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Libros Dominio Público en Google

Este documento contiene tres secciones: 1. Presenta un libro digitalizado de una biblioteca que ha sido escaneado por Google como parte de un proyecto para hacer disponibles libros de todo el mundo en línea. 2. Explica las normas de uso de Google para el proyecto, incluyendo el uso no comercial y la atribución requerida. 3. Describe el objetivo del proyecto de Búsqueda de Libros de Google de organizar información a nivel mundial y hacerla accesible y útil para todos.

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Libros Dominio Público en Google

Este documento contiene tres secciones: 1. Presenta un libro digitalizado de una biblioteca que ha sido escaneado por Google como parte de un proyecto para hacer disponibles libros de todo el mundo en línea. 2. Explica las normas de uso de Google para el proyecto, incluyendo el uso no comercial y la atribución requerida. 3. Describe el objetivo del proyecto de Búsqueda de Libros de Google de organizar información a nivel mundial y hacerla accesible y útil para todos.

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EN

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Biblio
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5730

5130 N.

! Scaft. 900
ART .
Paich . c .
Num .
2.3
LOUIS

VAN

BEETHOVEN

1
Paris. — Imprimé chez Piller tils ainé, rue des Grands-Augustins, 5 .

L01035138
LOUIS

VAN

BEETHOVEN

SA VIE ET SES EUVRES

D'APRÈS LES PLUS RÉCENTS DOCUMENTS

PAR

MME A. AUDLEY

Écrire la biograghie d'un artiste, c'est faire


connaitre, comme homme, celui que ses æuvres
ont déjà fait aimer et honorer comme artiste.
MAX WEBER.
N

IO LA
OTOO

OB LE
NS
E

PARIS
BIBL
LIBRAIRIE ACADÉMIQUE IOTY

DIDIER ET C , LIBRAIRES- ÉDITEURS


QUAI DES GRANDS - AU GOSTINS , 35

1867
Réserve de tous droits.
PRÉFACE

De tout temps, l'Allemagne s'est livrée , et

elle se livre encore chaque jour, à de nom

breux travaux sur ses grands maîtres . Tandis

qu'en France nous les connaissons à peine , et

qu'avec une légèreté qu'on nous reproche à

bon droit, nous acceptons , le plus souvent sans

contrôle , les notions les plus contestables et les


opinions les moins fondées, nos voisins , avec

la patience et la conscience qui les caractéri

sent,'recherchent et commentent , sans jamais

se lasser, la vie et les cuvres de leurs artistes .

Beethoven , par exemple , qui fait le sujet de


a
II PRÉFACE.

ce livre , Beethoven a été de leur part l'objet

d'études toutes particulières , et sa 'musique ,

aussi bien que sa vie , a servi de prétexte et de


thème à un si grand nombre d'ouvrages , que ,

pareil à Goethe, l'illustre auteur de Faust, il a

maintenant ce que l'on appelle de l'autre côté


du Rhin sa littérature. Chez nous , à l'exception

de quelques notices plus ou moins exactes , pu

bliées dans des journaux et des recueils pério


diques , nous n'avons absolument rien .

Pourtant , le goût chaque année plus pro

noncé pour la musique élevée , l'admiration

croissante qu'inspirent les ouvres des grands


maîtres , rendent plus vif le désir de connaître

intimement leur vie , et font regretter d'au

tant plus l'absence de renseignements exacts


et complets . Le temps des notices écourtées

est passé ; la curiosité et l'intérêt public de


mandent davantage .

Quelle différence en effet, sous ce rapport ,

entre les préoccupations de notre génération ,


PREFACE. III

même à ne parler que de l'homme dont la vie

va nous occuper , et celles de la génération

précédente ! Aujourd'hui , quand , dans un sa

lon où sont réunis un petit nombre de gens de

goût , un artiste, au piano , frappe tout à coup


quelques notes d'une suave et savante har

monie , l'attention s'éveille , les conversations

s'arrêtent , on écouté ravi , et bientôt un nom ,

murmuré avec respect , est répété avec enthou


siasme : Beethoven ! C'est que tous ont reconnu

le maître et sont tombés sous le charme . Mais

il y a trente ans , cette musique, à laquelle nous

devons des jouissances si vives , était à peine

connue de quelques rares amateurs et d'un

certain nombre de musiciens d'élite , dirigés

par un chef d'orchestre exceptionnel . Les pia


nistes hésitaient à aborder ces sonates , d'une

difficulté à laquelle celles de Mozart ne les

avaient pas préparés , et quant à la musique


d'ensemble , aux symphonies, jamais Haydn ,

avec sa grâce aimable et son gai sourire , n'en


IV PRÉFACE .

avait fait soupçonner les élans passionnés , les

combinaisons profondes. Aussi exécutants et

auditeurs étaient- ils également déroutés .

Par deux fois, en 1815 , on essaya la Sym

phonie héroïque, par deux fois elle tomba de

vant les éclats de rire du public et le découra

gement des artistes . En 1820 , il fallut user de

ruse pour déterminer Habeneck , déjà direc

teur des élèves du Conservatoire , à mettre à

l'étude la Symphonie en ut mineur . Une lettre

anonyme , écrite par Sina ' , qui arrivait de

Vienne, le renseigna sur les beautés de cette

@uvre incomparable , dont on ignorait presque

l'existence à Paris ; il prit feu, voulut voir la


la partition , en fut ravi ; l'exécution eut lieu

et réussit . Les autres Symphonies furent im

médiatement étudiées et , à l'étonnement gé

néral , elles rencontrèrent le même succès .

( 1 ) Excellent musicien , membre de la Société des quatuors du


comte Rasumowski, à Vienne.
PRÉFACE . V

En 1828 , la Société des concerts donnait sa pre


mière séance ; la glace était rompue
rompue ,, le temps
devait faire le reste .

Il le fit si bien , que trente ans plus tard nous

voyons ces essais laborieux et si longtemps


infructueux aboutir à la fondation des Con

CERTS POPULAIRES, où un auditoire de six mille

personnes de toutes les classes écoute avec re

cueillement , applaudit avec enthousiasme ces


chefs - d'æuyre inconnus ou incompris de la
deux ar
génération précédente . C'est ainsi que

tistes dévoués à leur art ont eu la gloire , à près

d'un demi-siècle de distance , de faire connai

tre et apprécier en France les grands maî-.

tres de l'Allemagne : l'un en s'adressant à un

public d'élite , l'autre en mettant à la portée de

tous les jouissances qui , jusqu'alors, n'avaient


été que le partage d'une minorité privilégiée.

Pourquoi ne le dirait-on pas ? Le succès des

Concerts populaires a inspiré , en partie du


moins , l'idée de ce livre . En voyant la foule
VI PRÉFACE .

intelligente et enthousiaste se presser chaque


dimanche dans la vaste enceinte du Cirque

Napoléon , on a pensé qu'il serait bon de l'ini

tier aux travaux, aux luttes , aux voies diverses

et souvent ardues par lesquelles ont dû passer ,

pour arriver au rang qu'ils occupent aujour


d'hui , ces grands maîtres dont les chefs -d'au

vre provoquent ses applaudissements pas


sionnés , et que le moment était venu de po
pulariser leur vie , comme MM . Habeneck et

Pasdeloup ont popularisé leurs ouvrages . Que

fallait- il pour cela ? Étudier consciencieuse

ment les sources et raconter simplement les

faits, élevant et rapprochant le plus près pos

sible de ces génies lumineux tous ceux qui,

lettrés ou non , sont attirés vers eux par l'éclat

de leur talent et par le charme tout-puissant

de la musique.

Si ce premier essai a pour objet la vie de

Beethoven plutôt que celle d'un de ses devan

ciers , Bach , Haendel , Haydn ou Mozart , ce


PRÉFACE . VII

n'est pas seulement à cause de l'attrait tout

particulier qui s'attache à ce beau génie , c'est

aussi que des publications récentes faites en


Allemagne , en venant jeter une nouvelle

lumière sur plusieurs particularités peu ou

mal connues jusqu'ici , ont permis d'entre


prendre une étude qui était encore à faire
dans notre langue .

Il faut l'avouer cependant , au moment de


la commencer bien des hésitations sont venues

s'interposer entre le projet et la réalisation

d'une tentative si délicate . Un simple amateur

était- il donc autorisé à aborder un pareil tra

vail , et , pour parler dignement d'un artiste , ne


fallait -il pas être artiste soi-même ? Heureu

sement le fils de C.-M. Weber , avant de publier

la biographie de son père , a ressenti les mêmes


doutes , heureusement encore il en a triomphé!

Lui aussi , simple amateur, fonctionnaire du


gouvernement , là où Charles -Marie avait écrit

ses plus belles cuvres, il hésitait , se trouvant


VIII PRÉFACE .

incompétent pour juger l'auteur du Freischutz.


Ses hésitations le retinrent longtemps , si long

temps même que sa mère , dont c'était le veu

le plus cher , n'eut point le bonheur de lui voir


achever une tâche qu'elle l'avait sollicité pen

dant plusieurs années d'entreprendre , et c'est à

sa mémoire qu'il la dédie aujourd'hui. Toute

fois , après un mûr examen du but qu'il se pro

posait, il a réussi à surmonter ses scrupules


et à passer outre en se disant : « Écrire la vie

d'un artiste , c'est faire connaître comme

homme celui que ses muvres ont déjà fait


aimer et honorer comme artiste ; or , cette

tâche , chacun peut la remplir à la condition

d'aimer l'art et de le respecter. » L'auteur de

BEETHOVEN , en choisissant cette phrase pour

épigraphe de son livre, a voulu indiquer qu'il

partage les idées de Max Weber et se justifier


d'avoir suivi son exemple .

Du reste , il ne s'agit point ici d'entre

prendre la description des cuvres musicales ,


PRÉFACE . IX

dont l'analyse ne peut jamais donner qu'une

notion fort incomplète , quelquefois même fort

erronée, à quiconque ne les a pas entendues ,

tandis qu'il suffit (c'est encore Max Weber qui


parle) d'en prononcer le nom pour éveiller

soudain , chez celui qui les connaît , une idée

aussi nette que le souvenir qu'il en a gardé .

Mendelssohn , juge compétent dans la ma

tière , dit quelque part , que si on pouvait re


présenter la musique par des mots , il n'écri

rait pas une seule note ; et Charles -Marie

Weber , non moins autorisé dans la question ,

écrit à un ami cette phrase significative. « Je


ne vous parle pas de mes ouvrages , entendez
les . ) Enfin , qu'on nous permette encore

d'emprunter à Max Weber une anecdote cu


rieuse qu'il cite à l'appui de son opinion et

qui servira d'excuse à notre témérité :

« Un jour on découvre un chant de Weber ,


tout à fait inconnu et auquel manquent les pa

roles L'air est trouvé joli , et semble indiquer


Х PRÉFACE .

si clairement un ordre de sentiments élevés

et tendres , qu'on juge facile d'y adapter un

texte en harmonie avec la musique . Un ami ,


très -familier avec la manière de penser et d'é

crire de Weber, se charge de ce soin . Il sup

pose une grande dame , donnant , en fort beau

style , à son bien -aimé , l'assurance d'une fidé

lité éternelle , et chacun d'admirer le parfait

accord du texte et de la musique. Mais à quel


que temps de là , oh ! ironie du hasard ! ce

même air apparaît , accompagné cette fois des

véritables paroles sur lesquelles il a été com

posé . Et que voit- on ? que ces paroles sont

adressées par une jeune bouquetière à ses

fleurs ! Ainsi la même musique convenait éga

lement bien à la passion d'une grande dame

et à l'aimable badinage d'une jeune fille du


peuple . Que dire après cela des commentaires

auxquels se livrent tant d'écrivains sous pré


texte de rendre les intentions intimes du com

positeur ? ..... » Mais il suffit de connaître la


PRÉFACE. X

grande divergence d'opinion qui sépare les

critiques allemands des critiques français, que

dis -je , les criliques allemands entre eux , et


les critiques français entre eux , pour compren

dre l'impossibilité où ils sont de plier sous une

règle uniforme et inflexible, le plus immatériel

et le plus indépendant de tous les arts .

Est-ce à dire qu'il faille renoncer pour cela


à chercher dans les belles créations de cet art

lui-même le secret du génie qui les a enfantées ;

qu'on ne doive pas interroger les procédés , les


moyens , les combinaisons, et suivre dans toutes

leurs formes diverses les développements mul

tiples de la pensée humaine manifestée par la


musique qui lui sert d'expression ? Loin de

nous cette absurde prétention . Oui , certes , il


faut étudier les maîtres dans leurs peuvres , re .

chercher comment ils se sont servis de cette

langue qui , pour ne pas employer des mots

précis , n'en parle pas moins à toutes les

âmes, et réveille en elles les émotions les plus


XII PRÉFACE .

intimes comme les plus salutaires . Mais ce soin


revient à l'étude de la musique proprement

dite ; c'est un travail spécial , technique , il ne

s'adresse qu'aux gens du métier , parce qu'il

ne peut être compris que d'eux et qu'il reste

lettre close pour le commun des lecteurs.

M. Max Weber renvoie les siens , pour ce

côté purement musical , au Catalogue raisonné

des œuvres de C.-M. Weber , par F.-W. Jahn ,

directeur de musique à Berlin ; l'auteur de ce


livre renverra les siens, s'il a l'honneur d'en

avoir , à l'ouvrage de A.-B. Marx, professeur

de musique à l'Université de Berlin , où la

partie artistique est traitée avec beaucoup

d'étendue et de savoir , et auquel il a fait plus

d'un emprunt, heureux d’abriter son admira

tion d'amateur derrière la science éprouvée du

professeur.

Le but de ce travail est donc , disons - le bien

en finissant , de faire connaître l'homme et, par


sa vie , d'éclairer ses æuvres .
PRÉFACE . XII

: soin Pour y arriver , il fallait consulter des auto

ment rités nombreuses et de natures diverses ; elles

il ne peuvent se ranger en quatre classes :

qu'il 1 ° Celles qui émanent de Beethoven lui

resle même , et qui offrent par conséquent une source


d'information irrécusable : telles sont les Docu

ments manuscrits et les Feuillets de conversation


ur ce
(conservés à la Bibliothèque de Berlin) , pages
sonné
de portefeuille ou d'agenda sur lesquelles il
Jahn ,
de ce écrivait ses pensées et ses remarques de cha

que jour , feuilles volantes où plus tard furent


d'en

sseur consignées les demandes et les réponses de ses


amis et visiteurs ;
où la
Les Lettres publiées tout récemment , d'un
coup
côté par le docteur Ludwig Nohl (Briefe Beetho
t plus
ven ), de l'autre par le docteur Ludwig Ritter
mira
von Kochel ( Drei und achtzig neu gefundene
vée du
Original Briefe, etc. ) .

2° Celles que nous fournissent les amis qui


e bien
l'ont connu personnellement et qui ont vécu
et, par
dans son intimité ; telles sont :
XIV PRÉFACE.

Notices biographiques, publiées par Wegeler


et Ries ;

Biographie von L. van Beethoven , par

A. Schindler , et un manuscrit conservé à la

Bibliothèque de Berlin, écrit en grande partie

par Fischhoff et composé sur des notes et des

pièces recueillies à la mort de Beethoven , en

vue de sa biographie .

3º Celles des contemporains qui l'ont connu

aussi , mais plutôt sous des rapports artisti


ques , tels que :

Vertraute Briefe, par C.-F. Reichardt ;


Für Freunde der Tonkunst , par F. Rochlitz ;

L. van Beethoven's Studien im general Bass ,

par Ignaz Ritter von Seyfried.


Il convient toutefois de mettre le lecteur en

garde contre ce dernier ouvrage . Seyfried le

présente comme étant de Beethoven lui- même ,

tandis que Schindler , et avant lui F. Derkum ,,

professeur à l'École rhénane de musique , le


signalent comme une compilation , une suite
PRÉFACE . XV

geler d'exemples tirés de Fuchs et d’Albrechtsberger,

destinés par ce dernier à ses élèves et copiés


par par Beethoven . Le manuscrit, acheté pour
à la quelques kreutzers à sa vente après décès , n'a
artie été qu'une spéculation , heureuse puisqu'on en
t des a fait plusieurs éditions allemandes et une
7, en traduction française.

4° Celles enfin que l'on pourrait appeler de

onnu seconde main , c'est- à- dire qui émanent d'ar

rtisti tistes , de critiques restés étrangers à Bee

thoven ; tels sont :

Ludwig van Beethoven Leben und Schaffen ,

blitz ; par A.-B. Marx;

Bass , Biographie universelle desmusiciens,par Fétis ;

Beethoven et ses trois styles , par W. de Lenz ;


ur en Beethoven , ses critiques et ses glossaleurs , par
led le A. Ulibischeff;

nême , Soirées de l'orchestre, - A travers chants, par

kum, Berlioz, etc. , etc. , etc.

ue , le Maintenant, quel parti l'auteur de ce livre

suite a - t - il tiré de ces nombreux matériaux dont il


XVI PRÉFACE .

a disposé ? Adorateur passionné de la vérité

et de la simplicité qu'il aime avant tout et par

dessus tout , ennemi de l'exagération et de

l'emphase , il s'est efforcé de rester toujours

fidèle aux unes et étranger aux autres ; il n'a


point vu dans le grand artiste dont il étudiait

la vie un régénérateur de l'humanité , un mar


tyr , un prophète , un dieu de l'avenir ; il a vu

en lui un homme de génie , plus grand sous ce

ce rapport que les autres hommes , mais un

homme après tout , et il l'a dépeint comme tel

avec ses qualités et ses défauts, ses grandeurs


et ses faiblesses. Cette tâche qu'il a entreprise

avec tant d'ardeur, l'a-t-il menée à bien ? Ce

travail , qu'il a accompli avec un intérêt si vif,


a- t-il su le rendre intéressant au lecteur ? Ques

tions délicates , périlleuses , qu'il formule en

hésitant et dont la réponse n'appartient qu'au

public .
. A. AUDLEY .

r.

de
LOUIS VAN BEETHOVEN
ars
/
n'a

ait

ar

Vu

Б се
CHAPITRE PREMIER

z tel Patrie de Beethoven. – Sa famille. -Ses premiers maîtres : Pfeiffer,


Van den Eder, Neefe. Premiers amis : la famille de Breuning,
Purs le comte de Waldstein Wartemberg. – Répugnance à donner des
leçons. Il est nommé organiste adjoint du prince Électeur de
rise Cologne. Merveilleux talent d'improvisation. Lecture à pre
mière vue . Répugnance à jouer en public. Première visite à
Ce
Vienne. Mozart. Silhouette de Beethoven . Mort de sa
vif. mère. - Première entrevue avec Haydn. - Quitte Bonn. - Mort
de son père .
ues.

; en
Le xviie siècle , par la diversité et la perfection des
u'au
cuvres et des genres qu'il a développés ou qu'il a vu
naître, peut être considéré comme le siècle par excel
lence de la musique .

1 L'oratorio , connu en Italie et en Allemagne , mais


maintenu généralement aux proportions d'un concert
1
2 BEETHOVEN .

de salon , s'élève , sous l'inspiration puissante et con


vaincue de Haendel , à sa plus haute signification reli
gieuse avec le Messie .

L'opéra , où tant de compositeurs divers s'étaient


déjà mesurés , se transforme au souffle de l'âme à la fois
tendre et passionnée de Mozart , et atteint le point cul
minant de la perfection avec Don Juan .
La symphonie enfin , ce genre exclusivement alle .
mand, créé par Haydn et admirablement traité par
lui et par Mozart, prend , sous la plume de Beethoven ,
l'étendue , la puissance et l'énergie de ce beau génie ,
et devient cette merveille de l'art qu'on nomme la
symphonie en ut mineur. Puis , à côté de la symphonie ,
viennent se placer les quatuors , ce qu'on est convenu
d'appeler la musique de chambre , et la musique de
piano dont les auvres de Bach ouvrent l'ère scienti
fique, et dont les sonates de Beethoven demeurent en
core le modèle le plus accompli .
Si l'on a choisi d'abord la vie de ce maitre, le der
nier venu dans l'ordre des années , plutôt que celle de
l'un de ses devanciers , Bach , Haendel, Haydn ou Mo
zart, c'est que des publications récentes ont jeté un
nouveau jour sur plusieurs particularités peu ou mal
connues de son existence et que le temps semble arrivé
de former de ces documents divers une biographie en
core à faire dans notre langue . Cette vie , d'ailleurs , a
BEETHOVEN .

son attrait particulier . Sans doute elle est moins semée


d'épisodes , moins attachante que celle de Mozart ; moins
heureuse , moins souriante que celle d'Haydn ; mais ,
comme la musique du maître , elle a l'énergie et la pas
sion ; comme elle aussi , elle a la tendresse et la poésie
sauvage des âmes ardentes et fières . Quoi de plus puis
sant pour attirer et retenir !
Le 17 décembre 1770 naissait à Bonn , Louis van
Beethoven , sur les rives légendaires du vieux Rhin .
C'était un doux nid que cette ville bercée par les flots
murmurants du fleuve, mais ce n'était pas sa vraie
patrie , le berceau de sa famille . Celle -ci était origi
naire des Pays-Bas , de Maestricht ou de Louvain , d'où
elle avait été se fixer à Anvers . Son grand -père, appelé
aussi Louis , avait seul quitté le pays natal pour errer
à travers le monde , et , en 1768 , nous le trouvons

maitre de chapelle du prince-archevêque Électeur de


Cologne , où son fils Jean , père de notre Louis , était en
même temps ténor . Les premiers bégayements de l'en
fant durent être des chants , dans ce milieu artistique.
Quant à sa mère , qui se nommait Keverich ou Kefe
rich ; elle était fille du cuisinier de l'Électeur de Trèves ,
et veuve en premières noces d'un valet de chambre de
ce même prince -archevêque de Cologne . Cette parenté,
fort plébéienne , n'avait rien , on le voit , d'aristocra
tique , ce qui n'empêcha pas plus tard les Viennois ,
4 BEETHOVEN . 5

grâce à la confusion de la .particule hollandaise van


avec la particule allemande von , de lui attribuer une
origine noble , dont , mieux informés, ils lui firent en
suite cruellement expier les avantages.

Le petit Louis n'avait que trois ans quand son grand- .


père mourut, mais il avait été bercé sur ses genoux et
il en conserva un tendre souvenir . Quand sa mère
voulait le rendre bien heureux , elle lui parlait de cet
aïeul , dont il ne cessait lui-même d'entretenir ses
petits camarades , et bien longtemps après, étant fixé
à Vienne , le seul objet qu'il fit venir de Bonn fut le
portrait de ce grand -père . On doit craindre que la
mémoire de son père ne lui ait pas été si chère.
Le ténor Jean van Beethoven , d'un caractère em
porté, adonné à l'ivrognerie , laissait sa famille dans
une gêne voisine de la misère . Pour tirer parti le plus
tôt possible du talent de l'enfant que la mort d'un frère
rendait l'aîné , il entreprit de lui enseigner le violon et
le clavecin , et lui fit verser bien des larmes en le for
çant à une application au - dessus de son âge . Ce n'est
pas qu'il n'y eût parfois de bons moments entre le

1. C'était en l'année 1800. Ce portrait se trouvait entre les mains


de son ami Wegeler, à qui il le demande en ces termes : « En retour
du portrait de mon grand - père, que je te prie de m'envoyer le plus tôt
possible par la poste, tu recevras celui de son petit - fils, de ton bon et
toujours attaché Beethoven . » Nohl, Briefe Beethoven, p . 20 .
BEETHOVEN .

père et le fils . Celui - ci , comme presque tous les grands


artistes , se montra de bonne heure fort sensible au
charme de la musique , et quand Jean se mettait à
chanter, l'enfant ravi oubliait ses duretés , se pressait
contre lui , l'écoutait attentivement , et d'une voix
caressante répétait : Encore .
Heureusement ce maître rigide fut remplacé par
d'autres moins sévères et plus compétents . Ce fut
d'abord Pfeiffer , excellent artiste , à qui le jeune
Beethoven dut beaucoup et à qui il fut toujours recon
naissant , comme le témoigne un secours d'argent expé
dié de Vienne à son adresse bien des années ensuite . Puis
van der Eder , organiste du prince Électeur; Neefe ,
organiste aussi et directeur de la musique du théâtre .
Celui - ci l'initia à la science de la composition et lui
mit entre les mains les auvres de Bach , dont il jouait
les fugues et les préludes avec une extreme rapidité
dès l'âge de dix ans . Il n'en avait pas encore treize que
déjà un journal de musique 1 citait son nom avec
éloge . « Si ce jeune homme continue , disait- il , il
deviendra bien certainement un nouveau Mozart . » Le
rédacteur n'était-il pas prophète ? Pourtant Louis se
plaignait plus tard * des critiques sévères de Neefe , à
l'endroit de ses compositions et , prétendait n'avoir que

1. Le Magasin de musique de Kramer .


6 BEETHOVEN .

peu ou point appris de ce maître . Mais il formulera

plus d'une fois les mêmes plaintes , car il était de ceux


qui cherchent et s'instruisent seuls , sa nature éner
nique , absolue , n'acceptait point volontiers les leçons
d'autrui . Malheureusement , en dehors de l'enseigne
ment musical , son instruction resta fort incomplète :
jamais il n'écrivit sa langue correctement , et lorsqu'il

composa ses Messes , ce fut sur un texte paraphrasé ou


traduit littéralement, les bribes du latin qu'il avait

appris étant insuffisantes . Quant au français, nous


aurons plus d'une occasion de constater qu'il le parla
et l'écrivit toujours très-mal . Cependant son esprit ne
resta pas sans culture , il l'orna plus tard par la lecture
des poëtes et des philosophes, particulièrement ceux de
l'antiquité , qu'il préférait à tous les autres ; mais la
base première lui fit toujours défaut.
Sous le rapport de l'éducation proprement dite, l'in
térieur de sa famille ne pouvait lui offrir non plus
aucune ressource . Comprimé par la discipline violente
de son père , attristé par les privations dont il voyait
souffrir sa mère qu'il aimait tendrement , rien ne favori
sait en lui le développement des facultés aimables , ni
l'expansion des sentiments affectueux, et peut-être faut
il attribuer en partie à ces tristes conditions de son
enfance les aspérités , les bizarreries et la concentra
tion d'un caractère naturellement opiniâtre et réservé
BEETHOVEN . 7

Heureusement , il y avait alors à Bonn une famille


qui devait exercer sur le jeune Beethoven la meilleure
influence, c'était celle de feu le conseiller de Breuning,
. composée de sa veuve , de ses trois fils et de sa fille .
Appelé à donner des leçons à l'un des jeunes Breuning
et à sa sæur Éléonore , Louis , bientôt accueilli par eux
comme un frère, gouta dans leur intimité les premières
et douces joies de son âge , et y çonnut ces amitiés de
jeunesse qui durent toute la vie. Aussi , bien des
années après , nous l'entendrons encore les appeler
ses anges gardiens, et nous trouverons à son lit de
mort Étienne de Breuning lui rendant les derniers
soins. Que de patience , que ' de sollicitude lui montra
madame de Breuning ! Comme elle veillait sur lui !
comme elle s'efforçait d'assouplir son caractère , de
vaincre ses répugnances : celle , par exemple , qu'il
éprouvait à donner des leçons ! Elle n'y réussissait pas
toujours , il est vrai; souvent le jeuneprofesseur, poussé
par ses exhortations, sortait pour se rendre chez un
élève , mais en route le dégoût , un dégout insurmontable
le saississait , il faisait volte - face et rentrait , promettant,
pour s'excuser, de donner deux heures le lendemain au
lieu d’une . Du reste , cette répugnance dura toute sa vie ,
et Ries , le seul , avec le duc Rodolphe, qu'il honorât
du titre de son élève , raconte que pendant quatre ans
c'est à peine s'il lui donna cinquante leçons complètes.
8 BEETHOVEN .

Tantôt il restait absorbé dans son travail, tandis que


l'élève jouait seul à l'autre bout de la chambre , tantôt
le temps était si beau , la campagne si fleurie, qu'à huit
heures du matin, au lieu de se mettre au piano , il
entreprenait une promenade qui se prolongeait jus
qu'au soir . Ne croyez point que les leçons données à

l'archiduc Rodolphe , son protecteur , son ami , lui


fussent moins antipathiques ; il les appelait ironi
quement un service de cour , et devenait tout triste
quand approchait le moment d'y aller .
Tous les grands génies sont précoces . A huit ans ,
Haendel improvisait sur l'orgue sans avoir jamais pris
une seule leçon ; à treize ans , Mozart composait un
opéra ; à onze ans , Beethoven écrivait trois sonates
qu'il dédiait à l'Électeur de Cologne , dans une belle
lettre dont le style recherché n'était certes pas de lui .
L'éclat soudain de son talent naissant lui attira un pre
mier protecteur, le comte de Waldstein , Wartemberg
qui , ayant organisé un ballet chevaleresque avec quel
ques amis , lui en confia la musique. Tout réussità sou
hait , et de ce jour l'artiste eut un appui qui lui fut d'un
grand secours au début de sa carrière. A quinze ans ,
le comte , qui en avait alors vingt et un , le fit nommer

organiste -adjoint du prince Électeur , et pour obvier à


l'insuffisance du traitement de 600 florins attaché à cet

emploi , en même temps que pour épargner l'amour


1
BEETHOVEN . 9

propre de son protégé , il eut soin de lui faire remettre


de temps en temps de la part de l'Électeur , et à titre
de gratification, des secours qui en réalité provenaient
de son initiative généreuse .
Le jeune organiste , à peine en possession de sa nou
velle fonction , s'en servit pour donner la mesure d'un
talent qu'il devait posséder dès lors au plus haut degré,
le talent d'improvisation . Chargé d'accompagner sur
le piano , seul instrument permis alors pendant la se
maine sainte , les Lamentations de Jérémie chantées,
par Heller , il lui demanda la permission de le dérouter ,
l'obtint , et en profita si bien que celui-ci, pourtant
excellent musicien , sortit du ton et , à sa grande colère ,
ne put retrouver la cadence finale . Cependant Beetho
ven n'avait cessé de frapper du petit doigt la note que
le chanteur devait garder.
On cite à toutes les époques de sa vie de nombreux
exemples de cette merveilleuse faculté. Un jour , dans
la famille de Bréuning , il était au piano ; Ries , père de
l'auteur des Notices, prend son violon , et tous deux se
mettent à improviser ensemble , à la grande surprise
et au grand plaisir de leurs auditeurs . Une autre fois,
vers 1602 , il exécutait chez le prince Lobkowitz son
Quintette pour piano et instruments à vent , quand ,
pendant un des silences du dernier allegro , il prit sou
dain le rondo pour thème et se mit à improviser des
1.
10 BEETHOVEN.

sus , à la grande satisfaction de ses auditeurs , mais non


à celle des artistes , lesquels , le croyant toujours près
de finir, portaient continuellement leurs instruments à
leur bouche , et les retiraient furieux.

Ces moments, où l'inspiration sortait libre, grave et


passionnée de son âme , étaient peut- être les plus beaux
de cet admirable génie qui trouvait dans la musique le
vrai , l'unique langage capable de traduire ses senti
ments et ses aspirations . Tous ses contemporains ont
loué la richesse des idées , l'inépuisable fécondité des
développements et la variété infinie des difficultés qui
se pressaient sous ses doigts et dont il savait sortir

vainqueur . Mais pour qu'il se livrât à cette improvisa


tion , tirée pour ainsi dire du plus profond de son étre ,
il lui fallait le recueillement et le silence , il avait be
soin de se croire seul , entièrement seul ; ses auditeurs
devaient se tenir dans une pièce voisine , et si l'un
d'eux , plus osé , se glissait furtivement près du piano ,
aussitôt Beethoven troublé s'arrêtait , se levait et , sai
sissant son chapeau , sortait précipitamment sans se
laisser fléchir par aucune prière .
Bien des pianistes renommés , tels que Woelfl, Him
mel, Steibelt , crurent pouvoir lutter avec lui ; aucun
ne s'en tira sans blessures ; Steibelt notamment, qui
arrivait de Paris , en 1799 ou 1800 , précédé d'une im
mense réputation , et se considérait comme tellement
BEETHOVEN .

supérieur à l'artiste viennois qu'il ne daigna même pas


lui faire visite . Tous deux se rencontrèrent un soir chez

le comte de Fries , où Beethoven faisait entendre pour la


première fois son trio, opéra 11. Steibelt l'écouta avec
condescendance , lui fit quelques compliments et se mit
au piano , sûr de la victoire . Il joua un quintette de sa
façon, improvisa et s'attira beaucoup d'admiration avec
son tremolando , effet alors tout à fait nouveau . Huit
jours plus tard , seconde rencontre chez le même comte
de Fries , second quintette joué par Steibelt avec grand
succès , seconde improvisation , étudiée cette fois et
préparée sur le thème même du trio de Beethoven . Les

amis de celui-ci , indignés, le contraignirent de se


mettre au piano et d'improviser à son tour . Il s'y plaça
d'abord d'un air indifférent, frappant d'un seul doigt le
thème tiré du quintette de Steibelt , mais bientôt , cédant
à son inspiration , il improvisa de telle sorte que son
rival humilié quitta la chambre sans attendre la fin , et
depuis lors ne voulut plus jamais se retrouver avec lui .
Un autre talent du jeune artiste , c'était la facilité
avec laquelle il modifiait son jeu à volonté . Il n'avait
pas encore, entendu de grands pianistes quand, dans
une excursion qu'il fit à Aschaffenbourg avec l'or
chestre de l'Électeur , il fut présenté à l'abbé Sterkel ,
) dont le jeu était extrêmement agréable et léger , tandis
que celui de Beethoven était dur , inégal , sans nuances
12 BEETHOVEN .

ni délicatesses , ce qu'il attribuait lui- même à l'obliga


tion où il était de toucher l'orgue souvent .
Quand le maître de chapelle s'assit au piano , il se
plaça près de lui , sérieux , attentif, et bientôt , appelé à
le remplacer, il étonna tout le monde en exécutant,
avec la même légèreté et le même agrément , des va
riations de sa composition sur l'air Vieni Amore, de
Righini . Plus tard , dans les belles sonates qui font sa
gloire , il produisait toujours des effets admirables, soit
en pressant un peu le mouvement , soit en faisant un
ritardando dans les crescendo, soit en communiquant
à l'une ou l'autre main une expression inimitable ; mais
il ajoutait très-rarement des notes ou des agréments .
Quant à sa manière de lire à première vue , un ou
deux exemples nous en donneront une idée . Un jour ,
chez le prince Lichnowski , on lui présente un morceau
manuscrit de Bach , fort difficile; il l'exécute comme
Bach lui-même aurait pu le faire . Une autre fois, un
compositeur de Vienne , Forster , lui remet un quatuor
qu'il a à peine eu le temps de copier au net , et en
l'exécutant on s'aperçoit que la partie de violoncelle
manque . Beethoven l'improvise en chantant et tout
en continuant de jouer celle de piano , particulièrement
le presto, avec une si grande vitesse que nul n'aurait
pu suivre les notes en détail. Quelqu'un lui en ayant
fait la remarque , reçut cette réponse : « Il en est de la
1

BEETHOVEN . 13

bliga musique comme de l'écriture imprimée ; une foule de


fautes peuvent échapper en lisant vite , mais on n'y
, il se songe pas pourvu que la langue soit connue . »
belé à Pourtant jamais il n'aima jouer en public ; de tout
tant, temps il éprouva pour se rendre aux invitations qui
s va • lui en étaient faites autant de répugnance que pour
e, de aller donner des leçons , et on le voyait souvent ren
nt sa trer d'une réunion sombre , découragé , se plaignant que
, soit le sang bouillonnait jusque sous ses ongles .
at un A l'âge de dix-sept ans , au printemps de l'année
uant 1787 , le jeune Beethoven fit un voyage à Vienne , mais
mais on n'en connaît ni la cause ni les détails . Il est pro

ts . bable qu'attiré par la grande renommée des maîtres

n ou qui s'y trouvaient réunis , le jeune homme voulut aller

Jur, s'inspirer à la source du beau ; ce qui est certain , c'est


ceau qu'il y vit Mozart alors pour la première et l'unique
ume fois de sa vie , et que celui que l'on appelait déjà le
un roi de l'harmonie distingua l'enfant encore inconnu de

uor tous . Louis garda une impression profonde de ses rap


ports fugitifs avec l'immortel créateur de tant de chefs
en
elle d'ouvre , mais il conserva le regret de ne point l'avoir

put entendu jouer , et tandis que Mozart signalait son talent


naissant à l'attention de quelques auditeurs improvisés ,
ent
ait lui ne pouvait se flatter d'emporter le souvenir du jeu
inimitable de son grand prédécesseur . Du reste , tous
nt
deux étaient bien dignes de se comprendre et de s'ap
la
14 BEETHOVEN .

précier , et malgré ce qu'ont avancé certains écrivains


mal informés , l'auteur de Fidelio resta toujours l'ad
mirateur sincère de l'auteur de Don Giovanni. Il lui
avait voué un culte qu'il partagea entre lui , Sébastien
Bach et Haendel. « Si je le trouvais avec de la musique
dans les mains, dit Ries , si quelque chose était sur son
pupitre , c'était sûrement des compositions de ces hé
ros de l'art . » Selon un de ses biographes, Seyfried , il
considérait la Flûte enchantée comme le meilleur ou
vrage de Mozart , non -seulement.à cause de la perfec
tion des détails , mais parce que l'auteur s'y est montré
un véritable maitre allemand . Quant à Sébastien Bach ,
voici ce qu'il écrivait à Hofmeister1 en janvier 1801 :
« Votre intention de publier les æuvres de S. Bach
réjouit mon cæur , qui bat tout entier pour l'art élevé
de ce père de l'harmonie , et je désire vivement voir
cette publication en bonne voie ?.....

Un an avant de mourir, le 3 avril 1826 , il écrivait


aussi à propos de Haendel : « Holz m'assure que vous
voulez graver et publier le monument de Haendel placé
dans l'église de Saint- Pierre à Londres , ceci mie fait
une joie infinie..... Recevez -en à l'avance tous mes
remerciements 3 .

1. Editeur de musique à Leipzig.


2. Nohl, Briefe Beethoven , p. 30 . - 3. Id ., p. 320.
BEETHOVEN , 15

Vit - il Gluck , lors de ce premier voyage ? on l'ignore.


• L'auteur d'Orphée vivait encore , mais il était devenu
d'un accès fort difficile, et mourut au mois de novembre
de la même année , à l'âge de soixante-quatorze ans .
Une silhouette de Louis , prise à cette époque , lo
représente le profil plein , le front déjà beau , les yeux
à fleur de tête, la bouche entr'ouverte , comme il arrive
souvent aux âmes ardentes , et la nuque ornée d'une
petite queue , la seule qu'il ait jamais portée .
Un triste retour l'attendait , sa mère allait lui être
enlevée ; il rend compte ainsi de ce malheur à un ami :
.... Je dois vous avouer que depuis que j'ai quitté
Augsbourg , ma gaieté , et avec elle ma santé , s'est
altérée . Plus je me rapprochais de ma ville natale ,
plus les lettres de mon père se multipliaient et deve
naient pressantes ; la santé de ma mère donnait des in
quiétudes . Je me hâtai donc tant que je pus , n'étant
pas très-bien portant moi-même . Je la trouvai en vie ,
mais dans l'état le plus triste ; elle avait la phthisie, et
mourut au bout de sept semaines environ , le 17 juillet ,
après avoir beaucoup souffert. Elle était pour moi une
amie vraiment bonne et tendre , ma meilleure amie .
Ah ! que j'étais heureux quand je pouvais encore pro
noncer ce doux nom de mère , et qu'elle m'enten
dait ! .....

1. Nohl, Briefe Beethoven , p . 4 .


16 BEETHOVEN .

En 1792 , Haydn, au retour de son premier voyage


à Londres , passa par Bonn . C'était un événement
que sa présence , et l'orchestre de l'Électeur lui
offrit un déjeuner dans un lieu de plaisance nommé
Godesberg , non loin de Bonn . Beethoven y assistait
et lui présenta une cantate de sa composition . Ce
fut la première rencontre des deux plus grands
symphonistes qu'il eût encore été donné au monde
d'admirer , l'un à peine dans sa fleur et l'autre déjà
sur son déclin . Cette cantate, que plusieurs musi
ciens déclarèrent ne pouvoir jouer , tant elle était
difficile, n'a jamais été imprimée , et l'on ignore ce
qu'elle est devenue .
La difficulté reprochée ici à l'æuvre de Beethoven le
sera souvent plus tard à d'autres de ses ouvrages ; c'est
en quelque sorte le trait caractéristique du maître .
Suivait - il en cela sa pente naturelle , ou bien le faisait
il à dessein ? Peut- être l'un et l'autre . Il prenait certai
nement un malin plaisir à mettre les professeurs de
piano dans l'embarras , en même temps qu'il sentait le
besoin de se défendre contre les larcins dont il était vic
time; car il n'ignorait pas que souvent,à la suite d'une
de ses brillantes improvisations , tel de ses auditeurs , peu
scrupuleux , s'empressait de reproduire , tant bien que
mal , ses pensées , pour les présenter comme siennes ,
et que tel autre se logeait dans son voisinage pour les
BEETHOVEN . 17

surprendre dans l'abandon de leur éclosion première


et se les approprier .
En 1793 , écrivant à Éléonore de Breuning , pour lui
annoncer ses Variations sur Se vuol ballare , qu'il lui
avait dédiées , il disait :

· Les variations seront peut- être un peu difficiles,

particulièrement les trilles de la coda ; mais il ne faut


pas vous en effrayer. Je les ai arrangées de telle façon
que vous n'avez absolument que les trilles à exécuter ;
quant aux autres notes , vous pouvez les laisser , parce
qu'elles se trouvent dans la partie du violon . Je n'au
rais jamais fait cela , si je n'avais remarqué souvent,
à Vienne , des gens qui , quand j'improvise le soir ,
ne se font pas scrupule de s'attribuer le lendemain
mes idées ? ..... J'ai encore eu un autre but , celui

de mettre les professeurs de piano dans l'embarras .


Beaucoup d'entre eux sont mes ennemis mortels , et j'ai
voulu me venger d'eux , car je savais d'avance qu'on
leur présenterait tantôt ici , tantôt là , mes variations et
que ces messieurs s'en tireraient fort mal 2. »
Le moment décisif de sa vie d'artiste arriva . Bonn
devenait trop petite pour servir de théâtre à ce grand
génie près de s'épanouir ; d'ailleurs la tendresse de sa

1. On cite parmi ces gens l'abbé Gelinek.


2. Nohl, Briefe Beethoven , p . 8 .
18 BEETHOVEN .

mère ne l'y retenait plus , et au mois de novembre de


cette même année 1792 , Louis quitta de nouveau sa
ville natale , et cette fois sans retour , bien qu'alors il
n'en eût pas conscience . Un mois plus tard , le 18 dé
cembre , son père mourait , laissant à sa charge deux
frères plus jeunes que lui , dont l'un surtout devait lui
occasionner plus tard tous les soucis de la paternité . Le
prince Électeur lui vint encore en aide dans cette cir
constance difficile . Déjà , à la sollicitation du comte de
Waldstein , il avait accordé à Beethoven la continuation
de son traitement d'organiste- adjoint, ce qui lui assu
rait le pain quotidien pendant les premiers temps de
son arrivée à Vienne ; il y ajouta une pension de cent
thalers pour l'aider à élever ses frères orphelins ..
Ce que l'on connaît du bagage musical du jeune ar
tiste à cette époque n'est pas considérable . Mais entre
seize et vingt-deux ans , il existe une lacune qu'il faut
attribuer sans doute à des ouvrages perdus ou publiés
soit après sa mort comme euvres posthumes , soit de
son vivant par ses frères , sans indication de date , ce
que leur . rapacité , avec laquelle nous ferons connais
sance , rend parfaitement vraisemblable .
CHAPITRE II

Arrivée à Vienne. Dilettantisme universel de cette ville . - Amis


et protecteurs de Beethoven. Baron von Zmeskall, baron van
Swieten , prince Charles Lichnowski , etc., etc. Opinions de
n
Beethoven en contradictio avec ce milieu aristocratique. Prend
des leçons d'Haydn , froissements qui en résultent. - Jean Schenck ,
Albrechtsberger , Salieri . — Sociétés musicales de Vienne . — Leur
influence sur Beethoven . Ses ennemis, - L'abbé Stadler.
Indifférent à la critique . Voyage à Berlin. Himmel.
Situation de Beethoven au commencement de 1800 . Premiers
symptômes de surdité. OEuvres déjà composées à cette époque.
- - Adélaïde. — Lettre à Mathison. - Critique de la Gazette musi
cale universelle .

. Au moment où Louis venait demander la science à

Vienne , cette ville pouvait être considérée à juste titre


2
comme le véritable temple de l'art . La grande ombre
de Mozart et la voix à peine éteinte de Gluck la rem
plissaient encore tout entière ; Haydn venait d'y ren
trer pour y reprendre ses immortels travaux ; au - des
sous de ces génies privilégiés , des artistes d'un rare
savoir , des exécutants d'une grande habileté , formaient
un ensemble de talents supérieurs dont toutes les
classes de la population ressentaient et recherchaient
20 BEETHOVEN ,

l'influence . Des amateurs , pris dans les rangs de la plus


haute noblesse , s'étaient formés en société musicale ;
la cour et le souverain lui-même donnaient l'exemple
de ce dilettantisme universel et faisaient exécuter ré
gulièrement au palais des concerts à grand orchestre ,
où l'empereur François tenait le premier violon et l'im
pératrice Marie - Thérèse, princesse de Naples , chantait

des ariettes et des morceaux d'opéra . On se figure l'at


trait quedut exercer tout d'abord sur le jeune Beethoven
un pareil foyer artistique . Dès le premier moment il en
subit le charme et jura de ne plus retourner à Bonn ,
dût même le prince Électeur lui retirer sa pension . Qui
pourrait ne pas l'approuver ? Certes , le milieu dans
lequel on vit n'est indifférent pour personne ; à plus
forte raison pour un artiste à l'organisation impres
sionnable et nerveuse . La ville de Vienne , telle qu'elle
était alors , eut donc et ne pouvait manquer d'avoir une
action décisive sur son génie .
Tout d'ailleurs sembla lui sourire dès ses premiers
pas : les amis qu'il quittait , le protecteur délicat et
constant qui ne lui avait jamais manqué , se retrou
vèrent comme par magie animés, sous d'autres noms ,
du même émpressement à le servir . C'était du bonheur,
mais de ce bonheur dont le secret , il faut bien en con
venir , tenait à sa jeunesse et à son talent . Il avait été
adressé au baron de Zmeskall , qui le prit tout de suite
BEETHOVEN . 21

en amitié et se fit son introducteur près des membres


de la haute société , son factotum , son aide , son conseil
dans les difficultés dont il fut bientôt entouré , et dans
les embarras de ménage où le pauvre artiste se plongea
plus tard de gaieté de ceurt . Aussi , dans les Lettres de
Beethoven que M. Nohl vient de publier, s'en trouve
t- il bon nombre qui lui sont adressées et qui traitent à
peu près exclusivement des questions domestiques de
l'ordre le moins relevé . Tantôt c'est un serviteur qui
s'est permis d'égratigner son maitre au visage et qu'il
faut remplacer , tantôt c'est un logement qu'il faut voir
et arrêter au plus vite , une montre à répétition dont
il s'agit de débattre le prix , et jusqu'au ressemelage
d'une paire de bottes que le baron doit acquitter ,
Beethoven ne sachant ce que cela vaut . Ces lettres
familières nous montrent du reste le maître sous un
nouvel aspect : plaisant , comique et grand amateur
de jeux de mots et de calembours , qui ne sont pas tou
jours d'un goût irréprochable.

En même temps que le baron de Zmeskall , un autre


ami lui ouvrait aussi sa maison , c'était le baron van
Swieten , ex -médecin de la grande Marie-Thérèse , et
depuis directeur de la Bibliothèque impériale , homme
de goût et homme de science , ami intime de Mozart et

1. Le baron Zmeskall von Domanowecz, secrétaire impérial, bon


violoncelliste.
22 BEETHOVEN .

d'Haydn , pour lequel il arrangea , d'anglais en alle


mand , les paroles de la Création et celles des Saisons .
Promoteur de la Société de la noblesse pour l'exécution
de la musique de Bach , de Haendel, etc., le baron ac
cueillait avec empressement quiconque promettait de
marcher sur les traces de ceux qu'il appelait ses con
solateurs ; il ne tarda pas à apprécier le jeune musicien
qui lui arrivait de Bonn , et bientôt même il l'admit sur
le pied d'une familiarité intime , témoin ce billet que
rapporte Schindler : « Si vous êtes libre mercredi pro
chain , je désire vous voir chez moi , à huit heures et
demie , avec votre bonnet de nuit en poche . » Dans ces
occasions-là , Beethoven n'en était pas quitte pour une
demi-douzaine de fugues de Bach , et la soirée se pro

longeait assez tard pour justifier la précaution du bon


net de nuit. Mais aussi que ne gagna- t- il pas dans ce
commerce assidu avec les grands maîtres de son art !
Bien d'autres amitiés vinrent à lui , une surtout exerça
sur sa vie une longue et bienfaisante influence , c'est
celle du prince Charles Lichnowski , à laquelle vint
s'ajouter celle du comte Maurice , son frère, tous deux
élèves de Mozart, tous deux amateurs très-éclairés . Le
prince commença par lui donner un logement chez lui à
la ville etun autre à la campagne dans ses terres ; il mit
de plus à sa disposition un domestique , auquel il enjoi
gnit , si tous les deux le sonnaient à la fois, de répondre
BEETHOVEN. 23

alle à l'appel de l'artiste plutôt qu'au sien propre . De son

sons. côté , la princesse , née princesse Christine de Thun , l'en


toura de la sollicitude la plus affectueuse , prenant beau
ition
i ac coup de peine pour rectifier ses idées , assouplir ses ma
i de ñières et le former aux règles et aux exigences de la
société où il se trouvait transplanté, si bien que lui
con
ien même disait plus tard : « On a voulu faire mon éducation

sur dans cette famille, avec une tendresse vraiment mater


nelle et poussée si loin , qu'il s'en fallait de peu que la
jue
ro princesse ne me mît sous cloche pour me préserver non
seulementdu contact mais dusouffle même des indignes,
et
Et vingt ans après, en 1814 , écrivant au comte Mau
es
rice , il disait encore : « Je baise les mains de la prin
ne
cesse pour sa bienveillance et son souvenir . Jamais
je n'ai oublié tout ce que je lui dois , bien qu'un mal
heureux concours d'événements m'ait empêché de le
lui témoigner comme je l'aurais désiré 1. »
Mais l'oiseau qui chante a besoin d'espace et de
liberté ; tant de soins semblaient à cette nature indé
pendante autant d'entraves mises à son génie ; il les
brisa un jour , préférant le diner de l'auberge au repas
cérémonieux qui l'obligeait à faire sa barbe et à s'ha
biller à heure fixe . D'ailleurs , à cette sauvagerie
native , que l'éducation première n'avait pas assez

1. Nohl, Briefe Beethoven, p. 112 .


24 BEETHOVEN .

combattue , venait se mêler un nouvel élément avec


lequel il faut grandement compter quand on parle de
Beethoven ; c'était l'élément révolutionnaire , en com
plet désaccord avec les idées de la société d'alors , et
dont il adoptait volontiers les principes , surtout à
l'endroit des distinctions de classes . « Qu'est-ce , disait
il , à qui voulait l'entendre , qu'est-ce que ces diffé
rences imaginaires et si peu dignes de la considération
qu'on leur accorde ? Un homme , qu'il soit prince ,
banquier ou portefaix , ne vaut que par son côté
humain ! » Ah ! les rudes échecs que ces doctrines
infligeaient aux efforts de son indulgente protectrice
et le vilain son qu'elles rendaient aux oreilles de
l'aristocratie viennoise , la plus imbue de ses privi
léges qui existât alors !
Entre toutes les espérances qui attiraient Louis à
Vienne , il y en avait une des plus séduisantes , celle
de se placer sous la direction d'Haydn ; elle ne se réalisa
qu'à demi . Le maître , déjà âgé , se consacrait exclu
sivement à la composition de ses symphonies et ne
donnait plus de leçons ; il consentit pourtant à diriger
ce nouveau disciple , mais ce fut probablement avec
peu d'empressement. De son côté , celui-ci, déjà pénétré
de sa propre valeur, et entrevoyant peut- être le jour
où son nom brillerait d'un éclat aussi vif que celui de
son guide , se montra moins docile qu'il n'aurait du
BEETHOVEN . 25

l'être . De là des froissements dont la bonne harmonie


avec
dut évidemment souffrir . Haydn , choqué des grands
Ce de
airs de son élève , le surnommait en riant le Grand
com
Mogol, et Beethoven , alléguant des griefs plus sérieux ,
5, et
accusait le père Haydn de négligence dans son ensei
at
gnement . C'était un fait grave et qui lui avait été révélé
ait
presque par hasard . Un jour qu'il revenait de sa leçon ,
son cahier sous le bras , il rencontra dans la rue Jean
cion
Schenck, savant musicien , auteur de plusieurs opéras
ce,
comiques fort en vogue ' , lequel , tout en causant, se

mit à feuilleter ses notes . Il y découvrit plusieurs
nes
fautes et les signala . Beethoven , fort étonné, lui dit
се
que ces pages avaient été corrigées . Là-dessus , Schenck
de
examina plus attentivement et en découvrit un plus
-i
grand nombre .
Beethoven était naturellement défiant ; il soupçonna
Haydn de quelque mauvaise intention et voulut sur-le- ,

2 champ renoncer à son enseignement ; ce ne fut qu'à


grand'peine qu'on le décida à attendre la rupture
naturelle que devait amener le second et prochain
voyage en Angleterre du futur auteur des Saisons . A
dater de ce moment , il entretint pour lui des sentiments

1. Notamment le Barbier de Village, qui eut beaucoup de succès


sur tous les théâtres de l'Europe .
2. Haydn les acheva en 1800 .
26 BEETHOVEN ,

peu bienveillants et prétendit toujours , à tort ou à


raison , n'en avoir rien appris . D'autres griefs, réels ou
imaginaires , étant venus s'ajouter à celui-là , ache
vèrent d'éloigner l'un de l'autre deux hommes que le
génie aurait dû rapprocher et que la postérité devait
réunir dans son admiration .
Quant à Schenck , dont Beethoven avait pris des
leçons immédiatement après la découverte des distrac
tions d’Haydn , il y eut bien aussi rupture entre eux ,
on ne sait trop pourquoi, mais cela ne l'empêcha pas
de lui conserver un très-bon souvenir , qui se manifesta
lorsque , le rencontrant un jour dans la rue , après
l'avoir perdu de vue pendant trente ans , il se jeta à
son cou et l'emmena achever la journée dans une
auberge, pour parler ensemble des événements du
passé . Ce fut la dernière fois qu'ils se virent. Le pauvre
Schenck survécut longtemps à son élève et mourut en
1836 , dans le plus complet dénûment .
Après le départ d'Haydn, Louis prit des leçons d'Al
brechtsberger, savant maître de chapelle de la cathé
drale de Vienne ; puis de Salieri , l'auteur alors fort
en renom de plusieurs partitions , entre autres de
celle des Danaïdes , que Gluck l'avait chargé d'écrire
pour lui . Mais tous ces maîtres n'exercèrent que peu
d'influence sur un esprit indépendant et résolu à suivre
sa propre voie . Il se plaignait d'eux et eux se plai
BEETHOVEN . 27

ou à gnaient de lui à l'envi , prédisant qu'il lui faudrait


Is ou apprendre plus tard à ses dépens ce qu'il refusait d'ac
nche
cepter de leur expérience .
nie le Vienne comptait alors quatre sociétés musicales aux
evait quelles nous devons une vive reconnaissance, car qui
sait si , privé de la facilité d'exécution qu'elles lui
des offraient et de l'incessante provocation à produire
_rac qu'elles exerçaient sur lui , Beethoven nous eût donné
eux, autant de chefs - d'auvre ? C'étaient : la société du baron
pas van Swieten pour l'exécution des classiques , celles du
esta prince Lichnowski et du comte Razumowski pour la
rės musique de chambre ; enfin l'orchestre du Théâtre-sur
Ja à la - Vienne, dirigé par Seyfried et qui , vers 1812 , com
une mença à interpréter les grands ouvrages du jeune
du maître . Ce fut là qu'on entendit pour la première fois
-re la troisième , la cinquième et la sixième Symphonie ; 1

le Concerto de violon ; les Concertos pour piano , en sol


et mi bémol majeurs, et ut mineur ; l'Oratorio , le
1 Christ au mont des Oliviers , et l'opéra de Leonore ou
Fidelio . Chacune de ces sociétés renfermait des artistes
t éminents , qui ne furent pas sans influence sur l'éduca
tion musicale de Beethoven ; il les consultait volontiers ,
e
tout en se décidant difficilement, il est vrai , aux
changements qui lui étaient proposés . Parmi ces
artistes, il faut surtout citer Schuppanzigh , violoniste ;
Franz Weisz , alto ; Antoine et Nicolas Kraft , violoncel
28 BEETHOVEX .

listes ; Joseph Friedlowski , dont il apprit la clarinette ;


Wenzel Stich , surnommé Giovanni Punto , le cor ; Carl
Scholl, la flûte ; et Linke , le violoncelle . Quantau vio
lon , il prit des leçons de Krumpholz, bien qu'il en jouật
dès son enfance, ce qui a même donné lieu à un conte
gracieux , sinon authentique . Chaque fois que le petit
Louis étudiait dans sa chambrette , une araignée mélo
mane se laissait doucement glisser du plafond et venait
se placer sur l'instrument . Ce que voyant , un jour , la
mère de l'enfant la jeta sans façon par terre et la tua .
La légende ajoute que le petit garçon , justement affligé
de la mort de son amie , brisa son violon de colère et
de chagrin . Malheureusement , de tout cela le grand
Beethoven ne se rappelait absolument rien .
Entre la société du prince Lichnowski et celle du
comte Razumowski , connue dans toute l'Europe sous
le nom de Quatuor Ruzumowski, et dont Sina faisait
partie à titre de second violon , Becthoven n'avait que
l'embarras du choix . Tout ce qu'il composait était aus
sitôt exécuté avec un zèle , un amour , que pouvaient
seuls ressentir des admirateurs passionnés de son

génie et des artistes dignes de pénétrer ses intentions


les plus intimes . Heureuse émulation , dont nous devons
d'autant plus nous féliciter qu'il s'en fallait de beau
coup que tout fût admiration et sourire autour du

jeune maître . Alors , comme aujourd'hui, comme tou


BEETHOVEN . 29

jours, il y avait un groupe de musiciens de vieille


roche à qui toute innovation était antipathique et qui
repoussaient avec force les créations du nouveau venu .
A leur tête se distinguait l'abbé Stadler , nestor de la
bande , qui eut le rare privilége de naitre huit ans avant
Mozart et de mourir six ans après Beethoven . Celui- là
n'entendait pas raison . A chaque réunion des Quatuor ,
il écoutait religieusement la musique de Mozart et
d'Haydn , par laquelle on débutait d'ordinaire ; puis ,
dès qu'on arrivait à celle de Beethoven , il prenait aus
sitôt son chapeau et sortait . Heureusement ce dernier
professait dès lors , et professa toute sa vie , un dédain
voisin du mépris pour la critique , quelle qu'elle fût , et
ne s'en laissait point troubler ; il avait de l'art une idée
trop haute pour le faire plier devant les exigences du
public . « Le monde , disait-il , est un roi , il faut le flatter
pour se le rendre favorable, mais l'art vrai est indé
pendant et ne s'abaisse pas jusqu'à la flatterie . »
Du reste , il faut croire que l'hostilité de l'abbé
*Stadler céda plus tard devant le génie éprouvé du
nouveau maître , puisque nous trouvons , à la date du
6 février 1826 , une lettre fort amicale que celui -ci lui
écrivait pour le remercier d'avoir rendu justice aux
mânes de Mozart , par son excellent travail sur le
Requiem . « Pour ma part , disait -il , je vous remercie ,
mon respectable ami , de la joie que vous m'avez pro
2.
30 BEETHOVEN .

curée par la communication de votre travail . De tout


temps je me suis rangé parmi les plus grands adora
teurs de Mozart, et je continuerai de le faire jusqu'à
mon dernier soupir 1. )
En 1796 , Beethoven fit un voyage à Berlin , où il fut
très-admiré pour son jeu et surtout pour ses improvi
sations . Le roi , à qui il dédia les deux sonates, opéra 5 ,
lui envoya une boîte en or remplie de frédérics d'or ,
présent dont il fut d'autant plus flatté, que la boite
aurait pu , disait -il, être offerte à un ambassadeur .
Pourtant ce voyage laissa si peu de traces dans sa
mémoire qu'à peine s'en souvenait -il vaguement
en 1822. Cette disposition à oublier s'étendait à tout,
même à ses compositions ; à plus forte raison atteignait
elle les cuvres d'autrui , les classiques grecs exceptés ,
pour lesquels il avait un goût tout particulier , et dont
il savait par ceur des pages entières . Dès qu'il se
livrait à un nouveau travail , c'était avec une telle
intensité que le reste s'effaçait en quelque sorte de sa
mémoire, et celui- ci , à peine achevé , semblait à sott
tour tomber irrévocablement dans le passé . Les copistes
avaient-ils besoin d'un renseignement , d'une explica
tion , ils devaient se munir de la feuille, sous peine de
n'être point compris . Oublieux , distrait , souvent taquin ,

1. Nohl , Briefe Beethoven, p . 319 .


BEETHOVEN . 31

il s'attira parfois d'assez méchantes affaires. Le comte


de Browne lui avait fait présent, en 1794 , d'un beau
cheval de selle , en retour de la dédicace de deux Varia
tions sur un air de danse russe , offerte à la comtesse '.
Beethoven monta le cheval quelquefois, puis l'oublia ,

et , qui pis est , il oublia de lui faire donner du fourrage .


