Investigacion AMIT
Investigacion AMIT
aprendizaje y creación
en artes escénicas
PRIMERA EDICIÓN, 2021
ISBN: 978-607-27-1411-3
Enrique Mijares
Edición
Nancy Saldaña
Diseño digital
Padre Mier 909 pte. esquina con Vallarta, Monterrey, Nuevo León, México,
C.P. 64000. Teléfono: (5281) 8329 4111
e-mail: editorial.uanl@uanl.mx | editorialuniversitaria.uanl.mx
Investigación,
aprendizaje y creación
en artes escénicas
Enrique Mijares
(Compilador)
DRAMATURGIA
Mediante los contenidos teóricos, lecturas y prácticas de asignaturas que bien
pueden englobarse bajo el nombre de Teoría y Análisis de Textos Dramáticos, se
pretende introducir a los estudiantes en el conocimiento del concepto y contenidos
de la poética dramática, su desarrollo histórico, las principales contribuciones
teóricas al orden retórico literario, estético y filosófico en torno a los modos de
reflexionar acerca de la escritura teatral, dotando al estudiante de los instrumentos
conceptuales necesarios y las herramientas analíticas básicas que, tanto desde una
perspectiva histórica, como desde su actualización contemporánea, le permitirán
conocer y reconocer las principales tendencias o compromisos estéticos tras cada
una de las poéticas estudiadas: La Grecia clásica de Aristóteles. La perspectiva
romana ante la herencia griega. La revisión estoica de la tragedia. El caso de
Séneca. La Commedia dell’Arte. Shakespeare y el periodo isabelino. La escritura
para los corrales. Lope de Vega y El arte nuevo de hacer comedias. El teatro de
evangelización. Sor Juana y Ruiz de Alarcón. El romanticismo. El realismo. El
modernismo. El naturalismo. La deconstrucción. El teatro sin conflicto ni personajes
de Beckett. Las dramaturgias del silencio de Pinter y Mamet. La escena expandida
de Koltès. El teatro posdramático de Lehmann. La narraturgia de Sánchez Sinisterra.
DISPOSITIVO ESCÉNICO
Los objetivos de dicha asignatura consisten en proporcionar a los estudiantes un
conocimiento del concepto de esa entidad espacial, en la que ha de tener lugar
la acción escénica, y sus relaciones con los espectadores; el entendimiento de
esa totalidad técnico-teórica en la que transcurre el espectáculo; los principios
metodológicos que tratan del orden en el espacio, la imagen, el objeto y su relación
con la acción dramática; las herramientas de análisis y síntesis que han definido
en la historia de la cultura occidental; los grandes avances de la expresión plástica,
la perspectiva renacentista, los distintos aportes tecnológicos al escenario teatral.
La evolución del edificio teatral y la relación espacial espectáculo-espectador. La
escenografía como dramaturgia del espacio, medio activo y no soporte pasivo de la
acción, que integra el sonido y la luz, pone en relación las artes de la escena (teatro,
danza, ópera, variedades, circo…) con las artes del espacio-tiempo (arquitectura,
pintura, escultura, dibujo, fotografía…) y establece la coordinación entre todos
los elementos visuales del espectáculo (escenografía, iluminación, vestuario,
caracterización, imágenes, diseño gráfico, digital…) La definición de espacio
escénico, espacio teatral, escenografía y decorado. Espacio, tiempo y acción. El
espectáculo como partitura escénica. Las funciones del signo: mobiliario y utilería.
Las distintas disposiciones entre la escena y la sala. La teoría de la percepción
visual. La armonía del color. Las texturas. La plástica escénica como dramaturgia
del espacio. La relación entre el director de escena y los diseñadores escénicos.
ACTUACIÓN
Materias dedicadas al estudio y la evolución de los métodos empleados para el
desarrollo del trabajo actoral; al análisis de los modelos interpretativos a lo largo
de la historia del teatro y las transformaciones de los procesos de formación en
las distintas corrientes teatrales; a la revisión de las herramientas escénicas y su
sistematización por parte de los referentes en las distintas épocas; a estimular en el
alumno la investigación en torno a la evolución de la interpretación actoral desde el
principio del teatro hasta nuestros días.
Objetivos básicos: Conocer la evolución de la interpretación a lo largo de la
historia del teatro. Adquirir conocimientos sobre los conceptos y estilos de la
interpretación. Estudiar las similitudes y las diferencias entre la interpretación
tradicional y la interpretación moderna. Analizar y valorar la aplicación de un sistema
interpretativo a la escenificación. Conocer los procedimientos y analizar el trabajo de
dirección de actores por parte del director. Proporcionar conocimientos en la materia
de interpretación para analizar, estudiar e investigar los conceptos y estilos de
interpretación: La biomecánica de Meyerhold. La súper marioneta de Gordon Craig.
El método vivencial de Stanislavski. El teatro épico y el distanciamiento de Brecht.
El teatro pobre y el actor santo de Grotowski. El teatro de la crueldad de Artaud. La
forma pura de Kantor. El teatro del absurdo de Samuel Beckett. El living theatre y el
performance art. El teatro posmoderno. El teatro posdramático. La narraturgia. El
teatro hipercultural.
EL AULA Y LA ESCENA
Conformados por materias y características metodológicas similares, los programas
de estudios antes sintetizados, corresponden a lo que en educación, docencia
o procesos de enseñanza-aprendizaje se denomina dispositivo programático
representativo de cada institución educativa, sin embargo, no se trata de un cúmulo de
piezas de museo cuya información ha de ser transmitida a los estudiantes mediante
metodologías memorísticas que ellos deben recitar cual dóciles corderos, sino
referencias en el tiempo, asociaciones múltiples de un pensamiento investigativo
sistémico que, en el proceso creador, van incorporándose al bagaje de recursos que
han de ponerse en práctica y sumarse al aprendizaje de cada estudiante, para que,
desde su personal interés y curiosidad creativa, se resuelvan en el particular meta-
aprendizaje que implica todo acto artístico, todo proceso creador, si entendemos
arte como habilidad personal y creación como el acto de producir algo inexistente,
inédito, innovador, sorprendente.
Lo que proponen los ensayos contenidos en esta antología —auspiciada por la
Asociación Mexicana de Investigación Teatral y la Facultad de Artes Escénicas de
la UANL—, corresponde a las estrategias que, más allá de atender en el aula los
aspectos formales, incluso los reales y los ocultos del currículum, las instituciones
culturales y educativas del país han incorporado al aprendizaje de las artes
escénicas, para desarrollar las facultades y los recursos creadores de cada uno de
los estudiantes, quienes, con lo aprendido y plantados en el presente, no ya en el
aula sino en la escena propiamente dicha, en la función teatral y en interlocución
con el público, en el aquí y el ahora del teatro, no estudiantes sino actores, imprimen
al personaje, el fluir individual de su meta-aprendizaje, creando arte teatral con lo
aprendido.
Así, mediante un sistema de círculos excéntricos que, a partir de Ciudad de
México, va ensanchando su diámetro por el territorio nacional hasta alcanzar las
fronteras, en el presente volumen encontramos trabajos que abarcan un amplio
horizonte, desde los años 30 del siglo XX a las primeras dos décadas del nuevo
milenio, con las aportaciones: de más de una treintena de investigadores, docentes,
estudiantes, tesistas, artistas escénicos, incluso funcionarios, de institutos de
cultura, de arte y de investigación, y de universidades y escuelas de enseñanza
media superior, superior y de posgrado, establecidas tanto en la capital del país,
como a lo largo y ancho de la geografía nacional, con un par de aportaciones de
autores temporalmente establecidos en universidades extranjeras.
UMBRAL DIDÁCTICO
A manera de acceso propiciatorio, el ensayo: Escenarios compartidos y hacer
metodológico: la formación de investigadores de teatro, firmado por Rocío Galicia,
se encarga de introducir al lector en el ámbito de la investigación, actividad
matriz de la Asociación Mexicana de Investigación Teatral, proporcionando, tanto
a quienes estén aprendiendo a investigar o realizando algún ensayo académico,
un prontuario de recomendaciones esenciales imprescindibles para el desarrollo
de una actividad en la que el proceso de enseñanza-aprendizaje implica un nuevo
modelo didáctico que no se apega a procesos lineales, donde el conocimiento no es
estático, sino que está al alcance de la mano y exige el desarrollo de un rol activo,
autónomo, crítico y creativo; que involucra por igual a ambos factores del binomio
en un trabajo de colaboración y acompañamiento académico y emocional entre el
tutor y el investigador en formación, colaboración donde las dos partes implicadas
se ven beneficiadas del intercambio de saberes, perspectivas y problematizaciones.
CIUDAD DE MÉXICO
Con base en sus experiencias laborales y mediante una puntual indagación de
campo y obstinada praxis, prácticamente sin apoyo oficial, una “Academia de Teatro”,
cuyo nombre oficial es Equipo Interdisciplinario de Investigaciones Escénicas (EIIE)
ha desarrollado proyectos artísticos y escolares, con participación primordial en
las Jornadas Académicas del IEMS, Jorge Prado Zavala da cuenta de La Materia
de artes escénicas del equipo interdisciplinario del Instituto de Enseñanza Media
Superior de Ciudad de México; Alejandro Ortiz Bullé Goyri, en Notas sobre el taller
de teatro del CBI de la UAM-Azcapotzalco, pormenoriza la importancia que tiene
el taller de prácticas escénicas en la formación profesional de los estudiantes de
ingeniería, a fin de que encuentren un espacio para el desarrollo de sus habilidades
creativas; Alejandra Ferreiro Pérez pondera la necesidad de pensar la educación
artística como un proceso de creación y a la clase como un laboratorio de exploración
y experimentación artísticas, y muestra los alcances de ello en La enseñanza
interdisciplinaria de las artes en el Cenidi-Danza José Limón del INBA; en tanto
que Guillermina Fuentes Ibarra, en Investigación, aprendizaje y teatrología, habla
de la experiencia de la Maestría en investigación teatral que han implementado
recientemente el CITRU y el INBAL; examina los planteamientos didácticos de
Seki Sano, con base en su colaboración en el Seminario que el CITRU y la UNAM
dedican al estudio de la vida y obra del eminente pedagogo japonés; y habla de los
Fundamentos de teatrología en el CLDyT -UNAM.
Acerca de la actividad que, en el aprendizaje de las artes escénicas, realiza dicho
Colegio de Literatura Dramática y Teatro – UNAM, tratan los ensayos: La actividad
teatral forma y transforma al adolescente, donde Margot Aimée Wagner aborda el
ejercicio de investigación realizado por sus estudiantes en el área de educación
secundaria; Propuesta curricular para el área de docencia teatral, de Luis Fernando
Orea Ramos; y Yéssica Zulema Atzimba Pérez Ríos reflexiona acerca de las
aportaciones de los Profesionales de las artes escénicas en procesos educativos.
Los ensayos mencionados, relacionados con el aprendizaje de las artes escénicas
en el centro del país, se encuentran enmarcados por dos cruciales estudios que
cierran el primer apartado de este libro, y que exhiben las rúbricas del investigador
Armando Partida Taizan y del actual director del Centro Universitario de Teatro,
Mario Espinosa Ricalde.
Los Cuatro pilares de la licenciatura en Literatura dramática y teatro, ofrece un
bien documentado estudio de las estrategias curriculares y metodologías por las
que ha transitado el estudio de las artes escénicas en la UNAM, desde los años
30 del siglo XX, cuando la Facultad de Filosofía y Letras tenía por sede el edificio
Mascarones, para, en 1954, trasladarse a Ciudad Universitaria, donde reside hasta
el presente. Rodolfo Usigli, Fernando Wagner, Enrique Ruelas y Héctor Mendoza, son
los pilares en los que el autor, Armando Partida, sustenta su discurso, sin embargo, en
el cuerpo de este meticuloso texto historiográfico hay una abundante nomenclatura
de personalidades cuya influencia ha sido esencial para el desarrollo del Colegio
de Literatura Dramática y Teatro, así como un puntual y pormenorizado análisis del
perfeccionamiento que han venido experimentando los programas de estudio, los
procesos académicos de aprendizaje y la práctica escénica universitaria.
Por su parte, Mario Espinosa da cuenta de la espléndida trayectoria del Centro
Universitario de Teatro, el CUT, a lo largo de casi seis décadas, la primera de las
cuales estuvo liderada por Héctor Azar, para enseguida protagonizar, bajo la
conducción de Héctor Mendoza, Luis de Tavira y Ludwik Margules, una suerte de
ruptura con las escuelas de teatro entonces establecidas, la Escuela de Arte Teatral
del INBA y el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y
Letras, implantando la provechosa y duradera etapa, que forma parte de su ADN, de
un teatro ya no regido por el texto dramático sino por la puesta en escena, un teatro
mexicano renovado que concibe a la investigación escénica no como una labor de
gabinete, alejada de la praxis, sino como una labor desarrollada en el laboratorio del
salón de ensayos y puesta a prueba en la escena, frente al espectador.
Mario Espinosa, hace un apunte esperanzador acerca del propósito a punto
de culminarse de transformar el CUT en Escuela Nacional, y la elaboración de un
Posgrado en artes escénicas, todo ello en vías de seguir abordando los asuntos de
interés, públicos, nacionales, en los distintos montajes de fin de carrera; promover
el desarrollo de los artistas-investigadores y de investigadores cercanos a los
procesos artísticos; pugnar por la creación de una compañía universitaria en tránsito
entre la escuela y la vida profesional, como mecanismo para fortalecer el lugar del
teatro universitario en la sociedad mexicana.
EXTRAMUROS
En el siguiente apartado territorial, encontramos un triángulo investigativo que cruza
fronteras de ida y vuelta: El pormenorizado análisis que hace Gabriel Silva, tratando
de dar respuesta a las múltiples cuestiones que enfrenta un estudiante cuando,
al concluir la licenciatura, tiene interés por adquirir una formación enfocada en la
investigación, en su puntual estudio: Formación internacional para la investigación
en artes, con base en su propia experiencia como estudiante de posgrado en
artes escénicas, en tres instituciones educativas internacionales: Universidad
Libre de Bruselas, Universidad París 8 y Universidad de Quebec en Montreal. El
posicionamiento de Laura Tudela, quien, desde el posgrado europeo, en Crear desde
la duda, profesionalización del joven investigador, reflexiona respecto a la creación
de oportunidades auto gestionadas y diversas, y de alternativas de desarrollo
profesional para enriquecer la actividad investigativa, científico-escénica en México.
Y las ausencias que hace Larissa Loeza Goycochea en Ser o no ser: una reflexión
sobre la formación actoral, acerca de su estancia en la London Academy of Music
and Dramatic Arts (LAMDA) en su programa de Actuación Clásica.
EL INTERIOR
En el tercero y ultimo apartado, el mapa nacional se fragmenta, creando la sensación
de un archipiélago de saberes en circunstancias territoriales periféricas, en el cual,
las entidades federativas en estudio se advierten separadas por lo mismo que las
une: la intención de reflexionar acerca del aprendizaje de las artes escénicas en
las instituciones de cultura y de educación superior que, en diversos grados de
aislamiento, comparten la diáspora académica y de investigación en el país, en
una disposición de círculos excéntricos, en donde priva la identidad regional como
aspiración a la universalización dialógica del teatro.
A poca distancia de la capital del país, teniendo a la Licenciatura en teatro del
Centro Morelense de las Artes como eje de sus actividades académicas, desde
sus instalaciones en los jardines Borda de Cuernavaca, surgen las aportaciones de
tres de sus docentes, quienes comparten un marcado interés por la investigación.
Julio Federico Morales Rojas, en La educación teatral en el CEMA, habla de la
importancia de las políticas públicas y de las políticas culturales en las estrategias
de investigación docente, a fin de fortalecer el vínculo entre el modelo pedagógico
y el contexto artístico regional. En ese mismo tenor, Mahatma Ordaz propone la
investigación artistica como eje fundamental y al docente investigador como
gestor del pensamiento complejo y de relaciones interdisciplinarias dentro de las
universidades y centros de formación, para superar la educación tradicional de
las artes escenicas. Y Francisco Javier Nuño Márquez propone que el docente
investigador dé seguimiento a la implementación del plan de estudios, con la
finalidad de reforzar y mantener el vínculo entre el modelo pedagógico y el contexto
socio-cultural, garantizando así, una mejor inserción profesional de los egresados.
Afincada su acción docente e investigadora en la Universidad Autónoma del
Estado de México, Alejandro Flores Solís y Blanca Lilia Hernández Reyes, unen sus
saberes para destacar La relación interdisciplinaria de las artes escénicas.
Pamela Jiménez Draguicevic e Isaac Pájaro Sánchez, de la Universidad Autónoma
de Querétaro, firman sus ensayos, ella para hablar del Método de acciones físicas y
Bioenergética: actuación y psicología, y él, para destacar la importancia del binomio
Iluminación escénica y academia.
Docentes en el Instituto de Artes de la Universidad Autónoma del Estado de
Hidalgo, María Teresa Paulín Ríos y María de Lurdes Pérez Cesari abordan el tema
de La transgresión en la enseñanza-aprendizaje de las artes escénicas; en tanto que
Fernando Briones Durán estudia la influencia de Las neurociencias en la formación
del director de escena.
La Universidad de Guanajuato se hace presente con dos bien documentados
ensayos: el de Sandra Carrazco Aguirre se refiere a la importancia del trabajo
de campo, con mujeres de una colonia marginada y con presos en un centro de
rehabilitación social, en el proceso formativo socio-artístico de jóvenes estudiantes,
y el de Emma Guadalupe Hernández Ascencio, analiza los métodos Valencia y
Feldenkrais en la creación escénica de sus estudiantes.
Docente en el Centro de las Artes y la Cultura de la Universidad Autónoma de
Aguascalientes, Carlos Adrián Padilla Paredes realiza un bien documentado estudio
acerca de la Enseñanza y la praxis del teatro en Aguascalientes, un contexto artístico
en el que se ha formado prácticamente desde su nacimiento.
La investigación, metodología en la formación actoral, es el tema que aporta
a este volumen Claudia Fragoso Susunaga, quien realiza su labor docente en la
Facultad Popular de Bellas Artes, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo.
Reconocida como baluarte cultural y educativo, la Universidad Veracruzana
participa en el volumen que la AMIT dedica al estudio de la Investigación, el
aprendizaje y la creación de las artes escénicas, con los estudios de destacadas
personalidades de la academia en la Facultad de Teatro de esa casa de estudios.
Elka Fediuk, artífice del Centro de Estudios, Creación y Documentación de las Artes
mexicanas, recorre la historia de la formación teatral en el mundo, y de manera amplia
la situación de esos programas en nuestro país, para hacer una dilatada reflexión
acerca de la formación teatral en las universidades mexicanas y, en especifico
en la Universidad Veracruzana. Claudia Cabrera y Domingo Adame aportan dos
interesantes estudios: Rodolfo Valencia formador de creadores escénicos y De lo
disciplinar a lo transdisciplinar en la formación escénica. En tanto que Iris Marysol
Arenas Cordourier firma su investigación: El control de los cuerpos: una mirada
deconstructiva.
Radicadas en los polos de la geografía nacional, concretamente en las fronteras
septentrional y austral del territorio, surgen las voces de quienes laboran en las
Universidades Autónomas de Chiapas y de Ciudad Juárez.
El ensayo de Jenny González López proviene de la frontera sur para investigar
las Discrepancias en la enseñanza de las artes escénicas, a través de reflexiones,
acotadas al contexto regional chiapaneco, para expandir la perspectiva hacia la
generalidad nacional; miradas que parten de la periferia geográfica, académica y
teórica, para pensar en comunidad.
Con asiento en la experiencia docente e investigativa de la frontera norte de
México, surgen los trabajos de Carlos Urani Montiel y Grecia Márquez García:
Especialización de públicos en Ciudad Juárez; de Fernanda Villalobos Ocón:
Enseñanza del teatro regional: un plan de clase; de Fabiola Emilia Gutiérrez Yáñez:
El ángel, de Selfa Chew: aprendizaje del entorno; y de Susana Báez Ayala, quien, para
el aprendizaje universitario de las artes escénicas en relación al texto teatral, analiza
El tránsito de la investigación a la creación en los Talleres de Dramaturgia.
Figura al final, pero no con menor importancia para efectos de este cúmulo
de investigaciones, la participación de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en
cuya Escuela de Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras se gesta la aportación:
La persistencia de la visión: formación teatral en Monterrey, de Mónica Jasso. En
tanto que proceden de la Facultad de Artes Escénicas, la reflexión: El teatro, proceso
de aprendizaje de la lengua escrita, de Alejandra Saharai Adame Moreno y Los
procesos de formación en teatro y danza, FAE, de Janneth Villarreal Arizpe.
Con su perspicaz experiencia al frente de la dirección de la Facultad de Artes
Escénicas, en dos periodos consecutivos, de tres años cada uno, Janneth Villarreal,
quien prácticamente nace y vive su infancia en el teatro, debido a la feliz coincidencia
de ser hija de Rogelio Villarreal, uno de los artífices del teatro en Monterrey, fundador,
maestro, director y decano de la FAE, diseñador de la sala que lleva su nombre y
que ha sido crucial para dotar de experiencia escénica a los estudiantes, da cuenta
de las innumerables como efectivas estrategias que esa Facultad ha venido
implementando a fin de potenciar el desarrollo de las capacidades histriónicas
y dancísticas de sus estudiantes en la práctica escénica de nivel profesional,
mediante producciones artísticas donde convergen los esfuerzos y talentos de
estudiantes, egresados, docentes y artistas invitados, y que realizan sus funciones
en el Teatro Espacio Rogelio Villarreal Elizondo, recinto cultural y artístico de gran
importancia en Nuevo León, el cual, además de producir y realizar temporadas
de teatro universitario, con un total de 300 eventos en los últimos seis años, es
sede frecuente de importantes encuentros y festivales de trascendencia nacional
e internacional, y fuente irradiante de brigadas culturales, presentaciones artísticas
y espectáculos escénicos de pequeño y mediano formato, en diferentes instancias
universitarias y diversas instituciones públicas, con el objetivo de acercar las artes
escénicas a niños, jóvenes y adultos. Con un legitimo timbre de orgullo, Janneth
Villarreal informa que la FAE cuenta con las Acreditaciones Nacionales de ambas
licenciaturas y la satisfacción de ser la única institución de educación superior de
artes escénicas en el país que cuenta con la Acreditación Internacional de sus dos
programas educativos: Arte Teatral y Danza Contemporánea.
ROCÍO
GALICIA
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Nuestra formación como investigadores ha sido sinuosa y hasta podríamos decir
laberíntica. No obstante, desde hace algunos años, muy pocos en realidad, hemos
comenzado la formación de otros investigadores en programas de posgrado.
Desde esta nueva tarea y en particular a partir de mi propia experiencia como
estudiante y luego como profesora de posgrados, es que quiero compartir algunas
reflexiones.
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resultados que generen titulaciones previstas para que luego deriven en la
sociedad en los trabajos clásicos” (21).
7) En otro sendero, uno de nuestros mayores retos es lograr que el estudiante
desarrolle un proceder autónomo y creativo que lo lleve a dar pasos por delante.
8) Es fundamental que el estudiante desarrolle una mirada crítica que le permita
cuestionar la autoridad que inconscientemente se le otorga a las fuentes, ya
sean documentales, teóricas o testimoniales. ¿Quién enunció? ¿Desde dónde
enunció? ¿Qué se silenció o se dejó de mirar? ¿Dónde está puesto el énfasis?
¿Qué implicaciones ideológicas tiene nuestro trabajo?
9) Si bien toda investigación está sostenida en el conocimiento de las fuentes
que previamente han tratado el tema, hay que advertir al estudiante que
la investigación no es solo acumulación de citas y que es necesaria la
argumentación y el análisis.
10)La investigación es un lugar privilegiado para el fomento de la crítica
académica y la creatividad. Es decir, son los saberes y la experiencia de los
otros lo que fortalece los trabajos.
11)El proceso de aprendizaje se da a partir del desarrollo de un proyecto de
investigación, más que en la discusión teórica o en la revisión metodológica.
12)Nuestros objetos de estudio son esquivos, no es fácil su conformación,
implican sutilezas, especificidades y problemáticas para las que acudimos
a campos diversos de conocimiento. Por ejemplo, un proceso de ensayos
implica, desde la perspectiva del investigador, un objeto que todos los días
está en proceso de construcción. Dicho en otras palabras, la tarea consiste
en dar forma a lo que es inefable.
13)La investigación, siguiendo a Ríos Duque, promueve la generación de conocimiento
y el surgimiento de nuevas escuelas de pensamiento. Aunque es prematuro
advertir qué escuelas de pensamiento se están prefigurando en los posgrados
en investigación de teatro, puesto que son muy recientes, sí es posible advertir
tendencias a partir de la revisión de las tesis presentadas por los estudiantes.
14)He dejado para el final de esta lista un tema que me parece de la mayor
relevancia: la formación para la investigación se efectúa en un trabajo de
colaboración y acompañamiento académico y emocional del tutor con el
estudiante. Incluso, esta colaboración pone en juego intensas dinámicas de
interaprendizaje, donde las dos partes implicadas se ven beneficiadas del
intercambio de saberes, perspectivas y problematizaciones.
LA RELACIÓN ESTUDIANTE-TUTOR
Autores como Chavoya y Valencia señalan que una tesis de posgrado es un trabajo
de coautoría. Sin entrar en esta polémica lo que sí es posible avanzar es la centralidad
de la relación estudiante-tutor.
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El seguimiento puntual de la investigación se convierte en un proceso de
acompañamiento signado por múltiples encuentros, intercambio de conocimiento
y negociación de posicionamientos intelectuales, así como el fortalecimiento
emocional y distensión en ciertos momentos en que el estudiante se siente perdido
o quiere renunciar como consecuencia, ya no de los retos que le impone un trabajo
de investigación, sino de su propio contexto experiencial.
El papel que el tutor juega en esos momentos es crucial, pero poco valorado
por la academia al no pertenecer en estricto a su ámbito de acción. No obstante,
insistimos en que la tutoría es un soporte indispensable para lograr la autonomía en
el ejercicio profesional y la seguridad en el esfuerzo creativo.
¿En qué puede devenir el espacio compartido de elaborar una tesis para el
estudiante y el tutor? En la posibilidad de conformar grupos de investigación donde
se comparten no solo teorías o metodologías sino un posicionamiento ético.
Un aspecto nodal a considerar es que en varios de nuestros programas, la
enseñanza tiene como escenario principal un proyecto de investigación, el cual
se constituye como eje articulador de las dinámicas de trabajo, es decir, en torno
al proyecto gira la formación del joven investigador y se desarrolla el proceso de
producción de conocimiento.
Aquí cabe preguntarse, ¿qué aspectos se ponen en juego en la relación articulada
a partir de la tutoría? En primera instancia una escucha prolongada por años para
acceder a la experiencia y visión del otro, para acordar el uso de herramientas
analíticas, conceptualizaciones y procedimientos. Se activa también naturalmente,
una conversación en la que, a decir de Norma Georgina Gutiérrez Serrano, “se
vehiculiza conocimiento tácito, indispensable para la comprensión en el proceso de
investigación” [y de formación]. Esto ocurre cuando, dentro de la conversación entre
el tutor y el alumno, se están atendiendo preguntas como ¿qué observar?, ¿cómo
observarlo?, ¿desde dónde o con qué lentes observarlo? […] ¿Cómo y hacia donde
orientar la mirada?” (17) Así, el diálogo que se va conformando permite generar
sentidos compartidos, construir y negociar significados y, finalmente, producir
conocimiento.
El tema que he propuesto busca direccionar la mirada hacia un escenario íntimo:
la tutoría como espacio formativo fundamental que se desarrolla dentro de una
estructura institucional académica, normativa.
Finalmente, la tesis emerge como la materialización y la objetivación de los
resultados de este proceso de interacción entre el tutor y el estudiante.
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FUENTES CONSULTADAS
Álvarez Arredondo, Anselmo y Manuel Arturo Mitre García, coord. Experiencias me-
todológicas en la investigación cualitativa. Formas y estilos de docentes que
investigan. México: Universidad Autónoma de Sinaloa, Juan Pablos, 2014.
Farnós Miró, Juan Domingo. “Aprendizaje permanente y disruptivo, los nuevos ejes
de la sociedad”. http://abacoenred.com/wp-content/uploads/2018/06/Apren-
dizaje-permanente-y-disruptivo-1.pdf (Recuperado 4 de julio de 2019).
Gutiérrez Serrano, Norma Georgina. “Producción de conocimiento y formación de
investigadores”.http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pi-
d=S1665-109X2014000200012 (Recuperado el 4 de julio de 2019).
Del Río Duque, Martha Lilia. “Un análisis de la fuga de cerebros desde la teoría de
redes sociales”. https://www.redalyc.org/pdf/996/99612495005.pdf (Recupe-
rado 1 de julio de 2019.)
Sánchez Fuentes, Ricardo. “La formación de investigadores como quehacer arte-
sanal”. https://studylib.es/doc/7870887/la-formaci%C3%B3n-de-investigado-
res-como-quehacer-artesanal.-r... (Recuperado el 12 de agosto de 2019).
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JORGE
PRADO
ZAVALA
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como el modelo base para desarrollar el Sistema de Bachillerato del Gobierno del
Distrito Federal (SBGDF), dirigido entonces por la Mat. Guadalupe Lucio, sumando
planteles para acumular este 2019 un total de 23, organizados en el IEMS. El teatro
no estaba considerado en el plan de estudios original. Las condiciones económicas
y sociales de la región habían impedido, hasta aquellos momentos, que la gente
pensara, o tan siquiera imaginara, la posibilidad de ver o, mucho menos, de hacer
teatro. Pero ya habían tenido la valentía de demandar una preparatoria para su
comunidad, y eso era mucho más que el primer paso. Evidentemente, había una
gran disposición para aprender y, además, la ausencia momentánea de una cultura
teatral ofrecía también la ausencia de prejuicios artísticos. Ahí, en el invierno de
2000 fue fundado el Laboratorio de Teatro Libertad (LTL).
Desde entonces, en diversos mensajes, se estuvo solicitando al IEMS que su
Junta de Gobierno incorporara una Materia de Teatro. Ésta se proponía como
una asignatura optativa teórico-práctica donde se reconocería a los participantes
copartícipes del escenario social de su comunidad, sujetos activos de su propio
proceso formativo en su escenario personal y actores protagonistas de su existencia
histórica en el escenario global. La asignatura está planteada para que su proceso
implique la experiencia vivencial de una puesta en escena, a partir del quehacer
colaborativo de sus participantes, para llevarlos a una experiencia significativa
en un ambiente que permita la obtención eventual de un producto-meta original:
la representación teatral. Dice la investigadora Carmen Leñero: “El teatro es una
escuela para ser algo más que uno mismo. Nos exige presencia, nos invita a la
diversificación interna, al contacto con los otros y a querer tocar. Favorece lo
que uno puede ser, lo que hay como potencial en cada quien.” (Citada en “Tercer
encuentro de teatro en el IEMS”, Boletín Informativo. Vol. III, núm. 44. 15 de mayo de
2007. 6.) Por todo esto es que nuestra Materia Optativa ha insistido en el siguiente
Objetivo General: “El estudiante desarrollará una cultura teatral básica, habilidades
de expresión oral y corporal, actitudes solidarias para el trabajo en equipo, gusto por
la lectura y aptitudes creativas.”
Luego, con la intención de formalizar la inclusión del quehacer escénico en el
Sistema de Bachillerato del Gobierno del Distrito Federal (SBGDF), en enero de 2003
se desarrolló y propuso el programa Laboratorio de puesta en escena teatral, mismo
que entonces fue revisado y aprobado por la Academia de Lengua y Literatura de la
Preparatoria Iztapalapa 1, que conocieron y celebraron muchas autoridades internas
y aun externas al IEMS, pero que rechazó la consultora Éricka Rojas. En enero de 2009
fue avalado por el Equipo Interdisciplinario de Investigaciones Escénicas del SBGDF
y vuelto a presentar como Programa de Teatro ante las principales autoridades del
IEMS, ante la Secretaría de Educación, la Secretaría de Cultura y la misma Jefatura
de Gobierno del DF. El programa se mantuvo en constante actualización a la par que,
de manera extraoficial, se siguió aplicando.
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Mientras, El Programa de Teatro nunca dejó de impartirse en la Antigua Cárcel de
Mujeres, ni el quehacer escénico de ejercerse en la mayoría de las preparatorias del
IEMS. De hecho, en 2005, inició un Encuentro de Teatro Interprepas, hoy Encuentro
de Artes Escénicas. Durante el III Encuentro, celebrado en mayo de 2007 en la
Antigua Cárcel de Mujeres (Plantel Iztapalapa 1 del IEMS), se celebró también el
1er Coloquio de Artes Escénicas de todo el SBGDF.
En ese congreso, se coincidió en el carácter indispensable y urgente del
reconocimiento institucional al quehacer teatral y a la incorporación de una
asignatura de teatro al Plan de Estudios. Aunque las demandas no fueron atendidas,
se dio pie a configurar un equipo de trabajo que ha devenido en una academia
de facto. Aún sin apoyo oficial, esta “Academia de Teatro”, cuyo nombre oficial
es Equipo Interdisciplinario de Investigaciones Escénicas (EIIE) ha desarrollado
proyectos artísticos y escolares, como una participación primordial en las Jornadas
Académicas del IEMS del 7 y 8 de julio de 2008, dedicadas a revisar y replantear la
situación de las materias optativas de Lengua y Literatura. También produjo para la
Subdirección de Investigación Educativa, Formación y Desarrollo Docente, a partir
del primer Taller de Introducción al Teatro para profesores del SBGDF: El médico
a palos (de Moliére, dirigido por Myrna López en 2009). Derivada de las Jornadas
Académicas de 2008, el EIIE se comprometió con la siguiente agenda:
24
Como se ha visto, no es que no hubiera actividades escénicas en el IEMS.
Ya tenían, por cierto, una excelente asignatura de música. También se hacía
performance en la asignatura de artes plásticas. Ocasionalmente, profesores de
ciencias han recurrido al teatro como apoyo didáctico. Además, muchos profesores
de las asignaturas obligatorias de Lengua y Literatura, así como algunos de Historia,
de Filosofía y de otras, hacían teatro regularmente en el IEMS desde el año 2000.
Pero no había ninguna asignatura de teatro. Esto significaba que ningún estudiante
del IEMS había recibido jamás una hoja de evaluación o una boleta de calificaciones
con la asignatura “Teatro” aprobada, pues el sistema de bachillerato de la CDMX no
había sido capaz de reconocerla curricularmente.
En enero de 2009 se formalizó una solicitud directa al director general
Juventino Rodríguez, que —a pesar de incluir copias para la Jefatura de Gobierno
y para la Secretaría de Educación (entre otros destinatarios)— fue pasada por
alto. El programa piloto se siguió depurando y fue vuelto a presentar al siguiente
director general, José de Jesús Bazán (ex director y profesor emérito del CCH) en
noviembre del mismo 2009. Ese mismo año se publicó el artículo “Pertinencia de
incorporar una materia optativa de teatro al SBGDF” (Eutopía. Revista del Colegio
de Ciencias y Humanidades para el Bachillerato. 2a época, año 3, num.12-13, oct-
mar 2010, p. 171).
Todos los directores generales del IEMS han elogiado una labor tan “esforzada”
e “interesante”, pero ninguno había hecho nada por incorporar la asignatura. A
principios de 2012 se escribió directamente al Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard
una carta, con más de trescientas firmas, que fue recibida en su ventanilla de
atención ciudadana. La respuesta oficial, firmada el 26 de marzo de 2012 por
Bazán Levy (Oficio SE/IEMS/DG/O-307/12), coincidente con los festejos por el Día
Mundial del Teatro 2012, dice:
Por tratarse de un tema cuyo valor académico se justifica y de una propuesta bien
elaborada en general, no solo requiere recursos actualmente inexistentes, sino
también la consideración de las repercusiones colaterales de un cambio de esta
naturaleza, y en consecuencia merece el ser estudiado cuidadosamente [acaso
por otros doce años] para no suscitar expectativas infundadas ni correr el riesgo
de errores que terminen por dificultar el desarrollo del Instituto. (sic.)
Habiendo agotado todas las instancias institucionales (IEMS, SE, GDF), comenzamos
a apelar a la sociedad civil. En tal sentido fue publicada la carta abierta “Piden al GDF
incorporar Teatro al Bachillerato” (300 firmas. La Jornada. Lunes 28 de mayo de 2012,
sección “El Correo Ilustrado”, p. 2), así como la nota editorial “¿A quién le hace daño
la docencia teatral?” (La Jornada. Miércoles 30 de mayo de 2012, sección “Rayuela”,
p. 48). El problema se expuso también en la revista digital Zoon Theatrikon (número
25
“cero”, mayo de 2012, del director teatral Raúl Bretón) y en el Sistema Nacional de
Noticieros del IMER (entrevista con Juan Carlos Valdez, lunes 11 de junio de 2012).
También se publicó una carta abierta a todos los entonces candidatos a la Jefatura
del GDF (fechada el 19 de junio de 2012) y, una vez reconocido como Jefe de
Gobierno electo, una Carta abierta a Miguel Ángel Mancera (15 de agosto de 2012).
Siempre insistimos en un lema de campaña: “Yo quiero una materia de teatro
en el IEMS.” Frente a todo este panorama, todos los firmantes de esa solicitud y
muchos ciudadanos más aspiramos a que el GDF y el IEMS respondieran algún día
demostrando sensibilidad, inteligencia e imaginación. Durante todos estos años, el
EIIE y el Laboratorio de Teatro Libertad han visto la colaboración y el intercambio
constructivo con creadores profesionales y académicos externos al IEMS: Carmen
Leñero, María Stoopen, Helena Beristáin, Fernando Martínez Monroy, Lillian von der
Walde, Ana María Vázquez, Alejandro Bichir, Odiseo Bichir, Mario Ficachi, Socorro
Merlín, Tomás Urtusástegui, Guillermo Schmidhuber, Ricardo García Arteaga,
Alejandro Zúñiga, Itari Marta, Pilar Padilla, Teresa Rábago, Alberto Castillo, Erando
González, Alfonso Suárez del Real y Luis de Tavira.
Ya desde el miércoles 15 de octubre de 2014, en la preparatoria “Benito Juárez”
(IEMS Iztapalapa 2) la Macroacademia de Lengua y Literatura había vuelto a avalar
por consenso y aclamación la incorporación formal de la Materia Optativa de Teatro
(MOT) delante del representante de la Dirección de Innovación Educativa del IEMS,
instancia que en la administración de la Profesora Freija Doridée López Puebla había
asumido la encomienda de tratar los asuntos concernientes a cualquier revisión y
actualización de nuestros programas de estudio, como es el caso de la incorporación
de la MOT. Mientras, el miércoles 30 de abril de 2014, el LTL celebró en el plantel
Iztapalapa 1 el Shakespeare’s Mitótl, un mini-encuentro artístico y académico en el
marco del 450 aniversario del natalicio de William Shakespeare (n. 23 de abril de
1564). Nos acompañó el trovador Alejandro Zúñiga.
El tiempo y las promesas siguieron pasando y hubo nuevas designaciones
políticas y académicas en el Gobierno de la CDMX. Ulises Lara fue nombrado el
nuevo Director General del IEMS, y el tema de la renombrada Materia Optativa de
Artes Escénicas (MOAE) regresó de la Dirección de Innovación a la Académica.
Finalmente, el jueves 13 de abril de 2016 se reunió la Junta de Gobierno del IEMS
para decidir la incorporación curricular de la MOAE a su modelo educativo.
La MOAE es una prueba curiosa de lo que debería ser una verdadera Reforma Edu-
cativa. Sus avances siempre fueron un trabajo de equipo entre docentes, estudiantes
y autoridades. No hemos especulado nada, sino que en todo momento nos mantuvi-
mos a prueba en la experiencia del aula, y actualizándonos a través de la formación
continua, la investigación, y la asistencia a encuentros, concursos y congresos.
En el semestre de pilotaje oficial 2016-17A, y hasta el momento (septiembre
de 2019), solamente DTIs de Lengua y Literatura pueden impartir la materia. Se
26
ha procurado que los facilitadores cuenten con perfil profesiográfico teatral y/o
con reconocida experiencia teatral en el IEMS y/o que hayan tomado el Taller de
Introducción al Teatro facilitado por el EIIE, aunque administrativamente, por
depender la materia de la Academia de Lengua y Literatura, cualquier docente de esa
adscripción la puede impartir. Por su parte, los talleres libres y demás actividades
teatrales extracurriculares se siguen impartiendo sin ningún problema.
El Programa de la MOAE es innovador en su visión amplia del quehacer teatral,
pues la idea es que sea la primera asignatura de naturaleza interdisciplinaria. Se ha
planeado, con base en el texto aprobado por la Junta de Gobierno del IEMS, que, en
una próxima etapa, el EIIE determinará, con base en su preparación, experiencia y una
evaluación, qué DTIs podrán impartir la MOAE incluso más allá de la Academia de
Lengua y Literatura. En todos los casos, los facilitadores de la MOAE pasarán a formar
parte del EIIE, que algún día será denominada oficialmente Academia de Teatro.
En el EIIE estamos orgullosos con la meta alcanzada. Sin embargo, nuestra
naturaleza crítica, científica y humanista nos obliga a observar que todavía estamos
lejos de cumplir con el modelo educativo que prometemos, pues nos siguen faltando
salones, cubículos y auditorios, y no podemos aceptar además que cada año nos
digan que el presupuesto para la educación viene más reducido. Tenemos como
nuevos pendientes el reconocimiento formal del EIIE como Academia de Teatro, y
el desarrollo de un segundo y hasta un tercer nivel de la asignatura (es decir, Artes
Escénicas 2 y 3.)
No puedo omitir agradecer a la Macroacademia de LyL del IEMS, la Academia de
LyL de la PIZTA 1, Ricardo García Arteaga, Helena Beristáin, Salvador López Ornelas,
Ángel Custodio, y al cuerpo de redactores/lectores/correctores del Programa: José
Luis Castillo, Carla Constantino, Julieta Vargas, Sandra García, Myrna López, Araceli
Núñez, José Luis Domínguez, Kharla García, Griselda Berlanga, Víctor Suárez, Pedro
Corzo, Nora Crespo, Clara García, Ana Lilia Arroyo, Hugo de Ávila, Enrique García
Calleja, Margarita Carpio, Beatriz Ybarra y María Esther Malacara.
En el balance de la larga, intensa y emocionante aventura que me ha significado
personalmente el reconocimiento institucional de nuestro arte teatral, debo decir
que me siento feliz, y que, de alguna manera, mi razón de ser en el IEMS ha cubierto
su objetivo: MISIÓN CUMPLIDA.
27
FUENTES CONSULTADAS
28
no del Distrito Federal. 17 de enero de 2012.
_____. Carta abierta a todos los candidatos a la Jefatura del GDF. 19 de junio de 2012.
_____. Carta abierta a Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno electo. 15 de agosto
de 2012.
_____. “Pertinencia de incorporar una Materia Optativa de Teatro al SBGDF”, en Eu-
topía. 2ª época, año 3, núms. 12-13. Oct-mar 2010. 171-176.
_____ et al (circa 300 firmas.) “Piden al GDF incorporar Teatro al Bachillerato” (carta
abierta.) La Jornada. Lunes 28 de mayo de 2012, sección “El Correo Ilustrado”,
p. 2.
_____, Carla CONSTANTINO y Julieta VARGAS. “Declaración de Los Azulejos”, en
Laboratorio de Teatro Libertad (web blog). 17 de septiembre de 2008 (minuta
de reunión del 13 de septiembre de 2008). http://ellaboratoriodeteatrolibertad.
blogspot.com/2008/09/declaracin-de-los-azulejos.html Consultada el 16 de
septiembre de 2019.
_____ y Kharla GARCÍA (minutarios). “Jornada Académica de la Academia de Teatro
del 8 de julio de 2008”, en Laboratorio de Teatro Libertad (web blog). Martes 22
de julio de 2008. http://ellaboratoriodeteatrolibertad.blogspot.com/2008/07/
jornada-acadmica-de-la-academia-de.html Consultada el 16 de septiembre de
2019.
_____. “¿Temor al teatro?”, en Zoon Theatrikon. Primera etapa, año 1, número “cero”,
mayo de 2012, boletín electrónico (en pdf) del director teatral Raúl Bretón, pp.
12-13.
“Proyecto educativo del Instituto de Educación Media Superior”, en la Gaceta Oficial
del Distrito Federal. 13 de octubre de 2006.
“Reforma Educativa, Un retroceso que afecta a la educación media superior en el
DF”, en Asamblea Legislativa del Distrito Federal VII Legislatura. Boletín 205. 30
de junio de 2014. Webpage oficial en: http://www.aldf.gob.mx/comsoc-refor-
ma-educativa-retroceso-que-afecta-educacion-media-superior-df--18457.html.
Consultada el 26 de diciembre de 2015.
Silva, Carlos. “Presentación de la Reforma Integral de la Educación Media Supe-
rior”. Septiembre de 2007. En: http://es.slideshare.net/carlossilvazac/presen-
tacin-de-la-reforma-integral-de-la-educacin-media-superior. Consultada el 26
de diciembre de 2015.
Valdez, Juan Carlos. “Entrevista con Jorge Prado Zavala”. Noticiero Antena Radio
del Sistema Nacional de Noticieros del IMER. Lunes 11 de junio de 2012.
29
ALEJANDRO
ORTIZ BULLÉ
GOYRI
30
teatro y sus lenguajes como instrumento de grupo para el análisis de determinadas
situaciones.
Otro ejemplo de teatro aplicado que puede mencionarse aquí es el del arte
dramático y sus teatralidades en apoyo a procesos educativos con niños con
síndrome de Down o con ciertas discapacidades. Incluso puede hablarse ya de
técnicas de teatro terapia en hospitales con enfermos aquejados de males graves, a
los que la realización de determinados ejercicios teatrales o la simple observación
de ejercicios teatrales o de expresión corporal, pueden ser una ayuda eficaz en apoyo
a su restablecimiento o a liberar angustias psicológicas durante su tratamiento o su
estancia hospitalaria (Ramos Nava: 2015).
31
con la participación del otro y el otro requiere de mi accionar para poder
realizar su propia tarea encomendada. El estudiante que participa en un taller
de teatro, desarrolla de manera natural, habilidades para el trabajo en equipo.
4 El arte del teatro es un medio singular porque para su realización se
requieren la conjunción de múltiples disciplinas unidas en un propósito
común. Disciplinas como la pintura, la arquitectura, la música, la iluminación,
la literatura, hasta la informática, entre otras más. Por ello podemos decir
que el teatro es multidisciplinario, pero también interdisciplinario, pues las
disciplinas que intervienen se intersectan para logran un propósito común;
e incluso se puede decir que el resultado de una puesta en escena es en sí
mismo algo que va más allá y que pertenece a los dominios del pensamiento
complejo o de la transdisciplina; pues lo que se presenta como resultado;
deja de ser arquitectura, o pintura en sí, para convertirse en un cúmulo de
saberes y de experiencias creativas al que denominamos espectáculo teatral.
5 La práctica del teatro como actividad lúdica y como experiencia estética
enriquece al ser humano y le ayuda a tener una relación con su mundo
cotidiano y con su hacer profesional más profundo y sensible. La experiencia
artística es inherente a la condición humana y si en la formación integral de
un universitario le permitimos tener contacto con sus capacidades sensibles
y creativas estaremos formando mejores profesionales, con un sentido
humanista, como debe ser el espíritu que guíe la vida universitaria.
ASPECTOS PARTICULARES
Existe, en efecto, un programa académico de la asignatura, toda vez que se trata de
una materia que forma parte del plan de estudios de las carreras de ingeniería en la
UAM-Azcapotzalco y debemos reconocer que se trata de un reto significativo lograr
resultados con grupos conformados por un promedio de 35 alumnos y que la duración
de los cursos es trimestral (13 SEMANAS), con cuatro horas de trabajo por semana.
El programa contempla, evidentemente, una idea muy concreta, que es la de
sensibilizar al estudiante en los beneficios que conlleva la práctica del teatro,
no tanto en la ejecución de montajes teatrales, sino en el día a día de ejercicios
actorales y de improvisación que le lleve a descubrir y desarrollar sus capacidades
expresivas. Y en ese sentido, el objetivo se logra con claridad a cada trimestre. Los
estudiantes adquieren y desarrollan habilidades expresivas tales como manejo
de la voz, expresión corporal y expresión emocional, manejo de la comunicación
persuasiva, trabajo en colectivo, desarrollo de capacidades artísticas, (histriónicas,
musicales, plásticas, literarias, etcétera).
El taller ofrece un cierto número de ejercicios corporales, vocales y de imaginación
creativa, con que los estudiantes poco a poco van descubriendo otras posibilidades
de ser y de desarrollar su parte artística y creativa.
32
El taller se divide en tres unidades básicas:
1.- Exploración corporal y vocal.
2.- Interacción grupal y expresiva.
3.- Desarrollo de habilidades escénicas a través de improvisaciones, manejo de
textos dramáticos y de creación teatral.
33
labor en el teatro popular, se denominaba “Promoción teatral”; en otras palabras,
los procesos de formación, capacitación y creación teatral están orientados no al
hecho de hacer teatro en sí, sino la de encontrar en la práctica teatral, en su juego
especular, una herramienta de factor de cambio y de desarrollo humano.
De hecho, desde la perspectiva de la realización de ejercicios de sensibilización
teatral, no se busca que los futuros ingenieros universitarios, se conviertan en
personajes, sino que exploren en sí mismos para encontrar respuestas expresivas
al personaje que habrán de interpretar y proyectar.
A veces, hay que toparse con personalidades muy defensivas, que inhiben la
imaginación creativa e impiden la expresividad en la configuración de las tareas
escénicas para exponer a su personaje; en otros casos la noción de actoralidad
está orientada a modelos ya preconcebidos, como los que ofrece la televisión. En
ambos casos, los estudiantes reconocen que a través del taller algo han encontrado
en el desarrollo de sus habilidades comunicativas y de expresión artística.
En otros casos, el compromiso y la comprensión de la mística y la metodología
del taller hace que estudiantes de ingeniería repitan la asignatura por el gusto
mismo de encontrar en el teatro un espacio de desarrollo personal. De abrirle
espacio a sus potencialidades sensibles y creativas.
34
go, los objetivos podrán alcanzarse con mayor satisfacción y menos sufrimiento
“artístico”.
NOTA FINAL
Y volviendo a la noción de “teatro aplicado” que comentábamos en las primeras
líneas de esta comunicación, podemos afirmar que, a través de la experiencia, de
trabajar en distintos ámbitos diversas experiencias de teatro, no hay que olvidar
que el teatro es una experiencia terapéutica de muy alto alcance, pero para que
esto pueda generarse son necesarias dos condiciones fundamentales, que parten
también de la teoría y la praxis de Rodolfo Valencia:
Hace falta así, una mejor formación teatral y una mayor presencia del teatro en
la educación formal en México. Hacen falta también profesionales con bases
metodológicas dedicados al teatro aplicado. Pero podemos decir que la experiencia
gestada hasta el momento a cinco años de su implementación es positiva, a pesar
de cierta oposición por parte de profesores de las ingenierías de la UAM-A, que
ven una pérdida en la currícula académica. Y es motivo de satisfacción y orgullo
colaborar y aportar en algo con esta sencilla y compleja tarea, que es la de humanizar
la formación profesional a través de la expresión artística.
35
FUENTES CONSULTADAS
36
ALEJANDRA
FERREIRO
PÉREZ
37
De ahí que la primera tarea consistió en una negociación de los contenidos
que organizamos en tres rutas conceptuales, que correspondían con los tres
seminarios especializados. Estas rutas, las concebimos a su vez como trayectorias
que agrupaban un conjunto de conceptos que posibilitaría el encuentro entre las
disciplinas artísticas, al tiempo que ofrecería elementos teóricos para la exploración,
la experimentación y la producción-composición con los elementos de las artes,
siguiendo en la primera una ruta histórica, en la segunda una ruta epistemológica
y en la tercera una ruta experimental. En dichas trayectorias se propuso también
una ruta conceptual paralela que recogería algunas preocupaciones teóricas de las
disciplinas artísticas. Las tres rutas fueron las siguientes:
Estas rutas han prevalecido a lo largo de las cuatro generaciones posteriores, salvo
la tercera, que luego de la primera experiencia, cambió su nombre y contenido a
Perspectivas contemporáneas en el arte y la educación. Los subtemas de cada una
de las rutas se han ido modificando de acuerdo con las necesidades del grupo,
la relación con otras asignaturas, en particular los Temas selectos, y la necesaria
actualización teórica y disciplinar.
Otro asunto relevante fue la recuperación y reelaboración de las orientaciones
pedagógicas coincidentes, entre las que destacan las formas de trabajo experiencial
y lúdica, que contemplaba ciertos momentos de la clase como (1) disposición o
calentamiento, que busca enfocar la atención de los participantes en la escucha de
su propio cuerpo y en el descubrimiento sensorial de su entorno; (2) exploración, en
el que se juega libremente con los elementos de las artes, mediante situaciones de
aprendizaje imaginativas y lúdicas, que los acerque a concebir una idea y esbozarla;
(3) experimentación, en la que eligen de entre los elementos explorados aquellos
que les permitan experimentar con procedimientos compositivos y madurar su
propuesta; (4) composición, en el que buscan una solución a la propuesta y fijan los
elementos compositivos para ser apreciados y valorados autocríticamente (Acha,
2011, citado por González, 2016); además, a lo largo del proceso se incluyeron
momentos de notación, de apreciación de las cualidades y capas de detalle del
proceso seguido, y de reflexión, en que se reconsidera el proceso vivido y se
resignifica la experiencia personal y docente.
Un segundo aspecto a destacar fue el uso de ciertas metodologías de enseñanza
que permitieron, no sólo proponer situaciones de aprendizaje estimuladoras de
procesos creativos con los elementos de las diferentes artes, sino se constituyeron
en detonadoras de los procesos interdisciplinarios: la pedagogía de la pregunta,
38
la pedagogía situada, el aprendizaje colaborativo, la metodología de proyectos y
la metodología de la Educación Estética –creada por el Lincon Center Institute for
the Arts in Education e impulsada en México por el Instituto Mexicano del Arte al
Servicio de la Educación (IMASE).
Debido a que se planteaba un cambio drástico en la formación, el grupo de
profesores decidió valorar la propuesta y realizar un seguimiento de su puesta en
marcha, lo que implicó una documentación intensiva del proceso con diferentes
instrumentos y herramientas, varios de los cuales hemos mantenido como formas
de trabajo, de reflexión y valoración de nuestras acciones a lo largo de las tres
generaciones en que hemos desarrollado la propuesta. Entre los registros que
destacan están las planeaciones elaboradas sistemáticamente por las duplas
docentes en cada sesión de los seminarios especializados, las bitácoras de los
estudiantes (las que han tenido variantes en el formato, pero que documentan su
punto de vista), las entrevistas grupales realizadas al final de cada seminario y
fotografías y videos de los profesores y estudiantes en que se registran algunos
momentos de los procesos de exploración, experimentación y composición que se
llevan a cabo durante la formación.
El análisis que haré a continuación se sustenta empíricamente en una revisión
de estos documentos, en particular de las planeaciones y las bitácoras de los
estudiantes. Abordaré tres aspectos en que identifico los modos en que los
profesores hemos integrados nuestros saberes disciplinares y profesionales:
(1) las formas de planeación de las secuencias didácticas y la construcción de
las situaciones de aprendizaje, (2) las modalidades de articulación pedagógica y
metodológica; y (3) las coreografías didácticas interpretadas a dúo en que destacan
tres dimensiones: relacional (acercamientos, formas de contacto, entrelazamientos
y situaciones de encuentro), espacial (desplazamientos estéticos y artísticos) y
temporal (formas de sincronización), que configuran nuestra singular apuesta de
enseñanza interdisciplinaria de las artes.
FORMAS DE PLANEACIÓN
La planeación ha sido un aspecto central de nuestra actividad debido a que
impartimos la materia cuatro profesores (artes visuales, danza, música y teatro) en
formato de dupla docente, lo que exige sincronicidad en nuestras actividades. En
primer lugar, organizamos cada uno de los seminarios para que la participación de
las diferentes disciplinas artísticas sea equitativa en cuanto al número de sesiones
a impartir y participación con las otras disciplinas. Además, se procura que uno de
los profesores sirva de enlace en la siguiente dupla, de manera que el proceso tenga
continuidad. Cada profesor reelabora su ruta disciplinar considerando diferentes
modos de enlace con la otra disciplina con que se relaciona. A lo largo de las
tres generaciones, hemos hecho un esfuerzo porque las duplas docentes tengan
39
oportunidad de articularse en los aspectos teóricos, metodológicos y artísticos. Este
ejercicio es continuo y lo llevamos a cabo semana a semana cada una de las duplas.
Las secuencias didácticas que se elaboran incluyen los siguientes elementos: (1)
preguntas orientadoras, las cuales articulan los contenidos (qué), el modo en que
éstos se encuentran entrelazados (cómo) y el destino de la indagación (para qué);
(2) actividades estructuradas en tres fases: introducción, a modo de preparación/
calentamiento, desarrollo, que contempla tres momentos: exploración creativa,
experimentación artística y composición, y conclusión, en la que se propone una
reflexión crítica de la sesión y un esfuerzo por relacionar lo aprendido con la práctica
profesional, mediante preguntas relacionadas con la experiencia; (3) observaciones
en las que los profesores realizaban una breve narración de lo ocurrido en la sesión
al finalizar la misma, la cual constituye un modo de vincular a la siguiente dupla con
el proceso vivido en la sesión.
