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Novena de Navidad: Oraciones y Reflexiones

Este documento presenta la Novena de Navidad para el primer día. Incluye oraciones dirigidas a Dios, Jesús, San José, la Virgen María y la familia. También presenta los misterios gozosos y dolorosos del rosario, con reflexiones sobre el significado de la Navidad como una fiesta de reconciliación y perdón.

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ChristiaN Lucas
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Novena de Navidad: Oraciones y Reflexiones

Este documento presenta la Novena de Navidad para el primer día. Incluye oraciones dirigidas a Dios, Jesús, San José, la Virgen María y la familia. También presenta los misterios gozosos y dolorosos del rosario, con reflexiones sobre el significado de la Navidad como una fiesta de reconciliación y perdón.

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NOVENA DE NAVIDAD

Hoy iniciamos la Novena de Navidad. Les invito a acoger la gran esperanza que nos trae Jesús, Dios
con nosotros, que es capaz de transformar nuestro corazón. Dios con nosotros, que nos capacita
para vivir con esperanza y amor allí donde parece imposible.

PRIMER DIA

(Con la señal de la cruz) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor
prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen,
naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por  tan inmenso beneficio.
En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un
mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor,
tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para
nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los
caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Yo confieso

2. Oración inicial

Señor Jesús, Tú eres amor y vida. Has querido nacer como todos nacemos, de una mujer. De esta
forma has bendecido a la familia. Haz que cada familia se convierta en verdadero santuario de vida
y de amor. Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los esposos, hacia el bien de sus
familias. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia una fuerte de apoyo para su
crecimiento en la verdad y en el amor. Haz que los niños sean esa semilla de esperanza en la
familia y así, con nuestro amor, se renueve su inocencia. Haz que el amor santificado por la gracia
del matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis. Amén.

Creo en Dios

3 .- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las
veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su
hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran
responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor
de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José
modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.

Padre Nuestro
4.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra
patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas
fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también
en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que
hayamos cometido.

MISTERIOS DOLOROSOS (Martes-jueves- viernes- Domingo)

1. Misterio Doloroso: “La oración del Huerto”


Salió Jesús con los discípulos al Monte de los Olivos. Llegados al lugar les dijo: “Orad para no caer
en la tentación”. Y apartándose de ellos, puesto de rodillas, oraba: “Padre si quieres, aparta de mí
este cáliz; pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Se le apareció un ángel del cielo, para
confortarlo. (Mateo 26,36. Lc 22,44).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

2. Misterio Doloroso: “La Flagelación del Señor”


Pilatos decía a los Judíos: “¿Qué mal he hecho?”. Y ellos gritaban más fuerte: “¡Crucifícalo!”.
Pilatos, queriendo contentar a la muchedumbre, soltó a Barrabás, y a Jesús, después de haberle
hecho azotar, se lo entregó para que lo crucificaran. Se Sometió como cordero llevado al
matadero. (Lc 23,16. Isaías 53,5).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

3. Misterio Doloroso: “La coronación de Espinas”


Los soldados, tejiendo una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza a Jesús y lo vistieron con
un manto de púrpura. Se le acercaban a Él y le decían: “¡Salve, Rey de los Judíos!”. Le escupían, le
quitaban la caña para golpearlo en la cabeza y lo abofeteaban. (Mateo 27,27. Juan 19,5).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

4. Misterio Doloroso: “Jesús con la cruz a cuestas”


Jesús con la cruz a cuestas, salió hacia el lugar llamado Calvario, en hebreo Gólgota. Le seguía una
gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por Él. Allí le crucificaron a Él, y
a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. (Lc 23,33. Marcos 15,20).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria… 

5. Misterio Doloroso: “Jesús muere en la cruz”


Clavado en la cruz Jesús exclamó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Dijo a su
madre: “Mujer he ahí a tu hijo”, luego al discípulo: “He ahí a tu madre”. Cuando tomó el vinagre
dijo: “Todo está cumplido”. Después dando un gran grito, expiró.
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria… 

Oración Final
Contigo voy Virgen pura, en tu poder voy confiado, pues yendo de ti amparado mi alma volverá
segura. Dulce Madre no te alejes, tú vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca
solo me dejes, y ya que me proteges tanto, haz que me bendiga el Padre, el Hijo, y el Espíritu
Santo. Amén.
MISTERIOS GOZOSOS (Lunes- Miércoles- Sábados)

1. Primer Misterio Gozoso: “La anunciación del Ángel a la Virgen María”.


El ángel Gabriel fue enviado de parte de Dios a decir a María: “Concebirás y darás a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús”, “Él será grande y será llamado el Hijo del Altísimo. Su reino no tendrá
fin”. María respondió: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lúcas 1,38).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

2. Segundo Misterio Gozoso: “La visitación de María a su prima Santa Isabel”.


María fue con prontitud a la región montañosa a una región de Judá, entró a la casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Isabel quedó llena del Espíritu Santo y exclamó: “Bendita tú entre las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre”. Dijo María “Mi alma glorifica al señor porque ha mirado la
humildad de su esclava”. (Lucas 1, 39-54).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

3. Tercer Misterio Gozoso: “El nacimiento de Jesús en Belén”. 


José subió desde Nazareth de Galilea a la ciudad de David llamada Belén, con María, su esposa,
que estaba encinta. Y estando allí di a luz a su hijo primogénito. Y se apareció una multitud de la
milicia celestial que alababa a Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los
hombres de buena voluntad” (Lucas 2, 4-19).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

4. Cuarto Misterio Gozoso: “La presentación del niño Jesús en el templo”.


Cumplidos los días de la purificación según la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para
presentarlo al Señor. Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. era justo y piadoso y estaba
en él el Espíritu Santo. Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo al Señor diciendo: “Mis ojos han
visto a tu Salvador” (Lucas 2,40).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

