero en una época signada por el viraje lingüístico
cercano, por carnal; inefable también, por inaccesible, por ser          que atraviesa todas las corrientes del pensamiento, ¿qué es lo
el sentido más allá de todo sentido, la razón última por enci-           que supone tal vínculo entra palabra y experiencia? Supone
ma de toda razón”.28 La doble y paradojal cara de la función             que el lenguaje ya no es ese medio disponible para el poeta,
poética del lenguaje permite que a partir de la expresión de             sino que éste es simplemente un medium a través del cual el
lo no dicho podamos experimentar y soportar lo inexpresado               lenguaje crea y da sentido a su propia experiencia. “La poesía
en lo dicho. Ahí reside la apuesta y el riesgo del decir poético.        –dice Octavio Paz – no se siente: se dice. Quiero decir: no es
Riesgo porque, como apuntaba Bachelard, “la poesía pone al               una experiencia que luego traducen las palabras, sino que las
lenguaje en estado de emergencia”.29 Al poner en riesgo el               palabras mismas constituyen el núcleo de la experiencia. La
lenguaje, al sacar a relucir sus pliegues ocultos para la mirada         experiencia se da como un nombrar aquello que, hasta no
corriente, el poeta se arriesga a sí mismo en su decir. Porque           ser nombrado, carece propiamente de existencia. Así pues, el
asume el riesgo de enseñarnos lo más importante: que las                 análisis de la experiencia incluye el de su expresión. Ambas
palabras no llegan. O lo que es lo mismo: que sólo llegan a              son uno y lo mismo”.37 Traspasado por el lenguaje, el poeta
                                                                                                                   Imago Agenda | 49
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nombra, como un niño, las cosas por primera vez. O mejor:             como si caminara en la oscuridad”.47 Digamos entonces que
a partir de la instauración de nuevos sentidos y sinsentidos,         si el lenguaje sirve -aristotélicamente hablando- para poder
la palabra poética nos devuelve el asombro infantil de ver las        dar razón de las cosas, en su función poética nos la quita.
cosas por primera vez. Un ejemplo. El título del primer libro
                                                                      VII.
de Cesare Pavese: Trabajar cansa. Cualquiera sabe, por expe-                          Y ya que mencionamos a Borges, termine-
riencia, que trabajar cansa. Pero la fusión poética de esas dos                       mos con un poema suyo (“The unending
palabras implica una novedad radical. Como si por primera                             gift”) que permite desprender una última
vez las escucháramos juntas y nos diéramos cuenta que el              nota sobre la función poética del lenguaje:
trabajo efectivamente cansa.
   La palabra poética no sólo dice las cosas de otro modo y              Un pintor nos prometió un cuadro. Ahora, en New England, sé
como si fuera la primera vez, sino también algo más. Porque           que ha muerto. Sentí, como otras veces, la tristeza de comprender
tiene, como decía Heidegger, un plus o “carácter añadido”             que somos como un sueño. Pensé en el hombre y en el cuadro perdi-
que rebasa y desarregla nuestra mirada habitual, carácter             dos. (Sólo los dioses pueden prometer, porque son inmortales). Pensé
que la vuelve alegoría y símbolo.38 Pizarnik lo dice de ma-           en un lugar prefijado que la tela no ocupará. Pensé después: si es-
nera clara y concisa: “Por eso cada palabra dice lo que dice y ade-   tuviera ahí, sería con el tiempo una cosa más, una cosa, una de las
