[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
514 vistas13 páginas

El Incomparable Valor del Alma

El documento describe el gran valor del alma humana. Resalta que Cristo dio su vida para rescatar cada alma, lo que demuestra cuán preciosa es cada persona a los ojos de Dios. Señala que aunque algunas almas se han degradado, Dios aún las ama y desea salvarlas, por lo que debemos tratar a todos con respeto y compasión. Enfatiza la necesidad de apreciar verdaderamente el valor infinito de cada alma y trabajar para llevar a otros al conocimiento salvador de Cristo.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
514 vistas13 páginas

El Incomparable Valor del Alma

El documento describe el gran valor del alma humana. Resalta que Cristo dio su vida para rescatar cada alma, lo que demuestra cuán preciosa es cada persona a los ojos de Dios. Señala que aunque algunas almas se han degradado, Dios aún las ama y desea salvarlas, por lo que debemos tratar a todos con respeto y compasión. Enfatiza la necesidad de apreciar verdaderamente el valor infinito de cada alma y trabajar para llevar a otros al conocimiento salvador de Cristo.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 13

En vista de la herencia gloriosa que puede ser suya, “¿qué rescate dará el hombre por su

alma?” Puede ser pobre y, sin embargo, posee en sí mismo una riqueza y dignidad que el
mundo jamás podría haberle dado. El alma redimida y limpiada de pecado, con todas sus
nobles facultades dedicadas al servicio de Dios, es de un valor incomparable; y hay gozo en
el cielo delante de Dios y de los santos ángeles por cada alma rescatada, un gozo que se
expresa con cánticos de santo triunfo.CC 126.1

El resultado de la lucha del Salvador contra las potestades de las tinieblas es la dicha de los
redimidos, la cual contribuirá a la gloria de Dios por toda la eternidad. Y tal es el valor del alma,
que el Padre está satisfecho con el precio pagado; y Cristo mismo, al considerar los resultados
de su gran sacrificio, no lo está menos. CI 107.2

Tu vida es demasiado preciosa para considerarla de poca importancia. El Calvario da testimonio


del valor de tu alma. Consulta con la Palabra de Dios a fin de que puedas saber cómo usar la
vida que ha sido comprada para ti a un costo infinito. Como hija de Dios te está permitido
contraer matrimonio solamente en el Señor. Asegúrate de no estar siguiendo la imaginación de
tu corazón, y de avanzar en el temor de Dios. CJE 26.3

Recuerda el valor del alma, y recuerda que es tu privilegio y tu deber colaborar en toda forma
posible con Dios. No debes rebajarte al mismo nivel de los incrédulos, ni reirte ni pronunciar las
mismas palabras ordinarias. CJE 26.5

El dueño de todos nuestros tesoros terrenales vino al mundo en forma humana. El Verbo fue
hecho carne y moró entre nosotros. No podemos apreciar cuán profundamente interesado está él
en la humanidad. El conoce el valor de cada alma. ¡Con cuánta aflicción fue agobiado cuando
vio su herencia adquirida hechizada por las invenciones satánicas! CMC 142.1

“Cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio”. En la dádiva de su
Hijo para nuestra redención, Dios demostró cuánto valor atribuye a toda alma humana, y a nadie
autoriza para hablar desdeñosamente de su semejante. Veremos defectos y debilidades en los
que nos rodean, pero Dios reclama cada alma como su propiedad, por derecho de creación, y
dos veces suya por haberla comprado con la sangre preciosa de Cristo. Todos fueron creados a
su imagen, y debemos tratar aun a los más degradados con respeto y ternura. Dios nos hará
responsables hasta de una sola palabra despectiva hacia un alma por la cual Cristo dio su vida.
DMJ 51.6

erusalén había sido la hija de su cuidado, y como un padre tierno se lamenta sobre un hijo
descarriado, así Jesús lloró sobre la ciudad amada. ¿Cómo puedo abandonarte? ¿Cómo puedo
verte condenada a la destrucción? ¿Puedo permitirte colmar la copa de tu iniquidad? Un alma es
de tanto valor que, en comparación con ella, los mundos se reducen a la insignificancia; pero ahí
estaba por perderse una nación entera. DTG 531.1

Debemos acercarnos más a la cruz de Cristo. El arrepentimiento al pie de la cruz es la primera


lección de paz que hemos de aprender. El amor de Jesús, ¿quién puede comprenderlo? ¡Es
infinitamente más tierno y abnegado que el amor de una madre! Si queremos conocer el valor
de un alma humana, debemos mirar con fe viva a la cruz, y así comenzar a estudiar cuál será la
ciencia y el canto de los redimidos por toda la eternidad. El valor de nuestro tiempo y nuestros
talentos puede ser estimado únicamente por la grandeza del rescate pagado por nuestra
redención. Qué ingratitud manifestamos hacia Dios cuando lo despojamos de lo que le
pertenece al no otorgarle nuestros afectos y nuestro servicio. ¿Es demasiado entregarnos a
nosotros mismos a Aquel que lo ha sacrificado todo por nosotros? ¿Podemos elegir la amistad
del mundo antes que el honor inmortal que Cristo nos confiere, es a saber, “que se siente
conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”?
Apocalipsis 3:21. ECFP 93.1

Un alma es de más valor que el mundo entero. ¿Cómo pueden los hombres que profesan haberse
dedicado a sí mismos a la obra sagrada de salvar almas, permitir que sus pequeñas posesiones
temporales absorban sus mentes y sus corazones, impidiéndoles cumplir con la alta vocación
que profesan haber recibido de Dios?—Testimonies for the Church 2:540, 541 (1870). Ev 239.2

En comparación con el número de los que rechazan la verdad, los que la reciben serán muy
pocos, pero un alma es de mayor valor que varios mundos. No debemos desanimarnos aun
cuando nuestra obra no parezca tener grandes resultados.—Carta 1, 1875. Ev. 242.3

El Señor desea que siempre destaquemos el valor de un alma humana ante los que no
comprenden este valor. Ev337.4

