Éxodo 12
Éxodo 12
11
   Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, y vuestro
bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente: es la Pascua de Jehová. 
12
   Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré á todo primogénito en la tierra
de Egipto, así en los hombres como en las bestias: y haré juicios en todos los dioses de Egipto.
YO JEHOVA. 
13
   Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre, y pasaré de
vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad, cuando heriré la tierra de Egipto. 
14 
    Y este día os ha de ser en memoria, y habéis de celebrarlo como solemne á Jehová durante
vuestras generaciones: por estatuto perpetuo lo celebraréis. 
15
   Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en
vuestras casas: porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo,
aquella alma será cortada de Israel. 
16
   El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa
convocación: ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que aderecéis lo que cada cual
hubiere de comer. 
ÉXODO 24
Moisés y los ancianos en el Monte Sinaí
1
  El Señor le dijo a Moisés: «Sube y preséntate ante mí, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y
setenta de los ancianos de Israel. Deberán inclinarse a cierta distancia, 2 pero solo tú te
acercarás a mí. Que no se acerquen ellos, y que tampoco suba el pueblo con ustedes.»
3
  Moisés fue y le contó al pueblo todas las palabras y decisiones del Señor, y todo el pueblo
respondió a una sola voz: «Acataremos todas las palabras que el Señor ha pronunciado.»
4
  Y Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor, y por la mañana se levantó y al pie del
monte construyó un altar y erigió doce columnas, una por cada tribu de Israel.
5
  Luego envió algunos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor holocaustos y becerros
como sacrificios de paz.
6
  Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en tazones, y la otra mitad de la sangre la
esparció sobre el altar.
7
  Tomó entonces el libro del pacto y lo leyó ante todo el pueblo, y ellos dijeron: «Acataremos
todas las cosas que el Señor ha dicho, y las obedeceremos.»
8
  Luego, Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo, mientras decía: «Esta es la sangre del
pacto que el Señor hace con ustedes al darles todas estas cosas.»
9
   Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel, subieron al monte 10y
vieron al Dios de Israel. Debajo de sus pies había algo como un embaldosado de zafiro,
semejante al cielo cuando está sereno. 11 Vieron a Dios, y comieron y bebieron, porque Dios no
levantó la mano contra los príncipes de los hijos de Israel.
12
  El Señor le dijo a Moisés: «Sube al monte y preséntate ante mí. Espera allá, que voy a darte
las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instruirlos.»
13
  Moisés se levantó, junto con su siervo Josué, y entonces Moisés subió al monte de Dios.
14
  A los ancianos les dijo: «Espérennos aquí, hasta que volvamos a ustedes. Miren, Aarón y Jur
se quedarán con ustedes, y quien tenga algún asunto que tratar, recurra a ellos.»
15
   Al subir Moisés al monte Sinaí, una nube lo cubrió,
16
   y la gloria del Señor se posó sobre el monte y la nube lo cubrió durante seis días. Al séptimo
día, el Señor llamó a Moisés desde el centro de la nube.
17
  En la cumbre del monte la gloria del Señor tenía, a la vista de los hijos de Israel, la apariencia
de un fuego abrasador.
18
   Y Moisés subió al monte y entró en la nube, y estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta
noches.
Éxodo 34
11
   Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo,
al cananeo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.
12
   Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no
sean tropezadero en medio de ti.
13 
    Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera.
14
   Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios
     
celoso es.
15 
  Por tanto, no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de
sus dioses, y ofrecerán sacrificios a sus dioses, y te invitarán, y comerás de sus sacrificios; 16 o
tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán fornicar
también a tus hijos en pos de los dioses de ellas.
17 
      No te harás dioses de fundición
Levítico 16
El día de la expiación
17
   Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en
el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la
congregación de Israel.
18
   Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y
de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor. 20 Cuando
hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el
macho cabrío vivo; 21 y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y
confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus
pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de
un hombre destinado para esto.
22
   Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y
dejará ir el macho cabrío por el desierto.
23
   Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que
había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.
Levítico 19
13
   No oprimirás a tu prójimo, ni le robarás. No retendrás el salario del jornalero en tu casa
hasta la mañana.
14
   No maldecirás al sordo, y delante del ciego no pondrás tropiezo, sino que tendrás temor de
tu Dios. Yo Jehová.
15
   No harás injusticia en el juicio, ni favoreciendo al pobre ni complaciendo al grande; con
justicia juzgarás a tu prójimo.
16
   No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la vida de tu prójimo. Yo
Jehová.
Deuteronomio 5
Los Diez Mandamientos
5
    Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio
hoy en vuestros oídos; aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.
2
   Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.
3
   No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí
hoy vivos.
4
   Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en medio del fuego.
Deuteronomio 6
El gran mandamiento
6
    Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová vuestro Dios mandó que
os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis vosotros para tomarla;
2
   para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo
te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean
prolongados.
3
   Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye
leche y miel, y os multipliquéis, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.
4
   Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
5
   Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
6
   Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7
   y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes.
8
   Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;
9
   y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Deuteronomio 7
5 Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y
destruiréis sus imágenes de Asera, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
Deuteronomio 11
La grandeza de Jehová
14 yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano,
tu vino y tu aceite.
16 Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y
os inclinéis a ellos;
17 y se encienda el furor de Jehová sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la
tierra dé su fruto, y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová.
18 Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis
como señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
19 Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando
andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes,
Deuteronomio 31
24 Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,
25 dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo:
26 Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y
esté allí por testigo contra ti.
27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros
hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?
28 Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus
oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.
Cántico de Moisés
30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico
hasta acabarlo.
Josué 15
El territorio de Judá
18 Y aconteció que cuando la llevaba, él la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar.
Ella entonces se bajó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes?
19 Y ella respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame
también fuentes de aguas. El entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo.
1 Crónicas 22
Reina Valera Actualizada
22 Entonces David dijo: “Aquí estará la casa del SEÑOR Dios, y aquí estará el altar del
holocausto para Israel”.
2 Después David mandó que se reunieran los extranjeros que habitaban en la tierra de Israel, y
designó canteros que labraran piedras para edificar la casa de Dios. 3 También preparó David
una gran cantidad de hierro para los clavos de las hojas de las puertas y para las junturas, y
bronce en tal cantidad que no se podía pesar. La madera de cedro era incalculable, 4 porque los
sidonios y los tirios habían llevado a David gran cantidad de madera de cedro.
5 Entonces dijo David: “Mi hijo Salomón es joven e inmaduro, y la casa que se ha de edificar al
SEÑOR ha de ser grande y sublime, para renombre y gloria en todos los países. Yo, pues, haré
los preparativos para él”. Y antes de su muerte David hizo muchísimos preparativos.
6 Entonces David llamó a su hijo Salomón y le mandó que edificara una casa al SEÑOR Dios
de Israel. 7 David dijo a Salomón: “Hijo mío, he tenido en mi corazón el anhelo de edificar una
casa al nombre del SEÑOR mi Dios; 8 pero vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: ‘Tú has
derramado mucha sangre y has llevado a cabo grandes guerras. No edificarás una casa a mi
nombre, porque has derramado delante de mí mucha sangre en la tierra. 9 Pero he aquí, te
nacerá un hijo que será un hombre pacífico[a], y yo le daré reposo de todos sus enemigos de
alrededor. Ciertamente su nombre será Salomón[b], y en sus días yo daré paz y tranquilidad a
Israel. 10 Él edificará una casa a mi nombre. Él será para mí, hijo; y yo seré para él, padre. Y
afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre’.
11 “Ahora pues, hijo mío, el SEÑOR sea contigo. Sé prosperado y edifica la casa del SEÑOR tu
Dios, como él ha hablado de ti. 12 Que el SEÑOR te dé inteligencia y entendimiento, para que
cuando te comisione sobre Israel guardes la ley del SEÑOR tu Dios. 13 Entonces serás
prosperado, si cuidas de poner por obra las leyes y los decretos que el SEÑOR mandó a Moisés
para Israel. Esfuérzate, pues, y sé valiente. ¡No temas ni desmayes! 14 He aquí que con grandes
esfuerzos he provisto para la casa del SEÑOR tres millones trescientos mil kilos de oro y
treinta y tres mil kilos de plata. El bronce y el hierro no pueden ser calculados por su cantidad.
