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LA LÓGICA DEL CREADOR (Segunda Edición Oficial)

Este documento explora el problema de la existencia de un "Creador" desde una perspectiva racional y científica. Comienza definiendo brevemente qué se entiende por "ciencia" y propone utilizar el método dialéctico para analizar el tema. Luego describe diversas concepciones que las personas tienen sobre la deidad y explica las cuatro leyes del método dialéctico que se utilizarán para abordar el problema de manera coherente.
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LA LÓGICA DEL CREADOR (Segunda Edición Oficial)

Este documento explora el problema de la existencia de un "Creador" desde una perspectiva racional y científica. Comienza definiendo brevemente qué se entiende por "ciencia" y propone utilizar el método dialéctico para analizar el tema. Luego describe diversas concepciones que las personas tienen sobre la deidad y explica las cuatro leyes del método dialéctico que se utilizarán para abordar el problema de manera coherente.
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LA LÓGICA DEL CREADOR

1
WILSON CASTILLO GUZMÁN

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LA LÓGICA DEL CREADOR

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

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LA LÓGICA DEL CREADOR

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

Corrección de estilo: Nataly Vanessa Espinoza Guzmán.


Diseño de cubierta e ilustraciones: Wilson Guido Castillo Quintana.

Impresión: Producciones Jass S. A.


C. Bueno Nº 374, esq. Obispo Cárdenas.
Telfs.: 2151977 – 2000713
E-mail: producciones_jass22@hotmail.com

Registro SENAPI: Resolución administrativa Nro. 1-1323/2015


Depósito Legal: 4-1-3013-15
ISBN: 978-99974-58-95-7

2016. Impreso en Bolivia.

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LA LÓGICA DEL CREADOR

A los obstáculos que nos


brindan sabiduría y prueban con
fuego nuestra esencia.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

ÍNDICE

Prólogo...................................................................... 9
El problema de la existencia de un «Creador».......... 11
El Omniverso............................................................ 31
De previsibilidad a incertidumbre............................. 81
Cristo, el siguiente paso evolutivo............................ 133
¿Ángeles o extraterrestres?....................................... 227
La Revelación........................................................... 251
Bibliografía............................................................... 302

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LA LÓGICA DEL CREADOR

PRÓLOGO

La presente investigación se halla libre de valoraciones de orden


metafísico y teológico, pues, con el objetivo de esclarecer a través de
la ciencia el dilema de la Creación, se fundamenta en un entramado de
ramas tales como la Mecánica Cuántica, la Cosmología, la Biología, la
Informática, la Psicología, la Sociología, la Filología, la Antropología y
la Filosofía. Sin embargo, abordar una idea con aristas tan pronunciadas
puede resultar escabroso tanto para el ingenuo como para el entendido,
ya que al intentar penetrar los misterios más inquietantes del Cosmos,
el ingenuo, anegado en un mar de preconceptos irrisorios y desprovisto
de toda herramienta útil, simplemente se ve imposibilitado de avanzar;
y el entendido, cargando un cúmulo de prejuicios vanos y empleando
sus herramientas de forma inapropiada, tropieza demasiado y su trabajo
es infructuoso.
Ciertamente, desde tiempos inmemoriales los seres humanos se
han formulado preguntas existenciales y, de una u otra forma, han buscado
el conocimiento. No obstante, en ese trance, muchas generaciones
se extraviaron en un páramo de dogmas concernientes a deidades
inexistentes y a doctrinas adulteradas. A causa de ello, con el transcurso
de los siglos y el desarrollo del saber humano, un grupo no muy amplio
de individuos, procurando distanciarse de las masas desorientadas, de
las creencias primitivas y de los pensamientos imprecisos, decidieron
concentrarse exclusivamente en datos «empíricos» y «positivos»
(relativos a las corrientes filosóficas del empirismo y el positivismo)
sin darse cuenta de que ellos también permanecían estacionados en el

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

páramo, removiendo rocas inútilmente sin conseguir dar respuestas


satisfactorias a las prerrogativas elementales.
Estimado lector, estimada lectora: con un cierto grado de razón,
gran parte de la comunidad científica actual, aunque ensoberbecida por
sus hallazgos, hace burla de la fe y de la palabra; no podían ser menores
las consecuencias frente a la insolencia de aquéllos que durante tanto
tiempo han malinterpretado las Escrituras o la han utilizado como
apoyo para realizar sus rituales idólatras y obtener réditos económicos.
El análisis expuesto en esta edición no incurre en las mismas
desfachateces, pero tampoco se presta a consentir que el Evangelio sea
vituperado por quienes desconocen su maravilloso contenido, el cual no
contradice los descubrimientos de la ciencia, sino que, por el contrario,
los afirma y los enriquece.
Dicho esto, para emprender este estudio, es recomendable que
consiga una Biblia «Reina-Valera de 1960» —no obstante su traducción
no sea la más apropiada, como podrá distinguir posteriormente—.
Y aunque es un hecho que las traducciones de la generalidad de las
versiones bíblicas actuales dejan mucho que desear, creo firmemente que
deberíamos empezar a escudriñar con esmero los enigmas de la palabra,
de la ciencia y de la sabiduría para poder ser capaces de identificar
los errores en las diferentes biblias y superar así, definitivamente, las
nociones obsoletas de este estadio evolutivo inferior que obstaculizan
nuestro camino. Porque, ¿hasta cuándo, oh simples, amaréis la
simpleza, y los burladores desearán el burlar, y los insensatos
aborrecerán la ciencia? (Proverbios, cap. 1, ver. 22).

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LA LÓGICA DEL CREADOR

CAPÍTULO 1

EL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA DE UN «CREADOR»

Para comenzar con el análisis de esta temática, es necesario


abordarla desde un punto de vista cabalmente racional, apartándonos
lo más posible de explicaciones simplistas. Por ese motivo, es
conveniente que nos ajustemos bajo un esquema netamente científico
y que puntualicemos, previamente, qué se entiende clásicamente
por «ciencia»(1). Hallamos, pues, que, de acuerdo a la definición del
epistemólogo argentino Mario Bunge, la ciencia es distinguida como
el «conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por
consiguiente falible»(2); por lo que, partiendo de esta proposición,
inmediatamente se nos presenta el ineludible hecho de tener que cumplir
con dichos requisitos si nuestro objetivo es brindar una explicación
lógica acerca del planteamiento central de este primer capítulo. No
obstante, ese obstáculo no debería causarnos mayores inconvenientes,
ya que tenemos planeado iniciar nuestro estudio de manera metódica,
remitiéndonos a uno de los métodos científicos por antonomasia: «el
(1)
Estamos al tanto de que la ciencia, al ser progresiva, genera una gran controversia tanto sobre
su verdadera esencia como sobre su alcance. Consensuemos, sin embargo, que ésta nos ayuda a
comprender la realidad infinitamente compleja; he ahí su importancia. Por motivos pedagógicos,
partimos de una noción clásica y, debido a la amplitud del asunto, no haremos mayor énfasis
en esta cuestión. No obstante, el lector interesado podrá investigar libremente al respecto, lo
aconsejamos vehementemente.
(2)
BUNGE, M. (2004). La ciencia: su método y su filosofía. Buenos Aires: Siglo Veinte, (p. 3).

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

método dialéctico».
Si bien este método fue tratado por Karl Marx, es necesario
comprender que el filósofo de origen prusiano se limitó a reorganizar
reflexiones que venían ya desde la Época Antigua. Las leyes en las
que se basa el método dialéctico no son creaciones del razonamiento
humano, sino que son inherentes a la realidad perceptible, razón por
la cual son aplicables en todo campo del saber. Ponderamos este punto
porque ahora nos corresponde resolver, a través del entendimiento y la
aplicación coherente del método indicado, un primer inconveniente: la
diversidad incompatible de nociones que la generalidad de las personas
tiene fijada en la mente acerca del Ser Supremo.
Al respecto, es tan amplia la gama de ideas que se tiene con
relación a la deidad, que no lograríamos enumerarlas ni mucho menos
desarrollarlas todas en esta investigación. Sin embargo, y a fin de
lograr una mejor comprensión por parte del lector, proponemos algunos
ejemplos a manera de ilustración. En un primer acercamiento, podemos
hablar de la concepción más bien tradicional y hasta algo caricaturesca
de «Dios» como un ser antropomorfo (es decir, de la visualización
frecuente del Todopoderoso como un gigante protector, amoroso, de
barba blanca y largos vestidos). Asimismo, podemos mencionar otros
casos en los que, dependiendo de la filiación religiosa, e incluso de
la determinación cultural del individuo, se piensa que la divinidad
es algún tipo abstracto de energía, que abarca un conjunto específico
de seres zoomorfos o que se halla en los fenómenos naturales de la
Tierra. Por otro lado, existen en paralelo otras tendencias más actuales,
entre las que se encuentran los movimientos denominados «New
Age» o de la «Nueva Era», que concluyen, entre otras cosas, que
«Jehová» no es sino un extraterrestre que forma parte de un extendido
grupo evolucionado de alienígenas. Sus teorías han sido ampliamente
difundidas por algunas sectas modernas que, aunque intentan mostrarse
muy objetivas afirmando no referirse exclusivamente a los famosos
«hombrecitos grises» sino a otras especies extraterrestres, tampoco
responden la interrogante de fondo: ¿Es posible que un ser (cualquiera
fuese éste y sin importar su procedencia, sobrenatural o alienígena, ni

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LA LÓGICA DEL CREADOR

su fisonomía), localizado en un punto exacto del espacio-tiempo sea el


Creador y regidor del Universo y del «Multiverso»(3)?
Estudiemos, sin más preámbulos, las cuatro leyes generales
del movimiento formuladas por el método dialéctico, que nos serán
imprescindibles para poder salir de este embrollo:
1. La primera ley, «la ley del cambio dialéctico»: Esta primera
ley, expresa que el Universo en el que vivimos, al igual que nuestros
cuerpos, se encuentra en constante movimiento; que nada permanece
en un estado absoluto y perfecto, sino que todo forma parte de un
proceso continuo de transformación y evolución. Este planteamiento,
considerado en nuestros días como un hecho evidente e indiscutible, ha
sido producto del desarrollo cognoscitivo de la humanidad, que, a través
de la historia, ha superado el juicio filosófico metafísico, primitivo y
mecánico que consideraba las cosas siempre idénticas y fijas en sus
propiedades. Al respecto, cabe señalar que en este contexto no aludimos
a la metafísica contemporánea que recoge los conceptos de karma y
dharma, entre otros, sino que nos referimos a aquélla que, debidio a la
ignorancia del ser humano y su falta de avance en la ciencia, se tenía
como mejor sistema teórico para explicar la realidad, y cuyos padres
son los renombrados filósofos griegos: Sócrates, Platón y Aristóteles.
Con respecto al movimiento, éste es un fenómeno universal
que se cumple a tal punto que, podemos aseverarlo, todas las cosas y
todos los seres localizados en puntos específicos del espacio-tiempo
están «destinados» a sufrir constantes modificaciones (analizaremos el
concepto de «destino» en el marco del determinismo y la causalidad,
con mayor énfasis, en el tercer capítulo) y, por lo tanto, no pueden ser
eternos ni inmutables. A partir de este enunciado, notamos que comienza
a derrumbarse, implícitamente, el imaginario construido acerca del dios
antropomorfo, los dioses zoomorfos y la propuesta de los creadores
extraterrestres, puesto que todos estos seres estarían sujetos a las leyes
de la física que rigen nuestro efímero mundo material.
2. La segunda ley, «la ley de la acción recíproca»: Esta

(3)
Desarrollaremos la teoría del Multiverso en el siguiente capítulo.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

segunda ley del método dialéctico puede sintetizarse de manera


simple: «Todo influye sobre todo». No obstante, anterior a este
razonamiento, como ya vimos, persistía el «fijismo» metafísico. Los
filósofos y pensadores de épocas pasadas abordaban las diferentes
materias de forma independiente, deslindando a la química de la física,
a la física de la astronomía, a la astronomía de la matemática, etc.,
negando existiese relación alguna entre unas y otras. Por supuesto, en
la actualidad sabemos que las ciencias son interdependientes entre sí
y que las afirmaciones en contrario son totalmente absurdas, mas, si
nos detenemos a pensar en ello un momento, las murallas impuestas
por la ignorancia que limitaban el progreso del conocimiento humano
empezaron a desmoronarse no hace demasiados siglos; todo gracias a
tres descubrimientos trascendentales (citados en el célebre libro escrito
por Friedrich Engels: «Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana»):
En primer lugar, fue «el descubrimiento de la célula viva y
su desarrollo» el hallazgo cardinal que impulsó el avance de la teoría
evolutiva y que permitió atribuir el origen de la vida a un ancestro
común: la célula. En segundo lugar, fue otro descubrimiento relevante,
«la transformación de la energía», el que dejó desfasada la idea de que
los diferentes tipos de energía (calor, luz, sonido, etc.) eran extraños
entre sí, al indicar que todos ellos podían transformarse unos en otros.
Finalmente, «el descubrimiento de la evolución en el hombre y en los
animales», aporte elemental del biólogo Charles Darwin, nos ayudó a
entender que la evolución de la vida es un gran encadenamiento de
procesos a partir del cual surgieron todas las especies que el Planeta
Tierra ha conocido.
En el presente, el postulado básico del «mecanismo de selección
natural» (proceso mediante el cual el medio ambiente selecciona a la
variabilidad genética más apta para la supervivencia en un determinado
medio, favoreciendo así su capacidad de reproducción) está siendo
desplazado por nuevos conocimientos científicos. No podía ser de otra
manera, teniendo en cuenta que en los días de Darwin áreas como la
biología molecular, la genética, la paleontología, la geología y otras

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LA LÓGICA DEL CREADOR

ramas de las que la biología se sirve, no estaban lo suficientemente


desarrolladas o ni siquiera se trataban.
Así, por ejemplo, la ampliación de la síntesis moderna de
la biología explica (coincidiendo a la perfección con la cuarta ley
del método dialéctico, reservada en las páginas siguientes) que:
«El registro fósil no parece apoyar el cambio gradual, que sería de
esperarse si la variabilidad genética fuera el resultado de una lenta
y progresiva acumulación de mutaciones. Más bien, el registro fósil
indica una evolución a saltos. Es decir, grandes periodos sin cambios
aparentes en las poblaciones seguidos de rápidas radiaciones en las
que aparecen gran número de nuevas especies. Estas radiaciones
suelen ser posteriores a grandes episodios catastróficos en los que se
produjeron extinciones masivas de especies.»(4)
Por otra parte, en el mismo artículo del que extrajimos el
anterior parágrafo también se menciona a la «Teoría de Sistemas»:
«…La Teoría de Sistemas implica un cambio radical del
pensamiento desde las partes al todo. Los sistemas vivos son totalidades
integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a las de sus
componentes. La Teoría de Sistemas percibe al mundo viviente como
una compleja red de interrelaciones. Todos los sistemas vivos son
redes de componentes más pequeños, la trama de la Vida, como un
todo, presenta una estructura en niveles de organización creciente, de
sistemas vivos que anidan en el interior de otros, de redes dentro de
redes.»
En otras palabras, la Teoría de Sistemas expone la inadmisibilidad
de las consideraciones reduccionistas y anuncia la necesidad de abarcar
los procesos evolutivos EN RELACIÓN A UN TODO, puesto que
incluso la inserción, la extinción o las adaptaciones de una determinada
especie ocasionan modificaciones inmediatas en los ecosistemas. Esto
último se debe a que todo organismo se halla instalado al interior de
otro organismo superior estructurando el conjunto infinito de tejidos

(4)
FERNÁNDEZ VALIENTE, Eduardo. Hacia un nuevo concepto de evolución. Arbor. Mayo 2002,
vol. 172, nº 677.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

superpuestos que constituyen al supraorganismo sempiterno total en el


que todas nuestras acciones, por más ínfimas que sean, van ordenando
constantemente la eternidad misma. Colegimos, entonces, que lo único
realmente eterno es el propio entrelazado integral de redes inherente a
la existencia, la «Palabra» o «Verbo» de vida.
Por último, resaltemos que investigaciones realizadas en el
campo de la «mecánica cuántica» (rama de la física que se ocupa de
estudiar los fenómenos físicos a escala microscópica y que ha destacado
por sobre la mecánica clásica newtoniana) señalan que en los niveles
profundos, atómicos y subatómicos, del Universo, la materia está
plenamente interconectada. Cada suceso está intrínsecamente ligado a
otro y todas las causas y los efectos guardan una relación tan íntima
que probablemente, cuando toquemos a fondo el paradigma cuántico,
terminaremos poniéndonos de acuerdo en que los desencadenantes y
los resultados son en realidad una misma categoría.
Aseguramos que todo está interrelacionado, pero, si esto
realmente es así, ¿qué es lo que genera esa división aparente entre
nosotros y entre las cosas en general? ¿Qué nos hace, por así decirlo,
seres y cuerpos únicos e independientes? He aquí la respuesta, intrigante
y paradójica: La percepción de individualidad no es más que una ilusión,
puesto que, en verdad, nunca llegamos a tocar las cosas. Lo que sucede
es que las partículas que integran la materia de nuestros cuerpos y la de
los objetos que nos rodean, se repelen entre sí cuando se encuentran a
una determinada distancia (entre diez a veinte radios atómicos). Lo que
percibimos y a lo que llamamos «tocar» es precisamente al efecto de
esa fuerza que actúa como una especie de «barrera magnética» artificial.
Concluimos de todo lo expuesto con anterioridad, que, aunque
nuestros cerebros distinguen un engañoso entorno segmentado en partes
finitas, todos los seres interactuamos recíprocamente en una misma
trama holística en la que ni un sólo grano de arena se halla apartado del
gran sistema cósmico.
3. La tercera ley, «la ley de la contradicción»: En cuanto a
su aplicación al tema de estudio, esta ley resulta un poco más compleja

16
LA LÓGICA DEL CREADOR

de explicar. En lo particular, me fue difícil llegar a comprenderla a


cabalidad y tuve que revisar las conceptualizaciones de muchos autores
e incluso recurrir a otras disciplinas, como a la psicología, para poder
interpretarla correctamente.
Básicamente, esta ley formula que en todo cuerpo, elemento
o proceso anidan fuerzas opuestas pero a la vez complementarias que
pugnan incesantemente ocasionando la transformación de las cosas.
Todo polo (tal cual lo expresa la dualidad del «yin y yang») se convierte
en su contrario: La obscuridad se convierte en luz, el frío se transforma
en calor, la muerte abre paso a la vida y acontece lo propio en sentido
contrario.
Sin embargo, antiguamente se pensaba que los antagonismos
eran infranqueables, es decir, que las fuerzas contrarias no podían
residir a la vez unas en otras; que la vida no tenía ni la más mínima
relación con la muerte ni la muerte con la vida, ya que ninguna de
ellas podía habitar al mismo tiempo en la otra. Aunque es cierto que a
nivel cósmico dicha dualidad es ilusoria, en la fracción tridimensional
que podemos observar, la ley de los contrarios es irrefutable. Nadie
podría negar, por ejemplo, que en nuestros cuerpos, día tras día, un
sinnúmero de células nuevas nacen mientras que muchas otras mueren
simultáneamente. Ese hecho nos permite afirmar que en un mismo
organismo actúan dos fuerzas diametralmente opuestas que, en suma,
representan «la lucha de contrarios» —disputa que se traduce en un
gran dilema: «Ser o no Ser»—.
Apelemos a un dilema inmemorial para entender mejor en que
consiste la contienda entre los polos antagónicos: «¿Qué fue primero,
el huevo o la gallina?» Subrayemos antes de desglosar la cuestión,
que la misma es una simple metáfora, puesto que estudiosos de las
universidades de Sheffield y Warwick determinaron que necesariamente
tuvo que haberse formado primero la gallina, dado que sólo ésta posee
la proteína especifica que regula el subsecuente desarrollo del huevo.
Aclarado ese punto, tomaremos al huevo como el extremo inicial «A»
(al que denominaremos «tesis» o «afirmación») y, por otro lado, a la
gallina como el polo contrario «B» (al que llamaremos «antítesis» o

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

«negación»).
La esencia del huevo, no obstante resulte obvio y hasta
redundante el señalarlo, es ser un huevo. Ya que los cuerpos tienden
a mantenerse en reposo, la fuerza esencial del huevo trata siempre de
preservar inmutable su condición: «el Ser»; mas, como toda unidad
también alberga en sí misma una fuerza contraria que, en el caso del
huevo, se opone a su existencia embrionaria y pretende llevarla a un
plano superior, en definitiva, es la pugna entre ambas fuerzas la que
impulsa las distintas fases que dan lugar a la destrucción del huevo, al
crecimiento del pollito y a la madurez de la gallina.
Pero ese proceso no es un «dialelo» o «círculo vicioso», como
solía creerse, pues, en condiciones normales, una gallina adulta pone
muchos huevos a lo largo de su vida y no sólo uno, dando origen a
una nueva generación que se ramifica velozmente; de tal forma que
el progreso de su especie retorna al mismo peldaño de partida, pero
conquistando un estado superior de desarrollo. Ese transcurso es
conocido como «avance en espiral» porque, de forma similar a un
resorte, parte de un extremo y se extiende alcanzando mayor altura
para luego enroscarse y volver así a su punto de origen, denominado
«síntesis» o «negación de la negación». En consecuencia, el avance
contradictorio en espiral retorna al umbral de su existencia, negando a
la negación o antítesis, para reafirmar y enriquecer su tesis.

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LA LÓGICA DEL CREADOR

Afiancemos todo lo declarado con respecto a la ley de la


contradicción, reflexionando sobre lo plasmado en la brillante obra
literaria: «Seis estudios de psicología», escrita por el psicólogo y
biólogo suizo Jean Piaget:
«El desarrollo psíquico que se inicia con el nacimiento y finaliza
en la edad adulta es comparable al crecimiento orgánico: al igual que
este último, consiste esencialmente en una marcha hacia el equilibrio.
De igual forma, en efecto, que el cuerpo evoluciona hasta un nivel
relativamente estable, caracterizado por el final del crecimiento y por
la madurez de los órganos, también la vida mental puede ser concebida
como si evolucionara en la dirección de una forma de equilibrio final
representado por el espíritu adulto. Así pues, el desarrollo es, en un
sentido, un progresivo equilibrarse, un paso perpetuo de un estado
menos equilibrado a un estado superior de equilibrio.»(5)
En el mismo libro, el doctor Piaget nos permite inferir que
el equilibrio es aquella condición en la cual todas las influencias son
compensadas, destacando tres de sus características: «…En primer
lugar el equilibrio se caracteriza por su estabilidad. Pero resaltemos
inmediatamente que estabilidad no significa inmovilidad […] Segundo
carácter: todo sistema puede experimentar perturbaciones exteriores
que tienden a modificarlo. Diremos que hay equilibrio cuando estas
perturbaciones exteriores son compensadas mediante acciones del
sujeto orientadas en el sentido de la compensación […] Finalmente
hay un tercer punto sobre el cual me gustaría insistir: El equilibrio así
definido no es una cosa pasiva, sino al contrario, algo esencialmente
activo. Cuanto mayor es el equilibrio mayor deberá ser la actividad.»(6)
Revisamos éstos apuntes para rescatar algo fundamental de
ellos, y es que, al manejar las nociones de equilibrio y compensación,
encontramos implícito al desequilibrio como parte del proceso y,
consiguientemente, de nuevo a dos polos opuestos en un mismo sistema.
Para que pueda entenderse con mayor facilidad lo que acabamos de
enunciar, recurramos a un ejemplo sencillo:
(5)
PIAGET, J. (1991). Seis estudios de psicología. Barcelona: Labor, (p. 11).
(6)
PIAGET, J. (1991). Seis estudios de psicología. Barcelona: Labor, (pp. 188 - 189).

19
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Un individuo «x» que se alimenta adecuadamente a tempranas


horas del día, recarga la energía suficiente como para desarrollar sus
actividades durante una buena parte de la jornada sin llegar a sentir
demasiado agotamiento físico. No obstante, a medida que transcurre
la mañana, la energía obtenida en el desayuno se va consumiendo,
de modo que en un determinado momento su cuerpo vuelve a tener
la NECESIDAD de recibir alimento. Dicha necesidad aparece debido
a la manifestación de un «DESEQUILIBRIO»(7): el agotamiento
ocasionado por la falta de nutrientes que impulsa de inmediato a la
persona a satisfacer su apetito para COMPENSARLO. Supongamos
que el individuo regresa a su hogar a mediodía, después de una intensa
mañana de trabajo, para preparar su almuerzo y compensar, así, el
desequilibrio de su organismo. Ese es el preciso momento que da inicio
al intervalo de regresión en dirección al estado de equilibrio, que sólo
se completa cuando el sujeto ha obtenido las proteínas y carbohidratos
necesarios para solventar su necesidad.
Observemos, ahora, el proceso en forma global: Una vez que
el sujeto ha ejecutado las ACCIONES pertinentes para estabilizar su
organismo y compensar su desequilibrio, no es ya la misma persona
que despertó por la mañana ni experimenta el mismo equilibrio que le
proporcionó el desayuno en una primera instancia. Eso se debe a que,
en el transcurso de su jornada, se desarrollaron fenómenos biológicos
que PERTURBARON la estabilidad de su organismo y lo llevaron a
un estado de conflicto que, al ser finalmente dilucidado, no le sirvió
únicamente para retomar energía, sino que también le brindó nueva
experiencia fundada en el aprendizaje adquirido, tanto por las acciones
realizadas como por el trance en sí mismo. ¡He ahí la importancia del
conflicto y de los procesos contradictorios!
Si los desequilibrios no se manifestaran, las necesidades
(biológicas, emocionales, cognitivas o de cualquier otra índole) tampoco
surgirían y, por lo tanto, los sujetos jamás emprenderían las acciones de
compensación ni adquirirían los nuevos conocimientos que la PRAXIS
(7)
Jean Piaget confirma en su obra, mencionando el descubrimiento del neurólogo y psicólogo
Édouard Claparède, que «…una necesidad es siempre la manifestación de un desequilibrio…»

20
LA LÓGICA DEL CREADOR

(factor elemental que permite afrontar la realidad) podría proporcionarles.


Por ejemplo, si el individuo «x» se quemase accidentalmente con
aceite al preparar su almuerzo, aprendería a tener mayor cuidado y a
evitar otros posibles errores en una siguiente oportunidad. Es de esa
forma que, en el transcurso de la vida, la resolución de muchos otros
percances, por más ínfimos que éstos parezcan ser, posibilita la suma
progresiva de la valiosa experiencia que transforma a los sujetos en
seres más avanzados y capaces de enfrentar las dificultades con mayor
precisión. Todo equilibrio obtenido como producto de la resolución de
un conflicto va conformando paulatinamente una estructura más solida
y compleja porque se edifica sobre la base de un anterior estado de
estabilidad que le sirve de soporte.
Si alguien se preguntó alguna vez por qué el Creador permite
tanto sufrimiento, tiene aquí la respuesta: ES NECESARIO; ya que
sin obstáculos, perturbaciones o desequilibrios la vida simplemente no
podría avanzar, pues no existirían fases a superar ni fuerza alguna que
propulse el desarrollo. Sin embargo, los conflictos reinan sólo mientras
son útiles e impulsan a la Creación a retornar a su equilibrio primigenio.
El único objetivo de la cadena de procesos contradictorios es procurar
el perfeccionamiento de la existencia y el de sus hijos.
Finalmente, nos damos cuenta de que las tres etapas: tesis,
antítesis y síntesis, se encuentran separadas por periodos de interfase.
Sabemos, al respecto, que el cambio entre una etapa y otra se da mediante
un «salto brusco», a través de una acumulación gradual de «cantidad en
calidad», y que esa trasformación violenta está determinada por una
cuarta y última ley, la cual consideraremos a continuación.
4. La cuarta ley, «la ley de la transformación de cantidad
en calidad»: Esta cuarta ley prevé que el cambio de un estado a otro se
da a través de una determinada acumulación de circunstancias, hechos
o fenómenos. Una muestra clara del «progreso por saltos» la sugiere
el Manual de los «Principios Elementales de Filosofía» basado en las
enseñanzas del filósofo y psicólogo húngaro Georges Politzer, texto del
cual extraemos los siguientes párrafos:

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

«Tomemos por ejemplo el agua. Partiendo de 0° [equivalente


a -273.15 grados Celsius] y dejando subir la temperatura del agua a
1º, 2º, 3º hasta 98°, el cambio es continuo, pero ¿puede continuar así
indefinidamente?
Llegamos hasta 99°, pero a los 100º tenemos un cambio brusco:
el agua se transforma en vapor.
Si, a la inversa, de 99° descendemos hasta 1º, tenemos de nuevo
un cambio continuo, pero no podríamos descender así indefinidamente,
porque a 0° el agua se transforma en hielo.
De lº a 99° el agua sigue siendo siempre agua; sólo cambia
su temperatura. Esto es lo que se llama un cambio cuantitativo, que
responde a la pregunta “¿cuánto?”, es decir, “¿cuánto calor en el
agua?”. Cuando el agua se transforma en hielo o en vapor, tenemos
un cambio cualitativo, un cambio de calidad; ya no es agua, se ha
transformado en hielo o en vapor.
Cuando la cosa no cambia de naturaleza, tenemos un cambio
cuantitativo, (en el ejemplo del agua, tenemos un cambio de grados,
pero no de naturaleza). Cuando cambia de naturaleza, cuando la cosa
se convierte en otra cosa, el cambio es cualitativo.» (8)
Recojamos el anterior ejemplo independientemente de los
factores que hacen variar los puntos de ebullición y congelación
(ya que los grados representan exclusivamente a los cambios
CUANTITATIVOS, y los estados líquido, gaseoso y sólido a las
transformaciones CUALITATIVAS) y comprendamos, sobre todo, que
no existen fases perpetuas, que cuando un período ha dado todo de sí y
se ha vuelto obsoleto, es substituido por medio de una transición abrupta
que se da de manera indefectible. «He aquí, os digo un misterio: No
todos dormiremos; pero todos seremos transformados.» (1.ª Epístola a
los Corintios, cap. 15, ver. 51).(9)
(8)
POLITZER, G. (1999).  Principios elementales de filosofía. Barcelona: Edicomunicación, s. a.,
(p. 148).
(9)
Explicaremos en el cuarto capítulo a que se refiere con «dormiremos» el apóstol Pablo,
autor de las dos epístolas a los corintios. Nótese, sin embargo, que desde ya la Biblia habla de
transformación.

22
LA LÓGICA DEL CREADOR

Ahora bien, es por esa razón que coincidimos con la apreciación


materialista histórica de Marx, Lenin y Engels, la cual surgió debido a
la certera aplicación del método dialéctico, por primera vez, al estudio
de los procesos sociales. Pero, para terminar de comprender las cuatro
leyes que acabamos de explorar y el pensamiento de los tres grandes
genios atras citados, es necesario que hagamos un breve repaso del
desarrollo de la humanidad y de los distintos modos de producción por
los cuales ésta ha atravesado.
En una primera fase, nuestros antepasados, nómadas y
recolectores de frutos, desarrollaban sus actividades inmersos en
un régimen comunista primitivo, compartiendo sus refugios, sus
provisiones y todos los elementos que el entorno les brindaba sin
distinciones especiales. Al igual que otros mamíferos, convivían en
una sociedad jerarquizada, liderada por un macho alfa, pero al no
existir excedentes de producción, la propiedad individual aún no había
surgido y, consiguientemente, no existían clases sociales. La vida para
estos individuos prehistóricos era bastante rudimentaria, sin embargo,
debido a varias circunstancias, ese estadio inferior fue disolviéndose
lentamente.
El avance de nuestros ancestros fue encaminado principalmente
por el descubrimiento del fuego, que permitió la cocción de la carne y
facilitó la ingesta de los nutrientes que hicieron posible el desarrollo
óptimo del cerebro y de las facultades mentales; asimismo, por el
tallado de armas de piedra y la invención del arco y la flecha, que les
permitió practicar la caza (la primera forma de trabajo); y, finalmente,
por la consolidación de la agricultura y la ganadería, que propició el
sedentarismo.
Como consecuencia, bajo esas condiciones, se hizo manifiesta
la división del trabajo y la propiedad privada, puesto que los individuos,
en mérito a su trabajo, se sentían dueños absolutos de su producción y
de sus posesiones —lo cual no es del todo reprochable—.(10)
(10)
En la actualidad, inspirados en el constitucionalismo social, seguimos la corriente que reconoce la
propiedad privada siempre y cuando ésta cumpla una función social. No obstante, hasta hoy no hemos
conseguido distribuir equitativamente la riqueza y aún perdura una más que notoria desproporcionalidad
entre clases sociales.

23
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Así fue que los lazos de colaboración mutua primitiva se


fracturaron y que los hombres y mujeres empezaron a intercambiar el
excedente de sus distintas producciones, dando paso al trueque. Sin
embargo, ese sentimiento de posesión irrestricta tan sólo surgió tras el
preliminar origen de la conciencia, que fue el verdadero salto del ciclo
arcaico a la nueva era en la que nuestra especie se adentraba.
Aunque innegablemente esa conciencia abrió camino a la
filosofía, al raciocinio y a los nuevos descubrimientos e inventos
que facilitaron la vida de los seres humanos, también se convirtió
en la cizaña que creció junto al trigo, pues, junto a la capacidad de
discernimiento, nació una mente que paulatinamente se hizo más y más
depravada. Estudiaremos a fondo este asunto cuando reparemos en el
Génesis bíblico.
Diremos, entonces, que el comunismo primitivo, la tesis de
nuestro progreso, encontró su fin en el momento en que comenzó el
ascenso de la propiedad privada (contradicción diametral del régimen
anterior). Así, el equilibrio del mundo arcaico fue roto y con su declive
brotó un nuevo modo de organización política, social y económica: El
sistema esclavista, cambio cualitativo que trajo consigo la despiadada
explotación del hombre por el hombre. Este régimen de explotación
potenció especialmente al gran Imperio romano, el cual, si bien
sistematizó un macizo conjunto de normas jurídicas y heredó a la
humanidad muchas instituciones importantes que aún en nuestros días
perduran plasmadas en los códigos de innumerables países del mundo
(incluyendo al nuestro), no se sirvió de las leyes exclusivamente para
regular las relaciones de su pueblo, sino además para mantener el
sometimiento de los esclavos.
A la postre, como sabemos, las insurgencias de esclavos y las
incursiones de bárbaros (como los visigodos) ocasionaron la caída del
Imperio romano de Occidente y pusieron fin a la Edad Antigua. Siglos
después, el mapa mundial se reconfiguró, se robustecieron reinos como
Inglaterra, Francia y España, entre otros, y pronto se hizo inevitable
el arribo del sistema feudal. Fue en ese lapso histórico que la Iglesia
católica llegó a concentrar mayor poder político y económico. A través

24
LA LÓGICA DEL CREADOR

de la venta de indulgencias (es decir, de la venta descarada del perdón


de las penas otorgado a las personas por aquellos pecados cometidos e
incluso, para colmo, por los aún no cometidos) la Iglesia obtuvo riqueza
desmedida y utilizó la fe para justificar, especialmente, los actos impíos
de la clase dominante.
La humanidad, después de haber vivido su adolescencia
(el Medioevo) y haber soportado la censurable y feroz inquisición,
experimentó un pequeño «renacimiento». Con el crecimiento económico
de la clase comerciante organizada en corporaciones, el desarrollo de
los gremios presididos principalmente por artesanos y el empinamiento
de una nueva clase económicamente fuerte, la burguesía, resurgieron
los pensamientos políticos, científicos y filosóficos, y las monarquías
absolutistas perdieron su poder e influencia. El motor fundamental del
sistema, el trabajo de los siervos en las tierras de los señores feudales,
colapsó y fue así que nada pudo impedir que la transformación
cualitativa se diera a través de una revolución.
¡Libertad, igualdad y fraternidad! fueron las consignas de
la Revolución francesa de 1789 que motivó la aprobación de la
«Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano», quedando
establecido, básicamente, que todos los hombres nacían libres e iguales
en derechos y garantizándose la propiedad privada como imprescriptible,
inviolable y sagrada. Sin duda alguna, esas determinaciones marcaron
el florecimiento del sistema capitalista, paso importantísimo para
el adelanto de nuestra especie. No obstante, al mismo tiempo, el
capitalismo se convirtió en el punto de antítesis, dando inicio a la fase
de desequilibrio y, por consiguiente, al proceso de compensación que
forzosamente culminará en el subsecuente eslabón lógico: la síntesis.
El sistema capitalista fue madurando gracias a algunos hechos
relevantes. Primero, fueron poderosas turbinas la colonización del
Nuevo Mundo y el descubrimiento del Cerro Rico de Potosí que otorgó
ingentes cantidades de un elemento valiosísimo a la economía mundial:
la plata. Este mineral se convirtió en el respaldo del escaso oro e hizo
posible una conexión de mercados global en virtud de la creación de la
primera moneda universal de plata acuñada por los españoles: el peso

25
WILSON CASTILLO GUZMÁN

de ocho, que incluso llegó a ser legal en los Estados Unidos hasta el
año 1857. Asimismo, posteriormente, la Revolución industrial fue una
motriz importante para el sistema, desplazando la producción manual,
permitiendo una producción masiva como nunca antes en la historia y
forjando a la clase proletaria generadora de «plusvalía»(11).
Con el devenir de las décadas, ese ciclo, que es, en suma, «la
base de la acumulación capitalista», ha ahondado la abismal diferencia
que existe entre el modo de vida burgués y el proletario. La acumulación
de capitales en manos de grupos que se hacen cada vez más reducidos y
la superproducción mal distribuida han llevado a millones de personas
a la extrema pobreza en todo el mundo. Mas ese proceso nocivo ha
tratado siempre de encubrirse tras la supuesta libertad que el sistema
mundial ofrece, libertad que en realidad consiste en un: «si puedes,
pisotea a otros para poder ascender tú». ¡Sepa que para el Señor esa
libertad forzada y aparente es abominable!, pues la Biblia advierte: «…
esta es la voluntad de Dios: que haciendo el bien, hagáis callar la
ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los
que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como
siervos de Dios.» (1.ª Epístola de Pedro, cap. 2, versículos 15 - 16). Y
yo les digo, como humilde siervo del Señor, que la libertad que ofrece
el mundo es injusta (legal pero injusta) porque ésta no se basa más que
en el derecho a explotarnos entre nosotros mismos.
Ya desde la aparición del sistema esclavista, la libertad era un
pretexto de los hombres «libres» para subordinar a sus inferiores, y en la
modernidad ese mismo hecho no ha cambiado demasiado, únicamente
se ha camuflado bajo la sombra de una nueva forma, más «elegante»,
de explotación. «He aquí clama el jornal de los obreros que han
cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado
por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en
(11)
Para quienes lo desconozcan, la plusvalía es simplemente el valor del trabajo no remu-
nerado a los obreros. Dicho de otra forma, es el excedente generado por la fuerza de trabajo
de la clase explotada, en detrimento de su propia clase y en favor de los capitalistas. Es de esa
manera que los empleadores engrosan sus fortunas, apropiándose injustamente del esfuerzo
adicional de sus asalariados, otorgándoles una retribución mínima que tan sólo les permite so-
brevivir y que les obliga a permanecer en su fuente laboral para continuar siendo explotados.

26
LA LÓGICA DEL CREADOR

los oídos del señor de los ejércitos. Habéis vivido en deleites sobre la
tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en
día de matanza. Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os
hace resistencia.» (Epístola de Santiago, cap. 5, ver 4 - 6).
Evidencia fehaciente de la iniquidad del sistema liberal son las
guerras provocadas deliberadamente cada que éste se halla en una crisis.
Tenemos como antecedentes a las dos guerras mundiales que se libraron
en medio de una pugna internacional entre imperios que se disputaban
la conquista de nuevos mercados y que batallaban por asegurar la
importación de materias primas para sus naciones. Ambos conflictos
bélicos fueron utilizados para expandir el fenómeno capitalista hasta el
último rincón del globo y, además, para reducir en masa a la población,
afectando, de esa forma, a las «fuerzas productivas» (a obreros,
máquinas e instrumentos de trabajo en general).
Al atentar contra la fuerza de trabajo obrera y contra los
medios de producción, que son las vértebras de la sociedad, el sistema
tuvo la oportunidad de reajustarse a través del ciclo: «crisis-guerra-
reconstrucción», que, al menos en dos oportunidades, le permitió
ampliar su tiempo de vida e iniciar lapsos de reconstrucción que si bien
posibilitaron una considerable evolución de las fuerzas productivas,
también acarrearon crisis mucho más agudas. Hoy en día, ese mismo
ciclo está llevando a la humanidad a otro periodo inevitable de
aniquilación que, a diferencia de los dos anteriores enfrentamientos
globales, no podrá ser remediado.
Revisando fugazmente la historia y los datos sobre el estado
de nuestro planeta, podemos evidenciar que nos encontramos en un
punto culminante del proceso de regresión hacia un equilibrio superior.
Leamos el siguiente informe ambiental para tener una leve idea de la
terrible realidad a la que nos enfrentamos:
«La fundación Vida Silvestre difundió el informe Planeta Vivo
2010 que revela los cambios en la diversidad biológica, los ecosistemas
y el consumo de los recursos naturales. Según el documento, en 2007,
la huella ecológica (el indicador que mide la demanda de la humanidad

27
WILSON CASTILLO GUZMÁN

sobre los recursos naturales) excedió en un 50 % la capacidad de la


Tierra de reponer sus propios recursos consumidos y absorber desechos
como el CO2 (dióxido de carbono) producidos por la actividad humana.
Esto se debe principalmente a la huella del carbono, que aumento
11 veces desde 1961 y más de la tercera parte desde 1998. Así, la
gente utilizó el equivalente a 1,5 planetas en 2007 para sostener sus
actividades. Y se estima que para 2030, la humanidad necesitará la
capacidad de 2 planetas para absorber los desechos de CO2 y mantener
el consumo de recursos naturales…»(12)
Innegablemente, el modo de producción vigente vela tan sólo
por la continua obtención de réditos económicos y es por excelencia un
depredador implacable de los recursos naturales, sin embargo, aunque
también creemos que su estructura debe ser demolida y que el siguiente
paso lógico es el «comunismo» —entendido como un contexto en el
que las clases sociales han desaparecido y en el que la explotación
del hombre por el hombre ha sido eliminada—, no coincidimos con
los ideólogos comunistas en un aspecto sustancial, pues estamos
persuadidos de que los seres humanos no son esclavos de una pasajera
estructura económica, sino del pecado.(13) Consideramos que en tanto
la mentalidad humana no sea modificada, ningún hombre o mujer
será digno de presenciar el reino del Padre, el cual está reservado
exclusivamente para aquellos seres que le han conocido y han dado el
siguiente paso evolutivo.
Por lo visto, los doctrinarios comunistas tampoco tomaron en
cuenta los procesos biológicos de extinciones masivas que parecen
sobrevenir siempre que una especie llega a un punto de «estancamiento»
en relación a otra que se ha desarrollado lo suficiente como para imponer
su jerarquía. Así, por ejemplo, los dinosaurios desplazaron a otras
especies precedentes por ser más adaptables a su entorno y, millones
(12)
Fundación Vida Silvestre. (2010) El planeta que se devora a sí mismo. Muy Interesante, nº
301, p. 14.
(13)
Quien objete este planteamiento afirmando que el concepto de pecado es subjetivo, que se
halla sujeto a la cultura de los pueblos y que, por lo tanto, no puede ser un factor determinante
en el comportamiento humano, comete el error de concebir al pecado como una transgresión
moral o social. Fundamentaré esta idea más adelante, cuando llegue el momento de hacerlo.

28
LA LÓGICA DEL CREADOR

de años más tarde —luego de haber sobrevivido a la catástrofe global


que extinguió a los susodichos «lagartos terribles»—, los mamíferos
heredamos la Tierra.
Ninguno de esos sucesos se dio de manera aleatoria, sino que
fueron el resultado de una selección programada con el fin de resguardar
las capacidades biológicas, cognitivas e intelectivas prominentes de
organismos determinados. Advierto, en consecuencia, adelantando
un tema que trataré en los capítulos finales, que la transformación
cualitativa del sistema no será provocada únicamente por guerras y
revoluciones humanas; éstas serán tan sólo circunstancias menores que
con seguridad confluirán junto a un cataclismo de magnitudes colosales,
pues evidentemente la naturaleza en su conjunto ha conspirado en
ocasiones pasadas para llevar a la ruina a otras especies decadentes y
no hará una excepción con la nuestra.
Cerramos este capítulo recalcando que el estudio de los
fundamentos dialécticos es imperativo, puesto que los mismos están
hoy más vigentes que nunca. No obstante, también es cierto que
es necesario reajustar algunos pormenores en lo concerniente a su
aplicación, siguiendo, especialmente, las directrices de la física cuántica
contemporánea. Por otro lado, al confrontar el método dialéctico con las
afirmaciones bíblicas, descubrimos que las Escrituras no contradicen los
preceptos científicos, sino que los convalidan comunicándolos a través
de misteriosas alegorías, metáforas y parábolas que ocultan la sabiduría
trascendental que se revela únicamente a los hombres y mujeres que
tienen sed de conocimiento. «…mas el que bebiere del agua que yo
le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en
él una fuente de agua que salte para vida eterna.» (Evangelio según
Juan, cap. 4, ver. 14).
Podemos decir, entonces, que quien desconoce estos principios
generales, indiscutiblemente es un ignorante. Mas su ignorancia de
ninguna manera podría ser reprochada, pues al ser infinita la realidad,
también lo es el conocimiento y, por ende, ante lo inmensurable, hasta
el hombre más culto es un ignorante. Pero ¿qué podríamos decir de
aquél que los conoce y aun así los niega? Éste sólo podría ser llamado

29
WILSON CASTILLO GUZMÁN

necio, y, como suele decirse, «no hay peor ciego que el que no quiere
ver».
Sin embargo, a pesar de haber descartado la existencia de los
dioses zoomorfos, de los dioses extraterrestres e inclusive del dios
antropomorfo, continúo citando pasajes bíblicos en cada oportunidad y
es posible que haya causado confusión en algunas personas e irritación
en otras. Por esa razón, creo que es momento de dilucidar quién es el
verdadero señor de los ejércitos del cual hablan los testamentos. Pero,
para poder hacerlo, primero tendremos que retroceder en el tiempo
hasta el mismísimo origen del Universo; sólo de esa forma usted podrá
juzgar si realmente estamos hablando de conocimientos axiomáticos o
de fábulas artificiosas.

30
LA LÓGICA DEL CREADOR

CAPÍTULO 2

El OMNIVERSO

¿Cuáles son las cualidades del altísimo descritas en la Biblia?


¿Realmente es representado como un ser corporal? Y ¿qué hay del Libro
del Apocalipsis, en el que Juan narra la aparición de un ser esplendoroso
y detalla todas sus características? ¡Pues ese no es el Creador! Dejemos
de ser ilusos, dejemos atrás las interpretaciones ingenuas, dejemos atrás
las niñerías. «Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed
niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.» (1.ª Epístola
a los Corintios, cap. 14, ver. 20).
El hecho de que el reino de los cielos pertenezca a los corazones
que preservan la alegría, la inocencia, la sensibilidad y la mansedumbre
de los niños, no significa que pertenezca a las mentes inmaduras,
crédulas y atolondradas. Aún conozco iglesias y fieles que imaginan
que el Señor retornará a la Tierra levitando en las nubes y rodeado
de ángeles montados en caballos, lo cual es absurdo. Por otra parte,
dejando de lado por un momento el tema de «Jesucristo» —pues no
he olvidado la parte del «verbo hecho carne»—, preguntémonos: ¿Qué
indican las Escrituras acerca del Padre? Distinguimos que resaltan
su omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia (aunque no utilizan
precisamente esos dos últimos términos).
Para reforzar esta idea, veamos las citas que nos permiten

31
WILSON CASTILLO GUZMÁN

inferir esas tres cualidades:


1. Omnipotencia: «Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin,
dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.»
(Apocalipsis, cap. 1, ver. 8).
2. Omnisciencia: «Y no hay cosa creada que no sea manifiesta
en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas
a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.» (Epístola a los
Hebreos, cap. 4, ver. 13)
3. Omnipresencia: «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a
dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si
en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.» (Salmos, cap. 139,
versículos 7 - 8). Cuán interesantes son estos dos últimos versículos.
Al parecer el Padre está tanto en los cielos como en el Seol, en lo más
alto como en lo más bajo. ¿Qué debemos deducir de esto? Talvez el
rey David, autor de esas líneas, nos brinda una pequeña pista para que
podamos comprender la verdadera esencia del «YO SOY EL QUE
SOY».
Ahora bien, ¿es posible que algún ente u organismo ostente
esas tres cualidades? De ninguna manera, pues ya dijimos que ninguna
forma de vida o energía delimitada en un punto finito del espacio-
tiempo pudo haber creado el Universo entero. No obstante, ¿cómo
surgió la materia entonces? Encontraremos la respuesta si recorremos
los aproximadamente trece mil setecientos millones de años de vida
cósmica hasta el punto de la «Gran Explosión».
La teoría más aceptada por la comunidad científica actual es la
del «Big Bang»(14). No obstante, las opiniones sobre cómo es que dicha
«explosión» llegó a producirse todavía son divergentes. «A lo que los
cosmólogos se refieren cuando hablan sobre la teoría del “Big Bang”
(14)
Irónicamente, el propulsor de esta teoría fue un sacerdote católico y astrofísico llamado
Georges Lemaître; razón por la cual algunos científicos recibieron su propuesta con algo de
recelo, y más aún cuando el papa Pío XII, creyendo encontrar en el planteamiento de Lemaître
la prueba contundente del Génesis bíblico, anunció públicamente sus conjeturas. A raíz de ese
pronunciamiento, el científico católico se vio obligado a dirigirse al Sumo Pontífice pidiéndole
que no dijera eso, ya que su propuesta, al ser una teoría científica evaluable, estaba al margen
de la religión.

32
LA LÓGICA DEL CREADOR

es a una mera descripción del resultado del “estallido”. La teoría


convencional del “Big Bang” no dice nada sobre qué explotó, por qué
explotó o qué ocurrió antes de que explotase.»(15) Es decir, que si bien
hay indicios claros de que esta teoría es correcta, por el momento la
ciencia se limita a explicar los fenómenos que tuvieron lugar a partir de
una milmillonésima de segundo ulterior al nacimiento del Universo, de
modo que todavía quedan muchos detalles por esclarecer.
Conozcamos algunos datos elementales antes de proseguir.
Primero, el tiempo y el espacio no son dos entidades distintas, ya
que éstas, conforme a la teoría de la relatividad de Einstein, se hallan
fusionadas en un mismo concepto denominado «espacio-tiempo».
Segundo, la formación de núcleos atómicos tan sólo fue viable
aproximadamente tres minutos después de que el Universo comenzara
a expandirse, cuando la temperatura descendió lo suficiente como para
que se generaran los primeros átomos de hidrógeno. Tercero, aunque es
común el apelativo de «Big Bang» o «Gran Explosión», dicha expresión
fue utilizada por primera vez en forma sarcástica por el astrónomo
británico Fred Hoyle, y es incorrecta (ya que Hoyle no aceptaba la idea
de que el Universo tuviera un origen). Sobre esto, el físico teórico de
ascendencia japonesa Michio Kaku dice:
«…se suponía que se trataba de un término burlesco. De
cualquier manera, el “Big Bang” es en realidad una contradicción,
porque no fue grande ni hubo un estallido. No fue grande porque
creemos que el Universo surgió de una partícula ínfima de alguna
clase y no hubo estallido porque no había aire que transportara las
vibraciones. De modo que lo de la “Gran Explosión” es en cierto modo
una denominación inexacta, pero el nombre se ajustó.»
Recurramos, ahora, a un experimento mental que nos ayudará
a comprender lo siguiente: Si el Universo tuvo un origen, ¿surgió de
la nada? ¿Es factible que haya surgido de la inexistencia o que haya
habido algún tipo de materia previa que haya dado paso a su formación?
Hace algunos años tropecé con un video aficionado muy
(15)
Alan Harvey Guth, físico  y  cosmólogo estadounidense. Formuló la primera «teoría del
universo inflacionario».

33
WILSON CASTILLO GUZMÁN

interesante elaborado por un muchacho de veintiún años, al parecer


norteamericano, y me fascinó ver que en este mundo hay otras
consciencias jóvenes despiertas que también están investigando y
escudriñando la mente del Señor. Sin embargo, aunque su video trata
de probar la existencia del altísimo a través de reflexiones filosóficas
sobre el tiempo, la energía y el espacio, sus conclusiones son un poco
caóticas. De todos modos, no puedo negar que sus deducciones me
sirvieron para reordenar mis ideas y que a partir de éstas pude afinar
lo que el muchacho pretendía explicar en su edición. Expongo sus
premisas a continuación, pero añadiéndoles nuevos elementos:
Imaginemos que un atleta fuese capaz de recorrer exactamente
10 metros por segundo de manera invariable e independientemente
del terreno y del agotamiento. Si le pidiésemos que recorra una pista
de cien metros, ¿en cuántos segundos llegaría a la meta? Obviamente
en diez segundos. Si le pidiésemos que recorra una distancia de mil
metros, ¿en cuántos segundos alcanzaría la meta? En cien segundos,
claro está. Pero y si le presentásemos una pista infinita, ¿podría en algún
momento llegar a recorrerla por completo y concretar así el desafío?
Por supuesto que no.
En su video, el expositor aficionado aplica esa lógica tomando a
la meta como el punto equivalente de lo que él denomina textualmente:
«right now» («ahora mismo» o «este momento»), refiriéndose al
momento presente. Ignoremos lo relativo del tiempo y formulémonos
ahora otra pregunta: ¿Es posible que haya transcurrido una infinidad de
tiempo antes de que llegase este preciso instante? No, por la misma razón
que el atleta imaginario (que venía representando al Universo) sería
incapaz de recorrer una pista infinita y llegar a un punto culminante, ya
que si pudiera hacerlo dicho tramo seria finito. Entonces, tomando en
cuenta que nos encontramos en un instante determinado, entendemos
que el Universo no pudo haber existido siempre e implícitamente le
atribuimos un principio y una causa.
Mas ¿cuál habría sido su causa?, si acabamos de concluir que
ningún tipo de materia preexistente pudo haber oscilado infinitamente
antes de llegar a un punto concreto. Sólo nos queda aceptar que la

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LA LÓGICA DEL CREADOR

Creación vino a existir de la inexistencia, que el Universo surgió de la


nada; lo cual viene a ser un contrasentido. Sabemos, por cierto, que cero
por cero es cero. Nuestro propio razonamiento nos dice que algo no
pudo haber surgido de la nada. Vaya problema. Al parecer, el Universo
no pudo surgir de la nada pero tampoco de algo y, sin embargo, estamos
aquí. «¡Milagro!», solía creer en mi ingenuidad.
Para terminar su explicación, el presentador de la grabación
infiere que lo más lógico es que hayamos surgido de algo, que al ser
la nada lo único realmente inadmisible tuvo que haber existido algún
ente creador eterno, fuera del tiempo, que haya sido la causa del
«Big Bang». Por último, intenta demostrar su hipótesis a través de la
siguiente secuencia lógica causal: «Que ya que todo finito y contingente
tuvo una causa, por lo tanto, todo es causado por otra cosa (causa y
efecto), y sabiendo que ninguna causa puede crearse por sí misma,
tuvo que existir un principio o primera causa. Ya que todo lo que tiene
un principio tiene una causa y como el Universo tuvo un principio,
también tuvo una causa… Dios es la causa.»(16)
Aunque su exposición me impresionó bastante en su momento,
también noté que dejaba varios vacios sin respuesta y cabos de ideas
sueltos que ameritaban ser revisados. Por supuesto, finalmente logré
resolver sus paradojas y conectar sus conjeturas, no sin antes haber
investigado y meditado varios años sobre ciertos enigmas inquietantes
como: «¿Qué hay más allá del Universo?»(17) o «¿Qué es el tiempo?»
Debo admitir que hubo momentos en los que, desanimado por
no obtener las respuestas, me sentí frustrado. No obstante, siempre
me acompañaban estas palabras: «Porque no hay nada oculto que no
haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz.»
(Evangelio según Mateo, cap. 4, ver. 22). Con todo, si bien hoy puedo
decir que he descubierto muchas cosas, les aseguro que tengo más
interrogantes que certezas.
(16)
https://www.youtube.com/watch?v=rtd6GP8R6ds
(17)
Aunque la palabra Universo, proveniente del latín «universus», señala a «todo lo existente»,
las recientes teorías en física y cosmología sugieren que el Universo no lo es todo; éste tan sólo
forma parte de un organismo mucho más complejo denominado Multiverso.

35
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Dos reconocidos autores fueron los que me ayudaron a dilucidar


los anteriores enigmas. El primero fue Julian Barbour, licenciado
en matemáticas y doctor en física teórica, que reafirmó —gracias a
su planteamiento de un Universo estático— algo que yo ya venía
sospechando: el tiempo no existe. Abarcaremos su fascinante teoría
ampliamente después de tratar las propuestas igualmente geniales
del segundo autor, Stephen Hawking. Este último cosmólogo y físico
británico exhibe una nueva visión del origen del Universo totalmente
distinta a la posición rudimentaria del video que examinamos hace unos
momentos. Para Hawking, no es imprescindible la existencia de ningún
Dios, ya que el Universo pudo surgir de la nada sin más aliento que las
propias leyes de la física. En su libro más reciente, elaborado junto al
profesor estadounidense Leonard Mlodinow, titulado «El gran diseño»,
nos explica cómo fue eso posible. Por consiguiente, es conveniente que
inspeccionemos, sin más demora, los postulados más importantes de su
obra.
En el capítulo primero del susodicho texto («El misterio del
ser»), Hawking comienza aseverando algo que podría resultar polémico
para muchos: Que la filosofía, al no haber proseguido al ritmo de la
ciencia, especialmente en el campo de la física, «ha muerto». Por lo
tanto, el estudio que su libro nos presenta encuentra su fundamento
en las leyes positivas de la naturaleza. A partir de ellas, el cosmólogo
anglosajón propone cinco interrogantes muy profundas: «¿Cuál es el
origen de dichas leyes?» «¿Hay algunas excepciones a esas leyes, por
ejemplo, los milagros?» «¿Hay un sólo conjunto de leyes posibles?»; y,
por otro lado, con respecto al origen del Universo y la vida orgánica, las
cuestiones que plantea son: «¿Por qué hay algo en lugar de no haber
nada?» «¿Por qué existimos?»
El libro de Hawking se centra especialmente en el desarrollo
de las teorías cuánticas y de la «teoría M»(18), no obstante, por ahora no
desglosaremos esa parte de su trabajo, ya que la estamos reservando
para el próximo capítulo. Además, lo que nos interesa sobre todo en
este momento, es responder las preguntas atrás formuladas. Así pues,
(18)
Conjunto de teorías que pretenden dar una descripción única de la realidad.

36
LA LÓGICA DEL CREADOR

dejaremos sentado primero que aunque el conjunto de leyes que rige


el Universo podría parecer asombrosamente coincidente como para
permitir las cuatro fuerzas fundamentales de la física moderna que hacen
posible la vida tal como la conocemos (la fuerza de gravedad, la fuerza
electromagnética, la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte), no
lo es tanto si entendemos que nuestro Universo es sólo uno más dentro
de un Multiverso que permite muchos otros órdenes distintos de leyes,
infinitos de hecho.
No hace muchos años, los cosmólogos pensaban que todo
lo que existía era nuestra galaxia; si eso hubiera sido totalmente
cierto, entonces la existencia de nuestra especie, debido a las ínfimas
probabilidades, sería realmente sorprendente. Pero ahora sabemos que
en el Universo hay miles de millones de galaxias que albergan miles
de millones de estrellas que son orbitadas por una cantidad igualmente
exorbitante de exoplanetas en los que fácilmente podrían residir otros
organismos inteligentes. Y sucede lo mismo con el Multiverso; éste
acoge una multitud innumerable de universos, cada uno con diferentes
leyes, que en algunos casos no son propicias ni siquiera para sostener
la estructura de las partículas elementales, las cuales colapsan mucho
antes de que puedan combinarse elementos químicos más complejos.
Sin embargo, en otros casos, como en el nuestro, el orden de las leyes si
permite la subsistencia de ciertos patrones idóneos el tiempo suficiente
como para que acontezca la vida. Las probabilidades llegan a tal punto
que se admite la existencia —aunque únicamente en potencia— de otros
planetas tierras idénticos a los nuestros y de otros seres exactamente
iguales a nosotros en otros universos paralelos.
Ahora, ¿cómo sabemos que el Multiverso es real? Pues, en
primer lugar, la teoría del «Big Crunch» o «Gran Colapso», según la
cual el Universo en algún momento de su expansión comenzaría un
proceso de regresión e implosionaría sobre sí mismo a causa de la fuerza
de gravedad, ha sido descartada. En lugar de eso, las observaciones
recientes demuestran que su expansión se está acelerando. La energía
responsable de tal expansión cósmica ha sido denominada «energía
obscura», pero lo extraño es que su valor es extremadamente pequeño:

37
WILSON CASTILLO GUZMÁN

«una coma seguida de 120 ceros y un uno». Sin embargo, Stephen


Hawking indica que si esa magnitud se hubiera modificado ligeramente
«…nuestro universo se habría despedazado antes de que las galaxias
se hubieran podido formar...»
Por otro lado, el «Big Bang» ha sido confirmado, una vez
más, por el «Satélite Planck» lanzado en 2009, del que hemos recibido
imágenes más detalladas que muestran el remanente de radiación
electromagnética de nuestro Universo primitivo. Dicho remanente es
conocido como «radiación de fondo de microondas».

Como podemos observar, la imagen no es del todo homogénea,


dado que la radiación primigenia del fondo cósmico estaba sujeta a
variaciones de temperatura. Sobre esa observación, El gran diseño
manifiesta: «…Las irregularidades del universo primitivo son
importantes porque si algunas regiones hubiesen tenido una densidad
ligeramente mayor que las otras, la atracción gravitatoria de la
densidad adicional habría reducido el ritmo de expansión de dichas
regiones en comparación con las de sus alrededores. Como la fuerza
de la gravedad va agrupando lentamente la materia, puede llegar a

38
LA LÓGICA DEL CREADOR

conseguir que se colapse para formar galaxias y estrellas que pueden


conducir a planetas y, al menos en una ocasión, a humanos…»(19)
Por último, para que visualicemos mejor el proceso de
generación espontánea de universos, Hawking nos pide que
imaginemos al Multiverso como un conjunto de «burbujas de vapor
en agua hirviente» apareciendo y desapareciendo (cada una de ellas
representa a un universo distinto). Algunas de esas burbujas cósmicas
revientan en cuanto aparecen, cuando todavía son diminutas, debido a
que el valor de su energía obscura es demasiado alto, de modo que su
aceleración expansiva no permite la formación de ninguna estructura
compleja. Otras burbujas crecen lo suficiente —tal es el caso de nuestra
burbuja— y llegan a albergar estrellas, planetas y seres vivos, pero de
todas formas, a la postre, su aceleración las lleva a desintegrarse, ya que
su expansión descontrolada ocasiona que sus electrones ya no puedan
«girar» alrededor de sus núcleos. Obviamente, vivimos en la fase en
que nuestro Universo tiene la capacidad de sostener la materia, mas
ahora sabemos hacia donde se dirige.
Desde esa perspectiva, toda la materia existente apareció de la
nada, a partir de una fluctuación emergente del «vacío cuántico». La
teoría explica que, en algún momento, cuando nuestro Universo era
minúsculo, su densidad era infinita y se constituía en una «singularidad
gravitacional». Sin embargo, estamos acostumbrados a pensar en lo
infinito como una extensión muy grande de cosas, cuando en realidad
lo infinito es una cantidad inestimable o, mejor dicho, una cualidad
inestimable, al igual que la nada o el cero absoluto. Creo que es ahora
que podemos empezar a comprender cómo es que todo pudo surgir de
la nada o, lo que es lo mismo, a partir de una densidad infinita espacio-
temporal; porque las magnitudes infinito y cero son inalcanzables, pero,
aun así, de alguna manera, permanecen allí, refractadas en lo eterno,
inmutables e insondables. (Volveremos a tocar este punto más adelante).
Para terminar de entender qué son las «fluctuaciones cuánticas»,
apelemos a la miniserie documental creada por «Discovery Channel»:
HAWKING, Stephen. & MLODINOW, Leonard. (2010). El gran diseño. Barcelona: Crítica, (pp.
(19)

150 - 151).

39
WILSON CASTILLO GUZMÁN

«El Universo de Stephen Hawking». En el tercer capítulo de la referida


miniserie («The Story of Everything»), el genio científico nos presenta
la siguiente analogía:
«…El gran misterio que subyace tras el Big Bang es la
explicación de cómo es posible que un Universo entero, increíblemente
enorme, lleno de espacio y energía se materialice de la nada. El secreto
se encuentra en uno de los hechos más extraños acerca de nuestro
Cosmos: Las leyes de la física exigen la existencia de algo llamado
«energía negativa». […] Imaginen un hombre que quiere levantar una
colina sobre un terreno plano (la colina representa al universo). Para
levantar esa colina, cava un hoyo en la tierra y forma la colina a partir
de esa tierra. Pero, por supuesto, además de formar una colina también
está haciendo un hoyo, que de hecho es una versión negativa de la
colina.
Lo que estaba en el hoyo ahora se convierte en la colina y
todo está perfectamente equilibrado. Éste es el principio que explica lo
que ocurrió en la creación del Universo. Cuando el Big Bang produjo
una enorme cantidad de energía positiva, produjo simultáneamente la
misma cantidad de energía negativa. De esa manera, la suma de la
energía positiva y la energía negativa siempre equivale a cero; es otra
ley de la naturaleza. ¿Dónde se encuentra toda esa energía negativa
hoy en día? Se encuentra en el tercer ingrediente de nuestro “recetario
cósmico”: En el espacio. Esto podría resultar extraño, pero según
las leyes de la naturaleza que atañen a la gravedad y al movimiento
(algunas de las leyes más antiguas de la ciencia), el espacio es en
sí mismo un gigantesco depósito de energía negativa, la suficiente
como para asegurar que la suma de TODO equivalga a cero. Admito
que a menos que sepan mucho de matemáticas esta idea es difícil de
comprender, pero es cierto…»(20)
Retomando El gran diseño, encontramos el párrafo subsecuente:
«Cuerpos como las estrellas o los agujeros negros no pueden aparecer
de la nada. Pero todo un universo sí puede. En efecto, como la gravedad
(20)
Darlow Smithson Productions. (2013) El Universo de Stephen Hawking - La Historia del
Universo. DISCOVERY CHANNEL.

40
LA LÓGICA DEL CREADOR

da forma al espacio y al tiempo, permite que el espacio-tiempo sea


localmente estable pero globalmente inestable. A escala del conjunto
del universo, la energía positiva de la materia puede ser contrarrestada
exactamente por la energía gravitatoria negativa, por lo cual no hay
restricción a la creación de universos enteros. Como hay una ley como
la de la gravedad, el universo puede ser y será creado de la nada…»(21)
Sin embargo, muchos podrían pensar en relación a la analogía
propuesta por Hawking, que quien cavó el hoyo de energía negativa
y erigió la colina del Universo fue Dios, pero eso es incorrecto. El
Cosmos funciona de manera autónoma y no necesita de la existencia
de ningún ente ajeno que lo propulse. No obstante, ¿dónde queda el
Creador entonces?
Por el momento di vueltas sobre el tema del «Big Bang» —
lo cual era necesario y fundamental—, mas no he llegado a ninguna
conclusión. Y aunque imagino que muchos ya se habrán percatado
del punto al que quiero llegar, le aseguro que todo se esclarecerá con
el escrutinio de los presupuestos del físico teórico Julian Barbour,
quien ha retomado un tema que ha sido dejado de lado o tratado muy
superficialmente en la historia de la física para ofrecernos una teoría
controvertida acerca de la inexistencia del tiempo.
En el pasado, fue Aristóteles uno de los primeros hombres que
comenzó a filosofar sobre el tiempo. De hecho, él se dio cuenta de que
no podríamos percatarnos del paso del tiempo si no percibiéramos el
movimiento; lo cual es muy cierto, ya que cuando medimos el transcurso
del tiempo, lo que hacemos es remitirnos a, por ejemplo, las manecillas
de un reloj o a la posición del sol, es decir, a referentes materiales que
nos comunican con relativa exactitud cuál es la hora del día. Pero ¿qué
es lo que nos brinda la noción de movimiento? Es la transformación de
la materia, el continuo cambio de las cosas.
Un reloj nos muestra la hora, sin embargo, lo que vemos en él
no es el tiempo, sino el movimiento y la posición de sus agujas; un ocaso
nos anuncia —dependiendo de la región— que son aproximadamente
(21)
HAWKING, Stephen. & MLODINOW, Leonard. (2010). El gran diseño. Barcelona: Crítica, (pp.
194 - 195).

41
WILSON CASTILLO GUZMÁN

las seis de la tarde, mas es tan sólo la rotación de la Tierra con


respecto al Sol la que nos da la noción del tiempo; incluso, de acuerdo
a la «Conferencia General de Pesos y Medidas», un segundo es «la
duración de 9 192 631 770 periodos de la radiación correspondiente
a la transición entre los niveles hiperfinos del estado fundamental del
átomo de cesio 133.» Como vemos, la noción del tiempo está sujeta
a hechos, eventos o fenómenos físicos. No obstante, ¿qué tal si tanto
el tiempo como el movimiento fueran ilusiones creadas por nuestra
mente?
Tenemos la idea de que el tiempo avanza de manera
unidireccional y de que todos nosotros nos dirigimos hacia el futuro
desde un pasado bien definido que se filtra por el presente, pero ¿en qué
medida es eso cierto? Suponga, por ejemplo, que yo filmara la secuencia
completa de un vaso de cristal cayendo desde una mesa hacia el piso
y fragmentándose a causa del impacto, y que luego rescatara de esa
filmación cuatro fotogramas: el primero, un cuadro del estado inicial
(el vaso sobre la mesa); el segundo, el vaso resbalando por el borde; el
tercero, el vaso en dirección al suelo; y el cuarto, el vaso fragmentado
en el piso. Si imprimiera y desordenara esas imágenes para después
presentárselas a usted, desafiándole a acomodarlas en el orden correcto,
¿en qué orden las acomodaría? Naturalmente, aunque usted no hubiera
sido testigo del hecho, ordenaría los cuadros «de arriba a abajo»,
ubicando en primer lugar la imagen del vaso íntegro en la mesa, y, en
último lugar, la imagen del vaso hecho añicos en el piso. Pero, ¿por qué
no ubicar los fotogramas en el orden inverso? Simplemente porque en
nuestra vida cotidiana no estamos acostumbrados a observar que las
cosas se reconstruyan ni que retrocedan en el tiempo. No obstante, según
las leyes de la física, esa extraña figura, fuera de nuestras percepciones,
sí es posible. Para Barbour, cada una de esas imágenes es un posible
«ahora». Él las considera como parte de un paisaje infinito —paisaje
al que designa como «Platonia»— en el que cada momento figura un
detalle distinto.
El físico-matemático nos presenta esas y otras ideas en su libro:
«The end of time: The next revolution in physics» («El fin del tiempo:

42
LA LÓGICA DEL CREADOR

La siguiente revolución en física»). Sin embargo, no pude localizar


ninguna edición en español, por lo que, a continuación, le presento la
traducción de un conciso segmento de su obra:
«Sugiero que el cerebro contiene siempre, en cualquier instante,
algo así como una serie de diversos fotogramas de una película.
Dichos “fotogramas” corresponderían a diferentes posiciones de
objetos que pensamos estamos viendo moverse. La idea es que es esa
colección de “imágenes estáticas”, presente en todo momento, la que
permanece en un paralelo psicofísico y que nos brinda la percepción
de movimiento que de hecho creemos ver. El cerebro pone en marcha
la película por nosotros, de manera semejante a como una orquesta
interpreta las notas de sus partituras. No pretendo explicar cómo es
posible que eso sea así; todo lo que quiero hacer es describir la idea
básica en términos generales. Dividamos esta idea en dos partes:
Primero, cada patrón cerebral instantáneo contiene información de
varias posiciones sucesivas de los objetos que vemos moverse en el
mundo. Esas posiciones sucesivas corresponden sólo a una minúscula
fracción de segundo. Segundo, la apariencia de movimiento es creada
por un patrón cerebral instantáneo surgido de la presencia simultánea
de varias imágenes contenidas en él…»(22)
Por otro lado, en una entrevista, Julian Barbour explicó: «…
nuestra creencia en el tiempo y en un pasado surge únicamente porque
toda nuestra experiencia nos llega a través de configuraciones estáticas
de materia, en “ahoras” que crean la apariencia de tiempo y de cambio.
[…] Nuestras memorias a largo plazo también deben estar firmemente
cableadas en los patrones de la red neuronal de nuestros cerebros. Una
vez más, tenemos registros mutuamente compatibles en forma estática.
Incluso es posible que cuando vemos movimiento, la contrapartida
material del fenómeno sea un patrón de conexiones neuronales que
codifica a la vez varias posiciones diferentes de un objeto, y la apariencia
de movimiento surge de su presencia simultánea en una configuración
del cerebro. Como no soy experto en neurociencia, no quiero forzar
BARBOUR, Julian. (2000). The end of time: the next revolution in physics. Oxford New York:
(22)

Oxford University Press, (p. 29).

43
WILSON CASTILLO GUZMÁN

más esta idea. Sólo quiero sugerir que la apariencia del tiempo surge
exclusivamente de configuraciones de materia muy especiales que
pueden interpretarse como registros mutuamente compatibles de
procesos que se desplegaron en un pasado de conformidad con leyes
físicas definidas que implican tiempo. Yo llamo a tales configuraciones
“cápsulas de tiempo”…»
Podemos sintetizar los párrafos atrás citados, de la siguiente
manera: Todos los datos que logramos percibir a través de los sentidos
son sólo un conjunto de imágenes encadenadas predefinidas; es por
esa razón que Barbour se refiere a un «paralelo psicofísico». Mueva
su mano diestra frente a su rostro, de derecha a izquierda. Si no fuera
porque su cerebro ordena los fotogramas en una secuencia lógica para
otorgarle la impresión de movimiento (que es la parte psíquica o el
proceso mental interno de decodificación de datos), entonces podría
notar que externamente las posiciones de su mano están configuradas
del «lado A» (pasado) al «lado B» (futuro) como un cúmulo de
fotogramas grabados en el espacio-tiempo, estáticos y sucediendo de
forma simultánea (ésta es la parte física).