El valor de un alma—El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que el
mundo entero.—El Deseado de Todas las Gentes, 430 (1898). Ev 357.5

Si sólo un alma hubiese querido aceptar el Evangelio de su gracia, para salvar a ella sola, Cristo
hubiera escogido su vida de penas y humillaciones y su muerte ignominiosa.—El Ministerio de
Curación, 126 (1905). Ev 357.6

Quede este punto completamente aclarado en cada mente: Si aceptamos a Cristo como
Redentor, debemos aceptarlo como Soberano. No podemos tener la seguridad y perfecta
confianza en Cristo como nuestro Salvador hasta que lo reconozcamos como nuestro Rey y
seamos obedientes a sus mandamientos. Así demostramos nuestra lealtad a Dios. Entonces
nuestra fe sonará genuina, porque es una fe que obra. Obra por amor. Digan de corazón: “Señor,
creo que tú moriste para redimir mi alma. Si tú le has dado tal valor al alma como para ofrecer
tu vida por la mía, yo voy a responder. Entrego mi vida y todas sus posibilidades, con toda mi
debilidad, a tu cuidado”. Ev 13.2

El filósofo se aparta de la luz de la salvación, porque ella cubre de vergüenza sus orgullosas
teorías; el mundano rehusa recibirla porque ella lo separaría de sus ídolos terrenales. Pablo vió
que el carácter de Cristo debía ser entendido antes que los hombres pudieran amarle, o ver la
cruz con los ojos de la fe. Aquí debe comenzar ese estudio que será la ciencia y el canto de los
redimidos por toda la eternidad. Solamente a la luz de la cruz puede estimarse el valor del alma
humana. HAp 221.1

Por la conversión de un pecador, el ministro somete a máximo esfuerzo sus recursos. El alma
que Dios ha creado y Cristo ha redimido es de gran valor, por causa de las posibilidades que
tiene por delante, las ventajas espirituales que se le han concedido, las capacidades que puede
poseer si la vivifica la Palabra de Dios, y la inmortalidad que puede obtener mediante la
esperanza presentada en el Evangelio. Y si Cristo dejó las noventa y nueve para poder buscar y
salvar a la única oveja perdida, ¿podemos justificarnos nosotros si hacemos menos que esto? El
dejar de trabajar como Cristo trabajó, de sacrificarse como él se sacrificó, ¿no es una traición de
los cometidos sagrados, un insulto a Dios? HAp 298.1

¡Oh, cuán pocos aprecian el valor de las almas! ¡Cuán pocos están dispuestos a sacrificarse para
llevar almas al conocimiento de Cristo! Se habla mucho, se profesa gran amor por las almas que
perecen; pero el hablar cuesta poco. Lo que se necesita es ferviente celo cristiano, un celo que se
manifieste en obras. Todos deben trabajar ahora para sí mismos, y cuando tengan a Jesús en su
corazón, lo confesarán a otros. Más fácil es impedir que las aguas del Niágara se despeñen por
las cataratas, que impedir a un alma poseedora de Cristo que lo confiese. 1JT 234.2

ue el amor de Cristo nos constriña a ser muy compasivos y tiernos, para que podamos llorar por
los que yerran y los que han apostatado de Dios. El alma tiene un valor infinito, que no puede
estimarse sino por el precio pagado por su rescate. ¡El Calvario! ¡El Calvario! ¡El Calvario
explicará el verdadero valor del alma! 1JT 323.1

Tenga Vd. cuidado acerca de los pasos que dé. Haga sendas rectas para sus pies. Cierre la puerta
a la incredulidad, y haga de Dios su fortaleza. Si se halla perplejo, guarde silencio; no dé ningún
paso en la obscuridad. Me siento profundamente preocupada por su alma. Esta puede ser la
última prueba que Dios le conceda. No avance un solo paso en el camino que lleva hacia la
perdición. Aguarde, y Dios le ayudará. Sea paciente, y aparecerá la clara luz. Si Vd. cede a las
impresiones, perderá su alma, y el alma es de gran valor para Dios. 2JT 217.1

Estas lecciones son para nuestro beneficio. Cristo ha ordenado a sus discípulos que cooperen
con él en su obra y que se amen unos a otros como él los ha amado. La agonía que sufrió en la
cruz atestigua el valor que atribuye al alma humana. Todos los que aceptan esta gran salvación
se comprometen a ser colaboradores con él. Nadie debe considerarse como favorito especial del
cielo ni concentrar su interés y atención en sí mismo. Todos los que se han alistado en el
servicio de Cristo han de trabajar como él trabajó, y han de amar como él los amó a aquellos
que están en ignorancia y pecado. 2JT 247.2

En comparación con el valor de una sola alma, el mundo entero se hunde en la insignificancia.
2JT 257.2

Hay almas que han perdido su valor; habladles, orad por ellas. Hay quienes necesitan el pan de
vida. Leedles de la Palabra de Dios. Hay una enfermedad del alma que ningún bálsamo puede
alcanzar, ninguna medicina curar. Orad por estas [almas] y traedlas a Jesucristo. Y en toda
vuestra obra Cristo estará presente para impresionar los corazones humanos.—Manuscrito 105,
1898.MB 75.2