Son domestique , plus attentif, s'en aperçut bien vite ,
mais il se garda de l'en avertir ; tout au contraire , il

se mit à louer, sans mot dire , le cheval à son profit, en


s'abstenant de présenter ses comptes . Quand enfin ils
furent mis sous les yeux du maître, ils étaient énormes .
Pendant son voyage à Berlin , Beethoven vit beaucoup
Himmel , le maître de chapelle du roi , et le composi
teur favori de l'Allemagne septentrionale . Il lui trou
vait un joli talent, mais rien de plus , et un jour
qu'Himmel improvisait devant lui depuis déjà long
temps , il lui demanda assez brusquement quand donc
cela commencerait pour tout de bon . Himmel, piqué , 1

quitta le piano , des paroles désobligeantes furent échan


gées , une brouille s'ensuivit , laquelle pourtant ne fut
que passagère , car, après le retour de Beethoven à
Vienne , un commerce épistolaire s'établit entre eux .
Mais les lettres du maître étaient de véritables ques

1. Tirées du ballet des Waldmadche' , de C. M. Weber, sans nu


méro d'ordre.
32 BEETHOVEN .

tionnaires ; il voulait savoir tout ce qui se disait, tout

ce qui se passait à Berlin . Himmel , impatienté , s'avisa ,


pour y couper court , de lui annoncer que le grand évé
nement du jour était la découverte d'une lanterne pour
les aveugles . Sans plus de réflexion , Beethoven col
porte partout cette découverte , el chacun de demander
comment cela peut être . Nouvelle lettre à Himmel ;
nouvelle réponse , mais d'un caractère si particulier
cette fois, qu'en vérité elle aurait dû rester secrète .
Beethoven eut l'étourderie de la montrer ; le public s'en
divertit fort , et les rieurs ne furent pas pour lui . Il en
résulta une seconde rupture et celle-là fut définitive.
Heureusement la gloire ne devait pas tarder à le
dédommager de ce léger échec . Son talent mûrissait ,
sa réputation grandissait, et au bout de huit ans de sé
jour dans la capitale de l'Autriche il pouvait avec rai
son se montrer satisfait. Aussi, au mois de février 1800 ,
écrivait-il à son ami Wegeler :
« Tu veux savoir quelque chose de ma position . Eh
bien , elle n'est pas si mauvaise. Depuis l'année passée ,
Lichnowski ..... m'a constitué une pension de 600 flo
2 rins que je toucherai tant que je n'aurai pas trouvé
une situation qui me convienne. Mes compositions me

1. Celui qui publia les Notices, entreprises de concert avec Ries ei


traduites par M. Legentil en 1862 .
BEETHOVEN . 33

rapportent beaucoup et je puis dire que j'ai plus de


commandes que je n'en puis faire . J'ai six ou sept édi
teurs pour chacune de mes euvres , et j'en aurais
bien davantage si je voulais . On ne marchande plus
avec moi : je demande et on paye ; tu vois que c'est
une belle chose..... » Il est vrai que ses prétentions
étaient encore modestes , si on les compare au prix
élevé que ses wuvres devaient atteindre vingt ans plus
tard . En décembre de cette même année 1800 , il écri
vait à l'éditeur Hofmeister, qui lui avait demandé quel
ques ouvrages . ( Fixez vous- même les prix , et comme
vous n'êtes pas plus que moi juif ou italien , nous nous
entendrons facilement. » L'éditeur ayant sans doute
refusé de le faire, il lui récrit un mois après et lui de
mande vingt ducats pour le septuor ', autant pour la
Are symphonie en ut majeur? et pour la grande sonate
en si bémol 3 , dix ducats pour le concerto 4 , ajoutant ,
avec une parfaite bonne foi : « Peut-être vous étonnerez
vous que je ne fasse aucune différence de prix entre une
sonate , un septuor et une symphonie ; c'est que ces deux
ouvrages sont d'un débit beaucoup plus difficile què la
première , bien qu'une symphonie vaille incontestable
ment davantage ..... » Plus loin , il dit avec autant de
simplicité : « Je n'estime le concerto que dix ducats ,
A
C
O

1. Opéra 20. - 2. Opéra 3. Opéra 22. – 4. Opéra 15 .


T

S
O

ROBIO
V
R

B
P

L
34 BEETHOVEN .

parce que , comme je vous l'ai déjà écrit , je ne le donne


pas pour un de mes meilleurs ' . » Six ans après , l'é
diteur Muzio Clementi , de Londres , s'engageait à lui
payer 200 livres sterling pour trois quatuors ?, pour la
4 ° symphonie en si bémol , pour l'ouverture de Co
riolan 4 et pour un concerto de violon , lesquels pour
tant avaient déjà été tous publiés en Allemagne.
Mais , hélas ! des points noirs commençaient à se
montrer dans cet horizon brillant . La même lettre à
l'ami Wegeler , dont nous venons de lire un passage ,
contenait une plainte douloureuse où se révèle en
quelques mots un secret que le malheureux Beethoven
s'efforça de cacher tant qu'il put , qui empoisonna son
existence et qui eut le funeste pouvoir de l'égarer
jusqu'à des pensées de suicide . Il s'agit de l'infirmité
cruelle , source d'indicibles angoisses , dont il parle en
ces termes :
(C Malheureusement, un démon envieux , ma mau

vaise santé , a jeté une méchante pierre dans mon


jardin , c'est- à - dire que le sens de l'ouïe s'affaiblit
chaque jour davantage chez moi depuis trois ans . A
cette infirmité s'ajoutent les douleurs de mes entrailles ,
qui jadis , comme tu le sais, étaient déjà dévastées et

1. Nohl, Briefe Beethoven . 2. Opéra 59. - 3. Opéra 60 .


4. Opéra 82 .
BEETHOVEN . 35

sont encore maintenant dans un état plus misérable .


Je dois avouer que je passe ma vie bien triste
ment . Depuis deux ans j'évite presque toutes les
sociétés parce qu'il est impossible de dire aux gens :
Je suis sourd . Si mon art n'était pas la musique cela
irait encore ; mais dans mon art c'est un supplice
atroce . Et mes ennemis , dont le nombre n'est pas
petit, que diraient-ils s'ils le savaient ? Pour te donner
une idée de cette surdité incroyable , sache qu'au
théâtre je suis obligé de me placer tout près de l'or
chestre pour entendre ce que dit le chanteur; les sons
élevés des instruments et des voix , je ne les saisis pas
quand je suis un peu éloigné , et , chose étrange , il y a
des gens qui , dans la conversation, ne s'aperçoivent
pas de mon infirmité ; comme je suis distrait, on met
tout sur le compte de la distraction ... »
Voilà la plaie secrète mise à nu , le mal dont il rou
git , qui doit torturer sa vie et dont il voudrait dérobér
la connaissance à tous . Aussi le révèle-t-il plutôt au
médecin qu'à l'ami, et c'est autant à titre de consul
tation qu'à titre de confidence qu'il lui en parle . Ce
docteur Wegeler était un enfant de Bonn , comme
Beethoven , comme Étienne de Breuning , dont il épousa
la sæur Éléonore , la petite élève du jeune Louis ; il
resta toute sa vie en commerce de lettres avec lui . Si
l'on songe qu'au moment où ce dernier lui signalait la
36 BEETHOVEN .

présence de son mal , il était à peine âgé de trente ans ,


qu'il avait déjà commencé à souffrir depuis trois ans ,
et que dès lors , bien qu'avec des intermittences ,
chaque jour vit grandir sa surdité et son isolement ,
on conviendra que l'épreuve était bien cruelle et le
désespoir bien excusable . Aussi ne paraît - il pas témé
raire d'attribuer à cette maladie impitoyable une partie
au moins des défauts de caractère qu'on a reprochés à .

celui qui en fut victime : les brusqueries , les méfiances,


l'irritabilité où il se laissait entraîner même avec ceux
de ses amis qu'il aimait le mieux ; rompant avec eux
sans motif, puis ramené par son bon ceur, s'excusant
sans marchander, de telle sorte qu'il passait une partie
de son temps à se fâcher et l'autre à s'en repentir .
Mais il est si facile de céder à la colère et au doute
quand une parole amie ne pénètre plus jusqu'à nous !
L'horreur de la contrainte , le besoin de changement
auquel il donnait satisfaction par de fréquents déplace
ments , peuvent encore s'expliquer par cette infirmité
où l'on pressent les obstacles que rencontrera plus
tard la perfection de ses euvres .
Cette date de 1800 est importante dans la vie du
jeune maître , en ce qu'elle clôt la période qu'on pour

1. pense que Beethoven avait perdu avec l'ouïe l'idée


exacte de l'union et de l'effet des sons ; M. Marx se refuse absolument
à l'admettre.
BEETHOVEN . 37

rait appeler , après Gæthe, ses années d'apprentissage .


A part la préoccupation dont nous venons de surprendre
la présence , il peut , en regardant en arrière , jeter un
coup d'ail de satisfaction sur le chemin parcouru. Les
plus belles cuvres , il est vrai , sont encore à venir ,
mais celles qui existent déjà suffiraient à une ambition
ordinaire . Huit trios , dix-huit sonates, deux quintettes,
un concerto , un septuor si rempli de charme , deux
symphonies où l'influence de ses prédécesseurs est
trop accusée , il est vrai , mais où l'on sent déjà la
main qui écrira bientôt la symphonie héroique et la sym
phonie en ut mineur; grand nombre de variations . Plu
sieurs de celles -ci peuvent être considérées plutôt comme
des exercices de composition propres au maitre que
comme des exercices d'exécution destinés aux élèves,
pareils à ce que Bach et Haendel avaient fait avant
lui, l'un dans son Art de la Fugue, l'autre dans ses
Variations d'Étude, et à ce que Mendelssohn fit ensuite
dans ses Variations sérieuses ' . Enfin ce merveilleux

1. Plusieurs de ces variations sortent pourtant de cette catégorie,


par exemple celles que l'auteur écrivit sur : Nel cor non più mi sento,
et qui lui furent inspirées par un tout autre sentiment que celui de
l'étude. On raconte , qu'assistant un jour à l'opéra de la Molinara,
avec une dame qu'il admirait beaucoup, celle -ci lui dit qu'elle regret
tait d'avoir perdu des variations sur ce thème. En rentrant chez
lui, il se mit à son pupitre, et le lendemain la darae recevait six va
riations avec cette inscription : Variazioni perdute dalla signora ...
ritrovate da Luigi van Beethoven .,
3
38 BEETHOVEN .

chant d'Adélaïde , ce soupir de l'âme où semble s'exha


ler toute la tendresse d'un caur aimant, et auquel il
hésita si longtemps à donner sa forme actuelle, que
M. Lenz affirme connaître dix - huit changements auto
graphes du dessin mélodique " , sans que pour cela sa
modestie en fût satisfaite, puisque en 1808 il adressait
au poëte Matthison la touchante lettre que voici :

Respectable Monsieur,

Voici une composition qui existe gravée depuis quelques


années et dont peut - être, à ma honte, vous ne savez encore
rien . Je ne puis vous dire pourquoi je vous ai dédié ce qui
sortait si chaud de mon cæur, ni m'excuser de l'avoir fait
sans vous en informer. Peut-être ignorais-je alors votre
résidence, peut- être ma timidité m'inspirait-elle la crainte
de m'être trop hâté de vous dédier une æuvre sans savoir
si elle aurait votre approbation . Aujourd'hui même je vous
envoie Adélaide avec inquiétude. Vous savez par expérience
le changement que les années apportent chez un artiste
toujours poussé en avant ; plus on fait de progrès et moins
on est satisfait de ses premiers travaux , Mon vou le plus
ardent sera rempli si la musique de votre divine Adélaïde ne
vous déplaît pas absolument, et si elle vous inspire la réso
lution d'écrire une poésie pareille et d'exaucer la prière
que je vous fais de me l'envoyer immédiatement . Je m'ef
forcerai alors, autant qu'il me sera possible, de m'élever à
la hauteur de vos vers.
Veuillez regarder cette dédicace comme un témoignage

1. Wilhem von Lenz, Beethoven et ses trois styles.


BEETHOVEN . 39

du plaisir que votre Adélaide m'a causé , et une marque de


ma considération et de ma reconnaissance pour les joies
pures que j'ai dues et que je devrai encore à vos poésies .
En jouant Adélaide, songez quelquefois à votre admi
rateur,
BEETHOVEN ,

La Gazette musicale universelle de Leipzig , recueil


devenu fort important, naissait alors , et ses rédacteurs
commençaient à examiner les ceuvres du jeune maître
avec beaucoup de sévérité et , il faut le dire , peu d'in
telligence de son génie . A propos des Variations dont
nous parlions tout à l'heure , ils déclarent péremptoi
rement que l'auteur n'y entend rien ; les trois so
nates , opéra 12 , leur paraissent un amas de difficultés
bonnes tout au plus à détruire le plaisir des auditeurs
et à mettre leur patience à l'épreuve . Toutefois , ils
daignent ajouter que si M. van Beethoven pouvait
s'oublier un peu et suivre la marche de la nature , doué
comme il l'est d'activité et de talent , il donnerait cer
tainement d'excellentes choses pour un instrument
qu'il possède à un degré remarquable . S'oublier ! c'est
à-dire renoncer à sa personnalité , à son génie ; mot
charmant et bien fait pour mettre le public en garde
contre la critique , et messieurs les critiques en garde
contre eux-mêmes ! Il est vrai que l'année suivante ils
consentent à reconnaître dans l'auteur des trois so
nates , opéra 10 , un homme d'un génie original , mais
40 BEETHOVEN .

sans pouvoir se défendre de lui adresser le reproche


que bien des gens voudraient encourir , celui d'ètre
trop riche d'idées et de ne pas savoir les employer
avec économie .
A cela Beethoven , avec une indifférence superbe ,
répondait : « Laissons-les dire ; certes , leurs bavar
dages ne donneront jamais l'immortalité à personne ,
et celui qu'Apollon a marqué au front l'obtiendra bien
sans eux. »
CHAPITRE III

Etienne de Breuning et F. Ries arrivent à Vienne. - Relations éten


dues de Beethoven. Ses frères, Charles et Jean . - Leur fâcheuse
influence. Le Ballet de Prométhée .. La 1re et la 2e Symphonie.
Les Sonates, Maladie de Beethoven . - Son Testament.
Juilietta Guicciardi . La sonate en ut dièze mineur.

Mais l'heure des grandes auvres , des æuvres vrai


ment originales a sonné . Ce qu'on est convenu d'appe
ler la seconde période de sa vie commence en 1801 ;
l'avenir s'ouvre devant lui avec tout l'éclatant prestige
de ' la gloire , et , confiant dans sa jeunesse , il s'avance
d'un pas assuré au -devant de sa destinée . Il est vrai
qu'à travers les rêves de l'artiste , la triste réalité
affirme plus impitoyablement sa présence et jette dans
son âme le découragement et l'angoisse . Dans une se
conde lettre à son ami Wegeler , il déplore amèrement
cette surdité funeste qui enchaîne ses mouvements et
entrave sa carrière ; pourtant une explosion de vie
éclate au milieu de ses plaintes et semble défier le mal .
« Ohl si j'en étais délivré , s'écrie -t- il , je voudrais,
parcourir le monde . Oui , je le sens , ma jeunesse com
42 BEETHOVEN .

mence ... mes forces corporelles croissent de plus en


plus , mes forces intellectuelles aussi . Chaque jour
j'approche d'un but que j'entrevois , mais que je ne
peux définir encore . Quand il l'aura atteint , ton ami
Beethoven pourra vivre. Arrière le repos ! Je n'en
connais pas d'autre que le sommeil , et il m'en coûte
assez d'être obligé de lui accorder depuis quelque temps
plus de place dans ma vie qu'autrefois.......... Il
est si beau de vivre mille fois sa vie ! — Non , je le sens,
une existence paisible ne peut plus me convenirl ...

N'est - ce pas là le cri de l'enthousiasme et de l'es


pérance ?
Deux circonstances qui ne pouvaient manquer d'être
agréables au jeune maître eurent lieu vers cette épo
que : la première fut l'arrivée d'Étienne de Breuning à
Vienne, où il devint plus tard conseiller aulique , et à
propos de laquelle Beethoven écrit au pasteur Amenda :
Maintenant , à ma grande consolation , il m'arrive un
ami avec lequel je puis partager le plaisir d'un com
merce agréable et d'une amitié désintéressée , c'est un
de mes amis de jeunesse 2 ... ; - la seconde fut celle du
jeune Ries , âgé de 16 ans , que son père lui adressait
pour qu'il en fît un artiste . Le père de Ries , musicien

1. Nolh, Briefe Beethoven, p . 27 .


2. Ibid ., p . 15 .
BEETHOVEN . 43

distingué , avait été lié avec la famille de Beethoven et


l'avait aidée dans des moments critiques , notamment
à la mort de madame van Beethoven ; aussi le fils, qui
se souvenait cette fois, après avoir pris connaissance
de la lettre d'introduction que lui apportait le jeune
Ries , lui dit-il simplement : « Je ne puis répondre
maintenant à votre père , mais écrivez -lui que je n'ai
pas oublié dans quelles circonstances ma mère est
morte , il s'en contentera .

Avec le parfum des premières années , ces deux en


fants de Bonn lui apportaient le charme de l'intimité
et des souvenirs que le cercle fort étendu de ses rela
tions ne pouvait guère lui offrir . Rien n'est pourtant
plus intéressant à voir que le groupe nombreux formé
autour de ce petit - fils du cuisinier Keferich par les
plus grands seigneurs de la Russie et de l'Autriche :
les Lichnowski, les Esterhazy , les Razumowski , les
Schwarzenberg, les Lobkowitz , les Brunswick , etc. , etc. ,
parmi lesquels il faut encore citer tout particulièrement
le baron Pasqualati , négociant à Vienne , moins grand
seigneur que les autres , mais non moins homme de
goût, qui aimait sincèrement Beethoven et qui le lui
témoigna jusque dans les derniers jours de sa vie . A
son lit de mort , le maître recevait encore du vin de

1. Notices, p . 102. Édit, française.


44 BEETHOVEN .

choix, des compotes , du gibier , que la sollicitude du


baron lui envoyait.
Malheureusement, ce milieu sympathique et bien
veillant ne devait pas tarder à s'altérer par suite d'une
intervention funeste que Schindler désigne sous le
nom de mauvais principe et qui exerça sur la vie de
Beethoven l'influence la plus fâcheuse . Il s'agit de ses
deux frères, Charles et Jean .
Le premier, né en 1774 , l'avait suivi de près à
Vienne , où , grâce aux démarches de son ainé , il avait
obtenu une place à la banque nationale . Le second ,
né en 1776 , l'avait rejoint un peu plus tard et y exer
çait la profession d'apothicaire . On ne rencontre que
trop souvent , parmi les membres d'une même famille,
des natures tout à fait opposées : celles-ci , nobles, éle
vées , généreuses ; celles-là , grossières , égoïstes et
basses ; et , chose vraiment triste , ce sont ordinaire
ment ces natures communes et dures qui l'emportent
sur les organisations délicates , les asservissent , les
exploitent à leur profit . Nous en trouvons ici un nouvel
exemple . Charles et Jean , animés d'un esprit sordide
et mercantile , d'un égoïsme ombrageux et jaloux ,
s'appliquèrent à faire le vide autour de leur aîné afin
d'accaparer les fruits de son génie ; ils n'y réussirent
que trop bien , malheureusement secondés par son
humeur défiante. Ce furent surtout ses amis intimes
BEETHOVEN . 45

qu'ils s'efforcèrent d'éloigner , et quand on lui montrait


clairement leurs mauvais procédés , on lui voyait ver
ser quelques larmes , puis tout était oublié. « C'est cepen
dant toujours mon frère, » disait-il , et l'ami recevait des
reproches pour prix de sa franchise. Il ne croyait que
trop vite à leurs calomnies, et , sans demander d'explica
tions à l'objet de ses soupçons , il lui témoignait sur-le
champ le plus grand dédain et le plus profond mépris ' .
Sous la tutelle de ces deux hommes avides, les
productions de son génie devinrent une marchandise ,
dont il s'agit uniquement de tirer le meilleur parti
possible . Un édíteur demande quelques ouvrages nou
veaux , Charles lui répond en ces termes caracté
ristiques :

Vienne, 23 novembre 1802.


Vous nous avez honorés récemment d'une lettre renfer
mant la demande de quelque musique nouvelle de mon
frère, ce dont nous vous remercions beaucoup .
Pour le moment nous n'avons qu'une symphonie , puis
un grand concerto pour piano, l'un et l'autre au prix
de 300 florins pièce . Si vous vouliez avoir trois sonates
• pour le piano, je ne pourrais vous les céder à moins de
900 florins, monnaie de papier, encore ne vous les livre
rais- je pas de suite ni toutes ensemble , mais seulement
l'une après l'autre , à cinq ou six semaines de distance ; car

1. Notices , p. 126-129 .
3.
46 BEETHOVEN .

mon frère ne s'occupe pas beaucoup de ces petites choses,


il n'écrit guère que des oratorios , des opéras, etc. , etc.
En outre , nous prélevons toujours huit exemplaires de
chaque morceau qu'on fait graver . Soit que mes proposi
tions vous agréent ou non , je vous prie de vouloir bien
me répondre, car autrement je serais empêché de vendre
à d'autres .
Nous avons aussi à votre service deux adagios pour violon
avec accompagnement d'orchestre au prix de 130 florins,
et deux petites sonates de 280 florins. Veuillez communi
quer tout cela à notre ami Koch .
Votre serviteur,
CHARLES BEETHOVEN, caissier 1 .

Comparez cette lettre à celle que Louis écrivait de


sa main à Hofmeister et jugez de la différence . Ici le
ton , le style , l'ignorance , et jusqu'à la ruse vulgaire
d'un détaillant qui ne recule ni devant le mensonge ,
ni devant l'exagération pour faire valoir sa marchan
dise , se retrouvent tout entiers . A cette époque ,
Beethoven n'avait même pas songé à écrire un opéra ,

il ne s'occupa de Fidelio qu'en 1805 ; mais n'importe ,


son frère estimait qu'en affectant de traiter légèrement

ses sonates , ces petites choses (l'un de ses titres à la


gloire , notons bien) , il en imposerait à l'éditeur et lui
arracherait plus d'argent .
Comment résister toujours à l'action d'un entourage

1. Schindler, I, p. 75.
BEETHOVEN . 47

aimé ? Beethoven la subit si bien à la longue, que ce


caractère d'artiste , imprévoyant et désintéressé , se
façonna par degrés à l'école mercantile de ses frères;
il devint calculateur et tomba à son tour dans la spécu
lation et le trafic. Heureusement nous n'en sommes
pas encore là en 1801 , et nous pouvons goûter sans
mélange le plaisir de le suivre dans le développement
de son génie et dans la création de ses chefs -d'ouvre.
Le premier qui se présente à nous est le Ballet de
Prométhée ' , composition charmante et d'un sentiment
exquis , exécuté pour la première fois le 28 mars 1801 ,
comme nous l'apprend avec certitude une affiche de
théâtre retrouvée par le docteur Sonnleithner 2. Ce
ballet , représenté assez souvent pendant les deux
premières années , puis retiré et repris seulenient en
1843 , avec la suppression de plusieurs morceaux et
l'adjonction de quelques autres empruntés à Mozart et
à Haydn , a définitivement disparu de la scène; on n'en
joue plus guère que des fragments et l'ouverture ,
exécutée fort souvent dans les concerts . Pourquoi fut
il abandonné sitôt ? Pour un accord dont la disso
nance remplit d'horreur les vieux musiciens et souleva

1. Opéra 83 .
2. Directeur du Théâtre -sur-la -Vienne. Vienne, Schindler, I, p. 78 .
M. Lenz dit en 1799, mais il parle probablement de l'exécution mu
sicate et non de la représentation du ballet.
48 BEETILOVEN .

une controverse violente. Ces accords dissonants ,


reprochés au maître sans pitié , mais que ses fervents
admirateurs ne veulent pas admettre , reviendront à
mesure qu'il avancera dans sa carrière . C'est ce que
Oulibichef, homme d'esprit , mais juge souvent partial
à l'endroit de Beethoven , appelle sa chimère, le signe
nouveau qui n'avait jamais paru au front d'un compo
siteur avant lui , qui ne reparut plus après .
Des six quatuors de l'opéra 18 , les trois premiers
datent de 1801 , les trois derniers , demandés par le

comte Appony , de 1803. Le quatuor , qu'Haydn avait


élevé au comble de la perfection , convient bien au goût
allemand , porté volontiers à rechercher le petit co
mité , la réunion intime où l'on se retrouve pour prati
1
quer ensemble et jouir paisiblement à quatre d’un ai
mable passe- temps . Beethoven y apporta toute sa fou
gue et toute son originalité , surtout dans ceux qu'il com
posa en dernier lieu , et qui soulevèrent des contestations
de plus d'un genre . La symphonie en ut majeur ' parut
aussi cette même année 1801 , bien que la composition
soit de l'année d'auparavant , de même que celle de la
2° symphonie en re majeur , qui ne fut exécutée qu'en
1804 ; car il faut distinguer avec soin la date de la com
position de celles de l'exécution et de la publication ,
1
1. Opéra 21 , dédiée au baron van Swieten .
BEETHOVEN . 49

qui souvent diffèrent grandement entre elles . Cette


symphonie en ut, la première de toutes , est celle dont
le scherzo peut être considéré comme le premier- né de
ces charmants badinages dont Beethoven a déterminé
la forme et le mouvement, qu'il a substitués presque
partout au menuet de Mozart et d'Haydn , et qui devien
dront « le flot inquiet cherchant l'infini de sa deuxième
et troisième manière 1. )

L'année 1802 est plus particulièrement l'année des


sonates , ces chefs -d'æuvre où le maître a déployé plus
que nulle part ailleurs une richesse et une variété
d'idées vraiment prodigieuses . Citons entre autres celle
en la majeur ?, « expression de la force et de la mesure
à garder dans la force , » dit encore M. Lenz , et où se
trouve la belle marche funèbre inspirée à l'auteur par
les éloges que ses amis donnaient à celle de Paer , dans
l'opéra d'Achille ; celle en ré majeur , dite Sonate pas
torale > encore une de ces petites choses que le frère
Charles traitait si dédaigneusement ; enfin , et par
dessus tout , les deux sonates quasi - fantasia ", composées
deux ans auparavant , mais qui parurent à cette époque .

1. Lenz, t . II , p . 158 .
2. Opéra 26 , dédiée au prince Lichnowski.
3. Opéra 28 , dédiée à M. de Sonnenfels.
4. Opéra 27, l'une en mi majeur, dédiée à la princesse Lichtenstein,
l'autre en ut dièze mineur, dédiée à la damigella contessa Guicciardi .
50 BEETHOVEN .

Pour le coup , elles désarmèrent la critique, laquelle ,


parlant de la sonate en ut mineur , s'écrie : « Cette fan
taisie forme, du commencement à la fin, un tout so
lide , sorti d'un seul jet des profondeurs de l'âme, et
taillé comme dans un bloc de marbrel . » Un quintette
pour instruments à cordes 2 date aussi de cette époque
et fournit à Beethoven l'occasion de faire un tour d'a
dresse qu'on n'aurait guère attendu de lui .
Ce quintette avait été vendu à Breitkopf, de Leipzig ;
il fut volé et parut tout à coup à Vienne chez Artaria ;
mais on l'avait copié en une nuit et il renfermait des
fautes innombrables . Beethoven , sans rien témoigner
de son mécontentement , pria Artaria d'envoyer chez
Ries les cinquante exemplaires déjà gravés , afin qu'on
les corrigeât , et il chargea en même temps celui-ci de
le faire grossièrement en raturant beaucoup de lignes ,
de telle sorte que l'encre , en s'imbibant dans ce papier
spongieux , rendit impossible la vente ou l'usage d'un
seul exemplaire . Artaria , pour prévenir un procès , fut
obligé de faire fondre les planches .

Tout allait bien en apparence , les chefs d’æuvre tom


baient comme à plaisir de cette plume inspirée , et , en
trainé par la fièvre d'un travail incessant, le maitre

1. Gazette Music. univ ., an 1802.


2. Opéra 29, dédié au comte de Fries.
BEETHOVEN . 51

réussissait peut-être à oublier son mal, quand celui-ci


vint ressaisir sa proie et le replonger dans l'angoisse .
Les bourdonnen onts d'oreille, les douleurs d'entrailles ,
combattus en 1804 , reparurent avec plus d'intensité
en 1802 et firent craindre pour sa vie . Il fallut céder ,
recourir au médecin et se retirer dans la petite ville de
Heiligenstadt , d'où bientôt des souffrances de tous
genres lui arrachèrent une longue plainte où se trahit
le besoin d'expliquer ses inégalités de caractère . Cette
plainte , qu'il nomme son Testament, est datée de Heili

genstadt, le 6 octobre 1802. Bien qu’un peu gâtée par


une certaine emphase de ton et un mélange de stoï
cisme et de déclamation auquel notre temps n'est plus
habitué , mais qu'explique et excuse celui où elle a été
écrite , elle contient des informations dont ce léger dé
faut n'enlève ni l'utilité ni l'intérêt . Malgré ses appels
à une divinité vague et ses aspirations vers une joie
goûtée dans le temple de la nature trop empreinte d'un
certain paganisme à la mode alors , ce Testament nous
touche par la peinture des douleurs auxquelles son au
teur était en proie , et parce qu'il est l'expression d'une
âme élevée dont les sentiments sont humains .

« 0 hommes , s'écrie - t- il, vous qui me croyez hai


neux , opiniâtre , misanthrope, que vous êtes injustes !
Vous ne connaissez pas la cause secrète de ce que vous
jugez ainsi . Dès mon enfance, mon cæur et mon esprit
52 BEETHOVEN .

ont toujours été portés vers une tendre bienveillance ,


enclins à accomplir de grandes actions . Mais songez
que depuis six ans je suis tombé dans un état déplo
rable ... Pour moi , plus de distraction dans la société
des hommes ... Si je m'approche d'un groupe , aussitôt
je ressens une angoisse cruelle à la crainte de laisser
apercevoir mon état ... et quelle humiliation quand
quelqu'un placé près de moi entend à distance les sons
d'une flûte que je n'entends pas , ou le chant des ber- ,
gers que je ne saisis pas ! De pareilles épreuves me
plongent dans le désespoir , et il s'en est peu fallu que
je ne misse fin à mes jours . L'art , l'art seul m'a retenu .
Il me semblait impossible de quitter le monde avant
d'avoir produit tout ce dont je me sens capable . Ainsi
s'est prolongée cette misérable existence , si véritable
ment misérable qu'un changement rapide peut de la
meilleure situation me jeter dans la pire ...

Je vous institue les héritiers de ma petite for


tune , si l'on peut donner ce nom au peu que je pos
sède . Partagez - la honorablement, secourez - vous et
aimez-vous l'un l'autre . Ce que vous avez fait contre
moi vous est pardonné depuis longtemps , vous le sa
vez bien ? ..... )
Ce pardon des offenses, cette recommandation de

1. Voir note A à la fin du volume.


BEETHOVEN. 53

s'aimer l'un l'autre indiquent heureusement que la


morale évangélique a passé par là . Si ce n'est pas
assez , c'est du moins beaucoup , et tout en regrettant
de ne pas voir cet admirable génie éclairé par les hautes
et pures lumières d'un christianisme plus parfait, en
core l'excuse-t- on en songeant au temps où il vivait et
à l'insuffisance de son éducation première . Du reste ,
le beau précepte de l'amour du prochain semble l'avoir
pénétré . En 1817 , il écrivait à une amie (madame
Streicher) cette lettre d'une douceur résignée et où
revient la parole évangélique : « J'ai parlé avec votre
mari ; son intérêt pour moi m'a fait du bien et du mal
à la fois ; il a été bien près de m'ôter ma résignation .
Dieu seul sait ce qui en adviendra ; mais comme
j'ai toujours aidé mes semblables quand je l'ai pu ,
j'ai confiance qu'il sera miséricordieux aussi envers
moi ...

« C'est dimanche aujourd'hui , dois-je vous lire quel


que chose dans l'Évangile ? Aimez -vous les uns les
autres , - Je termine en me recommandant à votre bon
souvenir et à celui de votre excellente fille; je vous
souhaite la guérison de toutes vos blessures . Allez aux
Vieilles-Ruines ( madame Streicher était alors à Baden
près de Vienne) et pensez que Beethoven s'y est sou
vent arrêté ; parcourez les bois de sapins mysté
rieux et songez que Beethoven s'y est souvrent livré
54 BEETHOVEN .

à la poésie ou , comme on dit , à la composition " . »


Schindler signale avec raison une particularité sin
gulière du Testament dont nous venons de lire quelques
pages , c'est que le nom du plus jeune frère y est tou
jours omis , tandis que celui de Charles revient sou
vent . Faut-il y voir une bizarrerie de Beethoven ou
l'attribuer au refroidissement que la conduite de ce
pseudo-frère, comme il l'appelait , avait fait naître en
son cæur ? Cette dernière conjecture est la plus vrai
semblable , Jean étant encore celui qui se montra le
plus âpre à bénéficier de la célébrité de Louis . M. Nohl
pense qu'elle peut tenir à ce que ce frère vivait encore
lors de la publication ; mais cette conjecture paraît peu
fondée . Du reste , ce n'était pas sans impatience que
l'ainé supportait l'ingérence de ses cadets . En 4803 ,
évidemment rétabli , il fit paraître six sonates ?, dont
les trois dernières étaient promises à l'éditeur Nageli ,
de Zurich , quand le frère Charles voulut les vendre à
un éditeur de Leipzig . Cela donna lieu à de vives alter
cations, si vives qu’un jour elles se terminèrent par
des voies de fait ... Ces pauvres sonates avaient du gui
gnon . Envoyées enfin à Zurich , elles en revinrent
avec énormément de fautes et quatre mesures que Na

1. Nohl, Briefe Beethoven, p. 180 .


2. Opéra 30, dédiées à l'empereur Alexandre, et opéra 31 , dédiées
à la comtesse de Brown.
BEETHOVEN . 55

geli avait jugé à propos d'intercaler dans celle en sol


majeur . Quand Beethoven entendit Ries les jouer , il
se leva d'un bond et accourut en criant : « Où est cela ,
de par le diable ? Il fallut les faire regraver . Une fois
publiées , revues et corrigées, le maitre en jouait une
devant la princesse Lichnowska , quand , manquant son
début , il frappa quatre notes à la fois, ce qui produisit
le même effet que s'il eût essuyé le clavier1 . La prin
cesse , debout derrière sa chaise , lui donna quelques
coups sur la tête en disant : Quand un élève est
châtié du doigt pour avoir manqué une note , le maître
doit être châtié de la main . » Chacun de rire , et Beetho
ven tout le premier . Il recommença à jouer et rendit
l'adagio en particulier d'une manière inimitable. La
princesse faisait allusion à ce qui s'était passé aupara
vant entre Beethoven et Ries , lequel ayant manqué
une note dans la sonate opéra 23 , avait été frappé du
doigt par l'auteur , comme rappel à l'ordre .
Ici se présente un problème de la nature la plus in
time , mais qu'il faut pourtant aborder . Le jeune maitre ,
fêté, choyé , admiré , mêlé à tout ce que la société de
Vienne renfermait de plus distingué et de plus char
mant , était-il arrivé jusqu'à trente ans sans que son
cæur ait battu autrement que pour l'art ? Question dif

1. C'était dans la sonate en ré mineur, aux mesures 53 et 54 .


L

56 BEETHOVEN .

ficile, délicate , toujours posée par les biographes et


presque toujours résolue contradictoirement , mais qui
pourtant s'impose à nous , suggérée par la sonate en
ut mineur dont nous parlions plus haut .
Selon Seyfried , Beethoven n'aima jamais et ne fut
jamais aimé ; selon Ries , il aima souvent , mais pour
peu de temps ; et selon Wegeler , il fut toujours amou
reux de quelque dame de haut rang . Comment conci
lier ces contradictions ? Qulibichef le tente en expli
quant qu'on peut bien avoir été amoureux plusieurs
fois , n'être même jamais resté sans amour , ohne Liebe,
le mot de Wegeler , et n'avoir point eu une liaison
d'amour , eine Liebschafft, le mot de Seyfried ; Schind
ler nous apprendra ce qu'il en est de toutes ces asser
tions diverses .
Tout jeune encore , avant d'avoir quitté Bonn , le

jeune Louis eut une première inclination pour une


certaine demoiselle d'Honrath , de Cologne , qui venait
passer souvent quelques semaines dans la famille de
Breuning , et qu'Étienne trouvait aussi fort à son goût .
C'était une belle blonde , enjouée, de manières aimables
et d'un caractère affectueux, aimant la musique et pos
sédant une jolie voix ... Mais , hélas ! tant d'attraits.
avaient attiré un rival , un capitaine de recrutement
autrichien , et ce farouche guerrier épousa la belle Jean
nette à la barbe naissante des deux jeunes amoureux .
BEETHOVEN . 57

Après cette première déception , une autre jolie fille,


mademoiselle de W ... , occupa quelquetemps les pen

sées de Beethoven ; mais cette amourette (c'est vrai


ment le seul nom qui convienne ici ) passa comme
l'autre sans laisser de traces ni sur celui qui l'avait
éprouvée ni sur celle qui en était l'objet. Devait- il en
être toujours ainsi ?

Dans une lettre du 16 novembre 1801 1 ; adressée à


Wegeler , Beethoven parle d'une chère et ravissante
jeune fille qu'il aime et dont il est aimé ; mais il ajoute
aussitôt : « Malheureusement , elle n'est pas dans la
même position sociale que moi ... D'ailleurs , je ne pour
rais en vérité me marier à présent , il faut que je me
donne encore une rude peine... » Malgré cet obstacle ,
que le jeune maître était le premier à signaler , il ne
résista pas tout d'abord au sentiment qui l'entraînait.
Trois lettres , qu'on suppose dater aussi de 1800 , les
seules que l'on possède dans ce genre, en sont un
témoignage irrécusable . Adressées à cette même con
tessa Giulia Guicciardi à qui la sonate en ut mineur est
dédiée , elles furent écrites pendant un séjour de Beetho
ven à certaines eaux de Hongrie , et nous font pressen
tir la rupture prochaine de cet amour , sans nous ren

1. Le docteur Nohl la place en 1800 et dit avoir des raisons de croire


cette date fort exacte .
58 BEETHOVEN.

seigner aucunement sur sa naissance. Qui était Giulia ,


où et comment Beethoven l'avait - il connue ? on l'ignore .
Le style épistolaire du grand compositeur , ordinaire
ment assez obscur , l'est encore davantage ici , peut- être
par l'embarras ou par la répugnance qu'il éprouvait à
dire toute sa pensée ; on y rencontre un mélange
d'exaltation passionnée et de terre - à - terre prosaïque
dont on a peine à se tirer . Voici ces trois lettres :

6 juillet au matin .

Mon ange, mon tout, mon moi !

Quelques mots seulement aujourd'hui, et encore écrits


au crayon ( ton crayon ! ) . D'abord mon logement n'est
assuré que jusqu'à demain. Quelle inutile perte de temps !
Pourquoi ce profond chagrin , là où la nécessité com
mande ? Notre amour peut-il exister autrement que par le
sacrifice, que par la modération de nos désirs ? Peux-tu
changer ce qui est, faire que tu sois entièrement mienne
et moi entièrement tien ? Mon Dieu , contemple la nature ,
et réconcilie ton âme avec ce qui doit être . L'amour exige
tout , et avec raison, c'est ainsi que nous faisons l'un à
l'égard de l'autre ; seulement tu oublies trop facilement
que je dois vivre pour moi et pour toi. Si nous étions unis,
tu ne sentirais pas plus que moi cette affliction . Mon
voyage a été horrible . Je ne suis arrivé qu'hier à quatre
heures du matin . Comme on manquait de chevaux, la
poste a pris une autre route , mais quelle route ! A la der
nière station on m'a averti de ne point voyager la nuit , et
on a voulu me mettre en garde contre un certain bois
BEETHOVEN . 59

qu'il fallait traverser , mais cela n'a fait que me stimuler.


J'ai eu tort. La voiture s'est brisée , grâce à des chemins
abominables, défoncés, de vrais chemins de traverse . Si
j'avais eu d'autres postillons , je ne m'en serais jamais tiré .
La voiture d'Esterhazy, attelée de huit chevaux , a eu , sur
l'autre route, le même sort que la mienne avec quatre sur
celle-ci. Cependant j'ai éprouvé un certain plaisir, comme
toujours, quand je surmonte une difficulté . Maintenant
passons vite de l'extérieur à l'intérieur. Nous nous rever
rons certainement bientôt. Aujourd'hui je ne puis te faire
part des observations que j'ai faites sur mon existence pen
dant ces quelques jours . Ah ! si nos cæurs étaient toujours
pressés l'un contre l'autre, je n'en ferais certes pas de sem
blables . Que de choses j'aurais à te dire ! Il y a des mo
ments où le langage ne suffit pas . · Distrais-toi , mais de
meure toujours mon cher , mon unique trésor, mon tout ,
comme je le suis pour toi. Quant au reste, les dieux y pour
voiront .
Ton fidèle Louis.

Lundi soir, 6 juillet .

Tu souffres, ma bien -aimée . Je m'aperçois à l'instant


même que les lettres doivent être mises ici à la poste de
très bonne heure , le lundi et le jeudi, seuls jours où le cour
rier va à K.4 . Ah ! là où je suis, là tu es aussi avec moi . A
nous deux, je ferai en sorte que nous puissions vivre ensem
ble. Quelle existence !!! ainsi !!! sans toi !!! Poursuivi ici
et là par la bonté des hommes que je pense mériter aussi
peu qu'elle mérite de l'étre ! Humilité de l'homme envers
l'homme... Elle m'afflige. Et quand je mc considère dans

1. Komorn , peut-être .
60 BEETHOVEN .

l'ensemble de l'univers, que suis-je et qu'est- il celui qu'on


appelle le plus grand ? Pourtant là aussi est le divin de
l'homme . Je pleure en pensant que tu n'as probable
ment reçu ma première lettre que dimanche soir . · Quel
que fort que soit ton amour , le mien l'est encore davan
tage . Mais ne te cache jamais de moi . - Bonne nuit ,
En ma qualité de baigneur, je dois aller dormir (ici se
trouvent trois ou quatre mots effacés par Beethoven lui
même) . — Ah ! Dieu ! si près et si loin ! notre amour n'est
il pas comme le ciel, aussi solide, mais aussi loin que les
voûtes du firmament ?

Le 7 juillet.

Bonjour. J'étais encore dans mon lit que déjà mes pen .
sées se pressaient vers toi, mon immortelle bien-aimée ,
tantot joyeuses, tantot tristes, attendant s'il plaira au sort
de nous exaucer . Je ne puis vivre que tout à fait avec toi ,
ou tout à fait séparé de toi . Oui, j'ai résolu d'errer au loin
jusqu'à ce qu'il me soit permis de voler dans tes bras, de
m'asseoir au même foyer et de laisser mon âme s'envoler,
sous l'égide de la tienne, dans le royaume des esprits .
Hélas ! oui, il doit en être ainsi . Tu t'y résigneras, car tu
sais que je te serai fidèle , jamais aucune autre ne possédera
mon cour , jamais , jamais . Oh ! Dieu , pourquoi faut-il
quitter ce qu'on aime ? Et pourtant ma vie à V. est main
tenant une vie de tourments . Ton amour m'a rendu à la
fois le plus heureux et le plus malheureux des hommes . A
mon âge j'ai besoin d'une certaine égalité , d'une certaine
uniformité d'existence . Peuvent-elles exister avec nos
relations ? - Mon ange , j'apprends à l'instant que la poste
part tous les jours, je dois donc terminer ici, afin que tu

1. Viende, probablement,
BEETHOVEN. 61

reçoives cette lettre immédiatement . - Ce n'est que dans


la contemplation calme de notre vie que nous pouvons
atteindre notre but , celui de vivre ensemble . Sois calme ,
aime -moi aujourd'hui , demain . Quelle aspiration bai
gnée de larmes s'élance vers toi ; toi, ma vie , mon tout !
Adieu . – Ne méconnais jamais le cæur fidèle de ton bien.
aimé ,
L. VAN BEETHOVEN.
Pour toujours à toi,
Pour toujours à moi,
Pour toujours à nous 1 .

Évidemment nous sommes ici en présence d'un senti

ment sérieux , qui , s'il ne remplit pas la vie du maître , y


occupa du moins une grande place. Toutefois, à travers
le décousu du style et les idées confuses qui s'en déga
gent, on éprouverait quelque embarras à démêler exac
tement le fond de sa pensée , si , par bonheur, un autre
interprète plus intelligible , osons le dire , plus parfait,
n'intervenait ici pour lever nos doutes ; cet interprète ,
c'est encore l'admirable sonate en ut mineur , où chaque
note , soit qu'elle exprime l'élan joyeux de la passion
ou les angoisses d'une inénarrable tristesse , dit claire
ment qu'il a aimé et qu'il a pleuré son amour . Dans cet
adagio sombre et voilé , dans cet allegretto animé , dans
ce presto agitato ardent , ému , emporté , l'artiste a mis
son âme , âme ordinairement repliée sur elle - même et

1. Nobl. Briefe Beethoven, p. 21 .


4
02 BEETHOVEN .

dont la vraie langue était celle des sons , non celle des
mots . Le doute n'est pas possible : Beethoven dédiant sa
sonate à Giulia , c'est Dante célébrant Béatrice, Lamar
tine chantant Elvire . Comme eux il a aimé , comme
eux il a souffert et exprimé sa souffrance en divins
accents .

Bientôt éclate la rupture que ces trois lettres font


pressentir . Giulia épouse le comte de Gallenberg et
partavec lui pour l'Italie 1. Beethoven , que cette cata
strophe semble prendre à l'improviste , tombe dans un
violent désespoir et court chercher un refuge chez une
amie , la comtesse Erdoedy , qui habitait alors son cha
teau de Jedlersee , dans la Marchenfelde . Elle l'y accueil
lit avec bonté et s'efforça de lui adoucir ce passage
cruel , qui d'une illusion chérie conduit à une réalité
douloureuse . Mais la blessure saignait au vif ; l'amitié
fut d'abord impuissante à la fermer . Un matin , le
pauvre affligé disparut, et déjà la comtesse le croyait
retourné à Vienne sans mot dire , quand , trois jours
plus tard , on le découvrit au fond du parc , pâle et
anéanti. Avait - il voulu se laisser mourir de faim ,

( comme on l'a prétendu ; ou la fiction usurpe-t- elle ici

1. Le comte de Gallenberg y resta de longues années, tant à Venise


qu'à Naples, directeur et compositeur des ballets du théâtre et des
fêtes musicales du roi Joseph.
BEETHOVEN . 63

la place de la réalité ? Deux personnes auraient pư


seules éclaircir ce mystère , la comtesse Erdoedy et son
professeur de musique Brauchle , qui avait retrouvé
l'infortuné Beethoven . Tous deux gardèrent le silence ,
si bien qu'aujourd'hui même le voile n'est pas encore
levé et laisse le champ libre à toutes les conjectures.
Heureusement jamais ni poëte ni musicien ne se laissa ,
que je sache , absorber tout entier par son amour ; à
côté , au- dessus de la femme aimée, la muse règne ,
parée de charmes irrésistibles et souverains , et quand
vient à sonner l'heure des tristesses et des séparations ,
elle est là , souriante et forte , prête à administrer les
consolations et l'oubli . Euterpe , en cette circonstance
encore , ne faillit point au grand artiste , et d'une main
secourable elle l'arracha au désespoir .
Mais l'amertume que dépose en nos cæurs la perte de
nos illusions ne s'effaça jamais entièrement du sien .
Longtemps après , dans l'âge mûr , la blessure se rou
vrit . En 1823 , il eut besoin de revoir la partition de
Fidelio , déposée dans la bibliothèque du Théâtre - Ita
lien , dont le comte de Gallenberg , revenu à Vienne de
puis deux ans , était le directeur , et chargea Schindler
d'aller la demander . A cette occasion , Gallenberg se

permit sur son compte des propos injurieux qui lui fu


rent rapportés . Le flot de la colère , longtemps contenu ,
déborda; il s'exhala en paroles peu mesurées dont on
64 BEETHOVEN .

retrouve la substance dans la conversation ou plutôt


dans la rédaction suivante ; car , à cette époque , on ne
parlait plus avec Beethoven , on écrivait . Seulement ,
on se demande pourquoi , au lieu de répondre de vive
voix , lui aussi se servit de la plume et choisit , chose
plus inexplicable encore , pour interpréter sa pensée ,
le français , qu'il savait fort mal . Voici ce qu'on lit dans
les Cahiers de conversation du mois de février 1823 :
SCHINDLER. — Il (Gallenberg) ne m'a inspiré aucune
estime.
BEETHOVEN . J'étais son bienfaiteur invisible par
d'autres .
SCHINDLER . --- Il faudrait qu'il le sût , afin de prendre
plus de considération pour vous qu'il n'a l'air d'en
avoir ...
BEETHOVEN . - Il paraît que vous n'avez pas trouvé
Gallen ... bien disposé pour moi ... Je voudrais bien
savoir ce qu'il a dit ?
SCHINDLER. — D'abord , il croyait , m'a-t-il dit , que
vous aviez la partition ; mais quand je l'ai assuré que
non , il a prétendu que vos éternels changements de
lieu vous l'avaient fait perdre .
Beethoven s'informe alors si Schindler a vu la com
tesse , et la conversation continue de sa part en français .
BEETHOVEN . — J'étais bien aimé d'elle et plus que
jamais son époux . Il était pourtant plutôt son amant
BEETHOVEN . 65

que moi , mais par elle j'apprenais de son misère , et je


trouvais un homme de bien qui me donnait la somme
de cinq cents florins pour le soulager ; il était toujours
mon ennemi , c'était justement la raison que je fasse
tout le bien que possible .
SCHINDLER . - Il m'a dit encore : « C'est un homme
insupportable , par reconnaissance probablement .
Mais pardonnez -leur, car ils ne savent ce qu'ils font !...
Elle a une belle figure jusqu'à présent ... Est - ce qu'il
y a longtemps qu'elle est mariée avec M. de Gallenberg ?
BEETHOVEN , Elle est née Guicciardi ... elle était
l'épouse de lui avant son voyage en Italie . Arrivée à

Vienne , elle cherchait moi pleurant , mais je la mé


prisais .
SCHINDLER.
BEETHOVEN . - Et si j'avais livré les forces de ma vie
avec ma vie même, que serait- il resté pour le noble , le
meilleur 1 ?

Dans ces phrases hachées et peu intelligibles , on


voit pourtant que la comtesse n'avait point cessé de
l'aimer, puisqu'à son retour à Vienne , après une longue
séparation , elle le cherchait en pleurant . Pourquoi la
méprisait-il ? Ce mot , dit M. Marx , peut bien venir de

1. Il y a plusieurs mots effacés sur ces pages écrites au crayon, ce


qui en augmente l'obscurité. (Marx, 1, p . 132.).
4.
66 BEETHOVEN .

sa connaissance imparfaite du français ou être arraché


à son long ressentiment . Du reste , ce n'est pas le seul
dont le sens soit obscur , et celui- ci : « J'étais plus que
jamais son époux... , ne signifie rien , sinon que Bee
thoven n'en comprenait pas la portée . Jamais il n'eut
avec aucune femme d'autre lien que celui d'une pure et
chaste affection , et son amour demeura toujours idéal ,
quelque profondes qu'en fussent les racines ? . Chasteté
du caur et de l'esprit , ne serait - ce pas le secret de sa
supériorité ?
Toutefois , l'amour que lui avait inspiré la comtesse
Guicciardi ne resta point stérile . En imprimant à son
génie le sceau de la douleur , il lui communiqua un ca
ractère plus personnel et plus profond . A dater du jour
où il perd Giulia , son vol s'élève , il prend son essor
définitif et souverain , et se débarrasse pour toujours
des liens de l'imitation .

1. Marx, II, p. 127 .


CHAPITRE IV

La 3e symphonie, dite Héroïque. Fidelio . Nombreux logements


de Beethoven . Brouille avec Breuning. Cherubini . La
4e symphonie . Beethoven d'après Reichardt. - La Messe en ut
et le prince Esterhazy . Difficultés que rencontre l'exécution des
grandes cuvres orchestrées. Exécution imparfaite, irritation de
Beethoven. La 5e symphonie. La 6e symphonie . - Offre du
roi Jérôme. Initiative de l'archiduc Rodolphe.