La secuencia didáctica se divide en dos apartados, uno destinado a los aspectos
teóricos y otro a la experimentación artística. En ambos, las actividades están
orientadas por preguntas que, alienten la curiosidad de los estudiantes, los invite
a admirarse y cuestionar lo que suelen ver como dado, a plantearse problemas,
a proponer posibles soluciones y a desatar procesos reflexivos. En el apartado
teórico, las preguntas pretenden guiar el debate sobre la lectura y detonar una
reflexión sobre los asuntos relevantes; el segundo también se estructura en torno
a preguntas, al modo que propone la metodología de la educación estética, es
decir, como una línea de exploración en la que se detallan los elementos y
articulaciones de un trabajo artístico deconstruido, a partir del cual se preparan
las actividades detonadoras de la indagación artística. Esta es una diferencia
radical en la manera de acercarse al proceso didáctico, puesto que no se trata de
que los estudiantes logren un objetivo relacionado con un grado de apropiación
de los contenidos previsto de antemano, sino que descubran dichos contenidos
mediante la indagación conceptual y artística, lo cual introduce al aprendizaje el
cuestionamiento, la incertidumbre y la sorpresa.
Las planeaciones son relevantes no sólo porque permiten anticipar el aprendizaje
y diseñar actividades pertinentes, sino porque es el momento de negociación de
los contenidos, su relevancia en relación con los enfoques teóricos y el proceso de
indagación artística, pero sobre todo porque es el momento de “pensar entre disciplinas”
(Rancière, 2007), definir los puntos de intersección que favorecerán el cruce disciplinar
y permitirán a los estudiantes ensayar nuevos modos de producir significado (Martínez
de la Escalera 2004) con los elementos de las artes que tienen a su disposición.
En las planeaciones se observan diversos modos de integración disciplinar.
En algunos casos ésta surge de la pregunta orientadora, en cuya elaboración se
engloban las preocupaciones de exploración de ambos especialistas, luego de la
deconstrucción de un trabajo artístico; cuando esto ocurre las actividades logran
40
plena articulación. En otros momentos la integración proviene de los conceptos
estudiados, que con frecuencia tienen un énfasis disciplinar, por lo que la integración
se procura en la notación de una exploración disciplinar con conceptos de la otra
disciplina. En otros más, las actividades se alternaban, tomando el proceso o
producto generado en la actividad previa para continuar en ese punto la exploración
o experimentación de la otra disciplina. En las planeaciones en las que hubo menor
integración, tanto las preguntas como las actividades se plantearon por separado, de
manera que lo que se compartía era la temática de la unidad o las fases de la clase,
en las que había previo consenso. Aunque esta última modalidad sigue ocurriendo,
cada vez su frecuencia es menor, dado que procuramos, si no en la planeación,
estar atentos a las producciones y, durante la marcha, reelaborar las actividades
para lograr una mayor integración. Lo anterior, debido a que, en la práctica, hemos
desarrollado lo que García denomina “práctica convergente” (2006) que nos ha
permitido tomar distancia de las miradas disciplinarias y enfocarnos en la resolución
de los problemas artísticos, en especial cuando abordamos las prácticas artísticas
contemporáneas, que exigen siempre un alto grado de integración disciplinar.
41
exploraciones se realizan de manera individual o colectiva, pero la experimentación
y la composición se caracteriza por la elaboración colaborativa y grupal.
En este proceso el juego y la imaginación son los mediadores primordiales.
El primero concebido, siguiendo a Frabboni y Pinto (2006) como una experiencia
totalizadora que satisface la necesidad humana de conocer y experimentar el mundo
y potencia el impulso lúdico primordial de los seres humanos que, según Huizinga
(1996), se expresa en la colectividad y la cultura, y en el que se satisfacen los ideales
de convivencia y de comunidad –se juega con algo o alguien. Este proceso sigue
el trayecto pedagógico, propuesto por Caillois (1994), que va de paideia (capacidad
primaria de improvisación y alegría) a ludus (que desemboca en la conquista de
una habilidad). La imaginación la entendemos como un poder que actúa en la
percepción diaria y capacita a los individuos para ver el mundo como significativo
(Warnock, 2003), la cual al liberarse mediante una educación estética acerca a los
estudiantes a lo que Calvino, (2002, p. 97) denomina el “repertorio de lo potencial, de
lo hipotético, de lo que no es, no ha sido ni tal vez será, pero que hubiera podido ser”
y posibilita la creación de formas e imágenes posibles y acaso imposibles.
42
encuentro, que Hutchinson (2008) concibe como aquellas relaciones que se dan
entre dos personas cuando coinciden en un espacio, permiten identificar un modo
de accionar que entraña (1) la necesidad de compartir y construir una relación de
iguales; (2) un interés muto, de pares iguales con los mismos objetivos educativos,
que exige crear lazos de confianza, escucha mutua, negociación y diálogo entre
los especialistas; (3) buscar modos de evaluar y pensar diferentes que permitan
una resolución negociada de los problemas que acontecen en el aula. (4) una
disposición a la ayuda y protección al otro, de “cubrirle los pasos” y colaborar en sus
apuestas de experimentación; (5) El descentramiento de la atención que favorece
el desarrollo de miradas cómplices, de una comunicación no verbal colaborativa
expresada en gestos como formas respetuosas de pedir la palabra, de rectificar
consignas de trabajo, de ampliar el contenido, o intervenir en la duración de las
actividades.
B) En la dimensión espacial, los desplazamientos fueron principalmente
pedagógicos y artísticos. Entre los desplazamientos más significativos se encuentra
la concreción del trayecto pedagógico en una ruta que contempla la exploración,
experimentación y composición, la cual simultáneamente va de lo individual a
lo grupal, del crear solo al crear en grupo, en comunidad. Y los desplazamientos
artísticos que supone al menos dos estadios, la deconstrucción de un trabajo
artístico disciplinar a partir de conceptos de otra disciplina, lo que da lugar a un
primer encuentro entre disciplinas.
C) En la dimensión temporal identifico los ritmos asumidos por los profesores
en que conjugamos esfuerzos para resolver los problemas ya fuera de tiempo o
de precisión de las consignas o de continuidad de alguna actividad emergente.
La disposición a reelaborar las actividades a fin de integrarlas o bien hacerlas
simultáneamente dividiendo el trabajo en grupos para después integrarlo. En suma,
al tener una intención de sincronización en el trabajo coreográfico de la clase nos
ha ido dando oportunidades de crear una relación ajustada y armónica, en que los
ritmos de los especialistas buscan crear una melodía común, sin por ello negar que
existen momentos de disonancia y desarmonía pero que son enfrentados como
una situación que le ocurre a uno sino a la dupla, lo que implica igual grado de
responsabilidad, es decir, de respuesta hacia el grupo y el otro.
EN SÍNTESIS
La experiencia de los profesores en la impartición de los tres seminarios podría
considerarse, como un acontecimiento, en el sentido de Bárcena (2002), puesto que
les permitió pensar sobre la docencia, sobre la creación artística, sobre las virtudes de
incluir en la escuela básica procesos de experimentación artística interdisciplinaria
en lugar de enseñar las disciplinas de forma aislada; pero en especial, sobre la
importancia de que la actividad educativa misma sea un proceso creativo, en lugar
43
de rutinas o la repetición incesante de ciertas estrategias que han mostrado su
utilidad. De ahí la necesidad de pensar la educación artística como un proceso de
creación y a la clase como un laboratorio de exploración y experimentación artísticas.
Y considerando que se trata de un proceso interdisciplinario, fue plausible que cada
sesión de la dupla docente constituye “un esfuerzo de ‘poner entre paréntesis’ las
presuposiciones incorporadas del habitus disciplinario expresadas en los lenguajes,
lo que exige una experiencia de desarraigo y abandono de las zonas conocidas y
confortables de la propia práctica y por ende la desidentificación del oficio” (Andión,
2014).
44
FUENTES CONSULTADAS
45
GUILLERMINA
FUENTES
IBARRA
PREGUNTAS Y DESEOS
Al arrancar los trabajos, parecía que íbamos por muchos caminos. El cuerpo
académico manifestaba sus inquietudes:
46
el trabajo… hasta ahora le parece disperso [a Martha Toriz] y pide que se con-
sidere lo que tenemos en el Centro, es decir, el personal. […] Hay que preguntarse
por qué y para qué implementar una maestría. (Minuta 3a. sesión, 23 de enero,
2013).
[Socorro Merlín:] “Hay que preguntarse, ¿a dónde vamos a lanzar a los egresa-
dos?” [Rocío Galicia:] “Está claro que formaremos profesionales en investigación
[…] la investigación tendría dos vías: la investigación como parte de la creación es-
cénica y como investigadores documentalistas y teóricos. [Se acordó:] La Maes-
tría del CITRU estará enfocada a la investigación con dos salidas: investigación
(investigación teórico-documental e investigación para la escena) y docencia.
Se habla del teatro considerando: escena, dramaturgia y performatividad. […] la
maestría tendría que fomentar en los creadores la reflexión. […] tendría que abrirse
a la diversidad al considerar: lo dramático, lo escénico y lo performativo. [tomar
en cuenta la] diversidad de enfoques, en cuanto a objeto de estudio y disciplinas.
(Minuta 7a. sesión, 10 de abril).
Una cuestión que, al revisar los cuestionarios del diagnóstico a los alumnos del
último grado de licenciaturas, saltó a la vista, fue la demanda de investigación para
la creación, la necesidad de nuevas teorizaciones.
Por ejemplo, [ellos conocen] el problema de los modelos de acción dramática con
ideas muy avanzadas, pero desconocen conocimientos fundamentales… pues
quieren pasar rápidamente por la teoría para irse a la escena…. No [se puede]
deconstruir, si no se [conoce] la tradición, hay que hacer una vinculación entre
lo contemporáneo y lo tradicional para poder llegar a una visión actual. (Galicia,
Minuta sesión 18).
Otras preguntas rondaron acerca del nombre mismo de la maestría: ¿en Historia,
en Estudios teatrales, en Artes escénicas, en Teatrología, en Investigación teatral?
Privó la mesura y prevaleció este último enunciado, en vista de que somos un centro
de investigación teatral. De ahí derivarían los campos de conocimiento. Esa fue otra
cuestión a debatir. También hubo preguntas de quiénes serían los candidatos: ¿sólo
los egresados de teatro, o también egresados de otras carreras?, dado que el CITRU,
también está constituido por personal de otras disciplinas y eso es parte de sus
fortalezas.
TRABAJOS DE DISEÑO
Planear para ser consciente de las intenciones, necesidades y factibilidad de lo que
se quiere lograr y percatarse de cuáles son los fines educativos, sociales y culturales.
Después, concretarlo en un plan de estudios con la propuesta de la formación, los
objetivos generales y específicos y los perfiles que se desean de los egresados. En
47
el diseño curricular —en nuestro caso en las Unidades de Aprendizaje— quedan los
contenidos y metodologías (Esquema de planeación SGEIA).
El cuerpo académico compiló y revisó los planes de estudio de las licenciaturas
en México (19) y los posgrados —maestrías y doctorados— en Iberoamérica (20);
elaboró un directorio de los directores de las licenciaturas y estableció contacto
con ellos; llevó a cabo reuniones de trabajo con directivos de las escuelas y
centros que imparten maestrías: ENAT, Cenidi-Danza, CENART, las universidades
Veracruzana, Iberoamericana y Pedagógica; e implementó los diagnósticos
externo e interno.
El diagnóstico externo consistió en la elaboración de cuatro cuestionarios y su
aplicación a directivos, empleadores, comunidad teatral y a egresados y alumnos
del último año de licenciatura; tarea que se realizó entre mayo y junio, y se recibieron
69 respuestas de 70 cuestionarios, aplicados en 8 escuelas: Colegio de Literatura
Dramática y Teatro, UNAM: 20 alumnos; Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla: 19; Escuela Nacional de Arte Teatral: 10; Universidad de Londres (CdMx):
4; Departamento de Bellas Artes Universidad de Sonora: 10; Universidad Autónoma
de Chihuahua: 2; Universidad Autónoma de Baja California: 3. Los cuestionarios se
aplicaron en dos modalidades: presencial y vía correo electrónico.
El diagnóstico interno tenía como objetivo, actualizar la currícula y los grados
académicos de los investigadores del CITRU. Se elaboraron cinco cuadros de
concentración de datos que, a propuesta de Rocío Galicia, sirvieron para el análisis
estratégico FODA (Fortalezas, Oportunidades Debilidades y Amenazas). Uno de los
cuadros concentró a todo el personal académico del Centro; otro, a los investigadores;
uno más, a los investigadores que también son docentes; otro, a las áreas de
conocimiento y campos teóricos a los que se adhieren; y el quinto, las amenazas.
Se analizó, en particular, el programa de la maestría del Cenidi-Danza, los
acuerdos de Bolonia y su repercusión en América Latina. Se revisó la documentación
de CONACyT, las líneas de investigación y se propusieron los campos o áreas de
conocimiento, lo que derivaría en las orientaciones de la maestría. Se redactó
la propuesta inicial: Misión y Visión de la maestría y el perfil de egreso de los
estudiantes (competencias, habilidades y actitudes).
Para la SGEIA, cumplíamos con lo básico, y debíamos continuar definiendo los
campos de conocimiento y las materias, asignaturas o Unidades de Aprendizaje,
entonces se redactaron los primeros borradores de las materias a impartir.
Para abril de 2014, íbamos bastante encaminados en nuestro proyecto, pero
nuestros trabajos se vieron suspendidos cuando, otras escuelas y centros del INBA,
manifestaron también su interés —como el CITRU— en crear posgrados. Ante esto,
la SGEIA creó la Unidad de Posgrado del INBA, para cobijar todos los proyectos.
En octubre nos reunimos con personal de la SGEIA para presentar nuestros
avances. En enero de 2015, la SGEIA convocó a los directivos cuyo interés era abrir
48
posgrados, para iniciar los trabajos con la Unidad de Posgrado, pero las sesiones
sólo llegaron al mes de abril y luego se suspendieron, y nuestra maestría quedó a
la espera de esa Unidad de Posgrado, que, por la renuncia del entonces subdirector
Jorge Gutiérrez, no se concretó.
Cabe señalar que, desde enero de 2014, yo ocupaba la coordinación del proyecto,
luego de que Rocío Galicia renunciara, debido a su carga de trabajo; y que Ricardo
García renunció a la dirección del CITRU, quedando como encargado Arturo Díaz
Sandoval, quien era coordinador de Documentación y meses después fue nombrado
formalmente director.
EL IMPULSO DEFINITIVO
A finales de agosto 2017, retomamos los trabajos. Para Lilia Camacho, en la Dirección
General del INBA, y Sergio Romel, en la SGEIA, era importante que la educación
artística extendiera y elevara su profesionalización; por lo que se reincentiva la
creación de las propuestas de los posgrados.
En septiembre, nuestro cuerpo académico decide que creará la Maestría en
Investigación Teatral, porque somos un Centro de Investigación y la única institución
en su tipo en América Latina; por la experiencia de nuestros investigadores
como especialistas en los temas prioritarios del programa y como docentes de
licenciaturas y diversos programas de posgrado, además de provenir de diversas
formaciones disciplinares; por contar con acervos y bases documentales
especializadas, disponibles para desarrollar proyectos de investigación. (Plan
de estudios 8-9); y por algo fundamental: observar que la investigación es uno
de los propósitos prioritarios de las universidades, y una tarea sustantiva de sus
programas educativos: “que permite la revisión constante de los presupuestos
teórico-metodológicos y […] posibilita la generación de enfoques y perspectivas de
estudio acordes con los problemas, objetos y fenómenos de la contemporaneidad.”
(Plan de estudios 7-8)
Con esta Maestría, el CITRU quiere contribuir al desarrollo de la investigación
teatral, formar nuevos investigadores que, si son creadores, reflexionen sobre su
quehacer, y si no, sobre las diversas expresiones del hecho teatral.
En ese periodo de sesiones, se debatió si las asignaturas debían impartirse por
competencias o por objetivos; se inició el diseño de programas con un modelo por
competencias; y también se debatió y se decidió que la modalidad sea mixta
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el país con las instancias académicas y las instituciones públicas comprometidas
con la cultura. (Plan de estudios 8).
EL PRESENTE INCIERTO
La primera generación entró en septiembre del 2018, ahora está cursando el cuarto
semestre.
Al inicio de tercer semestre, se realizó un coloquio de maestrantes, que, de
acuerdo a los avances que presentaron, los resultados son satisfactorios en
términos generales. No obstante, la incertidumbre prevalece. En el discurso, la
nuevas autoridades afirman que es “importante” que haya posgrados de educación
artística en el INBA. En la práctica, no se ve un apoyo categórico. La experiencia
de una vida en la institución, revela que solo la persistencia es lo que consolida en
realidades los proyectos.
FUENTES CONSULTADAS
50
muestra su desempeño docente durante los primeros años de su estancia en
México.
Viajando desde Nueva York, vía marítima, al puerto de Veracruz, el director
japonés llegó a México, el 26 de abril de 1939. Por el pintor Gabriel Fernández
Ledesma, conoció a Armando de María y Campos, quien, en ese momento, era el jefe
de la Sección de Trabajo de Teatro, de la Secretaría de Educación Pública. En una
reunión, donde se encontraron los tres, cuenta de María y Campos, se entendieron
de inmediato y a los pocos días, la SEP, por medio de él, puso a disposición de Seki
Sano, un salón en el tercer piso del Palacio de Bellas Artes y le confió un grupo de
alumnos.
Siendo militante de izquierda y antifascista, Seki Sano quiso aliarse a un organismo
donde pudiera desarrollar su militancia ideológica y su técnica creativa. Es probable
que, en las conversaciones con sus nuevos camaradas, haya preguntado con cuál
o cuáles organizaciones obreras estaban relacionados y cómo era la relación de
esos organismos con el ámbito artístico. Al enterarse de la labor teatral que Xavier
Villaurrutia había realizado el año anterior en el Sindicato Mexicano de Electricistas
(SME), y puesto que había renunciado, el director asiático solicitó ser presentado
con los responsables de la organización laboral.
Aliado con un grupo de intelectuales y artistas mexicanos y algunos refugiados
españoles, como Rodolfo Halfter, en una reunión con la Comisión encargada de la
construcción del edificio del SME; Seki Sano fue uno de los primeros en presentar
un plan de trabajo, proponiendo modificaciones al auditorio en construcción para
que fuera un lugar propio para realizar diversas actividades artísticas, una sala de
espectáculos, un teatro.
podrán llevarse a efecto entre otras actividades aparte de [las] propias asambleas
[…] Convenciones, conferencias, proyecciones cinematográficas, conjuntos de
Música de Cámara, orquestas sinfónicas, bandas militares, pequeños conjuntos o
solistas de todos géneros, recitales literarios o de danza, ópera de cámara, teatro
dramático, conjuntos corales, teatro de títeres, etc., etc.” (Lux).
PROPÓSITOS Y OBJETIVOS
El 1 de agosto nació el Teatro de las Artes, al firmarse su declaración de principios,
redactada por el propio Seki Sano:
El plan del Teatro de las Artes es enteramente diferente […] Primero que todo,
nosotros vemos la absoluta necesidad de crear una escuela verdadera del arte
teatral, que hace tanta falta en México, y que es la única base para obtener un teatro
serio en el país que eche las raíces que más tarde producirán frutos bellísimos.
Es ya tiempo de darse cuenta de que los artistas de teatro no se improvisan, sino
que requieren años de entrenamiento diario y estudios concienzudos/ Hemos
elegido para la escuela […] un grupo de autoridades en este arte… preparadas
para enseñar y demostrar las diferentes técnicas del teatro. No olvidamos ni por
un momento que estamos dedicados a la creación de un nuevo teatro, un teatro
realmente mexicano… el teatro mexicano actual todavía se aferra a la tradición
antigua española o trata de imitar la revista “yanqui”. Los actores y actrices
mexicanos todavía declaman sus papeles en un estilo “cursi” de antaño, cuando
deberían desarrollar una forma de actuación nacional. Pero no es toda la falta de
ellos. No han tenido la oportunidad de aprender técnicas modernas usadas ya en
todo el mundo. Esto es precisamente lo que nosotros queremos darles, y después
ayudarlos a adoptar esas técnicas para crear una forma de teatro realmente
nacional que exprese la vida y la lucha de México y de su pueblo, en el pasado y
en el presente. (Sano, 36-37).
Para él, al igual que para muchos otros teatristas mexicanos, Usigli entre ellos,
existía ya la preocupación de crear un teatro “mexicano”. Seki Sano quiere mostrar
esa “mexicanidad” en la escena. Para ello, lo primero que necesita, es un espacio
donde se formen los actores y actrices en una técnica “nueva y moderna”.
52
El primer curso estaba programado para iniciar un entrenamiento de seis meses,
seguir con un periodo de ensayos y finalizar con presentaciones cuando el local del
Teatro de las Artes fuera inaugurado. Las actividades de la escuela iniciaron el 2 de
mayo de 1940. El entrenamiento que ofrecía, estaba orientado a futuros actores y
bailarines y se dividía en cursos teóricos y prácticos.
Al ver detalladamente el programa del entrenamiento, se puede observar que
el objetivo era formar personas con un amplio conocimiento de las artes y una
vasta cultura. Sobre todo, buscaba acercarlos al Sistema de Stanislavski; uno de
los cursos se llamaba así y estaba dedicado exclusivamente a ese método. Una
sinopsis de la materia: “Exposición detallada del mundialmente famoso método de
Stanislavski, como base indispensable de la escuela moderna de la actuación. Su
desenvolvimiento dentro del método de Meyerhold y otras importantes escuelas
contemporáneas del teatro.” (Lux).
Los cursos prácticos tenían que ver con la actuación, la voz y el entrenamiento
corporal. Brígida Murillo, en su tesis “La labor teatral de Seki Sano en México:
1939-1966, como maestro y director escénico”, hace un amplio análisis del
funcionamiento de la escuela del Teatro de las Artes y de la aplicación del sistema
Stanislavskiano.
Seki Sano buscaba un actor cuya formación fuera integral. Un individuo cuya
cultura general fuera extensa y cuyo cúmulo actoral debía haber ejercitado los
instrumentos propios del actor, cuerpo, emoción y psique, dentro del estilo realista.
Para acopiarse de ese bagaje, el actor debía ejercitarse continuamente, por medio
del montaje de escenas. Sus alumnos dan cuenta de ello en las entrevistas realizadas
por Brígida Murillo. Después de diez meses de trabajo, Seki Sano contaba con un
grupo de treinta actores y actrices, una Sección de Títeres y un grupo de bailarines
profesionales.
El programa constaba de las siguientes asignaturas:
Historia del teatro y del drama. Sistema de Stanislavski. Historia de la danza. Histo-
ria de la música. Historia de la literatura. Historia del Arte. Reglas de composición
de las diferentes artes. Herencia cultural de México. Folklore mexicano. Conferen-
cias sobre diferentes motivos relacionados con el teatro. Ejercicios elementarios
[sic] para la actuación. Entrenamiento de la voz. Entrenamiento de los actores y
las actrices. (Gimnasia, rítmica y biomecánica a cargo de Waldeen) (Lux).
53
Historia del Teatro no se dio como materia académica […] como un curso homo-
géneo, sino en forma aislada, según se iban presentando las oportunidades de
hablar de tal obra, de tal autor, de tal época […] En el programa estuvieron, pero
en realidad […] no hubo un curso coherente, no hubo seminarios, no hubo horas
especiales para dedicarlas a Historia de la Música, Historia de la Danza, se trató
muy circunstancialmente. (Entrevista).
Esto lleva a pensar que Seki Sano dio mayor peso al estudio de las teorías de
Stanislavski y Meyerhold y su práctica; en tanto que las materias académicas fueron
expuestas y aplicadas de acuerdo a las necesidades.
De mayo a noviembre de 1940, se llevó a cabo el primer curso de seis meses de
la escuela del Teatro de las Artes. Noventa personas se inscribieron. Para mayo
de 1941 sólo había veinticinco integrantes: dieciocho varones y siete mujeres.
El promedio de edad: veintitrés años. Por nacionalidad: veintidós mexicanos,
una cubana, una española y una francesa. Por ocupación: nueve oficinistas,
siete estudiantes de diversas carreras universitarias, cinco obreros de varias
ramas de la industria, tres estudiantes de primaria y un profesor normalista. Por
experiencia artística: once carecían de ella, siete habían participado en grupos
de aficionados, seis en grupos profesionales y uno había sido estudiante de
una academia neoyorquina hacía diez años. Por aspiración: veinte deseaban
ser actores, cinco directores y uno dramaturgo. De los veinticinco integrantes,
diecinueve ya eran graduados de la escuela del teatro de las Artes, seis habían
ingresado después de concluido el primer curso, y siete estaban comisionados
en la Sección de Títeres.
El “Boletín…” número 2, de septiembre de 1940, ofrece un informe de las
actividades desarrolladas de mayo a septiembre de ese año, describe el
plan de entrenamiento de actores, con base en cincuenta y tres ejercicios,
y el haber ensayado doce sketches seleccionados de veinticinco tareas de
memoria evocadora y observación, así como haber estudiado dos escenas de
“Fuenteovejuna”, y haber entrado en la nueva etapa, la de despersonalización:
FUENTES CONSULTADAS
“El Teatro de las Artes”. Lux, revista de los trabajadores, México. núm. 5, 15 de fe-
brero 1940.
Fuentes Ibarra, Guillermina. Cuatro propuestas escénicas en la ciudad de México.
Teatro Panamericanos, de las Artes de Medianoche y la Linterna Mágica. México,
UNAM-CONACULTA-INBA-CITRU. 2007.
María y Campos. Armando de. “El teatro”, Novedades. México, 17 de diciembre de
1946 y Veintiún años de crónica teatral en México, primera parte 1944-1950,
p. 168.
Seki Sano, “El Teatro de las Artes”. Lux, revista de los trabajadores, México. núm. 5,
15 de mayo de 1940. p. 35.
Seki Sano, “El Teatro de las Artes” en Lux, revista de los trabajadores. México. núm.
5, 15 de mayo de 1940, pp. 36-37.
“Surgirá un positivo teatro de los trabajadores en el nuevo edificio social de nuestra
organización. El Teatro de las Artes. Destacados artistas e intelectuales se han
agrupado para colaborar con el Sindicato Mexicano de Electricistas para la
realización de este importante objetivo cultural y social.” en Lux, revista de los
trabajadores, [ene. 1940].
55
Fundamentos de Teatrología 1 y 2, que se imparten el en primer año de la carrera.
Me invitaba porque para él, mi tarea como investigadora en el CITRU daba cuenta
de la experiencia en esta labor y la necesidad de compartirla con las chicas y jó-
venes que ingresan al Colegio.
El año anterior se había hecho un cambio al plan de estudios, con la finalidad
de “actualizar y renovar sus tareas académicas, bajo las condiciones sociales y
culturales del país”, que incluye como área de conocimiento, la Teatrología: el
área de reflexión del teatro, la teatralidad, la reflexión del hecho escénico o, como
diría Jorge Dubatti, el espacio para pensar el teatro.
En esta comunicación comparto mi experiencia y la de algunos de mis
exalumnos, a quienes, por correo electrónico o mensaje, solicité que respondieran
la pregunta: ¿para qué les sirvió, en su experiencia profesional y estudiantil, la
materia Fundamentos de Teatrología?
EL PROGRAMA
La materia Área de conocimiento de la Teatrología, es obligatoria, de tipo teórico-
práctico. El ciclo introductorio se imparte 4 horas a la semana, por 16 semanas,
total 64 horas.
El primer semestre consta de 2 unidades: Introducción a la Teatrología e In-
vestigación vinculada a los fundamentos de la Teatrología. Es una combinación
de introducción a los estudios del fenómeno teatral, los componentes del hecho
teatral, los agentes que participan en él y los agentes que reflexionan acerca
de él. Se hacen lecturas de autoras y autores —Érika Ficher Lichte, José Ramón
Alcántara, Jorge Dubatti, Juan Antonio Hormigón, Jorge Durand, con alusiones
a Thomas Kuhn Edgar Morin, Guillermina Baena, Loraine Blaxter, Ernesto de la
Torre, Bernardo Martínez— aunadas a la elaboración de un protocolo de inves-
tigación, por medio de una serie de ejercicios: acotar un tema de investigación,
buscar en diferentes repositorios, registrar fuentes y recopilar información para
elaborar y sustentar el plan de trabajo, que se desarrollará en el segundo semes-
tre.
El segundo semestre está compuesto por 5 unidades, donde, de manera
combinada a las lecturas que dan cuenta de los campos de estudio y las
corrientes teóricas de la Teatrología, se desarrolla, progresa y expone su trabajo
de investigación. Se leen y exponen textos de José Antonio Sánchez, Thomas
Postlewait, Bruce McConachie, Beatriz Trastoy, y a la vez, se van exponiendo los
problemas, dificultades y avances de su investigación.
LA PRIMERA CLASE
La primera clase es fundamental: es una clase de choque. Es importante, para
las y los jóvenes que se están introduciendo a la profesión y al campo teatral, que
56
sepan cuál es su entorno, qué se les ofrece y ante qué posibles dificultades y
problemas se van enfrentar.
Me presento, hago un planteamiento general del curso, leo las “Tareas
fundamentales [de la FFyL]”, el objetivo del CLDyT, les remito al Programa de la
materia en la página web del Colegio, entrego la bibliografía. Aplico un diagnóstico
para saber de dónde egresan, de qué alcaldías o municipios provienen, su interés
por la elección de la carrera, y en general, su nivel de “consumidores” culturales y
su conocimiento de autores dramáticos.
Procedemos a leer la definición de Teatrología del Diccionario… de Patrice
Pavis, y el artículo “Modelos simples de desarrollo artístico en México. Una
revisión neutral de las posibilidades de artista escénico”, de Alfonso Cárcamo,
quien muestra cómo es la trayectoria de egresados de escuelas de teatro,
cómo las relaciones sociales, cómo el pertenecer a una dinastía o tener cierto
fenotipo, pueden contribuir a un recorrido que, al final de la vida, el personaje
termine honrado en el palacio de Bellas Artes, o bien, el no contar con ello,
haga que a los tres, siete o diez años, el egresado desista de continuar; o en su
resistencia por seguir en el campo, sólo alcance, después de muchos años más,
que su familia pague los gastos funerarios. Esto tiene la intención de que los
estudiantes piensen en cuál es su ubicación social y su posible futuro laboral
como egresados de la carrera, en el país y el mundo; y cuestionen su disposición.
Continuamos la lectura de varias entrevistas; una con Giorgio Agamben: “Dios
no murió. Se transformó en Dinero”; otra con el filósofo italiano Fraco Berardi:
“La felicidad es subversiva” y una última, con el crítico de arte John Berger “Lo
que el arte ofrece es esperanza”.
Finalizamos con Cómo evitar el plagio… para que se percaten de que hay
una Ética académica; “El secreto de un alumno de 10”, consejos para que no se
rezaguen; y el Manual de las Modalidades de titulación en el Colegio.
TESTIMONIOS
A la botella que lancé al mar cibernético con la pregunta ¿para qué les sirvió, en
su experiencia profesional y estudiantil, la materia Fundamentos de Teatrología?,
la playa me regresó ocho respuestas:
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Brenda: la materia de Fundamentos de teatrología me sirvió como primer acer-
camiento, para tener una metodología de investigación y un proceso mucho más
ordenado cuando se busca abordar un tema —utilicé estas herramientas en dife-
rentes clases— y para tener un mayor rigor en la lectura y la observación de diver-
sas fuentes. (López)
Joshebed: La materia me sirvió, porque conocí el lado teórico del teatro… Es im-
portante que, siendo universitarios, sepamos conceptualizar, analizar, fundamen-
tar lo que hacemos. Conocer la parte teórica para después llevarla a la práctica,
es algo que no en todos lados enseñan. Y agradezco el pensamiento analítico, que
proporciona la materia. (Quiroz)
Ricardo Andrés: ha sido útil la materia… ya que sentó las bases para mi formación
como un actor integral. Hasta el momento, mi profesión como actor no ha sido
ortodoxa, puesto que no tiendo a ser simplemente un ejecutante de instrucciones
de un director de escena. Mi labor va más allá. Trabajo en una compañía teatral
que hace obras para niños y, además de fungir como actor, también desarrollo la-
bores de producción y de dramaturgia… Por otro lado, una vez que algún proyecto
ve la luz, analizamos el resultado y hacemos un examen general sobre lo que fun-
cionó y lo que no, para saber cómo mejorar nuestro trabajo. En este momento, por
ejemplo, estoy elaborando un informe académico sobre el proceso de creación de
una de estas obras, donde intentaré hacer una evaluación, tanto del proceso de
producción, como del resultado final. Esta materia, así como algunas otras de la
carrera, me ayudaron a desarrollar mi labor de manera más crítica y… a desarrollar
mis herramientas de investigación para la escena. (Torres Orozco)
58
Mariana: Fundamentos de teatrología era la clase a la que menos utilidad le en-
contraba en el teatro… Para ser sincera, acabé el curso sin saber muy bien por
qué era necesario estudiar el teatro así; sentía que era una pérdida de tiempo,
pues yo, al igual que muchos otros compañeros, lo que queríamos era hacer todo
el teatro posible… pero me fui contenta y satisfecha con mi trabajo final. // No
tardé mucho tiempo para empezar a ver, ya desde el lado crítico, no desde la in-
genuidad de una chica que está apenas descubriendo el teatro, la utilidad real de
la materia y la necesidad de tener a un buen maestro, que te acompañe durante
ese proceso. // En segundo año, cuando la generación se empieza a mezclar, des-
cubres que existen, personas destacadas en actuación, dirección, dramaturgia,
pero son escasas, las personas que resaltan por investigaciones sólidas, sobre
todo en las clases teóricas. // Ya para el TICA, me era evidente que, dentro de la
utilidad de la que hablo, también es estudiar el teatro desde adentro, desde el
proceso de “creación”, que tanto amamos los “artistas”. Es necesario ver la obra
de teatro como un estudio, para luego, hacer o no, todas las ocurrencias que que-
ramos, pero ya con fundamento, desde lo que ahora conocemos, no desde lo que
ignoramos. // Para el último año, se vuelve aún más evidente, la falta de forma-
ción de investigadores teatrales, que nada tiene que ver con aburridas personas
que critican… esas son otras, sino con personas conscientes de la historia que
estamos escribiendo. Teatreros que intentan reflexionar sobre su hacer teatral,
sus nuevas formas. En seminario de titulación, creo que se pierde mucho el tiem-
po en convencer a la gente por el amor a la investigación, en mostrar la forma
correcta de citar, de plantearse preguntas, hipótesis, pues son alumnos que no
reflexionaron desde el día uno, en la importancia de las ideas en papel. // Ahora
que justo me encuentro en este proceso de la escritura de mi tesina, muchas
veces he recurrido a mis apuntes de Fundamentos. Creo que en gran parte, si he
decidido titularme en esta forma, es a la semilla que la maestra Guillermina Fuen-
tes procura plantar en sus alumnos. // Un amor a la investigación, un deseo de
ser parte de la historia, de cuestionarnos siempre todo, que es diverso, a juzgar
siempre todo. Una forma divertida de mirar el teatro, de encontrar nuestra perti-
nencia y lugar, como generación y como individuos, desde el papel, que algún día,
si bien nos va, leerán otros. (Teyer)
Alicia: Al principio, cuando llevé la materia, pensaba que no servía para nada y
esa fue una de las razones, por la cual la reprobé en su momento. Sin embargo,
con el pasar de los años, creo que sí me ha servido, puesto que el teatro, al ser
tan práctico, muchas veces nos olvidamos de que necesita una parte teórica, nos
encontramos con muchos profesionales que no saben argumentar, investigar y
concretar ideas; por lo que yo considero que ahora, ya en el ambiente laboral (que
no es el teatral) me ha servido para saber concretar ideas en el papel y para la
investigación en cualquier rama. (Cabrales)
59
Finalmente. Fernando.
FUENTES CONSULTADAS
60
e-mail de Bárbara Zamora zamorabar@live.com.mx Para: Guillermina Fuentes Iba-
rra. 11 jul. 2019. 17:57
e-mail de Steven Lane steven_shinchan@hotmail.com Para: Guillermina Fuentes
Ibarra 13 jul.2019. 12:07
e-mail de Andres Torres Orozcoratoj@hotmail.com escribió 14 de jul 2019. l7:41
e-mail de Mariana Teyer mariana.teyer@hotmail.com Para: Guillermina Fuentes
Ibarra 15 jul. 2019. 13:53
e-mail de Alicia Cabrales Gutiérrez liz_.07@hotmail.com Para: Guillermina Fuentes
Ibarra 18 jul. 2019. 13:22
e-mail de Fernando Castillo Trujillo updown-strange@hotmail.com Para: Guillermi-
na Fuentes Ibarra. 14 ago. 2019. 22:53
Face Book, mensaje de Brenda López. 11 jul 2019. 18:43
Face Book, mensaje de Josechebed Quiroz. 11 jul 2019. 21:36
Face Book, mensaje de Alma Cooper. 12 jul 2019. 12:47
61
MARGOT
AIMÉE
WAGNER
[…] junto con las escuelas de educación preescolar y primaria, constituyen la uni-
dad de servicio público que ofrece una educación general básica, esencialmente
formativa. Su objetivo primordial es promover el desarrollo integral del educando
como un ser individual y social para que emplee en forma óptima sus capacida-
des en beneficio propio y de su comunidad. (Manual de Organización de la Escuela
de Educación Secundaria. SEP, 1981).
62
Se impulsa una visión integral de las artes para que el alumno logre apreciar las
manifestaciones artísticas del lugar donde vive, reconociendo múltiples posibili-
dades expresivas para comunicar lo que siente y piensa, a partir del disfrute del
trabajo que realiza en los diferentes lenguajes artísticos: danza, teatro, música y
artes visuales. (SEP. 2011).
63
Por primera vez en su vida, a los jóvenes se les enseña a respirar correctamente,
actividad vital de los seres vivos, lo que beneficia su salud integral y redunda en
una buena emisión vocal, misma que los participantes en estos talleres, trabajan
constantemente, llevando a cabo diversos ejercicios de fraseo, dicción y colocación
de la voz, facilitando su comunicación a través de un habla clara, sonora, que brinda
seguridad al emisor, quien ya no teme hablar en público, lo cual se ve reflejado no
sólo en sus exposiciones grupales, sino también en su vida cotidiana.
El entrenamiento corporal es también elemental para el desarrollo óptimo de los
adolescentes, quienes, en ocasiones, se encuentran a disgusto con su apariencia
física y no le prestan la debida atención a su cuerpo, lo que trae como consecuencia
posturas incorrectas o prácticas enfermizas como la anorexia, la bulimia, etcétera.
Mediante prácticas posturales, los jóvenes reconocen su cuerpo, aprenden a
amarlo y respetarlo, lo que les proporciona agilidad y destreza, que se manifiestan en
estabilidad corporal y contribuyen a superar las inhibiciones y fortalecer su autoestima.
Otro factor importante, es el desarrollo de la atención —por lo general dispersa
en los jóvenes— y de la imaginación, facultades que se han ido mermando a acusa
de la tecnología, que por su pasividad física, limitando la creatividad de su expresión
corporal.
Aprender a fijar la atención, logrando concentrarse en un objetivo propuesto,
facilita el proceso enseñanza-aprendizaje de los educandos; contribuir a despertar
su imaginación, les permitirá explorar su curiosidad e impulsar su inventiva.
Por último y no menos relevante, resulta conocer y ejercitar la expresión de
sus emociones, liberar sentimientos que lo afectan, muchas veces de manera
subconsciente, y lograr una catarsis, les permitirá descargar sus frustraciones de
manera saludable.
Una vez finalizado el ciclo escolar, los profesores solicitan, tanto a los participantes
como a algunos padres/madres, sus comentarios; los cuales resultan altamente
positivos.
La participación de los progenitores varía, dependiendo los lugares donde se
ubique la escuela: en las colonias marginadas, por lo general, no se interesan,
únicamente requieren que los hijos estén bajo vigilancia y no se involucran con las
actividades escolares; en cambio, en las zonas más prósperas, son las madres, en
general, quienes participan activamente, colaborando con el profesor y con el grupo,
lo que también beneficia la convivencia familiar, al mostrarle al joven que cuentan
con el apoyo y el interés de sus progenitores, no sólo en un buen desempeño escolar,
sino también en las actividades erróneamente calificadas como extra-escolares.
64
FUENTES CONSULTADAS
65
LUIS FERNANDO
OREA
RAMOS
66
y comisiones institucionales permitió generar una propuesta para modificar el plan y
sus programas de estudio, lo cual fue aprobado en 2007 e inició su aplicación en 2009.
El plan tiene dos nuevas áreas; Producción y Teatrología. Las asignaturas se
hacen seriadas, algo que no pasaba en el plan 85. Cuenta con asignaturas que
unifican los conocimientos previos, como Laboratorio de Puesta en Escena, así
como algunas optativas. Todo ello para favorecer la profesionalización artística, lo
que abrió un abanico de posibilidades.
Ahora, a más de diez años de distancia, surgen cambios y nos preguntamos si
dichos propósitos del plan cubren las necesidades y las expectativas de un profesional
del Teatro, toda vez que la carrera de LDyT se enfrenta en la actualidad, a diversos
factores sociales que la hacen compleja, y habría que definir qué conocimientos
requiere y cómo estos habrán de reflejarse en el ámbito profesional o laboral.
Por ejemplo, el propósito “Apoyar la formación de docentes dentro del área de la
Literatura Dramática y el Teatro” (FFyL F. d., 2007: 22), queda rebasado, por no contar
con asignaturas que favorezcan la realización del estudio para la actividad docente.
67
Además de la demanda en los espacios de creación artística, en las áreas de
la docencia y de la investigación, se requiere un gran número de egresados que
cubran niveles escolares, desde el preescolar hasta el bachillerato, así como las
escuelas superiores de teatro del país (FFyL F. d., 2007, pág. 10).
68
grupo y con lo primero que se va a enfrentar es con la elaboración de un plan, de
un programa, con sistemas educativos que desconoce, y sin saber cómo hacer una
crítica argumentada de los mismos.
Es cierto que hay espacios laborales en los cuales se diseñan los planes y programas
de estos sistemas educativos, donde requieren personas especialistas del área de
teatro para poder construir dichos contenidos, pero el egresado de la Facultad de
Teatro no puede laborar con ellos porque desconoce cómo se desarrolla ahí el trabajo.
¿Al profesional del arte escénico de la carrera de LDyT le basta con las áreas
actuales para enfrentar el trabajo en el aula frente a grupo? No, los profesionales de
la escena carecen de un área que les permita llegar preparados a estos espacios o
por lo menos tener noción de ellos. Se requiere formar en docencia al profesional
de la escena, incluir materias específicas para su profesionalización como docente,
aplicando la didáctica para darle a conocer aspectos esenciales: aprendizaje
significativo, constructivismo, aprender a aprender, aprender a aprehender y muchos
otros conceptos básicos que facilitan el aprendizaje y la relación del docente teatral
con el educando.
Si bien es cierto que en el perfil de egreso del plan 2007, como un objetivo
sustantivo, se habla de la capacidad para realizar distintas actividades, entre ellas,
la docencia (FFyL F. d., 2007), en la práctica no se cuenta con las herramientas para
ello. Sumado a eso, la realidad revela que no todos terminan los créditos y apenas
un porcentaje pequeño se titula. No obstante, un gran número de egresados, si no
es que la totalidad, se dedica a la docencia.
En contraste, los profesionales de la carrera de Geografía, aunque llegan en menor
cantidad a una institución educativa, cuentan con bases de docencia. Ejemplo de
ello es que El Colegio de Geografía, de la FFyL, les ofrece de forma opcional a sus
estudiantes, para que tengan las bases para un posible espacio laboral como la
docencia, cuatro asignaturas: 1) Seminario de Enseñanza de Geografía Económica,
2) Seminario de Enseñanza de Geografía en Bachillerato, 3) Seminario de Enseñanza
de Geografía en Secundaria y 4) Seminario de Enseñanza de Geografía Política
(FFyL C. d.: 3)
El profesional del Teatro se destaca por sus capacidades escénicas, sin embargo,
en nuestro país, los espacios para generar teatro “profesional” son reducidos y en
muchos casos demagógicos para el desarrollo profesional, por lo que le resulta
pertinente pensar que existen otras formas de hacer teatro.
69
de su arte, el alumno podrá participar en los diversos procesos de la creación
teatral, tales como: la dramaturgia (creación de textos dramáticos, adaptaciones,
traducciones, etc.), la dirección escénica, la actuación, la docencia, la producción,
la administración y la difusión cultural, así como la crítica, la investigación, y la
generación de conocimientos, coadyuvando así a la creación, al estudio y a la
promoción de la cultura y las artes como bienes sociales y fuentes de bienestar
colectivo.” (FFyL F. d., 2007: 10).
Viene al caso recordar que, en nuestro contexto, el teatro tiene un lugar poco
favorecido al plantearse dentro de la docencia, porque no se considera y en la
realidad se niega, empezando por la gente del Colegio de Teatro, al no considerar a
la docencia como parte de su perfil de egreso. Todos en la Facultad de Teatro niegan
que darán clases, cuando en la realidad su principal ingreso económico viene de la
docencia y después de su trabajo profesional sobre el escenario.
El examen de oposición en 2017 para el área de teatro, por ejemplo —la SEP
lo realiza cada año—, únicamente lo presentaron 59 aspirantes; no todos eran de
teatro y quedaron plazas libres (SEP S. P., 2017).
70
la realidad y la práctica, y no sólo desde lo teórico o académico (1973). Quienes viven
en la práctica de la docencia deben de aportar en la construcción del currículum y
no sólo los académicos dentro de las instituciones de educación superior, como lo
menciona el plan de estudios vigente.
Laura Márquez (1995) retomando la idea de Franklin Bobbitt, refiere que es
fundamental que los participantes, en este caso los egresados que salen al mundo
a vivir el ámbito laboral, sean los que indiquen las habilidades, las actitudes, hábitos,
apreciaciones y formas de conocimiento que los individuos necesitan para la labor
profesional de la docencia.
Utilizar este tipo de investigación cualitativa es fundamental al hablar de recabar
la experiencia de los sujetos involucrados, que al mismo tiempo es sistemática y
con procedimientos rigurosos, aunque no necesariamente estandarizados, nos
proporcionará datos cualitativos para su análisis. (Taylor, 1994),
Conocer el contexto de la labor docente fuera del ámbito de educación superior,
nos permitirá obtener datos descriptivos para evaluar y contrastar el actual plan
de estudios de la carrera de LDyT y para conocer las necesidades tanto de los
egresados como de la misma carrera.
De acuerdo a Hilda Taba es importante retomar el primer punto de acuerdo a
su planificador de currículum: “El Diagnóstico de las necesidades”, para darle una
posible solución (Márquez Algara, 1995). Esto permitirá obtener fundamentos
académicos, sociales, culturales y profesionales que argumenten de forma clara y
objetiva las modificaciones que se propongan aplicar al plan del 2009.
71
FUENTES CONSULTADAS
72
YESSICA ZULEMA ATZIMBA
PÉREZ
RÍOS
1 El término ‘teatrista’ se ha impuesto desde hace unos quince años en el campo teatral argentino; es una
palabra que encarna constitutivamente la idea de diversidad: define al creador que no se limita a un rol teatral
restrictivo (dramaturgia o dirección o actuación o escenografía, etc.) yo agregaría docencia.
73
tipo de saberes, por ejemplo, las artes. A comparación de las ciencias exactas, las
artes pueden decirnos, compartirnos y expresar lo no medible, lo no tangible, las
emociones y las sensaciones, que en el teatro se encarnan a través del cuerpo. El
cuerpo como repertorio donde se almacenan infinidad de saberes.
Con bases científicas en las neurociencias, en los últimos años se han realizado
diversos estudios sobre la aplicación de las artes y su impacto en la educación,
tanto formal como no formal. Los resultados de dichas investigaciones han
apuntado hacia una interesante trasformación en quienes se han involucrados en
estos procesos, un ejemplo de ello se encuentra en la colección de publicaciones
Applied Theatre, libros publicados en Londres bajo la editorial Bloomsbury, en 2015.
¿Por qué son importantes las artes en el desarrollo humano?
Hay muchas respuestas a esta pregunta, que iré atendiendo a lo largo de esta reflexión.
De inicio planteo los problemas económicos, políticos, y sociales por los que
atraviesa nuestro país y que repercuten en la educación, en la cultura y en las artes.
El sistema económico en el que vivimos, prioriza los valores del mercado. Han
arraigado en nuestra sociedad, formas de vida que se basan en el consumismo;
las artes son consideradas una actividad que económicamente retribuye poco a
la economía del país; la globalización nos ha llevado a la pérdida de tradiciones
y costumbres que generaban sentido de pertenencia e identidad a los individuos.
Cada día, la inseguridad nos orilla a encarar un egoísmo latente, la velocidad con la
que vivimos nos impide detenernos a mirar al otro, hemos perdido valores esenciales
para la convivencia humana.
En el sector de la población que me interesa abordar: la infancia y la adolescencia,
encontramos que gran número de niños y jóvenes viven el abandono de los padres,
quienes deben salir diariamente a trabajar por salarios precarios, para solventar los
gastos diarios de la casa, de modo que las figuras parentales la mayor parte del
tiempo no están disponibles para sostener emocional, física e intelectualmente al
infante, y ocasionando que los adolescentes y jóvenes, por falta de oportunidades
laborales y escolares, se inclinen a las adicciones y las actividades ilícitas.
El contexto social está cada vez más fragmentado y pareciera que no hay cómo
sanar las grietas que marginan y excluyen a diversos sectores de la población. A
pesar de que este panorama no es nada alentador, considero necesario comenzar
a percibir lo que desde mi punto de vista se debe realizar y cumplir mediante la
educación, con todos nuestros sentidos, sensibilizarnos, ponernos en acción a
reconstruir el tejido familiar, escolar y social.
La educación artística es pertinente en las actividades colectivas y en la
importancia de la vida en comunidad. Desde su origen, las artes escénicas platean
las bases para significar el mundo y nuestra presencia en él, siendo la educación
artística un catalizador de sociedades pacíficas, en las que se puedan imaginar y
construir las posibilidades de un cambio a largo plazo; considero por ello, que es de
74
suma importancia su aplicación desde una edad temprana, cuando la plasticidad
cerebral favorece a los procesos de aprendizaje y cognición.
Otra problemática que planteo, tiene que ver con el desarrollo biológico que
tenemos todos los seres humanos. Antes se pensaba que el desarrollo físico, el
cognitivo y el social se manifestaban de maneras separadas y por ende, se debían
estudiar de forma aislada; no es así, uno es consecuencia del otro, conforman un
tejido que se desarrolla a la par.
La mayoría de currículos de la educación pública, herencia de la postura positivista
fundada como respaldo de pensamiento cartesiano, prioriza las asignaturas lógico
matemático y lógico racional; el desarrollo del lenguaje matemático, la gramática y
la lecto-escritura acaparan el mayor tiempo lectivo de los currículos y pocas veces
se desarrollan en las escuelas, las habilidades emocionales o de reconocimiento
del propio cuerpo.
75
en las habilidades motoras y sensoriales, que serán las bases del desarrollo de
las etapas posteriores. “Sus huesos y músculos son más fuertes, su capacidad
pulmonar es mayor, lo que permite correr, saltar y escalar más lejos, más rápido
y mejor.” (Diane E. Papalia). Considero que es la edad óptima para que los niños
tengan su primer acercamiento a las artes escénicas, cuando, a partir del cuerpo en
movimiento, se construye el conocimiento.
Una de mis primeras experiencias en el ámbito de la educación preescolar, fue
mientras cursaba la materia de Didáctica 1, a cargo de la maestra Patricia Argomedo
Wiss. Una de las prácticas que caracterizaba ese curso, se relacionaba con impartir
una clase de “teatro” a niños de preescolar dentro del Campus Universitario.
Fue una experiencia impactante. A través de un juego dramático, involucramos a
los niños en la actividad que, junto con otras dos compañeras, teníamos preparada.
En un inicio, el grupo de aproximadamente 25 niños de 4 años, era controlado por
sus profesoras, dos docentes jóvenes de corporalidad rígida y nada amable, que
imponían su autoridad con gritos y miradas desafiantes. Al iniciar nuestra actividad
los niños se mostraban dispersos. Después de unos minutos, los gritos y las miradas
por parte de sus maestras, fueron innecesarios.
Mis compañeras y yo estábamos sorprendidas de haber captado su atención
tan fácilmente y sin necesidad de alzar la voz, sorprendidas de haber logrado que
los niños se mostraran alegres, disponibles y participativos. El cierre de nuestra
actividad fue con un trabajo manual, que apoyaba su participación en el juego
dramático, durante ese momento nos relacionamos directamente con ellos, les
repartíamos el material personalmente, los niños nos hacían preguntas sobre sus
trabajos, o nos contaban alguna anécdota, y nosotras atendíamos.
En ese momento, un niño que me había llamado, se quedó mirándome de una
forma muy peculiar y me dijo, mientras miraba a mis compañeras: ¿Ustedes son
maestras o son humanos? Me quedé paralizada, no supe qué respuesta darle. De
hecho, me parece que ni siquiera le respondí. No pude responder al cuestionamiento
ontológico de un niño de 4 años. ¿Cuál es la naturaleza de una maestra de preescolar?
¿Los gritos y miradas retadoras?
Esa anécdota regreso a mí mientras leía Arte y Creatividad en Reggio Emilia. El
papel de los talleres en la educación infantil y sus posibilidades, donde se cuestionan
y se toman en cuentan los aportes y cambios que se pueden generar en los currículos
escolares, a partir de involucrar a personas con formación artística en los procesos
educativos.
76
experiencia importante que viví en la práctica de campo de la clase de Didáctica
del Teatro, con el proceso educativo integral que recibí en el Colegio de Literatura
Dramática y Teatro en la UNAM, y con una visión particular y personal de lo que
desde mi perspectiva, sucede y es urgente que se atienda.
Tomando en cuenta que un gran número de los egresados del Colegio, se
desarrollan como docentes, considero que la formación para la docencia es
también o debiera ser, un área de conocimiento tan importante como la actuación
o la dramaturgia que forman parte del plan de estudios, ya que considero que un
docente tiene tanta responsabilidad como un director de escena, quien trabaja con
discurso en donde hay un emisor y un destinatario: ¿Qué le transmites al otro y
por qué? La práctica docente y la práctica teatral no están desvinculadas, ambas
exigen un arduo proceso de investigación y fomentan la asistencia a experiencias
estéticas.
Pienso que sí existen más egresados que se interesen en las prácticas educativas,
existirían más profesionales que abogaran por crear políticas educativas y culturales,
donde se legitimen las artes por su poder transformador, como un derecho y como
una necesidad para el desarrollo integral de los niños, jóvenes y adultos, así como lo
anuncia y propone la UNESCO en la Hoja de ruta crítica para la educación artística.
(Hoja de Ruta Crítica para la Educacion Artística. Conferencia Mundial sobre la
Educación Artística: construir capacidades creativas para el siglo XXI).
Acercarnos a los procesos educativos no sólo enriquecerá nuestra labor artística,
sino que contribuirá a generar los cambios que el sistema educativo requiere, a
diseñar dispositivos de utilidad para ser aplicados en procesos educativos, y
a desarrollar la epistemología de los saberes que se aplican en las prácticas de
enseñanza-aprendizaje de las artes escénicas.
77
FUENTES CONSULTADAS
Diana E. Papalia, Sally Wendkos Olds, Ruth Duskin Feldman. A Child´s World: Infancy
Trough Adolescence. McGraw-Hill, 2004. Impreso.
Dubatti, Jorge, Teatro argentino y destotalización. Buenos Aires, 2003.
<<Hoja de ruta crítica para la educación artística. Conferencia mundial sobre la
educación artística: construir capacidades creativas para el siglo XXI>> Lis-
boa, 2006. Electrónico. http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/
HQ/CLT/pdf/Arts_Edu_RoadMap_es.pdf
Lepecki, André <<Coreopolicía o coreopolítica o la tarea del bailarín>> 2016. Digital.
http://cultura.nexos.com.mx/?author_name-andre-lepecki.
Michaud. Yves. “¿Enseñar arte?: Análisis y reflexiones sobre las escuelas de arte”
INBA, 1999. Digital.
Modelo educativo para la Educación Obligatoria. Ciudad de México: SEP, 2017.
Digital. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/198738/Modelo_
Educativo_para_la_Educacion_Obligatoria.pdf
Morín, Edgar. Introducción al pensamiento complejo. Barcelona. Gedisa. 1995. Impreso.
SEP. Propuesta para la educación básica. Ciudad de México. SEP. 2016. Digital.
78
ARMANDO
PARTIDA
TAIZAN
79
// Búsqueda de efectos lumínicos; agudizando el ingenio creativo ante la ausencia
de apoyos económicos.
El interés de Usigli por el teatro mexicano y la teoría del “Drama” –como a él le gustaba
referirse, al concebirlo como “acción”–, no era nada nuevo, ya que había escrito:
“México en el teatro” (1932), “Caminos del teatro en México”; un extenso prólogo a la
magna obra en dos tomos: Bibliografía del teatro en México (1933), del dramaturgo,
crítico e investigador Francisco Monterde (1894-1985). Años después, aparece el
célebre Itinerario del autor dramático (1940), compilación de libretos radiofónicos,
producto de sus estudios de composición dramática en el Drama Department de
la Universidad de Yale, a donde fuera becado por la Fundación Rockefeller, junto
con Xavier Villaurrutia; habiendo renunciado a la Oficina de Prensa del presidente
Lázaro Cárdenas (1936). En tanto Anatomía del teatro (inicialmente en fascículos,
aparecidos en El Universal, 1947), se publica íntegra en 1967.
En 1941, Rodolfo Usigli se une al curso de Práctica Teatral, con el de Análisis del
texto teatral.
A partir del Itinerario del autor dramático, su curso de Teoría y Composición
Dramática, fundamenta académicamente el trabajo teórico-didáctico de los
dramaturgos mexicanos Emilio Carballido (1925-2010), Luisa Josefina Hernández
(1928), Jorge Ibargüengoitia (1828-1983); entre otros. Esa estética dramatúrgica
suya, forma a la mayoría de los autores dramáticos, actores y directores, surgidos
en México a partir de la década de los años cincuenta.
Una vez que Usigli ingresa en la carrera diplomática, Luisa Josefina Hernández —
maestra en Letras inglesas— se convierte en heredera de esa cátedra junto con Jorge
Ibargüengoitia; en lo que vendría a ser la licenciatura de Literatura Dramática y Teatro;
aportando su propia concepción teórica y pedagógica sobre la teoría dramática; en
particular, sobre el análisis de los géneros dramáticos; derivada — seguramente— de
sus estudios, gracias a la Beca Rockefeller, en la Universidad de Columbia, NY, 1955.