No debemos perder ninguna oportunidad para mostrarles que su alma tiene valor y que vale la
pena hacer un esfuerzo para ganar la vida eterna.—Testimonies for the Church 7:58. MB 77.2

mar como Cristo amó—El amor que se inspira en el amor que tenemos por Jesús verá en cada
alma, rica o pobre, un valor que no puede ser medido por la estimación humana. El mundo se
hunde en la insignificancia en comparación con el valor de un alma. El amor de Dios revelado
por el hombre está más allá de todo cómputo humano. Es infinito. Y el agente humano, que es
participante de la naturaleza divina, amará como Cristo ama, trabajará como Cristo trabajó.
Habrá una compasión íntima y simpatía que no fallará ni se desanimará. Este es el espíritu que
se debe fomentar en cada corazón y se debe revelar en cada vida. Este amor sólo puede existir y
se puede conservar refinado, santo, puro y elevado mediante el amor del alma por Jesucristo,
alimentado por la comunión diaria con Dios. Toda esta frialdad de parte de los cristianos es una
negación de la fe. Pero este espíritu se desvanecerá ante los brillantes rayos del amor de Dios en
el seguidor de Cristo. Voluntaria y naturalmente obedecerá la orden: Que os améis unos a otros:
como os he amado”.—Manuscrito 60, 1897. MB 88.2
El que después de oír la verdad se aparta de ella porque aceptarla retardaría su éxito en los
negocios, se aparta de Dios y de la luz. Vende su alma en un mercado barato. Su conciencia
siempre será indigna de confianza. Ha hecho un pacto con Satanás al violar su conciencia, la
cual, si hubiera permanecido pura y recta, le habría sido de mucho más valor que el mundo
entero. El que rechaza la luz participa del fruto de la desobediencia, como lo hicieron Adán y
Eva en el Edén.—Manuscrito 27, 1900. 1MC 319.2

Mi mente va hacia usted, Marta [...]. Queremos verla confiando plenamente en el precioso
Salvador. Él la ama, dio su vida por usted porque le asignó valor a su alma. Tuve un sueño no
hace mucho. Paseaba por un jardín, y usted estaba a mi lado. Usted decía una y otra vez: “Mire
ese feo arbusto, ese árbol deforme, ese pobre botón de rosa sin desarrollar. Me hacen sentir mal,
porque me parece que representan mi vida y la situación en que me encuentro delante de
Dios”.2MC 447.1 La verdad tiene un poder tranquilizador—El poder tranquilizador de la
verdad pura, vista, vivida y mantenida en todos sus aspectos, es de un valor que no puede
expresarse en palabras a la gente que está sufriendo de alguna enfermedad. Mantengan siempre
delante del enfermo que sufre la compasión y la ternura de Cristo, y despierten siempre su
conciencia para que crea en su poder de aliviar el sufrimiento, y condúzcanlo a la fe y a la
confianza en él, el gran Sanador, y habrán ganado un alma y a menudo una vida.—Carta 69,
1898; Medical Ministry, 234, 235. 2MC 421.3

La piedad vital, verdadera, debe irradiar de la vida y el carácter, para que la cruz de Cristo sea
levantada ante el mundo y a la luz de la cruz sea revelado el valor del alma. Nuestra mente debe
abrirse para entender las Escrituras, con el propósito de que obtengamos poder espiritual
alimentándonos del pan del cielo.—The Review and Herald, 8 de abril de 1890. MJ. 45.1

En nuestra obra, el esfuerzo individual logrará mucho más de lo que se puede estimar. Es por
falta de él por lo que las almas perecen. Un ser humano es de valor infinito; el Calvario nos dice
su precio. Un alma ganada para Cristo contribuirá a ganar a otros, y la cosecha de bendición y
salvación irá siempre en aumento.—Obreros Evangélicos, 192. MJ 145.2

Debemos acercarnos más a la cruz de Cristo. La contrición al pie de la cruz es la primera


lección de paz que tenemos que aprender. El amor de Jesús, ¿quién lo puede comprender? Es
infinitamente más tierno y abnegado que el amor de una madre. Si queremos conocer el valor de
un alma humana debemos mirar con fe viviente hacia la cruz y empezar así el estudio que será
la ciencia y el canto de los redimidos por toda la eternidad. Sólo se puede calcular el valor de
nuestro tiempo y de nuestros talentos, por la grandeza del rescate pagado por nuestra redención.
¡Cuánta ingratitud mostramos hacia Dios cuando le robamos lo suyo al privarlo de nuestros
afectos y nuestro servicio! ¿Es demasiado el entregarnos a Aquel que lo ha sacrificado todo por
nosotros? ¿Podemos escoger la amistad del mundo antes que los honores inmortales que Cristo
brinda: “Que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono”? MJ 113.2

No podemos mantener nuestra vista fija en las cosas visibles, y al mismo tiempo apreciar las
realidades eternas. Necesitarnos, y especialmente usted que está tan agobiado por las aflicciones
y las necesidades de la humanidad, mantener el ojo de la fe contemplando lo eterno y lo
invisible, para que cada vez pueda conocer mejor el gran plan de Dios para ayudar a los
sufrientes a discernir el valor del alma humana. Debe estimar el reproche de Cristo como una
riqueza de más valor que los tesoros de Egipto. MM65,4
El valor de las almas que costaron la vida del unigénito Hijo de Dios debe estimarse por el
inmenso rescate que se pagó por ellas; y ricos o pobres, blancos o negros, deben tratarse
tomando en cuenta el valor que Cristo colocó sobre el alma humana.MM 276.3

La redención del alma es preciosa. Cristo pagó un precio infinito por nuestra salvación, y
porque otros la desechen, ninguna persona que aprecie el valor de este gran sacrificio, o el valor
del alma, despreciará la misericordia de Dios. El mismo hecho de que otros no reconozcan los
justos requerimientos de Dios debe guiarnos a honrar al Creador con más diligencia, y a inducir
a todos los que alcance nuestra influencia a aceptar su amor. PP 141.4

El que pagó el precio de su redención conoce el valor del alma humana. Sintiendo hacia la
iniquidad un antagonismo que sólo puede existir en una naturaleza pura e inmaculada, Cristo
manifestó hacia el pecador un amor que sólo la bondad infinita pudo concebir. En la agonía de
la crucifixión, él mismo, cargado con el espantoso peso de los pecados del mundo, oró por sus
vilipendiadores y asesinos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Lucas 23:34. PP
135.2