También he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás. 15 Tienes contigo muchos
obreros: canteros, albañiles, carpinteros y hombres expertos en toda obra. 16 El oro, la plata, el
bronce y el hierro son incalculables. ¡Levántate y actúa! Y que el SEÑOR sea contigo”.
17 Asimismo, David mandó a todos los principales de Israel que dieran ayuda a su hijo
Salomón. Y dijo: 18 “¿No está con ustedes el SEÑOR su Dios? ¿No les ha dado paz por todas
partes? Ciertamente él ha entregado en mi mano a los habitantes del país, y la tierra ha sido
sometida delante del SEÑOR y delante de su pueblo. 19 Dediquen, pues, su corazón y su alma
a buscar al SEÑOR su Dios. Levántense y edifiquen el santuario del SEÑOR Dios, para traer el
arca del pacto del SEÑOR y los utensilios sagrados de Dios a la casa que ha de ser edificada al
nombre del SEÑOR”.
2 Crónicas 20
Victoria de Josafat sobre Moab y Amón
20  7 ¿No fuiste tú, oh Dios nuestro, el que echaste a los habitantes de esta tierra de la
presencia de tu pueblo Israel y la diste a la descendencia de tu amigo Abraham para siempre? 
Esdras 2
Lista de los hombres del pueblo de Israel: 3 Los hijos de Paros eran dos mil ciento setenta y
dos
Esdras 9
9 Acabadas estas cosas, se acercaron a mí los magistrados y dijeron: “El pueblo de Israel, los
sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de las tierras en cuanto a las
abominaciones de los cananeos, los heteos, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los
moabitas, los egipcios y los amorreos. 2 Porque de las hijas de estos han tomado mujeres para
sí y para sus hijos, y han mezclado la simiente santa con la de los pueblos de la tierra. Y los
magistrados y los oficiales han sido los primeros en incurrir en esta infidelidad”.
Esdras 10
10 Mientras Esdras oraba y hacía confesión llorando y postrándose ante la casa de Dios, se
juntó a él una multitud muy grande de Israel: hombres, mujeres y niños; y el pueblo lloraba
amargamente. 2 Entonces intervino Secanías hijo de Yejiel, de los descendientes de Elam, y dijo
a Esdras:
—Nosotros hemos actuado con infidelidad contra nuestro Dios, pues hemos tomado mujeres
extranjeras de los pueblos de la tierra. Pero a pesar de esto, aún hay esperanza para
Israel. 3 Ahora pues, hagamos un pacto con nuestro Dios: Despediremos a todas las mujeres y
a los hijos nacidos de ellas, según el consejo de mi señor[a] y de los que temen el mandamiento
de nuestro Dios. Hágase conforme a la ley. 4 Levántate porque es tu responsabilidad. Nosotros
estamos contigo; esfuérzate y actúa.
5 Esdras se levantó e hizo jurar a los principales sacerdotes, a los levitas y a todo Israel que
harían conforme a este consejo. Y ellos lo juraron. 6 Luego Esdras se retiró de delante de la
casa de Dios y entró en la cámara de Johanán hijo de Eliasib. Allí fue, pero no comió pan ni
bebió agua, porque hizo duelo por esta gran infidelidad de los del cautiverio.
7 Entonces hicieron pregonar en Judá y en Jerusalén a todos los que habían vuelto del
cautiverio, para que se reunieran en Jerusalén, 8 y que al que no viniera dentro de tres días,
conforme al acuerdo de los magistrados y de los ancianos, se le confiscarían todos sus bienes, y
sería separado de la asamblea de los que habían vuelto del cautiverio. 9 Así que todos los
hombres de Judá y de Benjamín se reunieron en Jerusalén en el plazo de tres días, el veinte del
mes noveno[b]. Y todo el pueblo se sentó en el área abierta de la casa de Dios, temblando por
motivo de aquel asunto y a causa de la lluvia. 10 Entonces se levantó el sacerdote Esdras y les
dijo:
—Ustedes han actuado con infidelidad porque tomaron mujeres extranjeras, añadiendo así a la
culpa de Israel. 11 Ahora pues, hagan confesión al SEÑOR, Dios de sus padres. Cumplan su
voluntad, y apártense de los pueblos de la tierra y de las mujeres extranjeras.
Salmos 1
6 Porque el SEÑOR conoce el camino de los justos,pero el camino de los impíos perecerá.
Salmos 2
2 ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas?
2 Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra el SEÑOR y su
ungido, diciendo:3 “¡Rompamos sus ataduras!¡Echemos de nosotros sus cuerdas!”.
4 El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.
5 Entonces les hablará en su ira y los turbará en su furor:6 “¡Yo he instalado a mi reyen Sion,
mi monte santo!”.7 Yo declararé el decreto: el SEÑOR me ha dicho:
“Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.8 Pídeme, y te daré por heredadlas naciones, y por
posesión tuya los confines del a tierra.9 Tú los quebrantarás con vara de hierro; como a vasija
de alfarero los desmenuzarás”. 10 Y ahora, oh reyes, sean sabios; acepten la corrección, oh
gobernantes de la tierra.11 Sirvan al SEÑOR con temor y alégrense con temblor.
12 Besen al hijo, no sea que se enoje y pierdan el camino; pues se enciende de pronto su ira.
¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!
Salmos 5
37 Salmo de David.
20 El vino hace burla; el licor alborota. Y cualquiera que se descarría no es sabio.
9 Y cuanto más sabio fue el Predicador[b], tanto más enseñó sabiduría al pueblo. También
sopesó, investigó y compuso muchos proverbios. 10 El Predicador[c] procuró hallar palabras
agradables y escribir correctamente palabras de verdad.
11 Las palabras de los sabios son como aguijones, y como clavos hincados son las palabras que
forman parte de una colección y que son expuestas por un Pastor.
12 Además de esto, hijo mío, queda advertido: El hacer muchos libros es algo sin fin, y el
mucho estudio fatiga el cuerpo.
13 La conclusión de todo el discurso oído es esta: Teme a Dios y guarda sus mandamientos,
pues esto es el todo del hombre. 14 Porque Dios traerá a juicio toda acción junto con todo lo
escondido, sea bueno o sea malo
Isaías 5
Reina Valera Actualizada
Parábola de la viña
2 La había desherbado y despedregado. Luego había plantado en ella vides escogidas.
y también había labrado un lagar. Esperaba que diera uvas buenas, pero dio uvas silvestres.
7 Ciertamente la viña del SEÑOR de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá
son su placentero vergel. Esperaba el derecho, y he aquí la vileza; esperaba la justicia, y he aquí
el clamor.
8 ¡Ay de los que juntan casa con casa y acercan campo con campo, hasta que ya no queda más
espacio, y así terminan habitando ustedes solos en medio de la tierra! 9 El SEÑOR de los
Ejércitos ha jurado[a] en mis oídos: “Ciertamente muchas casas han de quedar desoladas; casas
grandes y hermosas quedarán sin habitantes. 10 Una viña de cuatro hectáreas producirá tan
solo veintidós litros, y doscientos kilos de semilla producirán tan solo veinte kilos”.
Isaías 44
Reina Valera Actualizada
44 “Y ahora escucha, oh Jacob, siervo mío; y tú, oh Israel, a quien yo escogí. 2 Así ha dicho el
SEÑOR, tu Hacedor, el que te formó desde el vientre y el que te ayudará: No temas, oh siervo
mío Jacob; y tú, oh Jesurún, a quien yo escogí. 3 Porque yo derramaré aguas sobre el suelo
sediento, y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tus descendientesc, y mi
bendición sobre tus vástagos. 4 Brotarán comod entre la hierba, como los sauces junto a las
corrientes de las aguas. 5 Este dirá: ‘Yo soy del SEÑOR’, ese será llamado por el nombre de
Jacob, y aquel escribirá sobre su mano: ‘Del SEÑOR’, y será llamado con el nombre de
Israel”. 6 Así ha dicho el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los Ejércitos: “Yo
soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios.