más más y otra cosa”.39 La función poética del lenguaje remite        vanidades o hábitos de la casa; ahora es ilimitada, incesante, capaz
a algo que por lo general queda oculto bajo esa pátina que            de cualquier forma y cualquier color y no atada a ninguno. Existe
convencionalmente llamamos realidad. Hace que el sentido              de algún modo. Vivirá y crecerá como una música y estará conmigo
sea siempre doble sentido. Porque no busca, como la función           hasta el fin. Gracias, Jorge Larco. (También los hombres pueden pro-
epistémico-pragmática del lenguaje, explicar, o sea, apagar           meter, porque en la promesa hay algo inmortal).48
el asombro virginal ante las cosas, sino más bien restituir al           Como el cuadro prometido por el pintor, sólo en tanto
mundo la extrañeza que le es propia. La misión del poeta              promesa incumplida puede la palabra poética asumir cual-
pasaría por dejar que las fuerzas del lenguaje cristalicen el         quier tipo de configuración. La potencia del poema estriba,
sentido de su propia experiencia. De tanto atender a esas             más que en lo dicho, en la promesa de su decir. Porque si
fuerzas, el poeta termina encontrando su voz dentro de la             cumpliera con lo que promete, si dijera sin más lo que tiene
casa del lenguaje: “Las fuerzas del lenguaje son las damas soli-      para decir, el poema sería, como el cuadro, una cosa más
tarias, desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo     de la casa. Al igual que los lugares prefijados que la tela no
lejos”.40 Encadenándonos en su inspiración proveniente del            ocupará, sólo bajo su condición de promesa podemos pen-
lenguaje, crea y recrea constantemente no sólo su propia ex-          sar en todas las cosas no dichas por la palabra poética. Dice
periencia, sino también la del lector. Partiendo de la tesis del      Zambrano: “Las cosas están en la poesía por su ausencia, es
origen divino del poema, Platón introducía en el Ion la bella         decir, por lo más verdadero, ya que cuando algo se ha ido,
metáfora de la cadena de la inspiración divina, que va engar-         lo más verdadero es lo que nos deja, pues es lo imborrable:
zando entre sí los anillos representados por las Musas, el poe-       su pura esencia”.49 La palabra poética repercute en noso-
ta, el rapsoda y el espectador, cadena por la cual fluye el decir     tros como silencio, tentación y promesa. Es justamente en
poético impulsado por un entusiasmo divino.41 Se trata ahora          esta idea de repercusión o resonancia donde Bachelard en-
de ver al poeta, al poema y al lector como anillos engarza-           cuentra la verdadera medida de una imagen poética: “La
dos por la cadena del lenguaje. Una cadena que permite que            imagen poética es un resaltar súbito del psiquismo. Por el
cada poema encuentre en algún momento su lector. Borges               resplandor de una imagen, resuenan los ecos del pasado
jugaba mucho con la idea de que el hecho estético acontece            lejano, sin que se vea hasta qué profundidad van a re-
cuando el libro da con su lector.42 Análogamente, diría que la        percutir y extinguirse. En su novedad, en su actividad, la
función poética del lenguaje ocurre cuando las palabras dan           imagen poética tiene un ser propio, un dinamismo propio.
con el poeta y éste se deja traspasar por ellas. Porque al fin y      Procede de una ontología directa. En esa resonancia, la ima-
al cabo, como pensaba Salinger, el verdadero poeta no elige           gen poética tendrá una sonoridad de ser. El poeta habla en
su material: “Es evidente que el material lo elige a él, no él al     el umbral del ser ”50.