Dicha corriente teórica sigue presente hasta el día de hoy en dicho Colegio.
80
y Bellas Artes, se anuncia, el 30 de agosto, el curso de Práctica teatral, a cargo
del “señor profesor Fernando Wagner”, en la que el maestro pondrá en práctica su
aprendizaje sobre la puesta en escena, habiendo estudiado las teorías escénicas de
Max Reinhardt y Leopold Jessner, en la licenciatura en Ciencias y Artes Teatrales de
la Universidad de Berlín.
La práctica teatral de Wagner se plasmó sobre el escenario del Teatro de
Orientación –fundado por Celestino Gorostiza–, en mayo del siguiente año, con
cuatro escenificaciones, una de ellas, Riders of the sea, de John M. Synge, en inglés,
con escenografía del pintor de origen húngaro, Günther Gerzso (1915-2000). Pero
es indudable que los mayores frutos los obtiene con la escenificación de Bunbury o
la importancia de ser formal, de Óscar Wilde, en noviembre del mismo año.
El 8 de septiembre del año siguiente, el curso Práctica teatral de Wagner, pone de
manifiesto su aprendizaje en Alemania, con la escenificación, en el Palacio de Bellas
Artes, de Peribáñez y el comendador de Ocaña, para conmemorar el tricentenario de
la muerte de Lope de Vega. Escenificación que abole la pronunciación a la española
y su vieja escuela de actuación, con la que surge una nueva generación de actores
y la creación del espacio escénico gracias a la iluminación.
En 1948 se añade una asignatura más a las optativas del Departamento de
Letras: Dirección, a cargo también de Wagner.
Entre traducciones bilingües de poesía alemán-inglés, adaptaciones de teatro
mexicano, y ensayos y traducciones de dramaturgia alemana, destacan, su te-
sis de maestría: Aspectos del teatro realista y del teatro poético como problemas
de actuación, y, en particular, su Teoría y técnica teatral (1952,1959, 1970, 1986,
2018).
81
Pablo Salinas, Héctor Mendoza –dramaturgos y docentes–, Raúl Cardona –actor y
director cinematográfico–, Raúl Kampfer –cineasta–; Javier Loyá –actor–, Alberto
Pedret y Alfonso de la Vega; entre otros, y como invitados de la EAT: Carmen Herrera
y Carlos Ancira.
Si el interés de Usigli era formar dramaturgos profesionales y el de Wagner formar
actores y directores, el de Ruelas era formar docentes, capacitados para esta tarea,
como él mismo lo consideraría:
Historia del teatro universal […] a cargo del profesor Rodolfo Usigli; Teoría y com-
posición dramáticas, a cargo también del profesor Usigli; Técnica teatral a cargo
del licenciado Enrique Ruelas, y Técnica teatral superior (dirección de escena) a
cargo del maestro Fernando Wagner. […] Firmado por el Dr. Samuel Ramos, direc-
tor de la Facultad (A. Wagner, 2011:24).
83
las teórico-prácticas, no se descuidó la práctica escénica, como lo constatan
las diversas escenificaciones de las que surge un amplio inventario de actores,
directores, promotores teatrales y dramaturgos, que acaparan las carteleras del
Teatro universitario y profesional, en las siguientes décadas.
En sus ensayos, la maestra Aimée Wagner Mesa señala que, en la comisión
directiva de dichas temporadas, participan quienes habían establecido los estudios
universitarios de teatro en la Universidad: el triunvirato Rodolfo Usigli, Fernando
Wagner y Enrique Ruelas. Comisión en la que fungió como secretario, Héctor
Mendoza.
84
de Teoría y composición dramática y para fundamentar los trabajos escénicos de
los alumnos, crea el Laboratorio de teoría y composición dramática.
ESCENARIOS
A pesar de no contar con un foro, la práctica teatral desarrollada por profesores y
alumnos fue prolífica, hasta que, en 1964, se instrumenta, abierto a todo público,
el espacio conocido como Teatro Fernando Wagner, para la práctica docente y
para las escenificaciones de los estudiantes, del cual surgen varias generaciones
de actores, directores, docentes, investigadores, críticos teatrales, promotores
teatrales y culturales; incluso técnicos. Dicho espacio ha sido testigo por igual de
conferencias, seminarios de experimentación teatral y cursillos.
En 1967, para cumplir con uno de los objetivos de carácter pedagógico en los
planes de estudios de las licenciaturas en la UNAM, se reestructura el de Literatura
Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras, y se amplía:
EFEMÉRIDES
En 1973, el doctor Carlos Solórzano es nombrado jefe del Departamento, en
substitución de la maestra Hernández, quien, a su vez, es designada asesora de la
División de Estudios Superiores de la Facultad.
Ese mismo año, Héctor Mendoza refrenda su estética escénica contemporánea
de los clásicos del siglo de oro español en la relectura de El melancólico, de Tirso
de Molina (Fray Gabriel Téllez, 1584-1648); ciclo que había iniciado en 1966, con la
85
memorable puesta de Don Gil de las calzas verdes, de Lope de Vega (1562-1635),
en el Frontón cerrado de C. U.
Al respecto de la concepción escénica de El melancólico, Mendoza comenta:
[…] consciente de las resistencias del mexicano hacia la literatura clásica españo-
la, hago un tipo de puesta en escena de modo que ésta por sí misma sea un atrac-
tivo para el público mexicano contemporáneo, esperando que con esto el público
reconsidere su oposición a los clásicos españoles y vea los valores que todavía
existen y termine por preciarlos (García Flores, 1974: 10).
Habiendo sido ya aprobado por los asesores del Colegio de Pedagogía, este
proyecto se vino abajo por votación democrática; en particular de los alumnos de
87
primer semestre del año escolar 1984-1985; lo que obliga a renunciar al jefe del
Departamento en 1985.
Como consecuencia, se reformó el proyecto aprobado, se excluyeron algunas
de sus propuestas: la del Tronco común de cuatro semestres, como Diplomado;
la eliminación de la Terapia ligera de grupo y del Acondicionamiento físico, que
fueron sustituidos por Danza, Música, Canto y Pantomima, como en las academias
profesionales de teatro; y la asignatura de Producción ejecutiva, por Producción
teatral; etcétera.
Este sería el primer indicio del cambio de la filosofía inicial de la enseñanza en la
licenciatura de Literatura Dramática y Teatro de la FFyL / UNAM.
Durante este mismo período los profesores Óscar Zorrilla, Gabriel Weisz y Nicolás
Núñez, en colaboración con el Instituto de Investigaciones Biomédicas, el de Investi-
gaciones Antropológicas y la Coordinación del Sistema Universidad Abierta, del que
es director el propio doctor Zorrilla, fundan el Seminario de investigaciones etnodra-
máticas, que se interesa en el estudio del Cerebro ritual y cuyo manifiesto propone:
abrir un área de investigación que analice los principios rituales de los que surgió
el teatro, para establecer un modelo que permita la idea de que este teatro es, ante
todo, un proceso de trabajo interno, lo cual llevará a enriquecer constantemente el
área práctica de la parateatralidad (Zorrilla y Weisz, 1984: 23).
Parateatralidad entendida como “el fenómeno espectacular que ocurre fuera del
escenario tradicional [y que] posee sus propios instrumentos, técnicas y espa-
cios” (Zorrilla y Weisz, 1984: V).
88
Universidad (Arcos Caracol), el teatro de Santa Catarina, los espacios del CUT (de
San Lucas), el Teatro de Arquitectura y el Sótano del mismo, para las escenificaciones
de los profesores de actuación o dirección, o para el ciclo de trabajos surgidos del
Taller de Dirección, iniciado por la actriz y profesora Soledad Ruiz, que tuvieron como
recintos, la Sala Julián Carrillo y el teatro Legaria, de donde surgieran varios de los
directores y actores que se integraron muy pronto al teatro profesional y la televisión.
Hay que mencionar que varios de dichos montajes, participaron también como
invitados, en Festivales Internaciones; por ejemplo: el Festival Internacional de
Teatro de Caracas en 1983, con la escenificación de Armas blancas, trilogía de
Víctor Hugo Rascón Banda, dirección de Julio Castillo y escenografía e iluminación
de Alejandro Luna.
Destaca entre los foros, coloquios y encuentros de 1982, el primer Coloquio
Nacional sobre la Problemática de la Enseñanza de la Actuación en Instituciones
de Enseñanza Superior, celebrado en la Unidad de Seminarios Ignacio Chávez de la
Universidad.
Héctor Mendoza se hace cargo de la Jefatura de 1985 a 1986, y, en una Facultad
de Filosofía y Letras que nunca ha contado con un presupuesto directo fijo para los
montajes de sus docentes y alumnos, dedica sus esfuerzos a apoyar una escuela
de actuación, objetivo que surgió del establecimiento del nuevo plan de estudios,
instaurado en 1985, que contemplaba:
89
EL COLEGIO DE LITERATURA DRAMÁTICA Y TEATRO
Una nueva época se inició en 1986, con la designación en la Jefatura de la maestra Ai-
mée Wagner Mesa y el establecimiento del Colegio de Literatura Dramática y Teatro.
A partir de este momento es necesario efectuar un apretado resumen de los
coordinadores del Departamento y del desempeño que, ellos y los sucesivos
profesores del Colegio de Literatura Dramática y Teatro, tuvieron en su desarrollo:
El profesor Gabriel Weisz, a su regreso de la Universidad de Nueva York –gracias a
la Beca Rockefeller–, donde se relaciona con el director, docente e investigador Richard
Schechner, introduce entre sus alumnos, la corriente de “Teatro Personal”, rechazando
la teatralidad tradicional, a través de lo que pudiéramos definir como una manifestación
de la parateatralidad, que devendría posteriormente en la performatividad.
Es de mencionar por igual, el interés por la investigación, que impulsa a los
doctores Carlos Solórzano, Gabriel Weisz, Anna Gutman y Armando Partida, a fundar
el Seminario de las artes escénicas.
Al mismo tiempo, durante el período que la profesora Soledad Ruíz funge como
coordinadora del Colegio, 1991-1992, se realiza el Coloquio la Literatura Dramática
y el Teatro Hoy, en el que se presentan 22 ponencias sobre la exploración, el análisis
y debate del deber ser del egresado:
Las mesas redondas abordaron los siguientes temas: definición y perspectivas
del lenguaje dramático, literario y teatral; el teatro en México en los últimos años,
su estado actual y sus perspectivas; la formación teatral del actor, del director, del
dramaturgo y el investigador […] “plataforma inicial para abrir un proceso encaminado
a la elaboración de un nuevo plan de estudios” (A. Wagner, 2011: 69).
En 1993, al ser designado coordinador del Colegio, el Dr. Manuel González
Casanova, egresado de la maestría en Literatura Dramática y Teatro, prosiguen las
actividades tanto del Departamento como del Colegio y se celebra:
el primer Coloquio sobre la Enseñanza del teatro en la UNAM, que reunió durante
tres días […] a maestros del Colegio de Literatura Dramática y Teatro, del Centro
Universitario de Teatro (CUT), y de los diversos plateles de la Escuela Nacional
Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades […] no sólo enriqueció la
vida colegiada, sino que nos brindó la oportunidad de establecer criterios comu-
nes en torno a la formación y el aprendizaje de un arte tan complejo como el teatro
(A. Wagner, 2011: 72).
90
Debido a haberse rebasado las necesidades del Colegio, los alumnos –como en
el 73 lo hicieran con el Foro Isabelino– toman el Teatro Arquitecto Carlos Lazo de la
Facultad de Arquitectura.
Por su parte, el rector Barnés de Castro, la directora de la Facultad de Filosofía y
Letras Juliana González, y el Coordinador de Humanidades Humberto Muñoz, llevan
a cabo la remoción y adaptación el auditorio Justo Sierra, como un foro teatral, Cine
Club y espacio para actividades académico-culturales. Gracias al apoyo de la Japan
Foundation, se equipa como foro teatral; además de dotarlo de un telón contra
incendios; al igual que los teatros profesionales, gracias a la iniciativa del profesor
López Aldeco.
En la ceremonia de inauguración, marzo de 1998, el profesor José Luis
González Ibáñez dirige el espectáculo Homenaje a García Lorca y posteriormente,
la Cátedra Extraordinaria Sor Juana Inés de la Cruz, a su cargo, presentó la Loa y
auto sacramental El Divino Narciso, de la monja Jerónima; y el profesor Germán
Castillo, con alumnos y exalumnos, en octubre de ese mismo año, estrena La
culpa busca la pena y el agravio la venganza, de Juan Ruiz de Alarcón. El maestro
Gonzalo Celorio, entonces director de la Facultad, lo elogia de esta manera, en el
programa de mano:
Regresar al texto de este autor [Ruiz de Alarcón], al que Usigli reconociera como
“el único renacentista en las letras del México poscortesiano”, nos lleva pues a
definir una cualidad primigenia del teatro universitario: la de rescatar y experimen-
tar con aquellas obras que sólo pueden realizarse en el ámbito de la Universidad
y, particularmente en la Facultad de Filosofía y Letras. Aquí el material dramático
significa y representa de otra manera al público, pues se sustenta en una sólida
base académica. La puesta en escena es, entonces, un proyecto que resulta de
una actividad académica y una formulación docente.
Siendo coordinador del Colegio, Luis Mario Moncada, entre los diversos eventos
que, para celebrar el cincuentenario de la instauración de la Sección de teatro en
1949, se organizan en marzo de 1999, se realiza el Tercer Congreso Nacional de
la AMIT, en el cual se incluye la participación de un colectivo surgido del Colegio,
fundado y dirigido por el ex alumno José Roberto Hernández: la Compañía de Teatro
en Vecindades, uno de los grupos callejeros e independientes, conformados por los
egresados interesados en el rol social del teatro, como el propio Roberto Hernández,
cuyo siguiente proyecto fue el de Teatro en las prisiones o su grupo de Teatro con
las prostitutas de la Merced.
Los festejos concluyeron con el inicio de la Huelga estudiantil y el cierre de las
instalaciones universitarias, y se mantiene por el resto del año. Si bien la huelga se
levanta el 6 de febrero, sólo el 23 de abril se reanudan las actividades académicas,
91
con el infortunio de que elementos ajenos a la Universidad han ocupado el
Auditorio Justo Sierra, lo cual impide su utilización, a partir de ese momento, para
la presentación de los trabajos escénicos de profesores y alumnos. Por fortuna la
cortina contra incendios, permitió la recuperación del escenario convertido en aula-
escenario.
Por otra parte, además de las actividades y escenificaciones habituales:
[Uno] introductorio de dos semestres cuyo fin es relacionar a los estudiantes con
las diversas disciplinas que conforman el hecho escénico, proporcionándoles los
fundamentos necesarios. Un ciclo formativo a partir del tercer semestre que in-
cluye, además de las asignaturas obligatorias y optativas las denominadas obli-
gatorias de elección que se distribuyen en las cinco áreas del conocimiento, a
saber: Teatrología, Dramaturgia, Dirección, Actuación y Producción (A. Wagner,
2011: 79-80).
92
A partir de 2009 se pone en marcha un nuevo Plan de estudios del Colegio, que
incluye dos nuevas asignaturas prácticas: Laboratorio de puesta en escena y Taller
integral de creación artística; que acaparan las actividades del alumnado en las
escenificaciones que se derivan de ambas asignaturas; a las que hay que agregar
la presentación de los trabajos escénicos de los alumnos en las temporadas
teatrales de Primavera y Otoño, lo que distrae la atención a las asignaturas
teóricas en todos los semestres. Por esta razón, las discusiones sobre este nuevo
Plan de estudios, consideran incluso cambiarle el nombre a Colegio de Teatro;
sin tomar en cuenta que esta actividad ya la desarrolla el Centro Universitario de
Teatro (CUT).
Por otra parte, la multiplicación de asignaturas teóricas y teórico-prácticas
obligatorias, correspondientes a cada área, la generalidad de sus contenidos y su
brevedad, no permiten profundizar ni interrelacionar conocimientos. De manera que,
si bien se decía que el Plan de estudios anterior formaba “todólogos” –del cual
surgieron muchos de los docentes hoy incorporados al Colegio y a las licenciaturas
y maestrías de otras universidades del país, de críticos, dramaturgos, investigadores
como los que conforman la mayoría de los del CITRU, organismo que incluso ha
instituido una maestría en Investigación–, en el Plan de estudios actual no se
evidencian cambios en relación al panorama anterior.
al panorama anterior. De manera que, con estos cambios en el Plan de estudios
vigente, podemos considerar que se ha liquidado la filosofía de la enseñanza que
prevalecía en los precedentes.
COMENTARIO FINAL
Si bien el anexo de la Facultad ya cuenta con un espacio múltiple, denominado Foro
José Luis Ibáñez, en el área de producción y diseño, en una Facultad de Filosofía
y Letras como la nuestra, siguen ausentes espacios para el diseño y construcción
escenográfica, con depósitos, almacenes, elaboración de vestuario y, sobre
todo, dotados de presupuestos propios para la realización de las producciones
estudiantiles o las que se deriven de los Laboratorios y de los Talleres.
93
FUENTES CONSULTADAS
94
MARIO
ESPINOSA
RICALDE
RADICALIZAR
Comienzo por radicalizar y contextualizar; entendiendo por radicalizar: dirigirse
hacia la raíz de las cosas. El CUT es una institución que forma parte de la UNAM
desde hace casi seis décadas, ya que se fundó en junio de 1962. Su vida ha estado
dedicada en todo momento al teatro y, más específicamente, a la formación
teatral, independientemente del estatus académico, administrativo o jurídico
que ha tenido a lo largo de su historia. Durante este periodo, el CUT ha vivido
muchas transformaciones, aunque también ha mantenido constantes claramente
identificables, como si formaran parte de su ADN.
HÉCTOR AZAR
Desde su nacimiento, como parte de la Dirección de Teatro de la entonces dirección
de Difusión Cultural de la UNAM y durante sus primeros 10 años de existencia, el
CUT estuvo a cargo de su fundador, Héctor Azar, dramaturgo, director de escena y
funcionario cultural de la UNAM y del INBA al mismo tiempo —por lo que también se
95
le conocía como el zar del teatro mexicano—. En ese tiempo, el CUT ofreció cursos,
seminarios, talleres y conferencias impartidos por importantes profesionales del
teatro de México y del extranjero, pero también por profesionales de otras disciplinas,
como la literatura o la psicología. El CUT podía ser la puerta de entrada al teatro
para universitarios aficionados a este arte, estudiantes de preparatoria o de otras
carreras universitarias deseosos de aproximarse a la escena, al mismo tiempo que
podía convertirse en la posibilidad de que profesionales del teatro profundizaran o
complementaran lo ofrecido por las escuelas profesionales de ese entonces. No
competía con ellas, en cierto sentido las completaba.
HÉCTOR MENDOZA
El segundo momento del centro, por el cual alcanzaría un lugar estelar en el
panorama de la formación teatral mexicana, fue el que iniciaría Héctor Mendoza
acompañado por un equipo afín de profesores, todos ellos jóvenes y prometedores
directores de escena del teatro mexicano. Esta etapa se caracterizó por nacer de
una ruptura con las escuelas de teatro entonces establecidas: la Escuela de Arte
Teatral del INBA y el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de
Filosofía y Letras; también por hacer del CUT una escuela de actuación con un
difícil proceso de selección, que no ofrecía grado académico al final de los tres
años de estudio; por contar con una planta de profesores que se distinguía por ser
integrada por artistas activos del teatro y de otros campos artísticos; porque estos
mismos profesores no eran contratados ni aspiraban a ser contratados mediante
plazas ni horas fijas; y por lograr que las primeras generaciones de estudiantes
nutrieran los montajes profesionales universitarios producidos por la Dirección de
Teatro UNAM.
TAVIRA Y MARGULES
A Mendoza seguirían Luis de Tavira y Ludwik Margules, quienes, a pesar de ser
diferentes en muchos aspectos al fundador y entre ellos mismos, ciertamente
desarrollaron en México la etapa del teatro regido por la puesta en escena y ya no
por el texto dramático. Desde este punto de vista, el CUT fue la escuela de actores
donde se prepararon las actrices y los actores, para que este grupo de artistas
pudiera realizar una actividad escénica que habría de renovar el teatro mexicano,
y que concebía la investigación escénica no como una labor de gabinete, alejada
de la praxis, sino como una labor desarrollada en el laboratorio del salón de
ensayos.
EL TEATRO DE DIRECTOR
Fue así como este grupo de artistas-profesores erigieron la primera escuela
consagrada a formar actores y actrices para el teatro de director.
96
Margules realizó, además, una aportación que después no sería sostenida por
sus sucesores: creó, junto con Alejandro Luna, los diplomados de dirección de
escena y de diseño de escenografía y vestuario.
Esta etapa, que se prolongó por aproximadamente una docena de años, fue la
que imprimió al CUT un sello reconocible, probablemente el origen de su fama,
para bien y para mal. Fue un momento de auge del que se desprendieron mitos y
leyendas que todavía subsisten, corregidas y aumentadas. Fue un acontecimiento
que influenciaría de diversas maneras a las otras escuelas profesionales y al
movimiento teatral mismo.
PERIODO TURBULENTO
Después de esa etapa de auge, el CUT vivió un periodo tempestuoso en que enfrentó
grandes adversidades: José Caballero y Raúl Quintanilla asumieron la dirección del
centro durante esta época turbulenta en la que se vivió una huelga universitaria
prolongada.
Es difícil señalar las características de este periodo, pero podemos subrayar
tres acontecimientos significativos: la desaparición de los diplomados en dirección
de escena y diseño escenográfico, la desconexión entre las diversas materias del
diplomado de actuación, y la separación e independencia del CUT del departamento
de Teatro UNAM.
ETAPA DE ACADEMIZACIÓN
A esa época de zozobra siguió la etapa de Raúl Zermeño, que se caracterizó por
llevar adelante un plan de estudios que integrara las diversas materias alrededor
de la preparación actoral y los distintos trabajos escénicos que esta preparación
demandaba. También impuso un régimen de disciplina y rigor que en ocasiones
cayó en el exceso, que precedió al periodo de inestabilidad anterior. Durante los ocho
años del periodo de Zermeño se instituyó un sistema más escolarizado poniéndose
por primera vez calificaciones con letras. Si bien en las primeras etapas el CUT
se distinguió por su proyección fuera del campus universitario, en este momento
el centro se encerró más en sí mismo, de alguna manera siguiendo la usanza de
las demás escuelas que se constituían en fortalezas y tenían pocos intercambios
con el exterior. José Ramón Enríquez a su vez, durante sus siete años de gestión,
matizó de forma importante el rigor y la disciplina en la escuela y continuó con
la academización de la misma cambiando las calificaciones de letras a números.
Reformula el plan de estudios haciéndolo más ecléctico y menos unidireccional.
Más tarde, Antonio Crestani durante un proceso de cuatro años culmina con el
proceso de academización y abre las puestas en escena del último año a artistas
invitados que no formaban parte de la planta académica, pero que sí eran egresados
del centro.
97
CARACTERÍSTICAS COMUNES
Más allá de las diferencias entre cada periodo, distingo algunas características
comunes a lo largo de los 57 años de historia:
TENDENCIAS DE TRANSFORMACIÓN
Así mismo, en un intento por reconocer las tendencias de transformación en los 57
años de historia del CUT, identifico al menos cinco fundamentales:
1 La primera concierne al paulatino paso de los cursos libres, de alguna manera
informales, hacia programas académicos cada vez más formales. También
el paso de la contratación de profesores exclusivamente por honorarios, de
manera temporal dependiendo de la invitación expresa de cada director del
centro, sin ofrecer estabilidad laboral alguna, ni seguridad social, ni pago de
vacaciones ni aguinaldo, hacia mecanismos de contratación universitarios
cada vez más formales y, por qué no decirlo, legales y amables con los
derechos de los profesores.
2 La segunda línea se refiere a una evolución de figura jurídica administrativa
dentro de la UNAM. El tránsito desde un centro de extensión dependiente
de la Dirección de Teatro y de la Coordinación de Difusión Cultural, hasta
la conformación, de una Escuela Nacional autónoma en lo académico,
lo artístico y administrativo, pasando previamente por un proceso de
independencia y separación de la Dirección de Teatro de la CDC. Este último
paso, la conformación como Escuela Nacional, aunque aún no sucede, está
a punto de llevarse a efecto.
3 La tercera corresponde al cambio en las formas de evaluación del alumnado.
Cambio que permitió partir de talleres libres, para finalmente ofrecer
planes y programas de estudio detallados, con formas de evaluación
98
universitarias. Es importante recordar que durante los primeros años no
había siquiera calificaciones. Se aprobaba o no los cursos, y de no aprobar,
lo correspondiente era abandonar la escuela; después se vivió en un régimen
en el que el promedio mínimo para continuar fue de 8. Hasta que, desde hace
cuatro años, una vez aprobada la Licenciatura en Teatro y Actuación, el CUT
se incorporó al sistema de evaluación propio de la UNAM.
4 Proceso de selección. Una cuarta línea presente en nuestra historia es un
constante debate, incansable estira y afloja, y en su momento, ajuste, en
el carácter y funcionamiento del centro, alrededor del rigor y la disciplina
como parte fundamental del espíritu del trabajo formativo. Este debate ha
tomado cuerpo, entre otros espacios, en los procesos de selección, que han
modificado sustancialmente sus objetivos y formas de trabajo en todos estos
años, desplazándose desde entrenamientos casi militares y bajo mucha
presión, hacia la búsqueda, por otros medios, de aptitudes específicas, como
la capacidad imaginativa, el potencial del trabajo en equipo y las posibilidades
expresivas de cada aspirante.
5 A principios del 2008, el CUT vivió un año terrible. Durante el inicio del
rectorado del doctor Narro estalló en nuestro centro una crisis muy severa.
El rector eligió como candidata a dirigir el CUT a Mónica Raya, escenógrafa,
de quien se sospechaba que quería rehacer el centro desde la primera
piedra, haciendo a un lado su espíritu, su historia. La comunidad del CUT,
formada por alumnos, profesores, alumnos egresados y antiguos maestros
fundadores, se opuso frontalmente a este nombramiento. Desde rectoría,
buscaron una solución alternativa que fuera aceptada por la comunidad
cutera. Así fue como fui invitado a dirigir el CUT. Me enfrentaba entonces a
una disyuntiva formidable. ¿Cómo vincular la tradición viva del CUT, como
centro de formación actoral, con las necesidades de cambio exigidas por el
mundo y el teatro contemporáneo?
CONTEXTUALIZAR
Ahora contextualicemos: en el mundo de las escuelas de teatro pueden observarse
dos tradiciones: la universitaria y la de las escuelas superiores de arte. La primera,
más apegada a los estudios teóricos, y la segunda, más cercana a los procesos
artísticos. El CUT pertenece, sin duda, a esta segunda tradición.
Con el tiempo, ambas posiciones se han acercado mucho. Proceso que en Europa
culminó con la Reforma de Bolonia, y que llevó a la conversión en licenciaturas,
de la mayor parte de las escuelas superiores de arte de Europa. Algo semejante
sucedió también en Estados Unidos y Gran Bretaña. Tanto el contexto interno como
el internacional nos hicieron ver la urgencia por emprender una época de profundas
transformaciones de cara al futuro.
99
SENTIDO Y RUMBO
En un país con más de 30 escuelas profesionales de teatro, que en conjunto
lanzamos cada año a varios cientos de egresados a su suerte. En un país con
recursos económicos e infraestructura teatral cada vez más limitados; con un
movimiento teatral muy diverso; en medio de políticas públicas que frecuentemente
confunden los límites entre lo profesional y lo amateur; con unos tabuladores de
honorarios profesionales estancados desde hace años y con retrasos de pagos
hasta por más de seis meses, y, lo más importante, con una comunidad teatral
frecuentemente alejada de la sociedad a la que sirve; con una población poco
interesada en el teatro: es necesario replantearse el sentido y el rumbo de las
escuelas de teatro actuales.
Nos hicimos entonces muchas preguntas: algunas pragmáticas, otras desde
una perspectiva más profunda y de mayor plazo, en un afán por responder a la
necesidad de desarrollar una mirada que fuera más allá de nuestro presente
inmediato.
¿Qué necesita una escuela profesional de teatro en México y en el mundo, para
ser parte del movimiento teatral contemporáneo, para tener sentido en el entorno
teatral, no sólo de la actualidad, sino de un futuro aún incierto? ¿Qué se requiere
para ser parte vital de la vida de una nación?
1 En primer lugar, por el bien de los egresados, los actuales, pero también los
futuros y los pasados recientes, se requería del reconocimiento profesional
de los estudios de teatro y actuación, para que los alumnos pudieran
continuar con sus estudios si así lo quisiesen, y se prepararan para ser
susceptibles de contratación en otros trabajos no actorales relacionados
con el teatro.
2 En segundo lugar, pugnar por el reconocimiento académico de los saberes
de la planta de profesores, situación semejante a la de muchos otros países,
cuyas escuelas no ofrecían licenciaturas porque eran escuelas superiores de
arte. Asimismo, estimular la profundización de los estudios de los profesores,
propiciando estudios de maestría y doctorado afines al espíritu de nuestro
centro.
3 En tercer lugar, Conseguir formas de contratación que respetaran los
derechos laborales de la planta de profesores, aún corriendo los riesgos de
burocratización que tanto temían nuestros fundadores.
4 En cuarto lugar, reformular un plan de estudios que cumpliera, por un lado,
con los requisitos que exige la UNAM a las nuevas carreras, y por el otro,
100
que respondiera a las necesidades combinadas de un centro de estudios con
57 años de historia, pero también con el interés y la pasión por participar
del presente y del futuro del teatro, de ser parte vital del movimiento teatral
mexicano.
101
1 Teoría. Una escuela puede enseñar teoría y lograr que los alumnos sepan
lo que hubo antes, de dónde vienen las cosas, y conocer los debates
contemporáneos acerca del arte.
2 Know How. Los alumnos pueden aprender de sus maestros cómo se hacen
las cosas en un lugar y en un tiempo determinado. Enterarse cómo los
profesores realizan sus proyectos. O cómo los realizan otros artistas.
3 Técnica. Una escuela puede ofrecer técnicas, pero en una época en la que no
predomina una sola manera de hacer arte, tan limitado es pretender enseñar
una sola técnica, la de sus profesores, como desaforado intentar enseñar
todas las técnicas posibles. Acaso, la solución más sabia sea ofrecer a
profundidad el conocimiento y la práctica de un par de técnicas y una visión
general y una apertura hacia otras técnicas, a fin de que los alumnos decidan
el arte, en nuestro caso, el teatro que quieren hacer, y se hagan de la técnica
necesaria para realizarlo.
4 Mirada crítica. Desarrollar una mirada crítica que estimule la adquisición de
herramientas que incentiven la elaboración de criterios y la construcción de
poéticas propias.
Las nuevas y tan diversas formas de entender y hacer el teatro, hacen entonces
imposible poner a disposición de los alumnos todo el universo de posibilidades.
¿Qué se puede hacer? Mantener una actitud de apertura hacia lo que existe fuera
de la escuela, estimular la responsabilidad individual y de equipo, para responder
con lo que se tiene y aprender lo nuevo que se quiere en el ámbito de la creación
escénica.
Otro pensador de la enseñanza de las artes, John Baldassari, menos pesimista,
estaba convencido de que una forma, si no de enseñar a ser artista, al menos de
inspirar la formación de nuevos artistas, es la de propiciar a través de distintas
estrategias, el encuentro, el contacto y la convivencia entre artistas activos y
alumnos de arte. Vivir la experiencia de estar cerca de artistas mientras realizan su
trabajo, es un camino para, a través del ejemplo, observar y descubrir las extensas y
amplias posibilidades territoriales del trabajo artístico.
PLAN DE TRANSICIÓN
Las cavilaciones expuestas influyeron de manera importante, tanto en el plan de
estudios recientemente aprobado, como en la operación de la vida cotidiana del
Centro Universitario de Teatro:
Nuestro plan de estudios vigente no es de ruptura, sino de transición. Diseñamos
un plan de estudios que podríamos describir como 3+1. Consta de tres años
de riguroso trabajo técnico y académico en campos como el actoral, musical,
entrenamiento corporal y vocal seguidos de preparación teórica, acompañados
102
de un último año, que se concentra esencialmente en la realización de un intenso
trabajo artístico. Este último año se caracteriza por subrayar el pleno ejercicio de
criterios artísticos propios y herramientas creativas, así como, la participación en
dos puestas en escena, con su temporada respectiva de 50 funciones.
Las puestas en escena están a cargo de equipos artísticos profesionales y
obedecen a afanes artísticos de muy diversa índole. Se trata de un espacio dedicado
a la comprobación de los saberes adquiridos, de un espacio consagrado a la
experimentación e investigación, en el que se ejercita lo aprendido, pero también,
se aprende a formar parte de proyectos artísticos que requieren de concepciones,
técnicas y formas de trabajar en el teatro, hasta entonces desconocidas para los
alumnos.
Este plan de estudios de cuatro años es acompañado en todo momento, por la
relevancia del contacto constante con artistas, a través de conferencias, talleres,
laboratorios, hasta culminar con los artistas profesionales invitados a las puestas
en escena y la participación en festivales nacionales e internacionales.
Una escuela no puede ser una entidad cerrada ni aislada. Ni de la sociedad a
la que pertenece, ni del teatro que se hace fuera de sus muros. Por eso, el CUT
se ha caracterizado en estos años por recibir múltiples teatristas invitados, tanto
nacionales como extranjeros, y ha participado en festivales, coproducciones e
intercambios con muchos otros países, como Alemania, Colombia, Francia, Brasil,
Argentina, Chile, España y Gran Bretaña.
Fruto de este plan de estudios de 2014 contamos ya con las primeras generaciones
de egresados y titulados del Centro Universitario de Teatro.
SÍNTESIS TRANSFORMADORA
Es mucho lo que queda aún por hacer. El teatro contemporáneo exige cada vez
más de las escuelas, en el sentido de que las diversas formas de hacer, entender
y espectar el teatro, exigen más y mejores conocimientos y capacidades de los
futuros teatristas, así como mejores y más veloces respuestas de parte de las
escuelas de teatro.
En esta coyuntura, corresponde al CUT culminar con el proceso de transformación
de Centro de Extensión a Escuela Nacional, proceso que se encuentra en una etapa
avanzada y que seguramente se terminará el próximo año. Este cambio de estatus
permitirá al CUT contar con mayor autonomía y mejor infraestructura. El CUT también
tiene la tarea de participar en la elaboración de un posgrado en artes escénicas,
junto con el Colegio de Literatura Dramática y Teatro, la Facultad de Música y el
Instituto de investigaciones estéticas. Este posgrado se encuentra también en una
etapa avanzada de trabajo, y estamos seguros de que completará el panorama
de estudios teatrales actualmente ofrecido por la UNAM. Nos encontramos, así
mismo, inmersos en un importante proceso de elaboración de un código de ética
103
que funcione como un nuevo acuerdo de trabajo entre alumnos, profesores y
administrativos.
Pretendemos atender los problemas y realidades contemporáneos de convivencia
y de género. La elaboración de este código será producto de la participación de la
comunidad que forma parte de nuestro centro.
Otro aspecto fundamental a desarrollar en los próximos años, consiste en
profundizar en la línea de investigación que se vincula estrechamente con el
quehacer escénico, pues responde al espíritu que dio origen a nuestra escuela.
Como objetivo a continuar desarrollando, al CUT le interesa seguir abordando
los asuntos de interés, públicos, nacionales, en sus distintos montajes de fin de
carrera. Por ello, es de particular interés de nuestra escuela, el desarrollo de los
artistas-investigadores y de los investigadores cercanos a los procesos artísticos.
Es la línea que corresponde al espíritu de nuestro centro.
Por otra parte, al CUT le interesa, también, pugnar por la creación de una compañía
universitaria para exalumnos recientes, una compañía en tránsito entre la escuela
y la vida profesional, junto con Teatro UNAM y el Colegio de Literatura Dramática
y Teatro, como mecanismo para fortalecer el lugar del teatro universitario en la
sociedad mexicana.
Finalmente, nos toca prepararnos para revisar el plan de estudios vigente y
efectuar los cambios necesarios. Una vez egresada la primera generación, estamos
ante la oportunidad de modificar y enriquecer el plan, tras más de cinco años de
experiencia.
Una escuela de teatro como el CUT, tiene que buscar responder en todo momento
al espíritu creativo que le dio vida, y a los cambios imperiosos a los que invita el
mundo contemporáneo. De esta tensión, surge una síntesis transformadora que da
aliento y sentido a la existencia de una escuela de teatro como la nuestra.
104
FUENTES CONSULTADAS
Elkins, James. (2001). Why Art Cannot Be Taugth. Chicago: University of Illinois
Press.
Villa Walls, Saúl. (2012). “Educación, herramientas y arte” pp. 77-84, Revista
anual del CINAV-ESAY (centro de investigaciones en Artes Visuales del
área de Artes Visuales de la Escuela Superior de Artes de Yucatán) México,
Mérida, Yucatán.
105
GABRIEL
SILVA
106
En este sentido, emprender estudios de posgrado es una experiencia que requiere
una ardua preparación.
A la idea de experiencia, sumo las propuestas de Donald Schön, que nos
invitan a reflexionar para poder compartir las experiencias vividas. Retomando las
palabras de Adad Cassis (2010, p.57), ejercer una práctica reflexiva nos facilita la
construcción de conocimientos. Se trata de una ocasión para el profesional de auto
educarse, puesto que el reconocimiento de los errores se convierte en una fuente
de descubrimientos de nuevas formas de acción que permiten alcanzar el resultado
esperado. Y como es conocido de los artistas, un proceso de creación conlleva una
serie de pruebas y errores que nos conducen a un resultado final. En paralelo, el
proceso de emprender un posgrado comprende un conjunto de obstáculos y errores
a superar durante un proceso que ha de durar, si se trata de una maestría, poco más
de tres años. Y si es un doctorado, puede que hasta cinco o más.
Empecemos entonces con esta reflexión sobre la formación de un investigador
en el extranjero con la siguiente pregunta:
2 Mi traducción. “These approaches reflect more the classic scientific method, where the researchable is
objectified, and researcher remains detached”.
107
Luxe involucra fuego y maquinaria pesada en sus espectáculos, y que todos sus
performances son destinados a un publico de masas y por tanto, se desarrollan en
la vía pública. Lo que conlleva a trabajar de manera estrecha con autoridades de
protección civil, la policía y bomberos en cada ciudad que se presentan.
Mi tesis de maestría abordó entonces el trabajo de creación de otros artistas. Lo
que me alejó en cierta medida de mi trabajo artístico personal. Si bien pude colaborar
con varios proyectos locales en Francia y Bélgica, mis proyectos personales debieron
quedar en el cajón de ideas a futuro. Lo benéfico de haber cursado la maestría en el
programa Erasmus Mundus de la Comisión Europea, aparte de lo generosa que es
la beca en euros, es el hecho de viajar, tener movilidad e intercambio hasta en tres
universidades. En mi caso sólo elegí estudiar en dos universidades francófonas, lo
que ayudó considerablemente a mi aprendizaje del francés. Al haber elegido dos
universidades ubicadas en las capitales de esos países, me permitió tener acceso
una enorme oferta de espectáculos escénicos. Y siendo una maestría en artes
escénicas, todo estaba dispuesto para aprovechar ese enorme bagaje cultural.
En dos años asistí a cuatro festivales importantes y un total de 350 espectáculos
entre teatro, danza, ópera, títeres y performance. A manera de juego, cuando hablo
de estas experiencias parafraseo el monologo de Lagrimas bajo la lluvia, dicho por
el replicante; personaje interpretado por el fallecido actor neerlandés Rutger Hauer
en la película Blade Runner de Ridley Scott (1982): “He visto cosas que ustedes
no creerían. Robots interpretando Las tres hermanas de Anton Chejov. He visto
caballos actuando en un teatro llamado Zíngaro. He visto danza sin bailarines, ópera
sin cantantes. Todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia.”
A diferencia de la maestría, en el doctorado he tenido la experiencia de trabajar
sobre mi propia práctica artística. El programa Doctorado en estudio y práctica de
las artes, en la Universidad de Quebec en Montreal, se focaliza en abordar la práctica
artística como terreno para la teorización. El trabajo y la experiencia del propio
artista, son los que se encuentran en el centro de una investigación universitaria
con vías a obtener el grado académico de doctor en artes.
Analizar y discutir mi propia práctica artística en compañía de artistas
investigadores, ha enriquecido enormemente mi visión del arte escénico.
Los cursos de Metodología en investigación-creación, se concentran en
desarrollar la teorización de la propia práctica artística. Partimos del hecho de que
cada artista posee experiencia y que dicha experiencia se traduce en conocimiento
único. Cuatro años se requieren en este programa de estudios para llevar a cabo la
formación en investigador en artes. Son dos años preparatorios con cursos teóricos.
Dos más para preparar un proyecto artístico que significa un cincuenta por ciento
del total de la tesis a desarrollar. Y un escrito final de al menos ciento cincuenta
páginas en el que se dé cuenta del proceso de creación y la teorización de la propia
práctica artística.
108
¿ELEGIR UNA INSTITUCIÓN EXTRANJERA O NACIONAL?
Ello depende de tus objetivos personales y del proyecto profesional que desees
ejercer a futuro. En México las opciones para estudiar un posgrado en artes escénicas,
todavía hace una década, eran muy limitadas. En Europa, la oferta académica es muy
variada. En mi caso, siempre me sentí atraído por la cultura francófona, y Francia,
debido a su cultura teatral milenaria, ocupaba un lugar importante en mi mente para
decidirme por ese país. Había tres opciones que me interesaban fuertemente: en
Francia, una maestría en escenografía en la Universidad Paul Verlaine. Igualmente,
en la universidad de Quebec, la maestría en teatro llamaba mucho mi atención. En
Bélgica, el programa Erasmus Mundus de la Comisión Europea, venía ofreciendo
desde 2004, una maestría conjunta en el estudio de las artes escénicas. Era
conjunta, debido a que el programa implicaba la colaboración estrecha, para facilitar
el intercambio y movilidad de estudiantes, entre siete universidades europeas, entre
ellas dos españolas: Universidad de Sevilla y Universidad de la Coruña; dos francesas:
Universidad de Niza y Paris 8; más la Universidad de Copenague, la Universidad de
Frankfurt y la Universidad Libre de Bruselas, coordinadora del programa.
110
FUENTES CONSULTADAS
111
LAURA
TUDELA
112
¿CÓMO INTERPRETAR LA ACTIVIDAD CIENTÍFICO-ARTÍSTICA?
Comienzo por señalar, que: ni todos los artistas son investigadores ni todos los
investigadores son creadores artísticos; ni uno acota al otro. Claro, la actividad de
la investigación científica no es una herramienta que todo artista usa, ni tendría que
ser obligado a utilizar.
114
hacer frente a una realidad que no se detiene y a la que podemos vagamente
desentrañar con nuestro trabajo.
115
“competitivos”. ¿Cómo lidiamos entonces con esa expectativa, tanto propia como
social, de ser valorados bajo el mismo sistema socio-económico, sin reconocer
la responsabilidad que hemos ignorado bajo nuestras intenciones meramente
metodológicas? ¿Qué valor tiene encontrar el financiamiento para nuestras
antologías, a las que no podrán acceder los estudiantes de artes, sino en un
ejemplar prestado en la biblioteca? ¿Cómo podemos pedirles a las comunidades
rurales, a las que no se accede sino a pie, que se destine 3% más a la cultura?
¿Cómo hacer, de valor para los otros, nuestro privilegio para dedicar jornadas
enteras, en el día, a leer, escribir, reflexionar?
La unanimidad de los procesos de enseñanza, sería un error, como objetivo. Por
el contrario, la valoración de la diversidad de nuestras dinámicas de trabajo y el
enriquecimiento de metodologías, nos guiarán más claramente. Esto, claro, tendría
que comenzar con los procesos educativos. Como propone el método científico:
probar, y equivocarse, y volver a reevaluar. Hacerle frente, desde el desarrollo de
planes educativos, algo sobre lo que tenemos un poco más de injerencia, pese a
que existan o no, las posibilidades antes propuestas.
De acuerdo a la clasificación que, basándose en Adorno y Bauman, desarrolla
Bencome Zaynas, en su ensayo sobre políticas culturales de la República Dominicana,
la actividad cultural se encuentra en las actividades industriales, no industriales y
posindustriales (2015: 18); por tanto, si existe actividad artístico-cultural en ellas,
también existe investigación, en y sobre ellas, es decir, podríamos, para el desarrollo
de nuestras investigaciones futuras, comprender que las desarrollamos sobre
alguna actividad cultural industrial, no industrial o posindustrial; y con ello, además,
comprender desde dónde las realizamos: ¿desde el sector Industrial, que responde
a la comercialización?; ¿desde un sector No-industrial, esto es, desde fuera y sin
ninguna relación?; ¿o en el ámbito posindustrial, en convivencia y como resultado de
ambas?
PROPONER ALTERNATIVAS.
Podría ser un inicio: buscar apoyo desde los sectores a los que beneficia nuestra
investigación. Crear institutos propios, teatros y foros. Utilizar medios físicos
o digitales, periódicos, blogs, que quizás sean viables desde las agrupaciones.
Realizar investigaciones co-financiadas por los lectores, incluso por los artistas
investigados, sin descartar, claro, invitar a fondos de creación artística, a destinar
una parte a futuras investigaciones. Y mirar hacia las residencias artísticas de
investigación, o de producción desde la colectividad internacional.
Vale repetirnos la pregunta arriba planteada: ¿para quién trabajamos?, al
recordar que únicamente el 0.7% de egresados del área, son empleadores, sin que
tengamos datos para saber si lo hacen en la formalidad o en la informalidad, sus
edades, e incluso, qué significa subordinado para los estadistas.
116
REFLEXIONES
La alteridad en el desarrollo de nuestras epistemologías es una invitación a la
creación de oportunidades auto gestionadas y diversas, así como a la creación
de alternativas de desarrollo profesional para enriquecer la actividad investigativa
científico-escénica, sus miradas, proyectos y discursos.
Tal vez la siguiente revolución de la teatrología no sea el desarrollo de nuevas
corrientes metodológicas, sino la independencia y la sostenibilidad de nuestro
trabajo; actuar entre pares para dejar atrás el aislamiento; ser la respuesta a
nuestros propios obstáculos.
La investigación escénica tiene un valor en sí misma, por los conocimientos
generados, por el entusiasmo de auto-cuestionarse. La diversidad es enriquecedora
cuando es compartida y accesible a otros.
Él y ella, nosotros y nosotras, jóvenes investigadores: tenemos una
responsabilidad con el propio desarrollo profesional que nos ha sido heredado.
Si somos latinoamericanos, tenemos, además, la responsabilidad de vernos a
nosotros mismos como parte importante de la construcción de la cultura universal,
y por tanto, la accesibilidad a los conocimientos generados en la sostenibilidad de
la profesión, puede ser nuestro legado.
117
FUENTES CONSULTADAS
Bencosme Zanayas, José Emilio. “Política cultural del estado dominicano: el teatro
y las industrias culturales”. Concurso Iberoamericano de Ensayo sobre teatro
CELCIT-40º aniversario. Revista CELCIT. 40. Año 23, Buenos Aires, 2015, ISSN
1851-023X
Chavero, Patricia. “La producción teatral frente al sector educación-cultura-artes”.
Investigación especial, No. 27, Paso de Gato, México, 2006.
IMCO A.C. https://imco.org.mx/temas/compara-carreras-2019/
IMCO https://imco.org.mx/comparacarreras/carrera/212
IMCO https://imco.org.mx/temas/compara-carreras-2019/
IMCO “Música y Artes Escénicas”. https://imco.org.mx/comparacarreras/carre-
ra/212
118
LARISSA
LOEZA
GOYCOCHEA
119
que se limitan al desarrollo de los músculos –extremidades, abdomen o cuerdas
vocales– de un joven en formación? ¿Y qué tanto, las metodologías aplicadas y los
planes de estudio vigentes responden a las verdaderas necesidades del joven actor
mexicano y el contexto en el que ha de desarrollarse como artista?
120
La primera etapa resulta la más fácil de identificar, ya que marca el cambio
absoluto ante el cual, un joven se enfrenta al momento de decidir estudiar teatro: la
introducción a una técnica y teorización de la escena –actuación–, que debido a sus
características, tanto técnicas como epistemológicas, rompen con lo establecido
en una formación convencional a la que ha estado sujeto desde los seis años, y que
representan un cambio drástico, tanto de convivio como de éticas y comportamientos
sociales. Es el aprendizaje de un nuevo lenguaje que en la mayor parte de las veces
no corresponde a las formas de aprendizaje utilizadas en la formación básica, o
como bien diríamos, a las reglas de lo cotidiano.
La segunda, corresponde a la crisis en su sentido más pragmático de incomodidad
y cierto sufrimiento; un fenómeno común entre los alumnos del tercer año, que
se ven obligados a enfrentar la transición formativa de lo teórico a lo práctico. Ya
no se trata de entender la actuación como filosofía, sino de poner en práctica lo
aprendido. En esta etapa lo que resulta difícil no es el salto consciente de lo teórico
a lo práctico, sino la confrontación con la responsabilidad propia, la autodisciplina y
el fracaso o el éxito inevitable, que son propios de nuestra formación.
Al iniciar mi tercer año, había entrado en un círculo vicioso donde me parecía
ir estancándome paulatinamente en un proceso en el cual me sentía sin la
posibilidad de encontrar un espacio para la búsqueda de nuevas propuestas o un
replanteamiento que me permitiera revaluar la relación con mi instrumento, a través
de nuevas estrategias didácticas/formativas, para poder adquirir o modificar mis
herramientas escénicas. Mi crisis se vio reflejada en mi actitud hacia mis estudios.
Mis ganas y mi concentración oscilaban entre un cierto desinterés y una ansiedad por
no poder sentirme satisfecha al estar en clase. Los cursos empezaron a parecerme
pesados, no porque los contenidos no fueran relevantes, sino porque, al terminar, yo
regresaba a una misma conclusión: para ser actor, uno debe entrenarse, para hacer
teatro, uno debe hacerlo. Con ello, entraba en un dilema en el que cuestionaba:
¿por qué pasábamos tanto tiempo sentados y no el suficiente haciéndolo? Si la
conclusión estaba en que teníamos que entrenar más la voz y el cuerpo, ¿por qué
curricularmente, teníamos tan pocas horas de trabajo práctico, comparadas con la
carga de materias teóricas?3 Durante este tiempo llegué a pensar que quizás haber
estudiado tanto dentro de un ámbito formal, me había anestesiado de la frescura
y naturaleza del juego. Pensamiento que terminaba convirtiéndose en frustración.
Uno de los grandes logros de La Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana
(FTUV), en mi opinión, es la posibilidad de poder elegir un área de especialidad –
un perfil– que permite, desde la formación misma, prepararse para el área que al
alumno le interesa ejercer profesionalmente, y que resulta primordial en México.
Nuestro país cuenta con varias escuelas de teatro – públicas y privadas–, pero,
3 Este trabajo hace referencia al plan de estudios 2008 de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana
121
desafortunadamente, la formación teatral a nivel nacional, se ha enfocado en la
formación de actores, lo cual resulta problemático, para un país que aún carece
de una industria capaz de satisfacer las necesidades y demandas laborales, ante
la cantidad de jóvenes intérpretes que egresan cada año, debido a que sigue
careciendo de suficientes profesionistas formados en las demás áreas de la
producción escénica. Por otro lado, en toda área o disciplina artística, la constancia
en el entrenamiento sigue siendo fundamental para el desarrollo y asentamiento de
las bases prácticas y teóricas, con el objetivo de obtener un dominio técnico, razón
primordial para quienes deciden cursar una educación formal en el arte y que pude
sintetizarse en responder la siguiente pregunta: ¿cómo hago eso?
En el caso de FTUV, el carecer de bloques o sucesión curricular –materias
seriadas o en niveles que permitan el estudio constante y progresivo de las bases
de cada uno de los perfiles (más allá de las integraciones)– obliga a los estudiantes
a enfrentar un panorama de egreso con menos horas de entrenamiento cursadas en
el perfil elegido que si hubieran cursado una licenciatura en letras, en actuación o en
desarrollo cultural, lo cual puede llegar a ser contraproducente, si consideramos las
ventajas que tiene el plan de estudios, al establecer perfiles y un tronco común que,
en teoría, debe brindar un entrenamiento total –desde el perfil– del quehacer teatral.
Es está falla en la planeación del programa, lo cual, en mi opinión, da pie a cierta
frustración y que, debido a la inseguridad que genera al tener un entrenamiento
inconsistente, fomenta ciertas actitudes de apatía o frustración entre la comunidad
académica y estudiantil, o que, en los últimos años, cada vez con mayor frecuencia,
fomenta migraciones formativas a otras facultades, como la de Danza en sus ciclos
propedéuticos.
El estudio de la voz, el cuerpo y las técnicas y teorías actorales, únicamente se
logran asentar si son entrenadas todos los días. Los estándares y capacidades que
se nos exigen desde el momento en el que somos seleccionados como aspirantes
de nuevo ingreso, en teoría, dan pauta para aspirar a obtener un muy alto nivel de
desarrollo en nuestro entrenamiento actoral durante los cuatro años de formación.
Ello, si se nos permitiera una constancia en nuestro entrenamiento y se establecieran
estrategias de transición concretas para cada una de las etapas formativas. Sin
embargo, las dificultades que llegan a presentarse durante los cuatro años de
formación, debido al modelo educativo integral flexible (MEIF) que rige a la FTUV,
impiden, por sus características, que se cumplan las necesidades de una formación
teatral–actoral íntegra.
Históricamente, la FTUV se ha caracterizado a nivel nacional, por ser una de las
instituciones de formación teatral más prestigiosas, por su constantes avances
curriculares y propuestas pedagógicas, pero, la forma en la que nuestro programa se
ha tenido que adaptar a un modelo educativo que no considera las especificidades de
una licenciatura en teatro, ha generado, en mi opinión, más trabas en nuestra propia
122
evolución como institución, al momento de enfocarnos en los campos específicos de
nuestra área, porque la atención se desvía hacia adaptar el plan de estudio a un modelo
flexible, que funciona para otras áreas de estudio, pero que resulta incompatible con
las características propias de una licenciatura en artes, y que, en ocasiones, llega a
perjudicar el historial académico de generaciones completas, alargando la estancia
en la facultad, debido a los rezagos generados por el mismo sistema, que no tienen
nada que ver con las capacidades o el desempeño del estudiante.
Además, si bien debe ser responsabilidad de la institución y, en particular, del
jefe de carrera o, en este caso, del director de la Facultad, asegurar la calidad y
consistencia entre el currículum, la enseñanza y el logro del perfil, como punto
de partida para mejorar las estrategias y obtener más ofertas curriculares de
intercambio nacional e internacional, acordes a los objetivos que plantea su plan de
estudios; en el caso de movilidad, cuando tuve que informarme para poder aplicar,
encontré que no había opciones diferentes de intercambio, con instituciones que
tuvieran un enfoque especializado dirigido al entrenamiento actoral. También, a
pesar de tener una tutoría personalizada como política de formación en la Facultad,
no obtuve propuestas para resolver en qué otra institución o con qué otra estrategia
podía yo completar mis créditos.
Aquí entra la tercera etapa: la autonomía del futuro creador escénico, donde
el joven actor ya tiene herramientas técnicas, entiende y está familiarizado con la
disciplina artística y sus exigencias, y ahora necesita de un espacio de exploración
para crear un criterio propio y poner a prueba las herramientas adquiridas con la
finalidad de desarrollar una metodología propia aplicable de forma consciente. Es
en esta etapa donde la colaboración y espacios de intercambio y diálogo con pares
nacionales y/o internacionales se vuelven fundamentales para evitar una crisis.
Los intercambios académicos, se vuelven entonces una estrategia primordial para
brindarle al joven actor la posibilidad de crecimiento tanto personal como artístico.
Además de obtener una nueva visión del entono que lo ha formado y que ahora le
resulta demasiado conocido.
Llegar a Londres fue un momento de esperanza, a pesar del miedo al fracaso,
las inseguridades o los nervios de tener que actuar en otro idioma. Estar en Londres
representaba la oportunidad de desmentir o confirmar que los actores en otros
lugares, debido a su formación, son mejores, que sus capacidades son ideales y
que, debido a que ellos sí son europeos, cumplen con lo que nosotros, los latinos,
no; porque la técnica y la teoría actoral ha sido creada a partir de ellos y para ellos. Lo
cual no tiene nada de malo, simplemente resulta curioso, que nosotros, conscientes
de ello, no hayamos buscado cómo modificarlo para la aplicación deliberada de
la técnica actoral en nuestro país. Aunque existen claros ejemplos de creadores
mexicanos y latinoamericanos que se han preocupado por el desarrollo de técnicas
actorales creadas a partir del contexto latinoamericano, estas investigaciones
123
siguen sin ser enseñadas como parte fundamental en la formación general de los
actores mexicanos, o consideradas como base y punto de partida para la creación
de nuevos planes de estudio, porque tradicionalmente hemos sido educados
desde una visión euro centralizada y, con la entrada del neoliberalismo, desde una
postura estadounidense, ya que estas tradiciones formativas son universalmente
reconocidas como válidas y factibles para la formación actoral.
Podríamos hacer un análisis de los rezagos que la Conquista tiene en el contexto
mexicano contemporáneo y cómo, los sistemas económicos y políticos neoliberales,
perpetúan, hasta cierto punto, una cultura clasista y una visión en el creador
escénico mexicano, de que el arte de calidad se encuentra en otros lugares; incluso
podríamos analizarlo desde la violencia que caracteriza al siglo XXI como un factor
de desesperanza, la inmediatez y la producción de los medios de comunicación
como elementos generadores de apatía hacia la realidad del humano como un ser
imperfecto. Sin embargo, a pesar de no ser un análisis propio de este trabajo y no
poder ahondar en ello, es interesante mencionarlo, ya que, como hemos escuchado
muchas veces: el contexto define al artista y para fines de este escrito, dictamina la
formación del joven actor.