Isaías 41
Reina Valera Actualizada
41 “¡Guarden silencio ante mí, oh costas; y renueven fuerzas las naciones! Acérquense y
entonces hablen. Acerquémonos juntos para juicio. 2 ¿Quién despertó del oriente al que para
justicia convocó ante sus pies? Entregará delante de él las naciones, de modo que tenga
dominio sobre los reyes. Los convertirá en polvo con su espada; y con su arco, en paja
arrebatada. 3 Los perseguirá y pasará en paz por una senda donde sus pies nunca habían
caminado. 4 ¿Quién ha hecho y realizado esto, llamando a las generaciones desde el principio?
Yo el SEÑOR soy el primero, y yo mismo estoy con los últimos”.
5 Las costas han visto y temen. Los confines de la tierra tiemblan; se congregan y
acuden. 6 Cada cual ayuda a su compañero y dice a su hermano: “¡Esfuérzate!”. 7 El escultor
anima al platero, y el que alisa con martillo dice al que golpea en el yunque, con respecto a la
soldadura: “¡Está bien!”. Luego lo afirma con clavos para que no se tambalee.
Isaías 44
Reina Valera Actualizada
21 “Acuérdate de estas cosas, oh Jacob; y tú, oh Israel, porque eres mi siervo. Yo te formé; tú
eres mi siervo. Oh Israel, no me olvides. 22 He borrado como niebla tus rebeliones, y como
nube tus pecados. Vuelve a mí, porque yo te he redimido”. Isaías 49
Reina Valera Actualizada
5 Y ahora el SEÑOR —quien me formó desde el vientre para ser su siervo, a fin de hacer que
Jacob volviera a él y lograr que Israel se adhiriera a él, pues yo soy estimado en los ojos del
SEÑOR, y mi Dios es mi fortaleza— 6 dice: “Poca cosa es que tú seas mi siervo para levantar a
las tribus de Israel y restaurar a los sobrevivientes de Israel. Yo te pondré como luz para las
naciones, a fin de que seas mi salvación hasta el extremo de la tierra”.
¡Regocíjate, oh tierra!
a su pueblo
22 Así ha dicho el SEÑOR Dios[c]: “He aquí, yo alzaré mi mano hacia las naciones, y
levantaré mi bandera a los pueblos. Ellos traerán en su seno a tus hijos, y tus hijas serán traídas
en hombros. 23 Reyes serán tus tutores, y sus princesas tus nodrizas. Con el rostro a tierra se
postrarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Así sabrás que yo soy el SEÑOR, y que los que
esperan en mí no serán avergonzados”.
24 ¿Le será quitado el botín al valiente guerrero? ¿Será librado el cautivo de las manos de un
tirano[d]? 25 Pues así ha dicho el SEÑOR: “Ciertamente el cautivo le será quitado al
valiente guerrero, y el botín será librado del tirano. Yo contenderé con los que
contienden contra ti, y yo salvaré a tus hijos. 26 A los que te oprimen, los haré
comer sus propias carnes; se embriagarán con su propia sangre, como con vino
nuevo. Y sabrá todo mortal que yo soy el SEÑOR tu Salvador, tu Redentor, el
Fuerte de Jacob”.
Isaías 50
Exhortación a ser fiel al Señor
1 
 Así ha dicho el SEÑOR: “¿Dónde está la carta de divorcio de su madre, con la cual
yo la he repudiado? ¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien los he vendido?e. He
aquí que por sus maldades fueron vendidos, y por sus rebeliones su madre fue
repudiada.
2
  “¿Por qué vine, y nadie apareció? ¿Por qué llamé, y nadie respondió? ¿Acaso es
demasiado corto mi brazo[a] que no pueda rescatar? ¿Acaso no hay en mí fuerzas para
librar? He aquí que con mi reprensión haré que el mar se seque; convertiré los ríos en
desierto hasta que se pudran sus peces y se mueran de sed por falta de agua.  3 Yo
vestiré de oscuridad los cielos, y les pondré cilicio como cobertura”.
4
  El SEÑOR Dios[b] me ha dado una lengua adiestrada para saber responder palabra
al cansado. Me despierta cada mañana; cada mañana despierta mi oído para que yo
escuche, como los que son adiestrados. 5 El SEÑOR Dios[c] me abrió el oído, y no fui
rebelde ni me volví atrás. 6 Entregué mis espaldas a los que me golpeaban, y mis
mejillas a los que me arrancaban la barba. No escondí mi cara de las afrentas ni de los
escupitajos. 7 Porque el SEÑOR Dios[d] me ayuda, no he sido confundido. Por eso
puse mi rostro firme como un pedernal y sé que no seré avergonzado.
8 Cercano está a mí el que me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Comparezcamos
juntos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. 9 He aquí que el SEÑOR
Dios[e] me ayudará; ¿quién me podrá condenar? He aquí que todos ellos se
envejecerán como un vestido, y se los comerá la polilla.
Isaías 55
Llamado a aceptar el don del Señor
1 “Oh, todos los sedientos, ¡vengan a las aguas! Y los que no tienen dinero,
¡vengan, compren y coman! Vengan, compren sin dinero y sin precio vino y
leche. 2 ¿Por qué gastan el dinero en lo que no es pan, y su trabajo en lo que
no satisface? Óiganme atentamente y coman del bien, y su alma se deleitará
con manjares. 3 Inclinen sus oídos y vengan a mí; escuchen, y vivirá su alma.
Yo haré con ustedes un pacto eterno, las fieles misericordias demostradas a
Davidf. 4 He aquí que yo lo he puesto como testigo a los pueblos, como jefe y
comandante de los pueblos. 5 He aquí, llamarás a naciones que no conocías, y
naciones que no te conocían correrán hacia ti, por causa del SEÑOR tu Dios, el
Santo de Israel, que te ha llenado de gloria”.
6 ¡Busquen al SEÑOR mientras puede ser hallado! ¡Llámenlo en tanto que está
cercano! 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos.
Vuélvase al SEÑOR, quien tendrá de él misericordia; y a nuestro Dios, quien
será amplio en perdonar. 8 “Porque mis pensamientos no son sus
pensamientos ni sus caminos son mis caminos, dice el SEÑOR. 9 Como son
más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que sus
caminos, y mis pensamientos más altos que sus pensamientos. 10 Porque como
la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sino después de haber
saciado la tierra y de haberla hecho germinar, producir y dar semilla al que
siembra y pan al que come, 11 así será mi palabra que sale de mi boca: No
volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello
para lo cual la envié. 12 Ciertamente, con alegría saldrán y en paz se irán[a].
Los montes y las colinas irrumpirán en cánticos delante de ustedes, y todos los
árboles del campo aplaudirán. 13 En lugar del espino crecerá el ciprés; y en
lugar de la ortiga, el mirto. Esto servirá de renombre al SEÑOR, y de señal
eterna que nunca será borrada”.
Isaías 59
Reina Valera Actualizada
Lo que separa al pueblo de su Dios
59 He aquí que la mano del SEÑOR no se ha acortado para salvar, ni su oído
se ha ensordecido para oír. 2 Las iniquidades de ustedes son las que hacen
separación entre ustedes y su Dios. Sus pecados han hecho que su rostro se
oculte de ustedes para no escuchar
Jeremías 2
22 El SEÑOR Dios[c] dice: “Aunque te laves con lejía y amontones jabón sobre
ti, la mancha de tu pecado permanecerá delante de mí. 23 ¿Cómo puedes decir:
‘No estoy contaminada; nunca anduve tras los Baales’? Mira tu proceder en el
valle; reconoce lo que has hecho, oh camellita liviana que entrecruza sus
caminos. 24 Eres un asna montés, acostumbrada al desierto, que en el ardor de
su deseo olfatea el viento. Estando en su celo, ¿quién la detendrá? Todos los
que la busquen no tendrán que fatigarse, pues la hallarán en su ardor. 25 ¡Evita
que tus pies anden descalzos y que tu garganta tenga sed! Pero dijiste: ‘¡No, es
inútil! Porque amo a los extraños, y tras ellos he de ir’
Jeremías 15
Reina Valera Actualizada
19 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR:
—Si tú vuelves, yo te restauraré, y estarás de pie delante de mí; y si separas lo
precioso de lo vil, serás mi portavoz. ¡Que ellos se vuelvan a ti; pero tú no te
vuelvas a ellos! 20 Te pondré ante este pueblo como un muro fortificado de
bronce. Lucharán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estaré contigo para
salvarte y librarte, dice el SEÑOR. 21 Te libraré de la mano de los malos y te
rescataré de la mano de los tiranos.