44
LA LÓGICA DEL CREADOR

Es tan absurdo hablar de pasado, presente o futuro, como lo


es hablar de arriba o abajo. En este momento, quienes vivimos en Sud
América, podríamos decir que estamos arriba con respecto al continente
asiático, pero, a su vez, los habitantes de Asia podrían decir lo mismo
en relación a nuestro continente, que desde su perspectiva se encuentra
abajo. ¿Quiénes tienen la razón? Eso es algo totalmente relativo.
Fue el célebre físico Albert Einstein quien introdujo a la ciencia
del siglo XX la teoría de la relatividad como producto de sus reflexiones
sobre la sorprendente velocidad de la luz en el espacio vacío, que es de
aproximadamente 300.000 km/s («podría dar siete vueltas a la Tierra en
un segundo»). Einstein se dio cuenta de que el tiempo y el espacio no
eran absolutos, sino que ambos variaban de observador a observador;
que con el objetivo de que la velocidad de la luz permaneciera siempre
invariable, el tiempo se dilataba y el espacio se contraía en relación a la
velocidad de movimiento de los observadores. Eso significaba, dicho en
escuetas palabras, que el movimiento afectaba el transcurso del tiempo.
Mientras más rápido nos movemos a través del espacio, más
lento transcurre nuestro tiempo con respecto a otros «observadores
inerciales», de quienes todo su movimiento fluye a través del tiempo.
Esto fue demostrado mediante el «experimento de Hafele y Keating» en
1971, en el que «cuatro relojes de haces atómicos de cesio dieron dos
veces la vuelta al mundo en vuelos regulares de aviones comerciales,
una vez hacia el Este y otra vez hacia el Oeste, para probar la teoría
de la relatividad de Einstein con relojes macroscópicos. Por las rutas
de vuelo reales de cada viaje, la teoría predecía que los relojes en
vuelo, en comparación con los relojes de referencia en el Observatorio
Naval de los EE.UU., deberían perder 40+/-23 nanosegundos durante
el viaje hacia el Este y ganar 275+/-21 nanosegundos durante el
viaje hacia el Oeste... En relación con la escala de tiempo atómico
del Observatorio Naval de los EE.UU., los relojes en vuelo perdieron
59+/-10 nanosegundos durante el viaje hacia el Este, y ganaron
273+/-7 nanosegundos durante el viaje hacia el Oeste, quedando los
errores dentro de las desviaciones estándares correspondientes. Estos
resultados proporcionan una clara resolución empírica de la famosa

45
WILSON CASTILLO GUZMÁN

“paradoja del reloj”, con relojes macroscópicos.»(23)


En una escala tan pequeña como la de nuestro planeta, esas
diferencias podrían parecer irrelevantes, pero en la inmensidad del
Universo su acumulación se hace realmente considerable. Piense
en esto: la estrella más cercana, «Próxima Centauri», se encuentra
a casi cuatro años luz de nosotros. O sea, que la luz, no obstante su
admirable velocidad, recorre la distancia que separa a nuestro planeta
de la mencionada estrella, en cuatro largos años (una cantidad de
tiempo muy larga para una velocidad tan grande). Por lo tanto, cuando
vemos la estrella en las noches despejadas, la vemos como ésta era
hace cuatro años y no como es actualmente, en «su ahora». Bien podría
haber desaparecido hace tres años y, sin embargo, nosotros sólo nos
percataríamos de ello un año más tarde, cuando los últimos rastros de
su luz terminaran de llegar a nosotros. Incluso mientras lee este libro
sucede lo mismo: mira sus páginas como éstas eran hace una billonésima
de segundo. Es por esa razón que podemos desenvolvernos con una
precisión muy fina en el mundo, ya que la luz que se refleja en las cosas
que nos rodean, llega a nuestros ojos en una cantidad relativamente
insignificante de tiempo.
De todas las anteriores observaciones, Einstein concluyó que
existía tal relación intrínseca entre el tiempo y el espacio, que ambos
conceptos ya no podían ser considerados por separado. De esa manera,
modificando radicalmente la concepción que se tenía hasta ese momento
sobre el espacio y el tiempo, unificó las tres dimensiones del espacio
(anchura, altura y profundidad) con la llamada cuarta dimensión (el
tiempo), en una sola categoría: el «espacio-tiempo». Ese fue el aporte
fundamental que lo catapultó a la fama.
Para que la noción de espacio-tiempo pueda ser acogida
a cabalidad, ingenié un ejemplo simple que me gusta representar
gráficamente: Figúrese que todo el Universo fuera del tamaño de un
salón de clases de diez metros de largo y que usted se hallara en él,
sentado o sentada a dos metros de la pizarra, en un asiento de la primera
(23)
HAFELE, J. & KEATING, R. Around the World Atomic Clocks: Observed Relativistic Time Gains.
Science. Julio 1972, vol. 177, nº 4044.

46
LA LÓGICA DEL CREADOR

fila. Detrás de usted, tres personas más permanecerían sentadas (sus


nombres ficticios, a efectos de que el ejemplo sea más didáctico, serán:
Ximena, Yoseline y Zacarías [x, y, z]), cada una de ellas situada a su
espalda en un orden correlativo: Ximena sentada a dos metros de usted,
Yoseline a dos metros de Ximena, y Zacarías a dos metros de Yoseline.
Ahora bien, imagine que la pizarra del salón fuera una pantalla
adecuada para emitir pulsos de luz y que esa luz pudiera recorrer tan
sólo un metro por segundo. ¿Qué sucedería si encendiéramos la pantalla
durante un segundo y luego la apagáramos? Pues ésta emitiría un
pulso de luz que comenzaría a viajar a través del espacio en dirección
al extremo opuesto del salón. Al finalizar el primer segundo, la luz
habría recorrido un metro, sin embargo, ninguno de los individuos en
el aula podría verla aún, ni siquiera usted, cuyo pupitre se hallaría a dos
metros de la pantalla. Transcurridos dos segundos, usted por fin podría
observarla, pero desde la perspectiva de sus tres compañeros la pantalla
todavía estaría apagada y no podrían percibir nada. Al iniciar el tercer
segundo, usted miraría el último atisbo de luz, mas inmediatamente ésta
continuaría su camino hacia Ximena. Así, transcurridos cuatro segundos,
el pulso llegaría a Ximena y, aunque para ella sería muy real, para usted
ya se habría extinguido, entretanto que para Yoseline y Zacarías la
pantalla todavía no habría emitido pulso alguno. Lógicamente ambos
podrían admirarla después; no obstante, al final, la luz llegaría a la pared
de fondo y entonces para los cuatro observadores sería parte del pasado.
Analicemos los hechos como si hubiesen ocurrido tal cual los
detallamos atrás ¿Son el pasado, el presente y el futuro los mismos de
manera absoluta para todos los observadores? Claramente no. Cuando
la luz ya había recorrido un metro, tanto para usted como para sus otros
compañeros era parte de un evento futuro que no sucedía aún. Cuando
la luz llegó al lugar que usted ocupaba fue su presente, mas para los
otros tres observadores todavía era un futuro incierto. Cuando la luz
llegó a Ximena, el evento era para usted parte del pasado, sin embargo,
para ella era el presente y para Yoseline y Zacarías el futuro. ¿Puede
darse cuenta ahora de lo increíble que es esta concepción? Aun las
propias paredes de un salón «real», que aparentemente son homogéneas

47
WILSON CASTILLO GUZMÁN

para todos los observadores, no lo son en verdad. Cómo las miremos


depende de la posición que ocupemos en el espacio-tiempo. No obstante,
como ya indicamos, la luz es tan veloz que todos los cerebros elaboran
imágenes relativamente uniformes del entorno diminuto en el que nos
desenvolvemos.

Concluimos que el tiempo, al depender del lugar en el espacio


desde el que se perciba, ya no puede ser considerado de manera aislada,
y que el espacio-tiempo, más allá de nuestras percepciones, es estático
en esencia. Por lo tanto, si concebimos un Cosmos en el que todos los
tiempos, eventos y posibilidades se desarrollan en simultáneo, como si

48
LA LÓGICA DEL CREADOR

fueran datos abstractos dentro de un «disco duro» de capacidad infinita,


entendemos que cuando vemos una estrella ubicada a sesenta y cinco
millones de años luz de distancia (hay muchas de ellas ubicadas a esa
distancia en el firmamento), la vemos tal como ésta era hace sesenta
y cinco millones de años; y que si alguien pudiera observar nuestro
planeta desde esa estrella, observaría con consternación al meteorito
que extinguió a los dinosaurios impactando contra la Tierra al final del
periodo cretácico. Dicho en otros términos, el hecho de que un suceso
forme parte de nuestro pasado remoto no significa que éste se haya
esfumado para siempre, pues para otros observadores en el Universo
podría ser tan real como el presente que percibimos en este instante lo es
para nosotros. Y, por último, aunque nosotros no podamos distinguirlo,
todo evento futuro también ocurre de manera sincrónica al «pasado» y
al «presente».
En consecuencia, Barbour entendió que si pudiéramos salir
del Cosmos (lo cual en realidad es imposible) y ver la existencia
en su totalidad, observaríamos el «Big Bang», a la Tierra en pleno
proceso de formación, a los dinosaurios en su apogeo, a los mamíferos
diversificándose y evolucionando, a los primeros Homo sapiens, a
Cristóbal Colon llegando a América, a nosotros mismos en todas
las etapas de nuestras vidas e incluso a nuestros «yoes» futuros; en
suma, a cada evento, fenómeno, hecho y posibilidad sucediendo
simultáneamente —cual si fueran fotogramas entrelazados entre sí—,
de forma que nos sería imposible diferenciar entre el presente, el pasado
y el futuro.
Después de haber comprendido esas reveladoras ideas, me
hice una pregunta que hasta hace poco no podía responder: ¿A cuánto
equivale cada «fotograma»? Quiero decir, puesto que es nuestro
cerebro el que ordena todos esos «ahoras» infinitos y predeterminados
proporcionándonos la impresión de movimiento, ¿es posible establecer
el valor de cada uno de ellos en forma independiente a los demás?
Julian Barbour no procura una respuesta a esta cuestión, no obstante,
creo estar en lo correcto al apuntar que cada instante equivale a cero y
a infinito; tiene sentido si nos percatamos de que, conforme a la ley de

49
WILSON CASTILLO GUZMÁN

la acción recíproca, cada instante está encadenado a la totalidad. Por


consiguiente, sería imposible hallar un ahora que no cargue con el valor
infinito de todo el conjunto de fotogramas, y ya que Hawking expresa
que el valor a escala del conjunto de todo lo que existe es cero, cada
punto también debería tener esa equivalencia.
Además, sabemos que al adentrarnos en los rincones más
diminutos de la materia, caemos en un vacío que no tiene fin. Primero
encontramos átomos, luego protones y neutrones, luego quarks y
leptones, y, por ahora, los físicos teorizan que existen hebras minúsculas,
denominadas cuerdas, que vibran a niveles a los que todavía no hemos
llegado. Mas ¿acaso pensamos que ése es el final del recorrido? Creo
que a estas alturas nos damos cuenta de que no hay una barrera real,
que si bien podemos cuantificar la materia, también es cierto que jamás
podríamos alcanzar la nada ni lo eterno porque ambas son cualidades, no
cantidades; y son cualidades innatas a la existencia que se manifiestan
en todos nosotros. Estamos hechos de eso, de lo eterno.
Cada punto en el espacio-tiempo es el Alfa y la Omega, el
principio y el fin; cada instante en nuestras vidas es producto de una
infinidad de procesos físicos, químicos y biológicos; cada momento
es el resultado de toda la experiencia inagotable acumulada en esta
gran odisea que llamamos vida. El propio presente no es más que una
meta y a la vez un punto de partida, pues todos y todo somos el filtro
por el que la eternidad fluye. De acuerdo a la ley de la conservación
de la energía, que formula: «la energía no se crea ni se destruye, sólo
se transforma», y sabiendo que Einstein demostró que la energía y la
materia son básicamente una misma cosa, podemos afirmar, sin más
vueltas, que: de lo eterno venimos y a lo eterno vamos. «Jesucristo ha
dicho: Soy la luz quien está sobre todos, soy el todo. Todo salió de mí,
y todo vuelve a mí. Partid la madera, allí estoy. Levantad la piedra y
allí me encontraréis.» (Evangelio según Tomás, sentencia 77).(24) Es
(24)
El Evangelio según el Apóstol Tomás —un libro «apócrifo»— fue descartado junto a otros libros
«gnósticos» después de haberse celebrado el Concilio de Nicea convocado por el emperador romano
Constantino el año 325 e. c., lo cual en mi opinión fue un terrible error. He leído el texto y encuentro
mucha sabiduría en él. Por ello, le animo a buscar el libro en la siguiente dirección: http://www.elies.info/
hogar/EVANGTOMAS.pdf

50
LA LÓGICA DEL CREADOR

por eso que antes dijimos que es imposible salir del Cosmos, porque
éste no conoce límites.
Perfecto, existe un Universo que es parte de un muy variado
Multiverso. Pero ¿hasta cuándo seguiremos clasificando lo que de
hecho no tiene fronteras? Estoy seguro de que el Multiverso también
se encuentra inmerso dentro de un «organismo» superior y de que ese
organismo superior se halla dentro de otra estructura aún más compleja.
Entendí que si no hay un fin, todos nosotros somos parte de una misma
forma de existencia, a la cual me gusta denominar «Omniverso».
Este Omniverso es la totalidad de ciclos, procesos y organismos
que constituyen una única realidad cósmica consciente de su propia
existencia; un «supraorganismo» sempiterno, formador de galaxias,
creador de universos y dador de vida. «Tú crees que Dios es uno;
bien haces: también los demonios creen, y tiemblan.» (Epístola de
Santiago, cap. 2, ver. 19).(25)
Si pensamos que nuestra galaxia es enorme, entonces
contemplamos el Universo y éste la hace parecer pequeña; si pensamos
que el Universo es inmenso, entonces reparamos en el Multiverso y éste
lo deja diminuto; si pensamos que nosotros somos pequeños, entonces
miramos las miles de millones de partículas subatómicas de las que
estamos hechos y parecemos gigantes. No existen los tamaños ni las
distancias ni el tiempo ni el espacio ni el movimiento; y por ahora,
en este plano tridimensional, tan sólo hemos conocido las limitadas
percepciones de nuestro cerebro, el cual trata inútilmente de entender e
interpretar una realidad tan magnífica, que simplemente me sobrecoge.
«Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas
por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.»
(Epístola a los Romanos, cap. 1, ver. 20).
El Omniverso es la única «entidad» que cumple con los tres
requisitos que enumeramos al comenzar este capítulo. Es omnisciente
porque por acción recíproca conoce absolutamente todo lo que sucede
(25)
Sobre «demonios» hablaremos en un capítulo posterior, sin embargo, descartamos desde
ahora a los monstruos rojos con cuernos y tridentes.

51
WILSON CASTILLO GUZMÁN

dentro de sus múltiples redes interconectadas de información; es


omnipotente porque todas las posibilidades infinitas fluctúan en el
Multiverso, todo le es factible a este gran «Padre»(26) que nos alberga
en su propio ser, y no hay cosa alguna en la que podamos pensar que le
sea imposible;(27) y es omnipresente porque, como habrá notado toda su
vida, el Cosmos lo abarca todo. No hay un sólo lugar al que podamos
huir, ni a planetas ni a galaxias distantes, sin toparnos con él. Siempre
estaremos dentro del Omniverso. Aun en la muerte los cuerpos vuelven
al polvo del que vinieron y su materia no desaparece, únicamente
cambia de forma. Por eso el Creador nunca muere, sino que permanece
para siempre; y por la misma razón también los Salmos dicen: «¿A
dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?».
Es ahora que todo lo escrito en la Biblia empieza a tener más
sentido y que me avergüenzo más que nunca de mis pecados, pues por
fin entiendo que todos los cometí a la luz de sus ojos: «El Dios que
hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo
y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es
honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él
es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre
ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la
faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites
de su habitación;  para que busquen a Dios, si en alguna manera,
palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada

(26)
El Creador carece de toda condición biológica sexual, sin embargo, aunque muchas veces se
critique a la Biblia de machista, el hecho de que se lo nombre como Padre tiene una explicación
totalmente racional; expondremos la misma en el cuarto capítulo.
(27)
Piense en este momento en una criatura que jamás haya observado. Sólo por describir algo
diré lo primero que me venga a la cabeza: Un monstruo esférico con cien ojos, sin extremidades,
con escamas, que se traslada por levitación y que además respira helio. Probablemente en nuestro
Universo un tipo de vida así no sería viable. Pero en otro, constituido por leyes diferentes que
afecten su gravedad y su composición química, no hay lugar a dudas de que una criatura con esas
características podría desarrollarse sin problemas. Y si ese «monstruo» además pudiera pensar, y
en su mundo cotidiano no estuviera acostumbrado a tratar con seres como nosotros, poseedores
de orejas, brazos, piernas, narices y mocos, seguramente, aunque le plantearan la posibilidad de
nuestra existencia, no le daría crédito; menos si le dijesen que tenemos una abertura en la cara
por la cual ingerimos nuestros alimentos. Talvez nos consideraría seres horribles, pero la belleza
también es relativa.

52
LA LÓGICA DEL CREADOR

uno de nosotros. PORQUE EN ÉL VIVIMOS, Y NOS MOVEMOS,


Y SOMOS; como algunos de vuestros propios poetas también han
dicho: Porque linaje suyo somos.» (Hechos, cap. 17, versículos 24 – 28
¡Qué palabras tan certeras! Con los conocimientos de los que
ahora estamos pertrechados, esos versículos escritos por el apóstol
Pablo adquieren un significado mucho más profundo. Note en especial
que el apóstol atribuía la creación de todas las cosas al altísimo (lo
cual tiene todo el sentido, si hemos entendido que el Creador es el
propio Omniverso, la misma existencia de la que venimos todos y
todo). Note también que Pablo hablaba del tiempo como si su orden
estuviera ya prefijado, y de los «límites de nuestra habitación» —que
comprenderían desde humanos llegando a la Luna, hasta «humanos
llegando a Marte»(28)— como si cada centímetro que hemos sido capaces
de conquistar hubiera estado predeterminado a ser descubierto desde
siempre, pensamiento que armoniza muy bien con el determinismo que
Einstein aceptaba. Por último, note cómo el apóstol expresaba que para
encontrar al omnipresente basta con sólo palpar, palpar lo que hemos
tenido siempre tan cerca de nosotros: nuestras manos, nuestro rostro,
nuestro entorno o la propia naturaleza gloriosa. Hemos estado viendo
toda nuestra vida el rostro del Creador frente nuestros ojos, desde la
ínfima roca hasta la esplendorosa estrella, y no lo reconocíamos porque
estábamos ciegos. «Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no
ven, y oyendo no oyen, ni entienden.» (Evangelio según Mateo, cap.
13, ver. 13).

(28)
Como referencia, citamos la expedición programada a Marte a realizarse el año 2022. Para
más información puede acceder a la siguiente dirección: http://www.mars-one.com/

53
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Sin embargo, no empezaré ahora a adorar a las piedras, porque


sé que ellas no son nada sino en relación al Todo; aunque tampoco
las menosprecio. Y si no menosprecio a las rocas, mucho menos a mis
hermanos. Por lo tanto, la discriminación, el racismo, el clasismo, etc.,
ya no tienen razón de ser; sólo perduran porque todavía hay quienes
desconocen que el Señor no hace distinción alguna entre sus hijos.
El Omniverso fue quien nos formó, y nadie puede negar que
somos sus criaturas, su descendencia, su linaje; es por eso que no
necesitamos buscar nuestro origen en ningún otro creador ficticio.
Vuelvo a repetirlo una vez más: De un mismo Cosmos venimos y a
un mismo Cosmos vamos todos, aunque unos se dirigen hacia la vida
eterna y otros hacia la muerte eterna.
Ahora bien, puesto que el Creador está presente en todo, ¿también
está presente en el mal; en aquel asesino, impío e inmundo; en el cáncer,
la destrucción y la muerte? La respuesta es un rotundo sí; explicaremos
por qué de inmediato.(29) Ya dijimos que el conflicto, el desastre y el
sufrimiento son necesarios, y que atravesarlos es la única manera de
ganar experiencia. Pero nosotros somos meros conductores que albergan
momentáneos destellos de experiencia y conocimiento, los cuales sólo
se hacen notorios en su conjunto (cantidad en calidad). Fue el Señor,
siendo él mismo el conjunto de todos esos destellos, quien se benefició
de toda la experiencia infinita para hacerse proporcionalmente sabio; así,
nuestros aportes sirvieron a un propósito mayor, convirtiéndose en piezas
constituyentes de su estructura sempiterna. Me siento honrado por ello.
No obstante, al haber adquirido todo el conocimiento, toda la fuerza y
todo el poder, el Padre se hizo luz por sobre todas las cosas. «Este es
el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no
hay ninguna tiniebla en él.» (Primera Epístola de Juan, cap. 1, ver. 5).
Mas, aunque en verdad la luz propiamente dicha también es parte del
Cosmos, Juan no se refería a ella para que imaginemos al altísimo como
una gran masa de energía. En realidad, la luz es tomada en la Biblia

¿Panteismo? No precisamente. Si bien el Creador se halla presente en todo lugar, no es acer-


(29)

tado identificar su ser en un mero grupo de manifestaciones finitas. De hecho, la visión panteista
acerca de la eternidad es bastante pobre.

54
LA LÓGICA DEL CREADOR

como: CONSCIENCIA, ENTENDIMIENTO O SABIDURÍA.(30)


¿Halla alguna inconsistencia? No la hay. Ya que el Universo es
infinito y dentro de él cohabitan dos opuestos: el bien y el mal (ley de
la contradicción), podría pensarse que ambas fuerzas son equivalentes
y que ninguna podría sobreponerse a la otra, pero eso no es verdad.
Imagine una habitación vacía y 100% obscura. Si en ella encendiéramos
la misma proporción de luz, la onda electromagnética recorrería cada
rincón iluminándola sin dejar el mínimo rastro de tiniebla; y es que
la luz no brilla por sobre la luz, sino por sobre la obscuridad. Lo que
quiero decir con esto es que la luz representa sapiencia y la obscuridad
simboliza lo contrario: ignorancia. Esa ignorancia es un paso hacia el
conocimiento, pero en el momento en que es superada, aunque siga
siendo parte del proceso de aprendizaje, ya no es más la preponderante.
Consideremos nuevamente nuestra visión del espacio-tiempo.
Por ejemplo, si yo desconozco o ignoro en este momento cómo realizar
una operación matemática cualquiera, puede decirse que hay obscuridad
en un área de mis conocimientos. No obstante, si llegara a aprender su
procedimiento, adquiriría luz al respecto y la obscuridad desaparecería,
aunque todavía habrían muchas otras cosas que desconocería. No
ocurre lo mismo para el Señor. Ya que Él es la totalidad de los procesos
(el yo pasado ignorante y el yo futuro que sabe), no podemos decir
que Él ignora, pues ya ha recorrido toda la eternidad venciendo cada
punto de obscuridad, sirviéndose del dolor y la calamidad para poder
evolucionar hasta convertirse en el ser omnisciente que ES.
En su labor de autoconstrucción, generó, de manera inevitable,
todas las posibilidades (lo cual asimismo dio lugar a seres pecaminosos).
En consecuencia, tan sólo podríamos decir que el Creador es un ser
perverso si él fuera únicamente el pecado. Mas no hubo mejor manera
de confirmar su existencia que a través de los dos opuestos (aunque
así como la nada y el todo son equivalentes, el todo se asentó en la
nada para brillar por sobre ella). Pero, entonces, brota inmediatamente
el cuestionamiento a su buen juicio: ¿Por qué si los pecadores estaban
(30)
Fue Jesús quien dio a entender a sus discípulos que la luz es SABER, sin embargo, trataremos
este tema después.

55
WILSON CASTILLO GUZMÁN

predeterminados a pecar van a ser juzgados tan duramente? «¿Por qué,


pues, inculpa? Porque ¿quién ha resistido a su voluntad? Mas antes,
oh, hombre, ¿quién eres tú para que alterques con Dios? ¿Dirá el
vaso de barro al que lo formó: Por qué me has hecho así? ¿O no tiene
potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un
vaso para honra y otro para deshonra? (Epístola a los Romanos, cap.
9, versículos 19 - 21).
Sin embargo, siendo yo mismo barro, no puedo evitar intentar
decodificar el cerebro del hacedor eterno para poder entender así sus
propósitos, y talvez también estoy predeterminado a ello. Y si bien sé
que jamás llegaré a entenderlo todo, también sé que ostento, a cada
instante, un pedazo de su verdad inconmensurable. En esa búsqueda
pude comprender, remontándome a una fábula infantil que recordé en
un momento de reflexión, que aunque vengan muchos males, al final
todo resulta siendo justo. Cito, a continuación, el mencionado relato; su
título es «El hombre ecuánime»:
«Era un hombre querido por todos. Vivía en un pueblo en el
interior de la India, había enviudado y tenía un hijo. Poseía un caballo,
y un día, al despertarse por la mañana y acudir al establo para dar de
comer al animal, comprobó que se había escapado. La noticia corrió
por el pueblo y vinieron a verlo los vecinos para decirle:
— ¡Qué mala suerte has tenido! Poseías un caballo y se ha
marchado.
— Sí, sí, así es; se ha marchado —dijo el hombre.
Transcurrieron unos días, y una soleada mañana, cuando el
hombre salía de su casa, se encontró con que en la puerta no sólo
estaba su caballo, sino que había traído otro con él. Vinieron a verlo
los vecinos y le dijeron:
—¡Qué buena suerte la tuya! No sólo has recuperado tu
caballo, sino que ahora tienes dos.
— Sí, sí, así es —dijo el hombre.
Al disponer de dos caballos, ahora podía salir a montar con su
hijo. A menudo padre e hijo galopaban uno junto al otro. Pero he aquí

56
LA LÓGICA DEL CREADOR

que un día el hijo se cayó del caballo y se fracturó una pierna. Cuando
los vecinos vinieron a ver al hombre, comentaron:
—¡Qué mala suerte, verdadera mala suerte! Si no hubiera
venido ese segundo caballo, tu hijo estaría bien.
— Sí, sí, así es -dijo el hombre tranquilamente.
Pasaron un par de semanas. Estalló la guerra. Todos los jóvenes
del pueblo fueron movilizados, menos el muchacho que tenía la pierna
fracturada. Los vecinos vinieron a visitar al hombre, y exclamaron:
— ¡Qué buena suerte la tuya! Tu hijo se ha librado de la guerra.
— Sí, sí, así es —repuso serenamente el hombre ecuánime.»
La fábula finaliza con una sabia moraleja: «Para el que sabe
ver el curso de la existencia fenoménica, no hay mayor bien que la
firmeza de la mente y de ánimo.»
Pero ¿cómo podemos decir que al final todo es justo, si hay
millones de personas cuyas vidas, además de haber estado repletas de
constantes frustraciones, no encontraron finales gratos, sino todo lo
contrario? Les recuerdo que nosotros somos simples seres efímeros,
de modo que, al igual que con la experiencia, el rédito de todo lo que
acontece es para la existencia indestructible e imperecedera. «¡Que
Dios tan egoísta!» podrían pensar algunos. Mas no olviden que todas las
alegrías de esta vida también provienen del Padre y que, por sobre todo,
aguardamos el cumplimiento de su máxima promesa: la vida eterna.
Reiteramos, además, que la iniquidad no surgió por un vano capricho
suyo, fue un evento ineludible y absolutamente necesario que hizo
posible la evolución de una consciencia plenamente desarrollada. No
obstante, también es cierto que el pecado, una vez cumpla su función en
este mundo, está irremediablemente destinado a ser eliminado, y junto
a él todos los seres que permanezcan bajo su yugo.
En otro orden de ideas, hace poco pude apreciar el video de una
fascinante conferencia expuesta por un eminente físico teórico —ateo,
por cierto—: Lawrence Krauss. En dicha presentación, el científico
proporciona luces sobre algunos temas muy interesantes, pero, aparte de
eso, formula un par de críticas hilarantes hacia la religión, que se fundan

57
WILSON CASTILLO GUZMÁN

con toda razón en contra del dogma cristiano clásico que conceptualiza
a Dios de la manera errónea que vimos en el primer capítulo. Pasé un
momento más que entretenido escuchándolo. Sin embargo, aunque estoy
de acuerdo con sus observaciones concernientes a la infructuosidad del
pensamiento metafísico, también creo que desde nuestra nueva sensata
perspectiva es posible aclarar sus críticas. Encontramos la primera de
ellas en los primeros minutos de su exposición. Transcribo sus palabras
a continuación: «…una de las cosas que hace especial a la ciencia es
que los científicos aman el misterio. A ellos les encanta no saber. Esa
es la clave de la ciencia: la emoción por el aprendizaje del Universo.
Y eso es, nuevamente, tan diferente de los aspectos estériles de la
religión, donde aparentemente la emoción consiste en saberlo todo,
aunque, claramente, no saben nada».
Ese es un ataque claro contra la omnisciencia de la que tantos
predicadores hablan sin tener la menor base científica. Pero ¿qué dice
realmente la Biblia en relación a esto?: «Gloria de Dios es encubrir un
asunto; pero honra del rey es escudriñarlo» (Proverbios, cap. 25, ver.
2). Me gusta más la traducción de otras ediciones bíblicas aceptables
que anotan: «sus misterios», en lugar de «un asunto» —de todos modos,
esto no incide en su interpretación—. Ya que el Omniverso es eterno, su
gloria radica en que, por más que nos esforcemos, jamás terminaremos
de revelar todos sus secretos. No importa cuánto escarbemos, siempre
habrán más capas ocultas delante de nosotros. Sin embargo, ésta es
nuestra honra: el poder investigar los misterios más intrigantes del
Omniverso; pero «el poder» sólo es un atributo de los reyes, y el Señor,
reyes nos ha hecho. No obstante, ¿cuál es nuestro reino? No es momento
de discutirlo.
Como vemos, no hay contradicción entre el hecho de que todo
el conocimiento esté predefinido en este gran programa astral que nos
acoge, y el hecho de que nosotros, hologramas dentro de su configuración,
seamos seres ignorantes que, disfrutando del «autodescubrimiento»(31),
(31)
Decimos «del autodescubrimiento» porque al formar parte todos de una misma existencia,
al estudiar, experimentar y tratar de entender el Omniverso (desarrollando teorías sobre nuestra
evolución, sobre el origen del Universo, sobre el comportamiento de los astros, etc.), lo que
hacemos es descubrirnos a nosotros mismos.

58
LA LÓGICA DEL CREADOR

tienen la oportunidad de hacerse más y más sabios sin llegar a serlo


totalmente; lo cual resulta siendo la mejor parte, pues siempre quedará
algo más por descubrir, algo más por ver, algo más por disfrutar, algo
más por que luchar.
Más adelante, Krauss se refiere a la importancia de las
«supernovas» (descomunales explosiones que sobrevienen cuando
las estrellas han agotado sus reservas de hidrógeno al final de sus
vidas) como patrones estándar de luz que al medirse nos permiten
saber la tasa de expansión del Universo y, por consiguiente, su edad
con una admirable precisión; y luego, en esa trama, hace una pequeña
interrupción, explicando que escribió todo un libro al respecto (llamado
«Historia de un átomo»), justificando su obra de la siguiente forma: «…
Porque es la cosa más poética que conozco sobre el Universo. […] Lo
asombroso es que cada átomo de tu cuerpo viene de una estrella que
explotó. Los átomos de tu mano izquierda probablemente vienen de una
estrella diferente que los de tu mano derecha. Realmente es la cosa
más poética que conozco sobre la física: eres sólo polvo de estrellas.
Tú no podrías estar aquí si las estrellas no hubieran explotado, porque
los elementos: el carbono, el nitrógeno, el oxígeno, el hierro —toda la
materia necesaria para la evolución— no fueron creados en el principio
del tiempo; fueron creados en los hornos nucleares de las estrellas, y
la única razón por la que los tienes en tu cuerpo es porque las estrellas
tuvieron la amabilidad suficiente de explotar. ¡Así que olvídate de
Jesús! Las estrellas murieron por ti para que tú pudieras estar aquí…»
Es la irreverencia más graciosa que jamás he escuchado. Sin
embargo, hallo tanto conocimiento en las palabras de Lawrence Krauss
que no puedo culparlo. Además, incluso yo mismo muchas veces he
tenido el impulso de contender contra algunos hipócritas que, año tras
año, en los días de Semana Santa, representan la muerte de mi Señor
en una exhibición sin sentido; aunque jamás me he atrevido a chocar
contra los supuestos fieles, ya que tampoco me siento digno de hacerlo,
siendo también yo un hipócrita. Mas, no olvidemos lo que está escrito:
«Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los
hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.»

59
WILSON CASTILLO GUZMÁN

(Evangelio según Mateo, cap. 12, ver. 31).


En verdad Krauss podrá ser perdonado, porque gracias a sus
aportes la ciencia continúa desarrollándose en beneficio de una sociedad
más culta y por lo tanto menos violenta. No ocurrirá lo mismo con
aquéllos que usan el legado de Cristo (su espíritu) para obtener riquezas
mundanas. Pero debemos continuar el estudio para poder establecer qué
es el espíritu.
Si bien el físico tiene toda la razón al decir que nuestra materia
se formó en las estrellas, ¿qué podemos decir acerca de las estrellas?,
¿dónde se formaron éstas? Ya revisamos el origen del Universo y
entendimos que éste es una más de tantas fluctuaciones cuánticas, así
que, es correcto decir que somos «polvo de estrellas», pero es mucho
más preciso decir que venimos de un encadenamiento de procesos que
recorre el pasado hasta el infinito y que, por lo tanto, TODO VIENE
DEL TODO. Y aunque no creo que haya más necesidad de redundar
sobre este asunto, por razones pedagógicas vuelvo a hacerlo: Si el Padre
lo es todo, entonces es correcto afirmar que todo proviene del Padre; de
esta manera se pone fin a cualquier discusión.
Por otro lado, volviendo al tema del espíritu, ¿cómo resolvemos
el siguiente versículo?: «Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren.» (Evangelio según Juan,
cap. 4, ver. 24). Hace un tiempo un grupo de «testigos de Jehová» pasó
por mi casa distribuyendo una de sus famosas revistas «!Despertad!», y
como estoy muy enfrascado investigando todo lo relacionado al Creador,
haciendo a un lado mis prejuicios sobre su organización (la cual, creo
yo, está bastante confundida), eché una hojeada a su publicación porque
me llamó la atención un artículo en especial que hacía un símil entre los
presupuestos científicos y los bíblicos. ¿Qué fue lo que encontré? ¡Una
aberración total!(32)
Me pareció tanta la necedad de estos mal llamados «hermanos»,
que comencé a pensar que es una gran tragedia que sus susodichas
(32)
Sé que al interior de la organización corrupta de los testigos de Jehová hay verdaderos
creyentes. A ellos les exhorto a abandonar los viejos dogmas y a continuar por el camino del
conocimiento para que puedan avanzar un peldaño más en aras del perfeccionamiento.

60
LA LÓGICA DEL CREADOR

revistas estén traducidas en más de ciento cincuenta idiomas; están


diseminando confusión por todo el mundo. Aquel artículo decía: «Dios
existía antes de que hubiera materia. De hecho, él la creo, de modo
que no puede estar hecho de materia. El es un espíritu». ¿Pues qué
piensan que es el espíritu? ¿Creen acaso que es algún tipo de fantasma
energético? Indignantemente, sí. La noción popular figura al espíritu
como a un ente sobrenatural; nosotros no lo conceptualizamos así.
Veamos cuál es el origen de las dos palabras que van ligadas:
«espíritu santo». Su raíz se localiza en el latín antiguo «spiritus sanctus».
El primer vocablo es entendido como «soplo» o «aliento de vida» y
el segundo como «santo». Por su parte, esas palabra latinas provienen
de la traducción griega: «πνεῦμα ἅγιος» («pneuma jagios»), locución
que significa «aliento santo» o «inspiración santa». Y, remontándonos
al auténtico origen semítico, «pneuma jagios» emana del hebreo «‫קדש‬
‫«( »רוח‬ru’jk q’d’sh»), que puede pronunciarse como «ruaj kadosh».
«Ruaj kadosh» no personificó nunca, ni siquiera cercanamente,
a un ente ni a ningún tipo de fantasma, tal cual se lo malentiende
actualmente. Su significado guarda una exquisitez que únicamente en
hebreo podría darse a entender a cabalidad. Es por eso que, para poder
entenderlo nosotros, es conveniente tener una previa noción básica del
idioma.
El hebreo antiguo se escribe de derecha a izquierda, carece de
vocales en su escritura (razón por la cual se utilizan los «apóstrofos»
[no apóstrofes] en lugar de las vocales en su transliteración, como en
el caso de «ru’jk q’d’sh») y en él cada palabra está compuesta por un
conjunto de letras que tienen por sí mismas un amplio significado y
valor debido a que su escritura original era pictográfica. En este caso,
«‫ »רוח קדש‬son dos palabras que abarcan seis letras que en contexto
hacen a un significado muy profundo que debe darse a conocer.(33)
(33)
En mi caso, los secretos que se ocultan en el idioma hebreo, así como los significados del griego,
me fueron trasmitidos por el pastor Luis Raúl Henry Aramayo; a quien conocí hace muy poco tiempo,
no por casualidad, sino porque ambos —aunque con algunas discrepancias— estamos recorriendo el
mismo sendero.
Luis Raúl ha estado trabajando más de dos décadas (de las casi seis que ha recorrido en este mundo)
traduciendo la Biblia del hebreo, arameo y griego a nuestro idioma, realizando un trabajo invaluable

61
WILSON CASTILLO GUZMÁN

La primera palabra, «ruaj», empieza con la letra «‫«( »ר‬resh»),


que significa: ALGO VERDADERO. Su segunda letra es la «‫»ו‬
(«vav»), cuyo número es el seis (según su orden en el alfabeto hebreo)
y representa: al HOMBRE. La tercera es la «‫«( »ח‬jet») y significa: LA
VIDA ESENCIAL QUE VIVIFICA.
En suma, «ru’jk» («ruaj») se interpreta como: «ALGO
VERDADERO, QUE ASOCIA AL HOMBRE CON LA VIDA
ESENCIAL QUE LO VIVIFICA.»
La segunda palabra, «kádosh», está presidida por la «‫«( »ק‬quf»),
la cual es: LA SANTIDAD QUE TRASCIENDE LOS MUNDOS.
Después encontramos a la «‫«( »ד‬dálet»), que figura a: LA PUERTA DE
LA CASA DEL «‘L’KJIM» (explicaremos el significado de «‘l’kjim»
[«eljim»], que es otra palabra hebrea traducida erróneamente como
Dios, en un momento más). Y la última es la «‫«( »ש‬sin» o «shin» [en
este caso se la pronuncia como «shin»]), que simboliza a: LA FLAMA
ETERNA DE LA LIBERTAD.
Por ello, en contexto, q’d’sh (kádosh), se da a entender como:
«LA SANTIDAD QUE TRASCIENDE LOS MUNDOS Y QUE
ATRAVIESA LA PUERTA DE LA CASA DEL ‘L’KJIM («eljim»)
DONDE ESTÁ LA FLAMA ETERNA DE LA LIBERTAD.»

de investigación «en un celo santo por la Verdad» (en sus propias palabras) con el objetivo de hacer
notorios los nefastos errores que se han cometido en las traducciones de las biblias corrientes, entre
las cuales se encuentra incluso la que yo recomendé emplear en el Prólogo de éste libro.
Por los motivos descritos atrás, a partir de ahora utilizaremos algunos versículos traducidos por el
pastor (sólo algunos, ya que su labor todavía se encuentra inconclusa y en proceso de revisión) y lo
haremos citando su nombre en cada ocasión, porque el trabajo que está realizando es digno de ser
resaltado.

62
LA LÓGICA DEL CREADOR

Tenemos que dejar de lado, por ahora, el análisis del contenido


que acabamos de ver, quedando inciertas ideas tales como: la Verdad,
la santidad, la figura de la puerta de la casa del ‘l’kjim o el simbolismo
de la llama eterna de la libertad. Sin embargo, podemos adelantar
que la «inspiración santa» está relacionada con el dar y recibir vida.
Incluso el mismo diccionario define la palabra inspirar como la acción
de introducir aire en los pulmones, y eso no tiene nada que ver con la
introducción de un alma en el cuerpo. La concepción del espíritu como
un ente sobrenatural fue fruto del obscurantismo en la Edad Media, y
comenzó a ser empleada para intimidar a las personas con un infierno
eterno en el que sus almas arderían si se comportaban «mal» o si iban
en contra del dogma. En otras palabras, el término fue tergiversado para
ser usado como un instrumento de opresión. Vaya sorpresa.
Otra de las grandes enseñanzas que recibí del pastor mencionado
en el pie de página número treinta y dos, Luis Raúl Henry Aramayo,
fue la del pésimo empleo de la palabra «Dios». Ésta es una traducción
más que profana del hebreo «‫‘«( »אלהים‬l’kjim»), cuya pronunciación es
parecida a: «eljim».
Veamos los irreverentes antecedentes de su traducción. Lo
primero que nos llama la atención es que «‘l’kjim» no inicia con
mayúscula, a diferencia de la palabra Dios; eso se debe a que la antedicha
palabra hebrea no alude a un nombre, sino a un «adjetivo calificativo»
(«palabra que acompaña al sustantivo para expresar alguna cualidad»).
Generalmente, se excusa ese error argumentando que lo que se pretende
es dar supremacía al término; lo cual no es más que un inútil intento por
sacralizar el adjetivo, inútil porque el Señor tiene un nombre propio:
«‫( »יהוה‬I’kjv’kj), que se pronuncia como «Ievé» y que es erróneamente
traducido como Jehová, Yavé o Yahweh; (también desglosaremos esta
palabra en breve).
Los judíos actuales, de forma semejante, procuran darle
distinción al vocablo «dios» agregando, en lugar de una de sus letras,
un guión (por ejemplo: «di-s» o «d-os») o prohibiéndose pronunciar
el nombre auténtico del Creador (el cual, lo recalcamos, es «Ievé»)
utilizando en su lugar otras denominaciones también incorrectas, como:

63
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Elohim o Adonay. Hacen esto pensando estar avalados en el mandamiento


que expresa: «no tomarás el nombre de I’kjv’kj tu ‘l’kjim (“Ievé” tu
“eljim”) en vano»; cuando el mandamiento en ningún momento dice
«no pronunciarás su nombre en vano». Debería sobreentenderse que
«no tomarás el nombre de «Ievé» tu «eljim» en vano», equivale a «no
levantarás su santo nombre para realizar una exclamación con respecto
a una situación mundana», tal cual muchos estamos acostumbrados a
hacer, manifestando en muchas ocasiones insulsamente el «¡oh Dios
mío!» (¡que ni siquiera es su nombre!).
Leamos un pedazo del ensayo del pastor Luis Raúl en relación
a la palabra Dios:
«…dicho término tiene su origen en el idioma griego, el mismo
que se escribe “θεός”, se translitera y pronuncia “dzeos” y que hace
referencia exclusivamente a la mitología griega, a los “θεός” (dzeos)
del “Ολυμπος” (Oluimpos), Olimpo. Cuando se dice Zeos o Deus o
Dios estamos refiriéndonos a los zeos del Oluimpos, es decir, a los
dioses griegos que tienen su panteón en el Olimpo.
En la mitología griega, los dioses olímpicos son los principales
dioses del panteón griego, que moraban en la cima del monte Olimpo,
el más alto de Grecia. De los doce dioses, Ζεύς (Zeús) es el mayor, es el
«padre de los dioses y de los hombres».
Posteriormente, los romanos sincretizaron los dioses griegos
con sus propias deidades. Se apoderaron de toda la mitología griega,
de todo el sistema religioso griego; le cambiaron nombres e hicieron
un sincretismo, sobrepusieron a sus propios dioses los dioses griegos,
pero era la misma imagen, la misma figura, la misma función, etc.,
y el término dzeos se latinizó a “deus”, el mismo que viene a ser un
idealizado ser superior representado en el panteón romano como
“Iupiter” que luego se españolizó como “Júpiter”.
Este nombre proviene de la raíz iu, que en indoeuropeo
significa luz, y piter, que viene de pater, que significa padre, es decir: El
padre de la luz. Luego “deus” deriva al español como “dios”. Así pues,
el término tan mencionado e invocado por todos: “dios” ha tenido todo

64
LA LÓGICA DEL CREADOR

este proceso para referirse al final de cuentas a Júpiter; así que cada
vez que decimos “dios” ¿a quién invocamos? A  Júpiter o Zeus, que
es el mismo, esa es su raíz. Por lo que, es una terrible ofensa decirle
“Dios” al ser único, inigualable e incomparable.»(34)
Como podemos observar, la palabra Dios —con mayúscula,
con guiones o sin ellos— continúa siendo una blasfemia. En contraste,
‘l’kjim («eljim»), del hebreo «‫»אלהים‬, posee un significado que, a
diferencia de Dios, no se relaciona con ningún paganismo y que además
escolta la mismísima naturaleza del Cosmos.
Aclaremos primero que «eljim» es una palabra compuesta de
un sustantivo («‫«[ »אלויה‬eloiekj»]) y de un sufijo («‫«[ »ים‬im»]) que
acoplados hacen a la palabra «‫«( »אלהים‬eljim»), convirtiéndola además
en plural; lo cual ha dado a entender a muchos, que fueron varios dioses
de otros planetas los creadores de la Tierra o que tras el adjetivo se
ocultan rastros politeístas. Mas esos razonamientos no son ciertos, ya
que el vocablo «eljim» tan sólo se convierte en plural para reflejar un
grado superlativo. Es decir, que, no existiendo en hebreo sufijos como
el «ísimo» (grandísimo, altísimo, santísimo, etc.), el sufijo plural «im»
convierte a la palabra en plural para darle énfasis, no para indicar
pluralidad de deidades.
Conociendo lo anterior, veremos ahora el significado de
«eljim». Su primera letra es la «‫«( »א‬álef»), letra inicial del alfabeto
hebreo y expresión de unidad, interconexión o reciprocidad; su sentido
es éste: UNO ES EL ÚNICO SER CREADOR. La segunda letra es
la «‫«( »ל‬lámed»), relacionada a la enseñanza y al aprendizaje o a la
adquisición de sabiduría; representa: OMNISCIENCIA. Situada en
medio de la palabra encontramos a la «‫«( »ה‬kjei» o «jei»), cuya figura
es la de otorgar o dar; significa: INSPIRAR. La penúltima letra es la «‫»י‬
(«iud»), es un pequeño trazo que simboliza la esencia, la información
condensada del SER; es: EL LOGOS O LA PALABRA. Finalmente, la
«‫«( »ם‬mem») significa: SABIDURÍA.
El bordado con todos los anteriores sentidos construye el
(34)
Lea más en el enlace: http://paramostrarlasvirtudersdeaquel.blogspot.com/2014/09/los-
nombres-y-apelativos-del-altisimo-y.html

65
WILSON CASTILLO GUZMÁN

significado integral del «eljim» como: «UNO ES EL ÚNICO SER


CREADOR OMNISCIENTE QUE INSPIRA SU PALABRA DE
SABIDURÍA GENERADORA DE VIDA».

Note que decimos «el eljim» y no solamente «eljim». La


traducción de las biblias comunes, ya que insisten en usar el vocablo
«dios», deberían decir «el dios», y no así, llanamente, dios. Esto
porque, como advertimos, el vocablo es un adjetivo, no un nombre.
Por ejemplo, si hablásemos del célebre músico «Georges Harrison»,
podríamos decir: «Georges Harrison fue un integrante de The Beatles».
Pero si quisiéramos agregar un adjetivo, como: «el brillante», sería
incorrecto decir simplemente: «brillante músico Georges Harrison fue
un integrante de los «Beatles», omitiendo el «el». Lo mismo ocurre con
«el eljim», que es «el único ser Creador omnisciente».
Por todas esas razones, no volveremos a usar las palabras dios
ni espíritu santo (que son perversiones de los términos originales y que a
diferencia de ellos no tienen ninguna significancia) y las sustituiremos,
cada vez que aparezcan en la Biblia, por los vocablos correctos:
«‘l’kjim» («eljim») y «ru’jk q’d’sh» («ruaj kadosh»), invocando en
nuestra mente el significado glorioso que contemplan.
Dicho esto último, antes de retornar al punto final de la
conferencia de la que nos desviamos, develaremos la naturaleza del
Omniverso y diremos que éste, siendo la eternidad inescrutable y a la
vez la «materia y energía» evidente que nos envuelve, es una constante
cuantitativa y un estado cualitativo; es la Palabra o el Verbo.(35)
(35)
La materia y la energía no deben ser entendidas como polos contrarios, ya que la relatividad

66
LA LÓGICA DEL CREADOR

«¡He ahí!, como principio creacional: La Palabra, y ¡he ahí!,


delante del ‫“( אלהים‬eljim”): La Palabra, y ¡he ahí el ‫“( אלהים‬eljim”)!:
La Palabra. ¡He ahí! como principio creacional: Ésta (la palabra)
delante del ‫“( אלהים‬eljim”). Todo mediante ella llegó a existir, y sin
ella nada llegó a existir, ni siquiera una sola cosa de lo que hubo
empezado a existir. ¡He ahí! En ella: ¡ζωή (Zoé)! ¡Y he ahí la ζωή
(Zoé)! La luz de los hombres; y la luz en las tinieblas brilla, y las
tinieblas no la apagaron.» (Evangelio según Juan, cap. 1, ver. 1-5).(36)
Contraste los anteriores versículos con sus paralelos de la
Reina-Valera de 1960: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las
cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz
en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra
ella.»(37) Notamos varias diferencias, las cuales resaltaremos en un

especial de Einstein, sobre la cual no profundizaremos en este libro, trajo junto a la famosa
ecuación: «E=MC²», la noción de que toda la materia con la que tratamos (el piso, los objetos,
nuestros cuerpos, etc.) son un tipo de energía «sólida». Ya lo expresamos en páginas anteriores:
energía y materia son básicamente lo mismo.
(36)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.
(37)
La traducción de la biblias católicas emplean «la palabra», en lugar de «el verbo», al igual
que la traducción del pastor Luis Raúl Henry Aramayo. Los dos vocablos, verbo y palabra, fueron
usados como traducción del griego «λóγος» («Logos») y su mayor problema no radica tanto
en una mala traducción como en su equivocada interpretación. Por un lado, muchos cristianos
piensan que Jesucristo es el «verbo» del primer versículo de Juan, concepto que está totalmente
errado; por otro lado, como a la «Iglesia Católica Apostólica Romana», especialmente en la
Edad Media, lo único que le interesaba era mantener su status de «portadora de la verdad»,
encontró una buena manera de hacer valer su influencia utilizando perversamente la «palabra
de Dios», «la cual era desde el principio», «gracias a la cual todo había sido hecho» y de la cual
únicamente la iglesia católica estaba a cargo ¿Qué jugada política maestra, no le parece?. Con
esa justificación, conminaba al pueblo a permanecer bajo su dominio religioso. Es por eso que
durante siglos ha mantenido relaciones políticas con gobiernos mundanos, vendiendo su poder
de esclavitud filosófica, garantizando ovejas mansas que, con la esperanza de obtener una vida
mejor en el cielo, permitan su explotación sin incidir en molestas revoluciones que desequilibren
el dominio de las clases opresoras. A cambio, los diferentes Estados le aseguraron su permanencia
y le otorgaron cuantiosos réditos económicos.
A raíz de todos esos hechos, en su ignorancia, inocente o no, un sinnúmero de
evangelistas modernos tratan de interpretar aquellos versículos inútilmente; presentándonos, en
consecuencia, lecturas repetitivas o prédicas adornadas con bonitas frases positivas que carecen
de discernimiento y que llevan a los creyentes a alejarse de la Verdad.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

momento más. Sin embargo, queremos hacer notorio que la primera


traducción utiliza la palabra griega «ζωή» (Zoé) que también representa
vida, pero no vida cualquiera, sino «vida eterna».
Ahora, sabiendo que los términos Palabra y Verbo son las
traducciones de «Λóγος» («Logos»), no tenemos problema con el
empleo de cualquiera de ellas (no obstante en los diccionarios no se las
entienda exactamente de la misma manera) porque las dos presentan
en sí mismas dos características, una cualitativa y otra cuantitativa, tal
como indicamos atrás. Dijimos que la «‫( »י‬iud) hebrea es el Logos que
representa esencia, pero no tome a la Palabra como a un sonido ni como
a algo escrito, esas son sólo formas en las que puede expresarse. La
Palabra es esencia porque es la unidad conceptual que guarda los datos
de información que constituyen la materia y que hacen que algo sea lo
que es.
En uno de los libros del conferencista Miguel Ángel Cornejo
(«El Ser Excelente»), se menciona una supuesta conversación sostenida
entre el autor y «Dios» que comienza así:
«En la soledad de mi habitación, tratando de entender al
mundo y a la humanidad, escuché una voz que me preguntó:
D. ¿Quién eres?
H. Soy un profesionista —contesté—.
D. Te he preguntado quién eres, no a que te dedicas.
H. Soy una persona casada
D. Te he preguntado quién eres, no si estás casado.
H. Soy el padre de tres hijos.
D. Te he preguntado quién eres, no cuántos hijos tienes…»(38)
Y así, después de varias otras preguntas respondidas
insatisfactoriamente, su diálogo imaginario concluye cuando «Dios»
le responde: «¿No te das cuentas que eres un ser humano, hijo del
amor y heredero de la grandeza de Dios?...» No incluimos el resto

(38)
CORNEJO, Miguel Ángel. (1996). El ser excelente. México: Grijalbol s. a., (p. 119).

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LA LÓGICA DEL CREADOR

de las reflexiones del ficticio «Dios» porque son irrelevantes, además


de que al leer esa respuesta inmediatamente nos damos cuenta de que
también es incorrecta, ya que podría argumentarse fácilmente de esta
manera: «Te he preguntado quién eres, no cuál es tu especie ni quién es
tu progenitor ni cuál es tu herencia».
¿Cuál sería su respuesta, querido lector o querida lectora? La
respuesta más lógica es ésta: «Yo soy… el que soy». No es mi intención
blasfemar el nombre del altísimo, sin embargo, nosotros somos los que
somos. Somos organismos constituidos por un conjunto de datos de
información que nos hacen ser lo que somos. Y aunque podría mencionar
una infinidad —literalmente una infinidad— de cosas que me hacen
ser lo que soy (lo cual representa el lado cuantitativo de la Palabra),
jamás acabaría de decir todas las cosas que soy (soy un ser humano, soy
un estudiante, soy un ser consciente, soy una masa de tejidos, células,
moléculas, partículas atómicas y subatómicas, etc.). Por eso, de modo
netamente estricto y cualitativo, yo sencillamente soy el que soy.
Pero si soy un universitario y mañana me titulo o si soy un
empleado público y mañana soy despedido, ¿cambia lo que soy? Sí,
claro que sí. ¿Entonces qué es lo que permanece inmutable? ¿Cuál es
la esencia, si todo cambia constantemente? Estas preguntas nos llevan
inevitablemente a desentrañar el nombre del Señor, lo cual haremos
después de ver las características del «Verbo».
El Verbo envuelve las mismas dos particularidades opuestas
pero complementarias: Primero, el «estado o condición» (soy, eres,
existo, SER), es decir, la esencia de las cosas; y, segundo, la «acción
o movimiento» (caminar, comer, dormir, HACER), y ésta última (la
acción) es eminentemente cuantitativa porque, cualquiera fuere su
forma de manifestarse, es susceptible de medición. Si el verbo fuera,
por ejemplo, correr, entonces podrían valorarse parámetros como:
qué distancia, por cuánto tiempo, a qué velocidad, etc.; lo mismo
para cualquier otro verbo que implique la realización de una tarea o
actividad. Por otra parte, el estado es una cualidad porque su propiedad
es específicamente la de «ser». Por ejemplo, del verbo: «eres», no tendría
sentido preguntar cuánto eres, sino qué o quién eres; y las respuestas

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

podrían ser muy variadas, mas siempre designando una condición:


«soy mamá» (condición de ser madre), «soy hombre» (condición de
pertenecer al sexo masculino), etc.
No obstante, ahora que hemos delimitado las dos caras del
verbo, encontramos que «ser» y «hacer» son, paradójicamente, a la vez,
una misma función. Será fácil entender esta extravagancia si rescatamos
algunos de los ejemplos anteriores. Atrás señalamos que correr, en su
aspecto cuantitativo, plantea parámetros medibles. Eso es cierto, pero
si lo analizamos detenidamente, la actividad correr, en sí misma, se
vuelve independiente de los valores de cantidad; ya que, sin importar la
distancia recorrida, el tiempo de realización o la velocidad, la actividad
sigue siendo correr, continúa siendo un «cualidad de hacer». Es por eso
que el pronombre «yo» puede enlazarse perfectamente a «corro» (yo
corro). En el segundo caso, ¿qué ocurre si usamos una de las anteriores
representaciones de estados cualitativos (la de «ser madre») y agregamos
a su condición el verbo correr? El resultado sería el siguiente: «soy una
madre que corre». Su condición entonces estaría determinada por la
actividad que realiza sumada a su estado materno. Ella será una «madre
corredora» desde el momento en que comience la actividad hasta que
termine de realizarla. Todo ese lapso es un estado y al mismo tiempo
una sucesión que puede medirse, cuantificarse. Observe cómo de esa
forma ambos verbos se funden en uno.
Vamos a aplicar la anterior lógica para explicar las palabras del
apóstol Juan. Pero antes ¿Cuál es el nombre con el que se da a conocer
el Creador en el Antiguo Testamento? Es: «‫»יהוה‬. Ésta denominación
hebrea se translitera, de tal manera que conserve su pronunciación
original, como: «I’kjv’kj» («Ievé»).(39) Son cuatro letras las que
componen este vocablo en su escritura de origen hebreo; conociendo
que cada una de ellas ostenta una valía exclusiva, es conveniente hacer
un repaso de las mismas. La primera es la «‫«( »י‬iud»): la esencia o LA
PALABRA GENERADORA DE VIDA; luego viene la «‫«( »ה‬kjei» o
«jei»): el otorgar, el dar o EL INSPIRAR; la tercera letra es la «‫«( »ו‬vav»)
(39)
Transliteración: Acción y efecto de «representar los signos de un sistema de escritura mediante
los signos de otro.»

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LA LÓGICA DEL CREADOR

que representa: al PROTOHOMBRE; y la última es nuevamente la «‫»ה‬


(«kjei» o «jei»), que en este caso ya no es dar, sino: recibir o ASPIRAR.
El nombre, en conjunto, significa: «PALABRA (la “iud” de la
información esencial) COMO PRINCIPIO GENERADOR DE VIDA
QUE CREA TODO LO QUE EXISTE, INSPIRADA (inspiración o
transmisión dada por la primera “kjei”) AL PROTOHOMBRE (la “vav”
que es en este caso el hombre en desarrollo), EL CUAL LA RECIBE
O ASPIRA (aspira figurativamente todos esos datos que lo constituyen
gracias a la segunda “kjei”), LLEGANDO, ASÍ, A SER (a existir como
un ser humano en integridad).»

La pronunciación de «Ievé» va de acuerdo a su significado: Las


primeras dos letras hacen a «‫«( »יה‬I’kj» [«Ie»]) que debe expresarse
como una exhalación, soplando la «sílaba», sin que la «e» suene
demasiado porque en hebreo las vocales se pronuncian de manera casi
imperceptible; y las dos últimas letras hacen a «‫«( »וה‬v’kj» [«vé»]) como
una aspiración —en razón a la segunda «jei» que es la aspiración— en
la que la «e» nuevamente es únicamente una insinuación. Por eso, su
correcta transliteración es: I’kjv’kj.(40)
Es de esa manera que «Ievé» puede ser entendido como: «YO
SOY EL QUE EXISTE POR SÍ MISMO» (porque se autoformó), como
«YO SOY EL QUE  LLEGARÉ A SER» (porque él es quien llegó a
plasmar su máximo proyecto —estamos hablamos del Hijo— para
(40)
Entrar en este tipo de exquisiteces etimológicas es algo que personalmente me apasiona. Sin
embargo, más allá de eso, su conocimiento es sustancial.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

poder manifestarse en él), o como: «YO SOY EL QUE SOY» (porque


ÉL ES, ayer, ahora y siempre). ¿Acaso esas oraciones no lo han dicho
ya todo? ¿No es el propio Omniverso el que existe por sí mismo?
Recorra todo el Universo, descubra el Multiverso ¿Habrá un sólo lugar
donde pueda no hallar al Ser? Todos los puntos del espacio-tiempo son
parte del YO SOY EL QUE SOY. El pasado, el presente y el futuro son
una sola proyección, un único estado dentro del cual ocurren todos los
fenómenos.
Cada civilización que surja en este Universo se verá obligada
a aceptar de manera absoluta e indiscutible a la Palabra o al Verbo;
todos los seres dirán en sus propios lenguajes «yo SOY», «nosotros
SOMOS», «esto ES», etc.; todos vivirán siempre dentro del mismo
Creador único y eterno cuya inteligencia autónoma no requiere de
ningún otro programador más que de sí mismo. Porque Él es a la vez el
programador y el programa, el Creador y la Creación, el movimiento y
lo estático, lo cuantitativo y lo cualitativo. ¡Claro que la Palabra es el
«principio creacional»! La esencia del Cosmos es el SER, la existencia
que perdura perpetuamente sin que importen sus aparentes cambios
internos.
Después de todo lo asimilado, habiendo explicado en páginas
anteriores que el Cosmos siempre ha existido y que, de cierto modo,
todos los momentos son el principio y el fin, no parece razonable pensar
en un punto que marque el PRINCIPIO de la existencia. Quisiera
brindar una explicación a este tema en este instante, no obstante, me
aparto del mismo tratando de no enredar más el presente capítulo, y
veo por conveniente estudiar «El Principio» minuciosamente cuando
abordemos el libro del Génesis. Sólo diremos, preliminarmente, que
principio no es sinónimo de inicio, sino de FUNDAMENTO; por lo
que, en otras palabras, la introducción del Evangelio según Juan podría
ser semejante a esto: «¡He ahí!, como fundamento creacional: el Ser o
la existencia…».
Ese «he ahí» es la traducción del griego «ἦν» («en») que aparece
imperfectamente como «era» en la versión bíblica de la Reina-Valera de
1960, decimos imperfectamente porque «he ahí» es una presentación a

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LA LÓGICA DEL CREADOR

modo teatral que no asume ningún tiempo y es exclusivamente usada


para presentarnos con solemnidad al «eljim»: «…y ¡He ahí! de, desde
y delante del “eljim”: la existencia (la esencia de todo lo que ES)…».
Por otro lado, de, desde y delante son traducciones de la palabra griega
«πρὸς» («pros»), pero en la Biblia Reina-Valera de 1960 son sustituidas
por «estaba con»; y aunque en realidad la traducción de «πρὸς» es
únicamente «delante», ese «delante» contiene en sí mismo a «desde»
y «de», dejándonos comprender que desde el «eljim», del «eljim» y
delante del «eljim» brotó la vida. Este peliagudo juego de palabras no
hace más que representar el proceso del «Tzim-Tzum» o «Big Bang».
El «Tzimtzum» es una palabra hebrea que significa «contracción».
Esa contracción es justamente lo que nosotros conocemos como una
singularidad espacio-temporal, un «punto» infinitamente denso, LA
NADA y EL TODO comprimidos. Ambas cualidades son representadas
en hebreo como «‫« »אין‬ain» («la nada que es a la vez el todo eterno»),
«ain» que es el propio «eljim» en su estado primigenio. Por eso, con
«desde el eljim» comprendemos que, intrínsecamente, en el altísimo
estaba condensada toda la energía que formaría nuestro Universo; con
«del eljim» visualizamos el momento en el que comenzó la «inflación»
cósmica; y con «delante del eljim» descubrimos su estado posterior: el
Universo erigido. Sin embargo, aunque «del eljim» parecería marcar
el punto de «inicio», recordemos algo: el tiempo no existe. Desde, de
y delante acontecen simultáneamente en este preciso momento, de tal
manera que los tres SON un mismo fundamento: el SER o el presente
continuo («… y ¡he ahí, el “eljim”!: la existencia.») ¡Él es la existencia!
Veamos, sin pausas, lo grandioso que Juan quiso enseñarnos
en esos cinco versículos: «¡He ahí!, como fundamento creacional:
El Ser, la existencia; y ¡He ahí!, condensado en él, partiendo de él y
exteriorizado delante de él: la existencia, la esencia de todo lo que ES;
y ¡He ahí, el “eljim” mismo es la existencia! Todo mediante ella (la
esencia que alberga al Universo, la Palabra de información sustancial)
llegó a existir; y sin ella nada llegó a existir, ni siquiera una sola cosa
subsistió sin ella. ¡He ahí!, en la misma existencia: ¡Zoé! (vida eterna),
y he ahí la vida eterna es la luz de los hombres; y la luz en las tinieblas

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

brilla, porque ella no puede perecer jamás, es la flama que nunca se


extingue.»
Con respecto a la traducción de la Reina-Valera de 1960, cuando
indica: «el verbo ERA», no quiere decir «fue» y que «ahora» ya no sea.
Talvez su forma poco precisa de traducir el «he ahí» podría justificarse
como poética, puesto que no va en total desmedro de una buena exégesis.
«…y el verbo Era con Dios, y el verbo era Dios» sencillamente trata de
expresar que el verbo estaba allí, en todo momento, que el crear era
con el Omniverso y que el Omniverso era la creación misma; que sin el
autodinamismo que caracteriza a la materia nada habría sido hecho, que
en el verbo se desarrolla la vida y que la vida, con todas sus maravillas
pero también con todos sus padecimientos, es la luz de la humanidad,
su fuente de experiencia y de conocimiento; que el conocimiento brilla
ante la ignorancia y que por eso la ignorancia no prevalece contra la
luz.(41)
El verbo «era» allí, cuando colisiones de rocas se fusionaban
formando un protoplaneta a la luz del Sol naciente, cuando las células
se clonaban en las aguas bravías del océano, cuando los anfibios
conquistaban la tierra… ¡Mire!, esto es lo asombroso y lo paradójico: El
pasado, el presente y el futuro ya están hechos, determinados y estáticos;
y aun así, el verbo «hacer» está en plena acción en este preciso momento,
creando y formando junto al «YO SOY». Así pues, los seres humanos
estamos forjando una historia que ya está perfectamente ensamblada
hacia todas direcciones (éste es el mejor ejemplo del cumplimiento de
la ley de la contradicción). Del Omniverso en su conjunto no puede
decirse «fue», porque si fue, entonces, ahora, ya no existiría; tampoco
puede decirse «será», porque si aún va a ser, en este momento todavía
no sería. Ciertamente la existencia «es», antes, ahora y en la posteridad.

(41)
¿Cómo podía saber Juan sobre el autodinamismo inherente a la materia o sobre el
propio Omniverso, si en ese entonces la física y la cosmología apenas estaban empezando a
desarrollarse? Tengamos en cuenta que en su tiempo los filósofos griegos ya planteaban teorías
sobre el SER, y que, además, Juan, después de haber pasado varios años junto al Maestro, ya no
era un pescador inculto. Seguramente dedicó su exilio en la isla de Patmos a estudiar el Antiguo
Testamento y a meditar sobre cuestiones filosóficas que fácilmente le permitieron comprender
conceptos básicos sobre lo infinito y el movimiento.

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LA LÓGICA DEL CREADOR

A modo de terminar este segundo capítulo, retomemos la


conferencia de Lawrence Krauss. Al culminar su exposición, en una
ronda de preguntas y respuestas, Krauss comenta que para los físicos
trabajar con lo infinito del Universo es verdaderamente dificultoso, y
finaliza su presentación con el siguiente mensaje (formularé un par de
críticas sobre esta última parte en el párrafo sucesivo): «Si el Universo
es infinito e infinitamente viejo, entonces aparece un rompecabezas.
Estamos aquí porque evolucionamos y eso nos hace muy especiales,
aparentemente, porque si el Universo es infinitamente grande e
infinitamente viejo, las fluctuaciones cuánticas reproducirían esta sala,
con toda la gente contenida en ella [refiriéndose a su auditorio] y todos
sus detalles, de manera exacta, un número infinito de veces. Entonces,
nosotros deberíamos estar en esta sala, aunque la mayor parte de las
veces no habríamos evolucionado, pero sí, evolucionamos. […] Así
que lo que la física realmente te dice sobre el Universo es que es un
lugar enorme donde eventos raros suceden todo el tiempo, incluyendo
la vida, y eso no significa que sea especial.»(42)
Lo que el físico teórico trata de decir, es que al ser infinitas
las posibilidades, hay una cantidad infinita de universos en los que se
repiten los mismos detalles que en el nuestro de manera exacta, y que
hay otra cantidad infinita de universos en los que nunca evolucionamos.
Por lo tanto, parecería coherente decir que, en efecto, una infinidad de
veces evolucionamos y que, extrañamente, otra infinidad de veces no
lo hicimos, sin embargo, es entonces que debo formular mi primera
crítica.
Evidentemente, aunque sería correcto decir que en nuestro
Universo y en todos los otros potenciales que se asemejan al nuestro
(42)
Aclaremos que, en muchos casos, cuando autores y científicos citan al Universo, lo hacen
para referirse al todo de la existencia. Lo hacen así porque usualmente las personas no están
familiarizadas con el Multiverso (mucho menos con el Omniverso que les planteo). Nosotros
sabemos, sin embargo, que el Universo no representa más a todo lo que existe. Por lo que, a
partir de ahora, espero que se entiendan como equivalentes las palabras: Cosmos, Omniverso, el
Todo, el Ser, la existencia o el «eljim». Y, únicamente en casos excepcionales, cuando cite palabras
de eruditos que continúan mencionando al Universo como si fuera la totalidad de la existencia,
podrá concebírselo como tal. Para evitar confusiones lo resaltaré debidamente cuando sea
necesario.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

sí evolucionamos, y que en todos los otros universos en los que la vida


humana no llegó a desplegarse no lo hicimos, ambas son verdades
indiscutibles únicamente de manera específica; es decir, sólo cuando
se hace a un lado al Multiverso o al Omniverso y se observa a cada
universo en forma independiente, evaluando si en él evolucionamos
o no. ¿Qué ocurre cuando consideramos a la totalidad? ¿En conjunto,
tomando al Omniverso y a todas sus posibilidades, podríamos decir
que no evolucionamos? En conjunto, obviamente no podríamos negar
nuestra evolución. Distinga como el SÍ se sobrepone al NO, al igual
que la luz a la obscuridad o el conocimiento a la ignorancia. De alguna
manera «sí», «luz» y «conocimiento» son parte de un mismo polo, del
mismo modo que sus contrarios forman parte de otro antagónico; y a
pesar de ello ambos polos son parte de un único y exclusivo programa
sideral.
En matemática, encontramos una afirmación afín: «La resta no
existe, ésta es tan sólo la suma del inverso de un número». Sabemos
que los números positivos se extienden del cero al infinito, al igual
que los negativos. Cuando restamos, lo que en realidad hacemos es
SUMAR el número positivo con el número negativo. Por ejemplo,
al realizar la operación: «7 - 5 = 2», ésta equivale a: «7 + (-5) = 2».
«Menos cinco» es el inverso aditivo de cinco, así que el resultado de
la resta puede expresarse como la suma de un positivo y un negativo.
Talvez pueda entenderse mejor de la siguiente manera: Si observamos
hacia el macrocosmos, desde nuestra óptica, todo parece ser cada vez
MÁS grande (planetas, estrellas, galaxias, etc.); si observamos hacia
el microcosmos todo parece ser cada vez MÁS pequeño (células,
moléculas, átomos, etc.). La línea de infinitos negativos es simplemente
una línea de positivos inversos; el único valor neutro es el cero. El cero
se encuentra en el limbo entre los infinitos negativos y los infinitos
positivos. En consecuencia, no es una sorpresa que el todo se superponga
a la nada y no al revés.
Mi segunda y última crítica va dirigida a lo dicho por Lawrence
Krauss en relación a las fluctuaciones cuánticas que generarían
posibilidades idénticas un «NÚMERO infinito de veces». Que quede

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LA LÓGICA DEL CREADOR

claro que lo infinito no es una cantidad, sino una cualidad. ¿Que implica
eso? Que deberíamos empezar a aceptar que el Multiverso no está allá
arriba, lejos de nosotros; que al ser la distancia una mera ilusión, el
Multiverso está entre nosotros, está en nuestros cuerpos y fuera de
ellos. «Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino
del “eljim”, les respondió y dijo: El reino del “eljim” no vendrá con
advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino
del “eljim” está entre vosotros.» (Evangelio según Lucas, cap. 17,
versículos 20 - 21).
En un documental oí expresar a otro físico teórico lo siguiente:
«Literalmente, hay diferentes mundos en los cuales vivimos. Está
la verdad superficial y está la verdad profunda. Está el mundo
macroscópico que vemos, está el mundo de nosotros mismos, está el
mundo de nuestros átomos, el mundo de nuestros núcleos. Todos son
mundos completamente distintos, tienen su propio lenguaje, tienen sus
propias matemáticas. Y no es que sólo sean más pequeños, son totalmente
diferentes, pero son complementarios. Porque yo soy mis átomos, pero
también soy mis células, también soy mi fisiología macroscópica. Todo
eso es verdad; sólo son distintos niveles de verdad.»(43) Estamos hechos
de todo y todo está hecho de nosotros; es lo maravilloso, misterioso y
desconcertante de la materia.
Coincido perfectamente con Lawrence Krauss en que el
Omniverso es un lugar estrambótico y que el surgimiento de la vida
no es especial. Sin embargo, digo que no es especial en el sentido de
que no es un evento único y aislado. Aún en pleno siglo XXI continúo
escuchando comentarios de personas que niegan la vida extraterrestre
¿Cómo pueden creer en el Padre si no creen en sus infinitas posibilidades?
La vida ha florecido en este Universo porque las semillas de vidas
precedentes fueron esparcidas en el tiempo e incluso nuestro propio
ocaso repartirá más vida a la vida. No obstante, si bien la evolución de
las especies no se limita a la nuestra, ello no le arrebata a la totalidad
del Omniverso el ser hermoso y magnífico. No podría expresar nunca lo
extraordinario y enigmático que es éste ser complejo, único y verdadero,
(43)
Esos «distintos niveles de verdad» conforman una sola gran Verdad: El Ser.