Nous voici arrivés à la troisième Symphonie ' , date


d'autant plus intéressante qu'elle nous montre l'artiste
dégagé des entraves de l'imitation , et l'homme avec
les idées politiques qui le préoccupaient.
Napoléon n'était encore que premier Consul , quand
Bernadotte , son ministre près de la cour d'Autriche ,
demanda à Beethoven d'écrire quelque chose en son
honneur . Le compositeur admirait le héros , et plus
encore le législateur qui avait su faire sortir la pro
spérité et le bien -être de l'anarchie et du chaos , il con
sentit donc volontiers à ce qu'on lui demandait , et se
mit au travail avec ardeur . La symphonie achevée, et

1. Opéra 55, dédiée au prince Lobkowitz .


68 BEETHOVEN .

déjà copiée au net , avec ces deux mots pour titre :


Napoléon Buonaparte, allait être remise au général
Bernadotte , quand la proclamation de l'Empire' arriva
à Vienne . Ce fut Ries qui en porta le premier la nou
velle à Beethoven . Peindre son indignation et sa
colère serait impossible ; il saisit le feuillet du titre , le
déchira , le jeta loin de lui , en s'écriant : « Cet homme
n'est qu'un 'tyran , prêt à fouler aux pieds tous les
droits . » La symphonie ne partit pas , elle reçut un
nouveau titre et devint ainsi Una Sinfonia eroica per
festeggiare il sovenire d'un grand uomo . Selon M. Fétis ,
elle subit en même temps une autre altération . La fin
triomphale fut remplacée par une marche funèbre qui,
en interrompant brusquement les chants de victoire ,
sembla indiquer la mort du héros qu'il s'était agi
d'abord de glorifier. Interprétation que , du reste , Beetho
ven lui-même a confirmée pleinement. En 1821 , il
n'avait pas encore pardonné au prisonnier de Sainte
Hélène son titre d'empereur , lui dont l'idéal était une
république à la Platon ; aussi , en apprenant sa mort,
dit- il sans hésiter que la musique destinée à cet évé
nement était écrite depuis dix-sept ans , expliquant
ainsi la présence de la marche funèbre dont les notes
lugubres tranchent si fortement sur l'ensemble de
l'æuvre .
Maintenant , est -il bien certain que cette marche ait
BEETHOVEN . 69

été composée après coup , comme le pense M. Fétis , et


qu'elle occupe la place de la fin triomphale de la
50 symphonie ? M. Marx , savant musicien , qui , avec
Th . A. Hoffmann , a peut- être été le premier à compren
dre toute la valeur de la musique de Beethoven , com
bat vivement cette opinion , en l'appelant une triviale
idée française, et la rejette avec un grand dédain . Son
jugement mérite d'être écouté , il le mériterait encore
plus si , ici , son impartialité n'était un peu compromise
par sa haine . En sa qualité de Prussien , M. Marx nous dé
teste cordialement , nous autres pauvres Français , et
nous traite de haut en bas chaque fois que l'occasion
s'en présente : aussi conçoit - on qu'en aucun cas , il ne
puisse admettre que ce magnifique final ait jamais été
destiné à honorer Napoléon .
Du reste , disons-le tout de suite à l'honnenr de
Beethoven , sa plume n'était pas vénale . S'il refusa
d'écrire pour l'empereur , il ne consentit pas davantage
à écrire pour la Révolution . Hofmeister, de concert
avec d'autres éditeurs, lui ayant demandé une sonate à
tendances révolutionnaires ou tout au moins républi
caines , il répondit, le 8 novembre 1802 : « Avez-vous
donc tous le diable au corps , Messieurs , pour me pro
poser d'écrire une pareille sonate ? Pendant la fièvre
révolutionnaire , passe encore , mais maintenant que
tout rentre dans la vieille ornière, que Buonapa
70 BEETHOVEN .

conclut le concordat avec le pape , une œuvre sem


blable ! S'il s'agissait d'une messe à trois voix , prosancta
Maria ... Oh ! alors , je prendrais bien vite mon crayon
et je tracerais en note magistrale un Credo in unum ;
mais bon Dieu , une pareille sonate en ce temps de
christianisme restauré ... Laissez donc , il n'en sortira
rien 1. »

La Symphonie héroïque resta longtemps dans les


cartons . Elle avait des proportions inusitées et des
allures nouvelles qui blessaient les vieux principes ;
puis l'auteur s'y était répété avec une complaisance,
unique , il est vrai , dans son cuvre , mais fåcheuse,
puisque la marche funèbre reproduisait le finale du
ballet de Prométhée , présent au souvenir de tous , et
que ce finale avait d'abord été tiré d'un recueil de con
tredanses pour passer dans le thème des Variations,
opéra 35. Parmi les nouveautés qu'on repoussait, on
signalait des dissonances auxquelles Ries lui-même fut
pris . Dans la seconde partie de l'allegro , le cor pressent
le thème pendant quelques minutes, tandis que les
deux parties de violon continuent à tenir un accord de
seconde . Ceux qui ne connaissent pas la partition
croient que le corniste a mal compté les mesures , et
qu'il est entré à contre-temps . A la première répétition ,

1. Marx, I, p . 123 .
BEETHOVEN . 71

qui fut terrible , mais où le cor fit bien son entrée , Ries ,
placé près de Beethoven , crut à une méprise , et s'écria :
« Maudit corniste , ne pouvait -il pas compter ? cela sonne
abominablement faux. » Il fut bien près de recevoir un
soufflet, et Beethoven ne lui pardonna pas de long
temps .
Cette dissonance servit de texte à des discussions
sans fin . Un éditeur français alla jusqu'à la corriger
dans la partition , l'attribuant à une faute de gravure .
Il se trompait, on rétablit le thème dans son intégrité .
Un fait à noter en passant . La deuxième Symphonie
en ré majeur 1 , qui avait été écrite vers le même temps
que la première , c'est- à -dire vers 1800 , et qui portait
comme elle le cachet de Mozart , n'était pas encore
connue en 1802 , l'exécution publique n'eut lieu qu'en
1804 ; nouvel exemple à l'appui de la distance qui sépa
rait souvent l'exécution de la composition .
Saluons maintenant l'année 1805 , une des plus fé
condes en wuvres capitales. Voici d'abord la Sonate en
la mineur pour piano et violon , écrite pour Bridge
tower, et dédiée à Rodolphe Kreutzer ?, et la Sonate

1. Opéra 36, dédiée au prince Lobkowitz . L'exécution du Concerto


pour piano, en ut mineur, date aussi de 1804 .
2. Opéra 47. Bridgetower était un capitaine de la marine mar
chande américaine, bon violoniste .
72 BEETHOVEN .

en ut majeuri . Les perfectionnements du piano datent


de cette époque ; avec la première , le clavier de cinq
octaves s'étend jusqu'au sol ; avec la seconde, il s'étend
jusqu'au la . Mais nous arrivons à l'æuvre restée unique
parmi les cuvres du maître , à l'opéra de Fidelio, dont
il nous faut brièvement retracer l'histoire .
L'Oratorio , le Christ au mont des Oliviers , composé
de 1800 à 1801 , avait fait penser que Beethoven pour
rait atteindre dans la musique dramatique la hauteur
où il ne tarda pas à parvenir dans la musique sympho
nique , et le baron de Braun lui proposa d'écrire un
opéra pour le Théâtre -sur -la - Vienne, dont il était le
propriétaire . Joseph Sonnleithner se chargea du livret ;
il traduisit la pièce française l’Amour conjugal, mise
en musique par Gaveaux , et déjà publiée aussi en ita
lien avec musique de Paer , sous le titre de Léonore .
C'était de quoi arrêter un compositeur moins vaillant ;
Beethoven accepta bravement ce livret et travailla si
bien qu'il avait fini vers le milieu de l'année . Malheu
reusement les circonstances n'étaient pas favorables au
succès d'une pièce de théâtre . La guerre régnait par
tout , elle absorbait les ressources de l'Autriche et
préoccupait tous les esprits. La première représentation
eut lieu le 20 novembre 1805 , sept jours après l'entrée

3. Opéra 53, dédiée au comte Waldstein.


BEETHOVEN . 73

des Français à Vienne . On peut juger de l'état de la


ville . Toute la noblesse , toutes les personnes riches
l'avaient abandonnée ; la salle fut à peu près unique
ment remplie d'officiers français , plus habitués à la
grande voix du canon et aux maneuvres des champs
de bataille qu'aux fioritures d'une prima donna et à
l'habile arrangement d'une mise en scène. D'ailleurs
l'atmosphère était trop ardente , les âmes trop forte
ment émues par des luttes réelles pour que les dou
leurs de Léonore pussent agir vivement sur elles . La
pièce eut trois représentations et fut retirée .
Il s'était en outre élevé d'autres difficultés qui, même
dans des circonstances ordinaires , eussent offert de
grands obstacles . Amis et ennemis ne comprenaient pas

encore trop cette musique ; la pièce , qui pis est, avait


des longueurs excessives ; certains morceaux de chant
se trouvaient impropres à la voix , et certains chan
teurs insuffisants pour leur rôle. La basse-taille , Meyer ,
par exemple , doué d'un organe aussi dur que sa mé
thode , avait de son talent une opinion d'autant plus
haute que sa femme était la belle-seur de Mozart , et
cette illustre parenté , dont il se targuait à tout propos ,
lui donnait une outrecuidance risible . Beethoven vou
lut s'en amuser . Il lui ménagea un passage très-diffi

1. Josepha Weber, veuve Hofer .


5
74 BEETHOVEN .

cile , et l'orchestre y mettant aussi son grain de malice ,


le chanteur présomptueux fut bientôt dérouté et obligé
de suivre au lieu d'être suivi . Jamais mon beau -frère
n'aurait écrit pareille bêtise ! » s'écria le malheureux
pris au piége ; cri de détresse qui fut accueilli par un
immense éclat de rire . Le souvenir de cette petite scène

avait toujours le pouvoir d'égayer Beethoven , et bien


des années après , chaque fois qu'il rencontrait dans la .
rue le pauvre Pizarro , il cédait volontiers à un mouve
ment d'hilarité .
Léonore fut retirée du théâtre en novembre et re
prise le 29 mars suivant, après qu'on eût réduit à deux

les trois actes primitifs et supprimé plusieurs morceaux


de chant, ce qui en rendit la marche plus rapide , mais
ne suffit pas à satisfaire le public . Donnée une seconde
fois , le 10 avril, elle disparut de nouveau de la scène
pour bien longtemps .
Quand il s'était agi d'opérer ces coupures , une réu
nion passablement orageuse avait eu lieu chez le prince
Lichnowski, en présence de quelques intimes et de la
princesse qui tenait le piano . Beethoven défendit son
æuvre mesure par mesure et s'emporta en voyant tout
le monde se prononcer pour la suppression de mor
ceaux entiers . Après un long débat , le prince obtint
pourtant qu'ils seraient omis à la première représen
tation , à titre d'essai ; ils n'ont plus jamais reparu.
BEETHOVEN . 75

La troisième reprise eut lieu en 1814 ; elle ne sou


leva guère moins de difficultés, mais Beethoven fit
preuve d'un grand désintéressement. Il donna sa pièce
sans condition aux trois inspecteurs du théâtre de
l'Opéra , qui avaient obtenu une représentation à leur
bénéfice. Il s'adjoignit, pour les remaniements , son ami
Treitschke , que sa qualité de poëte et de régisseur de
l'Opéra qualifiait doublement pour cette tâche délicate ,
et qui , à ce propos , a raconté l'épisode caractéristique
que voici :
« Un soir , vers sept heures , Beethoven vint chez
moi . Après quelques instants de conversation indiffé
rente , il s'informa où j'en étais de mon travail . Je ve
nais de le terminer , je le lui présentai . Il le lut, se mit
à arpenter la chambre de long en large , marmottant ,
fredonnant entre ses dents , selon sa coutume , au lieu
de chanter ; puis il ouvrit brusquement le piano . Ma
femme lui avait souvent demandé de jouer , mais sans
succès ; ce jour-là , il placa le texte devant lui et se
livra à une improvisation merveilleuse qu'aucun
moyen magique ne pouvait , malheureusement , fixer
sur le papier . Il semblait évoquer le motif de l'air dont
les paroles étaient sous ses yeux . Les heures s'écoule
rent , l'improvisation continuait. On apporta le souper
qu'il devait partager avec nous , mais il ne se laissa
point déranger . Plus tard il se leva , m'embrassa et
76 BEETHOVEN.

sortit précipitamment en refusant de rien prendre . Le


lendemain , le morceau était prêt ! . ,
La première représentation de cette troisième re
prise eut lieu le 23 mai avec un grand succès : les
chanteurs eux -mêmes ne laissèrent rien à désirer ?;
mais l'ouverture nouvelle n'était pas prête . Le matin
l'orchestre , convoqué pour une répétition , avait
attendu longtemps et vainement le maître. Treitschke
alla le chercher . Il le trouva couché et dormant pro
fondément; près de lui était un verre de vin et un bis
cuit ; les feuillets de l'ouverture gisaient épars sur le lit
et sur le plancher ; la lumière, entièrement consumée,
attestait une veille laborieuse et prolongée . L'impossi
bilité de terminer était absolue, on prit , pour cette
fois , l'ouverture de Prométhée . Le soir , le maître diri
1 gea lui-même l'exécution , assisté du maître de chapelle
Umlauf. Mais , après la septième représentation qui eut
lieu à son bénéfice, il fallut encore s'arrêter . Madame
Milder-Hauptmann , chargée du principal rôle , quitta
Vienne pour un engagement à vie à Berlin , et ne put
être remplacée.

1. F. Treitschke , Orpheus, musikalisches Taschenbuch , für das


Jahr 1841. Schindler, p. 118 et suivantes.
2. C'étaient madame Milder - Hauptmann, célèbre dans toute l'Alle
magne, Michel Vogel, Weinmuller, tous deux artistes accomplis, et
l'Italien Radicchi, qui semblait fait pour le rôle de Florestan .
BEETHOVEN . 77

L'ouverture ou plutôt les ouvertures, car cet opéra


en a plusieurs , de même qu'il eut deux titres : Léo
nore et Fidelio, ces ouvertures ont aussi leur histoire .
Si on avait pris celle de Prométhée dans cette circon
stance , ce n'était pas faute d'en avoir trois toutes
prêtes ; mais la première ne satisfaisait ni le maître ni
ses amis , elle ne fut jamais exécutée avec l'opéra ! . La
deuxième , en ut majeur comme la première , passe
pour la meilleure , et fut exécutée en 1805 ; on l'aban
donna parce qu'elle était trop difficile pour les instru
ments à vent 2. La troisième, aussi en ut majeur , fut

exécutée à la reprise de 1806. Remaniée et compléte


ment transformée, tout en conservant les motifs de
l'introduction et de l'allegro de la seconde , elle prit de
telles proportions qu'on la trouva trop longue pour ser
vir d'ouverture à un opéra . Les artistes lui préféraient
généralement la précédente , Beethoven n'en aimait
pas plus les instruments à cordes que les instruments
à vent ; son abandon semblait écrit d'avance , il eut lieu
en effet. Pourtant, publiée en 1810 , chez Breitkopf et
Haertel , elle est maintenant l'ouverture favorite de tous
les orchestres , parce qu'elle permet aux exécutants de
se distinguer . La quatrième , enfin , en mi majeur, com

1. Elle figure au catalogue comme ouvre posthume (opéra 38) .


2. Elle est déposée à la Bibliothèque royale de Berlin, depuis 1841 .
78 BEETHOVEN.

posée pour la troisième reprise , ne présente aucune


difficulté, mais elle est plus semblable à une ouverture
de concert qu'à une ouverture d'opéra .
Tandis que l'artiste écrivait Fidelio , l'homme cédait
à l'impatience et au besoin de changement qui le tour
mentait. Le directeur du théâtre avait mis gracieuse
ment un appartement à sa disposition au théâtre même ;
mais il s'en dégoûta vite et le quitta pour aller en oc
cuper un autre dans la maison d'Étienne de Breuring .
Le printemps vint, et avec lui un troisième logement
à Baden , sans donner congé du précédent , puis bientot
un quatrième à Dæbling 4. Cet appartement de Baden
amena même , entre les deux amis , une brouille dont
nous voyons les traces dans la lettre suivante que nous
reproduisons, parce qu'elle nous place bien au milieu
de la situation , et nous fait connaître Beethoven , dans
ses rapports intimes , mieux que de longues expli
cations.

« Mon cher Ries ,


« Comme Breuning, par sa conduite , n'a montré aucun
scrupule de me faire passer à vos yeux et à ceux du maître
de la maisun pour un homme d'un mauvais et piètre
caractère, je vous prie de lui porter verbalement ma ré
ponse sur le premier point de sa lettre, auquel je ne m'ar
rête ici que pour justifier mon caractère près de vous. Dites

1. Village près de Vienne.


BEETHOVEN . 79

lui donc que je n'ai nullement songé à lui faire des repro
ches à cause du retard qu'il a mis à donner congé, et que ,
en admettant même qu'il fût coupable , l'harmonie et les
bons rapports en ce monde me sont trop chers pour que je
fasse de la peine à un ami à propos de quelques centaines de
florins de plus ou du moins . Vous savez bien que je vous ai
reproché , en riant , d'être cause que le congé avait été donné
trop tard . Je suis certain que vous vous en souvenez, pour
moi j'avais déjà oublié toute l'affaire. Pendant que nous
étions à table , mon frère commença à dire qu'il croyait
que c'était la faute de Breuning ; je le contestai sur-le
champ et dis que c'était la vôtre . Il était assez clair, ce me
semble, que je n'attribuais pas le tort à Breuning . Là-des
sus , celui-ci se leva comme un furieux et dit qu'il allait
appeler le maître de la maison . Cette conduite extraordi
naire me mit hors de moi ; je me levai à mon tour en ren
versant la chaise , et sortis pour ne plus rentrer. Ceci porta
Breuning à me dépeindre sous les plus facheuses couleurs ,
à vous et au maître de la maison , et à m'écrire une lettre
à laquelle, du reste, je n'ai répondu que par le silence .
Je n'ai plus rien à lui dire . Sa manière de penser et d'agir
à mon égard prouve qu'aucun lien d'amitié n'aurait jamais
dů exister entre nous, et qu'il n'en existera certainement
plus à l'avenir . J'ai voulu vous instruire de ceci, votre
témoignage ayant abaissé ma manière de penser et d'agir.
Je sais que si vous aviez été mieux informé, vous ne l'au
riez certainement pas fait ; cela me suffit.
« Aussitôt après le reçu de cette lettre, je vous prie, mon
cher Ries , d'aller chez mon frère, l'apothicaire, lui dire
que je quitterai Baden dans quelques jours , et qu'il loue
immédiatement le logement de Dubling. Je serais bien
volontiers déjà parti aujourd'hui , je m'ennuie ici, j'en suis
fatigué. Remuez-vous , au nom du ciel , afin qu'il loue sur
80 BEETHOVEN.

le- champ, car je veux m'y installer de suite . Surtout pas


un mot de la lettre écrite d'autre part ; je veux lui mon
trer que de ce côté je ne suis pas si petit que lui, et que je
lui ai écrit d'abord après cette lettre, bien que la résolu
tion de rompre notre amitié soit et demeure fermement
arrêtée 1. »

Heureusement cette ferme résolution fut de courte


durée , puisque nous voyons , bientôt après , Beethoven
et Breuning recommencer à prendre leurs repas en
semble, et le premier dédier un concerto ? au second .
Cependant un cinquième logement était venu dans l'in
tervalle s'ajouter aux autres , et celui-là , loué chez le
baron Pasqualati , fut si souvent pris , quitté et repris ,
que le baron défendit de le donner à personne , et qu'il
disait en riant, chaque fois que Beethoven s'en allait :
a Attendez un peu, il ne tardera pas à revenir 3. »

Pendant que ces choses se passaient, Cherubini arri


vait à Vienne , dans la seconde moitié de 1805 ; il y
écrivit sa Faniska et y fit représenter son Porteur
d'eau , aux applaudissements du public . Après avoir
assisté avec attention aux représentations de Fidelio ,
il se permit de donner à l'auteur quelques conseils sur
l'art de traiter le chant , et, s'autorisant de ses dix an
1

1. Nohl, Briefe Beethoven, p. 46 .


2. Opéra 61 .
3. La maison du baron Pasqualati était située sur le Mælker Bastei.
BEETHOVEN . 81

nées de plus d'expérience , il fit venir pour lui la mé


thode de chant du Conservatoire de Paris . Beethoven

n'en fit peut- être pas grand usage ; mais il garda cet
.
exemplaire dans sa bibliothèque jusqu'à son dernier
jour , à côté de la traduction allemande qu'en avaient
fait faire les éditeurs Breitkopf et Haertel . On doit re
gretter, avec le maître italien , qu'il ne se soit pas livré
à une étude plus approfondie de cette partie de son art ,
et qu'il n'ait pas eu plus d'égard àux observations
des chanteurs , dont ni les réclamations timides ni
les emportements violents ne purent jamais rien ob
tenir de lui .
Cherubini resta à Vienne assez longtemps pour bien
connaître Beethoven ; il le jugeait peu sociable , et lui
reprochait d'être toujours brusque. Il est vrai que la
bonne madame Cherubini , et Cramer ( l'auteur des
Etudes ) qui , lui aussi , avait été en relation avec le
maitre , de 1799 à 1800 , ne partageaient pas entière
ment cette opinion , tout en étant forcés de convenir
qu'il était froid et roide en société , à cheval sur sa di
gnité d'artiste , et que les plaisanteries auxquelles il se
livrait assez volontiers en petit comité dégénéraient
souvent en sarcasmes , surtout quand on touchait aux
questions politiques et sociales . Ses deux défenseurs
blamaient aussi l'égalité de parti pris qu'il établissait
entre les femmes, confondant par système la grande
5.
82 BEETHOVEN .

dame avec la bourgeoise , et on sait quel abîme les sé


paraît , à Vienne plus peut-être que partout ailleurs.
Quant à sa gaucherie, à ses distractions , à sa mal
adresse , ils racontaient là-dessus d'innombrables his
toires , auxquelles Cherubini ne manquait jamais d'a
jouter son refrain favori . « Toujours brusquel » Ries ,
à qui on a tant reproché , je ne sais pourquoi, d'avoir
médit du maître , ne va pas plus loin quand il nous
parle de ses mouvements sans aisance et sans grâce ,
de son encrier souvent renversé sur son piano , de ses
meubles brisés et salis , des nombreuses balafres qui
sillonnaient son visage les jours de barbe , et de l'in .
croyable désordre qui régnait dans ses papiers jetés
péle -mêle dans un coin et livrés à une confusion que
Beethoven lui -même confirme. « J'ai besoin , pour quel
ques jours , de la partition de la Cantate , écrit-il à
l'éditeur Haslinger ; la mienne est si déchirée que je
ne puis en réunir les morceaux . » Et à madame Strei

cher : « Mes papiers sont presque en ordre ; ç'a été un


des sept travaux d'Hercule 1. )
Évidemment le côté artistique dominait de beaucoup
chez lui le côté positif de la vie ; si cette disposition
avait des inconvénients , elle présentait aussi des avan

1. Nohl , Briefe Beethoven , p. 262-172. Voir aussi les Lettres à


Zmeskall, p. 70 .
BEETHOVEN . 83

tages : elle l'aidait à échapper aux tristesses , aux exi


gences , aux souffrances de celle -ci, par les joies , les
élans , les insouciances de celle-là ; elle lui permettait ,
par exemple , étant encore sous le coup des mécomptes
de Fidelio, d'écrire la 40 symphonie, en si bémol ', et
la sonate en fa mineur , l'une empreinte d'un calme,
d'une sérénité parfaite , l'autre d'une poésie douce et
souriante . Il devait , sans nul doute , cette heureuse si
tuation d'esprit à l'influence des champs , où il aimait
à s'égarer . Un jour , après une longue promenade pen
dant laquelle il n'avait cessé de fredonner ou de chan
ter à pleine voix , il rentre chez lui , se met au piano ,
son chapeau sur la tête, et s'absorbe si bien qu'il ou
blie Ries , assis dans un coin ; au bout d'une heure ,
tout surpris de le retrouver là , il le congédie afin de
travailler encore . Le soir , le beau finale de la sonate en
fa était trouvé .
Les années s'écoulèrent, marquées au passage par
des cuvres telles que les trois Quatuors dédiés au
comte Razumovski ?, dont le troisième , dit M. Marx ,
s'élève à des hauteurs inaccessibles à tous les quatuors
passés , présents et futurs ; l'ouverture de Coriolan ",

1. Opéra 60, dédiée au comte d'Obersdorf, exécutée l'année suivante.


2. Opéra 57, dédiée au comte de Brunswick, publiée en 1807 .
3. Opéra 59 .
4. Opéra 62, dédiée à M. Collin, auteur de la tragédie .
.

84 BEETHOVEN .

la Messe en ut majeur !. En même temps la société


dispersée se réunissait et signalait son retour par la
formation d'un orchestre et l'exécution des plus ré
centes compositions du maître . La critique aussi repre
nait son æuvre et annonçait au public ces nouvelles
créations , d'un ton moitié sévère et moitié protecteur
qui dut plaire médiocrement à leur auteur.
Avec l'année 1808, il entrait dans toute la maturité
et toute la plénitude de son génie . Cette année- là,
F. Reichardt, maître de chapelle du roi de Prusse , vint
à Vienne et chercha Beethoven, qu'il avait connu à
Berlin . Il eut toutes les peines du monde à le trouver ,
et finit par le découvrir dans un grand appartement
sombre et délabré que le maître habitait alors dans la
maison de la comtesse Erdoedy. « Son air était d'abord
tout aussi sombre que son logis , nous apprend Reichardt ,
mais il se rasséréna bientôt , et montra même autant de
joie à me voir que j'en éprouvais de mon côté ... C'est
une nature puissante , toute cyclopéenne à l'extérieur ,
mais , au fond, tendre , sensible et bonne . Il habite chez
une comtesse hongroise, la comtesse Erdoedy,qui occupe
le premier étage de cette grande maison dont le prince
Lichnowski possède le second ... » ( 30 novembre 1808. )
Cette comtesse Erdoedy est la même chez qui nous

1. Opéra 86, dédiée au comte Kinski , écrite pour le prince Esterhazy.

1
BEETHOVEN. 85

avons vu Beethoven se réfugier au moment de sa rup


ture avec Giulia ; elle resta toute sa vie son amie dans
la meilleure et la plus sévère acception du mot . A quel
ques jours de là , Reichardt revient sur son compte et
la dépeint en ces termes : « J'ai été invité , par un bil
let fort amical de Beethoven , à un très-agréable dîner
chez sa dame de maison ( Hausdame), la comtesse Er
doedy . L'émotion m'aurait presque gâté la joie . Figu
rez -vous une très -jolie, très-petite , très-délicate femme
de vingt-cinq ans, qui , mariée à quinze ans , a contracté
dès sa première couche un mal incurable , et , depuis
dix ans , n'est pas restée trois mois hors de son lit.
Elle n'en a pas moins donné naissance à trois beaux
enfants, très-sains , toujours suspendus après elle . La
musique est sa ' seule jouissance . Elle exécute très
joliment celle de Beethoven , et se traîne d'un piano à
l'autre avec ses pauvres pieds gonflés, sans en étre
pour cela ni moins, gaie ni moins bienveillantel . »
Il semble que Beethoven eût perdu à cette époque un
peu de sa sauvagerie hautaine. Il se mettait au piano
sans trop se faire prier , chez čette amie et même chez
d'autres , souffrant qu'on lui demandât , entre deux
tasses de thé , de jouer quelque chose . Il est vrai que la
jeune et belle personne qui lui faisait cette prière l'ac

1. Marx, II, p . 109 .


86 BEETHOVEN . !

compagnait d'un sourire irrésistible , il est vrai encore


que les femmes de la société lui avaient voué une ad
miration enthousiaste . Un jour , on entendit l'une d'elles
s'écrier, au milieu d'une nombreuse assemblée : « Que
ce front est beau , qu'il est noble , qu'il est inspirél
Ah ! Madame , dit le maitre , ému et souriant , si du moins
vous daigniez y déposer un baiser . » Aussitôt sa fer
vente admiratrice s'empressa de payer ce tribut au
génie . Quel homme ne se laisserait apprivoiser. par
de si douces flatteries ?
Beethoven ne jouait pas volontiers ses Concertos, et
pourtant ils méritaient bien de l'avoir pour interprète ,
tout particulièrement le Concerto en sol mineur ' , qu'on
entendit pendant l'été de cette année 1808 dans les
concerts donnés à l'Augarten. « OEuvre de poëte , dit
M. Marx , elle était digne d'être exécutée par un poëte . ►
A la même époque avait lieu à Eisenstadt l'exécution
de la Messe en ut majeur , chez le prince Esterhazy,
mais cette solennité ne fut pas sans causer quel

qués déboires à l'auteur. Le prince , tout grand


amateur de musique qu'il était , y cherchait plutôt
l'agrément que l'élévation ; c'était du reste une tra
dition de famille à laquelle Haydn s'était toujours ef
forcé de rester fidèle . Le jour de la première audition de

1. Opéra 58, dédié à l'archiduc Rodolphe.


BEETHOVEN . 87

læuvre de Beethoven , on se réunit comme à l'ordi


naire dans les appartements du château , après le ser
vice divin , pour s'entretenir de ce qu'on venait d'en
tendre. Quand le compositeur entra , le prince lui dit :
Mais , mon cher Beethoven , qu'avez-vous donc fait
là ? , En même temps , celui-ci surprit un sourire
sur les lèvres de Hummel , successeur d'Haydn
dans ses fonctions de maitre de chapelle ; ce fut la
goutte d'eau qui fait déborder le vase . Le soir même il
quittait Eisenstadt et ne se réconciliait avec Hummel
qu'au moment de sa mort . Disons-le en passant , ce ma
lencontreux sourire n'était pas la seule cause d'inimitié
qui existât entre eux . On assure qu'ils avaient recher
ché l'un et l'autre la même jeune fille et que Hummel
avait été le préféré '. En outre , ce dernier imprimait
au piano une direction qui contrariait Beethoven . Riva
lité d'amour et rivalité d'artiste , que faut- il de plus
pour rompre une amitié ?
Cette messe , publiée seulement en 1813 , ne fut exé
cutée publiquement qu'en 1816 , retard qu'on duit attri .
buer en partie au prince dont elle était la propriété, en
partie aux difficultés que l'exécution de si grandes eu
vres rencontrait à Vienne , où les compositeurs ne pou
vaient disposer des orchestres des théâtres que pen

1. C'était la sæur du chanteur Rockel ; Hummel l'épousa.


88 BEETHOVEN .

dant les derniers jours avant Noël et les deux premiers


de la semaine sainte . La presse étant alors. considé
rable , ' elle entraînait inévitablement des dépenses
énormes , des répétitions insuffisantes, une interpré
tation peu exacte . Ce dernier point irritait surtout le
maître à un tel degré qu'il s'oubliait parfois jusqu'à
apostropher les exécutants en termes fort peu mé
nagés , et si haut que tout le monde pouvait l'entendre .
Ceux -ci s'en vengeaient en refusant de jouer quand il
était à l'orchestre , ou même en exigeant qu'il se tint
dans une pièce voisine . Mais à peine avait - il écrit quel
que chose de nouveau que leur curiosité triomphait de
leur irritation et que tout rentrait dans le calme.
Comme Beethoven commençait souvent plusieurs
ouvrages à la fois, il est fort difficile de déterminer le

moment précis de chaque création ; c'est ce qui explique


comment la Symphonie en ut mineur ' fut considérée
jusqu'en 1813 comme la sixième , et la Symphonie pas
torale ? comme la cinquième . Depuis , des données plus
exactes et l'étude mieux entendue de l'inspiration qui
les anime ont fait intervertir cet ordre , et tout porte à
croire , en effet, que la date de 1807 convient à la pre
mière , celle de 1808 à la seconde . OEuvre merveilleuse

1. Opéra 67, dédiée au prince Lobkowitz et au comte Razumovski.


2. Opéra 68, dédiée aux mêmes.
-
BEETHOVEN . 89

que cette symphonie en ut mineur ; c'est en l'écoutant


qu'il faudrait écrire la vie du maître , pour parler digne
ment de son génie ! Pourtant , qui le croirait ? admirée
aujourd'hui sans restriction , elle rencontra à son appa
rition un accueil très- froid dans le public et des adver
saires acharnés parmi les artistes et les critiques . Nous
avons déjà vu la controverse qui s'éleva à propos du
finale, deux mesures du scherzo en ont excité une non
moins vive à laquelle Mendelsohn et Habeneck ont pris
part avec tout ce qui de près ou de loin s'intéressait à
la musique. Fallait- il supprimer ces deux mesures ? Là
était la question . Une lettre du maître disait oui , son
silence obstinément maintenu à toutes les auditions
postérieures , disait non . C'est à ce non qu'on s'en tint ,
parce que l'on savait qu'il surveillait de très-près l'exé
cution de ses euvres , et que , quant à la correction préa
lable , il lui arrivait souvent de changer d'avis , témoins
ses manuscrits où , sur plusieurs mesures rayées , on
trouve tantôt le mot bien , tantôt le mot supprimées,
tantôt le mot conservées .
C'est à Heiligenstadt que furent composées ces deux
symphonies , Heiligenstadt , où nous avons déjà vu
Beethoven en 1802 , et qui semble avoir été l'objet tout
particulier de ses prédilections . Longtemps après , il y
revint un jour (en 1823 ) en compagnie de Schindler ,
et comme tous deux se promenaient dans la jolie vallée
90 BEETHOVEN .

qui s'étend entre ce lieu et Gruising, le long d'un ruis


seau rapide , bordé de grands ormes , il s'arrêta tout à
coup et laissa errer ses regards sur le paysage qui se
déroulait devant lui . Puis , s'étant assis sur le gazon , le

dos appuyé contre un arbre , il demanda à son compa


gnon s'il n'entendait point chanter un loriot dans le
feuillage. C'est ici , dit - il, que j'ai écrit la scène Au
bord du ruisseau , avec la caille, le rossignol, le coucou
et le loriot pour collaborateurs . Pourquoi donc
n'avez-vous pas nommé celui-ci, lui demanda Schindler?
- J'ai voulu éviter les commentaires malveillants qui
d'ailleurs n'ont pas manqué à cette symphonie , car
beaucoup de gens s'obstinaient à l'appeler un badinage
précisément à cause de ce morceau , et la critique de
Leipzig proposait de l'intituler non pas Symphonie, mais
Fantaisie d'un compositeur .
Si le doux ramage des oiseaux avait inspiré le gra
cieux morceau du Bord du ruisseau , les airs de danse
des paysans avaient fourni le canevas de la Réunion
joyeuse des paysans . Cette chose charmante et touchante
à la fois, qu'on appelle la musique populaire , et qui
disparaît chaque jour , existait encore alors à Vienne
dans toute sa naïveté , et ravissait le maître par le ca
ractère particulier de son rhythme et de son harmonie .
Les bons ménétriers autrichiens avaient par -dessus
tout le don de le réjouir ; il ne se lassait point d'obser
BEETHOVEN . 91

ver les petits sommes dont ils entrecoupaient leurs


valses , tantôt balançant la tête en cadence et fermant
les yeux , tantôt s'arrêtant brusquement en laissant
tomber leur instrument à terre , ou bien se réveillant
soudain et rentrant dans la mesure par un bon coup
d'archet . Il s'appliqua à reproduire ces effets et y
réussit si bien que , dans ce morceau , chaque instrument
semble s'endormir et se réveiller à son tour , comme
les braves campagnards . Du reste, ce n'est pas le seul
emprunt qu'il ait fait à la musique populaire . Le chant
des soldats , dans la Symphonie héroïque , est un chant
d'étudiant qu'il s'est approprié en le transformant ; le
premier et le deuxième quatuors , dédiés au comte
Razumovski , reproduisent des mélodies populaires
russes qu'il y introduisit pour plaire au comte , et pro
bablement pour se plaire à lui-même ; enfin , le thème
des variations du Septuor est tiré d'un chant populaire
des bords du Rhin , souvenir d'enfance , évoqué après
huit ans passés loin du pays natal . Mais ne pouvait -il
pas , au même titre que Molière , prendre son bien par
tout où il le trouvait ? La Symphonie pastorale , expres
sion des joies , des terreurs , des plaisirs populaires , au
sein d'une nature que le maître égaye et embellit au
gré de son inspiration poétique , comme le peintre fond
et harmonise , sous un pinceau savant , chaque partie
d'un paysage éclairé ici d'un rayon de soleil , et troublé
92 BEETHOVEN .

là d'une nuée d'orage , est bien vraiment l’æuvre d'un


amant passionné de la nature , de celui qui écrivait à la
baronne de Droszdick : a Que vous êtes heureuse ,

Madame , d'aller sitôt à la campagne ! moi je ne puis


goûter ce bonheur avant le 8 courant. Je m'en réjouis
comme un enfant. Je suis si joyeux quand une fois je
puis errer à travers les bois , les taillis , les plantes , les
rochers . Bois , arbres , montagnes , rendent l'écho que
l'on souhaite d'entendre ! Personne ne peut aimer la
campagne autant que moi !! »
Six symphonies , les plus belles sans contredit qu'il
7
ait écrites et qu'on ait écrites , un opéra , une messe ,
un oratorio, des trios , des quatuors , un nombre consi
dérable de sonates , tant d'æuvres du premier ordre ,
lui assuraient-elles enfin , en 1809 , une gloire incon

testée et une position solidement assise ? Hélas ! non .


Il avait toujours à lutter contre l'animosité des uns et
la froideur des autres ; il subissait le contre - coup des
événements politiques qui , en dépréciant les valeurs ,
en dispersant la noblesse , lui enlevaient le principal de
son revenu . Ses éditeurs , il est vrai , payaient plus
cher , et ses admirateurs lui faisaient des présents de
grand prix , mais la mauvaise foi de ces mêmes éditeurs
le privait d'une partie de ses avantages . Dès 1802 , il

1. Nohl, Briefe Beethoven, p. 65 .


BEETHOVEN. 93

avait été contraint de protester publiquement contre les


arrangements et les contrefaçons qu'on faisait de ses
euvres sans sa participation et à son détriment ' .
Malheureusement il n'était guère question alors de la
propriété artistique, et un pauvre auteur n'avait aucun
moyen de se faire rendre justice . Aussi le pillage mar
chait en progressant sans entraves . D'autre part , ses
frères le dépouillaient à plaisir de tous ces beaux cadeaux
qu'on lui faisait ; mais de ceux- là il ne se plaignait
jamais , et si on lui demandait ce qu'était devenue telle
bague , telle montre d'une grande valeur , il avait l'air
de réfléchir un instant et répondait invariablement :
« Je ne sais pas . »

Dans ces circonstances , il reçut du roi de Westphalie ,


Jérôme Napoléon , l'offre de venir occuper à sa cour la
place de maître de chapelle, avec un traitement fixe
de 600 ducats ? . Ce fut un coup de foudre qui tira fort
à propos ses amis de leur assoupissement . Comme il
arrive d'ordinaire , en se voyant menacés de le perdre ,
ils comprirent mieux tout ce qu'il valait ; aussitôt,

1. Voir deux Avertissements publiés dans la Gazette musicale uni


verselle de Leipzig, novembre 1802 et novembre 1803, note B.
2. Le roi offrait à Beethoven un traitement de 600 ducats en or pen
dant toute sa vie ; 150 ducats pour frais de voyage ; le tout condi
tion de jouer quelquefois devant lui,, et de diriger ses concerts de
chambre, lesquels étaient toujours très-courts et n'avaient lieu que
rarement.
94 BEETHOVEN .

l'archiduc Rodolphe , le prince Lobkowitz et le prince


Kinski , se concertèrent pour lui assurer une pension
qui le mît au-dessus de tout embarras d'argent et le
retînt pour toujours à Vienne . Ils la portèrent à 4,000
florins, ainsi répartis entre eux : l'archiduc Rodolphe ,
1,500 ; le prince Lobkowitz , 700 , et le prince Kinski ,
4,800 , et s'engagèrent à la lui servir aussi longtemps
qu'il n'en aurait pas l'équivalent, à la seule condition
de fixer irrévocablement sa résidence en Autriche .

Beethoven , qui aimait Vienne par -dessus tout et qui


était reconnaissant des témoignages d'affection et d'ad
miration dont il y était l'objet, accepta cet arrangement

avec d'autant plus d'empressement qu'il en avait lui


même posé les bases . Grâce à cette généreuse initiative ,
le maître retrouva la sécurité et ses admirateurs la joie
de le garder parmi eux ; ce fut un beau moment, mal
heureusement de peu de durée et suivi de nombreuses
vicissitudes.

Dès 1811 , le florin perdait quatre cinquièmes de sa


valeur . L'archiduc Rodolphe , toujours ingénieux à
amoindrir les coups qui frappaient son maître, s'obli
gea , il est vrai , personnellement à lui servir entière la
somme de 1,500 florins, stipulée dans l'arrangement ,
et ses deux associés s'y engagèrent aussi , sur la de
mande de Beethoven . Précaution vaine : en 1812 , le
prince Kinski mourait d'une chute de cheval ; en 1816 ,
BEETHOVEN . 95

le prince Lobkowitz le suivait au tombeau . Il fallut


plaider, dans les deux cas, contre les héritiers . Le maitre
gagna son premier procès ; mais la justice est parfois ca
pricieuse comme la fortune, il perdit le second faute de
quelques lignes que le prince n'avait pas eu le temps
d'écrire . Bref, par suite de toutes ces vicissitudes , cette
pension de 4,000 florins descendit à 900 , lesquels du
moins ne subirent plus de réduction " .
L'offre du roi Jérôme , féconde en heureux résultats
pour Beethoven , occasionna entre lui et son élève
Ries une brouille sérieuse , où se montra son humeur
méfiante . Reichardt, qui se trouvait alors à Vienne , sa
chant que Beethoven avait refusé la place , conseilla à
Ries de la prendre avec un traitement moindre . Celui-ci
ne croyait pas à la réalité du refus; il alla sur-le-champ
chez son maître pour s'informer de la vérité et lui de
mander conseil . Pendant trois semaines il ne put par
venir jusqu'à lui , ses lettres restèrent sans réponse .
Enfin , il le rencontra à la Redoute , et l'abordant vive
ment , il lui fit connaître la cause de ses visites . « Ah !
vous croyez donc que vous pouvez vous emparer d'une

place qu'on m'a offerte ? » dit Beethoven d'un ton rude,

1. Le florin argent valait 2 fr. 57 c.; le florin papier (Papier-Geld


ou Wiener-Wahrung) valait 51 c.; le Banco -Zettel un peu moins, et
il alla toujours en diminuant.
96 BEETHOVEN .

et il resta froid et silencieux. Le lendemain matin l'é


lève retourna chez le maître pour avoir une explication .
« Monsieur n'y est pas , » dit le domestique , et pour
tant on l'entendait dans la chambre voisine chanter et
jouer du piano . Ries insiste , le domestique refuse de
l'annoncer et s'oppose à ce qu'il entre ; exaspéré , Ries
le saisit à la gorge et le jette rudement à terre . Beetho
ven , attiré par le bruit , sortit et les trouva , l'un encore
par terre et l'autre pâle comme un mort, et il se vit
accablé de tels reproches que , plein d'étonnement et
ne pouvant arriver à placer un mot, il resta immobile ,
Enfin , quand tout fut éclairci , reconnaissant que Ries
n'avait point cherché à avoir la place à son insu , comme
on le lui avait dit , et qu'au contraire il n'avait pas
même encore donné de réponse , tous deux sortirent
ensemble pour tâcher de réparer le mal . « Mais il était

trop tard , ajoute mélancoliquement Ries , je n'eus pas


la place, et pourtant c'eût été alors un grand bonheur
pour moi , ,
Du reste , Beethoven avait encore d'autres griefs
contre lui . Ries se trouvant à Paris , avait écrit que
les æuvres du maître y étaient à peine connues , et en
1806 , à la sollicitation de quelques curieux sans doute,
il avait fait rechercher à Bonn l'extrait de baptême de

1. Notices, p. 127 .
BEETHOVEN . 97

Beethoven , lequel était très - susceptible à l'endroit de


son âge et n'aimait point qu'on s'en occupât . Cela
explique surabondamment la lettre foudroyante que
voici :

« En tout cas , mon cher, vos amis vous ont mal con
seillé, mais je les connais déjà ; ce sont les mêmes à qui
vous avez envoyé de Paris ces belles nouvelles sur mon
compte, les mêmes qui ont voulu savoir mon âge et aux
quels vous avez fourni des renseignements si exacts , les
mêmes enfin qui vous ont fait déjà tant de tort dans mon
esprit et cette fois pour toujours.
« Portez - vous bien .
« BEETHOVEN 1. »

Toutefois , la rupture annoncée demeura à l'état de


menace . Beethoven employait volontiers de grands
mots : - pour toujours, à jamais , il les oubliait

dès que sa colère était passée .

1. Nohl , Briefe Beethoven , p . 60 .


I

CHAPITRE V

Beltina Brentano . Trois lettres de Beethoven . Longue contro


verse à ce sujet. Marie Koschack. - Gæthe. La 7e sympho
nie. - La 8e symphonie. – L'archiduc Rodolphe. Ses rapports
avec Beethoven. — Détresse de l'année 1813 . · Madame Streicher.
- Féte musicale au profit des blessés de Hanau . – La Bataille de
Vittoria . - Triomphe de Beethoven. Schindler. — Aggravation
de sa surdité. Le Congrès de Vienne. - Le Moment glorieux .
Beethoven et les souverains.

Nous sommes en 1810 et ici se présente un épisode


dont le monde musical et le monde littéraire se sont
trop occupés pour que nous ne nous y arrétions pas
nous-même un moment .
Parmi les riches maisons de banque de la ville de
Francfort à cette époque , il y en avait une , fort connue ,
dirigée par les frères Brentano, d'origine italienne . Ces
Brentano , tout habiles financiers qu'ils étaient , n'a
vaient pourtant pas réussi à communiquer leurs apti
tudes à tous leurs enfants. Deux de ceux-ci se mon
traient plus fidèles aux traditions de Bergame, berceau
de la famille, et au souvenir de Pulcinello , d'humeur
aventureuse et primesautière , qu'aux enseignements
100 BEETHOVEN .

paternels . C'étaient Clément Brentano et sa seur Bet


. tina , depuis madame von Arnim , ou l'Enfant, selon le
titre qu'elle se donne dans sa Correspondance avec
Gæthe 1. Or l'Enfant était douée tout particulièrement
d'une imagination enthousiaste et fantasque, d'un es
prit entreprenant et agité , toujours en quête des
grandes réputations pour se faire une couronne de leur
gloire . Prosternée aux pieds de Gethe , dont elle se
croyait aimée , elle voulut être adorée de Beethoven
ou du moins pouvoir le dire , et accourut à Vienne
offrir au grand compositeur une partie de l'encens
qu'elle brûlait déjà devant le grand poete. Puis , tou
jours préoccupée d'amuser celui-ci , elle entreprit de
lui faire connaître le maître , en lui dépeignant ses
6
manières et lui rapportant ses paroles . Ee fit - elle tout
d'abord dans les termes que sa Correspondance nous
révéla plus tard ? Qui sait ? Ces choses, confectionnées
au jour le jour , sont sujettes à retouches , corrections ,
augmentations ... Bettina disposait d'une faculté inven
tive très-brillante , les idées qu'elle prêta à Beethoven ,

1. Clément, surtout connu en France par les Méditations sur la


Passion de Notre-Seigneur, recueillies au chevet de la sour Eme
rich , a publié le Knabenwunderhorn , en collaboration avec von
Arnim, et des Contes (Mærchen) d'une grande originalité . Bettina s'est
rendue célèbre par sa Goethe's Briefwechsel mit einem Kinde,
la Gunderode, etc., etc.
BEETHOVEN. 101

le langage qu'elle mit dans sa bouche , tout ce qu'elle


en raconta enfin , parut à ses amis les plus intimes en
complet désaccord avec ce qu'ils connaissaient de lui .
Sous la plume de l'Enfant, le maître , qui , toute sa
vie , était resté simple et réservé, qui n'avait jamais
pu souffrir les phrases , les discours, l'apprêt , devint
tout à coup loquace et pompeux , se livrant à de lon
gues dissertations sur l'art , la philosophie, sa nature
électrique, avec une faconde tellement contraire à ses
habitudes que Bettina elle-même avoua qu'après avoir
entendu le lendemain la lecture de ce qu'il avait dit la
veille , il n'y reconnut rien et s'écria tout étonné :
Ai- je dit cela ? Alors je dois avoir eu un raptus 1.
Bien des gens pensèrent comme lui et ne se génèrent
pas pour le dire . Bettina n'en tint pas compte . Mais ce
n'est pas tout .
Quatorze ans après la mort de Beethoven , trois let
tres parurent de lui à elle , où il se révèle sous un as
pect non moins étrange que dans les conversations . La
première , datée de 1810 , le montre fort amoureux
d'elle , il la tutoie , il l'appelle son ange , et l'on sent

1. Mot de madame de Breuning. Quand elle le voyait s'enfuir au


lieu d'aller à ses leçons, ou faire quelque autre chose de ce genre,
elle disait en haussant les épaules « Il a son raptus aujourd'hui. »
(Voir à la fin du volume, note C. )
6.
102 BEETHOVEN.

qu'il est bien près de lui faire une déclaration for


melle . La seconde , de 1811 , est plus calme , bien que
toujours tendre . Il la complimente sur son prochain
mariage , et lui . adresse des veux pour son bonheur.
La troisième enfin , datée de 1812 , contient le récit de
la rencontre qu'il a faite, en compagnie de Gæthe , de
toute la famille impériale. Il se vante d'avoir laissé
venir à lui les illustres personnages , d'avoir enfoncé
son chapeau sur sa tête et marché droit sur le groupe ,
contraint de s'écarter pour lui livrer passage , tandis
que l'impératrice et l'archiduc Rodolphe saluaient les
premiers. Puis , il plaisante agréablement de Gæthe ,
arrêté à l'écart , chapeau bas et le dos courbé . Il ter
mine enfin ce beau récit en disant qu'il a porté la
dernière lettre de Bettina toute une nuit sur son cour

et il s'écrie : « Dieu , que je vous aime ! »


L'authenticité vivement contestée de ces lettres a

fait longtemps hésiter à les placer dans le texte de ce


récit , et il avait d'abord paru plus convenable de les
mettre en Notes à la fin du volume ; mais comme , après
tout , rien ne prouve qu'elles ne soient pas de Beetho
ven , comme , au contraire, des voix s'élèvent en ce
moment pour affirmer qu'elles sont bien de lui , il pa
rait plus équitable de les publier à cette place , en lais
sant le lecteur juger par lui-même . Les voici donc telles
qu'elles ont été d'abord mises aujour par Bettina dans son
BEETHOVEN . 103

livre de Illius Pamphilius und die Ambrosia et repro


duites ensuite par M. Nohl dans ses Briefe Beethoven .

« Vienne, 11 août 1810 .


« Il n'y a pas de plus joli printemps que celui de cette an
née, je le dis et je le sens, parce que c'est alors que j'ai
fait votre connaissance . Vous avez bien vu vous - même que
je suis en société comme un poisson hors de l'eau ; le pau
vret tourne et retourne impuissant, jusqu'à ce qu'une bien
faisante Galathée le replonge dans le vaste océan . Moi aussi
j'étais tout à fait hors de mon élément, très-chère amie,
et vous m'avez surpris dans un moment où le chagrin me
dominait ; mais votre vue l'a fait évanouir, et j'ai pensé
soudain que vous apparteniez à un autre monde qu'à ce
monde absurde, auquel, avec la meilleure volonté , on ne
peut faire ouvrir les oreilles. Je suis un pauvre malheu
reux et je me plains des autres !!! Mais vous me le pardonne
rez bien avec votre bon cour ,qui parle par vos yeux , et avec
votre esprit, qui se fait sentir jusque dans vos oreilles, du
moins savent-elles très-bien flatter quand elles écoutent .
Malheureusement les miennes ont comme un mur de sépa
ration à travers lequel je ne puis avoir facilement de com
munication amicale avec les hommes . Autrement , peut-être ,
aurais -je eu plus de confiance en vous ; tout ce que j'ai pu
comprendre , c'est le regard pénétrant de vos yeux , et ce
qu'il m'a fait éprouver , je ne l'oublierai jamais . Chère amie ,
chérie fille! L'art ! qui le comprend ? Avec qui peut-on s'en
tretenir de ce Dieu tout-puissant ? Qu'ils me sont chers les
quelques jours pendant lesquels nous avons causé , où plu-,
tot correspondu ensemble. J'ai conservé toutes les feuilles
sur lesquelles se trouvent vos chères et spirituelles répon

1. Berlin, Arnim , 1867 .


104 BEETHOVEN .

ses. Je dois rendre grâce à ma surdité , puisqu'elle est


cause que la meilleure partie de ces conversations fugitives
a été écrite . Depuis votre départ j'ai eu de mauvaises
heures, des heures d'ombre, pendant lesquelles il est im
possible de rien faire. J'ai bien arpenté durant trois heures
l'allée de Schenbrun, mais sans y rencontrer un ange pour
m'arrêter au passage comme toi, MON ANGE ! Pardonnez, chère
amie, cet écart de ton, mais j'ai besoin de semblables in
tervalles pour donner de l'air à mon cæur. Vous avez écrit
de ma part à Gæthe, n'est-ce pas ? Que ne puis -je mettre
ma tête dans un sac afin de ne rien voir ni rien entendre
de ce qui se passe dans le monde, puisque toi, chère ange,
je ne t'y rencontrerai pas ! Mais je recevrai au moins une
lettre de vous ; l'espérance me soutient, elle soutient la
moitié du monde , je l'ai eue toute ma vie pour compagne,
que serais-je devenu sans cela ? Je joins ici, écrit de ma
main Connais - tu le pays ? comme un souvenir de l'heure où
j'ai appris à vous connaitre. Je vous envoie aussi ce que j'ai
composé depuis que j'ai pris congé de toi, chère adorée :
« Cæur, mon coeur, que se passe-t- il donc ?
« Qui te presse si fort ?
« Quelle vie étrange et nouvelle !
« Je ne te reconnais plus.

« Chère amie, répondez-moi là -dessus, écrivez -moi ce qui


doit m'advenir, depuis que mon caur s'est révolté . Écrivez
à votre plus fidèle ami .
« BEETHOVEN . »

« Vienne, 10 février 1811. '


« Chère amie bien-aimée,
« J'ai déjà reçu deux lettres de vous, et je vois par celle
que vous écrivez à Tonie , que vous vous souvenez toujours
de moi , et trop avantageusement. Pendant tout l'été j'ai
BEETHOVEN. 105

porté votre première lettre sur moi, et elle m'a souvent


rendu bien heureux. Si je ne vous écris pas bien souvent,
je vous écris mille et mille lettres en pensée . J'aurais pu
imaginer comment vous vo trouvez à Berlin en présence
de ce misérable monde, même si je n'avais pas lu ce que
vous avez écrit . Bavarder sur l'art, sans rien faire !!! La
meilleure indication là-dessus se trouve dans la pièce de
vers de Schiller, intitulée les Rivières là où il fait parler la
Spreel. Vous allez vous marier, chère amie , ou peut-être
est -ce déjà fait, et je n'ai pas pu vous revoir une seule fois
auparavant. Que tout le bonheur dont le mariage comble
les mariés vous accompagne , vous et votre époux ., Que
vous dirai- je de moi ? Je m'écrie avec Joanna : « Plaignez
mon sort . » Si je sauve encore quelques années, j'en re
mercierai, comme de tout le reste, du bien et du mal, le
Très- Haut, Celui qui embrasse tout en lui-même. Quand
vous écrirez à Gethe de ma part, cherchez tous les mots
les plus propres à lui exprimer ma vénération et mon
admiration . Je suis sur le point de lui écrire moi-même au
sujet d’EGMONT, que j'ai mis en musique uniquement par
amour pour ses poésies , auxquelles je dois tant de bonheur .
Comment peut-on jamais étre assez reconnaissant envers
un grand poëte , le précieux joyau d'une nation ! Mais en
voilà assez, chère bonne amie ; je suis rentré ce matin à
quatre heures d'une bacchanale où je n'ai pu m'empêcher
de beaucoup rire, pour pleurer presque autant aujourd'hui.
Une joie bruyante me fait souvent rentrer violemment en
moi- même . Mille remercîments à Clément (Brentano) pour
sa prévenance ; quant à la cantate, l'objet n'est pas assez

1. La Spree. Ramler me donna jadis la parole et mon César le


sujet. Alors je me remplis un peu trop la bouche, mais depuis je me
tais. Schiller. Die Flüsse.
106 BEETHOVEN .

important ici, à Berlin , c'est autre chose . Et quant à l'af


fection , la sæur en a pris une si grande part qu'il n'en
reste pas beaucoup pour le frère, s'en accommodera-t-il ?
Maintenant , adieu , bien chère amie , je t'embrasse triste
ment sur le front, et j'y imprime ainsi, comme avec un
sceau, toutes mes pensées pour toi . Écrivez tôt , bientot,
souvent, à votre frère .
« BEETHOVEN . »

<< Tæplitz, 15 août 1812.