Jeremías 22
Reina Valera Actualizada
Profecía acerca de Salum
22 
24 “¡Vivo yo, dice el SEÑOR, que si tú, Joaquín[c] hijo de Joacim, rey de Judá,
fueras el anillo de sellar en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría! 25 Te
entregaré en mano de los que buscan tu vida, en mano de aquellos cuya
presencia temes, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de
los caldeos. Jeremías 31
Reina Valera Actualizada
31  Profecía acerca del retorno a Sion
3 El SEÑOR me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: “Con amor
eterno te he amado; por tanto, te he prolongado mi misericordia. 4 Otra vez he
de edificarte, y serás edificada, oh virgen de Israel. Otra vez serás adornada con
tus panderos y saldrás en las danzas de los que se regocijan.
Ezequiel 33
33 Esperanza para el pecador
’. 11 Diles: ¡Vivo yo, que no quiero la muerte del impío, sino que el impío se
aparte de su camino y viva!, dice el SEÑOR Dios[a]. ¡Apártense, apártense de
sus malos caminos! ¿Por qué morirán, oh casa de Israel?
Daniel 7
Las cuatro bestias
. 25 Él hablará palabras contra el Altísimo y oprimirá a los santos del Altísimo.
Intentará cambiar las festividades y la ley; en su mano serán entregadas durante
un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo. 
Daniel 8
El carnero y el macho cabrío
12 Por medio de la rebelión le fue entregado el ejército junto con el sacrificio
continuo, y él echó por tierra la verdad; hizo cuanto quiso y fue prosperado.
Habacuc 2
2 »En mi guardia estaré de pie y sobre la fortaleza estaré firme. Vigilaré para
ver qué dirá y qué tiene que responder a mi queja.
Ayes contra los caldeos
2 Entonces el SEÑOR me respondió diciendo:
—Escribe la visión y grábala claramente en tablas para que corra el que las
lea. 3 Aunque por un tiempo la visión tarde en cumplirse, al fin ella hablará y
no defraudará. Aunque tarde, espéralo; pues sin duda vendrá y no
tardará. 4 He aquí, aquel cuya alma no es recta dentro de sí está envanecido,
pero el justo por su fe vivirá.
Sofonías 1
Castigo de Judá en el día del SEÑOR
7 ¡Callen ante la presencia del SEÑOR Dios[b], porque el día del SEÑOR está
cercano! El SEÑOR ha preparado un sacrificio y ha escogido a sus invitados.
Mateo 1
Reina Valera Actualizada
Genealogía de Jesucristo
1 Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.
2 Abraham engendró a Isaac;
Isaac engendró a Jacob;
Jacob engendró a Judá
y a sus hermanos;
3 Judá engendró de Tamar a Fares
y a Zéraj;
Fares engendró a Hesrón;
Hesrón engendró a Aram;
4 Aram engendró a Aminadab; Aminadab engendró a Najsón; Najsón
engendró a Salmón;
5 Salmón engendró de Rajab a Boaz; Boaz engendró de Rut a Obed; Obed
engendró a Isaí;
6 Isaí engendró al rey David.
David engendró a Salomón,
de la que fue mujer de Urías;
7 Salomón engendró a Roboam; Roboam engendró a Abías;
Abías engendró a Asa;
8 Asa engendró a Josafat;
Josafat engendró a Joram;
Joram engendró a Uzías;
9 Uzías engendró a Jotam;
Jotam engendró a Acaz;
Acaz engendró a Ezequías;
10 Ezequías engendró a Manasés; Manasés engendró a Amón;
Amón engendró a Josías;
11 Josías engendró a Jeconíasa y a sus hermanos en el tiempo de
la deportación a Babilonia.
12 Después de la deportación a Babilonia,
Jeconíasa engendró a Salatiel;
Salatiel engendró a Zorobabel;
13 Zorobabel engendró a Abiud; Abiud engendró a Eliaquim;
Eliaquim engendró a Azor;
14 Azor engendró a Sadoc;
Sadoc engendró a Aquim;
Aquim engendró a Eliud;
15 Eliud engendró a Eleazar;
Eleazar engendró a Matán;
Matán engendró a Jacob.
16 Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el
Cristo.
17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son
catorce generaciones, y desde David hasta la deportación a Babilonia son
catorce generaciones, y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo son
catorce generaciones.
Nacimiento de Jesucristo
18 El nacimiento de Jesucristo fue así: Su madre María estaba desposada con
José; y antes de que se unieran se halló que ella había concebido del Espíritu
Santo. 19 José, su marido, como era justo y no quería difamarla, se propuso
dejarla secretamente. 20 Mientras él pensaba en esto, he aquí un ángel del
Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a
María tu mujer, porque lo que ha sido engendrado en ella es del Espíritu
Santo. 21 Ella dará a luz un hijo; y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará
a su pueblo de sus pecados”.
Mateo 2
Reina Valera Actualizada
La adoración de los magos
2 Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos
magos vinieron del oriente a Jerusalén 2 preguntando:
—¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su
estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.
3 Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4 Y
habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del
pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron:
—En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, en la tierra de Judá,
de ninguna manera eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá;
porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel[a].
7 Entonces Herodes llamó en secreto a los magos e indagó de ellos el tiempo
de la aparición de la estrella. 8 Y enviándolos a Belén, les dijo:
—Vayan y averigüen con cuidado acerca del niño. Tan pronto lo hallen,
háganmelo saber, para que yo también vaya y lo adore.
9 Ellos, después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto
en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde
estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. 11 Cuando
entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose lo
adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro,
incienso y mirra. 12 Pero, advertidos por revelación en sueños que no volvieran
a Herodes, regresaron a su país por otro camino.
La huida a Egipto
13 Después que ellos partieron, he aquí un ángel del Señor se le apareció en
sueños a José diciendo: “Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto.
Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para
matarlo”.
14 Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a
Egipto. 15 Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo
que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi
hijo[b].
La masacre de los niños
16 Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enojó sobremanera y
mandó matar a todos los niños varones en Belén y en todos sus alrededores, de
dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado de los
magos. 17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías,
diciendo:
18 Voz fue oída en Ramá;
grande llanto[c] y lamentación.
Raquel lloraba por sus hijos,
y no quería ser consolada,
porque perecieron[d].
El regreso de Egipto
19 Cuando hubo muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor se le apareció en
sueños a José en Egipto 20 diciendo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y
ve a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban quitar la vida al
niño”.
21 Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de
Israel. 22 Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre
Herodes, tuvo miedo de ir allá y, advertido por revelación en sueños, fue a las
regiones de Galilea. 23 Habiendo llegado, habitó en la ciudad que se llama
Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que había de ser
llamado nazareno
Mateo 5
Reina Valera Actualizada
El Sermón del monte
5 Cuando vio la multitud, subió al monte y, al sentarse él, se le acercaron sus
discípulos. 2 Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
Las bienaventuranzas
3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos.
4 “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
5 “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados.
7 “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.
8 “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9 “Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de
Dios.
10 “Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos.
11 “Bienaventurados son cuando los vituperen y los persigan, y digan toda
clase de mal contra ustedes por mi causa, mintiendo. 12 Gócense y alégrense,
porque su recompensa es grande en los cielos; pues así persiguieron a los
profetas que fueron antes de ustedes.
La sal de la tierra y la luz del mundo
13 “Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué será
salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y pisoteada por los
hombres.