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

que nos permite existir en su seno. «Omnis cellula ex cellula» («toda


célula proviene de otra célula») decía el médico Rudolf Ludwig Karl
Virchow; lo cual puede interpretarse como: «La vida proviene de la
vida».
En este título hemos descubierto al «eljim» y revisado teorías
que probablemente han modificado drásticamente nuestra forma de
concebir el mundo; también nos hemos enmarcado bajo los parámetros
de ciencia que vimos en el primer capítulo. Hallamos un «conocimiento
racional» concatenando los pensamientos científicos con la sabiduría
bíblica sin forzar los preceptos; presentamos ese conocimiento de
forma «sistemática» estableciendo un orden lógico y coherente entre
las ideas; vimos que los discernimientos son «exactos» porque hemos
precisado los problemas más generales y les hemos otorgado respuestas
que tienen como base leyes materiales; asimismo, advertimos que es
«verificable», puesto que postulamos al Creador como el mismísimo
Cosmos, palpable, visible y experimentable a través de los sentidos; por
último, aunque acordamos que el Omniverso es estático e intangible
más allá de nuestras percepciones, entendimos que, internamente,
experimenta constantes cambios, de modo que el conocimiento también
puede ser «falible».
He procurado presentarle una doctrina libre de pensamientos
metafísicos, aunque ciertamente he recurrido a algunos de ellos porque
sé que hay destellos de conocimiento ocultos incluso en la simpleza.
Mas, si todo lo que hemos visto queda en teoría, entonces por qué me
molesto con tantas palabras. ¿Dónde están los frutos? «Pero iré pronto
a vosotros, si el Señor quiere, y conoceré, NO LAS PALABRAS, sino
el PODER de los que andan envanecidos. PORQUE EL REINO
DEL “ELJIM” NO CONSISTE EN PALABRAS, SINO EN PODER.
¿Qué queréis? ¿Iré a vosotros con vara, o con amor e inspiración de
mansedumbre?» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 4, versículos 19 -
21).
Todas las posibilidades infinitas, de las cuales cada uno de
nosotros es tan sólo una más, están repartidas a nuestro alrededor;
las tenemos frente a nosotros y nos movemos a través de ellas. Todos

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LA LÓGICA DEL CREADOR

nuestros deseos, anhelos y sueños están a nuestro alcance en potencia


esperando a ser descubiertos. Es por eso que en nuestro próximo capítulo
exploraremos hasta que punto tenemos el PODER de influir sobre esas
posibilidades; hasta que punto nuestras consciencias —aunque regidas
bajo un nuevo tipo de determinismo científico— tienen la capacidad de
manipular la materia para comenzar a vivir el reino del «eljim» aquí y
ahora. Porque «la teoría sin la práctica es estéril y la práctica sin la
teoría es ciega.»

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

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LA LÓGICA DEL CREADOR

CAPÍTULO 3

DE PREVISIBILIDAD A INCERTIDUMBRE

«Aquéllos que no quedan maravillados cuando se encuentran


por primera vez con la teoría cuántica, es porque posiblemente no la
han entendido en absoluto.» (Niels Henrik David Bohr, ganador del
Premio Nobel de Física en 1922 por su trabajo sobre la estructura del
átomo).
Hace más de trescientos años, un hombre nacido en Inglaterra,
Isaac Newton, formuló las leyes elementales de la física. Éstas han
perdurado hasta nuestros días, son enseñadas en colegios y universidades,
y explican bastante bien el comportamiento de los objetos con los
que tratamos cotidianamente en el mundo, así como el de los astros
en relación a la fuerza de gravedad. Newton se dio cuenta de que las
ecuaciones matemáticas no eran meras abstracciones de números, sino
que éstas tenían una aplicación práctica describiendo el funcionamiento
físico del Universo (es por ello que suele decirse que las matemáticas
son el lenguaje del Cosmos). Sus ideas dieron origen a la física clásica
y consolidaron principios como el de «causalidad» (la relación efectiva
entre la causa y el efecto). A pesar de que este principio respondía a una
forma mecanicista de entender el mundo, en su momento fue un avance
destacable que permitió asimilar, aunque también de manera clásica, el
por qué del determinismo.
«Yo soy el efecto de mi pasado y la causa de mi futuro». El

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WILSON CASTILLO GUZMÁN

determinismo clásico nos dice que todos nuestros pensamientos,


decisiones y acciones están determinados por nuestro pasado, el cual
es la causa de nuestro presente, presente que a la vez afecta el futuro
convirtiéndose en una nueva causa. (Es una cadena donde cada efecto
es al mismo tiempo causa de un nuevo efecto y así sucesivamente).
Por ejemplo, si los pensamientos de un hombre lo llevaran a
premeditar la comisión de un delito de asesinato, si sus decisiones le
indujeran a escoger los medios para hacerlo y sus acciones a consumar
el hecho, podríamos encontrar el vínculo causal remontándonos a
su pasado, descubriendo los motivos que lo llevaron a perpetrar el
crimen. Podríamos develar que sus pensamientos homicidas fueron
consecuencia de celos pasionales, que tuvo una educación violenta en su
infancia o que sufría de depresión por un consumo excesivo de alcohol.
Sus decisiones pudieron haber sido tomadas al remitirse su cerebro a
un programa de televisión policíaca en el que vio cometerse un delito
con un arma «x» o simplemente al recurrir a su experiencia con algún
artefacto que sabía podía provocar daño. En síntesis, encontraríamos
que sus acciones fueron el producto de una lista innumerable de causas
acumuladas en todos los años de su vida hasta el momento preciso del
asesinato. Está de sobra decir que el hecho perpetrado sería la causa de
un juicio penal o, si no llegarán a actuar los órganos jurisdiccionales,
causa de una vida futura encubriendo su delito y confrontando a su
conciencia.(44)
Mi presente no sólo es el efecto de mi pasado, es el resultado de la
interrelación de todos los eventos pasados, pero ¡también de los futuros!
(y no sólo de aquéllos que se relacionan directamente conmigo). Éste
es el nuevo tipo de causalidad que la física clásica desconocía. Todos
los eventos, desde los más nimios (la brisa imperceptible en nuestro
cabello, el sonido de un lápiz al caer al suelo o un centavo perdido
(44)
Lombroso, padre de la criminología positiva, tenía mucha razón al encontrar en la genética del
autor del delito la causa de su comportamiento criminal. Aunque, del mismo modo, los teóricos
de la escuela sociológica, como la marxista, tenían razón al señalar que es la estructura económica
la que define la delincuencia. Ambas escuelas, la antropológica y la sociológica, estaban en lo
correcto, pero sólo hasta cierto punto; las dos continuaban enclaustradas por los muros de la
física newtoniana.

82
LA LÓGICA DEL CREADOR

en las cloacas) hasta los más colosales (una guerra internacional, el


choque de un meteorito o una supernova), sin importar que pertenezcan
al pasado remoto o al futuro distante, son causa de mi presente. ¿Qué
es nimio o qué es colosal? Para una pulga la brisa que despeina nuestro
cabello podría parecer una violenta tormenta, para una estructura como
el Universo una supernova no sería más que una chispa insignificante
perdida en el espacio. Todo depende de la percepción del sujeto en
relación a lo que experimenta. El mejor ejemplo acerca de la relatividad
lo dio Einstein: «Cuando una pareja de enamorados se sientan juntos
en el césped durante una hora les parece un minuto. Pero que se sienten
en un horno caliente durante un minuto… les parecerá más de una
hora.»
El problema de la causalidad clásica es que considera los
eventos avanzando unidireccionalmente, del pasado al presente y del
presente al futuro, ignorando la inexistencia del tiempo o la forma del
espacio-tiempo. Desde la perspectiva clásica, el pasado influye en el
presente y el presente influye en el futuro, mas el futuro aún no está
hecho, sino en constante construcción (algo que aparenta ser bastante
racional, aunque espero que a estas alturas se haya comprendido que el
tiempo no funciona exactamente así).(45) ¿Qué tal si en realidad fuera el
futuro la causa del presente y el presente la causa del pasado?
Piense en lo siguiente: «Usted va caminando por la calle
malhumorado, tropieza con un niño y le golpea en la cabeza por haberle
chocado, no obstante el error haya sido suyo. A causa de ese hecho,
unas cuadras más allá, lo intercepta un asaltante y le roba todo el sueldo
que acababa de cobrar.» Un fiel metafísico le diría que ese fue su
karma; causa y efecto, le diría. Pero ¿y si las cosas sucedieran en otro
orden?: «Usted va caminando tranquilamente por la calle hasta que es
interceptado por un delincuente, quien le roba todo su dinero. Entonces,
furioso por la pérdida de su salario, choca con un niño pequeño y le da
un golpe en la cabeza desquitando su enojo contra él» ¿Podría ser que el
hecho de que no sepamos controlar nuestra ira ni ser ecuánimes frente
(45)
La única razón por la que podemos atravesar el puente del futuro es debido a que éste fue
preconstruido, de otra manera no habría hacia donde avanzar.

83
WILSON CASTILLO GUZMÁN

a las distintas situaciones provoque efectos retroactivos en el tiempo?


El Omniverso conoce, antes de que perdamos los estribos, cómo
reaccionaremos frente a los sucesos; conoce nuestra impaciencia. Sin
embargo, no intento sugerir que el futuro altera unidireccionalmente el
pasado. Sólo pretendía ejercitar su mente para que abandone esa visión
mecanicista que sabe pedalear hacia adelante pero no sabe hacerlo hacia
atrás ni puede virar hacia los costados. Lo que quiero que comprenda
es que el pasado, el presente y el futuro son alternativamente causa y
efecto unos de otros. Cada pieza en el espacio-tiempo (sin importar
periodo ni distancia) influye y predetermina a las otras; ninguna puede
ser modificada. Desde este punto de vista, podemos entender que todo
lo que hacemos no lo hacemos por nosotros mismos. No existe el
«libre albedrío», y tampoco encontrará esas dos palabras en la Biblia,
pues es el Cosmos quien nos mueve a su antojo y juega con nosotros
azarosamente dentro de las infinitas posibilidades «predeterminadas» o
«predestinadas» (palabras que vienen a significar lo mismo). Pero alto,
no nos apresuremos. Esta nueva forma de determinismo pertenece a la
física contemporánea, a la cual todavía no hemos llegado.
Con el avanzar de la ciencia, los estudiosos físicos comenzaron
a dudar que el átomo, palabra que en griego significa «indivisible»,
fuera el componente último de la materia. Poco a poco, en paralelo
al desarrollo tecnológico, los científicos fueron adentrándose en los
niveles microscópicos del Universo y descubrieron que el átomo sí era
divisible y que además tenía un núcleo compuesto por partículas más
pequeñas: protones y neutrones (a estas partículas las denominaron
«partículas subatómicas»). Pero eso no era todo, los protones y
neutrones también estaban formados por partículas aún más diminutas:
quarks y leptones («partículas sub-subatómicas»). El problema fue
que, a medida que estos descubrimientos salían a la luz, los físicos
empezaron a darse cuenta de que las leyes de la física clásica no podían
explicar satisfactoriamente los fenómenos atómicos ni subatómicos; así
nació la «física cuántica»(46).
(46)
«Cuánto» deriva del latín «Quantum» y se refiere a la «cantidad mínima de energía que es
susceptible de transmisión a través de una longitud de onda».

84
LA LÓGICA DEL CREADOR

Newton había heredado a la humanidad la noción de que


todos los fenómenos físicos «macroscópicos» (cuando decimos
macroscópicos hablamos tanto de estrellas y planetas como de
personas, ratones y agujas) eran PREVISIBLES. Es decir, que con sólo
conocer el estado inicial de, por ejemplo, un vaso de agua (su posición,
su masa, la cantidad de agua, etc.), era posible determinar, mediante
cálculos relativamente sencillos, donde caería y en cuantos pedazos se
fragmentaría si fuera arrojado desde una mesa (eso, por supuesto, si
también se conociera la fuerza y la velocidad de expulsión). En cambio,
en la física contemporánea se maneja un principio muy distinto: el
principio de INCERTIDUMBRE.
Para entender este principio, necesitamos partir del experimento
pilar de la física cuántica: «El experimento de la doble rendija». Antes
de que llegara el siglo XX se sabía que la materia se comportaba o
bien como partículas (semejantes a microscópicas piedras) o bien como
ondas (semejantes a las ondas que se generan en el agua). Por otra parte,
se aceptaba que la luz se comportaba como una onda, y la observación
mpírica había demostrado que efectivamente era así, de forma que ese
conocimiento no se ponía en duda; hasta que llegó Einstein, quien —
basándose en las hipótesis del padre de la teoría cuántica, Max Planck—
logró develar que la luz se comportaba también en forma de partículas
llamadas fotones. Fue por ello, y ante los dilemas que empezaban a
surgir, que propuso que debería admitirse que la luz trabajaba al mismo
tiempo como una onda y una partícula (cualidad conocida como la
«dualidad onda-partícula») y no sólo de una u otra forma como solía
pensarse. Enseguida veremos la relevancia que tuvo este hallazgo
que, además, insertó a la ciencia en una nueva era de paradigmas e
innovaciones tecnológicas.
La dualidad onda-partícula es manifestada por el experimento de
la doble rendija, el cual se halla descrito en el libro de Stephen Hawking
del que partimos en el anterior capítulo. Así pues, resumiremos la
esencia del referido experimento citado en El gran diseño, pero dándole
un nuevo matiz que lo hará más comprensible:
Imagine a un jugador de fútbol predispuesto a ejecutar tiros

85
WILSON CASTILLO GUZMÁN

penales en una cancha reglamentaria. El «área grande» del campo de


juego corresponde a un escenario común y corriente, con la excepción
de que entre el atleta y el pórtico se erige un muro de metal con una
rendija vertical al medio (la rendija tiene el ancho exacto como para
que por ella puedan pasar los balones en dirección a la portería). El
jugador comienza a disparar los esféricos con tal fuerza que algunos
de ellos penetran la rendija y llegan a la red del pórtico desgarrándola,
no obstante, el resto de los balones simplemente rebota en el muro
y no alcanza su objetivo. Después de que el deportista ha ejecutado
una cantidad considerable de tiros, examinamos la red y encontramos
en ella un surco vertical calado por el impacto de los esféricos; de
ese modo concluye la primera prueba. A continuación, el muro es
reemplazado por otro que tiene dos rendijas paralelas verticales,
también lo suficientemente anchas como para permitir el ingreso de los
balones. Repetido el ejercicio, ésta vez hallamos en la malla dos líneas
con desgarros correspondientes a los balones que han logrado ingresar
por las aberturas del segundo muro de metal.

86
LA LÓGICA DEL CREADOR

Ahora bien, vamos a reemplazar la cancha con una piscina,


trabajando con ondas de agua en lugar de balones y con un panel de
fondo en lugar de la portería. Procedemos a instalar nuevamente,
en medio de la piscina, el muro de metal que tiene una sola rendija.
Comenzamos generando una onda de agua que va en dirección al
panel de fondo. Sucede que ésta, al llegar al muro de metal, se filtra
por la rendija para volverse a expandir y llegar finalmente al fondo.
A diferencia de los balones, no genera una sola línea en el panel, sino
que lo moja por completo; no obstante, también es cierto que marca
una franja con mayor intensidad en el lugar frontal del choque. Luego,
por segunda vez, situamos el muro de dos rendijas y provocamos
una onda en el agua para que recorra el camino hacia su objetivo.
Sin embargo, esta vez la onda se filtra por ambas rendijas, lo cual

87
WILSON CASTILLO GUZMÁN

ocasiona dos fenómenos conocidos como «interferencia destructiva»


e «interferencia constructiva». El primer tipo de interferencia se da
cuando la onda única, al ingresar por las ranuras, se convierte en dos
ondas que al reencontrarse, después de cruzar el muro, se «anulan»
entre sí (están «en oposición de fase»). El segundo tipo de interferencia
acontece cuando las ondas, al continuar su recorrido, construyen zonas
de mayor intensidad sin anularse (están «en fase»). No nos interesa
mucho conocer el proceso, sino el efecto en el panel. A causa de las
ondas que atravesaron el muro de dos rendijas, se dibuja en el fondo
un «patrón de interferencias»: varias líneas colaterales trazadas en los
lugares en los que las ondas llegaron en fase y otras zonas obscuras en
las que llegaron en oposición de fase.

88
LA LÓGICA DEL CREADOR

Hasta este punto, hemos observado cómo los objetos y


elementos cotidianos del mundo físico macroscópico (los balones y el
agua) se conducen de la forma en la que se espera que lo hagan. Sus
actuaciones no nos han sorprendido de ninguna manera y, sin presentar
dificultades, podrían ser explicadas por las leyes de Newton. Mas ¿qué
ocurre cuando repetimos el experimento con elementos microscópicos?
Recrearemos el experimento, pero esta vez emplearemos partículas
subatómicas que serán el equivalente en miniatura de los balones. Los
corpúsculos escogidos serán electrones.
¿Recuerda el salón que utilizamos para explicar el espacio-
tiempo con el ejemplo sobre la velocidad de la luz? Ya que lo hemos
empleado una vez, volveremos a hacerlo, pero en esta oportunidad

89
WILSON CASTILLO GUZMÁN

retiraremos los asientos y fijaremos en medio del aula una barrera


con una rendija pequeña parecida al muro de la cancha de fútbol. En
lugar de una portería usaremos la pantalla que emitía pulsos de luz, sin
embargo, en esta ocasión, la misma se limitará a recibir los electrones
que dispararemos a través de un dispositivo especialmente diseñado
para ese propósito, ubicado al otro extremo de la habitación.
Empezamos el experimento disparando los electrones por
la abertura de la barrera. Comprobamos, satisfactoriamente, que se
ha formado en la pantalla una línea vertical en los lugares que los
corpúsculos han impactado, esto sucede de la misma manera en la
que antes los balones desgarraron la red de la portería. Proseguimos
el experimento quitando la barrera de una rendija y cambiándola por
la de dos (al igual que hicimos para la segunda prueba en la cancha
de fútbol). Volvemos a disparar otra serie de electrones esperando que
atraviesen las dos aberturas para poder ver reflejadas las dos líneas
verticales paralelas en la pantalla de fondo, pero, cuando revisamos,
encontramos ¡un patrón de interferencia!

90
LA LÓGICA DEL CREADOR

¿Qué sucedió? Acabamos de hallar el efecto producido por


ondas, no obstante trabajábamos con electrones. Los electrones, que
son como «bolitas diminutas», deberían haber dibujado dos líneas
paralelas, semejantes a las trazadas por los balones de fútbol en la red, y
no un patrón de interferencias como el dibujado por las ondas generadas
en el agua. Cuando los verdaderos experimentadores hallaron esa
incompatibilidad quedaron muy confundidos, así que decidieron repetir
el experimento, pero una y otra vez se toparon con el mismo resultado.
En nuestro cotidiano vivir, jamás nos topamos con ese tipo de
situaciones. Si ejecutamos un tiro penal esperamos que o bien erremos
en nuestro lanzamiento o bien encajemos un gol preciso al ángulo. De
ninguna manera esperaríamos que nuestro remate se difumine en un
sinnúmero de balones, de los cuales algunos ingresarían al arco, otros
chocarían con los postes y otros serían interceptados por el guardameta.
No sólo es algo que está lejos de nuestra imaginación, sino que, si llegara
a suceder, el árbitro se vería en el conflicto de aceptar el tiro como
gol (por todos los balones que ingresarían a la meta) o de rechazarlo
(por todos los demás que habrían sido bloqueados por el portero y los
postes). Esta paradoja, en la cual las cosas «son y no son» a la vez, la
explicaremos un poco más adelante.
Un patrón de interferencias no es un estricto conjunto de
electrones plasmado en la pantalla, sino un sinfín de POSIBILIDADES
abstractas sin concreción. Vimos como en el mundo clásico, los balones
y el agua se dirigieron hacia su objetivo siguiendo un único camino
concreto, del punto «A» al punto «B». Aun cuando teníamos el muro de
la doble rendija, los esféricos disparados por el atleta pasaban por una
rendija o por la otra, tomando trayectos bien definidos. Por otro lado, en
palabras de Stephen Hawking:
«…Según el modelo cuántico, en cambio, la partícula no tiene
posición definida durante el tiempo que transcurre entre su posición
inicial y su posición final. “Feynman”(47) se dio cuenta de que eso no se
tiene que interpretar como si las partículas no tomaran ningún camino

(47)
Richard Feynman: físico estadounidense, Premio Nobel de Física en 1965.

91
WILSON CASTILLO GUZMÁN

mientras viajan de la fuente a la pantalla, sino como si tomaran a la vez


todos los caminos posibles entre ambos puntos. […] En el experimento
de la doble rendija, la interpretación de Feynman significa que las
partículas toman no sólo caminos que pasan únicamente por la rendija
de la derecha o únicamente por la de la izquierda, sino también caminos
que pasan por la rendija izquierda y a continuación se enhebran por
la rendija derecha y después pasan de nuevo por la rendija izquierda,
caminos que visitan el restaurante que sirve grandes calamares al curry
y después da varias vueltas alrededor de Júpiter antes de regresar a
casa, e incluso caminos que cruzan el universo y regresan aquí.»(48)
Eso quiere decir que en el mundo cuántico, la partícula no pasa
por una sola rendija; pasa por ambas a la vez. Y no sólo eso, también se
irradia hacia el Cosmos entero como una onda de posibilidades infinitas
para luego demostrarse plasmada en el patrón de interferencia que
vemos en la pantalla. No se trata de que el electrón se vaya de viaje,
con maletas y bloqueador solar incluidos, a una velocidad ultrarrápida
por el Omniverso. Cuando decimos que son «posibilidades abstractas
sin concreción», no hablamos de una partícula específica ni de una
pelota ni de una persona ni de agua ni de un perro ni de un gato ni
de un extraterrestre, sino de todas las posibilidades, ¡absolutamente
TODAS las posibilidades a la vez! Que no se malentienda esto. No
piense literalmente en un perro y un gato fundidos de la cola junto a un
extraterrestre y todo el resto de posibilidades ilimitadas deambulando
en una misma onda. En realidad, se trata de infinitas posibilidades
diseminadas EN POTENCIA, de las cuales ninguna se concreta en algo
específico.
Pero todavía no hemos zanjado el experimento de la doble
rendija ¿Qué es lo que hace que ese conjunto de posibilidades abstractas
se defina en algo concreto? ¿Cómo es que en nuestro entorno las
cosas están tan claramente definidas si innegablemente también están
compuestas de estructuras cuánticas? Luego de hallar, repetidas veces,
el patrón de interferencias plasmado por los electrones disparados,
los experimentadores decidieron OBSERVAR detenidamente el viaje
(48)
HAWKING, Stephen. & MLODINOW, Leonard. (2010). El gran diseño. Barcelona: Crítica, (pp. 83 - 84).

92
LA LÓGICA DEL CREADOR

completo de la partícula y ya no limitarse exclusivamente a revisar el


resultado en la pantalla. Ellos querían entender qué era lo que sucedía
en el instante en que el corpúsculo se hallaba frente a la barrera de dos
rendijas, por cuál de las dos pasaba, y, si lo hacía por ambas, cómo
se las arreglaba para hacerlo. Con ese fin, instalaron un artefacto de
medición y, sin saber que todavía les aguardaba una sorpresa mucho
más desconcertante, efectuaron el experimento una vez más. Entonces,
cuando miraron minuciosamente el trayecto del electrón, éste pasó,
al igual que una pelota, por una sola de las rendijas y, al final del
experimento, en la pantalla estaban trazados dos surcos paralelos, ¡ya
no el patrón de interferencias!
Lo que pasó fue que al intervenir EL OBSERVADOR, el
electrón dejó de comportarse como una onda de posibilidades infinitas
y siguió una trayectoria bien definida hacia la pantalla concretizándose
en una única posibilidad; o, lo que es lo mismo: el acto de medición hizo
que la función de onda colapsara. Esto significa que las cosas a nuestro
alrededor no están definidas en tanto no intervenga un observador;
únicamente el observador tiene la capacidad de afectar la función de
onda y darle un sentido determinado.
—¡Alto, alto! ¿Me estás diciendo que mientras duermo o
abandono mi casa, las cosas dejan de existir o algo así?
No, no digo que dejen de existir. Digo que si no las observa son
únicamente datos abstractos de información. La pared de su hogar deja
de ser una pared y se convierte en potencialidad pura, se encuentra en un
estado de «superposición» (es la denominación correcta para el estado
en el que todas las posibilidades infinitas coexisten simultáneamente).
No significa que la pared no exista y que, por lo tanto, los ladrones
puedan ingresar a su casa sin impedimentos (además no olvide que los
ladrones también son observadores); significa que sólo allí donde haya
observación o se efectúe algún tipo de medición habrá un estado de
coherencia en el entorno (una silla ubicada en un punto específico o un
plato de comida servido en el plato y no en superposición cuántica).
Es por eso que incluso para un invidente, que al moverse o reconocer
los objetos realiza mediciones, las cosas con las que interactúa se

93
WILSON CASTILLO GUZMÁN

encuentran definidas y en coherencia con las acciones que realiza.

Por consiguiente, la sorprendente inferencia es que, no


importando el lugar, allí donde no se halle un ser perceptor la función
de onda permanece inalterable. Éste es el poder que tenemos todos
nosotros: influir en ese conjunto de posibilidades infinitas para lograr
que de él emerjan datos específicos. Aunque es cierto que por el
momento los expertos no han dilucidado quién o qué es lo que hace
que la pared continúe siendo una pared cuando retornamos a nuestras
casas después de haberlas abandonado, yo me atrevo a afirmar que es la
consciencia la que le da un sentido a la realidad, la que la organiza, la
que la determina y la que le brinda un destino (sería muy difícil vivir en
un mundo donde las cosas van cambiando de forma aleatoria cada que
volvemos a mirarlas). Pero no se jacte demasiado de su consciencia,
pues citándola no pretendo decirle que usted es el dueño de su destino.
En primer lugar, el año 2012, al finalizar una serie de
conferencias dirimidas por un grupo de eminentes neurocientíficos,

94
LA LÓGICA DEL CREADOR

se firmó la «Declaración de Cambridge sobre la Consciencia», de la


cual extraigo la siguiente conclusión: «De la ausencia de neocórtex no
parece concluirse que un organismo no experimente estados afectivos.
Evidencia convergente indica que los animales no humanos tienen los
sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos, y neurofisiológicos de los
estados de la consciencia junto con la capacidad de exhibir conductas
intencionales. Consecuentemente, el grueso de la evidencia indica que
los humanos no somos los únicos en poseer la base neurológica que da
lugar a la conciencia. Los animales no humanos, incluyendo a todos los
mamíferos y pájaros, y otras muchas criaturas, incluyendo a los pulpos,
también poseen estos sustratos neurológicos.» De modo que no sólo los
seres humanos tenemos la capacidad de colapsar la función de onda;
está claro que los animales también son observadores conscientes.
Sin embargo, debemos distinguir la «conSCiencia» con «sc»,
de la «conCiencia» sólo con «c». La primera se presenta como la
capacidad de reconocernos a nosotros mismos y a nuestras propias
acciones, y la segunda, en el ámbito moral, como la capacidad de
distinguir entre el bien y el mal. Los animales no humanos poseen
consciencia, pero carecen de conciencia; esto es lo que nos diferencia
de ellos. Y lo que nos distingue entre Homo sapiens, es que algunos
estamos al tanto de nuestras dos capacidades, la de reconocimiento y
la de discernimiento, porque vivimos despiertos, mas otros apenas y
meditan sobre su existencia, pues viven como máquinas enfrascadas
en la rutina y permanecen dormidos. No obstante, si bien el destino de
la mayoría de los dormilones es permanecer en la penumbra, algunos
pocos están a la espera de levantarse.
«Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere,
¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada
fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una
ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende
una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en casa.» (Evangelio según Mateo, cap.
5, versículos 13 - 15).
Nosotros somos los observadores del Omniverso. El Creador ha

95
WILSON CASTILLO GUZMÁN

predeterminado su propia consciencia en un arduo trabajo de evolución


para poder observarse a sí mismo. La consciencia no nos pertenece,
le pertenece a Él, es su gran proyecto, su obra maestra. Y si en el
transcurso de ese proyecto, en un proceso de prueba y error, algunas de
sus consciencias se hacen insípidas, máquinas sojuzgadas por los afanes
del mundo, entonces no merecen mantener los ojos abiertos porque, en
verdad, no han aprendido a mirar. El puente de esta vida es un lapso en
el que se le ha otorgado la posibilidad de despertar; ese es el propósito
del juego. La meta no es que se haga millonario ni que viaje por el
mundo ni que se pierda en banalidades. El objetivo es volver a nacer o,
mejor dicho, «nacer de lo alto». Porque las demás cosas se nos darán
por añadidura si buscamos la vida eterna primero. Si garantizamos la
perpetuidad de nuestra vida no hay nada que no podamos hacer después.
No digo que abandone los quehaceres de esta vida. ¿No está
escrito: «Dad al César lo que es del César, y al “eljim” lo que es del
“eljim”»? Ya sea que trabaje, que viaje o que tenga familia, hágalo
todo con amor. Yo, más que ninguno, me hallo atareado en una de las
profesiones que podría ser considerada la que más sumergida está en
el mundo: la abogacía. Pero lo hago con cariño porque sé que un día
debo ser responsable de mi propio hogar. Le doy al mundo una gran
parte de mis esfuerzos y eso no es incorrecto, siempre que no caiga en
la corrupción o la perversión. No obstante, también le doy al «eljim»
lo suyo, porque es menester que trabaje aun con mayor denuedo
escudriñando las Escrituras y alimentándome de la ciencia. Hoy que
todavía no se nos ha arrebatado el regalo de la vida y de la consciencia,
trabajemos en las cosas de nuestro Padre. «Entonces Jesús les dijo:
Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que
tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que
anda en tinieblas, no sabe a dónde va.» (Evangelio según Juan, cap.
12, ver. 35).
Porque no somos como aquéllos que han venido a cumplir
una tarea inicua en el mundo, también predeterminada, para después
desaparecer en el olvido. Recuerde que incluso ellos cumplen un
propósito. «Todas las cosas ha hecho “Ievé” para sí mismo, y aun

96
LA LÓGICA DEL CREADOR

al impío para el día malo.» (Proverbios, cap. 16, ver. 4). Así que, en
segundo lugar, concatenando la sabiduría bíblica con la científica y
encontrando que de ambas emana el mismo conocimiento, concertamos
que no existe el libre albedrío, sino que incluso la consciencia está
determinada. Asomándonos nuevamente a El gran diseño hallamos
estas palabras: «Aunque sentimos que podemos escoger lo que hacemos,
nuestra comprensión de las bases moleculares de la biología demuestra
que los procesos biológicos están regidos por las leyes de la física y la
química y que, por lo tanto, están tan determinados como las órbitas
planetarias. Experimentos recientes en neurociencia corroboran el
punto de vista de que es nuestro cerebro físico, siguiendo las leyes
conocidas de la ciencia, el que determina nuestras acciones, y no algún
agente que exista fuera de esas leyes.»(49)
Ahora, sabiendo que todas nuestras acciones están determinadas,
podemos decir que nada hacemos por nosotros mismos. Entonces
entendemos lo que Jesús argumentaba a los judíos que le instigaban:
«Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo:
No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al
Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo
igualmente.» (Evangelio según Juan, cap. 5, ver. 19). Esto no quiere
decir que el hijo de barba café haya visto a su Padre de barba blanca
hacer algo en otra galaxia para luego venir a la nuestra a imitar lo
que vio. Lo que quiso manifestar Jesús era mucho más maravilloso y
sencillo. Observe sus manos moverse ¿Es su cerebro quien les dio la
orden de hacerlo? Sí. ¿Y su cerebro a que está subordinado? A las leyes
de la física y la química. ¿Y no son las leyes de la física y la química
inherentes al Omniverso? Así es. ¿Y no habíamos convenido ya que el
Padre es el propio Omniverso? Vuelva a ver sus manos moverse; esa
acción no la ha realizado por su propia voluntad, sino que el Cosmos
la ha predeterminado con antelación. Así pues, somos maravillosas
marionetas de avanzada ingeniería dirigidas por una mente colectiva
omnipotente: el «eljim».(50)
(49)
HAWKING, Stephen. & MLODINOW, Leonard. (2010). El gran diseño. Barcelona: Crítica, (p. 38).
(50)
No pertenecemos a la tendencia del «misticismo cuántico», pero es claro e irrefutable que

97
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Sin embargo, el hecho de que mi consciencia este determinada


¿impide que sienta dolor? ¿Impide que disfrute los triunfos? ¿Impide
mi capacidad de comprensión? De ninguna manera. Por lo tanto, me
siento feliz en sobremanera de ser partícipe de la voluntad del Creador
¡He despertado! Ahora le veo trabajar en mí. Por otro lado, el hecho de
que nos hallemos subyugados por el determinismo ¿significa que no
podemos influir en el futuro, que no tenemos poder sobre la materia?
Para responder esas preguntas necesitamos esclarecer la diferencia
entre el determinismo clásico y el determinismo de la física cuántica, e
inspeccionar el principio de incertidumbre de «Heisenberg»(51).
No obstante, antes de ver lo señalado atrás, examinaremos
una pugna filosófica que ha perdurado durante siglos: Materialismo
versus Idealismo. Los materialistas afirman que existe una realidad
objetiva independiente al observador, que, sin importar nuestra
actuación, la materia mantiene las mismas propiedades bien definidas.
Aristóteles, Hobbes, Marx, Engels, Lenin y otros brillantes pensadores
se alineaban bajo esa forma de concebir el mundo. Por otro lado, los
idealistas refutan a los materialistas alegando que son el pensamiento,
el espíritu y la consciencia los que se anteponen a la realidad y que
ésta es tan sólo producto de nuestras ideas. Platón, Berkeley, Hegel y
otros filósofos defendían esta postura. Por ejemplo, en el libro de los
Principios Elementales de Filosofía de Politzer, se cita la manera en
la que el obispo y filósofo George Berkeley (nombrado como el padre
del idealismo) sostenía que todas las cosas se encontraban en nuestro
espíritu y no fuera de él:
«¿Decís que los objetos existen porque tienen un color, un
sabor, un olor, porque son grandes o pequeños, livianos o pesados? Voy
a demostraros que eso no existe sino en vuestro espíritu.
He aquí un retal de tejido: me decís que es rojo ¿Será así con
seguridad? Pensáis que el rojo está en el tejido mismo. ¿Es cierto?
Sabéis que hay animales que tienen ojos diferentes de los nuestros y
que no verán rojo este tejido; del mismo modo, un hombre que tenga
el Omniverso es todopoderoso.
(51)
Werner Karl Heisenberg: físico alemán, galardonado con el Premio Nobel de Física en 1932.

98
LA LÓGICA DEL CREADOR

ictericia ¡lo verá amarillo! Entonces, ¿de qué color es? ¿Decís que eso
depende? El rojo no está pues en el tejido, sino en el ojo, en nosotros.
¿Decís que el tejido es liviano? Dejadlo caer sobre una
hormiga y lo encontrará pesado. ¿Quién tiene razón, pues? ¿Pensáis
que es caliente? Si tuvieras fiebre ¡lo encontraríais frío! Entonces, ¿Es
caliente o frío?»(52)
Es interesante la forma en la que Berkeley manejaba nociones
relativistas casi doscientos años antes de que naciera Albert Einstein.
Sin embargo, la escuela materialista, avalada en descubrimientos
científicos revolucionarios, objetó a la corriente idealista de manera muy
persuasiva. Lo que sostenía el materialismo, en esencia, era que nuestra
consciencia, nuestras ideas y pensamientos subjetivos eran sólo reflejos
imperfectos de una materialidad externa y objetiva. ¿Cómo podrían ser
primigenias las ideas? Eso no tenía sentido. —Si podemos pensar en
una mesa es porque la vimos previamente, razón por la cual podemos
elaborar una imagen mental de ella, ¡nunca a la inversa! —pensaban los
materialistas. Aparentemente, habían resuelto el problema de: «¿Cuál
fue primero, la consciencia o la materia?», dándole preponderancia a
la materia; y eso estuvo muy bien, por un tiempo. Muchos notables
pensadores y estudiosos se hicieron partidarios de esa idea, parecía
mucho más coherente e iba acorde al progreso científico, hasta que
llegó la física cuántica para desbaratarlo todo. No lo malinterprete, la
física cuántica no respalda al idealismo, ni tampoco yo me ordeno bajo
la filosofía idealista. Lo que pretendo en esta obra, es presentarle una
teoría ecléctica que reconcilie al materialismo y al idealismo bajo un
mismo concepto racional.
Como vimos, para la física clásica todos los eventos y
fenómenos son previsibles; para ella existe un mundo con cualidades
determinadas que puede ser medido con precisión en magnitudes tales
como la velocidad y la posición, y en ningún momento toma en cuenta
al observador. El observador, en la física clásica, juega un papel pasivo
y de ninguna manera influye en la realidad. Pero en física cuántica
(52)
POLITZER, Georges. (1999). Principios elementales de filosofía. Barcelona: Edicomunicación,
s. a., (p. 26).

99
WILSON CASTILLO GUZMÁN

el principio de incertidumbre explica que no puede conocerse con


exactitud la velocidad y la posición de una partícula simultáneamente;
«…cuanto más precisa es la medida de la velocidad menos precisa será
la medida de la posición, y viceversa.» La mecánica cuántica demostró
experimentalmente que el observador influye en los sistemas y que, por
tanto, al realizarse mediciones, no pueden obtenerse resultados exactos
porque en el momento en que interactúa un observador ya ha habido
una perturbación en los mismos.
El error del Materialismo, al igual que el de la física clásica, es
no tomar en cuenta al observador, y el problema del Idealismo es que
da excesiva importancia a la consciencia y a las ideas. Veamos cómo
desde ambos ángulos de vista se dan respuestas totalmente diferentes a
una cuestión que ha dado mucho que pensar y discutir a los filósofos:
«Si un árbol cae en un bosque solitario y no hay nadie para escucharlo,
¿hace ruido?» Un materialista responderá con un firme sí, basado
en su creencia de que existe un mundo objetivo independiente de la
consciencia que funciona siempre de la misma manera sin importar la
presencia o ausencia de los observadores en la escena. Un idealista,
por otro lado, dirá que el sonido y el árbol están en nuestro espíritu,
que son nuestras ideas las que determinan la realidad. Y aunque ambas
respuestas parecen irremediablemente irreconciliables, nosotros
podemos brindar una respuesta que las vincula.
¿Qué son la realidad objetiva y la realidad subjetiva? ¿Son
realmente dos cosas distintas? Si a través del experimento de la doble
rendija pudimos entender que la materia se presenta como una onda de
información infinita hasta el momento en que interviene un observador
para darle un sentido concreto, ¿podemos seguir escindiendo la
consciencia «subjetiva» del mundo aparentemente externo «objetivo»
como si fueran dos elementos incompatibles? ¡Las fronteras entre lo
objetivo y lo subjetivo no existen!, ambas cualidades son una sola.
Nuestra respuesta a la «paradoja del árbol que cae» es ésta: En aquel
bosque solitario en el que no hay nadie presente para escuchar, la
función de onda no es alterada y, en consecuencia, no existen sonidos,
sólo posibilidades indeterminadas en potencia. Eso contradice a la

100
LA LÓGICA DEL CREADOR

respuesta materialista, porque el mundo objetivo no es precisamente un


estado con propiedades bien definidas (color, peso, masa, etc.), sino un
estado abstracto en superposición cuántica. Así pues, nuestra respuesta
también le da un duro golpe a la respuesta idealista porque, si bien
la función de onda colapsa a causa del observador, es evidente que el
Cosmos de posibilidades infinitas existe fuera de nuestras restringidas
ideas. Finalmente, aunque ambas posturas incurren en el error, también
tienen cierto mérito: el materialismo, haber dado un paso hacia
una concepción más fáctica de la realidad, y el idealismo, no haber
abandonado al observador, como lo hizo la primera escuela.
Decimos que lo objetivo y lo subjetivo son lo mismo porque es
nuestro cerebro el que decodifica los datos de información para darles
un orden generando una imagen virtual de la realidad. Es decir, que a lo
que nosotros denominamos como «realidad objetiva» no es más que al
holograma «subjetivo» generado por nuestro cerebro. No decimos que
el mundo exterior no existe, sólo que es nuestro cerebro el que elabora
un modelo de su propia realidad basándose en la limitada información
que pueden captar nuestros sentidos, y que no conocemos lo eterno
tal cual es porque todavía no somos capaces de filtrar más que un
restringido conjunto de datos finitos. Sepa que «La teoría M» predice
que vivimos en un Universo que alberga hasta once dimensiones. Y
aunque no puedo ocultar mi ansiedad por ampliar mis capacidades y
desplegarme a través de esas dimensiones restantes, probablemente
deba primero demostrar que soy digno de vivir en las tres que puedo
apreciar.
Para acabar con el problema de la realidad, Hawking acoge
una nueva postura denominada «realismo dependiente del modelo»,
explicada con mucha sencillez de la siguiente forma:
«Hace algunos años el ayuntamiento de Monza, en Italia,
prohibió a los propietarios de animales domésticos tener pececitos de
colores en peceras redondeadas. El promotor de esta medida la justificó
diciendo que es cruel tener a un pez en una pecera con las paredes
curvas porque, al mirar hacia fuera, tendría una imagen distorsionada
de la realidad. Pero ¿cómo sabemos que nosotros tenemos la visión

101
WILSON CASTILLO GUZMÁN

verdadera, no distorsionada, de la realidad? ¿No podría ser que


nosotros mismos estuviéramos en el interior de una especie de pecera
curvada y nuestra visión de la realidad estuviera distorsionada por una
lente enorme? La visión de la realidad de los pececillos es diferente de
la nuestra, pero ¿podemos asegurar que es menos real?
La visión de los pececillos no es como la nuestra pero, aun
así, podrían formular leyes científicas que describieran el movimiento
de los objetos que observan en el exterior de su pecera. Por ejemplo,
a causa de la distorsión, los objetos que se movieran libremente, y
que nosotros observaríamos en una trayectoria rectilínea, serían
observados por los pececillos como si se movieran en una trayectoria
curvada. Sin embargo, los pececillos podrían formular leyes científicas
que siempre se cumplirían en su sistema de referencia distorsionado y
que les permitirían hacer predicciones sobre el movimiento futuro de los
objetos de fuera de la pecera. Sus leyes serían más complicadas que las
formuladas en nuestro sistema de referencia, pero la simplicidad es una
cuestión de gustos. Si los pececillos formularan tal teoría, deberíamos
admitir que tienen una imagen válida de la realidad.»(53)
Ahora que hemos desplomado las barreras entre lo objetivo y lo
subjetivo, veremos cuál es la diferencia entre el determinismo clásico y
el determinismo de la mecánica cuántica. En pocas palabras, podemos
decir que la física clásica toma en cuenta un único pasado y un único
futuro, ambos delimitados, inmodificables e independientes de los
observadores. La mecánica cuántica, en cambio, considera no sólo un
futuro y un pasado, sino toda un abanico de posibilidades, un conjunto
inagotable de pasados y futuros diferentes con cierta probabilidad
de concretarse, y al observador como una pieza importante para que
ello suceda. Sin embargo, las acciones del observador continúan
determinadas. Eso significa que, aunque carecemos de libre arbitrio,
efectivamente tenemos poder sobre la materia.
Es en este punto en el que finalmente nos desprendemos de la
metafísica. No obstante, si bien hemos abandonado el credo del libre

(53)
HAWKING, Stephen. & MLODINOW, Leonard. (2010). El gran diseño. Barcelona: Crítica, (p. 45).

102
LA LÓGICA DEL CREADOR

albedrío, ¿por qué encontramos en las palabras determinismo y destino


un mismo significado? Muchos científicos e incluso algunos filósofos
rechazan la idea de que el Universo obedezca a un propósito. Por
ejemplo, Walter Benjamin (filósofo alemán) hallaba en la historia «un
paisaje en ruinas» que no correspondía exactamente a un orden lógico
dialéctico que culminara en total dicha. Nosotros no le contradecimos,
no pensamos en un final clásico, creemos que el momento de la
transformación es el ahora, que el reino del Padre lo vivimos hoy y a cada
instante. Consecuentemente, desde otra perspectiva, no coincidimos
con Walter Benjamin en que la historia sea un paisaje en ruinas, sino al
contrario, un progresivo organizarse y equilibrarse —tal cual vimos con
antelación en el capítulo primero—. ¡He ahí el propósito del Cosmos!
Si el Omniverso fuese una máquina, entonces sería inútil
tratar de hallar un destino. Mas, en lugar de eso, el altísimo es un
supraorganismo que se autorregula y se autoorganiza; y que, si bien
genera un sinfín de fluctuaciones cuánticas de manera aleatoria,
fundamentalmente se caracteriza por crear VIDA. Además, no olvide
que todas esas fluctuaciones emergen de un mismo supraorganismo
y que, por consiguiente, están relacionadas unas con otras. Esas
infinitas variables tienen un objetivo: Brindar una gama suficiente de
posibilidades que faciliten la generación de seres vivos que logren
evolucionar al punto de alcanzar consciencia, consciencia que pueda
darle un sentido a la existencia. Eso me recuerda una frase que leí en
una novela: «A veces parece que el Universo quiere ser observado.»(54)
Hemos venido al mundo a cumplir un destino: «transformarlo»; tenemos
el poder de hacerlo y ahora lo sabemos.
Es momento de hablar acerca de los poderes que podemos
obtener. Le pido que no sea escéptico ni que se ilusione demasiado,
todavía. Comencemos desde lo más básico para llegar luego a lo
que parece ser lo más fantástico. Vamos a situar los poderes en tres
categorías: Primero, la capacidad de crear nuestra propia realidad
amparada de forma indirecta por la física de partículas; segundo, los
«dones de la inspiración» (llamados comúnmente «dones espirituales»)
(54)
John Michael Green: novelista estadounidense.

103
WILSON CASTILLO GUZMÁN

aludidos en la Biblia; y tercero, la manifestación de los poderes mentales


propiamente dichos.
No piense que la física cuántica otorga el método para empezar
a resucitar muertos. Es cierto que de alguna manera nos brinda una idea
sobre la capacidad maravillosa de nuestra mente, pero sus hallazgos
están muy lejos de darle la receta de la vida eterna. En lo que sí va a
ayudarle, es a darse cuenta de que hasta ahora ha estado viviendo sin
considerar que puede afectar la manera en la que suceden las cosas,
aunque sin duda todo este tiempo lo ha estado haciendo de manera
inconsciente.
Voy a contarle una pequeña anécdota mía: Hace algunos
años tenía que asistir a un evento muy importante para el cual venía
preparándome durante varios meses. El día del evento se aproximaba
y, a medida que lo hacía, mis expectativas iban creciendo; a tal punto
que pasaba varias horas del día pensando en ello, especialmente en los
periodos de ocio. Y ¿qué mejor lugar para pensar que mientras tomamos
una larga y refrescante ducha? Así pues, cada que entraba a bañarme
me abstraía en mis ansiedades. Sin embargo, además había otra cosa
que me preocupaba, algo realmente insignificante, pero que siempre
que miraba hacia arriba mientras me bañaba, me inquietaba: ¿iría a
quemarse la ducha el día del evento? No le culpo si en este momento
se parte de la risa, pero el hecho es que el artefacto de mi regadera ya
estaba desgastado por los años y me molestaba la idea de que pudiera
quemarse precisamente el día del acontecimiento, cuando más iba a
necesitarlo para, como suelo decir en broma, «acicalarme».
Cada vez que ingresaba a la regadera, me decía lo mismo sin
falta en un modo algo vulgar: «Esta ducha es capaz de quemarse el día
del evento». Durante algunos meses esos fueron mis augurios y, como
era de esperarse, el día señalado los cables de la ducha comenzaron a
humear en el peor instante: cuando la espuma del «shampoo» cubría
mi rostro. Lo extraño es que aquél fue el único día en el que ni siquiera
pasó por mi cabeza que fuera a quemarse.
Como mi mente ya andaba algo despierta en aquel tiempo,

104
LA LÓGICA DEL CREADOR

inmediatamente me di cuenta de que no se trataba de una coincidencia. Lo


que no le dije es que no me limitaba a preguntarme si el artefacto dejaría
de funcionar o no, también me preguntaba si el hecho de repetírmelo
todo el tiempo podría conseguir malograr la ducha el día determinado;
así que también estaba experimentando con mis capacidades cerebrales.
A partir de aquel día me propuse, en un par de ocasiones
más, poner a prueba mi mente; esta vez para conseguir resultados
favorables, y los obtuve. Mis metas eran pequeñas, pero me sirvieron
como pruebas para confirmar mi primer experimento. Sin embargo,
lo que esas experiencias me enseñaron no fue que nuestros cerebros
tienen la capacidad de quemar las duchas, sino que tienen la capacidad
de influir en el entorno aumentando la probabilidad de que un evento,
cualquiera que este sea, ocurra. Se ha nombrado a ese efecto como la
«ley de la atracción», pero el problema es que esta denominación es
bastante usada en la metafísica y cae dentro de la pseudociencia porque
es un tipo de versión moderna del idealismo.(55) Aunque es cierto que
los pensamientos pueden tener cierta influencia, no queremos decir que
ellos hagan mella por sí solos (por lo menos todavía no en este punto de
la evolución). Son las actitudes hacia la vida las que generan cambios
cualitativos, la manera en como enfocamos nuestras actividades es la
que nos conduce por los caminos probabilísticos; de modo que podemos
terminar o bien varados en medio de un desierto o bien junto a un oasis
de «aguas rebosantes de vida».
¿Se da cuenta de que la repetición constante de mis pensamientos
conllevó la concretización de una posibilidad? Digo de una posibilidad
porque no era la única. Las posibilidades de un sinfín de futuros en
los que el artefacto no se malogró, futuros en los que día antes la
regadera fue reemplazada por otra, futuros en los que resbalé con el
jabón antes de que importara ninguna otra cosa, y otros muchos futuros
más, eran igualmente viables. No obstante, de todos ellos, fue uno solo
el que se consumó, adecuado exactamente con el Universo en el que

(55)
Talvez muchas de mis afirmaciones también podrían ser consideradas pseudocientíficas.
Pido disculpas por las contradicciones en las que pueda incurrir, todavía me queda mucho por
aprender. No obstante, hay ciertas verdades de las que jamás titubearía.

105
WILSON CASTILLO GUZMÁN

estaba predeterminado a pensar de una forma y a suceder por ello algo


ciertamente inmodificable.
—Pero, si estamos predestinados a exteriorizar una cierta
conducta y a tener que vivir a causa de ello eventos inmodificables,
entonces no tiene sentido intentar cambiar las cosas. Dejemos todo,
nada vale el esfuerzo.
¡No, no, no! Abandone esas patrañas y ponga las manos a la
obra, ¡hay mucho por hacer! ¿No estoy también yo predestinado a
pedirle que cambie de actitud ahora mismo? Comience a vivir una nueva
vida; transpórtese al nuevo Universo en el que usted no es un fiasco y
deje de pensar que la ducha se quemará. Todo está predeterminado,
pero es necesario que las cosas se hagan, así que ¡hagámoslas! «Sin
embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez;
y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que
perecen. Mas hablamos sabiduría del “eljim” en misterio, la sabiduría
oculta, la cual el “eljim” PREDESTINÓ antes de los siglos para
nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció;
porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor
de gloria.» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 2, versículos 6 - 8).
Antes de pasar a otro punto, exploremos una nueva paradoja.
Páginas atrás anunciamos que la veríamos para explicar cómo, sin
la intervención de un observador, las cosas son y no son al mismo
tiempo. El siguiente experimento mental, llamado «La Paradoja
de Schrödinger»(56), consiste en lo siguiente: Un pequeño gatito
desafortunado se encuentra encerrado en una caja sellada que no
nos permite ver lo que ocurre en su interior. Dentro de ella hay un
mecanismo que puede liberar una partícula radioactiva, la cual tiene una
probabilidad del 50% de descomponerse y activar un dispositivo que
dejaría escapar un veneno mortal que mataría al felino (una situación
nada agradable; pero descuide, ningún gatito salió lastimado en esta
metáfora). Sin embargo, en compensación, también existe otro 50% de
probabilidades de que la partícula no se desintegre, de modo que el

(56)
Erwin Schrödinger: físico austriaco, Premio Nobel de Física en 1933.

106
LA LÓGICA DEL CREADOR

veneno no podría liberarse.


Por consiguiente, transcurrido un tiempo determinado, habría
una cierta probabilidad de que una u otra cosa haya sucedido, por lo que,
para saberlo con certeza, sería necesario abrir la caja y mirar dentro.
Si le preguntase cuál de las dos posibilidades se ha definido,
¿qué respondería usted? Con la limitada información que posee
únicamente podría indicar que el gatito ha sobrevivido o que ha muerto.
Pero la respuesta que otorga la mecánica cuántica es que, entretanto no
se abra la caja, el gato se halla en un estado de superposición, es decir,
vivo y muerto a la vez. Aunque es cierto que para el gatito la función
de onda ya habría colapsado dentro de la caja, para los observadores
externos su estado sería enteramente incierto hasta el momento de la
comprobación.
Esa forma de entender al mundo es tan distinta a la materialista
y tan distinta a la idealista que sólo puede acomodarse en medio de
ambas sin darle la razón por completo a ninguna. Marx decía que era
la estructura económica la que determinaba la superestructura social,
la consciencia de clase, las ideologías, las normas de trato social, las
normas jurídicas, etc. Pero, aunque innegablemente era un hombre
brillante, ignoraba las singularidades del mundo cuántico. Aplicando
al mecanismo social la nueva forma en la que conceptualizamos la
realidad, podemos decir que la estructura y la superestructura son ambas
interdependientes y que una determina a la otra de forma recíproca.
Es posible que, de la misma manera que para el gatito las cosas
se hallaban bien definidas dentro de la caja y para los observadores
externos no, para mi yo futuro ya esté determinada mi victoria ante el
altísimo o mi derrota ante la muerte. El problema es que para mi yo
presente todavía es un misterio ¿Qué espero para anotar mi nombre en
el Libro de la Vida?
A continuación, tomamos algunas referencias de un episodio
del programa de divulgación científica «Redes»: «El experto y sabio
inconsciente», como también del libro del doctor en fisicoquímica,

107
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Camilo Cruz: «Los genios no nacen… ¡SE HACEN!»(57), para indagar,


esta vez, un poco sobre el inconsciente. En páginas anteriores indicamos
que es la consciencia la que le da un sentido a la realidad, pero ¿actúa
la consciencia de forma independiente? Los estudios recientes revelan
que no es así; ésta se encuentra supeditada al inconsciente. Pero
aclárese que no se entiende más al inconsciente de manera negativa. Por
ejemplo, para Sigmund Freud el inconsciente era la parte que albergaba
los deseos e impulsos reprimidos, el origen de los «actos fallidos», el
ámbito al que la conciencia no tenía acceso; en suma, para el neurólogo
austriaco el inconsciente era algo así como un enemigo viviendo en
nuestro interior. Actualmente sabemos que otra es la verdad y que Freud
estaba equivocado.
En la actualidad, el uso de la palabra «inconsciente» se ha
alejado de su antigua noción para revelarse como nuestro mejor
aliado, un poderoso componente de la mente, perfeccionado durante
millones de años de evolución que dirige nuestro comportamiento
en todo momento. El cerebro inconsciente es responsable de realizar
muchas de las tareas más importantes de la vida diaria: Ejecuta las
tareas automáticas, alberga los sentimientos afectivos que tenemos más
enraizados, controla los latidos del corazón cuando la consciencia se
da el lujo de dormir y, entre otras funciones, «procesa once millones de
bits de información a cada segundo que pasa» (lo cual, en relación a los
cincuenta bits que la consciencia puede procesar, refleja una diferencia
abismal). Su tarea es la de analizar datos constantemente para ayudarnos
a tomar decisiones en fracciones de segundo, algo que nuestra lenta
consciencia sería incapaz de hacer sin ayuda.
Encuentro en el inconsciente, talvez erróneamente, las
verdaderas características de un observador, no obstante su trabajo lo
realice de forma inseparable a la consciencia. Es sin lugar a dudas una
mente poderosa, pero también es cierto que es susceptible de programarse
y convertir las acciones conscientes en automatismos que pueden
llegar a ser contraproducentes. Constantemente estamos repitiendo los
(57)
No estamos de acuerdo con el título de su obra, creemos que los genios se hacen, pero que
también nacen con un propósito determinado.

108
LA LÓGICA DEL CREADOR

mismos errores y cayendo en las mismas frustraciones porque hemos


programado a nuestra mente para el fracaso. Nos decimos a nosotros
mismos que no podemos, que somos inútiles, feos, torpes, etc., y lo
único que logramos es reforzar pensamientos autodestructivos cuyo
rédito son más y más calamidades. No dude que esa mente poderosa lo
conducirá allá donde usted quiera ir, incluso hasta el abismo, sin vacilar.
«…Si la programas con información incorrecta, no puedes esperar los
resultados deseados. Así que, si quieres obtener resultados distintos
a los obtenidos hasta el momento, debes cambiar tus programas
mentales. Quizá necesites introducir un nuevo programa (software) en
tu disco duro o actualizar el que hoy usas. Y ese nuevo programa puede
ser una nueva serie de creencias acerca de ti mismo, de quién eres, de
tus habilidades y de lo que puedes lograr si te lo propones.»(58)
Más allá de brindarle uno o más «mensajes positivos» —los
cuales sobreabundan en bocas de conferencistas y charlatanes—, con
todo lo anterior simplemente quiero reafirmar esta idea: Todo nos es
posible si nos predisponemos a ello. Pero necesitamos ascender un
peldaño más, todas estas cosas ya las conocemos de memoria («ten
buenos pensamientos y las consecuencias serán positivas», «sé bueno y
te pasarán cosas buenas»). Sería muy simplón de mi parte estancarme
aquí. Y aunque en su momento esos consejos pudieron haber sido
fructíferos, como infante del conocimiento me he deleitado ya bastante
de leche materna y tengo ganas ahora de una buena «Sajta»(59). «De
manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a inspirados, sino
como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no
vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,  porque
aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y
disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?» (1.ª Epístola
a los Corintios, cap. 4, versículos 1 - 3).
Hablemos ahora sobre el conjunto de dones no poco estimables
(58)
CRUZ, Camilo. (2006). Los genios no nacen… ¡SE HACEN! Colombia: Taller del Éxito inc., (p.
50).
(59)
«La Sajta es un plato tradicional de la región occidental de Bolivia. Es un estofado picante de
pollo con tunta rebosada con maní y chuño. Se encuentran diferentes variantes dependiendo de
la región.»

109
WILSON CASTILLO GUZMÁN

concedidos por el altísimo a sus hijos, pues «no quiero, hermanos,


que ignoréis acerca de los dones de la inspiración.» (1.ª Epístola a
los Corintios, cap. 12, ver. 1). Tengamos en cuenta que estos dones son
denominados «dones de la inspiración», de modo que para abordarlos es
imprescindible que antes terminemos de entender qué es la inspiración
santa. En el anterior capítulo señalamos que son dos palabras que
emanan del hebreo y que están relacionadas con dar y recibir vida;
también vimos que eso llevó a creer a los profanos que lo que nos
da vida es algún tipo de espectro inserto en algún lugar recóndito de
nuestro cuerpo. Nosotros lo rebatimos, y alegamos que son los procesos
bioquímicos los verdaderos responsables de la vida, sin embargo,
también debemos comprender que la vida no se limita únicamente a
ser un suceso mecánico, químico y biológico. Ahora que tenemos el
discernimiento un poco más desarrollado y habiendo abarcado el tema
del inconsciente, ¿se hace una mejor idea de qué es la inspiración?
La inspiración santa es un estado mental, no un ente escondido
en las neuronas ni «en los espacios intraatómicos de las células», como
muchos metafísicos piensan y quieren hacernos creer —habiendo
llegado incluso a afirmar que la ciencia demostró que el alma tiene un
peso definido; lo cual es totalmente falso—. La mente está sujeta a leyes
materiales e incluso el pensamiento es una forma de materia.
Para esclarecer por qué decimos que la inspiración es un estado
mental, quizás podemos recurrir pertinentemente a los siguientes
ejemplos: Si de una mujer audaz y combativa diríase: «¡Esta mujer
tiene un espíritu guerrero!» ¿Qué inferiría usted? Primera opción: «que
talvez el fantasma de Juana de Arco la ha poseído»; o, segunda opción:
«sencillamente que esa mujer tiene una mente predispuesta con esas
cualidades». Si de un muchacho con notorias aptitudes para el fútbol
diríase: «Este muchacho tiene un espíritu de futbolista» ¿Qué deduciría
usted? Primera opción: «que el alma de “Pelé” se ha introducido en
él»; o, segunda opción: «que ese muchacho probablemente sigue un
entrenamiento disciplinado, riguroso y que su mente está enfocada
en el deporte.» Por último, si está escrito: «Y Jesús, después que fue
bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos,

110
LA LÓGICA DEL CREADOR

y vio la inspiración del “eljim” que descendía como paloma, y venía


sobre el.» (Evangelio según Mateo, cap. 3, ver. 16).(60) ¿Qué concluiría
usted? Primera opción: «que, tal cual se muestra en las películas, una
paloma se posó en su hombro y mágicamente el espectro de Dios entro
en él»; o, segunda opción: «¡que el agua (simbolismo del conocimiento
purificador), que los cielos abiertos y el descenso de la paloma (figuras
del momento decisivo en el que su entendimiento fue abierto y pudo
ver la importancia de la tarea a la que iba a ser consagrado recayendo
sobre él), son alegorías del momento clave en el que su predisposición
mental lo llevó a comenzar su ascenso a la gloria para convertirse en el
libertador!»
«En cierto sentido, el término mente se refiere a la acción e
interacción de las células, neuronas, sinapsis y procesos electroquímicos
que ocurren en nuestro cerebro. […] No obstante, también sabemos
que las capacidades mentales involucran mucho más que el cerebro,
de manera que podemos decir que la mente se encuentra distribuida
a todo lo largo y ancho del organismo.»(61) Por esa razón está escrito
que «Dios es espíritu» («el “eljim” es inspiración») y que nadie le ha
visto. Porque así como mi cuerpo es palpable, su organismo también es
tangible y visible, ¡con cuánta mayor belleza en las noches consteladas!
Sin embargo, ¿alguna vez hemos visto nuestra mente o la de «Ievé»?
Esa inteligencia invisible y omnipresente suya fue manifestada en un
hombre hace más de dos mil años: Jesucristo, quien llevó a la cúspide el
desarrollo de su mente para mostrarnos que es posible adquirir poderes.
Nosotros también somos capaces de ampliar nuestras
facultades mentales. «¿No sabéis que sois templos del “eljim”, y
que la inspiración del “eljim” mora en vosotros» (1.ª Epístola a los
Corintios, cap. 3, ver. 16). Mas, si vamos a obtener la inspiración
del Padre no será porque un fantasma entre en nosotros, sino porque
alcanzaremos una nueva inteligencia superior que se alzará como un
subproducto de nuestra propia mente y que nos vinculará con «la vida
(60)
Omitimos el versículo diecisiete porque su explicación racional está reservada para el quinto
capítulo de éste libro.
(61)
CRUZ, Camilo. (2006). Los genios no nacen… ¡SE HACEN! Colombia: Taller del Éxito inc., (p. 39).

111
WILSON CASTILLO GUZMÁN

esencial que vivifica»; dicho de otro modo, la inspiración nos asociará


con la «Zoé» (la vida eterna). Sin embargo, si nuestra inspiración es
inmunda, es porque el mundo, sus falsas doctrinas y sus afanes nos
han absorbido por completo, y no porque un demonio con cuernos vive
en nosotros. Entonces, por fin podemos retomar el tema de los dones
de la inspiración, dones que son concedidos a quienes sean dignos y
conforme al determinismo del Señor.
«Pero a cada uno le es dada la manifestación de la inspiración
para provecho. Porque a éste es dada por la inspiración PALABRA
DE SABIDURÍA; a otro, PALABRA DE CIENCIA según la misma
inspiración; a otro, FE por la misma inspiración; y a otro, DONES
DE SANIDADES por la misma inspiración. A otro, el HACER
MILAGROS; a otro, PROFECÍA; a otro DISCERNIMIENTO DE
INSPIRACIONES; a otro DIVERSOS GÉNEROS DE LENGUAS;
y a otro INTERPRETACIÓN DE LENGUAS. Pero todas estas cosas
las hace uno y la misma inspiración, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere.» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 12, ver.
7 - 11).
En este contexto, los dones no son fenómenos sobrenaturales
y pueden ser explicados con mucha sensatez. Qué les parece si los
revisamos uno por uno en el orden en el que son citados en los anteriores
versículos:
Sabiduría: Debido a que ésta se reparte en abundancia y
sin restricciones a quien la demanda, cosa peligrosa es pedirla. ¿Por
qué decimos esto? ¿Cómo se obtiene la sabiduría? ¿Será que basta
con pedirla para que comience a desarrollarse en nosotros sin mayor
esfuerzo? De ningún modo. La sabiduría es obtenida a través de
la experiencia y la experiencia no es otra cosa que producto de las
dificultades. Cuando pide sabiduría le está pidiendo a su inconsciente
que le conduzca a problemas. Él sabe que la única forma de hacerle
madurar es poniéndole en aprietos, aprietos que pueden llegar a ser
bastante desagradables o dolorosos. Si sabiduría es «prudencia en la
conducta», «saber qué hacer con lo que se sabe», un hombre que la
pida para tomar una buena decisión acerca de un negocio, posiblemente

112
LA LÓGICA DEL CREADOR

terminará hundiendo la empresa y perdiendo todo su capital (¿cómo


aprender de los errores sin cometerlos?) Así quizás podrá entender que la
mejor inversión que puede hacer no está en el mundo, «donde la polilla
y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.» (Evangelio
según Mateo, cap. 6, ver. 19). No obstante, luego de haber aprendido
una lección que en ningún momento buscaba, pueda presentársele otra
oportunidad en los negocios y, esta vez, no sólo será capaz de tomar una
mejor decisión financiera, sino que también se habrá acercado un poco
más al reino del Padre. Por lo tanto, a pesar de todo, «bienaventurado el
hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque
su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más
que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo
que puedes desear, no se puede comparar a ella.» (Proverbios, cap. 3,
versículos 13 - 15).
Ciencia: Acerca de la ciencia podemos decir algo parecido. El
conocimiento no llega de la noche a la mañana a raíz de una oración.
De hecho, la oración no consiste en un rezo de memoria, la oración es
meditación contínua (en el transporte público, antes de dormir, en la
ducha, etc.); y con meditación no nos referimos a mantras ni a métodos
de yoga. Meditar es reflexionar sobre asuntos profundos, plantearse
preguntas existenciales, tratar de responderlas, instruirse de las ciencias
permitiendo, así, que las conexiones neuronales se refuercen en la
sinapsis; esas son las fuentes del conocimiento. El Señor proveerá los
libros, los documentales y los maestros, utilizando todos los medios,
incluso los más insospechados; por lo cual nuestros oídos deben estar
siempre atentos, ya que hasta el hombre mediocre podría llegar a darle
una lección importante.
Fe: ¡La fe! ¿Qué haríamos sin la fe? Las Escrituras dicen
sobre ella: «Es, pues, la fe la esencia de lo que se espera, prueba
convincente de realidades que no se ven.»(62) (Epístola a los Hebreos,
cap. 11, ver. 1). Sin embargo, hay quienes confunden este versículo y
piensan erróneamente confirmarse sus suposiciones de que el Creador
no puede ser hallado en la materia. A ellos les cuestiono: ¿Dice el
(62)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.

113
WILSON CASTILLO GUZMÁN

versículo: La fe es la convicción de que no podemos ver al Creador?


Porque si ellos no pueden verlo, entonces ¿también quedaremos ciegos
nosotros? Hemos dicho ya hasta el cansancio que, no obstante su mente
esta oculta a los ojos, su cuerpo es visible en todo momento para quien
quiera maravillarse ante su presencia. ¿Qué es la fe entonces? Fe es
saber que en este momento podemos levantarnos y abrir las puertas de
nuestras casas teniendo el convencimiento de que nada va a impedirlo.
Y si sabemos que las distancias y las barreras son tan sólo ilusiones
cerebrales, ¿por qué no nos levantamos ahora y viajamos hacia las
estrellas? Ésta es la respuesta: Porque no creemos en nuestra propia
capacidad, porque somos hombres y mujeres de poca fe, porque,
así como los antiguos griegos temían a monstruos inexistentes, los
monstruos en nuestra cabeza no nos permiten avanzar hacia nuevos
horizontes ni conquistar nuevas fronteras. No se preocupe, si bien las
leyes físicas no nos permiten brincar más de dos metros por nuestro
propio esfuerzo, es posible marchar hacia las estrellas utilizando nuestra
poderosa mente (hablaremos de ello en el tercer escalón).
Por otro lado, ¿qué hay de lo que escrito por Santiago?: «¡Vamos
ahora! los que decís hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos
allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que
será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina
que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar
de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto
o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia
semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es
pecado.» (Santiago, cap. 4, versículos 13 - 17). ¿Puedo tener fe en que
cometeré un asesinato y no seré descubierto? Llámese a eso cualquier
cosa menos fe. Mi fe está libre de vicios, al Padre le agrada porque no
es malintencionada ni se jacta de hacer cosas que no van conforme a su
voluntad de perfeccionamiento.
Sanidad y milagros: Debido a sus características tan
controvertidas preferimos hablar sobre el don de sanidad y el de hacer
milagros en el siguiente peldaño y tocar antes el don más importante de
todos: el don de profecía.