material”.43 La voz de cada poeta podría definirse a partir de           Pero si ya no son los dioses inmortales, ¿quiénes son hoy
las palabras que lo eligen.                                           los que pueden prometer? Los poetas, quienes a través de la
   Así como Platón decía en el Ion que la divinidad priva a los       promesa incumplida de su decir alcanzan una suerte de in-
poetas de la razón para hablar a través de ellos,44 es ahora el       mortalidad. Y así regresamos a Platón, que ya en el Banquete
lenguaje el que, sirviéndose del poeta, priva a éste de razón.        había trazado una relación entre éros, poesía e inmortalidad
De ahí que una de las máximas de Wallace Stevens en su cre-           al referirse a los poemas (o hijos espirituales) que dejaron
do poético-filosófico establezca que la poesía debe ser irracio-      Homero y Hesíodo: “Todo hombre preferiría tener hijos de tal ín-
nal y resistir la inteligencia casi victoriosamente.45 Porque el      dole a tenerlos humanos, si dirige su mirada a Homero, a Hesíodo
verdadero poeta no escribe sobre lo que conoce y entiende.            o a los demás buenos poetas y contempla con envidia qué descen-
Si fuera así, su poesía se limitaría a un registro confesional        dencia han dejado de sí mismos, que les procura inmortal fama y
o a un mero desahogo de la expresión. El verdadero poeta              recuerdo por ser ella también famosa e inmortal”.51 La inmorta-
asume el riesgo de que, al ser hablado por el lenguaje, éste le       lidad que detentan muchas obras poéticas descansa en esa
haga perder el control de lo que quiere expresar, haciéndole          promesa quebrada que nos deja pensando en las cosas que
prometer más de lo dicho: “La imagen –observa Bachelard-,             el poema nunca dirá.52 En eso que iba a ser pero finalmente
en su simplicidad, no necesita un saber. Es propiedad de una          no fue, porque enseguida anochece. La indefinición esencial
conciencia ingenua. La imagen es antes que el pensamiento.            que, según Borges, caracteriza al hecho estético como inmi-
En los poemas se manifiestan fuerzas que no pasan por los             nencia de una revelación que no se produce.53 La función
circuitos de un saber. En poesía, el no-saber es una condi-           poética del lenguaje anida en esa promesa que, en tanto
ción primera”.46 Precisamente porque la raíz del lenguaje es          incumplida, sigue, como el deseo, existiendo y asumiendo
irracional, la poesía avanza “de un modo vacilante y osado,           formas diversas. 
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Notas                                                                                  22.	 Heidegger, “¿Y para qué poetas?”, en op. cit., p. 257.
                                                                                       23.	 Zelarayán, R., “Posfacio con deudas”, en La obsesión del espacio (1972),
1.	 Ponge, F., “El mundo mudo es nuestra única patria”, en Métodos. La                      Buenos Aires, Atuel, 1997, p. 83.
     práctica de la literatura, El vaso de agua y otros poemas-ensayo, Buenos          24.	 Ibíd., p. 84.
     Aires, Adriana Hidalgo, 2000, p. 203.                                             25.	 Ibíd., p. 86.
2.	 Milosz, C., “Ars poetica?” (citado por Heaney, S., De la emoción a las             26.	 Ungaretti, G., Vita d’un uomo, Milano, Arnoldo Mondadori, 1966, p.
     palabras, Barcelona, Anagrama, 1996, pp. 258-260.                                      5.
3.	 Sobre el debatido problema de la unidad temática del Fedro, cf., entre             27.	 Heidegger, “¿Y para qué poetas?”, en op. cit., p. 242.
     otros intérpretes, Brisson, L., Platon. Phèdre, Paris, GF-Flammarion,             28.	 Zambrano, M., Filosofía y poesía, México, Fondo de Cultura Económi-
     1989, pp. 13-19.                                                                       ca, 1987, p. 119. Para Badiou el poema produce “lo innombrable en
4.	 Heidegger, M., “La voluntad de poder como arte”, en Nietzsche, Bar-                     la lengua misma” (Badiou, A., Manifiesto por la filosofía, Buenos Aires,
     celona, Destino, 2000, tomo I, p. 182.                                                 Nueva Visión, 1990, p. 77).
5.	 Platón, Fedro 244a5-8.                                                             29.	 Bachelard, op. cit., p. 19.
6.	 Fedro 249c8-d3. Para la cuestión de la manía en Platón y sus antece-               30.	 Pizarnik, A., “Fragmentos para dominar el silencio”, en Obras comple-
     dentes, cf. Dodds, E. R., Los griegos y lo irracional, Madrid, Alianza,                tas, Buenos Aires, Corregidor, 1990, p. 269.
     1980, pp. 195-219; Padel, R., A quien un dios quiere destruir, antes lo en-       31.	 Quasimodo, S., Y enseguida anochece y otros poemas, Barcelona, Orbis,
     loquece. Elementos de la locura griega y trágica, Buenos Aires, Manantial,             1985, p. 17.