En este caso, los traumas culturales se reflejan en el auto sabotaje que podemos
llegar a tener como comunidad teatral y que llega a infiltrarse en la formación de
las nuevas generaciones de creadores mexicanos. En mi caso, la idea de que algo
me faltaba y de que no lo hallaría en México, se hizo cada vez más presente, hasta
convertirse en el cuestionamiento principal respecto a mi autoestima escénico.
La fantasía de imaginar qué habría sucedido de haber elegido estar en otro lugar
y cómo, de haberlo hecho, quizás sería una buena actriz, me demuestra que, sin
darme cuenta, había entrado en el juego malinchista del artista mexicano; de aquel
que ve belleza en otros lugares, en otras escuelas, en apellidos rusos y fenotipos
anglosajones. Un artista capaz de admirar las formas en alemán, pero que no logra
creer en la honestidad de un acento mexicano ni imaginar una ficción en lengua
indígena. Sin darme cuenta, acepté el trauma ideológico, y empecé a creer necesitar
algo lejos, en otro país.
Hay mucho ego, en esta idea, es verdad, y por otro lado, inseguridad y miedo
a no tener las herramientas y la capacidad para poder subirme a un escenario,
acompañadas de un gran deseo de poder hacer un trabajo lo suficientemente
decente para ser presentado ante un público. Lo cual, creo, sigue siendo uno de los
temores más sinceros de todo aquel que busca hacer Teatro; el terror y la ansiedad
de creer que no hay posibilidades en el enteramiento actoral que está recibiendo:
esto sucede tanto en la FTUV como en LAMDA. Por un lado, sabía que contaba
con aptitudes para desarrollarme como actriz, mis propios profesores me lo habían
dicho, solamente que estaba cansada de escuchar que necesitaba de un “verdadero
entrenamiento” para poder lograrlo.
124
No dudo que mis profesores me dijeran lo anterior, con la única intención de
darme certeza en el trabajado duro y constante, como la clave del desarrollo de
una técnica. Al igual que yo aseguro que quizás no era consciente esta falta de fe
en la formación que me daban, sino unas ganas personales –de ellos también–,
por lograr algo más de lo ya establecido. Una falta de autoestima que siempre me
pareció impactante, porque al analizar la realidad de la escena mexicana en su
centralización, entre los mejores hacedores de artes escénicas del país, siempre se
encuentran egresados de la Universidad Veracruzana. Incluso en la Escuela Nacional
de Teatro se lee a egresados y profesores de la FTUV, como parte del proceso de
admisión, tomándolos como referentes directos de las tendencias contemporáneas
en dramaturgia y producción teatral nacional.
Esto lo escribo en la necesidad de exponer que la formación que nos brinda
la FTUV, no busca únicamente la formación de actores, sino de profesionistas
teatrales, capaces de desarrollarse en diferentes ámbitos del arte escénico. Por
ello, ser aceptada en LAMDA, se volvía una oportunidad de experimentar de primera
mano, si aquel mito del “buen actor es el inglés” era verdad. Entrando con ello a
una cuarta etapa de la formación: la transición de lo pedagógico a lo profesional.
Momento que denota una confianza en las capacidades individuales, volviéndose
un barómetro en la madurez formativa del actor y estableciendo una metodología
propia consecuencia de la misma formación.
125
para empezar a crear, y que por sí mismo, debía ser reconocido como un logro,
no era un concepto que yo conociera. La voluntad de subirse a escena, como
la base de cualquier proceso, y la técnica, como herramienta secundaria para
poder darle limpieza al trabajo, me parecían ideas novedosas y hasta cierto punto
impertinentes ante el trabajo actoral. Nosotros en Veracruz, trabajábamos desde
el entendimiento de la escena como un lugar sagrado. Un espacio reservado
únicamente para aquellos que contaran con las características específicas para
poder habitarlo; un lugar de respeto y compromiso, donde el actor, como individuo,
no tiene tanta importancia, porque su existir está totalmente al servicio de la
ficción, y por ello, el personaje siempre será más importante que la subjetividad
de quien lo interpreta.
Quizás esta sea la gran diferencia que encontré en la educación actoral inglesa,
más allá del contexto específico y las variables de una industria y cultura diferentes:
el proceso inicia desde “adentro” con la intención de encontrar en uno mismo qué
decir con el personaje, y a partir de ello, generar una vida en la escena, sin tener que
desaparecer como persona, sino jugando a imaginar las circunstancias, accionando
desde lo genuino de nuestro entender para llenar los parámetros dados por el
texto. El director trabaja con lo que eres y propones, modificando el montaje para
darle sentido a lo que los actores aportan. Más allá de buscar que el actor cumpla
con una idea impuesta, se fomenta el trabajo colaborativo desde la creatividad e
interpretación personal de cada uno.
Sin embargo, el quehacer teatral y su formación siguen sujetos, en su sentido
pragmático, a su contexto e historia. Elementos de LAMDA, que no se comparaban
a mi formación en la Universidad Veracruzana, donde trabajamos por construir una
versión nueva de uno mismo. Una idea que, por un lado, permite un proceso en el que
el autoconocimiento resulta esencial para poder hacer consciente eso que nos hace
seres únicos e irrepetibles –que requiere de un acompañamiento especializado que
le permita al actor el acceder a lo que las teorías psicológicas llamarían el “darse
cuenta”–, con la intención de poder minimizarlo, amplificarlo o incluso suprimirlo si
resulta necesario. El riesgo que representan estas ideas de que uno debe ser alguien
más para poder ser actor, donde los acentos, defectos, y características individuales
deben de ser neutralizadas, porque sólo así tendrá validez el trabajo realizado, es el
de empequeñecer la figura de un actor entrenado, y confundirla con aquel que queda
tan en blanco –hago hincapié en la palabra “blanco” y en lo que ello conlleva–, que
únicamente aporta textos bien dichos y movimientos bien ejecutados; minimizando
la creatividad del proceso actoral, a un cuerpo tonificado, ágil y flexible, con una voz
y una proyección técnicamente perfectas, dejando de lado el desarrollo personal del
estudiante de actuación.
126
DOS CULTURAS: COMPARACIONES CURRICULARES LAMDA-FTUV
Si uno realmente ama el teatro, es imposible no admirar los logros que ha tenido
la técnica inglesa en sus actores, así como aplaudir los aciertos escénicos que
han tenido en sus obras. Y resultaría incongruente, para quienes buscamos crear
vida en escena, negar la belleza que tiene su Teatro. Por ello, es comprensible que
busquemos imitarla, aprenderla o incluso aspiremos a vivirla, en una intensión
de entenderla, para poder experimentar eso que han logrado regalarnos. La
diferencia entre la FTUV y LAMDA en sus entrenamientos, radica en la constancia
del proceso. La repetición cada vez más consciente de una secuencia. Ejercicios
que son muy básicos en su nivel de dificultad, y que, por ello mismo, se vuelven
perfectibles, ya que van adquiriendo complejidad conforme más se ejecutan. Esta
forma de trabajo es la base del entrenamiento actoral inglés, junto con el trabajo
de voz, que sigue siendo lo que distingue al entrenamiento británico de otros
trainings en el mundo.
Si asumimos que el perfeccionamiento de cualquier disciplina está en su práctica
y que LAMDA dedica tres años a la práctica de las bases técnicas actorales, al
entrenamiento constante del cuerpo, la voz y la imaginación, a partir de los mismos
ejercicios que se dan en un curso de iniciación —camina en el espacio, y sube y baja
la cabeza para tocar tus pies—, resulta claro que, para cuando terminan la carrera,
el desarrollo del instrumento de sus alumnos es abismal, debido a la constancia y
repetición en el entrenamiento que les brinda la escuela.
Por otro lado, la repetición, en comunión con la elección de textos dramáticos
estudiados durante la carrera, son el ingrediente secreto que hace de los jóvenes
actores, grandes actores británicos al momento de su egreso. La importancia
que tiene la técnica vocal y el trabajo a partir del texto, en el montaje de obras
shakesperianas, es la razón por la cual sigue siendo el autor predilecto de las
academias inglesas para la formación actoral. Debido a sus características rítmicas
y exigencias intelectuales, contextuales y los retos escénicos que ofrecen, las obras
de Shakespeare se vuelven una herramienta de trabajo integral para poder entender
las bases del teatro, y de forma más puntual, del actor en escena. Los temas que
abordan las obras de este autor, siguen siendo, por su cliché —como muchos lo
categorizan—, reto suficiente para el joven creador en formación. Sus textos poéticos,
anti orgánicos por naturaleza, se convierten en un desafío para aquellos quienes
decidimos dedicarnos a decir palabras ajenas de forma convincente y conectada,
porque nos entrena desde lo anti-natural. Así como permiten el entendimiento
del funcionamiento de la escena y el reconocimiento del espectador como parte
fundamental del hecho escénico. Al ser obras escritas sin intención de poner paredes
imaginarias, ni de presentar discursos filosóficos o existencialistas en estructuras
innovadoras per se; lo que buscaban, en una primera instancia, es el brindar dos
o tres horas de distracción, de imaginación compartida y de abstracción: contar
127
un cuento nada más y con ello, las pretensiones estéticas se vuelven secundarias,
porque la atención del espectador sigue siendo lo primordial.
En el teatro isabelino, el artista teatral no buscaba innovar el teatro por innovar,
sino tener algo que contar, sin otra pretensión que decirlo. Lo cual justifica tanto
trabajo en la voz. Shakespeare reinventó la lengua inglesa, obviando el ritmo mismo
del idioma, de ahí el énfasis en el pentámetro yámbico, no sólo como la herramienta
que establece la claridad del texto para quien lo está escuchando; sino como clave
para entender el ritmo mismo de la obra, del personaje y de la escena. Todos estos
elementos generan una mancuerna formativa desde la naturaleza y la peculiaridad
del texto; propiciando un espacio de exploración y aprendizaje para el estudiante de
actuación en el cual, de forma consecuente al texto, desarrolla una técnica específica.
Gracias a la claridad de las características y dificultades propias de los textos
shakesperianos, el actor en formación puede identificar claramente los elementos
técnicos y las herramientas metodológicas, interpretativas y escenotécnicas que
requiere desarrollar para estar en escena, y lo empieza a hacer de forma consciente.
Creo importante clarificar que todo lo anterior funciona tan bien en ese contexto,
porque es en el que se creó. Porque el idioma inglés palpita en rimas shakesperianas;
aunque ahora lo haga con otras expresiones. Me parece importante mencionar que
posiblemente no se lograría de la misma forma al trabajar con una traducción, ya
que son obras que hablan de la historia de ese país, de esa cultura y que, aunque se
hagan llamar Verona o Roma, Escocia o Dinamarca, siguen siendo el reflejo de una
Gran Bretaña del siglo XVI, que ha evolucionado y justifica a la Gran Bretaña de los
2000s.
Qué curioso resulta el mundo del actor, tan en comunidad con el otro –compañero,
profesor, texto y entorno– y por otro lado, tan aislado en su propio proceso de
creación. Una especie de cuerda que puede lograrse equilibrar si tiene dos tensiones
que la mantengan alargada: el trabajo del actor en sí mismo –como bien nos lo ha
dicho Stanislavski– y la creación colectiva, con y para el otro, que es, posiblemente,
lo que debería trascender del teatro clásico. La idea de ritmo y vida, generado por
todos, la idea de compañía teatral, más allá del individuo. En el que tiene el mismo
peso la existencia del otro, como la aportación que sólo es de uno. Cuando pienso en
cómo evolucionó esta idea durante mis procesos, me queda claro que era necesario
empezar desde lo que somos ahora: individuos aislados por el contexto de medios
de comunicación masivos y capitalismo en el que vivimos, de un país en violencia
y duelo constante, políticamente taciturno y en eterna mira a un desarrollo que
sabemos merecer, pero aun desconocemos cómo obtenerlo. De nuevo, regresar al
contexto, para poder, poco a poco, acercarnos al trabajo en escena, desde lo que
se necesita: un espacio de colaboración y compañía. De creación en equipo, pero
conscientes del rol que tiene cada uno en el engranaje, cómo permite que funcione
o cómo bloquea el flujo necesario para que cumpla su objetivo.
128
En retrospectiva, me doy cuenta de que existe, en instituciones como LAMDA, la
necesidad de generar y presentar metas y objetivos desde un aspecto casi filosófico,
donde, lo que se pretende enseñar, es el arte del actor y no un entrenamiento práctico
en actuación a la inglesa. Y es eso lo que las vuelve atractivas. Sin embargo, la
enseñanza de algo tan abstracto como son las convicciones discursivas, creativas o
estéticas, es algo inherente al proceso actoral, que sólo se logra de forma autónoma,
totalmente ligada a la historia de vida de cada uno, en su proceso creativo y personal;
el amor a nuestra disciplina, los cuestionamientos epistemológicos y la sabiduría
creativa, son independientes a una institución, así como la responsabilidad social
que sentimos como creadores. Uno puede enseñar una técnica, herramientas
concretas y ejercicios específicos que ayuden a obtener de un texto o de un arte, lo
que se pretende a nivel estructural que logre. Y en ese sentido LAMDA –desde mi
punto de vista– logra lo que se propone a nivel estructural, respondiendo de manera
pragmática y tajante, a la pregunta de quien, ingenuamente, desea saber “¿cómo se
hace eso?” Pero eso no asegura una conciencia o madurez creativa ni social en sus
egresados, por el simple hecho de haber estudiado ahí.
Por otro lado, ahora más que nunca, resulta necesario entender que todo
proceso formativo, en especial dentro de un ámbito como el actoral, requiere, para
poder beneficiar a quien lo lleva a cabo, de un sitio donde se pueda trabajar desde
el error. Un espacio de seguridad, que no de confort, donde el estudiante pueda
sentir la confianza de fracasar y experimentar para eventualmente encontrar las
herramientas dentro de los procedimientos necesarios, acordes a su instrumento,
para poder desarrollarse creativamente.
Las exigencias particulares que se le asignan a cada estudiante y los diferentes
niveles de expectativas y presión creativa que se le otorgan a un individuo, son más
factibles de ser alcanzados, si se trabaja desde un espacio de confianza y de respeto.
En otras palabras, al estudiante de actuación se le debe permitir la exploración e
investigación de sus propias habilidades, desde la experimentación, en su sentido
de intento-error, intento-acierto, sin juicios de por medio ante el resultado que se
espera; ya que estos principios siguen siendo necesarios para poder alcanzar
metas y objetivos técnicos. En especial cuando hablamos de un proceso formativo
tan exigente como es el actoral. Un entrenamiento, que debido a sus características
aísla al joven actor durante cuatro o cinco años, con la finalidad de reentrenar el
cuerpo, la mente y el proceso creativo, intelectual y emocional para la escena.
REFLEXIONES FINALES
Se podría argumentar que el proceso formativo de cualquier artista está pautado
por el proceso personal de cada uno y por la disciplina y disposición individual; sin
embargo, después de regresar de Londres, una compañera de la Facultad me recibió
diciendo: “Te hubieras quedado allá, tú que sí puedes”, enfatizando lo incongruente
129
que era para alguien que ama al Teatro, someterse de forma voluntaria a las penurias
del Teatro en un país como el nuestro. Esto venía de una joven actriz mexicana, el
futuro del arte teatral en México –que por alguna razón llegó a un momento de su
formación en el que desearía no serlo– una joven actriz que ha trabajado durante
cuatro años las áreas de conocimiento necesarias: voz, movimiento y actuación,
para desarrollar su vocación, disciplina y horas de trabajo. No se trata de la imagen
de apatía y falta de disciplina, que podría representar un joven con tan poca fe en el
teatro mexicano –que convenientemente nos gusta imaginar–.
Más inquietante resulta descubrir que no fue la única, no era la primera, ni sería la
última persona que, en los meses después de mi regreso, cuestionaría que hubiera
dejado LAMDA: “porque allá sí trabajan.” Lo que me parece aún más triste, es que los
profesores, y más tarde, directores, me digan lo mismo. Entonces, se torna inevitable
preguntarse: ¿de dónde nace esta necesidad de desprestigiar lo que tanto nos cues-
ta lograr? ¿Por qué se asegura que el instrumento formado en Inglaterra es abismal-
mente mejor al mexicano? ¿A qué nos referimos cuando decimos “ellos si trabajan”?
Ante estas reflexiones, apareció un argumento con el que, a quienes les pregunté,
justifican que mi visión del teatro nacional fuera tan optimista: mi formación se
caracteriza por procesos multiculturales. A eso había que sumarle características
específicas de mi anatomía, buenas relaciones y una vida familiar estable. Y
que, gracias a la suma de todo esto, yo me permitía hacer teatro con una calidad
aceptable, y olvidar que la situación del Teatro en nuestro país no se presta para los
logros de una industria como la británica.
A pesar de que en esos argumentos hay elementos que son verdad, si hemos
de concretar los procesos actorales a esta idea, olvidamos por completo que todo
logro ha sido consecuencia directa de la misma formación y las oportunidades que,
durante tres años y medio, en mi caso, me dio la Universidad Veracruzana. Tiempo
que incluye, de primera mano, las horas de clase que pasé siendo formada por las
mismas personas que argumentan que no. Esto sin mencionar que, quizás fueron
más característicos los conflictos con mis directores, los episodios depresivos y
las crisis creativas, que los momentos de triunfo, como resulta natural en cualquier
proceso creativo y formativo. Pero si dejamos el éxito de una preparación actoral a
lo que circunstancialmente le toca a uno u otro no: ¿por qué pasar cuatro años en
la escuela? ¿Cuál es entonces nuestro filtro de calidad? ¿Qué define y asegura una
formación con la misma calidad para todos? ¿Qué genera esta apatía hacia uno
mismo y qué tanto ciertas áreas de la formación lo fomentan?
Es verdad, en esta profesión existe un porcentaje que no depende de uno, sino
de lo circunstancial: si cumples el perfil, si das el tipo o si funcionas bien con el
resto del elenco. Eres seleccionado por banalidades como el color del cabello o de
la piel. Todo ello influye, es verdad, pero en un aspecto pautado por una industria
teatral y televisiva –en etapas de gestión guiadas e inspiradas en imitar industrias
130
que no corresponden a nuestro contexto–, que no tiene nada que ver con el arte
y entrenamiento del actor. No todo depende únicamente de aquello que uno no
puede controlar y si es así, entonces resulta necesario preguntarse, como creadores
mexicanos y formadores en instituciones teatrales, cómo solucionarlo, para no
convertirnos en la definición del personaje trágico: cuya misma existencia, destino
o ideal es lo que lo condena. En palabras de Uta Hagen:
El filósofo Henri Bergson decía “el presente solo se forma de pasado, y lo que se
encuentra en el efecto estaba ya en la causa” (Bergson, 1959, 450). Así pues, se vuelve
fundamental que discutamos una vez más sobre el rol que tenemos como institución
en el desarrollo y el actual estado del arte teatral no sólo en Veracruz, sino en el país.
Y qué tanto estamos sucumbiendo a la idea de que aquellos que pertenecemos a
esta institución, no tenemos una responsabilidad social y creativa, real y tangible a
corto y largo plazo, en la situación y desarrollo del teatro en México como industria
e institución, y por ende, en la cultura y conciencia del mexicano. Porque seguimos
(FTUV) siendo, aunque en momentos lo olvidemos, una de las instituciones de
formación teatral más importantes en el país. Son nuestros egresados y alumnos,
quienes están habitando la escena mexicana; ¿qué tanto hemos asumido esta
responsabilidad para asegurar que, quienes estamos estudiando y formándonos aquí,
estamos recibiendo y ofreciendo la verdadera calidad que tenemos y requerimos.
Quiero aclarar que esto no busca desacreditar los logros de la formación teatral
de México y mucho menos de la FTUV, sino generar una reflexión: una invitación a
conocer quiénes somos, y –como lo escribí antes–, asumir qué tanto ustedes y yo,
aportamos al caos o mejoramos la institución que nos ha formado.
131
zz Planta docente activa en el mundo profesional del teatro británico.
zz Retribución y contacto directo y constante entre egresados y alumnos desde
lo práctico, que parte del seguimiento y difusión del trabajo de los egresados.
zz Planes de egreso que aseguren el posicionamiento laboral de los egresados
en el mundo profesional: agentes, productores, compañías.
En contraposición, ya que son cosas que LAMDA no ofrece, enlisto las ventajas que
tenemos en Xalapa y que, en ciertos casos, aunque no en todos, son aplicables a
otras instituciones del país:
132
conscientes y a partir de lo que el mismo medio y sus deficiencias nos están
brindando. Generando con ello espacios de discusión ética que enriquecen la
investigación del quehacer teatral
}} La educación pública, que, de una u otra forma, permite que la posibilidad de
hacer teatro no esté segregada a un grupo o esfera social.
}} El contacto directo con otras disciplinas, por estar en un edificio que nos
permite formarnos junto con bailarines, músicos y artistas plásticos; así
como estudiar junto con directores, dramaturgos y gestores.
}} El acceso a formación complementaria como parte del plan de estudios (área
de formación y elección libre AFEL69), que a la par del punto anterior, es lo que
permite, de así desearlo, que nos formemos con una visión multidisciplinaria
que enriquezca nuestra visión y quehacer teatral.
}} Los festivales e intercambios académicos, que, a diferencia de LAMDA, nos
permiten experimentar otras formas de hacer y concebir nuestro arte, a nivel
nacional y/o internacional desde nuestra formación.
133
FUENTES CONSULTADAS
Bergson, Henri (1959). “Ensayos sobre los datos inmediatos de la ciencia, materia y
memoria, la evolución creadora, la energía espiritual pensamiento y movimien-
to”, La evolución creadora. México: Aguilar.
Hagen, U. (1991). Un reto para el actor. Barcelona: Alba Editorial
134
FRANCISCO JAVIER
NUÑO
MÁRQUEZ
135
1. PERTINENCIA DE LA FIGURA DEL DOCENTE-INVESTIGADOR EN LA
LICENCIATURA EN TEATRO DEL CMA
En el Centro Morelense de las Artes (CMA), actualmente se lleva a cabo un Programa
de Revisión de Planes de Estudio de todas las Licenciaturas que oferta con los
objetivos de generar diagnósticos sobre los mismos así como las modificaciones y,
en su caso, las reelaboraciones pertinentes.
Luego de un primer diagnóstico al Plan de Estudios de la Licenciatura en Teatro
(LT) realizado por docentes, alumnos y exalumnos de la misma, se ha notado la
existencia de un desfase entre el vínculo del Modelo Pedagógico implementado en
la carrera con respecto al Contexto Socio-Cultural al que emergen los egresados de
la disciplina.
Se detecta que las necesidades del Contexto Socio-Cultural actual rebasan los
postulados del Perfil de Egreso y esto vuelve necesaria la actualización del Modelo
Pedagógico, con el fin de ampliar las opciones de dicho Perfil a través de las áreas
de investigación, creación artística y pedagogía de las artes.
El desfase no es exclusivo de este caso, sino que es algo que sucede en los
sistemas educativos contemporáneos, según Hernández Arteaga, y que también
es producido por las tendencias globalizantes de inicios de este siglo, que han
generado en el ámbito educativo una constante reflexión crítica sobre los retos a
que se enfrenta la Educación Superior.
Hoy, la institución educativa no puede ser vista como un sistema cerrado, ajeno
a su entorno, sino que tiene que ser concebida, según Adúriz, como “una entidad
teórica o cerco conceptual con diferentes niveles de organización que forman parte
de distintos estratos” (3), por lo que la educación “debe partir de la realidad del
entorno – localidad, región, país, mundo–”(3). El primer objetivo de las instituciones
de Educación Superior será brindar una educación de calidad “entendida esta como
la coherencia existente entre todos los estamentos comprometidos con el sistema
educativo y el cumplimiento de las expectativas generadas por la estructura social”
(3). A través de ella se busca formar Sujetos competentes, entendida esta cualidad
como “saber hacer en contexto” (3). Por lo anterior, la Educación Superior ya no
puede limitarse a egresar profesionales de las diversas disciplinas sino que debe
atender los demás planos de los Sujetos en Formación por lo que hoy se plantea
como misión de la misma formar “personas, profesionales y ciudadanos” (3), a lo
que añade Hernández que estos serán “autónomos, responsables, disciplinados,
críticos y creadores; capaces de adquirir compromisos frente a la solución de los
problemas del entorno” (Hernández 7).
Al respecto dice Saldarriaga:
136
zontes políticos y culturales para orientarlos. Se objetará que las tres frases pueden
reducirse a una sola, pues todas proponen ocuparse de la formación de ciudadanos.
2. EL DOCENTE-INVESTIGADOR
a. Hacia un perfil del Docente-Investigador
Para conseguir un proceso enseñanza-aprendizaje que no consista en la
repetición irreflexiva de saberes legitimados y se pueda operar desde la visión de
dicho proceso como constructor de conocimiento, se vuelve totalmente necesaria
la práctica de la Investigación4 como “una de las actividades primordiales para el
perfeccionamiento de la docencia; ella establece la interrelación en el quehacer del
proceso enseñanza–aprendizaje” (Hernández 4-5).
Bajo esta perspectiva, se ha desarrollado dentro del ámbito educativo, la figura
del Docente-Investigador que, a diferencia del docente repetidor de teorías ajenas,
“trabaja para crear conocimiento, en lugar de obtenerlo de otras investigaciones”
(Corrales 76) pues su práctica consiste en Educar en Contexto. Esto es, que toma
4 Desde esta perspectiva, “implica la búsqueda motivada y dirigida que desarrolla el conocimiento, que va
en busca de lo desconocido a través de lo conocido, sirviéndose de la observación, de la experimentación, de la
indagación del pasado y también de la razón.” (Hernández 4).
137
como punto de partida el entorno en que se lleva a cabo la educación, tanto al
interior de la institución, pero, sobre todo, aquel en el que se desenvuelve el Sujeto
en Formación.
Es por esto que su enfoque, más que en el resultado de transmisión de
conocimientos, está puesto en desarrollar un proceso enseñanza-aprendizaje
más óptimo para los Sujetos que se encuentra formando en ese momento.
De ello, que el Docente-Investigador requiera hacer uso principalmente de la
pedagogía diferencial que contempla la Singularidad de cada Sujeto en Formación
y reconoce que cada uno tendrá su particular manera de aprender y que, entonces
dependerá de la conformación de los Sujetos Singulares en el Grupo, incluido
el Docente-Investigador, el proceso que se desarrollará. De esta manera se da
el “reconocimiento de la particularidad y heterogeneidad de los problemas
educativos” (Méndez 19).
Hernández Arteaga señala que el Docente-Investigador “es quien participa en la
articulación de las teorías presentes en sus propias prácticas, a partir del concepto
de interdisciplinariedad” (8) para quien “la investigación es un buscar e indagar
sistemático unido a la autocrítica que demanda la unión de hecho entre teoría y
práctica, entre saber y hacer” (8). El Docente-Investigador desplaza la noción del
docente poseedor y guardián celoso del conocimiento y se posiciona desde su propia
experiencia de conocer, de manera que “toma el rol de orientador de procesos; no
es el poseedor del saber, sino el guía de los estudiantes para alcanzar e integrar: el
saber, el hacer, el ser y el formar parte de una colectividad” (Hernández 12). De esta
manera, “aboga por un proceso de enseñanza aprendizaje funcional y dinámico,
que supere las prácticas metodológicas teorizantes y memorísticas, para dar paso
a un aprendizaje que relacione la teoría con la práctica en situaciones concretas y
contextualizadas” (11). Reconoce la complejidad de esta figura al enunciar que la
Educación Superior hoy, requiere de Docentes-Investigadores
Por otra parte, González enuncia algunas de las implicaciones del Docente-
Investigador:
En primer lugar, el docente deberá ser una persona crítica, responsable, reflexiva
y con la capacidad y disposición de probar nuevas alternativas que pueden poner
138
al descubierto debilidades ocultas. En segundo lugar, deberá ser un docente con
suficiente tiempo para explorar, leer y profundizar sobre los procesos contempo-
ráneos de la pedagogía y el currículo en su entorno como en otros lugares, hacer
seguimientos rigurosos y socializar con sus pares. (González 32).
139
menudo “por medio de preguntas que se hacen los educadores de forma individual
acerca del trabajo diario con sus estudiantes” (77) mismas que tratan de contestar
“aplicando variadas estrategias. A pesar de que estas estrategias son generalmente
informales, por su medio se logran resultados valiosos” (77).
Pudiera pensarse que estas investigaciones solo benefician al propio Docente-
Investigador, sin embargo, al establecer grupos de trabajo interdisciplinares, estas
prácticas se pueden desarrollar y potenciar en beneficio tanto de instituciones,
investigadores, docentes y alumnos. Pues, como afirman Corrales y Jiménez:
3. INVESTIGACIÓN-ACCIÓN
El teórico crítico de la enseñanza, Stephen Kemmis, define la Investigación-Acción
como “una forma de pregunta reflexiva emprendida por los docentes-investigadores
para mejorar sus propias prácticas, su comprensión y la situación en la que estas se
llevan a cabo” (Kemmis citado por Carr 102) reconociendo así, que el conocimiento
que informa y guía la práctica, es un “conocimiento contextualizado que no puede
estar separado del contexto práctico en el que está inmerso”(103). De ello resulta
que “la investigación-acción permite relacionar la teoría con la práctica en un todo:
ideas convertidas en acción” (Corrales 75). En este marco, se entiende como Acción
140
una práctica “éticamente informada” (Elliot citado por Carr 95), a través de la cual
se persiguen valores educativos y se reconoce que los puntos a los que lleva la
Investigación-Acción constituyen, en sí, un “conocimiento práctico” (112).
Méndez (23) sintetiza las propuestas centrales de la Investigación-Acción desde
la teoría crítica:
Por otra parte, siguiendo a Sandín (Citada por Méndez 24), la Investigación-Acción
comprendería las siguientes actividades: “identificación de una preocupación y
planteamiento de un problema; elaboración de un plan de acción; desarrollo de
este plan y búsqueda de información; finalmente, reflexión e interpretación de los
resultados obtenidos.”
Pese a lo anterior, Méndez subraya que, desde la “perspectiva crítica, la
investigación-acción no se limita al uso de técnicas, ni al seguimiento de
procedimientos” (25). Wilfred Carr, en rechazo a una mirada positivista de la la
Investigación-Acción resalta que esta recupera las nociones de la filosofía práctica
de Aristóteles y, luego de contextualizarlas en la actualidad, afirma que
142
::: Etapa 1: Formación :::
Primeramente, nos enfrentamos a la problemática de la carencia de Docentes-
Investigadores en el ámbito de la educación de las artes en general y del teatro en
particular a nivel nacional. Esto se debe a que el panorama de Educación Superior
hoy, reconfigura la labor del docente “exigiéndole multiplicidad de funciones, algunas
para las cuales no fue preparado; requiriendo competencias que sobrepasan
su formación, siendo necesaria una reflexión sobre su compromiso y a la vez
sobre su ethos investigador, conducente a alcanzar interpretaciones ajustadas a
necesidades y demandas de una sociedad en continuo movimiento” (Hernández 8).
Para remediar este aspecto se requiere formar docentes de teatro como Docentes-
Investigadores por medio de “transversalizar la formación en investigación, lo cual
implica una reactualización del discurso del conocimiento integrado, globalizado,
interdisciplinario” (Martínez 14). Para ello, Carr aclara que “la formación de los
docentes-investigadores no puede realizarse sólo en el aula, recibiendo clases”
(25) requiere siempre la práctica constante. Al respecto, actualmente se estudia
la experiencia llevada a cabo desde una iniciativa grupal particular interesada en la
educación interdisciplinar dentro del Centro Nacional de las Artes que posteriormente
devino en la constitución tanto del Diplomado Interdisciplinario para la Enseñanza
de las Artes en la Educación Básica, así como del Diplomado Tránsitos.
Aquí se propone que un grupo de docentes de teatro del CMA sean formados en
un esquema que los habilite como Docentes-Investigadores.
5. REFLEXIONES
Los retos que le plantea la actualidad a la Educación Superior requieren la
reformulación y reflexión constante de las prácticas educativas para poder
garantizar una propicia inserción de los Egresados dentro de su Contexto Social-
143
Cultural inmediato, evitando los desfases del vínculo entre este último y los Modelos
Pedagóicos y Planes de Estudios de las Instituciones Educativas.
La insersión paulatina de la figura del Docente-Investigador a la Licenciatura en
Teatro del CMA como esa figura que reflexione, refuerce y solidifique dicho vínculo
constantemente, resulta conveniente para mantener la calidad educativa de la
Licenciatura y, así, formar personas, ciudadanos y profesionales competentes que
puedan desempeñarse en diversos ámbitos de su sociedad y en beneficio de la
misma a través de su conocimiento teatral.
144
FUENTES CONSULTADAS
Campos Saborio, Natalia. “El Docente Investigador: Su Génesis Teórica y sus Ras-
gos.” Revista Educación 27(2) (2003): 39-43.
Corrales Sánchez, Olga y María de los Ángeles Jiménez Carrillo. “El docente como
investigador.” Revista Educación 18(2) (1994): 73-79.
Hernández Arteaga, Isabel. “El docente investigador en la formación de profesiona-
les.” Revista Virtual Universidad Católica del Norte (2009): 1-21.
González Guerrero, Krolina. “El docente como investigador de sus prácticas peda-
gógicas.” Revista Teckne 12.2 (2014): 29-33.
Martínez Gómez, Anabela. La formación del Docente Investigador. Barranquilla: Uni-
versidad del Norte, 2015.
Mejía Echeverri, Silvana Andrea. “Investigación en Educación Artística y Formación
de Docentes en Artes Plásticas.” Uni-pluri/versidad 12.2 (2012): 80-90.
Méndez Pardo, Alejandra. El Docente Investigador en Educación. Tuxtla Gutiérrez:
UNICACH, 2007.
145
MAHATMA
ORDAZ
La investigación artística y
el docente investigador
146
PRINCIPIOS GENERATIVOS Y ESTRATÉGICOS DEL PENSAMIENTO
COMPLEJO
La articulación de conocimientos a través del pensamiento complejo se hace
mediante la aplicación de principios generativos y estratégicos de su propio
método, los cuales son: el principio sistémico u organizacional, principio
hologramático, principio de retroactividad, principio de recursividad, principio
de autonomía/dependencia, principio dialógico y principio de reintroducción del
cognoscente en todo conocimiento. (Hernández).
Sobre todo, no deja de lado su relación con el contexto, el cual, comprendemos
como un “tejido que (se) teje y se desteje” (Cátedra UNESCO) y que hace del
proceso de enseñanza aprendizaje un proceso social, cultural e interpersonal, en
tanto que construye mas no reproduce.
En la Conferencia Mundial sobre Educación Superior (1998), celebrada en la
UNESCO se determinó que en un panorama económico globalizante, basado en
el saber, en sus aplicaciones y en el tratamiento de la información, era necesario
fortalecer los vínculos entre la educación superior, el medio laboral y la sociedad.
Se propuso entonces, la figura del docente investigador como fundamental para
superar los inconvenientes de la educación tradicional.
De acuerdo con Raposo, Fuentes y González, los principales roles del docente
investigador son dos: el primero: comprender la complejidad de los procesos
educativos, en general, y el segundo: entender el proceso enseñanza aprendizaje,
en particular. Ya que es el docente, quien orienta los procesos e integra “el saber,
el hacer, el ser y el formar parte de una colectividad.” (Hernández, 13).
Considerando que el docente investigador es un agente de cambio, por su
carácter reflexivo, crítico y por su capacidad de establecer relaciones complejas
con el mundo global, y conexiones disciplinares dentro y fuera del terreno de las
artes, se hace urgente, la proyección de instituciones y programas académicos
horizontales que respondan a la especificidad de lo local y lo particular, tomando
en cuenta la premisa “enseñar a pensar” dentro de las aulas, conlleva tomar
acciones fuera de ellas. Raymond, Perkins y Smith, afirman que:
147
la diversidad de los contextos en los que se lleva acabo la producción cultural
y la recepción de las artes ¿Cuál es la importancia de la investigación artística
y su ejercicio dentro y fuera de las universidades y escuelas de artes? ¿Y si la
producción artística contemporánea es un medio para la comprensión de las
relaciones de temporalidad, eventualidad y estabilidad del mundo global?
148
esta idea, explica Spengler, que la determinación de los roles y las tareas de
los docentes investigadores, difieren de la docencia convencional, la cual, lo
único que demanda es “saber”. Hoy, la globalidad demanda proyectar y producir
conocimientos en contextos cotidianos, formar estudiantes con perspectiva
compleja y profesionales competentes para el mercado laboral. (Hernández, 10).
La cultura de la Educación Superior en los países no pobres, promueve
el componente enseñanza aprendizaje como el proceso a través del cual, el
estudiante aprende a resolver problemas y situaciones concretas de la vida
cotidiana y laboral, por medio de la articulación del saber, el hacer, el ser y el vivir
en comunidad.
Por su parte, el desarrollo de la creatividad se ve reflejado en la innovación con
conciencia crítica, responsable y ética de las acciones. Tal visión, apuesta por
articular teoría y práctica, y por contextualizar los procesos de formación profesional
a través de marcos interdisciplinarios, multidisciplinarios y transdisciplinarios, con
la meta de promover la formación integral del profesional de las artes y/o artista
multidimensional. (Hernández, 11).
149
través de proyectos innovadores, enfocados en la integración y tolerancia social.
El proyecto se llevó a cabo en 5 ciudades de América Latina: Puebla (México), San
Salvador (El Salvador), Medellín (Colombia), Lima (Perú) y Curitiba (Brasil). (4)5.
El proyecto hizo partícipes a un equipo de artistas, colectivos, asociaciones civiles
y actores sociales, quienes pusieron el énfasis en la comunidad y en las acciones
conjuntas para mejorar la calidad de vida en las ciudades. Si bien la participación
artística es importante para generar confianza y vínculos entre los actores sociales y
los espacios de acción, la finalidad no era generar productos artísticos sino buenas
prácticas en favor del bienestar social.
Otro proyecto, que muestra cómo el arte nos atraviesa en la vida cotidiana, y
hace de ésta, el lugar para las acciones políticas, es el de la artista Peggy Diggs,
quien ha elaborado proyectos multidisciplinarios y transdisciplinarios.
Diggs, a través de la investigación y el activismo artístico, se ha inmiscuido en
los problemas de injusticias a las que se ven sometidas las mujeres en América.
Concluyó que los supermercados son lugares muy frecuentado por este tipo de
mujeres, y decidió utilizar para una de sus piezas, los envases de los cartones de
leche, para abarcar cuatro mensajes diferentes, sobre la violencia y los abusos a los
que se ven sometidas las mujeres, incluyendo en ellos una dirección y un teléfono
de ayuda, al que podían acudir en caso de necesitarlo.
Al utilizar las posibilidades que le ofrece un producto de consumo diario, Diggs
muestra públicamente el problema de la violencia familiar en Estados Unidos.
Aunque sus acciones incluyen objetos transformados por ella misma, no es el
objeto como tal, el que adquiere valor estético, sino la acción estetizada en el marco
de la cotidianidad, la que transforma al objeto.
150
nuevos trabajos artísticos del país al que visitan, con el objetivo de exponer la
realidad local del cambio climático.
Por otro lado, la organización Asmare, en Brasil, en cooperación con la ONGD
española Manos Unidas, está llevando a cabo un proyecto artístico-socio-ecológico,
en Belo Horizonte, Brasil. Personas en situación de marginación, convierten la basura
en arte, su trabajo no solo se ha mostrado en exposiciones artísticas, sino también,
han impartido conferencias y cursos sobre el tema de la basura. La proyección
del proyecto ha ocasionado que el trabajo de estas personas sea reconocido y
apreciado como arte. No obstante, la meta inicial, no era el reconocimiento artístico,
sino el trabajo conjunto de asociaciones y habitantes locales para cambiar, al menos
parcialmente, la realidad de los habitantes de las favelas. El programa fue un éxito,
dejó células activas que permitirán continuar con el trabajo artístico, y sobre todo,
con la concientización del impacto y tratamiento ético de la basura.
Con estos ejemplos, concluimos que el arte, en términos de producción artística,
social, política y cultural, es una herramienta y un medio para el tratamiento y solución
de problemas globales. Sin embargo, el éxito de su vinculación con otras áreas
de estudio, depende totalmente, de un planteamiento adecuado y de estrategias
metodológicas viables. Si bien no todos los programas aquí descritos devienen de
proyectos académicos, me parece pertinente enfatizar, que son las universidades
y centros de educación, los espacios adecuados para “enseñar a pensar las artes”
desde otros contextos, campos de estudios y marcos metodológicos.
Así también, según hemos descrito a lo largo de este estudio, la figura del
docente investigador es fundamental para generar líneas de pensamiento
horizontal, con cualidades creativas, polifónicas y reflexivas, que, a su vez, permitan
a los estudiantes y futuros profesionales, responder a las diferentes realidades y
contextos no lineales. Porque, transformar la realidad educativa también significa
transformar la realidad del entorno, y viceversa.
151
FUENTES CONSULTADAS.
152
JULIO FEDERICO
MORALES
ROJAS
La Educación teatral en
el Centro Morelense de las Artes
ORIGEN Y PRESENCIA DE LA LICENCIATURA DE TEATRO
El presente estudio aborda la temática sobre los conceptos de política cultural y la
experiencia educativa artística en la Licenciatura en teatro del Centro Morelense
de las Artes (CMA), con los objetivos de modificar su Diseño Curricular y Plan
de Estudios e instituir un Cuerpo de Investigación Docente a fin de fortalecer
el vínculo entre el modelo pedagógico actual respecto al contexto artístico
regional.
Fundado a finales del siglo XX, el actual Centro Morelense de las Artes del
Estado de Morelos (CMAEM), inicia como una dirección adscrita al desaparecido
Instituto de Cultura Estatal y, en mayo 2009, establece su figura como Organismo
Público Descentralizado del Gobierno estatal sectorizado a la Secretaría de
Cultura; cuando el Congreso del Estado emite y aprueba su Ley de Creación y
Decreto (LCMARTESEM6).
La Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) data su origen en
1872 como Instituto Literario y Científico de Morelos, que en 1938 se transforma
en el Instituto de Estudios Superiores del Estado, siendo en 1953 que se instituye
como Universidad, y no es sino hasta el año 2013 que el Consejo Universitario
aprueba la creación de la Escuela de Teatro, Danza y Música en su modalidad de
Licenciatura. (5 aniversario7)
Con los antecedentes mencionados, la creación del CMA ha ido encaminada
paralelamente a los cambios del nuevo milenio y a las crecientes necesidades
de educación superior, y para responder a las demandas de estudios de arte en
en el Estado de Morelos, brindando en su oferta académica diversas opciones
para formación de públicos y estudios profesionales, que van desde la iniciación
musical y en danza, bachillerato con opción en arte, diplomados en canto,
fotografía y laudería, talleres libres, Licenciaturas en Teatro, Danza, Música, Artes
Visuales y Escritura Creativa, hasta estudios de posgrado en Creación Artística.
153
La Licenciatura en Teatro del CMA inicia con un plan de estudios aprobado en 2004
y que se actualiza en 2013, sin embargo, desde su última revisión se ha realizado
una consulta docente sobre el método de estudios y a la fecha ese diagnóstico nos
presenta que el perfil de egreso actual se encuentra desfasado con respecto a la
vinculación entre los egresados y el contexto socio-cultural contemporáneo. Por lo
que en la actual administración estatal, la rectoría y comunidad académica del CMA
ha diseñado una estrategia que impulse el fortalecimiento de valores culturales
y artísticos al iniciar la tarea de revisión del mapa curricular y plan de estudios
vigentes de la Licenciatura en teatro y rediseñando los programas de posgrado,
los cuales buscan incluir el diseño de programa de investigación para responder a
una pertinencia educativa en la sociedad morelense en general y en la comunidad
artística en particular.
POLÍTICAS CULTURALES
Como instancia de orden público, el Centro Morelense de las Artes basa su
funcionamiento en los criterios de las políticas públicas del Estado de Morelos,
es por ello que se requiere un marco de referencia para establecer su existencia y
actualización como política cultural.
Las políticas públicas, en definición que nos ofrece Luis F. Aguilar Villanueva
(1993), son las decisiones de gobierno que incorporan la opinión, la participación,
la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos
electores y contribuyentes.
A partir de ese concepto, las Políticas Culturales son “el conjunto de
intervenciones, acciones y estrategias que distintas instituciones gubernamentales,
no gubernamentales, privadas, y comunitarias, que se ponen en marcha con el
propósito de reparar las necesidades y aspiraciones culturales, simbólicas y
expresivas, de la sociedad” (Olmos, 2008) en sus distintos niveles y modalidades.
Si bien el contexto social morelense y en consecuencia el campo cultural
contemporáneo se caracteriza por ser heterogéneo, complejo, ecléctico y cambiante,
significa que en el momento de diseñar políticas culturales es necesario tener en cuenta
y conocer la variedad cultural de los destinatarios, la complejidad del territorio y su
gente, la multiplicidad de instituciones (oficiales, privadas, comunitarias, asociaciones
intermedias) que interactúan para establecer una transformación social. Por lo tanto
es necesario establecer que la política cultural está inserta en la política pública.
La existencia como segundo estado más pequeño del país y con una aportación
del 1.2 % de productividad nacional, constituye un dato esencial a considerar en
el momento de la planificación, porque no se pueden trasladar acríticamente los
modelos concebidos en los estados de mayor ingreso e infraestructura: si bien
puede haber coincidencias estratégicas, los medios para enfrentar el problema son
disímiles en Morelos.
154
A partir de un replanteamiento, con la consolidación del Centro Morelense de
las Artes, se busca que la política cultural sea un eje de las políticas públicas. En
principio, de acuerdo a lo expresado por Gerardo Caetano, hay que relacionar de otra
manera los vínculos entre políticas culturales y desarrollo, en el entendido que “las
políticas culturales constituyen una variable del desarrollo en cualquier sociedad.”
(2003)
Crítica que sigue girando en torno de lo económico y social, donde se propone la
viabilidad o no del desarrollo. La cuestión pasa por el sentido más que por el desarro-
llo en sí mismo. Entonces, desde una perspectiva casi ideal, la política cultural en Mo-
relos debería ser el eje del desarrollo en la medida en que le proporcionaría sentido.
155
Un primer acercamiento por parte del estado mexicano, en dicho contexto
de ruptura, son las reformas aprobadas, de acuerdo al texto en la reforma a la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y publicado en el Diario
Oficial de la Federación el 09 de febrero de 2012, en su adición al párrafo noveno en
el artículo 4º, fracción XXV, del artículo 73 constitucional, donde se eleva a rango
constitucional el derecho a la cultura.
156
Los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 en materia cultural
resultan muy escuetos, ya que mencionan como objetivos
REFLEXIONES
El derecho de los mexicanos y los morelenses a una educación artística de calidad
es un elemento fundamental para el desarrollo adecuado de un país. En México,
si bien se han alcanzado logros en las últimas décadas, los esfuerzos para que
la educación sea más accesible e influya en disminuir la desigualdad se deben
ampliar.
El reto de lograr una educación con más calidad supone también la considera-
ción de aquellos factores que tienen que ver con la consolidación de un clima de
157
tolerancia y respeto en el ámbito social, familiar, escolar y el combate a todo tipo de
discriminación.
Este reto se relaciona directamente con la construcción de una articulación más
fluida entre todos los actores de la comunidad como proceso permanente que
contribuya al desarrollo del individuo y que garantice a la educación como un bien
público y un derecho humano del que nadie puede estar excluido.
En Morelos se está frente a una gran área de oportunidad, donde el sector cultural,
el gobierno, la participación ciudadana y los empresarios requieren una serie de
acciones para unificar una evolución de concepción y proyecto cultural, donde se
lleve a cabo otra forma de definir la acción del gobierno, que implique un modelo
operativo diferente para los actores implicados y los procesos de decisión en el
acto de diseñar políticas culturales donde el desarrollo incida con un crecimiento
artístico.
A la fecha se ha iniciado con un proyecto que parte del estado para resolver
esta necesidad a través de la Rectoría del Centro Morelense de las Artes, donde
estudiantes, egresados, docentes y directores de área han comenzado con la revisión
del plan de estudios y su respectivo mapa curricular, lo cual implica, en el caso de
la licenciatura en Teatro, un nuevo perfil de egreso que garantice las perspectivas:
intelectual, de enseñanza, dominio del conocimiento de las artes escénicas,
pedagogía y crítica teatral, investigación cultural, ámbito editorial y formación de
públicos, con identidad profesional y de acuerdo al contexto morelense.
La propuesta de la actual administración incluye la descentralización de su
oferta académica, proyectando la extensión sus servicios de formación artística a
las localidades de mayor concentración y demanda aparte de la capital morelense,
a razón de los municipios de Cuautla y Jojutla.
Asimismo, para fortalecer los planes y programas académicos del Centro
Morelense de las Artes en la revisión de su plataforma educativa, también se ha
programado la formación de investigadores a través de un Centro de Investigación
Teatral, como un referente de los aspectos vinculados a la actividad de profundización
sistemática en el área del conocimiento escénico y que requiere la comunidad teatral
La tarea que se ha iniciado implica una incorporación de todos los sectores
sociales en Morelos, ya que el objetivo de esta transformación involucra una serie
de cambios desde su diseño, implementación y resultados.
El Centro Morelense de las Artes, a partir de su experiencia educativa en la
licenciatura en Teatro, busca con estos cambios, incidir en la vinculación de sus
egresados con el mercado laboral a partir de un renovado perfil de egreso, diseñando
mecanismos de proyección para mayor número de profesionales del arte insertos
en la población económicamente activa.
El quehacer ha dado inicio, sin embargo, hay rubros que se deben fortalecer como
política cultural, que vayan desde la ampliación del presupuesto; establecimiento de
158
un mecanismo de proyección para el egresado en el ámbito escénico a nivel regional,
para su impacto nacional e internacional; y la integración del sector privado a la
inversión en las artes en general y con la adaptación de espacios en una perspectiva
de gestión cultural y de impacto al mercado laboral en lo particular.
La tarea ha comenzado y para que la cultura funcione como elemento de
desarrollo por medio de una renovación conceptual, también debe de estar apoyada
con alternativas de solución.
El Centro Morelense de las Artes está más vivo que nunca, ha aprendido de
su práctica y es un medio que se puede adaptar a su contexto para conseguir los
objetivos, lo cual le permitiría garantizar su capacidad para enfrentar con solvencia
los problemas en materia educativa de nivel superior, por lo que requiere asumir
facultades distintas como entidad pública.
En Morelos es imperativa la modernización de una educación artística con la
inclusión de los distintos sectores públicos y no gubernamentales, trabajando en
bien de la utilidad pública e incorporándose de manera activa en el centro de la
discusión, porque solo así podremos transformar a nuestra sociedad desde la
actividad artística.
159
FUENTES CONSULTADAS
ELECTRÓNICAS
http://marcojuridico.morelos.gob.mx/archivos/leyes/pdf/LCMARTESEM.pdf
https://www.uaem.mx/difusion-y-medios/publicaciones/boletines/cumple-5-
aniversario-la-escuela-de-teatro-danza-y-musica-de-la-uaem
http://coespo.morelos.gob.mx/sites/coespo.morelos.gob.mx/files/PDFs/enero_
proyecciones_2018_para_impresion.pdf
https://www.datatur.sectur.gob.mx/ITxEF_Docs/MOR_ANUARIO_PDF.pdf
https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5565599&fecha=12/07/2019
http://marcojuridico.morelos.gob.mx/archivos/reglamentos_estatales/pdf/
PED2019-2024.pdf
160
ALEJANDRO BLANCA LILIA
FLORES HERNÁNDEZ
SOLÍS REYES
La relación interdisciplinaria
de las artes escénicas UAEM
El quehacer artístico escénico genera conocimiento constante, aborda procesos y
procedimientos desde su práctica y producción; también impacta en la formación
académica cuando el arte, como generación de conocimiento, se inserta en las
universidades. De ahí la importancia de debatir sobre las problemáticas, retos y
disyuntivas de la investigación, los procesos de enseñanza aprendizaje y la relación
interdisciplinaria de las artes escénicas.
El discurso educativo de las artes hoy día, se sustenta en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, los procesos teórico-metodológicos para generar la
investigación relacionados con el arte escénico, y sobre todo, en los mecanismos
pedagógicos.
El vínculo estrecho que establece y exige el aprendizaje de las artes escénicas,
demanda un ejercicio inter y transdisciplinario, cuyo sustento radica en la experien-
cia multifactorial, por lo que es necesario propiciar un diálogo que opere la ruptura
epistemológica en las configuraciones y discursos que se plantean a través de la in-
vestigación-creación, para lograr la comprensión integral de determinados fenóme-
nos desde la perspectiva de diferentes disciplinas cuyo eje central será lo escénico.
La educación relacionada a las artes escénicas se imparte en la Universidad
Autónoma del Estado de México desde 1986, con la creación de la licenciatura en
Arte Dramático, hoy Artes Teatrales; y se amplía a partir del 2013, con la creación
de la Escuela de Artes Escénicas, organismo académico en donde se imparten tres
licenciaturas, Música, Estudios Cinematográficos y Danza.
El presente trabajo muestra la manera en que se está articulando la labor educa-
tiva de las artes escénicas, los retos y alcances que se tienen hasta el momento, y la
proyección de esta, en los ámbitos nacional e internacional. Se trata de provocar la
reflexión acerca de las inscripciones que las manifestaciones del arte escénico impri-
men e impactan en los procesos educativos y por ende en la sociedad que las gesta.
Desde tal perspectiva se dialoga sobre la profesionalización del arte escénico,
que conlleva necesariamente a una investigación continua de la misma, y cuyo
ejercicio profesional y seguimiento es imprescindible para cualquier espacio
educativo donde se impartan carreras artísticas escénicas.
161
ARTE Y CULTURA
ARTES ESCÉNICAS
163
porque su finalidad es la exhibición ante un público, formando un eje importante de
simbolizaciones e imaginarios a partir de la expectación.
En ello se refleja la necesidad de la práctica escénica con una interacción y
comunicación permanente con el espectador, porque eso permite estructurar
lenguajes y proyecciones dirigidas y con intenciones claras.
164
El pensamiento positivista, que aún se manifiesta y hace presente en nuestra
manera de interpretar y comprender la realidad, se ha encargado de que impere una
segmentación cada vez mayor y de que se genere una separación del conocimiento
que se ha convertido en un abismo que no hemos logrado superar.
Por ello, es necesario observar los procesos creativos, no desde una perspectiva
univoca y monodisciplinar, antes bien se requiere de la visión integradora, en donde
diferentes enfoques y perspectivas se unan para dar cuenta de esos procesos, pero
también de los actos escénicos, en los cuales, el trabajo inter y transdisciplinario
permita que converjan áreas del conocimiento incluso adversas.
Lo anterior implica estructurar una correlación entre las teorías, los métodos y
las metodologías, y a partir de esta avalancha, se observe el fenómeno escénico, las
prácticas creativas y los efectos que provoca en cuanto a aprendizajes que moldean
el fenómeno escénico.
Existe un hecho indiscutible en este proceso, que es inherente a todo arte escénico:
los procesos de comunicación que desencadena y proyecta de manera interna
como parte de sus propios mecanismos, así como la intención del trabajo en sí
mismo. Es decir, lo que cuenta, cómo lo cuenta y para qué lo cuenta, desemboca
invariablemente en el encuentro con el público, quien a su vez desencadena otros
procesos comunicativos.
165
La representación, es el elemento a través del cual se encadenan tanto los procesos
creativos, comunicativos, así como la interacción, porque a través de ello se logra
la “reconstitución de algo diferente” (Pavis, 1980). Ello implica la creación de
acontecimientos y por ende su exhibición, lo cual implica la constitución de una
cadena permanente y en una amplitud diversa, de interpretaciones y significaciones.
Desde esta perspectiva, la representación se convierte en algo inagotable, que
depende de quien lo presente, implica diversas intencionalidades y la constitución
de imaginarios amplios y diversos. Por ello, entre una serie de pregunta,s surgen
algunas inevitables: ¿qué mostrar?, ¿para qué y por qué?, ¿para quién?, ¿cuál es la
intención?
Lo anterior da cuenta de la complejidad de conducir procesos de creación,
para dar existencia a algo, mostrar, generar, o simplemente presentar ante alguien
más. Por supuesto que la forma es la escénica. Así, lo representable de la realidad
es el eje a partir del cual se articula el pensamiento escénico, a partir del cual,
se estructura una narrativa que cuenta, que dialoga con la realidad, que además
permite la estructuración lógica de acciones, conflictos, emociones formando con
ello materiales escénicos, tales como la palabra y el movimiento, logrando con ello
la representación de situaciones humanas, complejas y variantes. (Laferrière, 2003)
166
ejecutar y crear proyectos haciendo uso de los conocimientos adquiridos (Planes
de estudio de las tres licenciaturas 2013-2017)
La formación integral a la que se alude en los planes de estudio de las tres
licenciaturas, conlleva procesos diferenciados, integradores, críticos, que están en la
escritura, pero que en la práctica, han generado una dinámica compleja que rebasa
la propia generación del conocimiento y los procesos de enseñanza aprendizaje.
La manera de expresar la generación de movimientos para forjar un conocimiento
real atraviesa diversos ejes, que se si bien se relacionan, no logran una articulación
tangencial. Va desde la propia formación de los docentes, las expectativas y conjunto
de experiencias de los alumnos, pero también de las exigencias que demanda la
realidad circundante.
Es fundamental, por supuesto, conocer la realidad en primera instancia; en un
segundo momento constituir la comprensión de los elementos sociales, políticos,
económicos y culturales que la articulan; lo que nos lleva, de manera consecutiva,
a un análisis más real de lo que demanda el contexto en el cual se desarrolla la
educación de las artes escénicas.
167
Aunque se busca de manera integral el desarrollo de competencias, habilidades y
destrezas en los alumnos, el punto de quiebre se encuentra cuando se enfrentan al
ámbito laboral. El tiempo aún es corto para poder realizar una evaluación real, sin
embargo, se está llevando a partir del programa de seguimiento de egresados.