114
LA LÓGICA DEL CREADOR

Profecía: «Seguid el amor, y procurad los dones de la


inspiración, pero sobre todo que profeticéis». (1.ª Epístola a los
Corintios, cap. 14, ver. 1). El profeta no es un clarividente, ese es
un concepto erróneo de este don. Profetiza quien anuncia la palabra,
quien esclarece los misterios, quien advierte a sus hermanos sobre
las consecuencias del pecado y la gloria de la obediencia. «Pero el
que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y
consolación» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 14, ver. 3). Es el don
más importante porque es necesario primero conformar el ejército del
altísimo y no así instruir en el manejo de armas a un pueblo disperso.
¿Si no se dan a conocer con prelación los fundamentos, cómo podrán
los incrédulos llegar a sentir el poder manifiesto en sus miembros? Es
posible que algunos hombres y mujeres hayan alcanzado el don de
sanidad o el de hacer milagros indagando y caminando por su propia
voluntad en la palabra. Eso está muy bien, por ellos, mas ¿quién se
encargará de ganar más ovejas para el redil? Si el pastor no es una
lumbrera, las ovejas continúan descarriadas, si el profeta no explica
la palabra con firmeza, los soldados de la luz no pueden despertar del
sueño «y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quien se preparará para
la batalla?» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 14, ver. 8). Ciertamente,
la guerra está por comenzar y nosotros continuamos desnudos.
Discernimiento de inspiraciones: Acerca del discernimiento
de inspiraciones no tenemos demasiado que decir. Lo entendemos como
la capacidad de ser sensible hacia los pensamientos y emociones de los
demás, de leer con facilidad el lenguaje corporal, de distinguir entre
el individuo que es digno de recibir conocimiento de aquél cerdo que
por su desdén, insensatez y satisfacción por el pecado, no lo merece.
«No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de
los cerdos, no sea que las pisoteen y se vuelvan y os despedacen»
(Evangelio según Mateo, cap. 7, ver. 6). Muchas veces, inexpertamente,
quise compartir mis tesoros con seres groseros y, efectivamente, no
sólo no me entendieron, sino que también terminaron despreciándome
como a un enemigo. Por eso, este don acompaña al hombre carismático
y se constituye en un valioso instrumento para profetizar. Sigamos el

115
WILSON CASTILLO GUZMÁN

ejemplo de Aarón, hermano de Moisés, quien fue imprescindible en


la tarea de entrevistarse con el faraón de Egipto y de reunirse con los
ancianos del pueblo de Israel cuando Moisés se debilitó por su falta de
fluidez en el habla.
Don de lenguas e interpretación de lenguas: Por último,
sobre estos dos dones tenemos varias especulaciones, mas todavía
no estamos seguros de su verdadero significado y valor. No obstante,
descartamos totalmente los ataques fingidos a manera de epilepsia
(recurrentes en medio de iglesias extraviadas) de gente gritando
o balbuceando incoherencias. Ya que no pretendemos incurrir en
explicaciones engañosas, abandonaremos este asunto para que usted
pueda investigar más al respecto. No olvide que aunque parezcan existir
muchas contradicciones en la Biblia, si la estudia con diligencia no hay
parte alguna en ella que no pueda ser manifestada.
Todos los anteriores dones se complementan y tienen una
misma misión: lograr la conversión o el despertar de los hijos
escogidos. «Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que
llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también
glorificó.» (Epístola a los Romanos, cap. 8, ver. 30). Eso significa que
llamó a levantarse a los que estaban predeterminados a hacerlo, usando
como meros instrumentos a otros que, como yo, no fuimos enviados
a transmitir nuestras propias elucubraciones, sino su incomparable
mensaje de conocimiento. Los llamados somos justificados de nuestras
vergonzosas obras pasadas porque ya no permanecemos en la ignorancia
y, en consecuencia, nuestras mentes van abandonando poco a poco las
viejas costumbres. Aquéllos que logren abandonar definitivamente sus
conductas reprochables serán glorificados con poder, insertándose de
esa manera justificadamente (meritoriamente) en el reino del Padre.
Llegamos por fin al tercer peldaño y es probable que muchos se
pregunten si la ciencia realmente respalda los poderes mentales o si las
leyes de la naturaleza realmente permiten milagros. Por eso, debemos
tomar en cuenta lo siguiente: ¿Cuál es el significado de la palabra milagro?
Muchos parecen creer que un milagro es una excepción a las leyes
naturales, que si el Creador lo desea puede hacer que la luna se convierta

116
LA LÓGICA DEL CREADOR

en sangre por arte de magia. Sin embargo, de hecho, el vocablo milagro


proviene del latín «mirāculum», que expresaba asombro por fenómenos
maravillosos que eran inexplicables para los antiguos humanos, como,
por ejemplo, un eclipse lo era para ellos. Actualmente, una gran parte
de la gente sabe cómo ocurre un eclipse, no obstante, ¿hemos dejado
de maravillarnos ante el advenimiento de uno? Personalmente, me
fascina saber que en un eclipse de Luna es nuestra sombra proyectada
sobre ella la que la obscurece, por lo que, para mí, continúa siendo un
milagro; no porque sea un evento inexplicable ni porque crea en sus
efectos secretos prodigiosos, sino porque sencillamente es un suceso
admirable, explicable científicamente y sujeto a leyes naturales.
¿Qué sucedería si viajara al pasado —sin ir más lejos al
Medioevo— portando uno de esos novedosos celulares que se
controlan con el movimiento de los ojos, y me presentara ante el Sumo
Pontífice en ejercicio para mostrarle cómo manipulo un video en el
dispositivo? Probablemente lo consideraría un milagro, en el sentido
popular de la palabra, o me condenaría a la hoguera por brujería. Y si
viajara al pasado sin llevar dicha tecnología y me limitase a contarles
las maravillas tecnológicas de nuestro tiempo, ¿acaso me creerían, o
me considerarían un loco? Dígame, si hoy la mecánica cuántica prevé
una revolución científica que traerá tecnologías nuevas de uso común
—las cuales no serán más parte de la ciencia ficción— tales como
la teletransportación o los «ordenadores cuánticos» cientos y hasta
miles de veces más veloces y eficaces que el mejor de los ordenadores
actuales, ¿cómo podemos seguir siendo escépticos acerca de los viajes
en el tiempo, la vida extraterrestre o los poderes de la mente? Nuestras
generaciones han visto cosas que para nuestros antepasados eran
inconcebibles o imposibles: viajes espaciales, comunicación a larga
distancia, clonación, robótica, etc. Pareceríamos no haber entendido
que no existen más fronteras que las que nosotros nos hemos impuesto.
Entonces, ahora le pregunto: ¿Puede creer que los seres humanos pronto
seremos capaces de desarrollar telequinesis o telepatía?
El poder de la mente no tiene porque ser parte de la pseudociencia.
Si bien es verdad que en este momento los seres humanos no estamos

117
WILSON CASTILLO GUZMÁN

capacitados para desarrollarlo en todo su potencial, yo diría que el


progreso de los poderes mentales puede acomodarse perfectamente a
las leyes de la evolución. Sin embargo, no siendo posible aún mover
objetos con la mente en nuestro mundo cotidiano, ¿podemos empezar
a manifestar los primeros atisbos de ese tipo de poderes en otras
formas? Déjeme contarle mi experiencia. ¿Alguna vez ha oído sobre
los desdoblamientos o las proyecciones astrales? Yo prefiero llamarlos
simplemente desdoblamientos porque la palabra «astral» suele implicar
la existencia de un alma no física o «cuerpo astral» semejante a
«Gasparín» con el que, ya lo indicamos, nuestra doctrina no coincide.
Cuando era pequeño, soñaba con mucha regularidad que
volaba, y en muchas ocasiones lograba ser consciente de que me
encontraba soñando, por lo que, aprovechando las situaciones, llegaba
incluso a manipular mis pesadillas convirtiéndolas en juegos en las que
los monstruos que me atemorizaban se convertían en mi estímulo para
escapar volando o lanzarme de grandes alturas sólo para disfrutar la
caída planeando por el escenario, que solía ser mi ciudad de origen:
«Nuestra Señora de La Paz». Recuerdo una ocasión en la que me puse
más lúcido que nunca —tenía alrededor de ocho años— y experimenté
el sueño más vívido que he tenido hasta la fecha. Me dije a mi mismo
en voz alta algo así: «¡Esto es sólo un sueño, así que puedo comer lo
que quiera!»; entonces aparecí en una tienda de helados (el helado es
mi postre favorito, especialmente a medianoche) y saboreé uno enorme,
tan real como uno de verdad. Mas ¿quién dice qué es lo real y qué no
lo es?
Lo extraño de ese sueño fue que me encontraba en un lugar
que nunca antes había visitado. Definitivamente no era mi localidad, su
topografía era más bien plana, a diferencia de las bajadas y subidas de la
urbe paceña en la que vivo. Parecía ser una feria, pero no pude distinguir
ni durante el sueño ni después de él, en qué lugar me hallaba. Por alguna
razón siempre he tenido la impresión de haberme encontrado en algún
sitio de Europa, sin embargo, jamás he tenido la oportunidad de visitar
ese continente ni tengo referencias detalladas sobre sus ciudades.
Esas fueron algunas de las experiencias agradables en los sueños

118
LA LÓGICA DEL CREADOR

de mi infancia, las cuales se repitieron en no escasas oportunidades,


aunque paulatinamente, a medida que fui creciendo, terminaron por
desaparecer. Sin embargo, lo que no desapareció fue otra experiencia
nada agradable que antecedía a mis sueños. Muchas veces, cuando me
iba a dormir o cuando trataba de volver a conciliar el sueño, después de
despertar a medianoche o de una siesta por la tarde, me pasaba algo que
sé a muchas personas también les sucede: «la parálisis del sueño». Es
una sensación realmente horrible, la impotencia de no poder despertar,
de no poder moverse, de no poder hablar, mientras uno parece asfixiarse
mirando el techo o las mantas sin que nadie se percate de nuestra
exasperación; para luego, después de un desagradable rato luchando
por levantarnos, librarnos de ese trance repentinamente. A muchos
nunca les ha sucedido, a otros pocas veces, a mí me pasaba todo el
tiempo, era una experiencia bastante molesta, la detestaba; hasta que
un día, hace casi seis años, descubrí que mis alas no estaban del todo
atrofiadas y aprendí a proyectar mi mente.
Desde entonces he logrado desdoblarme por lo menos unas
veinte veces, aunque mis avances, con excepción de unas pocas veces
en las que pude deambular por mi habitación, fueron insignificantes. Por
supuesto que no pienso que nuestro yo fantasma abandone el cuerpo;
creo que todo ocurre en nuestra mente, sin embargo, eso no convierte
al desdoblamiento en una experiencia menos real. Lea lo que dice
Stephen Louis Macknik (director del Laboratorio de Neurofisiología
del Comportamiento en el Instituto Neurológico Barrow en Phoenix,
Arizona):
«Como seres humanos somos un montón de señales
electroquímicas dando vueltas en los circuitos de nuestro cerebro. Al no
haber ventanas en el cráneo, la única manera de obtener información
es a través de los sistemas sensoriales (la memoria o la cognición),
por lo que [de alguna manera] nos la inventamos. Lo que estas
señales electroquímicas nos permiten ver del mundo son otras señales
electroquímicas provenientes de otros sistemas que conforman esta
gran simulación de la realidad que nos rodea. NO ES QUE EL MUNDO
A NUESTRO ALREDEDOR NO ESTÉ AHÍ, ESTÁ AHÍ, PERO NUNCA

119
WILSON CASTILLO GUZMÁN

HEMOS VIVIDO AHÍ, NUNCA HEMOS ESTADO AHÍ, NI SIQUIERA


DE VISITA. EL ÚNICO LUGAR EN EL QUE HEMOS ESTADO ES
DENTRO DE NUESTRA MENTE.»
Esto viene a expresar básicamente lo mismo que explicamos
antes: La realidad es el holograma o simulación que el cerebro elabora
por nosotros basado en los datos o señales que ha recogido de los
sistemas externos. Entonces, los mal llamados «viajes astrales» también
son un recorrido que acaece dentro de nuestro cerebro, algo así como
que la mente se proyecta sobre sí misma.
¿Cómo logré mi primer desdoblamiento? Debo aclarar que
precisamente esa época fue el inicio de mi «despertar inspiracional».
Si bien tuve una adolescencia bastante equilibrada, no puedo negar que
viví un periodo de negación y obscuridad, que en mi caso no se reflejó
en libertinaje ni mal entretenimiento, sino en dejadez en lo referente a la
investigación, la lectura y la meditación. No obstante, mi renacimiento
comenzó el día que decidí comenzar a leer la Biblia seriamente y,
además, desempolvar mi libro de los «Principios Elementales de
Filosofía», el cual no leía desde que tenía trece años. A raíz de todo ello
nacieron en mí algunas preguntas filosóficas y unas cuantas primeras
respuestas no del todo desatinadas.
Una tarde, después de una cómoda siesta, me hallaba acostado
de pecho con la mano izquierda en mi espalda y la derecha al lado de
mi rostro, acababa de despertar, pero todavía tenía sueño, así que decidí
continuar en reposo. Entonces, por segunda vez, mientras muchos
pensamientos me arrullaban, gradualmente empecé a conciliar el
sueño. De pronto, sin darme cuenta del momento exacto en que ocurrió,
quedé atrapado en mi cuerpo; éste se había dormido, pero mi mente
permanecía despierta. Ya comenzaba a forcejear internamente para
poder levantarme cuando, como nunca, me relajé y en un milisegundo
me vino una idea a la cabeza: «¿Por qué tratar de mover mi mano
biológica si puedo “desplegar mi energía”?»
Debo admitir que en ese tiempo yo creía que el alma era un
tipo de energía azul que podía salir del cuerpo material como si fuera

120
LA LÓGICA DEL CREADOR

un ente independiente a él o algo parecido; estaba equivocado. No


obstante, sin importar que estuviera en un error al pensar que algo
dentro mí estaba saliendo ese día, lo que pasó fue que en cuanto se me
ocurrió esa idea, mi mano derecha se liberó. Es difícil expresarlo, fue
muy rápido, casi instantáneo. No desperté ni tampoco estaba soñando,
estaba consciente, podía ver mi mano biológica dormida y quieta, sin
embargo, yo tenía la mano levantada, diría que unos diez centímetros
encima de su hermana gemela inerte en la cama. No transcurrieron ni
dos segundos cuando, de repente, mis manos volvieron a fusionarse
en una y desperté. Lógicamente me emocioné mucho, quise volver a
repetir el desdoblamiento, intenté volver a dormir, pero no pude hacerlo.
Los días siguientes los pasé tratando de que volviera a ocurrirme
la parálisis del sueño; ya no era más un incidente indeseable, se convirtió
en la oportunidad de elevar más que una mano, quería una proyección
completa. Traté de lograrlo incrementando ridículamente el número de
siestas, e incluso por las noches me quedaba despierto largas horas,
pero los episodios de inmovilidad ya no eran recurrentes. Qué ironía.
Pasaron varias semanas, hasta que un día, también haciendo la siesta,
mas sin la intención de desdoblarme, volví a lograrlo. Esta vez me
encontraba mirando al techo de frente, de modo que, ya preparado para
la situación y sin mucho esfuerzo, me levanté lentamente hasta quedar
sentado sobre la cama; aunque nuevamente, sin poder controlarlo,
regresé a mi cuerpo y eso fue todo. Sin embargo, a diferencia de la
primera vez, además de desdoblarme sucedió algo nuevo. Mientras me
levantaba, oí un zumbido agudo no muy fuerte parecido al del motor
de una afeitadora eléctrica. Ese sonido fue en «crescendo» desde el
momento de la parálisis y duró hasta momentos antes de que lograra
sentarme; desde entonces lo he percibido en todas las siguientes
oportunidades que le siguieron a esa segunda ocasión. Por otro lado, he
investigado sobre el referido zumbido en la web y encontré que muchas
de las personas que consiguen desdoblarse describen un sonido similar.
Como no planeo contar cada una de mis experiencias —
las cuales me permitieron progresivamente mayor control sobre la
proyección mental—, prefiero hablar acerca de la que me brindó mejores

121
WILSON CASTILLO GUZMÁN

resultados. Ya estaba acostumbrado a salir completamente de mi cuerpo


(si continúo usando la palabra «salir», me refiero exclusivamente a que
logré extender mi mapa mental más allá del perímetro que mis ojos
podían apreciar), pero me había trazado un objetivo: quería encender la
luz de mi habitación para comprobar en qué medida lo realizado en ese
plano paralelo afectaría nuestro mundo «real»; para hacerlo, tenía que
recorrer todo el cuarto desde mi cama hasta la pared donde se encontraba
el interruptor. En varias ocasiones estuve a punto de conseguirlo, mas
no podía evitar regresar a mi cuerpo cuando estaba a centímetros del
dispositivo. Sin embargo, antes de relatar el episodio, para que pueda
entender mejor qué es lo que me sucedía, es necesario que describa
brevemente qué es lo que se siente observar y caminar en ese estado.
La observación es totalmente inexplicable con palabras.
Bastará decirle que en mi caso, al moverme, a la vez que veía mi
entorno, también podía mirar el techo de mi habitación; como si mis
ojos biológicos continuaran con su función y, por otro lado, mi mente
procesara otro escenario. Pero no es que sean dos pantallas divididas,
son las dos grabaciones corriendo en simultáneo. No puedo explicar
nada más sobre ello, usted tiene que sentirlo por sí mismo. Por otro
lado, caminar es muy parecido a «flotar». ¿Alguna vez ha intentado
correr en sus sueños? La única forma de hacerlo es dando pequeños
saltitos que le impulsan flotando pesadamente, lo cual termina siendo
bastante incómodo si se quiere avanzar rápido y a la vez extenuante por
el esfuerzo de mantenerse en ese trance sin despertar abruptamente,
pero eso sucede únicamente si no se tiene dominio completo sobre esa
dimensión.
Aclarada esa parte, puedo continuar con la narración.
Desperté de madrugada; recuerdo haber visto la hora en mi celular,
eran aproximadamente las cuatro y media de la mañana, me mantuve
despierto unos minutos y me acomodé mirando de frente para reanudar
el sueño, talvez inconscientemente en la posición perfecta para inducir
el desdoblamiento. Como siempre, inesperadamente, mi mente quedó
atrapada en mis paralizados músculos. Obviamente no desaproveché la
oportunidad, me levanté a la par del zumbido habitual y en segundos

122
LA LÓGICA DEL CREADOR

estuve «de pie». La habitación lucía un poco distinta, no tuve miedo


de la obscuridad porque por la ventana entraba un brillo tenue que
iluminaba muy suavemente el ambiente (era la primera vez que me
«levantaba» de noche). Me sentí seguro e inmediatamente, sin vacilar,
avancé lento pero decidido hacia el interruptor. Llegue a él, y con mi
mano (aunque realmente no podía verla, sino sólo al dispositivo) lo
presioné. Éste chispeó, pero no encendió la luz. Hice contacto repetidas
veces, mas fue en vano. Regresé a mi cuerpo, no por el esfuerzo hecho,
ni siquiera lo sentí agotador, regresé por la frustración. No entendía por
qué no lo había logrado. Comencé a pensar que talvez era un reflejo
de que en mí la luz tampoco estaba encendida. Ahora sé que así era
efectivamente.
En ese momento no me di cuenta del error que había cometido,
y no fue sino hasta que hablé del tema con un amigo, el cual me contó
su aun más fascinante historia, que pude entender donde radicó mi error
y en qué consiste realmente una proyección mental. El nombre de mi
camarada es Juan Carlos; él también tiene la capacidad de desdoblarse,
y no tengo razones para dudar de sus palabras; además, Juan Carlos
conoce detalles mencionables exclusivamente por aquellas personas
que han experimentado un desdoblamiento. Los elementos de parálisis
del sueño, así como el «sonido de motor», en su caso, se repiten de
manera idéntica al momento de iniciar la proyección. Él también
ha atravesado muchas fases para aprender a desenvolverse en esa
dimensión desconocida, pero, a diferencia mía, fue un paso más allá.
Si bien mi amigo, al igual que yo, tenía un objetivo (mover
un poster de la pared), la diferencia entre nosotros dos radica en que
él sí pudo conquistar su meta. Logró mover un objeto y no lo hizo de
la manera convencional, no empleo sus manos, sino sólo su mente.
Una orden mental bastó para que pudiera lograr lo que yo con tanta
dedicación no pude. Pero su alegría no duró mucho tiempo, porque
cuando despertó y quiso ver reubicado el afiche, éste permanecía en su
lugar, inalterable. Llegó a considerar el suceso tan sólo como un sueño,
sin embargo, les aseguro que no es tan fácil confundir una proyección
mental con un simple sueño.

123
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Tuvo que esperar hasta el siguiente desdoblamiento para


llevarse otra grata sorpresa, pues al salir de su cuerpo halló el poster
situado precisamente en el lugar en el que lo había dejado la última
vez. Fue cuando terminó de contarme ese último hecho, que pude
comprender. Estamos tan acostumbrados a nuestra realidad cotidiana,
que cuando trascendemos a ese plano mental cargamos con nosotros
todas nuestras nociones preconcebidas. Siento mis manos y mis dedos
a pesar de que no están allí; trato inútilmente de caminar, asumiendo
que tengo pies para hacerlo; construyo un piso y el resto de la atmósfera
atribuyéndole las mismas funciones y características que las de mi
auténtica habitación, pero no me he percatado de que esa dimensión es
un simulador que en potencia puede generar un universo entero y que,
además, funciona con otras reglas: las de mi mente.
Ese mundo es el espejo de nuestro ser, es una construcción
erguida con las ideas, deseos, miedos e ilusiones de nuestra mente. He
leído comentarios de personas que al momento de desdoblarse aseguran
ver espectros demoniacos o incluso fantasmas de gente muerta. A ellos,
otros insensatos, les responden que deben tener cuidado de no ser
poseídos; otros les indican que no deben preocuparse, que es normal
encontrarse con ese tipo de entes, ya que al desdoblarse han entrado en
un territorio que no es suyo y que pertenece a otros seres. ¡Falacias! El
desdoblamiento se produce en el limbo de la vigilia y el sueño (aunque
también puede ser entre el sueño y el despertar), momento en el que
nuestro consciente se disuelve en el inconsciente. Desdoblarse es viajar
a las profundidades de nuestra mente; todo lo que hallemos allí es
una proyección de nuestro ser y nada más. Nos topamos con «seres
obscuros», son el reflejo de nuestra mente impura; nos es imposible
encender la luz, es porque todavía no hemos madurado lo suficiente en
la inspiración.
Hoy que puedo mirar hacia atrás y reconocer un terreno rico en
aprendizaje, colmado de obstáculos, triunfos, tristezas y alegrías; hoy
que puedo mirar hacia adelante y apreciar un largo sendero empinado
y escabroso aguardando a ser recorrido, que no me asusta más porque
puedo distinguir dispuesta en su cima una corona, el premio a la

124
LA LÓGICA DEL CREADOR

paciencia que promete ser la llave de un valle sin igual en la otra cara
de la montaña; en fin, hoy que he avanzado tanto, me he dado cuenta de
que sólo en la medida en que mi templo está limpio tengo la facultad
de proyectarme mentalmente. Antes, cuando era un niño en la palabra,
levantarme era un trabajo liviano, pero ahora, que soy joven y detento
todo este conocimiento, tengo un peso de responsabilidad tan grande
que me siento aprisionado a la hora de alzar vuelo; y eso sucede porque
la ilustración no vale nada si no va acompañada de la transformación
—la cual no he alcanzado todavía porque soy un ser negligente—.
«Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se
le quitará.» (Evangelio según Marcos, cap. 4, ver. 25).
No he vuelto a levantarme más de veinte centímetros sobre
mi cama, y eso con mucho esfuerzo. Estoy al tanto de cuál es el peso
que me impide elevarme, sé que únicamente he recibido muestras de
poder y que me espera un largo camino por recorrer. Y aunque por el
momento los «viajes astrales» no son mi prioridad, pues los considero
irrelevantes en cuanto a nuestro crecimiento en la palabra (es decir, a la
profundización y el revelamiento de sus entresijos), talvez puedan servir
de señal a aquéllos que, habiendo recibido mi testimonio, consigan
experimentarlos por sí mismos para que crean y su alegría se convierta
en fe. De otra manera, una proyección mental carece de importancia si
no edifica a la Iglesia.
No quiero cerrar esta tercera fase, correspondiente a los
poderes mentales, sin antes haber mencionado los milagros realizados
por Jesucristo: la transmutación del agua en vino, la multiplicación
de los panes, la sanación de diversas enfermedades, la resurrección
de los muertos y su propia resurrección, entre otros poderes de igual
magnitud. No obstante, aunque estoy forzado a no abordarlos más
que superficialmente, debido a que antes es imperioso saber quién
era en verdad ese enigmático mesías, brotan casi a gritos preguntas
ineludibles que quiero responder aunque sea de manera incompleta:
¿Cómo consiguió ejecutar un hombre todos esos milagros? ¿Podríamos
realizarlos nosotros?
Sin embargo, ¿qué le parece si antes de dar las respuestas,

125
WILSON CASTILLO GUZMÁN

realizamos unos cuantos ajustes a las cuatro leyes generales del


materialismo dialéctico? Primero, el movimiento o cambio dialéctico
se limita a ser una ilusión generada por nuestros cerebros, pero eso no
quiere decir que la transformación sea un mero invento de estos. Las
fases de descomposición de, por ejemplo, una manzana, sí corresponden
a cambios químicos en ella, mas, de la misma manera en que graficamos
la posición de las manos en el capítulo anterior, esas fases están repartidas
como un conjunto de fotogramas que conforman todo el proceso (desde
la fruta fresca a la que se encuentra en estado de putrefacción), el cual
es recogido y ordenado por el cerebro. Segundo, la contradicción, en
sus tres etapas (afirmación, negación y negación de la negación), se
halla en nosotros. Fuera de nuestra mente el Omniverso es estático y
probabilístico. Tercero, la transformación de cantidad en calidad, que
viene siendo el efecto del cambio dialéctico, no amerita revisiones
ni mayores aclaraciones, pues continúa explicando bastante bien los
saltos cualitativos que se dan entre las fases de cualquier proceso. Por
último, la cuarta ley, que es la que nos propulsará a resolver los últimos
cuestionamientos que nos hicimos, se reafirma plenamente, incluso por
la física cuántica. El hecho de que TODO esté interconectado es una
de las cosas que más debe maravillarnos. Examine cuidadosamente el
siguiente párrafo, transcripción de las poéticas palabras del astrofísico
Neil deGrasse Tyson:
«Reconocer que las propias moléculas que forman nuestro
cuerpo, que los mismos átomos que forman las moléculas, son
rastreables hasta el crisol; que en un tiempo fueron los núcleos de
las estrellas masivas que expulsaron sus vísceras químicamente
ricas a la galaxia, enriqueciendo las inmaculadas nubes de gas con
la química de la vida y que, por tanto, todos estamos ligados unos a
otros biológicamente, a la tierra químicamente y al resto del Universo
atómicamente, es algo estupendo; me hace sonreír, y después de todo
eso me siento importante, no porque seamos mejores que el Universo,
sino por ser parte de él. Estamos en el Universo y el Universo está en
nosotros.»(63)
(63)
Workaholic Productions Inc. (2007) El Universo: Más allá del Big Bang. HISTORY CHANNEL.

126
LA LÓGICA DEL CREADOR

¡Estamos en el Universo y el Universo está en nosotros! No


sólo el Universo, es el Omniverso entero en nuestro ser. Cuando oí
por primera vez esas palabras, me emocioné mucho. ¿Se da cuenta de
que jamás hemos estado solos? El Creador siempre ha estado junto a
nosotros, EN NOSOTROS. Usted, yo, el Universo, el Multiverso y el
Omniverso somos uno. No es extraño que haya quienes comienzan
a plantearse seriamente la posibilidad de telepatía, ya que si todo
experimenta un lazo inquebrantable, en este momento mis pensamientos
están conectados a los suyos y los nuestros con el de todos los seres
vivientes en el Cosmos. Nuestro propio cuerpo es una amplificación
de la naturaleza y la naturaleza de la vida. Si inflijo daño a un animal,
si discrimino a mi prójimo, si contamino el medio ambiente, si de
cualquier manera provoco mal a la naturaleza, me lo hago a mí mismo.
Es ignorante seguir pensando en nosotros como seres independientes,
cuando es más que evidente que estamos relacionados los unos con
los otros. Mas para poder darnos cuenta de ello no era imprescindible
la llegada de los descubrimientos de la modernidad; estas cosas ya las
sabían los pueblos, culturas y tribus anteriores a la civilización: los
incas, los sabios orientales y hasta los «Pieles Rojas».
A continuación, le presento un fragmento de la respuesta que
dio el «jefe Seattle» de las tribus «Suquamish» y «Duwamish» (más
conocidas como Pieles Rojas) en relación a la oferta de compra de sus
territorios ubicados al noroeste de los Estados Unidos de Norte América,
por parte del entonces presidente de dicho país, Franklin Pierce. Su
respuesta se constituía en una reflexión «al hombre blanco», el cual
impulsado por su espíritu colonizador, expansionista, comerciante,
egoísta e industrial (en otras palabras, infundido de un espíritu
capitalista) estaba depredando su tierra otrora serena:
«…Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra
forma de actuar. Ví un millar de búfalos pudriéndose en la planicie,
abandonados por el hombre blanco que los abatió desde un tren
al pasar. Yo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el
caballo humeante de hierro puede ser más importante que el búfalo que
nosotros sacrificamos solamente para sobrevivir.

127
WILSON CASTILLO GUZMÁN

¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se


fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que
ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una
unión en todo.
Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es
la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos
que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus
niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre.
Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si
los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.
Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre; es el
hombre el que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas las
cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia. Hay
una unión en todo.
Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre los hijos de la tierra.
El hombre no tejió el tejido de la vida; él es simplemente uno de sus
hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.
Incluso el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla como él,
de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible
que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos
seguros, que el hombre blanco llegará a descubrir algún día: nuestro
Dios es el mismo Dios…»
En física, esa «unión en todo» puede ser explicada por la
figura del «entrelazamiento cuántico». El entrelazamiento es una
cualidad desconcertante de la materia por la cual una partícula ubicada
en un punto «x», puede verse afectada por la medición de su par, aun
estando esta última a millones de años luz de distancia. Sin embargo,
según la relatividad especial ninguna información puede viajar más
rápido que la velocidad de la luz, y es por esa razón que Einstein no
aceptaba el entrelazamiento cuántico, arguyendo que eso implicaría una
«espeluznante acción a distancia». El problema sólo podía ser resuelto
a través de un experimento, y en los años de Einstein no existía la
tecnología necesaria para llevarlo a cabo. Pero en 1982 un experimento

128
LA LÓGICA DEL CREADOR

dirigido por el físico francés Alain Aspect, demostró la veracidad de ese


fenómeno: Sin importar la distancia, una partícula está correlacionada a
otra «como la sangre que une a una familia».
La locución «entrelazamiento cuántico» es la traducción del
término alemán «quantenverschränkung», propuesto por el físico Erwin
Schrödinger. Dicho vocablo trata de expresar una conexión muy sólida
de un estado cuántico, sin embargo, cuando pensamos en su traducción
(entrelazamiento) tendemos a imaginar una especie de telaraña infinita
en la cual todas sus hileras están interconectadas, y «verschränkung»
consiste en algo muy distinto. Que esto quede dilucidado de una vez
por todas: el Cosmos no es grande ni pequeño, eso depende tan sólo
del observador. De hecho, creo que puedo decir, casi sin temor a
equivocarme, que el medio se ajusta al observador para que éste pueda
interactuar con él sin dificultades. El Todo es, en suma, una sola onda-
partícula indivisible que lo ocupa todo, «…un “eljim” y Padre de todos,
el cual es SOBRE TODOS, Y POR TODOS, Y EN TODOS.» (Epístola
a los Efesios, cap. 4, ver. 6).
Y ahora sí podemos regresar a las dos preguntas que nos
hicimos antes de hacer la revisión de las leyes del materialismo
dialéctico. ¿Cómo consiguió ejecutar Jesús todos sus milagros?
Aunque todavía no podemos resolver esta pregunta, no sin antes
haber estudiado las condiciones especiales del nacimiento del Cristo,
podemos decir que Jesús no los realizó por su propio poder. El poder le
pertenece exclusivamente al omnipotente, el cual es uno solo, dentro y
fuera de nosotros: «Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos
basta.  Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no
me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;
¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que YO SOY
EN EL PADRE, Y EL PADRE EN MÍ? Las palabras que yo os hablo,
no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí,
él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
de otra manera, creedme por las mismas obras.» (Evangelio según
Juan, cap. 14, versículos 8 - 11).
Si yo hubiese sido un ingenuo como Felipe (discípulo de

129
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Jesucristo), también le habría pedido lo mismo al mesías, y con


palabras más contundentes; le habría dicho: «De acuerdo, nos dices que
hay uno mayor que tú, tu padre; lo acepto. Pero entonces no se qué
hago aquí hablando contigo. Dirígeme hacia él, que quiero conocerle
inmediatamente para que nos explique más claramente lo que tú en
tanto tiempo no has logrado, y nos basta.» Mas, como no continúo ya
en pañales, simplemente quedo absorto ante tales palabras de extrema
inteligencia.
¡Oh, Felipe!, no sabías en ese momento cuán grande misterio te
estaba siendo revelado. Tanto tiempo caminaste al lado de ese hombre,
le viste abrir los ojos de los ciegos y los tuyos todavía permanecían
cerrados; viste el poder del Omniverso en toda su gloria canalizado en
manos de carne y hueso y aún así pedías se te mostrara al Padre. ¿No
estaba el títere en el titiritero y el titiritero en el títere? ¿No eran ambos
la misma existencia entrelazada? Las palabras que de él oías estaban
predeterminadas a pronunciarse desde siempre. ¡Creamos en el Cristo!
porque él es en nosotros y nosotros somos en él.
Si alguna vez ha visto la primera entrega de la popular
película «Matrix» (película de alto contenido analítico), recordará la
conversación entre el niño telequinético y el personaje central, Neo:
N.T. (Niño Telequinético): —No trates de doblar la cuchara.
Eso es imposible. En vez de eso, sólo trata de darte cuenta de la verdad.
Neo: —¿Qué verdad?
N.T.: —No hay cuchara.
Neo: —¿No hay cuchara?
N.T.: —Y entonces verás que no es la cuchara la que se dobla.
Eres sólo tú mismo.
El poder de lo infinito yace en cada uno de nosotros esperando
a ser manifestado, pero en cuanto afirmamos esto chocamos con la
segunda pregunta: ¿Podríamos nosotros realizar milagros? No puedo
decir a ciencia cierta si el cerebro humano es capaz o no de realizar
curaciones milagrosas o si es apto para desarrollar poderes mentales en
este período de la evolución biológica. Pero no olvide que el empleo del

130
LA LÓGICA DEL CREADOR

cerebro en bruto no es la única forma de realizar milagros. ¿No nos ha


demostrado la ciencia médica «curaciones milagrosas» (lo cual equivale
a decir «curaciones asombrosas») de enfermedades para las que antes
se desconocían tratamientos? No debemos considerar el desarrollo de la
ciencia y el empleo de la tecnología como si fueran fenómenos ajenos
a nosotros. Son instrumentos también vinculados al Todo que obedecen
a un mismo propósito, a un mismo objetivo, a un mismo único proceso
eterno. Y olvídese de la tecnología como una palanca mecánica que
debe ser presionada para que cumpla una función determinada. No hay
parangón entre un trabuquete y un misil nuclear ni tampoco podrían
compararse nuestras pantallas táctiles con alguna innovación futura
en el campo de la ingeniería genética que permitiera modificar nuestro
genotipo para que los cerebros de las nuevas generaciones puedan
manipular la materia con sus propias mentes. Después de todo lo
antedicho, pienso que la cuestión no es más si seremos o no capaces de
realizar milagros. La pregunta es: ¿Estamos predispuestos a ello?
Aunque muchos han sido llamados a disfrutar de este gran
banquete, la fiesta será celebrada únicamente por aquéllos que hayan
entrado al salón por la puerta angosta. «Y alguien le dijo: Señor, ¿son
pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a entrar por la puerta
angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta,
y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor,
ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.» (Evangelio
según Lucas, cap. 13, versículos 23 - 25).
Por esa puerta ingresarán sólo aquéllos que hayan «nacido
de lo alto»(64), aquellas mentes que se hayan desecho de sus cargas en
el pandemónium que es el mundo, ¡y eso, oh mi Señor, es tan difícil!
¿Quién me guiará? ¿Quién me mostrará cuál es el método para nacer de
lo alto? Bendito el «superhombre» que hace aproximadamente dos mil
años nos dejó el legado más valioso que pueda habérsele obsequiado a
la humanidad… ¿Anhela ahora conocer el Camino, la Verdad y la Vida?

(64)
«Nacer de lo alto» es la correcta traducción del griego «γεννηθεί άνωθεν» (gennetheí
ánothen), y no así «nacer de nuevo». Porque el que nace de nuevo, nace de nuevo a los mismos
errores, pero el que nace de lo alto, nace con una nueva mentalidad superior inspirada por el
Padre.

131
WILSON CASTILLO GUZMÁN

132
LA LÓGICA DEL CREADOR

CAPÍTULO 4

CRISTO, EL SIGUIENTE PASO EVOLUTIVO

«En el principio creó el “eljim” los cielos y la tierra. Y la


tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz
del abismo, y la inspiración del “eljim” se movía sobre la faz de las
aguas.  Y dijo el “eljim”: Sea la luz; y fue la luz. Y vio el “eljim” que
la luz era buena; y separó el “eljim” la luz de las tinieblas. Y llamó el
“eljim” a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la
mañana un día.» (Génesis, cap. 1, versículos 1 - 5).
No parece haber coincidencia alguna entre el relato bíblico
del origen de la vida y las abstracciones de la cienicia tales como la
teoría del «Big Bang» o las teorías sobre la formación de la Tierra;
y, por cierto, la versión original hebrea tampoco armoniza con la
traducción en español que nos ha sido inculcada. Es por eso que quiero
presentarle ahora un resumen de cuatro mil quinientos millones de años
de evolución. Me guío por las descripciones de variados documentos
que sintetizan las diferentes teorías evolutivas, pero en especial por un
documental de National Geographic: «La Formación de la Tierra». Sin
embargo, estoy varado ante una delicada encrucijada. Por un lado, la
teoría evolutiva es bastante seductora y, por otro, la creacionista me ha
persuadido desde un punto de vista totalmente apartado al tradicional
que parece ser muy lógico. Sobre esta última postura, un amigo y una
amiga —ambos queridos coetáneos míos— me han expresado sus

133
WILSON CASTILLO GUZMÁN

opiniones, y sus fundamentos son bastante racionales. No obstante, en


cuanto mi bote parece ser arrastrado definitivamente por una corriente,
encuentro mayor información sobre la otra que me inclina hacia ella
llevandome a dudar sobre su polo antagónico, y me he mantenido en
ese vaivén durante algún tiempo. Por lo tanto, he decidido presentarle
ambas escuelas y rescatar de cada una lo provechoso, así como los
puntos en los que convergen; sólo entonces podremos comprender el
Génesis.
Sometidos al capricho de la gravedad, en un espacio de millones
de kilómetros, una nube de polvo estelar y un incontable conjunto
de rocas rotaban en torno a una estrella naciente: nuestro Sol. No se
vislumbraba nada más que caos en medio de violentas colisiones de
rocas, las cuales lentamente, al aglutinarse en una sola masa, estaban
conformando un nuevo protoplaneta que aún era indistinguible. Durante
miles de años, las condiciones permanecieron casi inmutables; la Tierra
embrionaria continuó su desarrollo, pero era un lugar hostil para la
vida, su superficie alcanzaba altísimas temperaturas y gases tóxicos la
gobernaban. Sin embargo, el panorama estaba a punto de experimentar
un brusco cambio. Otro protoplaneta, «Theia», del tamaño Marte, se
acercaba a velocidades impresionantes e iba a chocar inminentemente
contra la Tierra.
Su intrusión trajo grandes cambios, entre ellos la formación
de nuestra bellísima Luna, ya que una parte de Theia, los escombros
que de ella quedaron en el espacio cercano, se fusionaron instaurándola
como la nueva centinela del cielo; mas el bombardeo cósmico todavía
no había terminado. Millones de meteoritos residuales del sistema
solar cayeron a la Tierra conteniendo el ingrediente básico para la vida:
¡agua! Sumado a ese tan importante factor, el Planeta empezó a enfriarse
permitiendo que el H2O se acumulara. Transcurrieron casi seiscientos
millones de años antes de que llegara el momento primordial: el origen
de la vida. Nuevamente los responsables fueron los meteoritos, los
cuales azotaron la Tierra y esta vez no trajeron únicamente agua, sino
que vinieron acompañados de minerales, proteínas y aminoácidos que
ayudaron al Planeta a dar un paso gigante en su transformación.

134
LA LÓGICA DEL CREADOR

El ambiente reunía en ese momento las condiciones perfectas


para que los elementos se combinaran en el agua. Fue así que
aparecieron los primeros organismos unicelulares capaces de clonarse a
sí mismos, los primeros «replicadores». Durante millones de años estas
bacterias proliferaron y evolucionaron mejorando sus mecanismos de
subsistencia (las replicas que no lo hicieron se extinguieron) al punto
de desarrollar la capacidad de fotosíntesis, una fotosíntesis primitiva
realizada por microorganismos que propició la acumulación de oxigeno
en el agua. Poco a poco, en un proceso que duro millones de años, ese
gas trascendió las fronteras del océano y, junto a otros gases expulsados
por los volcanes, empezó a componer la atmosfera.
Los rayos ultravioleta ya no eran un problema para los
organismos primigenios, antes estos se veían impedidos de colonizar
la tierra porque, debido a la falta de atmosfera, las mutaciones que les
provocaba la radiación cósmica les resultaba letal. De modo que, gracias
a la capa protectora que se formó en el cielo, las bacterias fueron libres
para conquistar la tierra; no obstante, todavía debían esperar un poco
más, ya que, antes de que ello pudiera suceder, el Planeta experimentaría
muchos cambios geológicos y una inclemente era glacial total que
duraría millones de años. Como las minuciosidades de esa etapa no nos
interesan demasiado, omitiremos algo más de tres mil millones de años
para llegar rápidamente a un periodo fascinante en la evolución: «La
Explosión Cámbrica» (hace quinientos treinta millones de años).
La Explosión Cámbrica es el calificativo que se le dio al
desarrollo de organismos complejos en un periodo relativamente corto
de tiempo. En el primer periodo de la Era Paleozoica, aparecieron
criaturas como el Anomalocaris, el terror de los mares. Este primer
depredador conocido compartía su entorno con otras especies y contaba
con un maravilloso dispositivo, fruto de la evolución, que le era una
ventaja a la hora de la cena. Pero más allá de servir como un instrumento
de caza, el antedicho valiosísimo órgano se encargaba de detectar los
fotones de la luz para convertirlos en señales electroquímicas que
podían ser recibidas por el cerebro, era la ventana por la cual los datos
de información ingresaban para poder ser decodificados y adquirir así

135
WILSON CASTILLO GUZMÁN

un sentido; estamos hablando del ojo.


Entre otros grandes avances —en cuanto a la creación de nuevos
órganos, la morfogénesis y el perfeccionamiento de nuevas estructuras
y funciones— el diseño autónomo evolutivo forjó en un género de
cefalocordado llamado «Pikaia» la primera espina dorsal, espina que
evolucionó y en la actualidad compartimos una gran parte de los seres
vivos. En otras palabras, en teoría, el Pikaia es nuestro ancestro. Este
organismo primitivo atravesó muchas etapas y a lo largo de millones de
años dio lugar a los anfibios, a los primeros reptiles, a los dinosaurios,
a las aves, a los mamíferos y al Homo sapiens. Sin embargo, también
debemos señalar que en el transcurso de todo ese tiempo, hubo al
menos cinco extinciones masivas que dejaron al Planeta en ambientes
deplorables. La más conocida de ellas es la del periodo cretácico
tardío, hace sesenta y cinco millones de años, cuya consecuencia fue la
extinción de los dinosaurios que, por cierto, representaban tan sólo el
75% de los géneros biológicos que sufrieron el mismo destino a causa
del mortífero meteorito.
Hasta aquí hemos revisado fugazmente los eventos más
importantes que marcaron la historia evolutiva de nuestra Tierra.
Sólo nos falta darle un vistazo rápido al progreso de la especie que
más problemas, aunque también, en menor medida, soluciones, le
ha dado a la naturaleza: nosotros. A partir de la era cenozoica (que
abarca los últimos sesenta y cinco millones de años), los mamíferos
encontraron su apogeo, los continentes se reubicaron hasta ocupar
sus respectivos espacios, y hace cuarenta y siete millones de años una
nueva especie de primate se alzó con un cerebro más grande que el de
sus congéneres mamíferos: el «Darwinius masillae», conocido como
el «eslabón perdido»(65). Se piensa que este primate fue el antecesor
de los homínidos, entre los cuales se encuentra el «Sahelanthropus
tchadensis», también un presunto pero discutido pariente nuestro que
vivió hace siete millones de años.
Luego aparecieron los «Australopithecus» que prosperaron
(65)
Una vez comprendida la ley de la transformación de cantidad en calidad, continuar enfrascados
en el problema del eslabón perdido es absurdo.

136
LA LÓGICA DEL CREADOR

en África hace cuatro millones de años y que, gracias a un conjunto


contingencias geológicas y al cambio de clima que les ocasionó
la necesidad de recorrer grandes distancias en busca de alimento,
eran bípedos (hallamos nuevamente a la dificultad como motor del
progreso). Después, dos millones de años más tarde, el Homo habilis,
que se caracterizó por la elaboración de herramientas de piedra, se abrió
camino. Casi al final de la cadena, encontramos al Homo erectus que
emergió hace un millón de años y medio; se conjetura que se hizo con el
dominio del fuego y que salió de África transformado en Homo sapiens
para proliferar en Asia y Europa hace setenta mil años. Oceanía fue
ocupado por el hombre hace cincuenta mil años, y, finalmente, hace
veinte mil años, América fue el último continente en ser conquistado.
Desde entonces comenzó a desarrollarse otra historia paralela, pero de
ella ya hablamos en el primer capítulo y usted la conoce.
Empecemos ahora a desglosar el primer libro de la Biblia. Su
verdadero nombre es «Bereshit», del hebreo «‫«( »בארשית‬Ber’shit») que
está compuesto por las partículas: «Berit» («‫ )»ברית‬y «Reshit» («‫)»ראשת‬,
que significan «pacto» y «principio creacional», respectivamente. Por
lo cual, Bereshit quiere decir «Principio del pacto creacional». Mas, si
bien las traducciones en español de las biblias comunes sólo difieren
de la anterior traducción por la omisión de «del pacto creacional»,
algo que podría parecer irrelevante, los siguientes renglones contrastan
sustancialmente, como veremos enseguida.
El Génesis con el que estamos familiarizados nos da a entender
que el cielo y la Tierra fueron los primeros en ser creados («En el
principio creó Dios los cielos y la tierra…») y que la Tierra estaba
«desordenada y vacía». Naturalmente, esa secuencia lleva a sentir una
razonable reticencia a cualquiera que tenga una mínima idea sobre
las teorías del «Big Bang» o del desarrollo de la Tierra. ¿Cómo puede
creerse que los primeros en instaurarse fuesen los cielos y la Tierra si su
formación sólo fue posible gracias a la preexistencia de elementos que
se constituyeron miles de millones de años antes de su aparición? Esa
es una pregunta totalmente valida y únicamente podremos brindarle una
respuesta si descubrimos la verdadera traducción del Bereshit hebreo,

137
WILSON CASTILLO GUZMÁN

lo cual nos deriva a la escuela creacionista:


«Primero, el “eljim” creó los cielos y la tierra. ¿La tierra?
Desolada, en caos y confusión. ¿Sobre la faz de las profundidades?
Tinieblas. ¿La inspiración del “eljim”? Cerniendo sobre la faz de las
aguas. El “eljim” ordenó que llegue a ser la luz y empezó a existir
luz, y el “eljim” vio a la luz buena; y el “eljim” separó la luz de la
oscuridad; y el “eljim” llamó a la luz día, y a la oscuridad llamó
noche; y fue la tarde y fue la mañana del día primero.» (Ber’shit, cap.
1, versículos 1 - 5).(66)
Vamos a analizar los anteriores versículos. Ponga mucha
atención a lo siguiente: La diferencia radical entre las versiones
corrientes y la última versión correcta que vimos, es que las primeras
establecen un orden secuencial al señalar que en el principio los cielos
y la Tierra fueron creados, atribuyéndoles a ambos el primer lugar.
Por el contrario, la segunda traducción expresa «Primero», para luego,
después de emplear la coma, empezar la descripción del estado en el que
se encontraban las cosas (la Tierra estaba desolada, en caos y confusión;
las tinieblas estaban sobre la faz de las profundidades; y la inspiración
del «eljim» cernía sobre la faz de las aguas); y únicamente después de
habernos situado en el contexto refirse a la primera orden («El “eljim”
ORDENÓ que llegue a ser la luz y empezó a existir la luz»). Eso quiere
decir que fue la luz la que ocupó el primer puesto y no así los cielos y
la Tierra. Por otra parte, se toma erróneamente al vocablo «principio»
como inicio, y eso involucra temporalidad, temporalidad de la que el
Cosmos sempiterno, sin principio ni fin, carece. En cambio, Bereshit
no es principio entendido como un inicio, sino como el fundamento, la
base o la simiente; y fue la Palabra (el Ser o la información sustancial
de las cosas) sobre la cual se fundó todo. ¿Lo recuerda?
Lea el siguiente párrafo escrito por el Eliyahu BaYona Ben
Yossef, el único autor cuya interpretación del Bereshit coincide
parcialmente con la traducción del pastor Luis Raúl Henry Aramayo:
«De haber querido Hashem indicar que la Torá iba a relatar

(66)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.

138
LA LÓGICA DEL CREADOR

un orden cronológico, hubiera entonces utilizado la expresión


“Bereshoná” que se traduce “en el principio, al inicio”, en vez de
“Bereshit” que se halla en escrito estado constructo.»(67)
Además de esa aclaración, el estudioso realiza de la siguiente
forma la traducción de los tres primeros versículos del Bereshit: «En el
principio de la creación, al crear, Elokim, el cielo y la tierra —cuando
la tierra estaba caótica y desolada, con la oscuridad cubriendo la
superficie del abismo y el espíritu de Elokim cerniéndose sobre la
superficie de las aguas— dijo Elokim haya luz y hubo luz.» Así pues,
nos damos cuenta de que él también se alinea con nuestro modo de
pensar: La luz fue primigenia.
Pero un momento, la luz comenzó a viajar únicamente
trescientos mil años después de que ocurriera el «Big Bang», cuando
por fin, gracias al enfriamiento del Universo, los fotones pudieron
liberarse de sus prisiones atómicas. Muchos miles de años antes de que
ello sucediera ya se había formado una minúscula partícula de plasma
caliente que contenía en su interior las cuatro fuerzas de la naturaleza (la
gravedad, la fuerza electromagnética, la fuerza nuclear débil y la fuerza
nuclear fuerte). Aparentemente, la explicación del Bereshit continua
siendo incongruente; hasta que recordamos cuál es el significado de la
luz en la Biblia. ¿No dijimos inicialmente que era consciencia?
El cuadro empieza ahora a cobrar sentido. La descripción
que hace el primer capítulo del Bereshit no es más que una revisión
rápida del desarrollo de nuestro Planeta: Éste era una masa toxica y
caliente, desolada, en caos y confusión; ningún ser vivo ni mucho
menos consciencia alguna habitaba en él, por lo que, sobre la faz de las
profundidades, reinaba la penumbra. Luego, millones de años después,
cuando los océanos al fin se formaron, la inspiración del «eljim» empezó
a «fecundar» (eso es lo que significa «cernir») vida en el agua. Esa
inspiración no era ningún espectro rondando los mares, era estrictamente

(67)
No tomando en cuenta los errores que comete el autor en su párrafo, como, por ejemplo,
el empleo de la palabra «Hashem» que significa «el nombre» y es usada sin sentido para evitar
nombrar a «Ievé» (lo cual es erróneo, ya explicamos por qué), es rescatable su adecuada
interpretación que confirma nuestra posición acerca del Bereshit.

139
WILSON CASTILLO GUZMÁN

la mente del altísimo expresada en los complejísimos procesos


bioquímicos por los cuales aparecieron los primeros microorganismos.
Posteriormente, cuando la vida evolucionó lo suficiente, el «clímax»
de la creación dijo presente: ¡El Creador ordenó que llegue a ser la luz!
—Un segundo. ¿Resulta que la inspiración del Creador tiene
boca? ¿Cómo es que da órdenes?
En este caso, sin importar que la traducción sea o bien «ordenó» o
bien «dijo», ambas palabras quieren decir: Expresó, manifestó o reveló.
No que se hayan pronunciado palabras por labios antropomorfos, sino
que se mandó o «configuró» que se manifestara la luz.
Para nosotros, humanos de la Era de la información, debería ser
muy fácil entender ese proceso. ¿Posee en casa algún «computador»
u «ordenador»? si la respuesta es sí, entonces usted está familiarizado
con los mandos y las ordenes. Un mando es un dispositivo, parte del
«hardware», que le permite, mediante una pulsación, enviar una señal
eléctrica para que se ejecute un determinado proceso en el «software».
Se llaman ordenadores precisamente por eso, porque ejecutan órdenes.
No hay un fantasma dentro de mi computador, pero sí un conjunto de
operaciones algorítmicas muy complejas; cuánto más podría decirse
acerca del Cosmos, que funciona como el ordenador de los ordenadores.
¿No cree que el instante de la revelación de la luz fue
precisamente el momento en que los primeros ojos se desarrollaron?
Esa es la razón por la cual le dimos preponderancia a la formación de ese
órgano. Pero qué significaría esto: «El “eljim” vio que la luz era buena
y separó la luz de la obscuridad». La respuesta es sencilla: El Cosmos,
siéndolo todo, se mueve, actúa y mira en los cuerpos de sus propias
criaturas. La innovación del ojo, para los primeros seres vivos, fue un
instrumento altamente útil que les permitió perfeccionar su forma de
caza, iniciándose una carrera armamentística entre depredador y presa
que fue uno de los motores de la variedad de adaptaciones biológicas;
aunque la verdadera importancia de los ojos no fue esa.

140
LA LÓGICA DEL CREADOR

El ojo es el medio encargado de recibir los fotones de la luz


para «transducirlos»(68) al cerebro como impulsos electroquímicos. Mas
esos fotones no viajan vacios, sino que están cargados de información,
la cual trasportan con el objetivo de que llegue al receptor (sin receptor
la información carece de sentido). No es otra cosa que el propio proceso
de comunicación: El emisor es la luz («el “eljim” es luz»), el mensaje
es la palabra (no un vocablo, sino información, datos o conocimiento)
y el receptor es el cerebro. No obstante, lo fascinante de ese proceso no
acaba allí.
Los receptores primitivos, al decodificar la información en sus
cerebros, hicieron el trabajo de observadores, ¡colapsaron la función
de onda! Es ese momento que el Bereshit trata de explicar en breves
palabras. La luz era buena, era útil, era reveladora, hizo posible que
los datos abstractos de información adquirieran coherencia, lo que es
equivalente a separar la luz de la obscuridad. ¿Recuerda el experimento
de la doble rendija que vimos en el anterior capítulo? Un estado en
superposición cuántica es un estado en decoherencia que sólo se
define y adquiere un sentido con la intervención de un observador.
Entendemos, entonces, que el proceso de comunicación entre emisor y
receptor no es unidireccional (exclusivamente del primero al segundo),
es una interacción reciproca en la que ambos, que en realidad son uno
solo, salen beneficiados.
Por último, a qué se refiere con: «y el “eljim” llamó a la luz día
y a la obscuridad noche y fue la tarde y fue la mañana del primer día.»
Con «llamó» deducimos que hizo una diferenciación entre la noche y el
día, y eso está relacionado con lo que vimos en el anterior párrafo, pero,
de modo más estricto, es tan simple como esto: Si un organismo no
dispone de sensores especializados para detectar la luz, no puede hacer
distinción entre el día y la noche; para él, ambos pasan desapercibidos
de la misma forma. Con respecto al fin del primer día, no debemos
entenderlo como un lapso de veinticuatro horas. Un día representa
exclusivamente el inicio y la conclusión, el crepúsculo y el ocaso, de un

(68)
Transducción: «Transformación de un tipo de señal en otro distinto.» (RAE).

141
WILSON CASTILLO GUZMÁN

paso cualitativamente importante.


Nos gustaría ir analizando detalladamente, versículo por
versículo, los siguientes días de la creación e incluso todo el Génesis,
sin embargo, si lo hiciéramos así no nos bastaría el espacio de este
humilde libro. Por esa razón, revisaremos a grandes rasgos todo lo
atingente al primer capítulo del Bereshit concentrándonos en sus partes
más elementales.
El segundo día se destaca por la constitución del cielo o, de
manera más precisa, por la disposición de la importantísima atmosfera.
El tercer día los mares se reunieron de tal forma que abrieron paso al
primer supercontinente, que se presume fue «Vaalbará». Mucho después,
mas inexorablemente en tierra, las plantas comenzaron a diseminarse
con mayor rapidez en merito al perfeccionamiento de las semillas (los
transportes del embrión y depósitos alimenticios de la nuevas plantas).
Fue así que el tercer día se cerró cabalmente con la consolidación de
la vida vegetal, ya que las plantas, al haberse instaurado en tierra, no
sólo se convirtieron en las principales productoras de oxigeno, sino
que también llegaron a ser el pilar fundamental de la cadena trófica o
alimenticia. Eso se debió a que, básicamente, al ser «autótrofas» (que
obtienen su alimento de materia inorgánica y no de seres vivos), usando
como fuente de energía a la luz del sol, se establecieron en la base de
la cadena alimenticia como abundante materia orgánica que podía ser
consumida por los seres de los eslabones superiores.
El cuarto día nos presenta un pequeño problema que no
debemos pasar por alto. Se malinterpreta que el Sol, la Luna y las
estrellas aparecieron únicamente desde aquel momento, no obstante,
ello no pudo haber sido así. Lo que en realidad tratan de explicar los
versículos del once al veintinueve son las funciones que desempeñarían
los cuerpos celestes. Sepa que el día no siempre ha tenido una duración
de veinticuatro horas. Cuando la Luna era muy joven se hallaba tan
cerca de la Tierra que su gravedad afectaba violentamente las mareas de
la Tierra; la rotación del planeta era más rápida y, por lo tanto, los días
eran más cortos (se cree que duraban hasta cinco horas). A través de las
diferentes trasformaciones que ha sufrido la Tierra, la duración de los

142
LA LÓGICA DEL CREADOR

días se ha hecho más estable y ese fue uno de los factores relevantes que
hicieron posible la vida tal como la conocemos. Agregado a ello, como
un plus-valor en la historia de la humanidad, los astros permitieron a
las civilizaciones trazar mapas, elaborar calendarios y ubicarse mejor
en su ambiente para hacerse con el dominio de la naturaleza o al menos
intentarlo. Vemos, de esa manera, culminado otro día valioso o «bueno».
El quinto día es una repentina aparición de especies en el agua,
la tierra y el cielo. A mi parecer, ese fenómeno coincide exactamente con
La Explosión Cámbrica que mencionamos anteriormente. Sin embargo,
este día abarca todo un primer periodo de rápida evolución de especies
y su posterior desarrollo que no termina sino hasta la aparición del
Homo sapiens. Es por eso que vemos citados a los grandes monstruos
marinos (de los cuales podría ser representante el «Liopleurodon»
[reptil gigante, acuático y carnívoro del periodo jurásico]), a otras
criaturas terrestres y voladoras e incluso al ganado que evolucionó
exclusivamente a partir de la diversificación de los mamíferos, muchos
millones de años después de que se extinguieran los monstruos gigantes
del Triásico, Jurásico y Cretácico.
«Y el ‫“( אלהים‬eljim”) dijo: ¡Hagamos al hombre! En
REPRESENTACIÓN nuestra, como semejanza nuestra…» (Ber’shit,
cap. 1, ver. 26).(69) Esa es la apropiada traducción de lo dicho el sexto
día. De otro modo sería incoherente pensar que hizo al hombre «a su
imagen», porque ello entraría en contradicción con el mandamiento:
«No te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en lo alto de
los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en
las aguas debajo de la tierra.» (Éxodo, cap. 20, ver. 4). Nuevamente
tropezaríamos convirtiendo al eterno en un ser antropomorfo. En
cambio, «en representación» conlleva la delegación de autoridad dada
al hombre, «…sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre
los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuántos animales
se mueven sobre ella.» (Génesis. cap. 1, ver. 26); y «en semejanza» nos
da a entender que compartimos ciertas características con el altísimo,
como, por ejemplo, el hecho de que, al igual que él, somos organismos
(69)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.

143
WILSON CASTILLO GUZMÁN

dotados de una mente maravillosa.


Fuimos hechos superiores a los demás seres, se nos concedió el
poder de gobernar sobre ellos y el multiplicarnos para someter la tierra;
no por razones antropocéntricas, no porque seamos el centro de atención
simple y llanamente porque sí. Los seres humanos somos valiosos
y especiales porque fuimos destinados a caer, caer para aprender a
levantarnos y llevar a la vida a una nueva era de gloria. Mas del caer no
podemos gloriarnos, sino del levantarnos. Porque los que han caído y
permanecen en esa calidad son aun inferiores a los animalitos inocentes
que no han conocido el pecado.
Antes de entrar de lleno en el tema del origen del pecado, no
podemos omitir el séptimo día, el día de reposo. Éste es a mi criterio
el día más importante, día que todavía no ha llegado. ¿Cree usted que
el Cosmos se halla en reposo y en equilibrio en esta era de iniquidad?
El séptimo día representa el día de la plenitud, de la completitud de
la obra; y esa obra no podría estar completa sin que antes culmine el
proceso de tesis, antítesis y síntesis. El día séptimo es el día en el que
todo lo programado en los días anteriores comienza a correr, en el que
todo se hace, sin él los anteriores días no existen. Por ello, de manera
redundante está escrito: «Y fueron hechos los cielos y la tierra y todo
su ejército. Y completó el ‫“( אלהים‬eljim”) en el día séptimo su obra
realizada que produjo; y cesó el día séptimo, lo apartó de toda la obra
que hizo.» (Ber’shit, cap. 2, Versículos 1 - 2).(70)
Traigamos nuevamente a nuestra memoria el concepto de
espacio-tiempo para esclarecer este aparente contrasentido. Primero,
hemos concertado que lo eterno es una unidad y que, por ende, no puede
quitarse ni añadirse un solo segundo a un proceso íntegro que ya lo
contiene todo. Ahora bien, aquí le presento una metáfora: Comparemos
al Omniverso con un hormiguero. Supongamos que un conjunto de
hormigas se disponen a construir su hormiguero en un campo; éstas,
tomando como material la tierra del suelo que las rodea, comienzan su
tarea y poco a poco van dando forma a su hogar. En el transcurso de la

(70)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.

144
LA LÓGICA DEL CREADOR

obra, naturalmente, las hormigas enfrentan muchas dificultades, pero


cada una cumple una función determinada y realiza un pequeño aporte
con vistas a consolidar la guarida.
Aunque su trabajo es una construcción finita, como estamos
empleándola como un mero ejemplo, imaginemos que podemos ver el
acabose de la labor (el cual vendría a representar al séptimo día). Es
más, imaginemos que podemos ver no sólo el trabajo concluido, sino
tanto el acabado como el inicio y asimismo todo su desarrollo; es decir,
su pasado, presente y futuro. Desde nuestra perspectiva ¿Cuál sería el
momento en el que todo empezaría a existir? ¿Realmente habría un
inicio o sería exclusivamente un todo consolidado en todas sus partes?
Es por eso que, desde una perspectiva cósmica, el momento en el que
todo empieza a existir no es otro que el mismo momento en el que
todo está hecho y culminado. No existe un inicio ni un final, sólo un
fundamento: la Palabra, la luz cargada de información refractada hacia
el infinito. El séptimo día, entonces, no es el final de la creación; es la
eternidad hecha, integra y conclusa que abarca a los seis días anteriores
en sí misma, lo cual es totalmente distinto a tratar de hallar un fin
creacional.
Pero, desde la perspectiva de las hormigas, entretanto éstas
continúan trabajando en la construcción de su hogar, el séptimo día no
ha llegado. ¿Significa eso que nada debería existir todavía para ellas?
No, porque aunque las hormigas no puedan distinguirlo directamente,
su futuro ya es un hecho que se extiende tanto hacia su presente como a
hacia su pasado, . De alguna manera el futuro termina siendo el pasado,
el pasado el futuro y el presente el resultado de ambos. ¿No habíamos
advertido atrás que es así como funciona el tiempo?
Podemos comprender mejor su situación porque es la nuestra.
Estamos estancados en medio de un puente: El mundo. Sin embargo,
no confundamos al mundo con el Planeta Tierra. El primero es un
sistema inicuo, depravado, violento y egoísta, es una creación humana;
el segundo es un paraíso extremadamente bello, misterioso, estrafalario
y lleno vida, es un lugar que los humanos hemos devastado. Vivimos en
un sistema totalmente efímero porque una vez que éste sea eliminado

145
WILSON CASTILLO GUZMÁN

no volverá a tener cabida jamás.


El telón del último día se cierra en el momento en que el
Creador lo santifica y lo elogia como un día digno de ser exaltado: Y
elogió el ‫“( אלהים‬eljim”) el día séptimo y él mismo lo santificó ya que
EN ÉL CESÓ DE TODA LA OBRA QUE HIZO el día que ordenó el
‫“( אלהים‬eljim”) separar. (Ber’shit, cap. 2, ver. 3).(71) Y hasta ahí llega
el relato de los siete días y empieza el de la vida en «el Edén» o, mejor
dicho, el «Aid’n», del hebreo: «‫( »עדן‬se pronuncia de forma similar
a «Aiden»). Sin embargo, antes de rememorar la popular historia
de la caída del hombre, veamos los puntos irreconciliables entre las
propuestas evolucionista y creacionista.
La evolución involucra un cambio de naturaleza: Una forma de
vida se convierte en otra más compleja, una especie abre terreno a otra;
nosotros provenimos de primates, estos son un orden de mamíferos,
mamíferos que descienden de reptiles, los cuales provienen de anfibios
que previamente fueron peces; y, así, esa cadena tiene su origen en
un «antepasado común universal»: el «progenote». Pero ese cambio
de naturaleza no es aceptado por los creacionistas, aunque, ya que
habitualmente ellos tienden a interpretar el Génesis de una manera tan
literal, no tomaré en cuenta ilustraciones insensatas, sino que me referiré
a la explicación que compartieron conmigo los amigos creacionistas
que mencioné precedentemente.
En su opinión, lo que hizo el altísimo los seis días creativos
no fue formar seres materiales, sino seres conceptuales. Es decir, que
en ese trascurso lo que «Ievé» creó fue la información de cada uno de
sus seres, objetos y ambientes. Talvez podríamos comparar la obra del
altísimo con la creación de un videojuego, del cual en primer lugar
se definen las ideas bases que le darán forma, como, por ejemplo,
la historia, el género y las reglas; luego vienen otros pasos, como el
diseño de los algoritmos, su codificación en un lenguaje determinado y
la ilustración de los gráficos; y es únicamente al final de su elaboración,
después de las pruebas y corrección de errores, que el programa es

(71)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.

146
LA LÓGICA DEL CREADOR

puesto en marcha. Ese momento final encarnaría al séptimo día, y es la


parte que, a nuestro parecer, es la más rescatable.
El físico teórico estadounidense Fred Alan Wolf ha expresado
acerca de la estructura de la materia que: «lo que forman las cosas
no son otras cosas, sino que lo que forman las cosas son ideas,
conceptos, información». Esa afirmación confirmaría de alguna
manera la noción creacionista de mis amigos, pero, por otro lado,
algunos de los comentarios de Wolf han sido criticados duramente por
la comunidad científica y, además, yo también creo que son un poco
idealistas. No obstante, con eso no quiero decir que nuestro Cosmos
no sea un programa informático, porque que sin duda lo es, y uno
incomparablemente avanzado.
Dejando atrás cualquier tipo de roces entre la teoría evolucionista
y la creacionista, lo único que debe importarnos es que, sea como sea,
estamos aquí y que un paso decisivo nos espera por delante. Por lo
que, no debiendo estancarnos en discusiones sin salida, es momento
de proseguir con nuestro estudio y llegar a entender algo sustancial: el
origen del pecado en el huerto del «Aiden».
El Planeta estaba en ese momento en las condiciones más
óptimas de habitabilidad e iba a ser entregado al hombre, al «adam»
(palabra que proviene del hebreo «‫«[ »אדם‬ad’m»] y que es ordinariamente
pronunciada como Adán), quien fue formado íntegramente del «humus»
—sustancia que contiene altos niveles de carbono— de la tierra. En la
Biblia, el «humus» es traducido algunas veces como «arcilla» o «polvo
de la tierra», ambas son formas básicas de MATERIA, lo cual significa
que fuimos hechos del humus porque somos, fundamentalmente, seres
de «carbono» (elemento que ocupa un porcentaje importante en nuestro
cuerpo y que permite el enlace de cadenas complejas de moléculas).
De esa manera fue que el «adam» recibió «aliento» o
«inspiración de vida» («n’sh’m’kj [‫ ]נשמה‬de kj’i [‫ ;»]חי‬palabras que
pueden pronunciarse más o menos como: «neshamej de jai»), llegando
así a ser un «n’f’sh» («‫)»נפש‬. «N’f’sh», que se pronuncia de manera
similar a «nefesh», es un vocablo hebreo que usualmente se traduce

147
WILSON CASTILLO GUZMÁN

como alma; lo cual llevó a inferir a muchos, que fue el alma quien
dio vida al cuerpo material, que el «adam» constituido de carbono
únicamente comenzó a vivir después de que el alma se introdujera en
él. Pero las Escrituras dicen llanamente: «y el “adam” llegó a ser un
nefesh», es decir, «y el “adam” llegó a ser UN SER VIVIENTE».
En griego, la palabra que reemplaza a nefesh es «psijé»
(«ψυχή»): un «ser sensorial, con personalidad, sentimientos, capaz
de hablar y hacer». En otras palabras, psijé se refiere al individuo en
sí mismo, no a un ente aislado. Lo mismo con respecto al significado
de «nefesh», el cual es: «ser», en relación al cuerpo en su integridad.
Incluso el vocablo alma proviene del latín «ánima», que significa: «ser
animado», o sea, un «ser vivo»; dejándonos entender todo lo antedicho,
que el «adam» no llegó a tener «nefesh» («alma»), sino que ÉL LLEGÓ
A SER «NEFESH» (lo cual, si se traduciría textual e incorrectamente,
indicaría: «el “adam” llegó a ser alma»). Así que, de forma más concreta,
la traducción simplemente es ésta: «EL “ADAM” LLEGÓ A SER»,
«LLEGÓ A EXISTIR». Y comenzó a «ser» exclusivamente gracias a
que el Creador autoformó y articuló todas sus piezas, de tal modo que
el motor de su cuerpo, conformado por materia, le permitió respirar.
Eso nos permite comprender que el «soplo en la nariz del hombre» no
lo realizó un ente externo a él, como corrientemente representan los
dibujos, sino que el soplo partió desde sus propios pulmones y que,
consiguientemente, él Creador estaba en el «adam».
«Adam» es el calificativo del hombre, y no solamente de uno,
porque no es un nombre propio. Una vez más estamos frente a un
adjetivo, cuya traducción es: el «ruborizado» (esto en razón a que el
ser humano es el único ser que se sonroja). De modo que el apelativo
«adam» aludía a una especie peculiar de ruborizados u hombres,
poseedores del cerebro más desarrollado dentro del reino animal, que
heredaron un lugar propicio del Planeta, el jardín del «Aiden», para
trabajarlo y cuidarlo. El Programa brindó a sus criaturas de vanguardia
las mayores facilidades para que continuaran progresando; no era una
coincidencia que se hallaran en un lugar tan fructífero, era parte del gran
proyecto. Es notorio que se trataba de un grupo de hombres primitivos

148
LA LÓGICA DEL CREADOR

que se encontraban en un ambiente acogedor, provisto de alimento


(«todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer») y agua («y un
río salía del “Aiden” que regaba el huerto y desde allí se dividía en
cuatro corrientes»); un paraíso perfecto para la vida.
Pero entre todos esos árboles destacaban dos: El Árbol del
conocimiento del bien y del mal y el Árbol de la vida. ¿Qué es lo que
figuraban? Responderemos esa pregunta en un instante. Continuemos,
antes, con el relato. Siendo los «adams» un grupo de seres humanos, no
hay ninguna razón para pensar que entre ellos no conviviesen mujeres.
De hecho, antes de la supuesta creación de la mujer hecha de la costilla
del hombre, el capítulo uno del Bereshit, en su versículo veintisiete,
señala: «varón y hembra los creo»; haciéndonos saber, para que no
queden dudas, que la mujer no fue creada después del varón, sino
conjuntamente a él. Mas, cuando examinamos el capítulo dos, vemos
que el Señor estaba tratando de darle una ayuda idónea al hombre y que
el resto de los animales no satisfacían esa función, motivo por el cual la
mujer fue hecha de la costilla o el costado del «adam». Esto no como un
hecho, sino como una alegoría que indica que la mujer es la otra mitad
del hombre, su «media naranja», su pareja; la compañera ideal que no
está por encima suyo, pero que tampoco es inferior a él en un sentido
machista. «La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el
marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo,
sino la mujer.» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 7, ver. 4).
«Jeve», más conocida como Eva, del hebreo «‫«( »חוה‬j’v’»),
significa: «la madre de los vivientes», y también es un adjetivo, pero
que esta vez no designa a muchas mujeres, sino tan sólo a una; pues
una sola mujer —madre de todas las generaciones posteriores de seres
humanos— fue la que concibió al pecado, y lo hizo junto a un solo
hombre de entre los muchos «adams». Es probable que la madre de
los vivientes haya sido la «Eva mitocondrial» (antepasado femenino
común a todos nosotros) que la ciencia postula, aunque el «Adán
cromosómico» (ancestro masculino común), también hipotético, no
pudo haber sido su pareja porque según lo que se sabe éste vivió miles
de años antes. Claro está que no compartimos genes de una sola cópula.

149
WILSON CASTILLO GUZMÁN

El Adán cromosómico, que no es el «adam» bíblico, efectivamente pudo


habernos heredado con anterioridad el cromosoma «Y». No obstante,
la «jeve» tuvo una pareja coetánea, el «adam», y el legado de ambos
no fue únicamente mitocondrias y cromosomas, sino una generación de
pecadores que se ramifica hasta el día de hoy.
Pero debemos saber de una buena vez qué es el pecado para
dejar de sonar tan beatos. En el Jardín había dos árboles distintos a los
demás que no eran arboles propiamente dichos. La palabra árbol en este
caso es usada para figurar un origen, una fuente o raíz de la que brota,
por un lado, el conocimiento del bien y del mal, y por otro, la vida.
Dicho de otra forma, uno era la fuente del pecado y el otro la fuente de
la vida eterna.
Hablemos sobre el primer árbol, del cual se les había prohibido
comer a los «adams» para que no conocieran la muerte. Conceptualmente,
la prohibición se puede interpretar como un: «no te harás con el
conocimiento del bien y del mal». Esto nos lleva a cuestionarnos cuál
es el problema con conocer el bien y el mal ¿Es que no son patrones
de conducta que nos dan una noción de cómo debemos comportarnos?
Permítame responder eso. Los seres anteriores al «adam» y a la «jeve»,
tanto los de su especie como los de las otras especies, desarrollaron
la capacidad de reconocer sus propios actos, es decir, desarrollaron
consciencia (con «sc» intermedias); la misma consciencia que en la
actualidad los animales no humanos conservan. Así, por ejemplo, un
guepardo que caza una gacela, reconoce sus maniobras de acecho y
a su objetivo, pero no discierne el daño que causará ni tampoco si su
cometido es malo o bueno; simplemente actúa por instinto frente a un
trozo de carne que aplacará su apetito.
El bien y el mal, como tales, son inexistentes, no son más que
valores que los seres humanos hemos generado en nuestras mentes. Ese
es precisamente el origen de la conciencia (sólo con «c»), la capacidad
de distinguir entre el bien y el mal. Sin embargo, alguien podría
refutarme ese planteamiento aduciendo algo parecido: «Entonces, ¿la
pederastia no es mala? ¡¿Es sólo un valor creado por mi conciencia?!»
Y yo le contestaría: Definitivamente no por su conciencia, pero si

150
LA LÓGICA DEL CREADOR

por la del violador. Mire, un animalito que se aparea con sus propias
hijas ¿puede ser juzgado como malo? Es cierto que defectos genéticos
podrían presentarse en su descendencia, mas los hombres primitivos
también tenían relaciones sexuales incestuosas y no podrían ser
juzgados como malos porque fue necesario que atravesaran esa etapa
para preservar la especie. El pecado sólo se consuma en el momento
en que el hombre comienza a razonar en su mente: «¿Si doy muerte
a aquel hombre, si asalto a aquella mujer, si miento a mi familia, es
incorrecto, es malo?». Es únicamente en el momento en que generamos
un valor en nuestra mente, categorizando una acción o pensamiento
como malo, e infringimos nuestra propia ley, que hemos pecado. Por
eso la Biblia nos hace saber que seremos juzgados por la ley de nuestro
propio corazón, porque son nuestras conciencias las que nos juzgan, ya
que exclusivamente nosotros sabemos qué valores hemos generado y
cuáles de ellos hemos trasgredido.
¿Es el pecado subjetivo? Sí y no. La ética humana es tan relativa
que ciertos hombres musulmanes no tienen inconveniente en contraer
matrimonio con niñas, incluso siendo algunas de ellas impúberes.
Desde su punto de vista, ello no es reprobable, es bueno y está avalado
por su religión. No obstante, el pecado no es el mero conocimiento
del mal, sino también nuestra elucubración del bien. Un sádico disfruta
provocando dolor y para él sus acciones son buenas, es su concepción
falsa de bien la que lo convierte en pecador. Esta es la parte objetiva,
la relación íntima que hay entre la ley que hemos creado internamente
y la exteriorización de conductas funestas: robos, mentiras, violaciones
y asesinatos, todas ellas realizadas con plena conciencia. Bajo esa
perspectiva, ¿el pecado es algo netamente subjetivo u objetivo?
Conociendo todo esto, un día leí del filosofo alemán Friedrich
Nietzsche el siguiente mensaje, y le di todo el crédito: «En verdad, yo
os digo: ¡Un bien y un mal que sean imperecederos no existen! Por
sí mismos deben una y otra vez superarse a sí mismos. Con vuestros
valores y vuestras palabras del bien y del mal ejercéis violencia,
valoradores: y ése es vuestro oculto amor, y el brillo, el temblor y el

151
WILSON CASTILLO GUZMÁN

desbordamiento de vuestra propia alma.»(72)


Aquel lugar que era antes un paraíso donde todos los animales
convivían en un ciclo perfecto, el conocimiento del bien y el mal lo
convirtió en un sitio obscuro, habitado por seres que aun sabiendo
en sus corazones el perjuicio, daño y dolor que ocasionaban con su
proceder no se inmutaban por ello. Fue así que el planeta comenzó a
podrirse, y hoy continúa pudriéndose, hasta que la semilla de su fruto.
Acerca de la serpiente que indujo a la mujer a probar del Árbol
prohibido, teniendo en cuenta que dicho Árbol no era más que un
concepto, ¿qué pensaremos? ¿Quizá que un reptil parlante mantuvo una
conversación con la «jeve»? No lo creemos así. Esa bestia, la más astuta
del campo, era sólo símbolo de una parte muy profunda inconsciente en
la mujer. Y aunque se critique al Bereshit de machista, supuestamente
por culpar a la mujer de todos los males (siendo en realidad la ignorante
interpretación la machista y no el mensaje que la Biblia suministra),
innegablemente fue la mujer quien conoció en primer lugar el pecado,
introduciendo no sólo el mal, sino asimismo el bien. De todos modos,
si ella ha de ser culpada, que lo sea tanto por llevar a la humanidad a
la negación como por conducirnos, en merito a la antítesis, hacia la
negación de la negación.
Pero ¿qué era exactamente esa parte profunda inconsciente en
la mujer? Estamos de acuerdo con el místico Osho en que «el primer
vislumbre de razonamiento tuvo que haber entrado por el sexo». El sexo
es sin duda una parte central en la vida de los seres humanos y también
de todos los animales. En la mujer, son los estrógenos, conocidos como
las hormonas sexuales femeninas, los responsables, entre otras cosas,
de mejores conexiones neuronales y de un procesamiento más veloz
de información en su cerebro; lo cual, en general, las lleva a madurar
mucho antes que los varones. Ese es el motivo por el cual la mujer
descubrió antes que el hombre el conocimiento del bien y del mal;
no por perversa, sino porque era más inteligente y su raciocinio se
desarrolló antes que el del hombre ¿Ya no suena tan machista, no cree?
(72)
NIETZSCHE, Friedrich. (1997). Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie. Madrid:
Alianza, (p. 69).