El valor de un alma no puede ser plenamente comprendido por mentes finitas. ¡Con cuánta
gratitud los rescatados y glorificados recordarán a los que fueron instrumentos para su
salvación! Nadie lamentará en aquel día sus esfuerzos abnegados y labores perseverantes, su
paciencia, tolerancia y fervientes anhelos del corazón por las almas que podrían haberse
perdido si hubiese descuidado su deber o si se hubiese cansado de bien hacer.—Manuscrito 1,
1878. Te 119.4

El valor de un alma—“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar
buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón a pregonar
libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”. El es el único
que tenía poder para hacerlo. Aquí se ha pagado el gran precio por las almas hundidas en el
pecado. El hombre debe ser de valor. Cristo lo pesa. El que Cristo tome la naturaleza humana
sobre sí, muestra que coloca un valor sobre cada alma. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois
vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. Este es el valor que Dios coloca sobre el hombre, y
otra vez dice: “Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre”.
Pero Dios no hará nada sin la cooperación del agente humano. Te 254.3

El Salvador discierne el valor y la dignidad de cada alma porque ésta lleva la imagen de Dios.
Murió para que sus hijos puedan recibir el don de la vida eterna. Los mira con compasión
divina. TCS 47.2

Hay hombres que podrían haber tenido un registro tan limpio como el de Daniel. Satanás está
jugando sus cartas en procura de vuestra alma. Necesitamos quedar libres y puros de las
degradaciones de este mundo. “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré
su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus
ángeles”. Cristo venció en nuestro lugar. Te 258.3

¿Quién puede estimar el valor de un alma? Si queréis saber su valor, id al Getsemaní, y allí
velad con Cristo durante esas horas de angustia, cuando su sudor era como grandes gotas de
sangre. Mirad al Salvador pendiente de la cruz. Oíd su clamor desesperado: “Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has desamparado?” Mirad la cabeza herida, el costado atravesado, los pies
maltrechos. Recordad que Cristo lo arriesgó todo. Por nuestra redención el cielo mismo se puso
en peligro. Podréis estimar el valor de un alma al pie de la cruz, recordando que Cristo habría
entregado su vida por un solo pecador. PVGM 154.4

La pregunta que debemos estudiar es: “¿Qué es la verdad; la verdad que hemos de estimar,
amar, honrar y obedecer?” Los partidarios ardientes de la ciencia han quedado derrotados y
descorazonados en sus esfuerzos por descubrir a Dios. Lo que necesitan investigar hoy día es:
“¿Cuál es la verdad que nos capacitará para salvar nuestra alma?” RM 62.4

Los jóvenes ejercen su habilidad de llevar a cabo esta o aquella obra de arte, pero no sienten que
Dios requiere que ocupen sus talentos en algo mejor, es decir, en adornar su profesión de fe y en
tratar de salvar las almas por quienes Cristo murió. Una sola de esas almas salvada tiene más
valor que mundos enteros. El oro y las riquezas terrenales no pueden compararse con la
salvación de una sola alma desvalida. 1TI 449.1

Este mundo parecerá de poco valor a aquellos que estimen el gran precio de la redención del
hombre, la preciosa sangre del amado Hijo de Dios. Todas las riquezas del mundo no tienen
suficiente valor para redimir un alma que perece. ¿Quién puede medir el amor que sintió Cristo
por el mundo perdido, mientras pendía de la cruz sufriendo por los pecados de los hombres
culpables? Este incomprensible amor de Dios fue inconmensurable, infinito. 2TI 191.2

Si usted se vuelve ahora humildemente a Dios con todo el corazón, él tendrá piedad de usted y
le ayudará. Pero en este momento usted está privado de su fortaleza, y está listo para
comprometer su fe y su fidelidad a Dios con el fin de complacer a su nueva esposa. Dios tenga
piedad de usted; porque la ruina está delante de usted a menos que se levante como un
verdadero soldado de Cristo, y entable de nuevo la lucha por la vida eterna. Su única seguridad
consiste en permanecer junto a sus hermanos, y obtener de ellos toda la fortaleza posible para
mantenerse en la verdad. Está a punto de sacrificar la verdad para obtener paz y felicidad aquí.
Está vendiendo su alma a un precio muy bajo. Su deber en este momento consiste en hacer todo
lo posible para que su esposa sea feliz, sin sacrificar los principios de la verdad. Debería
practicar la tolerancia, la paciencia y la verdadera cortesía. Al hacerlo, pondrá en evidencia el
poder de la gracia y la influencia de la verdad. 2TI 205.1

La salvación de las almas es mucho más importante que todo el mundo. Un alma salvada para
vivir durante todas las edades de la eternidad, para alabar a Dios y al Cordero, es de más valor
que millones en cualquier moneda. Las riquezas se hunden en la insignificancia cuando se las
compara con el valor de las almas por las cuales Cristo murió. Usted es un hombre cauteloso y
no va a tomar ninguna medida precipitada. Haga sacrificios en favor de la verdad, y vuélvase
rico en Dios. Quiera Dios ayudarle a avanzar tan rápidamente como le resulte posible, y a darle
a las cosas eternas el valor que realmente tienen. 2TI 222.2

No debemos recargarnos con censuras innecesarias, sino que debemos permitir que el amor de
Cristo nos constriña a ser muy compasivos y tiernos, para que podamos llorar por los que
yerran y los que han apostatado de Dios. El alma tiene un valor infinito, que no puede estimarse
sino por el precio pagado por su rescate. ¡El Calvario! ¡El Calvario! ¡El Calvario explicará el
verdadero valor del alma! 3TI 208.1

En un platillo está el polvo del oro; en el otro, un alma humana de tal valor que los honores, las
riquezas y la gloria han sido sacrificados por el Hijo de Dios para rescatarla de la esclavitud del
pecado y del desánimo sin esperanza. 3TI 216.1
Tenga cuidado con los pasos que dé. Haga sendas rectas para sus pies. Cierre la puerta a la
incredulidad, y haga de Dios su fortaleza. Si se halla perplejo, guarde silencio; no dé ningún
paso en la oscuridad. Me siento profundamente preocupada por su alma. Esta puede ser la
última prueba que Dios le conceda. No avance un solo paso en el camino que lleva hacia la
perdición. Aguarde, y Dios le ayudará. Sea paciente, y aparecerá la clara luz. Si cede a las
impresiones, perderá su alma, y el alma es de gran valor para Dios. 5TI 540.2