« Chère bonne amie ,
« Les rois et les princes peuvent bien faire des professeurs,
des conseillers intimes , ils peuvent bien donner des titres
et des décorations , mais ils ne peuvent pas faire de grands
hommes ; les esprits qui s'élèvent au-dessus de la plèbe
humaine ne sont pas de leur compétence, et c'est pour
cela qu'ils doivent les respecter. Quand deux hommes
comme moi et Gæthe viennent ensemble , les grands sei
gneurs doivent remarquer ce qu'il y a de grand aussi dans
chacun de nous . Hier, nous avons rencontré toute la fa
mille impériale ; nous l'avons vue venir de loin , et Gæthe
a quitté mon bras pour se ranger sur le bord du chemin ,
quoi que je pusse dire, il me fut impossible de lui faire faire
un pas de plus ; quant à moi , j'enfonçai mon chapeau sur
ma tête, je boutonnai mon habit et je m'avançai , les bras
pendants , au beau milieu du groupe . Princes et courtisans
se mirent en espalier ; l'archiduc Rodolphe Ota son cha
peau , l'impératrice me salua la première . Tout ce monde
là me connaît . Je vis, à mon grand amusement, le cortége
défiler devant Gathe : il se tenait à l'écart, chapeau bas , lo
dos courbé jusqu'à terre . Ensuite je lui ai joliment lavé la
tête , sans vouloir accepter la moindre excuse, en lui repro
chant tous ses péchés , particulièrement ceux dont il s'est
BEETHOVEN . 107

rendu coupable envers vous, bien chère amie, dont nous


venions précisément de parler . Ah ! Dieu , si j'avais passé
près de vous le même temps que lui , croyez-moi , j'aurais
produit beaucoup plus de grandes choses . Le musicien est
poëte aussi, il peut se sentir transporté soudain, par deux
beaux yeux, dans un monde magique, où de nobles esprits
s'entretiennent agréablement avec lui et lui proposent de
beaux problèmes . De quelles idées ma tête ne fut-elle pas
remplie quand j'appris à vous connaître, dans le petit obser
vatoire, pendant cette belle pluie de mai qui fut féconde pour
moi aussi. Les plus beaux thèmes, qui raviront le monde
quand Beethoven n'y sera plus, pássèrent alors de vos yeux
à mon coeur . Si Dieu m'accorde quelques années, il faut
que je te revoie , amie chère, ainsi le veut la voix qui parle
en moi. Les âmes aussi peuvent s'aimer : la mienne re
cherchera toujours la vôtre , votre approbation m'est plus
précieuse que celle du monde entier. J'ai dit ma façon de
penser à Gothe ; comment l'approbation agit sur chacun de
nous, et qu'on veut être compris de ses pairs par l'intelli
gence ; l'émotion est bonne pour les femmes (pardon ), chez
les hommes elle doit faire jaillir l'étincelle du génie. Ah !
chère enfant, qu'il y a longtemps déjà que nous sommes
d'accord sur toutes ces choses !!! Rien n'est bon comme d'avoir
une belle bonne âme, que l'on reconnaisse en tout et de
vant laquelle on n'ait pas besoin de se cacher. « Il faut être
quelque chose si l'on veut paraître quelque chose . » C'est
au monde à prononcer, il n'a pas toujours tort ; cela , il
est yrai, n'est pas mon affaire, car je vise à un but plus
élevé . J'espère recevoir une lettre de vous à Vienne, écri
vez vite, vite et beaucoup , j'y serai dans huit jours . La cour
part demain , on joue encore une fois aujourd'hui . Gæthe a
fait apprendre le rôle à l'impératrice . Son duc et lui vou
laient que je fisse entendre quelque chose de ma musique;
je les ai refusés tous les deux, ils aiment trop la porcelaine
108 BEETHOVEN . ..

chinoise ; il faut de l'indulgence , car l'esprit a perdu la


haute main , mais je ne joue paspour ces goûts pervertis et
je ne me charge pas de faire des absurdités au profit de ca
prices princiers dont on ne retire jamais rien . Adieu , adieu ,
toute bonne, ta dernière lettre a reposé une nuit sur mon
ceur et m'a ranimé . Les musiciens se permettent tout .
Dieu que je vous aime !
« Ton ami fidèle et ton frère sourd ,
« BEETHOVEN . »

Dans l'intention de l'Enfant, il óst évident que cette


lettre devait être le bouquet ; ce fut du moins la mèche
qui mit le feu aux poudres . Certes, la teneur singu
lière de cette correspondance était bien de nature à
soulever plus d'un doute , non qu'on ne pût parfaite
ment admettre que Beethoven fût amoureux de Bettina ,
elle avait assez d'esprit , d'originalité et d'imprévu pour
plaire ; mais ce qu'il était plus difficile d'accepter ,
c'était le récit satisfait d'une conduite inqualifiable,
même pour un ennemi des convenances . Ses amis cru
rent y voir le dessein de nuire à sa mémoire et de nom
breuses protestations s'élevèrent de toutes parts , d'au
tant plus vives et plus nombreuses, qu'aucun des per
sonnages en question n'était plus là pour rétablir la
vérité . Schindler se fit l'interprète de tous en deman
dant qu'on publiât au moins le fac- simile de ces lettres .

1. Nohl, Briefe Beethoven, p. 71 , 73, 88 .


BEETHOVEN. 109

Mais celle qui se disait en possession d'autographes


si contestés , n'entreprit rien pour justifier son dire et
faire taire les soupçons ; bien loin de là . En 1843 , ce
même Schindler va à Berlin et lui est présenté ; chose
digne de remarque, dans les fréquentes conversations
qu'ils eurent ensemble sur tes hommes et les événements
contemporains , elle ne prononça pas une seule fois le
nom de Beethoven et resta sourde aux insinuations ré
pétées par lesquelles son interlocuteur s'efforçait de lui
faire comprendre combien il souhaitait de voir ces fa
meux originaux . Il avait pourtant déjà publié la pre
mière édition de sa Biographie de Beethoven , et Bettina
connaissait les doutes qu'il y avait exprimés. Schindler
quitta donc Berlin tout aussi peu renseigné qu'aupara
vant, mais beaucoup plus incrédule qu'il n'y était venu .
Doit-on s'en étonner ?

Quand Bettina mourut à son tour , le biographe de


Beethoven se demanda si du moins le fac -simile allait
enfin paraitre . Rien ne vint . Il publia la seconde édition
de son livre sans être plus éclairé . Mais depuis ,
M. Marx a publié aussi une seconde édition du sien “ ,
et , grâce à ses recherches aussi actives qu'intelligentes ,
la lumière s'est à peu près faite sur ce point obscur .
Désireux de connaitre la vérité , M. Marx s'est adressé

1. L. van Beethoven's Leben und Schaffen .


7
1

110 BEETHOVEN .

à M. Moschelės , qui , le premier , avait mis les lettres


au jour , en 1811 , dans sa biographie anglaise de Bee
thoven . M. Moschelés en tenait les copies de son ami
H. F. Chorley , à qui elles avaient été remises par
Bettina elle-même , laquelle , dans une lettre du 6 juil
let 1840 , témoigna une vive satisfaction de la publica
tion projetée et en donna l'autorisation à M. Mosche
lès . Mais il ne s'agit toujours ici que de copies , comme
le déclare loyalement celui- ci, en 1862 , à M. Marx . Dès
1861 , ce dernier , avec un zèle digne d'éloges , s'était
adressé au gendre même de madame d'Arnim , au doc
teur Hermann Grimm , qui lui avait répondu le 7 mai
1864 : « Les papiers littéraires de ma belle -mère se
trouvent sous scellés et ne me sont pas accessibles , je
ne sais quand ils le deviendront ... Toutefois , ma
femme se rappelle avoir vu les originaux (de ces let
tres) et qu'ils ont été donnés par sa mère . A qui ? ...
Elle nesaurait le dire . » Restait à interroger M. Chorley ;

M. Marx n'y manqua point . Voici la réponse qu'il en


reçut le 17 mars 1862 : « Je n'ai pas vu les lettres ori
ginales de Beethoven à Bettina . Madame von Arnim
m'en donna la copie en 1839, lors de mon séjour à
Berlin , et à cette époque je n'avais aucune raison d'en

1. H. F. Chorley vient de publier Studies on the Music of many


nations, Etudes sur la musique de plusieurs nations.
BEETHOVEN . 111

suspecter l'authenticité . Je suis vraiment désolé . Main


tenant que je sais que la dame a été fort romanesque ,
je serais plus prudent . En tout cas, ces lettres avaient
dû être préparées d'avance , car je les ai reçues le jour
de mon unique visite à cette dame , au moment où elle
se disposait à partir pour un voyage . » N'est - il pas assez
naturel , après le compte rendu de toutes ces démarches ,
d'entendre M. Marx conclure que ce n'est pas Beetho
ven qui a écrit à madame d'Arnim , mais madame d'Ar
nim à Bettina 1 ?
Toutefois, pour conserver notre rôle de rapporteur
impartial dans cette affaire délicate , il convient d'ajouter
ceci : tandis que nous écrivions ce qu'on vient de lire ,
un nouveau champion entrait en lice et se déclarait
hautement en faveur de l'authenticité des lettres , sauf
peut-être quelques mots de la troisième . Ce champion ,
c'est M. Nohl , l'éditeur des Lettres de Beethoven pu
bliéées tout récemment . Il rapporte une conversation
qu'il a eue , au mois de décembre 1864, à Munich , avec le
professeur Moriz Carrière , dans laquelle celui-ci af
firme que les trois lettres à Bettina sont authentiques,
qu'il les a lues avec le plus grand intérêt et en a beau
coup recommandé la publication , à cause de leur im

1. Marx, II, p. 120. Voir aussi les Commentaires de Reimer sur la


Correspondance de Gæthe avec une enfant.
112 BEETHOVEN.

portance . Lorsque cette publication a eu lieu , peu de


temps après , il n'a point remarqué de changement
entre le texte imprimé et le texte original ; bien plus ,
il se rappelle encore parfaitement aujourd'hui que les
phrases les plus contestées , et notamment le récit de
la promenade avec Gæthe étaient absolument identi
qués dans l'original ' . Certes , voilà une déclaration
fort précise ; pourtant, après l'avoir lue , deux points
inexpliqués et inexplicables laissent subsister le doute .
Pourquoi madame d'Arnim n'a - t - elle point montrélesau
tographes à Schindler? pourquoi n'en a-t-elle point publié
le fac- simile ? Tant que ces pièces probantes n'auront
pas été produites , la question restera ouverte , toutes
les assertions n'y pourront rien , et n'empêcheront pas
bien des gens de penser que les conversations et les
lettres portent un peu le cachet de l'Enfant à côté de
celui du maître .

Faut-il pour cela rejeter entièrement le témoignage


de Bettina et nier que Beethoven en ait été un moment
affolé, recht vernarrt ? dit Schindler. Non , assurément .
Cette passion , bien que moins intense qu'elle n'apparaît
peut- être à travers le verre grossissantde madame d'Ar
nim , a pu exister , et même , si nous devons en croire
certaines indications, elle se serait traduite par un des six

1. Nohl, Briefe Beethoven, en note, p. 71 .


BEETHOVEN . 113

chants de l'opéra 75 , Nouvelle Amour, Nouvelle Vie .


Pourtant, on est forcé de reconnaitre, et c'est avec re
gret pour la vanité de l'Enfant, que ce sentiment n'a
pu avoir dans le cæur du maître de racines bien pro
fondes, puisque la même année où ce lied se serait pro
duit ( 1810) , il demandait avec instance , à son ami
Wegeler , son acte de naissance dans l'intention de se
marier , non pas , hélas , avec Bettina , mais avec une
dilettantine de talent, comme disent les Allemands ,
nommée Marie Koschack . Soyons justes néanmoins : si
madame d'Arnim a exagéré Beethoven , elle s'est tou
jours montrée tendre et obligeante envers lui : elle lu ;
a fait faire la connaissance de Gæthe , ce n'est pas sa
faute qu'il n'en soit pas résulté une sympathie bien
vive entre eux ; elle l'a mis en rapport avec la maison
Brentano, où il a toujours trouvé des amis serviables.
Pourquoi n'a- t-elle pas résisté à se faire une auréole
de sa gloire comme elle s'en était fait une de celle du
poëte ? Ah ! pourquoi est - il si flatteur de se présenter à
la postérité entourée de l'amour des deux plus grands
génies de son temps ?
Quant à sa rivale , à cette Marie Koschack dont elle
ne soupçonnait probablement pas l'existence , Beethoven
éprouva à son endroit , pendant plusieurs années , un
sentiment fort tendre , qu'il ne trouva jamais le courage
de lui déclarer . Et pourtant , en 1816 , il y faisait encore
114 BEETHOVEN .

allusion dans une lettre à son ami Gianastasio del Rio ,


à qui il disait : qu'il aimait sans espoir ... une personne
avec laquelle il regarderait comme le plus grand bon
heur de pouvoir s'unir , mais qu'il ne fallait pas y
songer , que c'était une chimère , et pourtant qu'il l'ai
mait comme au premier jour ... Sept ou huit ans plus
tard il écrivait encore dans son portefeuille : aOui,
l'amour , l'amour seul peut rendre heureux . O Dieu !
fais -moi trouver enfin celle qui m'affermira dans la
vertu ... celle qui sera légitimement mienne ! Baden ,
7 juillet , en voyant passer M ... , qui sembla me re
garder . » Parmi les papiers recueillis à sa mort , il se
trouva deux lettres qu'elle lui adressait en 1825 et
18261 .
Vanité des tendresses humaines ! Marie , comme
Giulia , devint la femme d'un autre , elle épousa l'avocat
Pachler à Gratz , et Beethoven continua de vivre de sa
vie solitaire . Faut - il l'en plaindre ? Mademoiselle del
Rio, qui le connaissait bien , pense que non , parce que
toute espèce de lien lui était antipathique . Il affir
mait n'avoir point connu de mariage dont , à la longue,
les conjoints n'eussent eu lieu de se repentir , et il
s'estimait heureux , après tout , qu'aucune de celles

1. Voir aussi sur cette dame la Biographie de Franz Schubert, par


le docteur Kreisle. Vienne, Gerold, 1864.
BEETHOVEN . 115

qu'il avait pu désirer d'épouser ne fût devenue sa


femme. « Comme il est souvent bon , disait -il à ce pro
pos , que nos désirs ne soient point accomplis ' , Un
autre obstacle à son bonheur conjugal venait de son
amour pour son art . Jamais, il le répétait hautement ,
jamais il n'aurait pu aimer sa femme, si elle n'avait
pas su honorer l'art. Du reste , l'ouverture d'Egmont ,
la Sonate en mi bémolº , le Concerto de piano mi bé
moli , qui datent de 1811 , prouvent suffisamment que
rien n'était capable de le détourner de ses travaux . Et
même, s'il faut en croire M. Nohl , ces ouvrages , déjà
si importants , ne seraient pas les seuls que cette
année aurait vu naitre ; il faudrait encore y ajouter
les Ruines d'Athènes et l'Ouverture du Roi Etienne 5 ,
placés à tort par Schindler en 1812 , écrits en réalité
dans les derniers mois de 18116 .
La connaissance que Beethoven avait faite de Gæthe
en 1812 , à Tæplitz , se renouvela à Vienne , mais ni le
moment ni les circonstances n'en sont connues . On sait
seulement qu'étant un jour sortis ensemble pour aller

1. Opéra 84 .
2. Opéra 81. Les Adieux, l’Absence et le Retour .
3. Opéra 73, dédiée à l'archiduc Rodolphe.
4. Opéra 104, paroles de Kotzbue .
5. Opéra 117 avec chreurs, paroles du même auteur.
6. Nohl, Briefe Brethoven, p . 79, note .
116 BEETHOVEN .

promener sur les Bastei , Gæthe vit que tout le monde


les saluait , qu'il en fit la remarque, et que , prenant
tout naturellement ces hommages pour lui , il se mit à
admirer la politesse des habitants . Mais Beethoven qui
savait mieux à qui ils s'adressaient , car lui aussi était
une célébrité populaire , mit brusquement fin à l'éton
nement de son compagnon en lui disant sans cérémo
nie : - " C'est moi qu'on salue et non pas vous. » -

On ne sait pas au juste comment le poëte prit ce ren


seignement ; toutefois, ce que l'on sait fort bien , c'est
que plus tard le maître ayant eu à lui écrire pour le
placement de sa Messe en ré , il n'en reçut point de ré
ponse . Était- ce oubli ou rancune 1 ?
Tandis que Beethoven demandait le rétablissement
de sa santé aux eaux de Bohême , passant , sur l'avis de
son médecin , de Tæplitz à Carlsbad et de Carlsbad à
Franzensbrunn , n'allez pas imaginer qu'il restât oisif.
« Arrière le repos , » s'était - il écrié un jour , et on le
voit composer à Linz , chez son frère Jean , la septième
Symphonie en la majeur ?, restée l'objet de l'admira

1. Dans une lettre à l'archiduc Rodolphe, datée de Franzensbrunn,


le 12 août 1812, Beethoven se contente de dire : « J'ai été beaucoup
avec Gæthe » sans rien ajouter de plus . On a remarqué qu'il n'a jamais
parlé que très -brièvement du poëte, lequel de son côté ne l'a nommé
qu'une fois dans tous ses ouvrages, et encore à propos des honneurs
funèbres qui lui furent rendus à Vienne après sa mort.
2. Opéra 92, dédiée au comte de Fries .
BEETHOVEN . 117

tion et de la préférence de l'Allemagne . A peine rentré


à Vienne , il écrit , ou plutôt il achève la huitième
Symphonie en fa majeur ?, celle de toutes où règne la
plus grande sérénité ?
Pourtant ses douleurs croissaient et son humeur
s'altérait sensiblement , si bien qu'il se décida l'année
suivante , toujours d'après le conseil de son médecin ,
à entreprendre une nouvelle cure au village de Baden ,
près de Vienne . L'archiduc Rodolphe s'y trouvait alors .
A peine apprend- il sa résolution , qu'il s'empresse de
lui chercher un logement et salue son arrivée par une
lettre affectueuse qu'il termine ainsi :

« Puisse votre séjour dans cette charmante contrée avoir


une aussi bonne influence sur votre santé (que sur la
sienne) , alors le but que je me proposais en m'occupant de
votre habitation sera entièrement rempli .
« Votre ami ,
« RODOLPHE, »
Baden, 7 juin 1813 .

Que ne peut-on garder pures de tout malentendu


des relations si honorables pour le maître et pour l'é
lève ? Malheureusement l'humeur chagrine du premier

1. Opéra 93 .
2. De 1809 à 1812, les articles critiques de la Gazette musicale
universelle de Leipzig , sur Beethoven, sont écrits par T. A. Hoffmann,
l'auteur des Contes fantastiques.
7.
118 BEETHOVEN .

et la position exceptionnelle du second faisaient par


fois naître des nuages . Le rang de l'archiduc, ses de
voirs de cour , ses obligations de haut dignitaire ecclé
siastique , prenaient nécessairement le plus net de son
temps . Quand il pouvait leur dérober quelques loisirs ,
c'était pour les consacrer à la musique ; alors le dilet
tante reparaissait tout entier ; mais alors aussi la tâche
du maitre devenait d'autant plus laborieuse . Force de
se multiplier pour compenser les leçons manquées pen
0
dant les jours de représentation ou d'affaires, celui-ci
C
perdait le calme et par contre - coup la faculté créatrice ,
ce don précieux que l'artiste doit attendre et prendre
à son heure , sans hâte ni violence . En sentant le tra
1
vail lui échapper, Beethoven s'irritait et se laissait
aller à des plaintes dont nous retrouvons l'expression
peu ménagée dans certaines lettres écrites à différentes
époques et à diverses personnes. Par exemple en 1818 ,
à Ries : V

« Je désire et espère pour vous que los conditions de


bonheur s'améliorent de jour en jour ; malheureusement
je ne puis en dire autant de moi. Grâce au lien fåcheux
qui m'attache à cet archiduc , je suis presque réduit à la 1
mendicité ... 1 »
fi
En 1823 , au mème :

1. Notices, p . 82 .
BEETHOVEN . 119

« Le séjour de quatre semaines que le cardinal a fait


ici, et pendant lequel j'ai été obligé de lui donner tous les
jours deux heures et demie et jusqu'à trois heures de
leçon, m'a pris tout mon temps ; car, après de pareilles
leçons , on est hors d'état de penser, et encore moins
d'écrire le lendemain . »

En 1824 , à l'éditeur Schott :

« Je regrette de vous annoncer que je ne puis encore


vous envoyer mon travail . Il y avait pourtantpeu à revoir ;
mais, comme je n'ai pas passé l'été ici, je dois maintenant
donner deux heures de leçon tous les jours à S. A. I. l’ar
chiduc Rodolphe ; cela me fatigue tant que je suis à peu
près incapable d'aucune autre chose . Et pourtant je ne
puis pas vivre de ce qu'il me donne, et il faut bien que
ma plume me vienne en aide. Néanmoins on n'a égard ni
à ma santé , ni à mon temps précieux . J'espère que cet état
ne durera pas longtemps ... " »

Heureusement cette amertume et ces boutades n'é


clataient pas devant le prince . On vient de publier à
Vienne quatre - vingt-trois lettres inédites de Beethoven
à l'archiduc , lesquelles ne contiennent, pour la plupart,
que des excuses de ce qu'il n'a pu se rendre chez son
noble élève ; et leur nombre , aussi bien que le soin
qu'il prend de produire les témoignages du médecin ,
>
font soupçonner qu'il n'était pas toujours aussi malade
qu'il le prétend . Mais du moins , nous le montrent- elles

1. Marx, 1 , p. 125 .
120 BEETHOVEN .

en même temps beaucoup moins rude qu'il n'en a l'air ;


et malgré son républicanisme égalitaire , sachant par
faitement être poli et humble au besoin . Du reste le
plus tendre et le plus respectueux attachement respire
dans toutes ces lettres , aussi bien que la plus vive sol
licitude pour la santé du prince , incessamment éprou
* vée par un mal nerveux dont il souffrit jusqu'à la
mort.

Exprimons toutefois ici la déception que ces lettres


nous ont causée . Écrites de maître à élève , ce maître
étant Beethoven , cet élève l'archiduc, il semblait tout
naturel de s'attendre à y trouver quelques belles pages
sur l'art théorique et pratique , sur les meilleures mé
thodes à suivre , sur les grands modèles à imiter ; elles
ne renferment rien de semblable , sauf deux ou trois , les
lettres 43 , 44 et 60 ; encore ces sujets si importants y
sont à peine effleurés. En revanche , plusieurs présen- ,
tent la difficulté qui paraît inhérente au style de Bee
thoven , et que nous signalions à propos des trois let
tres à Giulia , elles sont presque intraduisibles . La pen
sée reste souvent si obscure que , pour la rendre dans
une autre langue , il faudrait y suppléer , et comment
savoir si on est dans le vrai et si on pénètre le
sens " ? !

1. Voir : Drei und Achtzig neu gefundene Original-Briefe Ludwig


BEETHOVEN . 121

A l'époque du séjour à Baden , qui a donné lieu à


ces citations , les cuvres du maître s'élevaient déjà à
plus de cent, et pourtant ses affaires n'étaient pas en
meilleur état que sa santé . La femme d'un de ses amis ,
madame Streicher 1 , le trouva n'ayant ni un habit ni
une chemise en bon état , manquant littéralement de
tout . Elle lui parla alors sérieusement de la nécessité
de régler ses dépenses , de songer à l'avenir, ce à quoi
il n'avait bien certainement jamais pensé , et ce/ dont
ses frères s'occupaient trop à sa place . Pendant le mois
de mai de cette année , les feuillets de son portefeuille
portent la trace de ses préoccupations , dans des phra
ses inachevées , coupées , où la pensée se devine
bien plus qu'elle ne s'affirme et où la souffrance appa
rait partout .

Ranimé cependant par les eaux de Baden , il revint à

von Beethoven's herausgegeben von doctor Ludwig Ritter von Ke


chel , Wien, 1865. « Quant à la forme extérieure, dit l'éditeur dans
sa préface, elles sont pour la plupart écrites sur un grossier papier
in - quarto et le plus souvent sans adresse . L'écriture est bien celle de
Beethoven, plus ou moins lisible, pourtant on réussit à la déchiffrer;
mais quand l'écrivain se mêle de railler ou qu'il a la prétention d'être
profond, alors il devient tout simplement incompréhensible ... » P. 14 .
1. Épouse d’André Streicher, l'ami d'enfance de Schiller. C'était
un habile facteur de pianos . Il accueillit un des premiers Beethoven à
Vienne, et le maitre lui fut utile à son tour par ses conseils sur la
fabrication des pianos, auxquels il parvint à donner une sonorité plus
persistante et plus favorable aux effets et aux nuances.
122 BEETHOVEN .

Vienne occuper sur les remparts l'appartement , déjà


tant de fois quitté et repris , du baron Pasqualati . Là ,
madame Streicher s'empressa de le suivre pour remettre
sa garde-robe en bon état et lui assurer des soins conve
nables . Elle plaça près de lui un tailleur et sa femme,
chargés de le servir et de le soigner. Dans les moments
de liberté que lui laissait son service , le tailleur tra
vaillait de son état dans l'antichambre , tandis que Bee
thoven écrivait ses chefs - d'æuvre dans la pièce voi
sine . Le prince Lichnowski venait souvent le voir à ce
troisième étage. Tous deux étaient tombés d'accord
que sa présence ne dérangerait rien , qu'il entrerait et
sortirait à son gré , sans que le maître eût à y faire
attention , et, en effet, il restait là , d'ordinaire silen
cieux , feuilletant un cahier de musique ou regardant
Beethoven à son pupitre , puis il sortait en lui disant
un adieu amical . Pourtant ces visites troublaient et
contrariaient le compositeur , dont la pensée avait be
soin d'être libre pour acquérir tout son développement ;
maintes fois il fit fermer sa porte pour s'y soustraire .
Dans ces cas-là, le prince redescendait sans se plaindre
les trois étages qu'il venait de monter, ou bien il s'as
seyait dans l'antichambre , en compagnie du tailleur , et
attendait que la porte s'ouvrſt . Malheureusement cet
ami indulgent et éclairé ne devait pas jouir encore
longtemps de la société de l'artiste qu'il aimait : un an
BEETILOVEN . 123

plus tard , le 15 avril 1814 , la mort l'enlevait à ses oc


cupations et à ses affections.
Cependant une grande fête nationale se préparait à
Vienne. L'année 1813 allait finir, les neiges de la Rus
sie avaient détruit l'armée française et ses débris se
voyaient attaqués au retour par ceux-là mêmes qui la
suivaient humblement au départ . Eternelle histoire de
l'humanité à genoux devant la force, debout devant la
faiblesse ! La bataille de Hanau avait été gagnée , l'Alle
magne prodiguait la louange aux soldats triomphants ,
et Vienne organisait une solennité musicale au profit
des blessés . Tous les artistes tinrent à honneur d'y
prendre part . Beethoven , dont on jouait là Symphonie
en la majeur et la Victoire de Wellington à la bataille
de Vittoria ! , en eut la direction ; Saliéri marqua la
mesure aux tambours ; Hummel battait la grosse caisse ;
Spohr , Schuppanzig , Meyseder faisaient leur partie
confondus dans la foule des musiciens . Bref, sous l'in
spiration d'une seule et même pensée de reconnais
sance , chacun s'oubliait pour fêter la délivrance de la
patrie .
Beethoven adressa une lettre de remerciments à
tous les musiciens . « La direction m'est échue , disait-il,

1. Opéra 91 , dédiée au prince régent d’Angleterre, depuis Geor


ge IV .
124 BEETHOVEN .

parce que la musique était de ma composition ; si elle


eût été d'un autre , je me serais mis à la grosse caisse
tout aussi volontiers que M. Hummel , car nous n'étions
tous animés que du pur amour de la patrie et du désir
de consacrer nos forces à ceux qui avaient tout fait
pour nous . M. Maelzel ", en particulier , qui le premier
a eu l'idée de cette académie ?, qui l'a menée à bonne
! fin , mérite toute notre reconnaissance et la mienne
par- dessus tout ; car la composition que je lui ai
1
remise gratuitement dans ce but d'utilité publique ,
m'a permis de satisfaire le désir , depuis longtemps
formé, de déposer une grande æuvre sur l'autel de la
patrie . »
Cette grande euvre , c'était la Bataille de Vittoria,
écrite d'abord à la demande de Maelzel pour le Panhar
monica , instrument de son invention , qui reproduisait
tout un orchestre, et arrangée ensuite pour l'orchestre
même , à l'occasion de cette solennité.
Beethoven triompha véritablement avec les soldats
de l'Autriche et de la Bavière . Pour un moment ,
les haines , les jalousies , les rivalités se turent ,
il se fit comme un grand apaisement des passions

1. Habile mécanicien, inventeur du métronome.


2. C'est ainsi que l'on nommait alors les concerts, de même qu'au
trefois en France, comme J.J. Rousseau nous l'apprend dans son Dic
tionnaire de musique.
BEETHOVEN . 125

mauvaises , et son nom devint plus populaire que ja


mais . Quatre fois dans le courant de 1814 , on vit se
réunir autour de lui une immense assemblée, dont l'en
thousiasme ne saurait être suspect , puisqu'il résistait à
des séances dont le programme ne renfermait pas moins
de trois symphonies à la fois : la Symphonie en la ma
jeur, la Bataille de Vittoria , qu'on rangeait aussi
parmi les symphonies , et la Symphonie en fa majeur .
L'ailegro de celle-ci a son histoire . En 1812 , Beethoven
partait pour la Bohême et Maelzel pour Londres , où il
allait exposer son célèbre automate , le Trompette , leurs
amis communs leur offrirent un banquet d'adieu . Là ,
Beethoven , gai , en train , déboutonné, comme il le di
sait , et comme il était d'ordinaire dans ces réunions , en
petit comité , improvisa un canon destiné à reproduire
le tic -tac du balancier du métronome récemment in
venté par Maelzel . Aussitôt les convives le chantèrent
en chwur ; plus tard il devint l'allegro de la huitième
symphonie .
Le métronome, dont le maitre faisait peu de cas à la
fin de ses jours, mais qu'il accueillit d'abord avec beau
coup de faveur, lui inspira l'idée de substituer aux
mots italiens andante, allegro , presto , etc. , etc. , des
mots allemands plus propres , selon lui , à rendre le
sens exactement , et de substituer de même au nom de
piano -forte celui de hammer- clavier .
126 BEETHOVEN .

« Quant à moi , écrit-il à Mosel ', il y a bien longtemps


que je songe à abandonner ces mots à contre- sens ... Je mé
tronome de Maelzel nous en fournit la meilleure occasion .
Je vous donne ma parole que je ne les emploierai plus
dans aucune de mes nouvelles compositions 2. »

Et mettant son projet à exécution , il écrit un ou deux


ans plus tard à l'éditeur Steiner cette lettre seria
buffa :

« Au noble lieutenant - général von Steiner, en mains


propres.
« Après mûr examen et notre conseil entendu ,nousavons
résolu et arrêté que nous remplacerions à l'avenir sur
l tous nos ouvrages le mot Piano-forte par Hammer -cluvier,
ce à quoi notre excellent lieutenant-général, ses aides
de-camp, aussi bien que tous ceux que cette question
concerne , voudront bien se conformer.
« Donc Hammer-clavier au lieu de Piano -forte , dont la
suppression est décrétée une fois pour toutes.
« Donné le 23 janvier 1817 .
Le généralissime, M. P.3 ,

Cette fantaisie dura peu cependant, et bientôt il en


revint aux termes usités par tout le monde musical .
L'année 1814, qui lui enleva le prince Lichnowski ,
le mit en rapport avec Schindler comme pour le dédom

1. Ignaz von Mosel, fondateur du Conservatoire de Vienne.


2 , Nohl , Briefe Beethoven, p . 159 .
3. Nohl, Briefe Beethoven, p . 160 .
BEETHOVEN . 127

mager de la perte de ce protecteur affectueux , par le


dévouement du biographe destiné à écrire sa vie . La
manière dont la connaissance se fit caractérise bien
Beethoven . Le jeune Schindler , alors âgé de dix - neuf
ans , avait été mis en prison , compromis par ses rela
tions avec certains étudiants et certains Italiens sus
pects de propagandisme. Il en sortit acquitté ; mais l'af
faire avait fait quelque bruit , et Beethoven voulut en
entendre les détails de sa bouche . Rendez-vous fut pris
à l'auberge du Bâton fleuri, où se réunissaient un petit
nombre de Joséphins de la plus belle eau , parmi les
quels le maître ne faisait point tache , grâce à son goût
tout nouveau pour la constitution anglaise . Le jeune
Schindler , qui ne l'avait encore vu que deux fois, s'y
rendit avec empressement , et , à dater de ce jour , com
mença une intimité dont la durée , sauf une courte in
terruption , se prolongea jusqu'à la mort de Beethoven '.
Cette époque marque encore d'une façon douloureuse
dans sa vie . La direction trop répétée des grands or
chestres fatigua les organes de l'ouïe : à partir de cette
année , sa surdité devint complète d'un côté . Ce fut pour
lui le signal de la retraite comme exécutant . Le 11 avril ,
il joua encore une fois le Trio, opéra 17 , avec Schup

1. Anton Schindler, né à Mädel, en Moravie, est mort à Bocken


heim, près de Francfort-sur-le-Mein , en janvier 1864 .
128 BEETHOVEN .

1 panzig , dans la salle de l'Empereur romain , et quel


ques jours après au Prater , puis il en eut fini avec le
public . Replié sur lui - même , s'enveloppant de silence ,
s'il céda à des sollicitations trop vives , s'il posa encore
à de rares intervalles ses doigts sur le clavier, ce ne fut
plus que pour se livrer à quelques-unes de ces mer
veilleuses improvisations, triomphe de ses débuts ,
gloire de toute sa vie . Heureusement, si le virtuose
abdiquait, le compositeur restait dans la plénitude de
sa force . Une occasion exceptionnelle allait lui étre
offerte de la manifester.
Le congrès de Vienne se préparait. L'artiste qui avait
célébré la délivrance de la patrie , devait nécessaire
ment fêter l'æuvre de pacification près de s'accomplir
dans son sein . A cet effet, il écrivit une cantate de cir
constance sur des paroles du docteur Aloys Weissem
bach , intitulée le Moment glorieux " , titre vraiment
bien choisi , car le moment devint doublement glorieux
1
et pour Vienne et pour l'artiste . Aussi, malgré l'insuf
fisance du poëte , dont l'inspiration répondit mal au but
qu'il se proposait, et dont il fallut retoucher les vers ;
malgré l'insuffisance des cheurs , composés d'amateurs

1. Opéra 136. Ces paroles, retouchées par Charles Bernard, cédèrent


plus tard la place à d'autres dues à la plume de F. Rochlitz, et inti
tulées : Éloge de la musique; l'auteur les présenta à Beethoven en
1822 .
BEETHOVEN . 129

trop préoccupés des événements politiques pour donner


une attention sérieuse aux répétitions , le succès fut
complet . Les meilleurs artistes , il est vrai , remplis
saient l'orchestre, et l'enthousiasme était dans l'air ; il
éctata avec un irrésistible entraînement . Tous les mo

narques présents à Vienne , six mille spectateurs venus


à leur suite , firent de cette fête une solennité sans pré
cédent dans les fastes de la musique , et du 29 no
vembre 1814 le jour le plus glorieux de la vie de
Beethoven .
Son triomphe ne s'arrêta pas là . Le comte Razumovski ,
élevé à cette occasion au rang de prince , célébra son
nouveau titre par des réjouissances extraordinaires
pendant lesquelles Beethoven , présenté tour à tour aux
souverains qui remplissaient les salons de l'ambassa
deur , se vit comblé par eux de faveurs et de louanges .
L'impératrice de Russie voulut le complimenter dans
les appartements de l'archiduc Rodolphe , qui jouit
ainsi doublement de l'honneur conféré à son maître .
Tant d'admiration ne pouvait rester stérile : elle se
traduisit en présents de grand prix qui , convertis en
beaux et bons florins, grâce , peut -être bien , aux sages
conseils de madame Streicher, formèrent un petit capi
tal , le seul que Beethoven ait jamais possédé .
Là s'arrête ce qu'on est convenu d'appeler la seconde
période de sa vie , et certes elle ne pouvait se terminer
130 BEETHOVEN .

sous de plus heureux auspices . Parvenu au sommet de


la montagne que si peu gravissent tout entière, il put
jeter un regard satisfait sur la route parcourue , et
embrasser d'un coup d'ail les plus brillants horizons .
Malheureusement il ne devait jamais y atteindre . Les
difficultés, un instant vaincues , ne tarderont pas à
reparaitre ; le cæur froissé recevra une blessure incu
rable ; la santé compromise achèvera de s'altérer , le

malaise deviendra l'infirmité, et l'ombre et le silence


envelopperont prématurément de leurs voiles ce créa
teur inspiré des sublimes accords.

!
met de
ilest
cue.es
izons
c. Les CHAPITRE VI

incu Procès avec Maelzel. Ses conséquences sur l'esprit de Beethoven .


- Procès avec les héritiers du prince Lobkowitz . -Sonates, opéras 90
rer,
et 101 . La baronne Ertmann . Mort de Charles van Beetho
silence ven. Louis adopte l'enfant orphelin. Procès avec la veuve.
Crea Les Mélodies. — Mauvais état financier. - Difficultés intérieures.
Habitudes de Beethoven. Visites de Schindler, de Schlesinger,de
Hauser.

A peine commencée, cette troisième période voit


fondre sur le pauvre maître deux ou trois procès coup
sur coup ; tous fertiles en ennuis de plus d'un genre ,
mais dont le pire , sous ce rapport, lui fut intenté par
sa belle-seur dans une fatale question de tutelle où il
perdit repos , santé et liberté d'esprit.
On se rappelle que la Bataille de Vittoria avait été
primitivement destinée au Panharmonica de Maelzel .
C'était pour remercier le mécanicien d'avoir essayé de
porter remède à la surdité du maître , au moyen d'appa
reils de son invention , dont il avait fait jusqu'à quatre ,
mais dont un seul avait été utilisé . Cependant , lors

de la fête du 8 décembre , le premier , confondant


132 BEETHOVEN.

sciemment l'arrangement à grand orchestre avec la


composition primitive restreinte , annonça tout à coup ,
sur les affiches, que cette symphonie lui appartenait .
Grand émoi et protestation énergique de Beethoven ,
revendication audacieuse de Maelzel . Sous prétexte de
se payer de ses appareils acoustiques et d'une somme
de quatre cents ducats prêtée au maître , il fait main
basse, immédiatement après la fête, sur tout ce qu'il
peut ramasser de la partition , charge un arrangeur
quelconque de la compléter tant bien que mal , et s'en
va la faire exécuter à Munich , sous sa direction et à son
profit. Que faire en pareille occurrence ? Porter plainte
devant les tribunaux . Il fallut bien s'y résigner . Dans
une lettre à son avocat , où il rétablit les faits dénatu

rés par Maelzel, Beethoven expliqua qu'il devait , non


pas quatre cents ducats , mais cinquante seulement,
empruntés dans un moment de pressant besoin , et que
son éditeur à Londres devait rembourser . En même

temps il adressa un Mémoire aux artistes de cette ville ,


pour les mettre en garde contre l'exécution frauduleuse
de la Bataille, que méditait Maelzel, et revendiquer
tous ses droits de propriété. Grâce à cette protestation,
l'exécution n'eut pas lieu ; ce fut à peu près le seul
fruit que Beethoven retira de ses efforts . Quant au pro
cès , il traina en longueur, occasionna de grands frais,
beaucoup de tourments , et finit par un désistement et
BEETHOVEN , 133

une condamnation par moitié aux dépens : triste fin de


si pénibles débats . Pourtant , comme l'affaire avait fait
du bruit , Maelzel n'osa plus tenter d'utiliser son larcin ,
et ne remit jamais les pieds à Vienne . Mais , en 1818 ,
il ne craignit pas de s'adresser à son ancien ami pour
le prier de recommander son Métronome et lui propo
ser , comme si de rien n'était, de faire ensemble le
voyage d'Angleterre , lui annonçant en même temps
qu'il s'occupait d'un nouvel appareil d'acoustique pour
les chefs d'orchestre . Beethoven avait chaudement
recommandé le Métronome dès 1813 ; il ne refusa
pas , cette fois encore , d'y donner son approbation ; mais
plus tard il changea d'avis , et la retira en disant que
quiconque avait le sentiment juste pouvait très bien
s'en passer , et que celui qui ne l'avait pas le pouvait
encore mieux . De fait, on ne connaît que deux de ses
ouvrages métronomisés par lui- même : la grande Sonate
( opéra 101 ) et la 9. Symphonie . Encore le fit - il à la
demande expresse de Ries et de Schutz , parce que ces
ouvrages étaient destinés à Londres .
Les suites de ce procès furent malheureusement fu
nestes pour l'esprit du maitre . L'indélicatesse d'un
homme qu'il avait cru son ami augmenta sa défiance
naturelle et lui fit suspecter tous ceux qui l'appro
chaient . A partir de cette époque , il voulut faire copier
toute sa musique sous ses yeux , ou tout au moins sousРА

S SCOLASTICA
AT
,
IB

E
B

*
134 BEETHOVEN .

la surveillance d'un homme choisi par lui . Le vol devint


son idée fixe, il vit des voleurs partout et , non content
de soupçonner , il accusa tout le monde de le tromper,
et cela avec si peu de retenue , qu'un jour il formula,
sur l'extérieur d'une enveloppe de lettre , adressée de
Hetzendorf à Schindler à Vienne, une accusation grave
contre l'éditeur Artaria , auquel il reprochait , sans
aucune preuve à l'appui , de lui avoir dérobé trois
manuscrits .
La Bataille de Vittoria causa à son auteur un autre
genre de désagrément auquel il fut très -sensible . Il
l'avait dédiée au prince régent d'Angleterre , dans l'es
poir , assez naturel , d'en recevoir des honoraires et des
compliments ; le prince ne le remercia même pas :
double désappointement dont ses lettres à Ries , alors
établi à Londres , gardent longtemps la trace . En 1816 ,
il lui écrit : « ... Je commence à croire que les Anglais
ne sont généreux qu'à l'étranger . C'est le cas du prince
régent, qui ne m'a pas même envoyé les frais de copie
de ma Bataille , encore moins un remerciment . » Trois

mois après , à propos de l'exécution d'une de ses sym


phonies mentionnées dans un article du Morning Chro
nicle, il dit encore : « Cette symphonie et tous les ou
vrages emportés par Neate , iront aussi bien que la
Bataille : les louanges des journaux seront mon profit
le plus net . » Le régent devint George IV, et le roi
1

BEETHOVEN. 135

n'eut pas plus de mémoire que le prince . Beethoven ,


qui ne se souvenait que trop bien , revint à la charge et
lui écrivit directement , ce dont il informe Ries , en fai
sant allusion à la gourmandise bien connue du person
nage : « Notre aimable ami B ... verra si je ne pourrais
au moins recevoir un couteau de cuisine ou une écaille
de tortue ... » vou ironique d'une espérance aux abois
qui ne fut pas plus exaucé que les autres . S. M. Bri
tannique n'estima même pas à la valeur d'un couteau
de cuisine la dédicace d'une oeuvre qui avait soulevé à
Vienne une fièvre d'enthousiasme .

A peine Beethoven achevait - il de payer les frais de


son procès contre Maelzel , qu'il était obligé d'en com
mencer un autre contre la succession du prince Lobko
witz . Nous en avons vu ailleurs le mauvais résultat .

Mais , si le plaideur était malheureux , le compositeur


était toujours égal à lui-même, ce dont les sonates en

1. Opéra 90, dédiée au comte Lichnowski, et opéra 101 , dédiée à


la baronne Ertmann, 1817. En composant la sonate dédiée au comte
Lichnowski, Beethoven aurait voulu, selon Schindler, retracer l'his
toire des amours contrariés du comte avec une cantatrice célèbre
qu'il avait voulu épouser après la mort de sa première femme, ce dont
il avait été longtemps empêché par la résistance de ses agnats qui,
regardant cette union disproportionnée comme indigne de lui, s'y
opposèrent énergiquement pendant plusieurs années . Toutefois ,
M. Marx repousse cette explication comme dénuée de tout fondement.
(Marx, II, p . 214.)
136 BEETHOVEN .

mi mineur et en la majeur rendent témoignage ' . La


première , une des plus mélodieuses et des plus rem
plies d'expression qui soient tombées de sa plume , est
en même temps une des plus faciles, tout en exigeant
beaucoup de soin d'exécution pour ce qui se rattache à
l'esprit de l'ensemble . La seconde est dédiée à une
femme qui doit nous arrêter un instant , c'est la baronne
Ertmann .

Chose remarquable , les plus parfaites interprètes du


maître ont été trois femmes, toutes trois distinguées
par leur génie artistique . La première avait deviné sa
musique et la rendait avec une expression surprenante ,
sans jamais l'avoir entendu jouer . C'était la fille d'un
docteur Christian Muller , fondateur à Brême , dès 1782 ,
d'un Concert de famille qu'il dirigeait lui-même . Grâce
au talent de cette jeune fille, Beethoven , au commen
cement de sa carrière , était devenu l'objet d'un culte
fervent dans cette ville du Nord , où il n'avait jamais
mis le pied .
La baronne Ertmann occupait, au temps où nous
sommes arrivés , le premier rang parmi les pianistes de
Vienne , c'était une artiste dans toute l'acception du mot .
Elle pénétrait les intentions les plus cachées du maitre
et savait les exprimer d'unemanière inimitable . Le sen
timent du mouvement égalait chez elle celui du coloris ,
elle pratiquait la liberté de mesures , tant recom
BEETHOVEN , 137

mandée par Beethoven , avec une sûreté d'inspiration


qui le surprenait tout le premier. Un des secrets de la
supériorité de madame Ertmann , celui que tout artiste
devrait lui emprunter , c'était de ne jamais jouer que ce
qui allait à son talent . « Tout ne convient pas à tous ,
disait-elle, et , en vertu de ce sage précepte , elle choisis
sait sa musique et ne se la laissait pas imposer 1. A
quelques années de distance , la comtesse Sidonie de
Brunswick se chargeait, de son côté , à Pesth , de ren
dre toute la puissance élevée de ces compositions . Elle
rivalisait avec la baronne dans l'éclat du coloris et la
justesse des nuances , elle la surpassait peut- être dans
l'énergie toute virile de son jeu ?.
Deux autres sonates , en ut et en ré majeur , dédiées
à la comtesse Erdoedy , nous donnent l'occasion de
rapprocher l'amie éprouvée de la virtuose inspirée.
Natures d'élite toutes deux , elles semblent avoir été
placées par Dieu sur le chemin de Beethoven pour lui
en adoucir les aspérités , celle -là , qu'il appelait avec
raison son confesseur, car elle ne le trahit jamais , lui
resta fidèle, alors que tant d'autres l'abandonnaient

1. En 1831 , Mendelssohn, passant par Milan, alla faire visite à la


baronne Ertmann , dont le mari, général au service de l'Autriche et
lui-même excellent musicien, commandait la ville ; elle jouait encore
d'une façon remarquable la musique de Beethoven. (Lettres de Men
delssohn .)
2. Voir sur le jeu de Beethoven, note D.
8.
138 BEETILO VEN.

pour courir au-devant des nouvelles étoiles venues


d'Italie ; celle -ci, qu'il vénérait comme une prêtresse
de l'art et qu'il nommait sa chère et respectée Doro
thea Cæcilia , entretint à force de zèle le feu sacré de
ses admirateurs , et maintint au répertoire sa musique
de piano , que les nouveaux venus voulaient reléguer
dans les cartons . Que de consolations il leur ( lut ,
mais que de persécutions aussi il avait à subir ! Ces
sonates mêmes en fournirent un nouveau prétexte à
l'occasion de l'Allegro fugato de celle en ré majeur,
car on avait toujours tenu pour certain qu'il ne pouvait
pas écrire de fugue , et la fugue, c'était la loi et les pro
phètes . Celle - ci fut attaquée avec beaucoup d'acharne
ment , pourtant Beethoven s'était familiarisé de r'onne
heure avec cette forme dans Sébastien Bach , et l'avait
employée lui -même dans le quatuor en ré majeur ' ,
dans la troisième et la septième symphonie et dins la
sonate, opéra 101. La jalousie manqua son but ; l'em
ploi de la fugue, rare jusqu'alors dans ses œuvres , y
devint plus fréquent ; on le retrouve notamment dans
la grande sonate en si majeur ?, dans la sonute en la
bémol ? , dans le gloria et le credo de sa seconde niesse ,

1. Opéra 59, dédié au comte Razumovski.


2. Opéra 106, dédiée à l'archiduc Rodolphe.
3. Opéra 110 .
BEETHOVEN . 139

dans la grande ouverture fuguée ! , et dans le final du


quatuor, opéra 130 , publié séparément sous le chiffre
d'œuvre 133 .
D'autres préoccupations ne tardèrent pas du reste à
lui faire oublier celles- ci . Au mois de novembre 1815 ,
Charles van Beethoven mourut , laissant à son ainé ,
Louis , la tutelle de son fils, âgé de huit à neuf ans , et
avec cette tutelle un fardeau qui devait peser de tout
son poids jusque sur les derniers jours du pauvre
maître .
Dans une lettre datée du 22 novembre , il annonce
cet événement à Ries en ces termes :

« Mon pauvre malheureux frère Charles vient de mou


rir ; il avait une méchante femme. Je puis dire qu'il était
atteint de phthisie depuis quelques années , et j'ai bien
dépensé dix mille florins papier pour lui rendre la vie plus
douce. Ce n'est rien , sans doute , pour un Anglais , mais
pour un Allemand , ou , mieux encore , pour un Autrichien ,
c'est beaucoup . Le pauvre homme avait bien changé dans
les dernières années . Je puis dire que je le regrette de tout
mon caur, et je me félicite d'autant plus de pouvoir me
rendre le témoignage de n'avoir rien épargné pour sa con
servation 2.»

Beethoven se prit tout d'abord d'une tendresse ex :


cessive et passionnée pour ce neveu qui devait lui

1. Opéra 130, dédiée au prince Nicolas Galitzin .


2. Nohl, Briefe Beethoven , p. 124 .
140 BEETHOVEN .

faire connaître par son inconduite et son ingratitude


tous les genres de douleurs . Une nouvelle vie du
cæur commença pour lui , dit mademoiselle del Rio ,
la fille du maître de pension où il plaça l'enfant en
1816. Non -seulement il accepta la tutelle , mais il vou
lut l'adopter comme son fils. Il le retira des mains de
sa mère et en prit tout à fait la charge. C'était se plon
ger de gaieté de cæur dans d'insurmontables dégoûts ,
dépasser ses ressources , compromettre son indépen
<
dance et s'imposer des soins qui ne convenaient ni à
sa vocation d'artiste , ni à son ignorance des choses de
la vie pratique . Bientôt, en effet, nous allons le voir
travailler au delà de ses forces, tout en vivant au jour
le jour , et devenir l'esclave de son entourage en ces
sant d'être le maître de son inspiration . Absorbé par
sa nouvelle organisation , il s'enquiert de ce qu'on
donne à deux serviteurs pour le déjeuner et le diner ,
tant pour la qualité que pour la quantité ; combien de
fois ils doivent avoir du rôti , si c'est le matin ou le
soir ; si les serviteurs mangent comme les maîtres ou
s'ils ont une cuisine à part ; combien il faut de livres
de viande pour trois personnes , etc. , etc. Si l'on songe
aux détails journaliers qu'entraine la tenue d'une mai
son , aux comptes de la cuisinière , aux querelles des
gens entre eux , à la mauvaise humeur des uns , à l'in

fidélité des autres , on éprouvera une grande compas


BEETHOVEN , 141

sion pour ce merveilleux génie , habitué à planer dans


les sphères sereines de l'art , et brusquement obligé
d'en descendre pour s'occuper des soins les plus pro
saïques de la vie matérielle .

Mais ce n'est pas tout . Pour se procurer tous ces


maux , il lui fallut en supporter d'autres d'une nature
bien autrement douloureuse , et qui le blessèrent dans
ses sentiments les plus intimes . En se voyant enlever
son fils, la mère protesta . Le tribunal , chargé de juger
les différends de la noblesse et du clergé , appela l'af
faire à lui , le van place devant le nom des parties et
confondu avec le von , particule nobiliaire , les faisant
considérer comme nobles . La première obligation qu'on
imposa à Beethoven fut d'établir l'incapacité de sa
belle-seur à élever l'enfant : obligation doublement
pénible pour un homme qui s'était toujours attaché à
cacher les torts des siens . Il fallut bien s'y résigner

pourtant , et les juges convaincus lui confièrent la garde


de son neveu jusqu'à la conclusion du proces .
Mais , grâce au soin que prennent d'ordinaire MM . les
avocats d'envenimer les questions qu'ils sont chargés
de plaider , la « Reine de la Nuit » , comme l'appelait
Beethoven par allusion à l'opéra de Mozart et à sa
mauvaise conduite ! , la « Reine de la Nuit » , de plus

1. Il empruntait volontiers les noms des personnages de la Flûte


142 BEETHOVEN .

en plus irritée , imagina , pour se venger, de lui con


tester le droit d'être jugé par le tribunal supérieur, J.e
procès durait déjà depuis un an , quand cette question
d'incompétence vint compliquer la situation . Le trib:1
nal manda le maitre à sa barre pour qu'il eût à y éla
blir sa noblesse . Il comparut , et , désignant de la main
sa tête et son cæur , déclara que sa noblesse était ici
et là ! Malheureusement cette sorte d'aristocratie sans
parchemins ne jouit d'aucun privilége , et le pauvre
roturier fut renvoyé devant la magistrature ordinaire .
Singulière contradiction de l'esprit humain ! Ce dédio
crate en théorie , qui n'admettait de différence entre
les hommes que celle de la vertu et du talent , se sen
tit si fort humilié de cette décision , il en conçut un
tel chagrin , que Vienne lui devint trop petite et qu'il
l'aurait infailliblement quittée si son frère Jean ne l'y
eût retenu de force. Disons toutefois, pour sa justifica

tion , qu'un de était si nécessaire en Autriche , que


jamais , malgré tout son génie , il n'aurait pu conque
rir dans la haute société la place qu'il y occupait , si
cette pauvre petite particule n'eût permis à l'aristo
cratie de le considérer comme un des siens . Ce ron

enchantée, se désignant lui- même sous celui de Sarastro, et surnom


mant en plaisantant Schindler Papageno. (Nohl, Briefe Beethoven ,
p . 140. )
BEETHOVEN . 143

niagique , pareil à un talisman , lui avait ouvert toutes


les portes ; quand on en connut le peu de valeur, plu
sieurs se refermèrent . Lequel plaindre davantage de
l'homme de génie qui s'attriste d'une distinction pour
lui si insignifiante, ou de l'homme titré qui place cette
distinction au-dessus du génie ? Pour remplacer ce pré
cieux von , son avocat imagina de lui donner , tant les
titres avaient d'importance, celui de maître de cha
pelle , moins malsonnant, parait -il, que celui de com
positeur , sous lequel on le désignait faute de mieux .
Beethoven refusa longtemps de prendre ce qui ne lui
appartenait pas , et quand enfin il y consentit , vaincu
par les représentations de son avocat, il ne manquait
jamais d'ajouter plaisamment : « Maître de chapelle in
partibus . »

Le changement de juridiction eut pour résultat im


médiat et fâcheux de substituer à des juges bienveil
laints des hommes d'une impartialité douteuse , dont le
premier soin fut de le suspendre de ses fonctions de
tuteur , sous prétexte de surdité, et de rendre l'enfant
à sa mère . Beethoven en appela de ce jugement dans
un mémoire où il fournissait des preuves irrécusables
de l'inconduite de sa belle-sour 1 .

1. Pendant le cours de ce procès, elle avait, selon Schindler, accru


sa famille sans formalité légale.
144 BEETHOVEN .