     1997, pp. 105-113; y Nussbaum, M. C., La fragilidad del bien. Fortuna             32.	 Sobre el arte como juego, cf. Freud, S., “El poeta y los sueños diur-
     y ética en la tragedia y la filosofía griega, Madrid, Visor, 1995, pp. 270,            nos”, en op. cit., pp. 1343-1348; Gadamer, H.-G., La actualidad de lo bello,
     273-274, quien señala que el Fedro, a diferencia de los planteos previos               Barcelona, Paidós, 1998, pp. 66-83.
     de Fedón, Banquete y República, implica una rehabilitación del lugar y            33.	 Wittgenstein, L., Diario filosófico (1914-1916), Barcelona, Planeta - De
     función de la manía.                                                                   Agostini, 1986, p. 145 (20.10.16).
7.	 Fedro 265a9-11.                                                                    34.	 Zambrano, op. cit., p. 121.
8.	 Fedro 244d3-5. Sobre la locura como fuente o matriz de la sabiduría, cf.           35.	 Melville, H., Moby Dick o la ballena blanca, Buenos Aires, Sudamerica-
     Colli, G., El nacimiento de la filosofía, Barcelona, Tusquets, 1977, pp. 11-17.        na, 1999, p. 291.
9.	 Fedro 265b2-5.                                                                     36.	 Badiou, op. cit., p. 44.
10.	 Fedro 245a5-8.                                                                    37.	 Paz, O., “La inspiración”, en El arco y la lira, México, Fondo de Cultura
11.	 Platón, Ion 534b3-7.                                                                   Económica, 1972, p. 157. En Ponge puede leerse una idea similar: “En
12.	 Freud, S., “El poeta y los sueños diurnos”, en Obras Completas, Ma-                    cada instante del trabajo de expresión, a medida que avanza la escri-
     drid, Biblioteca Nueva, 1972, tomo IV, p. 1343.                                        tura, el lenguaje reacciona, propone sus propias soluciones, incita,
13.	 Fedro, 244a6-8.                                                                        suscita ideas, contribuye a la formación del poema” (Ponge, F., “My
14.	 Heidegger, M., “La voluntad de poder como arte”, en op. cit., pp.                      creative method”, en op. cit., p. 41).
     182-183.                                                                          38.	 Heidegger, “El origen de la obra de arte”, en op. cit., pp. 13-14. Para
15.	 Heidegger, M., “La doctrina platónica de la verdad”, en Hitos, Ma-                     el arte como símbolo, cf. en una línea similar Gadamer, op. cit., pp.
     drid, Alianza, 2000, p. 173.                                                           83-99.
16.	 Para un análisis exhaustivo de la idea de inspiración poética en la               39.	 Pizarnik, “La palabra que sana”, en op. cit., p. 307.
     literatura griega arcaica (de Homero a Píndaro), cf. Murray, P., “Poetic          40.	 Pizarnik, “Fragmentos para dominar el silencio”, en op. cit., p. 269.
     Inspiration in Early Greece”, Journal of Hellenic Studies 101, 1981, pp.          41.	 Cf. Ion 533e3-536b4. Sobre la apelación del poeta a las Musas, cabe
     87-89, 99-100, quien suscribe la tesis de que antes de Platón tal idea no              subrayar un contraste entre la concepción que se puede observar en
     implica necesariamente posesión o locura extática, ni incompatibili-                   Homero, Hesíodo y Píndaro y la teoría platónica de la posesión di-
     dad con el arte o la téchne. Subraya en este sentido que recién a partir               vina. Para la primera el poeta apelaba a las Musas únicamente como
     de Platón el concepto de inspiración poética pasa a ser entendido                      autoridad superior, recibiendo de ellas ayuda divina en su relato, sin
     como sinónimo de enthousiasmós o manía, y a oponerse por tanto al                      que ello implicase que las mismas entraran en él o que le inspiraran
     de téchne. Incluso en Demócrito, quien suele ser considerado un pre-                   o le poseyeran. En esta concepción homérico-hesiódica, lejos de estar
     cursor de Platón, no se advierte para Murray incompatibilidad entre                    fuera de sus cabales, el poeta era un maestro inteligente y un edu-
     inspiración y técnica (cf. al respecto el frag. DK 8: “Lo que un poeta                 cador (o primitivo sophistés), con una sabiduría y un saber propio.
     escribe con entusiasmo y soplo divino es más hermoso”).                                Para Platón, por el contrario, la Musa está, como destaca Dodds, op.
