Fuerzas de cohesión
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Gota de agua en el equilibrio de la cohesión y la gravitación
Las fuerzas de cohesión son las fuerzas que atraen y mantienen unidas las
moléculas. Es la acción o la propiedad de las moléculas de como se pegan entre
sí, siendo fuerzas de carácter atractivo. Esta es una propiedad intrínseca de una
sustancia que es causada por la forma a la estructura de sus moléculas que hace
que la distribución de los electrones en órbita irregular cuando las moléculas se
acercan la una a la otra, creando atracción eléctrica que pueden mantener una
estructura macroscópica tal como una gota de agua. En otras palabras, la
cohesión permite a la tensión superficial, la creación de un estado condensado.
El mercurio posee más cohesión que adhesión al vidrio.
El agua, por ejemplo, es fuertemente cohesiva ya que cada molécula puede hacer
cuatro enlaces de hidrógeno con otras moléculas de agua en una configuración
tetraédrica. Esto resulta en una fuerza de Coulomb relativamente fuerte entre las
moléculas. En términos simples, la polaridad de las moléculas de agua permite
que sean atraídas la una hacia la otra. Esta polarización de las cargas dentro de la
molécula permite que se alinean con las moléculas adyacentes mediante un
fuerte enlace de hidrógeno intermolecular, haciendo que el líquido posea una
fuerza de cohesión importante. Los gases como el metano, sin embargo, tienen
una cohesión débil debido a que las interacciones intermoleculares únicamente se
deben a fuerzas de Van der Waals que operan por polaridad inducida en
moléculas no polares, no polaridad intrínseca de la propia molécula.
La cohesión, junto con la adhesión (atracción entre distintas moléculas), ayudan a
explicar fenómenos tales como el menisco, la tensión superficial y la capilaridad.
El mercurio en un matraz de vidrio es un buen ejemplo de los efectos de la
relación entre las fuerzas cohesivas y adhesivas. Debido a su alta cohesión y baja
adhesión al vidrio, el mercurio no se extiende para cubrir la superficie del matraz.
Además, exhibe un menisco fuertemente convexo, mientras que el menisco de
agua es cóncavo. El mercurio no moja el vidrio, a diferencia del agua y muchos
otros líquidos,1 y si el cristal se inclina, lo hará rodar en el interior.
Tensión superficial
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Ejemplo de tensión superficial: una aguja de acero sobre un líquido.
En física, se denomina tensión superficial de un líquido a la cantidad
de energía necesaria para aumentar su superficie por unidad de área. 1 Esta
definición implica que el líquido presenta una resistencia al aumentar su superficie,
lo que en efecto permite a algunos insectos, como el zapatero (Gerris lacustris),
poder desplazarse por la superficie del agua sin hundirse. La tensión superficial
(una manifestación de las fuerzas intermoleculares en los líquidos), junto a las
fuerzas que se dan entre los líquidos y las superficies sólidas que entran en
contacto con ellos, da lugar a la capilaridad. Como efecto tiene la elevación o
depresión de la superficie de un líquido en la zona de contacto con un sólido.
Otra posible definición de tensión superficial: es la fuerza que actúa
tangencialmente por unidad de longitud en el borde de una superficie libre de un
líquido en equilibrio y que tiende a contraer dicha superficie. Las fuerzas cohesivas
entre las moléculas de un líquido son las responsables del fenómeno conocido
como tensión superficial.