Les sentiments les plus nobles respirent dans ce do


cument : le bien de l'enfant, le soin de son avenir , le
préoccupent uniquement, et , sous l'empire de ces con
sidérations , il consent même à laisser la mère jouir
d'une sorte de cotutelle , c'est-à-dire à lui permettre de
le voir et de prendre connaissance des dispositions qui
concernent son éducation ... Quant à lui - même , il dé
clare se charger de toutes les dépenses de son neveu ,
et finit en demandant un cotuteur , avouant tout en
s'efforçant d'atténuer la portée de cet aveu , qu'il est
un peu dur d'oreille . Ces demandes si modérées , si de
sintéressées , faites avec une parfaite convenance , eu
rent un plein succès . La cour le rétablit dans ses droits
de tuteur et de plus elle interdit à la veuve toute im
mixtion dans l'éducation de son pupille.
Ainsi se termina ce triste débat , après avoir absorbé
cinq ans de la vie du maitre , et l'avoir contraint aux
plus pénibles aveux sur la conduite des siens et sur sa
propre infirmité, qu'il lui était si douloureux d'ad
mettre en public . Hélas ! il ne pouvait se dissimuler
qu'elle avait suivi pendant ce temps une marche pro
gressive : en 1816 , il avait été obligé de prendre un
porte-voix ; en 1818 , il dut recourir à l'écriture pour
communiquer avec ses semblables .
Le procès fini, on en vit apparaître les conséquences .
La société, faussement impressionnée , s'imagina que
BEETHOVEN . 145

Beethoven avait injustement persécuté sa belle-sæur ,


qu'il était l'ennemi acharné des femmes, et il rencontra
des inimitiés là où il est bon de ne trouver que des
sympathies . De plus , son silence prolongé finit par per
suader au public que sa verve était éteinte et l'accou
tumer à ne plus rien attendre de lui . Le maître , qui
connaissait sa force et sentait les ressources inépuisa

bles de son génie , riait de ces dispositions , et disait à


ceux qui les lui rapportaient .. Qu'ils attendent , ils
verront bien . » Mais comme il s'opposait en même
temps à ce qu'on parlât de ses ouvrages avant qu'il ne
les eût achevés , ses amis osaient d'autant moins com
battre cette fausse opinion que tout le produit de ces
cinq années se composait de thèmes variés , de mélo
dies écossaises : et des sonates , opéra 102 et 104. Il
est vrai que cette dernière , surnommée la sonate géont ,
était bien propre à réfuter le bruit de sa prétendue im
puissance , et que les mélodies écrites dans un temps
de gène et en vue du produit pécuniaire n'en étaient
pas moins un véritable trésor d'un caractère à la fois

1. Il ne tarda pas à y joindre un grand nombre de chants populai


res de diverses nations. La Bibliothèque de Berlin en possède 70 écrits
de sa main. On en connait 157 divisés en trois recueils :
Mélodies irlandaises originales, 2 cahiers.
Mélodies écossaises, opéra 108 .
Chants populaires, 2 cahiers.
9
146 BEETHOVEN .

naïf et profond ; mais il avait accoutumé le public


à trop de chefs -d'æuvre pour que celui -ci se contentât
de si peu .
Que devenait la question financière dans de pareilles
circonstances ? Certes , elle était loin de s'étre amélio
rée . Pendant un espace de sept ans , Beethoven ne cesse
d'exhorter Ries à redoubler de zèle pour le placement
de ses compositions et de l'entretenir d'un projet de
voyage en Angleterre, comme seul moyen de salut .
« Mon revenu est de 3,400 florins papier , lui écrit-il en
1816 ; je paye 1,100 florins de loyer , 900 à mon do
mestique et à sa femme..., 1,100 pour la pension de
mon petit neveu , encore n'est-il pas bien , et je vais
être obligé d'organiser ma maison pour le reprendre
chez moi . Combien il faut gagner pour parvenir seule
ment à vivre ! » En 1817 , il reçoit de la Société phil
harmonique de Londres des offres qu'il modifie, ne les
trouvant pas suffisantes , et promet d'être dans cette
ville en janvier ; mais ce voyage ne devait jamais s'ac
complir : sa mauvaise santé et les soucis de sa tutelle
y mirent toujours obstacle . Il n'en continua pas moins
à le projeter , à l'annoncer à Ries dans ses lettres , et à
lui parler de sa triste situation . En 1819, à propos de
la sonate, op . 106 , il dit : « La sonate a été écrite dans
des circonstances pressantes . Il est dur de travailler
pour avoir du pain ; j'en suis réduit là . • La correspon
BEETHOVEN. 147

dance continue sur ce ton jusqu'en 1823 , où nous


· lisons encore , en date du 25 avril :

« ..... Ma position constamment triste m'oblige à vous


écrire de telle façon que je reçoive autant d'argent que je
puis en avoir immédiatement '. »

Pendant qu'il pressait ainsi Ries de lui venir en aide ,


il déposait ses plaintes et sa douleur en termes bien
moins contenus sur les feuillets de son carnet , confi
dent muet dont il ne redoutait pas l'indiscrétion . On y
lit, à la date de 1816 : « Il faut faire quelque chose ...
un voyage , et alors travailler pour cela , ou un opéra ...
si tu dois rester encore ici l'été prochain , l'opéra serait
préférable ...; mais , en ce cas , il faut dès à présent dé
cider où et comment se passera l'été ... O Dieul aidez
moi, vous me voyez abondonné de l'humanité entière ,
car je ne veux pas pactiser avec l'injustice; exaucez la
prière que je vous fais , au moins pour l'avenir, d'être
avec mon Charles, ce dont je n'entrevois pas la possi
bilité maintenant... Oh ! sort cruel , ohl destin impla
cable , non , mon malheur ne finira jamais . » Ailleurs :
« Tu n'a pas d'autre moyen de salut que de partir d'ici ;
à cette seule condition , tu pourras de nouveau planer
dans les hautes régions de ton art , tandis qu'ici tu

1. Nohl , Briefe Beethoven , pages 134, 191,233 .


148 BEETHOVEN .

tombes dans la vulgarité . Une symphonie , puis partir,


partir, partir ... Recueillir en même temps les valeurs ,
ce qui peut se faire dans l'année ... Pendant l'été , tra
vailler pour le voyage ... , ainsi seulement tu pourras
accomplir ta grande tâche envers ton neveu , plus tard
parcourir l'Italie , la Sicile , avec quelques autres ar
tistes ... Oui , fais des plans et sois consolé ... »
Outre ces confidences intimes , les feuillets de son
portefeuille recevaient encore les annotations de cha
que jour sur les dépenses de la maison , sur les entrées
et les sorties des domestiques , et Dieu sait qu'elles
étaient assez fréquentes , et servent ainsi de commen
taire au malaise sous lequel le pauvre maître succom
bait. Voici un curieux extrait qui en dira plus à lui
seul , sur les tribulations de son intérieur , que de lon
gues pages :

31 janvier 1819. Congédié la femme de charge .


15 février Entrée de la fille de cuisine .
8 mars Reçu le congé de la fille de cuisine .
22 mars Entrée de la nouvelle femme de
charge.
12 mai Arrivée à Meedling. Miser et pauper
sum .
14 mai Entrée de la servante .
20 juillet Congédié la femme de charge.

1. Schindler, p. 266 .
BEETHOVEN. 149

Le désordre du ménage continue dans les années sui

puis part vantes . En 1820 , on ne compte pas moins de douze


les valeurs entrées et sorties de serviteurs , que dis-je , sorties, ce
sont des fuites. « La fille de cuisine s'est enfuie, - écrit
piteusement le maître le 28 juillet . Mais les tribulations
i tu polita
de l'année 1823 semblent avoir dépassé toutes les au
2. pasta
tres . Pas un mois ne s'écoule sans amener une cata
s autres a
strophe ordinairement accompagnée de voies de fait,

llets de su soit qu'un serviteur levât la main sur lui , cas qui s'était

ons de chien déjà présenté assez souvent pour obliger le maître à

- les entre renoncer au service d'un domestique mâle dès 1817 ,


soit que Beethoven lui-même , poussé à bout , se fit une
ait gaies
e commer arme de tout ce qui lui tombait sous la main , témoin
son aventure avec certaine Nanny , sa cuisinière , à la
tre succes
quelle il lança sans façon une pile d'in - folios à la tête .

ue delor Le lendemain , il écrit à une amie : « Mademoiselle


Nanny est tout à fait changée depuis que je lui ai jeté
une demi-douzaine de livres à la tête ; peut- être lui en
rge. est-il entré quelque chose dans sa pauvre cervelle ou
dans son mauvais cour ^ . » On se figure le trouble et .
cuisine
emmed la colère qu'entretenait perpétuellement chez lui
un pareil état de choses , auquel contribuaient sans
doute sa défiance naturelle, son irritabilité , son inex
périence de la vie pratique et sa surdité dressée

ge.
1. Nohl, Briefe Beethoven , p . 154 .
150 BEETHOVEN .

comme une barrière entre lui et ceux qui le servaient .


Il n'était pourtant recherché ni dans ses goûts ni
dans ses habitudes ; un coup d'æil jeté sur une de ses
journées suffit à le montrer . Levé en toute saison avec
le jour , il faisait lui-même son café, avec une précision
qu'il poussait au point d'en compter les grains, dont
le nombre devait être toujours le même , puis il se met
tait au travail jusqu'à l'heure de son diner . Dans l'in
tervalle , il sortait souvent pour prendre l'air , travail
lant en marchant , sans s'inquiéter ni du froid ni de la
chaleur . Pour diner , il avait deux plats favoris : cer
taine truite du Danube , qu'il invitait ses amis à venir
manger le vendredi , et certain macaroni au parmesan
que sa cuisinière devait absolument manquer pour qu'il
s'en plaignit ; le tout arrosé d'une grande quantité d'eau
pure . Quant aux autres plats , s'il les déclarait mau
vais , ce qui arrivait souvent , la sentence était sans
appel ; quiconque ne s'y soumettait pas n'avait ni goût
ni jugement , et l'irritation qu'il en ressentait durait
plusieurs jours . Si par hasard il buvait du vin , ce qui
était rare , il préférait au vin pur celui qui était falsifié,
malgré le mauvais état de ses entrailles .
Ses après - dinées étaient régulièrement consacrées à
la promenade , à la suite de laquelle il entrait dans un
café ou un débit de bière pour fumer sa pipe , comme
tout bon Allemand doit le faire, et lire les journaux ..
BEETHOVEN , 15 1

Pendant la session du Parlement anglais , il suivait les


débats avec la plus grande attention et , obéissant à son
instinct frondeur, prenait invariablement parti pour
l'opposition . Du reste , il changeait si peu ses habitudes ,
que dans les dernières années de sa vie , les étrangers
désireux de le voir se rendaient toujours dans le même
café, à peu près assurés de l'y trouver à la même heure
et à la même place , assis à l'écart ; mais il parlait rare
ment, même avec ceux qui lui étaient présentés. Jamais
il ne composait le soir ; il se couchait au plus tard à dix
heures , après avoir soupé d'un potage ou des reliefs de
son dîner .
Par exemple , il avait une coutume fort gênante pour
ses voisins et qui dut bien contribuer quelque peu à ses,
fréquents déplacements, c'était celle des ablutions . S'il
ne sortait pas pendant ses heures de travail , il se ver
sait d'abondantes cruches d'eau sur les mains , arpentait
la chambre à grands pas , en roulant de gros yeux , fre
donnant ou chantant à pleine voix , et revenait se plon
ger dans l'eau froide . C'étaient ses moments de médi
tations profondes ; mais les domestiques en riaient , ce
qui provoquait de sa part des accès de colère comique ;
les propriétaires se fâchaient , parce que l'humidité pé
nétrait à travers les planchers , et il devenait ainsi le

1. Nohl, Briefe Beethoven .

>
152 BEETHOVEN.

moins recherché de tous les locataires. Aussi, dans une


lettre à Schindler , qui s'occupe d'arrêter un logement,
il lui recommande de bien s'informer où se trouve la

chambre du propriétaire « à cause de l'eau .


Quant à son mobilier, il était tout aussi simple que
sa table , seulement les curiosités , le bric -à -brac, .y
abondaient . Son bureau en était encombré : cosaques

et hussards en guise de presse-papiers , sonnettes de


toutes formes et de toutes dimensions , etc. , etc. Mais
ces babioles souffraient beaucoup de ses déménage
ments fréquents, et la plupart disparaissaient sans
qu'on sût comment . Au fond, le désordre régnait par
tout chez lui , partout , sauf dans sa toilette , toujours
propre et soignée : habit bleu ou vert à boutons de
métal , cravate et gilet blancs en toute saison , pantalon
et bas blancs en été , tel était à peu près invariablement
son costume .
Tandis qu'il était occupé , en 1819 , à écrire sa messe
en ré , au village de Mædling , Schindler alla le voir en
compagnie d'un musicien nommé Horzalka . A leur
arrivée, vers les quatre heures d'après-midi , ils le trou
vèrent enfermé, et on leur dit que les deux servantes
étaient parties le matin même , à la suite d'une violente
querelle qui avait troublé pendant la nuit le repos
des habitants de la maison . Beethoven , une fois livré
à la composition , oubliait souvent l'heure des repas :
BEETHOVEN . 153

c'est ce qui lui était arrivé encore ; les deux filles,


truere i après avoir longtemps attendu , s'étaient endormies ,
les plats avaient brûlé , le reste se devine . En pé

simple nétrant dans l'appartement, Schindler et son com


pagnon entendirent le maître qui s'escrimait sur la
: CASAJU fugue du Credo de sa messe , chantant , hurlant , trépi
unettes & gnant ; ils attendirent longtemps en silence , et le virent
. ete. Na enfin paraître , le visage bouleversé, les traits altérés .

demenage Il leur dit qu'il n'avait pas mangé depuis la veille , sur
Faient sans quoi ils s'empressèrent, l'un de l'aider à s'habiller ,
l'autre de courir au restaurant faire préparer à dîner .
D'autre part, Maurice Schlesinger nous apprend
e, toujck
boutonsá qu'ayant fait sa connaissance à Vienne, dans cette même

alr année 1819 , il alla aussi le voir à la campagne sur son


. nt
19pa
invitation . « En descendant de voiture, j'entrai dans
l'hôtel , et le vis qui sortait précipitamment, en tirant
e sa mer la porte avec violence . Après m'être épousseté, je me

le rate rendis à la maison qu'on m'indiqua. Sa femme de


charge me dit que très-probablement je ne pourrais pas
is le trou lui parler , qu'il venait de rentrer furieux. Je lui remis

serrants ma carte . Elle reparut au bout de quelques minutes ,


olente et , à ma vive surprise , m'invita à entrer . Je trouvai le
evi
grand homme à son pupitre et lui écrivis immédiate
le repas
fois litt ment que j'étais heureux de faire sa connaissance . Ceci
produisit sur lui une impression favorable. Il s'ouvrit
s rends
tout de suite à moi et me dit qu'il était le plus malheu
9.
154 BEETHOVEN .

reux des hommes ; qu'il venait de l'auberge où il avait


demandé un morceau de veau dont il avait envie , mais
qu'il n'avait pu se le procurer . Tout cela d'un ton et
avec un visage des plus sombres . Je tâchai de le
consoler , nous causâmes (moi toujours écrivant), et il
me retint ainsi pendant deux heures , bien que je vou
lusse plusieurs fois me retirer pour ne point le gêner '.»)
En le quittant, Schlesinger retourna immédiatement
à Vienne , se procura un morceau de veau rôti et fit.
partir un commissionnaire par la même voiture qui
venait de l'amener , avec ordre de le remettre sur -le
champ à Beethoven de sa part . Le lendemain matin ,
Schlesinger était encore au lit , quand celui - ci entra ;
il l'embrassa avec effusion en l'appelant le meilleur
des hommes , et l'assura que rien ne lui avait fait tant
de plaisir que ce veau au moment où il en avait si
grande envie .
L'attention délicate du bienveillant et avisé éditeur
valut à son père la cession des œuvres 108 , 109 , 110
et 111 .

Une année plus tard , un autre visiteur alla aussi


chercher le maître à la campagne , c'était Hauser , de
puis directeur du conservatoire de Munich . Il ne le

1. Lettre de Maurice Schlesinger, en date du 27 février 1859,


adressée à M. Marx et rapportée par lui, t. II, p. 262.
BEETHOVEN . 159

trouva pas d'abord chez lui , mais il aperçut bientôt un


homme errant à travers champs , tantôt s'arrêtant , le
vant les yeux au ciel , puis reprenant sa marche et
s'arrêtant encore pour écrire sur son carnet . Cet
homme était fort et trapu , une forêt de cheveux noirs
s'ébouriffaient autour de sa tête ; ses habits en désor .
dre portaient les traces d'une longue course par monts
et par vaux . C'était Beethoven . Hauser se présenta et
fut bien accueilli ; ils dînèrent ensemble , après quoi
ils s'approchèrent du piano , présent reçu d'Angleterre
depuis peu , mais dont les notes hautes étaient déjà
cassées . Beethoven frappait des cinq doigts de la main
gauche sur les touches basses sans distinguer les sons
et s'écriait : « Écoutez , que c'est beau ! » Hauser pou
vait à peine retenir ses larmes . Tel était l'état de sur
dité où se trouvait réduit l'infortuné compositeur dans
l'année 1820 .
La seconde messe était destinée à l'installation de
l'archiduc Rodolphe à l'archevêché d'Olmutz , et il
avait commencé à y travailler dans l'automne de 1818 .
Mais le soin qu'il apportait à limer , corriger , retoucher
son travail, et les vicissitudes que nous connaissons
s'en mêlant , il n'était qu'à l'Agnus Dei en 1820 , année
de l'installation du prince-prélat , et il n'eut entière
ment fini qu'en 1822 .
Dans l'intervalle, et pour se époser sans doute, il
156 BEETHOVEN .

fit une chose charmante. Tandis qu'il était tout occupé


de son Credo , de pauvres musiciens ambulants faisaient
danser dans une auberge voisine les paysans du lieu .
Amusé ou touché , le maître suspendit un moment son
grave travail et écrivit pour ces bonnes gens une série
de valses dont il composa en outre les parties . Quelle
fortune pour eux s'ils en avaient connu le prix ! Il écri
vit aussi en 1821 , à son retour de Mædling ; trois so
nates ' , qui furent publiées simultanément à Vienne, à
Berlin et à Paris , et qui , grâce à cette combinaison , lui
rapportèrent environ quarante louis , prix élevé qu'elles
n'auraient jamais atteint autrement . Car , qui le croi
rait aujourd'hui ? la musique de piano trouvait alors
très-peu d'acheteurs en France et pas davantage en
Angleterre . Les temps sont bien changés !

1. Opéra 109, dédiée à mademoiselle Brentano ; 110 et 111 dédiées


à l'archiduc Rodolphe .
CHAPITRE VII

Beethoven dans la plénitude de sa gloire. — Remaniement des Ruines


d'Athènes. Reprise de Fidelio . Surdité complète . Schu
bert. Rossini . La Missa solemnis en souscription. Mau
vaise situation pécuniaire.

A cette date de 1822 , Beethoven jouissait de la pleine


possession de sa gloire ; partout où existait une société
musicale , partout on lui donnait le premier rang . Dans
la Société des Concerts spirituels , en particulier, où
s'était réfugiée la crème des amateurs et des artistes de
Vienne , il était de bon ton de placer son nom même
avant celui d'Haydn et de Mozart , comme aussi d'écouter
une de ses symphonies avant d'entendre un oratorio
de Graun ou de Haendel , une messe de Hasse, d'Haydn ,
de Mozart ou de Cherubini , etc. , etc.
Le maître employa une portion de cette année à re
voir sa musique des Ruines d'Athènes , qu'Henzel ' dé .

1. Henzel avait fait la connaissance de Beethoven à Baden, dont il


dirigeait le théâtre conjointement avec celui de Presbourg. C'était un
auteur de pièces comiques fort goûté dans toute l'Allemagne .
158 BEETHOVEN .

sirait approprier , avec un nouveau texte du poëte


Meiszel , à l'inauguration du théâtre de la Josephstadt,
dont il venait d'être nommé directeur . Le temps qu'il
fallut consacrer à satisfaire les exigences du poëte et à
contenter celles du maître de ballet , joint à la chaleur
excessive de cet été , même à Baden , ne permirent à
Beethoven d'achever son travail que dans l'après-midi
du jour fixé pour la représentation , si bien que l'or
chestre , récemment formé, reçut la partition couverte
des ratures des copistes. Dans de telles conditions , sur
tout si l'on songe à sa surdité, alors à peu près com
plète, on ne s'étonnera point que l'exécution laissat
beaucoup à désirer . Le maître s'était réservé la direc
tion et se plaça de manière à avoir l'orchestre en face
de lui , tandis qu'il tournait l'oreille gauche vers la
scène , c'était la seule qui perçût encore quelques sons :
Cependant il ne remarqua pas le ralentissement du

mouvement , ni la contradiction qui s'établit entre les


deux sous-directeurs , et, bien que cette représentation
s'achevật sans encombre , elle montra clairement qu'il
ne pouvait plus saisir les effets d'ensemble , ni par con
séquent diriger les masses Une dernière et bien dou
loureuse épreuve devait enfin l'avertir qu'il était temps
de renoncer au bâton de chef d'orchestre . Il s'agissait
de reprendre Fidelio, après huit ans d'interruption ,
avec Wilhelmine Schræder dans le rôle d'Éléonore . Le
BEETHOVEN . 159

directeur du théâtre de l'Opéra offrit à Beethoven la


direction des répétitions , ce qu'il accepta, malgré les
conseils de ses amis . Mais laissons ici parler Schindler ,
témoin et acteur dans ce triste épisode .
« Sur sa demande , je l'accompagnai à la dernière
répétition . L'ouverture en mi majeur (la dernière) ,
marcha parfaitement, car la phalange exercée des mu
siciens se comportait comme un seul homme , suivant
sa coutume , en dépit des hésitations visibles du direc
teur . Mais , dès le duo entre Marcelline et Jaquino , on
s'aperçut que Beethoven n'entendait point ce qui se
passait sur la scène . Il retardait considérablement le
mouvement, et tandis que l'orchestre restait avec lui,
les chanteurs allaient de l'avant . A l'endroit où l'on

entend frapper à la porte de la prison , tout se débanda .


Le chef d'orchestre ordinaire, Umlauf , proposa un temps
d'arrêt , sans en donner la raison , et après quelques
pourparlers avec les chanteurs , on reprit DA CAPO . Le
duo recommença , et aussitôt le défaut d'ensemble se
fit de nouveau sentir ; aux coups frappés à la porte ,
le même désarroi eut lieu . Il fallut faire une seconde
pause . L'impossibilité de continuer sous la direction du
compositeur était évidente ; mais comment , de quelle
manière le lui révéler ? Ni l'administrateur Duport , ni
le maître de chapelle Umlauf ne voulaient lui dire :
• Retire -toi , pauvre infortuné, tu ne peux plus di
160 BEETHOVEN .

riger . » Quant à lui , inquiet , agité , il se tournait à


droite et à gauche pour interroger les visages et savoir
d'où venait l'obstacle . Mais partout silence profond .
Alors il m'appela . Quand je fus près de lui , il me ten
dit son portefeuille et me fit signe d'écrire . Je traçai
vivement ces mots : « Je vous prie de ne pas continuer
davantage, je vous expliquerai pourquoi à la maison . »
D'un bond il sauta dans le parterre , courut jusque chez
lui sans s'arrêter . En entrant il se jeta sur un sopha ,
se couvrit le visage de ses deux mains et demeura ainsi
jusqu'au moment de se mettre à table . Mais là encore ,
il ne prononça pas un mot , conservant l'attitude de
l'abattement le plus complet, de la douleur la plus pro
fonde. Quand , après le repas , je voulus m'éloigner , il
me retint , exprimant le désir que je ne le quittasse pas
jusqu'à l'heure du théâtre . Au moment de nous séparer,
il me pria de l'accompagner chez son médecin , qui
avait la réputation de s'entendre à traiter les affections
de l'ouïe .

« Dans tout le cours de mes longs rapports avec


Beethoven , je ne trouve rien qui puisse se comparer à
ce jour de novembre , quelles qu'eussent été jusqu'alors
les contrariétés , les souffrances morales ou physiques
qu'il eût éprouvées , elles ne l'abattaient que temporai
rement ; il se relevait assez vite , et alors retrouvant la
fermeté de sa démarche , redressant la tête, il rentrait
BEETHOVEN . 161

dans la pleine possession de son génie . Ce dernier


coup ne ressemblait pas aux autres , il ne s'en releva
jamais !. >
Le docteur Smetana consulté prescrivit des remèdes .
Malheureusement Beethoven n'était pas un malade or
dinaire : il n'avait ni respect pour la médecine , ni con
fiance dans les médecins, ni patience pour suivre leur
traitement . Lui ordonnait- on de prendre une potion
toutes les heures dans une cuillère à café, il trouvait la
dose insuffisante et , sans rien dire , y substituait une
cuillère à bouche ; d'autres fois , au contraire , il allon
geait la potion d'une grande quantité d'eau , ce qui ne
pouvait manquer de paralyser l'effet du médicament .
Si le mal , au lieu de diminuer , augmentait grâce à ce trai
tement déraisonnable , il s'en prenait au médecin et lui
attribuait toute la faute. Dans le cas présent, à peine
s'était-il mis sous la direction du docteur Smetana que ,
se rappelant un P. Weisz , célèbre pour la guérison des
maladies d'oreille , il alla le consulter . Mais comme les
règlements ne permettaient pas au prêtre de traiter les
malades en ville , celui-ci invita Beethoven à venir le
voir tous les jours . C'était trop demander à sa persé
vérance . Malgré les recommandations écrites de ne
pas interrompre la cure , malgré l'espoir donné d'un

1. Schindler, II , p . 11 .
162 BEETHOVEN .

bon résultat , il ne retourna pas plus consulter le


P. Weisz qu'il n'avait revu le docteur Smetana . Ce fut ,
du reste , sa dernière tentative de guérison : à partir de
ce jour , il se résigna à son sort et cessa de se plaindre .
Hélas ! que cette résignation dut lui coûter , et pour
tant qui sait si par moments cette infirmité même n'a
pas été la source de ses plus intimes jouissances comme
de ses angoisses les plus cruelles ! Quand seul , vérita
blement seul , séparé du monde de la parole par un ob
stacle invincible, il écoutait les chants intérieurs qui
s'élevaient en lui , ne trouvait - il pas dans le monologue
ininterrompu de son génie la compensation suprême
des angoisses que lui causait son retour parmi les
hommes; et ces mélodies puissantes dont les sons ne
frappaient plus ses oreilles , ne charmaient- elles pas
ses longues promenades à travers la campagne, alors
que fredonnant souvent , plus souvent encore chantant
à pleine voix , il prolongeait sa course pour prolonger
sa jouissance et restait dans la solitude pour échapper
au sentiment de son infirmité ? Sourd , pauvre sourd,
les combinaisons de ton génie n'étaient - elles pas assez
belles pour te dédommager au centuple de la conversa
tion de tes semblables !
C'est dans le courant de 1822 , selon Schindler , que
Franz Schubert ayant dédié à Beethoven des variations
à quatre mains sur un thème français ( op . 10) , serait
BEETHOVEN . 163

venu les lui offrir lui même, présenté par Diabelli


1 . Le
maître l'aurait accueilli avec affabilité, mais sans par
venir à vaincre sa timidité , qui était si grande , que
Beethoven lui ayant demandé d'écrire les réponses à
ses questions , les doigts du pauvre Schubert auraient
été comme paralysés et n'auraient pu tenir la plume .
Quoi qu'il en soit de ce récit , le docteur Kreiszle semble
mettre en doute l'entrevue des deux compositeurs , il

pense , sur la foi du docteur Joseph Huttenbrenner , le


quel affirme tenir son information de Schubert lui
même , que Beethoven était absent lors de cette visite ;
et que les Variations avaient été remises à la servante .
Quant au maître , objet de l'admiration enthousiaste
de son jeune contemporain , il arriva à sa dernière
maladie sans connaître autre chose de lui que cinq
lieder ; aussi fut- il fort étonné quand Schindler , pour
le distraire sur son lit de douleur , lui apporta une col
lection d'environ soixante morceaux de chant , dont
plusieurs en manuscrit , et il manifesta même quelque
incrédulité en apprenant que le nombre total ne s'éle
vait pas à moins de cinq cents. Après les avoir feuil
letés avec soin , son étonnement se changea en plaisir ,
et il s'écria à plusieurs reprises : « Vraiment Schubert
est animé d'une étincelle divinel ,

1. Dr Heinrich Kreiszle von Hellorn, Franz Schubert, p . 261 .


164 BEETHOVEN.

La première et l'unique visite que celui- ci lui aurait


faite, toujours d'après Huttenbrenner, aurait eu lieu
à l'heure solennelle où Beethoven , déjà plongé dans les
ombres de la mort , ne pouvait guère avoir conscience
de sa présence , pas plus que de celle de Hutten
brenner et du peintre Teltscher qui l'accompagnaient .
Le maître , averti qu'ils étaient là , fit de la main un
de ces signes vagues , familiers aux mourants , inexplica
bles aux vivants, après quoi Schubert se retiratrès -ému.
Singulier rapprochement de ces deux existences
écoulées dans la même ville , vouées au même art, qui
s'étaient cotoyées dans la vie sans presque se rencon
trer , que la mort rapprochait et qu'elle allait bientot .
réunir pour l'éternité .
Schubert accompagna Beethoven à sa dernière de
meure . et au retour , entrant avec deux amis ,
Franz Lachner et Joseph Randhartinger , dans une
Weinstube , il fit remplir trois verres , puis il but
une première fois à la mémoire de celui à qui ils ve
naient de rendre les derniers honneurs , et une seconde
fois à la mémoire de celui des trois qui mourrait le pre
mier . Un an s'était à peine écoulé qu'il s'endormait de
son dernier sommeil et que son veu secret de reposer
à côté de Beethoven était exaucé ! Ainsi , chose triste ,
ces deux hommes qui auraient pu avoir tant de jouis
sances en commun pendant leur vie , n'ont eu de com
BEETHOVEN . 165

mun après leur mort que la terre du cimetière où ils


reposent l'un près de l'autre 1 .
Un autre maître , tout jeune encore et dont le nom
occupait déjà les cent voix de la renommée , arrivait
dans cette même année 1822 à Vienne , dont il allait
affoler toutes les têtes . Il venait d'au delà des monts ,
de cet heureux pays où les citronniers fleurissent; il
portait en lui l'esprit , la joie , le charme de cette terre
privilégiée . Dans sa tête inspirée , un essaim de mélo
dies ravissantes n'attendait que son fiat magique pour
se répandre dans le monde et le conquérir tout entier.
Quel contraste entre cette vie nouvellement éclose au
souffle du Midi , entre cette jeunesse déjà si riche en
succès et si pleine de promesses , entre ce bruit, ce mou
vement , cet entrain , cette foule qui le précédait et l'en
tourait , et le silence , la solitude , presque la pauvreté
où vivait sombre et chagrin , renfermé en lui - même,
cet autre maître, illustre par tant d'auvres, et dont la
vie allait bientôt s'éteindre dans l'amertume !
A peine le jeune maestro fut -il arrivé à Vienne qu'il
souhaita de voir son grand devancier ; mais l'entre
prise était chanceuse et la réalisation malaisée . Deux
fois, nous dit Schindler, l'obligeant Artaria essaya d'ar

1. Trois tombes seulement séparent le tombeau de Schubert de celui


de Beethoven,
ICO BEETHOVEN .

ranger une entrevue , deux fois Rossini lui-même se


présenta sous son égide , et chaque fois Beethoven
refusa de le recevoir . Faut-il l'en blåmer ? Il voyait en
lui un rival et un rival heureux ; donnez- moi un homme
assez philosophe pour constater sans souffrir la versa
tilité de la faveur publique . Mais l'auteur de Zelmira
ne se rebutait pas facilement; il avait l'ardeur et l'ob
stination de la jeunesse ; il voulait , il réussit. Un jour ,
accompagné de Carpani , l'éditeur des Lettres sur
Haydn , il pénètre enfin chez l'auteur de Fidelio ; mais
la visite ne semble pas avoir produit un résultat fort
satisfaisant. « Je le trouvai , c'est Rossini lui -même qui
parle , très -pauvrement logé , triste , sombre , et comme
il était très -sourd, la conversation ne fut ni longue ni
animée , je ne sais vraiment s'il sut qui j'étais ! » Hél
maitre , prenez garde ! L'esprit italien n'aurait-il pas été
mis un ' moment en défaut par la malice viennoise ? et
ne pourrait -on supposer , sans trop d'invraisemblance ,
que Beethoven , fâché de se voir forcé jusque dans sa

retraite , se soit renfermé en lui-même encore plus que


de coutume pour couper court à tout entretien ? Chi lo
sa ? ..... Quoi qu'il en soit de cette hypothèse , les doutes
que le récit de Schindler faisaient naître sont maintenant

1. Le premier opéra de Rossini qui fut joué à Vienne le 13 avril


1822 .
BEETHOVEN . 167

écartés ; la musique symphonique et la musique dra


matique ont été mises en présence . Rossini et toute la
troupe brillante de ses opéras futurs; Beethoven et tout
le noble cortege de ses symphonies, le génie de l'Italie
et le génie de l'Allemagne ont pu se contempler un mo
ment face à face dans la personne de leurs plus illustres
représentants . Avec une obligeance aimable, le der
nier survivant de ces deux grands maîtres a bien voulu
donner lui-même de vive voix les détails qu'on vient
de lire à l'auteur de ce livre ; qu'il en accepte ici toute
sa gratitude .
L'éditeur Hærtel avait chargé Rochlitz , qui était
venu de Leipzig à Vienne pour voir Beethoven , de lui
proposer de faire pour Faust ce qu'il avait fait pour
Egmont. L'artiste prit feu . Ah ! s'écria - t -il en levant les

mains au ciel , ce serait là un travail , il pourrait vrai


ment en sortir quelque chose ; mais j'ai trois grandes
@uvres qui me trottent par la tête et dont une bonne
partie est faite dans mon esprit , il faut d'abord que je
m'en débarrasse... Ce sera long, car, voyez - vous, de
puis quelque temps je ne me mets plus si facilement à
l'ouvrage . Je m'assieds et je pense , mais rien ne vient
sur le papier ... J'ai peur de commencer ... Une fois que
j'y suis , ça val . >>

1. Rochlitz, Für Freunde der Tonkunst.


168 BEETHOVEN .

Il est certain qu'à cette époque les grands projets


ne manquaient pas : la neuvième et la dixième sym
phonie , qui ne fut jamais achevée ; l'opéra de Mélusine,
une troisième messe , un oratorio , sans parler de
plus petits desseins. Mais l'argent faisait toujours dé
faut, il fallait aviser aux moyens de s'en procurer . Bee
thoven eut l'idée de mettre en souscription et d'offrir
aux différentes cours de l'Europe un exemplaire ma
nuscrit de sa Missa solemnis , au prix de cinquante
ducats . Il adressa une lettre aux princes allemands ,
dans laquelle il disait que c'était tout ce qu'il avait fait
de mieux , et une au roi de France , où il la présentait
comme son wuvre le plus accompli, ajoutant, sans
doute pour encourager à souscrire, qu'on pourrait s'en
servir comme d'un oratorio, c'est - à -dire l'exécuter dans
une salle de concert .
Cette tentative , où le pauvre maitre en était réduit
à se vanter lui-même , n'eut malheureusement qu'un
bien faible succès . Huit souscripteurs seulement répon
dirent à l'appel, et encore, dans ce nombre, n'y eut- il
que cinq cours , celles de Russie , de Prusse , de France ,
de Saxe et de Hesse- Darmstadt , et trois particuliers :
le prince Antoine Radziwill , gouverneur de Posen ; le

directeur de la Société -Sainte -Cécile, à Francfort -sur


Mein ; et le prince Nicolas Borisowitch Galitzin . Nous
reviendrons sur ce dernier . Comme produit total , ces
BEETHOVEN. 169

souscriptions ne donnèrent que 400 ducats , sur les


quels il fallut défalquer 60 florins pour frais de copie .
Si l'on tient compte des écritures qu'elles exigèrent ,
du temps employé à la correction des exemplaires , on
trouve que le gain est bien minime en comparaison de
la peine . La cour de Vienne n'avait point été sollicitée ,
elle n'eut point à répondre . Le prince Paul Esterhazy,
à qui Beethoven s'était adressé, refusa de souscrire.
C'était un nouveau grief ajouté à celui de 1808 ; « mais ,
disait ironiquement le maitre , pour réussir auprès du
prince , il faut être appuyé par les femmes . • La cour
de Saxe-Weimar et Gøthe , de qui il réclama les bons
offices près du duc, ne donnèrent point signe de vie .
La première cour qui se montra favorable fut celle de

Prusse , mais elle offrit une décoration au lieu d'argent,


ce n'est pas ainsi que l'entendait Beethoven :

Le moindre grain de mil serait bien mieux mon affaire.

Il insista pour avoir ses cinquante ducats , et se ré


pandit en railleries sur la folie des gens qui courent
après les décorations . Le roi de France , Louis XVIII ,
se montra à la fois généreux et délicat . Il lui envoya
une médaille d'or du poids de 21 louis , présentant sur
une de ses faces con portrait gravé , et sur l'autre cette
inscription : Donnée par le Roi à M. Beethoven, le tout
10
170 BEETHOVEN .

accompagné d'une lettre très.obligeante . Le maître en


fut flatté comme il le devait ; c'était la première dis
tinction de ce genre dont il était l'objet; elle lui fit
d'autant plus plaisir qu'elle contrastait davantage avec
l'insultant oubli du roi d'Angleterre et avec la froideur
de la cour de Vienne qui avait toujours paru ignorer
son existence . Je ne sais si elle contribua à adoucir

son humeur farouche, à l'endroit des décorations ; mais ,


dans la lettre où il en fait part à son ami Wegeler, il
ajoute, en parlant d'une nouvelle offre de la cour de
Prusse : « On m'a touché un mot de l'aigle rouge de
deuxième classe , qu'en adviendra-t- il ? Je n'ai jamais
recherché les distinctions honorifiques, toutefois, en
ce moment , pour beaucoup de raisons, cela ne me se
rait pas désagréable ' . »
D'où venait l'indifférence de la cour de Vienne à son
égard ? Peut- être de son esprit frondeur, impitoyable
aux abus qu'il attaquait sans ménagement ; peut- être
de ses idées politiques , en parfait désaccord avec celles
du gouvernement autrichien, ou encore de ses vues
touchant le peuple et son instruction . Choqué de l'im
moralité de toutes les classes , et particulièrement
blessé de l'ignorance de la classe inférieure, il aurait
voulu qu'on travaillât à son amélioration . Malheureu

1. Nöbl, Briefe Beethoven , p. 326.


BEETHOVEN . , 171

sement , il manquait lui-même d'un point d'appui assez


solide pour élever de ses propres mains un édifice
durable et exercer sur autrui une grande influence . Il
souhaitait qu'on prît pour base de l'enseignement reli
gieux du peuple un livre où il avait puisé , selon toute
apparence , ses notions personnelles les plus complètes ,
et pour lequel il professait une profonde admiration ;
c'était celui de Ch . Christian Sturm , intitulé : Consi
dérations sur les auvres de Dieu dans le domaine de la
nature et de la Providence, pour tous les jours de l'an
née. Il s'adressa même à plusieurs ecclésiastiques pour
les engager à en faire l'exposition en chaire ; mais leur
résistance insurmontable lui fit sentir l'inutilité de ses
efforts .

Cependant le comte Lichnowski , qui avait remplacé


le prince dans sa sollicitude pour le maître , désirait le
rapprocher de la cour . Par l'intermédiaire de son ami
le comte Dietriechstein ? , il chercha à le faire nommer
compositeur en titre , et y aurait sans doute réussi ,
quand l'emploi fut supprimé . Comme compensation , le
comte Dietriechstein proposa à Beethoven d'écrire
une messe pour la chapelle impériale . L'empereur
goûtait ce genre de musique , à la condition qu'elle ne

1. Alors directeur de la chapelle impériale et gouverneur du duc


de Reichstadt.
172 BEETHOVEN .

fût ni trop longue ni trop difficile, qu'on y introduisit


quelques courtes fugues, qu'on y épargnât les soli en
général , et qu'on supprimât ceux de ténor, de basse et
d'orgue en particulier. Malgré toutes ces restrictions,
Beethoven accepta d'abord avec joie l'offre du comte
et promit de se mettre immédiatement à l'ouvrage. Il
inscrivit même ces mots : « Pour la messe en ut mi
neur , » dans ses notes quotidennes ; mais il en resta
là , sous prétexte qu'il lui fallait corriger les exem
plaires de sa Messe en ré, remplir des engagements
préalables avec l'éditeur Diabelli et pourvoir à de
pressants besoins d'argent. On eut beau le blâmer ,
comme l'archiduc Rodolphe , le gronder, comme le
comte Lichnowski , qui , moitié faché, moitié riant ,
l'appelait un vieil Hollandais têtu , rien n'y fit ; il fallut
définitivement renoncer à cette messe .

Bien que son refus lui fût surtout dicté par la crainte
de compromettre son indépendance , il y avait pour
tant du vrai dans ses excuses . L'éditeur Diabelli , après
avoir composé un air de valse , avait voulu le faire
varier par Beethoven , de concert avec plusieurs autres
artistes ; mais pareil essai de collaboration ayant déjà
échoué pour un morceau de musique vocale , le maître
avait refusé d'y coopérer , disant , dans un accès de
mauvaise humeur , que le thème seul suffirait à rendre
le reste ridicule . Il s'était pourtant ravisé ensuite et

:
1
BEETHOVEN . 173

avait offert de se charger seul des variations, moyen


nant des honoraires convenables ; sur quoi , l'éditeur,
enchanté , avait promis quatre-vingts ducats , et c'est
ainsi que le compositeur se trouvait engagé envers lui .
Il s'en tira du reste à son honneur , et , dans un moment
de belle humeur , il écrivit trente-trois variations au
lieu des dix ou douze qu'à la rigueur il était tenu de
produire . C'est l'euvre intitulée : Variations sur une
valse, fort peu connue même aujourd'hui 1 .
Ses besoins d'argent aussi étaient réels et très-pres
sants . Ses éditeurs , lancés les uns contre les autres
dans une concurrence acharnée, avaient imaginé, pour
mieux l'accaparer , de lui laisser prendre des à-compte
d'avance sur les æuvres à livrer , facilité séduisante
qui le charma d'abord , mais qui ne tarda pas à lui
devenir fort préjudiciable, en le plaçant dans leur
entière dépendance . La maison Steiner s'était montrée
une des plus habiles dans ce moyen d'exploitation , et
lui avait si bien lié les mains que , dès 1816 , il n'osait
plus disposer d'un seul ouvrage , à tel point que l'édi
teur Simrock , de Bonn , n'avait obtenu les deux sonates ,
opéra 102 , que sur la promesse formelle du secret.

1. Opéra 120, dédiée à madame Brentano , née de Birkenstock.


M. Hans de Bullow, gendre de M. Listz, les a fait entendre pour la
première fois à Berlin, dans l'hiver de 1858-1859, au milieu de grands
applaudissements.
10.
174 BEETHOVEN .

C'est là une partie de ce long chapitre de Servitude et


grandeur que tout homme de génie pourrait écrire
sur sa vie . La crise , préparée d'année en année
par cette situation , éclata en 1823. Jusque-là , le frère
Jean avait consenti à être sa caution ; à ce moment , il

s'y refusa . Beethoven devait alors huit cents florins


papier à ses éditeurs ; il tomba sous le coup de leurs
poursuites ! Exaspéré , il voulut tenter de prendre l'of
fensive et se retourna, pareil à un sanglier aux abois ,
contre la meute de ses persécuteurs . Inutiles efforts !
En vain montra - t - il le préjudice qu'ils lui causaient en
détenant ses æuvres dans leurs cartons depuis plusieurs
années , en vain demanda-t-il qu'on les contraignît de
les publier ; les éditeurs , qui gardaient ses manuscrits
dans l'ombre, afin d'en tirer un meilleur parti après sa
mort , répondirent qu'ils étaient libres d'en faire ce que
bon leur semblait . Cela était si vrai que le docteur
Bach , son avocat, ne trouva rien de mieux à lui con
seiller que de se libérer à tout prix ; il le fit en vendant
une des actions de la Banque achetées après le congrès.
Mais quelle lutte avant de se résigner à ce sacrifice, et
quelle indignation contre Jean , dont il trouvait du
reste la conduite tout à fait conforme aux antécédents !
Libéré de ce côté , restaient encore neuf cents florins
à rembourser à l'éditeur Peters , de Leipzig ; mais celui
ci agit tout autrement que ses confrères : il attendit
BEETHOVEN . 175

que la restitution fût devenue plus facile. C'était au fond


un homme exceptionnel que cet éditeur . N'avait- il pas
renvoyé une fois un manuscrit de Bagatelles, sous pré
texte qu'il attendait mieux et que cette manière de
perdre son temps était tout à fait indigne du maître!
Lui, qui semblait prendre plaisir à ces productions
légères , et qui les plaçait facilement, accueillit fort
mal cette observation ; mais elle le frappa , car il en
inscrivit la date sur ses tablettes . L'éditeur Schott se
montra moins sévère que Peters et les publia à Mayence .
Restait encore à éteindre une troisième dette , con
tractée envers un ami , qui , d'après une note écrite de
la main de Beethoven , n'était autre que le banquier
F.-A. Brentano ; il y parvint par la vente d'une seconde
action , et ainsi , grâce à ces sacrifices, recouvra son
indépendance vers la fin de 1823 .
1

|
CHAPITRE VITI

Fidelio à Dresde. Offres simultanées des opéras de Vienne et de


Berlin . La Mélusine de Grillparzer. La ge symphonie.
C.-M. Weber. — Préférence donnée à la musique italienne sur la
musique allemande . Beethoven songe à faire exécuter ses der
nières compositions à Berlin. Protestation des artistes et des
amateurs. - Le comte Palffy et le théâtre sur la Vienne. — Con
cert au théâtre de la porte de Carinthie. Faible produit de la
recette . — Profond désappointement de Beethoven. - Enthousiasme
du public .

Le 29 avril de cette année 1823 , Fidelio fut joué


pour la première fois à Dresde sous la direction de
Weber , qui avait pris l'initiative de cette représenta
tion . Un échange actif de lettres eut lieu à ce propos
entre Weber et Beethoven , mais malheureusement
cette correspondance a complétement disparu . On doit
d'autant plus le regretter qu'elle portait vraisembla
blement sur l'art et qu'à en juger par le seul fragment
qui en a été conservé , elle respirait la plus entière
bienveillance et témoignait de la part de l'auteur du
Freyschutz, d'une admiration sincère et sans arrière
178 BEETHOVEN .

pensée pour l'auteur de Fidelio. Voici comment Weber


s'exprimait :
L'exécution à Prague , sous ma direction , de cette
@uvre capitale pour l'étendue et la profondeur du sen
timent allemand , en me familiarisant avec son essence
intime , me fait espérer qu'aidé des secours dont je
puis disposer , il me sera donné de la présenter au
public dans toute la puissance de sa réalité , Chaque
représentation sera pour moi une fête, elle me per
mettra de rendre à votre sublime génie l'hommage qui
vit pour vous au fond de mon cæur où la vénération le
dispute à l'affection 1. ,
Disons-le en passant , il y a loin des sentiments
exprimés ici par le Weber de 1823 à ceux que mani
festait avec l'outrecuidance de la jeunesse et de l'inex
périence le Weber de 1809 quand , à l'occasion de la
Symphonie héroïque , il se permettait d'écrire une cri
tique bouffonne où le maitre était impitoyablement
tourné en ridicule ? , et l'on rapproche involontaire
ment ce fragment de celui d'une lettre écrite en 1810
à l'éditeur Nægeli de Zurich , toujours à propos de
Beethoven 3 .

1. C. M. Weber, t. II, p. 466 .


2. Voir à la fin du volume, note E.
3. Voici ce fragment :
<< ..... Vous paraissez voir en moi, d'après mon quatuor et mon
BEETHOVEN . 179

Pendant cette année , l'Académie des sciences et des


arts de Stockholm lui envoya le diplôme de membre
honoraire , conçu dans les termes les plus flatteurs. En
1822 , il avait été admis au même titre dans la société
musicale de la Styrie , et en 1818 , les commerçants de
Vienne l'avaient également reçu dans leur corporation
à titre honorifique. En recevant la nomination de l'Aca
démie de Stockholm , qui , à cette époque , n'avait
encore guère fait parler d'elle , il se demanda iro
niquement si elle ne le créait pas plutôt membre
honteux que membre honoraire ? Ceci ne l'empêcha
pas de faire les démarches nécessaires pour obtenir
du gouvernement la permission de l'accepter et de
se fâcher rouge parce qu'on la lui fit attendre huit
mois .
L'opéra de Vienne et bientôt celui de Berlin vinrent

Caprice, un imitateur de Beethoven : beaucoup pourraient en être


flattés, moi je n'y trouve rien d'agréable. D'abord, je hais tout ce qui
porte le cachet de l'imitation, et en second lieu , mes vues diffèrent
trop de celles de Beethoven pour que je puisse jamais me rencontrer
avec lui . Sa puissance de création presque incroyable est accompagnée
d'une telle confusion, d'un tel désordre d'idées, que ses dernières com
positions sont pour moi un vrai chaos, un effort incompréhensible
vers le nouveau , d'où s'échappent çà et là des éclairs de génie, propres
uniquement à indiquer combien il pourrait être grand s'il savait réfréner
son imagination ... » (Schindler, t . II, p. 331. ) N'est-ce pas bien là le
cas d'en appeler de Weber inexpérimenté à Weber mûri par l'expé
rience ?
180 BEETHOVEN .

détourner son attention de ce sujet, en lui adressant la


demande d'une partition .
Au reçu des propositions de Vienne , Beethoven s'en
quiert de la demeure de Grillparzer , il se met en rap
port avec lui , et bientôt poëte et musicien fixent leur
choix sur la Mélusine du premier , comme l'indique la
lettre suivante :

A l'honorable M. Grillparzer, secrétaire impérial.

« Digne monsieur ,
« La direction voudrait bien connaître vos conditions
concernant Mélusine, elle s'est déjà déclarée jusque-là, ce
qui vaut bien mieux que si vous étiez obligé de la presser
vous-même. Depuis quelque temps mon ménage est fort en
désordre , sans quoi je me serais déjà présenté chez vous et
vous aurais prié de venir chezmoi". Pourle moment , écrivez
ou à moi ou à la direction , je me chargerai de remettre vos
conditions moi-même . Malheureusement je n'ai pu encore
me rapprocher de vous ; j'espère bien pourtant que cela
arrivera un jour . Voici mon numéro, 323 .
« Vous me trouverez dans l'après-midi au café de la Poire
dorée 2. Si vous voulez y venir, je vous prie de venir seul ;
Schindler, cet appendice importun , m'est depuis longtemps
extrêmement désagréable, comme vous avez pu le remar

1. Il écrivait ceci pendant la fameuse année 1823, dont nous con


naissons les tribulations, et pendant laquelle on trouve à plusieurs
reprises ces mots tracés de sa main : « Mauvais jour ! » « Mauvais
esprit . »
2. Der Goldenen Birne .
BEETHOVEN. 181

quer à Hetzendorf 1. Otium et vitium. Je vous embrasse et


vous honore de tout mon coeur.
« Tout à vous .
« BEETHOVEN2 .

Quand les offres de Berlin arrivèrent , poëte et musi


sien , réunis en de fréquentes conférences, s'étaient mis
d'accord , et tout semblait devoir marcher à souhait ;

1. A propos de la visite de Grillparzer à Hetzendorf, dont il est


question ici, le journal Die Elegante Zeitung, 1858, raconte l'anecdote
suivante : « Pendant que le projet d'opéra donnait lieu à beaucoup de
pourparlers entre l'auteur et le compositeur, et que tous deux étaient
dans l'ardeur d'un nouvel ouvrage, le poëte alla trouver le musicien à
la campagne. Le pupitre de Beethoven était placé comme une sorte
de sentinelle en face d'un buffet dont le contenu nécessitait de fré
quentes allées et venues de la femme de charge, et attirait plus d'un
regard scrutateur de la part du maître à l'ouïe rebelle. Enfin l'heure
du diner sonna, Beethoven descendit dans la cave et en revint bientôt
avec quatre boạteilles de vin sous le bras ; il en plaça deux devant
Grillparzer et garda les deux autres pour lui et pour un troisième con
vive (Schindler, probablement) . Après le diner, Beethoven disparut
et alla échanger quelques paroles avec le cocher de louage qui se
tenait devant la porte ; puis, quand il s'agit de reprendre le chemin
de la ville, il voulut accompagner ses hôtes un bout de chemin . Arrivé
à une certaine distance, il descendit; mais à peine eut-il quitté la voi
ture que ceux qui y étaient restés remarquèrent à sa place plusieurs
papiers. C'étaient six florins- papier, prix de la course. On fit immé
diatement arrèter, et on appela le maitre qui s'éloignait à grands pas.
Quand il fut suffisamment loin, il se retourna, saluant de la main et
du chapeau, heureux comme un enfant dont le tour a réussi. Il n'y
avait pas moyen de repousser sa générosité naïve, et ceux qui en
étaient l'objet furent assez délicats pour ne point gâter sa joie par une
susceptibilité hors de propos. ) 1
2. Nohl, Briefe Beethoven, p . 254 .
11
182 BEETHOVEN .

mais Berlin laissait le maître libre de fixer lui-même


les honoraires, et aussitôt , ébloui plus qu'il n'aurait
dù l'être , il envoya la pièce au comte de Bruhl , inten
dant du théâtre royal de Berlin , à l'insu même de Grill
parzer . Le comte l'approuva , sans cacher toutefois que
son théâtre possédait déjà, sous le titre d'Ondine , un
ballet dont le sujet était à peu près semblable . C'en fut
assez pour glacer l'ardeur du musicien et le faire renon
cer sur- le -champ à toute entreprise de ce genre pour
la scène allemande. Il est vrai qu'à cette époque La
blache , Rubini , Donzelli et tutti quanti, venus à la suite
de Rossini , soulevaient l'enthousiasme de la foule et
attiraient tout à eux ; Beethoven lui-même se mit si bien
à partager l'entraînement général , qu'il alla jusqu'à
promettre à Caroline Unger d'écrire pour elle un opéra
italien . Étrange promesse qu'il ne tint pas et qu'il ne
pouvait tenir , mais où l'on voit , une fois de plus , com -
bien il est aisé , même aux plus grands artistes , d'ou
blier la nature de leur talent . Par bonheur , il ne tarda
pas à revenir au genre dans lequel il n'avait point de
rivaux, et , mieux inspiré , il commença la 9e sympho
nie , qui devait être aussi la dernière .
A peine ressaisi par la fièvre de la composition , sa
bonne humeur l'abandonna , le désordre reparut dans
son intérieur . Son carnet d'une main , son crayon de
l'autre , il reprit ses courses vagabondes à travers la
BEETHOVEN . 183

campagne , oubliant l'heure des repas et rentrant le


plus souvent sans chapeau , ce qui était une nouveauté
dans l'ensemble de ses distractions . Il éprouva en
même temps le besoin de se recueillir , refusa toutes les
visites , même celles de Schindler , à qui il écrivit pour
lui défendre formellement de paraître devant lui avant
qu'un hatti-sheriff ne l'y autorisat , se contentant de le
prévenir que « la frégate fine voilière , la très- honora
ble dame Schaps (sa femme de charge) se rendrait chez
lui tous les deux ou trois jours pour s'informer de sa
santé . » ll habitait alors la jolie villa du baron de Pro
nay , à Hetzendorf, là où il avait si gaiement écrit ses
trente-trois variations sur la valse de Diabelli , et où il
jouissait d'un beau parc et d'une vue ravissante . Mais
soudain il se dégoûte de cette résidence , « parce que le
baron lui fait toujours de grands compliments chaque
fois qu'il le rencontre, et , un beau matin , Schindler

voit apparaître sa fine voilière , chargée de lui annoncer


que le maitre ne peut plus tenir à Hetzendorf, et qu'il
l'attend le lendemain à cinq heures du matin , pour
l'aider à chercher un logement à Baden ; deux lignes
accompagnaient ce message : « Le temps est beau ,
mieux vaut plus tôt que plus tard ; on part d'ici
ia presto , prestissimo.
Ce départ est un des épisodes les plus burlesques de
son existence assez bien remplie en ce genre . Schindler
181 BEETHOVEN .

se rendit à l'appel , et nos deux amis se mirent en route


à la recherche d'un appartement ; mais , à peine
en chemin , Beethoven commença à énumérer tous
ceux qu'il avait déjà occupés et tous leurs inconvé
nients , il se trouva qu'il n'en restait plus qu'un dont
la disposition pût lui convenir . Oui , vraiment, un seul ,
et , pour surcroît d'embarras , le propriétaire de cette
perle unique lui avait déclaré , l'année d'auparavant,
qu'il ne voulait plus l'avoir pour locataire. Arrivé à
Baden , Schindler se présente en parlementaire dans
maison , objet d'une ardente convoitise , chargé de
promettre plus d'ordre , plus d'égards , pour les habi
tants étrangers ; car le manque d'ordre et d'égards for
mait le fond des griefs articulés contre Beethoven .
Hélas ! ces promesses ne trouvèrent aucune créance ;
il fallut se retirer avec perte . Le pauvre postulant en
éprouva un vrai chagrin , et son ambassadeur dut re
tourner encore frapper , en suppliant, à la porte de cet
homme , dur comme le fer ( il était serrurier) , et renou
veler toutes les assurances d'une meilleure conduite à
l'avenir . Cette fois, l'accueil fut plus favorable ; mais
on exigea que Beethoven mit , ainsi qu'il l'avait fait
l'année précédente , des volets aux fenêtres donnant
sur la rue . Comme , après tout, ces volets pouvaient
servir à préserver du soleil ses yeux fatigués, on passa
sur cette étrange condition , sans pouvoir toutefois se
BEETHOVEN . 185

l'expliquer, et , peu de jours après , l'installation eut


lieu .

Le secret de cette exigence, le voici : Beethoven ,


bizarre et distrait comme il l'avait toujours été , et
comme il le devint de plus en plus , avait transformé
ses contrevents à la fois en album , en livre de compte ,
en mémorandum, sur lesquels il écrivait tantôt des fan
taisies musicales , tantôt des pensées morales ou des
réflexions humoristiques , tantôt enfin des colonnes de
ohiffres longues d'une aune , contenant des problèmes
comme celui-ci : en deux cents ducats , combien de flo
rins ? et ainsi de suite . Une famille du nord de l'Alle

inagne , logée en face de lui , l'avait remarqué occupé


à ces barbouillages ; elle voulut savoir ce qu'il faisait

et acheta un volet par curiosité . Une fois la cupidité du


serrurier éveillée , elle ne s'endormit plus , et bien vite
il disposa de ceux qui restaient en faveur des amateurs.
Or , c'était pour continuer cet ingénieux trafic qu'il im
posait au maître la condition d'en replacer d'autres .
Quand plus tard celui -ci apprit ce nouveau genre d'in
dustrie, il éclata en un rire homérique .
A quoi tiennent les chefs - d'ouvre ! Peut-être sans
cette spéculation singulière , n'aurions-nous pas la
ge symphonie, qu'il écrivit dans cet appartement de
Baden et qu'il ne pouvait écrire ailleurs , disait- il . Elle
fut terminée au mois de février 1824 , après que le
186 BEETILO VEN .

plan primitif eut subi beaucoup d'altérations , dont il


ne reste malheureusement aucune trace matérielle .
Quand Beethoven composait pour le piano , il essayait
souvent sur le clavier l'effet d'un passage pour se ren
dre compte des difficultés, on pouvait ainsi en con
naître des fragments à l'avance ; mais quand il écrivait
pour orchestre , il ne se servait d'aucun instrument ,
et , comme il ne permettait pas qu'on feuilletât ses
cahiers , l'oeuvre demeurait inconnue de ceux mêmes qui
habitaient avec lui .
Au mois d'octobre 1823 et dans cet appartement

de Baden , Beethoven reçut la visite de C :-M . Weber ,


alors à Vienne pour les représentations d'Euryanthe .
Les deux maîtres ne s'étaient encore jamais vus
et Weber redoutait presque de se trouver en pré
sence de Beethoven , tant il craignait que ses manières ,
son accueil fussent en désaccord avec la grandeur de
son génie . Un mot qui lui fut rapporté mit fin à cette
hésitation . Beethoven dit un jour chez Steiner , devant
Haslinger , l'abbé Stadler et Jules Benedikt , à propos
de l'opéra d'Euryanthe : - « Je me réjouis de vous voir
publier un ouvrage allemand . J'ai entendu dire beau
coup de bien de l'opéra de Weber , j'espère qu'il lui
rapportera , ainsi qu'à vous , autant d'argent que de
gloire . » Après ces paroles , il n'y avait plus à hésiter .
Le 5 octobre , Weber , accompagné par Benedikt et

1
BEETHOVEN. 187

par Haslinger qui l'avait annoncé , se rendit à Baden .