14 “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no
puede ser escondida. 15 Tampoco se enciende una lámpara para ponerla debajo
de un cajón, sino sobre el candelero; y así alumbra a todos los que están en la
casa. 16 Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que
vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
El verdadero cumplimiento de la Ley
17 “No piensen que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido
para abrogar, sino para cumplir. 18 De cierto les digo que hasta que pasen el
cielo y la tierra ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo
haya sido cumplido.
19 “Por lo tanto, cualquiera que quebrante el más pequeño de estos
mandamientos y así enseñe a los hombres, será considerado el más pequeño en
el reino de los cielos. Pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será
considerado grande en el reino de los cielos. 20 Porque les digo que a menos
que su justicia sea mayor que la de los escribas y de los fariseos, jamás entrarán
en el reino de los cielos.
Acerca de la ira
21 “Ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: No cometerás homicidio[a];
y cualquiera que comete homicidio será culpable en el juicio. 22 Pero yo les
digo que todo el que se enoje con su hermano será culpable en el juicio.
Cualquiera que le llame a su hermano ‘necio’ será culpable ante el Sanedrín; y
cualquiera que le llame[b] ‘fatuo’ será expuesto al infierno de fuego.
23 “Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu
hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda.
25 “Reconcíliate pronto con tu adversario mientras estás con él en el camino;
no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y seas echado
en la cárcel. 26 De cierto te digo que jamás saldrás de allí hasta que pagues el
último centavo.
Acerca del adulterio
27 “Ustedes han oído que fue dicho: No cometerás adulterio[c]. 28 Pero yo les
digo que todo el que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en
su corazón. 29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo
de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus miembros y no que todo
tu cuerpo sea echado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer,
córtala y échala de ti. Porque es mejor para ti que se pierda uno de tus
miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
31 “También fue dicho: Cualquiera que despide a su mujer, dele carta de
divorcio[d]. 32 Pero yo les digo que todo aquel que se divorcia de su mujer, a
no ser por causa de inmoralidad sexual, hace que ella cometa adulterio. Y el
que se casa con la mujer divorciada comete adulterio.
Acerca de los juramentos
33 “Además, ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: No jurarás
falsamente; sino que cumplirás al Señor tus juramentos[e]. 34 Pero yo les digo:
No juren en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni
por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la
ciudad del Gran Rey. 36 No jurarás ni por tu cabeza, porque no puedes hacer
que un cabello sea ni blanco ni negro. 37 Pero sea su hablar, ‘sí’, ‘sí’, y ‘no’, ‘
no’. Porque lo que va más allá de esto, procede del mal[f].
Acerca de la venganza
38 “Ustedes han oído que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por
diente[g]. 39 Pero yo les digo: No resistan al malo. Más bien, a cualquiera que
te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40 Y al que quiera
llevarte a juicio y quitarte la túnica, déjale también el manto. 41 A cualquiera
que te obligue a llevar carga por un kilómetro, ve con él dos. 42 Al que te pida,
dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues.
Acerca del amor al prójimo
43 “Ustedes han oído que fue dicho: Amarás a tu prójimo[h] y aborrecerás a tu
enemigo. 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos[i] y oren por los que[j] les
persiguen; 45 de modo que sean hijos de su Padre que está en los cielos,
porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e
injustos. 46 Porque si aman a los que les aman, ¿qué recompensa tendrán? ¿No
hacen lo mismo también los publicanos? 47 Y si saludan solamente a sus
hermanos, ¿qué hacen de más? ¿No hacen eso mismo los gentiles? 48 Sean,
pues, ustedes perfectos, como su Padre que está en los cielos es perfecto.
Mateo 10
Las persecuciones venideras
16 “He aquí, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos
como serpientes y sencillos como palomas. 17 Guárdense de los hombres,
porque los entregarán a los tribunales y en sus sinagogas los azotarán. 18 Serán
llevados aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a
ellos y a los gentiles. 19 Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o
qué hablarán, porque les será dado en aquella hora lo que han de
decir. 20 Pues no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que
hablará en ustedes
Mateo 24
Reina Valera Actualizada
La inminente destrucción del templo
Falsos cristos y falsos profetas
24 Porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán grandes señales
y maravillas de tal manera que engañarán, de ser posible, aun a los
escogidos. 25 ¡Miren! Se los he dicho de antemano. 26 Así que, si les dicen:
“Miren, está en el desierto”, no salgan; o “Miren, está en las habitaciones
interiores”, no lo crean. 27 Porque así como el relámpago sale del oriente y se
muestra hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque
donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
Mateo 28
El soborno de la guardia
19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles que
guarden todas las cosas que les he mandado. Y he aquí, yo estoy con ustedes
todos los días, hasta el fin del mundo[a]
Marcos 7
7 Y en vano me rinden culto, enseñando como doctrina los mandamientos de
hombres8 Porque dejando los mandamientos de Dios, se aferran a la tradición
de los hombres..
}9 Les decía también:
—¡Bien desechan el mandamiento de Dios para establecer su
tradición! 10 Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre[e], y: El que
maldiga a su padre o a su madre muera irremisiblemente[f]. 11 Pero ustedes
dicen que si alguien le dice a su padre o madre: “Aquello con que hubieras sido
beneficiado de parte mía es Corbán” —es decir, una ofrenda a Dios—, 12 ya
no le permiten hacer nada por su padre o su madre. 13 Así invalidan la palabra
de Dios mediante su tradición que han transmitido, y hacen muchas cosas
semejantes a estas.
14 Llamando a sí otra vez a toda la multitud, les decía:
—¡Óiganme todos y entiendan! 15 No hay nada fuera del hombre que, por
entrar en él, lo pueda contaminar. Pero lo que sale del hombre es lo que
contamina al hombre. 16 [g]
17 Cuando entró en casa, aparte de la multitud, sus discípulos le preguntaron
acerca de la parábola. 18 Y les dijo:
—¿Así que también ustedes carecen de entendimiento? ¿No comprenden que
nada de lo que entra en el hombre desde fuera lo puede contaminar? 19 Porque
no entra en su corazón sino en su estómago, y sale a la letrina.
Así declaró limpias todas las comidas. 20 Y decía:
—Lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque desde adentro,
del corazón del hombre, salen los malos pensamientos, las inmoralidades
sexuales, los robos, los homicidios, 22 los adulterios, las avaricias, las maldades,
el engaño, la sensualidad, la envidia, la blasfemia, la insolencia y la
insensatez. 23 Todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre.
La fe de una mujer extranjera
24 Y levantándose, partió de allí para los territorios de Tiro y de Sidón. Y entró
en una casa y no quería que nadie lo supiera pero no pudo esconderse. 25 Más
bien, en seguida oyó de él una mujer cuya hija tenía un espíritu inmundo, y
vino y cayó a sus pies. 26 La mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le
rogaba que echara el demonio fuera de su hija.
27 Pero Jesús le dijo:
—Deja primero que se sacien los hijos, porque no es bueno tomar el pan de los
hijos y echarlo a los perritos.
28 Ella respondió y le dijo:
—Sí, Señor; también los perritos debajo de la mesa comen de las migajas de los
hijos.
29 Entonces él le dijo:
—Por causa de lo que has dicho, ve; el demonio ha salido de tu hija.
30 Y cuando ella se fue a su casa, halló a su hija acostada en la cama y que el
demonio había salido.
Jesús sana a un sordo y tartamudo
31 Al salir de nuevo de los territorios de Tiro, fue por Sidón al mar de Galilea,
atravesando el territorio de Decápolis. 32 Entonces le trajeron un sordo y
tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.
33 Y tomándolo aparte de la multitud, metió los dedos en sus orejas, escupió y
tocó su lengua. 34 Luego, mirando al cielo, suspiró y le dijo:
—¡Efata! (esto es: Sé abierto).
35 Y de inmediato fueron abiertos sus oídos y desatada la ligadura de su
lengua, y hablaba bien. 36 Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto
más les mandaba, tanto más lo proclamaban. 37 Se maravillaban sin medida,
diciendo:
—¡Todo lo ha hecho bien! Aun a los sordos hace oír, y a los mudos hablar.