El que quiera reformar a otros debe primero reformarse a sí mismo. Debe obtener el espíritu de
su Maestro y estar dispuesto como él a sufrir oprobio y a practicar la abnegación. En
comparación con el valor de una sola alma, el mundo entero se hunde en la insignificancia. El
deseo de ejercer autoridad, de señorear sobre la heredad de Dios, resultará, si se lo complace, en
la pérdida de almas. Los que realmente amen a Jesús procurarán conformar su vida al Modelo y
trabajar en su espíritu por la salvación de los demás. 5TI 578.2

Mientras veis los peligros y la miseria del mundo por obra de Satanás, no agotéis en ociosas
lamentaciones las energías que Dios os ha dado, sino antes trabajad para beneficio de vosotros
mismos y de los demás. Despertad y preocupaos por los que perecen. Si no son ganados para
Cristo, perderán una eternidad de bienaventuranza. Pensad en lo que les es posible ganar. El
alma que Dios creó y que Cristo redimió es de gran valor en virtud de las posibilidades que
tiene, de las ventajas espirituales que le han sido concedidas, de las capacidades que puede
poseer si la Palabra de Dios la vivifica, y de la inmortalidad que puede obtener mediante el
Dador de la vida, si es obediente. Un alma es de más valor para el cielo que todo un mundo de
propiedades, casas, tierras y dinero. Debiéramos emplear nuestros recursos hasta lo sumo para
la conversión de un alma. Un alma ganada para Cristo reflejará en derredor suyo la luz del cielo,
la cual, al penetrar en las tinieblas morales y disiparlas, salvará a otras personas. 6TI 30.1

La influencia religiosa que reina en esas instituciones inspira confianza a los pacientes. La
seguridad de que el Señor preside allí, y las muchas oraciones ofrecidas en favor de los
enfermos, hacen una impresión en su corazón. Muchos que antes nunca pensaban en el valor del
alma quedan convencidos por el Espíritu de Dios, y no pocos son inducidos a cambiar todo el
curso de su vida. Muchos que estaban satisfechos de sí mismos, que pensaban que su norma de
carácter era suficiente y no habían sentido la necesidad de la justicia de Cristo, recibirán
impresiones que nunca se borrarán. Cuando llegue la prueba futura, cuando sean iluminados, no
pocos de estos se unirán con el pueblo remanente de Dios. 6TI 229.2

Mientras ejerce su profesión, todo médico puede por la fe en Cristo disponer de una cura del
más alto valor: un remedio para el alma enferma de pecado. El médico convertido y santificado
por la verdad queda anotado en el cielo como colaborador de Dios, como discípulo de
Jesucristo. Por la santificación de la verdad, Dios da a los médicos y enfermeros sabiduría y
habilidad para tratar a los enfermos, y esta obra abre la puerta de muchos corazones. Los
hombres y mujeres son inducidos a comprender la verdad que es necesaria para salvar el alma y
el cuerpo. 6TI 632.1

No pensemos que vamos a rebajar nuestra dignidad al atender a los dolientes. No miremos con
indiferencia y desprecio a los que han arruinado el templo del alma. Ellos son objeto de la
compasión divina. El que creó a todos tiene interés en todos. Aun los que han caído en lo más
bajo no están fuera del alcance de su amor y compasión. Si somos verdaderamente sus
discípulos, manifestaremos el mismo espíritu. El amor que es inspirado por nuestro amor hacia
Jesús verá en cada alma, sea pobre o rica, un valor que no puede ser medido por el cálculo
humano. Revele nuestra vida un amor superior a cuanto pueda expresarse en palabras. 6TI 281.4

¿Pero qué valor tiene la riqueza incalculable, si se acumula en costosas mansiones o en títulos
bancarios? ¿Qué importancia tienen estas cosas en comparación con un alma por la cual murió
el Hijo del Dios infinito? 6TI 451.4

El valor de un alma no puede ser plenamente estimado. ¡Con cuánta gratitud recordará el que
fue rescatado y glorificado a los instrumentos de su salvación! Nadie olvidará sus abnegadas
labores, sus esfuerzos perseverantes, su paciencia, su perseverancia, y el corazón fervoroso con
que gemía por las almas que se habrían perdido para Jesucristo si hubiera descuidado su deber o
se hubiera cansado de hacer el bien.—Manuscrito 1, del 18 de febrero de 1880, “Dificultades en
la iglesia”.* ATO 61.6

La comunión con Dios es la vida del alma. No es algo que no podamos entender, o que
podamos adornar con hermosas palabras, sino algo que nos da la genuina experiencia que le
otorga a nuestras palabras el valor real. La comunión con Dios nos brinda una experiencia diaria
que en verdad hace que nuestro gozo sea completo. ATO 293.2

El valor de un alma perdida, 12 de julio

En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a
nosotros. 1 Juan 4:10.

Los fariseos decían que si Jesús hubiera sido un profeta verdadero habría estado de acuerdo con
ellos y habría predicado sus preceptos y máximas y que habría tratado a los despreciables
publicanos y pecadores como ellos lo hacían. Al dar a su Hijo para que muriera por los pecados
del mundo, el Señor Dios puso de manifiesto la estima en que tenía a los seres humanos; porque
al dar a Jesús al mundo, les entregó el mejor regalo del cielo. Debido a este sacrificio
inapreciable se requiere la más profunda gratitud de cada alma. No importa cuál sea la nación,
pueblo o lengua, si se trata de una persona blanca o negra, todavía mantiene la imagen de Dios,
y “el estudio propio de la humanidad es el hombre”, considerado a partir del hecho que ha sido
comprado por la sangre de Cristo. Demostrar desprecio o manifestar odio hacia cualquier nación
es revelar una característica de Satanás.