Laissons parler ici le fils de Weber , voici comment il
raconte cette entrevue :
« Les trois visiteurs étaient fort émus quand ils en
trèrent dans la chambre nue et presque misérable ha
bitée par le grand Louis . Le plus complet désordre y
régnait : argent , vêtements, musique étaient épars sur
le plancher ; une pile de linge encombrait le lit , une

couche de poussière couvrait le piano , sur la table tró


naient des tasses et des assiettes ébréchées .
« Beethoven vint à leur rencontre et son aspect ,
selon Benedikt, rappelait celui du roi Lear ou d'un
barde d'Ossian . Ses cheveux épais , grisonnants , blancs
par places , se dressaient sur son crâne , extraordinai
rement développé . Son nez carré , sa bouche gracieuse
et tendre , son menton large et rond soutenant deux
mâchoires puissantes, donnaient à son visage large et
marqué de petite vérole une énergie toute léonine
qu'éclairaient deux yeux brillants , ombragés d'épais
sourcils . Un vieil habit , usé au coude , enveloppait son
corps cyclopéen dont ' la stature ne dépassait guère
celle de Weber .

« Beethoven devina l'auteur d'Euryanthe avant que


son nom n'eût été prononcé et lui ouvrit les bras en
s'écriant : « Te voilà donc , diable d'homme , que Dieu
« te bénissel » Et lui présentant immédiatement ses
188 BEETHOVEN ,

tablettes , la conversation s'établit , pendant laquelle


Beethoven se mit sans façon à s'habiller devant ses
visiteurs , après avoir préalablement jeté par terre ce
qui encombrait le sopha .
« Il se plaignit amèrement de sa position , de l'ad
ministration du théâtre , des Italiens, du public et du
mauvais goût , par-dessus tout de l'ingratitude de son
neveu . Weber , très-ému , lui conseilla , pour se sous
traire à tous ces ennuis , d'entreprendre un voyage ar
tistique à travers l'Allemagne , où il verrait alors le
cas qu'on faisait de lui . — Trop tard , dit Beethoven ,
en faisant le geste de toucher du piano et secouant la
tête . — Eh bien ! allez en Angleterre où l'on vous ad
mire . — Trop tard , s'écria-t- il encore . Alors passant
son bras dans celui de Weber , il l'emmena à l'auberge
où il prenait ses repas .
« Nous restâmes tout l'après-midi ensemble , très
gais et très-contents , écrivit l'auteur d'Euryanthe . Cet
homme rude et peu affable me fit littéralement la cour ,
il me servit à table et eut pour moi les attentions qu'il
aurait pu avoir pour sa dame . Ce jour restera toujours
présent à mon souvenir , comme à celui de ceux qui se
trouvaient là . Pour moi , toutes ces prévenances de la
part de ce beau génie me grandissaient à mes propres
yeux .
... Au moment de se séparer , Beethoven em
BEETHOVEN . 189

biassa Weber à plusieurs reprises , et retenant dans sa


main énergique la petite main de Charles-Marie , il
s'écria : « Bonne chance au nouvel opéra !! »
Une fois que Beethoven eut achevé la 9° symphonie ,
il s'accorda quelque repos et retrouva sa bonne hu
meur. On conçut alors l'espoir de lui voir commencer
l'oratorio , que lui demandait la Société de musique et
(lont Charles Bernard avait écrit les paroles sous ce
litre : « Le triomphe de la croix . Mais l'imprévu , qui
joue un grand rôle dans la vie des hommes , et tout
particulièrement dans celle des artistes , vint boulever
ser entièrement les plans , les promesses et les espé
rances . L'enthousiasme des Viennois pour Rossini et
pour sa troupe les avait amenés au point de ne plus ,
admirer que les chanteurs italiens , de ne plus jurer
que par le maestro . L'opéra allemand , les artistes alle
mands , misère ! Il ne restait au répertoire que le
Freyschütz de Weber ; encore y figurait - il plutôt pour
les accessoires que pour la musique ; les éditeurs ne
publiaient plus que des arrangements pour piano , des
opéras de Rossini . Cette altération du goût frappait
surtout les euvres de Beethoven ; aussi sa Missa so
lemnis, achevée depuis deux ans , sa 9e symphonie , qui
venait d'être terminée , ne paraissaient pas devoir être

1. C.-M. Weber, t. II, p . 510-12.


11.
190 BEETHOVEN .

exécutées de sitôt avec avantage . Il le pensait si bien


qu'il s'adressa au comte de Bruhle pour lui demander
s'il pourrait, sous ses auspices , faire entendre ces deux

ouvrages à Berlin . Le comte l'y engagea , en promet


tant un bon résultat ; mais de même qu'autrefois l'offre
du roi Jérôme avait porté ses admirateurs à lui fournir
les moyens de ne pas quitter Vienne , de même la per 1
spective de voir la première audition de ses deux der
nières créations passer à Berlin , stimula le zèle du
petit nombre d'artistes et d'amateurs restés fidèles à
l'art allemand . Ils rédigèrent en commun une longue
lettre, conçue dans les termes les plus respectueux et
les plus flatteurs , où ils le suppliaient de ne point
abandonner aux profanes l'art dont il était le divin in
terprète , et de faire entendre dans sa ville d'adoption
les deux nouveaux chefs -d'æuvre, enfants de son génie .
Ils le suppliaient aussi d'accéder à la demande que la
direction de l'Opéra et la Société musicale lui avaient
faite, l'une d'un opéra , l'autre d'un oratorio . Cette
lettre , revêtue de trente signatures , lui fut présentée
par une députation de deux des rédacteurs . Beethoven
les reçut ; mais , contre leur attente , il ne la lut pas en
leur présence . Schindler , instruit de cette démarche
du comité et impatient de connaître les dispositions
du maitre , entra tandis qu'il la tenait encore à la main .
Il la lui tendit avec un calme qui témoignait de son
BEETHOVEN , 191

émotion , et, s'approchant de la fenêtre, pendant que


Schindler en prenait lecture, il resta longtemps à con
templer silencieusement les nuages . Enfin, se retour
nant , il dit : « C'est fort beau , cela me fait plaisir . >
Puis , après que Schindler lui eût exprimé sa joie par
écrit , il ajouta : « Allons prendre l'air . » Tant que dura
la promenade , sa préoccupation se trahit par un silence
à peine coupé de quelques monosyllabes .
Cependant , pressé de consentir à la demande qui lui
était faite, il finit par s'y décider , et choisit le théâtre
Sur -la -Vienne, comme le plus spacieux et le mieux
approprié à une solennité musicale . Le directeur , comte
Palffy , un des signataires de la lettre , accorda la salle
avec empressement et à des conditions qui étonnèrent
le maître par leur modicité, douze cents florins- papier;
il mit , en outre , l'orchestre à sa disposition pour au
tant de répétitions qu'on en aurait besoin . Tout allait
bien et permettait d'espérer une prompte et fructueuse
séance , quand la question des chefs d'orchestre vint
tout brouiller . Ignace von Seyfried et Franz Clément
occupaient alors cet emploi ; Beethoven voulut les
remplacer par Umlauf et Schuppanzigh . Le comte
Palffy refusa de sacrifier ses artistes , le maître s'obstina
pour les siens , et tout fut rompu à son grand détri
ment . Il fallut s'adresser au théâtre de la porte de Ca
rinthie ; là , on ne fit point difficulté d'admettre Schup
192 BEETHOVEN .

panzigh , mais les conditions furent moins avantageuses.


L'administration demanda mille florins de location ,
défendit d'augmenter le prix des places et restreignit
tant qu'elle put le nombre des répétitions . Elles étaient
pourtant bien nécessaires , puisqu'il s'agissait de faire
interpréter une messe très difficile par des chwurs
d'opéra , accoutumés depuis deux ans à ne chanter que
la musique italienne. Beethoven demeurait indécis ,
irrésolu . Le comte Lichnowski , Schuppanzigh et
Schindler se donnèrent rendez-vous chez lui , et là ,
réunis comme par hasard , ils tentèrent de le faire ex
pliquer et engager définitivement; mais il devina leur
1
i ntention , flaira une trahison et , le soir , écrivit aux
trois conjurés :

AU COMTE MAURICE LICHNOWSKI.

Je méprise la fausseté; ne venez plus me voir. Le con


; ert n'aura pas lieu , BEETHOVEN.
A M. SCHUPPANZIGH .

Ne venez plus me voir ; je ne donnerai pas de con


cert. B.
A M. SCHINDLER .

Ne venez plus me voir jusqu'à ce que je vous fasse de


mander. Plus de concert . B.

Les trois bannis laissèrent passer le premier feu , ce


qui permit à l'irascible maître de revenir sur sa réso
BEETHOVEN . 193

lution ; mais , à Vienne , en ce temps - là , les difficultés


sortaient de terre . A peine était- on d'accord sur le
fond, que la censure intervint et défendit formellement
d'exécuter sur le théâtre une messe avec titre et texte
latin . Il fallut l'entremise du comte Lichnowski près
du président de police , comte Sedlinski , pour faire le
ver l'interdit . Autre débat . Les questions extérieures
arrangées, il s'en éleva une toute particulière , qui
fâcha beaucoup Beethoven . Charles Bernard , chargé
de rédiger les annonces , s'avisa d'y faire figurer tous
ses titres : « Louis van Beethoven , membre honoraire
de l'Académie royale des arts et des sciences de Stoc
kholm et de celle d'Amsterdam ; citoyen honoraire de
la ville impériale de Vienne , etc., etc. » A peine ces
malencontreuses réclames eurent -elles frappé ses
yeux, qu'il demanda de quel droit on accouplait son
nom à de pareilles puérilités , bonnes tout au plus à le
rendre ridicule , et qu'il en ordonna la suppression
d'un ton qui n'admettait pas de réplique .
Enfin , le 7 mai , parut une affiche irréprochable, in
diquant la séance pour le jour même et donnant la liste
des morceaux , qui tous étaient de Beethoven :
jº Grande ouverture (op . 124 ) .
2° Trois grandes hymnes avec soli et cheurs . Le
Kyrie, le Credo , l'Agnus Dei et le Dona de la Missa
solemnis . (Le Gloria, le Sanctus et le Benedictus du
194 BEETHOVEN.

rent être supprimés , faute de temps , au grand regret


de l'auteur . )
3º Grande symphonie , avec l'hymne de Schiller (A la
Joie) , intercalé dans le finale. L'affiche ajoutait : les
solis seront chantés par les demoiselles Sontag et
Unger , et par MM . Haizinger et Seipelt . M. Louis van
Beethoven prendra part à la direction de l'ensemble .
Il se tint , en effet, à la droite de Umlauf et donna
le mouvement .
Le théâtre était comble . Une seule loge resta vide :
c'était la loge impériale dont les augustes possesseurs
se trouvaient absents de Vienne . La recette brute pro
duisit deux mille deux cent vingt florins- papier, et ,
tous les frais défalqués, il resta une somme de quatre
cent vingt florins pour le maître . Ce résultat , qui , pour
tout autre que pour lui , n'avait rien d'inattendu , le

frappa comme un coup de foudre; on fut obligé de le


rapporter chez lui . En voyant le compte de la caisse ,
il s'évanouit tout à fait. Pourtant cette soirée avait été
glorieuse . A la fin du dernier morceau , des applaudis
sements unanimes ' avaient éclaté avec force ; mais sa
surdité était alors si complète que , tournant le dos à
la salle , il n'entendait rien . Il fallu que Caroline Unger
lui fit faire volte - face pour lui montrer les mains qui
battaient , les mouchoirs qui s'agitaient , les chapeaux
qui s'élevaient en l'air ; alors il eut conscience de son
BEETHOVEN . 195

succès et s'inclina pour remercier le public , dont l'é


motion , parvenue à son comble , fut longtemps à se
calmer . Le lendemain , les gazettes musicales propa
geaient au dehors , par des comptes rendus enthou
siastes , cette admiration sincère et méritée .
CHAPITRE IX

Second concert dans la grande salle de la Redoute . - A quoi il faut


attribuer les résultats presque négatifs de la Missa solemnis et de
la 9e symphonie. Irritation de Beethoven . Projet de voyage en
Angleterre, repris. — Les contrefaçons. Les derniers quatuors
et le prince Nicolas Galitzin. Finale du 4e quatuor. Charles
Holz et son influence sur le maître.

Un si brillant résultat fit souhaiter au directeur du


théâtre de donner une seconde séance . Il offrit à Bee
thoven de prendre tous les frais à sa charge et de lui
garantir une recette de douze cents florins, ce que ce
lui-ci accepta . Cette fois, ce fut une matinée ; elle eut
lieu dans la grande salle de la Redoute , mais avec cer
taines modifications introduites dans la composition

comme dans le personnel du concert . De toute la messe ,


le Kyrie fut seul conservé , le reste remplacé par le trio
Empi tremate, qu'on n'avait point entendu depuis 1814
et que chantèrent madame Dardanelli et MM . Donzelli
et Boticelli . Mademoiselle Sontag se fit fort applaudir
dans un air de bravoure de Mercadante , et le ténor
David , alors adoré comme un dėmi-dieu , fit le tour de
198 BEETHOVEN.

force de chanter la cavatine de Tancrède , Di tanti pal


piti , écrite pour contralto . Malgré , ou peut-être plutôt
à cause de ce mélange de genres et d'artistes , la salle
resta à moitié vide , et l'administration eut à subir un
déficit net de huit cents florins. Le premier mouvement
de Beethoven , profondément blessé de cet échec , fut de
refuser la somme qui lui avait été garantie ; il ne se
1 décida à l'accepter que sur les instances réitérées qu'on
lui en fit.
A quoi faut- il attribuer les résultats presque négatifs
de la Missa solemnis et de la 9. symphonie ? Ce n'est
pas à tort qu'on reprochait à l'auteur de sacrifier le
chant aux instruments, de donner trop peu d'attention
à la portée de la voix et d'en méconnaître les res
sources . Dans les soli de la messe , aussi bien que dans
ceux de la symphonie , les malheureux chanteurs
avaient à lutter contre des difficultés à peu près insur
1
montables, et qu'ils supplièrent en vain le maître de
supprimer . Les demoiselles Unger et Sontag , si pleines
de bonne volonté, n'y gagnèrent pas plus que les au
tres . La première, dans un accès d'irritation facile à
comprendre , lui ayant reproché sa tyrannie , il se con
tenta de lui répondre en riant qu'elles étaient gâtées
par la musique italienne . « Mais ces notes si hautes ,
reprit Sontag , ne pouvez-vous les modifier ? – Et
celles-ci , qui ne peuvent convenir à une voix de con
BEETHOVEN . 199

tralto-, ajouta Unger, ne pouvez -vous les remplacer


par d'autres ? - Non , non , mille fois non ! s'écria Bee
thoven . - Eh bien donc ! ma chère , dit Sontag en sou
pirant, égosillons -nous pour l'amour de Dieu . Mais
tous les artistes n'étaient ni aussi patients ni aussi
résignés que la bonne et douce prima donna . Qu'arri
vait- il quand ils ne pouvaient obtenir les changements
qu'ils réclamaient ? Ils les faisaient eux -mêmes ou bien
ils supprimaient ce qu'ils ne pouvaient chanter , et ,
ainsi altérée sans discernement , la musique perdait
son caractère et sa beauté . Les choristes , par exemple ,
tout aussi peu écoutés que les solistes , se taisaient com
plétement au beau milieu d'un passage , et , comme
malheureusement l'ouïe n'avertissait plus le maître de
ces graves inconvénients , il continuait à multiplier les
difficultés, soit par l'étendue des intervalles , soit par
le ton élevé de l'orchestre. Peut-être aussi ne faut -il
pas s'en prendre uniquement à l'exécution . De l'aveu
même de ses plus fervents admirateurs , Beethoven est
resté au-dessous d'Haydn et de Mozart , et inférieur à
lui- même dans ses deux messes . La foi, qui vivifie et
féconde, et sans laquelle toute quvre religieuse doit
nécessairement rester froide et incomplète, la foi , dans
son caur , était plutôt latente qu'elle n'était active ;
l'habitude du culte , de ses besoins , de ses exigences lui
manquait aussi , et la magnifique simplicité du texte
200 BEETHOVEN .

catholique lui échappait. Combien ne doit-on pas le


regretter doublement chez un homme si bien fait pour
le comprendre , que même , en le recevant défiguré par
la paraphrase du docteur Scholz , il avait versé des lar
mes et s'était écrié : « Oui , c'est bien ainsi que j'ai
senti en écrivant . »
Du reste , on ne saurait trop le répéter , la musique
instrumentale suffisait à éveiller tous les échos de son
âme , à provoquer l'épanouissement de son esprit . Quand
le mot ne le saisissait pas par sa propre énergie , quand
il n'y voyait qu'une idée générale , sans point d'appui
pour la composition , il s'abandonnait à sa fantaisie ;

les paroles et les voix perdaient leur sens particulier


et se confondaient avec la musique elle-même . Alors,
pour lui , les personnes devenaient des instruments ,
tandis que les instruments , à leur tour , animés , péné
trés de l'idée artistique , se transformaient en per
sonnes , et ces choses de bois et de cuivre , prenant vie
tout à coup , obéissaient à sa volonté , se façonnaient à
son image . Un jour que Schuppanzigh se plaignait de
la difficulté d'un passage du quatuor en fa majeur
opéra 59 : « Croyez-vous donc , s'écria Beethoven , que
je songe à un misérable violon , quand l'esprit souffle en
moi et me pousse à écrire ? » Il n'entendait pas des
sons , dans cette fièvre créatrice , il entendait des voix .
Pourtant s'il n'écrivit point une messe essentiellement
BEETHOVEN . 201

religieuse et catholique , à la manière des anciens


maîtres , il n'en fit pas moins une euvre grande et
belle , car il avait le souffle divin de l'artiste . Il savait
s'inspirer de la majesté du saint lieu , des mystérieuses
profondeurs des voûtes sacrées , des puissants effets de
l'orgue. La voix dų prêtre prononçant les paroles de
la consécration , la prière des fidèles, prosternés pen
dant les augustescérémonies de l'élévation , tout parlait
à son imagination , tout remplissait son âme d'une émo
tion poétique qui se traduisait en accords harmonieux .
Le génie suppléait la foi et l'élevait jusqu'à Dieu .
Quant à la 9e symphonie, elle provoqua dès son appa
rition l'étonnement et le blâme de la critique . « On
dirait que la musique marche sur la tête et non sur les
pieds , dit la Gazette musicale universelle de 1826 ;
le dernier morceau a l'air de sortir de l'enfer ; ö
Mendelssohn , Spohr n'en parlèrent pas mieux .
.M . Marx , qui ne fait presque aucune réserve dans son
admiration pour le maître , repousse ces jugements et
les attribue à l'impuissance de ceux qui les portent .
« Ils peuvent bien l'admirer , dit- il , l'imiter quelquefois
dans ses formes extérieures , mais dans la profondeur
de sa pensée, jamais. Là est toute la différence qui
sépare le génie du talent 1. »

1. Marx, II , p . 291 .
202 BEETHOVEN .

L'irritation que le faible produit de ses deux concerts


avait causée à Beethoven donna lieu à un épisode par
faitement en harmonie avec ce que Ries nous apprend
de son caractère . Pour reconnaître les peines que
Umlauf, Schuppanzigh et Schindler avaient prises , il
les invita à diner dans un hôtel du Prater. Mais lors

qu'il y arriva , accompagné de son neveu , son front


assombri et sa parole mordante firent pressentir à ces
trois convives un repas orageux , ce qui ne manqua
point. A peine à table , tout à ses préoccupations, il
dirigea immédiatement la conversation sur la recette
du concert et accusa sans hésiter l'administration et
Schindler de l'avoir trompé. Umlauf et Schuppanzigh
s'empressèrent de lui démontrer que c'était impossible ,
puisque son neveu , sur l'ordre du frère Jean , était

resté tout le temps à surveiller les deux caissiers, con


trairement même aux usages . Peine inutile : Beetho
ven , naturellement obstiné, persista dans son dire , pré
tendant tenir ses informations de bonne source . Là
dessus , Schindler et Umlauf sortirent , bientôt suivis
par Schuppanzigh , qui n'avait reçu que des duretés
pour prix de ses efforts officieux . Tous trois allèrent

achever ensemble le repas si désagréablement inter


rompu , laissant le maitre furieux exhaler sa colère sur
les garçons et sur les mets qu'il dût manger seul
avec son neveu . On fit la paix , cependant , car il reye
BEETHOVEN . 203

nait avec tant de bonhomie , qu'on oubliait ses torts .


« Là où se trouve beaucoup de lumière , dit Schindler ,
là aussi se trouve beaucoup d'ombre. »
A cette époque, le projet de voyage en Angleterre
fut encore repris . Charles Neate , musicien , élève de
Ries , lui écrivit pour l'inviter , au nom de la Société
philharmonique de Londres , à venir diriger lui-même
l'exécution de ses euvres . Il lui offrait 300 guinées
pour ses frais de déplacement et lui demandait d'écrire
une symphonie et un concerto qu’on exécuterait sous
ses yeux et dont la propriété lui serait conservée , puis,
après lui avoir parlé de donner une Académie qui lui
rapporterait au moins 500 livres , il ajoutait : « Si vous
apportez les quatuors, ils vous vaudront 100 livres
sterling ; vous pouvez donc être sûr d'encaisser une
bonne somme d'argent , et je ne vois pas qui pourra
vous empêcher d'en remporter assez pour rendre votre
vie agréable à l'avenir..... Je profite de cette circon
stance pour vous assurer que je suis votre sincère ami
et que vous trouverez ici beaucoup de gens empressés
à saisir toutes les occasions de témoigner leur consi
dération et leur respect au grand Beethoven , dont la
gloire brille plus haut que jamais dans ce pays ' . » La
mauvaise conduite de son neveu s'opposa à la réalisa

1. Schindler, II, p. 90..


204 BEETHOV.EN .

tion de ce projet si souvent renouvelé , et s'éleva , comme


un obstacle de plus en plus insurmontable, entre la
gloire artistique et le bien-être matériel du maître . Ce
n'est pas le seul tort qu'elle lui fit. Sous l'empire d'une
situation difficile, on le vit , avec autant de surprise que
de chagrin , tenir à cette époque une conduite véritable
ment inexplicable. En même temps que la Société des
amis de la musique de l'empire d'Autriche lui avait
demandé l'oratorio dont il a déjà été parlé , elle lui
avait remis 400 florins à l'avance . Tout à coup , sans
donner d'autres raisons que celle de l'insuffisance des
paroles de Charles Bernard ' , paroles qu'il avait ap
prouvées maintes fois, il renonce à ce travail , malgré
l'argent reçu et que la Société eut la délicatesse de ne
jamais lui réclamer . Heureusement que pareil oubli ne
s'était pas présenté jusque-là et qu'il ne se représenta
plus. Outre les besoins d'argent , peut-être , en cher
chant bien , trouverait- on encore , comme cause seconde
à ces transactions peu nettes , la main cachée du frère
Jean . Il est certain qu'on sent prévaloir son influence
dans l'âpreté de Beethoven à tirer parti de ses ouvrages
longtemps même avant qu'ils ne fussent achevés ; dans
le trafic non de ce qui existe , mais de ce qui n'est qu'en
projet ; enfin dans ses plaintes sur les prix peu élevés

1. Charles Bernard est l'auteur du Faust mis en musique par Spohr.


BEETHOVEN . 205

que lui donnait l'Allemagne et en particulier l'Autriche .


Plaintes mal fondées après tout, puisqu'au moment où
il les proférait, la Société musicale lui offrait 200 du
cats pour jouir seulement pendant deux ans de ce
fameux oratorio qu'il n'écrivit pas , et Steiner 300 pour
le publier.
L'arithmétique s'était emparée de lui , dit Schindler,
et l'on connaissait si bien ses dispositions , que la mé
fiance s'éveillait partout sur son compte . Les amateurs
eux-mêmes refusaient de payer d'avance les manuscrits
promis et se plaignaient de son inexactitude à les livrer .
Il faut convenir aussi que les périls de la contrefaçon,
si redoutables en Allemagne à cette époque , arrêtaient
beaucoup d'éditeurs et dépréciaient naturellement la va
leur des ouvrages ainsi exposés . Dans les premiers mois
de 1824 , il s'agissait de vendre auxmeilleures conditions
possibles la messe en ré , la 9e symphonie ? , l'ouverture
en ut majeurs, un quatuor pour instruments à cordes ,
non encore commencé , et quelques bagatelles, sous la
direction du frater Jean . On fit des offres à Diabelli , à
Vienne ; à Probst, à Leipzig ; à Schott, à Mayence ; à
Schlesinger, à Berlin . Mais tous hésitaient , et Probst
écrivait ces lignes qui peignent la situation is ...Je

1. Opéra 123, dédiée à l'archiduc Rodolphe.


2. Opéra 125, dédiée au roi de Prusse, Frédéric-Guillaume.
3. Opéra 124 , dédiée au prince Galitzin .
12
206 BEETHOVEN .

vois déjà les oiseaux de proie tourner autour de moi


pour m'arracher, sousla protection des lois , les ouvrages
nouveaux . Il faudrait ne rien publier de bon pour leur
1 échapper, mais mieux vaut n'être pas éditeur que d'en
richir le monde de pauvretés . » Schott finit pourtant
par acheter la messe et la ge symphonie au prix de
100 florins, fixé par Beethoven lui-même.
Le quatuor , mentionné tout à l'heure , nous amène à
parler d'une circonstance de sa vie qui a donné lieu à
tant de commentaires , d'explications et de récrimina
tions que nous ne pouvons nous dispenser d'en toucher
quelques mots le plus brièvement possible. Il s'agit de
ses derniers quatuors qui furent en même temps ses
derniers ouvrages .

Vers 1822 , il avait reçu du prince Nicolas Galitzin la


demande de trois quatuors, qu'il s'était engagé à com
poser moyennant 50 ducats chacun , en lui en laissant
pour un temps la jouissance exclusive . Ce prince Ga
litzin était grand amateur et grand admirateur de la
musique de Beethoven , comme tant d'autres de ses
compatriotes , et pas plus qu'eux il ne marchandait ses

plaisirs ; il donna donc ordre à son banquier de payer


50 ducats contre la remise du manuscrit du premier
quatuor . Pourtant, à cette date de 1822 , tandis que

2. Opéra 127, dédié au prince Nicolas Borisowitch Galitzin .


BEETHOVEN . 207

Beethoven disposait déjà temporairement de ce pre


mier quatuor en faveur du prince , il cherchait de
plus à le placer à Londres , et entamait à ce sujet des
négociations par l'entremise de Neate . Celui- ci , tout en
lui rendant compte des difficultés qu'il rencontrait, lui
faisait espérer d'en obtenir 100 livres sterling , mais
seulement à l'arrivée du manuscrit , précaution bles
sante , malheureusement justifiée, puisque , notons- le
bien , rien n'était commencé , et l'ouvrage ne fut prêt
que trois ans plus tard . Dans l'intervalle a lieu la mise
en souscription de la Missa solemnis . Le prince Galitzin
s'empresse de faire payer son exemplaire avec les 50 du
cats déposés pour le premier quatuor , lesquels sont
immédiatement remplacés dans l'attente de celui -ci ;
puis il s'occupe activement de mettre la Messe à l'é
tude , et en 1824 il annonce à Beethoven l'exécution
qui en a eu lieu à Pétersbourg, dans une lettre écrite
d'un style louangeur et enthousiaste . « Votre génie a
devancé notre temps de plusieurs siècles , et peut-être

n'existe-t-il pas en ce moment un auditeur assez éclairé


pour jouir de toutes les beautés de votre musique . Mais
la postérité bénira votre mémoire et vous rendra hom
mage mieux que vos contemporains ne peuvent le
faire. »

Les trois quatuors , opéras 127 , 130 et 132 , dédiés


au prince , furent terminés en 1826 et expédiés à
208 BEETHOVEN .

Pétersbourg. C'est alors que les difficultés commen


cèrent .
Le prince devait faire remettre au compositeur 100
ducats pour les deux derniers , plus 25 ducats pour
la dédicace de la grande ouverture en ut majeur .
Soit négligence , soit impossibilité , l'argent promis
n'arriva pas , et malgré les demandes pressantes du
maître et les engagements formels du prince , le
premier mourut sans l'avoir touché . En 1832 , Sey
fried écrivait dans ses Beethoven's Studien qu'il était
encore à venir , et Schindler, dans la première édition
de son livre , déclarait à son tour que le prince en res
tait toujours redevable à la succession . Sous le poids
de ces accusations , celui-ci adressa au rédacteur de la i
Neue Zeitschrift für Musik une lettre récriminative où
il ne s'agissait de rien moins que d'accuser Beethoven
d'avoir déjà reçu ce qu'on réclamait en son nom . Cette
lettre , insérée dans le numéro du 6 août 1832 , ne fit
qu'attiser le feu ; une seconde , envoyée à la Gazelle
musicale de Paris, n'eut pas un meilleur résultat . Dans
la troisième édition de son livre , Schindler, le défen
seur né de Beethoven , releva vivement les attaques
ainsi dirigées contre lui . Il démontra pièces en main
qu'en réclamant cet argent, le maître ne faisait que ré
clamer son dû , et que le prince , en le lui payant plus
aurait épargné les plus cruelles angoisses de sa
BEETHOVEN . 209

dernière maladie . Cette triste affaire finit pourtant.


Après une volumineuse correspondance échangée
entre le prince et l'héritier de Beethoven , et grâce
à l'intrevention du comte de Nesselrode, alors am
bassadeur à Vienne , le prince paya d'abord 50 ducats
et un peu plus tard 75 autres entre les mains du
neveu Charles , acquittant ainsi sa dette , mais trop
tard pour éviter les accusations formulées de part et
d'autre !

Du reste , ce n'étaient pas les seuls ennuis que ces


quatuors dussent lui occasionner . Quand ils parurent
enfin, non au nombre de trois , mais à celui de cinq , ils
furent reçus avec très -peu d'enthousiasme et donnèrent
lieu à des appréciations très-contradictoires . Le pre
mier , exécuté par la Société Schuppanzigh , fit même
un fiasco complet, et lorsque Beethoven , qui en attri
buait la faute au directeur , l'eût remplacé par Joseph
Boehm , la chose n'alla guère mieux et les côtés obscurs
de certaines parties ne purent être mis en lumière . Le
second eut plus de succès , quoiqu'il s'y trouvât des
variations fort embrouillées sur un thème que le maître
avait appelé Canzona di ringraziamento, in modo lirico,
offerta à la divinità da un guarito. Pendant une maladie

1. Le prince Nicolas Borisovitch Galitzin est mort au mois de


novembre 1866 .
12.
210 BEETHOVEN.

qu'il avait faite en 1825 , il n'avait pas manqué , selon


sa coutume , de se quereller avec ses médecins : le pre
mier s'étant retiré fâché, il avait cru faire merveille
en en prenant un autre , mais son calcul se trouva faux .
Ce second docteur , plus patient et plus inflexible que
son prédécesseur , tint bon contre son malade , et le
pauvre Beethoven , rudement mené , fut contraint de

céder et de guérir . C'est en reconnaissance de cette


guérison , qu'il avait écrit la Canzona di ringrazia
mento .
Le troisième quatuor , exécuté en 1826 , fut sur
nommé le Monstre, et la Grzette musicale universelle
s'exprime très-sévèrement sur le compte du finale fu
gué dont a la confusion , dit - elle, ferait les délices d'un
habitant du Maroc . » Mais elle ajoute : « Peut- être en
serait- il autrement si le maître pouvait entendre ce qu'il
écrit ..... » Schindler lui-même avoue que cette fugue
est un anachronisme et qu'elle devrait appartenir aux
temps primitifs où la niusique n'était qu'une combinai
son mathématique . Elle parut seule sous , le numéro
d'œuvre 133 et fut remplacée à la fin du quatuor par un
morceau en style libre . Ce fut le dernier travail du mai
tre , il porte la date de novembre 1826. Le quatrième
quatuor , opéra 131 , composé dans l’été de 1826 , ne
fut jamais exécuté par la Société Schuppanzigh , que le
peu de succès des précédents n'encourageait point .
BEETHOVEN . 211

Schindler attribue au finale de ce quatuor une origine


plaisante et qui s'accorde d'ailleurs fort bien avec l'ex
centricité de son auteur . Quand il s'avisa de vouloir
tenir sa maison , il prit , comme nous l'avons vu , une
femme de charge ; or , tous les samedis , c'était jour de
marché , et la très- honorable dame , panier au bras , ve
nait se planter près du pupitre ou près du piano du
maître pour avoir de l'argent . Celui- ci , sans se presser
et tout en continuant son travail , lui demandait de
temps en temps : Faut-il ? A quoi elle répondait impa
tientée et frappant du pied : Il faut, il faut! Ce sont
ces demandes et ces réponses qui auraient été notées
et intitulées : la Résolution difficile. M. Marx , cepen
dant, conteste vivement cette origine et cite une lettre
de Beethoven à Moritz Schlesinger , où l'on trouve , en
effet, une tout autre explication . Ma se non è vero ,
è ben trovato .
Beethoven n'avait guère plus de cinquante -trois ans
quand il commença ces cinq quatuors , dernière expres
sion de son génie ; Gluck prit son essor à pareil âge et
le continua pendant dix ans . Mais ils n'étaient pas dans
les mêmes conditions d'existence : l'un jouissait de la
sécurité du présent et de l'avenir , l'autre devait lutter
sans répit ni trève contre l'incertitude et la gêne , et il
n'est pas le seul sur lequel les chagrins et les infirmités
aient exercé prématurément leur funeste influence .
212 BEETHOVEN .

Un dernier regard jeté sur la fin de sa vie nous con


vaincra d'ailleurs , mieux que tous les commentaires
hostiles ou bienveillants que , sans manquer au respect
dû à l'auteur de tant de chefs -d'euvre, on peut admet
tre qu'il n'était plus dans les conditions de liberté d'es
prit suffisante pour continuer à travailler sans défail
lances .

Lors des préliminaires relatifs à l'exécution de son


premier quatuor , il avait fait la connaissance d'un jeune
homme qui , tout en étant employé dans une chancel
lerie , faisait partie de la Société Schuppanzigh en qua
lité de second violon . Ce jeune homme , nommé Charles
Holz , bien qu'ayant fait des études classiques et artis
tiques , n'en était pas moins ce que Beethoven appelait
avec dédain un Faiake viennois ' , sorte d'homme jus
que-là fort antipathique à ses goûts . Mais Charles Holz
était en même temps un habile calculateur, et ce mé
rite valait alors tous les autres à ses yeux , dominé
qu'il était par le désir d'enrichir son neveu bien -aimé ,
en faveur duquel il avait même voulu faire tester son
frère Jean . Il s'engoua donc du jeune Holz et en fit son
inséparable , malgré la différence d'âge et d'habitudes
qui existait entre eux . On le vit partout en sa compa

1 1. Appellation tirée de son auteur favori, Homère, qui désigne ainsi


dans l'Odyssée une peuplade livrée à la bonne chère, mangeant et
buvant du matin au soir.
BEETHOVEN . 213

gnie dans les réunions et les lieux publics où il n'avait


jamais mis le pied jusqu'alors et où tout était contraire
à ses principes . Comme ses amis essayaient de lui
faire des représentations, il rompit avec eux , même
avec Schindler , qui cessa de le voir depuis mars 1825
jusqu'au mois d'août 1826. Qu'en résulta -t-il ? Charles
Holz , naturellement flatté de l'influence qu'il exerçait ,
chercha à l'exagérer encore . Il entretint le maître dans
un constant état de surexcitation où celui-ci , du reste ,
semblait se complaire et lui fit endosser , au grand détri
ment de son caractère, la responsabilité de bien dés
folies, caricatures , moqueries que lui , Holz , aimait à
faire circuler sur le compte des plus hauts personnages .
Une plaisanterie d'un goût plus que douteux dont
Beethoven se rendit coupable alors peut bien être
attribuée à l'inspiration de ce jeune homme mal élevé .
Madame Halm , femme d'un pianiste et compositeur
distingué , ami de Beethoven , désirait ardemment avoir
de ses cheveux . Elle s'adressa à Holz , qui en parla au
maître . Celui-ci , dont la chevelure était rude et grison
nante , trouva joli d'envoyer à son admiratrice une
poignée de poils pris à la barbe d'un bouc . La dame ,
ravie de posséder ces précieuses reliques , s'en vanta
partout. Hélas! sa joie fut de courte durée ; elle apprit
bientôt la mystification dont elle avait été l'objet. Mais
son mari , ex -officier dans l'armée, goûta peu ce tour
214 BEETHOVEN .

d'écolier , et il écrivit à celui qui l'avait accompli une


lettre propre à le faire rentrer en lui-même. Pour répa
rer sa faute, Beethoven envoya à madame Halm un
billet où il lui demandait pardon et dans lequel il ren
ferma cette fois une vraie mèche de ses cheveux.
On ne saurait , du reste , disconvenir qu'il n'aimât les
plaisanteries d'un genre assez douteux . On raconte
par exemple que s'étant fait faire certaines cartes de .

visite sur lesquelles figuraient deux anes , il en gra


tifiait volontiers ses amis après avoir écrit au bas .
« Nous restons les deux anciens ..... les quadrupèdes
achevaient la phrase " . »
Holz exerçait vraiment sur lui un empire extraordi
naire . Il l'amena jusqu'à être le parrain de son enfant,
chose tout à fait contraire aux idées du maitre , et , fait
plus grave , il se fit désigner pour son biographe . Il est
vrai que Beethoven se repentit bientôt de ce choix et
qu'il voulut reprendre son autorisation , mais il ne put
y parvenir . Holz , qui , du reste , n'en tira aucun parti ,
la vendit plus tard au docteur Gaszner , directeur de la
musique de la cour, à Carlsruhe , auquel elle ne servit
pas davantage , et la mort les surprit tous deux avant
qu'ils aient pu rien publier ? Peut-être faut - il le regret
ter au point de vue musical , puisque Holz , membre de

1. Nohl , Briefe Beethoven , p . 164, notes .


2. Charles Holz est mort le 9 novembre 1858 .
BEETHOVEN . 215

la Société des quatuor's de Schuppanzigh , de 1823 à


1830 , était seul en possession des traditions de la mu
sique de Beethoven et d'Haydn et qu'il aurait pu , mieux
que personne , en transmettre à la postérité l'expres
sion , l'accentuation , le mouvement .
1
CHAPITRE X

L'oncle et le neveu . Réconciliation de Beethoven avec Étienne de


Breuning. Le frère Jean . Premières atteintes de la maladie
mortelle. - Abandon où le laisse son neveu . Le docteur Wawruch
et son mémoire. L'hydropisie se déclare. Inquiétudes pécu
niaires. – Beethoven s'adresse à la Société philharmonique de Lon
dres. Réconciliation avec Hummel. Belle conduite de la
Société philharmonique. — Le testament. Derniers moments.
Honneurs funèbres. Coup d'mil sur l'artiste et sur ses œuvres .
Fin.

Il ne faut pourtant pas attribuer uniquement au


honteux engouement dont ce jeune homme était l'objet
la perturbation qui régnait alors dans l'esprit du maître ;
une autre cause d'amertume et de trouble vint achever
de paralyser son énergie , ce fut l'inconduite de son
neveu . Ce fils adoptif, qui avait voulu d'abord faire des

éludes philologiques , pour lesquelles il montrait de


l'aptitude , et , plus tard, se préparer au commerce dans
l'Institut polytechnique , échoua partout , faute d'un
travail suffisant, et lors des derniers examens , se voyant
menacé de sortir avec honte de l'Institut , comme il
13
218 BEETHOVEN.

était déjà sorti de l'Université, il tenta de se suicider , 1


mettant ainsi le comble aux douleurs qu'il avait causées
à son oncle . Ce n'était pourtant pas les conseils ni les
exhortations qui lui avaient manqué , la Bibliothèque de
Berlin est là pour en témoigner . On n'y trouve pas moins
de vingt-neuf lettres écrites par Beethoven à son neveu
dans le courant de l'été de 1825 , lettres que M. Nohl
vient de publier dans ses Briefe Beethoven , avec d'au
tant plus d'à -propos que Schindler en avait déjà repro
duit quelques - unes sans ordre , sans suite , mêlant et
confondant arbitrairement tel passage de l'une avec tel
passage de l'autre et les rendant ainsi peu intelligibles .
Les rapports parfois trop tendus et parfois trop familiers
de l'oncle et du neveu y sont pris sur le fait, soit que les
défauts du jeune homme arrachent au tuteur des repro
ches pleins d'amertume , soit que la tendresse indul
gente et paternelle de l'oncle lui inspire des ménage
ments où perce la crainte de blesser son pupille . Tantot
il lui écrit :

Cher vaurien,

Vois un peu comment se comporte notre Bois d'acajou l ;


mon plan est déjà fait : nous donnons le présent quatuor à

1. Mahagony -Holz. Ce bois d'acajou signifie son ami Holz . Beethoven


aimait beaucoup à jouer ainsi sur les mots. En écrivant à l'éditeu
Leidesdorf, il change la place des syllabes et commence sa leltre par
Dorf des Leides ! c'est - à -dire Village de la ủouleur ! Une autre fois, à
BEETHOVEN . 219

Artaria et le dernier à Peter. Qu'en dis- tu ? N'ai-je pas


appris quelque chose ? Maintenant je me prépare à l'avance
pour l'amour de toi , afin que tu trouves la voie frayée.
Mes entrailles sont dans un pitoyable état , et pas de mé
decin ! – J'aibesoin de plumes taillées ; envoie-les - moi dans
une lettre . N'écris pas samedi à Peter , nous attendrons
encore un peu ; cela lui montrera qu'il nous est indifférent.
Je n'ai rien pris depuis hier qu'un peu de soupe, une
couple d'æufs et de l'eau pure ; ma langue est toute jaune,
et , en dépit de ce farceur de docteur, mes entrailles ne se
remettront jamais sans laxatifs et sans toniques. Le
3e quatuor (op . 131 ) renferme six parties, et il sera entière
ment terminé dans dix ou douze jours tout au plus . -
Aime-moi, très-cher, et si je te fais de la peine, songe bien
que ce n'est pas pour l'affliger, mais au contraire pour te
rendre heureux dans l'avenir. - Je t'embrasse de cour.
Travaille bien , conduis -toi bien ; tout mon bonheur en
dépend . — Écris-moi, cher fils ; je regrette de te causer
tant de dérangement ; tout s'arrangera bientot . Holz parait
pouvoir nous devenir ami . — J'attends un prompt écrit de
mon.... , (illisible) .
TON PÈRE FIDÈLE ,
Baden , le 29 août 1824 .

propos d'une Mme Stein (Stein signifie pierre), il dit à Mme Streicher
(Streich signifie tour) :
« Quant à ce qui touche Mme de Pierre , je la supplie de ne point
laisser pétrifier M. de Pierre , afin qu'il puisse encore me servir, et de
n'être pas trop de pierre en présence de M. de Pierre.
« Chère Mme von Streicher, ne jouez point de tour à votre petit mari,
mais soyez plutôt de pierre envers tout le monde. »
On pourrait multiplier ces citations ; mais outre que les jeux de
mots d'une langue ne peuvent guère se rendre dans une autre, ils de
viennent promptement fastidieux , et ceux-ci suffisent pour montrer le
tour d'esprit de Beethoven quand il était gai.
.
220 BEETHOVEN .

Baden, 22 mai 1825 .


Jusqu'ici des présomptions seulement, bien que chacun
nous re qu'il existe de nouveau des rapporls secrets
entre ta mère et toi . Dois -je donc rencontrer la plus noire
ingratitude ? Eh bien ! si le lien doit être rompu , tu seras
haï par tout homme impartial qui connaîtra ta conduite .
Les déclarations de M. mon frère, et cela devant le doc
teur Reissig, tes propres déclarations d'hier en présence
du docteur Schenauer , qui doit naturellement m'être
odieux , car, le contraire de ce qu'il demandait a lieu ,
dois -je me mêler encore une fois dans ces communautés ?
Non , jamais . Si le pacte te pèse, au nom de Dieu , je
t'abandonne à la Providence ; j'ai fait mon devoir et je
puis paraître devant le Juge suprême . – Ne crains pas
de venir demain : je ne ſais que présumer seulement,
Dieu fasse qu'il n'y ait rien de vrai ; car en vérité ton mal
heur serait grand, si légèrement que mon coquin de frère
et peut-être ta mère le prennent avec le vieux. Je t'attends
pour sûr.

Cher fils,

Je pense aller à la ville samedi et y rester jusqu'à di


manche soir ou à lundi matin , où je reviendrai ici de
bonne heure . Je te prie donc de l'informer près du docteur
Bach (son avocal ) à quelle heure on peut ordinairement
lui parler, et aussi de te faire donner la clef par M. le frère
Boulanger ' , pour voir si, dans la chambre de ce frère si
peu fraternel, il y a moyen de passer la nuit ; si le linge est
propre , etc. , etc.
Comme jeudi est un jour de fête et que tu peux difficile
ment venir ici, ce que je ne te demande pas, tu pourras

1. C'était le beau-frère de Jean van Beethoven ,


BEETHOVEN , 221

bien faire ces deux courses . Tu pourras m'en faire con


naître le résultat samedi à mon arrivée. Je ne t'envoie
point d'argent , car, en cas de besoin , tu peux emprunter
un florin dans la maison . La retenue est nécessaire à la
jeunesse ; tu ne sembles pas l'observer assez , car tu avais
de l'argent sans que je susse ni que je sache encore d'où
il venail . Belle conduite ! Il ne convient pas d'aller
maintenant au théâtre , selon moi , à cause de la
trop grande dissipation . Cependant j'acquitterai ponc
tuellement les 3 florins du docteur Reissig, et là -dessus
Basta . Gâté comme tu l'es , il n'y aurait pas de mal à ce
que tu t'efforçasses enfin de pratiquer la simplicité et la
vérité , car mon caur a trop souffert de ta conduite artifi
cieuse à mon égard , et il m'est difficile de l'oublier. Même
en admettant que je puisse tout supporter sans murmure ,
comme une bête de somme , jamais tu ne te concilieras
l'affection de personne si tu agis ainsi envers d'autres . Dieu
m'est témoin que je souhaite uniquement d'être éloigné de
toi , de mon misérable frère et de cette horrible famille .
Puisse Dieu exaucer mes væux , car je ne puis plus jamais
avoir confiance en toi.
« Malheureusement ton père , ou mieux encore , non pas
ton père 1 .
« Baden, 31 mai 1825. »

Et ailleurs :

« Cher fils,

« .... Je ne désire pas que tu viennes le 19 septembre ,


il vaut mieux que tu termines tes études. Dieu ne m'a ja

1. Nohl Briefe Beethoven, p . 266, 293, 294.


222 BEETHOVEN .

mais abandonné , il se trouvera bien quelqu'un pour me


fermer les yeux . Il me semble qu'il y a dans tout ce qui
s'est passé quelque secrète entente où M. mon frère (pseudo)
joue un rôle . Je crois aussi que tu n'as pas envie d'être
plus tard avec moi , naturellement c'est trop honnête chez
moi . Dimanche passé tu as encore emprunté un florin
quiaze kreutzers à la femme de charge, cette vieille gros
sière maritorne. C'était pourtant défendu ; mais il en va de
même en tout ; moi , je porte mes habits deux ans, il est
vrai que j'ai la mauvaise habitude de mettre un vieil ha
bit dans la maison !; mais monsieur Charles, fi donc ! et à
quoi bon ? la bourse de Louis van Beethoven n'est- elle pas
là pour cela ? Il est inutile que tu viennes dimanche, car la
vraie harmonie et la bonne entente ne résulteront jamais
de ta conduite . Pourquoi l'hypocrisie ? Tu seras meilleur
sans cela, tu n'as pas besoin de dissimuler, de mentir, ton
caractère ne fera qu'y gagner. »

Tantôt tout en lui disant qu'il reçoit trop d'argent ,


il ajoute aussitôt , presque comme pour s'excuser de le
gronder :

« Pardon , un Viennois reste toujours Viennois . J'étais


joyeux quand je pouvais aider, mes parents ; quelle diffé
rence de toi par rapport à moi !
« Adieu , étourdi .
<< Toy PÈRE FIDÈLE 2. ))

Immédiatement après la tentative de suicide , il lui


écrivit :

1. On vient de voir que Weber le trouva avec un habit troué.


2. Nohl, Briefe Beethoven, p . 294, 314 , 305 ,
BEETHOVEN . 223

« Mon cher fils ,


« Qu'il n'en soit plus question ! Viens dans mes bras ; tu
n'entendras plus une seule parole de reproche . Ah Dieu !
ne vas pas dans ton exil ! Tu seras reçu avec tendresse ,
comme toujours. Quant à l'avenir, nous l'examinerons en
semble ; nous en causerons amicalement . Je te donne ma
parole d'honneur que tu n'entendras aucun reproche, et
d'ailleurs à quoi serviraient-ils ? Tu n'as à attendre de moi
que la sollicitude et les soins les plus tendres :
« Viens donc, viens sur le côur fidèle de ton père Bee
thoven .
« Viens immédiatement après le reçu de cette lettre . »

Sur l'adresse on lisait en français : ,

« Si vous ne viendrez pas , vous me tuemez sûrement. Lisez la


lettre ct restez à la maison chez vous ; venez de m'embrasser,
votre père vous vraiment adonné ; soyez assuré que tout cela
restera entre nous .
« Reviens aujourd'hui à la maison , au nom du Ciel , qui
sait quels dangers pourraient t'atteindre . Vite, vite !! »

Certes, après une si dure épreuve , l'indulgence était


grande ; elle ne servit point à relever ce jeune homme ,
chez qui l'exemple de sa mère avait sans doute affaibli
le sens moral, comme la lutte d'influence soute
nue entre elle et son oncle avait dû relâcher en son
caur les liens de l'affection et du respect , déjà trop
combattus par ses mauvais penchants .

1. Nöbl, Briefe Beethoven, p . 317.


224 BEETHOVEN.

On se demande , il est vrai , si le ton passionné de la


plupart de ces lettres ne leur enlevait pas beaucoup de
leur autorité , et si , en restant plus calme , plus maître
de lui- même , l'oncle n'aurait pas inspiré plus d'obéis
sance à son neveu . Mais à côté des plaintes , des récri
minations trop multipliées , que de bons sentiments y
éclatent ! que d'abnégation, de tendresse , de sollicitude
pour cet enfant ! que de souci de sa conduite, de son
caractère ! que d'indulgence !
En Autriche, on voyait dans le suicide un signe de
folie , ou l'indice d'une éducation vicieuse et irréli
gieuse ; on soumit donc le jeune homme à une surveil
lance sévère , et on s'appliqua à lui inculquer des idées
plus saines . Quant au pauvre Beethoven , l'humiliation
qu'il éprouva et le regret de ses soins perdus lui por
tèrent une atteinte mortelle . Il s'affaissa sous le coup
et, de fort et robuste qu'il était encore , il devint en un
instant faible et débile , pliant à tous les vents , sans vo
lonté ni résistance. Pour combler la mesure , on rejeta
toute la faute sur lui , comme cela n'arrive que trop sou
vent, et l'irritation que cause l'injustice vint se joindre
à toutes ses autres souffrances . Pourtant, ce n'était pas
tant lui qu'il fallait accuser que la situation elle-même .
Sans doute , une main tantôt violente et tantôt faible ne
peut éviter les écueils ; il était trop passionné dans sa
tendresse et dans sa haine, trop emporté , trop peu
BEETHOVEN. 225

maître de lui-même pour diriger efficacement une édu


cation dont tant de circonstances défavorables dou -
blaient la difficulté, mais il avait à côté de cela les meil
leures intentions , une parfaite droiture de vues et le
dévouement qui ne recule pas devant le sacrifice.

A ce moment douloureux où tout lui échappait , Bee


thoven se ressouvint de sa jeunesse et de ceux qui
avaient été si sincèrement ses amis . Il se tourna vers
Étienne de Breuning avec lequel il était brouillé depuis
neuf ans, précisément parce que cet homme prudent
s'était fortement prononcé contre l'adoption de son ne
veu . Il lui envoya son portrait , comme gage de
réconciliation , en y joignant des paroles d'affection et
de regret ! Le bon sens et l'expérience d'Étienne
avaient toujours été d'un grand secours à Beethoven ;
il avait le caractère ferme et l'âme tendre , il revint à
l'appel de son ami et son intervention l'aida à tra
verser cette crise . Il consentit à être cotuteur avec lui ,
à la place du directeur de l'Institut polytechnique ; il
écarta l'influence fâcheuse de Charles Holz , l'atmos
phère de la maison fut purifiée, et les anciens amis
reparurent à la suite de celui qui était le plus ancien
de tous . Schindler aussi reprit sa place dans l'intimité

1. Ce portrait était une lithographie d'après Stieler.


13 .
226 BEETHOVEN ,

du maître qui, rendu à lui-même, recouvra une partie


de son énergie morale .

Cependant , l'enseignement religieux imposé au jeune


coupable se poursuivait régulièrement . Pendant sa ré .
clusion , il forma le projet de se faire militaire ; là , du

moins , il n'aurait point d'examen à passer . On s'oc


cupa donc de lui trouver un régiment , mais son temps
d'expiation s'écoula avant qu'on y eût réussi et les au
torités recommandèrent à ses deux tuteurs de ne pas le
laisser plus d'un jour à Vienne . Le frère Jean offrit sa
maison de Gneisendorf, près de Krems, jusqu'à ce qu'oni
pût disposer du jeune homme. L'oncle et le neveu s'y
rendirent donc . C'est là , sur les bords du Danube, que
le maître écrivit son Chant du cygne , la quatrième
partie du quatuor, opéra 130. Jean était riche; il avait
été fournisseur des hôpitaux français dans la haute Au
triche, pendant la guerre de 1809 : on sait ce que ces
sortes d'affaires rapportaient ; il avait tous les défauts
des parvenus : la vanité, l'égoïsme , l'avarice. Son frère
le connaissait bien , et le lui faisait souvent sentir avec
une pointe d'ironie dont il n'était jamais à court . Un
certain jour de premier de l'an , Jean envoie sa carte
ainsi conçue :

* JEAN VAN BEETHOVEN , GUTSBESITZER . "


BEETHOVEN. 227

c'est - i - lire propriétaire foncier ou de biens . Aussitôt


Louis renvoie la sienne ainsi rédigée :

Louis van BEETHOVEN , HIRNBESITZER . »

c'est - à -dire propriétaire intellectuel ou de cervelle .

Dans certains moments d'indignation , il allait jusqu'à


l'appeler Cain . « Aujourd'hui j'ai donné à mon frère
Caïn ses deux cents florins, » écrit- il en 1823 sur ses
Feuillets de conversation . Dans d'autres moments , les
bons , il se contentait de le nommer Asinios . Il arriva
pourtant que , dans la demeure de l'opulent propriétaire
foncier , le pauvre propriétaire intellectuel manqua à
peu près de tout . L'appartement qu'on lui donna était
humide et incommode , la nourriture mal préparée ; ce
n'étaient que les moindres inconvénients de ce séjour,
où il ne tarda pas à en découvrir un autre beaucoup
plus grave . La femme de Jean ne valait guère mieux ,
parail -i ) , que la femme de Charles , et une intimité cou
pable s'établit entre la tante et le neveu . Le pauvre
Beethoven dut partir en toute hâte , rentrer à Vienne
avec ce misérable garçon , au risque de s'y trouver en

conflit avec la justice . Le temps était froid et mauvais ,


le frater Jean refusa de prêter une voiture fermée , et
Beethoven , obligé de faire le trajet jusqu'à Krems en
voiture découverte , y gagna un refroidissement d'en
228 BEETHOVEN .

trailles qui, dès, l'abord , prit un caractère inquiétant:


Ce fut le préliminaire de la maladie à laquelle il devait
succomber . Le retour à Vienne s'effectua dans ces fâ
cheuses conditions. Le 2 décembre, il rentra dans son
appartement , au second étage d'une maison située sur
le glacis du faubourg de Wæhring , et connue sous le
nom de Schwartz Spanier-Haus ; il ne devait pluş en
sortir vivant .