La Escuela de Artes Escénicas concibe dichas competencias como un instrumento
fundamental para una formación integral, ya que no sólo se ocupa del estudio de
las diferentes manifestaciones de la teatralidad, sino que, además, permite que el
alumno desarrolle competencias comunicativas, sociales, expresivas, creativas o
las relacionadas con la resolución de problemas y la autonomía personal; estimula
su interacción con el medio y garantiza, por tanto, el logro de fines formativos y
propedéuticos asignados a esta etapa; e implica el manejo de técnicas que le
permitan encontrar un equilibrio, pero ante todo, innovar en las maneras de generar
los aprendizajes.
Otro elemento que puede verse como fortaleza, es que al alumno, además de
poder ejecutar, de ser interprete en cualquiera de las tres áreas de formación y
tener un encuentro con los procesos creativos, se le dan las condiciones para que
desarrolle la gestión que le permita una mejor interacción con el medio, además de
fortalecer la investigación / creación.
168
Cada elemento que se encuentra en la creación tiene implicaciones humanísticas,
sociales, culturales, religiosas, y, tanto los procesos como el producto artístico, son
construcciones socioculturales del hacer humano, donde el carácter de seguimiento
científico está presente. En este camino a seguir la inter y transdisciplinariedad están
presentes, se convierten en elementos imprescindibles para alcanzar los objetivos
planteados en la investigación creación (Parga, 2018)
La formación universitaria vinculada a las artes es un eje fundamental para
alcanzar un desarrollo completo e integral del sujeto. La tarea fundamental consiste
en encontrar mecanismos que orienten la constitución de la profesión artística
escénica universitaria, que dignifiquen el quehacer del artista, del creador y con ello,
encontrar un desarrollo integral tanto de los sujetos implicados en el proceso como
de la colectividad, de la sociedad en general.
La interdisciplinariedad, hoy es un punto de encuentro, un ejercicio que todo
creador-investigador universitario debe contener dentro de sus procesos de
producción, pero sobre todo, debe permitir generar un encuentro con los contextos,
con la realidad en la cual se desenvuelve, ya que el diálogo se requiere como
sustento en esta dinámica. Diálogo del yo con el otro, que habremos de convertir
en un diálogo nosótrico, donde aparezca el “Nosotros” inherente, que nos permita
encontrarnos de manera permanente con un yo colectivo, que podrá reestructurar el
carácter de creación e investigación en las artes escénicas en nuestro país.
169
FUENTES CONSULTADAS
Giménez, Gilberto. Estudios sobre cultura y las identidades sociales, México: ITESO/
CONACULTA, 2007.
Laferrière, George y Tomás Motos. Palabras para la acción. Términos de teatro en la
educación y en la intervención sociocultural, España: Ñaque, 2003.
Maturana, Humberto. La realidad: ¿Objetiva o construida? I. Fundamentos biológicos
de la realidad, España: Antropos/ Universidad Iberoamericana/ ITESO, 2009.
Parga Parga, Pablo. InvestiCreación Artística. Metodología para la investigación
Artística en el ámbito universitario y de la educación superior, México: UAQ,
2018.
Pavis, Patrice. Diccionario del teatro: dramaturgia, estética, semiología., España:
Paidós, 1980.
Pérez-Aldeguer, S. Las artes escénicas como metodología educativa en la educación
superior. Foro de Educación, 15(22), 1-7. doi: http://dx.doi.org/10.14516/
fde.587, 2017.
Pratt Fairchild, Henry. Diccionario de sociología del teatro. México: FCE, 1987.
170
PAMELA
JIMÉNEZ
DRAGUICEVIC
171
es el objetivo a seguir. Después de los etude, se regresa al análisis de causalidades
y se profundiza el proceso. Así, los signos de las acciones físicas irán aflorando
dentro del actor mientras se desarrollan dos líneas: las acciones físicas y las
psicológicas. Este método ofrece un enfoque transversal entre la actuación y la
psicología que permite ofrecer información y lineamientos formativos vigentes para
el ámbito escénico contemporáneo.
1. Gesto psicológico
2. Matiz psicológico
3. Centros Imaginarios.
1 Odio y repugnancia
2 Fanatismo
3 Introspección-aislamiento
4 Mezquindad y desconfianza
5 Protesta con sufrimiento e indignación
6 Debilidad y autocompasión
7 Indiferencia.
172
Figura 1. Estructuras arquetípicas del gesto psicológico: 1. Odio y repugnancia, 2.
Fanatismo, 3. Introspección-aislamiento, 4. Mezquindad y desconfianza, 5. Protesta
con sufrimiento e indignación, 6. Debilidad y autocompasión, 7. Indiferencia. (Chejov,
2005: s/p)
Estas estructuras quedan insertas en la construcción base del personaje.
A través del análisis del mismo, se va justificando a qué gesto pertenece su
comportamiento. Como técnica psicofísica, se genera una musculatura plataforma
del personaje, logrando una serie de tensiones internas que provocan que dicho
gesto quede de manera implícita en su fisicalidad. “Cada personaje posee un único
gesto psicológico, que revela lo más secreto y lo más recóndito de sus motivaciones
y de su personalidad” (Chejov, 2005: 43). Esto no quiere decir que los personajes
presenten en su accionar el gesto de manera explícita, sino que se muestra de
forma implícita.
Es esencial permitir que todo el cuerpo esté involucrado para que el efecto se
vea reforzado y adquiera nuevos matices, así como hacer consciente el cambio del
centro de energía del pecho (que es lo más común en los seres humanos) hacia otra
área, así como su tamaño; estimular el centro para conseguir la sensación deseada.
ELEMENTOS DE LA BIOENERGÉTICA
Elementos de la bioenergética que exponen el enfoque transversal entre la actuación
y la psicología: En la bioenergética, los distintos tipos de defensas se titulan
“estructuras de carácter”. Carácter entendido como un patrón fijo de conducta y la
manera en que el individuo administra su búsqueda de placer.
La formación del carácter se establece en la interacción entre el ego y el cuerpo.
La imagen del ego modela el cuerpo y le da forma por medio del control que el ego
174
ejerce sobre la musculatura voluntaria. La musculatura de la que se retira la energía
entra en un estado de contracción crónica o espasticidad, que hace imposible la
expresión de sentimiento prohibido.
En bioenergética, las estructuras de carácter se clasifican en cinco tipos:
esquizoide, oral, psicópata, masoquista y rígido. ¿Por qué se dan estas estructuras
de carácter?, por los niveles de tensiones y distorsiones existentes en el cuerpo. “La
percepción es una función de la mente, la cual es un aspecto del cuerpo” (Lowen,
1993: 59).
DESARROLLO DE ESTRUCTURAS
Desarrollo de estructuras, herramientas en la construcción psicofísica de los
personajes: cada una de estas estructuras es consecuencia de experiencias
de la niñez, que han disminuido la sensación de seguridad y auto-aceptación.
Estas estructuras de carácter compensan diferentes sentimientos de un agravio
ocasionado al yo. A continuación, dos ejemplos de los cinco tipos de estructuras
de carácter:
175
Tabla 1. Estructura del carácter
176
REFLEXIONES
A partir de dos áreas distintas: el Método de las Acciones físicas y las Estructuras
de Carácter de la Bioenergética, se establece un diálogo donde fácilmente se
pueden combinar; por ejemplo, el matiz psicológico se fortalece y resignifica en
la medida que el personaje tiene soporte no solo en un gesto psicológico sino en
una estructura de carácter de la bioenergética, porque el modo de relacionarse
con los otros personajes, objetos y circunstancias tiene una justificación mucho
más compleja y completa.
Stanislavski aclara en el Método de las acciones físicas, que los sentimientos
no se someten, sino que se conducen a través de los estímulos físicos y las
acciones; lo mismo sucede con los anhelos y deseos, los cuales son manejados a
través de la voluntad. Por ello, es necesario tomar en cuenta esta cita de Alexander
Lowen: “Asumiendo la actitud corporal de otra persona, puede sentirse o captarse
el significado de su expresión corporal.” (Lowen, 1993: 95).
El actor actual tiene diversas posibilidades de construir un personaje a través de
diferentes herramientas que se ofrecen en distintos ámbitos artísticos, sociales y
humanísticos. Es el momento de que investigue, analice y cree vínculos para crear
nuevos caminos escénicos.
177
FUENTES CONSULTADAS
178
ISAAC
PÁJARO
SÁNCHEZ
179
imaginar cómo en tal estado salvaje unos seres, entre otros semejantes a ellos,
encontraron el modo de utilizar fuego para calentarse e iluminar los espacios que
habitaban, como las cavernas.
Ahora, las fuentes de luz domesticada que permiten al hombre contemplar
el mundo, son sumamente variadas y se han desarrollado en ámbitos tan
especializados como la escena que, concibiendo la luminotecnia, promueve la
utilización, investigación y fabricación de instrumentos lumínicos sofisticados para
ampliar las posibilidades creativas de los artistas; fenómeno que se verifica en una
época en la que los grandes mitos de la humanidad, que habían sido considerados
como supercherías por la ciencia clásica, renuevan su vigencia como una forma de
entender el mundo desde un punto de vista simbólico.
180
resultado del proceso industrial, la cual extrae sus componentes de la naturaleza
para luego devolverlos en otra etapa de la producción. La energía que circula en
escena y de la que el espectador se hace parte, es generada por el actor y por las
máquinas, proceso orgánico que significa y le da sentido a la obra para insertarse
el discurso del autor.
DE LA TÉCNICA A LA POÉTICA
Siguiendo la lógica de re-ligar y de trabajar sobre los márgenes de los conceptos, así
como de las disciplinas, es que consideramos oportuno acercarnos a la metodología
transdisciplinaria, ya que de acuerdo al axioma del tercero incluido podemos colocar
a la luz entre ciencia y arte, al hombre entre industria y espíritu, así como enmarcar
la obra o creación en tanto su espacio interior, profundizando entre los laberintos del
alma humana y en su espacio exterior, al insertarse en la mecanización del mundo
material y cronometrado, ya que toda obra reclama su tiempo y su espacio.
La elevación poética de una obra no descuida de ninguna manera, el nivel técnico
que debe atenderse en primera instancia para establecer un lenguaje común entre
técnicos y creativos, que sólo desde esta base hace posible la comunicación
eficiente, para llevar a cabo un proceso creativo con método y que luego se verificará
en la planeación de montajes donde el cuidado y acierto de un diseño, tiene la
posibilidad de sumergir a los participantes del acontecimiento escénico, en las más
trascendentales preocupaciones humanas que encuentran su desdoblamiento en
la escena. En este sentido mencionaba Antonin Artaud en su manifiesto del Teatro
de la Crueldad:
LA NECESIDAD DE PROFESIONALIZACIÓN
Se ha dicho, y en cierta medida es cierto en algunos lugares como Querétaro, que
los técnicos son quienes se apropian de los teatros, no son los creativos y no son
los directores. Y sucede quizá, porque tratándose de que son espacios equipados,
tiene que haber un responsable de resguardar los aparatos, alguien que se encargue
de colocar las luminarias, de dirigirlas, alguien que sepa programar en la consola.
También sucede muy a menudo que son los técnicos quienes deciden sobre
aspectos sumamente importantes en la percepción de la puesta en escena como
181
lo son el espacio y la iluminación. Esta situación da cuenta de lo improvisado con
que hemos estado trabajando y el descuido que hemos tenido en ciertos aspectos.
En Querétaro, hasta hace poco, existían dos o tres iluminadores, y sólo uno de
ellos era además escenógrafo, y entre estos dos o tres, se daba el caso del técnico-
iluminador. Esta realidad de lo que pasa en los teatros, nos lleva a distinguir entre dos
tipos de actividades que se llevan a cabo en recintos institucionales no académicos,
las salas de espectáculos del Estado: por un lado, las obras profesionales y por
otro lado lo que llamamos, con intencional ambigüedad, otros eventos. Por obras
profesionales entendemos aquellas que cuentan con diseño de espacio, con
diseño de iluminación, con diseño sonoro... Lo que permite llevar a cabo un trabajo
organizado desde el plan de montaje en el que se establecen los tiempos, con un
criterio coherente a las necesidades específicas de cada obra, que van desde la
colocación de la escenografía, las luminarias, la programación y la realización de
todas las pruebas necesarias, hasta la función y el desmontaje. Tener en cuenta que
entregados a la improvisación sólo podemos aspirar a la frustración.
182
práctico, siguiendo la idea de que toda teoría se va generando en la práctica: en
este caso colocando luminarias, dirigiéndolas, probando las diferentes funciones de
cada dispositivo, los distintos efectos de la luz sobre cuerpos y volúmenes, tonos y
matices, así como las opciones de programación en la consola.
El curso tuvo una duración de 40 horas y participaron 25 creadores, en las
instalaciones del Teatro de la Ciudad, Santiago de Querétaro. El objetivo alcanzado
fue verificar la capacidad de los participantes para resolver en el espacio escénico,
de acuerdo a un plan de montaje previamente elaborado, y organizando el equipo de
trabajo, compuesto por técnicos especializados que realizan funciones específicas.
Además, en este curso, los participantes desarrollaron habilidades y entrenaron
su sensibilidad para generar diferentes atmósferas que se hacen posibles con una
pertinente utilización de técnicas de iluminación escénica.
ADMINISTRACIÓN DE ESPACIOS
Es por medio de estos cursos y diplomados que queremos ampliar la cantidad
de gente capacitada para conformar equipos creativos, pretendiendo transformar
la realidad de muchos espacios entregados a la burocracia, incidir tanto en la
programación de los teatros, privilegiando las propuestas profesionales, y llevar la
comunicación a otros niveles de los que, el primero es el manejo preciso de un
lenguaje técnico como punto de partida, para posteriormente, aspirar a una poética
del espacio escénico, en un nivel de interacción y comunicación más profundo.
183
FUENTES CONSULTADAS
184
MARÍA TERESA MARÍA DE LOURDES
PAULÍN PÉREZ
RÍOS CESARI
La transgresión en la enseñanza-aprendizaje
de las artes escénicas UAEH
LA TRANSGRESIÓN
La transgresión aparece a lo largo de los años en los procesos de enseñanza-
aprendizaje de las artes escénicas. Si bien, en muchos de esos procesos no se
utiliza la palabra “transgresión”, ésta se practica continuamente.
El concepto implica: ir más allá de los límites personales, más allá de los lugares
comunes en los que se suele trabajar; abandonar la comodidad, en busca de una
zona desconocida que pueda aportar nueva información al desempeño actoral o a
la puesta en escena. Penetrarse, atravesarse o vulnerarse, son sinónimos de este
ejercicio transgresor.
La falta de conocimiento del concepto, los mitos generados a su alrededor y
la práctica desinformada de la misma, han tergiversado su sentido, generando
confusión y recelo en el uso de la palabra, y presentando a la transgresión como un
ejercicio de crueldad, en el cual, se llega incluso, a generar o suministrar violencia.
A decir verdad, la transgresión o vulneración, en los procesos de enseñanza-
aprendizaje de las artes escénicas, exige la voluntad del alumno, puesto que la
185
necesidad de ahondar en zonas desconocidas y profundas, en espacios que le
resultan misteriosos, debe partir de él o de ella. El maestro, por lo tanto, funciona
como un guía, no toma la decisión por el alumno, aunque sí lo conduce y lo motivarlo
a romper sus límites, a transgredirse, en otras palabras, a crecer.
Vale la pena tener en cuenta que transgredirse o vulnerarse, no es una actividad
para cualquiera, pues implica un proceso doloroso que comienza con una crisis,
una agonía del futuro creador, la cual aparece cuando el creador se vuelve
consciente de que aquello que siempre le funcionaba, no resulta vigente para esta
ocasión.
En busca de su verdad, de sus misterios interiores, mismos que implican deseos,
emociones, imágenes y diferentes tipos de revelaciones, el alumno necesitará estar
dispuesto a experimentar el proceso, por doloroso que este pueda resultar.
En su libro La salvación de lo bello, el filósofo coreano Byung-Chul Han, afirma:
También la percepción evita cada vez más la negatividad. Lo que domina la per-
cepción es el “me gusta”. Pero ver, en un sentido enfático, siempre es ver de forma
distinta, es decir, experimentar. No se puede ver de manera distinta sin exponerse
a una vulneración. Ver presupone la vulnerabilidad. De lo contrario, solo se repite
lo mismo. Sensibilidad es vulnerabilidad. La herida –así podría decirse también–
es el momento de verdad que encierra el ver. Sin herida no hay verdad, es más, ni
siquiera verdadera percepción. En el infierno de lo igual no hay verdad. (Han, 2017).
Como podemos apreciar a través de esta cita, si se busca ver de forma distinta,
transitar hacia nuevos caminos que puedan proporcionar diferentes perspectivas
capaces de posibilitar al futuro creador la articulación de un trabajo complejo, es
necesario estar dispuesto a experimentar la vulneración. Dicho de otro modo, el
momento de verdad que encierra el ver duele como una herida, porque descubrir la
verdad puede ser lastimoso o incluso violento; mas esta violencia es resultado de
la mirada: “La actual sociedad positiva elimina cada vez más la negatividad de la
herida. Eso se puede decir también del amor. Se evita cualquier intervención costosa
que pueda conducir a la vulneración.” (Han, 2017).
La cita explica la reputación que la palabra ha conseguido en nuestros días, pues
a menudo viene acompañada de términos como herida, vulnerabilidad, miedo, riesgo
y negatividad; este último se asocia a algo dañino, perjudicial, olvidando la negación
que implica su origen; pero, de esa negatividad también surge el conocimiento: “De
la experiencia forma parte necesariamente la negatividad del verse conmocionado
y arrebatado, que es la negatividad de la vulneración” (Han, 2017).
La transgresión, además, implica la exposición de la intimidad y podríamos
agregar, también la sensación de miedo, misma que suele tomarse como algo
186
pernicioso12 y que en realidad, no es más que un sentimiento que forma parte del
sistema defensivo de la naturaleza, por lo que inhibirlo no es precisamente sano y
resulta más útil asumirlo y aprender a dialogar con él.
El miedo aparece con la posibilidad de exponernos a un peligro, razón por la cuál
la cita de Derrida que hace Han, resulta del todo pertinente para mostrar su función:
La visión de Han coincide con las ideas del director polaco Jerzy Grotowski, quien
aplicaba a la actividad teatral una práctica a la cual denominaba vía negativa, misma
que consistía en un “proceso de eliminación” que buscaba la destrucción de los
obstáculos y las barreras que imponía el actor como defensa ante la vulneración:
12 Las campañas de bebidas energéticas como Red Bull y de algunas marcas de ropa deportiva como Nike,
promueven campañas que estimulan a inhibir el miedo.
187
No obstante, la eliminación de las barreras no se produce de un día para otro, e
involucra además, un fuerte conflicto, ya que, en ocasiones, el actor debe abandonar
la educación de una vida; misma que involucra prejuicios, creencias y valores morales
que reducen la complejidad del personaje. Todo ello, en busca de la esencia del
actor, más allá de los estereotipos y aquellas características que él mismo pueda
creer que lo definen. El director inglés Peter Brook, amigo íntimo de Grotowski, con
quien comparte algunos aspectos de su filosofía, lo detalla de la siguiente manera:
el trabajo del actor es la obra de una vida: paso a paso, el actor extiende el cono-
cimiento que tiene de sí mismo a través de situaciones dolorosas, siempre reno-
vadas, que crean los ensayos, y los extraordinarios signos de puntuación, que son
las representaciones. En la terminología de Grotowski, el actor se deja penetrar
por el papel. Al principio es un obstáculo, pero mediante un trabajo constante el
actor adquiere un dominio técnico de sus medios físicos y psíquicos, gracias al
cual elimina las barreras. La autopenetración por el papel está en relación con la
exhibición. El actor no duda en mostrarse tal como es, puesto que se da cuenta de
que, para revelar el secreto de un papel, es necesario que se abra totalmente, que
revele sus propios secretos.13 (Brook, 2009).
Varios años antes, en 1932, el actor francés Antonin Artaud escribía El teatro y su
doble, así como una serie de Cartas sobre la crueldad, en las cuales se refleja, de
manera cruda, la importancia capital de la transgresión para la creación poética. No
obstante, la “crueldad” a la que Artaud se refiere –al igual que el término transgresión,
al que está íntimamente ligada–, también ha sido incesablemente malentendida,
13 le travail d’acteur est l’œuvre d’une vie: pas à pas, l’acteur étend la connaissance qu’il a de lui-même à travers
les situations douloureuses, toujours renouvelées, que créent les répétitions, et les extraordinaires signes de
ponctuation que sont les représentations. Dans la terminologie de Grotowski, l’acteur laisse le rôle le pénétrer. Tout
d’abord, c’est un obstacle, mais par un travail constant l’acteur acquiert une maîtrise technique de ses moyens
physiques et psychiques, grâce à laquelle il abolit les barrières. L’”auto pénétration” par le rôle est en relation
avec le fait de s’exhiber. L’acteur n’hésite pas à se montrer tel qu’il est, car il se rend compte que, pour dévoiler le
secret d’un rôle, il faut qu’il s’ouvre totalement, qu’il révèle ses propres secrets. Si bien qu’en jouant il accomplit un
sacrifice: il sacrifie ce que la plupart des hommes préfèrent cacher. Ce sacrifice est son offrande au spectateur.
188
seguramente por el significado de la palabra utilizado fuera de su contexto. No
obstante, Artaud se refería al término desde un punto de vista muy particular:
Cabe muy bien imaginar una crueldad pura, sin desgarramiento carnal. Y filosófi-
camente hablando, ¿qué es por otra parte la crueldad? Desde el punto de vista del
espíritu, crueldad significa rigor, aplicación y decisión implacable, determinación
irreversible, absoluta. (Artaud, 2006).
14 Tal como lo expone Gastón Bachelard en su libro La formación del espíritu científico: “[…] el espíritu científico
debe formarse entonces en contra de la Naturaleza, en contra de lo que es, dentro y fuera de nosotros, impulso y
enseñanza de la Naturaleza, en contra del entusiasmo Natural, en contra del hecho coloreado y vario. El espíritu
científico debe formarse reformándose. Frente a la Naturaleza sólo puede instruirse purificando las sustancias
naturales y ordenando los fenómenos revueltos” (Bachelard, 2011).
190
al sujeto que la práctica como al que la observa. Entre las funciones capitales de
la transgresión está el hecho de eliminar la tradición y renovar la consciencia de
los individuos involucrados en la creación de la experiencia escénica. Es gracias
a la transgresión que sucede el rompimiento de las fronteras, pues es en esos
espacios, en los que la vida domina y las acciones ya no tienen nombre, donde
surgen genuinamente los auténticos actos poéticos.
191
FUENTES CONSULTADAS
192
FERNANDO
BRIONES
DURÁN
193
crear estrategias didácticas que le funcionen al alumno en su proceso de formación
artística. “Comenzar a identificar las capacidades básicas necesarias y ubicar las
otras capacidades complementarias en un plano secundario” (Arrojo, 2014) para
que el alumno pueda desarrollar sus poéticas teatrales.
194
pedagógicos no son momentos, son transformaciones permanentes y se recurre a
ellos en cualquier momento que sea necesario. (Párr. 2).
En el caso de las actividades que, de manera intencional se organizan en los
procesos pedagógicos de enseñanza-aprendizaje para formar a un director de
escena, se observan antes, durante y después de adquirir los nuevos conocimientos,
un conjunto de teorías sociales, espirituales, psicológicas, estéticas, semánticas y
biológicas que resultan de los estudios del humano, que ya se han realizado dentro
y fuera de un salón de clase universitario.
Por consiguiente, en el proceso dentro de un centro escolar universitario donde
se forman los artistas teatrales, las narraciones, las palabras, las cosas, los sonidos,
las lecturas fundamentalmente, el inmueble, los análisis semánticos, las relaciones
entre alumno-profesor-institución, el amor, las fiestas, las drogas, el sexo y la
tradición familiar, es decir, la vida universitaria observada holísticamente, contiene
elementos ontológicos que generan una gran cantidad de entrecruzamientos bio-
psico-sociales-espirituales que obliga al proceso de aprendizaje a tener un mayor
rigor epistemológico de lo que significa educar en la universidad.
Porque son acciones que se despliegan ya con un fin formativo, establecido
por un grupo de especialistas llamados pedagogos teatrales, que se reúnen
en Academias para la dialogicidad del proyecto educativo propuesto por un
Coordinador Académico, que a su vez partió de normas y leyes instituidas en un
Modelo Educativo, que a su vez surgió de un Plan Nacional de Educación y que la
Universidad sigue con el objetivo de articular en la sociedad al tipo artista que formo,
educo, o/y que posiblemente enajeno. Esto es, una gran estructura de elementos
educativos que, al no engranar sistémicamente entre ellas —disculpen ustedes el
pleonasmo retórico—, el resultado de ese proceso, en la formación de un director
alumno-artista, puede ser desgarrador y frustrante para el ser y la sociedad. En este
sentido podríamos referirnos a una indignante educación bancaría que podría ser
consecuente de un teatro mortal.15
Un proceso formativo de calidad en la enseñanza aprendizaje universitario, es
sistémico y metodológico porque es un asunto de vida y radica en la utilización de
estrategias que despierten la creatividad, la dialogicidad, la crítica y por lo tanto, la
libertad para un saber inventar caminos diferentes hacia los nuevos rumbos de un
teatro imaginativo, un teatro vivo.
Porque la formación de un director de escena teatral cambia de acuerdo a
las estrategias que se aplican, sean constructivistas o conductistas, para la
conformación de su yo artista; equivocarlas puede desencantar los objetivos del ser
15 (Brook, 2012) en (Briones, 2000: 16): “A primera vista el teatro mortal puede darse por sentado, ya que
significa mal teatro. Como ésta es la forma de teatro que vemos con más frecuencia; y como está estrechamente
ligada al despreciado y muy atacado teatro comercial, pudiera parecer una pérdida de tiempo extenderse en la
crítica. No obstante, sólo nos percataremos de la amplitud del problema si comprendemos que lo mortal es
engañoso y puede aparecer en cualquier lugar.”
195
y esto es irreversible. Y como un problema educativo posiblemente posdramático,
terminarán dando clase.
En el caso de un proceso de enseñanza-aprendizaje teatral, con énfasis en la
dirección escénica, resulta un poco más complejo porque es integrador, ya no
solo están los elementos biopsicosociales y espirituales, sino que ya abraza ideas
filosóficas, antropológicas, biomecánicas, artísticas, matemáticas, estéticas,
lingüísticas, históricas y geográficas, para generar un nuevo discernimiento.
Un enfoque psicopedagógico teatral constructivista, a través de la enseñanza,
centrado en el aprendizaje, de acuerdo al Manual de estilos de aprendizajes de la
SEP (2004) “obliga a diseñar, incorporar y difundir acciones que lleven a nuestros
alumnos a asumir y entender los contenidos de aprendizaje planteados, a través
del autoaprendizaje y la responsabilidad compartida”, para respetar las diferentes
formas que tiene cada alumno de aprender.
Visto desde las neurociencias, el proceso de aprendizaje será integrador y
holístico porque cada alumno será responsable creativamente de reafirmar sus
valores éticos y morales en una puesta en escena que determine sus poéticas
posmodernas y contemporáneas.
PEDAGOGÍA TEATRAL
Existe en el mundo una cantidad nada despreciable de artistas que no necesariamente
se formaron como pedagogos, y que han sugerido desde su particular percepción
de vida, la visión del teatro y lo que ellos pensaron debía ser un actor o un director
de escena.
En las escuelas universitarias donde se forman los actores y directores, la mayoría
de estos artistas que se dedican a dar clases, supuestamente parten de los estudios
de otro actor ruso del siglo XIX, Constantin Stanislavski, para justificar su docencia
teatral, pero sin una claridad didáctica. Al respecto, Serrano (2017) menciona que
“Stanislavski no dejo ni un método ni un sistema, lo que dejó es un cuaderno de
apuntes con numerosas anécdotas de las cuales uno puede deducir un montón
de problemas de tipo pedagógico, de tipo didáctico pero no hay un sistema ni una
pedagogía”. Y que hasta la fecha muchos no se han solucionado didácticamente.
Esto ha traído como consecuencia, utilizar el concepto pedagogía teatral, de
manera muy arbitraría y confusa. Se atribuye pedagogía teatral al que enseña, al que
habla de los teóricos de fin de siglo, el que da clases en la universidad, al que trabaja
con presos, con niños y adolescentes, etc. Basta con tener una beca, ser amigo de
alguien para poder dar clases en un centro educativo y se considere que ya cuenta
con su pedagogía teatral de aprendizaje. No hay duda que la realidad confusa que
no ubica el término, trae un malestar didáctico entre los docentes. Al respecto, Ball
(1989) menciona:
196
Las relaciones sociales en el interior de los centros educativos ponen al descu-
bierto el «lado oscuro» de la escuela. Considera que la visión placentera y feliz de
los centros no se adecua a la realidad. Existen muchos conflictos y la mayoría de
ellos no salen a la luz. La normalidad no es el consenso y el diálogo, sino la lucha
por los premios que ofrece la institución. Afirma que el conflicto es consustancial
a toda institución y también a los centros educativos. (Ball en Tahull y Montero,
2014).
La presente reflexión intenta aclarar “este lado oscuro”, esta ignorancia del término
pedagogía teatral que pone en entredicho una formación teatral seria universitaria.
Existe una diferencia conceptual entre los fines, que, en los procesos de
enseñanza aprendizaje universitario, es muy peligroso confundir: “se establece lo
que pueda ser la pedagogía teatral, considerando las manifestaciones diversas de
lo que cabría denominar educación teatral, pues ni esta comienza en la educación
primaria ni termina en la formación superior” (Veites, 2013).
La educación surge y se logra en todos lados y se relaciona con la educación
artística que se desarrolla solo en el interior de un salón de clase, pero que el alumno
cataloga y está atento a las manifestaciones profesionales de sus profesores, a
los performance, ritos y mitos cotidianos, a las culturas de sus comunidades, a las
ideologías de sus familias. La educación artística teatral no termina, porque todas
esas percepciones están siendo organizadas en el interior del cerebro, que es el que
siempre está aprendiendo.
La pedagogía teatral,16 como ciencia para estudiar la educación artística teatral,
necesita de las ciencias de la educación para pensar y conformar al artista del futuro.
Triangular las teorías pedagógicas, las pedagogías de la libertad y las experiencias
doxas del docente, posiblemente sean procedimientos metodológicos para acceder
a las profundidades cognitivas de un proceso para la formación de un director de
escena, para una educación artística teatral más objetiva, científica e innovadora:
“una cosa es la pedagogía y otra la educación; una cosa es el objeto y otra, la ciencia
que de él se ocupa […] En otras palabras: la pedagogía es la disciplina, el estudio
o el conjunto de normas, que se refieren a un hecho o a un proceso o actividad: la
educación. (Nassif, 1975: 3, citado en Veites, 2017: 1523).
Constituyen la pedagogía teatral las tesis o conjunto de normas que guían las
didácticas de una educación artística teatral: “no es lo mismo la Pedagogía Teatral
entendida como una teoría general de la educación teatral, que las didácticas de
la expresión dramática, de la interpretación o de la dirección de actores y actrices”
16 Icle G. en Briones F. (2000) “¿Cómo pensar esa situación pedagógica que se tornó tan urgente entre
nosotros? ¿Cómo la Pedagogía Teatral se convierte en ese proyecto de transformación del ser humano, en esa
especie de inquietud de sí? ¿La Pedagogía Teatral puede ofrecer una respuesta a ese proyecto tan usual, cuál es
el de transformar al ser humano? ¿En qué condiciones eso puede suceder? Es ese tipo de problemática la que
intento develar en este trabajo.
197
(Veites, 2017). Una teoriza y la otra aplica. Forzar el pensamiento a memorizar
términos de las pedagogías teatrales y/o seguir fielmente las interpretaciones que
los artistas hacen de las mismas, solo ha dado como resultado gran confusión,
malestar docente y deserción escolar.
La pedagogía teatral tiene una gran cantidad de espacios de cruce que
rigurosamente se diseñan en los planes de estudio y en la selección de estrategias
didácticas que hace el docente de los temas para aplicarlos.
Por ejemplo; los muy citados y posiblemente confusos términos “vivencial”
“transgresión”, “formal”, “sentir”, “pasión”, que debe utilizar el aspirante a director
para realizar su actividad artística y que los actores en formación, porque no son
actores formados son estudiantes, son alumnos que a veces los artistas-docentes
confunden también, deben aplicar en sus experiencias académicas o en funciones
docentes, enseñados sin ningún rigor científico pedagógico y didáctico por parte del
docente-artista, minimiza la pedagogía teatral a una serie de recetas academicistas
que no son aplicables al mercado laboral.
En conclusión: “si la pedagogía es el estudio intencionado, sistemático y científico
de la educación, considerado como la disciplina que tiene por objeto el planteo,
estudio y solución del problema educativo” (Patnella, 1989 en Veites, 2017), luego
entonces, la pedagogía teatral es el estudio intencionado, sistemático y científico de
la educación artística teatral.
198
a la naturaleza en el desarrollo y perfeccionamiento de las facultades intelectuales,
morales y físicas del ser humano”. (Enciclopedia básica en educación, 2001).
En efecto, los procesos cognitivos educativos de sus integrantes, se expanden
a través de los procesos de socialización. En un intercambio de valores éticos y
morales, los individuos se educan entre ellos para aprender a pensar, a hacer, y sobre
todo, a ser, para el correcto funcionamiento dentro de la sociedad seleccionada.
El objetivo de la educación dentro de la universidad de arte teatral, consiste, por
supuesto, en educar, y por ende, es compleja, sublime, integral y holística, determinada
por metas, fines y objetivos. Es compleja por la gran cantidad de epistemologías
que adquiere el individuo y sublime, porque constituye en su educación todas las
artes, clásicas, modernas y contemporáneas. Esto hace que mantener la cultura y la
identidad en los fenómenos educativos del educar para la formación universitaria,
sea una constante lucha de los individuos para existir, debido al gran conductismo
que rige los sistemas educativos. Este conflicto podría desaparecer a través de
ubicar una educación artística teatral constructivista para permitir a los alumnos
seleccionar sus propias formas de aprender.
Aplicar las correctas metodologías a la educación artística teatral significa saber
que ya no es realmente una pedagogía, es decir, la que se aplica a los niños, sino una
Andragogía teatral dirigida a la educación de los adultos. Con la intención de darle
herramientas conceptuales para que el aspirante a director de escena descubra
sus propias inteligencias, sus poéticas y entender la gran cantidad de signos;
lingüísticos, corporales, verbales emotivos que percibe diariamente en su proceso
de enseñanza-aprendizaje.
La educación artística teatral universitaria, se refiere a la correcta utilización de
andragogías teatrales integradas a la gran cantidad de didácticas y estrategias que
existen en las ciencias de la educación para poder aplicar las teatrales que, sin duda,
apoyarían el proceso formativo de alumnos con énfasis en dirección.
199
programas académicos y actividades dedicadas a la educación de los estudiantes”
(86). Es decir, una persona especializada en el manejo de estrategias didácticas, que
parte de una Andragogía o pedagogía y sabe aplicar metodologías de enseñanza y
aprendizaje teatrales.
En el caso de la educación artística universitaria, esta persona, supuestamente,
sabe diferenciar entre su yo artista y su yo docente.
Las dos profesiones tienen fines diferentes: El artista y el profesor o maestro (no
se refiere al grado de estudio) no se contraponen, pueden ser integrales. Aunque el
docente tiene funciones primordiales de acuerdo a la escuela, instituto o universidad
donde se encuentre, el artista no, pero puede organizarse para combinar estas dos
actividades. Sin embargo, algo que los diferencia, es que el profesor debe tener una
vocación de servicio, gusto por la docencia, interés por la investigación y es aquella
persona que está decidida a servir al otro, sacrificarse porque los otros logren su
vocación.
El término docente es polisémico, se usan como sinónimos del mismo, las si-
guientes palabras: pedagogo, instructor, formador, educador, enseñante, adies-
trador, maestro, didáctico, académico, normativo, purista, clásico, culto, asesor,
consejero, facilitador, promotor, orientador, coordinador, consiliario, tutor, gestor,
mentor, guía, gurú, mediador y conductor, entre otras. (Contreras, 2015).
El docente artista universitario, dentro del recinto escolar, es una paradoja, porque
es y no es artista. Es profesor, capaz de entender que su actividad docente es un
asunto amoroso, erótico, creativo y de mucha paciencia, porque este artista-docente
conoce las didácticas dentro de los procesos de enseñanza-aprendizaje, que son
sorprendentemente lentos y que ahora las neurociencias ya se encargan de estudiarlos.
200
LAS NEUROCIENCIAS Y LA NEUROEDUCACIÓN
Las neurociencias se definen como el estudio científico del sistema nervioso,
principalmente el cerebro y sus funciones (Caicedo, 2012; Campos, 2014; De la
Barrera, 2012; OCDE, 2007; Sousa, 2014; en Arce 2018) en el proceso de enseñanza-
aprendizaje para la formación de un director de escena, parte de la idea de saber
que el cerebro humano se está transformando, ya es otro.
Descubrir que el ser ya no explica su existencia a través de los ritos, mitos y leyendas
como en la antigüedad, ni tampoco le da gran importancia a la existencia de lo
divino, ni mucho menos a explicar su estancia en la lucha de clases, hace obvio
pensar que todo este cambio en la plasticidad cerebral, se debe a la gran cantidad
de humanos que ocupamos este planeta: “La plasticidad cerebral se refiere a la
capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y su funcionamiento a
lo largo de su vida, como reacción a la diversidad del entorno”. (Kolb, B., Mohamed,
A., Gibb, R., 2010. párr. 1).
Siguiendo las ideas de Martínez (2018): “en los últimos dos millones de años, el
cerebro humano se ha triplicado”, la estructura biopsicosocial espiritual del hombre
se sigue transformando; su cultura, el clima y sobre todo la gran cantidad de seres
humanos que se relacionan en una sociedad por demás competitiva que, a través
del internet y las redes sociales, ahogada en información, ha creado en el cerebro
homínido el ambiente necesario para que este órgano biológico, que controla y
dirige nuestro comportamiento, se transforme a sí mismo.
La neurociencia “ha abierto una nueva etapa para poder conocernos a nosotros
mismos, para entender mejor cómo funcionamos y aplicar ese conocimiento a
áreas tan diversas como la economía, la cultura y la educación”, nos explica Sáez
(2014), citando a David Bueno, profesor de genética de la Universidad de Barcelona,
especializado en la formación del cerebro y divulgador científico.
Los estudios que se hacen en la educación universitaria y las neurociencias
no se alejan de esta transformación del cerebro homínido desde el enfoque de la
transdisciplinariedad y los estilos de aprendizaje:
201
Desde la formación clásica hasta las muy transformadoras pedagogías de la Nueva
escuela, las Ciencias de la educación y sobre todo, las pedagogías de la libertad,
han permitido avanzar en la transmisión de los valores éticos y morales a las nuevas
generaciones, a través de didácticas que ya se preocupaban por la función holística-
cognitiva de los estilos de aprendizaje.
LA NEUROEDUCACIÓN TEATRAL
Es un supuesto comprender entonces que para que se pueda realizar un estudio
sobre las neurociencias y el teatro, necesariamente el conocimiento de las
Ciencias de la Educación nos dará la posibilidad de ubicar la pedagogía teatral
de una educación artística teatral, para proponer una Andragogía de la formación
del director de escena, y que la misma disciplina cuente con un lenguaje propio
donde se puedan reconocer los errores semánticos del conocimiento científico del
proceso creativo y así evolucionar hacia innovaciones estéticas en la culminación
y/o egreso de un alumno del Instituto de Artes con énfasis en dirección.
En otras palabras, al aplicar estrategias didácticas desde la neuroeducación, el
aspirante a director de escena tendrá que ser diferente a lo ya establecido, porque
la enseñanza se generó a partir del conocimiento científico.
Cerebro, teatro y cognición relacionados con los estados emotivos del
aprendizaje. Andragogía y Teatrología, binomio sistémico que nos permitirá
203
realizar una gran cantidad de entrecruzamientos al igual que sucede dentro de la
mente, directamente proporcionales a los miles de corrientes eléctrico-nerviosas
que llevan información biopsicosocial-espiritual y cruzan infinidad de veces por los
axones, donde las funciones de la corteza cerebral se producían por una actividad
cortical global. Nacía ahora, con los axones, la teoría de una enorme red nerviosa
difusa interaxonal, por la que fluían los impulsos nerviosos. El Neuro aprendizaje.
Podríamos decir (según Fresquet, 2015), que ¨se creía en un tejido nervioso
que era una red continua, bien dendrítica (Gerlach), bien cilindroaxil (Golgi)”,
hasta reconstruirse en miles de sinapsis creadoras que generarían experiencias
ricas e innovadoras. Innovadoras porque cada día, cada hora, cada minuto, cada
segundo la cognición se mueve en unidades perceptivas, creando conocimientos,
—permítaseme la expresión hipotética— sapiencias microcelulares que cambiarían
la conducta del artista teatral.
Una experiencia rica en la educación (de acuerdo a García, 2018) se refiere a
experiencia de aprendizaje que proponga desafíos y retos; que proporcione guías,
pero no soluciones; que ofrezca pautas y rutinas para la creación de pensamientos
ordenados, que ayude al cerebro a organizar el caos. Experiencias que hagan aflorar
preguntas, interrogantes e hipótesis a nuestro alumnado, que les inciten a buscar
soluciones; que respondan a cuestiones reales; que correspondan a problemas
múltiples y flexibles soluciones y caminos; que les obliguen a interaccionar con otros
y a crear equipo. Ricas son las experiencias que promueven pensamiento científico,
pensamiento lateral y pensamiento creativo, que movilicen fundamentalmente
pensamientos de orden superior, que les obliguen y enseñen a pensar.
Es decir, una pedagogía teatral rica en experiencias didácticas para una
educación artística universitaria alegre, amorosa, que ría, que cante, que sufra,
incluyente, democrática, popular y sobre todo que sienta; porque, a fin de cuentas,
el viejo axioma y paradigma del artista que solo sufre y se desgarra dolorosamente
por al arte o de ese teatro con relación a lo vivencial o emotivo del ser profanado… ha
caído por el hoyo de la posmodernidad, alejada de los estereotipos convencionales
del maestro gurú, del docente artista impositivo y transgresor o de aquel maestro
vacacionista que en nombre de su arte, beca o situación popular no llega a clase o
deja un suplente alumno.
Eso ya no existe para esta nueva educación neurológica cognitiva teatral. Para
estos nuevos seres/alumnos nacidos de lo cuántico y cibernético, el neuroteatro,
teatro y cerebro, serán las nuevas líneas de investigación que ahora aplicaremos
a la formación de un director de escena. Retomando la pregunta “¿Es posible de-
sarrollar un aprendizaje basado en el cerebro?” (García Pérez, 2017), yo agregaría:
¿Es posible desarrollar un aprendizaje teatral basado en el cerebro, en el proceso
de enseñanza-aprendizaje para la formación de un director de escena? He ahí el
camino.
204
Para poder encausar el estudio, podemos argumentar que se trata de generar
una educación artística teatral que parta de una pedagogía primeramente plasmada
en los objetivos de un Modelo Educativo. Llegaríamos así a nuestra Andragogía
artística teatral determinada por la oferta educativa de nuestras universidades
donde se desarrollen sus habilidades.
Es decir, formar, educar, enseñar, adiestrar, dirigir y desarrollar requiere de
didácticas, de estrategias docentes, de pedagógicas escénicas para que el director
teatral se forme, ya no en un sentido místico, ni religioso sino a través de un
asunto neuronal, científico y metodológico que le permita nuevamente redescubrir
el espíritu del alumno posmoderno. Y retomando las palabras de Bretel (2015)
“tenemos en nuestros hombros una de las máquinas más poderosa que existe y
sin embargo vino sin manual”, crear estrategias didácticas, que permita al docente
y alumno sumergirse en los misteriosos caminos del arte teatral.
Ya existen estudios sobre el tema: “Teatro y neurociencia; el proceso creativo
del actor desde la neurofisiología de la acción” discutidos por Martín B. Fons
Sastre, desde las neuronas espejos. Gabriele Sofía de la Universidad de Grenoble:
“Las acrobacias del espectador, neurociencia, teatro y viceverse”. Miguel Rivagorda
de la UCM: “El espectador-interprete, ¿Por qué a mí me ha gustado y a ti no?
Cognición enactiva”. Y Elena Martín, Co-founder y CEO de Sociograph: “Marketing
Science y el impacto en las artes escénicas” descubiertas en una conferencia
de la RESADMADRID publicado el 15 nov. 201717 . Asimismo, un texto de Gittih
Ariela Sanchez Padilla: “Teoría de la complejidad: Neurociencia y Biodanza”. En
cada investigación y especialidad se certifica y comprueba la manera en que estos
estudios neurocientíficos impactan en la creatividad y desarrollo de sus áreas,
mas no, cómo se enseñan y cómo se aprenden. Esta es una línea de investigación
que seguro determinará mi actoralidad, mi docencia y mis procesos de puesta en
escena y me ayudará a descubrir, reinventar y proponer nuevos caminos para la
búsqueda de un teatro mexicano.
A nivel educación universitaria ya se desempeñan, ahora será el asunto de esta
línea de investigación emergente, saber cómo se aplicarían las neurociencias en el
proceso de enseñanza-aprendizaje para la formación de un director de escena para
la creación de estrategias didácticas.
205
FUENTES CONSULTADAS
207
SANDRA
CARRAZCO
AGUIRRE
208
A través del trabajo narrativo, fue posible conformar de manera metódica, el
antes, el presente y la visión desde cómo conciben su entorno, así como las propias
problemáticas y necesidades a nivel personal, familiar y social.
Desarrollar conocimientos en nuestros estudiantes con prácticas sociales fuera de
la estructura institucional, les aporta un crecimiento como personas y ciudadanos cons-
cientes de su compromiso social. El interés es diseñar metodologías y procesos para
trabajos sociales por medio del arte, así como permear en los alumnos, la necesidad
de elaborar diagnósticos e investigación para la enseñanza e impartición de las artes.
La intención es que la expresión artística sea un canal para conocimiento del
contexto socio-artístico, y se construyan estrategias de intervención artística en
beneficio de la comunidad, una forma de lenguaje común; llegando a grupos de
población factibles que puedan beneficiarse con proyectos artísticos.
Como parte del trabajo metodológico fue el levantamiento de información al grupo
de mujeres a través de encuestas, para conocer características sociodemográficas
de la población: datos de identificación, escolaridad, ocupación, familia, acceso a
la tecnología, cultura y relación con las artes, problemáticas sociales en su hogar y
comunidad, expectativas con respecto al programa. Posteriormente, se realizaron
grabaciones en video y audio, levantamiento fotográfico, implementando dinámicas
para el proceso de narrativa oral, así como una sesión con una psicóloga que permitió
conocer la manera en que se conceptualizan desde su esencia como mujeres.
Como parte de las problemáticas focalizadas en esta zona, se detectaron la falta
de dinero y la drogadicción, viviendo con un gran desarraigo no solo físico, al haber
sido movilizados de sus lugares de origen, sino interno, duelos no trabajados, tanto
de muertes naturales por enfermedad, como de suicidios, homicidios, asesinatos y
drogadicción.
Los ejes del trabajo consistieron en indagar el pasado, ¿cómo llegaron aquí?, ver
y vivir su presente, ¿cómo se encuentran ahora?, y vislumbrar cómo quieren que
sea su comunidad, llevando a cabo sesiones prácticas con técnicas plásticas y
escénicas, lo que permitió que las mujeres pudieran plasmar sus emociones. Para
el caso de los niños, el enfoque era despertar sus capacidades creativas y convivir
para poder trabajar en grupo.
209
zz Entender que para el resultado se necesita tiempo, paciencia y dedicación
zz Motivado por trabajo desde el arte en favor de quien lo necesita para generar
cambios sociales.
zz Con gran responsabilidad al buscar llevar el conocimiento para una causa
positiva.
zz Perdida sobre el rumbo que tomaría el programa, ya que los niños asistían
con un pensamiento distinto.
zz Entusiasmado y sentirme parte del proyecto.
zz Sabía que se trabajaría en un espacio en el que avanzaríamos lento por la
densidad de problemas.
zz Un lugar muy vivo, sentía la necesidad de involucrarme, salir de la burbuja
para compartir este espacio.
210
Con tristeza, al ver que el lugar donde se trabajó era el punto de venta y
consumo de drogas.
Preocupado por el incierto futuro de esas familias, el arte permite hacer
cambios fuera de los escenarios.
El vínculo que los niños y nosotros desarrollamos al final de las sesiones.
Seguir generando proyectos con un impacto positivo en las personas que
menos acceso tienen al arte.
Se puede hacer una pausa en el tiempo y en nuestra corriente para
desarmarnos, observar, modificar, escuchar, vernos vivir.
Con la satisfacción de ser parte de algo más grande que uno mismo.
Colaborar con personas que están interesadas en salir adelante.
211
Las sesiones y el trabajo realizado en contacto con poblaciones en condiciones
adversas o divergentes a las de los estudiantes, posibilitó que ellos mismos se
permitieran no solo sensibilizarse, sino a la vez, deconstruir, es decir, educar: sacar
y formar “la intención y voluntad del ser humano por el saber”. (Derrida, 1990).
Los estudiantes deben de ingresar por todos los filtros de seguridad, que van desde
la llegada a Garita Principal, donde reciben la documentación, se les recogen sus
pertenencias: celulares, cartera, bolsos, y se les revisa que asistan con la vestimenta
de protocolo que maneja el CEFERESO. Sus huellas son tomadas, así como fotografía
de rostro y escaneo de ojos. Se ingresa a diversos módulos, donde hay revisiones
por guardias para no portar ningún objeto en la vestimenta, se pasa por un escáner
de cuerpo entero, una máquina que detecta algún contacto con drogas ilegales, y
la zona de cacheo, donde un guardia revisa con aparatos y solicitando al visitante
mostrar zapatos y bolsos de pantalón para su ingreso a la zona de las naves donde
se encuentran los PPL.
212
Al llegar, el alumno se encuentra con un grupo de más de 100 hombres, con la
misma apariencia, todos visten de un mismo color (beige), zapatos blancos, sin
cabello, se les pide que se rapen y rasurados de barba y bigote; esto lo comentan
los mismos custodios, por una cuestión de seguridad, para control, que no se
presenten fugas y por el hecho de que nadie de ellos debe de contar con algún
beneficio o que se pueda sentir más que los demás por portar algo diferente.
Ninguno debe denotar algún tipo de posición, ya sea económica o de poder sobre
los demás.
En el trabajo que realizaron los estudiantes, se analizaron las principales carencias
con las que cuentan los PPL para la puesta en escena, por lo que se diseñó un taller
dividido en 6 módulos, cada uno de ellos impartido por los propios alumnos, por lo
cual, era necesario trabajar con más de 60 PPL en un día.
De esta manera, tanto estudiantes como PPL compartieron un espacio común, a
través de talleres que contribuyeron a reforzar su puesta en escena.
213
Al miedo por la masculinidad, desde su corporeidad.
A romper estigmas por la influencia de las películas de cine o series sobre
Centros Penitenciarios.
Llegué siendo una persona antes de ingresar y salía como otra. Dejé
estereotipos.
Me sentí contrariado, deseaba permanecer, por otro lado, quería salir a mi
libertad. Me cuestioné qué es lo que quiero hacer con mi carrera, y si estoy
haciendo lo correcto.
Nervios al ingresar y el tener que amoldar mi comportamiento, no tuve la
sensación de miedo al acercarme a ellos.
Me conmoví mucho al observar todo lo que construyeron y crearon desde el
arte. Me pregunté: ¿por qué hago arte?, ¿por qué me he limitado en mi trabajo
hasta por los demás?
214
cual se desarrolla nuestra actividad concebida siempre en una estrecha interacción
con el otro.” (Bajtin, 2015).
La inquietud por desarrollar investigación del arte desde programas sociales,
contando con procesos de participación, partió de estas reflexiones, ya que en el
arte por sí solo, como simples espectadores, difícilmente se generan los cambios.
El arte en sí es social y debe de complementarse con el trabajo dialógico,
colaborativo, de creación al interior de la misma comunidad, y el estudiante debe
participar en proyectos de trabajo de campo para lograr nutrirse en su proceso
formativo.
215
FUENTES CONSULTADAS
216
EMMA GUADALUPE
HERNÁNDEZ
ASCENCIO
Valencia y Feldenkrais en
la Universidad de Guanajuato
18 Desde hace cinco años, en la Licenciatura de artes escénicas de la Universidad de Guanajuato, soy maestra
de Técnica que llevan los alumnos de actuación como especialización, de la cátedra de Dirección de actores,
Discurso escénico y Consciencia corporal.
217
en mi ser y se convirtió en mi escuela. Él buscaba generar un vínculo verdadero,
vivo y transparente del actor con el espectador; que el hecho teatral fuera una
experiencia sensible que nos confrontara con lo que somos singularmente como
seres humanos, y una compresión de nuestra condición humana. Es decir, esa
relación con el espectador que genera una continuidad ontológica.
Su línea de trabajo consistía en el auto conocimiento por medio del trabajo
consciente, y la posibilidad de desarrollar nuestras capacidades humanas. Estos
mismos lineamientos son los que encontré posteriormente en el método Feldenkrais.
Un método de reeducación somática, que permite, a través de la consciencia
corporal, expandir las posibilidades, y que, en el camino de mi investigación, he
terminado por nombrarlo: un camino de salud emocional, concepto de comprensión
general; sin embargo, el término más cercano es salud orgánica; por ahora, usaré
ambas formas, para expresar claridad respecto al tema.
Otro aspecto del método Valencia, que marcó mi vida teatral, fue su concepción
del lenguaje escénico, que él mencionaba constantemente. En esa época, yo entendía
como podía. Creo que ahora entiendo con mayor claridad, por lo que me parece
impresionante su gran visión, porque aun hoy, en muchísimos medios escénicos, no
tienen idea de lo que significa realmente lenguaje escénico.
Rodolfo Valencia logró crear un método que permite comprender depuradamente
las bases fundamentales de un hecho teatral; bases que pueden ser aplicadas a
cualquier línea escénica, desde lo clásico a lo posmoderno. Él, como filósofo, sabía lo
que es el lenguaje, la importancia que tiene y de qué manera puede usarse. Ahora que
imparto Discurso escénico, en la Licenciatura de Artes Escénicas de la Universidad
de Guanajuato, les digo a mis alumnos: “cada arte tiene su propio abecedario para
escribir; cada arte tiene elementos específicos con los que construyes.”
Recuerdo una frase del maestro; se me grabó porque, con ella, él remarcaba que
debemos ser conscientes de lo que hacemos, porque son creaciones propias del ofi-
cio que conocemos, y no inspiraciones azarosas que surgen un día y no sabes cómo
volverlas a producir: “si haces algo genial y sabes cómo lo haces, eres un genio, si
no lo sabes, eres un cretino” (Valencia, 2001:3), y la uno a la del doctor Moshe Fel-
denkrais: “Si sabes lo que estás haciendo, puedes hacerlo diferente. Si sabes lo que
estás haciendo, puedes hacer lo que quieras” (Feldenkrais). ¿Cuál es el común de-
nominador de ambos que yo tomo como mi común denominador?: ser conscientes.
Respetándolo, pero, obviamente, desde mi apreciación, y porque es la base que
guía mi camino teatral, en la cátedra de Actuación utilizo el método Valencia —en
realidad lo imparto en todas mis clases, porque es el otro camino de hacer teatro
que tuvo sentido para mí—; es mi base de entrenamiento para trabajar la idea del
actor orgánico, la que aprendí con él: crear el sentimiento, generar relaciones vivas
entre los actores, no somos personajes de ficción, sino actores presentes en un
escenario, cuya presencia es puesta al servicio de comunicar al ser humano desde
218
una transparencia tal, que le permita a nuestro espectador reconocerse, espejearse
y confrontarse a sí mismo como humanidad. O como diría mi otra gran influencia, el
poeta, actor y pensador francés Antonin Artaud:
No soy de los que creen que la civilización debe cambiar para que cambie el tea-
tro; entiendo por el contrario que el teatro, utilizado en el sentido más alto y más
difícil posible, es bastante poderoso como para influir en el aspecto y la formación
de las cosas; y el encuentro en escena de dos manifestaciones apasionadas, de
dos centros vivientes, de dos magnetismos nerviosos es algo tan completo, tan
verdadero, hasta tan decisivo como el encuentro en la vida de dos epidermis en un
estupro sin mañana. (Artaud, 1990).
1 Desarrollo del ser. Es decir, hacer del actor un instrumento limpio y afinado
dispuesto para la escena.
2 Aprender a crear clara y concretamente en escena, es decir, conocer y
aprender a usar el lenguaje escénico.
3 El trabajo en la escena. La presencia y relación con el espectador.
O como las llaman Konstantin Stanislavski: el trabajo del actor sobre sí mismo-;
Jerzy Grotowski: la vía negativa; Antonin Artaud: quitarle lo humano al humano.
Todos ellos se refieren a las líneas del trabajo actoral, las que sirven para generar
algún grado de sistematización, y suceden a la par en el entrenamiento.
Mi enfoque, en la investigación de la maestría, trabaja utilizando el método del
maestro Valencia para tener una técnica actoral y un método teatral específicos. A
partir de ese punto base utilizo al método Feldenkrais para ampliar las posibilidades
de consciencia en la acción.
219
En este entrenamiento, el alumno entra y explora diferentes estados orgánicos,
sin perder la consciencia en ningún momento. Esto se hace posible debido a
que cada clase de autoconsciencia a través del movimiento —ATM— es una
organización esquelética específica para realizar una acción de la vida, de manera
que, después de cada sesión, guío al alumno para que trabaje con lo que brote
de su ser de conciencia por el movimiento. De esta manera se van aclarando sus
posibilidades de ser.
Una vez que el estudiante de actuación aprende a entrar conscientemente
a esos estados, el profesor está ahí, pendiente de liberarlo, en caso de estar
bloqueado lo que le habite, y/o de explorarlo, en el caso de que no se encuentre
ligado a ningún patrón compulsivo que produzca bloqueo. En caso de haber un
bloqueo, enseñarlo a transitar por él. Después de ello, lo más importante será
saber regresar, en términos del método Feldenkrais: poder hacer reversible la
acción.