152
LA LÓGICA DEL CREADOR

La bestia más astuta del campo o «el instinto dominante en el


huerto» hizo pensar a la mujer tres cosas sobre el Árbol o Fuente del
pecado que, viéndolo bien, era el propio acto sexual: «Y vio la mujer
que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría…» (Génesis, cap. 3, ver.
6). Esos tres pensamientos son equivalentes a los señalados por Juan:
«…los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de
la vida…» (1.ª Epístola de Juan, cap. 2, ver. 16). El deseo carnal es el
deseo de placer sexual, el cual la mujer comenzó a ver era propicio
obtener mediante el acto sexual; el deseo de los ojos es la raíz de la
«estética» (rama filosófica que tiene por objeto el estudio de la belleza)
que, como todas las fuentes de deleite, también está relacionada a la
satisfacción sexual, esta vez visual; y la vanagloria de la vida es el
deseo inconsciente de adquirir sabiduría, la cual codició alcanzar la
mujer, en este caso, a través de la relación sexual (los psicólogos saben
al respecto que la relación sexual es ocasión de madures en los seres
humanos [aunque no siempre en un sentido provechoso]).
Por lo tanto, el pecado de la «jeve» fue apartarse del acto sexual
como un instrumento de procreación, a la manera en la que los animales
lo usan inocentemente, y empezar a verlo, a raíz de su raciocinio
superior, como un medio para obtener placer y poder. Poder, porque el
conocimiento del bien y del mal le dio al ser humano la falsa impresión
de libre albedrio, de libre elección, que lo condujo a buscar inútilmente
una gloria propia, individual y egoísta; la cual ningún otro ser del reino
animal concibe. Pero como nada se le escapa de las manos al Creador,
incluso esa serpiente en la mujer, figura de un instinto concupiscente
muy bajo, fue predeterminada a actuar en un momento de la historia y
a ser usada para cumplir el propósito de la Creación.
Haciendo un pequeño paréntesis, hablemos un instante sobre
el placer sexual. ¿Alguna vez se ha preguntado por qué el coito es
fuente de satisfacción o qué es un orgasmo? Algunos ilusos piensan
que el placer sexual «es un regalo que Dios le entregó al hombre». Esa
respuesta no se acerca ni por asomo a la verdad. Un orgasmo no es
más que un conjunto de liberaciones químicas que provocan un estado

153
WILSON CASTILLO GUZMÁN

de éxtasis pasajero, sin embargo, ¿cuál fue su origen evolutivo? No


fue sino la necesidad imperiosa de que se desarrollara un mecanismo
con características especiales que asegurara la cópula entre parejas de
la misma especie. Esa respuesta es un poco más perspicaz, pero aún
es superficial. Sigamos escarbando. ¿Por qué al Cosmos le interesó la
unión sexual entre criaturas homólogas? ¡Preservación de las especies,
claro! Muy bien, pero ¿cuál era su interés en mantener las especies en el
tiempo? Pues, obviamente, facilitar una cantidad adecuada de éstas para
que puedan perfeccionarse con el trascurso de las generaciones. Y ¿cuál
fue la razón que le impulsó a propiciar dicho perfeccionamiento? Lo
cuantitativo siempre termina siendo cualitativo. Una especie fructifica
y, en un proceso de prueba y error, algunos de sus especímenes
llegan a alcanzar estados más avanzados de existencia. «Del sexo a
la Superconsciencia», fue una de las enseñanzas del líder espiritual
Bhagwan Shri Rashnísh (Osho).
Quiero reflexionar un momento, sobre este tema, a mis queridos
amigos y amigas: «huye también de las pasiones juveniles, y sigue
la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio
invocan al Señor.» (2.ª Epístola a Timoteo, cap. 2, ver. 22). Muchos
adolecentes, hombres y mujeres, aunque especialmente varones, se
han entregado a una vida de libertinaje que gira, sobre todo, en torno a
una sexualidad descontrolada. Aun en mi propio ámbito universitario
escucho conversaciones de jóvenes adultos que creen insensatamente
que el objetivo de tener relaciones sexuales es la obtención de placer.
Utilizan a las chicas y, muchas veces, les arrebatan una de sus joyas más
preciadas: la virginidad (que debería estar reservada para el esposo).
Ellos también pierden su castidad entregándosela a prostitutas, sin saber
que «el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella». No lo niego,
el instinto sexual es muy fuerte en nosotros los hombres, yo también me
he visto tentado muchas veces y está escrito que «cualquiera que mira
a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón», sin
embargo, los instintos primarios jamás podrán ser una excusa.
Si sabemos que el deleite carnal no es más que un mecanismo
que tiene por objeto asegurar la reproducción de las especies con la

154
LA LÓGICA DEL CREADOR

finalidad de que éstas puedan despertar a la consciencia (la misma


consciencia que a nosotros nos llevó a forjar la conciencia, pero tan sólo
como un paso inevitable que de ser superado nos conducirá hacia la
superconsciencia), no nos es licito usarlo egoístamente en una búsqueda
insaciable de deleite propio. ¡No somos criaturas inocentes! Sabemos
que nuestras acciones son incorrectas y también estamos al tanto de sus
consecuencias. Esa es la razón por la cual, aunque no soy homofóbico,
tampoco puedo apoyar la homosexualidad (desviación que en un gran
porcentaje tiene su origen en traumas por abuso sexual); ya que ésta, al
carecer de objetivo (reproducción) y finalidad (superconsciencia), de
igual manera es sólo un ansia egoísta por complacer la libido que no
tiene ningún provecho y que es un desgaste insulso de energía. Hombres
y mujeres teniendo relaciones sexuales sin razones que lo justifiquen
son niños divirtiéndose con juguetes tóxicos. «Por esto el “eljim” los
entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el
uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también
los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en
su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres
con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su
extravío.» (Epístola a los Romanos, cap. 1, versículos 26 - 27).
Ciertamente, como decía Pablo, sería mejor para nosotros no
casarnos, permanecer castos y vírgenes —especialmente si hemos
entendido que nuestros órganos sexuales no están allí para brindarnos
placer— y concentrarnos netamente en las cosas del Señor para así
lograr la trascendencia, tarea que se haría más pesada con un esposo
o esposa e hijos de por medio. No obstante, él apóstol también
aconsejaba esto: «Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno
les fuera quedarse como yo; pero si no tienen el don de continencia,
cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.» (1.ª Epístola
a los Corintios, cap. 7, versículos 8 - 9). Pienso yo, y siempre se lo
sugiero a mis amigos para que no caigan en fornicación, que lo mejor
es guiarse bajo este proverbio: «Bebe el agua de tu misma cisterna, y
los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las
calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, y no

155
WILSON CASTILLO GUZMÁN

para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, y alégrate con


la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus
caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre.»
(Proverbios, cap. 5, versículos 15 - 19). El manantial rebosante de todo
conocimiento, entendimiento, comprensión e inspiración que el Señor
nos ha dado, no debemos permitir que sea contaminado con el veneno
de serpientes ni que beban de él los perros jamás.
Volvamos nuevamente al momento crítico en el que la mujer
probó del fruto del Árbol prohibido. Después de haber contaminado su
mente con la mentira, después de que la serpiente engañara a la mujer
o, lo que es lo mismo, de que ella se autoengañara, lo primero que hizo
fue dar de ese fruto a su marido. Comieron ambos y se abrieron sus ojos
a la conciencia, sintiendo por primera vez vergüenza de su desnudes.
Decimos que la mujer se autoengañó porque tanto ella
como el hombre habían recibido la orden de no comer del Árbol del
conocimiento del bien y del mal. La «jeve» sabia inconscientemente
que no debía desobedecer si no quería conocer la muerte, sin embargo,
también inconscientemente, tenia implantado el impulso de rebeldía en
su corazón. ¿Por qué el Señor permitió que germinara un deseo tan
contradictorio a su orden inicial? Recalcamos que el Universo es un
programa informático diseñado por el Creador para manifestarse a través
de él. Como todo programa, éste conlleva un conjunto de instrucciones
que permiten la realización de tareas específicas y generales. La
primera instrucción dada al hombre fue programada en su interior
como la tesis de su existencia. Los «adams» eran seres conscientes,
instintivos, inocentes, mansos, sin ninguna pretensión de vanagloria,
pero tenían un pequeño problema: eran demasiado primitivos. Por esa
razón, al mismo tiempo, el altísimo insertó en los seres humanos su
antítesis: la insubordinación que, aunque les dio la falsa percepción de
libre arbitrio, también les ayudó a evolucionar.
La serpiente dijo: «¿Conque el “eljim” os ha dicho: No comáis
de todo árbol del huerto?» (Génesis, cap. 3, ver. 1) Qué significa esto
sino que la mujer comenzó cuestionarse sobre la moral. Respondió
la mujer: «Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;  pero

156
LA LÓGICA DEL CREADOR

del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo el “eljim”: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.» (Génesis, cap.
3, versículos 2 - 3). Vaya conflicto, una lucha interna entre lo que la
mujer sabia no debía hacer y lo que quería y ya no podía evitar hacer
(buscar las tres cosas que vio del árbol). Pero la serpiente calumnió al
Creador: «No moriréis; sino que sabe el “eljim” que el día que comáis
de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como el “eljim”, sabiendo
el bien y el mal.» (Génesis, cap. 3, versículos 4 - 5). Cuántas veces
nos ha ocurrido lo mismo a nosotros, que excusamos nuestras acciones
negando los nefastos posibles resultados, que mintiéndonos a nosotros
mismos permitimos que nuestros pies tropiecen, muchas veces con
piedras filosas.
Diablo y Satanás significan, respectivamente, calumniador
y acusador. La Real Academia Española define calumnia como la
«acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño». La «jeve»
engendró, pues, en su mente, al diablo en el momento en que, para
excusar su deseo, contradijo su primera instrucción (no comer del
Árbol prohibido para no morir). Ese fue el fruto que compartió con el
«adam» al acostarse con él, transmitiéndole, por su influencia y mayor
astucia, su actitud pecaminosa. Visto de otra forma, la mujer ayudó a
que el hombre desarrollara su conciencia, a que diera un salto cualitativo
hacia una nueva mentalidad. Entonces ambos se dieron cuenta de que
estaban desnudos y cubrieron sus genitales, no sus manos, ni su pecho;
cubrieron su vergüenza.
Un estudio encabezado por el investigador David Reed del
Museo de Historia Natural de Florida (EE.UU.), indica que hubo un
periodo de tiempo, posterior a la perdida de pelo corporal y anterior al
uso de la ropa, en el que el hombre caminaba totalmente desnudo. Es
decir, que es factible que la fabricación de vestidos no se haya debido
exclusivamente a la necesidad de cubrir el cuerpo en razón de un
clima más gélido, ya que dicho periodo habría transcurrido mientras el
hombre todavía se hallaba en África. Psicológicamente, el «adam» y la
«jeve» sintieron remordimiento de su acción e hicieron del sexo un tabú
porque mediante él habían caído.

157
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Luego de lo acontecido, «Ievé», que «se paseaba en el huerto,


al aire del día», llamó a sus conciencias, y el hombre culpó a la mujer
y la mujer a la serpiente. Entonces el altísimo sentenció lo siguiente: «Y
“Ievé” el “eljim” dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita
serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo;
sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y
pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente
suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la
mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces;
con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se
enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de
tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás
de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás
plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al
polvo volverás.» (Génesis, cap. 3, versículos 14 - 19).
Esa sentencia es la lógica consecuencia del emerger de la
conciencia. La advertencia principal había sido que de comer del
Árbol prohibido, el hombre y la mujer morirían, lo cual hace que nos
preguntemos: ¿Antes de que se revelara el pecado, los seres humanos no
morían? Claro que sí morían, lo que no hacían era entender la muerte.
Únicamente el «Homo sapiens» («el hombre que conoce, que razona o
piensa») se martiriza y preocupa por la muerte; ningún otro animal lo
hace. Todos sus miedos y fobias tienen su raíz psicológica en el miedo
a morir. Su conciencia lo apartó del reino animal y lo convirtió en un
esclavo de la ley del pecado y de la muerte, cumpliéndose lo dictaminado
por el Señor: «ciertamente morirás». No se trata de una mera muerte
biológica; el ser humano murió a una consciencia despreocupada por
el mañana y nació a una vida de tortuoso afán, a una mente que no
volvería a vivir en paz. Este fue el veredicto para el hombre: el trabajo
arduo, que se hace todavía más pesado cuando se sabe que al final de
todas esas agotadoras jornadas lo único que aguarda es la muerte.
La mujer, por su parte, fue conminada a ser oprimida por el

158
LA LÓGICA DEL CREADOR

hombre. ¿Por qué? Porque el Señor sabia que éste, en su corrupción,


construiría una sociedad falocéntrica en la que la mujer sufriría
abusos, discriminación y desprecio. Sin embargo, más allá del precio
que la mujer y el hombre estaban obligados a pagar, lo que en verdad
debe llamarnos la atención es lo concerniente a la serpiente. Ésta fue
condenada a arrastrase sobre su pecho y a comer polvo todos los días de
su vida, a vivir en enemistad perpetua con la mujer, a que su «simiente»
(linaje o descendencia) y la simiente de la «jeve» vivieran en persistente
hostilidad; pero, sobre todo, y lo más enigmático, a que la descendencia
de la mujer «aplastara» la cabeza del linaje «ofidiobiótico» (naturaleza
figurativa que designa a los seres sucesores de la serpiente) y a que
la estirpe de la serpiente «acechara» el calcañar de la descendencia
«zoebiótica» (naturaleza figurativa que designa a los seres destinados a
alcanzar la Zoé).(73)
La serpiente fue sentenciada a arrastrase y a comer polvo, pero
esto no significa que antes fuese un reptil que andaba erguido, como
algunos creen infantilmente. Ese dictamen es, de nuevo, una figura
que nos da a entender que la serpiente fue destinada a trajinar en los
asuntos más viles y bajos en los que el hombre pudiera inmiscuirse, a
alimentarse por siempre de los réditos inmundos de éste y, por último,
a devorar los despojos de las victimas que hubieren sido arrastradas
durante todas sus vidas por las anchas vías de la degeneración.
Sobre la enemistad entre la mujer y la serpiente por causa de
sus simientes, inferimos que la descendencia del «adam» y la «jeve»
heredó dos naturalezas: una pura y otra contaminada. No podía haber
sido de otra manera, ya que la mujer no se entregó «virgen» («pura»)
al «adam», sino que contaminada por «la serpiente» —la cual no
es más que la personificación simbólica de la conciencia—, tuvo
relaciones con su esposo y procreó una nueva generación de seres con
capacidad de raciocinio. Así, la serpiente fue trasmitida generación tras
generación, como una capacidad, en las mentes de sus hijos. Pero, entre
ellos, algunos lograron «pisarle» la cabeza impidiendo que sus deseos
pecaminosos fueran los que les condujeran (estos son los descendientes
(73)
«Aplastar» y «acechar» son traducciones de la versión bíblica «Nácar-Colunga de 2010».

159
WILSON CASTILLO GUZMÁN

zoebióticos de la mujer, entre los cuales se cuentan personajes como


Noé, Job o Ester); entretanto, algunos otros sucumbieron ante su
«mordida» ponzoñosa permitiendo, al dejarse arrastrar por sus bajos
instintos, que el veneno ingresara y se diseminara desde «el calcañar» o
«talón» hasta su corazón (estos pertenecen al linaje ofidiobiótico de la
serpiente, entre los cuales destacan sujetos como Caín, Cam o Jezabel).
Talvez debamos empezar a cuestionarnos cuál es nuestra estirpe y cuál
es nuestro «talón de Aquiles».
«Y dijo “Ievé” el “eljim”: He aquí el hombre es como uno
de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue
su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para
siempre. Y lo sacó “Ievé” del huerto del “Aiden”, para que labrase
la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al
oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que
se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la
vida.» (Génesis, cap. 3, versículos 22 - 24).(74) La expulsión del paraíso
no consistió en un destierro literal. La «salida» del huerto fue un cambio
de estado: de nómada a sedentario. Con anterioridad al origen de la
conciencia, el hombre obtenía su alimento de los arboles; claramente
era nómada y recolector. Mas con su caída, que a la vez representó
el desarrollo de una mentalidad más avanzada que la consciencia
primitiva, los seres humanos se hicieron sedentarios, provocando así
que el progreso cultural y tecnológico experimentara una evolución
acelerada. El sedentarismo, raíz de las civilizaciones antiguas, se hizo
posible principalmente gracias al descubrimiento de la agricultura («Y
lo sacó “Ievé”) del huerto del “Aiden”, para que labrase la tierra de
que fue tomado»). Pero ¿Por qué ese descubrimiento fue parte de la
condena humana? Es cierto que aquellos seres racionales comenzaron a
filosofar, inventar y descubrir cosas asombrosas y que, al fin de cuentas,
nuestra civilización actual, provista de todas las fascinantes tecnologías
que conocemos y erigida sobre la base de brillantes pensamientos
(74)
Acerca de la declaración: «He aquí el hombre es como uno de NOSOTROS», nos damos
cuenta de que el pronombre personal (nosotros) es plural sencillamente para que la oración
guarde coherencia con la palabra superlativizada en plural: ‘l’kjim («eljim»). No así para reafirmar
la trinidad ni tampoco la existencia de varios Creadores simultáneos.

160
LA LÓGICA DEL CREADOR

que trastocaron su época, existe únicamente gracias al cúmulo de


conocimientos ancestrales que hemos recibido y preservamos de todos
ellos; no obstante, estará de acuerdo conmigo en que el problema de,
por ejemplo, la bomba atómica, no radica en la bomba en sí misma, sino
en el empleo que el hombre corrupto le da.
La actitud sedentaria en el fondo no es más que el arraigarse
de una sociedad egoísta y corrupta cuyo único interés es preservarse
a sí misma. El sistema que hemos creado no es más que una célula
cancerígena que se aferra a un planeta indefenso para corroerlo hasta el
fin; ciego, no busca más que su autodestrucción y la destrucción de todo
aquél que se cruza en su camino. Fuimos los seres humanos quienes nos
convertimos en ese cáncer maligno. Cegados por las puerilidades del
mundo, como esclavos de un ciclo interminable, nacemos, pecamos y
morimos. Peor aún, somos más que esclavos de un ciclo de violencia y
devastación, ¡somos esclavos de nuestra propia falsedad!
«Y como ellos no aprobaron tener en cuenta al “eljim”, los
entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad,
avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y
malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores del “eljim”,
injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes
a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin
misericordia; quienes habiendo entendido el juicio del “eljim”, que
los que practican tales cosas son DIGNOS DE MUERTE, no sólo
las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.»
(Epístola a los Romanos, cap. 1, versículos 29 - 32).
Me siento abochornado y se me revuelve el estomago a leer
todo lo que soy y más aún cuando se me hace saber la retribución que
merezco por ello. Es apremiante que el cáncer sea extirpado, de la
Tierra y de mi cuerpo; este Planeta no tolerará tanta aflicción durante
mucho tiempo más, de eso no hay duda. «La espada flameante» que
simboliza a la palabra del altísimo, puesta al oriente —en el punto
cardinal por el que sale el Sol o por el que nace la luz—, fue la sentencia
impuesta al hombre para impedirle el paso hacia el Árbol de la vida. No

161
WILSON CASTILLO GUZMÁN

había modo alguno en que los «adams» pudieran retornar a su estado


previo de inocencia, no a menos de que nacieran por vez segunda, de
lo alto, para convertirse en seres maduros e íntegros. Sin embargo,
¿quién sería capaz de «levantar» la espada para abrir el paso hacia la
superconsciencia? El dictamen que gobernó por la noche —el cual,
tácitamente, decía: «serás esclavo del pecado hasta que llegue el que
te hará libre»— debía ser quitado de en medio por el oriente, levante o
naciente, al salir el sol. Mas, ¿quién podría ser la lumbrera que disipe de
una vez y para siempre las tinieblas?
«¡He ahí la luz!, la verdadera, la que ilumina a todo hombre,
la que viene al Cosmos. ¡He ahí! en el Cosmos, y el Cosmos mediante
ella llegó a ser, pero el Cosmos no la conoció. A su casa entró y los
de su casa no la recibieron. Mas, a cuantos la recibieron les dio
capacidad legal de llegar a ser hijos del “eljim”, los que creen en su
nombre, quienes no proceden de sangre ni de voluntad de carne ni de
voluntad de varón, sino que fueron nacidos del “eljim”.» (Evangelio
según Juan, cap. 1, versículos 9 - 13).(75) He ahí, tal como en la leyenda
del Rey Arturo, uno fue destinado a blandir la espada que lo haría digno
del trono. Sin embargo, hubo quienes no le reconocieron como a rey
porque no entendieron que su reino no estaba en este mundo. Mas
quienes le recibieron saben que él es la corona que gobierna nuestra
mente, la superconsciencia que habita nuestro templo.
El segundo Árbol, el Árbol de la vida EN MEDIO del huerto,
de la misma forma que el Árbol del conocimiento del bien y del mal,
también es conceptual; es la fuente de la que emana la vida, es la
vida eterna situada en medio de todo, que lo atraviesa todo y que está
dispuesta delante de usted aguardando a que beba de sus aguas, a que
pruebe de su fruto. Pero si eso es así, ¿por qué razón «Ievé» puso una
espada que resguardara el camino hacia el Árbol de la vida eterna y nos
impidiera el paso? Cuál es la lógica de estas palabras: «…ahora, pues,
que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma,
y viva para siempre.» ¿No se supone que el Padre tiene un ferviente
interés en que los seres humanos despertemos de la muerte? Todas esas
(75)
Versión traducida por Luis Raúl Henry Aramayo.

162
LA LÓGICA DEL CREADOR

preguntas vinieron a mí y se resolvieron solas cuando, junto a ellas,


recordé lo que Jesucristo dijo a sus discípulos: «…A vosotros os es
dado saber el misterio del reino del “eljim”; mas a los que están fuera,
por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y no perciban; y
oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean
perdonados los pecados.» (Evangelio según Marcos, cap. 4, versículos 11
- 12).
Probar del fruto del Árbol de la vida es un privilegio del
que gozan únicamente aquéllos que han ingresado a una nueva vida
poseyendo una mentalidad renovada. Los que estamos fuera no
podemos beber de la fuente, no sin antes demostrar que lo merecemos,
puesto que quienes no se esfuerzan, jamás estarán lo suficientemente
sedientos como para que se les permita el paso. Ésta es la razón por la
cual el camino fue obstaculizado: para dificultarnos la entrada, de tal
modo que alcancen el galardón exclusivamente aquéllos que paguen
el precio más alto, sólo si de verdad lo desean; porque, de otro modo,
las vías de la ignorancia siempre han sido llanas y hay espacio de sobra
para los holgazanes. ¿Cuál es el precio? Es éste: Su vida entera.
—¡¿Perder la vida por causa suya?! ¿Qué clase de fanatismo
es ese?
Hay todavía muchas cosas que no han quedado claras y le pido
tenga un poco más de paciencia, ya que aún debemos hacer un veloz
examen del Antiguo Testamento.
El «adam» y la «jeve» engendraron a Caín y Abel, ambos hijos
nacidos a la conciencia, uno labrador de la tierra, y el otro pastor de
ovejas; ambos representantes de dos naturalezas opuestas. En seguida
distinguimos que el mayor de los dos, Caín, es figura del hombre
sedentario que se ha establecido en el mundo y que posee tierras. Por
el contrario, su hermano menor, Abel, es figura del hombre nómada
que se traslada allí donde pueda hallar pastos para el provecho de su
rebaño. Por eso, cuando los dos «presentaron» lo mejor del fruto de su
labor o, dicho de otro modo, cuando se hicieron notorios los réditos de
su trabajo, la ofrenda del primero no fue del agrado de «Ievé», pero la

163
WILSON CASTILLO GUZMÁN

de Abel sí.
El problema con el fruto que presentó Caín no radicaba en
defecto alguno en el producto de su cosecha ni tampoco en los bienes
mundanos que poseía (ya que no hay ningún pecado en poseerlos, sólo
en aferrarse a ellos), además tengamos en cuenta que Abel también
poseía bienes: sus ovejas. No, el problema de Caín no residía en el
producto de su labor, era el fruto de su actitud lo que detestó el Padre.
Su ofrenda, en el fondo, consistía en una vida tortuosa de estresante
trabajo y preocupaciones que lo estaban convirtiendo en siervo de sus
posesiones; y a la existencia simplemente no le agradó hacerse esclava
del mundo porque su plan no era asentarse en él, sino trascenderlo,
usarlo como una plataforma que la propulse a mayores alturas. Por eso
Abel, al ofrecer como fruto una vida sencilla y un trabajo noble: «el
pastoreo» (que representa la tarea consignada al hombre: predicar la
palabra) fue del agrado del Creador.
Caín, atrapado en una «desagradable» vida de permanente fatiga
y pesar, no pudo evitar sentir envidia de su despreocupado hermano
menor, para quien todas las cargas eran livianas. Decidido a terminar
con esa injusticia, condujo al pastor hacia el campo y allí le dio muerte,
ejecutando el primer asesinato conciente que le hizo famoso como
primogénito del linaje de la serpiente. Después de acometer contra su
hermano, no pudiendo soportar las acusaciones de su conciencia, se
alejó errante hacia el oriente del «Aiden» y en aquel lugar conoció a su
mujer (lo cual nos demuestra que definitivamente el «adam» y la «jeve»
no eran los únicos seres humanos, aunque si los primeros con capacidad
de discernimiento); tuvo una amplia descendencia con ella e hizo algo
de monumental importancia: cimentó las bases de la primea ciudad, tal
como narra el versículo diecisiete del capítulo cuarto del Bereshit. Caín,
el asesino, el envidioso, el sedentario, fue el precursor de la civilización
antigua.
La célula madre cancerosa había echado raíces finalmente,
pero la esperanza para el Planeta Tierra no estaba del todo perdida.
El «adam» y su mujer concibieron otro hijo, a «Set», que a la postre
sería el padre de muchos justos e incluso contado como parte de la

164
LA LÓGICA DEL CREADOR

genealogía del Cristo.


Siglos más tarde, con el crecimiento de la población humana, fue
inevitable que el linaje de Caín y la descendencia de Set se mezclaran.
Como consecuencia de ello, a la vez que se generaban mayores
descubrimientos y se acentuaba el avance tecnológico, la corrupción
también extendía sus fronteras. Es probable que la civilización de ese
tiempo haya sido más avanzada de lo que imaginamos y que una especie
de micro-revolución industrial estuviera en curso. Sin embargo, aunque
los seres humanos habían dado pasos significativos estructurando una
sociedad más sólida, estaban groseramente estancados en la extrema
depravación.
Abandonando la descripción del contexto sociocultural,
hablemos del varón justo, descendiente directo de Set: Noé, quien había
heredado lo mejor de la civilización (como el lenguaje y el manejo de
herramientas), pero no dejó jamás que sus pasos fueran torcidos por
ella. Noé era un hombre digno de ser preservado por ser el producto
más selecto entre los de su especie y fue protagonista de una historia
que nos brinda una mejor noción de la forma en la que el Padre moldea
su obra.
Es asombroso cómo trabaja el Omniverso. Constantemente
va perfeccionando su creación, delimita un periodo de afinamiento,
permite la subsistencia de un ambiente adverso que le sirve como
una herramienta para forjar a sus criaturas, espera a que se sumen las
condiciones y, cuando está listo para dar un salto cualitativo, tiene
predeterminada una extinción masiva que elimina los desperdicios
y fallas en su sistema y le reserva el mejor «trigo» para que pueda
proseguir con su trabajo.
Por otro lado, todo lo que vivió Noé (la construcción del arca,
el diluvio que duró CUARENTA DÍAS Y CUARENTA NOCHES,
el reposo del arca al mes SÉPTIMO sobre los montes de Ararat, la
PALOMA que regresó al arca con un OLIVO en el pico, y el PACTO
posterior) es una alegoría. Con eso no queremos decir que el evento
no haya sucedido tal cual se narra, puesto que, como podrá ir notando,

165
WILSON CASTILLO GUZMÁN

casi todos los hechos descritos en la Biblia guardan a la vez un sentido


alegórico, metafórico o profético. Cada suceso tuvo que acaecer para
que fuera escrito y tuvo que ser escrito para que volviera a cumplirse
en otra forma.
La historia del diluvio ameritaría un capítulo entero si nos
propusiéramos realizar su «exegesis» (efectuar un análisis simbólico,
un examen histórico y una interpretación detallada de todos los hechos
que se relacionan al texto), mas me veo presionado por las horas a
tocar ésta y otras historias bíblicas de manera muy somera. Espero
su comprensión, pero, más que nada, espero que usted se disponga a
efectuar un estudio minucioso de la Biblia y que extraiga sus propias
conclusiones; vale el esfuerzo hacerlo.
El mensaje elemental del diluvio vino junto al pacto: «Estableceré
mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas
de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.» (Génesis,
cap. 9, ver. 11). La Tierra fue purificada del pecado mediante agua
una vez y fue previsto que de esa «inmersión» o «bautizo» quedarían
residuos de corrupción que volverían a proliferar para erigir, esta vez,
la civilización moderna (de la cual nosotros debemos tomar lo mejor:
el conocimiento científico, la tecnología y el arte). Mas ahora que el
objetivo de esa limpieza (que emergiera el Cristo, la superconsciencia)
ya ha sido alcanzado; ahora que el experimento ha resultado exitoso, lo
que no pudo antes limpiar el agua lo hará definitivamente el implacable
fuego. Y exactamente lo mismo pasará internamente en cada uno de
nosotros que fuimos bautizados en agua al arrepentirnos de nuestros
pecados (si es que realmente nos hemos arrepentido al darnos cuenta de
lo irracionales y crueles que eran nuestros comportamientos); será ahora
el bautismo de fuego el que pruebe nuestro temperamento y purgue
hasta el último detrito de pecado en nosotros. Tal como dijo Juan el
bautista: «Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es
más poderoso que yo; él os bautizará en la Inspiración Santa y fuego.
Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo
en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.»

166
LA LÓGICA DEL CREADOR

(Evangelio según Mateo, cap. 3, versículos 11 - 12).(76)


Avancemos algunos siglos para conocer al primer patriarca,
Abraham, descendiente de «Sem» (hijo menor bendito de Noé). Es
conocido por ser el primero de los patriarcas porque fue él quien recibió
la promesa de que todas las naciones serían benditas en su simiente.
Escogido por el omnipotente para extender el linaje de los elegidos,
salió junto a su padre (Taré), su esposa (Sarai) y su sobrino (Lot) de la
ciudad pagana «Ur de los caldeos» (antigua ciudad sumeria de la baja
Mesopotamia). Más tarde, abandonó aun la tierra de su propio padre
para seguir el camino que «Ievé» le mostraría, y a la postre recibió el
pacto de la circuncisión (el cual es simbólicamente la mutilación de
las pasiones de la carne). Abraham tuvo continuo contacto con ángeles
e incluso recibió a tres de ellos en su casa, quienes le avisaron que su
anciana esposa estéril daría a luz a Isaac.
Isaac, años más tarde, dio a luz a Jacob. Éste último adoptó
el nombre de «‫«( »ישראל‬Ishrael») y fue padre de doce hijos: Rubén,
Simeón, Leví, Judá, Dan, Neftalí, Gad, Aser, Isacar, Zabulón, José y
Benjamín. Conocerlos es importante porque Ishrael, en el lecho de
su muerte, profetizó algo diferente para cada uno de ellos.(77) Entre
esos doce hermanos sobresalieron: José, el soñador, cuya maravillosa
historia es la profecía de la vida de Jesús; y Judá, quien tuvo la idea de
vender a su hermano menor, José, a los ismaelitas, como augurio de la
futura traición de Judas Iscariote, pero especialmente como vaticinio
de la traición del propio pueblo judío que le dio la espalda al Señor.(78)
José llegó a vivir y a ocupar un cargo prestigioso en «Mitzraim»
(Egipto) y cuando la tierra fue asolada por la hambruna tuvo la capacidad
de cobijar, con explícita autorización y satisfacción del Faraón, a sus
hermanos, a su padre y a toda la familia de Ishrael. Años después, luego

(76)
El residuo de la contaminación que el agua no pudo lavar viajaba en el arca, era Cam, hijo de
Noé, quien demostró ser padre de la nueva generación de víboras cuando, inescrupulosamente,
ultrajó a su padre aprovechándose de su embriagues.
(77)
Podrá encontrar el vaticinio del tercer patriarca en el capítulo cuarenta y nueve del Bereshit.
(78)
El pueblo de Ishrael comenzó a ser conocido como «judío» siglos más tarde, justamente por
la jerarquía que el reino independiente de Judá alcanzó después de la muerte del rey Salomón.

167
WILSON CASTILLO GUZMÁN

de su muerte, los ishraelitas se multiplicaron y prosperaron en esa tierra


durante muchos años; pero, en aquel tiempo, un nuevo rey egipcio subió
al trono y, temiendo que el numeroso pueblo hebreo pudiera revelarse
contra su imperio, impuso agresivas políticas tributarias y de opresión
hacia ellos. Pronto, viendo que eso no era suficiente para someterlos,
resolvió reducirlos a denigrante esclavitud; fue entonces que Ishrael
comenzó a clamar a «Ievé».
Como puede notar, era ineludible que aconteciera todo aquello.
El Padre no podía consentir que su pueblo escogido quedara atrapado en
medio de una civilización idólatra como la de Mitzraim. Y los hebreos,
completamente embriagados en una vida cómoda, rodeados de hermosas
mujeres extranjeras, y saciados de abundante comida, habían olvidado
proseguir con su peregrinaje. Porque es eso lo que les encomendó y lo
que nos encomienda el Señor, que seamos peregrinos en este mundo;
que lo atravesemos, sí, pero que seamos ajenos a su embrutecimiento;
que velemos de día y de noche para que la somnolencia no sea la causa
de nuestro deceso al avanzar por la escabrosa ruta designada; que,
lúcidos de mente, estemos atentos para tomar las mejores decisiones;
que busquemos constantemente el conocimiento y la sabiduría; que
disfrutemos de la vida sin glotonerías.
La presión fue impuesta por el Faraón, mas quien ejercía el
mando y manipulaba el cetro con dureza detrás de la máscara del
«personaje malo de la película» —entre comillas— y con un propósito
oculto, era el propio Creador. «Y yo endureceré el corazón de Faraón,
y multiplicaré en la tierra de Mitzraim mis señales y mis maravillas. Y
Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Mitzraim, y sacaré
a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Ishrael, de la tierra de Egipto,
con grandes juicios.» (Éxodo, cap. 7, versículos 3 - 4).
El pueblo de Ishrael clamaba por libertad, y aunque era visible
que lo que ellos querían era librarse de la opresión para continuar en paz
con su borrachera (pues no imaginaban el penoso viaje de cuarenta años
que les aguardaba), les fue concedido un libertador: «Moshe» (Moisés).
Éste se encargó, junto a su hermano Aarón, de advertir al Faraón que
su territorio sería castigado con plagas si no dejaba partir a los hijos de

168
LA LÓGICA DEL CREADOR

Ishrael hacia el desierto. Mas, luego de nueve plagas que no lograron


persuadir al rey, Moshe tuvo que anunciar la decima y más terrible de
todas ellas: «Dijo, pues, Moisés: “Ievé” ha dicho así: A la medianoche
yo saldré por en medio de Mitzraim, y morirá todo primogénito en
tierra de Mitzraim, desde el primogénito de Faraón que se sienta en
su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino,
y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda la
tierra de Mitzraim, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra
todos los hijos de Ishrael, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro
moverá su lengua, para que sepáis que “Ievé” hace diferencia entre
los egipcios y los ishraelitas.» (Éxodo, cap. 11, versículos 4 - 7).
A las familias hebreas se les comunicó que debían tomar un
cordero macho sin defecto, inmolarlo y pintar con su sangre los postes
y dinteles de las puertas de sus casas; que esa misma noche debían
comer su carne asada y preparar panes sin levadura acompañados
con hierbas amargas; que no debían dejar resto alguno de la carne del
cordero e incluso que, en caso de que llegaran a quedar sobras de él
hasta la mañana siguiente, incineraran las mismas con fuego. Además,
posteriormente se les dio otras indicaciones: que no quebraran ningún
hueso suyo, que su carne fuera comida en casa y que los varones
extranjeros que quisieran cenar junto a los ishraelitas no tuvieran ese
privilegio a menos de que hubieren sido circuncidados previamente.
Ese ritual que comenzaba con un acto de crueldad hacia
un animalito inmaculado, tenía que ser efectuado en todas las casas
que exhibieran en los marcos de sus puertas la sangre del cordero.
Únicamente aquella señal podría evitar que la muerte ingresara en las
moradas de los ishraelitas, tal como se los hizo saber el YO SOY EL
QUE SOY: «Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros
estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros
plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Mitzraim.» (Éxodo, cap.
12, ver. 13). Esa fue la primera celebración de la «Pésaj» («Pascua»)
hebrea, la cual los hebreos realizaron sin tener la menor idea de lo que
significaba, con excepción de Moisés.
La despiadada inmolación del cordero representaba el futuro

169
WILSON CASTILLO GUZMÁN

sacrificio que haría aquel ser sin defecto que vencería al pecado y
derramaría su sangre en la cruz para que la muerte no pudiera ingresar
más en nuestras casas, las cuales son figura de nuestras propias
existencias, pues fuimos nosotros quienes circuncidamos nuestros
corazones de todo pecado y teñimos las puertas de nuestra mente con
la sangre de Jesucristo (no obstante, no podemos comprender por
completo todavía cómo es que «la sangre del cordero nos limpia de todo
pecado»). Por otra parte, el primogénito del Faraón, los primogénitos
de los siervos y los primogénitos de las bestias que iban a ser heridos
de muerte por hallarse sus casas desprotegidas, son figura del poder
tiránico, de la servidumbre y de la bestialidad; en síntesis, del pecado
—el cual será incinerado con fuego junto a la carne antes de que la
mañana se levante—.
El pueblo de Ishrael salió hacia el desierto y vagó allí durante
cuarenta años antes de establecerse en la Tierra Prometida. La razón
por la que tardaron tantos años en hacerse con el señorío de dicho lugar
no tenía nada que ver con la distancia, ya que ésta pudo haber sido
recorrida en una mínima fracción del tiempo que ellos deambularon por
las tierras orientales. Casi siempre que encuentre el número cuarenta en
la Biblia se trata de un periodo de prueba y purificación. Esos cuarenta
años el pueblo se vio impedido de conquistar la Tierra Prometida
debido a varios factores descritos en el libro de los «Números», pero,
sobre todo, porque la voluntad del Creador era que la generación que
había salido de Mitzraim pereciera en el desierto, y junto a ellos los
resabios de su vida pasada. Fue por ello que conocieron la ley, los diez
mandamientos y los demás reglamentos de convivencia social en ese
lapso de tiempo.
La ley no fue introducida para mostrarles lo que no debían hacer
(no incurrir en idolatría, no cometer adulterio, no matar, no hurtar, no
calumniar al prójimo, etc.), la ley fue introducida para mostrarles lo que
ellos ya hacían, ¡para mostrarles lo necios e imbéciles que eran! (Le pido
disculpas por expresarme con tanta dureza). El pecado ya gobernaba
mucho antes de que llegara la ley, los seres humanos ya dedicaban
sus vidas a la iniquidad, a destruir el Planeta y a destruirse entre ellos

170
LA LÓGICA DEL CREADOR

mismos. La ley que regía sus corazones pasó a hacerse escrita, no para
funcionar como un simple componente que refrenara sus conductas,
sino para que sus obras vergonzosas se hicieran públicas y conocidas
ante todos con una palabra clave que las identificara (hurto, codicia,
calumnia), y que de esa manera los trasgresores fueran totalmente
inexcusables.
La ley fue puesta originalmente para ser infringida ¿Le parece
que eso no tiene sentido? Si lo tiene, ésta es la lógica: Se puso un letrero
en una valla eléctrica con la advertencia: «Peligro, no tocar, alto voltaje»,
mas los hombres siguieron trepándola y muriendo del mismo modo que
antes de que se pusiera el aviso. Sin embargo, hay una leve diferencia
entre los que treparon el alambrado antes de que la ley fuera instituida
y los que lo hicieron después de ello, y es que los primeros no estaban
bajo la ley, es decir, no habían sido advertidos; en cambio, los segundos,
sí, y por lo tanto su culpa era mayor (aunque el fin que enfrentaron
ambos grupos fue el mismo: la muerte). El letrero desenmascaró a los
infractores y puso al descubierto su insensatez. No obstante, a pesar del
establecimiento la ley, los hombres y las mujeres continuaron pecando,
ya no de manera abstracta, sino bajo el justo conocimiento de lo que
hacían y a sabiendas de que el castigo por sus faltas era la muerte. Fue
así que el pecado, paradójicamente, en lugar de reducirse se incrementó,
y ese era justamente el objetivo de la ley.
«Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas
cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como
el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia
para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.» (Epístola a los
Romanos, cap. 5, versículos 20 - 21).(79)
Al igual que en tiempos de Noé, era conveniente que la
violencia, la injusticia, la extrema depravación y todo lo concerniente
al pecado se diseminara por el mundo; porque, como ya vimos, a la
hora de perfeccionar una nueva generación no hay mejor propulsor
que la dificultad y el desequilibrio. Así, con el letrero de advertencia

(79)
La ley y la gracia son explicadas con detalle en la carta de Pablo a los romanos.

171
WILSON CASTILLO GUZMÁN

colocado, se generó un nuevo efecto dominó: trepar la valla se convirtió


en un crimen más atroz e insulso; cuantitativamente el peso del pecado
fue mayor, lo cual produjo un desequilibrio más agudo. No obstante,
esa mayor desproporción fue la causa de una compensación aun más
grande, ya que cuando el reto es superior también lo es el aprendizaje
que de él se adquiere. De todos modos, hubo un pequeño inconveniente
con la inscripción en la cerca eléctrica: Eran muy pocos los que se
daban cuenta y refrenaban sus pasos al ver el desenlace fatal que les
esperaba a quienes hacían caso omiso de la advertencia; la mayoría no
comprendía el aviso o no podía evitar la tentación de trepar la valla. Y
ese problema era algo que sólo pudo resolverse con el advenimiento de
la «gracia». El dueño del alambrado se dio cuenta de que el letrero ya
había cumplido su función y de que no era un elemento suficiente, así
que decidió enviar a un ser que revelara a las bestias la razón de la malla,
del letrero y de sus propias vidas; que los guiara del conocimiento al
entendimiento y del entendimiento a la comprensión, puesto que esos
tres pasos son muy distintos. El que conoce, recibe la información, pero
no necesariamente la entiende; el que entiende, analiza los datos y los
asimila, pero no necesariamente los comprende; el que comprende, no
sólo asimila la información, también es consecuente con ella, vive y
muere por sus ideales.
Quiero, a manera de hacer una breve pausa, embelesar sus
sentidos con la magnífica introducción del libro del insigne médico,
sociólogo, psicólogo y filosofo José Ingenieros: «El hombre mediocre».
Identifiquemos al leer la siguiente oda a los idealistas, el abismo que
separa a los hombres que comprenden, de los mediocres que ni siquiera
se molestan por conocer y que en un futuro cercano no hallarán memoria
en los «circuitos integrados» de la vida. Pero no se equivoque, los seres
idealistas de José Ingenieros no son los adoctrinados por el idealismo
filosófico; son aquéllos individuos que luchan por sus sueños contra las
agudas navajas de la mediocridad y salen victoriosos.
Si su ser encuentra al menos cierta semejanza con los tres
párrafos que vienen a continuación, entonces sonría, porque ha oído el
llamado y ha volteado la cabeza:

172
LA LÓGICA DEL CREADOR

«Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes


el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a
la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua
sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la
dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas
inerte: fría bazofia humana. Sólo vives por esa partícula de ensueño
que te sobrepone a lo real. Ella es el lis de tu blasón, el penacho de
tu temperamento. Innumerables signos la revelan: cuando se te anuda
la garganta al recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada
para Cristo y la hoguera encendida a Bruno; -cuando te abstraes en
lo infinito leyendo un diálogo de Platón, un ensayo de Montaigne o un
discurso de Helvecio; -cuando el corazón se te estremece pensando en
la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste, alternativamente, el
Romeo de tal Julieta y el Werther de tal Carlota; -cuando tus sienes se
hielan de emoción al declamar una estrofa de Musset que rima acorde
con tu sentir; y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los
genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes,
inclinándote con igual veneración ante los creadores de Verdad o de
Belleza.
Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan
frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear
con Dante, reír con Moliére, temblar con Shakespeare, crujir con
Wagner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el Partenón. Es de pocos
esa inquietud de perseguir ávidamente alguna quimera, venerando a
filósofos, artistas y pensadores que fundieron en síntesis supremas sus
visiones del ser y de la eternidad, volando más allá de lo real. Los seres
de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento
polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la
humanidad: son idealistas.
Definiendo su propia emoción, podría decir quien se sintiera
poeta: el Ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección.»(80)
Cuán distinta era la naturaleza vulgar de la masa ishraelita.

(80)
INGENIEROS, José. (2007). El hombre mediocre. Buenos Aires: Losada, (p. 9).

173
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Después de cuarenta años de peregrinaje, conquistaron, a la cabeza


de Josué —sucesor de Moshe—, la fértil tierra de Canaán (la Tierra
Prometida, arrebatada a un grupo de fuertes poblaciones practicantes
de cultos abominables), la cual fue distribuida entre las tribus de
Ishrael, con excepción de Leví, cuya heredad fue exclusivamente el
sacerdocio. Se asentaron allí y comenzaron la construcción de su reino,
mas no cesaron de quebrantar, una y otra vez, los mandamientos del
altísimo. Aun así, el Omniverso permitió, durante algún tiempo, que su
nación alcanzara soberanía y esplendor frente a los imperios vecinos;
algo que no duro demasiados siglos, dado que el reino de Ishrael se
debilitó al escindirse en dos naciones: el reino de «Iehudéh» («Judá»),
con «I’rus’l’m» («Ierusalem») o Jerusalén como su capital; y el reino
de Ishrael, cuya capital era «Sh’mrum» («Shomrun») o Samaria.
Finalmente, el año 721 a. e. c., los asirios invadieron el reino del norte
(Ishrael) y ciento treinta y cuatro años después, el año 587 a. e. c, el
reino del sur (Iehudéh) fue sitiado por el rey babilonio Nabucodonosor
II, quien se hizo con su dominio.
Profetas como Jeremías y Ezequiel exhortaron con toda
elocuencia a su pueblo y a sus reyes, e hicieron un llamado al
arrepentimiento y a la obediencia de la ley que no fue atendido ni por
la casa de Ishrael ni la de Iehudéh. El castigo por su rebeldía fue la
sujeción. Si el hijo no quiso oír al padre cuando éste le dijo: «no acerques
tu piel desnuda al fuego porque la calcinarás», y prefirió someterse al
dolor y aprender de él antes que del consejo fiel, que enfrente con la
misma osadía el angustioso destino. Quizás el padecimiento sea un
mejor maestro, y en verdad también es una de las caras del Cosmos.
Pero que al hijo desobediente jamás se le ocurra exclamar: «¡Padre, por
qué no me lo advertiste!»
«Por tanto, así ha dicho “Ievé”: ¿Por haberos multiplicado
más que las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis
andado en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun
según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis
andado. Así, pues, ha dicho “Ievé” el Señor: He aquí yo estoy contra
ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante los ojos de las naciones. Y

174
LA LÓGICA DEL CREADOR

haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa


de todas tus abominaciones. Por eso los padres comerán a los hijos
en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios,
y esparciré a todos los vientos todo lo que quedare de ti.» (Ezequiel,
cap. 5, versículos 7 – 10).
«¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion!
derribó del cielo a la tierra la hermosura de Ishrael, y no se acordó
del estrado de sus pies en el día de su furor. Destruyó el Señor, y no
perdonó; destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob; echó por
tierra las fortalezas de la hija de Iehudéh, humilló al reino y a sus
príncipes.» (Lamentaciones del Profeta Jeremías, cap. 2, versículos 1
- 2).
Los persas derrotaron a los babilonios el año 539 a. e. c. y
para los hebreos, que en ese momento estaban cautivos en Babilonia,
resurgió la esperanza de retornar a su tierra, lo cual se hizo realidad
cuando Ciro II, rey de Persia, decretó el fin del exilio «iejudí» («judío»)
y la reconstrucción del templo de «Ierusalem» que había sido arrasado
por los hombres de Nabucodonosor. «…PARA QUE SE CUMPLIESE
LA PALABRA DE “IEVÉ” POR BOCA DE JEREMÍAS, “Ievé”
despertó la inspiración en Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar
de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice
Ciro, rey de los persas: “Ievé”, el “eljim” de los cielos, me ha dado
todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa
en “Ierusalem”, que está en Iehudéh. Quien haya entre vosotros de
todo su pueblo, sea “Ievé” su “eljim” con él, y suba.» (2º Libro de
las Crónicas, cap. 36, versículos 22 - 23). Sin embargo, su reposo fue
pasajero. La «diáspora» («dispersión») del pueblo de Ishrael fue algo
que, desde el momento en que sus reinos fueron atacados, ni siquiera
el decreto de Ciro pudo remediar. Como profetizó el profeta Ezequiel,
fueron esparcidos a todos los vientos, arrojados a mezclarse con el resto
del mundo.
Alejandro Magno, al mando de las fuerzas griegas, le arrebató
al imperio persa, el año 332 a. e. c., la potestad de la región que
antiguamente había sido considerada por los ishraelitas como su Tierra

175
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Prometida. Sin embargo, debemos señalar que la incursión griega a


Ieruselem no fue violenta. No podemos decir lo mismo sobre lo que
ocurrió aproximadamente doscientos sesenta y nueve años después,
cuando «Ierusalem» se vio nuevamente amenazada, esta vez por el
Imperio romano; suceso que terminó con el sometimiento del territorio
iejudí, a cargo del general romano Pompeyo el grande. La situación
para el pueblo hebreo, que ya era lamentable, tanto por las reducciones
militares como por la influencia cultural extranjera que estaba
contaminado sus creencias, se hizo más delicada después de que Roma
convirtiera al reino iejudí en una de sus provincias: Judea o «Iudæa»
(tal como la llamaban los romanos).
Podemos evidenciar su decadencia con la ascensión de Herodes
el grande al trono, quien obtuvo el cargo de rey de Judea por influencia
política romana. Recordará que este despiadado gobernante que se
hacía llamar rey de los judíos, pero que no era ni la sombra marchita de
los verdaderos reyes que habían gobernado Ishrael en su magnificente
pasado, fue quien «mandó matar a todos los niños menores de dos
años que había en Belén y en todos sus alrededores» para asegurar
su permanencia en el poder ante la amenazante profecía de un nuevo
rey (el Cristo) que le arrebataría la corona, o eso creyó obtusamente el
idumeo.
«Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey
Herodes, vinieron del oriente a “Ierusalem” unos magos, diciendo:
¿Dónde está el rey de los iejudí, que ha nacido? Porque su estrella
hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey
Herodes se turbó, y toda “Ierusalem” con él. Y convocados todos
los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó
dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de
Judea; porque así está escrito por el profeta: Y TÚ, BELÉN, DE LA
TIERRA DE IEHUDÉH, NO ERES LA MÁS PEQUEÑA ENTRE
LOS PRINCIPES DE IEHUDÉH; PORQUE DE TI SALDRÁ
UN GUIADOR, QUE APACENTARÁ A MI PUEBLO ISHRAEL»
(Evangelio según Mateo, Cap. 2, Versículos 1 - 6).
Ante la humillante y penosa subordinación, ante el constante

176
LA LÓGICA DEL CREADOR

abuso ejercido por los romanos (la exigencia de impuestos arbitrarios,


la discriminación, la violencia y la injerencia en sus asuntos internos),
algunos grupos iejudís, como los zelotas, planteaban que, siendo
el pueblo hebreo el escogido por el Padre, la mejor respuesta era la
revolución armada, no la tolerancia pacífica. En contraste a ellos,
los saduceos, la clase iejudí aristocrática y acaudalada que entre sus
miembros contaba con el «Sumo Sacerdote» (cargo equivalente al del
actual papa católico), máximo representante del «Sanedrín» («asamblea
suprema de los iejudís»), se acomodaban a la coyuntura y colaboraban
con el imperio opresor, siempre procurando resguardar sus intereses.
Sin embargo, las profecías de la «Tanakj» (la Biblia hebrea que nosotros
conocemos como el Antiguo Testamento) anunciaban la llegada de
un libertador que instauraría un reino de paz, y muchos lo esperaban
ansiosos, aunque cada uno tenía una visión propia bastante disparatada
de la real misión que habría de cumplir el «mesías».
Mesías es la forma ordinaria e inadecuada en la que nosotros
articulamos la palabra hebrea «‫«( »משיח‬M’si’jk»), cuya pronunciación
es parecida a «Msiéj». Este vocablo es un adjetivo que se tradujo al
griego como «χριστός» («Kjristos» o «Jristos») y más tarde al español
como «ungido». Mas, no pudiendo compararse la traducción griega ni
la española al hebreo original, vamos a descifrar, como siempre que nos
encontramos frente a una palabra de valor sustancial, el significado de
las cuatro letras hebreas que componen el apelativo.
La primera de ellas es la «‫«( »מ‬mem»): LA FUENTE DE
LA SABIDURÍA. Luego viene la «‫«( »ש‬sin») que conocimos con
anterioridad, es: LA LLAMA ETERNA DE LA LIBERTAD, la flama
que nos hace libres del pecado. En el tercer espacio se suspende la «‫»י‬
(«iud»), también la conocimos antes, en y por ella subsiste todo, es: «LA
PALABRA». Y, al final, aguarda la «‫«( »ח‬jet») que significa: LA VIDA
ESENCIAL QUE VIVIFICA CON EL PODER Y LA AUTORIDAD
DE LA SANTA INSPIRACIÓN.
«Msiéj» es, por tanto, la síntesis de lo siguiente: «LA FUENTE
DE SABIDURÍA QUE LIBERA AL HOMBRE A TRAVÉS DE LA
REVELACIÓN DE LA PALABRA, OTORGÁNDOLE LA VERDADERA

177
WILSON CASTILLO GUZMÁN

VIDA QUE LO VIVIFICA Y LE BRINDA PODER Y AUTORIDAD».


Y es esa, señores y señoras, descripción cabal de la superconsciencia.

Una virgen fue escogida para dar a luz un varón predeterminado


a la gloria; su nombre era «‫«( »מרים‬M’ri’m»), cuya pronunciación
correcta es «Máriam», no María; y el nombre de su prometido era «‫»יוסף‬
(I’s’ph), el cual debe pronunciarse «Iosef», no José. Este hombre iejudí
era descendiente del rey más importante que había gobernado Ishrael
en otro tiempo: David (el pastor que acabó con la vida de Goliat), de tal
modo que, al adoptar como hijo suyo al «fruto de la santa inspiración»,
confirmó el linaje real del ungido y su derecho legítimo a heredar el
trono. No obstante, el auténtico adoptado no era el bebé en el vientre de
«Máriam», sino el propio «Iosef», sirviente fiel destinado a tomar las
riendas de un hogar en el que iba a criarse un niño más que superdotado.
Su concepción fue un acontecimiento único y es uno de los
momentos clave que, de no ser explicado, dejaría un vacio peligroso
que fantasiosas fabulas podrían intentar llenar; algo que lamentable ya
ha sucedido. Consecuentemente, para evitar que continúe ocurriendo,
hagamos un repaso del misterioso hecho:
«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por el “eljim” a
una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con
un varón que se llamaba “Iosef”, de la casa de David; y el nombre
de la virgen era “Máriam”. Y entrando el ángel en donde ella estaba,
dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las
mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba
qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: “Máriam”,

178
LA LÓGICA DEL CREADOR

no temas, porque has hallado gracia delante del “eljim”. Y ahora,


concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre
I’KJSU’KJ (“IESÚE”). Este será grande, y será llamado Hijo del
Altísimo; y el “eljim” le dará el trono de David su padre; y reinará
sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces
“Máriam” dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.
Respondiendo el ángel, le dijo: La inspiración santa te cubrirá, estará
sobre ti, será inspirada tu matriz, tu óvulo, y tendrás un hijo; por lo
cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo del “eljim”.»
(Evangelio según Lucas, cap. 1, versículos 26 - 35).
Los bosquejos tradicionales del evento precedente, desde una
muy ingenua perspectiva popular, exponen a un ángel brillante con
alas y plumas avisando a María que algún tipo de fantasma divino, el
espíritu santo, se posaría sobre ella y que de esa forma quedaría encinta
del hijo de Dios. Otros adeptos cristianos les han quitado las alas a
los ángeles y han mejorado sus conjeturas, pero insisten en el poder
del espíritu, mediante el cual el hijo fue transferido del cielo, quien
sabe cómo, al vientre de la virgen. Actualmente, hay quienes proponen
algo novedoso y, aunque continúan en un error, su planteamiento es el
que más se acerca a la verdad. En resumen, su propuesta se basa en la
creencia de que el origen de Jesucristo fue extraterrestre, que el ángel
que hablo con María también lo era y que «la joven de Nazaret fue
objeto de una operación de inseminación artificial» que hizo posible su
embarazo virginal.
Como ninguna de las anteriores explicaciones es satisfactoria,
es mejor que nosotros realicemos nuestro propio análisis del primer
capítulo de Lucas. Lo primero que advertimos es que el ángel fue
enviado al SEXTO mes. El seis es el número de la imperfección, del
trabajo arduo, de la tribulación, número del hombre que no ha sido
redimido y de la jornada que antecede al «día de reposo» (cuyo número
es el siete de la perfección y la plenitud). He aquí algunos ejemplos que
lo corroboran:
«Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y
recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso…»

179
WILSON CASTILLO GUZMÁN

(Levítico, cap. 25, versículos 3 - 4).


«Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere
servido seis años, al séptimo le despedirás libre.» (Deuteronomio, cap.
15, ver. 12).
«En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te
tocará el mal.» (Job, cap. 5, ver. 19).
El nacimiento del ungido fue comunicado en el mes sexto
como indicio de que la imperfección del mundo, aún en tiempo de
siembra, estaba por ser trastocada, y como señal de la aproximación del
séptimo día, «porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo»
(Evangelio según Mateo, cap. 12, ver. 8). Ésta última afirmación sólo
podrá ser entendida en páginas ulteriores.
—«¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre
las mujeres» —saludó el ángel a «Máriam». Aquella reverencia parecía
ser la que se hacía a una emperatriz, no a una plebeya, y eso acrecentó
la confusión de la joven que ya estaba suficientemente atemorizada por
la sola presencia de aquel ser. Mas ella no era una virgen cualquiera.
Fue elegida por su humildad, valentía, inteligencia y temperamento;
virtudes que habrían de ser imprescindibles para ayudarle a criar a
su hijo y, además, a aceptar que el niño que cuidaría con tanto cariño
estaba destinado a morir. ¿Podría alguna madre comprender a su hijo si
éste anunciara públicamente su muerte?
Gabriel tranquilizó a la virgen con un: «no temas, porque has
hallado gracia delante del “eljim”», y entonces le comunicó con intensa
firmeza: «…concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás
su nombre “Iesúe”. […] La inspiración santa te cubrirá, estará sobre
ti, será inspirada tu matriz, tu óvulo, y tendrás un hijo».
El «Msiéj» no fue concebido a través de ningún tipo de
inseminación artificial conocido, pues estos son procedimientos
primitivos a los que únicamente los seres humanos recurrimos. Y
aunque hay quienes piensan que Marism fue sometida a una operación
semejante mientras dormía, considerando equívocamente que nuestros
métodos son los únicos viables, algo mucho más extraordinario fue lo

180
LA LÓGICA DEL CREADOR

que sucedió en realidad.


Aunque en este capítulo no detallaremos las características
angelicales, hay algo cierto sobre ellos de lo cual están al tanto todas las
comunidades cristianas e incluso las «sectas ufológicas u ovnis»: Los
ángeles son seres de luz. El resplandor que les identifica no puede ser
omitido en las descripciones que hacen de ellos los pocos privilegiados
que han tenido la dicha de contactarlos:
«…Y hallaron removida la piedra del sepulcro; y entrando,
no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Aconteció que estando ellas
perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con
VESTIDURAS RESPLANDECIENTES…» (Evangelio según Lucas,
cap. 24, versículos 2 - 4).
«…Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y UNA LUZ
RESPLANDECIÓ en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le
despertó, diciendo: Levántate pronto. Levántate pronto. Y las cadenas
se le cayeron de las manos.» (Hechos, cap. 12, ver. 7).
La razón de su fulgor no se debe a la luz que emiten las linternas
de sus trajes espaciales ni a ningún otro artefacto primitivo de nuestra
era, como algunos suponen, sino a que ellos mismos están constituidos
por fotones. Es posible que esto le parezca una locura y debo hacerle una
petición, la misma que Pablo hizo a los griegos, aunque en una trama
distinta: «¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme».
No obstante, mi locura es, quizás, la misma locura del francés Julio
Verne, quien vislumbró los viajes a la Luna, aunque de forma algo
rudimentaria, más de doscientos años antes de que fueran asequibles.
En el presente, un grupo de científicos chinos han logrado crear
«la primera memoria que utiliza fotones individuales para almacenar
datos». Éste es uno de los primeros pasos hacia la consolidación de la
«computación cuántica». En teoría, un ordenador cuántico, además de
su inmensa capacidad y entre otros usos mediatos que transformarán la
vida cotidiana, tendría la capacidad suficiente para almacenar nuestras
propias consciencias. ¿Puede imaginar eso? Es algo que probablemente
en este momento no podría lograrse ni con todas las memorias digitales

181
WILSON CASTILLO GUZMÁN

del mundo juntas. «Todo esto queda lejos, pero la investigación se


encamina en esta dirección como una salida al estancamiento que
tarde o temprano llegará al mundo de los microchips. Éstos aumentan
su potencia cuan más pequeños se hacen y más cantidad de ellos caben
en el mismo espacio. Esta tendencia tiene un límite físico cuando se
alcanza la escala de nanómetros. Los electrones se descontrolan y no
circulan por donde deben. Las partículas cuánticas ofrecen una nueva
dimensión en tanto su estructura no está limitada a dos valores, lo que
hace que su capacidad sea considerablemente superior y los límites
queden muy, muy lejanos.»(81)
Si los ángeles emiten luz, tampoco es a causa del aura de
benignidad que impregna el espacio que los rodea, sino a su estructura
conformada por innumerables fotones que almacenan cantidades
inimaginables de datos, lo cual los convierte en poderosas mentes
capaces de realizar todo tipo de «milagros» (viajar a través del espacio-
tiempo, controlar la materia, comunicarse por telepatía o transmitir
información al vientre de una virgen).
Creo con firmeza que el ángel inspiró (transmitió) palabra
(información) de una nueva vida al óvulo de «Máriam» en el preciso
instante que le anunció: «darás a luz un hijo». No puedo predecir
exactamente cómo porque no soy un especialista en genética ni en
biología molecular. Pero aquel suceso que hoy no puede ser explicado
por la ciencia moderna no suena tan descabellado; piénselo bien, no
subestime el potencial infinito del Cosmos. La palabra tiene poder
cuando se la pronuncia con autoridad (aunque esa autoridad es algo que
debe ganarse). «La muerte y la vida están en poder de la lengua…»
(Proverbios, cap. 18, ver. 21). ¿No les dijo el Señor a sus discípulos:
«de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza,
diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será
imposible»?
Gabriel fue enviado para instalar en «Máriam» el antivirus más
eficaz que haya conocido la historia. Este programa tenía por objetivo
(81)
BEJERANO, P. (2013). La primera memoria que almacena datos usando fotones. Think Big.
Sitio web: http://blogthinkbig.com/memoria-datos-fotones/

182
LA LÓGICA DEL CREADOR

desinfectar y perfeccionar la vida en el Planeta Tierra, y para lograrlo


comenzó su trabajo a partir de la mente de un ser biológico que fue
conocido como el hijo del altísimo. Esa es la razón por la que le decimos
Padre, y no madre, al Creador. Obviamente el Omniverso no tiene sexo,
pero al ser la «semilla», del griego «σπέρμα» («spérma»), uno de los
símbolos de la «palabra», y habiendo sido el hijo —que no es sino una
unidad con el Padre— engendrado a través de ella, la existencia obtuvo
el título de progenitor. Y aunque esa aclaración carece de importancia,
la relación Padre-Hijo queda evidenciada cuando agudizamos nuestros
sentidos y reparamos en el nombre del hijo: «…y llamarás su nombre
“‫“( ”יהשוה‬IESÚE”).» Éste es sorprendente a simple vista, aunque no
tanto para quienes no están familiarizados con el nombre del Padre.
Antes de proseguir, pongámonos de acuerdo en una cosa: La
manera correcta de pronunciar el nombre del Señor es: «Iesúe», no
Jesús, ya que la letra «jota» no existía tal cual la conocemos hoy en
día hace dos mil años, y agregarla en lugar de la «I» es desatinado e
insultante.(82) ¿O a usted le agradaría que, por ejemplo, si su nombre
fuera Sebastián, en el futuro lo recordaran como Chebastín?
Pues bien, lo asombroso del nombre del hijo reside en los
signos que lo componen; son los mismos cuatro que hacen al nombre de
«‫«( »יהוה‬Ievé»), su Padre, con una mínima pero elemental diferencia:
la «‫«( »ש‬sin» o «shin») que se adicionó en medio de él («‫)»יהשוה‬.
¡Bendita «intrusa»! Su intromisión le dio un nuevo sentido al nombre
del altísimo; le hizo evolucionar.
Talvez algunos pocos hayan notado que el nombre del Padre
que las biblias ordinarias traducen como Jehová, Yavé o Yahveh, se
menciona exclusivamente en el Antiguo Testamento y que no hay ni
una sola mención de él en los libros del Nuevo. Ese hecho ha suscitado
una diversidad de falsas hipótesis que apuntan a «Ievé» como «un Dios
malvado, distinto al Dios de amor del Nuevo Testamento», cuando
en realidad el auténtico motivo es otro. «Ievé» iba a darse a conocer
al mundo y por ello era preciso que su nombre alcanzara una nueva
(82)
Por regla general gramatical, los nombres no se traducen; se transliteran, de forma que su
pronunciación original no se vea afectada.

183
WILSON CASTILLO GUZMÁN

magnitud capaz de reflejar su propósito en la Tierra. Pero esto no debe


malinterpretarse. El Padre no estaba volando por el espacio interestelar
ni se encontraba en su forma espiritual de energía antes de que se le
ocurriera visitar nuestro Planeta. Recuerde que él siempre ha estado
frente a nosotros, entre nosotros y en nosotros. Sin embargo, como
éramos ciegos y no le veíamos ni le reconocíamos, tuvo que diseñar un
gran proyecto y «concebir un hijo especial» a través del cual revelarse
con gran esplendor; todo para que las ovejas perdidas pudieran retornar
al redil. «Al “eljim” nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en
el seno del Padre, le “exegetó” (le dio a conocer).» (Evangelio según
Juan, cap. 1, ver. 18).
Sin más detenimientos, descubramos el nombre del hijo. Su
signo inicial es la «‫«( »י‬iud»): La Palabra revelada o EL LOGOS. De
éste, siguiendo al filosofo «Heráclito de Éfeso», quien expresara: «No
a mí, sino habiendo escuchado al Logos, es sabio decir junto a él que
TODO ES UNO», nosotros podemos decir: «No bastando la continua
presencia del Ser o Logos entre nosotros, era vital, además, que se
nos revelara». Sin lugar a dudas, encontró la mejor forma de hacerlo
empleando su segunda letra, la «‫«( »ה‬kjei»): LA INSPIRACIÓN.
Entonces, fue delante de la kjei que se erigió la tercera letra, la inmortal
«‫«( »ש‬sin»): LA FLAMA IMPERECEDERA DE LA LIBERTAD.
Luego, no siendo admisible que se apartara, permaneció la «‫«( »ו‬vav»
[cuyo valor fonético en este nombre es «u», no «v»]), la letra que le da
sentido al nombre: EL SER HUMANO, el receptor a quien va dirigida
la información, a quien se revela el Cosmos. Finalmente, la segunda «‫»ה‬
(«kjei») se encargó de que la información fuera afianzada en el corazón
de los receptores, dado que, al igual que en el nombre del Padre, dejó
de ser la inspiración y se convirtió en: LA ASPIRACIÓN que permitió
a los individuos recibir y aceptar al Logos.
Así fue que el nombre adquirió una connotación distinta:
«PALABRA (información de vida eterna) INSPIRADA O
TRANSMITIDA AL SER HUMANO PARA REVELARSE ANTE
ÉL, DE TAL MODO QUE, AL ASPIRARLA O RECIBIRLA, ÉSTE
PUEDA LLEGAR A SER LIBRE (libre de la ley del pecado y de

184
LA LÓGICA DEL CREADOR

la muerte) LOGRANDO MUTAR SU NATURALEZA BIÓTICA


MORTAL POR UNA NATURALEZA ZOEBIÓTICA INMORTAL.»

«De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que
en él creyeren, recibirán perdón de pecados por SU NOMBRE.»
(Hechos, cap. 10, ver. 43).
«Pero éstas se han escrito para que creáis que “Iesúe” es el
“Kjristo”, el Hijo del “eljim”, y para que creyendo, tengáis vida en SU
NOMBRE.» (Evangelio según Juan, cap. 20, ver. 31).
«Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en SU
NOMBRE, les dio potestad de ser hechos hijos del “eljim”…»
(Evangelio según Juan, cap. 1, ver. 12).
¿Puede ver cuán importante es su nombre, cuán relevante es
su contenido? Si es así, ¿cómo podría seguir invocando el vacio y
tergiversado «Jesús»?
El nacimiento de «Iesúe», el «Kjristo», estuvo rodeado por
un halo de sucesos enigmáticos. Entre ellos, la extraña aparición de
una estrella «en el oriente» que guió a «unos magos» hacia la pequeña
ciudad de Belén. Dejemos por el momento el tema de la estrella y
concentrémonos en esos hombres misteriosos, a quienes se les conoce
popularmente como «tres reyes magos» —no obstante el Evangelio de
Mateo los señale exclusivamente como «magos»—. Es probable que se
tratase de un grupo de sabios, astrólogos, filósofos y alquimistas (ramas
«protocientíficas» de aquel tiempo), que obtuvieron el «título» de
magos debido a sus conocidos experimentos y notables pensamientos
incomprensibles para la muchedumbre inculta.