Dios demostró el valor que había colocado sobre el hombre al entregar a Jesús a una vida de
humillación, pobreza y abnegación, al desprecio, el rechazo y la muerte, para que el hombre—
su oveja perdida—pudiera ser salvo. ¿Es de extrañarse, entonces, que todo el cielo se interese en
el rescate del ser humano? ¿Hay que admirarse del hecho de que mil veces diez mil, y millares
de millares de ángeles se ocupen en subir y bajar por la escalera mística para ministrar a los que
serán herederos de la salvación? Los ángeles no descienden a la tierra con el fin de denunciar y
destruir, ni para gobernar y exigir homenaje, sino que son mensajeros de misericordia que
colaboran con el Capitán de las huestes del Señor, para ayudar a los agentes humanos que salen
a buscar y salvar a la oveja perdida. A los ángeles se les pide que acampen alrededor de los que
temen y aman a Dios.

La simpatía de todo el cielo se interesa por las ovejas que vagan lejos del redil. Si los fariseos
hubieran estado trabajando en armonía con Dios, en lugar de aliarse con el adversario de Dios y
el hombre, no se los habría encontrado despreciando la compra hecha con la sangre de Cristo. A
medida que los engaños de Satanás son eliminados de las mentes humanas, cuando el pecador
mira al Calvario, y ve la raza arruinada y apóstata, contempla el amor de Dios y se conmueve
profundamente por él, y experimenta el arrepentimiento. “En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros”.

¡Oh, si pudiéramos comprender el amor de Dios y entender, aunque fuera levemente, la


compasión que se ha manifestado hacia el hombre caído! ¡Cómo habríamos de mirar y vivir! Al
contemplar a Cristo el carácter del hombre es transformado de gloria en gloria. Así se participa
en el conflicto entre la luz y las tinieblas. ¡Mira, pobre pecador representado por la oveja
perdida que el pastor salió a buscar, mira a la cruz!... En el pobre ciego a quien el pastor
compasivo le restauró la vista, había uno a quien los fariseos santurrones consideraban digno
únicamente de... odio.—The Signs of the Times, 20 de noviembre de 1893. EJ 201.5

Es el propósito de Dios que usemos para el adelanto de la verdad todo lo que pueda obtenerse
mediante la educación. La piedad vital, verdadera, debe irradiar de la vida y el carácter, para que
la cruz de Cristo sea levantada ante el mundo y a la luz de la cruz sea revelado el valor del alma.
Nuestras mentes deben abrirse para entender las Escrituras, a fin de que obtengamos poder
espiritual alimentándonos del pan del cielo.—Mensajes para los Jóvenes, 61-62. EJ 235.2

El verdadero valor de una persona, 16 de agosto

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Romanos 5:8-9. EJ 236.1

Cristo y él crucificado debiera llegar a ser el tema de nuestros pensamientos, debiera despertar
las más profundas emociones de nuestra alma. Los verdaderos seguidores de Cristo apreciarán
la gran salvación que él logró para ellos; y dondequiera que él los guíe, ellos lo seguirán.
Considerarán un privilegio llevar cualquier carga que Cristo pueda colocar sobre ellos. Es sólo
por medio de la cruz como podemos estimar el valor del alma humana. Es tan grande el valor de
los hombres por quienes Cristo murió que el Padre está satisfecho con el precio infinito que él
paga por la salvación del hombre al entregar a su propio Hijo para morir por su redención. ¡Qué
sabiduría, qué misericordia y qué amor en su plenitud se manifiestan aquí! El valor del hombre
se comprende sólo al ir al Calvario. En el misterio de la cruz de Cristo podemos estimar el valor
del hombre. EJ 236.2

Sólo podéis medir el valor de vuestro propio ser por el de la Vida que fue dada para salvar a
todos los que quieran recibirla. ELC 175.2

Solamente mediante la costosa ofrenda hecha en la cruz del Calvario podemos comprender el
valor del alma humana. Somos colocados en terreno ventajoso mediante el poder redentor de
Jesucristo para tener libertad del yugo del pecado que fue obrado por la caída de Adán.—Carta
90, 1898. ELC 194.2

El que amó tanto al hombre que vino desde regiones de bienaventuranza, desde su trono real, y
se humilló a sí mismo cubriendo su divinidad con la humanidad, nos ha dado una inequívoca
muestra de su amor y del valor que da al hombre. El que ha hecho por nosotros este infinito
sacrificio nos constriñe a estimar el valor de un alma, haciendo el balance entre la ganancia
terrenal y la pérdida celestial; entre el éxito temporal y la pérdida eterna... ELC 307.4

Toda alma es de valor, porque ha sido comprada con la sangre preciosa de Jesucristo.—
Testimonies for the Church 5:624. HHD 226.2
De cuán poco valor son el oro o las perlas o los atavíos costosos en comparación con la gracia
de Cristo. La gracia natural consiste de simetría, o la proporción armoniosa de las partes, cada
una con la otra; pero la simpatía espiritual consiste en la armonía o semejanza de nuestra alma
con Jesús. Esto hará a su poseedor más precioso que el oro refinado, aun el oro de Ofir.
Ciertamente, la gracia de Cristo es un adorno inapreciable. Eleva y ennoblece a su poseedor y
refleja rayos de gloria sobre los otros, atrayéndolos también a la Fuente de luz y bendición.—
Conducción del Niño, 398. MGD 121.3

El valor de un alma, 14 de junio

¿O ignoráis que... no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio. 1 Corintios 6:19,
20.

