LOS ASPECTOS DE JÚPITER
Cualquier aspecto que implique a Júpiter requiere ser estudiado con atención, ya que este
planeta expande todo lo que toca.
Júpiter puede mostrar en qué esfera intentamos mejorar las cosas y desarrollarlas al
máximo, así como especificar más cabalmente las energías implicadas, posiblemente a
un nivel muy elevado.
La expansividad y el optimismo característicos de Júpiter pueden, sin embargo, conducir
también a querer abarcar demasiadas cosas en las áreas indicadas por el aspecto, el
signo y las casas, si no se moderan sistemáticamente.
La generosidad, la actitud positiva y el marcado planteamiento filosófico mostrados a
menudo por Júpiter pueden, en el mejor de los casos, otorgar un aura de nobleza y de
talento magistral a esas esferas de la vida sostenidas por la optimista energía de Júpiter.
En general, los aspectos de Júpiter con los cinco planetas personales y el Ascendente (o
el Medio Cielo) son los aspectos más importantes para todo el mundo.
No obstante, las interacciones de Júpiter con los otros planetas, pueden ser de gran
importancia si Júpiter es el regente (o corregente) del Ascendente, del signo solar o del
signo en que esté la Luna, o si está íntimamente vinculado con los factores esenciales de
la carta de algún otro modo.
Por eso, si uno de estos tres factores esenciales es Sagitario (o Piscis, al cual rige Júpiter
junto con Neptuno), todos los aspectos de Júpiter adquieren una gran importancia.
Contactos Júpiter-Saturno
Especialmente importantes si uno de estos dos planetas es el regente de un signo
predominante en la carta.
El deseo de un orden más amplio desciende a nivel terreno y se estabiliza; estos aspectos
expanden las ambiciones.
El impulso constante de expansión se combina con la necesidad de conservar, para la
propia segundad, la estructura existente.
Si Júpiter o Saturno son fuertes en la carta, tendrán mucho que decir sobre la expresión
de esas energías.
Los aspectos dinámicos entre Júpiter y Saturno son bastante problemáticos, ya que
dificultan la capacidad del individuo para realizar sus ambiciones o sus objetivos a largo
plazo.
Mientras que la conjunción tiende a ser muy armónica y estimula una fuerte ambición,
muy concreta, los otros aspectos dinámicos a menudo ponen de manifiesto un
sentimiento profundamente arraigado de que no se tiene suficiente trabajo, dinero u
oportunidades, hasta que la persona se expande excesivamente y se encuentra con que
tiene demasiadas cosas que manejar a la vez.
Este sentimiento, el de tener demasiado o demasiado poco, deja al individuo frustrado.
Existe una urgente necesidad de aprender a contentarse con lo que se tiene a mano en
cada momento.
Contactos Júpiter-Urano
Especialmente importantes si uno de estos dos planetas es el regente de un signo
predominante en la carta.
Estas personas tienen una fe y unos objetivos a gran escala para el futuro cargados de
energía, y los expresan de una manera individualista y no convencional.
Su necesidad de cambio, experimentación y excitación es expansiva y penetrante.
Contactos Júpiter-Neptuno
Especialmente importantes si uno de estos dos planetas es el regente de un signo
predominante en la carta.
Estas personas sienten la perentoria necesidad de experimentar la unidad con algo mayor
que el yo individual; tienen preocupaciones personales triviales.
Creen en la realidad de la esfera intangible de la experiencia, lo que las lleva a veces a
una imaginación hiperactiva y al deseo constante de escapar, o a una sensación de
inspiración llena de significado.
Contactos Júpiter-Plutón
Especialmente importantes si uno de estos dos planetas es el regente de un signo
predominante en la carta.
Una necesidad de renacimiento total estimula en estas personas la búsqueda de la fe en
un orden superior del universo. Intentan mejorar mediante el poder de los métodos y
objetivos transformadores.
Contactos Júpiter-Ascendente
Estas personas necesitan expresar hacia el exterior sus características expansivas,
confiadas y abiertas.
La fe y el optimismo forman parte de su modo de autoexpresión y tiñien todo su enfoque
de la vida.
Stephen Arroyo