185
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Cuando los sabios llegaron hasta el «Msiéj», le ofrecieron tres


obsequios (oro, incienso y mirra), cada uno con un especial significado:
El oro, metal de los reyes, simbolizaba el poder y la autoridad
concedidos al hijo para gobernar sobre la vida y la muerte; el incienso,
que era quemado en un altar por los primeros sacerdotes hebreos como
ofrenda a «Ievé», simbolizaba el sacrificio que llevaría a cabo «Iesúe»
en el altar (la cruz); y la mirra, sustancia muy preciada en ese tiempo,
de sabor amargo pero de olor fragante, simbolizaba el altísimo valor de
la misión que el hijo habría de cumplir, tortuosa y angustiosa pero con
un fruto (la resurrección) que sería un bálsamo gratificante.
Belén fue la cuna de «Iesúe», pero Nazaret lo vio «crecer,
fortalecerse y llenarse de sabiduría». Los antecedentes de su infancia
y de su juventud son prácticamente nulos en la Biblia, sin embargo,
es razonable pensar que el niño escogido por el Padre siempre estuvo
vigilado por ángeles y en permanente familiaridad con ellos. Fue
instruido en las Escrituras Sagradas del Antiguo Testamento y, aunque
no deseo especular, es posible que también haya sido educado en varias
ramas de la ciencia.
A la edad de doce años —según relata el Evangelio de Lucas
«Iesúe» visitó junto a sus padres, como todos los años, la ciudad de
«Ierusalem» para celebrar la fiesta iejudí de la «Pésaj» («Pascua»).
Después de la finalización de la concurrida conmemoración, a la cual
asistían iejudís de distintos lugares de la región, «Máriam» y «Iosef»,
que retornaban a Nazaret rodeados de una numerosa compañía, entre
la cual asumían se encontraba jugueteando su hijo, se percataron de
la ausencia de su niño; de modo que, habiendo recorrido ya un día de
camino, tuvieron que volver con gran aflicción a la ciudad para buscar
al pequeño que se había quedado en «Ierusalem» sin el consentimiento
de sus padres: «Y aconteció que tres días después le hallaron en el
templo, sentado en medio de los doctores de la ley, OYÉNDOLES Y
PREGUNTÁNDOLES. Y todos los que le oían, se maravillaban de su
inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron;
y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu
padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por

186
LA LÓGICA DEL CREADOR

qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me


es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les
habló.» (Evangelio según Lucas, cap. 2, versículos 46 - 50).
Esa breve narración nos enseña que además de su perspicacia
natural, él ya era capaz de hacer comentarios elocuentes desde una
temprana edad, y no sólo eso, sino que también era inquisitivo y de oído
atento, siempre dispuesto a nutrirse de todo conocimiento provechoso.
No hacen falta más relatos de su infancia para hacernos saber que ésta
debió haber sido dedicada a su formación y aprendizaje; de otra forma,
¿cómo se explicarían las descomunales enseñanzas y respuestas que
coparon su vida adulta?
Cuando tuvo alrededor de treinta años y estuvo listo para dar
inicio a su ministerio, después de haber sido bautizado por su primo,
Juan el bautista, se retiró al desierto, decidido a probar su valía. Debía
asegurarse de que era él, verdaderamente, el ser indicado para llevar a
cabo tan sublime tarea, y la única manera de hacerlo era afrontando una
zona de terrible y agobiante desolación. No pudo haber elegido otro
sitio, pues la peregrinación por el desierto durante CUARENTA años
había sido fijada por su Padre como una profecía escrita en la Tanakj,
la cual el «Kjristo» debía cumplir para transmitir a la humanidad el
gran mensaje detrás de la prueba. Allí, en medio de la soledad, fue
tentado por la serpiente antigua (el diablo) tres veces, en las mismas tres
mayores debilidades añejas que los hombres habían enfrentado desde
tiempos remotos: Los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la
vanagloria de la vida.
Aquellas tentaciones fueron la raíz de una dura lucha interna
de la cual el Señor salió victorioso; mas son citadas con tal brevedad
en los evangelios, que es necesario exponerlas con un poco más de
minuciosidad. El escritor Bruce Barton, en su obra: «El Hombre que
Nadie Conoce», las pormenoriza desde una perspectiva muy interesante
que quiero rescatar. Voy a apoyarme en su texto, pero también añadiré
mis propios criterios.
La primera tentación se hizo presente a causa de la flaqueza de

187
WILSON CASTILLO GUZMÁN

la carne: «Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo del “eljim”, di


que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito
está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca del “eljim”.» (Evangelio según Mateo, cap. 4, versículos 3 - 4).
Por un momento permitió que el hambre lo desalentara, y
vinieron a su cabeza pensamientos de mediocridad. «No tenía ninguna
necesidad de pasar hambre. Él, que sabía un buen oficio (la carpintería),
pudo establecer un negocio próspero y adquirir comodidades y riquezas.
¿Qué se lo impedía?» ¿Si era hijo del «eljim», que hacía en medio de la
nada? ¿Por qué simplemente no convertía a aquel pueblo infiel, duro de
corazón (figura de «las piedras»), en su fuente de ingresos para vivir con
tranquilidad y sin preocupaciones? Pero él mismo se dio la respuesta:
«No vivirá el hombre sólo para satisfacer las necesidades biológicas,
sino para nutrirse de toda información que emana del Cosmos.» No
podía contentarse con una vida mediocre en un mundo tan limitado
cuando a su alcance estaban la gloria y el poder infinito para conocerlo
y gobernarlo todo.
Cuando hubo avanzado un poco más, volvió el diablo con mayor
ímpetu, esta vez citando a las Escrituras en su favor: «Entonces el diablo
le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le
dijo: Si eres Hijo del “eljim”, échate abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para
que no tropieces con tu pie en piedra. “Iesúe” le dijo: Escrito está
también: No tentarás al Señor tu “eljim”.» (Evangelio según Mateo,
cap. 4, versículos 5 - 7).
Otra idea que parecía no ser tan egoísta se apoderó de su mente:
«Podría ir a Jerusalén y hacerse sacerdote, era un camino seguro
para adquirir elevada posición; o hubiera podido ser el caudillo de
su pueblo. Cundía el descontento entre los judíos y él conocía bien a
los labradores y a los artesanos; lo habrían escuchado y lo habrían
seguido.» Incluso los ángeles estaban a su servicio, podía haber
ascendido hasta el pináculo del templo, es decir, al cargo más alto del
santuario, para hacerse Sumo Sacerdote; o bien podía haber encabezado
una revolución en contra de la opresión romana para llevar al pueblo de

188
LA LÓGICA DEL CREADOR

«Ishrael» a una nueva era de esplendor y paz, muchos hebreos creían


que esa sería la misión del «Msiéj» y sin duda lucharían por esa causa.
Se visualizó a sí mismo triunfante. ¿Qué le haría tropezar? Sin embargo,
pronto se dio cuenta de que era la ambición de los ojos, su estética
y victoria personal, la que intentaba envenenarlo y la refutó así: «No
tentaras al Señor tu “eljim”, no sabotearás su plan maestro.»
«Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró
todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto
te daré, si postrado me adorares. Entonces “Iesúe” le dijo: Vete,
Satanás, porque escrito está: Al Señor tu “eljim” adorarás, y a él sólo
servirás.» (Evangelio según Mateo, cap. 4, versículos 8 - 10).
Por último, sus propios pies lo llevaron a un monte alto, pues
anhelaba contemplar los reinos del mundo. Y una vez allí, de pie, frente
a aquel glorioso imperio, lo codició: Sería tan sencillo convertirse en el
nuevo emperador del mundo si los ángeles y su pueblo lucharan a su lado.
Naturalmente, siendo él su líder, lo coronarían como a su rey legítimo.
Podría deleitarse con bellas mujeres, banquetes y fiestas lujosas durante
toda su vida. El único precio era postrarse ante la inmundicia y dejar
que ella lo ahogara en sus placeres. Mas estaba escrito que la adoración
y el servicio eran sólo para el Ser, para lo eterno. No se emborracharía
entre despojos ni se rendiría por piltrafas. ¡No cedería ante la efímera
gloria de la vida! Por eso le dijo: «¡Vete, Satanás!»
«El joven que había sido carpintero se quedo en el desierto… y
de allí salió el hombre…» De aquel terreno desértico (la nación judía)
brotó un ser ungido con poder y autoridad: el «Kjristo», que nos enseñó
que quien tiene dominio sobre sí mismo tiene dominio sobre la materia
y sobre todo; y eso se debe a que ese «sí mismo» es uno con el Ser, es
el YO SOY EL QUE SOY que se manifiesta en lo «interno» y en lo
«externo».
Después de aquella travesía, «Iesúe» se dirigió a «Galilea»
(región perteneciente a la provincia de Iudæa), y con firmeza y
convicción comenzó a predicar el «εὐαγγέλιον» («evangelion»),
palabra griega que traducida quiere decir: «Noticias de Gozo»; no

189
WILSON CASTILLO GUZMÁN

«buenas noticias» ni tampoco «buenas nuevas». Sintetizó su mensaje


haciendo este llamado: «¡Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos
se ha acercado!». Claro que una vez que atraía la atención de la gente
empezaba a enseñarles lo que aquella convocación involucraba, y les
dejaba absortos, les inspiraba. Ávidos por saber más de su doctrina,
y hastiados de los aburridos y repetitivos sermones de los escribas y
los fariseos, las multitudes empezaron a seguirlo y a reconocerlo como
«el Maestro». Su fama se extendió con la misma rapidez con la que un
árbol sediento absorbe el agua y los minerales que lo mantienen vivo.
«Arrepiéntanse de sus pecados, de su subsistencia vil y obsoleta,
porque, miren, he aquí un elevado poder está entre ustedes y se aproxima
a sus moradas ofreciéndoles un trato: Vida eterna y poder a cambio
de obediencia.» En eso consiste el «ingreso al reino de los cielos», el
cual no es un lugar, sino un estado de santidad y perfección. ¿Son estas
cualidades imposibles de alcanzar? No, no lo son. Si nos encogemos
frente a ellas es porque las creemos inalcanzables y no entendemos lo
que implican. Santidad, en su sentido auténtico y etimológico, significa:
«ser apartado o elegido por el “eljim”». Perfección, por su lado, es:
«Rectitud, madurez o ausencia de defectos».
Ya que el conocimiento del bien y del mal dejó su huella en mí,
ahora no será más que eso: un rastro imperceptible que, aunque todavía
es en mí una debilidad, voy borrando poco a poco. Es la voluntad de
no querer volver a desplomarme en el pecado lo que me hace santo
y me aparta de las garras del «dragón milenario» (la serpiente). He
madurado y por eso me esfuerzo por limpiar mis vestiduras hasta que
queden blancas y pueda ingresar, perfecto, con poder y autoridad sobre
mi existencia, al reino de los cielos.
«Aconteció que estando “Iesúe” junto al lago de Genesaret,
el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra del “eljim”…»
El momento de reclutar a sus primeros discípulos había llegado.
Haciéndoles una atractiva promesa, invitó a un grupo de pescadores
persuadidos por un prodigio sin precedentes («la pesca milagrosa»),
a seguirle. «Y les dijo: Venid en pos de mí, y os hare pescadores de
hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.»

190
LA LÓGICA DEL CREADOR

(Evangelio según Mateo, cap. 4, versículos 19 - 20). Definitivamente, no


puede haber faena más honorable que la que ejercen aquellos hombres
y mujeres que saben preparar el anzuelo para rescatar del entenebrecido
océano de perdición a los peces, con el único fin de mostrarles la
maravillosa luz del sol que desconocen. La cuestión es esta: ¿Se baña
usted junto a los peces o navega junto a los que despliegan las redes de
sus botes?
Doce apóstoles fueron escogidos por «Iesúe»; once de ellos
consignados a difundir la palabra por el mundo —objetivo que desde
luego consiguieron—, y uno sólo, «Judas Iscariote», designado para
traicionarlo. Pero a esos once, antes de que fueran capaces de correr
por su cuenta, les aguardaba un arduo proceso de instrucción. Pasaron
horas, días y meses enteros consagrados a escuchar la sabiduría del
Maestro. El «Kjristo» tenía que asegurarse de que sus «amigos»
(así llamaría posteriormente a sus discípulos) no sólo conocerían y
entenderían el supremo propósito del Omniverso, sino de que también
lo comprenderían. ¿Estarían listos para emprender su labor cuando
el «Msiéj» tuviera que partir? Estoy seguro de que todo ese lapso de
enseñanzas fue más arduo para «Iesúe» que para sus discípulos.
Poco después, acompañado de sus fieles seguidores, regresó a
Nazaret, y allí hizo una de las cosas más extraordinarias: dio lectura a
un fragmento del libro del profeta «Isai’kj» (Isaías): «Vino a Nazaret,
donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga,
conforme a su costumbre, y se levantó a leer. Y se le dio el libro del
profeta Isai’kj; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde
estaba escrito: La inspiración del Señor está sobre mí, por cuanto me
ha ungido para brindar noticias de gozo a los pobres; Me ha enviado
a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los
cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor. Y enrollando el libro, lo dio
al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban
fijos en él. Y comenzó a decirles: HOY SE HA CUMPLIDO ESTA
ESCRITURA DELANTE DE VOSOTROS.» (Evangelio según Lucas,
cap. 4, versículos 16 - 21).

191
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Que haya leído un libro sagrado escrito por un profeta que vivió
más de setecientos años atrás, para luego afirmar que esas palabras se
habían cumplido, ese día, en él, es demasiado para mí. Aquel hombre o
bien padecía delirios de grandeza o era un megalómano. Y sin embargo,
su vida de total desprendimiento, servicio y disciplina, nos demuestra
que no era ni un demente ni un farsante ni un hombre interesado por la
gloria personal.
Después de haber asimilado sus enseñanzas y haber sido
asombrado por su incomparable genio, humildad, carisma e inagotable
cariño, sólo puedo aseverar lo mismo que respondió «Petros» (Pedro)
cuando «Iesúe» preguntó a los suyos: «…Y vosotros, ¿quién decís que
soy yo? Respondiendo Simón Petros (Simón Pedro), dijo: TÚ ERES
EL “KJRISTO”, EL HIJO DEL “ELJIM” VIVIENTE. Entonces
le respondió “Iesúe”: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás,
porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Petros, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra
ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares
en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en los cielos.» (Evangelio según Mateo, Cap. 16,
Versículos 15 - 19).
La palabra griega «πέτρος» («Pétros») significa «roca», la roca
sobre la que se cimentó la Iglesia. No obstante, el anterior pasaje ha sido
ridículamente interpretado por el catolicismo, puesto que para avalar
su sistema papal difundieron, a través de grotescas imágenes en las
que Pedro resguarda las puertas doradas del cielo mientras sujeta una
desproporcional llave, la aberrante idea de que el aludido apóstol fue
el primer papa de la historia «designado por Jesucristo». No pretendo
ofender a nadie, pero prefiero agradar al Señor antes que a los hombres,
y ya es hora de que las ataduras de la ignorancia y la ingenuidad que han
esclavizado durante tantos siglos las mentes de los muchos sean rotas
y atadas al olvido.

192
LA LÓGICA DEL CREADOR

La columna o roca principal fue la confesión que hizo Simón.


Es por eso que el «Msiéj» le puso por sobrenombre: «Petros», para
que sepamos que sólo desde el momento en que reconocemos que
«Iesúe» es el «Kjristo», el hijo del “eljim”, y lo declaramos en voz alta,
podemos convertirnos en un ladrillo más de su Iglesia. «Porque con
el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
libertad.» (Epístola a los Romanos, cap. 16, versículos 15 - 19). ¿Y cuál
es la Iglesia? ¿Es aquel sitio donde se reúnen a cantar, rezar y bostezar
los devotos? ¿O es el grupo de seres que hemos entendido que ni la
barba ni la túnica del «Msiéj» son objeto de culto y adoración, sino su
mente santa, poderosa y perfecta, la cual esperamos en breve nos sea
heredada?
Aquélla es la llave o clave para comenzar nuestra propia
peregrinación por el desierto en aras de vencer al Hades (la muerte) y
llegar al cielo (llegar a lo más alto en la escala evolutiva). Y no voy a
ser yo quien se la otorgue, ni intelectual ni erudito alguno. «Porque la
sabiduría de este mundo es insensatez para con el “eljim”; pues escrito

193
WILSON CASTILLO GUZMÁN

está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Y otra vez: El Señor


conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos.» (1.ª Epístola a
los Corintios, cap. 3, versículos 19 - 20). El reino no está reservado para
los soberbios ni para los que creen ser cultos, ricos o magnates. «Pues
mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según
la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio
del mundo escogió el “eljim”, para avergonzar a los sabios; y lo débil
del mundo escogió el “eljim”, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del
mundo y lo menospreciado escogió el “eljim”, y lo que no es, para
deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.» (1.ª
Epístola a los Corintios, cap. 1, versículos 26 - 29).
Quiero ser humilde, sencillo y sabio, según lo que corresponde,
para evitar contaminar su mensaje con falsedad. Pero ese querer, esa
ferviente voluntad de persistir en su camino, lo puso en mí el Creador
cuando le abrí las puertas de mi vida y comencé a reconocerlo en todo
lugar y en todo momento. Fue él quien se reveló un día y me hizo saber
que, aunque no le reconocía, siempre estuvo conmigo esperando a que
despertara; me adoptó como a su hijo y perdonó mi necedad pasada.
Desconozco que tipo de conexión neuronal se llevó a cabo en mi cuerpo
(pues hay neuronas tanto en el cerebro como en el corazón), mas lo
cierto es que ahora ansío llegar a ser templo del altísimo.
Es muy conocida «la entrada triunfal» del Maestro a la ciudad
santa, «Ierusalem», montando un pollino y siendo aclamado por
una gran afluencia de personas, no obstante, pocos saben que fue el
profeta Zacarías quien advirtió aquel evento más de quinientos años
antes: «Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de
“Ierusalem”; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y libertador, humilde, y
cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.» (Zacarías,
cap. 9, ver. 9). Sin embargo, casi no se comenta sobre las lágrimas
derramadas por «Iesúe» antes de su ingreso a la ciudad que lo vería
agonizar, acompañadas por esta amarga exclamación: «¡Oh, si también
tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas
ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti,
cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas

194
LA LÓGICA DEL CREADOR

partes te estrecharán, y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de


ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el
tiempo de tu visitación.» (Evangelio según Lucas, cap. 9, versículos 42
- 44). Pero el Maestro conocía su destino; iba a ser muerto por su propio
pueblo amado y aun así no lloro por sí mismo, sino por aquella ciudad
que tenia vendados los ojos.
El año 70 e. c., tal como predijo el Señor, después de una
insurrección iejudí encabezada por los zelotas, «Ierusalem» fue cercada
y avasallada por los soldados romanos, los cuales actuaron bajo el
mando del general Tito Flavio Vespasiano. Su gente fue muerta y su
templo destruido (éste no ha vuelto a ser reconstruido), todo porque
no fueron capaces de levantar la vista un instante, al menos para
vislumbrar por un miserable segundo el costoso obsequio que les traía
aquel visitante: ¡su vida!
Al día siguiente de su llegada a «Ierusalem», el «Kjristo»
se dirigió al templo con sus discípulos, y al verlo convertido en un
nauseabundo mercado —en el que el olor del estiércol de los animales
puestos a la venta se fusionaba perfectamente con el repugnante olor del
conglomerado de cambistas, comerciantes y compradores— su tristeza
y compasión por aquel pueblo disoluto se transformó en furor. Tenía
que darles una lección. Derribó sus mesas y sillas una por una y con
potente voz les dijo: «¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de
oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva
de ladrones.» (Evangelio según Marcos, cap. 11, ver. 17).
¿Realmente estaba hablando acerca del edificio? ¡No! Poco le
importaba aquella construcción renovada por el genocida de Herodes.
El mensaje iba dirigido a la nación iejudí, a ella que había sido escogida
desde los patriarcas para ser casa del Padre, para que el Cosmos pudiera
gloriarse en las obras, en la pureza y en la sabiduría de sus hijos; y
de la cual se esperaba fuera cada individuo un templo de constante
meditación y oración, de tal forma que el poder del Omniverso pudiera
perfeccionarse en sus reales santuarios. Por extensión, la amonestación
también va dirigida a nosotros, que hemos permitido que las paredes
de nuestros cuerpos sean enmohecidas, que hemos hecho de nuestros

195
WILSON CASTILLO GUZMÁN

templos cuevas de mentira y ultraje.


Únicamente «Iesúe» glorificó al Padre en su templo, él fue
el primero en dar el siguiente paso evolutivo y consumar el objetivo
ansiado del Cosmos: poder contemplarse a sí mismo, como nunca
antes, a través de los ojos de un ser libre de toda iniquidad; poder
disfrutar de sí mismo con total dominio a través de la superconsciencia.
El «monogénito» (del griego: «μονογενής» [«monoguenés»]) hijo del
altísimo fue «Iesúe» el «Kjristo», el primero en su especie, pero no el
último. Gracias a su sacrificio, también nosotros podemos dar el gran
salto y hacernos hombres y mujeres superconscientes. ¡El día que lo
logremos, le aseguro, miraremos hacia las estrellas con la más pura
dicha, melancolía y admiración y seremos el propio «eljim» que se
contempla a sí mismo!
Los días pasaron veloces en «Ierusalem» y el Maestro hizo
pública la noticia de su cercana muerte a toda la gente que lo seguía.
Y aunque con anterioridad, antes de su llegada a la ciudad santa, había
anunciado a sus discípulos que padecería en manos de los principales
sacerdotes y de los fariseos y que moriría pero resucitaría al tercer día,
éstos todavía no lo creían o no querían aceptarlo. Petros, el discípulo
incauto y parlanchín, carismático pero imprudente, fiel pero débil,
recordó la primera vez que su Señor les había advertido sobre aquel
trágico suceso. Recordó con vergüenza cómo pensando en el sinsentido
de aquel comunicado, llevando aparte a «Iesúe», le había dicho: «Señor,
ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.»; y cómo,
a causa de su atrevimiento, la respuesta que obtuvo había sido una
humillante reprimenda: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas del “eljim”, sino en las
de los hombres. (Evangelio según Mateo, cap. 16, ver. 23).
La intención de Petros no era dañina, él era uno de sus más
apegados discípulos y de ninguna forma le deseaba un fin tan angustioso.
Además, ¿no era absurdo que su libertador muriera sin antes haber
sublevado al pueblo y vencido a los opresores? Sin darse cuenta, en
aquel momento, el ingenuo de Petros tentó a «Iesúe» incitándole a
eludir la muerte, cual si fuera un cobarde. Eso no podía tolerarlo el

196
LA LÓGICA DEL CREADOR

«Msiéj» y por eso le ordenó apartarse, no a Petros, sino a la serpiente


en él.
Tres ásperos años impartiendo su enseñanza, a unos pocos pasos
del patíbulo en el que aguardaba «la Parca» sosteniendo, impaciente, la
afilada hoz, y ninguno de sus allegados entendía aún su misión; con
una honrosa excepción: Juan, el discípulo amado, el más joven de sus
seguidores y el único que comprendía al Maestro. Su evangelio atesora
valiosos misterios que los otros (Mateo, Marcos y Lucas) han omitido.
En él hallamos la narración de «la última cena», de la última oportunidad
que tuvo «Iesúe» para compartir su sabiduría con los suyos.
La fiesta de la Pésaj llegó y los discípulos se acercaron algo
preocupados a su maestro. En las facciones del «Msiéj», el gran peso
de la muerte comenzaba a notarse y eso les inquietaba. Le preguntaron:
«¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la Pésaj?
Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al
encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, y donde
entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el
aposento donde he de comer la Pésaj con mis discípulos? Y él os
mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros
allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como
les había dicho; y prepararon la Pésaj.» (Evangelio según Marcos,
cap. 14, versículos 12 - 16).
A la caída del sol, esa primera noche de la celebración, el Señor
descorrió el velo del austero ritual de la Pésaj para explicar el profundo
mensaje, nunca antes conocido, escondido detrás él. Les mostró que
el cordero sin defecto entregado para ser inmolado era él mismo. Ni
los apóstoles podrían haber llegado a comprender cuál fue el cometido
del «Kjristo» ni tampoco nosotros podríamos haberlo hecho si aquella
cena jamás hubiese ocurrido. Por eso, le invito a descubrir el relato más
apasionante y trascendental de toda la Biblia:
«Antes de la fiesta de la Pésaj, sabiendo “Iesúe” que su hora
había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había
amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. Y

197
WILSON CASTILLO GUZMÁN

cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de


Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, sabiendo “Iesúe”
que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, Y QUE
HABÍA SALIDO DEL “ELJIM”, Y AL “ELJIM” IBA, se levantó de
la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego
puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos,
y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido…» (Evangelio
según Juan, cap. 13, versículos 1 - 5).
Muchos hombres y mujeres han muerto por causas nobles a lo
largo de la historia, pero ¿cuántos de ellos sabían que iban a morir? El
grupo de víctimas se hace mucho más reducido. Y entre esos pocos,
¿cuántos, siendo posible evitar la cruel fatalidad, se entregaron a ella
de todos modos? Un porcentaje prácticamente nulo. Por ejemplo, el
año 399 a. e. c., el filósofo ateniense Sócrates decidió no eludir el
veneno mortal impuesto por el tribunal de su ciudad, aun cuando pudo
haberlo hecho (según la narración de su discípulo Platón). Sin embargo,
el deceso de ese gran pensador griego tuvo su causa en acusaciones
que, aunque injustas, nunca fueron previstas ni planeadas por él. Y eso
es lo que diferencia a «Iesúe» de cualquier otro que haya agonizado
injustamente. No se ha registrado jamás una muerte tan excelsa ni
por un motivo tan loable: otorgar la libertad a la Creación entera. El
«Kjristo» continuó brindando su instrucción hasta el último de sus
suspiros ¿Tendría alguno de nosotros la fuerza para hacerlo a la sombra
del calvario?
«Los “agapó” hasta el fin…», dice la Escritura. «Ágape»,
del griego: «ἀγάπη», y no amor, es la palabra correcta que encierra
en sus letras el real afecto incondicional que es el estandarte de la
Biblia. ¿Sabe lo que significa? Ágape es: «darlo absolutamente todo
sin esperar nada, pero absolutamnente nada, a cambio; ni siquiera
un gracias.» Por el contrario, amor, del latín «amor-õris», implica
un sentimiento de pasión, posesión, romance e intimidad netamente
sexual y egoísta (ningún texto original griego, arameo o hebreo usa
ese vocablo). Admito que al principio es difícil acostumbrarse a esta
nueva palabra griega, ágape. Estamos tan acostumbrados al amor y lo

198
LA LÓGICA DEL CREADOR

hemos idealizado tanto… No obstante, ¿debe importarnos la estética


del sonido o el contenido subyacente?
«Iesúe» sabía que la hora de abandonar este mundo y trascender
a lo eterno había llegado, que del Cosmos había salido y al Cosmos iba,
y esa certeza le dio el valor para enfrentar lo inevitable. Tiempo atrás,
Judas o «Ioudas» (adaptación al griego del nombre hebreo: «Iehudéh»
[Judá]) había convenido entregar al Maestro a los principales sacerdotes
a cambio de treinta piezas de plata, y esa noche al fin podría consumar
su venganza en contra de ese nazareno que le había engañado para
seguirle con la promesa de un nuevo gobierno, de una revolución de
liberación nacional. —¡¿Y todo para qué?! —pensaba el Iscariote—,
para que luego de haber conseguido que miles se unieran a su causa con
la esperanza de mejores días para su pueblo, los decepcionara con un:
«tengo que morir». Mas el Señor conocía muy bien las ideas del traidor,
y no le preocupaban. Se puso de pie, buscó un recipiente, preparó agua
«y comenzó a lavar los pies de los discípulos». ¿Era ésta una simple
muestra de humildad? Continuemos con la lectura para saberlo.
«…Entonces vino a Simón Petros; y Petros le dijo: Señor, ¿tú
me lavas los pies? Respondió “Iesúe” y le dijo: LO QUE YO HAGO,
TÚ NO LO ENTIENDES AHORA; MAS LO COMPRENDERÁS
DESPUÉS. Petros le dijo: No me lavarás los pies jamás. “Iesúe” le
respondió: SI NO TE LAVARE, NO TENDRÁS PARTE CONMIGO.
Le dijo Simón Petros: Señor, no sólo mis pies, sino también las
manos y la cabeza. “Iesúe” le dijo: EL QUE ESTÁ LAVADO, NO
NECESITA SINO LAVARSE LOS PIES, PUES ESTÁ TODO
LIMPIO; Y VOSOTROS LIMPIOS ESTÁIS, aunque no todos.
Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios
todos...» (Evangelio según Juan, cap. 13, versículos 6 - 11).
Petros, siempre incurriendo en errores. Hizo aquel
cuestionamiento («¿tú me lavas los pies?») porque no concebía que
su maestro, a quien tanto respetaba y admiraba, se arrodillara frente
a él. Simón creía que, en todo caso, quien debía hacerlo era él, no su
Señor. Entonces, cuando el «Msiéj» le dijo: «Lo que yo hago, tú no lo
entiendes ahora; mas lo comprenderás después», el apóstol reafirmó lo

199
WILSON CASTILLO GUZMÁN

que pensaba diciendo: «No me lavarás los pies jamás», con la intención
de halagar a «Iesúe» y creyendo que así obtendría su visto bueno. Pero
su maestro le respondió: «Si no te lavare no tendrás parte conmigo», y
el cabeza dura de Simón empezó a darse cuenta de que aquella limpieza
era simbólica. No obstante, volvió a equivocarse al decir: «no sólo
mis pies, sino también las manos y la cabeza». Pretendiendo haber
entendido al Señor, en otras palabras le dijo: «Entonces, si me vas a
limpiar, hazlo por completo; no limpies sólo mis pies».
Quién podía sospechar cuán insondable era el argumento del
«Kjristo»: El que ha limpiado su templo ya no necesita limpiar sino un
último rincón de él, pues todo lo demás está limpio. Y los apóstoles,
después de tres años de aprendizaje, estaban limpios casi por completo,
exceptuando el que le iba a traicionar. Pero ¿Cuál es ese último rincón
indecoroso que debe ser limpiado?
«…Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su
manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros
me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el
Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, VOSOTROS TAMBIEN
DEBÉIS LAVAROS LOS PIES LOS UNOS A LOS OTROS. Porque
ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también
hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su
señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas,
bienaventurados seréis si las hiciereis. No hablo de todos vosotros; yo
sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que
come pan conmigo, levantó contra mí SU CALCAÑAR. Desde ahora
os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que
yo soy. De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare,
me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió…»
(Evangelio según Juan, cap. 13, versículos 12 - 20).
¿Sabe usted lo que hizo el «Kjristo»? No estaba haciendo gala
de su humildad. Estaba mostrando a sus discípulos que si él, maestro,
amo y señor del la materia —capaz de dominar los elementos, de
apaciguar las tempestades, de caminar sobre las aguas y de resucitar a
los muertos— no iba a escatimar ni su vida con tal de que a partir de su

200
LA LÓGICA DEL CREADOR

crucifixión el mensaje libertador y purificador delegado para modificar


nuestras pérfidas conciencias se extendiera por el mundo y llegara a
todos, también ellos debían coadyuvar en la purificación de los templos
de sus hermanos.
«Vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.»
¿Implicaba ese mandato que los apóstoles estaban obligados a lavar
los pies de la gente cada año y a instituir, así, un ritual insulso? ¡No!
El «Kjristo» vino a abolir todos los tipos de liturgia y ceremonias
sin substancia. ¿Qué sentido tiene que un arzobispo lave los pies de
ancianos y lustrabotas en Semana Santa, si en el interior de todos ellos
nada es transformado? «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis
llenos de robo y de injusticia. ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de
dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio.»
(Evangelio según Mateo, cap. 23, versículos 25 - 26).
Hay algunos feligreses que excusan esos ritos asegurando que
son una conmemoración santa de la muerte de Jesús. Mas yo les digo:
¡El «Kjristo» está vivo! y si quieren rendirle un verdadero homenaje
¡crucifiquen las pasiones de su carne primero, antes de adorar a aquél
que ya lo hizo!
Nosotros, que hemos conocido al Padre, debemos seguir el
ejemplo del Maestro. Por el momento somos siervos que no entienden
los asuntos del Señor, no obstante, él nos ha encargado la predicación
de su palabra, y si cumplimos esa misión somos bienaventurados
porque en breve también nos haremos señores. Pero no todos, porque
entre los que hemos comido de la cena del Señor, entre los que hemos
oído su mensaje, hay quienes levantarán contra el «Kjristo» su calcañar
(su talón de Aquiles); dicho de otro modo, hay quienes dejarán que
sus debilidades los venzan y jamás conocerán ni disfrutarán de la
superconsciencia. ¡Esa es la alegoría del lavado de pies!
Está escrito en el Libro de los Proverbios que el Padre aborrece
los pies presurosos para correr al pecado. Y ese impulso irresistible de
infringir la ley es la última mancha que todavía subsiste en quienes

201
WILSON CASTILLO GUZMÁN

hemos sido lavados por el conocimiento de su palabra. ¿Sabe usted


cuáles son sus pecados, sabe cuál es su calcañar o talón de Aquiles?
Si no los conoce, más vale que haga un examen meticuloso de ellos
enseguida. Por mi parte, puedo decirle que mi boca es veloz para
proferir insultos, mentiras y calumnias; que mi cabeza es ágil para
generar pensamientos libidinosos e incluso, algunas veces, homicidas;
y que la soberbia e hipocresía surgen en mí tan rápido como amigos
hago. Sin embargo, la potestad que tiene el pecado sobre mi proceder
es cada vez menor porque he nacido de lo alto y «el Hijo del Hombre»
crece en mi interior.
¿Quién es ese Hijo del Hombre? La palabra «Hombre» es
usada como un término genérico que designa tanto a hombres como
a mujeres. Una mejor traducción de la locución sería: «el Hijo de los
Seres Humanos». Esto significa que «el Hijo del Hombre» no era
«Iesúe», sino su mente: el «Kjristo». Les dijo, pues, “Iesúe”: Cuando
hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo
soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el
Padre, así hablo. (Evangelio según Juan, cap. 8, ver. 28). ¿Cómo se
«levanta» al Hijo del Hombre? Cada uno de nosotros puede forjar al
«Msiéj» en sí mismo al transformar su vieja mentalidad en una nueva
superior y santa. Puesto que deberá «nacer» y «crecer» en nosotros
la misma superconsciencia que tuvo «Iesúe», es adecuado que el
«Kjristo» sea llamado el Hijo o Fruto de los Seres Humanos. «Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son de la inspiración del
“eljim”, porque para él son locura, y no las puede entender, porque
se han de discernir a través de la inspiración. En cambio el que ha
sido inspirado juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá?
MAS NOSOTROS TENEMOS LA MENTE DE “KJRISTO”.» (1.ª
Epístola a los Corintios, cap. 2, versículos 14 - 16).
¡Nosotros tenemos la mente del «Kjristo»! o al menos estamos
en el camino para obtenerla; nosotros recibimos la inspiración del
altísimo, su valiosa información, por medio de la ciencia y la sabiduría,
y entendimos que nuestro comportamiento animal podía dar un paso

202
LA LÓGICA DEL CREADOR

más allá. Fuimos llamados a evolucionar y ser la siguiente especie que


domine con justicia el Planeta y la propia existencia. Cuando hayamos
completado el recorrido, todos seremos unánimes en una misma
mentalidad y podremos llamarnos hermanos. Juntos conformaremos la
Iglesia, constituiremos el cuerpo de la superconsciencia. ¿Se da cuenta
de que ella no puede actuar sin un cuerpo en el cual desarrollarse?
«Vosotros, pues, sois el cuerpo del “Kjristo”, y miembros cada uno en
particular...» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 12, ver. 27).
Hay un dicho muy célebre acerca del ajedrez: «No hay nada
más difícil que ganar una partida ganada». Eso se debe a que en dicho
juego las primeras movidas son predecibles y casi automáticas, mas a
medida que el mismo avanza se van haciendo intrincadas y los cálculos
se hacen sumamente complejos. Conforme los turnos van finalizando,
la victoria de uno de los oponentes depende de unas pocas movidas
certeras. No obstante, si el jugador que va ganando la partida efectúa
tan sólo una jugada equivocada, todo el cúmulo de su estrategia se
desmorona y el contrario recupera terreno.
Esa misma cita se aplica a nuestras vidas. Es muy fácil digerir
la palabra y ser asombrado por ella, mas, a medida que comience a
caminar en sus preceptos, poco a poco aparecerán muchos obstáculos en
el trayecto. Sin embargo, superarlos no es del todo complicado, además
de que en ese proceso habrá limpiado la mayor parte de su templo.
El problema comienza cuando está a punto de vencer por completo al
pecado, ésa es la parte en la que va a demorar el mayor tiempo. Y no
podrá volver a recurrir a sus viejos conocimientos (el agua) para depurar
el sótano, pues los fundamentos que ya le han servido anteriormente
para purificar y remodelar el resto de las habitaciones de su casa son la
base de la construcción, mas no el acabado.
La partida está casi ganada, pero tenga cuidado, es hora de
que deje de tropezar y pise la cabeza de la serpiente de una buena
vez. Le reto a que lo haga, yo lo he intentado y es extremadamente
difícil; una sola pequeña grosería me hace retroceder todo lo que he
avanzado. ¿Ahora puede ver porque el segundo bautizo se realiza con
fuego? «Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y

203
WILSON CASTILLO GUZMÁN

gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes de la inspiración


santa, y asimismo gustaron de la buena palabra del “eljim” y los
poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para
arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo del
“eljim” y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia
que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a
aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición del “eljim”; pero
la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser
maldecida, y su fin es el ser quemada.» (Epístola a los Hebreos, cap. 6,
versículos 4 - 8). ¿Cuántas veces será perdonado por sus transgresiones?
¿Piensa que unos pocos disparates no nos hacen merecedores de castigo?
«Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero la ofendiere en un
punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás
adulterio, también ha dicho: No matarás.» (Epístola de Santiago, cap.
2, versículos 10 - 11).
El mundo es como un gran estanque de excremento en el
que podemos encontrar a muchos individuos sumergidos en su
inmundicia hasta la cabeza (son pederastas, asesinos, secuestradores,
narcotraficantes, etc.). También podemos distinguir en él a otros
empapados únicamente hasta la cintura o hasta las rodillas (son
asaltantes, estafadores, alcohólicos, drogadictos, etc.). Luego bajamos
la vista y miramos nuestros pies embarrados tan sólo hasta los tobillos
(somos groseros, discriminadores, soberbios, gruñones, mentirosos,
etc.). ¿Se da cuenta de que estamos todos en el mismo estanque?
El pecado no es grande ni pequeño, es simplemente pecado.
Cualitativamente, los que están sumergidos hasta la cabeza y los que
estamos tan sólo «un poquito» embarrados, seguimos siendo pecadores.
¡El que infringe un pequeño punto de la ley se hace culpable de toda la
ley! ¿Quiere dejar de ser parte de los que permanecen en el estanque
de estiércol? Hágase a un lado, limpie sus zapatos hasta que queden
blancos y brillantes y deje de salir y entrar una y otra vez a la piscina.
Porque la tierra (nosotros) que bebe del conocimiento muchas veces
y da buenos resultados es bendita, mas la que después de haber sido
lavada tantas veces vuelve a ingresar a la piscina, ¿no merece ser extinta

204
LA LÓGICA DEL CREADOR

junto a las de su clase?


Antes de que ello suceda es preferible que por nuestra cuenta
calcinemos toda mancha restante, aunque sea difícil y agotador, ¿no le
parece? ¿O va a darse por vencido? No somos gente mediocre. La pelea
final contra el mayor enemigo ha llegado. Si fallamos en una movida,
ahora que la victoria está próxima en el horizonte, la derrota será
inminente. No podemos permitir que nuestro oponente se imponga, no
después de haber trabajado tanto para confinarlo. ¿Sabe quién es su
máximo adversario? Es usted mismo, su yo obsoleto que lucha por no
ser abandonado.
Reciba ésta enseñanza, porque al hacerlo recibe al «Kjristo» y
si recibe al «Kjristo» recibe al Padre, y él Padre reside POR SIEMPRE
en las casas que escoge.
«…Habiendo dicho “Iesúe” esto, se conmovió en la
inspiración, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de
vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos
a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual
“Iesúe” agapaba, estaba recostado al lado de “Iesúe”. A éste, pues,
hizo señas Simón Petros, para que preguntase quién era aquel de
quien hablaba. Él, entonces, recostado cerca del pecho de “Iesúe”,
le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió “Iesúe”: A quien yo diere el
pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a “Ioudas” Iscariote
hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces
“Iesúe” le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Pero ninguno
de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque
algunos pensaban, puesto que “Ioudas” tenía la bolsa, que “Iesúe”
le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo
a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y
era ya de noche…» (Evangelio según Juan, cap. 13, versículos 21 - 30).
La tristeza invadió el corazón del Señor porque a pesar de que
los doce hombres habían sido honrados con el simbólico lavamiento
de pies, uno de ellos iba a traicionarlo. Tenía que suceder así, pero el
incontenible pesar que le causaba la indiferencia de «Ioudas» Iscariote,

205
WILSON CASTILLO GUZMÁN

que no era sino el crudo reflejo de la misma indiferencia que la mayoría


del mundo exhibiría después de él, le hizo desenmascarar la oculta
deslealtad disfrazada de sumisa oveja. No obstante, delató el proceder
de «Ioudas», no a «Ioudas»; porque, de otra forma, al saberlo los
discípulos habrían intentado asesinarlo, y «Iesúe» no deseaba eso. Por
eso les dijo en abstracto: «uno de vosotros me va a entregar» y todos
comenzaron a verse las caras «dudando de quien hablaba». ¡No podían
creerlo! ¿Quién sería capaz de hacerlo?
Me parece que para los discípulos el anuncio fue tan chocante
como para usted lo sería si le dijesen que un miembro cercano de su
familia iría a traicionarle de muerte. Pero mientras once hombres,
incluido «Ioudas», discutían y se preocupaban, uno guardaba silencio
recostado en el pecho de su maestro. Con el mismo afecto con el que un
hijo abrazaría a su padre moribundo, con la misma congoja con la que
un niño despediría a su querido hermano mayor que parte a la guerra,
«Juan, el agapado», se aferraba a «Iesúe».
Petros, procurando evitar una posible reprimenda, no se atrevió
a preguntarle directamente al Maestro quién era el traidor, por lo que,
acudiendo a Juan, le hizo señas discretas para que él lo hiciera. Éste, con
la confianza exclusiva de un amigo, expuso en voz baja su curiosidad,
y en ese mismo momento «Iesúe» respondió, para que lo escucharan
todos, que el siervo infiel seria aquél a quien entregara el pan mojado.
Mas no se lo dio al Iscariote directamente y a la vista de todos, como
algunos «films» nos han mostrado, sino que, tal cual narran los otros tres
evangelios, mientras hablaba iba repartiendo trozos de pan a todos sus
discípulos. Así, cada uno de ellos se limitaba a comprobar si el pedazo
que recibía estaba mojado o no, y ninguno fue capaz de distinguir que
el de «Ioudas» sí lo estaba ni de saber quién era el traidor.
No puedo imaginar el miedo y la furia que debió sentir «Ioudas»
al tocar el pan mojado y tener que ingerirlo para no levantar sospechas.
Y es que él no conseguía entender cómo pudo saber «Iesúe» que le
iba a entregar, si había actuado con tanto sigilo y cautela para evitar
ser descubierto. Y no sólo eso, lo que le molestaba más era que, aun
sabiéndolo, «Iesúe» no le había puesto en evidencia ¿Por qué tenía

206
LA LÓGICA DEL CREADOR

que humillarlo de aquella forma? ¡¿Quién era él para fastidiarlo de esa


manera?! Pero en el fondo «Ioudas» lo sabía, y su rabia contenida no
era en contra del «Msiéj», sino en contra de sí mismo.
—«Lo que vas a hacer, hazlo pronto» —le dijo «Iesúe» con un
tono amable y tranquilo para mayor desconcierto del infame, el cual salió
apresuradamente y con espanto en ese mismo momento. Sin embargo,
como los discípulos estaban acostumbrados a que «Ioudas», que era el
tesorero del grupo, recibiera ese tipo de órdenes constantemente, no
sintieron recelo alguno.
«…Entonces, cuando hubo salido, dijo “Iesúe”: AHORA
ES GLORIFICADO EL HIJO DEL HOMBRE, Y EL “ELJIM” ES
GLORIFICADO EN ÉL. SI EL “ELJIM” ES GLORIFICADO EN
ÉL, EL “ELJIM” TAMBIÉN LE GLORIFICARÁ EN SÍ MISMO,
Y EN SEGUIDA LE GLORIFICARÁ. Hijitos, aún estaré con
vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los iejudís, así
os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir. Un
mandamiento nuevo os doy: Que os “agapéis” unos a otros; como
yo os he “agapado”, que también os “agapéis” unos a otros. En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis “ágape” los unos
con los otros...» (Evangelio según Juan, cap. 13, versículos 31 - 35).
Si el Iscariote se hubiera arrepentido en el último momento,
«Iesúe» no habría sido crucificado y, por lo tanto, jamás podría haber
resucitado. Pero cuando vio salir al traidor del aposento supo que no
había vuelta atrás, su arresto sería ineludible y la voluntad de su Padre
se cumpliría. En aquel preciso instante la magnificencia del «Kjristo»
se hizo visible: No era tan sólo una mente prodigiosa, su obra fue la
de la semilla que al caer en la tierra muere, pero a cambio de que a
partir de ella puedan germinar los frutos (los cuales somos todos los
creyentes). «De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae
en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.»
(Evangelio según Juan, cap. 12, ver. 24).
Automáticamente, el Padre fue enaltecido en la superconsciencia
porque al entregarla para ser aniquilada, siendo su creación más

207
WILSON CASTILLO GUZMÁN

prolija, por la cual había trabajado tanto durante eones de evolución,


nos mostró cuánto nos agapaba. «Porque de tal manera “agapó” el
“eljim” al mundo, que ha dado a su Hijo monogénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.» (Evangelio
según Juan, cap. 3, ver. 16). Obviamente el Omniverso no permitiría
que el Hijo del Hombre pereciera para siempre, después de todo era
su propia mente la que estaba en juego. No, lo que hizo fue realizar
una pequeña inversión en busca de obtener un interés mayor a futuro:
levantar la superconsciencia en muchos hombres y mujeres más. Lo
hizo por ágape a nosotros, pero ¿no somos nosotros parte de él? «Yo, yo
soy el que borro tus rebeliones POR ÁGAPE DE MÍ MISMO, y no me
acordaré de tus pecados.» (Isaías, cap. 43, ver. 25).
Por lo tanto, si el YO SOY EL QUE SOY fue glorificado en la
superconsciencia también la ensalzó en sí mismo, en el Todo eterno,
convirtiéndola en su mente, la mente que trasciende el espacio-tiempo
y la muerte. Esto es muy difícil de comprender, pero medite en esto:
Si alcanzamos la vida eterna, inmediatamente nos convertimos en el
Todo, pues el tiempo ya no existe para nosotros. Terminamos dándonos
cuenta de que la historia del Omniverso es nuestra propia historia,
que la materia que nos constituye, habiendo transitado por todas las
formas de organización posibles, ha recorrido un infinito tramo pasado
para llegar a nosotros, y que el futuro está edificado por la perpetua
presencia de nuestra mente, el «Kjristo», que habitará en cuerpos
indestructibles, semejantes a los que poseen los ángeles o al que lució
«Iesúe» frente a sus discípulos cuando «…se transfiguró delante de
ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron
blancos como la luz.» (Evangelio según Mateo, cap. 1, versículos 1 -
2). Por todas esas razones el Maestro les dijo que a donde él iba, ellos
no podían ir. Porque su ida no consistía en alistar las maletas, tomar un
taxi y trasladarse a algún lugar «x», sino en trascender de la muerte a la
vida, del mundo al Padre, de lo finito a lo infinito.
El «Msiéj» nos dejó un nuevo mandamiento: Que agapemos a
nuestro prójimo de la misma forma en la que él nos ha agapado: hasta el
fin. ¿Y quién es el prójimo? ¿Es toda persona en el mundo? Para nada.

208
LA LÓGICA DEL CREADOR

Mi «prójimo» (del latín «proximus» [«próximo»]) es todo aquel que


peregrina a mi lado por el sendero de la vida, con ningún otro tengo
comunión o afinidad. «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos;
porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué
comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia el “Kjristo” con
Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo
hay entre el templo del “eljim” y los ídolos? Porque vosotros sois el
templo del “eljim” viviente…» (2.ª Epístola a los Corintios, cap. 6,
versículos 14 - 16).
No tengo ningún prejuicio y nunca le incitaría a que usted los
tenga, ya que nuestro deber es predicar la palabra a todo hombre y
mujer. No obstante, ¿qué ágape puedo tener por aquéllos que en lugar
de emerger del estanque de estiércol se esfuerzan por adentrarse más en
él? Con menor razón si tratando de socorrerles comienzo a hundirme
junto a ellos. Sería distinto si alguno solicitare mi mano para asirse
de ella y resurgir a una nueva vida; gustoso le ayudaría a ponerse de
pie. Luego él podría limpiar mis zapatos y yo los suyos y hombro con
hombro nos alejaríamos definitivamente de la inmundicia. No dudaría
en perder la vida por un hermano o una hermana así, valdría la pena
hacerlo. Dice la superconsciencia: «Porque todo el que quiera salvar
su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del
evangelio, la salvará.» (Evangelio según Marcos, cap. 8, ver. 35).
«…Le dijo Simón Petros: Señor, ¿a dónde vas? “Iesúe”
le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me
seguirás después. Le dijo Petros: Señor, ¿por qué no te puedo seguir
ahora? Mi vida pondré por ti. “Iesúe” le respondió: ¿Tu vida pondrás
por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me
hayas negado tres veces…» (Evangelio según Juan, cap. 13, versículos
36 - 38).
El restringido juicio de Petros no le permitía captar la esencia
de lo que oía. Él estaba listo para seguir a su Señor allá donde fuese, a
recorrer continentes enteros y mares si era necesario. Lo que no podía
entender, al igual que numerosas personas en la actualidad, es que no
se trataba de emigrar a otro rincón de la Tierra, ni hacia las nubes ni

209
WILSON CASTILLO GUZMÁN

hacia a otro planeta, sino de ser vitalizado por el Creador alcanzando


su aprobación. Por eso, con toda honestidad y lealtad, Simón insistió:
«Señor ¿por qué no te puedo seguir ahora? ¡Mi vida pondré por
ti!» Era cierto, él estaba dispuesto, pero su carne era débil, y ese era
justamente el motivo por el cual no podía seguir a «Iesúe»; todavía no
estaba preparado para triunfar sobre la serpiente.
Con pesar, el Señor le preguntó: «¿Tu vida pondrás por mí?».
Petros abrió los ojos y su corazón pudo sentir la devastación antes de
que llegara, pues en lo recóndito de su inconsciente el apóstol sabía a
la perfección que antes de que la superconsciencia amaneciera en su
mente, habría de negarla, no una, sino tres veces. Y cuando el Maestro
terminó de decírselo, la cabeza del discípulo ya miraba hacia el suelo
mientras abatido y sin esperanza pensaba: He fallado. Lo que no sabía
en ese momento era que estaba destinado a ser la cabeza del grupo,
a expandir las fronteras del Evangelio, a morir dichoso por causa del
«Kjristo» —ya que jamás volvió a negarle— y a escribir dos de las más
fabulosas epístolas del Nuevo Testamento, las cuales llevan su nombre
(están entre mis cartas favoritas). Por eso, para reconfortarle, «Iesúe»
dijo a todos sus agapados:
«…No se turbe vuestro corazón; creéis en el “eljim”, creed
también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así
no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para
vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y OS
TOMARÉ A MÍ MISMO, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor,
no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
“Iesúe” le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais;
y desde ahora le conocéis, y le habéis visto…» (Evangelio según Juan,
cap. 14, versículos 1 - 7).
Seriamos demasiado ilusos si creyésemos que aquellas muchas
moradas son muchas nubes esponjosas y blanditas en el cielo o muchos
mundos alienígenas dispersos en el espacio. «Iesúe» no se refería a un
sitio en específico cuando hizo la promesa de reservarnos un lugar en

210
LA LÓGICA DEL CREADOR

la casa de su Padre. Hablaba sobre las innumerables posibilidades que


se generarían a partir de su muerte, en virtud de las cuales todas las
naciones del mundo, ya no sólo la iejudí, serían capaces de escuchar
el llamado para ingresar al reino de los cielos, a la Tierra Prometida
Celestial (la cual, como venimos repitiendo, no es un lugar, sino un
estado mental).
Veamos a macroescala los pasos que siguió el Cosmos
para conseguir la difusión de su vacuna a nivel global: Primero, el
nacimiento de «Iesúe» se produjo en una ciudad miserable dentro de un
territorio insignificante sumido en la opresión. Frente a la lamentable
situación de su nación, la extensión e influencia del Imperio romano se
hallaba en pleno auge junto a la de otros tres imperios importantes: El
Imperio chino, el Imperio kushán de la antigua India y el Imperio parto.
Durante un periodo oportuno las relaciones políticas, comerciales y
socioculturales entre las mencionadas cuatro potencias se tendieron en
un marco de armonía y certidumbre, lo cual fue un factor favorable
que hizo viable la ramificación del Evangelio por toda la Tierra. Sin
embargo, antes de que ello sucediera, nadie imaginaba que el hombre
que trastocaría el curso de la historia saldría de una lacra provinciana
como Iudæa o Judea, mas así lo quiso el Padre.
Aquel niño que había crecido entre la miseria se hizo adulto y en
poco años llegó a ser famoso, tanto que incluso hombres griegos rogaban
a sus discípulos para verlo. Pero había quienes se sentían amenazados
por su influencia y por el frenesí de la gente que lo seguía, de modo
que muy pronto buscaron una excusa para asesinarlo. Finalmente, fue
acusado de blasfemia por los escribas, ancianos y sacerdotes de su
propio pueblo y fue trasladado ante la presencia del prefecto «Pontius
Pīlātus» («Poncio Pilatos»). Éste funcionario romano, no encontrando
razones suficientes para ordenar la crucifixión que vociferaban los
captores iejudís fuera del «pretorio» («palacio del prefecto»), en un
intento cobarde y soberbio por librase de la sangre de un inocente, «…
dijo a “Iesúe”: ¿De dónde eres tú? Mas “Iesúe” no le dio respuesta.
Entonces le dijo Pilatus: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo
autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?

211
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Respondió “Iesúe”: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te


fuese dada de arriba…» (Evangelio según Juan, cap. 19, versículos
9 - 11). ¡Por supuesto! Si Pontius Pīlātus ocupaba aquel puesto no era
por merito propio, sino porque el Omniverso lo había predeterminado
así desde la eternidad, y eso el «Msiéj» lo sabía bien.
Más tarde, luego de un arduo trajinar, «Iesúe» se dirigió hacia el
patíbulo, y fue entonces que una gran obscuridad cubrió el firmamento;
de esa manera, después de horas interminables de agonía, el Maestro
al fin quedó inmóvil en la cruz. Inmediatamente se desató un violento
terremoto que sacudió las columnas de muchos de los edificios de la
ciudad. El templo de «Ierusalem», que entre ellos se contaba, atestiguó
cómo el velo que guardaba su recinto más sagrado (el lugar santísimo), al
que sólo el Sumo Sacerdote tenía permitido el paso, se rasgó por la mitad
a causa del temblor. Esa era la señal de que a partir de aquel momento
la santidad abría sus puertas para que todo aquél que ambicionara llegar
a ella pudiera hacerlo, mas siempre con el indispensable aval de la
superconsciencia. «Porque no entró el “Kjristo” en el santuario hecho
de mano, FIGURA DEL VERDADERO, sino en el cielo mismo para
presentarse (como primicia de una nueva generación de santos) ahora
por nosotros ante el “eljim”…» (Epístola a los Hebreos, cap. 9, ver.
24).
Atemorizados por el sismo y la insólita lobreguez del ambiente,
un centurión y otros hombres que junto a él estaban encargados de
supervisar la crucifixión, se vieron obligados a reconocer que el
hombre colgado en la cruz no era uno cualquiera. —«Verdaderamente
este hombre era justo.» —dijeron; y entonces la gente morbosa que
presenciaba el espectáculo comenzó a lamentarse. ¡¿Qué es lo que
habían hecho?! ¡¿Era realmente al hijo del Creador a quien inmutables
habían presenciado morir?!
Como el Evangelio de Juan confirma, ni uno de los huesos del
Maestro fue quebrado. Era «Iesúe», sin duda, el cordero sin defecto de
la Pésaj. Con su inmolación la luz se fue y sobrevino la noche. Era hora
de que los apóstoles emprendieran la tarea de esparcir la sangre del
supremo sacrificio (el Evangelio) viajando hacia los cuatro vientos y

212
LA LÓGICA DEL CREADOR

ganando adeptos para el Padre allá donde fueran. Un último apóstol fue
llamado a predicar las Noticias de Gozo, «Saulo de Tarso» (conocido
también como «Pablo de Tarso»), quien antes de unirse a la labor de los
apóstoles era un feroz persecutor de la Iglesia. Su conversión y arduo
trabajo ulterior son descritos en el Libro de los Hechos, y lo cierto es
que fue sobre todo gracias a él que la palabra del áltisimo pudo llegar
a los «gentiles» (todo individuo que no forma parte del pueblo iejudí).
Hoy, nosotros, que asimismo somos gentiles, podemos nutrirnos de
las redacciones de Pablo que se hallan en el Nuevo Testamento. Éstas
son muy difíciles de entender, pero son una herencia muy valiosa que
debemos rescatar.(83)
Muchos miembros de la Iglesia fueron víctimas de persecuciones
y muertes despiadadas ordenadas por emperadores romanos durante
más de trescientos años, pero, a pesar de todo, el número de creyentes
continuaba creciendo y desestabilizando el orden imperial. Hasta que al
fin, el año 313 e. c., Flavio Valerio Aurelio Constantino, mediante un
edicto, le puso un alto a la cacería. Claro que no fue un acto de altruismo
y arrepentimiento lo que le impulso a hacerlo. El sagaz gobernante se
percató de que la manera más efectiva de unificar su Imperio, que venía
desmoronándose, era consolidando una religión uniforme. Le pareció
que usar la doctrina mayoritaria a su favor era la mejor opción; así que,
en lugar de perseguirla, dedicó gran esfuerzo político para fortalecerla.
A tal extremo llegó la arbitrariedad de Constantino, que, el año 325
e. c., convocó el primer Concilio ecuménico de Nicea con el objetivo
de delimitar cuáles serian los lineamientos y creencias del Imperio.
Los sacerdotes romanos, adoradores politeístas, se convirtieron al
cristianismo y abandonaron los cultos paganos que fueron sustituidos
por los primeros oficios de la naciente liturgia católica apostólica
romana. Algo más de cincuenta años después, el cristianismo se afianzó
(83)
Ésta es la lista de las catorce «cartas paulinas«: Epístola a los Romanos, 1.ª Epístola a los
Corintios, 2.ª Epístola a los Corintios, Epístola a los Gálatas, Epístola a los Efesios, Epístola
a los Filipenses, Epístola a los Colosenses, 1.ª Epístola a los Tesalonicenses, 2.ª Epístola a los
Tesalonicenses, 1.ª Epístola a Timoteo, 2.ª Epístola a Timoteo, Epístola a Tito, Epístola a Filemón
y Epístola a los Hebreos. (Aunque no hay un consenso definido sobre quien fue el autor de ésta
última epístola, yo creo, por el estilo literario de la misma, que la escribió Pablo, el hombre
incansable que plantó las semillas del Evangelio en las principales zonas del mundo antiguo).

213
WILSON CASTILLO GUZMÁN

como la religión oficial y, más tarde, comenzó una nueva cacería, esta
vez en contra de cualquier otra religión que difiriera con el dogma
cristiano establecido.
Cuán distante quedaba ya la época de los auténticos seguidores
de «Iesúe». Su mensaje fue corrompido y las Escrituras fueron
modificadas. Sin embargo, aunque políticos y gobernantes creyeron
actuar en su propio beneficio, tan sólo eran fichas reciclables dentro
del tablero de la existencia. El plan del Creador seguía su curso, su
palabra continuaba propagándose por toda la Tierra con celeridad. Es
cierto que ésta sufrió algunas alteraciones en ese lapso, pero eso fue
algo que también estaba previsto por el Padre, quien no permitió que su
información fuera afectada en lo elemental, de tal modo que quienes la
recibieran tuvieran los códigos suficientes para alimentarse de ella. El
sacrificio del «Kjristo», de un modo u otro, no sería olvidado. Mientras
unos hicieron de un pasaje bíblico el respaldo de sus infructuosos
rituales conmemorativos, otros hicieron, del mismo pasaje, la base de
su entendimiento:
«Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:
Que el Señor “Iesúe”, la noche que fue entregado, tomó pan; y
habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo:
Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces
que la bebiereis, en memoria de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis
esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De
manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.
Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de
la copa. PORQUE EL QUE COME Y BEBE INDIGNAMENTE, SIN
DISCERNIR EL CUERPO DEL SEÑOR, JUICIO COME Y BEBE
PAR SÍ.» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 11, versículos 23 - 29).
Para que su mensaje perdurara, el Maestro tuvo que entregar

214
LA LÓGICA DEL CREADOR

su cuerpo a un horrendo tormento. De no haber sido así, nadie habría


escrito sobre él ni sobre las obras maravillosas que ejecutó en vida.
Es pues, su legado, el pan, la Escritura que está al alcance de todo
el mundo. Cuando abrimos las páginas del libro sagrado y nutrimos
nuestras mentes con su sabiduría, lo hacemos en memoria suya; cuando
nos reunimos a estudiar las Escrituras, aplicando ciencia y doctrina
para descubrir sus misterios, somos participes de la cena del Señor; y
cuando sostenemos en alto la bandera del Evangelio aun en contra de
burlas e insultos, bebemos una ínfima parte de la copa amarga de su
martirio. Mas quienes leen su palabra por mera rutina o sin discernir
su contenido, se hacen culpables de su muerte porque desperdician su
sacrificio. Mejor habría sido para ellos no haber conocido el Evangelio,
y para nosotros no haber iniciado el recorrido, si es que no pretendemos
terminarlo. «Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre,
no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita
para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no
pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de
él…» (Evangelio según Lucas, cap. 14, versículos 28 - 29) ¿Hasta qué
punto estamos dispuestos a padecer por su palabra sabiendo que él no
escatimo ni su vida por nosotros?
Cuántos de nosotros hemos protestado contra quienes
crucificaron al «Kjristo» o contra los que, pudiendo hacerlo, no le
siguieron. «Yo habría estado a su lado acompañándole», decimos. Pero
hoy que tenemos la oportunidad de seguir sus mandamientos, no lo
hacemos ni nos interesa hacerlo. En cambio, cada vez que pecamos
somos un azote en su cuerpo y cada vez que despreciamos su palabra
por continuar en nuestros quehaceres somos un escupitajo en su rostro.
Lo más probable es que si hubiésemos nacido en los años del «Msiéj»,
nuestras voces se habrían unido con las voces de los que gritaban:
«¡Crucifícale!». ¿Cómo es que todavía tenemos el cinismo de formular
críticas?
Jamás olvide que la tinta del más alto conocimiento ha sido
fabricada con la sangre valiosísima de aquél que aun teniendo el poder
para librarse de la cruz no lo hizo. Si «Iesúe» no hubiese entregado

215
WILSON CASTILLO GUZMÁN

su cuerpo a la muerte, los seres humanos nunca podríamos haber


conocido al Padre ni habernos liberado del pecado ni soñar siquiera
con la trascendencia de nuestra mente. Todo se lo debemos a él y a su
sacrificio. «¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo de la inspiración
santa, la cual está en vosotros, la cual tenéis del “eljim”, y que no
sois vuestros? Porque HABÉIS SIDO COMPRADOS POR PRECIO;
glorificad, pues, al “eljim” en vuestro cuerpo y en vuestra inspirada
consciencia, que son ambas del “eljim”.» (1.ª Epístola a los Corintios,
cap. 6, versículos 19 - 20). Entreguemos nuestro cuerpo, abandonemos
el pecado y dejemos que la información de su palabra trasforme nuestras
mentes. A cambio, el omnipotente nos ofrece vida eterna ¿Podríamos
aceptar alguna propuesta mejor que esa?
El «Msiéj» nos mostró EL CAMINO hacia la perfección: «Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz,
y sígame.» (Evangelio según Mateo, cap. 11, versículos 23 - 29).
Hace mucho, en la tesis de nuestra existencia, fuimos pequeños
niños que soportaban todos los pesos con simpleza y humildad. Mas, un
día, habiendo conocido el pecado, ingresamos al desierto metafórico (la
antítesis), que es la vida en el mundo, y las cargas se hicieron tortuosas.
Negamos nuestra primera esencia y empezamos a caminar por lugares
secos maldiciendo los obstáculos del Creador. Incontables individuos,
no pudiendo reconocer que inserto en ellos se hallaba escondido su
tesoro, quedaron atrapados en el árido páramo y jamás pudieron salir
de él. Desconocían el método para hacerlo.
Atravesar la desolación era indispensable. Sin sus implacables
tempestades nuestro temperamento no habría sido templado ni
podríamos haber madurado. No obstante, para emerger del desierto,
hacía falta más que sólo el adentrarse en sus arenas; hacía falta «LA
GRACIA» («el deseo que pone el altísimo en nuestro corazón para
obedecerle»), el deseo de vencer al pecado, de negar nuestro carácter
hostil, renegado e impaciente para poder coger nuestra cruz junto a
todas nuestras debilidades y comenzar a marchar con cariño y alegría
en miras de un nuevo amanecer. El día que lo hagamos así, ya no por
obligación, sino por anhelo propio, volveremos a ser niños; habremos

216
LA LÓGICA DEL CREADOR

cumplido el proceso en espiral y llegado a la fase superior de desarrollo:


la síntesis.
Podríamos comparar lo antedicho, con las «tres
transformaciones del espíritu» de las que habló el filólogo, filósofo y
poeta germano Friedrich Wilhelm Nietzsche a través de su personaje
«Zaratustra»: La primera etapa le pertenece al CAMELLO, sumiso
y apacible (la ingenuidad de la infancia), el cual, al ingresar en el
desierto, se convierte en un LEON. Esta fiera, rebelde, indomable y
aparentemente autosuficiente (la negación y falsedad del desierto),
es la segunda mutación que debe llevar al «espíritu» a una tercera y
última transformación, convirtiendo la conciencia de la bestia en la
superconsciencia de un NIÑO. Éste postrero estado es el de un Creador,
mas no de valores como pensó Nietzsche, sino de universos.
«Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño
que ni siquiera el león ha podido hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene
que convertirse todavía en niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo
comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer
movimiento, un santo decir sí. Sí, hermanos míos, para el juego del
crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad,
el retirado del mundo [el león] conquista ahora su mundo.»(84)
Cuando retornemos a nuestra primera naturaleza, pura e
inocente, RELIGÁNDONOS con el Todo, de quien salimos y a quien
negamos creando fronteras y polaridades ilusorias, entonces habremos
descubierto el genuino núcleo de la «religión» (del latín «religare»).
Sin embargo, aunque lucho por reconciliarme con el Todo, por seguir
al «Kjristo», por predicar el Evangelio, por buscar el conocimiento y
por testificar la indudable realidad de «Ievé», prefiero no ser llamado ni
religioso ni cristiano ni evangélico ni gnóstico ni testigo de Jehová ni
partidario de ninguna otra organización.
No hemos sido llamados a identificarnos con ningún «ismo»
porque los verdaderos creyentes no son seguidores de tendencias de
moda ni de pensamientos humanos.
(84)
NIETZSCHE, Friedrich. (1997). Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie. Madrid:
Alianza, (p. 14).

217
WILSON CASTILLO GUZMÁN

«Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el


otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? ¿Qué, pues, es Pablo, y
qué es Apolos? SERVIDORES por medio de los cuales habéis creído;
y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos
regó; pero el crecimiento lo ha dado el “eljim”. Así que ni el que
planta es algo, ni el que riega, sino el “eljim”, que da el crecimiento.»
(1.ª Epístola a los Corintios, cap. 3, versículos 4 - 7). Es innegable que
hemos recogido nociones útiles de varios autores, pero ¿es esta razón
suficiente para convertirnos en marxistas, darwinistas o nihilistas?
¿Quiénes fueron Marx, Darwin o Nietzsche? ¿No fueron sus ideas
predeterminadas por el Padre para satisfacer nuestra sed por un breve
momento, de tal forma que persistamos en la carrera hacia una mayor
excelsitud? Uno sólo es el camino y una sola es la Verdad.
El «Kjristo» nos mostró la inmutable verdad: «Dijo
entonces “Iesúe” a los iejudís que habían creído en él: Si vosotros
permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
y CONOCERÉIS LA VERDAD, Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES»
(Evangelio según Juan, cap. 8, versículos 31 - 32).
¡¿Qué es la Verdad?! Si el cerebro de cada observador interpreta
la realidad de una forma distinta, ¿entonces hay muchas verdades? Si la
objetividad es la subjetividad de cada individuo, ¿entonces la realidad
es relativa? Georg Wilhelm Friedrich Hegel, el filósofo berlinés, le
dio respuesta, sin saberlo, a las dos preguntas anteriores con una corta
frase: «La realidad es LA UNIDAD de la esencia y la existencia.» Eso
quiere decir que la fuente de datos es única aunque las interpretaciones
sean muchas. De hecho, es precisamente porque son muchas (infinitas)
que juntas hacen de la cantidad una cualidad. Por ello, la Verdad ES LO
QUE ES y nada más, es decir, aunque esto sea una tautología, que la
Verdad es la perenne totalidad del Ser.
«Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo la Verdad
(no conociendo al Padre) seguíamos a quienes por naturaleza son
escorpiones y no parte de los elegidos del Señor, permitiendo que nos
persuadieran para ser participes junto a ellos de estafas, engaños y
toda clase de bajezas, haciéndonos esclavos de esclavos. Mas ahora,

218
LA LÓGICA DEL CREADOR

conociendo la Verdad, o más bien, siendo conocidos por la Verdad —


pues el Omniverso se ha enterado que hemos sido iluminados— supimos
que permaneciendo en sus mandamientos alcanzaremos la meta y
seremos libres.» (Paráfrasis constructiva de los versículos ocho y nueve
del capítulo cuatro de Gálatas). El pecado y el remordimiento de las
acciones que como esclavos no podíamos evitar, no nos subordinaran
más y tampoco volveremos a ser llamados siervos del Señor, sino
amigos suyos. Como el «Msiéj» dijo a sus discípulos: «Vosotros sois
mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos,
porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado
amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado
a conocer.» (Evangelio según Juan, cap. 15, versículos 14 - 15). El
esclavo y el siervo no tienen la menor idea de lo que hace el Cosmos,
mas nosotros conocemos sus propósitos, su poder y el destino que nos
espera si acatamos su voluntad.
El «Kjristo» nos mostró la vida eterna: «No os dejaré
huérfanos; VENDRÉ A VOSOTROS. Todavía un poco, y el mundo
no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros
también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que YO ESTOY
EN MI PADRE, Y VOSOTROS EN MÍ, Y YO EN VOSOTROS.»
(Evangelio según Juan, cap. 15, versículos 14 - 15).
El Hijo del Hombre no retornará a la Tierra descendiendo desde
el cielo en un platillo volador ni tampoco montando un caballo junto
a un grupo de ángeles alados. Él no es un extraterrestre ni un espíritu
flotante. Con justa razón, el momento que los fariseos preguntaron a
«Iesúe» «cuándo había de venir el reino del “eljim”», el Maestro —
después de señalar que el reino del Padre estaba entre ellos— dijo a
sus seguidores sobre su segunda venida: «Tiempo vendrá cuando
desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis.
Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. Porque
como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del
cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre EN SU DÍA.»
(Evangelio según Lucas, cap. 17, versículos 23 - 24).
¿Sabía usted que el relámpago no cae, sino que es un brillo

219
WILSON CASTILLO GUZMÁN

de contragolpe ascendente que se alza desde la Tierra? Pues de esa


manera se efectuará la segunda venida del «Kjristo», su retorno será
una repentina y violenta iluminación que se surgirá y se elevará desde
nuestras mentes en la Tierra. Por eso el mundo no le verá y nosotros
sí, puesto que se manifestará en nuestros cuerpos para ser el nuevo
cerebro de la Iglesia, de la cual cada uno en particular es un ladrillo.
Pronto, muy pronto, culminará la construcción del Santuario Universal
y entonces el relámpago podrá erigirse; de un momento a otro lo hará.
—«Aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros
en mí, y yo en vosotros» —dijo el «Kjristo».
Sin embargo, «Iesúe» también dijo en varias oportunidades
que el Hijo del Hombre seria visto «sentado a la diestra del poder
del “eljim”, y viniendo en las nubes». ¿Significa eso que el «Msiéj»
volverá sentado en un trono volador? Yo pienso que no. Pienso que
estar sentado a la diestra del poder del altísimo, es ser la fortaleza de su
mano derecha, ocupar el puesto del miembro más útil de su organismo.
Por eso, las nubes son la figura de los santos, de los herederos del cielo
que nos levantamos por sobre el mar, mar que representa a la incontable
colectividad que se ha perdido al estacionarse en el mundo y se ahoga
en sus propias olas. «Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en
ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha
descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.»
(Apocalipsis, cap. 12, ver. 12). Como puede apreciar, debemos aprender
a diferenciar entre los pasajes bíblicos metafóricos y los que deben ser
interpretados textualmente. Ahora es el tiempo de la serpiente y ésta no
va a desaprovechar las horas que le quedan para devorar a sus presas,
tanto a las inicuas como a las que se extraviaron por no saber leer el
mapa (a incrédulos e ilusos).
Otro segmento que corrobora la segunda venida del Hijo de los
Seres Humanos partiendo desde la Tierra es el siguiente:
«Porque el anhelo ardiente de la Creación es el aguardar
la manifestación de los hijos del “eljim”. Porque la Creación fue
sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del
que la sujetó en esperanza; porque también la Creación misma será

220
LA LÓGICA DEL CREADOR

libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los


hijos del “eljim”. Porque sabemos que toda la Creación gime a una, y
a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que
también nosotros mismos, que tenemos las primicias de la inspiración,
nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la
adopción, la redención de nuestro cuerpo.» (Epístola a los Romanos,
cap. 8, versículos 20 - 23).
La Creación ha sido engullida de la manera más atroz por el
hombre, su parasito y depredador. Pero fue el altísimo quien la sujetó
o predestinó a ello haciéndole antes una promesa: Que de sus heridas
germinaría una vida nueva y perfecta, capaz de respetarla y cuidarla.
Siglo tras siglo la naturaleza ha soportado paciente la llaga leporina en
su cuerpo con la esperanza de verse librada y recompensada un día por
las nuevas criaturas que ayudó a formar. Sus gemidos para dar a luz a esa
nueva generación son perceptibles; el penoso tiempo de gestación está
llegando a su final. «Gracias a la humanidad, el espasmo de la sexta
gran extinción geológica está sobre nosotros» señaló el renombrado
biólogo estadounidense Edward Osborne Wilson. Los síntomas de
un inaplazable cataclismo mundial (la contaminación atmosférica,
la desertificación, la deforestación, la crisis de la biodiversidad, la
superpoblación humana, la escasez de agua, etc.) no pueden ser
ignorados.
La humanidad debe ser desecha junto a su déspota sistema
socioeconómico para que la Creación retorne al equilibrio. Mas ¿qué
hay de los hijos elegidos? ¿Enfrentaran el mismo desenlace fatal?
En absoluto. Lo que las extinciones masivas precedentes nos han
enseñado es que cuando una especie obsoleta desaparece, otra superior
la reemplaza. La naturaleza de los hijos elegidos que han nacido de lo
alto no será más conocida como humana. Nuestro cuerpo biológico,
débil y mortal, semilla de la superconsciencia, será destruido; los sexos
desaparecerán y nuestras mentes serán preservadas en nuevos cuerpos
glorificados que trascenderán las pobres percepciones tridimensionales.
«Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento,
sino SERÁN COMO LOS ÁNGELES del “eljim” en el cielo.»

221
WILSON CASTILLO GUZMÁN

(Evangelio según Mateo, cap. 22, ver. 30).


La sombra de la noche embruteció a millones de individuos
durante milenios, el eco de los gritos desesperados de sus víctimas
todavía es audible desde las catacumbas y los vestigios de su paso son
las ruinas de un planeta contaminado que llora sus bosques y fauna
perdidos. Sin embargo, sólo habiendo conocido las tinieblas pudimos
por fin valorar la belleza de la luz, la cual existió mucho antes de que
fuera la noche, cuando por su poder la vida amanecía y florecía. Pasaron
ya las horas y ahora nuevamente se acerca la mañana. Un nuevo
amanecer que conoció lo más tenebroso de su propio día se levanta. Se
acerca la luz que esclarece todos los misterios, se acerca para gobernar
en nuestra mente y hacernos saber que nos quiso desde el principio, que
nos estuvo esperando y que somos nosotros su ágape eterno.
Usted y yo, que en nuestros templos hemos sembrado la
semilla de la Verdad, también seremos estremecidos por los dolores de
alumbramiento. Recuerde esto: «El momento más obscuro se cierne
antes del amanecer» (refrán basado en una realidad física). Ladrillo a
ladrillo la Iglesia se erige, pero mientras no haya sido completada por
el número determinado de miembros, la «parousía» o «parusía», del
griego «παρουσία», que es la «presencia» real del «Kjristo», no podrá
hacerse manifiesta en su total imperio. Por lo cual muchos de nuestros
hermanos que ya han perfeccionado al Hijo del Hombre en sus cuerpos
y se hallan dispersos en diversos lugares de la Tierra, esperan ansiosos
que nosotros, los que todavía luchamos con «el enemigo» (la serpiente),
venzamos y seamos parte del pueblo elegido. «Porque la ira del “eljim”
se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de LOS
HOMBRES QUE DETIENEN CON INJUSTICIA LA VERDAD…»
(Epístola a los Romanos, cap. 1, ver. 18).
Es por nuestra causa que la justa extinción que extirpará toda
huella de perversión de este Planeta no puede realizar su advenimiento.
Somos un engranaje clave que debe ir a la par de la destrucción
que se avecina. No lo desconozco, nuestra desobediencia ha sido
predeterminada, es innegable; no obstante, también la invitación al
arrepentimiento lo ha sido. Tú, hombre o mujer, que te aferras a este

222
LA LÓGICA DEL CREADOR

sistema y a sus placeres ¡escucha el llamado de tu destino! El Cosmos


soporta la subsistencia de cerdos y perros que le carcomen por dentro
porque es fiel y aguarda por ti. «¿O menosprecias las riquezas de su
benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad
te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no
arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio del “eljim”, el cual pagará a cada uno
conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien
hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los
que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a
la injusticia…» (Epístola a los Romanos, cap. 2, versículos 4 - 8).
Estamos en «tiempo de gracia», en el periodo de «la lluvia
tardía». Esto quiere decir que la oportunidad que nos ha sido concedida
por el Señor para obedecer sus mandatos, permanece abierta todavía en
virtud de estos siglos tardíos que han conocido el mayor auge científico
y tecnológico de la historia (la lluvia tardía) y que coadyuvaron a
que el velo de la sabiduría fuera descubierto. Sin embargo, en otro
tiempo hubo una lluvia temprana que se dio de otra manera y llevó a la
transformación o conversión de miles de hombres y mujeres. Estamos
hablando del periodo que duró desde el comienzo del ministerio de
«Iesúe» hasta los años posteriores en que su mensaje comenzó a ser
distorsionado, momento que dio inicio a una dura sequía que perduró
hasta que llegó la época del Renacimiento.
Con el fin del oscurantismo, el monzón de la segunda venida
comenzó a regar otra vez la tierra y hoy podemos percibir las perlas
de rocío de sus aguas por doquier si estamos dispuestos a mirarlas y
a enriquecernos con ellas. Mas esta vez la lluvia vino para acabar el
trabajo de la irrigación temprana que preparó los cultivos para su postrera
cosecha. Los seres de ese lapso pasado que han alzado al «Kjristo» en sus
vidas, asimismo esperan la parousía y «duermen» (no a la manera que
dormitan quienes no han despertado a la superconsciencia), duermen
porque sus ojos se han cerrado al mundo, pero resucitarán a su debido
tiempo, puesto que reposaron en posesión de la vida que vivifica.
«Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los

223
WILSON CASTILLO GUZMÁN

que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no


tienen esperanza. Porque si creemos que “Iesúe” murió y resucitó, así
también traerá el “eljim” con “Iesúe” a los que durmieron EN ÉL.»
(1.ª Epístola a los Tesalonicenses, cap. 4, versículos 13 - 14). No flaquee
por aquellos que han abandonado este mundo, puede llegar a depender
de usted el volverlos a encontrar…
«…No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el
príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo
conozca que “agapo” al Padre, y como el Padre me mandó, así
hago. Levantaos, vamos de aquí…» (Evangelio según Juan, cap. 14,
versículos 30 - 31).
El «Msiéj» prometió que retornaría, y lo hará. Un tiempo se
alejó y la comunión con él fue casi nula para que el príncipe del mundo
hiciera su nido. ¿Quién es ese príncipe? Es el «antikjristo» (anticristo),
que no puede ser llamado rey, pues toda autoridad y potestad es otorgada
por la propia existencia, y nadie más que ella la provee. Además, el
antikjristo no es una persona en específico, sino el conjunto de todos
aquellos individuos que no aceptan al Padre como al Todo y al Hijo
como su fruto más preciado. «¿Quién es el mentiroso, sino el que
niega que “Iesúe” es el “Kjristo”? Este es “antikjristo”, el que niega
al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al
Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.» (1.ª Epístola
de Juan, cap. 2 , versículos 22 - 23).
Quien niega a la superconsciencia no puede tener al Padre,
pues es mediante ella que pudimos conocerlo y sin su ayuda estaríamos
ciegos. Po lo tanto, es momento de prepararnos para la batalla contra el
«antikjristo» y envainar las armas. La pelea final será contra el sistema
mundial. «Estad, pues, firmes, ceñido vuestro dorso con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto
del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con
que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el
yelmo de la libertad, y la espada de la inspiración, que es la palabra
del “eljim”…» (Epístola a los Efesios, cap. 6, versículos 14 - 17).