Pendant plusieurs jours , il resta seul , alité , sans mé


decin , sans secours ; ses amis ignoraient son retour , son
neveu ne s'en occupait pas . Un trait suffit pour peindre
la sollicitude de ce jeune homme à son égard . Des deux
médecins que Beethoven avait appelés , aucun n'avait pu
venir ; au bout d'une longue attente, il en vit arriver
un troisième , parfaitement inconnu . Celui - ci déclara
se nommer le docteur Wawruch , professeur à la Clini
que et être envoyé par un garçon de café, malade dans
son service . Le jeune Beethoven, jouant au billard dans
l'établissement , où servait cet homme , l'avait chargé
de chercher un médecin pour son oncle , mais retenu
par la maladie , il n'avait pu s'acquitter de sa commis
sion , et le neveu n'avait même pas songé à s'en infor
mer ; tel était l'abandon honteux où était réduit le pau
vre maître . On conçoit que le sentiment de son isole
ment et de l'indifférence dont il était l'objet ne pou
vait qu'augmenter son mal ; aussi Schindler n'hésite
BEETHOVEN. 229

pas à attribuer sa fin prématurée aux blessures que


l'égoïsme des siens n'avait cessé de lui infliger.
Un dernier mot pour en finir avec cet indigne neveu ;
on parvint , non sans peine , à trouver un régiment ,
dont le commandant , baron de Stutterheim , consentit
à le recevoir en qualité de cadet ', mais il ne réussit
pas mieux là qu'ailleurs et quitta bientôt le service
pour se faire commis ... Toutefois , les années s'écoulè
rent ; après avoir semé ses folles avoines , comme di
sent les Anglais , il se maria et devint ce qu'on est
convenu d'appeler un bon père de famille . Il est mort
en 1858 .
Son départ pour le régiment fut un moment de déli
vrance pour son oncle ; il sembla respirer plus libre
ment , comme un homme soulagé d'un lourd fardeau ;
mais , hélas ! le mieux ne fut que passager . L'irritation
d'entrailles amena une inflammation de poitrine que le
docteur Wawruch ne reconnut pas immédiatement , et
quand il la constata , un autre mal plus grave encore ,
l'hydropisie s'était déclarée . Celle-ci fit de si rapides
progrès que , dès le 18 décembre , il fallut pratiquer
une première ponction ; une seconde eut lieu le 8 jan
vier , et une troisième le 28. Le docteur Wawruch pré

1. Beethoven, par reconnaissance, lui dédia son quatuor en ut mi


néur, opéra 431.
230 BEETHOVEN .

tendit attribuer cette hydropisie à l'excès des spiri


tueux , erreur manifeste quand on connaît la vie sobre
et le goût du maître pour l'eau . Malheureusement,
comme il s'agissait surtout pour le docteur de défendre
l'inefficacité de son traitement , il consigna son opinion
dans un mémoire , publié en 1812 dans le Wiener Zei
tung par sa veuve , alors que lui-même avait cessé de
vivre . Cette publication , faite surtout en vue du profit
qu'elle pourrait donner , a contribué à égarer le juge
ment de quelques-uns sur le compte de Beethoven , et ,
c'est avec raison que Schindler s'élève fortement con
tre une si coupable speculation ; il nous a semblé qu'il
1
suffisait de la signaler pour en détruire les mauvais
effets .

L'affaiblissement où tomba le maître, à la suite de


ces opérations répétées , enleva bientôt tout espoir à
ses amis et le remplit lui -même des plus tristes pres
sentiments . Le peu de confiance qu'il avait en son mé
decin se changea bientôt en une véritable répulsion ;
il ne pouvait le voir sans effroi . Au milieu de ces per
plexités , il se rappela un de ses anciens amis avec le
quel il était brouillé depuis plus de douze ans et désira
le consulter , se persuadant que lui seul pouvait le gué
rir ; mais celui -ci refusa deux fois de se rendre à son
appel , et quand enfin il y consentit , ce fut à la condition
que sa visite aurait lieu en présence du docteur Waw
BEETHOVEN . 231

ruch et tout à fait comme chez un inconnu . On le lui


promit . Il vint , trouva Beethoven seul , lui tendant les
bras , et la réconciliation fut pleine et entière . A dater
de ce jour , le médecin , redevenu ami , vint quotidien
nement avec son collègue , dont le traitement fut aban
donné et remplacé par du punch glacé , si fortifiant et si
efficace d'abord que le malade se crut sauvé et voulut
même s'occuper de composition. Ce n'était qu'une vel
léité à laquelle ses médecins s'opposèrent , lui permet
tant tout au plus une lecture légère , propre à le dis
traire sans l'appliquer . Dans ce but , on lui apporta un
roman de Walter Scott , alors dans toute sa vogue ,
c'était le Château de Kenilworth ; mais il ne tarda pas à
" Je jeter loin de lui , accusant l'auteur de n'écrire que
pour de l'argent , et revint avec empressement à ses
chers anciens , Homère et Platon ... C'est alors , comme
nous l'avons vu plus haut , que Schindler profita de ce
moment de répit pour lui faire entendre plusieurs com
positions de Franz Schubert qu'il connaissait très -peu ,
et dont un petit nombre seulement étaient imprimées.
Cependant d'autres inquiétudes que celles de sa
santé tourmentaient le pauvre Beethoven . Si , comme
ses médecins l'avaient dit , sa maladie devait être lon
gue , comment subviendrait-il à ses dépenses et à celles
de son neveu ? Cette pensée le préoccupait nuit et jour .
Quiconque n'a pour vivre que son travail, artiste ou
232 BEETHOVEN .

artisan , comprendra sans peine ses angoisses . Il comp


tait sur la rentrée prochaine des 125 ducats du prince
Galitzin : nous avons vu qu'il ne les reçut pas . Février
arriva , et en même temps le bout de ses ressources ,
qu'avaient achevé d'épuiser les frais d'équipement et
d'établissement du nouveau militaire . Ses amis lui
conseillaient de vendre une de ses actions de la Banque ,
il s'y refusait, voulant les conserver pour son héritier .
Il se ressouvint alors de l'offre que lui avait faite jadis
la Société philharmonique de Londres , de donner un
concert à son bénéfice, et il résolut de le lui rappeler .
Malgré l'opposition de ses amis , qui considéraient cette
démarche comme au-dessous de lui , il adressa , en date
du 22 février 1827 , trois lettres identiques aux trois
personnes qu'il croyait être les plus influentes près de
la Société : sir George Smart , MM . Stumpf , fabricant
de harpes , et Moschelės . Stumpf, Allemand de nation ,
établi en Angleterre depuis plus de quarante ans , avait
fait en 1824 le voyage de Vienne tout exprès pour
connaître le maître , et récemment il lui avait envoyé
la collection des OEuvres de Haendel , que Beethoven
avait eu tant de plaisir à feuilleter sur son lit de dou
leur . On pouvait donc compter sur le zèle d'un admi

1. Directeur de la musique royale à Londres . C'est chez lui que


C.-M. Weber descendit lorsqu'il vint pour faire exécuter Oberon dans
cette ville, et chez lui qu'il mourut le 5 juin 1826 .
BEETHOVEN . 233

rateur si sincère , et , en effet, lui et ses deux collègues


ne perdirent pas un moment pour s'acquitter du soin
dont on les chargeait . L'affaire pressait . Le 14 mars ,
Beethoven écrivait encore à Moschelès : « J'ai été opéré
le 27 février, pour la quatrième fois, et déjà des symp
tômes certains indiquent que je dois me préparer à
subir une cinquième opération . Comment tout cela
finira -t- il, et que deviendrai -je si le mal se prolonge ?
En vérité , mon lot est bien dur , mais je m'en remets
aux décision du destin , priant Dieu seulement de diri
ger ses conseils de telle sorte que , tant que je souffri
rai la mort dans la vie , je sois au moins à l'abri du
besoin . Cela me donnerait la force de supporter mon sort
avec résignation , quelque horrible qu'il puisse être . -
Hummel est ici . >>
Cette dernière phrase se rapporte au voyage de
Hummel à Vienne et à sa réconciliation avec Beetho

ven . A peine arrivé , il s'était présenté chez lui en


compagnie d'André Streicher et de Ferdinand Hiller,
son élève . A la vue du visage altéré du malade , il avait
fondu en larmes , et tous les anciens griefs avaient été
oubliés . Beethoven , moins ému , s'était efforcé de le
calmer. Il était précisément en train de regarder une
gravure qu'on venait de lui apporter , représentant la
maison où Haydn était né . Les approches de la mort STA
apaisent bien des ressentiments, effacent bien despre
E

TICA
S. SCOLAS
T
B
I
B
)
234 BEETHOVEN .

ventions : Beethoven rendait sans doute alors pleine


justice à son grand devancier , car il dit : « Vois , cher
Hummel, la pauvre chaumière où est né un si grand
homme ! ... >> Bientôt il amena la conversation sur un

concert qui devait avoir lieu le 7 avril au bénéfice de


Schindler , et où il avait promis de jouer . Il sentait bien
que l'état de sa santé ne lui permettrait pas de rem
plir cet engagement ; c'est pourquoi il dit à Hummel :
« Je compte sur toi pour tenir ma place ; je t'en
serai reconnaissant.. » Hummel lui tendit la main en
signe de consentement , ce dont il fut vivement touché .
La parole fut tenue , mais le maitre n'était plus là
pour le savoir ! Le 7 avril , on lisait sur l'affiche que
M. Hummel se ferait entendre sur le piano , selon la
promesse qu'il en avait faite à feu son ami Beethoven .
Tandis que le pauvre malade exprimait à Moschelės
les craintes que lui inspirait sa situation , une lettre
arrivait de Londres, annonçant que sa demande avait
produit une vive sensation , et que la Société philhar
monique le priait d'accepter une somme de cent livres
sterling , destinée à faire face aux dépenses de sa ma
ladie et à lui procurer les adoucissements dont il pour
rait avoir besoin . On le laissait libre en même temps
de tirer immédiatement pour tout ou partie de cette
somme , à sa convenance . La Société ajoutait en outre ,
par la main de Moschelés , qu'elle était prête à lui ren
BEETHOVEN . 235

dre de nouveaux services , s'ils étaient nécessaires , et


* qu'il n'avait pour cela qu'à écrire un mot . Beethoven,
justement touché de la manière généreuse dont on en
usait envers lui , dicta sur-le-champ à Schindler une
lettre pour Moschelés , ainsi conçue :

« Je ne saurais vous exprimer les sentiments que j'ai


éprouvés en lisant votre lettre du 1er mars . La générosité
avec laquelle la Société est venue pour ainsi dire au-devant
de ma demande , m'a touché jusqu'au plus profond de mon
ame . Je vous supplie donc, cher Moschelės, d’être mon in
terprète auprès d'elle , et de lui faire agréer l'expression de
ma plus vive reconnaissance pour l'intérêt qu'elle me té
moigne et le secours qu'elle veut bien me faire parvenir .
Je me trouve dans la nécessité de faire retirer la somme
entière , car je suis précisément dans la triste situation où
il faut de l'argent ... Puisse le ciel me rendre bientôt la
santé ! Alors je montrerai à ces généreux Anglais combien
j'apprécie l'intérêt qu'ils prennent à mon sort . Quant à vous ,
je n'oublierai jamais votre noble conduite ; je remercie
aussi tout particulièrement sir Smart et M. Stumpf. Je vous
prie de remettre à la Société la ge symphonie métronomi
sée . Ci-joint la désignation . Je suis , avec une haute estime,
votre ami,
« BEETHOVEN . »

Cette lettre est la dernière qu'il ait dictée ; elle est


du 18 mars 1827. Il voulait aussi écrire à MM . Smart
et Stumpf, mais ce soin remis au lendemain ne put
s'accomplir ; ce fut Schindler qui , après sa mort , s'en
acquitta pour lui . Cependant les cinq jours qui suivi
236 BEETHOVEN.

rent furent calmes. Par moments , il entrevoyait sa fin


prochaine, mais dans d'autres , se croyant mieux , il
voulait entreprendre l'esquisse de la 10 ° symphonie ,
projetée depuis longtemps , et qu'il destinait à la So
ciété philharmonique de Londres .
Pendant ce dernier répit accordé par la mort , on par
vint à lui faire rédiger définitivement son testament . Il
en avait écrit deux coup sur coup . Dans le premier , du
15 au 16 mars , il instituait son neveu seul et unique
héritier de tous ses biens meubles et immeubles , sans
aucune condition ni restriction , et nommait le docteur
Bach et Étienne de Breuning curateurs et exécuteurs
testamentaires . Tous deux lui représentèrent le danger
qu'il y avait à laisser un jeune homme dont la conduite
offrait si peu de garantie , maître de disposer de tout
sans contrôle , et ils lui conseillèrent d'apporter à cette
A
liberté des réserves prudentes . Le pauvre moribond ,
aveugle jusqu'au bout , opposa à ces sages conseils une
vive résistance ; il se fàcha même contre Breuning , à
qui il reprochait ces craintes blessantes pour son neveu .
Il fallut donc batailler jusqu'au 20 ou 21 mars avant de
le décider à modifier son testament dans le sens de la
prudence . Ce qu'il laissait , du reste , était peu de chose :
9,019 florins argent ( environ 23,178 fr .), tous frais
déduits , et encore figuraient dans cette somme les cent
livres sterling de la Société philharmonique , trouvées
BEETHOVEN. 237

intactes après sa mort . Elles furent définitivement


acquises à la succession , malgré les réclamations des
intéressés , qui avaient bien voulu les lui donner à lui,
mais non à son héritier . Ils reculèrent devant un pro
cès et abandonnèrent leurs droits .
Le 18 mars , Beethoven š'occupait encore de la dédi
cace de son dernier quatuor , et le dédiait à un de ses
plus dignes amis , le négociant Jean Wolfmayer. Le 24
mars arriva , et avec lui les symptômes d'une dissolu
tion prochaine . Voici en quels termes Schindler rend
compte des derniers moments du maître , dans une
lettre à l'éditeur Schott : « Quand j'entrai dans sa cham
bre , le matin du 24 , je lui trouvai le visage très-altéré,
et il était si faible qu'il ne put prononcer que deux ou
trois mots avec les plus grands efforts. Immédiatement
après , le médecin arriva et , l'ayant considéré un mo
ment , il me dit : « Beethoven s'avance à grands pas vers
sa fin . - Comme nous avions terminé l'affaire du tes

tament le jour d'auparavant , il ne nous restait plus


qu’un souhait , celui de le réconcilier avec le ciel et de
montrer au monde qu'il mourait en vrai chrétien . Le
médecin lui écrivit donc en le priant , au nom de tous
ses amis , de se laisser administrer les sacrements, à
quoi il répondit avec calme : « Je le ferai. » Le méde
cin se retira , me laissant le soin de tout arranger .
Beethoven me dit alors d'écrire à Schott, et de lui en
238 BEETHOVEN .

voyer le traité 1 . « Il en aura besoin ; écrivez- lui en


mon nom , car je suis trop faible. — Demandez - lui ins
tamment qu'il m'envoie le vin promis 2. Écrivez aussi
en Angleterre aujourd'hui, si vous en avez encore le
temps . Le prêtre vint vers midi, et la cérémonie s'ac
complit de la manière la plus édifiante. C'est seule
ment à ce moment que le malade parut pressentir sa
fin, car , à peine le prêtre fut- il parti , il me dit, à moi
et au jeune de Breuning: « Plaudite, amici ; comædia
finita est. N'ai-je pas toujours dit qu'il en serait ainsi ? ,
Là -dessus, il me pria encore une fois de ne point
oublier Schott et de remercier la Société philharmo
nique en son nom , ajoutant qu'elle avait adouci ses der
niers jours , et qu'il lui serait reconnaissant jusqu'au
bord de sa tombe , ainsi qu'à la nation anglaise ... Le
domestique de Breuning entra précisément alors , ap
portant une petite caisse de vin . Il pouvait être midi
trois quarts. Beethoven le regarda et dit : « C'est dom
mage ... trop tard . » Ce furent ses dernières paroles ;
immédiatement après , l'agonie commença : elle fut ter
rible , car il était doué d'une force nerveuse extraordi
naire . Vers le soir , il perdit connaissance et tomba

1. Par lequel il lui assurait la propriété du dernier quatuor. La signa


lure qu'il y apposa est la dernière qu'il ait écrite.
2. Vin médicinal, employé contre l'hydropisi dans les environs de
Mayence.
BEETHOVEN. 239

dans le délire . Cet état dura jusqu'au 25 , où , vers la fin


du jour , les symptômes visibles de la mort apparurent;
cependant il vécut cncore jusqu'au lendemain , et rendit
l'esprit le 26 , à cinq heures un quart de l'après-midi ,
pendant un violent orage , accompagné de grêle . Il était
âgé de 56 ans 3 mois et 9 jours .
Ainsi mourut- il , dans la religion catholique où il était
né , abjurant publiquement l'influence des idées antire
ligieuses de son temps , et l'espèce de déisme païen
dont la divinité trouvait , selon lui , son expression la
plus précise dans les trois versets suivants qui furent
longtemps son Credo :

Je suis celui qui suis . Je suis tout ce qui est, ce


qui fut , ce qui sera ; aucun mortel n'a soulevé le voile
qui me reeouvre . L'ÊTRE est unique par lui -même,

et à cet Être unique toutes choses doivent leur exis


tence 1 .

Il les avait copiés de sa main et placés sous une vitrine


sur la table pour les avoir toujours devant les yeux .
Espérons que les clartés suprêmes de la mort , en illu
minant son âme , lui auront révélé dans sa plénitude le
Dieu des chrétiens , le vrai Dieu , et qu'en recevant les

1. Découverts en Égypte , dans le temple de la déesse Neith, par


Champollion.
240 BEETHOVEN .

derniers sacrements de l'Église , il en a ressenti toute


la sainte bénédiction .
Au moment solennel où sa vie s'éteignait , ses deux

amis , Schindler et Breuning étaient absents , occupés à


choisir la place où il devait reposer dans le cimetière
de Wæhring . A leur retour , ils trouvèrent Anselm Hut
tenbrenner , accouru pour le voir, et qui lui avait fermé
les yeux !
Le lendemain , 27 mars , le docteur Jean Wagner fit
l'autopsie du cadavre . L'état du crâne et la perturba
tion des organes de l'ouïe expliquèrent les causes de
sa surdité . Le 28 mars , un statuaire, devenu depuis
célèbre , Dannhauser, moula en plâtre les traits du
maître ; ce moule existe encore 2 .

1. Ami de Franz Schubert, né à Gratz en 1794, où il habite encore.


Compositeur fécond, mais peu connu . On cite de lui un Requiem et
quelques autres ouvrages d'une certaine valeur.
2. Excités par la gloire du maitre et aussi par le désir intéressé de
chaque éditeur qui voulait avoir un portrait spécial , de nombreux
artistes ont reproduit ses traits, mais trois seulement paraissent avoir
réussi dans cette entreprise difficile.
Le premier, Letronne, dans un dessin, gravé ensuite sur cuivre, en
1814, par Hoefel, représente Beethoven dans tout l'éclat de la santé,
les joues pleines et colorées, les yeux animés, d'où jaillissent des
éclairs. Ce portrait peut être considéré comme un modèle de vérité et
d'expression ,
Le second, Schimon, dans une peinture à l'huile datée de 1819, et
paraissant avoir beaucoup de rapport avec la gravure de 1814, repré
sente Beethoven en buste . Au point de vue de la ressemblance, ce por- .
trait est supérieur à tous les autres. L'expression très -changeante de
BEETHOVEN . 241

Enfin, le 29 mars , dans l'après -midi, les obsèques


eurent lieu au milieu d'une foule émue qui , pendant

les derniers temps de la maladie , n'avait cessé d'assié


ger la porte de l'illustre mourant pour avoir des nou
velles de son état . Jean de Beethoven et son beau
frère, maître boulanger à Vienne , Étienne de Breuning ,
son fils, et Schindler conduisaient le deuil ; les maîtres
de chapelle Eybler , Hummel, Seyfried et Kreutzer te
naient les cordons du poële à droite ; Veigl , Gyrowetz ,
Gansbacher et Wurfel à gauche. Plus de vingt mille
personnes suivirent le convoi à l'église de Saint-Au
gustin , dans le faubourg de l'Alster , où on exécuta le
Requiem de Mozart et d'où l'on se rendit au cimetière
de Wæhring . Là , dans un lieu qui permet au regard de
s'étendre , à travers des arbres toujours verts et des
coteaux plantés de vignes , jusqu'à l'horizon lointain
des Kahlenbergen et des Leopoldsbergen , repose au

ses yeux est reproduite avec bonheur ; la majesté de son front, la fer
meté de sa bouche et de son menton sont parfaitement rendues. Mal
heureusement la gravure a été impuissante à reproduire toutes les
finesses du pinceau . L'original se trouve à la Bibliothèque royale de
Berlin .
Enfin le troisième, Stieler (de Munich), représente le maitre debout,
enveloppé d'une robe de chambre , tenant dans la main droite un
crayon, dans la main gauche des feuillets de papier sur lesquels on lit :
Missa solemnis. Ce portrait est peut -être le meilleur de tous comme
æuvre d'art, bien qu'on lui reproche de donner à la tête, que Beetho
ven portait toujours haute, une pose trop inclinée.
14
242 · BEETHOVEN .

jourd'hui celui qui , pendant sa vie , aima tant à par


courir cette riante nature .

Un an et trois jours plus tard , on y éleva une pyra


mide en pierre avec cette simple inscription : « Beetho
VEN ! » puis un chæur funèbre chanta ces paroles sur
un choral du maître :

Toi qui, dans la vie,


Ne trouvas jamais ni repos, ni asile assuré,
Repose maintenant dans la paix du tombeau ,
Dans la paix de la mort1.

Enfin , trente-cinq ans après , en 1863 , quelques


jeunes gens de Vienne eurent l'idée d'organiser , le
jour du mardi gras , un bal annuel dont le produit se
rait consacré à orner de fleurs cette tombe et celle de
Franz Schubert. Idée jeune et bien allemande qui ne
put se réaliser , mais qui eut du moins pour résultat
de ramener l'attention du public sur ces sépultures
trop oubliées et de lui en rapprendre le chemin . On
s'aperçut alors de l'abandon où on les avait laissées et

on résolut de réparer les outrages du temps . On fit plus ,


on exhuma les corps pour se livrer dans les caveaux à
des travaux de restauration ; mais là commencèrent des
hommages dont la convenance est tout au moins dou

1. Parole de Grillparzer.
BEETHOVEN . 243

teuse, et les reliques des deux illustres morts devinrent ,


de la part du monde musical de Vienne , l'objet d'un
culte qui , osons le dire , touchait de fort près à la pro
fanation . Le champ du repos fut tout à coup envahi par
des adorateurs improvisés tenant à honneur de rappor
ter un souvenir quelconque de ces précieux restes . De
jeunes et aimables Viennoises , pianistes émérites , sans
aucun doute , ne craignirent pas de prendre sur le crâne
décharné de Schubert, des cheveux qu'elles se vantè
rent de porter dans leur sein . On vit des hommes gra
ves arrêter un ami au passage , tirer soudain de leur
poche une poignée de ces dépouilles et les lui montrer
avec un orgueil satisfait.De leur côté , les gens de l'art ,
il fallait bien s'y attendre , ne demeurèrent pas en
reste de curiosité avec la foule . Les crânes des deux
maîtres , tirés du cercueil pour être de nouveau moulés
en plâtre , furent examinés et comparés . On interrogea
ces boîtes osseuses et vides pour tâcher d'y surprendre
les secrets de la nature , mais vainement , hélas ! les
hôtes harmonieux qui les habitaient jadis s'étaient
envolés sans retour . On constata seulement la diffé
rence qui existait entre elles et qui peut- être rappelait
celle de leur génie . Le crâne de Beethoven présentait
un développement remarquable , les os de son squelette
étaient gros et forts ; celui de Schubert , au contraire,
était étroit , ses os étaient minces et friables .
244 BEETHOVEN .

Les travaux achevés , on a replacé ces dépouilles


dans de beaux cercueils de métal tout neufs, et on les

a redescendus dans le caveau d'où il aurait été plus


respectueux , ce nous semble , de ne pas les tirer . Ayez
donc du génie pour que des regards indiscrets profanent
ainsi vos restes trente ans après qu'ils ont été la proie
de la mort !
Mais le maître célèbre laissait mieux après lui qu'un
peu de poussière et quelques ossements décharnés. Si
comme homme , il ne s'était pas distingué de la plupart
des autres hommes , si ses opinions religieuses avaient
été incertaines et sujettes à l'erreur , ses idées politi
ques vacillantes , son caractère mêlé de contradictions,
il s'élevait comme artiste bien haut au-dessus de la
foule et léguait à la postérité des témoignages impéris
sables de son génie. Aussi n'est-ce pas dans les évé
nements quotidiens d'une existence trop souvent trou
blée par la gêne , par les ennuis domestiques et les cha
grins de famille, qu'il faut chercher la grandeur et la
poésie de sa vie, c'est dans ses auvres, merveilleuses
créations appelées à perpétuer sa mémoire et qu'il suffit
d'indiquer sommairement pour en faire connaître l'im
portance : 2 messes , 1 opéra , 9 symphonies , 1 oratorio ,
1 ballet , 3 tragédies arrangées avec ouverture , marche ,
chwur, septuor , 2 sextuors , 1 octuor , 4 quintettes,
17 quatuors, 11 trios , 7 concertos, 56 sonates tant à
BEETHOVEN. 245

deux et à quatre mains qu'avec accompagnement, sans


compter un nombre considérable de variations , de
chants , romances et mélodies , de marches , de bagatel
les , de préludes , de musique de danse , menuets ,
valses et contredanses , etc. , etc.
On a beaucoup disserté sur la musique du maître :
les uns sans lui rendre justice, faute de la comprendre ,
les autres en l'exaltant , jusque dans ses parties obscu
res et défectueuses, par un enthousiasme irréfléchi.
On a dit aussi que le trait caractéristique de cette mu
sique est la douleur ; il nous paraît bien plutôt être l'é
nergie , la force réunie , pressée , dirigée sur un point,
selon la définition de M. Marx 1 .
La première des époques dans lesquelles on a par
tagé la vie du maître a été , dit -on , une imitation si
complète des formes , des périodes , de l'arrangement et
de la disposition des idées de Mozart , qu'il est presque
impossible de distinguer sa première symphonie de
celles de ce grand génie . Cela est vrai . Mais si Beetho
ven suivait les mêmes principes , obéissait aux mêmes
règles , il'n'avait pas les mêmes pensées : de là naqui
1 rent les différences et l'originalité . Sa vocation aussi
différait essentiellement de celle de ses deux prédéces

seurs , Haydn et Mozart. Ils avaient surtout dirigé leur

1. Marx, Ludwig van Beethoven , t. I, p . 281 .


14 .
246 BEETHOVEN .

activité du côté de la musique vocale ; lui dirigea la


sienne du côté de la musique instrumentale, et tandis
que Haydn atteignait son plus complet développement
dans l'oratorio, et Mozart dans l'opéra , Beethoven le
trouvait dans la symphonie . Le charme des deux pre
miers consiste surtout dans la variété et les contrastes ;
ils plaisent et occupent l'auditeur par la richesse des
idées qui font vibrer souvent en lui les cordes les plus
délicates de son âme : le charme de Beethoven réside
dans la profondeur et l'étendue ; il pénètre les cœurs
et s'y creuse un sillon ineffaçable .
Quant à la musique de piano , il est incontestable que
ses deux devanciers n'avaient pas su tirer de cet instru
1 ment , tout borné qu'il était alors , les ressources limi .
tées qu'il leur offrait. Leurs plus grands ouvrages sont
des sonates , la plupart en trois parties : allegro , an
dante, finale ; celles de Beethoven ont tout de suite
quatre parties : allegro , adagio, menuet ou scherzo ,
finale . Il a plus à dire et le dit plus amplement ; ses
modulations ont plus d'étendue et d'espace , aussi le
piano est vraiment pour lui l'instrument idéal auquel il
confie ses pensées les plus intimes .
Dans la seconde période , l'imitation a fait son temps ;
le compositeur se débarrasse de ses liens et commence
à se mouvoir librement . Les cuvres de ce époque
sont, presque sans exception , ce que la musique instru
BEETHOVEN . 247

mentale a produit de plus beau jusqu'ici . Ce sont par


excellence les fleurs de l'art et du génie . Mais aussi
que d'étude , de soins pour arriver à cette perfection !
Regardons un moment travailler le maître .
Une fois l'inspiration première trouvée , une fois
identifié avec le sentiment qu'il voulait peindre; il ne
cessait de le tourner et retourner dans son esprit , pour
en examiner toutes les faces, l'analyser , le décompo
ser , lui donner la clarté et la précision désirables . Et ce
travail était considérable, car il partait de ce point de
vue que , non-seulement les sentiments sont divers
comme les caurs , mais encore qu'ils varient à l'infini,
selon l'age , le sexe et la situation de celui qui les
éprouve. Là est le secret de l'extrême variété de ses
compositions , dont aucune ne ressemble à l'autre et dans
lesquelles il ne s'est jamais répété , si ce n'est une fois,
comme nous l'avons vu à propos de la Symphonie hé
roïque . Ces préliminaires connus, on conçoit qu'il fut
parfois longtemps à trouver un thème, et que, l'ayant
trouvé , il s'arrêta sur les détails et les contours . Il
les notait à mesure qu'ils se présentaient à lui, sans
ordre , sans choix, sans souci du rang qu'il leur assi
gnerait ensuite , car les idées se présentaient toujours
en beaucoup plus grand nombre que l'ouvrage le plus
étendu ne pouvait en contenir . Quand arrivait le tra
vail définitif, il réunissait tous ces membres épars , les
248 BEETHOVEN .

triait , les coordonnait , corrigeait , effaçait, écrivant sou


vent meilleur aux endroits ainsi modifiés, et formait de
toutes ces pensées détachées un ensemble harmonieux ,
Venait alors l'instrumentation , et il y concentrait ses
efforts , appuyé sur ce principe fondamental, qu'il faut
produire le son le plus agréable et obtenir l'effet le plus
complet par le contraste des lumières et des ombres
nuancées à l'infini de teintes et de demi-teintes . C'était
également le principe d'Haydn et de Mozart ; mais Bee
thoven a presque toujours dépassé le premier et quel
quefois le second , tandis qu'il n'a encore été atteint
par personne , notamment dans l'emploi des instru
ments à vent , dont il a su tirer un parti merveilleux.
Aussi est- ce dans la richesse tantôt majestueuse et
grandiose , tantôt gracieuse et tendre de son instru
mentation et de ses effets d'harmonie , qu'il faut admi
rer surtout ce grand génie . C'est là qu'il est tout entier ,
dans sa plénitude et dans sa force .
Sa mélodie , son rhythme , sa modulation different
aussi de ceux de ses prédécesseurs par l'étendue, la
plénitude , la variété , la portée .
Quelque raffinée que soit la mélodie de Bach , Beetho
ven la perfectionne encore : sous sa main elle devient
à la fois et plus haute et plus profonde , plus persis
tante et plus expressive .
Son rhythme si varié ne peut- être comparé qu'à ce
BEETHOVEN . 249

lui de Gluck . Quant à sa modulation qui , par le travail


intérieur et la solidité , rappelle d'une manière frap
pante celle de Bach , elle se développe en un cercle
plus étendu et se prolonge bien au delà de la modula
tion d'Haydn et de Mozart . Aussi les artistes contem
porains ne pouvant la comparer à rien de ce qui existait
alors , la trouvaient-ils extravagante et incompréhen
sible . C'est qu'une étude approfondie de l'ouvre du
maître permet seule d'en saisir l'ordre et la fermeté .
Chez lui , les masses sont plus nombreuses , plus pleines ,
tout en observant les mêmes lois que les masses res
treintes de ses devanciers , et en conservant, les unes à
l'égard des autres , l'ordre rigoureux et la mesure
exacte qui en fait la sûreté ! .
Ses symphonies , son plus beau titre de gloire , se
distinguent à la fois par le but, la conception , l'instru-'
mentation . Haydn semble s'être proposé uniquement
le plaisir et l'agrément. Les pensées qu'il exprime au
moyen de ce magnifique instrument que l'on nomme
l'orchestre sont variées , vives , charmantes , elles ont
de l'esprit , de la malice , elles sont lestement et habile
ment tournées , mais elles sont petites , courtes et con
viennent plutôt au piano qu'à l'orchestre , quelque bien
traitées qu'elles soient d'ailleurs par celui qu'on a sur

1. Marx, Ludwig van Beethoven, t. II, p . 279 .


250 BEETHOVEN.

nommé à juste titre le maitre de l'orchestre . Sans


doute , il touche parfois aux pensées élevées et pro
fondes, mais il les abandonne bientôt pour revenir au
sourire et à la gaieté , son élément naturel . La concer
tion symphonique de Mozart est plus haute , l'émotion
y domine davantage et l'emporte vers des régions plus
éthérées, mais son instrumentation n'offre point de ces
contrastes puissants où les parties élevées et les parties
basses de l'orchestre se dégagent les unes des autres ;
ni de ces grandes masses qui mettent en présence les
instruments à cordes et les instruments à vent, pareils
à deux cheurs ou à deux armées chargées de lutter de
passion , d'agilité et d'énergie . En revanche on y trouve
les frémissements émus d'une ame tendre , les pensées
aimables et l'expression gracieuse d'une éternelle jeu
nesse . Chez Beethoven , il en va tout autrement. Il ne
s'abandonne pas non plus pour longtemps au souffle des
Inolles tendresses , sur lequel Mozart se laisse bercer.
Ses pensées sont plus austères et plus fermes , ses
phrases , particulièrement ses phrases principales , plus
étendues , ses modulations plus amples et plus déve
loppées .
Les mêmes différences caractéristiques signalent les
quatuors des trois maîtres : Haydn et Mozart y enchâs
sent , comme dans la symphonie , le menuet, qui fait
succéder la légèreté et la gaieté à la profondeur et à la
BEETHOVEN . 251

gravité de l'adagio. Beethoven y introduit le scherzo


qui , sous ce nom , ne se rencontre qu'exceptionnelle
ment dans la musique de Haydn et auquel il imprima
un caractère tout particulier de fantaisie et de caprice .
C'est ainsi que tout en restant fidèle aux principes po
sés par ses devanciers , il a su demeurer parfaitement
indépendant et produire les auvres les plus hautes , les
plus nobles , les plus parfaites que la musique instru
mentale puisse revendiquer . A cette classe appartient
son opéra de Fidelio où , bien qu'on y rencontre çà et
là des passages épineux pour la voix et certaines pen
sées étranges , son génie s'est pourtant déployé dans
tout son éclat .

On a dit qu'il avait voulu poser , dans la troisième pé


riode , de nouveaux principesen désaccordavec les besoins
des hommes tels qu'ils sont ; il se peut que le maître ,
cherchant des combinaisons nouvelles, se soit trompé,
mais il nous parait bien plus juste d'attribuer ses défail
lances , si défaillances il y a , ce que l'on conteste chaque
jour davantage, aux causes multiples qui ont été ana
lysées plus haut. Cette dernière période est une époque
de surexcitation excessive , de luttes , de chagrins, de
découragement ; le maître pouvait-il la traverser sans
que ses æuvres en gardassent la funeste empreinte ? Et
pourtant , si elle a produit quelques obscurités , ce ne
sont que des obscurités passagères, tout au plus un ac
252 BEETHOVEN .

cident de sa vie d'artiste , un nuage sur le soleil ; elle


ne l'a point empêché d'arriver là où personne ne l'a
vait précédé , où personne encore ne l'a dépassé , elle
n'a point amoindri son génie , elle ne saurait ternir l’é
clat de sa gloire.
NOTES

15

NOTE A

Page 52

Pour mes frères Charles et ..... Beethoven . O vous


hommes , qui me croyez haineux , opiniâtre , misan
thrope et qui me déclarez tel , que vous êtes injustes !
Vous ne connaissez pas la cause secrète de ce que vous
jugez sur les apparences. Dès mon enfance, mon cæur
et mon esprit ont toujours été disposés à une tendre
bienveillance , enclins au désir d'accomplir de grandes
choses. Mais songez que , depuis six ans , je suis tombé
dans un état déplorable , que de mauvais médecins ont
encore aggravé ; que , trompé d'année en année par un
vain espoir de guérison , je suis enfin contraint d'envi
sager mon mal comme un mal persistant , incurable
peut-être ou dont la cure tout au moins peut durer des
années , si jamais elle s'effectue. D'un temperament vif
et bouillant , sensible au plaisir de la société , j'ai dû de
256 NOTES .

bonne heure n'en éloigner et mener une vie solitaire.


M'arrivait -il parfois de vouloir me mettre au- dessus de
mes préoccupations, combien j'étais cruellement ra
mené et forcé de rentrer en moi-même par la doulou
reuse expérience de ma surdité ! Et pourtant il m'était
encore impossible de dire aux gens : Parlez plus haut ,
criez , je suis sourd ! Hélas ! comment aurais -je pu con
fesser la faiblesse d'un sens qui , chez moi , devrait être
plus parfait que chez tout autre , d'un sens que je pos
sédai jadis dans toute sa plénitude et à un degré tel
que peu d'hommes de ma profession en ont eu ou en
ont certainement un semblable . Non ,je ne le pouvais .....
Pardonnez -moi donc , quand vous me verrez rester à
l'écart alors que je me mêlerais si volontiers à vous .
Mon malheur m'afflige doublement, puisqu'il m'expose
à être méconnu . Pour moi , plus de distraction dans la
société des hommes , plus de conversations agréables ,
plus d'épanchements mutuels . Seul , presque entière
ment seul , je ne puis me mêler à la société qu'en cas
de nécessité absolue . Il me faut vivre comme un banni .

Si je m'approche d'un groupe , aussitôt je ressens une


angoisse cruelle à la crainte de laisser apercevoir mon
état . C'est ainsi que j'ai passé cette demi -année à la
campagne . Mon sage médecin m'engagea à épargner
mon ouïe autant que possible ; c'était presque venir
au - devant de mes dispositions actuelles , quoique mon
NOTES. 257

penchant naturel pour la société m'y entraînåt parfois.


Mais alors , quelle humiliation quand quelqu'un placé
près de moi entendait à distance les sons d'une flûte
que je n'entendais pas , ou le chant des bergers que je
ne saisissais pas ! . De pareilles épreuves me plongeaient
dans le désespoir , il s'en fallut de peu que je ne misse
fin à mes jours . L'art , l'art seul me retint ! Il me pa
raissait impossible de quitter le monde avant d'avoir
produit tout ce dont je me sentais capable . Ainsi s'est
prolongée cette existence misérable , si véritablement
misérable qu'un changement rapide peut me jeter de
la meilleure situation dans la pire . Patience ..... c'est la
vertu qu'il me faut prendre maintenant pour guide . Je
l'aurai . La résolution que j'ai formée de persévérer
jusqu'à ce qu'il plaise aux Parques de trancher le fil de
mes jours , sera durable , je l'espère . Peut-être irai -je
mieux , peut- être non . Je suis préparé à tout . Forcé
d'être philosophe à vingt -huit ans ? ! chose difficile, plus
encore pour l'artiste que pour tout autre ..... Divinité ,
tu lis dans mon cæur , tu le connais , tu sais que l'hu

1. Ries rapporte ce fait : « Je lui fis remarquer (pendant une pro


menade) un berger qui , dans un bois, jouait fort joliment d'une flûte
de bois de sureau. Beethoven resta pendant une demi-heure sans pou
voir rien entendre ..... il devint extraordinairement taciturne. »
( Notices, p. 130. )
2. Beethoven en avait alors 33, mais il ignorait son jour de nais
sance à cette époque .
258 NOTES .

manité et le penchant au bien y habitent . O hommes !


quand vous lirez ceci , songez que vous avez été injustes
envers moi ; le malheureux , il se consolait de trouver
un de ses semblables qui , en dépit de tous les obstacles,
a cependant tout fait pour être admis au rang des ar
tistes de mérite et des hommes de bien . Vous , mes

frères , Charles et ..... , dès que je serai mort,,priez en


mon nom le professeur Schmidt, s'il vit encore , de dé
crire ma maladie et ajoutez à cette description la feuille
que j'écris , afin que le monde se réconcilie avec moi
après ma mort , autant que possible . En même temps,
je vous institue les héritiers de ma petite fortune ( si on
peut appeler ainsi ce que je possède) . Partagez- la ho
norablement , secourez-vous et aidez- vous l'un l'autre .
Ce que vous avez fait contre moi vous est pardonné
depuis longtemps, vous le savez bien . Toi , en particu
lier , mon frère Charles , je te remercie de l'attachement
que tu m'as témoigné dans ces derniers temps . Je sou
haite que votre vie soit meilleure et moins chargée de
soucis que la mienne . Recommandez la vertu à vos
enfants ; elle seule peut rendre heureux et non l'ar
gent . Je parle par expérience ..... C'est la vertu qui m'a
soutenu dans ma misère , c'est à elle et à mon art que
je dois de n'avoir point fini mes jours par le suicide.
Adieu , aimez-vous ! Je remercie tous mes amis , par
ticulièrement le prince Lichnowski et le professeur
NOTES . 259

Schmidt . Je souhaite que les instruments du prince


puissent être conservés par l'un de vous deux , mais
qu'il n'y ait point de contestation à ce sujet . Cepen
dant , s'ils peuvent vous être plus utiles en les vendant ,
faites -le, je serai heureux de pouvoir vous rendre ser
vice même dans la tombe. Ainsi vont les choses .
Je m'avance vers la mort avec joie . Si elle vient avant
que je n'aie eu l'occasion de développer toutes mes fa
cultés artistiques , elle viendra trop tôt , en dépit de
mon triste sort, et je la souhaiterais un peu plus tar
dive ; — et pourtant , même alors , je serai satisfait; ne
me délivrera - t- elle pas d'un perpétuel état de douleur ?
- Viens donc quand il te plaira , ò mort ! je vais cou
rageusement à ta rencontre . Adieu , ne m'oubliez pas
tout à fait dans la mort , je ne le mérite pas , car j'ai
souvent pensé à vous pendant ma vie et à votre bon
heur . Soyez heureux .
Heiligenstadt, 6 octobre 1802.

A cette pièce en est ajoutée une autre qu'on pour


rait considérer comme une sorte de codicille, et dont
voici la teneur :

Heiligenstadt, 10 octobre 1802.

Ainsi , je prends congé de toi , et bien tristement . La


chère espérance d'être guéri , que j'ai apportée ici , il
260 NOTES .

faut l'abandonner . Comme les feuilles tombées sont


jaunies , de même elle est flétrie pour moi . Je repars à
peu près comme je suis venu , mais le grand courage
qui m'animait dans les beaux jours de l'été s'est éva
noui . O Providence ! fais luire pour moi un seul jour
de joie pure ! Ily a déjà si longtemps que j'ai cessé d'en
tendre raisonner l'écho intérieur de la vraie joie . Quand
donc , o divinitél quand pourrai- je la ressentir dans le
temple de la nature et de l'humanité ? Jamais ? -
Oh ! non , ce serait trop cruel .
A mes frères Charles et ..... pour être lu et exécuté
après ma mort .
NoTE B

Page 93

AVIS . Je crois devoir au public et me devoir à


moi-même d'annoncer que les deux quintettes (ut ma
jeur et mi bémol majeur) , le premier tiré d'une sym
phonie de moi , et publié par M. Mollo à Vienne , l'autre
de mon septuor, et publié par M. Hofmeister à Leipzig ,
ne sont point des quintettes originaux , mais des arran
gements commandés par MM . les éditeurs . Un auteur
lutterait en vain contre les arrangements , dans un
temps qui en est si fertile , mais du moins peut-on de
mander à bon droit que les éditeurs les indiquent sur
le titre , afin que l'honneur du compositeur soit sauve
gardé et que le public ne soit point trompé . Pour l'em
pêcher à l'avenir , je fais savoir aujourd'hui qu'un nou
veau quintette original (ut majeur) de ma composition
va paraitre incessamment chez Breitkopf et Haertel , à
Leipzig .
Louis van BerTHOVEN .

15 .
262 NOTES.

AVERTISSEMENT .. M. Charles Zulehner , de Mayence , a


annoncé une édition complète de mes OEuvres pour
piano et violon . Je crois de mon devoir de faire con
naître à tous les amis de la musique que je n'ai pas la
moindre part à cette publication . Je n'aurais jamais en
trepris la réunion de mes œuvres , sans m'être entendu
préalablement avec les différents éditeurs qui les ont
publiées séparément , et sans m'être occupé de la cor
rection , dont l'absence se fait sentir dans la plupart de
ces différentes éditions . Je dois ajouter que cette publi
cation , entreprise illégalement , ne sera jamais com
plète , car , dans peu , de nouveaux ouvrages de moi
vont paraître à Paris , et M. Zulehner , en sa qualité de
sujet français, ne pourra pas les contrefaire. Dans une
autre occasion , je me prononcerai catégoriquement sur
la publication à faire de mes euvres réunies , sous ma
surveillance personnelle , et en les soumettant à une
révision sévère ? .
Louis van BEETHOVEN .

( 1 ) Gaz . musu . univ ., nov. 1802, nov . 1803 , Nohl, Briefe Beethoven,
P. 41 , 43 ,
NOTE C

Page 137

Voici la lettre de Bettina à Gehe , dans laquelle elle


lui raconte sa première entrevue avec Beethoven , et
où elle lui rapporte la conversation qu'ils ont eue en
semble sur la musique . Mélange d'exaltation , de diva
gation et probablement d'imagination , cette lettre est
vraiment curieuse , et l'on comprendra mieux , après
l'avoir lue , le mot de Beethoven : Je dois avoir eu un
raptus .

Bettina à Goethe.

« Vienne, 28 mai 1810 .

....... C'est de Beethoven que je veux te parler , de


Beethoven près de qui j'ai oublié le monde et toi-même .
Je suis jeune , il est vrai , mais je ne me trompe pour
tant pas en déclarant ( ce que maintenant peut-être
personne ne comprend et ne croit ) qu'il dépasse de
264 NOTES .

beaucoup le développement intellectuel de l'humanité


entière . Le rejoindrons - nous jamais ? J'en doute .
Puisse -t - il vivre jusqu'à ce que la puissante et sublime
énigme contenue dans son esprit soit pleinement ré
solue ; puisse -t- il atteindre son but le plus élevé ; alors
certainement il nous donnera la clef d'une science di
vine qui nous rapprochera d'un degré de la vraie
félicité !
« Je puis bien te l'avouer , à toi : je crois à un charme
divin , élément de la nature intellectuelle ; ce charme,
Beethoven l'exerce dans son art ; tout ce qu'il pourra
t'apprendre là-dessus est pure magie ; chaque situation
sert à l'organisation d'une existence plus haute , et ainsi
Beethoven se considère comme le fondateur d'un nou
veau point de départ dans la vie de l'esprit . Tu com
prendras certainement ce que je veux dire et ce qui
est le vrai . Qui pourrait remplacer pour nous ce puis
sant esprit ? de qui pourrions- nous attendre rien de
semblable ? Tout l'effort humain passe et se meut de
vant lui comme le balancier d'une horloge ; lui seul agit
librement et tire de lui-même l'imprévu , l'incréé. Que
sont les rapports du monde à celui qui , dès avant l'au
rore , commence déjà sa sainte journée , et qui , après le
coucher du soleil , trouve à peine le temps de jeter un
regard sur ce qui l'entoure ; à celui qui oublie la nour
riture du corps et que le torrent impétueux de l'imagi
NOTES . 265

nation emporte bien au delà des plats rivages de la vie


quotidienne ? Il m'a dit : « Quand j'ouvre les yeux , je
soupire; car tout ce que je vois est contraire à mon

culte , et je suis forcé de mépriser ce monde incapable


de comprendre que la musique est une révélation su
périeure , comme toute sagesse et toute philosophie.
Oui , pareille à un vin généreux , la musique donne l'in
spiration , et moi , nouveau Bacchus , je vendange ce vin
dont l'humanité s'enivre . Une fois à jeun , elle n'a plus
en elle qu'un mélange indigeste d'idées confuses. Je
n'ai point d'amis, ma vie doit s'écouler solitaire ; mais
je sais que Dieu est plus près de moi dans mon art que
des autres hommes . Je marche sans crainte avec lui ,
car je l'ai toujours reconnu et compris. Quant à ma mu
sique , je suis aussi sans irquiétude de ce côté , aucun
mauvais sort ne peut l'atteindre ; quiconque la com
prend , devient libre de toutes les misères que les au
tres hommes traînent à leur suite .
Voilà ce que m'a dit Beethoven la première fois
que je l'ai vu . En l'entendant me parler avec une
franchise si amicale , à moi qui pourtant devais lui
être bien peu de chose , je me sentis pénétrée d'un
profond sentiment de respect , et aussi d'un grand éton
nement , car on m'avait dit qu'il était tout à fait
misanthrope et qu'il ne parlait à personne ; on crai
gnait même de me conduire chez lui ; je dus le cher
266 NOTES.

cher seule . Il a trois habitations dans lesquelles il se


cache alternativement : une à la campagne , une en
ville , une autre sur les bastions . C'est là que je le trou
vai , au troisième étage. J'entrai sans étre annoncée ; il
était au piano ; je me nommai ; il fut très - aimable et
me demanda si je voulais entendre un chant qu'il ve
nait de composer ? Alors il chanta d'une voix åpre et
pénétrante , dont la tristesse réagissait sur l'audi
teur : « Connais-tu le pays ? DK
» N'est-ce pas que c'est
beau , dit - il avec enthousiasme , bien beau ! Je vais le
répéter encore une fois. » Il jouissait de mon appro
bation illimitée . « La plupart des hommes sont tou
chés de ce qui est bon , dit-il , mais ce ne sont pas des
natures artistiques . Les artistes sont ardents ; ils ne
pleurent pas . » Il me chanta alors un autre de tes
chants qu'il vient aussi de composer : « Ne séchez pas ,
larmes de l'éternel amour . » Il m'accompagna chez
moi , et , en chemin , dit beaucoup de jolies choses sur
l'art ; mais il s'arrêtait dans la rue et parlait si haut
qu'il fallait vraiment avoir du courage pour l'écouter ;
du reste , il s'exprimait avec trop d'animation et d'une
façon trop saisissante pour que je n'oubliasse pas la rue ,
moi aussi. On fut très-étonné de le voir entrer avec
moi , au milieu d'une nombreuse société que nous
avions à diner . Après le repas , il se plaça de lui -même
au piano et joua longtemps et admirablement ; l'or
NOTES . 267

gueil et le génie parlaient à la fois . Dans ces moments


d'inspiration , ce que son esprit enfante est inconce
vable ; ses doigts exécutent l'impossible.
Depuis lors il vient tous les jours chez moi ou je
vais chez lui . Cela me fait négliger le monde , les gale
ries, les théâtres et même la tour de Saint - Etienne .
Beethoven dit : « Ehl que voulez - vous donc aller voir
là ? J'irai vous chercher et nous nous promènerons le
soir dans l'allée de Schønbrunn . » Hier , je suis allée
avec lui dans un charmant jardin rempli de fleurs ;
toutes les serres étaient ouvertes , l'air embaumait ;
1
Beethoven s'arrêta sous un soleil brûlant et dit : « Les
poésies de Gæthe exercent sur moi une grande in
fluence non - seulement par leur substance , mais encore
par leur rhythme . Cette langue qui s'élève comme sur
l'aile des esprits vers des régions supérieures et qui
porte déjà en elle le secret de l'harmonie , m'excite à
composer. Alors la mélodie jaillit du foyer de l'inspira .
tion et s'éparpille en tous sens ; je la poursuis , je la
ramène avec passion ; elle fuit de nouveau, emportée
dans le tourbillon des entrainements divers ; mais
bientôt ressaisie , cette fois elle ne peut plus m'échap
per , et, reproduite dans toutes ses modulations, elle .
obéit aux inspirations de mon enthousiasme , et au der
nier moment je la ramène, triomphant et ravi , au point
de départ , à la première pensée musicale . C'est là la
268 NOTES .

symphonie . Oui , la musique est bien l'intermédiaire


direct de la vie de l'esprit à la vie des sens . Je voudrais
en causer avec Gæthe pour savoir s'il me comprendrait?
La mélodie c'est la vie sensuelle de la poésie . N'est-ce
pas par elle que le chant de Mignon nous révèle la
jeune fille tout entière , et cette révélation n'en fait
elle pas naître d'autres ? L'esprit s'étend jusqu'à une
généralité sans limites , il se forme toute une couche de
sentiments suscités par la simple pensée musicale, qui
autrement s'éteindraient sans laisser de traces . C'est
là l'harmonie . Voilà ce qui se trouve exprimé dans mes
symphonies ; mélange de formes multiples qui se fon
dant et s'amalgamant en un tout, se dirigent ensemble
vers le même but . Alors vraiment , la présence de
quelque chose d'éternel, d'infini, d'insaisissable se fait
sentir , et bien que pénétré , à chacune de mes euvres
du sentiment de la réussite , pourtant au moment où le
dernier coup des timballes impose à mes auditeurs ma
conviction et ma jouissance , j'éprouve , comme un
enfant, l'éternel besoin de recommencer ce qui me
parait achevé. Parlez de moi à Gæthe ; dites-lui qu'il
doit entendre mes symphonies, il conviendra après que
la musique est la seule introduction non corporelle
au monde élevé de la science . Elle enveloppe l'homme ,
elle ne peut en étre enveloppée . Pour que l'esprit
puisse la concevoir dans son essence , il faut qu'il ait
NOTES . 269

le sentiment du rhythme ; grâce à la musique , nous


avons le pressentiment , l’inspiration des choses divi
nes , et ce qu'elle communique à l'esprit par les sens ,
devient la forme corporelle de la connaissance spiri
tuelle .

Bien que l'esprit en vive comme le corps vit de


1
l'air , c'est pourtant encore autre chose de la lui faire
comprendre. Mais plus l'âme y trouve sa nourriture ,
plus l'esprit mûrit et arrive à une heureuse entente
avec elle . Fort peu y parviennent néanmoins , car , de
même que des milliers de créatures croient se marier
par amour , et n'ont pas une seule fois la révélation 1
de l'amour, encore que toutes en fassentprofession , de
même des milliers d'individus font profession de musi
que sans en avoir la moindre intuition . Elle contient

en elle-même les germes du sens moral , commeils


sont contenus dans tous les arts ; une création véri
table est moralement un progrès . Se soumettre à ses
lois impénétrables, réfréner , en vertu d'elles, son
propre esprit , afin qu'il en répande les manifestations,
voilà le principe de l'art ; se dégager de ses manifesta
tions , c'est s'abandonner au principe divin , qui , dans le
calme , exerce sa puissance sur la furie des forces in
1
domptées , et prête ainsi à l'imagination sa plus haute
efficacité L'art représente donc toujours la divinité ,
et les rapports des hommes avec lui sont une religion ;
270 NOTES .

ce que nous acquérons par l'art vient de Dieu , inspira


tion divine qui donne aux facultés humaines un but à
atteindre .
« L'intelligence, comme le grain de blé , a besoin d'un
terrain humide , chaudement électrique pour pousser,
pour penser , pour s'exprimer . La musique est le sol
électrique dans lequel l'esprit vit , pense , crée . La phi
losophie est un produit de cet esprit électrique ; sa
propre indigence , qui veut tout fonder sur un principe
originel , en est relevée , quoique l'esprit ne soit pas
maître de ce qu'il crée par elle , il est pourtant heureux
dans cette création , et il en est ainsi de toute création
spontanée de l'art : indépendante de l'artiste , plus puis
sante même que lui , elle ramène à la divinité , et ne
tient à l'homme que pour rendre témoignage de l'action
de Dieu en lui ,
« La musique donne à l'esprit l'idée de l'harmonie .
Une pensée séparée lui a fait déjà concevoir un ensem
ble , une parenté ; ainsi chaque pensée dans la musique
est en rapport intime, inséparable avec l'ensemble
de l'harmonie qui est l'unité .
« Tout ce qui est électrique porte l'esprit à une créa
tion musicale , active , débordante.
Je suis d'une nature électrique . Mais en voilà assez
de ma sagesse en l'air , autrement je pourrais rester à
côté du but. Écrivez à Gothé de ma part , si vous me
NOTES . 271

comprenez , mais je ne puis répondre de rien , et je me


laisserai bien volontiers instruire par lui . »
Je lui promis de te rapporter tout autant que je le
pourrais . Il m'a conduit à une répétition de musique à
grand orchestre ; j'étais seule dans une loge , au fond
d'une vaste salle obscure : çà et là des rayons de lu
mière où dansaient et s'agitaient mille atomes brillants
se glissaient à travers les fentes, pareils à des voies
célestes peuplées d'âmes bien heureuses .
C'est là que je vis ce merveilleux génie conduire son
régiment . Oh ! Gæthe , aucun empereur , aucun roi n'a
autant que Beethoven la conscience de sa toute-puis
sance , et le sentiment que toute force vient de lui . Si je
le comprenais comme je le sens , alors je saurais tout .
Il était là debout , armé d'une résolution si fermel ses
mouvements , son visage achevaient d'imprimer à son
@uvre le sceau de la perfection ; il prévenait les moin
dres fautes, les moindres erreurs d'interprétation : au
cun souffle n'était produit arbitrairement , la merveil
leuse présence de son esprit transformait tout en une
activité réfléchie et consciente . On pourrait prophéti
ser qu'un jour, dans un perfectionnement ultérieur , il
reparaîtra en maître du monde .
Hier soir j'ai écrit tout ce qui précède , et ce matin je
le lui ai lu . « Ai-je donc dit cela ? a-t- il fait, alors j'ai
eu un raptus. » Il a relu ma lettre attentivement , effa
272 NOTES .

çant , écrivant entre les lignes , car il tient beaucoup à


ce que tu le comprennes .
Maintenant réjouis -moi par une prompte réponse ,
qui prouve à Beethoven que tu l'apprécies . Notre plan ,
tu le sais , avait toujours été de parler sur la musique ,
je le désirais même , mais je sens , à présent , grâce à
Beethoven , que je n'en suis pas digne .
Bettine 1 .

| Gæthe's Briefwechsel mit einem Kinde. 2ter Theil, p . 190 .


NOTE D

page 137.