En caso de haber alcanzado un estado de liberación, es de suma importancia
tener un proceso restaurativo para que la experiencia sea integrada. Esta es una
de las diferencias fundamentales que, en experiencia propia, rescato respecto al
método Feldenkrais y las líneas terapéuticas que son utilizadas dentro del arte
teatral que, por lo general, son catárticas.
Líneas terapéuticas de liberación, como digitopuntura, masajes, Gestalt y, en
algunos casos constelaciones, por decir solo algunos ejemplos, son terapias
que logran una liberación emocional, pero no contienen en sí mismas una
restauración e integración de la experiencia. He escuchado a alumnos hablar de
experiencias de clases que fueron muy intensas e interesantes, pero quedaron
como idos durante semanas. Esto sucede cuando no se tiene la consciencia de
que al abrir el cuerpo de manera abrupta, este queda como desgarrado y hay
que hacer un proceso de cierre y restauración del sistema nervioso, así como
la integración del trabajo, para que la experiencia sea un aprendizaje. Con esto,
no quiero referirme a una negación a esas técnicas, sino a su uso. El método
Feldenkrais, está diseñado para generar una regulación del sistema nervioso, por
lo tanto, es restaurativo.
A lo largo de la investigación, en mi propia persona y posteriormente con
los alumnos, esto he encontrado como piedra angular en el sistema que me
encuentro moldeando: no es solamente sentir, es entrar conscientemente, que
aprendan a transitar por esos umbrales, ser la cuerda tendida entre la bestia y el
superhombre: “El hombre es una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre,
una cuerda sobre un abismo, peligroso trayecto donde es peligroso caminar,
peligroso mirar atrás, peligroso temblar y detenerse.” (Nietzsche, 1989).
Cita de Nietzsche que justamente conocí con el maestro Valencia y que nos
convoca a aprender a bailar en ese abismo que es la existencia, a estar ahí sin
220
miedo, a cruzar y volver cuantas veces lo desees, porque has liberado y has
restaurado y conoces a la perfección el camino, eso es lo que hace que puedas
conectarlo y desconectarlo a voluntad, o, en términos de Feldenkrais: hacer la
acción reversible. Esa es la manera en que un actor usa realmente su cuerpo
como un instrumento, desde un lugar saludable para su persona.
A la par de este proceso, el cuerpo del alumno va madurando, y este término
también viene del método Feldenkrais:
En el proceso de evolución humana —desarrollo filogenético de la especie—, la
naturaleza aumentó la pelvis femenina para parir cerebros más grandes, sin embargo,
llegó a un punto límite para la anatomía femenina, de manera que la estrategia
evolutiva consistió, en parir un cerebro no terminado y madurarlo en los primeros 2
años de vida. Por lo tanto, todo lo que el ser humano es capaz de hacer sucede con la
intervención de un medio vivo y sus experiencias en él, mientras aprende a volverse
ser humano —desarrollo ontogenético—. El bebé va conociendo el mundo y con ello,
va adquiriendo patrones de acción (movimiento, emoción, sensación, pensamiento).
Estos patrones y todo lo que se haya unido a ellos, lo acompañarán toda su vida, a
menos de que se haga consciente de ellos. El método Feldenkrais hace conscientes
todos los patrones músculo esqueléticos, que son los engranes de la acción en
cada función de la vida. Por ejemplo, un hombre cuando tiene que hacer labores
de carpintería sutiles, que requieren concentración extrema, sin darse cuenta: saca
la lengua y aprieta los labios, mientras entrecierra los ojos. Este patrón corporal:
movimiento parasitario, se encuentra ya relacionado con la acción de concentración,
sin que él se dé cuenta. Hay en esa acción, una manera de pensar, sentir y percibir
específica, que no afecta de gran manera su vida. Pero en acciones donde el alumno
queda enganchado a una historia personal, sí encontramos una fuerte dificultad que
limita su quehacer escénico, o daña su salud mental-emocional.
Para Moshe Feldenkrais, esos son estados relacionados con algún momento
de la infancia que no logró ser vivido con toda la tranquilidad y fluidez que debió
tener, por lo tanto se detiene, y en el adulto, esa área de su ser se encuentra
inmadura, porque no ha encontrado cómo resolver el mismo problema que en
alguna etapa infantil no tuvo respuesta. En estas situaciones, por medio del
trabajo Feldenkrais, nos enfocamos en las contracciones músculo esqueléticas
que, seguramente, se encuentran comprometidas y relacionadas con este
patrón de ansiedad y a través del movimiento, el patrón en cuestión encuentra
sus propias maneras de resolución y maduración, al aprender a resolver el
problema.
Al ir trabajando con una organización distinta en cada sesión de su
entrenamiento, el cuerpo del estudiante encuentra nuevas versiones de sí mismo,
como si fueran gajos de ser, posibilidades de expresión. De esta manera, el ser
se va depurando y ampliando. Una imagen que me ayuda a explicar esto, es
221
como una esfera de gajos, al inicio el alumno tiene una concepción limitada de
sí mismo: 2 a 3 gajos. Esta idea que todos conocemos de “así soy yo”, conforme
avanza el trabajo —tanto con el método de Valencia como con el Feldenkrais—,
van apareciendo esas otras versiones de sí mismo; y el “así soy yo” empieza
a diversificarse. A esto le llamo trabajar rumbo a adquirir una autoimagen 3D.
Autoimagen pertenece también al glosario de Feldenkrais.
Finalmente, en este proceso de decantación, el cuerpo del actor encuentra un
sistema músculo esquelético disponible para la acción. Por un lado, las áreas
de sí mismo, que no existían conscientemente, que desconocía, han salido a la
luz, diríamos, una develación del ser (Heidegger, 1958). El alumno tiene ahora
a su disposición, cada parte de sí, su cuerpo se ha entrenado para estar en un
estado, que el maestro Valencia llamaba, de disponibilidad, un estado presente
en la escena. En términos de Feldenkrais: se ha entrenado para realizar acciones
potentes. Una acción potente es una acción que tiene una dirección única, donde
emoción, sensación, pensamiento y movimiento son uno.
LA CREACIÓN ESCÉNICA
Formada en el método Valencia, trabajando después con líneas posmodernas
propias y de otros directores, haciendo teatro con personas ciegas y con síndrome
Down, mi visión de crear personajes había desaparecido por completo, prefería
trabajar simplemente con la presencia propia de las personas en escena, desde
acciones y reacciones de estímulos vivos, sin pretender ser nadie sino ellos
mismos, en las circunstancias que queríamos transmitir. Sin embargo, en mi
Universidad —como en casi todas las universidades—, la importancia académica
que se le da al personaje lo es todo. Tengo muy fresca la pregunta de una alumna:
“si no existe el personaje, entonces ¿por qué cuando estamos ensayando, el
maestro o director, nos dice, no quiero ver a… (aquí el nombre de la alumna), quiero
ver a Ofelia (u otro personaje)?” De modo que, en la mente de muchos teatreros, la
idea de hacer a un personaje aún implica convertirse en otra persona, y/o generar
toda una corporalidad, intenciones y voz, como si crearas una botarga.
El método del maestro Valencia es tan amplio, que te permite crear lo que te
piden, así que también puedes hacer botargas, pero él no pensaba en personajes
como cosas inanimadas, que entren o no entren en ti, sino tú como creador de
algo. Suelo comentarles a mis alumnos: es como si estuvieras creando una
escultura, lo que haces contigo no puede ser para nada dejado a la deriva; esa
es la especificidad del lenguaje teatral, algo que escuché decir tanto a Valencia, y
tenia mucho sentido para mí: creas con tu ser algo que el espectador es capaz de
leer e interpretar.
Trabajé sobre la idea que el maestro me había enseñado, hacer personajes
a través de mis creaciones, con mi ser, no quería enseñarles a crear botargas
222
inverosímiles. En mi experiencia de actriz había encontrado maneras de
construir esas botargas sin que fueran formas muertas, sino encarnar esas otras
posibilidades corpóreas, que, como ya dijimos, en términos de Feldenkrais, implica
emoción, sentimiento, pensamiento y sensaciones.
El entrenamiento del maestro Valencia expandió mi sensibilidad para entrar en
cualquier expresión que mi cuerpo pueda tocar. Así exploré mucho tiempo con los
gestos de personas cercanas; notaba que, al ser tan empática, me mimetizaba
rápidamente; al copiar con mi cuerpo la forma de la otra persona, podía sentir
parte de su estado anímico. De ahí surgió la idea de tomar uno de los conceptos
de Moshe Feldenkrais y experimentarlo: la Expresión corporal.
223
Este trabajo evidentemente está partiendo del aprendizaje con Valencia: “aquí
es donde estoy por ahora”, en cada momento escénico, tú estás expresando tu
aquí. Lo que construyes es dónde estar en cada segundo, es desde ahí que te
relacionas con el otro. Y es eso lo que hace viva a la escena. Hay una integralidad
del cuerpo en acción: la mente, las emociones, las sensaciones y el movimiento, son
uno en interrelación constante que intercambia información, esto es el awareness
de Moshe Feldenkrais.19
El actor, al encarnar esas expresiones corporales, llevando su atención detallada,
específicamente a sus sentidos, y partiendo de un patrón conscientemente creado
con su movimiento, encuentra toda la cosmovisión que habita en esa expresión,
¿qué piensa?, ¿qué siente?, ¿cómo experimenta el mundo? Todo a partir de cómo
se mueve. Lo que activa en escena el alumno, son sensaciones y movimientos ya
antes explorados, liberados y conocidos, para ir y venir en ellos. Así, lo que sucede
en la escena está vivo.
En este caminar de la investigación, encontré una hermosa manera de sustentar
por qué no nos convertimos en nadie. Reía Valencia diciéndonos: “¿usted cree que
se va a convertir en el príncipe de Dinamarca del siglo XV?”
Alguna vez hemos escuchado y tal vez sentido la expresión: “se me quedó el
personaje.” ¿Qué quiere decir eso? ¿Que nos sentimos un poco No-Yo? Alan Questel,
que es entrenador internacional Feldenkrais y fue actor antes de conocer el método,
lo responde en una entrevista con sus alumnas en el entrenamiento de Colombia
en 2013: “no se te queda el personaje, se te quedan las contracciones corporales
relacionadas a esa expresión corporal y por eso te sientes ajeno a ti”. Desde el
Feldenkrais vuelves a los patrones donde tu sistema te reconoce a ti y sales de ahí.
LA ACCIÓN EN LA ESCENA
El maestro Rodolfo Valencia decía: “que no tengas que esperar que vengan las
musas para que tengas una buena función, es tener una técnica consciente con la
que tú haces que las musas bajen cada función.”
Esa es una de las ENORMES aportaciones que tiene, para el mundo, el trabajo
del maestro. Casi nadie tiene una técnica espeífica para prepararse para entrar a la
escena y estar en un estado de disponibilidad, de presente.
Desde mi experiencia, considero que este tipo de entrenamiento, que hacía el
maestro con todas las secuencias bioenergéticas y que ahora exploro, sumando
el método Feldenkrais, lo que va generando, además de una técnica para entrar a
la escena, es ir limpiando el cuerpo del ser humano, permitiéndole una capacidad
19 Dentro de las traducciones al español del método Feldenkrais, se discute aún cuál es la palabra más indicada
para traducir awareness que refiere a una atención plena, más cercana a la que tiene un bebé; no es una conciencia
racional de un adulto, como podríamos entender autoconsciencia, sino un estado de atención constante, en
movimiento, para asir las experiencias del mundo y generar aprendizajes que sean significantes para el desarrollo
de la persona.
224
expresiva múltiple, una libertad emocional basta y con gradientes, que desde
Feldenkrais se llama espontaneidad: Responder a cada situación de la vida, desde
una libertad coherente con ello. Si la situación implica enojo, así se hace; de acuerdo
a lo sucedido, respondes con una intensidad y emoción acorde; en vez de reprimir
la ira, sustituir la emoción y comenzar a bloquear la posibilidad de expresión. Una
capacidad de atención, es decir, estar en presente, que se va volviendo un hábito
orgánico en el cuerpo del alumno.
Desde Feldenkrais diríamos que desarrollas ese estado de awareness constante,
lo que te permite siempre estar aquí. Reconocer, trabajar y saber revertir los bloqueos
que le impiden al actor hacer lo que desea. Diríamos, desde la bioenergética, trabajar
la estructura bacteriológica defensiva. Se va generando un sistema nervioso con
estas características orgánicas, que, si el actor está dispuesto, lo extiende a su vida
cotidiana.
Desde la ruta que les planteo a mis alumnos: en el momento de estar en la
escena, afinas la atención e intención, en su sentido físico, como vectores precisos
que salen de un específico lugar con una cierta dirección. Esto es, un proceso de
afinar el instrumento, crear lo que pasará por él, de modo que, en la escena, sólo es
estar ahí y activar los detonadores.
Ser un instrumento tal —como una consola de luces— que en el proceso de
creación ya ha sido dirigido, posicionado, enfocado, coloreado, según lo que se
desea. Las luces ya están grabadas, y el actor, como quien da entrada y salida de
dimers, es un organismo afinado para conectar cada una de estas indicaciones
desde su cuerpo.
225
parte del juego. El juego los juega a ambos, y la experiencia finalmente los modifica.
Si ganan, ambos se llenan de éxtasis, si pierden, la frustración los puede arrojar a
destruir. Sin importar el resultado, ambos, después del juego, quedan ampliados en
su propio ser, al haber entrado en relación con el otro.
Esas son las preguntas que el maestro Valencia sembró en mí y amo poder
sembrar en mis estudiantes el sentido de la pregunta ¿para qué el teatro aún?
Porque es ahí donde está nuestro arte, en eso que sucede y que no está en el texto
o en las historias, o en las catarsis. Es eso que pasa en el entre dos del actor y el
espectador, donde ambos podemos tocarnos y ampliarnos.
El maestro Valencia partió de la filosofía, la bioenergética y el gestalt. A mí,
el Feldenkrais me permite ampliar esos caminos y poco a poco ir encontrando
respuestas biológicas, que permitan ir explicando un poco nuestro hacer como
actores escénicos.
226
FUENTES CONSULTADAS
Artaud, Antonin, “No más obras maestras”, en El teatro y su doble, trad. Enrique
Alonso y Francisco Abelenda, Barcelona, Edhasa, 1990.
Feldenkrais, Moshe, “La sabiduría del cuerpo”, en Elizabeth Beringer. Sirio.
Autoconciencia a través del movimiento. Paidós.
El poder del yo. Paidós.
La dificultad de ver lo obvio.
El caso de Nora.
Gadamer, Hans Georg, Verdad y método, quinta edición. Salamanca. Sígueme,
Heidegger, Martin, Arte y poesía, trad. Samuel Ramos. México, FCE, breviarios,
onceava reimpresión, 2002.
Nietzsche, Frederic, Así habló Zaratrusta, trad. Andrés Sánchez Pascual, México,
Alianza, primera reimpresión, 1989.
Schechner, Richard, en entrevista con Feldenkrais, Moshe, recopilada en La sabiduría
del cuerpo, pp 163-164
Walter, Benjamin, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, trad.
Andrés E Weikert, México. Ítaca, primera edición. 2003.
227
CARLOS ADRIÁN
PADILLA
PAREDES
Enseñanza y praxis
del teatro en Aguascalientes
229
ETAPAS DEL TEATRO EN AGUASCALIENTES EN EL SIGLO XX
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ANTECEDENTE DEL TEATRO EN AGUASCALIENTES
Chin Chun Chan. Conflicto Chino en un acto y tres cuadros, del aguascalentense José
F. Elizondo, es uno de los primeros referentes de la práctica profesional del teatro
a principios del siglo XX. Es una zarzuela, con talante de revista, que pertenece al
género chico, fincado en la temática de la xenofobia.
TEATRO AMATEUR
El teatro anarquista / socialista proviene del grupo “Cultura Racional”, hacia 1923.
Sus integrantes —de los sindicatos de la compañía de luz y de los ferrocarriles—
buscaban que sus compañeros fueran rescatados de la ignorancia en que se
hallaban y convertirlos en seres ideológicamente maduros, en librepensadores.
Eran dos grupos: el “Cuadro Artístico Emancipación Obrera”, fundado por Elías
Rivera, y el grupo de teatro infantil “Ferrer y Guardia”, fundado por Alfonso Guerrero.
Aquí observamos una ruptura ideológica, ya que, por otro lado, estaba el Teatro
Amateur-Escolar, que emana desde las enseñanzas de un maestro o maestra, quien
enseña sobre la marcha del montaje, desde la escuela o el grupo; en esta categoría
tenemos la figura de Francisca Ruiz Esparza, maestra de Elías Rivera y de Antonio
Leal y Romero, quien probablemente, inculcó en ellos el gusto por el teatro.
Ambos son antecedentes importantes del teatro local aguascalentense.
Elías Rivera, quien, además de su papel con el teatro anarquista, funda el Grupo
Hamlet, y el teatro de la calle Primavera, un teatro familiar, donde se enseñaba
empíricamente, sobre la marcha y sin referentes teóricos, hacia 1933. Antonio Leal
y Romero, en el Instituto Aguascalentense de las Bellas Artes IABA, representa una
ruptura pedagógica, enseña a partir de las 10 Lecciones de Salvador Novo, y un
teatro costumbrista, de talleres, que se comporta no completamente de acuerdo
a políticas culturales del naciente IABA, hacia 1950, sino a la particular ideología
conservadora, del contexto sociocultural aguascalentense de la época.
TEATRO INDEPENDIENTE
Hacia finales de la década de 1980, sobre todo, a partir de la primera mitad de la
de 1990, encontramos una ruptura múltiple con las políticas culturales, opciones
estéticas, finalidades del teatro, uso de espacios, tipo de discurso. Varios epónimos
fundan agrupaciones, compañías, grupos. Destaca José Claro Padilla Beltrán, quien,
en 1994, funda “Formación Actoral Al trote”.
José Claro Padilla es el representante del teatro independiente, de la ruptura
con las instituciones y con el teatro devenido desde el Estado. Coinciden con esta
perspectiva diversos entrevistados, entre ellos, Jorge Galván y José Concepción
Macías Candelas, quienes sostienen que Padilla Beltrán representa la autonomía,
la búsqueda independiente de un teatro con lenguaje, estética, temáticas y escuela
propios.
Son importantes además, José Guadalupe Domínguez, con un teatro de denuncia;
Silvia Martínez, Mariana y Alexa Torres, y Marcela Morán, con un teatro, por primera
vez, de corte feminista; Víctor Meza, un referente de la musicalización del teatro;
Rogelio Guerra, un teatro didáctico anarquista; y José Concepción Macías Candelas,
uno de los principales autodidactas.
240
comunidades campesinas, a los niveles de educación básica-primaria y secundaria-,
por “formar públicos” y por la Seguridad Social. Los participantes: actores, directores,
musicalizadores… lo asumen como un programa que reconoce su carácter de
profesionales del teatro, que reciben formación, con cursos exprofeso, temporada
y paga. Destacan en esta etapa, Eunice Sandoval, Mariana Torres, Marcela Morán,
Luis de Tavira.
El teatro se enseña formalmente en Aguascalientes a partir de 1994, a través
del Centro Cultural “Los Arquitos” ICA, con 10 generaciones de Técnico Superior
en Actuación; una generación de Técnico Superior Universitario en Actuación
-2005–2008-; antecedentes, ambos programas, de la Licenciatura en Teatro de la
Universidad de las Artes, que arranca en 2009.
Un recuento de ese periodo: la primera licenciatura relacionada con la enseñanza
del teatro en Aguascalientes, inicia en 2004; es la de Artes Escénicas y Audiovisuales,
de la Universidad La Concordia; a la que le seguirán, en 2009, la Licenciatura en
Artes Escénicas: Actuación, y la ya mencionada de Teatro, en la UAA.
En la enseñanza del teatro desde la academia formal, destacan Alcibíades
Saldívar, Jorge García Navarro, María Marcucci, Carlos Adrián Padilla Paredes,
Mariana y Alexa Torres y varias figuras provenientes de los grupos independientes.
En este periodo actual, conviven todo tipo de teatros: amateur; institucional,
puesto que permanecen los talleres libres de iniciación teatral; independiente, porque
desde su origen y, sobre todo en el presente, son los independientes quienes, en el
estado, el país y en el extranjero, representan la cara teatral aguascalentense; el del
Programa Nacional de Teatro Escolar, donde, desde 2017, se han ido insertando
proyectos de egresados de las universidades; y el universitario, cuyos egresados
han gestado proyectos propios, se han adherido a agrupaciones independientes,
han migrado a la ciudad de México y al extranjero, o han elegido, algunos pocos, la
ruta de los posgrados.
241
finales de la década de 1930. En Aguascalientes, se puede rastrear su influencia a
partir de 1950, cuando la enseñanza y la praxis del teatro cambian radicalmente.
Gracias al Instituto Aguascalentense de las Bellas Artes, Leal y Romero dispuso
del cuaderno 10 Lecciones, de Novo. Si bien la Casa de la Cultura no tenía talleres,
Jorge Galván, quien había estudiado en la escuela de la ANDA, enseña a la vez que
iba montando. En la etapa de Jesús Velasco, el Instituto Cultural de Aguascalientes
ya cuenta con talleres de formación previa a la praxis escénica; condición que
mantienen los independientes, como con José Claro Padilla, quien, en 1994, abre su
escuela de formación actoral y su grupo de teatro Al Trote.
La tendencia a la teoría, al sistema, a la enseñanza previa, se perfila con la
incursión creación, en 1994, del grado de Técnico Superior en Actuación, en el Centro
Cultural “Los Arquitos”, del Instituto Cultural; y se capitaliza con la creación de las
licenciaturas universitarias, donde la enseñanza ya no atiende solo la actuación,
sino las diversas disciplinas que el actor teatral requiere: danza, canto, voz, música,
literatura, historia, dirección, cine, radio, etcétera.
Debo subrayar la importancia que, dentro de la educación superior del teatro,
han tenido y tienen los grupos independientes, puesto que varios de quienes hemos
enseñado y enseñamos —en la Licenciatura en Teatro del Instituto Cultural de
Aguascalientes; en la desaparecida Licenciatura en Artes Escénicas y Audiovisuales,
de la Universidad La Concordia; y en la Licenciatura en Artes Escénicas: Actuación,
de la Universidad Autónoma de Aguascalientes— provenimos, nos formamos,
hicimos o hacemos teatro, en colectivos o agrupaciones independientes.
242
FUENTES CONSULTADAS
Arostegui, J. “Ver bien la propia época (Nuevas reflexiones sobre el presente como
historia)”. Fuentesmemoria, 2001. Consultado el 16 de diciembre de 2015:
http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.2938/pr.2938.
pdf.
Dubatti, Jorge. Introducción a los estudios teatrales. México: Libros de Godot, 2011.
Impreso.
Ellis, Carolyn, “Autoethnography, Personal Narrative, Reflexivity. Researcher as
Subject”. Collecting and Interpreting Qualitative Materials. Eds. Denzin, N. y
Lincoln, Y. California: Sage, Thousand Oaks, 2003. Impreso.
Elizondo, José y Medina, Rafael. Chin Chun Chan. Conflicto chino en un acto y tres
cuadros. México: Medina y Compañía Impresores, México, 1904, Impreso.
González, Luis. El oficio de Historiar, Zamora: El Colegio de Michoacán, 1988.
Impreso.
Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX. Buenos Aires: Planeta, 2010. Impreso.
Marías, Julián. El método histórico de las generaciones, Michigan: Universidad de
Michigan, 1961. Impreso.
Mills, C. W. La imaginación sociológica. México: Siglo XXI, 2005. Impreso.
Novo, Salvador. Diez lecciones de técnica de actuación teatral, México: SEP, INBA y
Departamento de Teatro, 1963. Impreso.
Ortega y Gasset, J. La rebelión de las masas. Madrid: Espasa-Calpe, 1976. Impreso.
Padilla, Carlos. “Historia del teatro en Aguascalientes durante la segunda mitad
del siglo XX. Rupturas, sociedad y cultura”. Tesis. Universidad Autónoma de
Aguascalientes, 2019.
Sandberg, Jörgen, and Mats Alvesson. “Ways of Constructing Research Questions:
Gap-Spotting or Problematization?” Organization, vol. 18, no. 1, Jan. 2011, pp.
23–44, doi:10.1177/1350508410372151.
Valles, M. Entrevistas cualitativas. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas,
2009. Impreso.
243
CLAUDIA
FRAGOSO
SUSUNAGA
La investigación, metodología
en la formación actoral
Desde la conceptualización del proyecto hasta su realización, se requiere
necesariamente de una actitud de indagación y aprendizaje, de exploración y
experimentación, de prueba y error que procure la información necesaria para traducir,
en términos del lenguaje teatral, las aspiraciones creadoras de los participantes.
En términos académicos, encontramos que, en una puesta en escena, además
de lo anterior, se deben considerar los aspectos pedagógicos que requieren cumplir
los estudiantes dentro de un montaje escénico que sea resultado del proceso
formativo, es decir, atender a objetivos, contenidos de aprendizaje y aspectos de
evaluación. Ante esto, las interrogantes se multiplican: ¿cómo es o debe ser una
puesta en escena académica? o ¿una puesta en escena escolar es un proceso de
investigación o una obra de arte? o ¿la obra de arte por sí misma no es un proceso
de investigación?
Hablar de una puesta en escena, es reconocer un largo proceso en que se
ven involucrados los participantes para desarrollar diferentes etapas de manera
exhaustiva, desde la selección del texto hasta la concreción del mismo sobre
el escenario, el cual, sin embargo, aún después del estreno, no es un producto
terminado, sino el comienzo de otra fase en la que aún se tratan actividades relativas
al proceso de creación.
Un proyecto de puesta en escena, es un proceso en el que, para la obtención
del conocimiento, intervienen tres elementos: un sujeto que quiere conocer (sujeto
cognoscente): el creador escénico (cualquiera de ellos); un objeto del estudio
(objeto de conocimiento): la obra misma, lo que se tenga que decir del universo de
las relaciones humanas; el conocimiento: el proceso de creación, el cómo acceder
al proceso creativo, vinculado este con las aspiraciones estéticas y/o el impacto
social a lograr.
En términos académicos, encontramos que, en una puesta en escena, además de
lo anterior, se deben considerar los aspectos pedagógicos que requieren cumplir los
estudiantes dentro del montaje escénico que sea resultado del proceso formativo,
es decir, atender a objetivos, contenidos de aprendizaje y aspectos de evaluación.
Ante esto, las interrogantes se multiplican: ¿cómo es o debe ser una puesta en
244
escena académica?, ¿una puesta en escena escolar es un proceso de investigación
o una obra de arte?, ¿la obra de arte por sí misma no es un proceso de investigación?
Sin soslayar que, en la formación escolarizada del teatro, enfrentamos un problema
fundamental de síntesis, de selección de siglos de información y material a transmitir,
que conforma el mundo teatral.
Aunque podemos afirmar que son cien años en cuanto a técnicas de
actuación, la historia práctica y teórica del teatro abarca mucho más. Dependerá
responsablemente de cada institución de educación superior y su colectivo de
docentes, que acoten y encaucen los rumbos de formación. Es prioritario considerar
la conformación de teatristas egresados de las aulas, que concreten proyectos
escénicos como procesos de investigación de manera formal.
Es preciso aclarar que, en el teatro, el desarrollo de montaje puede resultar una
experiencia muy enriquecedora en sí misma. Acotada en un proceso académico,
como se pretende dar en las universidades, tendría que serlo aún más, ya que se
contextualiza en una perspectiva estética y artística de manera confrontada, planeada
y articulada con las necesidades del estudiante, fortalecería la profesionalidad de
nuestros egresados.
De ninguna manera descalifico el aprendizaje sobre las tablas, pero si dedicamos
nuestro trabajo desde las aulas, a un aprendizaje semejante, no tendría ningún
sentido insertar en un contexto escolar la enseñanza del teatro.
En el ámbito educativo, lo teatral debe tener claro el procedimiento que se em-
plee, el desarrollo y progresión del conocimiento que deben explorar las personas
implicadas en la formación, así como una valoración de dicho proceso. Desde este
lugar, el formador debe efectuar la adecuada articulación entre procedimiento, resul-
tado y desarrollo del conocimiento, desde la noción de que cada estudiante cuenta
con mediaciones, conocimientos y formas de aprendizaje diversos, frente al proceso
académico común. Lo anterior significa que la naturaleza de la investigación de una
puesta en escena, recae sobre el desarrollo que el estudiante tendría que vivenciar.
En cada proyecto debe haber un seguimiento del proceso formativo de cada
uno de los participantes, de manera que, al ir accediendo a niveles superiores,
sus procesos de experimentación y exploración estarán fundamentados en su
constitución como profesional. Con ello, encontraríamos que, derivado de un
proceso formativo como tal, al final de la carrera, el estudiante será un creador capaz
de concientizar los mecanismos de investigación de manera más concreta a su
quehacer, lo que impulsaría el desarrollo de un discurso teatral con mayor solidez,
maduración, conciencia y estética escénica vigente y actual, en el entendido de que
las instituciones de educación superior parten de una enseñanza sistematizada
para formar individuos capaces de cumplir una función dentro de la sociedad, como
el espacio para que se efectúe el intercambio de ideas, el desarrollo y expresión del
pensamiento libre, así como la producción creativa.
245
Me parece que toda puesta en escena, en mayor o menor medida, pasa por
procesos indagatorios que esencialmente se diferencian por el rigor metodológico
aplicado a la investigación misma. Desde esta perspectiva, lo que se hace para llevar
a cabo un montaje se puede ubicar dentro de la conceptualización del “conocimiento
científico”, ya que el material de estudio es susceptible de extraerlo de la realidad
con métodos y herramientas precisas. Así mismo, es factible integrarlo en un
sistema de conceptos, teorías o leyes; es decir, puede generalizarse, pronosticarse
y manifestarse, puesto que, al estudiar las determinantes socio culturales, que
incluyen lo político, económico, ecológico, etc., son susceptibles de adjetivarlas para
describir, explicar, generalizar y/o predecir las causas, motivos y justificaciones de
las acciones de hombres y mujeres, y así conformar una concepción de aprendizaje
en el estudiante. Hablamos de un camino más, como puede haber muchos otros,
para esa aprehensión cognitiva.
En una investigación, es necesario determinar alcances y el procedimiento para
lograrlos, la forma de interpretación de la información dará pautas para definir estilo,
corrientes estéticas, contexto histórico y demás determinantes del aprendizaje. En
lo que reconoce como investigación cualitativa, implica una recolección de material
a partir de la observación, de comportamientos humanos, discursos y su significado
en diferentes contextos socioculturales.
Dentro de este método cualitativo, el análisis hermenéutico-dialéctico (Rodríguez,
2018), busca la interpretación con el ejercicio crítico de la dialéctica, para encontrar
semejanzas y contradicciones al interpretar la realidad social. Este sistema de
análisis, es definido por Jürgen Habermas en diálogo con Gadamer, como un
instrumente para que el individuo pueda hacer una crítica a la tradición y la autoridad
hacia la transformación de la realidad.
El concepto de hermenéutica ha cambiado esencialmente a lo largo de la
historia, desde ser un arte o teoría para explicar, traducir o interpretar textos bíblicos,
filológicos y jurídicos, hasta llegar a convertirse en una tendencia filosófica que se
caracteriza por la idea que: “La verdad es fruto de una interpretación.” (Rodríguez,
2018).
Por otro lado, cuando hablamos de dialéctica, nos referimos al arte de la
conversación, diálogo, diferencia, oposición o polémica; es una rama de la filosofía
que da cuenta de la contradicción entre dos tesis, de lo que surge un tercer postulado.
Es necesario para esto, señalar qué implica una exploración dentro de la
institución escolar. Fundamentalmente, hay que definir los objetivos de la misma
exploración para el proyecto, así como los propósitos educativos; concretizar
hacia dónde se dirige el trabajo de cada uno desde los participantes, desde la
interpretación actoral hasta los mecanismos de realización escénica: diseños en
general de vestuario, iluminación, escenografía, música, etc., que le permitan al
estudiante, involucrado en el redescubrimiento, desarrollo y entrenamiento de voz,
246
cuerpo y gesto, la comprensión del personaje, del proceso de creación, la definición
y concreción de lo que es la conceptualización escénica, entendida como lo que se
pretende decir; articulación de los elementos de fondo y forma de manera que se
determine un estilo, aquel que definirá el cómo decir el texto específico y finalmente,
la delimitación de los mecanismos de realización, así como la estructuración del
proceso, en una reflexión teórica, fundamentada y argumentada por escrito, de
manera que el intérprete y / o realizador se vaya ejercitando en el desarrollo de un
discurso estético y artístico propio, competencia que tendría que desarrollar como
creador universitario.
Desde mi punto de vista una experiencia teatral formativa suele tener como punto
de partida un texto dramático, el cual también debería ser seleccionado dentro de
esta conceptualización de progresión y secuencia de las competencias a alcanzar
por los estudiantes, por lo cual, su investigación como teatrista sería en función a la
dificultad del texto mismo.
En múltiples ocasiones se trabaja con textos que son medianamente
comprendidos por el profesor y mucho menos por los estudiantes. En el mejor
de los casos, se eligen textos de interés del creador – profesor, sin tomar en
cuenta la necesidad del sujeto en proceso de aprendizaje. Para el estudiante, es
indispensable partir de lo conocido, desde el análisis y la construcción misma
del personaje, hasta la asimilación de las nuevas incorporaciones (aprendizaje
significativo y andamiaje).
Más allá de su entrenamiento personal, el cual va definiendo de acuerdo a las
pautas señaladas por sus docentes, así como su desarrollo histórico, dramatúrgico
(imposible de cubrir en 4 años de formación escolarizada), el actor debe comenzar
a determinar su propia metodología, ya sea a partir de su acercamiento al texto
o de la improvisación, buscando, probando, experimentando en conciencia de
ello, tal como señala Sanchis Sinisterra “actuación y dramaturgia se vinculan a lo
largo del proceso creador, que articula la teoría con la práctica, la reflexión con la
experimentación y la escritura con la puesta en escena” (Mena, 1996: 157).
Es así como se podrían señalar, en principio, una serie de preguntas: ¿cómo se
aborda un texto dramático?, ¿cómo se analiza para que este estudio se refleje sobre el
escenario?, ¿cómo se estudia para la construcción del personaje?, ¿cómo construyo
el personaje?,¿cómo se sostiene durante más de una función el personaje?, ¿cómo
conceptualizar una puesta en escena?, ¿cómo determinar un estilo escénico, de
actuación, de espacio, vestuario, audio, iluminación, etc.?, ¿cómo llevar a cabo una
producción con o sin recursos? En fin, tantas preguntas como posibilidades para
definir el proyecto de investigación de una puesta en escena académica.
En una idea básica y general, la actividad del actor parte de la imitación de las
acciones de los seres humanos; entonces se puede considerar a estos como fuente
primaria para la actoralidad.
247
Ante esta premisa, las acciones, sensaciones y pensamientos de hombres y
mujeres pueden ser considerados por los actores para la construcción del personaje,
tanto desde el punto de vista de la psicología, como de las acciones manifiestas.
Teniendo como soporte una metodología de investigación, como la hermenéutica-
dialéctica, se abre un amplio panorama de búsqueda para el conocimiento del
proyecto en cuestión, en el que va a ir determinando:
20 Si se parte de un texto, la búsqueda gira en torno a lo que se quiere decir, a la comprensión del texto, a su
interpretación y actualización significativa, tanto para el estudiante, como para el grupo social. Sin embargo, si
el problema-objeto de estudio es sobre una técnica a desarrollar, la hipótesis tendrá que plantearla el docente y
hallar las estrategias para que sobre el escenario los estudiantes hagan la indagatoria, claro, siempre a partir del
análisis de texto, pero el objetivo es diferente.
248
de las conductas humanas en situación, lo cual le otorgará elementos para recrear
a los individuos.
Propiciar en un estudiante-actor interés de deducir su proceso creativo, que
encauce su actividad en entender interna y externamente el mecanismo de creación
de un personaje, pero que sea consciente del todo, incluso del impacto en el
espectador, independientemente del método que se emplee.
En los sujetos el espacio de socialización, fortalece el desarrollo de su personalidad
y carácter, al efectuarse las funciones de comunicación, intercambio y construcción
de significados. En este sentido, la relación con el otro permite la construcción de la
persona, en un proceso activo. Esa relación con la otredad, permite la estructuración
de referentes, los cuales tienen dos cualidades, tienen significados compartidos y
son de carácter simbólico.
En el caso de los actores y la actuación, la actividad referencial se establece
doblemente, por un lado, con respecto a su realidad social y por el otro, con el
personaje y la realidad del texto dramático. Por lo que necesariamente se efectuará
un intercambio de significados sociales e individuales, contextualizando la puesta
en escena en tiempo y espacio.
En una puesta en escena, el actor debe contar con un propósito definido el
cual será la justificación del trabajo actoral, cuando se vincula con los objetos y la
situación de los personajes permite que la sensación anímica sea controlada por el
actor, entonces esto es, técnicamente, una manera de sostener el personaje. Puesto
que se mantiene un interés en la actividad creativa, el propósito desencadena una
serie de pensamientos que se engarzan de forma lógica, la mente del personaje
está activa y genera acciones lógicas, coherentes y por lo tanto reales (Stanislavski,
1978: 12), como si acontecieran en la “vida real.” Lo importante en este proceso, es
la posibilidad de dar vida al personaje, va a surgir, expresar su sentir a relacionarse
con los demás desde su “realidad”.
No hay que hablar de un proceso de puesta en escena como un mero experimento
que se alarga indefinidamente en un proceso académico, entra en conflicto con la
inquietud y necesidad de aquel que se inicia en el teatro y quiere mostrar su trabajo
mas de una vez, situación que a su vez se opone con una realidad dentro del ámbito
educativo, llevándonos a promover una experiencia que se diluye en la inquietud del
espectáculo en oposición al desarrollo progresivo de un aprendizaje con continuidad
y progresión. Habrá propuestas fallidas, en las que los aprendizajes serán justo en
ese sentido.
Por otro lado, es cierto que en muchos contextos predomina la idea, de que las
artes en general, lo práctico debe estar divorciado de lo intelectual, en el contexto
institucional debemos tener presente la repercusión de la actividad del arte hacia
la sociedad; un profesional que no tenga conciencia del otro implicado en lo social
difícilmente generará una conciencia de sí mismo, un egresado universitario de una
249
carrera de arte, tiene la responsabilidad de considerar al otro desde su aportación
artística, al entorno y tomar conciencia en el mismo acto, tanto de lo personal como
de lo social. No se debe entender un conflicto con el gusto e interés estético de lo
que cotidianamente se entiende como “hacer teatro”, pero es necesario reflexionar
en torno a la justificación de introducir a las aulas la enseñanza del teatro, más allá
de una actitud docta, debe ser en función al desarrollo cognitivo artístico y estético
que demanda una sociedad.
Ante esto habrá que determinar que la exigencia de un proceso de investigación
de una puesta en escena académica debería contar con tal rigor, que el producto
resultára con los elementos formales, conceptuales y estéticos, suficientes para
que dicha puesta en escena tenga así mismo un valor artístico. Es indispensable
que nuestro nivel de exigencia ante aspectos muy puntuales sea mayor, pero
también es necesario que entre el estudiantado se desarrolle esa conciencia de la
progresión, insisto, de manera que hacia el fin de la carrera y ya como egresados
tanto el discurso estético como artístico demuestre su paso por la universidad.
250
FUENTES CONSULTADAS
251
ELKA
FEDIUK
La formación teatral en
las universidades mexicanas
La presente reflexión parte de mi estudio permanente sobre la formación teatral
(desde 1988) y de la observación (participante) como profesora y tutora de los
tesistas de posgrado en tres programas a lo largo de los últimos 15 años: Maestría
en Evaluación Institucional (MEI-UV); Maestría en Artes Escénicas (MAE-UV) y
Maestría en Educación y Expresión para las Artes (MEEPA-UdeG).
Mi experiencia personal y también la colectiva de los respectivos cuerpos de
profesores de posgrado, pone un acento en las dificultades a las que se enfrentan
los egresados de programas en artes, en cuanto a los conocimientos indispensables
para realizar una investigación.
Como colegiados académicos hemos procurado modificar el estigma de la
formación artística que, si no inhabilita, al menos produce importantes conflictos,
sufrimientos y algunas veces deserción de un posgrado que podría ser capitalizado
para “reinventar(se)” en el mercado laboral o seguir las legítimas aspiraciones del
artista intelectual.
Esto me motivó a recorrer nuevamente la historia de la formación teatral y de
manera más amplia la situación de estos programas en las universidades mexicanas.
252
que reconocieron el valor específico de la producción sensible en la esfera de las
ideas. La estética trascendental propuesta por Immanuel Kant (Crítica de la razón
pura, 1928) es la que da el fundamento a los principios a priori de la intuición y
la sensibilidad, de ahí que la percepción del objeto o su representación producen
conocimiento sensible. Sin embargo, en la Crítica de la facultad de juzgar (Kant,
2006), la autonomía de lo estético vincula la subjetividad con la intersubjetividad,
de modo que el valor estético no es determinado por el juicio moral o cognoscitivo
(Hanza, 2008). La idea de lo bello (ideal – idealismo) se muestra en la estética de
Hegel, a diferencia de la manera kantiana, por encima de la naturaleza en la obra
de arte donde el espíritu se muestra en la apariencia (Lecciones sobre la estética,
1989). En el entorno de la Ilustración el arte es elevado al absoluto, así también el
artista en la cúspide del virtuosismo21 será considerado “genio”, ya que mediante la
representación (objeto de contemplación) produce apariencias atravesadas por el
espíritu. Esta perspectiva será intensificada durante el Romanticismo desafiando el
juicio de la razón y el dominante empirismo.
El proyecto moderno, según lo caracteriza García Canclini, tuvo cuatro ejes o
movimientos: “emancipador, expansivo, renovador y democratizador” (31-32). Sus
principios anclados en los ideales de la Revolución francesa fueron fundacionales
para el estado nacional y en cuestión del arte justificaron su existencia con relación
a una función social. A partir de entonces el arte será pensado en categorías
que desbordan los límites de la estética para ser juzgado su rol social desde los
presupuestos ideológicos y políticos; de ahí que el cariz normativo de la estética en
el siglo XX oscilará entre un arte servil al sistema (ideología estética) y las rupturas
(renovación) que aportaron las vanguardias históricas.
Aunque el “post” sea un prefijo relativo, tanto la posmodernidad como la post-
vanguardia y, lo que nos concierne, el teatro post-dramático (Lehmann, 2013), lo
evidencian los intentos de la “salida” jamás consumada, pero al mismo tiempo
surgen las múltiples maneras de reinventar el arte, cuya muerte vaticinó Hegel, ya
que llegando a la cima ya no hay a dónde ir. De allí los retornos al origen y, cuando
éste se diluye, queda el vacío que clama por un orden. De la estética autónoma y
normativa pasamos, en el campo teatral, a lo que José Ramón Alcántara (2002 y
2016) propone como “estética”, o las preocupaciones que muestra José Antonio
Sánchez (2015) sobre la ética de la representación.
FORMAR O EDUCAR
Sin profundizar, quiero remitirme a los referentes de sentido en los conceptos de
educación y formación. Tomada de la raíz latina, la palabra ‘formación’ se refiere a
‘dar forma’; su uso aparece en la pedagogía humanista del Renacimiento, donde se
21 Utilizo este término en el sentido de un código del arte de actuación, generado durante los siglos XVII y XVIII
(véase Fediuk, 2008 Cap. III y 2015: 59).
253
concibe que “el hombre se hace hombre en el desarrollo de su naturaleza espiritual
y, para lo cual necesita el conocimiento de las palabras y las cosas” (Venegas 29).
‘Educación’, del latín educare, contiene los significados de criar, nutrir, y se aplica lo
mismo a animales que a los niños, aunque en las obras de Platón aparece también
como “proceso de perfeccionamiento y embellecimiento del cuerpo y el alma”
(ídem). Aunque ambos términos han sido usados alternativamente, aquello de “dar
forma” lo asumo más apropiado para la especificidad de una profesión artística,
donde la forma es el resultado del trabajo creativo. Para dar mayor peso a mis
argumentos, me apoyo en las palabras de a Erasmo de Rotterdam, el ideólogo de la
pedagogía humanista:
254
(Fediuk, “Poéticas y políticas de la formación teatral” 59), lo cual se aprecia –
entre otros− en La paradoja del comediante (Diderot, 1994) o en La dramaturgia de
Hamburgo (Lessing, 1993).
255
universitaria, definieron el perfil de actor bajo un “método universal” para una
formación considerada poéticamente “neutra”, sirviéndose casi todos los programas
del contenido organizado por el maestro ruso. Las siguientes generaciones de
profesores (en su mayoría directores) añadieron al perfil de actor la cualidad de
“maleable”, lo cual significa útil para sus poéticas personales. Ciertamente, hubo
resistencia en algunas escuelas con larga tradición de cultura teatral (por ejemplo:
Inglaterra, Francia), donde prevalecían por mucho tiempo los modelos interpretativos
al lado de las nuevas propuestas que quedaron marginales hasta el último tercio del
siglo XX.
24 Véase el análisis de currículos en Fediuk, Elka. Formación Teatral y complejidad Xalapa: Universidad
Veracruzana, 2008. (Cap. III)
25 Investigación realizada en 11 escuelas de 4 países, el origen conservatorio (Ministerios de Cultura y Artes)
oscilaba entre 10 % y 30 % de teoría, mientras que el modelo universitario entre 40% y 70 % (Fediuk, 1988-1989).
256
aprecia claramente el concepto de la universidad organizada por “profesiones”, es
decir, algún quehacer social y económicamente útil. Es digno de análisis y reflexión
por qué la profesión teatral fue centrada únicamente en el actor, es cierto, es la
figura más visible, y que exista tan solo un programa en escenografía (ENAT-INBA), y
que apenas recientemente la dirección escénica se oferte como posgrado. Aquellos
currículos, ligados con el concepto cerrado de la profesión como un quehacer
determinado por las reglas de la disciplina, se enfrentaron con una realidad del
campo artístico que parecía perderlas (las reglas) ante la multiplicidad de poéticas
y acciones inter-disciplinarias.
El arribo de las políticas neoliberales modificó las exigencias respecto al
arte y la universidad. El debilitamiento del Estado (Donati, 1997) y la competencia
feroz en el mercado capitalista resultaron en consecutivos recortes para educación
y reconfiguraron las relaciones entre el arte y el Estado. En consecuencia, las
universidades tuvieron que replantear los currículos bajo nuevas consignas
filosóficas (la personalización del sujeto) y económicas expresadas en: a)
flexibilidad (ajuste al cliente y al mercado), b) reducción de créditos (ahorro en gasto
por estudiante), c) integralidad (inclusión de contenidos generales vs. reducción
de los profesionales). Asimismo, ante la competencia y saturación del mercado
laboral, se planteó el posgrado en tres dimensiones: a) excelencia profesional, b)
reorientación profesional hacia nichos de oportunidad y c) formación de expertos
para investigación de frontera.
Los nuevos programas educativos, bajo las consignas de ahorro e interdisciplina,
desdibujan la especificidad disciplinaria (teatro y danza = artes escénicas), los
diseños curriculares dificultan mantener la continuidad (seriación) en la necesaria
adquisición de destrezas técnicas. A pesar de mi juicio severo que baso en mi
experiencia docente y de investigación, se ha logrado incentivar la creatividad,
concepto encumbrado por el mercado ávido de innovar todo. En el ejemplo de la
UV, los egresados dominan la actividad teatral de la ciudad de Xalapa,26 aunque
su trabajo sigue siendo mal remunerado y la operación de sus espacios (si los
tienen) sigue exigiendo el sacrificio de su economía personal. Tampoco cuentan
con seguridad social y planes de retiro. Así pues, más allá de las intenciones
curriculares de asegurar la empleabilidad, las condiciones del ejercicio profesional
dejan en desventaja a los egresados de teatro ante la inexistencia de una “industria
nacional de teatro”, sustituida por las convocatorias federales y estatales que no
logran paliar las necesidades de los creadores y tampoco cumplen con acceso
pleno de los ciudadanos a la cultura.
26 Véase en: Anuarios de teatro en los estados (Serrano, 2008-2017) y el estudio sobre las temporadas de
teatro en Xalapa 2013/ 2014 (Herrera, 2015).
257
CURRÍCULO Y MERCADO
Sin duda, los currículos del presente siglo parecen responder a un mercado de
arte pulverizado, donde hablar de teatro resulta un tanto pasado de moda ante la
proliferación de acciones, intervenciones, la performance, la escena expandida, etc.
La filosofía de la formación teatral se empeña en preservar, o al menos reciclar, la
tradición del drama y las técnicas artísticas de la escenificación como patrimonio
intangible; la filosofía de la educación inclina los esfuerzos formativos hacia la
solidaridad social y abre temas que refuerzan un teatro aplicado; en tanto el mercado
de arte demuestra que la calidad artística y los altos valores de proyectos de teatro
aplicado no son proporcionales con la remuneración, el estatus y la seguridad social.
De todas las “justificaciones” que aparecen en los documentos, la de “mercado
laboral” es la que menos fundamento tiene, ya que el empleo formal en el arte no se
contempla, salvo excepciones (Compañía Nacional de Teatro y Compañía titular de
Teatro de la UV).
De todos los que estudian teatro solo unos cuantos podrán sostenerse dedicados
exclusivamente a esta profesión, una gran parte logrará hacerlo combinando
la creación artística con otra actividad que les procure sustento. Una de las más
evidentes es el ámbito educativo, aunque es mal remunerado por el tipo de contrato
al que pueden acceder, mientras que otras opciones pueden ser bastante alejadas
del teatro.
Los planes de estudio con mayor abanico de contenidos ayudan a profesionalizar
el área de producción y gestión, además de pedagogía. Los numerosos grupos
independientes tuvieron que emprender aprendizajes en áreas no artísticas para
mantener su creación teatral. Aun así, no es suficiente, la competencia es cada vez
mayor en el mercado del arte y en el mercado laboral, eso exige creatividad, discurso,
aliados y herramientas de la investigación para solventar teórica y prácticamente
los proyectos ambiciosos, o para ocupar/inventar los “nichos de mercado” en la
sociedad del conocimiento (Pérez Zúniga et al, 2018).
27 Para esta investigación fueron revisados los planes de estudio de licenciaturas en teatro vigentes en la UNAM
(Literatura dramática y Teatro y Licenciatura en Teatro y Actuación), la de Universidad Autónoma de Baja California
(UABC), ENAT-INBA, Universidad de Sonora (UNISON), Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), Universidad de
Guadalajara (UdeG), Universidad de Guanajuato (UG), Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo (UMSNH)
Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Universidad de las Américas (UDLA-Cholula), Universidad Autónoma de
Nuevo León (UANL), Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y la Universidad Veracruzana (UV).
258
licenciaturas redujo aún más el peso de la teoría. En consecuencia, se descuida en
los estudiantes el desarrollo del pensamiento abstracto o en palabras de Piaget, la
“etapa de operaciones formales”, es decir, el interés por el hacer artístico desplaza
el objetivo de desenvolvimiento teórico-intelectual y la adquisición de herramientas
para la investigación, indispensables para enfrentar los retos de un posgrado.
Aunque los planes de estudio incluyen materias teóricas, así como métodos y
técnicas de la investigación, dichos contenidos pierden peso en el actuar cotidiano,
en el currículo vivido.
Hace sesenta años, el gran crecimiento de la matrícula universitaria obligó
a utilizar como docentes a alumnos de cursos terminales, posponiendo su
titulación. Las primeras licenciaturas recurrían por muchos años a “dispensa de
grado”, figura que se ha vuelto excepcional hoy en día. Desde la “modernización
educativa” y sus programas de “carrera docente” la exigencia para el ingreso de
académicos se elevó al título de maestría como nivel mínimo, lo cual por más
de dos décadas se vio reflejado en las estrategias institucionales e individuales
para satisfacer la norma oficial. Actualmente, la mayoría de los docentes con
posgrado en el área de teatro, obtuvieron sus grados en algún programa de
contenidos más o menos afines, estudiaron temas alejados de su práctica y las
teorías que la sustentan, sin estar plenamente convencidos del impacto que
esto pueda tener en la docencia o la creación teatral. Sin embargo, todo estudio
riguroso produce modificaciones en la estructura del pensar, hoy en día estos
profesores son capaces de conducir de manera más consciente los procesos
de aprendizaje profesional y muchos de ellos integran la planta docente de los
recién desarrollados programas de posgrado.
Uno de los problemas que persiste en las licenciaturas es la capacidad
académica, un factor importante para la calidad educativa. Las reglas se modifican
permanentemente y ahora, además del título de maestría se exige el “grado en
el área o disciplina”. Como siempre, la esperanza está puesta en la formación de
futuras generaciones, tanto en el ambiente académico como en el ejercicio dentro
de la industria cultural.
Las instituciones de educación superior (IES), regidas por la SEP y en cuanto
a posgrado por CONACyT, clasifican el posgrado en tres niveles: Especialización,
Maestría y Doctorado; en cuanto a su orientación se dividen en dos categorías:
profesionalizante y de investigación. La categoría a) profesionalizante corresponde
a programas orientados a la práctica profesional, incluida la artística; la categoría b)
orientación a la investigación debe formar investigadores en determinados campos
hacia la investigación de frontera. Para relacionarlos con los programas existentes:
259
Maestría para Educación y Expresión de las Artes (MEEPA UdeG); se justifica en la
política de reorientación profesional hacia los nichos de oportunidad: puede darse
en el cruce con otras disciplinas y también especificando un área determinada
como gestión cultural y de las artes, producción28 y públicos, lo cual aún no se
consolida como posgrado en artes escénicas;
b) formación de expertos para la investigación de frontera: hasta el momento, el
único posgrado en esta categoría es la Maestría en Artes Escénicas (MAE) de la
UV. Sabemos de la gestación de un posgrado similar en la UNAM, esperamos que
se concrete.
CIERRE
Los equipos docentes de las licenciaturas en teatro o artes escénicas se desaniman
ante los rezagos de la formación previa, pero es necesario subsanarlos mediante
estrategias pedagógicas abordadas por los profesores en el aula y diseñadas
como contenidos curriculares. Reconocemos las carencias de hábitos de lectura,
el desarrollo de la capacidad de crear metáforas, resolver crucigramas, jugar al
ajedrez u otros juegos que ayuden a desarrollar las operaciones cognitivas finas,
28 Recién abierta Maestría en Producción Artística (Facultad de Artes –UAEM) no se puede considerar, ya
que solo se refiere a artes visuales y el perfil convocado es: “Ser un creador visual con experiencia artística y
producción reciente”. (Vázquez Gutiérrez).
29 “La Filosofía del Teatro diseña un modelo de investigador participativo, que intervente en la zona de
experiencia teatral, sea como artista, técnico y/o espectador.” (Dubatti 18). Esto implica un proceso colaborativo
con los creadores, sea como artista-investigador o creador acompañado por investigador, siempre desde una
relación no jerárquica en la construcción de saberes.
260
elaborar composiciones (lingüísticas, espaciales, kinestésicas, musicales), elevar
la actividad cognitiva al pensamiento abstracto y la modelización que ayude a
comprender/generar la teoría.
Los planes de estudio reducidos en créditos desenlazan –en su mayoría− la
formación cognitiva de la emocional y del desarrollo de habilidades y destrezas
profesionales. El espacio educativo del aula es el más apropiado para subsanarlo,
no obstante, requiere de un equilibrio al trazar las prioridades del aprendizaje;
lo artístico no debería anular lo universitario, por eso hemos pugnado por la
educación superior de las artes. Me remito a mis propias ideas de hace tiempo,
donde –partiendo del concepto de “profesores como intelectuales” (Giroux, 1997)−,
subrayaba las implicaciones de formar artistas universitarios (Fediuk, 2012).
Hace más de un siglo que los artistas son generadores del discurso en torno a
su quehacer poético/estético. Cada vez más la obra logra posicionarse gracias a
que está acompañada/relacionada con lo que el creador dice o escribe. Esto parece
natural entre los artistas plásticos o performanceros, pero realmente es reciente
entre quienes se asumen como “actor”, intérprete, y quisiera obviar el término
“ejecutante”, discriminatorio en su esencia. También quiero archivar mi reflexión de
hace décadas: “el actor es una persona que habla mucho, pero no tiene voz”. Desde
aquel entonces, a la par de otros empoderamientos, hemos empezado a escuchar
a los actores convertidos en creadores escénicos. Esto implica las fortalezas de las
cuales habla Erasmo de Rotterdam: la disciplina de la mente (intelectual/cognitiva),
la espiritual y la del ejercicio (saber hacer y axiología).
261
FUENTES CONSULTADAS
262
Pérez Zúñiga, Ricardo, Paola Mercado Lozano, Mario Martínez García, Ernesto
Mena Hernández & José Ángel Partida Ibarra. “La sociedad del conocimiento
y la sociedad de la información como la piedra angular en la innovación
tecnológica educativa”. Revista Iberoamericana para la Investigación y el
Desarrollo Educativo. Enero-junio. (2018): 1-24. Web.
Ribot, Theodule. La psicología de los sentimientos. Trad. Ricardo Rubio. Madrid:
Librería de Victoriano Suárez, 1900.
Vázquez Gutiérrez, María Cecilia. Maestría en Producción Artística. Facultad de
Artes, UAEM. N. d. Web. Oct. 2019.
Weber, Max. Ensayos sobre metodología sociológica, Buenos Aires: Amorortu, 1982.
Venegas Renauld, María Eugenia. “El Renacimiento: Un contexto para el surgimiento
del concepto pedagógico formación”. Educación. (2004): 27-37. Digital.
