NO HAGA VOTOS A LA LIGERA
Eclesiastés 5:2
¿Cuáles son las promesas más importantes que hace una persona, y por qué son
importantes? Algunas promesas son pequeñas y es posible que las pasemos por alto, pero
no se olvide que Dios nos hace responsables de los votos que hacemos. En este estudio
analizaremos un hombre piadoso que hizo a Dios un voto muy poco inteligente. En el cual
podemos ver las consecuencias a las que se tuvo que enfrentar, las cuales nos ayudan a
comprender mejor por qué los cristianos necesitamos ser personas cumplidoras de nuestra
palabra.
I. UN VOTO HECHO A LA LIGERA.
A. ¿Cuál fue el grave error de Jefté? Jueces 11:29–33. Un hombre guerrero, grande,
valeroso y valiente; muy respetado en Galaad.
1. Hacer un voto apresurado al Señor. Él no sabía cuál sería este sacrificio; incluso
podía ser un ser humano.
2. Hacer un voto muy poco inteligente. No se imaginó, ni pensó quién fuera a salir de
la puerta de su casa.
3. Hacer un trato con Dios para asegurar la bendición. Esto muestra la falta de
confianza que tenía en el Señor, pensó que tenía que hacer algo para asegurar la
provisión divina.
B. ¿Por qué es poco sabio hacer un voto precipitado a Dios? Deuteronomio 23:21-23.
1. Porque Dios espera que cumplamos los votos que le hagamos.
2. Porque una vez hecho el voto, se debía; no hacerlo sería pecado.
A pesar de esta advertencia, Jefté hizo su voto.
Dios le da una poderosa victoria (Jueces 11:32).
Su ejército capturó veinte ciudades y sometió a Amón (Jueces 11:33).
Ahora Jefté tendría que cumplir su voto; de lo contrario sería culpable de pecar contra
el Señor. Esto nos enseña que es lamentable hacer votos apresurados.
II. EL CUMPLIMIENTO DEL VOTO.
El gozo reinaba en Jefté cuando regresaba a su casa después de haber obtenido la
victoria. Sin embargo, la victoria pronto se convirtió en lamento´ “¡ay, hija mía!” esto
revela la desesperación que cayó en Jefté.
A. ¿Qué provocó que la victoria se convirtiera en lamento? Jueces 11:34–35.
1. Su hija fue la primera en salir por la puerta de su casa. (v. 34). ¿Cómo imagina
usted que se sintió Jefté cuando vio salir a su hija de su casa? Sintió una mezcla de
temor, angustia, arrepentimiento e ira consigo mismo (v. 35). Jefté al hacer su voto
apresurado no recordó que era costumbre que las mujeres salieran al encuentro de
los guerreros victoriosos que regresaban a su hogar (1ª Samuel 18:6). Jefté no pensó
en esta posibilidad cuando hizo su promesa a Dios.
2. No tenía más hijos. La pérdida de su única hija significaba remordimiento y
angustia para toda la vida (v. 35).
3. Su línea familiar tendría fin. Imagínese a ese hombre perder a su hija y no ver su
descendencia (nietos, etc.).
4. La alternativa de quebrantar el voto. Aquel voto apresurado que le había hecho a
Dios, tuvo consecuencias terribles. Su hija sabía cuáles eran las consecuencias, aun
así, no lo persuadió para que quebrantara su voto (jueces 11:36-37). Más bien le dijo
que debía cumplirlo.
B. ¿Cree usted que Jefté cumplió su voto y mató a su hija?
Algunos creen que no le quitó la vida, sino que la dedicó al servicio del Señor para toda
la vida; privada de casarse y de tener hijos, lo cual también haría desaparecer la línea
familiar de Jefté.
Otros creen que sacrificó a su hija en holocausto, a pesar de que la Ley condena de
manera estricta esta práctica. Y que el recuerdo anual que se hacía de ella según el
verso 40, así como las intensas lamentaciones acerca de su situación, parecen indicar
esto.
Sea como sea, lo cierto es que Jefté tuvo que enfrentar un momento terrible, por su
imprudencia. Hizo un voto apresurado e irreflexivo a Dios sin pensar en las
consecuencias.
NOTA: ¿Qué le enseña Jefté de las promesas que hacemos a Dios?
III. SEA REVERENTE ANTE DIOS Y CUMPLA SUS VOTOS.
No es malo hacer votos a Dios, en tiempos del Antiguo Testamento las personas con
frecuencia hacían votos a Dios. Lo malo es hacer un voto apresurado e irreflexivo a
Dios sin pensar en las consecuencias.
A. No se apresure a hablar. Eclesiastés 5:1-3.
1. Prepare adecuadamente su corazón, v. 1.
2. Acérquese a Dios con humildad, v. 2.
3. Tenga consideración, seriedad y sabiduría con sus palabras, v. 3.
B. Téngale temor a Dios. Eclesiastés 5:4-7.
Cuando las personas se encuentran bajo una intensa presión causada por los problemas,
a veces quieren hacer tratos con Dios. cuando el problema pasa, se olvidan del voto.
Eclesiastés 5:4 7 nos guía para que evitemos esta trampa:
1. Desarrolle el hábito de cumplir lo más rápido sus promesas.
2. Tenga en cuenta lo que requerirá su promesa, v. 6. “hable con integridad” Stg. 5:12.
3. Examine las consecuencias de lo que dice. “controle su lengua”.
4. Honre las promesas que hace a Dios, v. 7. “más tú, teme a Dios”.
La falta de reflexión nos lleva con frecuencia al pecado de hacer promesas y no
cumplirlas.
Conclusión.
¿Ha hecho promesas apresuradas o ha tomado en serio las promesas hechas a Dios? Tome
la firme decisión de hacer compromisos buenos y saludables con el Señor.
No deje de cumplir las promesas hechas a Dios para no sufrir las consecuencias.