Voici , d'après Schindler , comment Beethoven en


tendait et pratiquait lui-même l'exécution . Il s'attachait
surtout à l'accent rhythmique et s'efforçait de le faire
ressortir . Quant à l'accent mélodique , appelé aussi
grammatique par les Allemands , il le traitait selon le
besoin , mais il indiquait les syncopes beaucoup plus
qu'on n'a coutume de le faire , et tout particulièrement
dans le cantabile . Il donnait ainsi à son jeu une éner
gie, une ampleur bien différentes du vide de celui de
ces exécutants corrects et modérés qui ne s'élèvent
jamais au- dessus du ton d'une conservation de salon .
Dans les cantilènes, il recommandait d'imiter la mé
thode des bons chanteurs , et conseillait même d'y
adapter des paroles quelconques afin de mieux juger de
l'effet en les chantant, ou bien de les faire exécuter par
un habile violoniste ou flûtiste. La qualité du son , la
plénitude de la note étaient pour lui de la plus haute
importance .
274 NOTES.

Il était l'adversaire déclaré de ce qu'il appelait la


miniature , c'est-à-dire la recherche dans le jeu ; il y
voulait non la force, mais la virilité , et ne pouvait
souffrir l'exécution påle et froide que tant de gens van
taient de son temps .
Un autre trait caractéristique du jeu de Beethoven ,
c'était la césure , la pause rhétorique indiquées par Cle
menti , c'est- à - dire l'art de suspendre, d'arrêter l'atten
tion sur telle ou telle partie , afin de donner une grande
signification à celle qui la suit. Elle se rencontre à
chaque pas dans les sonates .
Pour arriver à la perfection, il recommandait surtout ,
comme moyen physique, le calme de la main et du
corps ; comme moyen artistique, la poésie du style et
la parfaite accentuation .
La tradition de ce jeu puissant , énergique , passionné
et pourtant contenú s'est- elle perpétuée parmi nous ?
Czerny , son interprète, son continuateur immédiat,
qui l'avait entendu jouer pendant tant d'années, se
crut capable d'apporter , jusque sous ses yeux, des chan.
gements à sa musique . L'École du piano contient, il est
vrai, d'excellentes indications , mais insuffisantes , et
cette insuffisance, jointe au mouvement métronomique
qu'il a indiqué, a porté un grand préjudice à la mu
sique de piano de Beethoven .
Ries osa en faire autant , ce qui , dès 1814 , jeta entre
NOTES . 275

eux des germes de froideur et de mécontentemente les


quels , développés par diverses circonstances irritantes ,
faillirent amener, en 1823, une rupture violente et
complète . Il s'agissait d'une dédicace demandée à Ries
par Beethoven et non envoyée , et d'une autre promise
par Beethoven à madame Ries et donnée à madame
Brentano Birkenstock . Ries ne se contenta pas de mo
difier le jeu , il abandonna aussi le genre de composi
tion de son maître , ce que celui-ci ayant constaté sur
certaines cuvres , en fut exaspéré et voulut lui défen
dre , dans une lettre publique , de prendre le titre de son
' élève . Il s'apaisa pourtant en considération des services
si souvent et si longtemps rendus par celui-ci .
Si Czerny , si Ries , qui relevaient en quelque sorte
immédiatement de lui , l'abandonnaient si facilement,
que devait-on attendre des autres ? De son temps , Hum
mel , Moschelés avaient imprimé au piano une direction
différente de la sienne : les grands pianistes qui leur suc
cédèrent, Chopin , Thalberg , n'exécutèrent pas ses eu
vres en public ; Listz seul , moins exclusif, leur imprima
l'éclat de son merveilleux talent .
En présence de tant de modifications et d'interpréta
tions diverses , que dirait le maître s'il assistait aujour
d'hui à l'audition de ses chefs -d'œuvre ? Le seul moyen
de retrouver quelque chose de sa manière , et encore
est-il bien incertain , c'est de pratiquer l'exécution libre
276 NOTES.

( freier Vortrag), qui n'est pas exactement le tempo


rubato des Italiens, et qui consiste à rendre l'expres
sion des moindres nuances et à reproduire la distribu
tion artistique des lumières et des ombres , sans s'atta
cher servilement à la mesure .

Philippe Emmanuel Bach , l'ancêtre de tous les pia


nistes , dit dans son Versuch über die wahre Art des Cla
vier , que le tempo rubato exige une grande puissance de
jugement et beaucoup de sentiment . En effet, le tempo
ne doit point frapper despotiquement comme le mar
teau d'un moulin , mais battre bien plutôt avec la flexi
bilité du pouls humain ; point de mouvement où ne
doive parfois s'introduire un presto, point de presto où
l'on ne puisse placer un ralentando pour lui ôter tout
caractère de hâle . C'est Weber qui le dit , mais la mu
sique n'a point de signes pour exprimer ces nuances ,
il faut que l'exécutant les devine , de là la grande diffi
culté d'une interprétation juste .
Combien on regrette , en présence de ces difficultés
mêmes, l’inexécution d'un projet formé, dès 1796 , par
Beethoven , celui de publier une édition complète de ses
OEuvres pour piano, dans le double but de sauvegarder
ses intérêts et sa réputation .
Plus tard , il se proposa d'approprier aux dimensions
récemment acquises par cet instrument toutes les æu
vres écrites alors que le clavier n'avait encore que cinq
NOTES . 277

octaves. Ce projet, pris et repris plusieurs fois, 1816 ,


1823 , 24 , 26 , ne fut non plus jamais réalisé , grâce à
l'irrésolution habituelle de Beethoven et grâce à un plan
rempli de magnifiques promesses inventé par son frère .
Le maître songea aussi à écrire une méthode de piano
qui eût surtout traité de l'expression , de l'accentua
tion , de la liberté de mesure , points importants pour
bien rendre la poésie qui respire à chaque page de ses
sonates et les nuances propres à en exprimer l'idéal .
Ce projet, pas plus que l'autre , ne fut réalisé .
Heureusement que les éditions de sa musique , telle
qu'il l'avait primitivement écrite , se sont multipliées
et s'élèvent aujourd'hui à plus de quarante tirées cha
cune à mille exemplaires . Celle de Haslinger passe
pour la plus correcte .

16
NOTB E

Page 178

Dans cette critique , qui fait partie d'un essai de ro


man inachevé , intitulé : Vie d'un artiste musicien ,
où elle est insérée dans le vingt-deuxième cha
pitre , sous le titre de : Fragment d'un voyage musical
qui paraîtra peut -être, Weber se plaçe en rêve au mi
lieu des instruments d'un orchestre , lesquels , sous la
présidence du hautbois curieux et nasillard (hautbois est
du genre féminin en allemand) , devisent paisiblement
du bon vieux temps . Tout à coup la contre-basse gron
deuse entre bruyamment dans la salle , suivie de deux
violoncelles , ses acolytes , et se jette sur le siège du
directeur avec tant de violence que le piano et tous les
instruments à cordes en retentissent d'effroi malgré eux .
« - Que le diable m'emporte ! s'écrie - t - elle (basse est
du masculin en allemand) , s'il me faut entendre chaque
jour de pareille musique . Je possède , comme chacun
sait , une organisation suffisamment robuste ; eh bien ,
je viens d'assister à la répétition d'une symphonie d'un
NOTES . 279

de nos plus nouveaux compositeurs , et si elle avait


duré cinq minutes de plus , je perdais mon point d'ap
pui, et les cordes de mon existence étaient brisées à
jamais . Ne m'a -t -on pas fait bondir comme un bouc en
furie, et n'ai -je pas dû me transformer en violon pour
exécuter les non- idées de monsieur le compositeur ?...
før VIOLONCELLE (s'essuyant le front) . Vous avez
raison , cher père , moi aussi je suis si fatigué que je
ne me rappelle pas avoir eu un pareil échauffement' de
puis les opéras de Chérubini .
TOUS LES INSTRUMENTS.- Racontez -nous çà , racontez
nous çà !
24 VIOLON . Ce n'est pas si facile à dire et moins en

core à entendre , car , d'après les principes que mon


maitre Romberg m'a inculqués, la symphonie que nous
venons d'exécuter n'est autre qu'un monstre en mu
sique , et ne répond ni à la nature des instruments , ni
au développement d'une pensée , bref, à aucun but ,
sinon celui de paraître nouveau et original...
Une conversation générale s'établit entre les diffé
rents instruments , quand arrive le souffleur d'orgue,
et soudain tous se séparent , car ils connaissent la force
de son bras .

1. Les mots soulignés sont en français dans l'original ; on peut s'en


apercevoir sans peine.
280 NOTES

- Ah ! ah ! s'écrie -t- il, voudriez - vous vous révolter,


par hasard ? Attendez un peu , on va jouer la Sympho
nie héroïque de Beethoven ; et quiconque bougera , gare
à lui !
Non , non , pas cela , de grâce ! demandent tous les
instruments d'un ton suppliant .
- Mieux vaudrait encore
un opéra italien, ajoute
l'alto , du moins peut- on remuer la tête .
- Ta, ta , ta , reprend le souffleur d'orgues , on vous
mettra à la raison . Dans ce siècle des lumières , où l'on
saute à pieds joints sur toutes les proportions , croyez
vous qu'un compositeur renonce à l'essor divin de ses
idées gigantesques pour vous faire plaisir ? Dieu garde !
Il ne s'agit plus maintenant de clarté ; de précision , de
tenue , de passion , comme au temps des vieux maîtres
Gluck, Haendel , Mozart. Ah bien oui ! Écoutez plutôt
la recette de la nouvelle symphonie, et jugez . D'abord
un mouvement lent , des idées courtes et coupées ne
tenant point ensemble , trois ou quatre notes tous les
quarts d'heure ! Cela éveille l'attention . Puis un bruit
sourd de timballes , quelques phrases mystérieuses
d'alto , le tout orné de pauses convenables . Enfin, quand
l'auditoire , à force d'attendre , a déjà renoncé à l'allé
gro , survient un mouvement furibond où l'on a pris
soin , toutefois , de n'indiquer aucune pensée principale ,
laissant aux auditeurs la peine de la découvrir . Les
M.
NOTES . 281

passages d'un ton dans un autre ne peuvent être omis ,


mais il n'est pas nécessaire de se gêner pour cela ; il
suffit de faire, comme Paer dans sa Léonore, par exem
ple , une course à travers les demi-tons pour s'arrêter
sur le ton dans lequel on veut demeurer, et la modula
tion est faite. Par-dessus tout, fuir la règle , car elle
n'est pas faite pour le génie.
<< La corde d'une guitare suspendue près de mon lit

étant venue à casser , je m'éveillai plein d'effroi, au


moment où j'étais en train de devenir, grâce à mon
rêve , un grand compositeur dans le nouveau genre ,
simplement un ... fou ... !! »
On le voit , le jeune homme n'y allait pas de main
morte , mais « cet âge est sans pitié . »

1. Carl Maria von Weber, Ein Lebensbild , etc., etc., t. III, p . 256.

16 .

.
CATALOGUE

DES

EUVRES DE BEETHOVEN

Il existe plusieurs Catalogues des auvres de Bee


thoven , et pourtant ce travail présente encore aujour
d'hui des difficultés de plus d'un genre , tant à cause
des différences de désignation qui résultent de Beetho
ven lui-même, que des changements apportés, de leur
autorité privée , par ses nombreux éditeurs . De là naît
une certaine confusion dont il n'est pas toujours facile
de sortir .
Le Catalogue thématique de Breitkopf et Haertel ,
étant celui qui paraît présenter plus de clarté et celui
qui est le plus généralement adopté , a servi de modèle
pour les auvres chiffrées. Quant aux Quyres non
chiffrées, la tâche était bien moins aisée , chaque édi
teur à peu près ayant apporté des changements dans
l'ordre et la classification des compositions . On s'est
5
efforcé de mettre à profit les renseignements épars un
peu partout , en ajoutant au Catalogue des éditeurs de 4
Leipzig les quelques ouvrages qui ne s'y trouvent pas .
indiqués , et les dates dont ils ne font jamais mention .
Sous ce double rapport , M. Lenz et M. Otto Mühlbrecht
ont été consultés avec fruit ; ce dernier surtout rela
284 BEETHOVEN .

tivement aux dates , qu'il indique avec détail et, autant


qu'on peut en juger , avec exactitude .

Compositions désignées sous le titre d'Euvres


par Beethoven

1 Trois Trios pour piano, violon et violoncelle (mi bémol, sol ma


jeur, ut mineur) , dédiés au prince Lichnowski, composés de
1791 à 1792, publiés en 1795 .
2 Trois Sonates pour piano" ( fa mineur, la majeur, ut majeur),
dédiées à Joseph Haydn, publiées en 1796 .
3 Grand Trio (mi bémol) , violon, alto et violoncelle (1796) .
4 Quintette (mi bémol), 2 violons, 2 altos, violoncelle ( 1795) .
5 Deux grandes Sonates pour piano et violoncelle ou violon (fa
majeur, sol mineur), dédiées au roi de Prusse Frédéric-Guil
laume II, composées en 1796, publiées en 1797 .
6 Sonate facile (ré majeur), à quatre mains, publiée en 1797 .
7 Sonate (mi bémol) dédiée à la comtesse Babette de Keglevics,
publiée en 1797 .
8 Sérénade (ré majeur), violon, alto, violoncelle (1797 ) .
9 Trois Trios (sol majeur, ré majeur, ut mineur), violon, alto, vio
loncelle, dédiés au comte de Browne (1798) .
10 Trois Sonates (ut mineur, fa majeur, ré majeur) dédiées à la
comtesse de Browne (1798 ) .
11 Grand Trio (si bémol), piano, clarinette ou violon, et violoncelle,
dédié à la comtesse de Thun (1798).
12 Trois Sonates (ré majeur, la majeur, mi bémol) dédiées à Sa
lieri ( 1799. )
13 Sonate pathétique (ut mineur ), dédiée au prince Lichnowski,
publiée en 1799.
14 Deux Sonates (mi majeur, sol majeur) dédiées à la baronne de
Braun. (1799).
15 Premier Concerto (ut majeur), piano et orchestre, dédié à la prin
cesse Odescalchi, née comtesse Babette Keglevics ; composé et
joué en 1795, à Vienne, par Beethoven , publié en 1801 .
16 Quintette (mi bémol), piano, hautbois, clarinette, cor et basson,
OEUVRES. 285

dédié au prince de Schwarzenberg, composé en 1798, publié


en 1801 .
17 Sonate pour piano, cor ou violon, flûte ou violoncelle (fa majeur),
dédiée à la baronne de Braun, composée en 1800, publiée
en 1801 .
18 Six Quatuors ( fa majeur, sol majeur, ré majeur, ut mineur, la
majeur, si bémol), 2 violons, alto, violoncelle, dédiés au prince
Lobkowitz, composés en 1798-1800, publiés en 1801-1802 .
19 Deuxième Concerto ( si bémol), piano et orchestre , dédié à C. Nickl .
Edlem von Nikelsberg, composé en 1798, publié en 1802.
20 Septuor (mi bémol), violon, alto, cor, clarinette, basson, violon
celle, contre-basse, dédié à l'impératrice Marie-Thérèse, femme
de François ſer, composé en 1798, publié en 1801 .
21 Première Symphonie (ut majeur), dédiée au baron van Swieten,
composée en 1798-1800, publiée en 1801 .
22 Grande Sonate (si bémol ) dédiée au comte de Browne, composée
en 1799, publiée en 1802 .
23 Sonate (la mineur), piano et violon, dédiée au comte Moritz de
Fries, publiée en 1801 .
24 Sonate (fa majeur), piano et violon, dédiée au comte Ferdinand
de Fries, publiée en 1801 .
25 Sérénade (ré majeur ), flûte, violon, alto, publiée en 1802 .
26 Grande Sonate ( la bémol) dédiée au prince Lichnowski, composée
en 1801 et publiée en 1802 .
27 Deux Sonates quasi fantasia :
N 1 (mi bémol), dédiée à la princesse Lichtenstein ;
No 2 (ut dièze mineur), dédiée à la comtesse Giulietta Guic
ciardi; composée en 1801 , publiée en 1809.
28 Sonate pastorale (ré majeur ), dédiée à M. de Sonnenfels, compo
sée en 1801 , publiée en 1802.
29 Quintette (ut majeur), 2 violons, 2 altos, 1 violoncelle, dédié au
comte Ferdinand de Fries (1802) .
30 Trois Sonates (la majeur, ut mineur, sol majeur), piano et vio
lon , dédiées à l'empereur Alexandre ( 1802 ).
31 Trois Sonates (sol majeur, ré mineur, mi bémol) dédiées à la
comtesse de Browne, composées en 1802, publiées en 1804 .
32 A l'Espérance (mi bémol), paroles de Tiegde, dans Uranie , Toi
286 BEETHOVEN .

qui si volontiers ; composé en 1801 , publié en 1805. (M. Fé


tis , M. Lenz et le Catalogue de Hofmeister placent ici six
chants de Gellert; nous avons suivi le Catalogue de Breitkopf et
Haertel . )
33 Sept Bagatelles pour piano, composées en 1792, publiées en
1803 .
34 Sıx Variations, dédiées à la princesse Odescalchi (1803) .
35 Quinze Variations avec une fugue, sur un thème tiré de Promé
thée (mi bémol), dédiées au comte Moritz Lichnowski, compo
sées en 1802, publiées en 1803 .
36 Deuxième Symphonie (ré majeur), dédiée au prince Lobkowitz,
composée en 1800, publiée en 1804.
37 Troisième Concerto (ut mineur), piano et orchestre, dédié au
prince Louis-Ferdinand de Prusse (1800-1804) .
38 Grand Trio (mi bémol ), piano, clarinette ou violon, et violoncelle,
arrangé sur le Septuor, par Beethoven (1805 ) .
(Ries dit qu'il n'existe que quatre arrangements des auvres
de Beethoven par lui-même; M. Lenz dit qu'il y en a huit. )
39 Deux Préludes, à travers tous les tons majeurs et mineurs, piano
ou orgue, composés en 1789, publiés en 1803 .
40 Romance (sol majeur ), violon et orchestre, composée en 1802,
publiée en 1803 .
41 Sérénade (ré majeur ), piano, flûte ou violon (1803) ; arrangée
sur l'auvre 25 par Beethoven lui-même (1803) .
42 Nocturne (ré majeur ), piano, alto, publié en 1804 , Ingé sur
l'æuvre 8 par Beethoven .
43 Les Créations de Prométhée, ballet composé en 1800, représenté
pour la première fois à Vienne en 1801 , arrangé par Beetho
ven pour piano , dédié à la princesse Lichnowska. ( Très-rare
dans le commerce .).
44 Quatorze Variations sur un thème original (mi bémol), piano,
violon et violoncelle, composées en 1802, publiées en 1804 .
45 Trois grandes Marches à quatre mains ( ut majeur, mi bémol,
ré majeur), dédiées à la princesse Esterhazy, composées en
1802, publiées en 1804 .
46 Adélaïde, paroles de Matthison (si bémol majeur), dédiée à Mat
thison ( 1797 ) .
BEETHOVEN . 287

47 Sonate (la majeur), piano et violon, dédiée à Rodolphe Krentzer,


publiée en 1805 .
48 Six Chants de Gellert, à une voix, publiés en 1804 .
(MM. Hoffmeister, Fétis et Lenz les placent sous le numéro
d'euvre 32 ; nous suivons Breitkopf et Haertel . )
49 Deux Sonates faciles (sol majeur, sol mineur), composées en
1802, publiées en 1805 .
50 Romance pour violon, avec orchestre, composée en 1802, publiée
en 1805 .
51 Deux Rondos (ut et sol majeur) pour piano, dédiés à la comtesse
Henriette Lichnowska. (Date incertaine.)
(Selon M. Lenz, ils appartiennent à la partie numérotée ;
nous suivons Breitkopf et Haertel.)
52 Huit Chants à une voix, publiés en 1805 .
53 Grande Sonate (ut majeur) dédiée au comte de Waldstein, com
posée en 1803, publiée en 1805 .
54 Sonate dite Héroïque (fa majeur), publiée en 1806 .
55 Troisième Symphonie (mi bémol), dédiée au prince Lobkowitz,
composée en 1802, publiée en 1805 .
56 Triple Concerto, piano, violon, violonceile, accompagnement d'or
chestre, dédié au prince Lobkowitz , composé en 1804-1805,
publié en 1807.
57 Grande Sonate appassionata ( fa mineur), dédiée au comte de
Brunswick, composée en 1804, publiée en 1807 .
58 Quatrième Concerto (sol majeur) , piano et orchestre, dédié à
l'archiduc Rodolphe, composé en 1806, publié en 1808 .
59 Trois Quatuors ( fa majeur, ut majeur, mi mineur), 2 violons,
alto , violoncelle, dédiés au comte Rasumowski ( 1808) .
60 Quatrième Symphonie (si bémol), dédiée au comte d'Obersdorf,
composée en 1806 , publiée en 1808 .
61 Concerto (ré majeur), violon et orchestre, dédié à Etienne de Breu
ning, composé en 1806, publié en 1809.
62 Ouverture de Coriolan (ut mineur), publiée en 1807 , dédiée à
Collin, auteur de la tragédie .
63 Grande Sonate (mi bémol), piano, violon, violoncelle, arrangée
sur le Quintette ouvre 4, par Beethoven (1807) .
288 BEETHOVEN .

64 Grande Sonate (mi bémol) , piano et violoncelle (1806), arrangée


sur le Trio æuvre 3, par Beethoven .
65 Scène et air Ah perfido, à une voix, avec accompagnement d'or 1
chestre, dédié à la comtesse Clari, composé en 1796, publié
en 1810.
66 Douze Variations (fa majeur), piano, violoncelle ou violon, sur
la Flûte enchantée de Mozart (1798) .
1
67 Cinquième Symphonie ut mineur), dédiée au prince Joseph Lob
kowitz et au comte Rasumowski (1807 ) .
68 Sixième Symphonie , dite Pastorale ( fa majeur ), dédiée aux
memes, publiée en 1808 .
69 Grande Sonate (la majeur), piano et violoncelle ( 1809), dédiée
au baron Gleichenstein .
70 Deux Trios (ré majeur, mi bémol ), piano, violon et violoncelle,
dédiés à la comtesse Erdædy (1809) .
71 Sextuor (mi bémol), 2 clarinettes, 2 cors, 2 bassons, composé
en 1794, publié en 1805 .
72 Leonore ( Fidelio ), opéra en 2 actes ( 1805-1814 ) .
Ouverture No 1 (ut majeur), auvre posthume (1805).
Ouverture No 2 (ut majeur ), publiée en 1805 .
Ouverture Nº 3 (ut majeur ), publiée en 1806, arrangement du
Nó 2 .
Ouverture No 4 (mi bémol), publiée en 1814 .
(C'est celle que l'on joue maintenant généralement avec
l'opéra. Beethoven n'en a désigné aucune dans ses OEuvres,
ni dans ses numéros.)
73 Cinquième Concerto (mi bémol), piano et violon, dédié à l'archi
duc Rodolphe, composé en 1809, publié en 1812 .
74 Quatuor (mi bémol) , 2 violons , alto et violoncelle, dédié au
prince Lobkowitz, publié en 1810 .
75 Six Chants de Gæthe, à une voix, accompagnement de piano,
dédiés à la princesse Kinska. ( 1810.)
76 Variations (ré majeur) dédiées à Oliva, publiées en 1811 .
77 Fantaisie (sol mineur), piano, dédiée au comte de Brunswick,
composée en 1809, publiée en 1810 .
78 Sonate ( fa dièse majeur) dédiée à la comtesse de Brunswick,
publiée en 1810 .
OEUVRES . 289

79 Sonatine (sol majeur), publiée en 1810.


80 Fantaisie (ut mineur) , piano, chæur et orchestre, dédiée au roi
de Bavière , Maximilien -Joseph, composée en 1808 , publiée
en 1811 .
81 a Sonate caractéristique (mi bémol) : les Adieux, l’Absence et
le Retour, dédiée à l'archiduc Rodolphe , composée en 1809,
publiée en 1811 .
81 6 Sextuor (mi bémol), 2 violons, alto, violoncelle et 2 cors obligés,
publié en 1810 .
82 Quatre Ariettes à une voix, et un Duo à deux voix (1811 ) .
83 Trois Chants de Gæthe, à une voix, dédiés à la princesse Kinskae
composés en 1810 , publiés en 1811 .
84 Ouverture, Entr’actes et Mélodies d'Egmont, de Goethe (1810-1811 )
85 Oratorio : le Christ au mont des Oliviers (1800-1811 ) .
86 Première Messe , à quatre voix (ut majeur) , dédiée au princ.
Kinski, composée en 1807, publiée en 1812.
87 Trio (ut majeur ), 2 hautbois et cor anglais (1806). (M. Lenz
place sous ce chiffre : Variations (ut majeur) pour piano, à quatre
mains , thème du comte de Waldstein (1794) .
88 Le Bonheur de l'Amitié, mélodie à une voix ( la majeur), publiée
en 1803 .
89 Polonaise (ut majeur ), pour piano, dédiée à l'impératrice de Russie
Elisabeth, composée en 1814, publiée en 1815 .
90 Sonate (mi mineur) dédiée au comte Lichnowski, composée en
1814, publiée en 1815 .
91 La Victoire deWellington, ou la Bataille de Vittoria (mi bémol) ,
dédiée au régent d’Angleterre , depuis, George III ; première
exécution, 1813 ; publiée en 1816 .
92 Septième Symphonie ( la majeur), dédiée au comte de Fries ; pre
mière exécution, 1813) ; publiée en 1816.
93 Huitième Symphonie ( fa majeur), composée en 1812-14 , pu
bliée en 1816 .
94 A l'Espérance, mélodie à une voix (si mineur , sol majeur); Si
c'est un Dieu ? paroles de Tiegde, dans Urania ; composé en
1810, publié en 1816 .
95 Quator (fa mineur) , 2 violons, alto et violoncelle, dédié au baron
Zmeskall, composé en 1810, publié en 1816 .
17
1

290 BEETHOVEN .

96 Sonate (sol majeur), piano et violon, dédiée à l'archiduc Rodolphe,


composée en 1810, publiée en 1814 .
97 Grand Trio (si bémol) , piano, violon, violoncelle, didié à l'archi
duc Rodolphe, composé en 1811, publié en 1816 .
98 A la bien -aimée absente, 6 chants de A. Jeitteles à une voix,
dédiés au prince Lobkowitz (1816) .
99 L'homme de parole (sol majeur), à une voix : Tu disais, ami,
paroles de F. A. Kleinschmidt, publié en 1815 .
100 Merkenstein ( château près de Baden) (fa majeur ), à 1 ou 2 voix,
paroles de J. P. Rupprecht, composé en 1814 , publié en 1815 .
101 Sonate ( la majeur) dédiée à la baronne Ertmann , composée en
1815, publiée en 1817 .
102 Deux Sonates, piano, violoncelle ou violon (ut majeur, ré majeur ),
dédiées à la comtesse Erdoedy, composées err.1815 , publiées
en 1818 .
103 Octuor (mi bémol ), 2 hautbois, 2 clarinettes , 2 cors, 2 bassons,
arrangé sur le Quintette æuvre 4, par Beethoven (date de
sa jeunesse) . OEuvre posthume.
104 Quintette (ut mineur), 2 violons, 2 altos, 1 violoncelle, arrangé
par Beethoven sur le Trio æuvre 1 , publié en 1819.
105 Six Thèmes variés, pour piano seul, publiés en 1819 .
106 Grande Sonate ( si bémol) dédiée à l'archiduc Rodolphe , com
posée en 1816, publiée en 1819 .
107 Dix -Thèmes variés, russes, écossais, tyroliens, piano avec flûte
ou violon, ad libitum , composés pour G. Thomsom ( 1818-20),
publiés en 1821 .
108 Vingt-cinq Mélodies écossaises , à 1 ou 2 voix et petit cheur,
composées en 1815-25, publiées en 1825 .
109 Sonate (mi majeur) dédiée à Mlle M. Brentano (1822) .
110 Sonate ( la bémol majeur) , composée en 1821 , publiée en 1822.
111 Sonate (ut mineur) dédiée à l'archiduc Rodolphe, composée en
1821 , publiée en 1823 .
112 Calme de la mer , heureux voyage (ré majeur), à 4 voix, dédié à
l'auteur de la poésie, à l'immortel Gæthe, composé en 1815,
publié en 1822 .
113 et 114 Les Ruines d'Athènes, ouverture, cheurs et chants, dé
diés au roi de Prusse, Frédéric -Guillaume IV, par les éditeurs
OE U VRES . 291

(Artaria et Ce); composés en 1812 pour l'ouverture du théâ


tre de Pesth .
115 Grande Ouverture (ut majeur) pour orchestre, dédiée au prince
Radziwill, OEuvre posthume, composée en 1814 .
116 Trio, Tremate empj, soprano, ténor, basse, composé en 1801 ,
publié en 1814 .
117 Ouverture , marche et chæurs du Roi Etienne, paroles de Kotze
bue, composés en 1812 pour l'ouverture du théâtre de Pesth,
publiés en 1828 .
118 Chant élégiaque (mi majeur ), dédié au baron Pasqualati , à la
mémoire de la baronne Pasqualati : Douce comme ta vie a été
ta mort, à 4 voix, composé en 1814 , publié en 1824 .
119 Douze nouvelles Bagatelles, composées en 1820, publiées en 1824 .
120 Trente -trois Variations sur une valse de Diabelli (ut majeur ), dé
diées à Mme Brentano, née de Birckenstock (1823) .
121 a Adagio , Variations et · Rondo (sol majeur), piano, violon et
violoncelle, tiré des Sæurs de Prague, de Müller : Je suis le
tailleur Kakadu (1824) .
121 6 Chant du sacrifice (mi majeur), à une voix avec cheur, pa
roles de Matthison , composé en 1797 ? 1822 ? publié en 1825 .
122 Chant d'alliance (mi bémol), paroles de Gæthe, à 2 voix, chaur,
orchestre, composé en 1822, publié en 1825 .
123 Deuxième Messe , Missa solemnis (ré majeur ), dédiée à l'ar
chiduc Rodolphe, composée en 1818-22, publiée en 1826 .
124 Ouverture ( ut majeur) pour l'inauguration du théâtre de la
Josephstadt, dédiée au prince Nicolas Galitzin, composée en
1822 , publiée en 1825 .
125 Neuvième Symphonie (ré mineur ), avec chaur final, sur l'ode de
Schiller : A la joie, dédiée au roi de Prusse Frédéric -Guil
laume III, composée en 1822-23, publiée en 1825 .
126 Six Bagatelles, composées en 1821 , publiées en 1825 .
127 Quatuor (mi bémol), 2 violons, alto, violoncelle, dédié au prince
N. Galitzin , composé en 1822-24, publié en 1826.
128 Le Baiser (la majeur) , à une voix , paroles de Weisse : J'étais
tout seul avec Chloé, composé en 1822, publié en 1825 .
129 Rondo a capriccio (sol majeur), quvre posthume .
292 BEETHOVEN .

130 Quatuor (si bémol) , 2 violons, alto, violoncelle, dédié au prince


N. Galitzin, composé en 1824-25, publié en 1826 .
131 Quatuor (ut dièse mineur ), 2 violons, alto, violoncelle, dédié au
baron de Stutterheim, composé en 1824-26, publié en 1827
(@uyre posthume).
132 Quatuor ( la mineur), 2 violons, alto, violoncelle, dédié au prince
N. Galitzin (@uvre posthumo) , composé en 1824-25 .
133 Grande Fugue ( tantôt libre, tantôt recherchée) (si bémol), 2 vio
lons, alto, violoncelle, dédiée à l'archiduc Rodolphe, composée
en 1825. OEuvre posthume.
134 La même , pour piano , à quatre mains , arrangée d'abord par
Halm , ensuite par Beethoven lui-même (1825).
135 Quatuor (fa majeur) seizième et dernier, 2 violons, alto, violon
celle , dédié à Jean Wolfmeier , composé en 1826. OEuvre
posthume .
136 Le Moment glorieux , cantate , paroles de Weissenbach , à 4 voix,
exécutée pour la première fois au Congrès de Vienne, en 1814,
dédiée à l'empereur d'Autriche François [ er, à l'empereur de
Russie Nicolas ler, et au roi de Prusse Guillaume III . (Après
la mort de Beethoven, paraît avec un nouveau texte et un nou
veau titre, Eloge de la musique, paroles de Rochlitz . — Selon
M. Lenz, l'æuvre 136 n'existe pas ; il place ce morceau à la
3e section, lettre e.) OEuvre posthume .
137 Fugue (ré majeur), 2 violons, 2 altos, violoncelle, composée en
1817, publiée en 1827, après la mort de Beethoven.
138 Ouverture de Leonore (Fidelio ) (ut majeur), cuvre posthume
(voir auvre 72).

Compositions désignées avec des chiffres


par Beethoven

1 a Douze Variations pour piano et violon, sur les Noces de


Figaro : Se vuol ballare (fa majeur), dédiées à Eléonore de
Breuning, publiées en 1793 .
OE U VRES . 293

1 b Treize Variations pour piano seul, sur le Petit Chaperon , de


Dittersdorf : Il y avait une fois un vieil homme ( la majeur),
composées en 1794, publiées en 1800 .
2 a Neuf Variations pour piano seul, sur la Molinara de Paisiello :
Quanť è piu bello ( la majeur), dédiées au prince Lichnowsky,
composées en 1796, publiées en 1797 .
2 b Rondo pour piano et violon ( sol majeur ), dédié à la comtesse
Lichnowska, publié en 1800.
3 Six Variations pour piano seul, sur la Molinara de Paisiello : Nel
cor più non mi sento (sol majeur), composées et publiées en
1795 .
4 Douze Variations pour piano seul (ut majeur), composées en 1795 .
5 a Douze Variations pour piano seul, sur une danse russe du ballet
la Fille des Bois (la majeur ), dédiées à la comtesse Browne,
composées en 1794, publiées en 1796 .
5 6 Douze Variations pour piano, violon ou violoncelle, sur la mar
che dans le Judas Machabée de Haendel (sol majeur ), dédiées à
la princesse Lichnowska, publiées en 1804 .
6 Douze Variations pour piano et violon ou violoncelle, sur la Flûte
enchantée (mi bémol), publiées en 1798 , placées aussi sous le
numéro d'œuvre 66.
7 Huit Variations pour piano sur Richard Cour de lion, de Gré
try : Une fièvre brûlante (ut majeur ), publiées en 1798 .
8 Dix Variations pour piano, sur Falstaff, de Salieri : La stessa, la
stessima (si majeur ), dédiées à la comtesse Keglevics , pu
bliées en 1799 .
9 Sept Variations pour piano, sur le Sacrifice interrompu, de Win
ter : Enfant, veux- tu dormir tranquille (fa majeur), publiées
en 1799, composées en commun avec P. C. Hoffmann . ( Le seul
cas où Beethoven ait travaillé en collaboration. )
10 a Huit Variations pour piano , sur l'opéra de Soliman II, de Süss
mayer : Plaisanter et badiner (fa majeur), dédiées à la com
tesse de Browne, publiées en 1799 .
10 b Sept Variations pour piano et violon ou violoncelle, sur la Flûte
enchantée de Mozart : Chez des hommes qui aiment (mi ma
jeur) , dédiées au comte de Browne, composées en 1801 , pu
bliées en 1802 .
294 BEETHOVEN.

11 Six Variations très -faciles, sur un thème original, pour piano ( sol
majeur,, publiées en 1801 .
12 Six Variations faciles pour piano ou harpe, sur un air suisse ( pa
majeur), publiées en 1799. ( La seule composition de Beetho
ven pour la harpe .)
13 Vingt-quatre Variations pour piano, sur Vieni amore, de Ri
ghini (ré majeur) , dédiées à la comtesse Hatzfeld composées
selon Marx en 1792, selon Leng en 1794 .
14-23 Manquent .
24 Le cri de la caille, à une voix, paroles de Sam.-Frédéric Sauter
( fa majeur), publié en 1804 .
25 Sept Variations pour piano : God save the king (ut majeur), pu
bliées en 1804.
26 Cinq Variations pour piano : Rule Britannia (ré majeur), pu
bliées en 1804 .
27 Six Variations sur le lied : Je pense à toi, pour piano, à quatre
mains (ré majeur), composées en 1800, publiées en 1805. (Sur
l'album des comtesses Deym et Brunswick.)
28 Menuet pour piano (mi bémol), publié en 1805 .
29 Prélude pour piano ( fa mineur), publié en 1805 .
30-31 Manquént.
32 A l'Espérance. (Placé sous le numéro d'oeuvre 32 par Breitkopf
et Haertel ; nous les avons suivis. )
33-34 Manquent.
35 Andante favori pour piano solo, et aussi pour 2 violons, alto et
violoncelle (fa majeur) , publié en 1803-1806 .
36 Trente -deux Variations sur un thème original, pour piano (ut
mineur ), publié en 1807 .
37 ou 38 Le Désir , pour une voix, paroles de Gæthe, avec quatre
mélodies : trois en sol mineur, une en mi bémol ( 1810) .
OE U VRES . 293

Compositions instrumentales sans aucune


désignation

a. Marche d'Alexandre. (OEuvre posthume, douteuse selon Breitkop


et Haertel . )
b. Allegrettó pour orchestre (mi bémol) , dédié à Carl Holz (@uvre
posthume ) , composé en 1822.
C. Six Allemandes, danses villageoises, pour piano et violon, publiées
en 1814.
d. Six Contredanses pour piano seul ou pour 2 violons et basse, pu
bliées en 1804 .
e. Trois Duos pour clarinette et basson, publiées en 1800. (Datent de
plus tôt probablement.)
f. Écossaise pour piano seul, publiée en 1825 .
g . Douze Écossaises pour 2 violons et basse (2 flûtes, 2 cors , ad li
bitum ), publiées en 1807 .
h . Equali, deux sujets pour 4 trombones (ut mineur, la bémol ma
jeur) , composés en 1812. (OEuvre posthume. )
i. Foi, Espérance et Amour, pensée d'adieu , pour piano seul ( fa
majeur ). (Authenticité douteuse.)
k. Menuetto (mi bémol), publié en 1805. (Arrangement du Septuor.)
l. Six Menuets pour piano . (OEuvre posthume.)
m . Douze Menuets pour orchestre, ou 2 violons et 1 basse, publiés
en 1802.
n . Marche militaire pour piano (ré majeur ). ( OEuvre posthume.)
0. Marche militaire pour piano, à quatre mains (ré majeur).
p. Ouvertures de Fidelio (voir auvre 72) .
9. Dernière pensée musicale de Beethoven , pour le piano (si bémol),
composée en 1818, publiée en 1824 dans la Gazette musicale
universelle de Berlin .
r. Trois Quatuors pour piano, violon, alto, violoncelle (@uvre pos
thume), composés en 1796 .
s. Rondo pour piano et orchestre (si majeur) . (OEuvre posthume ,
remonte à la jeunesse de Beethoven .)
t . Rondo pour piano seul (la majeur ), publié dans la Blumenlese de
Spire .
294 BEETHOVEN.

11 Six Variations très faciles ,sur un thème original, pour piano ( sol
majeur), publiées en 1801 .
12 Six Variations faciles pour piano ou harpe, sur un air suisse (fa
majeur), publiées en 1799. ( La seule composition de Beetho
ven pour la harpe .)
13 Vingt-quatre Variations pour piano, sur Vieni amore, de Ri
ghini (ré majeur) , dédiées à la comtesse Hatzfeld composées
selon Marx en 1792, selon Lenz en 1794 .
14-23 Manquent .
24 Le cri de la caille, à une voix, paroles de Sam.-Frédéric Sauter
( fa majeur), publié en 1804 .
25 Sept Variations pour piano : God save the king (ut majeur), pu
bliées en 1804.
26 Cinq Variations pour piano : Rule Britannia (ré majeur), pu
bliées en 1804.
27 Six Variations sur le lied : Je pense à toi, pour piano, à quatre
mains (ré majeur), composées en 1800, publiées en 1805. (Sur
l'album des comtesses Deym et Brunswick .)
28 Menuet pour piano (mi bémol) , publié en 1805 .
29 Prélude pour piano ( fa mineur ), publié en 1805 .
30-31 Manquent .
32 A l’Espérance. (Placé sous le numéro d'auvre 32 par Breitkopf
et Haertel ; nous les avons suivis . )
33-34 Manquent.
35 Andante favori pour piano solo, et aussi pour 2 violons, alto et
violoncelle ( fa majeur ), publié en 1803-1806 .
36 Trente-deux Variations sur un thème original, pour piano (ut
mineur), publié en 1807 .
37 ou 38 Le Désir, pour une voix, paroles de Gæthe, avec quatre
mélodies : trois en sol mineur, une en mi bémol (1810 ) .
OEUVRES . 295

Compositions instrumentales sans aucune


désignation

a . Marche d'Alexandre. (OEuvre posthume, douteuse selon Breitkop


et Haertel.)
b. Allegrettó pour orchestre (mi bémol) , dédié à Carl Holz (ouvre
posthume) , composé en 1822 .
c. Six Allemandes, danses villageoises, pour piano et violon, publiées
en 1814 .
d . Six Contredanses pour piano seul ou pour 2 violonis et basse, pu
bliées en 1804.
e. Trois Duos pour clarinette et basson, publiées en 1800. (Datent de
plus tôt probablement.)
f. Écossaise pour piano seul, publiée en 1825 .
g. Douze Écossaises pour 2 violons et basse (2 flûtes, 2 cors , ad li
bitum) , publiées en 1807 .
h . Equali, deux sujets pour 4 trombones (ut mineur, la bémol ma
jeur) , composés en 1812. (OEuvre posthume.)
i. Foi, Espérance et Amour, pensée d'adieu , pour piano seul ( fa
majeur). (Authenticité douteuse.)
k . Menuetto (mi bémol), publié en 1805. (Arrangement du Septuor.)
l. Six Menuets pour piano . (OEuvre posthume .)
m . Douze Menuets pour orchestre, ou 2 violons et 1 basse, publiés
en 1802 .
n . Marche militaire pour piano (ré majeur ). (OEuvre posthume .)
0. Marche militaire pour piano, à quatre mains (ré majeur).
p . Ouvertures de Fidelio (voir quvre 72) .
9. Dernière pensée musicale de Beethoven , pour le piano (si bémol),
composée en 1818, publiée en 1824 dans la Gazette musicale
universelle de Berlin .
r. Trois Quatuors pour piano, violon, alto, violoncelle (@uvre pos
thume), composés en 1796 .
s. Rondo pour piano et orchestre (si majeur). (OEuvre posthume,
remonte à la jeunesse de Beethoven .)
t . Rondo pour piano seul ( la majeur), publié dans la Blumenlese de
Spire.
296 BEETHOVEN .

u. Rondo pour piano et violon (sol majeur ), date de la jeunesse, pu


blié en 1808 .
V. Douleur et Espoir, valses pour piano (fa mineur), publiées en 1816 .
x. Sonate facile pour piano, dédiée à Léonore de Breuning. (OEuvre
posthume, date de la jeunesse de Beethoven . )
y. Trois sonates pour piano seul , dédiées au prince électeur Maximi
lien -Frédéric, publiées en 1783 dans la Blumenlese de Spire.
r . Deux Sonates faciles, pour piano seul . (OEuvre posthume.)
aa . Six Danses villageoises, pour piano, publiées en 1802 .
bb. Sept Danses villageoises, pour piano, publiées en 1803 .
cc. Douze Danses allemandes , pour 2 violons et basse , publiées
en 1796 .
dd . Petit Trio, pour piano , violon et violoncelle , dédié à mademoi
selle M , Brentano, composé en 1812. (OEuvre posthume.)
ee . Deux Trios , pour piano , violon et violoncelle , publiés en 178
( OEuvre posthume. )
ff. Marche triomphale, tirée du Roi Étienne, pour orchestre (sol ma
jeur), composée en 1812, publiée en 1828 .
99. Marche triomphale tirée de Tarpėja, de Kuffner, pour orchestre
(ré majeur), publiée en 1813.
hh . Variations pour piano, à quatre mains ( la majeur ).
iï. Huit Variations, sur : Je n'ai qu'une petite cabane (si majeur ,)
publiées en 1797 .
kk . Neuf Variations sur une marche de Dressler, pour piano (ut mi
neur), dédiées à la comtesse de Wolfmetternich , composées
en 1780, publiées en 1783. (Première composition de Beethoven . )
1 !. Valse pour piano (mi bémol), publiée en 1824 .
mm . Valse pour piano (ré majeur), publiée en 1825 .
nn. Six Valses avec coda, pour 2 violons et basse, publiées en 1802 .
(Authenticité douteuse.)
00. Douze Valses avec trio , pour orchestre , publiées en 1808. (Au
thenticité douteuse.)
pp . Rondino pour 2 hautbois, 2 clarinettes, 2 bassons, 2 cors (m
bémol) . 1794 ?
OEUVRES . 297

Compositions vocales sans aucune désignation

A. Chant du soir, à une voix : Quand le soleil baisse, paroles de


Gæble, publié en 1820 .
B. Chant du départ, à une voix : Aucune plainte ne doit se faire
entendre, paroles de Friedelberg, dédié à M. de Kævesdy, com
posé pour les volontaires de Vienne en 1796.
C. Trois Andante à une voix, publiés en 1804 .
D. Souvenir, paroles de Matthison , à une voix , publié en 1810 .
E. A Elle ! à une voix . (Authenticité contestée.)
F. Ariette, à une voix : In questa tomba oscura , paroles de Carpani
(la majeur), publiée en 1808 .
G. L'Esprit du Barde, à une voix : Là -bas sur ce rocher , etc. , paroles de
F.-R. Hermann, composé en 1813. (Manque dans le commerce. )
H. Cheur à quatre voix, avec orchestre : Germanie ! Germanie ! etc. ,
paroles de Treitschke. (1814. )
1. La Gloire de Dieu dans la nature, chant de Gellert, à quatre voix
d'hommes (ut majeur ).
k . Élégie sur la mort d'un caniche. (Manque dans le commerce . )
L. Sentiments sur l'infidélité de Lydie , traduit du français le Secret,
de Soulié, par Ét. de Breuning, publié en 1809.
M. Pense à moi, je pense à toi (mi bémol) , composé en 1815 , pu
blié en 1832. (OEuvre posthume . )
N. Six Poésies de Reissig : Fleurs de solitude. (1812. )
0. Chant des Moines , du Guillaume Tell de Schiller, dédié à Aloys
Fuchs . ( 1817. )
P. Chant du Rossignol, tiré de la Vallée des Roses de Sadi , tra
duction de Heerder. (Manque dans le commerce .)
Q. Trois Chants à une voix . (1816.)
R. Douze Mélodies italiennes et allemandes , à une voix.
S. Canon (ut majeur) dédié à Hoffmann ( a), composé en 1820 , pu
blié en 1825 ,
T. Canon à trois voix (mi bémol), dédié à Hauschka.
298 BEETHOVEN .

U. Canon (fa majeur) dédié à Schwenke. (1824.) (Les paroles repo


sent sur un jeu de mots fourni par le nom de Schwenke, comme
celui d'Hoffmann fournit aussi les paroles du Canon S. )
V. Canon sur le Métronome de Maelzel, à quatre voix : Ta, ta, ta , ta,
composé en 1812 , publié dans le Répertoire de Hirschbach ,
en 1844 .
W. Canon (ut majeur) : Docteur, fermez la porte à la mort, dédié
au docteur Braunhofer, composé en 1825 , publié dans le Wiener
Telegraph , en 1838 .
X. Canon (fa majeur) : Monsieur le comte, etc., composé en 1825,
publié dans le Répertoire de Hirschbach, en 1844.
Y. Canon (si majeur) : Signor abbate, dédié à l'abbé Stadler, à trois
voix.
z. Canon (ut majeur ): Toujours à toi, à trois voix , dédié au baron
Pasqualati, publié dans la Gazette musicale universelle de
Leipsig en 1863 .
AA . Canon ( fa majeur) : Dans les bras de l'Amour, à trois voix, com
posé vers 1800.
BB. Canon (mi bémol) : Bonne année , à quatre voix, dédié à la com
tesse Erdoedy, composé en 1819.
CC . Canon (fa majeur) à trois voix , dédié à Charles Neate, composé
en 1816 .
DD . Canon (mi majeur) : Le Divin , paroles de Gæthe, à six voix. (1823.)
EE . Canon (si majeur) : Ne fraichis pas, tiède, dédié à M. Kuhlau .
(1825. ) (Plaisanterie sur le nom de Kuhlau .)
FF. Canon (ut majeur) : Bonté , beauté à Son Altesse Impériale, à
quatre voix, dédié à l'archiduc Rodolphe . (1820. )
GG. Canon ( fa majeur) : La douleur est courte, paroles de Schiller,
à trois voix , dédié à Spohr. (1815.) (Un autre Canon, sur les
mêmes paroles, dédié à M. Nane, fut composé en 1813.)
HH . Canon (fa majeur) à trois voix : 0 Tobie, dédié à Tobie Haslinger,
composé en 1821 , publié dans la Gazette musicale universelle
de Leipsig en 1863 .
II. Canon ( fa majeur) : Si non per portas, per muras, dédié à
M. Schlesinger, composé en 1825 .
OE U VRES . 299

KK. La Plainte : Mon bonheur a fui, paroles de Herder (arrangé


par Wegeler sur un adagio de Beethoven) .
LL . Chant de guerre des Autrichiens (ut majeur) : Nous sommes un
grand peuple allemand, à une voix , paroles de Friedelberg.
(1797. )
MM. Douze Mélodies populaires, écossaises , irlandaises, italiennes, à
une et plusieurs voix , composées de 1810 à 1820 , publiées
en 1860. (OEuvres posthumes . )
NN . Douze Mélodies irlandaises, à une et plusieurs voix, vers 1815-16.
00. Vingt Mélodies irlandaises , une et plusieurs voix .
PP. Vingt-cinq Mélodies irlandaises, à une voix . (1810-15 . )
QQ . Douze Mélodies écossaises, à une et plusieurs voix. (1814-23 . )
RR . Vingt-six Mélodies galloises, à une et plusieurs voix . (1812-14 . )
SS . Mélodie à un petit enfant, la majeur, paroles de Wirth . (1783-84. )
(La même avec un autre texte.)
TT. Chant du lointain, à une voix ( si majeur), paroles de Reissig,
composé en 1809, publié en 1810 .
UU. Deux Mélodies à une voix . (OEuvre posthume; authenticité dou
teuse .)
VV. Trois Mélodies à une voix. (Douteuses.)
XX. Trois Mélodies allemandes , à une voix , avec chaur, composées
en 1797.
YY. Canon énigmatique ( fa majeur), tiré de la Vallée des Roses de
Sadi , traduction de Herder, dédié à Charles Neate, composé
en 1816, publié en 1817 .
22. Résignation (ré majeur) : Eteins- toi, éteins -toi, ma lumière
paroles du comte de Haugwitz , à une voix , publiée en 1818 .
AAA. Appel de la montagne (la majeur) : Si j'étais un petit oiseau,
paroles de Treitschke, à une voix, publié en 1816 .
BBB . Plaisanterie musicale ( fa majeur ), tirée d'une lettre à madame
Milder-Hauptmann : Je vous embrasse, je vous presse contre
mon cour . (1816. )
CCC. Portrait d'une jeune fille (sol majeur ), à une voix , paroles de
Bürger : Ami, tu veux peindre. (1783.)
DDD . Chant final (ré majeur), à une voix , avec chæur, paroles de
300 BEETHOVEN .

Treitschke , tiré de l’Arc -de- Triomphe, composé en 1815, pu


publié en 1826 .
EEE. Le Désir, en quatre parties, à une voix : Celui qui connait le
désir sait seul ce que je souffre, paroles de Gæthe.
FFF . Feuille d'album (sol majeur ), à une voix, paroles de Gæthe : Le
Divin , composé en 1823, publié en 1843 .
GGG . Chant funèbre pour les funérailles de Beethoven , le 29 mars 1827 :
Miserere mei, sur un motif du maitre .
HYH , Chant de deuil sur la tombe de Beethoven, le 29 mars 1828, à
quatre voix (ré majeur ), paroles de Grillparzer : Toi qui jamais
dans la vie, tiré d'une mélodie chorale du maitre,

FIN .
TABLE DES MATIÈRES

Pages.
PRÉFACE .....
CHAPITRE PREMIER . — Patrie de Beethoven . Sa famille.
Ses premiers maitres : Pfeiffer, Van den Eder, Neefe.
Premiers amis : la famille de Breuning, le comte de Wald
stein Wartemberg . Répugnance à donner des leçons.
- - Il est nommé organiste adjoint du prince Électeur de Co
logne. Merveilleux talent d'improvisation . Lecture à
première vue . — Répugnance à jouer en public. · Première
visite à Vienne. Mozart. Silhouette de Beethoven. -
Mort de sa mère. – Première entrevue avec Haydn.-- Quitte
Bonn . — Mort de son père ...... 1
CHAPITRE II. Arrivée à Vienne. · Dillettantisme universel
de cette ville. — Amis et protecteurs de Beethoven. - Baron
von Zmeskall, baron van Swieten , prince Charles Lich
nowski, etc. , etc. – Opinions de Beethoven en contradictior
avec ce milieu aristocratique. - Prend des leçons d'Haydn,
froissements qui en résultent. Jean Schenck , Albrechts
berger , Salieri. Sociétés musicales de Vienne . Leur
influence sur Beethoven , – Ses ennemis . - L'abbé Stadler.
302 TABLE DES MATIÈRES.

Pages.
Indifférent à la critique . — Voyage à Berlin . Himmel.
Situation de Beethoven au commencement de 1800. – Pre
miers symptômes de surdité. OEuvres déjà composées à
cette époque. - Adélaïde. — Lettre à Mathison . - Critique
de la Gazette musicale universelle ..... 19
CHAPITRE III . Etienne de Breuning et F. Ries arrivent à
Vienne. - - Relations étendues de Beethoven. Ses frères,
Charles et Jean. Leur fâcheuse influence . Le Ballet de
Prométhée . · La {te et la 2e symphonie, — Les Sonates .
Maladie de Beethoven. Son Testament. Julietta
Guicciardi, — La sonate en ut dièze mineur... 41
CHAPITRE IV . La 3e symphonie, dite Héroïque. - Fidelio.
Nombreux logements de Beethoven. Brouille avec
Breuning. Cherubini . · La le symphonie. Beetho
ven d'après Reichardt . La Messe en ut et le prince
Esterhazy. Difficultés que rencontre l'exécution des
grandes euvres orchestrées. — Exécution imparfaite, irrita
tion de Beethoven . - La 5e Symphonie.-La 6e symphonie.
Offre du roi Jérôme. Initiative de l'archiduc Rodolphe.. 67
CHAPITRE V. Bettina Brentano. Trois lettres de Beetho
ven. — Longue controverse à ce sujet. – Marie Koschack.
Goethe. La 7e symphonie. La 8e symphonie.
L'archiduc Rodolphe . Ses rapports avec Beethoven.
Détresse de l'année 1813 . Madame Streicher. Fête
musicale au profit des blessés de Hanau . La Bataille
de Vittoria . Triomphe de Beethoven. Schindler.
Aggravation de sa surdité . Le Congrès de Vienne. -
Le Moment glorieux. — Beethoven et les souverains......
CHAPITRE VI. Procès avec Maelzel. Ses conséquences sur
l'esprit de Beethoven . – Procès avec les héritiers du prince
Lobkowitz . Sonates, opéras 90 et 101 . La baronne
Ertman. - Mort de Charles van Beethoven . Louis adopte
l'enfant orphelin . Procès avec la veuve . · Les Mélodies.
Mauvais état financier, Difficultés intérieures.
Habitudes de Beethoven . Visites de Schindler, de Schle
singer, de Hauser. 131
TABLE DES MATIÈRES . 303

Pages .
CHAPITRE VII. · Beethoven dans la plénitude de sa gloire.
Remaniement des Ruines d'Athènes. - Reprise de Fidelio.
- Surdité complète. - Schubert. - Rossini . · La Missa
solemnis en souscription. — Mauvaise situation pécuniaire . 177
CHAPITRE VIII. - Fidelio à Dresde. Offres simultanées des
Opéras de Vienne et de Berlin . La Méluzine de Grill
parzer. La ge symphonie. — C. M. Weber. - Préfé
rence donnée à la musique allemande sur la musique ita
lienne . Beethoven songe à faire exécuter ses dernières
compositions à Berlin . Protestation des artistes et des
amateurs . · Le comte Palffy et le Théâtre sur la Vienne.
- Concert au Théâtre de la porte de Carinthie . - Faible
produit de la recette . Profond désappointement de
Beethoven . Enthousiasme du public .. 197
CHAPITRE IX . — Second concert dans la grande salle de la Re
doute . A quoi il faut attribuer les résultats presque
négatifs de la Missa solemnis et de la ge symphonie.
Irritation de Beethoven . Projet de voyage en Angleterre,
repris . Les contrefaçons. Les derniers quatuors et
le prince Nicolas Galitzin . Finale du 4e quatuor . -
Charles Holz et son influence sur le maître ...... 197
CHAPITRE X. L'oncle et le neveu . Réconciliation de
Beethoven avec Etienne de Breuning. Le frère Jean .
- Premières atteintes de la maladie mortelle. - Abandon
où le laisse son neveu . Le docteur Wawruch et son mé
moire. L'hydropisie se déclare . Inquiétudes pécu
niaires. - Beethoven s'adresse à la Société philharmonique
de Londres. — Réconciliation avec Hummel . -- Belle con
duite de la Société philharmonique. Le testament.
Derniers moments . · Honneurs funèbres. - Coup d'ail
sur l'artiste et sur ses æuvres . Fin.. 217
NOTES . 255
CATALOGUE DES EUVRES DE BEETHOVEN.. 283
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FIN DE LA TABLE L
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