263
CLAUDIA DOMINGO
CABRERA ADAME
Rodolfo Valencia
formador de creadores escénicos
30 En 1928 surgió el Teatro de Ulises, un teatro conceptual, de “esencia literaria”, opuesto al modelo
predominante y al nacionalismo. En 1932 el Teatro de Orientación inició su trabajo sostenido económicamente por
la Secretaría de Educación Pública, síntesis del movimiento experimental en lo concerniente al papel del director
como autoridad en la escena, a la actuación que exigía el entrenamiento de la memoria del actor, a la organización
del grupo eliminando el vedetismo y las primeras figuras, a la escenografía y a la formación de público. Escolares
del Teatro (1931) y Trabajadores del Teatro fundados por Julio Bracho.
Teatro de Ahora (1932) experimento teatral que deseaba ser un “teatro político hispanoamericano, a través de los
temas mexicanos”. Teatro de las Artes-Teatro de la Reforma 1941-1951 entre cuyos miembros se encontraban:
Gabriel Fernández Ledesma, Miguel Covarrubias, Silvestre Revueltas, Germán Cueto, Waldeen y Seki Sano, su
principal organizador, cuyo objetivo fundamental era hacer un teatro del pueblo y para el pueblo, muy diferente al
de la “tradición española”. Proa Grupo, 1941-1948, a cargo de José de Jesús Aceves, impulsor de los llamados
“Teatros de bolsillo” y el mencionado La Linterna Mágica, 1946-1948
El Teatro de Arte Moderno, 1947, un esfuerzo más por consolidar las propuestas iniciadas dos décadas atrás por
el Ulises, en cuanto a crear un teatro de actualidad.
La Universidad Nacional Autónoma de México por su parte fundó en 1936 el Teatro de la Universidad, a cargo de
Julio Bracho y en 1956 Poesía en voz Alta, cuya propuesta consistía en hacer un teatro al servicio de la palabra,
que rescatara la poesía y cuya base fuera la experimentación constante, así como la libertad absoluta del director
(Adame 2004, 177-184).
264
personaje y la cuarta pared eran formas de ocultamiento, pues ambas demandaban
que el actor se olvidara de la persona para quien trabaja, es decir, el público. Ambas
eran máscaras que servían de ocultamiento al actor, impidiéndole una verdadera
comunicación y un “juego limpio”.31
El maestro Valencia, con Jerzy Grotowski y Peter Brook, son teatristas que hicieron
contribuciones significativas, en la segunda mitad del siglo XX, para comprender el
sentido del teatro como la más pura realización de la acción del ser humano. Con
ellos, Valencia compartió su interés por las tradiciones teatrales y culturales más
arraigadas de los pueblos, pero no la tradición como intento de momificación, de
preservación de formas externas, sino por hacer vivir en el presente toda la sabiduría
heredada.
Rodolfo Valencia (1925-2006) ha sido el único maestro de actuación en México
que llevó a cabo una investigación sistemática sobre el lenguaje del actor, eso lo
convierte en una de las figuras significativas del teatro mexicano del siglo XX, cuyas
aportaciones lo trascienden. Antes de viajar a Cuba en 1962, el maestro inició una
investigación sobre los reflejos condicionados a partir de la tesis de que los ensayos
constituían una forma de condicionamiento del actor y una posibilidad de vencer
sus resistencias en la creación del personaje. Sin embargo, al regresar a México, su
visión había cambiado, a partir de las propuestas de Wilhem Reich sobre bioenergé-
tica, mismas que le sirvieron de base para desarrollar un método de entrenamiento
del actor, en tanto y primordialmente como ser humano. Esta investigación habría
de culminar con la definición de la especificidad del lenguaje del actor.
En el Estudio de Artes Escénicas, fundado y dirigido por Seki Sano, colaboró
entre 1954 y 1957 como actor, ayudante de dirección, adaptador de varias obras
y maestro de actuación. Formó parte de los intelectuales y artistas invitados por
el Gobierno Revolucionario de Cuba, donde residió entre 1962 y 1967; ahí fundó el
“Teatro Musical de la Habana” dirigió las Brigadas de Teatro Francisco Covarrubias,
fue maestro y director de la Escuela Nacional de Teatro. A su regreso a México
impartió un curso en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM y fue maestro
de actuación en la escuela de teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes.
En 1969 se incorporó al Teatro de Orientación Campesina y, siendo su director
artístico, organizó y dirigió los talleres donde se capacitaba a campesinos en las
disciplinas escénicas y como promotores de teatro comunitario.
A partir de la creación en 1976 del grupo Teatro 21 con sus ex-alumnos de la
Escuela de Arte Teatral del INBA, Valencia combinó su trabajo en el Teatro Popular,
con la profundización de su investigación sobre el entrenamiento actoral y la
creación de espectáculos.
31 “El actor se defiende, es muy curioso pues se sube a un escenario para ser visto; peor aún, cuando está en
el escenario teme la mirada del otro, se defiende, eso afirma la idea del personaje literario en escena, porque el
personaje se convierte en una máscara para el actor que se siente expuesto” (Valencia en Adame, 2009, 25).
265
En sus creaciones, además de mostrar los resultados de sus investigaciones del
lenguaje actoral, dejó plasmado su profundo compromiso social, su conocimiento
de la tradición teatral, así como su admiración y respeto por las culturas indígenas.
De 1985 hasta el fin de su vida en 2006, fue profesor de actuación y dirección
escénica en el Colegio de Teatro y Literatura Dramática de la UNAM.
Valencia nunca se interesó por el culto a su persona. Lo que le importaba era
contribuir a hacer del teatro, un vehículo para potenciar la condición humana; esa es
la enseñanza que nos ha legado.
¿Por qué Rodolfo Valencia tendría que estar presente en la memoria de los
teatristas de México y del mundo? Porque a lo largo de toda su vida creativa fue
un investigador sobre el trabajo del actor, es decir sobre sí mismo, pues, tanto en el
ámbito teatral como en su espacio cotidiano, nunca dejó de estudiar y actuar para
intentar comprender los principios y los medios que hacen de una acción teatral, el
momento cuando el ser humano revela lo más profundo y verdadero de sí mismo.
Valencia enseñó a estar en el espacio escénico con honestidad, con verdad, para
poder relacionarse de la misma manera con los otros. La escena se convierte así,
en un lugar sagrado donde aparece lo que es, lo real. Entrar a la escena para ser,
no para fingir, con plena consciencia de lo que uno está siendo en cada instante.
Sentir que lo que se quiere compartir está integrado en uno. No usar la escena para
exhibirse, para destacarse de los otros, sino para confirmarse a uno mismo, que otra
forma de comunicación es posible.
EL MÉTODO VALENCIA
Su método, como ya se dijo, partió, en una primera etapa, del estudio de la teoría
de los reflejos condicionados de Pavlov, en relación con el condicionamiento del
actor en la “repetición” de los ensayos y que, generalmente, desemboca en la
mecanización de su trabajo creativo. Pasó por la tesis conductivista de Skinner en
el uso de la reconstrucción de las formas adquiridas, y que, en el actor, se expresan
en general con fórmulas defensivas, y encontró su fundamento en las teorías de la
bioenergética de Wilhelm Reich, Alexander Lowen y sus seguidores.
La concepción estética y ética de Rodolfo Valencia podría sintetizarse de la
siguiente manera:
266
}} Los verdaderos diálogos son francos y profundos mediante la palabra sincera,
no complaciente, a veces dura, otras suave y gentil, pero siempre respetuosa.
}} No se debe confiar en doctrinas, hay que dudar de los maestros.
}} Hay que transitar el camino para conocer nuestras limitaciones, máscaras y
miedos.
}} Un creador debe consagrar su vida al cambio: como artista, como maestro y
como persona.
La pregunta faro que guio el trabajo de Rodolfo Valencia fue: ¿cómo alcanzar a
través del teatro un estado de presencia/conciencia para permitir un verdadero
encuentro entre seres humanos?
En el teatro convencional, la pregunta “¿quién soy?” remite por lo general a la
dualidad actor/personaje; es más bien de carácter operativo, corresponde al
binarismo “realidad/ficción”. El actor “representa personajes”, por eso la noción de
“personaje”, central en la concepción del teatro dramático occidental, fue la primera
que el método del maestro Valencia cuestionó, pues en lugar de ayudar a formar
personas “lúcidas, sensibles y críticas” los alejaba de sí mismos y, en el mejor de los
casos, los llevaba a ser una “copia” o caricatura del otro.
El método del maestro Valencia elimina la idea de personaje para el actor, aunque
no para el espectador; el actor deviene un informante, un expositor lúcido y sensible
de la conducta humana. Desde otro ángulo se considera al actor, no como el que
finge o se finge otro distinto de sí mismo, sino como aquel que realiza la acción.
270
FUENTES CONSULTADAS
271
CLAUDIA DOMINGO
CABRERA ADAME
De lo disciplinar a lo transdisciplinar
en la formación escénica
UNIVERSIDAD Y FORMACIÓN DISCIPLINARIA
La separación arte-ciencia, producto de una visión dualista de la realidad, se instauró
con los postulados de la Ciencia moderna que privilegiaron la razón objetiva
(ciencia) frente a la emoción subjetiva (arte). Ante ello, las preguntas en torno a si era
posible enseñar o investigar el arte carecían de sentido, por lo mismo, los espacios
formativos se dividieron en: Universidades para las ciencias, “propietarias del
conocimiento” y Conservatorios o Talleres para las artes, “espacios para transmitir
técnicas”. El gran problema que aún prevalece emergió cuando en las universidades
se instituyeron estudios de arte que, derivados del espíritu naturalista-positivista,
les otorgaban —como en el caso del teatro— valor de “Ciencia”.
Se trató de una separación artificial pues ciencia y cultura fueron inseparables
al principio de la historia humana. Las animaban las mismas interrogantes sobre el
sentido del Universo y de la vida. Si bien el germen de la ruptura entre ciencia y arte,
así como entre Sujeto y Objeto se remontan al siglo XVII, con la formulación de la
metodología de la ciencia moderna, ésta solo se hizo visible en el siglo XIX, aclara
Nicolescu (2009), con el despliegue del big-bang disciplinario.
DISCIPLINA
Bajo el paradigma científico-positivista se instituyó el concepto de disciplina, el
cual remite a una categoría organizacional al interior del conocimiento científico,
instituye la división y la especialización del trabajo y responde a la diversidad de
dominios que recubren las ciencias. La delimitación del campo de saber de la lógica
disciplinaria tiene por contrapunto la hiperespecialización y el riesgo de cosificación
del objeto estudiado.
LA UNIVERSIDAD DISCIPLINARIA
Edgar Morin ha dicho que la fragmentación disciplinar y división de problemáticas
sistémicas sostiene la superficialidad teórica y condicionan fuertemente el
desarrollo social de los países. La organización disciplinaria tiene un correlato en la
génesis de las universidades modernas en el siglo XIX (Morin 2000).
272
La noción de disciplina, en este contexto, puede definirse como una categoría
organizadora dentro del saber científico, instituyendo en éste división y
especialización. La organización en numerosas disciplinas ha estimulado modelos
curriculares e investigativos disociados, impidiendo cada vez más una integración
metodológica y epistemológica.
El saber universitario ha sido predominantemente disciplinar:
274
los trabajos en torno a la transformación del modelo educativo en la Universidad
Veracruzana en 1998, la Facultad de Teatro se pudo integrar al proceso que la
condujo a formar parte del actual “Modelo Educativo Integral y Flexible” dejando
atrás la primacía de la “enseñanza” a favor del “aprendizaje”.
El Plan de estudios 2000 fue sin duda una valiosa aportación de la Universidad
Veracruzana a la formación teatral. La Dra. Elka Fediuk fue responsable de la
investigación que sirvió de fundamento a dicho Plan y, como directora de la misma
del año 2000 al 2005, encargada de su instrumentación.
Su objetivo fue la preparación de un teatrista integral. El estudiante es considerado
un sujeto complejo que tiene interés de aprehender el saber teatral para ponerlo al
servicio de la sociedad. Se reconoce de antemano la complejidad social que rechaza
la uniformidad y hace de la diferencia su principio rector. Se sostiene que los saberes
teatrales son múltiples y tienen gran variedad de aplicaciones, de este modo se
propusieron diversas opciones terminales: Actuación, Creación escénica (dirección,
dramaturgia, diseño escénico), Gestión y producción, Pedagogía y Teatrología.
En 2008 se implementa un nuevo Plan en el cual se busca una mayor integración
en la formación y evitar separaciones como, por ejemplo, en el caso de actuación,
que estaba dividida en “Cuerpo” y “Texto”. Con ello también se buscaba un trabajo
colaborativo entre docentes, de este modo se propusieron tres “integraciones”:
Actuación, Creación escénica y Gestión teatral e intervención socioeducativa.
275
Esto puede verse como un síntoma de la necesidad de abrir la disciplina más allá
de sus límites, a fin de incluir, efectivamente, todo tipo de práctica escénica vinculada
con los desarrollos culturales, científicos y tecnológicos, y no exclusivamente la
entronizada por el teatro burgués del siglo XIX.
Si bien el término performance comenzó a ser utilizado a partir de la década de los
sesenta del siglo anterior, inicialmente por la academia norteamericana, dentro de los
Performance Studies impulsados por Richard Schechner, en la actualidad constituye
una de las formas de creación escénica multi e interdisciplinaria más desarrolladas.
Féral afirma que el teatro actual es performativo “Las artes escénicas actuales han
experimentado una revolución, de tal modo que el actor se ha convertido en creador
o performer, la representación mimética ha sido desplazada por el acontecer de una
acción escénica, el espectáculo gira en torno a la imagen y la acción, apelando a
la receptividad del espectador”. Por su parte, Erika Fischer-Lichte afirma que “Las
puestas en escena no pueden comprenderse adecuadamente como obras sino solo
como acontecimientos” (2011).
Mientras tanto, en países latinoamericanos como México, Bolivia, Perú
y Ecuador se plantea la necesidad de restituir al teatro su dimensión sagrada,
comunitaria y humana lo cual implica aprender a realizar acciones cuyo objetivo
sea contribuir a una existencia digna, aprender a conocer y a compartir valores
comunes para una convivencia solidaria y comprensiva. Dicho de otro modo:
aprender a vivir con sentido multidimensional donde se conjuguen lo cognitivo, lo
poético y lo ético.
TENDENCIAS
Ante los desplazamientos conceptuales y el borramiento de las fronteras en el
campo de lo escénico, Fischer-Lichte se pregunta en Estética de lo performativo
¿Qué se debe entender como realizaciones escénicas en el marco de la Ciencia
del Teatro?, su respuesta es que no como obras sino solo como acontecimientos
debido a que se trata de un proceso autopoiético por la interacción de ejecutantes
y espectadores (2011).
En el acontecimiento se unen los contrarios, lo cual permite observar que se trata
de una lógica que no es la de la ciencia clásica.
Para Fischer-Lichte la Estética de lo Performativo tiene por objeto de estudio ese
arte del rebasamiento de fronteras:
Trabaja incesantemente para superar fronteras establecidas a finales del siglo die-
ciocho y asumiendo desde entonces como inamovibles e insuperables, divisiones
que se tenían casi por naturales, es decir, que se entendían como establecidas por
naturaleza: nos referimos a la división entre arte y vida, entre alta cultura y cultura
popular, entre el arte de la cultura occidental y el de aquellas otras culturas para
276
las que es extraño el concepto de la autonomía del arte. Con ello, una estética de
lo performativo se propone también la redefinición del concepto de frontera. (Se)
trata de superar las oposiciones rígidas, de convertirlas en distinciones dinámi-
cas. Nos hemos acostumbrado a entender que el empleo de parejas conceptuales
antitéticas es la garantía de un proceder racional que se corresponde con el des-
encantamiento del mundo llevado a cabo por la ilustración y a que este proceder
es el que mejor describe ese proceso. Por ello es oportuno entender el proyecto
de una estética de lo performativo —que demuele precisamente tales dicotomías
y que, en vez de proceder argumentalmente con un lo uno o lo otro, lo hace con
un tanto lo uno como lo otro— como una tentativa de reencantamiento del mundo,
como un intento de transformar en umbrales las fronteras establecidas en el siglo
dieciocho. (Fischer-Lichte 2011 404-405)
Hoy la “ciencia normal” que es la dominante, está en crisis, no sólo en México, sino
en todo el mundo, porque no contribuye a resolver las dos emergencias supremas
a las que se enfrenta la humanidad: la mayor desigualdad social de toda la historia
y la mayor amenaza conocida al equilibrio ecológico del planeta (2019).
32 La transdisciplinariedad es una estrategia metodológica de gran utilidad para el estudio y la práctica teatral
a partir de la cual se han generado propuestas tanto teóricas como de creación. Es el caso del libro Transteatro de
Nicolás Núñez y D. Adame (2018). En la creación, algunos intentos de ir más allá de los límites disciplinarios son
los de la actriz chilena Valeria Radrigán, quien dedicó su investigación final de maestría en España, al problema
de la transdisciplina (SIC) que, dice, “ha marcado un desarrollo sistemático de pensamiento y acción artística en
relación a este tema. Y es que trabajar efectivamente desde la transdisciplina implica un quiebre al ego mayor.
Implica no solo la apertura para formarse, investigar y conocer otros formatos ajenos al propio, ajenos al que uno
se formó y ‘maneja’”. En Argentina, Mariela Yaregui indica “que las artes electrónicas suponen un enfoque que
pone en relación diversas áreas del conocimiento — fundamentalmente, el arte, la ciencia y la tecnología—. En
la medida en que el arte electrónico configura un objeto que articula una pluralidad de lenguajes -montándose
incluso en el terreno de la hibridez discursiva y estética-, su carácter es eminentemente dialógico y se ubica
dentro del universo transdisciplinario. En Chile, Sergio Valenzuela Valdés propone trabajar a partir de la Carta de
la Transdisciplinariedad sobre lo que llama “arte de acción transdisciplinar” (Cfr. Adame 2011).
Es pertinente señalar que el enfoque transdisciplinario no elimina al disciplinario, sino que se sitúa entre, a través
y más allá de éste.
278
independientemente de la perspectiva académica. Es dinámica y emplea el
conocimiento disciplinario, la ciencia y la lógica guiada por el imperativo económico”
(2011).
La globalización capitalista que pretende uniformarlo todo, es un riesgo para
cualquier proyecto transformador que pretende el bienestar integral individual y social,
en este sentido habrá que estar atentos para mantener como guía los tres rasgos
fundamentales de la actitud transdisciplinaria Rigor, apertura y tolerancia. Rigor
exige precisión del lenguaje en la argumentación fundada sobre el conocimiento
vivo, interior y exterior. Es resultado de una permanente investigación. Apertura es
aceptación de lo desconocido, lo inesperado y lo impredecible lo cual significa que
estaremos dispuestos a enfrentar cualquier contingencia en el proceso. Tolerancia
resulta de aceptar la existencia de ideas contrarias a los principios fundamentales
de la Transdisciplinariedad (Nicolescu, 2009: 87-89).
279
FUENTES CONSULTADAS
Adame, D. (2011). “La reconceptualización del teatro más allá de los límites
disciplinares”. Investigación teatral Revista de artes escénicas y performatividad
(nueva época), núm. 1.
Cabrera Sánchez, C., (2016). Límite y Emergencia. Cuernavaca, Mor: Sec. de Cult.
Edo. de Morelos.
_________ (2019). “Artistic Higher Education in Latin America: A Transdisciplinary
vision” in B. Nicolescu R. T. Yeh A. Ertas (ed.) Being Transdiscplinary. USA: The
ATLAS. pp. 75-79.
Fediuk, Elka (2001). “Desarrollo académico de la Facultad de Teatro” en Memoria
de la Facultad de Teatro 1976-2001, Universidad Veracruzana, Xalapa.
Fischer-Lichte, E. (2011) Estética de lo performativo, Madrid: Abada Editores.
Gardner, Howard. 1983. Inteligencias múltiples. Barcelon: Paidós.
Graham, C. (2011) Transdisciplinary convergence in the performing arts. Studies in
Learning, Evaluation, Innovation and Development, 8(2), 26-39.
Morin, Edgar (2000). Introducción al pensamiento complejo. Madrid. Gedisa.
Nicolescu, B. (2009) La Transdisciplinariedad, Manifiesto, Multiversidad Mundo
Real Edgar Morin, A. C., Hermosillo.
Souza Santos, Boaventura de (2010). A Universidades no seculo XXI: para una
reforma democrática e emancipatoria da Universidades. Sao Paulo. Cortez
editora.
Toledo, V. M.. (2019) “Los “científicos” y la 4T: oposición ilegítima” en La Jornada
https://www.jornada.com.mx/2019/08/13/opinion/016a1pol
Toriz, M. 2009. “La teatrología y las artes escénicas” en D. Adame (Coord. y
ed.) Actualidad de las artes escénicas. Perspectiva latinoamericana. Xalapa:
Facultad de Teatro-Universidad Veracruzana.
280
IRIS MARYSOL
ARENAS
CORDOURIER
281
jerárquicos y unívocos, para tratar de responder la pregunta rectora, ¿es
posible proponer una pedagogía teatral sin ejercer control sobre los cuerpos?
282
Entonces, ¿qué es el cuerpo y qué parámetros deberíamos tener en cuenta para
analizarlo? Así como las artes escénicas son comprendidas desde diferentes bases
epistemológicas, Prieto y Fediuk en concordancia con el pensamiento de Focault,
sostienen que:
El teatro es una de las disciplinas que pertenece a un discurso que trata de producir
cuerpos entrenados y dóciles capaces de someterse a las exigencias del director
de escena. Aunque permeado por el divino halo del arte, el teatro ha reproducido
las relaciones jerárquicas de todas las demás disciplinas corporales. Basta con
recordar los manuales de training del actor que promueven un cuerpo-instrumento
sin voluntad de cuestionar el trasfondo de esas estructuras de poder que durante
muchos años han sometido al actor hasta el grado de ser considerado por algunos
como el elemento más frágil del teatro: sustituible y reemplazable.
El ejercicio del poder sobre el cuerpo humano mediante las disciplinas –la
anatomopolítica– se encarga de educar al cuerpo para aumentar sus fuerzas,
utilidad y docilidad con la finalidad de integrarlo a sistemas de control ya legitimados.
Con la finalidad de dislocar el concepto de cuerpo como máquina o instrumento,
es preferible apelar a la noción de corporalidad como “un conjunto de prácticas,
imaginarios, representaciones y ejercicios de poder que involucran al cuerpo en
sus dimensiones físico-biológica, psíquica, emocional y socio-cultural, entre otras”
(Fediuk, 9), por lo que cualquier práctica estética que tenga como soporte el cuerpo
tiene implicaciones políticas.
283
Las artes interpretativas, en este caso, la actuación, se desliza entre dos
supuestos contrarios: la capacidad de ejecución, que obedezca a criterios estéticos
ajenos y la interpretativa, que sea capaz de expresar. Los planes de estudio de
las principales escuelas de teatro en la Ciudad de México (Escuela Nacional de
Arte Teatral, Centro Universitario de Teatro, Casa del Teatro, CasAzul y Colegio de
Literatura Dramática y Teatro) cuentan al menos una asignatura (llámese Expresión
Corporal,33 Formación Corporal,34 Acondicionamiento Físico,35 entre otras), que
tiene como objetivo específico crear/ modelar cuerpos capaces de responder a las
exigencias del director, de la escena y del personaje.
Curiosamente, estas exigencias están supeditadas a las decisiones de un agente
externo; una jerarquía u organización de poderes. Y este organigrama vertical tiene
sus inicios en las escuelas, conservatorios y facultades, tal como lo menciona
Foucault en la Microfísica del poder:
33 UNAM, CLDyT.
34 La ENAT, cuenta además con la asignatura de Educación somática y técnica somática.
35 CUT.
284
actores indiferenciados, estandarizados, sustituibles, técnicamente preparados que
producen también un producto estandarizado; todos cumplen un organigrama de
trabajo detalladamente pautado, pero a la vez son incapaces de alterar el proceso
de producción, como podría hacerlo un obrero rebelde o una diva (61).
El paralelismo que encuentra entre la producción de obreros y de actores a
través de la homogeneización, resulta apabullante. Y es cierto que para hacer frente
a la demanda de espectáculos se necesita un estándar de habilidades; un cierto
tipo de cuerpos cada vez más indiferenciados. Es en este punto donde el círculo
se completa: escuelas que forman cuerpos para generar discursos, mismos que
consume la sociedad y que son legitimados como arte. Como parte del desarrollo
integral del estudiantado, es perentorio que las formas de enseñar partan de bases
epistemológicas radicantes y que antes de decidir sobre en cuál metodología o
poética quieren adscribirse, cuenten con la capacidad crítica de discernir a qué
ideologías pertenecen para conocer qué tipo de teatro desean hacer. Sobre este
mismo tema, Geirola comenta:
285
Las corporalidades escénicas, por tanto, sólo se entienden en relación al papel
que juegan las miradas, tanto del mismo intérprete-performador como del espec-
tador (incluyendo al investigador escénico). Ya sea que interactúen convivialmen-
te o que entablen una lucha de poder, estas miradas están condicionadas por
formas de entender al cuerpo que son determinadas cultural, estética, social y
políticamente (10).
Sin un afán de demeritar los esfuerzos que se realizan en las instituciones superiores
de enseñanza teatral, es notable que el tipo de representaciones a las que se apelaba
en el siglo XX y posteriores, se han modificado y no por eso deberíamos abandonar
la revisión histórica de las poéticas actorales, más bien, dotar al estudiantado de
ejercicios críticos para comprender el porqué de determinados cánones discursivos
y estéticos, a qué ideologías responden, cuál es su contexto histórico y social y en
qué se asemejan o se diferencian del paradigma actual.
A MANERA DE REFLEXIÓN
El proceso de homogeneizar los cuerpos comienza en la formación y sus
implicaciones van más allá de las modas o las tendencias estéticas. Los procesos
de enseñanza están estrechamente ligados a una ideología que repercute en el tipo
de teatro que se hace actualmente, por lo tanto, como investigadores y docentes,
vale la pena cuestionarnos si es posible modificar las técnicas o metodologías que
se implementan en las aulas, repensar los planes de estudio y propiciar espacios
de reflexión. Desde esta perspectiva, en el siglo XXI se mantienen las siguientes
interrogantes: ¿es el cuerpo de quienes actúan moldeado por los dispositivos de
poder?, ¿es posible un proceso de enseñanza y un proceso de aprendizaje creativo
sin el control sobre los cuerpos?, ¿acaso la sujeción resulta necesaria a los fines de
la reproducción del arte?
286
FUENTES CONSULTADAS
Escobar Ortiz, Jorge. “El cuerpo como artefacto: tecnologías médicas, biopolítica
y resistencia”. Ciencias sociales y educación, vol. 4, núm. 7, 2015, pp. 145-157.
Fediuk, Elka y Antonio Prieto. “Introducción. En torno al cuerpo y su realización
escénica”. Corporalidades Escénicas: representaciones del cuerpo en el teatro,
la danza y el performance. Xalapa: Universidad Veracruzana 2016, pp. 9-23.
Foucault, Michel. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores Argentina, 2002.
______. Microfísica del poder. 2ª ed. Madrid: Edissa, 1979.
Geirola, Gustavo. “Los cuerpos del actor”. Stanislavski desde nuestros teatros. Ed.
Percy Encinas. Lima: AIBAL, 2014, pp. 57-85.
Le Bretón, David. La sociología del cuerpo. Buenos Aires, Nueva Visión, 2002.
Mauss, Marcel. “Técnicas y movimientos corporales”. Sociología y Antropología.
Madrid: Tecnos, 1934.
287
JENNY
GONZÁLEZ
LÓPEZ
Discrepancias en la enseñanza
de las artes escénicas
El presente trabajo contiene una reflexión teórico-metodológica en relación a casos
que van, de la orientación en cursos o talleres aislados, a los que forman parte del
plan curricular en una licenciatura vinculada a las artes escénicas
El México de finales del siglo XX a principios del XXI, ha sido el marco de una era
de la educación que prioriza la especialización del conocimiento y los propósitos
cuantitativos, y cuyos efectos en la práctica pedagógica de las artes escénicas, nos
obligan a revisar diversas discrepancias:
Planteamientos teóricos y dogmas de un creador, que, sacados de contexto, se
imparten a destajo, con poca amplitud epistemológica de los supuestos artísticos y
escasa o nula profundidad en el marco de la investigación.
Estudiantes especializados en el desempeño actoral, que no cuentan con
las habilidades necesarias para plantear un proyecto o ubicarlo en un contexto
ideológico, artístico o gnoseológico.
Orientaciones metodológicas de supuestos expertos en áreas del conocimiento
exclusivas de los campos de su especialidad, sin poner en antecedentes a los
estudiantes del marco general en el que están insertos dichos conocimientos ni de
las otras opciones que, sin ser del dominio del especialista, existen en el ámbito de
las teorías de estudio de las artes escénicas.
Réplicas de conocimientos parcelarios, ajenos a sus marcos de referencia
y contextos de ubicación interdisciplinaria y transdisciplinaria; y de nociones
conceptuales dictadas con carácter de leyes, en contextos hegemónicos que
han repercutido y determinado las orientaciones educativas, creativas y de
producción.
El punto de partida de esta disertación puede ubicarse en el cuestionamiento
específico sobre la eficacia del modelo educativo en general que conocemos en la
actualidad, y la vigencia y pertinencia de una entidad —edificio material e institución
acreditadora del conocimiento— que muestra signos de agotamiento.
Las generaciones actuales obtienen mayores niveles de conocimiento a partir
de su interacción en medios de comunicación masiva. La era digital nos sitúa
frente a agentes esencialmente audiovisuales, a procesos que son herederos de
288
la inmediatez, y cuyas perspectivas, atención y áreas de interés son múltiples y
diversas, nutridas en la cultura global; códigos contrarios a los nuestros, que han
sido mayormente lingüísticos, lineales y madurados en el tiempo.
Este desfase, cuyos ejes de impacto repercuten en varias áreas del formato
educativo tradicional, nos coloca, a los formadores tradicionales, frente a estudiantes
que han venido desarrollando desde la infancia una percepción general del mundo
radicalmente distinta a la nuestra.
A manera de ‘’ready made’’ crítico, presento una serie de miradas, originadas en
reflexiones acotadas al contexto regional chiapaneco, para expandir la perspectiva
hacia la generalidad nacional. Miradas que parten de la periferia geográfica,
académica y teórica, para pensar en comunidad, como una reflexión autocrítica, la
naturaleza y condiciones ontológicas de la misma.
En el campo concreto de la educación en artes escénicas, la naturaleza del
hecho artístico ha mantenido la recurrente controversia entre la necesidad de
la educación formal como vía de instrucción de profesionales del escenario y
su interdisciplina, y la no formal, sustentada en la práctica escénica en todas
sus posibles vertientes: amateur, comercial, escolar, etc. Si bien es cierto que
en ambas ha habido frustrantes, cuestionables, mejores e, incluso, prodigiosos
resultados.
Paradójicamente, esta reflexión está situada en el marco del interés cada vez
mayor, que algunos teatristas chiapanecos hemos manifestado, por generar en
nuestra entidad una figura universitaria para la formación de profesionales de la
escena. Nuestro estado cuenta con todas las licenciaturas de artes clásicas, menos
una que atienda al teatro y las teatralidades. En la región sur-sureste del país, solo
Yucatán representa la opción geográficamente más cercana, para los interesados
en acreditar su profesionalización en el teatro.
En el marco de este antagonismo, se ha insistido en la necesidad de una escuela
formal de teatro en Chiapas a partir de valuar los resultados de no tenerla.
En nuestro estado, la formación de los interesados “no profesionales”, se ha
nutrido principalmente de la emanación de un sistema hegemónico centralista,
cuya visión, durante por lo menos los últimos veinte años, apoya los estereotipos
radicados en que hay que “educar a los más desfavorecidos que habitan en la última
frontera sur, viven en extrema pobreza y no tienen profesionales que se hagan cargo
de su formación.”
Por lo tanto, ignorando la diversidad cultural que nos caracteriza, los sistemas
culturales del Estado promueven que “cada tanto”, los “artistas de reconocido
renombre” se den un poco de “baño de pueblo” y bajen al sur a domesticar a “los
indígenas”; a iluminarlos con su sabiduría y visión cosmopolita del mundo. Por
irrisorio que parezca, este paisaje y las prácticas que describe, no se aleja de la
percepción general que el país ha tenido durante décadas sobre Chiapas.
289
Este inveterado sistema ha gestado, por contraste, algunos diletantes de la
escena cuyos dignos esfuerzos de naturaleza y logros diversos, acusa entre otros
indicios, los siguientes:
290
fundamentados en visiones limitadas, parcelarias y en ocasiones arcaicas, del
cosmos teórico de sus creadores.
Si en el marco del antagonismo con el que iniciamos este análisis entre la
educación no formal y formal, colocamos la discusión en los casos de egresados
de alguna escuela profesional de teatro, encontraremos que hay, por lo menos,
cuatro años de lecturas, interacción, contrastes, voces, que van a nutrir el cosmos
epistemológico que debería considerar la discusión desde el currículo o cuerpo
académico, sobre los cambios de paradigmas ante los que se enfrenta, desde el
siglo pasado, el drama y sus crisis, en comparación con los creadores de contextos
no formales, cuya influencia se limita a la condescendencia institucional de cada
sexenio y las miras de su política cultural y educativa.
292
A la distancia es difícil asimilar que cualquiera pueda ver en la investigación y
el uso formal del lenguaje para explicarla, un sentido negativo, postura que puede
solo tener cabida en el hecho de no haber trabajado lo suficiente en las materias de
metodología de la investigación en la trayectoria académica para comunicar a todo
mundo, la riqueza, fortaleza y necesidad del espíritu investigador en todas las áreas
del conocimiento y de la vida en general.
La afirmación inicial de este apartado también pone de manifiesto la carencia o
deficiencia de los diseños curriculares, concretamente de las carreras afines a las
artes escénicas, en el marco de fomentar la investigación como eje fundamental de
la gestación del hecho artístico desde las etapas de preproducción, producción y
postproducción de una obra.
293
Aquellos ejecutantes de los que no reconocemos el nombre por la razón que
sea, pero han egresado de una escuela de artes escénicas, aún se enfrentan a la
complicada tarea de convertir sus ideas en planteamientos sólidos que representen
un bagaje cultural evidente.
Artistas con brillantes ideas que no logran aterrizarlas con pertinencia en un
proyecto para postular al FONCA o conseguir el financiamiento para su producción.
Las consideraciones panorámica que, en términos generales, recorre este trabajo,
ponen en evidencia la necesidad hacia el exterior de abonar más en la apertura
de miras a partir del plan nacional de cultura, desde el cual emanan los cánones
cada sexenio; reflexionar acerca de seguir reduciendo las fronteras entre centro
y provincia, institución y comunidad y, hacia el interior, entre genios y aspirantes,
dramáticos y posdramáticos, clásicos y posmodernos, investigadores y practicantes
de la escena.
294
CARLOS GRECIA
URANI MÁRQUEZ
MONTIEL GARCÍA
Especialización de públicos
en Ciudad Juárez
36 Según el Sistema de Información Cultural de México, en la capital del país existen 157 teatros, de los 675 a
nivel nacional. En Chihuahua, hay solo 21 salas en relación a sus 3,406,465 habitantes, lo que indica que por cada
162,213 personas hay una; poco menos que la media nacional (166,425). En el Municipio de Juárez, el Sistema
consigna 7 de esos 21 inmuebles, mientras que el Instituto Municipal de Investigación y Planeación reporta solo
5, más 3 auditorios. Para una población de casi millón y medio, los números oscilan entre los 198,740 y 278,236
habitantes por teatro.
295
década de los 60) y hasta nuestros días, todo tipo de eventos, en su mayoría no
teatrales, debido a su falta de acondicionamiento y atraso tecnológico.37
De tal manera, el teatro en Ciudad Juárez –siempre en desventaja, hasta que
las autoridades universitarias atiendan el menoscabo– se desarrolla y crece en la
medida en que sus agentes salen al extranjero para formarse, validan su saber y
quehacer respecto a lo que ocurre en el centro del país, de donde vienen los fondos
y apoyos para la producción, e importan modelos de enseñanza a nivel actoral, de
dramaturgia, de dirección, de crítica38 e incluso para la formación de públicos. Dentro
de esta última área –la de la didáctica de la recepción teatral–, el colectivo Norteatro,
al que pertenecemos junto con Amalia Rodríguez,39 ha diseñado un inventario
de estrategias enfocadas en el protagonismo que debe ejercer el espectador en
cualquier escenario de toda localidad.
El presente ensayo expone el trabajo con audiencias desde nuestro papel como
críticos, con el doble objetivo de, en primera instancia, dejar un testimonio sobre
las áreas de impacto de la academia, más allá de la reseña teatral o la publicación
especializada; y, en segundo término, de reflexionar sobre los acontecimientos
desencadenados a partir de una puesta en escena, a favor del diálogo, el convivio
y del fortalecimiento de una comunidad cultural que precisa del reconocimiento
entre pares –es decir, entre asistentes–, pero también con los artistas e incluso
con las instituciones (municipales, estatales y universitarias). La implementación
de acciones pedagógicas y de intervención educativa ofrece réditos debido a
que nuestra agenda prioriza la adecuación al contexto fronterizo, la constancia
del trabajo colectivo (en funciones desde hace tres años) y la discriminación de
momentos y escenarios precisos en los que nos acercamos al público, ya sea para
su captación, formación o especialización.
37 A finales de los 80, en la misma zona del PRONAF, el inmueble estuvo en peligro de ser demolido por la
construcción de un centro comercial. “Arrasaron con todo y convirtieron aquello en un gran tianguis. Solo respetaron
la sala y el museo, pero los dejaron arrinconados, reducidos, sin el marco adecuado que alguna vez tuvieron” (Flores
Simental 47). Un grupo de artistas intervino en la conservación del recinto, evitando su destrucción en octubre de
1990, al encadenarse a los pilares del teatro. La “Toma del INBA” marca el hito fundacional de la acción pública de
una comunidad cultural preocupada por su patrimonio y atenta a las decisiones institucionales en materia cultural.
38 Por segundo año consecutivo, participé en la Muestra Crítica, laboratorio de crítica teatral dirigido por Luz
Emilia Aguilar Zinzer e Ilona Goyeneche, en el marco de la Muestra Nacional de Teatro Colima 2019.
39 Los tres vinculados a la Maestría en Estudios Literarios de la UACJ, perteneciente al Programa Nacional de
Posgrados de Calidad del CONACyT.
296
teatralidades dejan huella –ya sea material o sujeta a ser documentada– en las
calles, a lo largo del talud y en un infame muro que se levanta entre ambas ciudades.
Cuando proponemos la comprensión de Juárez como dramaturgia, recurrimos al
trabajo del director e investigador brasileño André Carreira, para quien la metrópolis
representa un continente polisémico, una partitura con múltiples tensiones entre
espacios, usuarios y flujos. Si la ciudad es un texto, entonces sus arterias, barrios
y veredas portan un potencial narrativo; por lo que “todo material capaz de ser
interpretado como parte del esfuerzo de producción simbólica es dramatúrgico”.
La ciudad es en sí misma una dramaturgia, continúa Carreira, “porque ella organiza
el espectáculo, constituyendo el material central con el cual dialogan artistas y
espectadores. Es a partir de ella que puede emerger el material que dé origen al
espectáculo” (29 y 62).
El proyecto Cartografía literaria de Ciudad Juárez promueve el ejercicio ciudadano
de la lectura a partir del nexo entre elementos urbanos que, a manera de lugar de
inspiración, estimulan la ficción de una frontera que se habita, se lee y es atravesada
por impulsos físicos y simbólicos.40 La iniciativa conjuga la crítica literaria y la
sociología, con el objetivo de intervenir en el espacio público por medio de recorridos
en los que convocamos al público en general, a realizar circuitos compuestos por
una decena de paradas, a lo largo de dos a tres kilómetros transitables a pie. Cada
que nos detenemos en un punto determinado, la estampa callejera sirve para
envolvernos e ilustrar algún pasaje determinante de un texto. Cuando leemos una
marca citadina impresa en la avenida, en un puente, en la escultura o memorial que
ha extraviado su referente, en algún viejo negocio a punto de quebrar, o en la plaza,
callejón o parque, de los que ya nadie recuerda su nombre oficial, entonces, ahí
reconocemos el escenario urbano perfecto para recrear la ficción y transmitirla de
manera oral a los asistentes.
En varias paradas de las rutas literarias tratamos sobre la producción dramática
que ha puesto a Ciudad Juárez al centro de sus montajes, para así captar a
nuevos espectadores.41 Nos detenemos, de manera sucinta, en tres ejemplos
representativos. Bajo la sombra y sobre las vías del llamado Puente Negro —una
estructura de acero que conecta a ambas ciudades a través de un juego de
compuertas para el flujo de trenes—, donde el cruce ilegal era una práctica común,
convirtiéndolo en una metonimia de las dinámicas fronterizas.42 El asesinato del
40 La monografía homónima del proyecto, publicada en Ciudad de México por Ediciones Eón, mayo de 2019,
obtuvo el primer lugar del XVI Premio Anual de Crítica Literaria y Ensayo Político Guillermo Rousset Banda,
otorgado por la UACJ.
41 La sección inicial del tercer capítulo, “¡A las calles!”, de Cartografía literaria de Ciudad Juárez justifica y detalla
el funcionamiento de las rutas como herramientas didácticas y recreativas (Montiel, Rodríguez y Rubio 83-86).
42 Como referente literario y coordenada geolocalizable, esta obra arquitectónica cobra protagonismo en el
teatro (Puente Negro de Estela Portillo Trambley y El viaje de los cantores de Hugo Salcedo), la prosa (“Puente
Negro” de Ricardo Aguilar Melantzón, El Puente Negro de Juan Holguín Rodríguez, “Bajo el puente” de Rosario
Sanmiguel y Regreso al paraíso de Emilio Gutiérrez de Alba), y la poesía (Puente Negro de Osvaldo Ogaz).
297
lanchero Rubén Navarrete Tarín, a manos de un agente de la patrulla fronteriza,
en mayo de 1991, motivó a Edeberto “Pilo” Galindo a estrenar, al año siguiente,
el drama documental Puente Negro. En el “Prólogo”, el escritor juarense recuerda
que los abusos y violaciones a los derechos humanos en la franja fronteriza por
parte de la Border Patrol hacia los indocumentados no iniciaron esa década. “Una
larga historia de ellos data desde siempre. Ahora parecen más burdos, dado que el
mundo ha puesto atención a los derechos del hombre” (Galindo 143). La muerte de
Navarrete Tarín, de la cual guarda memoria una cruz de hierro soldada a un extremo
del puente, abrió la puerta para la reelaboración artística y la denuncia. Con parte del
elenco de 1939 Teatro Norte y Telón de Arena, llevamos a los asistentes de Aquí a
la vuelta… de página, una ruta literaria, al lugar de los hechos para recrear un cuadro
de Puente Negro, en donde queda patente el reclamo de justicia ante los crímenes
cometidos a la orilla de lo que queda del Río Bravo.
Teatro Línea de Sombra, dirigido por Jorge A. Vargas, realizó una residencia en la
frontera, debido a una nota periodística que anunciaba que el “Mantequilla” Nápoles
vivía y estaba en activo en Juárez, en un viejo gimnasio que correspondía a la imagen de
un excampeón mundial de boxeo venido a menos y de una ciudad sitiada, disminuida
por una ola de violencia sistémica y dirigida por el alto mando del gobierno federal.
Baños Roma, nombre del local y del espectáculo multimedia estrenado en la capital
del país en 2013, escenifica la experiencia de la compañía durante su estadía en torno
a las calles aledañas al #869 de la Ignacio Mejía. La reconstrucción biográfica sobre
el pugilista cubano pronto se volvió en una indagación personal acerca del quehacer
de cada artista. Cuando en la caminata Callejones en proscenios, nos adentramos
a Baños Romas evocamos los años en los que extraviamos el espacio público y se
guardaba el saludo hacia el vecino para que esos días no vuelvan más. ¡Antes que
euforias nacionales, la salvaguarda de la colonia!
La Plaza del Periodista, aledaña a la de El Monumento e incluida en el mismo
circuito de la ruta antes mencionada, nos sirve de telón de fondo para difundir
la obra de Selfa Chew, dramaturga chicana nacida en la Ciudad de México, de
ascendencia china, residente y activista en El Paso.43 El Ángel expone los entresijos
de la corrupción, en donde aparecen coludidos, aunque también en conflicto, los
medios comunicativos y la policía municipal. El título de la pieza –editada en 2015,
pero aún no llevada a las tablas– alude al accionar de grupos evangélicos que se
caracterizaban de figuras celestiales para instalarse, cual esculturas vivientes, en
las escenas del crimen, portando pancartas que instaban al arrepentimiento de
los sicarios. Además de este personaje, el Reportero coprotagoniza un drama que
43 Se identifica con el movimiento chicano, pero eso no la define por completo. Doctora en historia, es
catedrática de la Universidad de Texas en El Paso. De origen sino-mixteco, nace en Ciudad de México, pasa su
infancia y adolescencia en Ciudad Juárez. Obtiene la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad
Nacional Autónoma de México. Cursa estudios de arte, creación literaria y educación en Los Ángeles, California y
El Paso, Texas. Investiga las diásporas africana y asiática, el género y las relaciones raciales. (Nota del editor) .
298
reclama el peligro que conlleva, en el México actual, ejercer una profesión de alto
riesgo: el periodismo. Frente al Monumento a la Libertad de Expresión y circundados
por el hemiciclo dedicado a la memoria de los periodistas chihuahuenses fallecidos,
hablar de El Ángel de Chew cobra un vital sentido.44
44 Además de las obras aquí mencionadas, nuestras siete rutas, hasta ahora diseñadas, incluyen otras piezas
dramáticas: Juárez Jerusalem de Antonio Zúñiga, Los ilegales y Hotel Juárez de Víctor Hugo Rascón Banda, Piedad
de Justo Sierra (parada en la calle que lleva su nombre), En un tren militar, Garibaldi, Rendir la plaza, El diputado y La
furia de los mansos de “Pilo” Galindo, El viaje de los cantores de Hugo Salcedo y Por favor cierra la puerta, gracias
de Damián Cervantes.
299
director, Lic. Miguel Ángel Mendoza y su equipo de trabajo, nos hemos subido a
las tablas antes de cada función, para presentar los montajes.45
La dinámica de la presentación es muy sencilla: brindar, en aproximadamente
cinco minutos (y he aquí lo complicado), el contexto de obras compuestas hace
más de cuatro siglos, con todo el potencial para ser adaptadas por compañías
profesionales.46 Honor, contrarreforma y limpieza de sangre; loas, comedias y
autos sacramentales; pícaros, místicos, graciosos e hidalgos conforman amenos
discursos de bienvenida, exentos de tecnicismos, que acercan al público fronterizo
con lo que está a punto de ser parte: puestas en escena de teatro clásico. Por medio de
este horizonte compartido, subsanamos el camino hacia el disfrute óptimo de cada
producción.47
Otra estrategia que hemos implementado, tanto en el evento recién referido,
como en la edición número 37 del Festival de Teatro de la Ciudad (también a
cargo del IPACULT), y en las Muestras Estatales de Teatro (coordinadas por la
Secretaría de Cultura de Chihuahua), es el desmontaje.48 Al finalizar la puesta en
escena, subimos al escenario para abrir un diálogo con los actores, pero también
con los teatristas que, en general, el público no ve: directores y miembros de
la producción. Nos concentramos, primero, en propiciar la participación en una
atmósfera donde el reconocimiento a la labor artística se enfoque en el proceso
creativo y en la toma de decisiones. “Los desmontajes vinculan de forma directa
y vivencial a los creadores –en tanto escritura, dirección, actuación, escenografía,
etc.– con los críticos e investigadores y con los mismos espectadores; son una
convergencia entre teoría, práctica y recepción” (Rodríguez).
Una vez inmersos en este entorno de exposición/aprendizaje, la entrevista
ahonda sobre cuestiones específicas del texto dramático, del lenguaje o poética
escénica, de técnicas o métodos de ejecución; ofrecemos pautas de análisis,
vocabulario especializado y guías de interpretación a partir de opiniones
personales, previamente documentadas. Incentivamos a que el auditorio nos
45 “La presencia académica en torno al Festival ha sido una constante. Desde hace 35 años, la Asociación de
Teatro Clásico Hispánico (AHCT) celebra su simposio en El Paso: conferencias por la mañana y espectáculos al
atardecer. Durante los 90, la AITENSO (Asociación Internacional de Teatro Español y Novohispano de los Siglos
de Oro) fijó su cede en Juárez, con un congreso similar al de sus pares. En algún momento, las asociaciones
colaboraron” (Montiel 54).
46 Nosotros importamos el modelo de los colegas norteamericanos para contextualizar las piezas.
47 La monografía de Anne Ubersfeld considera la predisposición del público hacia una mejor comprensión del
espectáculo, por medio de una “organización semiótica del placer”. La escuela del espectador vincula las tareas
simultáneas de intelección: comprender la fábula o el entramado de acontecimientos en la ficción, y encausar los
elementos vivenciales (la actuación del comediante durante lo efímero de la representación) con los componentes
sígnicos y técnicos (330-343).
48 Para la vinculación con la dependencia estatal, agradecemos a la Lic. Karina Murillo, quien, desde la MET
2017, nos incluyó en el programa de actividades. En retribución, guardamos memoria y registro, a través de
reseñas críticas disponible en nuestro blog, de cada producción participante en el evento teatral más importante
en Chihuahua. En la emisión 28 de la Muestra, celebrada el pasado agosto en la Ciudad de Delicias y municipios
aledaños, también estuvimos a cargo de los Encuentros de Reflexión e Intercambio (ERI) al cierre de cada jornada.
300
comparta su experiencia emotiva como espectador. El coloquio envuelve al
recinto. De cierta manera, la retroalimentación desde todos los frentes, extiende
el convivio ocurrido durante el espectáculo, permite vernos y reconocernos
los unos a los otros bajo la luz de sala y –en estos nos empeñamos–
construye comunidad a través de un ejercicio reflexivo, participativo y lleno
de confianza. En el meollo de la teatrología, Max Herrmann ya apuntalaba,
hace un siglo, el carácter social básico, la participación de quienes hacen la
fiesta teatral al tiempo que estrechan la comunidad social (Fischer-Lichte 11).
49 Desde la primera temporada, la Escuela se ha visto beneficiada por la Secretaría de Cultura de Chihuahua,
por medio del Comité Evaluador de Apoyos Culturales y Artísticos (CEACA), lo que permite cubrir los gastos de
operación.
50 Bruno Bert, fundador de la Escuela del espectador en la Ciudad de México, insta a “que la actividad sea
llevada a cabo por un grupo coherente y congruente, y no solo una persona” (27).
301
contribuyen con su parecer.51 Sus reflexiones y cuestionamientos suponen la
profundidad (en cuanto habilidad o pericia) de quien ha ido al teatro, ha leído
(o incluso escrito) las reseñas sobre la obra y acude con frecuencia a nuestra
Escuela. Finalmente, concluimos la reunión con una rifa en donde obsequiamos
libros referentes al tema tratado (en ocasiones, con el mismo texto dramático) y
boletos para el siguiente montaje.52
El sentido de intercambio y pertenencia de los talleristas hacia la Escuela
se sustenta en un ambiente de cordialidad y respeto, reforzado por el acto de
compartir alimentos (café con algún aperitivo o bocadillo). Los asistentes se
han ido relacionando entre sí, experimentando formas no previstas de convivio:
aquellos que se han conocido ahí mismo y luego acuden juntos a los espectáculos;
algunos que tienden lazos de amistad con actores y dramaturgos; teatristas que
comparten sus futuros proyectos en el aula; directores que se acercan a nosotros
para invitarnos a sus procesos creativos (work in progress).
Otro resultado inusitado –que nos entusiasma por ser tan significativo–
se verifica en puestas en escena que se han modificado de acuerdo con los
comentarios y sugerencias de esta comunidad espectadora. Las compañías
extranjeras que nos visitan obtienen una visión exterior de su trabajo y descubren
lecturas insospechadas de sus propuestas. También nos complace que nuestras
presentaciones y reseñas sean parte de las carpetas (dossiers) de las obras
con las que trabajamos. La crítica y análisis no solo enriquecen nuestra propia
relación con lo que vivimos dentro y fuera del teatro, sino también, y de manera
directa, la oferta cultural y recreativa en Juárez.
51 Nos sobrecoge que durante 2019, el aforo regular se compone no solo de estudiantes universitarios, sino
también de preparatoria, familias completas (nos referimos a una madre con sus dos hijas), teatreros y gente
involucrada en el medio artístico. También hay asistentes casuales que van a la Escuela movidos por el gusto
de una obra en particular. Por tanto, ha sido frecuente el sobrecupo en una sala con capacidad máxima de 30
personas.
52 Aunque Lucina Jiménez López argumenta que el valor monetario de una función –pese a ser un motivo
importante de las butacas vacías– no es absoluto (77-113), en Juárez hay otros factores que incrementan el costo
de la asistencia al teatro, al grado de imposibilitarlo: polarización del trazado urbano, centralización de los recintos
culturales, horarios del transporte público (las rutas salen de circulación entre 8 y 9 de la noche), las extenuantes
jornadas en la maquila y, por supuesto, la inseguridad ciudadana, sobre todo, en cuestiones de género.
302
culturales y artísticos que, en la práctica, se superponen, se enlazan o se desconectan
en modos impredecibles, contribuyendo a modelar inusitadas formas de expresión.
El ejercicio de relacionar temáticamente las piezas con nuestros tiempo y
espacio, propicia la identificación, encuentro y apropiación de ellas, volviéndolas
más significativas. Cuando los temas acerca de la memoria, la migración, el
narcotráfico o la violencia (incluida la de género) aparecen en la tarima, entonces
las obras interpelan al espectador por medio de elementos que pertenecen, no al
mundo de ficción representado, sino al hábitat construido a diario. La duplicación
de referentes orilla a que el espectador resuelva el conflicto fuera del escenario,
promoviendo, a su vez, la generación de comunidades receptivas, sensibles y
empáticas.
Norteatro se concentra en la dramática, y se propone difundirla y consolidarla
con una agenda de trabajo enfocada en los diferentes tipos de espectador,
desde los que arguyen, en las rutas literarias, no ir al teatro porque desconocen
la cartelera (sin darse cuenta de que ellos generan la demanda); los asiduos a
las artes escénicas que optan por quedarse un poco más para escuchar a los
intérpretes durante el desmontaje; hasta los que quieren compartir y argumentar
el goce experimentado en la butaca en un entorno de aprendizaje, más cercano al
aula, en la Escuela de espectadores. Confiamos en que nuestro colectivo cumple
con una función necesaria. Si bien fungimos como investigadores con un perfil
académico, asumimos el rol de promotores y mediadores con el objetivo de
incrementar el aforo en la sala, que el auditorio sea crítico y activo, a la vez que
sagaz y exigente respecto a su consumo cultural.
303
FUENTES CONSULTADAS
Bert, Bruno. “La Escuela del espectador en México: ejercicio de la memoria.” Paso
de Gato 70 (2017): 25-27.
Carreira, André. Teatro de invasión: la ciudad como dramaturgia. Córdoba: Docu-
mentA/Escénicas, 2017.
Chew, Selfa. Cinco obras de teatro. Ciudad Juárez: UACJ, 2015.
Fischer-Lichte, Erika. “La teatrología como ciencia del hecho escénico.” Investigación
Teatral 7-8 (2015): 8-32.
Flores Simental, Raúl. Crónicas del siglo pasado: Ciudad Juárez, su vida y su gente.
Ciudad Juárez: UACJ, 2013.
Galindo, Edeberto “Pilo”. “Puente Negro.” Amores que matan y otras obras. Eds. Adria-
na Candia y José Manuel García. Chihuahua: Fondo Municipal, 2005, 141-197.
Jiménez López, Lucina. Teatro y públicos: el lado oscuro de la sala. Ciudad de
México: Escenología, 2000.
Montiel, Carlos Urani. “Los clásicos al borde: 44 años de festival en la frontera.”
Paso de Gato: Revista Mexicana de Teatro 78 (2019): 54-55.
Montiel, Carlos Urani, Amalia Rodríguez y Antonio Rubio. Cartografía literaria de
Ciudad Juárez. Ciudad de México: Eón, 2019.
Rodríguez, Amalia. “Desmontando escenas: usos y práctica.” Norteatro, 4 ago. 2017,
http://norteatro.com/wp/desmontando-escenas-usos-y-practica/. Consultado
26 oct. 2019.
Ubersfeld, Anne. La escuela del espectador. Madrid: Asociación de Directores de
Escena de España, 1997.
Vargas, Jorge, dir. Baños Roma. Ciudad de México: Teatro Línea de Sombra, 2013.
304
FERNANDA
VILLALOBOS
OCÓN
305
ENSEÑANZA DEL TEATRO REGIONAL
El plan de clase que planteo: Enseñanza del teatro regional, forma parte del proyecto
de investigación: “Propuesta didáctica para la adquisición de competencias
comunicativas en las asignaturas I y II de Lectura, Expresión Oral y Escrita (LEOyE),
del Bachillerato Tecnológico, con base en el estudio de la literatura”, que desarrollo
para optar al grado de Maestra en Estudios Literarios en la UACJ.
El plan de clase adscrito a la materia I, tiene como propósito principal “que el
alumno desarrolle la competencia habilitante de la lectura y la escritura, al reconocer
y ejercer las cuatro habilidades de la lengua: escuchar, leer, hablar y escribir, con el fin
de aplicarlas a diversas situaciones de su vida, académicas y cotidianas” (SEP 13)
y toma como base de análisis, dos obras del teatro chihuahuense: Los ilegales, de
Víctor Hugo Rascón Banda y El enemigo, de Perla de la Rosa. Su propósito didáctico
consiste en desarrollar las competencias comunicativas y literarias que la Dirección
General de Bachillerato (DGB), designa óptimas para este nivel educativo.
Estoy convencida de que la estrategia de este plan de clase ofrece una reflexión a
los docentes acerca de la importancia de que sus estudiantes se acerquen al teatro,
con una temática regional en este caso, para potenciar la lectura, la expresión oral y
la expresión escrita, además de proporcionarles un acercamiento a la comprensión
y al conocimiento de su contexto sociocultural.