Todos los hombres han sido comprados por este precio infinito. Al derramar todos los tesoros
del cielo en este mundo, al darnos en Cristo todo el cielo, Dios ha comprado la voluntad, los
afectos, la mente, el alma de cada ser humano. Todos los hombres pertenecen a Dios, ya sean
creyentes o incrédulos.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 306. MGD 173.1

Somos suyos por la creación y por la redención. Nuestros propios cuerpos no nos pertenecen
para tratarlos como nos agrada, para arruinarlos por hábitos que conducen a la decadencia,
haciendo imposible rendir a Dios un servicio perfecto. Nuestra vida y todas nuestras facultades
le pertenecen a él. El cuida de nosotros en todo momento; él mantiene la maquinaria viva en
acción; si se nos dejara para que nosotros la accionáramos durante sólo un instante, moriríamos.
Dependemos absolutamente de Dios.

Captamos una gran lección cuando entendemos nuestra relación con Dios, y su relación con
nosotros. Las palabras: “No sois vuestros, porque comprados sois por precio”, deben colgarse
en los vestíbulos de nuestra memoria, para que siempre reconozcamos el derecho que Dios tiene
a nuestros talentos, nuestras propiedades, nuestra influencia, nuestro yo individual. Hemos de
aprender cómo tratar este don de Dios, la mente, el alma y el cuerpo, para que, como posesión
comprada por Cristo, hagamos un servicio saludable y salvador para él.—Testimonios para los
Ministros, 429, 430.

La riqueza del mundo se hunde en la insignificancia cuando se la compara con el valor de una
sola alma por la cual murió nuestro Señor y Maestro. El que pesa en balanza las colinas y las
montañas, considera de infinito valor el alma humana.—Testimonies for the Church 4:261.

Impresionad a los jóvenes con el pensamiento de que no se pertenecen a sí mismos, sino a


Cristo. Fueron comprados por su sangre, y su amor los requiere. Viven porque él los guarda con
su poder. Su tiempo, su fuerza, sus aptitudes son de Cristo; es menester desarrollarlas y
perfeccionarlas a fin de emplearlas en beneficio de él.—El Ministerio de Curación, 308.

Cristo os compró por un precio elevado y os ofrece gracia y gloria si queréis recibirla.—
Testimonies for the Church 2:289. MGD 173.7

Cristo, y Cristo crucificado debiera ser el tema de nuestros pensamientos y debiera sacudir las
más profundas emociones de nuestras almas... Sólo por medio de la cruz podemos calcular el
precio de una sola alma. Tanto valen los hombres por los cuales Cristo murió, que el Padre está
satisfecho por el precio infinito que se pagó por la salvación del hombre al entregar a su propio
Hijo para que muriera por su redención. ¡Qué sabiduría, misericordia y amor en su plenitud se
manifiestan aquí! El precio de un hombre se conoce sólo yendo al Calvario. En el misterio de la
cruz de Cristo podemos calcular el valor de un hombre.—Testimonies for the Church 2:634,
635. MGD 175.4

Su vida es una cosa demasiado preciosa para ser tratada como de poco valor. El Calvario
testifica del valor de su alma.—Carta 51, 1894. NEV 259.5

Hay muchas personas que han perdido la esperanza. Devuélvanles la luz del sol. Muchos han
perdido su valor. Háblenles alegres palabras de aliento. Oren por ellos. Hay personas que
necesitan el pan de vida. Léanles de la Palabra de Dios. Muchos están afectados de una
enfermedad del alma que ningún bálsamo humano puede alcanzar y que ningún médico puede
curar. Oren por esas almas. Llévenlas a Jesús. Díganles que hay bálsamo en Galaad y que
también hay allí Médico. RJ 225.5

Dios quiere que usemos para el progreso de la verdad todo lo que puede adquirirse por medio de
la educación. La vida y el carácter deben reflejar la piedad verdadera y vital, para que la cruz de
Cristo pueda ser levantada delante del mundo y el valor del alma sea revelado a la luz de la
cruz. Nuestras mentes deben abrirse para entender las Escrituras, a fin de que alimentándonos
con el pan del cielo podamos obtener fuerza espiritual.—The Review and Herald, 8 de abril de
1890.* RJ 289.6

Hacer claro el valor del alma, 16 de septiembre

Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeren. 1 Timoteo 4:16.

La obra que usted realiza al ayudar a nuestras hermanas a sentir su responsabilidad individual
hacia Dios es una obra buena y necesaria. Ha sido descuidada durante mucho tiempo; pero
cuando esta obra es expuesta en forma clara, sencilla y definida, podemos esperar que los
deberes caseros, en lugar de ser descuidados, sean hechos en forma mucho más inteligente. El
Señor desea que siempre destaquemos el valor de un alma humana ante los que no comprenden
este valor. SSJ 266.1

Si pudiésemos tomar las disposiciones necesarias para contar con grupos organizados e
instruidos cabalmente acerca de la parte que deberían desempeñar como siervos del Maestro,
nuestras iglesias tendrían una vida y vitalidad que han necesitado desde hace mucho.

Así se apreciaría la excelencia de las almas que Cristo ha salvado. Nuestras hermanas,
generalmente, pasan un tiempo difícil con sus familias que aumentan y sus aflicciones que otros
no comprenden. He anhelado durante mucho tiempo contar con mujeres que puedan ser
educadas para que ayuden a nuestras hermanas a superar su desánimo y a sentir que pueden
hacer algo para el Señor. Esto está llevando rayos de sol a su propia vida, los cuales se reflejan
en el corazón de otros. Dios la bendecirá a usted y a todos los que se unan a usted en esta
grandiosa obra.—El Evangelismo, 337, 338.

Muchas hermanas jóvenes, como también otras de más edad, parecen rehuir la conversación
religiosa. No aprecian sus oportunidades. La Palabra de Dios debe ser su garantía, su esperanza,
su paz. Cierran las ventanas del alma que deberían abrirse hacia el cielo, y abren ampliamente
las que miran hacia la tierra. Pero cuando vean la excelencia del alma humana, cerrarán las
ventanas que dan a la tierra, que dependen de las diversiones mundanales y las relaciones
insensatas y pecaminosas, y abrirán las que dan al cielo, para contemplar las cosas espirituales.
Entonces podrán decir: “Recibiré la luz del Sol de justicia, con el fin de que resplandezca sobre
otros”.

