FRAUDE A LA LEY
En el caso de que los cónyuges cambien de nacionalidad recurriendo a la residencia
habitual en otro Estado donde sí está autorizado el divorcio. Una vez consumado, vuelven a
recuperar su primitiva nacionalidad. Se observa con facilidad que su deseo no era en
realidad el cambio de nacionalidad, y sin embargo, lo han hecho conforme a la ley. Lo
mismo sucede con los llamados matrimonios de conveniencia, celebrados para lograr, de
una forma sencilla, eludir las normas sobre inmigración: un contrayente mediante el
matrimonio se convierte en residente legal en el país donde desea trabajar, y el otro obtiene
a cambio de ello una compensación económica o de otra clase.
En el fraude de ley aparece por tanto una norma de cobertura, que es la utilizada como
camuflaje, y una norma defraudada (la que prohibía el divorcio o la que ordenaba la
expulsión del país del residente ilegal). La sanción contra los actos en fraude de ley consiste
en aplicar la normativa que se pretendía eludir. En el ejemplo ya descrito, el divorcio no
será considerado válido; en el segundo, no se reconocerá como residente legal a quien
realizó el subterfugio, y todo ello, con independencia de las sanciones previstas para los
actos realizados al amparo de la norma de cobertura: invalidez del cambio de nacionalidad
o nulidad del matrimonio, en cada caso.
Domicilio, aunque por regla general se considera sinónimo de hogar, el estricto sentido
jurídico del término alude al lugar que el Derecho considera como residencia de la persona,
que puede ser o no el lugar en el que reside en realidad. Toda persona ha de hallarse
ubicada dentro de una jurisdicción para que los derechos y obligaciones tengan así un punto
concreto de referencia o atribución, de tal modo que su estatus público y privado quede
determinado y se conozca dónde ejercerá sus derechos y le serán exigibles sus obligaciones.
En muchas ocasiones será el domicilio lo que determine la elección del juez que entenderá
sobre determinados asuntos del interesado; también será el domicilio de la persona lo que
determine el lugar en el que se le deban hacer las notificaciones judiciales, los
requerimientos notariales, las reclamaciones de deudas, las inspecciones fiscales, etcétera.
En definitiva, el domicilio viene a ser la sede jurídica de la persona.
Por lo general, el domicilio de la persona física será el lugar de su residencia habitual. El
domicilio familiar debe ser fijado de común acuerdo por los cónyuges en interés de la
familia, y en caso de discrepancia suele reservarse al juez la facultad de decidir. Como
cohabitar es deber de los cónyuges, la ley entiende que, salvo que se pruebe lo contrario,
los cónyuges viven, de hecho, juntos.
En el caso de menores de edad y de incapacitados sometidos a tutela, el domicilio será el de
sus padres o tutores. Es perfectamente posible que una persona tenga como domicilio el de
su residencia habitual, y designe un lugar diferente para todos o algunos de los efectos que
resulten de su actividad: se fija así un lugar al cual se le puedan hacer llegar las
notificaciones, se designa un apartado de correos o se domicilian los pagos en un Banco. Se
habla entonces de domicilio electivo, que sólo posee valor para lo referido a tales actos.
Otras veces es la propia ley la que fija a tales efectos el domicilio: así, en caso de
funcionarios públicos, el destino, o en caso de comerciantes, el lugar donde tengan el centro
de las operaciones mercantiles.
DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO
Conjunto de normas que, teniendo presente la existencia de relaciones jurídicas entre
ciudadanos de diversos Estados y la posibilidad de colisión de leyes en sus respectivos
territorios, determinan el ordenamiento jurídico competente para regular las relaciones
privadas que no dependen por entero de la legislación material interna, además de ocuparse
de la nacionalidad y del derecho de extranjería. En principio, el ámbito de vigencia de un
ordenamiento es el territorio del Estado, pero la actividad de las personas puede
desarrollarse también fuera de las fronteras de éste o en relación con nacionales de otros
países, lo que plantea el problema de la ley que haya de aplicarse a tales actos; el problema,
a la postre, es definir la autoridad extraterritorial de cada ley, y determinar si determinados
preceptos, en supuestos concretos, son de aplicación fuera del territorio del Estado del que
provienen y en qué medida.
En este orden de cosas, ha de designarse, en los casos citados anteriormente, al tribunal
competente (el llamado forum), y procederse acto seguido a la elección de la ley aplicable
(ius).
Entre las nociones fundamentales del derecho internacional privado cabe citar los puntos de
conexión: elementos de la relación jurídica —nacionalidad, domicilio, lugar en que se
realiza un acto— que sirven para determinar la norma material aplicable (calificación del
supuesto de hecho) y averiguar la ley a aplicar; el reenvío que la norma de conflicto del
tribunal hace a una extranjera; el orden público (principios que, representativos de los
valores intangibles de una sociedad, se plasman en normas imperativas que no pueden ser
sustituidas por otras de derecho extranjero); el fraude de ley (sumisión a una norma de
cobertura extranjera con la finalidad, reprochable, de sustraerse a los efectos de una ley
propia).
Exhorto: despacho que un juez o tribunal dirige a otro órgano judicial solicitándole que le
auxilie en la práctica de alguna diligencia
Comunicación de un juez o tribunal a otro de la misma categoría, para la práctica de alguna
diligencia judicial.