NIVELES DE COMPETENCIAS
Existen cuatro grados o niveles de competencias en educación: genéricas o básicas
(como la expresión comunicativa o el manejo de una calculadora), disciplinares
(que corresponde a una disciplina o área particular), determinadas o técnicas y
especializadas.
De acuerdo a Tovar González y Serna Alcántara, es indispensable que se tome
en consideración cuál grado de competencia se busca lograr dependiendo del nivel
educativo en que se encuentre (26). Así, las materias de las especialidades deben
cumplir con las competencias determinadas o técnicas. En tanto, la asignatura que
compete a este plan de clase, pretende la adquisición tanto de las competencias
básicas como de las disciplinares del área de Comunicación.
Cabe mencionar que no se pretende que el alumno cumpla con cada una de dichas
competencias en cada sesión de clase, sino que las vaya desarrollando conforme
avanza el curso; para ello, es indispensable la planeación detallada de las sesiones.
Además, como lo mencionan Tovar González y Serna Alcántara, debe tomarse en
cuenta que la educación basada en competencias se enfoca en tres puntos: saber
hacer, saber saber y saber ser (33), es decir, es necesario que el estudiante conozca
la manera de realizar o resolver algún asunto (saber saber), que lo lleve a la práctica
(saber hacer) y que lo haga en beneficio de sí mismo y de quienes lo rodean (saber
ser).53
José María Pozuelo Yvancos da pautas para la definición de la competencia
literaria —la cual no se encuentra de manera explícita dentro de las competencias
básicas ni disciplinares— al afirmar: la competencia literaria es la capacidad de
producir y comprender a profundidad la estructura de una obra literaria (que incluye
al texto dramático) y lo que expone esta misma (66). No es innata, sino que se
desarrolla de acuerdo con el contexto del sujeto y puede tanto desarrollarse como
decrecer.
53 El proyecto Nueva Escuela Mexicana, que impulsa el gobierno federal (2018-2024), se propone desarrollar la
habilidad de saber convivir desde un modelo ético-humanista basado en los derechos humanos.
307
PLAN DE CLASE PARA CUATRO SESIONES
La planeación del plan de clase Enseñanza de la literatura regional, implica ofrecer
a los estudiantes el acercamiento de un género literario en cada una de las tres
unidades en que se divide la materia, atendiendo al desarrollo de las competencias
arriba descritas, por medio de la narrativa, la poesía y el teatro.
La última unidad, con base en el estudio del teatro, considera dos obras de la
dramaturgia regional: Los ilegales de Víctor Hugo Rascón Banda y El enemigo de
Perla de la Rosa. Las he seleccionado porque a): pertenecen al corpus del teatro
chihuahuense contemporáneo (siglos XX-XXI); Rascón Banda es un autor relevante
no solo en Chihuahua sino a nivel nacional e internacional; Perla de la Rosa forma
parte de las autoras que han destacado en la dramaturgia en esta región de México;
b): permiten que los estudiantes se acerquen a la producción teatral de su región;
y c): muestran a Ciudad Juárez como espacio de la acción dramática, hechos que
acontecen en áreas de la urbe reconocidas por los estudiantes, lo que permite que
se sientan atraídos por las referencias cercanas, así como por los temas que no sólo
escuchan sino que, de una u otra forma, viven día a día: la migración, las diversas
formas de violencia social y de género.
El reto es evidente: ¿cómo enseñar textos teatrales en clase?, ¿cómo presentarlos
de una forma atractiva para los jóvenes?, ¿de qué manera propiciar el aprendizaje de
los estudiantes?
Debido a que la asignatura tiene pocas horas asignadas en la currícula, se
emplean dos sesiones para la presentación, discusión y análisis de cada una de las
obras.
LOS ILEGALES
La obra de Rascón Banda está dedicada al omnipresente tema de los trabajadores
indocumentados, víctimas del maltrato al cruzar la frontera norte de México. Habla
entonces de la migración bajo el género documental que promueve el activismo
político y social. Condiciones de cruce ilegal, que, en estos últimos años, ha incre-
mentado, dejando a Ciudad Juárez como un área de paso, tanto para los mexicanos
de los estados del sur como para los centroamericanos que piden asilo en EUA.
El tiempo no está definido, sino que refiere a una situación cíclica, que ocurrió en
el pasado, ocurre hoy, y, al parecer, seguirá ocurriendo en el futuro… ¿hasta cuándo?
La mera lectura de la dedicatoria resulta relevante para los estudiantes: “A los
trabajadores indocumentados que, víctimas de un injusto sistema económico y
obligados por el hambre, cruzan la frontera del norte de México y encuentran en
el otro lado solamente humillaciones, robos, lesiones… y si bien les va, la muerte”
(Rascón Banda 33), ya que constituye una provocación a actuar en contra de la
injusticia y el maltrato que padecen quienes se desplazan de sus lugares de origen
para ir tras el mítico sueño americano. Los induce a reflexionar en las recientes
308
multitudinarias caravanas de migrantes que atraviesan el país con la esperanza de
llegar a la frontera y tal vez cruzar al otro lado.
La escenografía sugiere un puente y una alambrada, es decir, alude a los linderos,
muros, cercas, que pueden leerse de manera metafórica.
Los ilegales está dividida en dos actos; el primero tiene lugar en México y el
segundo en “el otro lado”, Estados Unidos. Consta de 24 jornadas, que varían en
extensión; integra 50 personajes, los cuales, en el estreno, dirigido por Martha Luna,
fueron interpretados por 18 actores.
Para hacer más amena la lectura y para cumplir con el tiempo establecido
de clase (dos sesiones de una hora cada una), propone abordar cuatro jornadas
específicas: II, IV, XI y XVI, que, por su extensión, pueden ser leídas en el salón de
clases, y que tratan el tema principal, la migración, desde los aspectos del abuso de
poder, la búsqueda del sueño americano y el cruce ilegal.
309
El porcentaje de la evaluación es de 50% ya que se evaluará tanto la expresión
oral como la expresión escrita, en especial la habilidad de escuchar a las y los
otros, así como el saber convivir en términos de conversar acerca de la migración
promoviendo una mirada crítica a la vez que no prejuiciada de la realidad no solo
representada en la obra, sino vivida por los estudiantes.
La segunda sesión (60 minutos) inicia con una plenaria acerca de Los ilegales
y el tema de la migración, con el apoyo de la lectura de algunas respuestas de los
alumnos. Luego, el docente propicia una discusión dirigida, para cerrar el tema
con las siguientes preguntas: ¿qué soluciones hay?, ¿cómo podemos reflexionar
acerca de esta situación? Es importante permitir que los estudiantes expresen sus
opiniones acerca del tema para propiciar la expresión oral, que será el producto de
aprendizaje y que se calificará con un peso de 50% del total de las dos sesiones. La
evaluación se centrará en evaluar la argumentación en la sustentación de las ideas
vertidas favoreciendo la libre expresión de las ideas, apuntalando además el manejo
de la voz: tono, volumen, dicción, vocabulario.
EL ENEMIGO
El enemigo de Perla de la Rosa, se publica en 2011, cuando el tema de la obra: la
violencia social, la militarización, la llamada guerra contra el narcotráfico durante
el periodo 2008-2011, se encuentra no solo vigente sino en su apogeo entre los
juarenses,54 aunada a la ya histórica problemática de los feminicidios. La obra se
encuentra dividida en diez escenas. La no definición del tiempo de la acción evidencia
la persistencia de la migración de ilegales que desean alcanzar su sueño americano.
Intervienen 28 personajes, solo algunos de ellos identificados con nombre, mientras
que los restantes refieren a cualquier sujeto que vive la experiencia de migrar en
forma ilegal, y que podría ser el otro o yo mismo.
Los cuadros sugeridos para el desarrollo de las sesiones son: III, que habla de las
extorsiones por teléfono; IV, que toca el tema de la militarización en las calles; VI,
sobre la siembra de evidencia a inocentes con el fin de extorsionarlos; IX, los chivos
expiatorios; y X, las muertes llamadas efectos colaterales.
Sesión inicial. El docente presenta la obra proporcionando información acerca de
la autora, el tipo de texto, la estructura, etc. El docente expone las instrucciones para
el desarrollo de la actividad, mediante la formación de equipos, a cada uno de los
cuales se les asignará uno de los cuadros seleccionados. Cada equipo acordará el
mecanismo de lectura: en silencio cada uno o en voz alta entre ellos, la distribución
de los parlamentos, si alguno lee las acotaciones o quién se encarga de buscar en
54 Uno de los temas de El enemigo afecta de manera directa a los CBTIS de Ciudad Juárez, ya que recuerda
el cobarde asesinato de jóvenes estudiantes de la UACJ, del COBACH 9 y del CBTIS 128 en Villas de Salvárcar.
Además de la mención al clima de inseguridad entre los ciudadanos debido a la intervención militar en las calles,
algo que se repite en los últimos meses del 2019, con el advenimiento de la Guardia Nacional.
310
su celular la información relacionada con el tema del fragmento que les ha sido
asignado para leer. Tiempo asignado: 30 minutos.
En la segunda parte de esta sesión se procede a reunir a los equipos para que
cada uno de los integrantes resuma el contenido de la escena asignada y exprese
sus impresiones ante el resto de los compañeros. El propósito es que cada quien
exprese las experiencias vitales que emergieron con la lectura del texto, tanto desde
la experiencia personal como respecto a las aportaciones de los otros integrantes
de cada equipo. Tiempo asignado: 30 minutos.
Al inicio de la siguiente sesión, el docente indica a los estudiantes que deben
realizar un escrito de tres pequeños párrafos, con un máximo de 100 palabras cada
uno, en el cual den su opinión sobre la obra en sí misma o sobre los temas que
aborda: violencia, chivos expiatorios, muerte de inocentes, etc. La estructura debe
atender el formato de un ensayo: introducción, desarrollo y conclusión. Tiempo
asignado: 30 minutos.
La siguiente media hora se dedica a la lectura de un par de textos y a la reflexión
final sobre el tema de la violencia, mediante una discusión dirigida a base de
preguntas: ¿qué recuerdos, dudas, experiencias surgen al leer un texto de esta
índole?, ¿qué conocían o qué desconocían?, ¿qué aprendieron?, ¿cómo buscaron
información acerca de lo que no sabían?, ¿cómo enfrentaron la lectura de un texto
teatral?, ¿qué cercanía con el género dramático o teatral tienen?
La evaluación de este par de sesiones se basa en la revisión del escrito:(redacción,
estructura, ortografía, vocabulario y puntuación; y en la intervención oral al momento
de la participación en clase, en especial la habilidad discursiva: argumentativa,
manejo de la voz frente al público: tono, volumen, dicción, vocabulario, etc.
311
temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista
de manera crítica y reflexiva”; 8. “Participa y colabora de manera efectiva en
equipos diversos”; y 9. “Participa con una conciencia cívica y ética en la vida
de su comunidad, región, México y el mundo” y 10. “Mantiene una actitud
respetuosa hacia la interculturalidad y la diversidad de creencias, valores,
ideas y prácticas sociales”.
2 Las competencias disciplinares del área de Comunicación que se atienden
en la realización de la secuencia didáctica correspondiente a las dos obras
elegidas, son las siguientes: 1. “Identifica, ordena e interpreta las ideas, datos
y conceptos explícitos e implícitos en un texto, considerando el contexto en
el que se generó y en el que se recibe”; 4. “Produce textos con base en el uso
normativo de la lengua, considerando la intención y situación comunicativa”;
5. “Expresa ideas y conceptos en composiciones coherentes y creativas, con
introducciones, desarrollo y conclusiones claras”; 6. “Argumenta un punto
de vista en público de manera precisa, coherente y creativa”; y 12. “Utiliza
las tecnologías de la información y comunicación para investigar, resolver
problemas, producir materiales y transmitir información”.
REFLEXIONES FINALES
Las obras de teatro chihuahuense, Los ilegales y El enemigo, de Víctor Hugo Rascón
Banda y Perla de la Rosa, respectivamente, constituyen valiosas herramientas en
el proceso de enseñanza aprendizaje de la asignatura Lectura, Expresión Oral y
Escrita en los CBTIS de Ciudad Juárez, y contribuyen al desarrollo de un área que
parece quedar marginada en la educación tecnológica-industrial: la inclusión del
arte dramático.
La literatura regional, en general, interpela de varias formas a los lectores y
resulta especialmente atractiva para los jóvenes de bachillerato porque les invita a
re-visar y re-visitar los lugares por donde caminan a diario o porque hacen mención
312
de un acontecimiento que ellos escucharon o vivieron en carne propia; incluso se
sienten identificados por las formas lingüísticas y los registros del habla, los cuales
son identitarios de Ciudad Juárez.
Las estrategias didácticas contenidas en el plan de clase: Enseñanza del teatro
regional, propician el desarrollo de las competencias comunicativas y la apreciación
artística y literaria por medio de la lectura de las obras elegidas, la reflexión escrita
que se realiza de ellas y la expresión oral de ideas y conclusiones a las que llegan
cada uno de los estudiantes con la exposición del docente y el diálogo con sus
compañeros.
313
FUENTES CONSULTADAS
Pozuelo Yvancos, José María, “De las poéticas textuales a la pragmática literaria”.
Teoría del lenguaje literario. Madrid: Cátedra, 1988. 62-104.
Rascón Banda, Víctor Hugo. “Los ilegales”, en Víctor Hugo Rascón Banda, compila-
ción y prólogo Enrique Mijares. Teatro de frontera 13/14, Espacio Vacío edito-
rial. UJED, Durango. 33-92.
Rosa, Perla de la. “El enemigo”, en Persistencia de la memoria. Ed. Enrique Mijares.
Ciudad Juárez: UACJ, 2011. 205-227.
Secretaría de Educación Pública. Programa de estudios del componente básico del
marco curricular común de la Educación Media Superior. Campo disciplinar de
comunicación. Bachillerato Tecnológico. Ciudad de México: 2018.
Silva Montes, César. “Competencias, falacias y mercado laboral en el bachillerato
juarense.” En La educación y sociedad. Reflexiones, debates y propuestas edu-
cativas. Ciudad de México: UACJ, 2015. 167-202.
Tovar González, Rafael Manuel y Gonzalo Serna Alcántara. “¿Qué es una compe-
tencia en educación?” En 332 estrategias para educar por competencias. Cómo
aplicar las competencias en el aula para bachillerato. Ciudad de México: Trillas,
2011. 13-42.
Unidad de Educación Media Superior Tecnológica Industrial y de Servicios. “Misión,
visión y objetivos”. SEP, 2016. Gobierno de México. 24 de septiembre de 2019
http://uemstis.sep.gob.mx/index.php/quienes-somos/80-mision-vision-
objetivos
314
FABIOLA EMILIA
GUTIÉRREZ
YÁÑEZ
315
contar con el espectador/lector para que el fenómeno teatral se cumpla: “escribir
y escenificar desde, con y para la butaca, con conocimiento y comprensión del
espectador, es el objetivo de los dramaturgos contemporáneos.” (7) Así, la creación
de una obra, teatral o dramatúrgica, incluso narrativa, tiene como propósito implícito
que el lector/espectador establezca una especie de lugar común de creación, no con
el autor propiamente dicho, sino con universo sistémico de la obra, tema, propósito,
estructura, personajes, situaciones, etc.
No se trata de una idea nueva, tomar en cuenta la presencia del lector/espectador,
la necesidad de que se dé el encuentro del público con el espacio escénico o
espacio diegético para la cocreación, la interlocución entre la escena y la sala,
está en los orígenes del teatro. Domingo Adame afirma: “Para dar constancia de le
existencia de un hecho dramático no es suficiente afirmar que el texto está escrito
en diálogos, que el autor está oculto en los personajes; sino que, se requiere de
dotar de un nuevo sentido a la función del espectador, uno que lo excluya del papel
de observador pasivo.” (218). Es esencial que el espectador sea visto como una
fuente constitutiva de la obra, intérprete o cocreador, quien dotará a la obra teatral
de nuevos e individuales sentidos.
La visión del espectador como co-creador de la obra se sustenta en la teoría de la
recepción, una óptica que concierne a la experiencia estética y que habla de cómo el
receptor percibe el espectáculo y se vale de la isotopía: “hilo conductor que guía al
lector o espectador en busca del sentido y lo ayuda a reagrupar diversos elementos
pertenecientes a sistemas diferentes, pero idénticos según una perspectiva
dada” (Adame 218), para dar sentido a las obras, toda vez que “la recepción del
espectáculo depende de nuestra aptitud para reconocer y establecer vínculos entre
las informaciones ofrecidas por todos los materiales de la representación” (218).
La exposición de la violencia que hallamos en voz de los personajes de El ángel
nos permite establecer vínculos con la memoria, como fuente de formación del
sentido polisémico que elabora el espectador al presenciar o bien, al leer, dicha obra.
Adame menciona que, ante una obra, el público ha de mostrar una actitud de
cocreación que es el resultado de la voluntad, y que el espectador no se conformará
con dar sentido a lo que se cuenta, sino que opera y es parte de la teatralidad desde
el momento en que las obras lo hacen sentir implicado, agredido o distanciado de
una situación dada. (218). Efecto que encontramos en El ángel, cuyo contenido nos
remite a memorias individuales y personales.
La obra que nos ocupa se divide en doce escenas, todas ellas interconectadas
por las voces de tres personajes, cada uno protagonista de su propia experiencia
vital. A través de ellos podemos ver surgir la polisemia de la violencia. El Reportero
es el testigo omnisciente de cuanto sucede. Ángel, pasa de ser una víctima, luego
un sicario y finalmente se convierte en un predicador. El comandante Castagnetti es
una especie de héroe que busca reivindicar a la ciudad.
316
En estos tres protagonistas, más la suma de las situaciones violentas que muestra
el texto, puedo observar, según mi propia interpretación, diversas visiones de la
violencia: la ejercida entre pares, es decir, entre un individuo y otro, pertenecientes
ambos a la misma clase social; la ejercida hacia los poderosos; la ejercida hacia la
figura de Dios. Las críticas sustentadas por los personajes son posicionamientos
que el lector/espectador ha de interpretar, hacerlos suyos, intercambiarse con ellos
puesto que lo remiten a su propia experiencia individual.
317
y estar en entornos donde el miedo, el terror, la crueldad, la impunidad, la inercia, la
apatía, la indolencia, la ignorancia (podría continuar este listado al infinito), interseca
con los involucrados en la pervivencia de la transgresión.
Ser el otro, el oficiante del horror, no es simple; sin embargo, es una experiencia
que me humaniza, que me devuelve a ser empático con la complejidad humana;
descubro que ese ejecutor de los horrores, también es una persona con necesidades
y sueños como cualquiera de nosotros. ¿Me resulta simple esta trasposición de
roles? No, de nuevo, no es blanco y negro el horizonte. Habitar el imaginario de
quienes ejercen el oficio de violentar —no para lograr una empatía por ellos, sino un
entendimiento de este fenómeno— me impele a preguntarme quién es el Otro, los
Otros, y quién soy Yo, quiénes somos Nosotros-as.
En la segunda escena de la obra, cuando, al observar la violencia que Dios ejerce
sobre los hombres, el Reportero cuestiona la autoridad y la sabiduría divinas; lo
responsabiliza de destapar la Caja de Pandora, señala su indiferencia, incluso su
crueldad al jugar con el destino de la humanidad, lo retrata como una criatura cruel
y sanguinaria, que, en última instancia, ejerce violencia contra su propia creación…
identifico el texto de Selfa Chew con la violencia cotidiana de mi ciudad, de mi país,
con las muchas formas de ejercerla sobre los débiles.
Ignacio A. Ramón Leytón y Francisca Inés Toledo hablan del término polisemia
en alusión a los múltiples discursos cotidianos y disciplinares, que aparecen en
contextos explicativos e interpretativos diversos. (17). Es decir, todas aquellas
conceptualizaciones desde las cuales podemos conformar explicaciones que aluden
a un mismo fenómeno; de tal forma, la violencia es polisémica en el sentido que no
responde a un solo factor; articular un entendimiento de este fenómeno sin tomar
en cuenta lo socio-histórico, los valores que se asumen y las prácticas cotidianas
de una sociedad, resulta poco pertinente. (17). Para estos autores, existen varias
formas de abordar la violencia, si bien mencionan tres clasificaciones importantes:
observacionales, estrictas y expansivas.
Las violencias observacionales se relacionan con el uso de la fuerza en contra
de otras personas, mayormente la fuerza física, acarreándoles un daño material o
personal. Las violencias legítimas o estrictas surgen en el contexto del pensamiento
político conservador e incorporan el uso de la violencia por parte del Estado. La
violencia expansiva hace referencia a situaciones que trascienden la violencia física
o psicológica, pudiendo incluir dentro del término una gran variedad de injusticias y
desigualdades sociales. (31-36).
Así, el término violencia queda delimitado por el uso de la fuerza, sea por un
individuo contra otro, por un estado contra el individuo, o en situaciones donde la
violencia se relacione con cuestiones de injusticia y desigualdad.
Estos tipos de violencia podemos detectarlos en la obra de Selfa, si bien nuestras
lecturas personales habrán detectado otras interpretaciones, dando pie a una
318
polisemia de sentidos acerca de la violencia vivida en nuestro entorno, ciudad o
país.
En cuanto a la forma en que un lector/espectador percibe y traslada la situación
de su contexto a la obra que está presenciando, la teoría de la recepción habla de un
lector activo que va imprimiendo sentidos múltiples a la obra que presencia, lector/
espectador en su papel de co-creador, que va configurando relaciones entre sus
propias experiencias personales y las situaciones presenciadas, fusionándolas y
convirtiéndolas al mismo tiempo en nuevas interpretaciones de la violencia.
Los conceptos de Mijares: “oficiar el teatro desde la óptica del otro, desde el
lenguaje, los códigos y las estructuras del otro” (49), me (nos) permite asistir a las
perspectivas múltiples de la experiencia humana.
Si la realidad, sea concreta o ficcional, la observamos solo desde un ángulo,
nuestro enfoque es limitado, parcial, vertical. En cambio, El ángel nos permite
desplazarnos de nuestra zona de confort —incluso si nos encontramos en una
condición vulnerable— para atisbar las infinitas posibilidades de ser y estar en una
deixis donde los roles pueden intercambiarse de manera sutil, inesperada e incluso,
a veces, deseada.
Este aprendizaje de intercambio lo podemos ejemplificar en varios momen-
tos de la obra de Selfa Chew, que provocan en el lector una reacción de re/memo-
rización de lo vivido -en la vida real o en la ficción:
319
aseveración, se despliegan en los receptores ávidos de una comprensión holística
de las violencias que lo signan.
Así, el espectador configura ene opciones de sentido, al reinterpretar desde su
experiencia el texto de Chew. Luego, en este mismo proceso de cocreación, el lector/
espectador irá encontrando, escondidas las pistas que le llevan a estos múltiples
sentidos de la violencia, los cuales comprende porque ha sido testigo de ellos en
la vida real. Agreguemos también que, sin lugar a dudas, el escritor ha dejado esas
huellas, con el deseo implícito de que el lector conecte sus experiencias personales
con lo descrito en la obra. Por último, en este juego de creación/interpretación,
encontramos que existen elementos dentro del texto, que indican una polisemia
de la violencia capaz de generar una infinidad de sentidos, tan inagotable como
interpretaciones sean realizadas por los lectores.
320
FUENTES CONSULTADAS
321
SUSANA
BÁEZ
AYALA
De la investigación a la creación:
talleres de dramaturgia
La investigación académica en torno a la dramaturgia suele vincularse a documentar
y analizar los textos dramáticos o el trabajo escénico, queda elidido el proceso de
creación previo a la publicación o puesta en escena del guion teatral. Me interesa
abordar aquellas fronteras que nos permiten la reflexión respecto al proceso de
creación en los talleres de dramaturgia que coordina Enrique Mijares, y del resultado
de los cuales se desprende una metodología de investigación-creación literaria y un
proceso de aprendizaje de las artes escénicas.
El interés de Mijares por el estudio del realismo virtual y las estructuras
hipertextuales en la literatura dramática y la puesta en escena, han dado origen a
la realización de talleres de dramaturgia –alrededor de sesenta– que han tenido
lugar en diversas ciudades del país, de forma particular en los estados de la frontera
norte, y algunas experiencias internacionales en Colombia, Costa Rica, Argentina,
Irlanda y España. La mayoría de los textos resultantes —diez o doce por taller
impartido— han sido publicados —treinta libros—; otros han sido escenificados
o han motivado ensayos presentados en congresos internacionales, o artículos
incluidos en publicaciones especializadas.
322
“asistido a un verdadero cambio epistemológico respecto de la articulación entre
campo de las artes y la universidad” (2019: 3).
Uno de esos ángulos innovadores lo constituye asumir que experimentar
los procesos creativos como procesos de aprendizaje a través de la indagación,
la búsqueda del dato, la fuente, la historia, constituye un cambio de rumbo. La
academia convencional asume que el área de la investigación y el área de la creación
corresponden a mundos paralelos. Están allí, en esferas contiguas, sin comunicarse
entre sí. Quien asiste a una formación académica se presupone formado para el
dato preciso y duro. Quien frecuenta instituciones de creación se asume como
alguien sin rigor reflexivo alguno. Seguimos con la imagen del creador romántico.
Dubatti añade: “El arte y el teatro reconocen su singularidad tanto en el hacer
como en la producción de saberes y teorías. La investigación artística se articula
además con la docencia y la capacitación en el arte.” (3). Hace tiempo que enseñar
dejó atrás la transmisión de datos; se apuesta por el aprendizaje, por la formación de
individuos que desplieguen sus habilidades no solo para recabar información, sino
para el meta-aprendizaje: crear con dicha información, documentos académicos o
textos de creación literaria.
Si bien la tradición de impartir talleres de creación tiene una tradición relevante, no
resulta la norma sino la excepción en nuestro país. Implementar talleres de creación
dramática en los ámbitos universitarios, se observa aún con escepticismo, a pesar
de que quien coordine esta experiencia sea un autor con saberes sólidos en su área.
Dubatti nos invita a reflexionar en estas ideas:
[La] Filosofía del Teatro ha puesto el acento en el rol del artista como productor de
saberes y conocimiento, como pensador e intelectual específico […] e insustituible
en la generación de un pensamiento singular, impar, excepcional, que solamente
el artista puede producir. […] El teatro encarna ideas en los procedimientos y las
poéticas, no las ilustra ni las explicita. […] Los procesos del aprendizaje se sostie-
nen en el conocimiento del mundo, sobretodo en el habitarlo. […] ¿El resultado?
Epistemes diversas, plurales, dialógicas del hacer arte. […] ¿El arte produce cono-
cimiento? ¿Cómo produce conocimiento el arte? (2019 4-7).
323
en el sentido figurativo; reconfigura, virtualiza, reelabora, explora los filones de los
acontecimientos.
A partir de estas inquietudes retomo el papel crucial que juegan las Instituciones
de Educación Superior en atender la filosofía de las artes y del teatro en especial.
Me refiero a que, mediante la creación, el autor-creador-investigador fortalece sus
habilidades cognoscentes.
Quien se anime a participar en un taller de creación dramática deberá asumir
que no se trata de sentarse a recibir por ósmosis un conocimiento determinado,
tampoco una receta o una escaleta que guíe con puntualidad la redacción del texto.
Se espera que el participante despliegue las habilidades para investigar a partir del
dato mínimo y para agenciarse durante el proceso, los saberes que va requiriendo
para su creación.
“El arte como morada de habitabilidad” (Dubatti 6), un hábitat que requiere
allegarse el conocimiento y, en especial, proyectar en la creación una huella de esa
sapiencia social e individual.
EXPLORACIÓN Y CREATIVIDAD
Con base en las ideas anteriores, retomo el concepto de taller de dramaturgia que
sostiene Mijares, como “el campo natural de la exploración y la creatividad […]
comunicación social, tanto reflexión como goce artístico” (2015b 100), un ejercicio
de aproximación a la literatura dramática que integra los conceptos de pensamiento
sistémico e hipertexto. Esta episteme, en apariencia innovadora, sostiene el tallerista,
corresponde a “procesos ancestrales de pensamiento, desde la virtualización de la
realidad en las paredes de las cavernas, hasta la realidad virtual de los hologramas
y los juegos de simulación de otros universos como second life” (101).
Los talleres de dramaturgia hipertextual no apuestan a una mimesis referencial
de lo concreto, ni tienen como propósito hacer una fotografía; el texto explora,
indaga, se detiene en las nimiedades, se lanza al mar como una carta en una botella,
con la mirada puesta en el futuro, en el post factum de sus participantes, creadores-
investigadores y, en particular, de sus receptores, de quienes se espera entablen
interlocución con el texto, una vez que este sea redactado y una vez concluido, se
muestre para su lectura o escenificación.
Si partimos de que la dramaturgia hipertextual potencia la capacidad humana
de crear enlaces de forma continua entre el sentido de dos o más palabras,
ideas o conceptos, estamos así, ante el proceso de virtualización de la realidad,
en donde, tanto quien redacta/crea el texto, como quien, lector/espectador,
establece interlocución con él, parten de sus propios horizontes de expectativas,
de sus personales contextos de experiencia, para asociar datos que provienen de
una estructura de pensamiento no arborescente, muy lejos de lo que establece el
paradigma de pensamiento lineal hegemónico occidental.
324
La dramaturgia hipertextual que se promueve en los talleres que coordina Mijares,
rompe con el modelo aristotélico —unidades de acción, tiempo y espacio—, se
separa de la lógica racionalista dieciochesca o decimonónica, y favorece el acceso
a formas de pensamiento complejo, diverso, rizomático, discontinuo, fragmentario,
múltiple, cercano a los planteamientos de la teoría de la relatividad, el caos y los
mundos paralelos.
325
NO LA DIFERENCIA SINO LA DIVERSIDAD
El taller de dramaturgia hipertextual apuesta por la inclusión, no sólo dar cabida a
lo que, desde la visión hegemónica, se mantiene en los márgenes, sino considerar,
en esa pluralidad de perspectivas, a la propia hegemonía: “las estrategias creativas
corresponden a la diversidad de opciones; diversidad en la que caben tanto las
posturas binarias y las rígidas estructuras tradicionales, hasta las que sustentan la
libertad en el ejercicio escénico y la polisemia en la recepción” (101).
Quienes participan, quienes emprenden la redacción de un texto dramático,
han de asumirse dispuestos a alejarse del lugar común, de lo que ya se sabe, para
dejarse caer al vacío, dispuestos a indagar en las profundidades del abismo.
Cuando miras un abismo, el abismo también te mira a ti, según la afirmación,
espejo o bumerang, de Nietzsche, a la que suele referirse el coordinador del taller
mientras va desgranando apotegmas, adagios, máximas, teoremas, tópicos,
sugerencias… cuya intención radica en impulsar la innovación creadora de los
participantes, al fin de cuentas, crear significa producir algo que antes no existía, o
por lo menos, no así de inédito y emergente:
327
que desemboca constantemente en laberintos con infinitas salidas, en redes de
incontables conexiones.
Dubatti cita a Daulte: “el teatro no como un vehículo transmisor de ideas, sino
como un constructor, un portador de ideas en sus mismas estructuras dramáticas
y en sus artificios.” (20). En los talleres de dramaturgia que coordina Mijares, los
procesos de aprendizaje producen textos en los cuales las significaciones se hallan,
en calidad de potencias, sembradas en un campo minado, y habrán de desplegarse
cuando, en el proceso de interlocución espectador/escena, quien mira, lectores
frente al papel o público en la sala, se intercambian con lo mirado, que, a fin de
cuentas, eso es el teatro.
Investigar para crear, crear para investigar, tal es la pauta que redimensiona el
proceso de aprendizaje de las artes escénicas, en esta propuesta desde la teoría
hipertextual desarrollada por Enrique Mijares en sus talleres de dramaturgia.
328
FUENTES CONSULTADAS
Báez Ayala, Susana (2016). “Salto al vacío”. En Escribir las fuerzas. Taller de drama-
turgia Juárez 2014Ciudad Juárez: UACJ, pp. 21-36
Jorge Dubatti (2019). Teatro y territorialidad. Perspectivas de Filosofía del Teatro y
Teatro Comparado. (1-24). Gedisa: Barcelona
Mijares, Enrique. (2015a). “Investigar para crear. Insoslayable proceso literario.” En
Teoría y creación dramática. La investigación como proceso creativo. (7-15).
Durango: Espacio Vacío-UJED.
Mijares, Enrique. (2015b). El espectador conoce el futuro. Recepción/edición de la
realidad teatral. México: Libros de Godot.
329
MÓNICA
JASSO
La persistencia de la visión:
la formación teatral en Monterrey
La persistencia de la visión: un esfuerzo por re-imaginar el campo de la formación
teatral en Monterrey.
La enseñanza artística sólo tiene sentido en la medida en que se revela utópica y
visionaria, entendiendo la noción de utopía como aquello que no tiene lugar fijo, de
acuerdo a Roland Barthes, en El placer del texto. Así, sólo fluyendo continuamente
hacia su devenir, es que la enseñanza del arte puede relacionarse con la vida -cuyo
signo inalienable es el cambio constante.
En Monterrey, tradicionalmente, la enseñanza del arte teatral ha estado en manos
de escuelas que, a un nivel técnico o superior, han proporcionado a los aspirantes a
artistas, ciertos saberes sobre técnicas de actuación, expresión corporal y expresión
verbal. Es decir, la enseñanza ha sido predominantemente encaminada a la práctica.
En tiempos recientes, con la revaloración del arte como proceso de conocimiento
—junto con la creciente demanda de la profesionalización del campo, cuya cumbre
es el posgrado—, el debate, entre quienes practican aquellos saberes asentados
en el conocimiento empírico, y quienes, desde la academia o desde la creación,
realizan investigación sobre o en el arte, se ha intensificado.
Esto ha dado pie a una vigorosa controversia epistemológica dentro del campo
teatral, cuyo fin parece ser el control del mismo. Y dado que, hablar del campo no
solamente es referirse a la enseñanza, sino también a la producción, se va implicando
entonces un amplio y complejo sistema, sostenido tanto por las escuelas como por
el aparato cultural del gobierno. Es decir, un sistema que, para los construccionistas,
es deseable dominar.
De aquí que, naturalmente para mí, se desprenda la cuestión: ¿quién tiene la
autoridad para definir la realidad del campo? Es decir, ¿quién posee el poder de
nombrar la ¨verdadera¨ teoría fundamental y legítima de nuestra tradición teatral? Y
derivado de ello, me pregunto: ¿a qué tradiciones de pensamiento y a qué dispositivos
de poder la visión de la enseñanza del arte teatral en Monterrey?
No es sino hasta los últimos doce años del siglo XXI, que las escuelas artísticas
oficiales empiezan a ser lideradas por mujeres: Karina Esquivel, Janneth Villarreal y
Deyanira Triana en la Facultad de Artes Escénicas, y Coral Aguirre en la Escuela de
330
Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras (ambas instancias de la UANL). Panorama
que me lleva a reconocer que, en principio, la tradición del teatro regiomontano es
heredera de una voz eminentemente patriarcal.
Probablemente sea de aquí, que nuestras prácticas visualizadoras del arte
teatral estén regidas por una persistente visión androcéntrica —aparentemente
grabada en nuestra retina—, que localmente ha establecido los términos de
conocimiento artístico, tanto en la enseñanza como en la creación. En donde los
esquemas de conocimiento son teorizados más como actitudes de poder, que
como actitudes que buscan la verdad.
En relación a este punto, en Alicia a través del espejo, escribe su autor:
Cuando utilizo una palabra– dijo Humpty Dumpty con un tono bastante desdeñoso–
esta significa exactamente lo que yo quiero que signifique, ni más ni menos.
La cuestión es– dijo Alicia–, si tú puedes hacer que las palabras signifiquen tantas
cosas diferentes.
La cuestión es ´dijo Humpty Dumpty–, quién va a ser el amo, quién va a tener el
poder.
(Lewis Carroll).
331
En el teatro regiomontano, las mujeres hemos heredado el conocimiento a través
del linaje paterno, y dado que ese conocimiento tiene, para nosotras, un significado
que se inserta justo en el lugar entre nuestra carencia y nuestra diferencia,
prácticamente nos es ajeno.
Las mujeres, dice Haraway, habitamos naturalmente el gran terreno subterráneo
de los conocimientos subyugados, a lo que Nancy Hartsock agrega: “existe una
buena razón para creer que la visión es mejor desde abajo que dese las brillantes
plataformas de los poderosos.” (Hartsock). Los puntos de vista subyugados
—femeninos, en este caso— suponen una posición epistemológica privilegiada.
Asumiendo este privilegio desde una posición crítica, para nuestro caso,
podemos decir que nuestra subjetividad sí constituye potencialmente un nuevo
discurso dentro del campo del conocimiento artístico. Las mujeres creadoras e
investigadoras sí tenemos qué decir.
De acuerdo con José Antonio Sánchez, uno de los investigadores más prolijos
dentro de la esfera escénica contemporánea, la subjetividad es inseparable de
la investigación en artes. Sentencia que abona a afirmar la importancia de la
parcialidad frente a la objetividad.
Objetividad que, en el campo teatral regiomontano, ha supuesto sostenerse en
la construcción histórica de un pasado sublime, en el que los decanos absorbieron
el conocimiento “original”, y al que, al parecer, las generaciones posteriores de
hombres y mujeres de teatro, estamos destinados a repetir maquinalmente. Entre
aquel pasado paterno y este presente, cabe un abismo.
La visión es siempre una cuestión del “poder de ver” y, tal vez, de la rudeza
que este acto conlleva. Las mujeres, además de heredar la visión androcéntrica,
heredamos también la capacidad de re-visualizar los mundos que hoy está puestos
de cabeza. De re-imaginarlos con toda nuestra subjetividad, para cambiarlos.
Así puede leerse en La loca del desván, donde las escritoras Sandra Gilbert y
Susan Gubar, muestran cómo las mujeres adoptaron dos estrategias radicales
para obtener autoridad: 1. Reinterpretaron la historia original, para hacerla bien la
segunda vez, o 2. Proclamaron con rebeldía una historia completamente distinta.
Para nuestro caso, no se propone ni la una ni la otra. Tampoco buscar la
parcialidad como un fin pero sí apelar a ella por los vínculos y las aperturas
inesperadas, que los conocimientos situados pueden hacer posibles en el trabajo
artístico, particularmente para nuestro contexto, en la enseñanza del arte teatral en
Monterrey.
Quizá la única manera de tener una visión más amplia de los fenómenos,
sea estar en algún sitio en particular, en donde se puedan conjugar las visiones
parciales, en una entidad colectiva de visones encarnadas; así como de conexiones
contradictorias, pero necesarias, que posibiliten vivir en significados y en cuerpos,
que tengan una oportunidad en el futuro.
332
ALEJANDRA SAHARAI
ADAME
MORENO
333
en el área de lectura, México obtuvo un puntaje de 423, por debajo de los 493 puntos
que fue la media.
Lo anterior, en conjunto con la declaración de la OCDE (2015), que dictamina
al sistema educativo como un caso que requiere de reformas profundas, debido
a la significatividad del aprendizaje que reflejan los alumnos en las pruebas
estandarizadas, constituye un punto de partida para buscar una metodología
eficaz para la población mexicana, donde no solo sean importantes los contenidos,
sino una metodología de enseñanza aprendizaje que permita la formación del ser
humano íntegro que requiere la sociedad.
La enseñanza de la lengua escrita tiene un papel preponderante para conducir a
los alumnos a “aprender a aprender”, por tal motivo, se dedica una mayor cantidad
de horas a su aplicación, la cual ha sido modificada, en busca de un proceso natural
de alfabetización que se traduzca en la comprensión total del idioma.
Actualmente, el método globalizador de la propuesta psicolingüística, es el que
privilegia la reflexión sobre la adquisición de la lengua escrita a partir del análisis.
Sin embargo, en las propuestas metodológicas no se ha considerado la necesidad,
inherente al niño, de jugar.
FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
Aprender jugando es una condición que establece el alumno para poder centrar
la atención y mantener el interés por seguir aprendiendo. Sin embargo, no es el
juego aislado la innovación que buscamos, sino el juego estratégico que, al mismo
tiempo, favorezca la formación integral del individuo.
Las artes pueden ser la amalgama necesaria para establecer conexiones entre
los contenidos y el juego o la actividad recreativa, posicionándose como el eje verte-
brador para la construcción de las diferentes arquitecturas de generación de conoci-
miento, que den forma a los procesos educativos contemporáneos. (Acaso, 2017: 7).
De los lenguajes artísticos, el teatro es coincidente con el tipo de juego que
necesita el alumno de 6 años, en su proceso de adquisición de la lengua escrita,
pues se trata de un espacio donde puede utilizar su imaginación y explorar sus
posibilidades motrices, centrando su atención en el funcionamiento del juego
y siguiendo, con toda su disposición, el sistema de reglas que han de regular
inconscientemente su conducta.
Según Orozco (2012): “el teatro es un recurso de tipo participativo, colaborativo,
inventivo, creativo, comunicativo, que favorece el desarrollo integral y el manejo
conductual del niño en el proceso de aprendizaje”, y posteriormente explica que
su base fundamental: el juego, promueve el desarrollo integral del niño en su parte
cognoscitiva, socio-afectiva y psicomotora, favoreciendo la socialización, y, en una
escuela donde se trabaja bajo el enfoque constructivista de “de aprender entre
iguales”, el teatro es la mejor opción.
334
Laferriére (1999) presenta el teatro en el aula como una pedagogía en sí misma,
donde el arte dramático está constituido por un conjunto de valores, reglas, principios,
preceptos, cuya estrategia consiste en guiar las intervenciones del profesor, a fin de
mejorar los aprendizajes de todos los participantes.
Hablar de teatro en el aula, es abrir la posibilidad de formar un alumno en un
conjunto de competencias vinculadas con sociabilidad, comunicación, creatividad,
resolución de problemas, cooperación, espontaneidad, juego y desarrollo de roles o
comprensión de la alteridad (Coburn-Staege, 1977)
Según Vieites (2014), lo que la educación busca en el teatro, es una “formación
integral del individuo, particularmente en el ámbito de lo que se han considerado
competencias básicas, transversales en las primeras etapas educativas”, al igual
que el artículo tercero de la Constitución mexicana especifica que la educación del
país deberá contribuir a la formación armónica de todas las facultades del ser de
manera integral.
El teatro no se limita a ser una herramienta pedagógica. El juego del teatro
se convierte en instrumento gracias a procedimientos como la dramatización, la
acción dramática, el juego de roles, la creación colectiva, las lecturas dramatizadas,
la dicción y la expresión oral, o la plástica teatral como explican Motos y Tejedo
(1987). Según Vieites (2014), la educación teatral puede ser tanto el medio para el
aprendizaje como el proceso de aprendizaje para una formación integral.
Hacer teatro representa un espacio de liberación de tención donde, según
Stanislavsky (1936): el actor debe encontrase en un estado de relajación y atención
a la herramienta de trabajo que es su cuerpo, para llegar a la concentración que
requiere el desempeño escénico, es decir, las mismas premisas que son necesarias
para el aprendizaje en el aula.
El niño debe sentir satisfechas todas sus necesidades inmediatas, no solo físicas,
también emocionales, para presentar disposición a la construcción de aprendizajes,
en los cuales, su relajación permitirá que logre centrar la atención en ese juego que
los docentes llamamos proceso de aprendizaje.
Si el alumno presenta problemas para concretarse, desarrolla una barrera de
aprendizaje que, a menudo, según la experiencia de los maestros, está relacionada
con problemáticas en casa de carácter financiero, estabilidad emocional entre sus
padres o falta de fortalecimiento de su autoestima, lo cual perjudica ampliamente
el proceso de aprendizaje. En este caso, se trata de una barrera de aprendizaje que
dificulta, en los alumnos de primer grado, el proceso de adquisición de la legua
escrita.
PLAN DE ACCIÓN
De acuerdo al problema identificado, surge el teatro como herramienta metodológica,
en la cual, las sesiones de lengua materna se estructuraron a partir de ejercicios de
335
desinhibición, concentración, confianza y relajación al inicio de las clases, vinculando
dichos ejercicios con la identificación de grafías y fonemas, para favorecer la
convivencia y a la vez, el proceso de lecto-escritura.
Las sesiones de lengua materna se estructuraron de la siguiente manera:
Los ejercicios de desinhibición se plantearonn como juegos, en los que los alumnos
podían experimentar posibilidades corpóreas y vocales, promoviendo la aceptación
a la diversidad en el aula, pues en primer grado, los alumnos se encuentran en una
etapa egocéntrica según Piaget, donde es fácil que sean juzgados unos por otros al
no ser iguales, fortaleciendo con dichas actividades, su autoestima y aumentando
la confianza en sí mismos.
Se observó que cuando el niño ya no tiene miedo de ser como es en el salón,
comienza a prestar más atención, en su forma de percibir el mundo, a la forma en
que el mundo lo percibe, es decir, el exterior se vuelve el centro de su atención. Un
niño seguro y feliz siempre quiere aprender.
Los ejercicios de concentración permitieron desarrollar la capacidad de atención
de los niños y favorecieron la reflexión, a través de juegos prácticos, donde era
indispensable escuchar y observar para jugar. Con estos ejercicios, se observó que
el alumno atendía cada vez mejor las indicaciones a conciencia.
Plantear un problema real, más que su nombre dentro de problemas de
razonamiento, era jugar en el salón, a que de verdad hay un problema, crear un
ambiente de aprendizaje en el cual él sienta la necesidad de resolverlo para mantener
el orden, la estabilidad y la mejora del grupo y de él mismo; es el aprendizaje situado,
mencionado por Díaz Barriga (2006), con la diferencia de, en este juego, entrar en
la ficción con los alumnos, crear la situación sin depender de objetos físicos, los
cuales ayudan, pero no determinan, la situación de aprendizaje.
Las producciones escritas fueron la puesta en práctica de la propuesta
psicolingüística, pero dentro del juego planteado para el alumno, aunque es la parte
más formal de la clase.
La revisión de las grafías permitió el aprendizaje entre iguales y la construcción
del aprendizaje, pues era el momento en donde el niño reconocía conscientemente,
lo que hizo igual o diferente, promoviendo en él la reflexión sobre sus producciones.
336
Finalmente, el reconocimiento de grafías producidas por cada alumno, produce
en los niños un estímulo para seguir aprendiendo.
REFLEXIONES
Al cierre del ciclo escolar, disminuyó de 4 a 1 o incluso ningún conflicto agresivo
en el aula. Se presentaron más actitudes empáticas entre los compañeros. A nivel
zona escolar, el grupo logró cumplir con la meta trazada de alfabetización. El 94 %
de los alumnos lograron leer y escribir. Más del 50 % del alumnado logró leer más
de 60 palabras por minuto.
Con los anteriores resultados y las notables mejoras en las relaciones
interpersonales de los alumnos, así como con las experiencias de los padres de
familia, expresadas el cierre de ciclo, el teatro, como herramienta metodológica,
favorece la formación integra del alumno, al permitirle socializar de manera
armónica con sus compañeros y al propiciar que el proceso de adquisición de la
lengua escrita se presente de manera natural, como una necesidad del alumno que
cubre sus necesidades e intereses, de acuerdo a su desarrollo cognitivo, físico y
emocional.
337
FUENTES CONSULTADAS
338
JANNETH
VILLARREAL
ARIZPE
339
recibe la misma distinción por parte de la agencia internacional ACREDITACIÓN,
y se colocan, ambas licenciaturas, en los primeros programas educativos de artes
escénicas que, en México, obtiene la acreditación internacional. 2019, se oferta la
maestría en artes escénicas, con 15 estudiantes en la primera generación; con un
total en las licenciaturas, de 241 estudiantes en Teatro y 100 en danza.
Respecto a los procesos de formación, el principal reto de la FAE radica
en armonizar dentro del modelo educativo institucional de la UANL, de ma-
nera que el estudiante universitario de artes responda a un perfil de egre-
so que difiere del egresado del INBA o del Conservatorio. En la FAE, lo pri-
mordial son los criterios de desempeño que, dentro del perfil, debe llevar a
cabo el docente al preguntarse: ¿qué es lo que deber saber hacer el alumno?
Nuestro estudiante universitario responde a un modelo donde es priorita-
ria la equidad, la inclusión y la responsabilidad social, haciendo hincapié en
este punto desde el perfil de ingreso y examen de admisión, toda vez que se
las grandes diferencias se encuentran en la atención a estos tres principios.
LA CURRÍCULA DE LA FAE
Para entender los procesos educativos de la FAE he de explicar brevemente el
Modelo Institucional de la UANL y la forma en que dicha facultad pertenece a
este modelo. La malla curricular se compone de ocho semestres, con cinco áreas
curriculares, sus especificidades y carga horaria.
340
ASIMILACIÓN Y ACOMODACIÓN (PIAGET)
Al hablar en términos generales de lo que ocurre en cada de uno de los programas,
es pertinente recordar los conceptos de Piaget, relativos al constructivismo:
asimilación y acomodación, en una paráfrasis simplificada: activación de los
conocimientos previos y de los objetivos o propósitos pre-interrogantes, la
generación de expectativas apropiadas, la actividad generadora información previa,
la utilización del conocimiento y su aplicación en el ambiente.
En los primeros cuatro semestres los estudiantes “asimilan” lo correspondiente
al conocimiento teórico-práctico. La licenciatura de teatro les brinda herramientas
para entender y crear una ficción; trabajan el realismo, quitar obstáculos y poner
su cuerpo y su voz en condiciones de creer y crear. En danza contemporánea se
prepara y libera el cuerpo para recibir y dominar la técnica Graham, y además la
técnica cubana del ballet.
A partir de quinto semestre podemos hablar de la “acomodación”. En teatro, los
estudiantes comienzan a trabajar el distanciamiento, las vanguardias teatrales, así
como la realización de proyectos de dirección y producción escénica. En danza,
comienzan a experimentar con técnicas libres, laboratorio escénico y proyectos de
coreografía o producción escénica.
La línea de aprendizaje entre asimilación y acomodación es afectada por las
demás asignaturas, encauzadas al perfil de egreso del estudiante. Cuando los
estudiantes adquieren un dominio y principios teórico-técnicos, comienzan a
construir su propio proceso creativo. La manera en que la FAE acompaña a sus
futuros artistas escénicos es vinculando las unidades de aprendizaje, para que el
producto integrador esté en armonía con la creación en la puesta en escena, porque,
aunque el programa a simple vista prepara actores bailarines, en la realidad los
alumnos, a partir de quinto semestre, comienzan a inclinarse hacia el área donde
desean desarrollarse: dirección, iluminación, escenografía, coreografía, maquillaje,
vestuario, gestión cultural, etcétera.
Es importante mencionar que la FAE procura que los proyectos y propuestas
de sus estudiantes vayan encaminados hacia problemáticas sociales y, a través
de diversos programas de vinculación: Del aula al teatro, Brigadas Culturales,
Festival Internacional de las Artes Escénicas UANL, Taller representativo de
teatro y danza, y diversas participaciones en encuentros, muestras y festivales
nacionales e internacionales, les brinda la oportunidad de presentarlos al
público.
MEMORIA DE UN SEXENIO
Al cabo de seis años de gestión, la Facultad de Artes Escénicas ha logrado grandes
objetivos y metas: incremento del 97% de estudiantes de primer ingreso a los
programas de licenciatura; aumento significativo de la matrícula; disminución de
341
la deserción; gestión y planeación responsable de los recursos para infraestructura
y equipamiento; acreditación internacional de nuestros dos programas educativos
—única institución de educación superior en México en el quehacer teatral
y dancístico con esta distinción—; acreditación nacional del Consejo para la
Acreditación de la Educación Superior de las Artes, A.C. (CAESA); la regulación de
la Norma ISO 9001-2015, con sus correspondientes auditorías, que avalan nuestros
procesos académico-administrativos; la creación del posgrado en artes escénicas,
que se ofrece como opción única en el noroeste del país para quienes se interesan
en estudios de maestría en artes escénicas; la creación de la Compañía Titular de
Teatro, con producciones propias, así como la creciente vinculación y presencia de
nuestros profesores, estudiantes y egresados en distintas muestras y festivales de
carácter internacional.
Ser portavoz de una comunidad artística universitaria que trabaja en aras de
impulsar el desarrollo de la educación superior del teatro y la danza en el país
nos ha llevado a planear estrategias y encauzar metas altas que nos convocan a
seguir adelante en la búsqueda de la profesionalización y la mejora continua en la
educación de las artes escénicas.
342
más altos, que ha otorgado 74 becas en el anterior año escolar; y un total de 403
becas en los últimos seis años,
Tutorías. En materia emocional y psicológica, las acciones estratégicas de la
coordinación de este programa educativo han atendido prácticamente al 100%
de la población estudiantil, disminuyendo el rezago y atendiendo las necesidades
específicas que demanda el actual estudiante de educación superior.
En el último año, mediante convenio, terapeutas especializados del Instituto
Erickson de Terapia Breve brindan, en las instalaciones de la FAE, atención
psicológica a 21 estudiantes.
Fisioterapia y rehabilitación. Conscientes de la importancia de atender las
necesidades específicas de sus programas educativos y con el fin de brindar una
atención física óptima a sus estudiantes y profesores, durante los últimos seis
años, la FAE ha destinado recursos a la adquisición de equipamiento y mejora del
departamento de fisioterapia y rehabilitación, asimismo, en atención a la constante
demanda de este servicio, mantiene un estrecho vínculo con la preparatoria
técnica médica de la UANL, para que, estudiantes de nivel avanzado en fisioterapia
y rehabilitación física, realicen permanentemente su servicio social en nuestras
instalaciones.
Biblioteca. Con el objetivo de cubrir las especificidades de nuestras carreras
en materia de información, referencias bibliográficas e investigación, la FAE, entre
sus acciones estratégicas, se ha empeñado en adquirir materiales editoriales que
respondan a la actualización de las unidades de aprendizaje y a la capacitación
continua de estudiantes y docentes, en el conocimiento de nuevas técnicas e
innovadoras estrategias de aprendizaje del arte escénico. Durante los seis años
recientes, ha incrementado en cerca de quinientos títulos, entre libros y publicaciones
periódicas, el acervo de su biblioteca, además de 2,500 volúmenes que le fueron
entregados en comodato, para la creación del Acervo bibliográfico Sergio García
Treviño.
En diciembre de 2018, como parte del proyecto para centralizar las bibliotecas
de arte de la Universidad, el acervo bibliográfico de la FAE —a excepción del
Acervo Sergio García Treviño— se trasladó al Centro de Investigación, Innovación y
Desarrollo de las Artes (CIIDA) UANL.
EDUCACIÓN CONTINUA
Entre sus acciones estratégicas más recientes, la FAE ha creado el programa
Movilidad en casa, que otorga a estudiantes, egresados y docentes, capacitación
y formación extra aula, que complementa sus estudios disciplinares, mediante la
cursos, talleres y clases magistrales, para un total, en los seis años recientes, de
74 actividades, impartidas por artistas y docentes de reconocida trayectoria en las
artes escénicas, a nivel local, nacional e internacional.
343
Algunas de las más recientes actividades de educación continua:
344
COMPAÑÍA DE TEATRO Y TALLER DE DANZA
Parte fundamental del plan de acción de los seis años recientes, el Taller de Teatro
representativo de la FAE, con un total de 12 puestas en escena, ha sido pieza clave
para enriquecer la práctica escénica de estudiantes y docentes, y para proyectar el
trabajo creativo de la FAE a nivel local, nacional e internacional. Ello ha permitido dar
un paso hacia la creación de La Compañía Titular de Teatro FAE, conformada por
estudiantes, egresados, maestros y artistas invitados, que, con el objetivo de hacer
teatro de manera profesional y con el sello característico del teatro universitario, se
inaugura con la puesta en escena de Ricardo III, de William Shakespeare, versión de
José Ignacio Cabrujas y dirección de Rennier Piñero.
Asimismo, conformado por estudiantes y egresados bajo la guía y dirección de
los profesores de la propia Facultad, como Miguel Banda y Leslie González, y de
artistas invitados como Lola Bernal, Cristina Garza y Abigail Jara, se creó el Taller de
danza FAE, el cual ha realizado, en los seis años recientes, 7 producciones, algunas
de las cuales, por su calidad artística y profesional, han obteniendo premios y
galardones en diferentes concursos, encuentros y Festivales de trascendencia local,
nacional e internacional, en los que han participado.
345
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO, LA CULTURA Y EL ARTE
De manera complementaria al aprendizaje de las artes escénicas, la FAE dedica gran
parte de sus estrategias a generar y promover proyectos socialmente responsables
que contribuyan al desarrollo del conocimiento humanístico, cultural y artístico,
y que, al mismo tiempo, provean de un conocimiento amplio a los estudiantes y
docentes de nuestra institución.
347
Aula 8. Con el propósito de crear nuevos espacios de experimentación
escénica y para proyectar el trabajo creativo de nuestros estudiantes y
demás profesionales del arte teatral, en septiembre de 2018 se estrena el
Aula 8, espacio escénico o sala alternativa, con equipamiento tecnológico de
primer nivel.
348
que en los seis años recientes ha llevado a cabo 6 encuentros escénicos de
egresados FAE, en los que se presentó un total de 80 puestas en escena de
teatro y danza.
EVALUACIÓN Y ACREDITACIÓN
Por último y no menos importante, luego de un arduo proceso en los últimos seis
años en materia de calidad educativa y cultura de la evaluación, la FAE cuenta hoy
con las Acreditaciones Nacionales de ambas licenciaturas y la satisfacción de ser
la única institución de educación superior de artes escénicas en el país que cuenta
con la Acreditación Internacional de sus dos programas educativos: Arte Teatral y
Danza Contemporánea.
De esta manera, concluye el recuento de un camino recorrido durante seis años,
en el cual, por supuesto, tienen primordial importancia los programas de estudios a
desarrollar en las aulas, y resulta crucial la proyección que de esos aprendizajes se
hace hacia el escenario, es decir hacia la práctica, por medio de las estrategias de
extensión en la creación y en el encuentro entre el artista escénico y el espectador,
por ello, este ejercicio de análisis representa el mayor de los aprendizajes en mi
paso por la FAE, el maravilloso lugar que vengo pisando desde que tenía cuatro años
de edad.
349
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 7