Marcos 8
Reina Valera Actualizada
Jesús alimenta a cuatro mil
Los fariseos piden una señal
12 Él suspiró profundamente en su espíritu y dijo: “¿Por qué pide esta
generación una señal? De cierto les digo que a esta generación no se le dará
ninguna señal”.
Marcos 9
Reina Valera Actualizada
9 La transfiguración
3 Sus vestiduras se hicieron resplandecientes, muy blancas[a], tanto que ningún
lavandero en la tierra las puede dejar tan blancas. 
Marcos 13
Reina Valera Actualizada
La inminente destrucción del templo 
9 »Pero ustedes miren por ustedes mismos. Porque los entregarán en los
concilios, y serán azotados en las sinagogas. Por mi causa serán llevados
delante de gobernadores y de reyes, para testimonio a ellos. 10 Es necesario que
primero el evangelio sea predicado a todas las naciones. 11 Cuando los lleven
para entregarlos, no se preocupen por lo que tengan que decir. Más bien,
hablen lo que les sea dado en aquella hora; porque no son ustedes los que
hablan sino el Espíritu Santo. 12 El hermano entregará a muerte a su hermano,
y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán
morir. 13 Y ustedes serán aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero
el que persevere hasta el fin, este será salvo.
Marcos 14
Reina Valera Actualizada
Acuerdo para matar a Jesús.
La Cena del Señor
22 Mientras ellos comían, Jesús tomó pan y lo bendijo; lo partió, les dio y dijo:
—Tomen; esto es mi cuerpo.
23 Tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio y bebieron todos de
ella. 24 Y él les dijo:
—Esto es mi sangre del pacto[a], la cual es derramada a favor de
muchos. 25 De cierto les digo que no beberé más del fruto de la vid hasta aquel
día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios
Marcos 16
Reina Valera Actualizada
La resurrección de Jesús
16 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María madre de Jacobo y Salomé
compraron especias aromáticas para ir a ungirle. 2 Muy de mañana, el primer
día de la semana, fueron al sepulcro apenas salido el sol, 3 y se decían una a la
otra:
—¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?
4 Pero cuando miraron, vieron que la piedra ya había sido removida, a pesar de
que era muy grande. 5 Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven
sentado al lado derecho, vestido de una larga ropa blanca, y se
asustaron. 6 Pero él les dijo:
—No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, quien fue crucificado. ¡Ha
resucitado! No está aquí. He aquí el lugar donde lo pusieron. 7 Pero vayan,
digan a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo
verán, como les dijo.
8 Ellas salieron y huyeron del sepulcro, porque temblaban y estaban presas de
espanto. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo[a].
Una conclusión del Evangelio
9 [Una vez resucitado Jesús, muy de mañana en el primer día de la semana,
apareció primeramente a María Magdalena de la cual había echado siete
demonios. 10 Ella fue y lo anunció a los que habían estado con él, que estaban
tristes y lloraban. 11 Pero cuando ellos oyeron que estaba vivo y que había sido
visto por ella, no lo creyeron.
12 Después apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando hacia el
campo. 13 Ellos fueron y lo anunciaron a los demás, pero tampoco a ellos les
creyeron.
14 Luego apareció a los once cuando estaban sentados a la mesa, y les
reprendió por su incredulidad y dureza de corazón porque no habían creído a
los que lo habían visto resucitado.
15 Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda
criatura. 16 El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será
condenado. 17 Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán
fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes en las
manos[b], y si llegan a beber cosa venenosa no les dañará. Sobre los enfermos
pondrán sus manos, y sanarán”.
19 Después que les habló, el Señor Jesús fue recibido arriba en el cielo y se
sentó a la diestra de Dios. 20 Y ellos salieron y predicaron en todas partes,
actuando con ellos el Señor y confirmando la palabra con las señales que
seguían
Lucas 1
Reina-Valera 1995
1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas
que entre nosotros han sido ciertísimas, 2 tal como nos las enseñaron los que
desde el principio las vieron con sus ojos y fueron ministros de la palabra, 3 me
ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las
cosas desde su origen, escribírtelas por orden, excelentísimo Teófilo, 4 para que
conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.
Lucas 9
Reina-Valera 1995
Misión de los doce discípulos
9 Reuniendo a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los
demonios y para sanar enfermedades. 2 Y los envió a predicar el reino de Dios
y a sanar a los enfermos. 3 Les dijo:
—No toméis nada para el camino: ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni
llevéis dos túnicas. 4 En cualquier casa donde entréis, quedad allí, y de allí
salid. 5 Dondequiera que no os reciban, salid de aquella ciudad y sacudid el
polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.
Lucas 13
Reina-Valera 1995
Jesús sana a una mujer en sábado
10 Enseñaba Jesús en una sinagoga en sábado, 11 y había allí una mujer que
desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada y
en ninguna manera se podía enderezar. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le
dijo:
—Mujer, eres libre de tu enfermedad.
13 Puso las manos sobre ella, y ella se enderezó al momento y glorificaba a
Dios. 14 Pero el alto dignatario de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiera
sanado en sábado, dijo a la gente:
—Seis días hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y
no en sábado.
Lucas 24
Reina-Valera 1995
25 Entonces él les dijo:
¡Insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han
dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en
su gloria?
27 Y comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.
1 Juan 1
Reina-Valera 1995
1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con
nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al
Verbo de vida 2 —pues la vida fue manifestada y la hemos visto, y testificamos
y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó
—, 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros
tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el
Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Estas cosas os escribimos para que vuestro
gozo sea completo.
1 Juan 3
Reina-Valera 1995
Hijos de Dios
16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el
que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad y cierra
contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no
amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
1 Juan 4
Reina-Valera 1995
El Espíritu de Dios y el espíritu del anticristo
Dios es amor
7 Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que
ama es nacido de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha conocido a
Dios, porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con
nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos
por él. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios,
sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en propiciación por
nuestros pecados
Hechos 1
Reina-Valera 1995
Elección del sucesor de Judas
15 En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (los reunidos
eran como ciento veinte en número), y dijo:
16 —Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura que el Espíritu
Santo, por boca de David, había anunciado acerca de Judas, que fue guía de los
que prendieron a Jesús, 17 y era contado con nosotros y tenía parte en este
ministerio. 18 Éste, pues, que había adquirido un campo con el salario de su
iniquidad, cayó de cabeza y se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se
derramaron. 19 Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera
que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama (que significa
“Campo de sangre”), 20 porque está escrito en el libro de los Salmos:
»“Sea hecha desierta su habitación
y no haya quien more en ella”,
»y:
»“Tome otro su oficio.”
21 »Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con
nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre
nosotros, 22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de
entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho con nosotros testigo de su
resurrección.
Hechos 12
Reina-Valera 1995
Jacobo, muerto; Pedro, encarcelado
12 En aquel mismo tiempo, el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia
para maltratarlos. 2 Mató a espada a Jacobo, hermano de Juan, 3 y al ver que
esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran
entonces los días de los Panes sin levadura. 4 Tomándolo preso, lo puso en la
cárcel, entregándolo a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que lo
vigilaran; y se proponía sacarlo al pueblo después de la Pascua. 5 Así que Pedro
estaba custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por
él.
Pedro es librado de la cárcel
6 Cuando Herodes lo iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro
durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de
la puerta custodiaban la cárcel. 7 Y se presentó un ángel del Señor y una luz
resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, lo despertó,
diciendo: «Levántate pronto.» Y las cadenas se le cayeron de las manos. 8 Le
dijo el ángel: «Cíñete y átate las sandalias.» Él lo hizo así. Y le dijo: «Envuélvete
en tu manto y sígueme.»
Hechos 26
Reina-Valera 1995
Defensa de Pablo ante Agripa
26 Entonces Agripa dijo a Pablo:
—Se te permite hablar por ti mismo.
Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó así su defensa:
2 —Me tengo por dichoso, rey Agripa, de que pueda defenderme hoy delante
de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos. 3 Mayormente
porque tú conoces todas las costumbres y cuestiones que hay entre los judíos;
por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
Vida anterior de Pablo
4 »Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi
nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; 5 los cuales también saben
que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa
secta de nuestra religión viví como fariseo. 6 Ahora, por la esperanza de la
promesa que hizo Dios a nuestros padres, soy llamado a juicio; 7 promesa cuyo
cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo
constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, rey Agripa, soy
acusado por los judíos. 8 ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios
resucite a los muertos?
Pablo el perseguidor
9 »Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre
de Jesús de Nazaret; 10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en
cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales
sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. 11 Y muchas veces,
castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y, enfurecido
sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.
Pablo relata su conversión
12 »Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes especiales y en comisión
de los principales sacerdotes, 13 cuando a mediodía, rey, yendo por el camino,
vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí
y a los que iban conmigo. 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una
voz que me hablaba y decía en lengua hebrea: “Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.” 15 Yo entonces dije:
“¿Quién eres, Señor?” Y el Señor dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú
persigues. 16 Pero levántate y ponte sobre tus pies, porque para esto he
aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y
de aquellas en que me apareceré a ti, 17 librándote de tu pueblo y de los
gentiles, a quienes ahora te envío 18 para que abras sus ojos, para que se
conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios; para que
reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los
santificados.”
Pablo obedece a la visión
19 »Por lo cual, rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, 20 sino que
anuncié primeramente a los que están en Damasco y Jerusalén, y por toda la
tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintieran y se convirtieran a Dios,
haciendo obras dignas de arrepentimiento. 21 Por causa de esto los judíos,
prendiéndome en el Templo, intentaron matarme. 22 Pero habiendo obtenido
auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy dando testimonio a pequeños y a
grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron
que habían de suceder: 23 Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de
la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.
Pablo insta a Agripa a que crea
24 Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo:
—¡Estás loco, Pablo! ¡Las muchas letras te vuelven loco!
25 Pero él dijo:
—No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de
cordura. 26 El rey, delante de quien también hablo con toda confianza, sabe
estas cosas, pues no pienso que ignora nada de esto, porque no se ha hecho
esto en algún rincón. 27 ¿Crees, rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.
28 Entonces Agripa dijo a Pablo:
—Por poco me persuades a hacerme cristiano.
29 Y Pablo dijo:
—¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también
todos los que hoy me oyen, fuerais hechos tales cual yo soy, excepto estas
cadenas!
30 Cuando dijo estas cosas, se levantaron el rey, el gobernador, Berenice y los
que se habían sentado con ellos; 31 y cuando se retiraron aparte, hablaban
entre sí, diciendo:
—Ninguna cosa digna de muerte ni de prisión ha hecho este hombre.
32 Y Agripa dijo a Festo:
—Este hombre podría ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.
Romanos 5
Reina-Valera 1995
Resultados de la justificación
5 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo, 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia
en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de
Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la
prueba, esperanza; 5 y la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios
ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue
dado.
Romanos 6
Reina-Valera 1995
Muertos al pecado
6 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia
abunde? 2 ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado,
¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?, 4 porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva.
5 Si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así
también lo seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo
hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea
destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado, 7 porque, el que ha muerto
ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también
viviremos con él, 9 y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos,
ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 En cuanto murió, al
pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así
también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo Jesús, Señor nuestro.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo
obedezcáis en sus apetitos; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al
pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a
Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como
instrumentos de justicia. 14 El pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no
estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.
Romanos 7
Reina-Valera 1995
Analogía tomada del matrimonio
 19 No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si
hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que está en mí.
Romanos 8
Reina-Valera 1995
18 Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables
con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse, 19 porque el anhelo
ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de
Dios. 20 La creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino
por causa del que la sujetó en esperanza. 21 Por tanto, también la creación
misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los
hijos de Dios. Romanos 10
Reina-Valera 1995
10 Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios es por
la salvación de Israel, 2 porque yo soy testigo de que tienen celo por Dios, pero
no conforme al verdadero conocimiento. 3 Ignorando la justicia de Dios y
procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de
Dios, 4 pues el fin de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.
5 Moisés escribe así de la justicia que es por la Ley: «El hombre que haga estas
cosas vivirá por ellas.» 6 Pero de la justicia que es por la fe, dice así: «No digas
en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” (Esto es, para traer abajo a
Cristo.) 7 Ni digas, “¿quién descenderá al abismo?” (Esto es, para hacer subir a
Cristo de entre los muertos.)» 8 Pero ¿qué dice?: «Cerca de ti está la palabra,
en tu boca y en tu corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: 9 Si
confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo
levantó de entre los muertos, serás salvo, 10 porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
11 La Escritura dice: «Todo aquel que en él cree, no será
defraudado», 12 porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo
que es Señor de todos, es rico para con todos los que lo invocan; 13 ya que
todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo.
14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán
en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les
predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito:
«¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian
buenas nuevas!»
16 Pero no todos obedecieron al evangelio, pues Isaías dice: «Señor, ¿quién ha
creído a nuestro anuncio?» 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra
de Dios.
18 Pero yo pregunto: ¿Acaso no han oído? Antes, bien,
«Por toda la tierra ha salido la voz de ellos
y hasta los fines de la tierra sus palabras.»
19 También pregunto: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice:
«Yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo;
con pueblo insensato os provocaré a ira.»
20 E Isaías dice resueltamente:
«Fui hallado por los que no me buscaban;
me manifesté a los que no preguntaban por mí.»
21 Pero acerca de Israel dice: «Todo el día extendí mis manos a un pueblo
desobediente y rebelde.»
1 Corintios 4
Reina-Valera 1995
El ministerio de los apóstoles
4 Por tanto, que los hombres nos consideren como servidores de Cristo y
administradores de los misterios de Dios. 2 Ahora bien, lo que se requiere de
los administradores es que cada uno sea hallado fiel. 3 En cuanto a mí, en muy
poco tengo el ser juzgado por vosotros o por tribunal humano. ¡Ni aun yo
mismo me juzgo! 
1 Corintios 11
Reina-Valera 1995
11 Sed imitadores míos, así como yo lo soy de Cristo.
Institución de la Cena del Señor
23 Yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la
noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y
dijo: «Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto
en memoria de mí.» 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber
cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas
las veces que la bebáis, en memoria de mí.» 26 Así pues, todas las veces que
comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él
venga.
1 Corintios 15
Reina-Valera 1995
 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte, 27 porque todas las
cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido
sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las
cosas. 28 Pero, luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el
Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea
todo en todos.
2 Corintios 5
Reina-Valera 1995
5 Sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshace,
tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha por manos, eterna, en los
cielos. 2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella
nuestra habitación celestial, 3 pues así seremos hallados vestidos y no
desnudos. 4 Asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con
angustia, pues no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo
mortal sea absorbido por la vida. 5 Pero el que nos hizo para esto mismo es
Dios, quien nos ha dado el Espíritu como garantía.
Gálatas 5
Reina-Valera 1995
Las obras de la carne y el fruto del Espíritu
16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la
carne, 17 porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es
contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisierais. 18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la
Ley. 19 Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, lujuria, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, divisiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y
cosas semejantes a éstas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho
antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Efesios 5
Reina-Valera 1995
Andad como hijos de luz
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se
entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el
lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una
iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que
fuera santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus
mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se
ama, 29 pues nadie odió jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo
cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su
cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y
a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. 32 Grande es
este misterio, pero yo me refiero a Cristo y a la iglesia. 33 Por lo demás, cada
uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a
su marido.
Efesios 6
Reina-Valera 1995
La armadura de Dios
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en su fuerza
poderosa. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes
contra las asechanzas del diablo, 12 porque no tenemos lucha contra sangre y
carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de
las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que
podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la
coraza de justicia 15 y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de
la paz. 16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los
dardos de fuego del maligno. 17 Tomad el yelmo de la salvación, y la espada
del Espíritu, que es la palabra de Dios. 18 Orad en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velad en ello con toda perseverancia y súplica
por todos los santos 19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada
palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 20 por el
cual soy embajador en cadenas, y con denuedo hable de él como debo hablar.
