El país se encuentra en su punto más alto de la pandemia, y sin embargo, cientos de
personas salen a las calles a protestar en contra del estado colombiano, inconformes con
los acuerdos estatales de cómo el gobierno a direccionado la difícil situación, se ve
entonces de esta manera como los poderes influyen en un pueblo que se levanta en voz
de ser escuchados.
Son ya más de 50 días que dio inicio al estallido social, continúa. Los desacuerdos por
parte de los distintos factores sociales, culturales, ambientales, económicos, políticos y de
educación han globalizado una realidad de un pueblo colombiano.
Las cifras de muertos aumentan día a día, los porcentajes de ocupación de las camas uci se
encuentran en su pico máximo, y lo que es peor, el estado no tiene garantías frente a
todas estas problemáticas que acoge a la población. Las marchas pasaron de ser pacificas
a ser violentas, el pueblo se cansó de ver sus derechos vulnerados, No hay derecho a la
educación, a la salud, la vida propia entre otras y aun así el pueblo colombiano tiene la
esperanza de renacer y creer en una Colombia equitativa y de derecho.