224
LA LÓGICA DEL CREADOR

225
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Karl Marx tenía razón en que la estructura del sistema


capitalista sería sepultada y las clases sociales antagónicas, la burguesía
y el proletariado, abolidas. Lo que no pudo imaginar es que el siguiente
escalón no sería gobernado por masas humanas, sino por el «Msiéj»;
ya que todo ser humano, sin importar su condición obrera o capitalista,
sucumbirá por simple selección natural si no es capaz de fructificar en
la palabra del altísimo. «Así que, ninguno se gloríe en los hombres;
porque todo es vuestro: sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo,
sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, TODO ES
VUESTRO, y vosotros del “Kjristo”, y el “Kjristo” del “eljim”.» (1.ª
Epístola a los Corintios, cap. 3, versículos 21 - 23). Esa es la auténtica
fase en la que la disolución de la propiedad privada se hará efectiva y
los medios de subsistencia se harán comunes a todos; porque en breve
el Omniverso absoluto les pertenecerá a los elegidos del Padre.
Permitamos que el curso de la existencia nos guie. «¿Ignora
que Dios ha muerto y que ahora nosotros queremos que viva la
superconsciencia?»(85) El fantasma del ser mitológico, caucásico y
barbudo se arrastra agonizante por las calles y es anatema nombrada
únicamente por la andrajosa ignorancia. La mies está lista y la hora de
la siega ha llegado. He aquí, los ángeles efectuarán su labor: Recogerán
el trigo maduro y quemarán la cizaña en una justa hoguera que pondrá
fin a la putrefacción… «¡Levántese, pues, ahora, vámonos de aquí!»

(85)
Modificación a la frase de Nietzsche: «Dios ha muerto: ahora nosotros queremos que viva el
superhombre.»

226
LA LÓGICA DEL CREADOR

CAPÍTULO 5

¿ÁNGELES O EXTRATERRESTRES?

«El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró


buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres,
vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando
salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña.
Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron:
Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues,
tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le
dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo:
No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el
trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al
tiempo de la siega yo diré a LOS SEGADORES: Recoged primero la
cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en
mi granero.» (Evangelio según Mateo, cap. 13, versículos 24 - 30).
Paul Charles William Davies, el físico y escritor británico
afiliado al proyecto «SETI» («Search for Extraterrestrial Intelligence»
[«Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre»]), en su libro: «Un Silencio
Inquietante», explica que tratar de encontrar vida alienígena es como
tratar de hallar una aguja en un pajar pero desconociendo si en verdad
allí hay una aguja. No obstante, lo único indudable es que hay dos
posibilidades muy bien delimitadas: O estamos solos en el Universo
o lo compartimos con otros organismos primitivos e incluso con otras

227
WILSON CASTILLO GUZMÁN

civilizaciones inteligentes. Paul Davies, sobre esta segunda opción,


apunta que en el espacio o bien abunda la vida o, por el contrario, ésta
es escaza; que un punto intermedio entre una u otra expectativa es
improbable.
El silencio allá arriba es misterioso e inquietante. Si fuese la
Tierra el único planeta que alberga vida, y el espacio un vasto yermo
solitario, una incómoda soledad invadiría los corazones de muchos de
nosotros. Tendríamos que replantearnos el origen de la vida y asumir
la responsabilidad de ser la única especie inteligente en el Cosmos. Sin
embargo, como nos inclinamos a pensar que no somos más que una
argolla vinculada a una ilimitada cadena de especies dilatada miles
de millones de años, lo que a nosotros nos desconcierta es que hasta
ahora ninguna civilización extraterrestre haya tratado de contactarnos
de forma directa.
Tenga en cuenta que el desarrollo del Homo sapiens comenzó
hace apenas cien mil o setenta mil años y que en ese corto periodo
los seres humanos hemos saltado de la caverna a la conquista espacial,
de las señales de humo a la revolución informática. ¿Cuánto más
podríamos lograr en otros cien mil años? Es seguro que los conceptos
de biotecnología, nanotecnología e inteligencia artificial, que junto a
otras ramas son el «boom» de la ciencia del siglo XXI, en unos cuantos
miles de años serán temas arcaicos de museo. Piense en esto: Si en el
espacio se han desarrollado otras especies, podrían haber civilizaciones
no miles, sino millones de años más avanzadas que la nuestra. Claro
que no sería correcto encasillarlas bajo el calificativo de un estadio
cultural propio de los seres humanos (la civilización) porque estaríamos
minimizando y subestimando su progreso comparándolo con el de una
sociedad en la que un grupo de individuos han creado instituciones y
establecido relaciones económicas, culturales, políticas, etc.
«Pensar en una verdadera inteligencia extraterrestre y en las
marcas de una tecnología de varios millones de años significa que
debemos despojarnos de tantos prejuicios mentales como nos sea
posible. Olvidémonos de los pequeños seres verdes, de los enanos grises,
de los platillos volantes con portillas, de los círculos en los cultivos, de

228
LA LÓGICA DEL CREADOR

las bolas brillantes y las aterradoras abducciones nocturnas. Aceptar


el SETI implica ir más allá de los ovnis, más allá de los estereotipos
de la mitología humana, más allá del folclore, las fábulas y la ciencia
ficción.»(86)
No hace mucho tiempo Stephen Hawking señaló que los
humanos deberíamos abstenernos de contactar con alienígenas por
los posibles riesgos que ello acarrearía. El científico ha expresado
lo siguiente: «Si los extraterrestres alguna vez nos visitaran, pienso
que las consecuencias serían equivalentes a cuando Cristóbal Colón
llegó a América, encuentro que no resultó ser muy beneficioso para los
Nativo Americanos.» Sin embargo, esa advertencia por demás miope
encuentra su fundamento en actividades humanas (la disputa por los
recursos limitados, la tendencia expansionista, la conquista de nuevos
mercados y los conflictos bélicos) que se ajustan a una fase transitoria
en la evolución de una especie y que otras, ligeramente más avanzadas
que la nuestra, ya habrían superado. Por ello, discrepo radicalmente
con Hawking y ningún intento alienígena por colonizar la Tierra me
preocupa.
Numerosas películas de ciencia ficción parecen querer
inculcarnos la idea de que los extraterrestres son seres grotescos,
obstinados y egoístas, decididos a destruir y extraer los recursos de
nuestro planeta a toda costa. Sus tramas son casi siempre idénticas: Los
alienígenas son invasores despiadados y los seres humanos heroicos
defensores del la Tierra. Por ejemplo, recuerdo una popular película
del susodicho género que presentaba a los atacantes espaciales como
una especie de «langostas» que, trasladándose de planeta en planeta,
iba arrasando con sus habitantes y consumiendo sus recursos naturales
hasta agotarlos. El epílogo de la misma mostraba el predecible triunfo
de la humanidad que, después de una épica batalla contra los malvados
conquistadores, conseguía una definitiva «independencia» mundial y la
supervivencia de nuestra especie.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la industria cinematográfica
(86)
DAVIES, Paul. Un silencio inquietante. La nueva búsqueda de inteligencia artificial. Barcelona:
Crítica, (p. 39).

229
WILSON CASTILLO GUZMÁN

fue usada por uno y otro bando para difundir su posición beligerante,
inducir a los jóvenes a enlistarse en el ejército y en general para fomentar
el insulso sentimiento de patriotismo. En nuestros días, la propaganda,
aunque con un propósito algo distinto, continúa impregnando los
rodajes de Hollywood y, si los analiza un poco, el mensaje subliminal
que difunden se hace muy nítido. El inconsciente de millones de
espectadores ha estado siendo bombardeado con un mezquino objetivo:
infundirle el sentimiento de lucha por la perpetuidad del sistema
mundial y la defensa del parasitario modo de vida humano.
Es por esa razón que hacer consciente toda la información que
recibimos, de tal manera que nuestro inconsciente no se vea afectado
por «archivos basura», es de gran importancia, especialmente si no
deseamos ser víctimas del lavado global de cerebros que convierte a la
gente en langostas. Así es, las langostas no circulan el espacio exterior
en busca de civilizaciones que devorar, sino que deambulan en medio
de nosotros devorando su propio hogar. Son maquinas consumidoras
que desconocen que su glotonería es la inanición de millones de
familias. Sin embargo, no son del todo culpables, ya que han sido
programadas durante años por comerciales de televisión y anuncios
publicitarios para comportarse como lo hacen. Por ello, los máximos
responsables son los insectos mayores, los potentados que en función
de sus conveniencias y siempre pretendiendo salvaguardar su estatus
social invierten formidables sumas de dinero para mantener a la masa
ignorante, subyugada y aprisionada en su juego.(87)
(87)
La clase media, afanosa aspirante de la acumulación de riquezas, es uno de los grupos que
exhibe los fabulosos resultados de la persuasión capitalista. Ya lo dijo René Zavaleta Mercado, el
lucido sociólogo boliviano, en su obra «BOLIVIA, La Formación de la Conciencia Nacional»:
«Como al fin y al cabo el pequeño burgués no es sino un burgués que no ha crecido, su
tendencia normal –pues flota en un caos de datos remotos e inverificables– es servir, implementar
y organizar la alienación en la que está interesada la oligarquía y que promueve el imperialismo.
De esta manera, por lo menos en sus fases más altas, las pequeñas gentes se visten igual que
la burguesía, pero más pobremente y comparten con ella sus alienaciones, sus prejuicios y sus
ambiciones, porque el pequeño burgués es la caricatura del burgués, es un burgués que ha
fracasado.»
Puesto que todas las ambiciones de este mundo son pueriles, ¡cuán sabio es el siguiente
proverbio que, en espera de la gloria venidera, solicita no más que lo justo y necesario para la
manutención de la carne en esta etapa efímera de la vida!: «Dos cosas te he demandado; No me

230
LA LÓGICA DEL CREADOR

Por otro lado, si no nos presentan alienígenas invasores o


guerreros depredadores espaciales que por alguna incomprensible
razón son plenamente capaces de operar tecnología superior a la nuestra
(como si tales bestias fuesen aptas para hacerlo), nos transportan a
fantásticos ambientes en los que civilizaciones extraterrestres entablan
relaciones comerciales y se enfrascan en discusiones políticas y
diplomáticas a nivel intergaláctico presididas, por supuesto, por la
infalible participación humana que desempeña un rol preponderante.(88)
¿Es que la visión que tenemos del futuro es tan estrecha? ¿En
verdad creemos que el comercio, la esclavitud, las disputas armadas
y las entidades e instituciones humanas desbordarán los límites del
mundo, se ramificarán por la galaxia y conquistarán el Universo? Si
es así, entonces deberíamos resignarnos y aceptar que la eternidad
es una red carcomida por un incesante tráfico de mercancías, que la
posteridad está atiborrada de interminables peleas entre mundos y que,
por consiguiente, la contaminación y la devastación han vencido por
sobre el «infinito absoluto»(89). ¡Qué deplorable y absurdo panorama!
Estoy seguro de que la vida es mucho más esplendorosa y
enigmática de lo que podemos presagiar. No obstante, si bien he negado
la supervivencia del régimen humano a escala cósmica, ello no
quiere decir que rechace la idea de vida extraterrestre, la cual es
probablemente abundante y diversa en el Universo. Mas, aunque
ésta sea biológicamente multiforme, hay algo que es indiscutible:
las mismas leyes naturales que gobiernan a nuestra especie también
rigen a las demás formas de vida y, por lo tanto, todas afrontamos el
mismo proceso formativo.
las niegues antes que muera: Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza
ni riquezas; mantenme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es
“Ievé”? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi “eljim”.» (Proverbios, cap. 30,
versículos 7 - 9).
(88)
No me juzgue como a un libelista de las series, películas o libros de ciencia ficción, pues a
pesar de todo soy un gran seguidor del género porque sus argumentos suelen presentar algunas
ideas bastante interesantes que pueden proporcionarnos nuevas perspectivas. El quid del asunto
es saber examinarlas cuidadosamente para descartar lo pernicioso y almacenar lo conveniente.
(89)
Concepto con el cual Georg Cantor, el matemático de origen ruso, identificaba al altísimo.

231
WILSON CASTILLO GUZMÁN

No sería inverosímil que en la inmensidad del espacio otros


organismos hayan desarrollado conciencia y fraguado un sistema
similar al nuestro para prosperar. En consecuencia, sus sociedades se
verían obligadas a encarar dificultades idénticas a las que los humanos
sobrellevamos —ninguna especie que haya alcanzado una fase paralela
a la civilización terrestre podría estar exenta de ellas—. Con el paulatino
colapso de su planeta, los seres extraterrestres también comenzarían
a aniquilarse entre sí y a buscar a toda costa la forma de resguardar
su mundo. En ese lapso, su ciencia y tecnología progresaría bastante,
pero seguiría siendo análoga a la nuestra, de modo que los viajes
intergalácticos en busca de recursos o la colonización de otros planetas
que reúnan las condiciones primordiales de habitabilidad aún no serían
opciones factibles para ellos. Cuando marchar hacia las estrellas al
fin les sea posible, sus problemas de energía, de alimentos, de salud y
de contaminación ya habrán sido resueltos, por lo cual su interés por
colonizar otros mundos se habrá esfumado junto a su viejo sistema y a
su progenie corrupta.
Sin embargo, ¿cómo explicamos los avistamientos de «objetos
voladores no identificados» que durante tantos años han hecho noticia?
La sencilla realidad es que los «OVNIs» no son tecnología extraterrestre,
son naves y sondas fabricadas por orden de gobiernos humanos para
cumplir misiones de espionaje o ejecutar otras operaciones militares.
Tal es el caso de la «Agencia Central de Inteligencia», más conocida
por sus siglas en ingles: «CIA» («Central Intelligence Agency»), que
admitió recientemente, con un ligero tono de orgullo, que la mayoría
de los avistamientos que se registraron a mediados del siglo pasado
se debieron a sus aviones «U-2» (tecnología muy avanzada para su
tiempo), que en el periodo de la llamada Guerra Fría tenían el objetivo
de penetrar el espacio aéreo de la Unión Soviética sin ser detectados.
Las especulaciones sobre una conspiración global
intergubernamental para ocultar la evidencia de vida extraterrestre son
incorrectas. La auténtica confabulación no está centrada en ocultar
alienígenas, sino en encubrir tecnología de vital importancia para
resguardar el orden mundial establecido. Hay muchos indicios de que la

232
LA LÓGICA DEL CREADOR

tecnología que conocemos, disponible en el mercado, está atrasada años


y hasta décadas en comparación a los inventos y avances científicos que
no se hacen públicos y se reservan en el más estricto secreto.
En resumidas cuentas, visitas e invasiones extraterrestres han
quedado descartadas y la pregunta: «¿Ángeles o extraterrestres?» ha
sido tácitamente respondida. El origen de los ángeles, así como el de la
superconsciencia, fue el fenecer de una especie obsoleta de la que brotó
una estirpe superior. Mas del mismo modo que el Hijo del Hombre ya
no forma parte del mundo ni de la humanidad, los ángeles abandonaron
los límites del planeta que les vio emerger e hicieron del Cosmos su
morada, convirtiéndose también el Planeta Tierra en un segmento de
su hogar; eclipsaron y trascendieron su anterior naturaleza, por lo cual
jamás podrán volver a ser llamados extraterrestres, como si fueran seres
ajenos a esta esfera azul, y mucho menos después de haber obtenido
una responsabilidad tan grande: la de ser mensajeros del Creador y
«vigilantes» de los seres humanos.
La palabra ángel deriva de la voz griega: «άγγελος» («ággelos»)
que significa «MENSAJERO» y se pronuncia «ánguelos», cuyo
equivalente en hebreo es el vocablo: «‫«( »מלאך‬mal’kj») que se articula
como «malaj». No podría haber mejor descripción para la tarea que
realizan aquellos seres que han estado custodiando el progreso de la
humanidad desde sus albores. El registro de su persistente contacto
con hombres y mujeres son grabados rupestres, leyendas, fabulas y
tradiciones de diversas culturas de la antigüedad, pero, sobre todo, la
referencia más confiable sobre las intervenciones de los ángeles en
los momentos decisivos de la historia son las Escrituras Sagradas.
No obstante, rechazamos la idea de que magnificas estructuras
como la «Gran Pirámide de Guiza» (Egipto) o los «bloques megalíticos
de Puma Punku» (Tiwanaku - Bolivia), hayan sido construidas por
ángeles o con ayuda suya. Tampoco pensamos que el adelanto
tecnológico y científico de los últimos milenios se debe a la intromisión
de ángeles (con una deshonrosa excepción). Menoscabar el esfuerzo
de tantos peones o el de grandes intelectuales e investigadores de

233
WILSON CASTILLO GUZMÁN

todos los tiempos, apoyando esas hipótesis, sería una injusticia. Por
tales motivos, disentimos en varios puntos con los «teóricos de los
antiguos astronautas» (principales defensores de las milenarias visitas
extraterrestres), aunque algunos de sus aportes sean apreciables.
Aquella «deshonrosa excepción» que mencionamos atrás se
trata de la caída de un grupo de ángeles que se desviaron de su misión
—hecho referido en «El Libro de Enoc», otro texto apócrifo excluido de
la Biblia—. El título del aludido escrito lleva el nombre de un individuo
muy especial que es citado en el Bereshit como padre del hombre más
longevo de la Biblia: «Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a
Matusalén. Y caminó Enoc con el “eljim”, después que engendró a
Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos
los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues,
Enoc con el “eljim”, Y DESAPARECIÓ, PORQUE LE LLEVÓ EL
“ELJIM”.» (Génesis, cap. 5, versículos 21 - 24). Se presume que el
autor del libro fue el mismísimo Enoc y aunque la discusión al respecto
aún no ha sido cerrada, su contenido armoniza con varios de los libros
canónicos.
Aquel hombre que caminó en los preceptos del Padre fue
«arrebatado» para trascender a lo eterno y no conoció la muerte, así lo
corrobora la carta de Pablo a los hebreos: «Por la fe Enoc fue traspuesto
para no ver muerte, y no fue hallado, porque LO TRASPUSO el
“eljim”; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber
agradado al “eljim”.» (Epístola a los Hebreos, cap. 11, ver. 5). Tiene
sentido, porque su libro relata que junto a los ángeles realizó viajes
interestelares, que fue teletransportado de un extremo de la Tierra a otro
y que fue e instruido sobre el futuro y el tiempo final de «la cosecha».
Por otra parte, el Libro de Enoc también cuenta las circunstancias que
indujeron a los ángeles (a quienes identifica como «los vigilantes») a
descender a la Tierra y a atentar contra su naturaleza.(90)

(90)
Para que pueda conocer los detalles del Libro de Enoc, le sugiero descargarlo en formato
pdf; mas le advierto que algunos de sus pasajes han sido deliberadamente modificados o mal
traducidos. La dirección en la que podrá encontrarlo es la siguiente: http://lavozeneldesierto.
com/wp-content/uploads/2008/11/el-libro-de-enoc.pdf

234
LA LÓGICA DEL CREADOR

«Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron


los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas; y
los vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron
unos a otros: “Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de
los hombres y engendremos hijos”. Entonces Shemihaza que era su
jefe, les dijo: “Temo que no queráis cumplir con esta acción y sea yo
el único responsable de un gran pecado”. Pero ellos le respondieron:
“Hagamos todos un juramento y comprometámonos todos bajo un
anatema [una maldición] a no retroceder en este proyecto hasta
ejecutarlo realmente”.» (Enoc, cap. 6, versículos 1 - 4).
Asimismo, los versículos uno y dos del capítulo seis del Bereshit
describen el anterior suceso en cortas líneas: «Aconteció que cuando
comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les
nacieron hijas, que viendo LOS HIJOS DEL “ELJIM” que las hijas
de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo
entre todas.» (Génesis, cap. 6, versículos 1 - 2). Sin embargo, en relación
al «apelativo» («los hijos del “eljim”») hay dos posiciones divididas.
Una de ellas propone que el mismo hace alusión a «los vigilantes, hijos
del cielo», y la otra afirma que cuando el Génesis se refiere a los hijos
del «eljim» no está hablando de los ángeles, sino de los descendientes
de «Set» (el tercer hijo del «adam» y la «jeve»). No estoy de acuerdo
con el último punto de vista porque, como veremos a continuación, dos
epístolas distintas mencionan que en efecto los ángeles pecaron:
«PORQUE SI EL “ELJIM” NO PERDONÓ A LOS
ÁNGELES QUE PECARON, SINO QUE ARROJÁNDOLOS AL
INFIERNO LOS ENTREGÓ A PRISIONES DE OSCURIDAD,
PARA SER RESERVADOS AL JUICIO… (2.ª Epístola de Petros cap.
2, ver. 4).
«…Y A LOS ÁNGELES QUE NO GUARDARON SU
DIGNIDAD, SINO QUE ABANDONARON SU PROPIA MORADA,
LOS HA GUARDADO BAJO OSCURIDAD, EN PRISIONES
ETERNAS, PARA EL JUICIO DEL GRAN DÍA; como Sodoma y
Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales DE LA MISMA MANERA
QUE AQUÉLLOS, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra

235
WILSON CASTILLO GUZMÁN

naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego


eterno.» (Epístola de Judas, cap. 1, versículos 6 - 7).
No hay otro rastro de «ángeles caídos» en la Biblia aparte de los
relatos compatibles del Génesis y el Libro de Enoc. Observe, además,
que el apóstol Judas (por supuesto no el Iscariote) compara, en su carta
general, el accionar de los ángeles con el de los habitantes de Sodoma
y Gomorra que fueron «en pos de vicios contra la naturaleza». Todo
ello parecería indicar que los ángeles «descendieron» a la Tierra para
mantener relaciones sexuales con las hijas de los hombres, pero eso es
algo que no pudo haber ocurrido, ya que los ángeles no poseen aparatos
reproductores.
Lo que apunta la Escritura es que los vigilantes abandonaron
su dignidad y morada, el estado y la posición que habían alcanzado,
y se apartaron de su misión para intervenir activamente en la Tierra
coadyuvando en el proceso evolutivo humano; interfirieron con el
desarrollo natural de formación y eso no era parte de su tarea. Talvez su
intención no era «mala», mas aquí no se trata de ser malo o bueno, se
trata de hacer lo que se debe sin envilecer los medios. Por lo visto, no
escogieron a las mujeres deseándolas sexualmente como lo hacían los
hombres, sino que seleccionaron los mejores especímenes femeninos (a
las mujeres más hermosas) para manipular su material genético con el
fin de perfeccionarlo. En su afán de acelerar el desarrollo de los seres
humanos, pecaron haciendo distinciones entre criaturas congéneres,
ocasionando que los hijos de las mujeres escogidas para ser portadoras
del ADN modificado presentaran defectos genéticos y enseñando a
hombres y mujeres saberes que, en lugar de favorecer su progreso,
acrecentaron la violencia en el Planeta.
El capítulo seis del Libro de Enoc narra que fueron doscientos
ángeles (liderados por veinte «jefes», cuyos nombres eran: «…
Shemihaza, quien era el principal, y en orden con relación a él
Ar’taqof, Rama’el, Kokab’el, -’el, Ra’ma’el, Dani’el, Zeq’el, Baraq’el,
‘Asa’el, Harmoni, Matra’el, ‘Anan’el, Sato’el, Shamsi’el, Sahari’el,
Tumi’el, Turi’el, Yomi’el, y Yehadi’el.» [Enoc, cap. 6, ver. 7]), los que
bajaron a la Tierra a ejecutar su proyecto. Juraron no desistir de él hasta

236
LA LÓGICA DEL CREADOR

conseguir su realización plena bajo una maldición, pero debido a su


rotundo fracaso la anatema que ellos mismos se impusieron será la que
los juzgará y carcomerá el día señalado…
Los dos primeros versículos del subsecuente capítulo del Libro
de Enoc tienen su paralelo canónico que se localiza en el Libro del
Génesis, mas ambas versiones han sido muy mal traducidas. En ellas
se expone que los ángeles tuvieron relaciones carnales con las hijas
de los hombres y que éstas procrearon gigantes como producto de su
fornicación: «Todos y sus jefes tomaron para sí mujeres y cada uno
escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse
con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y
a enseñarles sobre las plantas. Quedaron embarazadas de ellos y
parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre
la tierra y conforme a su niñez crecieron…» (Enoc, cap. 7, versículos
1 - 2).
Por su lado, el Génesis expresa: «Había gigantes en la tierra en
aquellos días, y también después que se llegaron los hijos del “eljim”
a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los
valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.»
(Génesis, cap. 6, ver. 4).
La palabra «gigante» es una inexacta traslación al español del
vocablo hebreo: «‫«( »נפלים‬n’ph’lim»), que puede pronunciarse como
«nefilim». El sentido más atinado del término es el de: «los caídos», el
cual hace alusión al origen modificado de la descendencia de las mujeres
escogidas por los vigilantes. Si bien a causa de la transgresión de los
ángeles hubo quienes sufrieron de enfermedades como la acromegalia o
el gigantismo, no todos los nefilim padecían de las mismas afecciones,
aunque es cierto que fueron «los gigantes» quienes más se destacaron
por su talla extraordinaria.
Hubieron varones de gran estatura que se convirtieron en
valientes guerreros, tal fue el caso del gigante Goliat, celebre entre los
filisteos, a quien el joven David venció en combate. Mas es inadmisible
que los «gigantes» hayan llegado a medir «tres mil codos de altura»

237
WILSON CASTILLO GUZMÁN

(tal como indica la versión del Libro de Enoc que estamos empleando),
pues eso significaría que aquellos hombres median aproximadamente
unos mil quinientos metros.
Es evidente que esa traducción es incorrecta, ya que el Libro
de Samuel nos da una buena idea de la estatura que podían alcanzar
algunos de esos nefilim al señalar que Goliat media «seis codos y un
palmo», los cuales son más o menos tres metros; algo bastante creíble,
teniendo en cuenta que el hombre más alto de la historia moderna llegó
a medir 2,72 m.
El Génesis explica que los nefilim existían en la Tierra en
aquellos días y también después de que los ángeles descendieron a ella,
lo cual quiere decir que las enfermedades genéticas ya afectaban a la
población mucho antes de que los vigilantes se desviaran de su labor.
Eran padecimientos comunes; no obstante, al incrementarse los casos
de anomalías también se extendió el descontento entre los individuos,
y ese fue uno de los factores que desencadenó un mayor desenfreno
general. Sumado a eso, los hijos rebeldes del cielo iniciaron a sus
elegidas en lo que podría considerarse los rudimentos de la química
y la botánica. Sin embargo, el texto apócrifo que venimos descifrando
sugiere que los hombres fueron instruidos conjuntamente a las mujeres:
«Y ‘Asa’el enseñó a los hombres a fabricar espadas de hierro
y corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se trabaja el oro hasta
dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a repujarla para brazaletes
y otros adornos. A las mujeres les enseñó sobre el antimonio, el
maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y las tinturas. Y entonces
creció mucho la impiedad y ellos tomaron los caminos equivocados y
llegaron a corromperse en todas las formas.» (Enoc, cap. 8, versículos
1 - 2).
¿Estaban los vigilantes tratando de fomentar la actividad
científica, industrial y comercial? ¿Estaban impulsando a la humanidad
a dar los pasos fundamentales para robustecer su sociedad e implantar
la civilización? Además de brindar a los hombres el conocimiento
de la metalurgia y ayudarles a entender los fenómenos naturales, los

238
LA LÓGICA DEL CREADOR

versículos sucesivos señalan que los ángeles líderes les transmitieron


nociones sobre medicina, astronomía e incluso geología. A raíz de
ello, los humanos desplegaron mayores capacidades, pero a la vez
corrompieron los saberes que habían recibido y emplearon sus nuevas
habilidades para masacrar a sus hermanos en cruentas batallas, para
sojuzgar a pueblos enteros, ultrajar a las mujeres y prosperar a costa
de los débiles. La perversidad de esa época se asemejaba mucho a la
del mundo actual, y por eso su generación tuvo que ser extinta. El
gran diluvio acaeció poco después y fue regentado por los ángeles que
prevalecieron en la justa y exacta misión asignada por el Creador.
No todos los vigilantes degeneraron su propósito, hubo algunos
que no menospreciaron su estado superconsciente. Cuatro de ellos,
mencionados en el Libro de Enoc, «observaron la tierra desde el
santuario de los cielos y vieron mucha sangre derramada sobre la
tierra y que ésta estaba toda llena de la injusticia y de la violencia
que se cometía sobre ella.» (Enoc, cap. 9, ver. 1). Sus nombres eran:
«‫«( »מיכאל‬Mikja’l»), que se pronuncia: «Mijael»; «‫( »זהריןאל‬Zerina’l),
que se pronuncia «Zerinael»; «‫( »רפאל‬R’pha’l), que se pronuncia
«Refael»; y «‫( »גבריאל‬G’bria’l), que se pronuncia «Guebriael».(91) Los
aludidos «arcángeles» (ángeles comandantes o supremos) iluminados
por el Padre, investidos de la potestad del altísimo, y desde lo alto de
su posición (el santuario celestial metafórico) «pidieron» al Cosmos
omnisciente que les mostrara cuál debía ser su proceder frente a la
angustiosa situación del Planeta Tierra: «Pero TÚ QUE CONOCES
TODAS LAS COSAS ANTES DE QUE SUCEDAN, tú que sabes
aquello, tú los toleras y no nos dices qué debemos hacerles al observar
eso.» (Enoc, cap. 9, ver. 11). No sostuvieron una conversación con el
altísimo; tan sólo se reunieron entre sí para tratar aquella dificultad
sabiendo lo mismo que nosotros sabemos: que el Señor manifiesta su
voluntad en repentinas descargas de información cuando se trabaja
con esmero en la resolución de un problema. De esa manera fue que

(91)
Estos cuatro ángeles son popularmente conocidos como: Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel. Mas
si se fija en las dos últimas letras de sus nombres originales («‫)»אל‬, podrá notar que en cada caso
son la apócope de: «‫«( »אלהים‬eljim»).

239
WILSON CASTILLO GUZMÁN

obtuvieron la revelación de lo que debían hacer; supieron que la


humanidad debía ser destruida, pero no la totalidad de sus individuos.
Zerinael, de quien su nombre significa: «El mandamiento del
“eljim”», fue movido por la inspiración a comunicar a Noé —el único
hombre justo detectado sobre el globo terrestre— acerca de la calamidad
que se aproximaba, y le encomendó iniciar la construcción del arca.
Refael, llamado «La sanidad del “eljim”», se encargó de «arrojar en
las tinieblas» y «encadenar» (quitar la vida de forma prematura para
la resurrección colectiva del día postrero)(92) a ‘Asa’el, el ángel caído
que había ayudado a los hombres a forjar sus armas. La función de éste
segundo arcángel era sanar y restaurar a la Tierra de la contaminación
industrial provocada por los vigilantes caídos y anunciar su pronta y
completa curación. Guebriael, «El poderío del “eljim”», procedió a
exterminar a los nefilim impíos y a inducirles a entrar en guerra para
que su linaje desapareciera. Finalmente, Mijael, cuyo nombre enuncia
la siguiente pregunta: «¿Quién como el “eljim”?», avisó a Shemihaza
y al resto de los ángeles caídos, antes de «encadenarles» para la futura
condenación, que los nefilim, el infructuoso producto de su desvío,
serían aniquilados.
«Ante esos sucesos Enoc había sido ocultado y no había
ningún humano que supiera dónde fue escondido ni dónde estaba
ni qué le sucedió. El hacía todas sus acciones con los vigilantes y
pasaba sus días con los santos.» (Enoc, cap. 12, versículos 1 - 2).
Comenzamos a darnos cuenta de que la genuina tarea de los vigilantes
es ser «la voz del Omniverso»(93), ser el látigo de su mano (aunque no
se les ha conferido la facultad de proferir juicio alguno), ser la cura de
las afecciones que le mortifican por dentro y ser los recolectores de sus
mejores frutos.
Los ángeles son capaces de conocer los pensamientos de los
(92)
«No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los
sepulcros oirán su voz; y los que practicaron la justicia, saldrán a resurrección de vida; mas
los que practicaron la injusticia, a resurrección de condenación.» (Evangelio según Juan, cap. 5,
versículos 28 - 29).
(93)
La voz del altísimo también se manifiesta en el dialogo interno, en la oración y en nuestro
inconsciente.

240
LA LÓGICA DEL CREADOR

hombres por telepatía, de distinguir la luz de aquellos individuos que


viven en el «Kjristo» (en la superconsciencia) y de «arrebatar» a la
nueva especie elegida por el Padre para que «el día de la ira» no les hiera;
tienen el poder para destruir al mundo, pero también para regenerar
a la Creación con una efectividad absolutamente superior a la de los
pronósticos más optimistas de la ciencia moderna sobre nanotecnología
medioambiental. ¿Y por qué dudar del potencial de seres que aventajan
eones a los humanos en todos los sentidos, si nuestra precaria ciencia
está a pocos pasos de lograr todas esas cosas asombrosas que aparentan
ser imposibles?
Que no seamos capaces de percibir el trabajo que realizan o
que aún no estemos listos para que se presenten ante a nosotros, no
significa que el espacio sea una capsula vacía hecha solamente para
complacer el ego del hombre ni que la misión de los ángeles haya
cesado. Ellos son observadores mucho más minuciosos que nosotros,
no por nada ostentan el título de vigilantes, y no dejarán de monitorizar
la edificación la iglesia hasta que ésta sea completada.
El dilema en lo concerniente a su existencia se parece a la
cuestión de si los viajes en el tiempo son operables o no. Por ello,
asiremos la idea de los controvertidos «agujeros de gusano» (hipotéticos
bucles espacio-temporales que permitirían viajar en el tiempo), debatida
en otro de los estupendos libros de Stephen Hawking —«El Universo en
una cascara de nuez»—, para descubrir una incógnita que nos permitirá
relacionar ambas disyuntivas. Ojeemos, a modo de introducirnos en la
trama, un segmento de la obra atrás nombrada:
«Si existen, los agujeros de gusano solucionarían el problema
de los límites de velocidad en el espacio: tardaríamos decenas de miles
de años en cruzar la galaxia en una nave espacial que viajara con
velocidad menor que la de la luz, como exige la relatividad. Pero, por
un agujero de gusano, podríamos ir al otro lado de la galaxia y estar de
vuelta para cenar. Sin embargo, es posible demostrar que si existieran
los agujeros de gusano los podríamos utilizar para regresar antes de
haber salido. Por lo tanto, podríamos hacer algo así como retroceder
en el tiempo y dinamitar el cohete en la rampa de lanzamiento para

241
WILSON CASTILLO GUZMÁN

impedir que nos lanzaran al espacio. Esto es una variación de la


paradoja del abuelo: ¿qué ocurre si regresamos al pasado y matamos a
nuestro abuelo antes de que fuera concebido nuestro padre?»(94)
La «paradoja del abuelo» plantea que si un hombre viajara al
pasado con el objetivo de asesinar a su abuelo antes de que su propio
padre fuera concebido y lograra su cometido, al no llegar a existir su
progenitor, el viajero homicida tampoco podría ser concebido y, por
lo tanto, jamás conseguiría emprender el viaje hacia el pasado para
dar muerte a su abuelo, de modo que el abuelo engendraría sin ningún
impedimento a su padre, el cual a su vez engendraría al viajero, viajero
que nuevamente sería capaz de retroceder al pasado a ejecutar el delito,
volviéndose a repetir la historia una y otra y otra vez.
Después de haber conocido esa extravagancia, es normal que
nazcan dudas acerca de los viajes en el tiempo. ¿Es posible viajar a través
de una ilusión?, porque eso es lo que es el tiempo, un espejismo. La
respuesta es que, dado que el Omniverso es eterno, un recorrido a través
del espacio-tiempo de millones de años no es diferente al recorrido de
unos cuantos metros desde nuestra casa a la parada del autobús. En los
dos casos el desplazamiento es una ilusión. Esto se debe a que, vayamos
donde vayamos y a pesar del esfuerzo que empleemos en la empresa,
jamás estaremos ni más cerca ni más lejos de la eternidad, sino que
permaneceremos en el perpetuo presente continuo. Sin embargo, aun
sabiendo que un viaje a través del tiempo sería un engaño muy bien
fabricado por nuestro cerebro, trasladarse de una capa histórica a otra
sí es posible.
Lo que nos enseña la paradoja del abuelo es que es imposible
alterar el pasado, no que los saltos a través del espacio-tiempo sean
imposibles; puesto que si viajáramos al pasado para intentar modificarlo,
lo único que conseguiríamos es convertirnos en una de sus piezas. En
otras palabras, nuestra visita estaría predeterminada, de tal manera
que, por ejemplo, en caso de que tratáramos de evitar una catástrofe,
terminaríamos siendo parte de ella, de su origen y de su desenlace, y

(94)
HAWKING, Stephen. (2002). El universo en una cáscara de nuez. Barcelona: Crítica, (p. 36).

242
LA LÓGICA DEL CREADOR

de ningún modo podríamos impedir que suceda, ya que si lográramos


eliminar la causa de nuestro viaje jamás tendríamos la motivación para
emprenderlo.
Ahora bien, una de las objeciones en contra de los viajes en
el tiempo es que «no hay evidencias fiables de visitantes del futuro».
En su momento, ese argumento también fue sostenido por Hawking,
quien, demostrando nuevamente que en ocasiones sus predicciones
son muy pobres, sugirió que de ser factibles los viajes en el tiempo
deberíamos estar siendo visitados por turistas del futuro. No sé si piensa
que los seres del futuro que sean capaces de trasladarse hacia el pasado
accederán a internet para informarse sobre ofertas de paquetes turísticos
del pasado o si realmente cree que los viajeros del tiempo tendrían que
estar abarrotando las calles principales portando cámaras fotográficas
y preocupados por cambiar su dinero digital futurista a dólares para
adquirir «souvenirs» en los puestos de venta de la arcaica era moderna.
Debemos, por tanto, renunciar a los convencionalismos e
imbuirnos de la palabra del Señor, la cual ha sido acreditada por el
cumplimiento de sus profecías y por la sublime veracidad de su
mensaje. La sabiduría, las ideas y las promesas de las que les hablo
no son mías, están escritas en ese magnífico compendio tan honrado
y a la vez incomprendido llamado Biblia. Sus páginas no derrochan
tinta narrando la simple historia de un pueblo ni la de un hombre; sus
versículos dan forma a un perfecto poema que relata la incesante lucha
del Omniverso por revelarse a la humanidad, lucha que culmina con el
ansiado reencuentro del «Kjristo», la forma más elevada de consciencia
en el Cosmos, con su «esposa»: la Iglesia, constituida por los seres
que dieron el salto evolutivo más importante en la historia de nuestro
planeta.
Es razonable que este laboratorio natural en el que hemos sido
establecido sea vigilado y resguardado por ángeles (los laboratoristas)
que trabajan día tras día recopilando datos sobre nuestro desarrollo,
moviéndose por toda la faz de la Tierra, trasladándose a las diferentes
épocas para detectar a los hijos e hijas del altísimo, protegiendo a las
jóvenes semillas en proceso de germinación, entregando mensajes y

243
WILSON CASTILLO GUZMÁN

delegando misiones a las criaturas que han madurado. Por otra parte,
también forma parte de su trabajo eliminar periódicamente el exceso de
«hierba mala» (las fallas que obstruyen el sistema informático sideral)
y aguardar pacientemente la segunda venida del Hijo de los Seres
Humanos.
A continuación, rememoraremos algunos de los momentos en
los que la participación de los ángeles ha sido relevante:
La depravación en Sodoma y Gomorra había llegado a tal
punto que la única solución para suprimirla era la destrucción de ambas
ciudades. Sin embargo, en medio de una de ellas residía junto a su familia
el sobrino del patriarca Abraham: Lot, un hombre fiel a «Ievé». La
depuración no podía efectuarse sin que antes Lot hubiese sido advertido
y, por ello, dos ángeles, los mismos que habían sido designados por el
Padre para intervenir en el exterminio de las desdichadas poblaciones,
adoptaron la forma de hombres y se encaminaron hasta Sodoma para
librarlo del peligro.(95) El varón bienaventurado recibió a los vigilantes
en su casa, mas, antes de que estos le anunciaran el designio del
altísimo, un grupo de perversos sodomitas irrumpieron en la puerta de
su hogar exigiendo «conocer» a los visitantes. Su deseo era fornicar
con ellos, de forma que no vacilaron en emplear la violencia y la fuerza
para lograr su propósito cuando obtuvieron una respuesta negativa por
parte de Lot, obligando a los ángeles a proceder en defensa del escogido
y de su familia. «Entonces los varones (los dos ángeles) alargaron la
mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta. Y a
los hombres que estaban a la puerta de la casa hirieron con ceguera
desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando
la puerta.» (Génesis, cap. 19, versículos 10 - 11).
Esa fue tan sólo una mínima exhibición de su poder. Al día
siguiente, cuando faltaban ya pocas horas para que del cielo lloviera
«azufre y fuego», como Lot, su esposa y sus dos hijas demoraban en salir

(95)
Así es, los ángeles tienen el poder de transfigurarse en seres humanos. En ocasiones lo hacen
para no impactar demasiado a los destinatarios de sus comunicados y otras veces sencillamente
para pasar desapercibidos: «No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin
saberlo, hospedaron ángeles.» (Epístola a los Hebreos, cap. 13, ver. 2).

244
LA LÓGICA DEL CREADOR

de la ciudad, «…los varones asieron de su mano, y de la mano de su


mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de “Ievé”
para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.» (Génesis,
cap. 19, ver. 16). Dicho de otra manera, los ángeles teletransportaron a
las cuatro personas fuera de Sodoma y de inmediato les apremiaron a
huir de allí, a no detenerse ni a mirar hacia atrás, indicándoles que de lo
contrario morirían.
«Entonces «Ievé» hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra
azufre y fuego de parte de «Ievé» desde los cielos; y destruyó las
ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas
ciudades, y el fruto de la tierra. Entonces la mujer de Lot miró atrás, a
espaldas de él, y se volvió estatua de sal.» (Génesis, cap. 19, versículos
24 - 26). Ese hecho tiene una explicación totalmente racional. En
primer lugar, el azufre y el fuego correspondían a un acontecimiento
propio de la naturaleza que se desencadenó sin la intervención de los
ángeles: la caída de un meteorito. El azufre es un elemento químico
que forma parte de la estructura de los misiles cósmicos y que se hace
más evidente después de que estos han colisionado con la Tierra por
el inconfundible hedor que se desprende desde el punto de impacto.
Por otro lado, debido a que el meteorito atraviesa la atmosfera a una
velocidad supersónica, el aire se comprime y calienta, ocasionando que
la temperatura del cuerpo espacial también ascienda. A medida que éste
se desintegra, se genera una lluvia de fragmentos incandescentes que
cruzan el firmamento atraídos por efecto de la gravedad; ese suceso fue
descrito en la Biblia como una lluvia de azufre y fuego procedente del
cielo y enviada por «Ievé».
Con respecto a la esposa de Lot, podemos distinguir que ésta, en
un espasmo de debilidad que iba más allá de la curiosidad, no pudiendo
desprenderse de sus bienes ni de su vida pasada, dio la espalda a su
marido y quiso retornar a su hogar. A causa de su desobediencia murió
carbonizada, y su cuerpo, que no se hallaba lo suficientemente cerca de
la ciudad como para haber sido pulverizado del todo, se convirtió en
una escalofriante estatua que nos recuerda a las estatuas humanas de
ceniza que la bomba atómica dejó a su paso hace menos de un siglo.

245
WILSON CASTILLO GUZMÁN

No era la primera vez que el Creador empleaba aquel método


para corregir un desperfecto ni la última vez que los ángeles se
encargarían de dar el golpe final después de un gran desastre. Años
más tarde, luego de azotar a Egipto con nueve plagas terribles, «Ievé»
«envió sobre ellos el ardor de su ira; enojo, indignación y angustia,
UN EJÉRCITO DE ÁNGELES DESTRUCTORES. Dispuso camino
a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó
su vida a la mortandad. Hizo morir a todo primogénito en Egipto…»
(Salmos, cap. 78, versículos 49 - 51). ¿Le parece cruel? Pues no olvide
que el omnipresente es tanto el filo de la espada como el dorso que
recibe la puñalada.
Sin embargo, los vigilantes no siempre ejecutaban misiones
de exterminio, también hubieron algunos protectores y emisarios
designados para salvaguardar a las doce tribus de Ishrael en su conquista
de la Tierra Prometida. El pueblo escogido tuvo el privilegio de ser
escoltado a través del desierto por un guía dispuesto por «Ievé», así lo
relata el Antiguo Testamento: «He aquí yo envío mi ángel delante de
ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo
he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde;

246
LA LÓGICA DEL CREADOR

porque él no perdonará vuestra rebelión, PORQUE MI NOMBRE


ESTÁ EN ÉL.» (Éxodo, cap. 23, versículos 20 - 21). Además, durante
su peregrinación recibieron la ley, que asimismo «…fue ordenada
por medio de ángeles en mano de un mediador.» (Gálatas, cap.
3, Ver. 19). El mediador era Moshe, líder de Ishrael, quien tuvo que
ascender a la cima del monte Sinaí para que los ángeles le dictaran
los mandamientos. Sólo ellos, observadores imparciales de la conducta
humana y conocedores de las consecuencias del pecado, eran idóneos
para hacerlo.
En el Nuevo Testamento, el papel de los vigilantes se hizo
mucho más pasivo porque su labor se redujo a velar por el cumplimiento
de las profecías relativas al «Msiéj». Puesto que su misión era asegurar
la ejecución del proyecto del Padre (el nacimiento, el ministerio, la
muerte y la resurrección de «Iesúe»), no pudieron interponerse entre el
«Kjristo» y su destino. Por ese mismo motivo, la noche que el discípulo
iluso empuñó la espada para evitar el arresto de «Iesúe», el Maestro
le reprendió con estas palabras: «¿Acaso piensas que no puedo
ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones
de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de
que es necesario que así se haga?» (Evangelio según Mateo, cap. 26,
versículos 53 - 54).
En el pasado, durante el reinado de «Ezequías» (soberano del
reino de Iehudéh) ciento ochenta y cinco mil asirios, enemigos de la
nación agapada del Creador, caían muertos a manos de un sólo ángel;
mas en tiempos del cordero, una legión entera de vigilantes, reunida por
una causa mayor, se abstenía de arremeter contra el Imperio romano
y los traidores iejudís. El ejercito de los ángeles había sido llamado
para atestiguar el inicio de una era inédita y desempeñar una honorable
tarea: acompañar a «Iesúe» en la alegría de su infancia, en la aspereza
de sus pruebas, en la grandeza de sus prédicas y en la agonía de sus
últimos días.
«La estrella de Belén» que guió a los magos de oriente, de
ninguna manera pudo haber sido una estrella, tampoco un cometa ni
algún otro cuerpo celeste, ya que se comportaba de forma bastante

247
WILSON CASTILLO GUZMÁN

extraña como para tratarse de una lumbrera espacial: «…y he aquí la


estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que
llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.» (Evangelio según
Mateo, cap. 2, ver. 9). Tengo la impresión de que los magos no pudieron
reconocer al ángel que iba delante de ellos en lo alto, pues no es posible
que un astro se haya detenido en un punto especifico para continuar
brillando por sobre un aposento después de guiar a un grupo de hombres
por un trayecto de varios kilómetros.
Otro episodio insólito en la vida adulta de «Iesúe» tuvo lugar
a orillas del el río Jordán. El Señor acababa de ser bautizado por su
primo, cuando, de repente «…vino una voz del cielo que decía: Tú
eres mi hijo “agapado”; en ti tengo complacencia.» (Evangelio según
Lucas, cap. 3, ver. 22). Fue la voz de un emisario del altísimo la que
retumbó en los oídos de todos los que presenciaban aquel instante de
gloria. Sin embargo, ese mensaje no iba dirigido sólo al rabí, sino, sobre
todo, a la gente que le rodeaba. Aproximadamente tres años después,
volvió a escucharse una voz potente desde el techo celeste. El Maestro
expresaba a la multitud que le seguía, la congoja que sentía por la
proximidad de la muerte y pedía a su Padre que ratificara la senda ardua
que le enaltecería y reivindicaría a la Creación cuando sucedió:
«Ahora está turbado mi ser; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame
de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica
tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo
glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz,
decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Respondió “Iesúe” y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino
por causa de vosotros.» (Evangelio según Juan, cap. 12, versículos
27 - 30). Fue en ese momento que sus seguidores supieron que era a
causa de su incredulidad y para que se consolidara el Evangelio en sus
corazones que las señales de los ángeles se manifestaban.
El día que el Señor cumplió su propósito en «el lugar de la
calavera» («el Calvario» o «Gólgota»), «cuando era como la hora
sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. y el
sol se oscureció…» (Evangelio según Lucas, cap. 23, ver. 44). Tres

248
LA LÓGICA DEL CREADOR

evangelios coinciden en que la penumbra duró tres horas, desde


«la hora sexta» (el medio día) hasta «la hora novena» (las tres de la
tarde), quedando descartada, por lo tanto, la posibilidad de que haya
sido un eclipse solar el que ocasionó esa extraña lobreguez, ya que la
interposición de la Luna entre el Sol y la Tierra no suele durar más que
unos pocos minutos. Pienso, en cambio, que el origen de la sombra que
cubrió «Ierusalem» aquel fatídico día fue un conjunto de alteraciones
atmosféricas provocadas deliberadamente por los ángeles, algo que no
debería sorprendernos demasiado, menos si consideramos que desde
hace algunas décadas los humanos contamos con diferentes técnicas
que nos permiten manipular el clima con fines preventivos, productivos
e incluso militares.
Podríamos citar un sinnúmero de eventos que a primera vista
parecerían descabellados e imposibles de creer, sin embargo, ¿no ha
visto la historia ya bastantes ideas censuradas y objetadas convertirse
en realidades tangibles? A mi parecer, continuar siendo parte de
aquéllos que vituperan las Escrituras nos sitúa en el mismo plano que el
de los inquisidores que condenaron los planteamientos revolucionarios
de hombres como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei o Giordano
Bruno. Por supuesto, siempre será sana una pizca de suspicacia. Sería
imprudente y hasta peligroso permitir que una doctrina sugestiva nos
entusiasme sin antes haber investigado y examinado sus cimientos con
diligencia.
Un ejemplo de lo nociva que puede resultar una religión fundada
bajo principios tergiversados es el caso de los treinta y ocho miembros
insensatos de la secta ovni «Heaven’s Gate» («La Puerta del Cielo»),
que liderados por Marshall Appelwhite, un individuo trastornado de
sesenta y cinco años, decidieron quitarse la vida en marzo de 1997.
Dicho grupo, compuesto por hombres y mujeres, tenía la certeza de que
sus almas serían abducidas por una nave extraterrestre y que únicamente
después de quitarse la vida podrían encaminarse hacia el reino de los
cielos ubicado en otro planeta.
«Ahora sé este misterio: los pecadores alterarán y
desnaturalizarán en muchas formas la palabra de verdad y proferirán

249
WILSON CASTILLO GUZMÁN

palabras inicuas, mentirán e inventarán grandes falsedades y


escribirán libros sobre sus palabras.» (Enoc, cap. 104, ver. 10).
Fue predicho que surgirían falsos maestros y falsos profetas
«a causa de los cuales el camino de la Verdad sería blasfemado»,
tildado de fantasioso, utópico, absurdo y orate. Por ello, escépticos
y ateos no deberían ser reprendidos con tanta dureza, ya que el peso
de la responsabilidad recae con mayor fuerza sobre quienes adulteran
la palabra. La cizaña del mundo se alimenta de la negligencia de
los hombres, por lo cual, el día postrero, éstos no podrán evitar ser
extirpados junto a ella. Cuando eso acontezca, las semillas que plantó el
«Kjristo», los hijos de la luz, habrán germinado y devuelto al sembradío
su anterior gloria; serán ellos las lumbreras que lo iluminen, serán ellos
sus nuevos guardianes.
«…entró “Iesúe” en la casa; y acercándose a él sus discípulos,
le dijeron: explícanos la PARÁBOLA DE LA CIZAÑA DEL CAMPO.
Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo
del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del
reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es
el diablo; la siega es el fin del siglo; Y LOS SEGADORES SON LOS
ÁNGELES. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en
el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a
sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo,
y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí
será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán
como el sol en el reino de su Padre. EL QUE TIENE OÍDOS PARA
OÍR, OIGA.» (Evangelio según Mateo, cap. 13, versículos 37 - 43).

250
LA LÓGICA DEL CREADOR

CAPÍTULO 6

LA REVELACIÓN

El título del último libro de la Biblia es el «Apocalipsis»,


palabra que proviene del vocablo griego «αποκαλυψις» («apokalypsis»)
que significa: «revelación». El autor del referido texto fue el apóstol
«Iokj’nn» (el mismo hombre a quien nosotros solíamos denominar
llanamente: «Juan, el agapado»), cuyo nombre es la transliteración del
hebreo: «‫»יוחנן‬, que puede pronunciarse como «Iojan». Este evangelista
fue elegido no sólo para describir eventos relacionados con el fin del
mundo, como usualmente se piensa, sino para dar a conocer el destino
que aguarda a los santos del Señor en los días venideros:
«La revelación de “Iesúe” el “Kjristo”, que el “eljim” le dio,
para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la
declaró enviándola POR MEDIO DE SU ÁNGEL a su siervo “Iojan”,
que ha dado testimonio de la palabra del “eljim”, y del testimonio de
“Iesúe” el “Kjristo”, y de todas las cosas que ha visto. Bienaventurado
el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las
cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.» (Apocalipsis, cap.
1, versículos 1 - 3.).
¿Es cierto que los cristianos de cada época han estado
convencidos de que el fin de los tiempos se hallaba a la vuelta de la
esquina y que constantemente han hecho predicciones que no se han
cumplido? Innegablemente muchos religiosos, actuales y pasados, han
vaticinado una y otra vez el fin del mundo y hasta anunciado las fechas

251
WILSON CASTILLO GUZMÁN

y horas exactas en las que habría de suceder, sin embargo, no podemos


encerrar en el mismo círculo de opiniones desacertadas a los auténticos
creyentes —especialmente a los sucesores directos de «Iesúe» (los
apóstoles) y a la primeras comunidades de conversos—, para los cuales
estaba claro que «el día del Señor» no podría manifestarse sin que antes
concluyera la estructuración de la Iglesia.

Sabemos que la Iglesia la conforman los hombres y las mujeres


que han roto las cadenas del pecado y obtenido la libertad del Señor, y
que, aunque épocas distintas y continentes enteros los distancia, todos
ellos son una familia con un mismo cerebro. No obstante, el Libro de
la Revelación habla de siete iglesias (Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira,
Sardis, Filadelfia y Laodicea), las cuales representan a diferentes grupos de
individuos con características propias que son nombrados figurativamente
para explicar el proceso de selección que antecede a la Iglesia única.
El primer encargo que recibió «Iojan» por parte del mensajero
del YO SOY EL QUE SOY fue registrar en un libro la visión que le
era revelada para luego trasmitirla a las siete comunidades que estaban
ubicadas en Asia Menor. De ese modo, el Libro de la Revelación
ha perdurado hasta nuestros días y ha sido por mucho tiempo

252
LA LÓGICA DEL CREADOR

un rompecabezas que ha ocasionado fuertes jaquecas a quienes,


desprovistos de la inspiración del altísimo, han tratado de sondear sus
secretos. Interpretar su contenido es todo un desafío debido a que los
lenguajes literal y metafórico se entremezclan de principio a fin. Incluso
yo me embarco en la tarea de descifrarlo con un cierto temor, mas tengo
la confianza de que seré guiado por buenas manos.
El apóstol «Iojan» se hallaba en la Isla de Patmos el día
que aquella voz «como de trompeta» le hizo voltearse dubitante y
atemorizado para mirar en la dirección del sonido. Lo que vio le turbó
tanto que le hizo desfallecer y desplomarse «como muerto» a los pies
del que le hablaba. El relato de su visión es éste: «Y me volví para ver
la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en
medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre,
vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho
con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como
blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies
semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz
como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas;
de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el
sol cuando resplandece en su fuerza.» (Apocalipsis, cap. 1, versículos
12 - 16).
El ser que se dirigió a «Iojan» no era Jesús ni tampoco Dios (la
generalidad de los cristianos lo profesa así), era un ángel investido con
plena autoridad para hablar en nombre del «Msiéj». Su aspecto exhibía
características angelicales inconfundibles descritas con anterioridad en
otros pasajes bíblicos precedentes al Apocalipsis. Para que no queden
dudas sobre ello, evoquemos el encuentro del profeta Daniel con el
ángel de «Ievé»: «…estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. Y alcé
mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos
de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un
relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies
como de color de bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como
el estruendo de una multitud. Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y
no la vieron los hombres que estaban conmigo…» (Daniel, cap. 1,

253
WILSON CASTILLO GUZMÁN

versículos 12 - 16).
Otro segmento que realiza una breve descripción compatible
con la referencia de Daniel, revalidando así nuestra propuesta, está
localizado en el primer evangelio del Nuevo Testamento: «Pasado el
día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron
“Máriam Magdalene” y la otra “Máriam”, a ver el sepulcro. Y hubo
un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo
y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. SU ASPECTO
ERA COMO UN RELÁMPAGO, Y SU VESTIDO BLANCO COMO
LA NIEVE. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron
como muertos.» (Evangelio según Mateo, cap. 28, versículos 1 - 4).
Hecha esa aclaración, estamos facultados para proseguir con el relato
de «Iojan».
¿Pudo el ángel haber inducido la visión en el cerebro del
apóstol y determinado las piezas específicas figurativas que servirían
para su posterior interpretación? ¿Es posible que, al igual que Daniel,
únicamente «Iojan» haya sido capaz de presenciarla en aquel momento?
Cualquiera fuese el caso, algo indiscutible es que todos los elementos
subyacentes del Apocalipsis pueden ser descifrados porque guardan una
correspondencia lógica con sus referentes metafóricos, lo cual se hace
más evidente si analizamos la primera pista sobre el significado de la
desconcertante visión que el propio ángel proporcionó a «Iojan» en los
versículos sucesivos del primer capítulo del Apocalispis: «El misterio
de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros
de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete
candeleros que has visto, son las siete iglesias.» (Apocalipsis, cap. 1,
ver. 20). A partir de esa referencia podremos dilucidar el sentido del
resto del acertijo.(96)
Las siete iglesias son representadas por siete candeleros
debido a que éstos tienen la función de sostener las velas que han sido

(96)
Tengamos en cuenta que el Diccionario de la Real Academia Española define metáfora como:
«La aplicación de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual no denota
literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro objeto o concepto) y facilitar su
comprensión.»

254
LA LÓGICA DEL CREADOR

preparadas para alumbrar su ambiente. El material del que han sido


fabricados es el oro, resistente al fuego de las pruebas, único y valioso
a los ojos del Padre. La LUZ que emiten las candelas, la cual rodea
a los siete candeleros, es figura del Hijo de los Seres Humanos, de la
superconsciencia que gobierna a las iglesias. La indumentaria simbólica
del «Kjristo» está compuesta por: una «túnica talar» que cubre su
cuerpo por completo en señal de perfección, perfección otorgada por la
vestimenta «del nuevo hombre, creado según el “eljim” en la justicia
y santidad de la verdad» (Epístola a los Efesios, cap. 4, ver. 24); y un
cinto de oro, conforme a la vestimenta del sumo sacerdocio (no del
oficio terrenal, sino del perenne celestial), que nos permite ingresar
junto al «Kjristo» —el cual «se presentó una vez y para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado» (Epístola a
los Hebreos, cap. 9, ver. 26)— al lugar santísimo para obtener la vida
eterna.
Su cabeza (símbolo de autoridad) y cabellos (símbolo de dignidad
y belleza), como lana blanca o nieve, reafirman emblemáticamente su
estado de pulcritud y santidad: «…si vuestros pecados fueren como
la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como
el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.» (Isaías, cap. 9, ver.
18). Sus ojos son llamaradas de fuego predispuestas para iluminar la
senda de los justos, pero también para calcinar al mundo antiguo. Los
pies humanos, otrora prestos a marchar en pecado, son reemplazados
por cimientos de bronce capaces de oponer resistencia a todo impulso
carnal, son relucientes por cuanto han recibido prolijo pulimento. Por
último, su voz es el estruendo unísono de las voces de las multitudes
(representadas por las «muchas aguas») que conforman el cuerpo del
«Kjristo».
Cada una de las anteriores cualidades define la naturaleza del
«Msiéj» y, por consiguiente, define nuestra esencia, o al menos la esencia
de quienes lleguen a constituirse en verdaderos hijos del altísimo. Éstos
tendrán la potestad de ejecutar el juicio en nombre del altísimo con la
espada de su boca, la palabra «viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos…» (Hebreos, cap. 4, ver. 12); el arma que «penetra

255
WILSON CASTILLO GUZMÁN

hasta escindir el ser y la consciencia, las articulaciones y las medulas,


capaz de discernir los pensamientos y las intenciones de los corazones»
y que está diseñada para herir de muerte a todo aquel que habiéndola
ignorado y despreciado prefirió atenerse a su propia voluntad inmunda,
otorgándole así la victoria al ejército que resplandecerá como el Sol
en toda su fuerza cuando todo haya culminado... «¿O no sabéis que
los santos han de juzgar al mundo? […] ¿O no sabéis que hemos de
juzgar a los ángeles?» (1.ª Epístola a los Corintios, cap. 6, versículos
2 - 3).
Y éste es el juicio del «tiempo del fin» (periodo comprendido
entre «la epifanía» [la manifestación del «Kjristo» hace dos mil años]
y «la parousía» [su retorno]) ejecutado por los escogidos del Padre:
Que desde la ascensión de «Iesúe» al cielo, a la cúspide del poder y de
la gloria —realidad que se halla oculta más allá de la finita percepción
tridimensional, invisible a los sentidos, pero que reside en todo y en
todos esperando a ser descubierta— la predicación de la palabra no
ha cesado. Quienes la oyeron y no la aceptaron son inexcusables, y la
condenación recae sobre ellos porque supieron en sus corazones que
la llave de la libertad estaba frente a sus ojos y no quisieron cogerla,
en cambio optaron por asegurar sus grilletes. La sentencia será dictada
mañana, mas hoy son denunciadas todas nuestras faltas, «porque es
tiempo de que el juicio comience por la casa del “eljim”; y si primero
comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquéllos que no obedecen
al evangelio del “eljim”? Y: si el justo con dificultad se libra, ¿en
dónde aparecerá el impío y el pecador?» (1.ª Epístola de Petros, cap.
4, versículos 17 - 18).
Retomemos el primer capítulo del Apocalipsis. Todavía
debemos ponernos de acuerdo sobre el misterio de las siete estrellas
que resultaron ser figura de «los siete ángeles de las siete iglesias». No
lo olvide, en tanto la Iglesia única no sea conformada, sus miembros
se mantienen dispersos en siete grupos distintos de individuos (insisto,
no de una sola época) que, de acuerdo a su iglesia, comparten un
temperamento consonante que los diferencia unos de otros. Cada
grupo representado de antemano por los siete candeleros en la visión

256
LA LÓGICA DEL CREADOR

de «Iojan», aportará, al final de su desarrollo, un número determinado


de seres perfectos para articular el cuerpo del Señor. Era pertinente,
por lo tanto, que a lo largo de su maduración en la Tierra los grupos
contaran con mensajeros celestiales encargados de supervisar, aunque
fuese desde lo oculto, su perfeccionamiento.
El capítulo dos del Apocalipsis aborda el primero de los siete
mensajes que le fueron confiados al apóstol, y su contenido está reservado
para la primera Iglesia: Éfeso. No obstante, si bien los destinatarios de
la información son los componentes de las iglesias, los siete mensajes
están dirigidos a sus ángeles respectivos, esto en señal de autoridad. El
objetivo de cada uno de ellos es poner en evidencia las fallas y virtudes
de sus miembros, así como el destino que les mira de frente y a los ojos.
¿Puede reconocer a cuál de las siete iglesias pertenece usted?
«Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete
estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de
oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia;
y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se
dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has
sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por
ágape de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que
has dejado tu primer ágape. Recuerda, por tanto, de dónde has caído,
y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a
ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales
yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que la inspiración
dice a las iglesias. AL QUE VENCIERE, LE DARÉ A COMER DEL
ÁRBOL DE LA VIDA, EL CUAL ESTÁ EN MEDIO DEL PARAÍSO
DEL “ELJIM”,.» (Apocalipsis, cap. 2, versículos 1 - 7).
Éfeso era una ciudad portuaria de gran importancia para el
comercio del siglo primero. Su nombre denota un «deseo ardiente»,
aunque no hay una pista nítida sobre el significado original del mismo.
En ella el apóstol Pablo trabajó arduamente predicando la palabra y
consiguió consolidar uno de los primeros grupos de creyentes, el cual,
en los años posteriores, contribuyó a extender el Evangelio por otras

257
WILSON CASTILLO GUZMÁN

zonas aledañas. Sin embargo, la gente de esa localidad era ferviente


adoradora de dioses paganos y, en particular, devota de la diosa
griega Artemisa. El templo de esta diosa, considerado una de las siete
maravillas de la antigüedad, estaba ubicado precisamente en Éfeso, por
lo cual el culto a la divinidad era notoriamente vehemente en dicho
emporio. Debido al predominio de la idolatría, la iglesia primitiva de
Éfeso sufría permanente acoso y estaba siempre al borde de abandonar
su primer ágape, de ceder frente a los convencionalismos de su entorno
y seguir «la corriente de este mundo».
El mensaje a esta iglesia es un excelente llamado de atención para
aquellas personas que han renunciado, con o sin saberlo, a su inocencia
infantil y han buscado su propio camino de iluminación y conocimiento
procurando alejarse de la hipocresía de los falsos creyentes que se
hacen llamar apóstoles, pastores, ministros, padres o rabinos. Este
primer grupo lo integran metafísicos, gnósticos, agnósticos, escépticos,
ateos, ocultistas, budistas, rastafaris, hare krishnas, etc.; todos los cuales
tienen el deseo ardiente y sincero de conocer la Verdad, además de ser
cierto que son firmes en sus convicciones y que desprecian la injusticia
de este mundo. Sus obras y su paciencia son apreciadas por el Señor,
mas sus virtudes son opacadas por el humo que se desprende de un
fuego equivocado.
Me reconvendrá el budista, me discutirá el rastafari y me
increpará el ateo, sin embargo, defendiendo su posición filosófica. ¿Qué
podría aducir yo? Quizás que Buda jamás pretendió ser adorado y que
se avergonzaría de saber que hay una religión que lleva su nombre, que
el «Jah» en el que creen «los rastas» no es Jah, sino «Ie» («‫»יה‬, apocope
de «Ievé») y que proclamar ser ateo equivale a proclamar la negación
de la realidad y, por extensión, la negación de uno mismo (excepto si el
que lo pregona conoce que la palabra ateo proviene del griego «ἄθεος»
[«a-dzeos»], que significa «sin Dios» e implica conservarse apartado de
los dioses antropomorfos o de cualquier otro ídolo humano; porque de
ser así yo también me declaro ateo).
Recuerden los miembros que pertenecen a la iglesia que anhela
con vehemencia conocer la Verdad, dos cosas: cuál fue el estado

258
LA LÓGICA DEL CREADOR

previo del que han sucumbido y, para que puedan recobrar fuerzas, que
todavía están a tiempo de levantarse. De otra manera, sus puestos serán
ocupados por quienes oigan la voz del que anda en medio de los siete
candeleros: el «Kjristo». Pero su grupo no está del todo extraviado,
tiene a su favor esto: que aborrece las obras de los «nicolaítas» (secta
antigua de gnósticos que se caracterizaba, sobre todo, por la aceptación
del libertinaje sexual).
Endereza tus veredas, Éfeso, y persevera en la rectitud, porque
una promesa te hizo el Hijo del Hombre: Tendrás acceso al fruto del
Árbol que está en medio del paraíso del Creador, tendrás derecho
a probar del elixir de la vida eterna con el que soñaron y por el que
murieron los mal encaminados alquimistas.
«Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y
el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: Yo conozco tus
obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia
de los que se dicen ser iejudís, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a
algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis
tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona
de la vida. El que tiene oído, oiga lo que la inspiración dice a las
iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.»
(Apocalipsis, cap. 2, versículos 8 - 11).
La iglesia de Esmirna tuvo que sobrellevar, durante muchos
años, una persecución particularmente dura a causa del Evangelio.
Reflejo de su padecimiento es su nombre, el cual probablemente deriva
del griego: «Σμύρνα» («Smyrna») que nos permite identificarlo con una
conocida resina amarga y a la vez aromática: la «μύῤῥα» («myrra» o
«mirra»). En un Capítulo anterior platicamos sobre la referida sustancia
y dijimos que su significado es ambivalente: No obstante en una primera
instancia implica sufrimiento, en adelante, todo desasosiego obtiene su
merecido galardón, incomparable como la fragancia de la mirra.
Casi siempre son los económicamente débiles quienes se ven
obligados a soportar las mayores aflicciones y el oprobio de la sociedad.