Colosenses 4
Reina-Valera 1995
15 Saludad a los hermanos que están en Laodicea, a Ninfas y a la iglesia que
está en su casa. 16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que
también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis
también vosotros. 17 Decid a Arquipo: «Mira que cumplas el ministerio que
recibiste en el Señor.»
18 Esta salutación es de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones.
La gracia sea con vosotros. Amén.
1 Tesalonicenses 4
Reina-Valera 1995
La vida que agrada a Dios
4 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, de
la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar
a Dios, así abundéis más y más.
2 Ya sabéis las instrucciones que os dimos por el Señor Jesús. 3 La voluntad de
Dios es vuestra santificación: que os apartéis de fornicación; 4 que cada uno de
vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor, 5 no en pasión
desordenada, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 que ninguno agravie
ni engañe en nada a su hermano, porque, como ya os hemos dicho y
testificado, el Señor es vengador de todo esto. 7 Dios no nos ha llamado a
inmundicia, sino a santificación. 8 Así que, el que desecha esto, no desecha a
hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.
1 Timoteo 4
Reina-Valera 1995
Predicción de la apostasía
4 Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios, 2 de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está
cauterizada. 3 Estos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos
que Dios creó para que con acción de gracias participaran de ellos los creyentes
y los que han conocido la verdad, 4 porque todo lo que Dios creó es bueno y
nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias, 5 ya que por la palabra
de Dios y por la oración es santificado.
Tito 1
Reina-Valera 1995
Salutación
1 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe de los
escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es según la piedad, 2 en
la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, prometió esta vida desde
antes del principio de los siglos, 3 y a su debido tiempo manifestó su palabra
por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios,
nuestro Salvador.
4 A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios
Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador.
Hebreos 1
Reina-Valera 1995
El Hijo, superior a los ángeles
5 ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
«Mi Hijo eres tú,
yo te he engendrado hoy»,
ni tampoco:
«Yo seré un padre para él,
y él será un hijo para mí»?
6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
«Adórenlo todos los ángeles de Dios.»
7 Y ciertamente, hablando de los ángeles dice:
«El que hace a sus ángeles espíritus,
y a sus ministros llama de fuego.»
Hebreos 9
Reina-Valera 1995
9 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario
terrenal, 2 pues el Tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte,
llamada el Lugar santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la
proposición. 3 Tras el segundo velo estaba la parte del Tabernáculo llamada el
Lugar santísimo. 4 Allí había un incensario de oro y el Arca del pacto cubierta
de oro por todas partes, en la que había una urna de oro que contenía el maná,
la vara de Aarón que reverdeció y las tablas del pacto. 5 Sobre la urna estaban
los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio. De estas cosas no se
puede ahora hablar en detalle.
Hebreos 10
Reina-Valera 1995
 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre.
11 Ciertamente, todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo
muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los
pecados. 12 Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo
sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios. 13 Allí estará
esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Y
así, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
15 El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho:
16 «Éste es el pacto que haré con ellos
después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
y en sus mentes las escribiré»,
17 añade:
«Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones»,
18 pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.
Exhortación a la fidelidad
19 Así que, hermanos, tenemos libertad para entrar en el Lugar santísimo por
la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través
del velo, esto es, de su carne. 21 También tenemos un gran sacerdote sobre la
casa de Dios. 22 Acerquémonos, pues, con corazón sincero, en plena
certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia y lavados los
cuerpos con agua pura. 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de
nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a
otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, 25 no dejando de
congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y
tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Hebreos 12
Reina-Valera 1995
Puestos los ojos en Jesús
3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí
mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar, 4 pues aún no
habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; 5 y habéis ya
olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
«Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor
ni desmayes cuando eres reprendido por él,
6 porque el Señor al que ama, disciplina,
y azota a todo el que recibe por hijo.»
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es
aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la
cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, no hijos. 9 Por otra
parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los
espíritus, y viviremos? 10 Y aquellos, ciertamente por pocos días nos
disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso,
para que participemos de su santidad. 11 Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados.
Los que rechazan la gracia de Dios
12 Por eso, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas, 13 y haced
sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino,
sino que sea sanado.
14 Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al
Señor. 15 Mirad bien, para que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios, y
para que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine a
muchos. 16 Que no haya ningún fornicario o profano, como Esaú, que por una
sola comida vendió su primogenitura. 17 Ya sabéis que aun después, deseando
heredar la bendición, fue desechado, y no tuvo oportunidad para el
arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
18 No os habéis acercado al monte que se podía palpar y que ardía en fuego, a
la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19 al sonido de la trompeta y a la
voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no les siguiera
hablando, 20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: «Si aun una bestia
toca el monte, será apedreada o asaetada.» 21 Tan terrible era lo que se veía,
que Moisés dijo: «Estoy espantado y temblando.»
22 Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios
vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la
congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. Os habéis
acercado a Dios, Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos
perfectos, 24 a Jesús, Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla
mejor que la de Abel.
25 Mirad que no desechéis al que habla, pues si no escaparon aquellos que
desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si
desechamos al que amonesta desde los cielos. 
Hebreos 13
Reina-Valera 1995
4 Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los
fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora,
pues él dijo: «No te desampararé ni te dejaré.» 6 Así que podemos decir
confiadamente:
«El Señor es mi ayudador; no temeré
lo que me pueda hacer el hombre.»
Santiago 5
Contra los ricos opresores
1
 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os
vendrán. 2 Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas, comidas de
polilla. 3 Vuestro oro y plata están enmohecidos y su moho testificará contra
vosotros y devorará del todo vuestros cuerpos como fuego. Habéis acumulado
tesoros para los días finales. 4 El jornal de los obreros que han cosechado
vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros, clama, y
los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los
ejércitos. 5 Habéis vivido en deleites sobre la tierra y sido libertinos. Habéis
engordado vuestros corazones como en día de matanza. 6 Habéis condenado y
dado muerte al justo, sin que él os haga resistencia.
Sed pacientes y orad
7 
 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el
labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta
que reciba la lluvia temprana y la tardía. 8 Tened también vosotros paciencia y
afirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor se acerca.
9 
 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; el
Juez ya está delante de la puerta. 10 Hermanos míos, tomad como ejemplo de
aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del
Señor. 11 Nosotros tenemos por bienaventurados a los que sufren: Habéis oído
de la paciencia de Job, y habéis visto el fin que le dio el Señor, porque el Señor
es muy misericordioso y compasivo.
Santiago 5
      12 
        Sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo ni por la tierra ni por
ningún otro juramento; sino que vuestro «sí» sea sí, y vuestro «no» sea no, para que
no caigáis en condenación. 13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está
alguno alegre? Cante alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia para que oren por él, ungiéndolo con aceite en el nombre del
Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido
pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos
por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. 17 Elías era
hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no
lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el
cielo dio lluvia y la tierra produjo su fruto. 19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se
ha extraviado de la verdad y alguno lo hace volver, 20 sepa que el que haga volver al
pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma y cubrirá multitud de
pecados.
1 Juan 3
Hijos de Dios
 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para
esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
2 Juan
Espero ir a vosotros
12
  Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por medio de papel
y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea
completo. 13 Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén.
1 Pedro 2
 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1 Pedro 3
Una buena conciencia
8
   En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables. 9 No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar
bendición, 10 porque:
                      «El que quiere amar la vida y ver días buenos,
                                  refrene su lengua de mal
                               y sus labios no hablen engaño;
                            11
                               apártese del mal y haga el bien;
                                 busque la paz y sígala,
                  12
                     porque los ojos del Señor están sobre los justos,
                          y sus oídos atentos a sus oraciones;
           pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.»
2 Pedro 3
El día del Señor vendrá
8
  Pero, amados, no ignoréis que, para el Señor, un día es como mil años y mil años
como un día. 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que
todos procedan al arrepentimiento. 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la
noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán
deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.