17.	 Heidegger, M., “El origen de la obra de arte”, en Caminos de bosque,                   cit., pp. 87, 101-102, n. 122, realmente dentro del poeta. Murray, op.
     Madrid, Alianza, 1995, pp. 62-64; “¿Y para qué poetas?”, en op. cit., p.               cit., pp. 87-89, 99-100 sostiene al respecto que el concepto de inspira-
     245.                                                                                   ción poética como un género de enthousiasmós o manía extática con-
18.	 Wittgenstein, L., Observaciones, México, Siglo XXI, 1981, p. 51: “Creo                 trapuesto al arte o la téchne no aparece antes de Platón, aun cuando
     haber resumido mi posición con respecto a la filosofía al decir: de                    ciertos especialistas persistan en igualar las nociones griegas arcaicas
     hecho, sólo se debería poetizar la filosofía. Me parece que de ello se                 de inspiración con el concepto platónico de furor poeticus.
     desprende en qué medida pertenece mi pensamiento al presente, al                  42.	 Borges, J. L., “La poesía”, en Siete noches, Obras completas, Buenos Ai-
     futuro o al pasado. Pues con ello me reconocí también como alguien                     res, Emecé, 1990, tomo III, p. 254.
     que no puede del todo lo que querría poder”.                                      43.	 Salinger, J. D., Seymour, una introducción, Buenos Aires, Sudamericana,
19.	 Heidegger, M., “Hölderlin y la esencia de la poesía”, en Arte y poe-                   1973, p. 111.
     sía, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, pp. 133-136, 140; “¿Y              44.	 Ion 534c7-d4.
     para qué poetas?”, en op. cit., pp. 280-281. La descendencia de esta              45.	 Stevens, W., Adagia, Barcelona, Península, 1987, pp. 24 y 34.
     idea puede verse, entre otros, en la ontología de lo poético de Ba-               46.	 Bachelard, op. cit., pp. 11-13, 26.
     chelard, para quien en poesía la expresión crea ser: “En tesis general,           47.	 Borges, J. L., “Prólogo”, en El otro, el mismo, Obras completas, Buenos
     pensamos que todo lo que es específicamente humano en el hombre                        Aires, Emecé, 1990, tomo II, p. 236.
     es lógos” (Bachelard, G., La poética del espacio, México, Fondo de Cul-           48.	 Borges, J. L., Elogio de la sombra, en Obras completas, Buenos Aires,
     tura Económica, 1965, p. 15), y en Gadamer: “No obstante, me sigue                     Emecé, 1990, tomo II, p. 362.
     pareciendo cierto que la lengua no es sólo la casa del ser, sino también          49.	 Zambrano, op. cit., p. 120.
     la casa del ser humano, en la que vive, se instala, se encuentra consi-           50.	 Bachelard, op. cit., pp. 7-8.
     go mismo, se encuentra en el Otro, y que la estancia más acogedora                51.	 Platón, Banquete 209c7-e3.
     de esta casa es la estancia de la poesía, del arte” (Gadamer, H.-G., “La          52.	 Para la idea del arte como promesa quebrada, cf. Adorno, T.W., Teoría
     misión de la filosofía”, en La herencia de Europa. Ensayos, Barcelona,                 estética, Barcelona, Orbis, 1983, p. 181: “La experiencia estética lo es de
     Península, 1990, p. 156).                                                              algo que el espíritu no podría extraer ni del mundo ni de sí mismo, es
20.	 Kant, I., Crítica del juicio, I § 46.                                                  la posibilidad prometida por la imposibilidad. El arte es promesa de
21.	 Borges, J. L., “La poesía”, en Siete noches, Obras completas, Buenos Ai-               felicidad, pero promesa quebrada”.
     res, Emecé, 1990, tomo III, p. 258.                                               53.	 Borges, J. L., “La muralla y los libros”, en Otras inquisiciones, Obras
                                                                                            completas, Buenos Aires, Emecé, 1990, tomo II, p. 13.
                                                                                                                                      Imago Agenda | 51
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