259
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Pero entre los infortunados hay un grupo que incluso es denigrado por
los de su propia clase. Estos, a diferencia del resto, no sólo deben hacer
frente a sus condiciones, sino que, consecuentes con sus ideales y en
defensa de su fe, se oponen a la corrupción del sistema global y lo van
taladrando desde adentro. No necesitan levantarse en armas ni incitar
al pueblo a sublevarse, les basta con predicar el reino del Señor para
preparar a la nueva especie por la cual el mundo será extinto.
A pesar de que la humanidad los cataloga como pobres, son
ricos, y su riqueza es imperecedera. Sin embargo, cuando el número
de los miembros de Esmirna crezca y comience a deteriorar el sistema
mundial, el régimen los perseguirá y devorará para protegerse, tal cual
ha sucedido en otros momentos de la historia. Entonces los lobos que
aparentan ser iejudís o cristianos se quitarán los disfraces de ovejas
y no dudarán en hacer prevalecer sus negocios multimillonarios
«calumniando» y «acusando» a la iglesia de terrorista, agitadora
o rebelde para mermarla. El anuncio de que los creyentes serán
aprisionados y tendrán tribulación para ser probados por diez días es, de
cierta manera, figurativo (aunque, dependiendo de las circunstancias,
cabe la posibilidad de que algunos si vayan a ser recluidos en cárceles).
Los diez días se asemejan al periodo de prueba que solicitó el
profeta Daniel algunos siglos antes de la llegada del «Kjristo». Con
el objetivo de no contaminarse con la comida ni con el licor del rey
de la perversa Babilonia (elementos que nosotros entendemos aluden
figurativamente al sustento infecto del mundo), el joven hebreo cautivo
pidió se les asignara (a él y a sus tres compañeros: Ananías, Misael
y Azarías) una dieta vegetariana a base de legumbres, legumbres que
podrían haber sido consideradas mísero alimento para pobres: «Te
ruego que hagas la prueba con tus siervos por DIEZ DÍAS, y nos den
legumbres a comer, y agua a beber.» (Daniel, cap. 1, ver. 12). Mas
al finalizar el lapso solicitado, «pareció el rostro de ellos mejor y más
robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la
comida del rey», de manera que ese acontecimiento se convirtió en una
valiosa lección para todos los tiempos.
No serán diez días exactos de prueba los que le toque vivir a esta

260
LA LÓGICA DEL CREADOR

segunda iglesia. Esos días representan tan sólo un periodo delimitado


que les ocasionará gran angustia, pero que a la vez limará sus impurezas
y los preparará para la victoria. «Por tanto, no desmayamos; antes
aunque éste nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior
no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación
momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno
peso de gloria…» (2.ª Epístola a los Corintios, cap. 4, versículos 16 -
17).
Se fiel hasta la muerte, Esmirna, porque el que estuvo apagado
e inerte en cada uno de nosotros —desde el primero hasta el postrero
de los escogidos— y que logró, después de mucho esfuerzo, despertar
y vivir (significado de la muerte y resurrección de «Iesúe»), no sólo
te prometió vida eterna, sino una corona para que la gobiernes con
indiscutible autoridad y poder. Si logras derrotar a la vanidad del
sistema no serás herido por la muerte segunda.
Para entender cuál será la muerte segunda, debemos saber
antes cuál fue la primera. Morimos ya una vez a la vieja vanagloria
que nos sometía en el momento que iniciamos el arduo recorrido de
la esperanza. Aquel día experimentamos, por consiguiente, de entre
los cadáveres vivientes que vagan por rumbos inciertos, la primera
resurrección. Es por eso que los hombres y mujeres que nacieron de lo
alto y fueron enterrados en ese estado no están muertos, simplemente
duermen y aguardan la resurrección segunda y definitiva. Mas quienes
han perecido en tinieblas, ya traspasaron el umbral de la primera muerte
y les espera una insípida primera y única resurrección. Aunque ésta
resurrección podría parecer absurda, no lo es, puesto que es justo que
hasta el último gen de aquellos individuos que blasfemaron el nombre
del Señor, que desecharon sus mandamientos, que ultrajaron a sus hijos y
que cometieron crueldades indecibles, sea reconstituido por los ángeles
para que así los infames se levanten una última vez a presenciar el fin
de su mundo y suspiren, antes de retornar a sus sepulcros perpetuos, por
la honra de la que no quisieron formar parte.
«Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la
espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco tus obras, y dónde

261
WILSON CASTILLO GUZMÁN

moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no


has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue
muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas
cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam,
que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Ishrael, a
comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y
también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que
yo aborrezco. Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y
pelearé contra ellos con la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga
lo que la inspiración dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer
del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita
escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo
recibe.» (Apocalipsis, cap. 2, versículos 12 - 17).
«Pérgamos», del griego «Πέργαμος», pudo haber obtenido esa
denominación debido a su posición geográfica «elevada» original, la cual
también fomentó algunas leyendas sobre su fundación. Paulatinamente,
se transformó en la ciudad capital de la provincia romana de Asia y
en su tierra fueron construidas magnificas obras arquitectónicas,
aunque éstas estaban, casi en su totalidad, dedicadas a los dioses. Se
destacaban, entre ellas, el enorme Altar de Zeus y el «Asclepeion». Éste
último era un santuario consagrado al dios de la medicina «Asclepio»
(deidad que se distinguía por llevar un báculo en el que una serpiente se
mantenía enroscada de un extremo a otro). Ambos espacios concurridos
promovieron la inclusión de Pérgamo entre las siete iglesias del
Apocalipsis para que representara a la sede del trono de Satanás. Todo
ello sin mencionar que Antipas, a quien se le atribuye el haber sido el
encargado de la iglesia de Pérgamo, fue perseguido y asesinado por dar
testimonio del «Msiéj», allí, en la capital de la corrupción.
Son convocados a recibir el mensaje fijado para esta iglesia
todos los sujetos que despliegan sus movimientos en medio de ámbitos
perniciosos, como lo es, por ejemplo, el ámbito de la política. Si bien
no todos los políticos niegan su credo ni tampoco ensucian sus manos
directamente, procurando «elevarse» ligeramente —así como lo hacia
la acrópolis de Pérgamo ubicada en la parte más alta de la colina—

262
LA LÓGICA DEL CREADOR

para mantenerse aparatados de la gente inescrupulosa con la que se


relacionan, son culpables de tolerar sus acciones e incluso de entablar
convenios con ella. La manera displicente en la que se conducen los
miembros de Pérgamo es comparada, pertinentemente, con el proceder
de Balaam, un adivino famoso por el cumplimiento de sus augurios
citado en el Antiguo Testamento.
En el Libro de los Números Balaam es mencionado por
primera vez, siendo la trama en la que realiza su aparición la siguiente:
Balac, rey de Moab, temeroso por el asentamiento del pueblo hebreo
en las proximidades de su territorio (temeroso porque las doce tribus
acababan de conquistar parte de la tierra de los amorreos), ordenó a sus
siervos que buscaran y condujeran a Balaam ante su presencia con el
objetivo de que éste maldijera a Ishrael, pensando que talvez así podría
ahuyentarlos. Sin embargo, «Ievé», por medio de un ángel, habló a
Balaam y le conminó a expresar únicamente las palabras de bendición
que él pondría en su boca. Fue de esa forma, y para la desdicha e
irritación del rey Balac, que el adivino terminó bendiciendo tres veces
a Ishrael. Mas la historia no termina ahí.
Balaam, atraído por las promesas de riqueza que Balac le
había hecho a cambio de su ayuda, elaboró una estratagema con
notorias características políticas para conseguir que los hebreos fueran
maldecidos sin necesidad de proferir él mismo injuria alguna. Aconsejó
a Balac que utilizará a las mujeres moabitas de su reino para seducir
a los hombres de Ishrael «…y el pueblo empezó a fornicar con las
hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de
sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así acudió el
pueblo a Baal-peor; y el furor de “Ievé” se encendió contra Ishrael.»
(Números, cap. 25, versículos 1 - 3). A raíz de ese hecho tuvieron que ser
ejecutados, de entre las doce tribus, todos aquellos que habían rendido
homenaje a «Baal» (divinidad pagana moabita). Murieron veinticuatro
mil ishraelitas en total.
En la actualidad, sostienen la doctrina de Balaam quienes
emplean los medios de difusión masiva para promover comportamientos
violentos, licenciosos, groseros o fanáticos; quienes manipulan la

263
WILSON CASTILLO GUZMÁN

información con fines egoístas; quienes, aun sin intervenir directamente,


colaboran a fortalecer el régimen de la serpiente.
Arrepiéntete de todas tus acciones negligentes, Pérgamo,
porque el que penetra los pensamientos y hiere a los infieles te proveerá,
si logras encumbrar tu vuelo hacia lo alto, del «maná escondido» que
revitaliza a los que lo prueban.(97) Dice el «Msiéj»: «El que come mi
carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el
Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo EL QUE ME COME,
ÉL TAMBIÉN VIVIRÁ POR MÍ. Este es el pan que descendió del
cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que
come de este pan, vivirá eternamente.» (Evangelio según «Iojan», cap.
6, versículos 56 - 58).
Por otra parte, acerca de la «piedrecita blanca», hallamos
una explicación, basada en una práctica antiquísima, que nos parece
congruente. En la Grecia clásica era común que los jueces, a la hora de
resolver un determinado tema, emitieran su voto con una piedra blanca
para expresar su aprobación o, por el contrario, con una piedra negra
para manifestar su disconformidad. Por consiguiente, recibir una piedra
blanca que lleva grabado UN NOMBRE NUEVO es símbolo de haber
alcanzado el agrado del omnipotente y adoptado el nombre sagrado por
el que fuimos rescatados de las sombras: ‫«( יהשוה‬IESÚE»), el cual
es conocido únicamente por usted, que lo ha recibido, comprendido y
confesado.
«Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo del “eljim”,
el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce
bruñido, dice esto: Yo conozco tus obras, y ágape, y fe, y servicio, y tu
paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero
tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel,
que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a
comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se
arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo
la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran,
(97)
Maná: «Manjar milagroso, enviado por “el eljim” a modo de escarcha, para alimentar al
pueblo de “Ishrael” en el desierto.» (Diccionario de la Real Academia Española).

264
LA LÓGICA DEL CREADOR

si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré de muerte,


y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el
corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Pero a vosotros
y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina,
y no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás,
yo os digo: No os impondré otra carga; pero lo que tenéis, retenedlo
hasta que yo venga. Al que venciere y guardare mis obras hasta el
fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de
hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también
la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que
tiene oído, oiga lo que la inspiración dice a las iglesias.» (Apocalipsis,
cap. 2, versículos 18 - 29).
A varios kilómetros de Pérgamo y alejada de la costa se
localizaba la ciudad manufacturera Tiatira. Su nombre deriva de la
palabra griega «Θυάτειρα» («Thyáteira») y dos sentidos radicalmente
distintos han sido propuestos acerca de ésta: «Sacrificio continúo», el
primero, y «Ciudad de la Hija», el segundo. Aunque el estudio que
nos ocupa no puede prescindir de un saludable examen etimológico,
en ocasiones toparse con el origen de un vocablo, en lugar de ser de
utilidad para la investigación, puede resultar perjudicial. Recopilamos
el significado de los nombres de las siete iglesias y asimilamos las
nociones validas que nos suministran, pero jamás les concederíamos
más atención de la que le prestamos a los renglones que van por delante
de ellos.
Si consideramos el mensaje a la iglesia de Tiatira, en un principio,
talvez podríamos identificar el «sacrificio continuo» de sus miembros
en las obras, el ágape, la fe, el servicio y la paciencia que resalta de ellos
el «Kjristo». Mas para no detenernos en ese punto trivial, me gustaría
abordar el resto del argumento y precisar, sin más tardanza, quienes
son los destinatarios del mismo. En otro tiempo, mi razonamiento
superficial me inducia a creer que éste iba dirigido exclusivamente a
católicos u ortodoxos, sin embargo, no podría continuar afirmándolo
porque ello implicaría otorgarles la amnistía tanto a cristianos como
a judíos; y, aceptémoslo, el catolicismo, el cristianismo y el judaísmo

265
WILSON CASTILLO GUZMÁN

son, de igual modo, alienaciones de la doctrina legítima.


A pesar de todo, latente entre la masa extraviada, un grupo
genuino de siervos fieles trabajan con denuedo y sus obras han
fructificado. Al Señor le complace el ejemplo que sus vidas inspiran, no
hay duda de eso. Lo que no le complace es la tolerancia pasiva de las
enseñanzas profanas, las procesiones idolatras, las fiestas de perdición
consagradas por comerciantes de la fe, las canonizaciones indebidas,
los diezmos presuntuosos, las falsas profecías, las tergiversaciones, y el
sinfín de desfachateces que aglutinadas dan forma a una sola institución
(representada por Jezabel, la mujer que decía ser profetisa) enraizada en
el macabro corazón del sistema mundial, avalada por arreglos políticos
y protegida por los numerosos ordenamientos jurídicos de los diferentes
Estados.
En el primer «Libro de los Reyes» (texto del Antiguo
Testamento) descubrimos que hubo un periodo durante la subsistencia
del Reino de Ishrael, en el cual ascendió al trono un rey necio y rebelde
llamado «Ajab». Éste contrajo matrimonio con una mujer fenicia,
Jezabel —adoradora del dios Baal y de la diosa Astoret—, quien, entre
otras iniquidades, ordenó la persecución y ejecución de muchos profetas
y condujo a Ishrael hacia una época sombría.(98) Por cierto, no es ella la
Jezabel señalada en el último libro de la Biblia, aunque son evidentes
los rasgos en común entre la reina fenicia y la profetisa de Tiatira. Esta
última, tal como apuntamos atrás, fue utilizada para personificar a la
reunión conjunta de las tres religiones extraviadas que adulteran la fe y,
peor aún, no demuestran el mínimo arrepentimiento por ello. Siglo tras
siglo, el Padre ha estado esperando que el séquito de Jezabel retorne
a la razón, mas dado que no valoraron la última oportunidad que el
altísimo les ha proveído y, en cambio, amaron y se ligaron a «la gran
(98)
«Comenzó a reinar Ajab hijo de Omri sobre Ishrael el año treinta y ocho de Asa rey de
Iehudéh. Y reinó Ajab hijo de Omri sobre Ishrael en Samaria veintidós años. Y Ajab hijo de Omri
hizo lo malo ante los ojos de “Ievé”, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue
ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija
de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró. E hizo altar a Baal, en el templo
de Baal que él edificó en Samaria. Hizo también Ajab una imagen de Asera, haciendo así Ajab
más que todos los reyes de Ishrael que reinaron antes que él, para provocar la ira de “Ievé” el
“eljim” de Ishrael.» (1.ª de Reyes, cap. 16, versículos 29 - 33).

266
LA LÓGICA DEL CREADOR

ramera (la que ha prostituido el conocimiento de la Verdad), la que


está sentada sobre muchas aguas (la que gobierna las creencias de
incontables “pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas”); con la
cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra
se han embriagado con el vino de su fornicación (con la cual han
pactado gobiernos humanos, y los hijos del mundo se han perdido en
su falsedad e impureza).» (Apocalipsis, cap. 17, versículos 1 - 2), su
final será más funesto que el de la antigua reina de Ishrael, la cual fue
devorada por los perros.
Tiatira: Agradece que la única carga que el Señor te ha impuesto
es que te alejes de la congregación de hipócritas y retengas tus virtudes.
Si las conservas hasta el fin, el que ha eliminado toda mácula de su
cuerpo y se sostiene sobre cimientos sólidos y relucientes te otorgará la
potestad para reprender, castigar e incluso destruir a las naciones que
se han corrompido. Tienes la sobriedad para regir al mundo con vara de
hierro porque en tus ojos, cual destello fulminante, brilla, admirable, la
lumbrera de la mañana, la soberana consciencia de los santos.
«Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene las
siete inspiraciones del “eljim”, y las siete estrellas, dice esto: Yo
conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.
Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no
he hallado tus obras perfectas delante del “eljim”. Acuérdate, pues,
de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no
velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré
sobre ti. Pero tienes unos pocos “nombres” (individuos) en Sardis que
no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras
blancas porque son dignas. El que venciere será vestido de vestiduras
blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su
nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. El que tiene
oído, oiga lo que la inspiración dice a las iglesias.» (Apocalipsis, cap.
3, versículos 1 - 6).
«Sardeis», del griego «Σάρδεις», era una ciudad decadente
que antiguamente, en su época dorada, había sido capital del reino de
Lidia; varios eran ya los siglos que la distanciaban de su esplendor

267
WILSON CASTILLO GUZMÁN

pasado. Se cree que su nombre significa: «los que han escapado» o


«los sobrevivientes». Naturalmente, al momento de ser fundada Sardis,
ninguna de las dos anteriores nociones habría estado ni remotamente
relacionada con la iglesia que en lo posterior se instauraría en ella. Sin
embargo, la ciudad pudo haber sido elegida por su nombre y por las
circunstancias que atravesaba para que resaltara el estado agonizante
de los miembros del quinto grupo del Apocalipsis. Entre ellos, y no me
enorgullece admitirlo, me encuentro yo; o al menos eso es lo que creo,
puesto que al repasar el mensaje a Sardis siempre me siento aludido por
él, e incluso la amonestación entre sus líneas me parece un reproche
directo a mi carácter irresoluto.
El que guarda en sí las siete inspiraciones y ha sido perfeccionado
en ellas nos ha informado, a mí y a todos los que somos participes de
las mismas faltas, que conoce las fachadas aparentemente admirables
que esconden las ruinas de nuestros templos enmohecidos por nuestro
comportamiento inconsecuente y por nuestra voluntad endeble. Por
lo tanto, hermanos de Sardis, mantengámonos alerta y afirmemos
lo que todavía «sobrevive» en nosotros, lo que ha «escapado» de la
decadencia que día a día y poco a poco nos consume. No hablo sino
del ánimo vehemente que nos impulsa a permanecer en el camino, a
levantarnos y luchar, aun magullados por las caídas y cojeando a causa
de los tropiezos, contra nuestros demonios.
Recordemos las enseñanzas que hemos recibido, grabémoslas en
nuestro ser y arrepintámonos de aquello que sabemos son asperezas que
nos hacen imperfectos delante del Padre. Y mire que arrepentirse no es
más que «cambiar de disposición mental», ya que así era interpretada la
palabra griega «μετάνοια» («metánoia»), de la cual proviene el vocablo
«arrepentimiento». Puesto que ahora estamos al tanto de esto, sería
irresponsable de nuestra parte hacer caso omiso de los sabios consejos
dictados por el ángel a «Iojan», y con mayor razón si sabemos que las
casas de los incautos serán saqueadas en el momento menos esperado.
Serán pocos los redimidos de esta iglesia y talvez ello se
deba a la testarudez de la generalidad de sus componentes. Mas ese
número reducido de individuos «que no han manchado sus vestiduras»

268
LA LÓGICA DEL CREADOR

tendrán el honor de ser ratificados en la gran memoria informática


de la vida y sus nombres serán confesados delante del Padre y de sus
ángeles, no de la manera en la que un hombre realiza una declaración,
sino de la forma en la que un programador de sistemas informáticos
selecciona y salvaguarda los algoritmos más óptimos para su ulterior
implementación.
«Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el
Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y
ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he
aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede
cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra,
y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de
Satanás a los que se dicen ser iejudís y no lo son, sino que mienten;
he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan
que yo te he “agapado”. Por cuanto has guardado la palabra de mi
paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha
de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre
la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que
ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el
templo de mi “eljim”, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él
el nombre de mi “eljim”, y el nombre de la ciudad de mi “eljim”, la
nueva “Ierusalem”, la cual desciende del cielo, de mi “eljim”, y mi
nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que la inspiración dice a las
iglesias.» (Apocalipsis, cap. 3, versículos 7 - 13).
La joven Filadelfia (joven en comparación a las otras seis
ciudades nombradas en el Libro de la Revelación) fue fundada el año
189 a. e. c. y estaba situada geográficamente entre Sardis y Laodicea. En
repetidas ocasiones, la ciudad fue estremecida por fuertes temblores, no
obstante, dichos sucesos no le arrebataron la fama que había obtenido,
tanto por su belleza como por la magnificencia de sus edificios. Su
nombre, en griego, está compuesto por dos vocablos: «φίλος» («filos»),
que significa: afecto, apego o cariño; y «αδελφός» («adelfos»), que
significa: hermano. Ambos, al fusionarse, estructuran el sentido de la
palabra «Φιλαδελφεια» («Filadelfeia»), el cual es: «afecto de hermanos»

269
WILSON CASTILLO GUZMÁN

o «afecto fraternal».
Concluida esa sucinta explicación, enfoquémonos en el especial
mensaje destinado a la penúltima iglesia. Algo muy importante sobre su
contenido que no debería dejar de llamarnos la atención, es el hecho
de que en él las habituales amonestaciones a las que ya estábamos
acostumbrados brillan por su total ausencia. Ni la más mínima reprensión
es vertida en contra de Filadelfia, y eso, lo digo sin vacilar, se debe a
que sus miembros son, por encima de todos, los únicos verdaderamente
fieles a la causa suprema de la Creación.
Filadelfia: Tanto el acceso al reino como los cerrojos que
impiden el libre tránsito hacia él han sido predestinados, con el mismo
rigor, antes de que siquiera fuésemos concebidos. Mas el «Kjristo», el
heredero del Padre, poseedor de la llave del trono y que resplandece con
fuerza en tu propio semblante, te ha abierto las puertas del cielo para
que seas apartado de los días turbulentos que se avecinan. Nadie ni nada
podrá obstaculizar tu camino porque has demostrado que no sólo eres
un siervo incorruptible, sino además un amigo leal, un hermano que
atesora el afecto más puro hacia los suyos. Así como tú has agapado a
tus hermanos, el Creador te enaltecerá frente al mundo entero para que
se maravillen con tu luz el día que seas transfigurado y postrará a tus
pies a los iejudís que denigraron y no reconocieron al hijo del altísimo
que vive hoy, inmortal, en ti.
Sujeta con fuerza tus virtudes y ciñe con firmeza el cinto de
oro, símbolo de tu sacerdocio, en tu pecho. Recuerda siempre lo que
«Ievé» dijo a Aarón, el primer Sumo Sacerdote: «De la tierra de ellos
no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. YO SOY tu parte
y tu heredad en medio de los hijos de Ishrael.» (Números, cap. 18,
ver. 20). Tu heredad no está en medio de las piltrafas del mundo; ¡el
Cosmos en su integridad es tu heredad! En él —y lo que expreso va más
allá de la estricta poesía— tú serás pieza fundamental llenándolo por
completo con la eternidad de tus días. A partir de aquél preciso instante,
el nombre del Omniverso será tu nuevo nombre, y juntos, ligados en
uno, establecerán la real ciudad santa, la «Ierusalem celestial» en la que
los límites de la tridimensionalidad serán disueltos.

270
LA LÓGICA DEL CREADOR

«Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el


Amén, el testigo fiel y verdadero, “el principio” (“el fundamento”) de
la Creación del “eljim”, dice esto: Yo conozco tus obras, que ni eres
frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres
tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices:
Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad;
y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y
desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en
fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no
se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio,
para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que “agapo”; sé,
pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo;
si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él,
y él conmigo. Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi
trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su
trono. El que tiene oído, oiga lo que la inspiración dice a las iglesias.»
(Apocalipsis, cap. 3, versículos 14 - 22).
Rica en sobremanera, exportadora de productos selectos,
autosuficiente, ubicada en un punto espacial estratégico envidiable;
eran algunas de las cualidades que la gente comúnmente destacaba
sobre «Λαοδίκεια» («Laodíkeia»). La ciudad era, a la vez, popular por
la elaboración de «colirio» (compuesto medicinal que era utilizado para
tratar algunas afecciones de los ojos) y por sus vastas tierras fértiles.
Sin embargo, ninguna de las condiciones favorables señaladas atrás
fue propicia para que le iglesia asentada en Laodicea madurara. Por el
contrario, de la misma forma en la que un hijo negligente que goza de
muchos privilegios a costa del esfuerzo de sus padres derrocha todos
sus dones en actividades nocivas, los componentes de la iglesia perdida
desaprovecharon los bienes que el altísimo les había dado y se tornaron
soberbios y orgullosos; olvidaron que uno sólo es el que provee y que
no hay ni una sola moneda que no provenga de él. Su realidad era y
es la del hijo pródigo que, en lugar de resguardar su estatus de hijo o
al menos trabajar como «jornalero» para el advenimiento del reino, se
arrastraba en la miseria apeteciendo la figurativa comida terrenal de los

271
WILSON CASTILLO GUZMÁN

cerdos (sus riquezas, sus casas, sus autos y su vida opulenta en general).
En contraposición a Filadelfia, este séptimo y último grupo no
es loable en absoluto. El propio mensaje reservado para sus miembros
es, de principio a fin, una severa reprensión a la mediocridad, e Incluso
si reparamos en el nombre de la localidad que albergaba a la infame
iglesia tropezamos con un áspero significado. A propósito, el nombre
de Laodicea había sido fijado, más de dos siglos antes de que el
apóstol «Iojan» naciera, por el rey «Αντίοχος II Θεός» («Antíocos II,
el Dios»), en honor a su esposa «Λαοδίκη» («Laodike»), a quien años
más tarde repudiaría y traicionaría, plantando así, en ella, la semilla
de la venganza que fue la causa de su propio deceso el año 246 a.
e. c. Pero no nos encasillemos en los antecedentes, ya que lo que en
realidad nos incumbe es el concepto que encarna el vocablo griego que
se encuentra integrado por dos palabras: «Λαος» («Laos» [«pueblo»,
«multitud» o «muchedumbre»]) y «δίκη» («díke» [«justicia», «castigo»
o «condena»]). En suma, Laodicea significa: «la justicia del pueblo» o
«la condena de la muchedumbre».
«Kjristo», el rotundo sí de afirmación, de convicción y certeza,
invariable y cabal, que «no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él;
porque todas las promesas del “eljim” son en él Sí, y en él Amén,
por medio de nosotros, para la gloria del “eljim”.» (2.ª Epístola a
los Corintios cap. 1, versículos 1 – 20), te ha advertido a ti, Laodicea,
multitud extraviada y mediocre que camina según su justicia y al borde
de la condenación, que tu comportamiento es repugnante y no será
tolerado por el vientre del Omniverso. Ojala te encontraras en la tesis o
en la síntesis de tu existencia, mas como te aferras a la negación de la
vida, a sus placeres y vulgaridades y no ambicionas madurar, creyendo
neciamente que tu forma de actuar no es reprochable y desconociendo
que tus pensamientos son vergonzosos, tu futilidad y desidia saldrán a
la luz en breve y serás humillado a la vista de todos los ojos.
Así como el oro alcanza su mayor pureza después ser probado
con fuego en el crisol, tú también prueba tu entereza e incinera tus
pecados con el fuego fulminante del bautizo. Pero ésta no es más que
una mera sugerencia, puesto que de ti depende abrirle las puertas de

272
LA LÓGICA DEL CREADOR

tu templo a la superconsciencia para poder deleitar tu paladar con sus


manjares al final del día. No te aflijas por las pruebas que forjan tu
carácter, sino por los terrenos llanos y abiertos que dan curso libre a
tus pies escurridizos. Si consigues someter y encadenar para siempre al
implacable dragón que te acecha, ten por seguro que el sillón del rey de
reyes estará dispuesto para que te sientes en él a asumir el mando. ¡El
que tiene oído, oiga lo que la inspiración dice a las iglesias!
Es de ese modo que el séptimo mensaje concluye, y lo hace
a la par del tercer capítulo del Apocalipsis. Acto seguido, «Iojan»,
prosiguiendo con la descripción de los acontecimientos sucesivos y
dando apertura al cuarto capítulo, plasma los renglones que vienen a
continuación: «Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta
en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando
conmigo (la voz del ángel del primer capítulo), dijo: Sube acá, y yo te
mostraré las cosas que sucederán después de estas. Y al instante yo
“llegue a ser en el intelecto” (“llegué a entender”); y he aquí, un trono
establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que
estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había
alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los
tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas
de oro en sus cabezas...» (Apocalipsis, cap. 4, versículos 1 – 4).
En el instante que el ángel invitó al apóstol agapado a
encaramarse al cielo para conocer el futuro, le fue abierta una entrada
metafórica hacia el entendimiento y, en efecto, el «intelecto» del
hombre se hizo más agudo. Subrayamos que el apostol «llegó a ser en el
intelecto», y no así que «estaba en el espíritu», porque no es la palabra
«πνευμα» («pneuma») la que se asoma en las versiones griegas, sino el
vocablo «πνευματι» («pneumati»), cuyo significado es: «Intelectual»
o «intelecto». Ahora bien, descifremos la visión que el ángel le enseñó
aquel día sobrenatural en la isla de Patmos.
Como es de suponer, el trono establecido en lo alto es el reino
pleno del altísimo, del Alfa y la Omega soberano en todos los elegidos. Su
aspecto es representado por dos piedras preciosas: el jaspe y la cornalina

273
WILSON CASTILLO GUZMÁN

o sardio, ambas designadas por primera vez en el Antiguo Testamento


—en el capítulo veintiocho del Éxodo, para ser más específicos— como
parte de las doce gemas decorativas de una de las piezas principales en
la indumentaria sacerdotal: «el pectoral del juicio». Cada uno de esos
doce minerales valiosos llevaba grabado un nombre en concordancia
a las doce tribus de Ishrael, y lo interesante es que el jaspe y el sardio
eran, respectivamente, las gemas correspondientes AL ÚLTIMO Y AL
PRIMERO de los hijos de Jacob: Benjamín y Rubén.

El conocimiento de esos datos relevantes nos permite concluir


que el aspecto figurativo del Creador representa a la reunión de sus doce
apreciadas tribus; además, también podemos relacionar la anexión tardía
de los gentiles con el nacimiento postrero de Benjamín, y equiparar al
pueblo primogénito hebreo que oyó el llamado inicial, con Rubén, el
primer hijo de Ishrael. Así la lección de la «parábola de los obreros de
la viña» se cumple: «…los primeros serán postreros, y los postreros,
primeros…» (Evangelio según Mateo, cap. 20, ver. 16).
Un poco más adelante, «Iojan» describe que rodeando a

274
LA LÓGICA DEL CREADOR

aquel trono se hacía ostensible un arcoíris «semejante en aspecto a la


esmeralda». Distinguimos enseguida la figura de otra piedra fina que,
al estar vinculada con la cuarta gema que ocupaba el lugar de la tribu
de Iehudéh o Judá en el pectoral del juicio, nos conduce a pensar que
el arcoíris alrededor del trono —paralelo a la señal establecida después
del diluvio universal— es el cumplimiento del pacto entre el Yo Soy
y el pueblo iejudí al que originalmente le fue confiada la palabra del
Señor.
Asimismo, en torno al estrado medular, se encontraba un grupo
de ancianos sentados en veinticuatro tronos, vestidos de blanco y
luciendo coronas de oro en sus cabezas. Su presencia evoca a la sabiduría,
pulcritud y autoridad de los santos, y su número a la conjunción de
los hijos que provienen de las dos alianzas: la del Antiguo Testamento,
representada por los doce patriarcas, y la del Nuevo Testamento,
representada por los doce apóstoles. Mas no intente imaginar, tal cual
indicamos, a veinticuatro hombres sentados en tronos palpables, ya
que dicha cifra únicamente pretende distinguir a aquellos hombres y
mujeres de la antigüedad que fueron redimidos por el cumplimiento
de la ley, de nosotros, que fuimos liberados por la gracia del «Kjristo».
A continuación, habiendo resuelto ya los primeros cuatro
versículos del cuarto capítulo del Apocalipsis, daremos un pequeño
brinco y prescindiremos del análisis de algunos elementos; no porque
estos carezcan de importancia, sino debido a que es apremiante que
alcancemos lo antes posible un punto álgido: la apertura de los siete
sellos que anteceden al fin.
«…Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono
un rollo (libro) escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno
de abrir el rollo y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en
la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo, ni aun mirarlo. Y
lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de
abrir el rollo, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me
dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Iehudéh, la raíz
de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.»

275
WILSON CASTILLO GUZMÁN

(Apocalipsis, cap. 5, versículos 1 - 5).


En la diestra del altísimo y bajo su potestad imperturbable
ha estado siempre escrito o predeterminado el compendio de todos
los hechos incontables, intrínsecos y extrínsecos. Nadie más que él,
cuya actuación se llevo a cabo a través de su hijo monogénito, podría
haber sido capaz de desencadenar los sucesos que pusieron en marcha
la cuenta regresiva de los relojes, ya que de no haber intercedido
«Iesúe» el «Kjristo» —el león imbatible profetizado por Jacob— en
el proceso de la vida, la aspirada regeneración de la Creación habría
sido categóricamente irrealizable. Por esa misma razón, las inocentes
lágrimas del apóstol, que en ese estado de arrobamiento comprendió
que la ausencia de alguien «digno de abrir el libro y desatar sus sellos»
era una virtual muralla infranqueable para la humanidad entera, estaban
plenamente justificadas. No obstante, ¡he ahí el «Kjristo», «el cordero
que fue inmolado», era la mano derecha del Padre predispuesta para
abrir los sellos!
Preste atención a la reaparición del número siete, insignia de
la completitud, que indica que los sellos son una serie de eventos que
deben irse desatando y cumpliendo en un perfecto orden racional. El
asunto se reduce a si podemos o no decodificar dicha secuencia, puesto
que algunos comentaristas irreflexivos opinan que todavía ninguno de
los sellos ha sido abierto. No obstante, le propongo que sea usted quien
saque sus propias conclusiones. Para que pueda hacerlo, examinemos,
de inmediato, la apertura del primer sello:
«Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de
los cuatro seres vivientes (seres alegóricos de aspecto disímil) decir
como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo
blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona,
y salió venciendo, y para vencer…» (Apocalipsis, cap. 6, versículos
1 - 2).
Un sinnúmero de pastores y seguidores cristianos conjeturan,
amparados en los conocimientos de supuestos eruditos y expertos
teólogos, que el jinete del caballo blanco es la encarnación del

276
LA LÓGICA DEL CREADOR

mismísimo anticristo, el cual, según su parecer y en sus propias


palabras, «se disfrazará de mesías para engañar a la humanidad». Por
cierto, la mayoría de los partidarios de esta corriente concuerda en que
el gobierno mundial del susodicho personaje aún no ha llegado; aunque
es cierto que también hay quienes afirman, con una torpeza semejante,
que el anticristo ya se ha manifestado.
Personalmente, nunca he podido tragarme sus explicaciones, y
es que hasta hoy no termino de entender cómo puede alguien relacionar
con el anticristo a un jinete que monta una criatura BLANCA, que luce
una CORONA y que, sobre todo, emergió para VENCER. ¡Vamos!, ¿en
qué momento abandonamos la sensatez? No hace falta ser un entendido
para ver que ese jinete es todo lo opuesto a un ser ruin. Meditando sobre
ello, en un principio, llegué a la conclusión de que era el propio «Iesúe»
quien sostenía el arco de la victoria, pero ¿cómo podía ser él, el hombre
designado para desatar los sellos, a la vez uno de ellos? Eventualmente,
me di cuenta de que yo también estaba equivocado y de que si el
«Kjristo» había sido, a través de su sacrificio, el artífice de la cadena de
efectos sucesivos, necesariamente el primer sello tenía que referirse a
su legado primordial: La irradiación galopante del Evangelio.
Convalidé mis reflexiones poco después, cuando descubrí que
«Εἰρηναῖος» («Eirenaios» o «Ireneo»), pupilo de uno de los discípulos
de «Iojan», también había postulado en el pasado que el caballo blanco
indicaba la propagación de las Noticias de Gozo. Con todo, dado que
con el paso de las décadas esa expansión fue contaminada por una
diversidad de falsas doctrinas, talvez podríamos conceder una pizca de
razón a las escuelas proféticas cristianas.
«…Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente,
que decía: Ven y mira. Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo
montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se
matasen unos a otros; y se le dio una gran espada…» (Apocalipsis,
cap. 6, versículos 3 - 4).
Como consecuencia de la reconfiguración mundial que la
ramificación continua del Evangelio estaba ocasionando, el caballo

277
WILSON CASTILLO GUZMÁN

rojizo trajo consigo guerras y muerte —expresadas, por ejemplo, en las


cruzadas y en las persecuciones inquisitoriales—, tal como el Maestro lo
había anunciado siglos atrás: «No penséis que he venido para traer paz
a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido
para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra
su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre
serán los de su casa.» (Evangelio según Mateo, cap. 10, versículos 34 -
36). Por si esa advertencia pudiera parecerle contradictoria, le recuerdo
que antes de que brote el verdadero árbol de la paz, los cimientos de la
Tierra deberán ser agrietados y los núcleos familiares divididos a causa
de la palabra.
«…Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que
decía: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo
montaba tenía una balanza en la mano. Y oí una voz de en medio
de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un
denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el
aceite ni el vino…» (Apocalipsis, cap. 6, versículos 5 - 6).
Con mucha frecuencia el paso del tercer jinete es interpretado,
con un cierto grado de validez, como un periodo de hambruna y escases.
Sin embargo, he podido notar que, en general, las pistas que residen en
los elementos figurativos de los dos últimos versículos son abordadas de
forma excesivamente literal o, lo que es peor, son omitidas por completo
en los estudios concernientes a los siete sellos. Estamos hablando, por
supuesto, de los siguientes seis elementos: La balanza, las dos libras de
trigo, el denario, las seis libras de cebada, el aceite y el vino. Puesto que
cada uno de ellos abriga un significado distinto, únicamente podremos
esclarecer el misterio del tercer sello si los consideramos uno por uno:
La balanza, utilizada como un instrumento de medida, indica
una rigurosa precisión; el trigo y la cebada, por su parte, representan a
los seres escogidos que maduran en los campos de la Tierra; el denario,
moneda romana que correspondía, más o menos, al salario mínimo de
una jornada, figura el precio que debe ser solventado a cambio de los
frutos; el aceite, que los ishraelitas empleaban para ungir o consagrar
a los reyes y a los sacerdotes, simboliza a la inspiración santa; y,

278
LA LÓGICA DEL CREADOR

finalmente, el vino representa a la sangre, que es la nueva vida.


Inferimos, por tanto, que el caballo negro alude al periodo
de escases acarreado por las incesantes guerras que se suscitaron en
diversas regiones del Viejo Mundo. Éstas atentaron no sólo contra la
estabilidad de los hijos del Creador, sino también contra los principios
que les distinguía de la gente común que sobrevivía aun a costa de
su propia integridad. Sin embargo, ¡cuán fiel ha sido siempre nuestro
Señor!, y es que en todo tiempo sus protegidos podremos expresar «que
estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no
desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero
no destruidos…» (2.ª Epístola a los Corintios, cap. 4, versículos 8 - 9);
porque incluso las calamidades determinadas por el Padre poseen tal
exactitud, que su aceite (la inspiración que reside en nosotros) y su
vino (la sangre rejuvenecida que nos hace parte del nuevo linaje) jamás
resultan dañados.
«…Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser
viviente, que decía: Ven y mira. Miré, y he aquí un caballo bayo, y el
que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le
fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con
espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra...»
(Apocalipsis, cap. 6, versículos 7 - 8).
El color «bayo» («blanco amarillento») de la cuarta bestia
cabalgada por el jinete de la muerte, parecería reproducir el tono
purulento y putrefacto de nuestro moribundo planeta. Día a día, la
destrucción global va en aumento y ya son demasiadas las generaciones
que han visto sucumbir a millones de personas a causa de pestes,
guerras y genocidios. Veamos algunas cifras impactantes que nos
demuestran el frenético avance de la asolación: A mediados del siglo
XIV, la peste negra o bubónica arrasó Europa ocasionando en pocas
décadas alrededor de cincuenta millones de muertes; entre 1914 y 1918,
a raíz del primer conflicto bélico mundial, se perdieron más de diez
millones de vidas; en 1918 brotó una enfermedad aun más letal que la
muerte negra, conocida como la gripe española, que mató cerca de cien
millones de personas; y, como último ejemplo, en el lapso de los casi

279
WILSON CASTILLO GUZMÁN

seis años que duró la Segunda Guerra Mundial, murieron, según ciertos
cálculos posteriores, más de setenta millones de individuos.
La potestad sobre la cuarta parte de la Tierra otorgada al
último jinete, representa la marcha escalonada y catastrófica de la
muerte predestinada para mermar un porcentaje significativo de la
población. Mas el trabajo del Hades no ha concluido todavía. Virólogos,
epidemiólogos y otros expertos saben que el riesgo de una pandemia
global, potencialmente más mortífera que la peste negra o la gripe
española, no es cosa de risa. Por otro lado, economistas, sociólogos
y politólogos, basados en el análisis de los ciclos económicos del
capitalismo, las crisis, las depresiones y las guerras del siglo pasado,
prevén el inicio de una tercera guerra mundial que alcanzará un nivel
de destrucción nunca antes visto. Sin duda nos ha tocado vivir el
recorrido final del cuarto caballo y ser parte de un momento decisivo
en la historia. Miremos donde miremos, podemos distinguir las huellas
inconfundibles de la muerte y, si aguzamos los oídos un poco, también
podremos oír el clamor del subsiguiente sello que ésta empezando
desatarse a causa de la fiereza del cuarto jinete.
«…Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar “las almas”
(los cuerpos) de los que habían sido muertos por causa de la palabra
del “eljim” y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz,
diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y
vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron
vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de
tiempo, HASTA QUE SE COMPLETARA EL NÚMERO DE SUS
CONSIERVOS Y SUS HERMANOS, que también habían de ser
muertos como ellos…» (Apocalipsis, cap. 6, versículos 9 - 11).
Tenga la certeza de que ningún mártir fantasma se levantará a
exigir que su muerte sea vengada, pero escuche, que el eco del sufrimiento
de todas aquellas víctimas que fueron sometidas a brutales torturas y
murieron alabando al altísimo retumba en los muros del presente. El
reclamo de justicia se oye hoy más que nunca y es insoslayable. La
hora de la retribución se acerca. No obstante, el dominio del mundo y
la iniquidad debe extenderse un poco más, de tal manera que las piezas

280
LA LÓGICA DEL CREADOR

finales de la Iglesia sean forjadas y la apertura del sexto sello termine


de hundir el obsoleto sistema.
«…Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran
terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se
volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la
tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por
un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se
enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de
la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo
siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de
los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros,
y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de
la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién
podrá sostenerse en pie?...» (Apocalipsis, cap. 6, versículos 12 - 17).
Cada año más de un millón de terremotos de magnitudes
distintas son detectados por los sismógrafos en todo el globo terráqueo.
Entre ellos, al menos uno alcanza una magnitud de 8,0 en la «Escala
Sismológica de Magnitud de Momento» (MW), liberando la suficiente
energía como para ocasionar grandes destrozos a varios kilómetros de su
epicentro. Sin embargo, es cuestión de tiempo para que se desencadene
un sismo capaz de superar los «9,5 MW» del megaterremoto de Valdivia
de 1960 —considerado el más potente de la historia— e incluso de
rebasar el doceavo peldaño «catastrófico» de la «escala de Mercalli»(99).
Como siempre, en relación a las muchas posibilidades adversas que
podrían afectar drásticamente el equilibrio del Planeta (terremotos,
tsunamis, impactos de meteoritos, supernovas, etc.), la pregunta que
los entendidos se formulan no es si éstas van o no a concretarse, sino:
¿cuándo lo harán?
Cuando las aflicciones y la contaminación se hayan acumulado
tanto que la balanza de la Tierra simplemente no pueda sostener más su
peso, entonces el primer indicio del desmoronamiento mundial será «un
gran terremoto». A éste lo seguirá un conjunto de fenómenos y señales,
(99)
La Escala Sismológica de Mercalli no mide la magnitud de un terremoto, sino, cualitativamente,
su efecto destructivo.

281
WILSON CASTILLO GUZMÁN

el cual también fue predicho por «Iesúe»:


«E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días,
el Sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas
caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
Entonces aparecerá LA SEÑAL del Hijo del Hombre en el cielo; y
entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del
Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus
escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el
otro.» (Evangelio según Mateo, cap. 24, versículos 29 - 31).
Me es muy dificultoso determinar en este instante la causa
exacta por la que el Sol será entenebrecido, aunque no dudo que a su
debido momento una explicación totalmente racional saldrá a flote. Lo
que sí me resulta sencillo es entender el por qué la Luna se teñirá de
carmesí después de que nuestro astro mayor se haya obscurecido, puesto
que no es un misterio para nadie el hecho de que la Luna refleja la luz
solar y que, en ciertas oportunidades, se produce, debido a la dispersión
de la luz, el fenómeno astronómico conocido como «Luna de sangre».
Sin embargo, y ésta es otra alternativa, también podría suceder que el
megaterremoto termine despertando la furia de volcanes dormidos que
dispersarían en la atmosfera partículas contaminantes que ocultarían
de la vista al sol y permitirían únicamente el paso del color rojo del
espectro visible de la luz, de forma que la Luna se vería igualmente roja
por las noches. Está escrito al respecto: «Y cuando te haya extinguido,
cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con
nublado, y la luna no hará resplandecer su luz. Haré entenebrecer
todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu
tierra...» (Ezequíel, cap. 32, versículos 7 - 8).
A continuación, como si el azote del sismo no hubiese sido lo
suficientemente contundente, «todo el ejército de los cielos se disolverá,
y se enrollarán los cielos como un libro; y caerá todo su ejército, como
se cae la hoja de la vid, y como se cae la de la higuera.» (Isaías, cap.
34, ver. 4). Enunciado de otra manera, un ejército de luces ardientes
invadirá el cielo presagiando el advenimiento de una calamidad mayor

282
LA LÓGICA DEL CREADOR

para el mundo, pero a la vez comunicando a la Creación la proximidad


de su total emancipación. Será una lluvia de meteoros la que anuncie
la llegada inminente de un «PHA» («Potentially Hazardous Asteroid»),
un «Asteroide Potencialmente Peligroso» que tomará desprevenida y
debilitada a la humanidad.
No es el Señor quien vendrá a nosotros, sino SU DÍA, manifiesto
y terrible, trayendo consigo la sentencia y un auténtico infierno. «Iesúe»
no será visto jamás descendiendo desde el espacio ni rodeado de
criaturas aladas, pero SU SEÑAL —plasmada tanto figurativamente
en los santos preparados para la parousía como físicamente en los
cielos que se encenderán en fuego a causa de la desintegración del
meteorito en la atmosfera— la verán ricos y pobres con gran angustia.
Aquel día los poderosos procurarán salvar sus vidas ocultándose en
guaridas subterráneas, poniendo en marcha a toda prisa sus protocolos
de emergencia y utilizando sus armas nucleares para intentar desviar al
meteorito de su trayectoria, mientras que la gente de escasos recursos
no tendrá más opción que huir a los montes y esconderse en cuevas. No
obstante, todo consumo de energía será inútil porque ese tan sólo será el
inicio del castigo, y los únicos que podrán librarse de él serán aquellos
hombres y mujeres que hayan aguardado con paciencia la promesa del
reino.
«El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero EL DÍA del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el
cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos
ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que hay en ella
serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurándoos para la venida dEL DÍA del “eljim”, en
el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos,
siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según
sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la
justicia.» (2.ª Epístola de Petros, cap. 3, versículos 9 - 13).

283
WILSON CASTILLO GUZMÁN

Cuando llegue el día del Señor, los elegidos no tendrán


razones para temer. Por el contrario, en lugar de mirar hacia el cielo
con desconsuelo lo harán con gozo y esperanza, teniendo la plena
certeza de que el meteorito y el Hades no comparecerán sin que antes
el altísimo haya cumplido su pacto de redención. Entonces, aquellos
corazones libres de dudas y angustias serán visitados (al igual que Lot
y su familia lo fueron en el pasado) por ángeles protectores designados
para recolectar lo mejor de la mies. Y el trabajo de los vigilantes no
consistirá en trasportar a los bienaventurados en naves espaciales hacia
otros planetas habitables, sino en ayudarles a desprenderse del cascaron
tridimensional para que puedan ingresar (ojo, no dirigirse ni marchar)
al reino multidimensional que lo envuelve todo.
El reino de los cielos es justo, es decir, rigurosamente perfecto,
recto e inconmovible porque, a diferencia de ésta dimensión finita e
imperfecta que es producto de nuestras percepciones primitivas, carece
de propiedades. Ya lo dijo el austrohúngaro Nikola Tesla, ingeniero,
inventor, físico y uno de los más severos críticos del relativismo de
Eisntein: «Yo sostengo que el espacio no se pueden curvar, por la
sencilla razón de que no puede tener propiedades. También se ha dicho
que Dios tiene propiedades. No las tiene, son sólo los atributos dados
por nosotros y de nuestra propia fabricación. De las propiedades sólo
se puede hablar cuando se trata de materia que llena el espacio. Decir
que en la presencia de cuerpos el espacio se vuelve curvo, es equivalente
a afirmar que algo puede actuar sobre nada. Yo, por ejemplo, me niego
a suscribir tal punto de vista.»(100)
Y es que lo tridimensional es un simple eslabón que nos
permitió conocer, durante un periodo efímero de desarrollo, el modelo
finito que se albergó en las entrañas del Omniverso sempiterno (vaya
paradoja) y que, habiendo cumplido ya su función, debe ser superado.
Es por ello que las Escrituras asimismo afirman que el postrer enemigo
a ser destruido es la muerte o que el «Kjristo» llevó cautiva a la

(100)
No obstante, la teoría de Albert Einstein describe a cabalidad el funcionamiento de
nuestro mundo artificial de tres dimensiones, por lo que, pienso yo, sus apreciaciones no son
completamente desacertadas.

284
LA LÓGICA DEL CREADOR

cautividad cuando trascendió a los cielos para llenarlo todo después


de haber descendido a «las partes más bajas de la tierra» (al reino
finito y perecedero) para cumplir su misión y mostrarnos el camino a lo
perpetuo, dando así MUERTE A LA MUERTE Y FIN A LA FINITUD.
Por lo tanto, todo se resume en esto: La muerte (entendida como la
extinción de la vida, y no sólo como el cese de las funciones biológicas)
y la finitud son, en yuxtaposición al espacio-tiempo, ilusiones muy bien
confeccionadas por nuestros cerebros.
Prosiguiendo con el análisis del Apocalipsis, hallamos, en su
séptimo capítulo, que «la esencia» de los santos será rescatada por los
ángeles luego de que la señal del Hijo del Hombre aparezca en el cielo y
antes de que el último sello sea desatado: «Después de esto vi a cuatro
ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los
cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre
la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro
ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del “eljim” vivo;
y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado
el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: NO HAGÁIS
DAÑO A LA TIERRA, NI AL MAR, NI A LOS ÁRBOLES, HASTA
QUE HAYAMOS SELLADO EN SUS FRENTES A LOS SIERVOS
DE NUESTRO “ELJIM”..» (Apocalipsis, cap. 7, versículos 1 - 3).
Recalcamos que la esencia, lejos de ser un concepto metafísico,
es el conjunto de datos informáticos —no binarios, sino cuánticos(101)—
que caracteriza a los seres y los distingue unos de otros. En el caso de
los santos, ésta se encuentra sellada o grabada en sus mentes y los hace
meritorios de ser resguardados en el seno del Omniverso. Mas los hijos
del altísimo no serán rescatados en su forma tridimensional, pues la
esencia es multidimensional, y han sido exclusivamente las percepciones
humanas y animales las que han relativizado su configuración.
Desde que se formaron los primeros lentes biológicos, los
A diferencia de un «bit» («binary digit» o «digito binario»), que puede tomar o bien el valor
(101)

de un «0» o de un «1», un «qubit» («quantum bit» o «bit cuántico») puede hallarse en un estado
de superposición; es decir, puede trabajar de manera simultanea como un «0» y un «1». Esto
incrementa exponencialmente tanto la capacidad de procesamiento como la de almacenamiento
de un sistema cuántico.

285
WILSON CASTILLO GUZMÁN

observadores han colapsado la función de onda —que en su estado de


superposición o decoherencia es infinita— y le han conferido atributos
finitos distintos que van de acuerdo a la composición de las células
fotorreceptoras y a la estructura morfológica de sus ojos. Es así que para
algunos observadores la realidad exhibe una nutrida gama de colores,
mientras que para otros la naturaleza es un reducido conjunto de pixeles
muy mal definidos. A pesar de que todos los modelos de realidad son
validos, a la vez son pasajeros y lo único que perdura por siempre es
la homogeneidad absoluta del Cosmos, la realidad única que alberga
en sí misma todas las incontables realidades heredadas a los hijos de la
perfección.
«Ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus
de los hijos de Ishrael», doce mil por cada una de sus tribus, y «una
gran multitud» incalculable de gentiles de todas las épocas y naciones
ingresarán, EN ESENCIA y escoltados por ángeles, al reino de los
cielos; la ruina del mundo no tendrá dominio sobre ellos: «…Estos son
los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas,
y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están
delante del trono del “eljim”, y le sirven día y noche en su templo;
y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre
ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos,
ni calor abrasador alguno; porque “el Cordero” (el «Kjristo») que
está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas
de vida; y el “eljim” enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.»
(Apocalipsis, cap. 7, versículos 14 - 17).
Una vez que la iglesia haya mutado su cuerpo corruptible
por uno incorruptible e inmortal, el séptimo sello se abrirá poniendo
punto final al tiempo de la paciencia y la clemencia: «Cuando abrió el
séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi
a los siete ángeles que estaban en pie ante el “eljim”; y se les dieron
siete trompetas. Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con
un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las
oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante
del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia del “eljim” el

286
LA LÓGICA DEL CREADOR

humo del incienso con las oraciones de los santos. Y el ángel tomó
el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra;
y hubo truenos, y “voces” (gritos), y relámpagos, y un terremoto.»
(Apocalipsis, cap. 8, versículos 1 - 5).
Vimos atrás, en los tres primeros versículos del capítulo siete,
que, de forma alegórica, cuatro ángeles se mantenían de pie sobre los
cuatro puntos cardinales deteniendo los cuatro vientos de la Tierra para
que no provocaran daño alguno sino hasta que los elegidos hubieran sido
sellados. Pues bien, esos cuatro vientos que no podían desencadenarse
sin que antes los vigilantes recolectaran el trigo del Señor disperso por
toda la faz de la Tierra, representan el soplo tempestuoso de cuatro de
las siete trompetas englobadas dentro del séptimo sello culminante.
En el Antiguo Testamento, las trompetas eran usadas tanto para
convocar al pueblo hebreo como para dar alarma de guerra e incluso para
dar inicio a las celebraciones solemnes. En el Libro de la Revelación,
las trompetas cumplen esas mismas tres funciones: Al abrirse el
séptimo sello la congregación de los elegidos ha sido convocada, la
guerra contra el mundo ha sido notificada en los cielos y el día festivo
de reposo y regeneración de la Creación ha comenzado. No obstante,
antes de que la primera trompeta emita su sonido atronador, un silencio
profundo envolverá durante media hora la bóveda celeste; y aunque
dudo mucho que éste sea un signo literal, ya que es muy difícil imaginar
el enmudecimiento de los cielos con un meteorito aproximándose
velozmente a la Tierra de por medio, pienso que, en todo caso, su
significado apunta al mismo silencio expectante que inunda las salas
de los tribunales judiciales los minutos previos al pronunciamiento del
veredicto final.
Entonces, muchos hombres y mujeres relegados en la Tierra
y a la espera de su sentencia empezarán a orar con vehemencia y
arrepentimiento genuino, pero desconociendo que su lamento tan sólo
será sumado al cúmulo de oraciones y suplicas realizadas a su debido
tiempo por los santos de todas las generaciones, el cual será arrojado de
retorno sobre las cabezas de los desdichados con gran furor. Al final, el
silencio será roto por el inaplazable advenimiento estruendoso del misil

287
WILSON CASTILLO GUZMÁN

espacial, por los gritos desesperados de la gente impía y negligente que


no quiso ver ni oír cuando tuvo su oportunidad, y por la intempestiva
conmoción de la réplica del sismo. Veremos a continuación la sucesión
de «los cuatro vientos» inclementes:
«El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego
mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la
tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
El segundo ángel tocó la trompeta, y como UNA GRAN MONTAÑA
ARDIENDO EN FUEGO fue precipitada en el mar; y la tercera
parte del mar se convirtió en sangre. Y murió la tercera parte de los
seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves
fue destruida. El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo UNA
GRAN ESTRELLA, ARDIENDO COMO UNA ANTORCHA, y cayó
sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas.
Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas
se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas
aguas, porque se hicieron amargas. El cuarto ángel tocó la trompeta,
y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la
tercera parte de las estrellas, para que se oscureciese la tercera parte
de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo de la
noche.» (Apocalipsis, cap. 8, versículos 7 - 12).
Los sonidos de la primera y la segunda trompeta preludian el
gran impacto de la tercera, ya que antes de la llegada del gran meteorito
«αψινθος» («Apsinthos») o «Ajenjo» («amargura»), un número
incontable de sus fragmentos se precipitará con violencia sobre la
Tierra ocasionando descomunales incendios forestales que acabarán
con un porcentaje significativo de bosques y selvas. Asimismo, junto
al granizo de fuego, un fragmento de tamaño considerable derivado de
Ajenjo caerá sobre el mar extinguiendo a especies enteras y hundiendo
a los principales navíos de las potencias militares. Todo ello acontecerá
en cumplimiento a lo señalado por el Maestro: «para que venga
SOBRE vosotros toda la sangre justa que se ha derramado sobre
la tierra (la sangre simbólica de los mártires entremezclada con el
granizo y el fuego), desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre

288
LA LÓGICA DEL CREADOR

de Zacarías hijo de Berequías, a quien matasteis entre el templo y el


altar.» (Evangelio según Mateo, cap. 23, ver. 35).
A continuación, el meteorito impactará sobre las venas de la
Tierra levantando desde la corteza una nube densa y caliente de polvo
y rocas que poco a poco se extenderá a lo largo y ancho del planeta
envolviendo con su lobreguez el ya contaminado firmamento que, al
menos durante algunos meses, no permitirá el ingreso de la luz en una
gran parte del globo. Mas los efectos del cataclismo no terminarán allí,
pues la tercera trompeta prevé que el agua se volverá amarga y que
muchos humanos perecerán a causa de ella. Eso es algo que sólo podría
suceder si se produjesen precipitaciones de lluvia acida capaces de
contaminar el agua bebible, tal cual se cree ocurrió en varias regiones
al final del Cretácico tardío, luego de que el meteorito que provocó la
extinción de los dinosaurios irrumpiera en el curso normal de la vida.
«Y miré, y oí a un “αετου” (águila) volar por en medio del
cielo, diciendo a gran voz: ¡AY, AY, AY, de los que moran en la tierra,
a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres
ángeles!» (Apocalipsis, cap. 8, ver. 13). Eso significa que el destino
de aquéllos que sobrevivan al toque de los cuatro vientos será aun más
tormentoso y sombrío, ya que los tres «ayes» del anterior versículo
auguran, uno a uno, la desgarradora aflicción de las tres últimas
trompetas que vendrán, cual si fueran águilas hambrientas, fulminantes
e implacables:
«El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella “εκ”
(procedente) del “Οὐρανός” (Ouranós) que bajó a la tierra; y se le
dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y subió
humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol
y el aire por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre
la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la
tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a
cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres
que no tuviesen el sello del “eljim” en sus frentes. Y les fue dado,
no que los matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su
tormento era como tormento de escorpión cuando hiere al hombre. Y

289
WILSON CASTILLO GUZMÁN

en aquellos días los hombres buscarán la muerte, pero no la hallarán;


y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos…» (Apocalipsis, cap.
9, versículos 1 - 6).
Recordemos que en algunas ocasiones los ángeles son descritos
o representados a manera de estrellas en la Biblia, de forma que la aludida
«estrella» que caerá del cielo, no será una tercera roca proveniente del
espacio, sino un ángel procedente del «Ouranós» (el reino celestial)
que se materializará en la Tierra con un propósito especifico: alentar la
persecución mundial de aquellos individuos sobrevivientes que, a pesar
de no haber alcanzado la corona en la primera trascendencia debido a su
tibieza, todavía sostengan la palabra del Padre. Aunque a primera vista
esta tarea ordenada por el altísimo parecería totalmente incongruente,
veremos en seguida que no lo es.
Obviamente el primer instinto de la humanidad después de los
desastres será el de supervivencia. En medio del caos, las autoridades del
mundo propugnarán la unidad de las naciones y pueblos con el objetivo
de dar inicio a la reconstrucción de su mundo; sin embargo, al verse
entorpecida su misión por grupos disidentes de creyentes rezagados,
no tendrán más opción que desplegar con ímpetu el último remanente
de sus fuerzas militares terrestres para apagar la voz de todo aquel que
ocasione división entre las masas y vaya en contra del renacimiento del
sistema. Por consiguiente, los creyentes y sus líderes serán sometidos
a nefandas torturas durante meses, si es que no se hubiesen retractado
antes de su fe, y ciertamente desearán morir, pero ese lapso será
precisamente la última oportunidad de redención que el Padre otorgará
a los seres humanos. Una vez más, el dolor y el sufrimiento habrán de
ser los que fragüen el armazón de la superconsciencia.(102)
«El primer ay pasó; he aquí, vienen aún dos ayes después
de esto…» (Apocalipsis, cap. 9, ver. 12): La sexta trompeta atañe al
siniestro avance de la mortandad que extenderá su acometida contra
una parte importante de la población restante cuando los ejércitos de
todos los países subsistentes se reúnan, bajo el mando de los nuevos

(102)
En lo personal, no desearía formar parte de ese grupo rezagado.

290
LA LÓGICA DEL CREADOR

gobernantes del mundo, para aniquilar a «una tercera parte de los


hombres», quizás con el afán de reducir el consumo innecesario de los
exiguos recursos y en procura de proteger la manutención de las capas
selectas de sobrevivientes.
Sin embargo, habrán corazones inconmovibles que ni aun
con todo lo acontecido se arrepentirán de sus pecados y que, por el
contrario, sacarán a relucir lo peor de sí y se sumirán en la barbarie. En
contraposición, asimismo, surgirán nuevos profetas, gentiles y iejudís
(representados en el capítulo once del Apocalipsis por dos olivos o
testigos), que anunciarán, durante un lapso tortuoso de casi tres años y
medio, el arrepentimiento y la redención postrera. Finalmente, una vez
hayan cumplido su tarea, serán abatidos por «la bestia» (el sistema) y
sus cuerpos serán exhibidos en las plazas a manera de escarmiento. Pero
luego de «tres días y medio» sucederá algo increíble: La inspiración
de vida procedente del altísimo ingresará en ellos y las puertas de los
cielos se volverán a abrir para recibirlos.(103) De ese modo, la séptima
trompeta podrá emitir su sonido.
Con su soplo emergerá una mujer encinta «vestida del sol,
con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce
estrellas»; su presencia apunta a la iglesia que dará a luz a la generación
rezagada de santos que fructificarán gracias al trabajo de los profetas.
Mas, al mismo tiempo, emergerá un «dragón escarlata» que tendrá
«siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas»; su
figura alude al régimen mundial dirigido por diez gobernantes que
pretenderán, a través de todos los medios posibles, sofocar a la iglesia:
«…Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz,
a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. Y ella dio a luz
un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones; y

(103)
«Pero después de tres días y medio entró en ellos la inspiración de vida enviado por el
“eljim”, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una
gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los
vieron.» (Apocalipsis, cap. 1, versículos 11 - 12).
Serán tres días y medio, y no los ajustados tres días que serían de esperarse, debido a que el
rescate y vivificación de estos individuos se realizará con posterioridad al tiempo previsto para la
cosecha original.

291
WILSON CASTILLO GUZMÁN

su hijo fue arrebatado para el “eljim” y para su trono.» (Apocalipsis,


cap. 12, versículos 4 - 5).
Nos damos cuenta de que ese hijo es el «Kjristo» que despertará
en las mentes de los integrantes de la iglesia rezagada y que no podrá
ser devorado por el dragón. No obstante, los dolores previos de
alumbramiento serán realmente intensos para la iglesia, y ésta tendrá
que batallar valientemente con el fin de hacerse merecedora de la
misericordia del Omniverso, puesto que todavía una siega habrá de
librar a unos pocos individuos de los siete estragos culminantes: las
siete copas de la ira que formarán parte del tercer ay.
«Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles:
Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira del “eljim”. Fue el
primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna
y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que
adoraban su imagen.» (Apocalipsis, cap. 16, versículos 1 - 2).
El Señor no contendrá más su ira, pues será lo más necio entre lo
necio y lo más inmundo entre lo inmundo lo único que quede en aquella
hora. Así, en justo pago a su degeneración milenaria, el acido corrosivo
de la primera copa será derramado sobre el linaje de las serpientes
adoradoras del pútrido sistema, y hará brotar, con gran facilidad —a
raíz de todos los anteriores estragos y a causa de la falta de condiciones
de salubridad e higiene—, una peste infecciosa e incontrolable que
se propagará velozmente y que matará lenta y dolorosamente a sus
víctimas.
«El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se
convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había
en el mar. El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos, y sobre las
fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre. Y oí al ángel de
las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras,
el Santo, porque has juzgado estas cosas. Por cuanto derramaron
la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a
beber sangre; PUES LO MERECEN. También oí a otro, que desde el
altar decía: Ciertamente, Señor “eljim” Todopoderoso, tus juicios son

292
LA LÓGICA DEL CREADOR

verdaderos y justos.» (Apocalipsis, cap. 16, versículos 3 - 7).


El insólito color rojizo de las aguas, que a la vez es utilizado
figurativamente para representar la compensación merecida que
recibirán las alimañas del mundo, puede ser explicado por la ciencia
sin mayores inconvenientes, aun descartándo la posibilidad del
fenómeno denominado como «marea roja», que es bastante común y se
desencadena (aunque en un espacio relativamente reducido), de tanto
en tanto, en distintos mares y estuarios. Por consiguiente, lo mejor será
que exploremos una de las posibles explicaciones al asunto, la cual
rescato del documental: «El Éxodo Decodificado».
Es cierto que el referido documental no se centra en las siete
copas de la ira, sino en la emancipación del pueblo de Ishrael y en las
diez plagas que asolaron Mitzraim señaladas en el Antiguo Testamento.
No obstante, como veremos en seguida, la dilucidación de la primera
de esas diez plagas, que de hecho se ajusta con la segunda y tercera
copa del Apocalipsis, podría ser un buen punto de referencia que, de
ser fehaciente, nos permitiría entender un poco mejor lo predicho en el
Libro de la Revelación.
Según el video documental dirigido por Simcha Jacobovici,
las aguas del Nilo se tiñeron de escarlata en el Antiguo Testamento a
causa de la erupción del Volcán Tera, el cual en un principio ocasionó
varios terremotos que, a su vez, provocaron, en los alrededores del Rio
Nilo y en otros lugares, la liberación de grandes cantidades de dióxido
de carbono y hierro. En ese proceso, ambos elementos entraron en
contacto con el oxigeno del agua, formando, así, hidróxido de hierro,
el cual, por su parte y debido a su color rojizo, tornó el agua de un tono
similar al de la sangre.
«El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol, al cual fue
dado quemar a los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron
con el gran calor, y blasfemaron el nombre del “eljim”, que tiene
poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.»
(Apocalipsis, cap. 16, versículos 8 - 9).
La intensa actividad volcánica en todo el Planeta, despertada

293
WILSON CASTILLO GUZMÁN

por los enérgicos sismos, inyectará, en el lapso de los años siguientes


al impacto del meteorito, una cantidad desmedida de gases capaces de
deteriorar gravemente la capa de ozono. De manera paulatina, el escudo
que nos protege de la radiación ultravioleta se desvanecerá y, cuando
lo haya hecho, se cumplirá lo predicho por la cuarta copa. En varias
zonas del Planeta los rayos del sol herirán a los hombres con horrendas
quemaduras y el cáncer de piel mermará el número de los habitantes
supervivientes.
«El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia;
y su reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas,
y blasfemaron contra el “eljim” del cielo por sus dolores y por sus
úlceras, y no se arrepintieron de sus obras.» (Apocalipsis, cap. 16,
versículos 10 - 11).
Los últimos resquicios en los cielos serán cubiertos por la
extrema polución atmosférica y un invierno nuclear total entenebrecerá
el globo de extremo a extremo. Bajo ese techo fúnebre, el lamento de
las ánimas agonizantes emanará desde lo profundo del ruinoso trono de
la bestia, pero tan sólo comunicando su obstinada subsistencia, dado
que aún una vez más se levantarán contra los designios del Creador,
maldiciendo su recto castigo, para luchar por el restablecimiento de su
mundo.
El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates;
y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a
los reyes del levante (oriente). Y vi salir de la boca del dragón, y de
la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres inspiraciones
inmundas a manera de ranas; pues son inspiraciones de demonios,
que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para
reunirlos a la batalla de aquel gran día del “eljim” Todopoderoso. He
aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus
ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. Y los reunió
en el lugar que en hebreo se llama H‘r-M’gid’n (Har-Megidon).»
(Apocalipsis, cap. 16, versículos 12 - 16).
Teniendo en cuenta que en el pasado el rio Éufrates se constituyó

294
LA LÓGICA DEL CREADOR

en la fuente principal de agua del Imperio babilónico, sirviéndole,


además —debido a que sus corrientes atravesaban el núcleo de su
territorio y desembocaban en el golfo Pérsico—, como vía natural para
emprender exitosas campañas militares; y conociendo la fama pagana
del referido imperio (que en el Apocalipsis es utilizada para representar
a la conjunción de doctrinas inmundas y religiones extraviadas),
podemos deducir que la sexta copa prevé la evaporación definitiva del
manantial figurativo que sustenta la apostasía. Sólo así el camino hacia
el dominio absoluto por parte de «los reyes del sol naciente» (los hijos
de la luz) será allanado.
No obstante, antes de que la victoria decisiva se efectivice, una
batalla (no literal, sino metafórica) habrá de librarse entre dos opuestos.
La vetusta noche y su séquito de mortales, aferrándose tercamente a la
esperanza de restaurar su reino, consolidarán un único lazo político,
ideológico y tecnológico, en un infructuoso intento por impedir la
irremediable extinción de su especie, y se enfrentarán, desdeñosos,
al amanecer regenerador que sus ojos ciegos no podrán percibir; de
modo que dicho enfrentamiento será equivalente al sostenido en el
«H’r-‘karm’l» (Monte Carmelo), hace más de 2800 años, entre el joven
profeta Elías y los acólitos del dios Baal.(104)
Sin embargo, es pertinente aclarar que el Monte Carmelo es
denominado en el Apocalipsis como «Har-Megidon» («Monte de
Megidon»), y no así por su nombre propio, tan sólo para resaltar a la
ciudad de Megidon que fue conquistada por los hebreos en el pasado
y que se hallaba muy cerca del Monte Carmelo. Comprendemos, en
consecuencia, que aquella conquista era un inequívoco vaticinio de
la ineludible derrota futura del sistema mundial a manos del pueblo
elegido, el cual no batallará en un punto geográfico específico ni
utilizará armas para vencer a sus enemigos.
«El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una
gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: HECHO ESTÁ.
Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de
Consulte el capítulo dieciocho del primer Libro de los Reyes para obtener más información
(104)

sobre el desafío que Elías hizo a los profetas de Baal durante el mando sombrío de Jezabel.

295
WILSON CASTILLO GUZMÁN

tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los
hombres han estado sobre la tierra. Y la gran ciudad fue dividida en
tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia
vino en memoria delante del “eljim”, para darle el cáliz del vino del
ardor de su ira. Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados. Y
cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de
un talento; y los hombres blasfemaron contra el “eljim” por la plaga
del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.» (Apocalipsis,
cap. 16, versículos 17 - 21).
Momentos antes de sucumbir y con la plena convicción de
que junto a su cuerpo iba atada la mismísima muerte, los labios de
«Iesúe» recibieron el agrio sabor del vinagre para que se cumplieran
las Escrituras.(105) Al hacerlo, no fue su esencia inmortal la que bebió
de aquel liquido; el «Kjristo» simplemente recibió el compuesto
ácido, equivalente al derramado por la séptima copa, para indicar
simbólicamente que era su carne mortal (efigie de imperfección) la que
absorbía la plaga, pues «Iesúe» estaba al tanto de que con su expiación
se desatarían los eventos predestinados para desarraigar al pecado y a la
muerte de la faz de la Creación. Es por esa razón que las palabras que
se originarán al unísono en las «gargantas» de los ángeles y los santos y
que emergerán desde el templo del cielo en la hora final, se asemejarán a
las palabras pronunciadas por el Maestro el instante previo a su deceso:
«Consumado es».
Un terremoto decisivo, más potente que ningún otro registrado
antes en la historia, y una lluvia de granizo —cuyos nódulos de hielo
serán tan pesados como «talentos griegos» (unidades de medida
monetaria equivalentes a aproximadamente 26 kg.)—, ocasionada
por el brusco cambio climático, azotarán a la prácticamente extinta
humanidad. Por otro lado, el deshielo gradual de los casquetes polares
incrementará el nivel de los mares y, poco a poco, las islas y los montes
desaparecerán anegados en las aguas. Ciudades enteras serán cubiertas
por el mar y junto a ellas la civilización le dirá adiós a la existencia.
(105)
«Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre.» (Salmos,
cap. 69, ver. 21).

296
LA LÓGICA DEL CREADOR

Finalmente, luego de tantos años interminables de tragedia y


llanto, la luz hacedora del Cosmos retomará su estrado y todo indicio
de obscuridad se disipará en el olvido:
«Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y
el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga
y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza
muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía
sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su
nombre es: EL LOGOS DEL “ELJIM”. Y los ejércitos celestiales,
vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos
blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las
naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino
del furor y de la ira del “eljim” Todopoderoso. Y en su vestidura y en
su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE
SEÑORES.» (Apocalipsis, cap. 19, versículos 11 - 16).
Cuando la última unidad de la amplia serie de procesadores
que interpretan la realidad en tres dimensiones se desconecte o, dicho
de otra manera, cuando la actividad cerebral del último de los seres
humanos en la Tierra cese, el velo de lo eterno será descubierto y el
Logos cósmico exhibirá, sin obstáculos, su esencia multidimensional.
Ese es el motivo por el cual su estado es comparado figurativamente —
del mismo modo que LA PALABRA del Evangelio lo fue en el capítulo
seis del Apocalipsis— con la fuerza y la majestuosidad de un corcel.
Por su parte, los nuevos amos del Cosmos, que juntos conformarán
una hermandad, son representados en las muchas coronas puestas en la
cabeza del «Kjristo» y en los ejércitos celestiales que van detrás suyo,
para que se reafirme una vez más esta verdad: Que quien preside la
iglesia de los escogidos y cabalga y dirige el caballo blanco con plena
potestad, es la mente superconsciente. Sepa, pues, que nada podrá
impedir que la profecía hecha por Isaías, citada a continuación, se
consume:
«El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor
de la luna te alumbrará, sino que “Ievé” te será por luz perpetua, y
el “eljim” tuyo por tu gloria. No se pondrá jamás tu sol, ni menguará

297
WILSON CASTILLO GUZMÁN

tu luna; porque “Ievé” te será por luz perpetua, y los días de tu luto
serán acabados. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre
heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para
glorificarme. El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte.
Yo «Ievé», a su tiempo haré que esto sea cumplido, pronto.» (Isaías,
cap. 60, versículos 19 - 22).
Confíe en el Creador, en su palabra y en su lógica perfecta.
Crea en él, tan sólo eso, y permita que el núcleo de su consciencia sea
conmovido y transformado por la Verdad, que es una y siempre la misma.
No le pido que confíe en mí ni en mis oraciones persuasivas, porque
entre ellas podrían esconderse teorías equívocas y pensamientos vacíos.
Mas aun si la mayoría de mis aserciones estuviesen desencaminadas
e incluso si yo mismo me hallase extraviado en las arenas de mis
propios planteamientos, mi corazón atesoraría una sola certeza acerca
del altísimo omnipresente, que no podría abandonar jamás: ¡Él existe!,
y su presencia es completamente irrefutable. ¿Podría alguno rebatir la
existencia del Cosmos sin objetar a la vez el propio oxigeno que exhala
desde sus pulmones?
Hemos dejado de lado el análisis de muchos puntos significativos
que se hallan enterrados tanto en el Apocalipsis como en el resto de los
libros del Antiguo y Nuevo Testamento. Sin embargo, eso es algo que no
me preocupa demasiado, pues ahora le corresponde a usted abstraerse
en sus enigmas y tengo la sincera esperanza de que en breve serán sus
enseñanzas y hallazgos los que llenarán mis lagunas. Si no ha olvidado
que el tiempo de la cosecha, el advenimiento del reino y el fin de la
degeneración mundial dependen de la previa gestación de los frutos
de la iglesia, ansíe, como lo hago yo y como lo hicieron los apóstoles,
sentarse junto a sus hermanos y hermanas —ya que definitivamente no
está solo ni sola en este desafío— para participar de la cena del Señor
e iniciar el proceso de retroalimentación por el cual nuestras mentes
serán renovadas.
Pero haga cada uno lo que deba hacer, sea lo que deba ser y
oiga lo que deba oír. «El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es
inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia

298
LA LÓGICA DEL CREADOR

todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. (Apocalipsis, cap.


22, ver. 11). Todos hemos tomado ya una decisión, lo aceptemos o no,
predeterminada desde las raíces del Ser, y en verdad sería mejor no
negarlo porque, tal como expresó el filosofo neerlandés Baruch Spinoza:
«La libertad aparece cuando se acepta que todo está determinado».
Por lo tanto, honremos y glorifiquemos, sobre todo en nuestros templos,
a aquél que nos brinda la oportunidad de conocer una libertad que se
halla más allá de las fronteras de éste reino perecedero en el que nos
hemos estancado; grabemos nuestros nombres en el libro de lo eterno y
descubramos el destino que nos aguarda en la infinitud de sus páginas.

299
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LA LÓGICA DEL CREADOR

AGRADECIMIENTOS

Agradezco al Creador por su paciencia inagotable y por la


promesa incomparable que nos ha hecho a través de su hijo; a mi padre
por haber sembrado en mi infancia las semillas del conocimiento; a mi
madre por su cariño incondicional; a mi hermana mayor por su apoyo
constante y la corrección gramatical, ortográfica y sintáctica del texto;
y a mi hermano menor por sus duras críticas y la aclaración de algunos
conceptos cruciales.

301
WILSON CASTILLO GUZMÁN

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