Las personas que trabajan con más éxito son aquellas que asumen alegremente la obra de servir
a Dios en las cosas pequeñas. Cada ser humano debe trabajar con el hilo de su vida,
entretejiéndolo con la trama para completar el modelo.—The Review and Herald, 9 de mayo de
1899. Ver Joyas de los Testimonios 2:401, 402. SSJ 266.6

Añadió luego algunos recuerdos, y observó que esos informes eran muy similares a los que oyó
cuando se inició la obra en Norteamérica. Estaba segura de que en Europa los obreros tenían el
mismo sentir que los de Norteamérica, cuando veían aceptar el mensaje a los nuevos conversos:
“Un alma que abraza la verdad tiene más valor que montañas de oro. Llorábamos y nos
regocijábamos, y apenas podíamos dormir”.—Historical Sketches of the Foreign Missions of
the Seventh Day Adventist, 147. EGWE 67.2

“Un alma tiene más valor que todo el mundo; y al Dios del cielo le desagrada que permitamos
que las cosas de naturaleza temporal se interpongan entre nosotros y la obra de salvar almas”.
Ibid. 127. Lanzó a los delegados el siguiente desafío: EGWE 83.2

“El congreso de la Asociación Suiza comenzó aquí el jueves 17 de febrero por la noche. Estaba
presente una numerosa delegación del exterior... Recibimos delegados de Francia, Suiza e Italia,
y también había una buena representación de nuestros hermanos y hermanas; al contemplar la
gente reunida y ver una congregación tan inteligente y atenta que llenaba nuestra capilla a tal
punto que hubo que traer más asientos, mi corazón se llenó de gratitud a Dios al observar el
notable cambio, la mejora producida con relación a un año atrás. Sabía que el Señor había
estado obrando por medio de su Santo Espíritu, y pude ver que hubo progresos en muchos
aspectos. Se han ampliado las iglesias de La Chaux-de-Fonds, Lausana, Basilea, y otras; y
puesto que un alma salvada tiene más valor para Dios que el mundo entero, ¿por qué no vamos
a alabarlo por esta buena obra?” (19 de abril de 1887). EGWE 308.2

2CORINTOS CAPÍTULO 10

1, 7-8.

Ver EGW com. Hech. 18:1-3.

4.

Ver EGW com. 1 Cor. 3:9.

5 (Col. 3: 10).

Cada facultad debe reflejar la mente divina.-

Fue algo maravilloso que Dios creara al hombre, que hiciera la mente. La gloria de Dios debe
ser

revelada en la creación del hombre a la imagen de Dios y en su redención. Un alma es de más


valor

que un mundo. Dios creó al hombre para que cada facultad pudiera ser la facultad de la mente
divina.
El Señor Jesucristo es el autor de nuestro ser y es también el autor de nuestra redención; y todo
el

que entre en el reino de Dios desarrollará un carácter que es equivalente al carácter de Dios.
Nadie

puede morar con Dios en el cielo santo sino los que tengan su semejanza. Los que han de ser
redimidos

deberán ser vencedores; han de ser nobles, puros, uno con Cristo (Carta 55, 1895).

Carta 1, del 12 de Octubre de 1875.- También vea CDF 370; CWE 140-41, 194-95, 236-37, 329,
514-15; Te 251-52. En esta época se necesitan hombres que no traicionen la verdad, que no se
sometan a ningún líder, sino a Dios. La trompeta debe dar un sonido certero, claro y
penetrante. Se debe dar un sonido de alarma y advertencia. Dios tiene un mensaje para
despertar a su pueblo y estas palabras de importancia solemne, no deben ser pronunciadas en
forma incierta. El tiempo de tinieblas debe ser anunciado por todos lados. La verdad debe
llegar al pueblo en el espíritu y poder de Dios, en forma clara e inconfundible para que la
iglesia y el mundo puedan despertar de su letargo sensual. Se debe inspirar a los hombres a
indagar con interés solemne: “¿qué debo hacer para ser salvo?” (Vea Hechos 16:30). Los falsos
pastores en su infidelidad están clamando: “Paz y seguridad”, para aplacar la conciencia de
aquellos que por el bien de sus almas necesitan ser alarmados. Los siervos fieles de Dios,
deben emplear la voz y la pluma para Pág. 141 que aquellos que están muy cómodos, puedan
despertarse con la advertencia. “Cuando digan: „¡Paz y seguridad!‟, entonces vendrá sobre
ellos repentina destrucción, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1
Tesalonicenses 5:3). Ninguno escapará, salvo aquellos que cuidan y preservan sus vestiduras
blancas. Usted no sólo debe estar velando y esperando, sino [también] orando y trabajando.
Póngase el vestido de bodas. El mensaje del tercer ángel abarca más de lo que la mente finita
del hombre comprende. Considere que la tierra será iluminada con su gloria. La verdad debe
publicarse mucho más extensamente de lo que ha sido hasta ahora. Debe ser puntualizada
ante las personas, en líneas claras e incuestionables... Comparado con el número de los que
rechazan la verdad, aquellos que la reciben será muy pequeño. Pero un alma es de más valor
que el mundo entero. No debemos sentirnos descorazonados porque nuestra obra no parezca
dar grandes resultados... Aunque el mayor porcentaje del mundo rechace la verdad, algunos la
aceptarán y responderán al poder atractivo de Cristo. Aquellos que desprecian el material de
lectura, pueden apartarse de la luz y negarse a obedecer las convicciones de su conciencia,
pero por medio del poder de Dios, el mensaje que ellos desprecian puede llegar a manos de
otros y puede ser como comida a su tiempo. Se despertarán para investigar las Escrituras,
orarán para entender la verdad y no lo harán en vano. Los ángeles de Dios atenderán a sus
necesidades. Muchos que están en armonía con la verdad, cuyos corazones están llenos de paz
y alegría debido a la luz que han recibido en estos últimos días, la conocieron por las páginas
que otros rechazaron

También podría gustarte