5. Quinto Misterio Gozoso: “El niño perdido y hallado en el templo”. 


Subieron como de costumbre a la fiesta y, al volverse, el niño se quedó en Jerusalén sin saberlo sus
padres. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado entre los doctores, escuchándolos y
preguntándoles. Jesús les dijo: “¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que debo ocuparme de las
cosas de mi Padre?” (Lucas 2,43-51).
Rezar Padre Nuestro, Avemaría y Gloria…

Oración Final para los misterios Gozosos:


Contigo voy Virgen pura, en tu poder voy confiado, pues yendo de ti amparado mi alma volverá
segura. Dulce Madre no te alejes, tú vista de mí no apartes, ven conmigo a todas partes y nunca
solo me dejes, y ya que me proteges tanto, haz que me bendiga el Padre, el Hijo, y el Espíritu
Santo. Amén.

VILLANCICO
5.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en


nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es
nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir
verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh
Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es
Navidad. Amén.

6.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das
comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú
nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú
estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca
un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con
nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que
anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo.
Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu
encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

7.- Reflexiones

Meditación del primer día

Vamos a afianzar nuestros valores de modo que la navidad sea lo que debe ser; una fiesta
dedicada a la RECONCILIACIÓN. Dedicada al perdón generoso y comprensivo que aprenderemos
de un Dios compasivo.

Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con los hermanos y andar en
una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo exclamó en sus cartas, tal como leemos en su
epístola a los Romanos 5. 1 – 11. Vivir la Navidad es cancelar los agravios si alguien nos ha
ofendido, y es pedir perdón si hemos maltratado a los demás.

Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en Belén: paz en
la tierra a los hombres que aman al Señor y se aman entre sí. Los seres humanos podemos
hacernos daño con el odio o podemos ser felices en un amor que reconcilia. Y esa buena misión es
para cada uno de nosotros: ser agentes de reconciliación y no de discordia, ser instrumento de paz
y sembradores de hermandad.

Meditación del segundo día

Segundo día dedicado a la COMPRENSIÓN. Comprensión es una nota distintiva de todo verdadero
amor.
Podemos decir que la Encarnación de un Dios que se hace hombre puede leerse en clave de ese
gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se pone en nuestro lugar, que rompe las
distancias y comparte nuestros afanes y nuestras alegrías. Es gracias a ese amor comprensivo de
un Dios padre que somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan nos
muestra la grandeza de su amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Leer la primera carta de Juan
3, 1 – 10. Si de verdad actuamos como hijos de Dios no imitamos a Caín si no que “damos la vida
por los hermanos” (3, 16).

Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y ser tolerantes con sus
fallas. Si la NAVIDAD nos torna comprensivos es una excelente Navidad. Feliz Navidad es aprender
a ponernos en el lugar de los demás.

Meditación del día tercero

Tercer día dedicado al RESPETO. Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal
como son. Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen
y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada.

El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un
pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos. Un amor respetuoso nos impide juzgar a
los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño. Siempre que pienso en el respeto
veo a Jesús conversando amablemente con la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el
capítulo cuatro de su evangelio.

Meditación del día cuarto

Cuarto día dedicado a la SINCERIDAD.


Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay mentira. Amar
es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la hipocresía y con la fuerza de la integridad.
Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: Juan 8, 32. Sólo sobre la roca firme de
la verdad puede sostenerse una relación en las crisis y los problemas.
Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos al entendimiento y la
unidad.
El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen que su verdad es la
Verdad.
Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta en la que acogemos a
Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Juan 1, 9. Luz verdadera que nos aleja de las
tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como Camino, Verdad y Vida. Ojalá nuestro amor esté
siempre iluminado por la verdad, de modo que esté también favorecido por la confianza.

Meditación del día Quinto

Quinto día dedicado al DIÁLOGO.

Toda la Biblia es un diálogo amoroso y salvífico de Dios con los hombres. Un diálogo que lleva a su
culmen y su plenitud cuando la palabra de Dios que es su Hijo, se hace carne, se hace hombre, tal
como lo narra San Juan en el primer capítulo de su evangelio.
De Dios apoyado en la sinceridad, afianzado en el respeto y enriquecido por la comprensión, es el
que necesitamos en todas nuestras relaciones.
Un diálogo en el que a diario “nos revistamos de misericordia, bondad, humildad, mansedumbre y
paciencia”. Colosenses 3, 12.
El diálogo sereno que brota de un sincero amor y de un alma en paz es el mejor aguinaldo que nos
podemos dar en Diciembre. Así evitamos que nuestras casas sean lugares vacíos de afecto en los
que andamos dispersos como extraños bajo el mismo techo.
Dios nos concede a todos el don de comunicarnos sin ofensas, sin juicios, sin altanerías, con
respeto y empatía, lo que genera acogida y mutua aceptación.

Meditación del sexto día

Sexto día para valorar la SENCILLEZ.


Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles.
Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto de
Magníficat.
"Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su esclava" Lucas 1, 47
- 48
Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que
acarrea la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún
defecto nos aleja tanto como la arrogancia.
El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar
su altivez.
Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la
sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Filipenses 2, 6 –
11.
Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones.
Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor.

Meditación del séptimo día

Séptimo día para crecer en GENEROSIDAD.


La generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la virtud en la cual el amor le gana la
carrera al egoísmo.
Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que
no se agota en las palabras.
Y eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par de un Dios que se da a sí mismo. Lo
destaca San Pablo: “espero que también se distingan en generosidad... Ya conocen la generosidad
de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos
con su pobreza”.
Es un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a compartir sus bienes con los
necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor de nosotros
mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y dar alegría y
esperanza.
Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.
Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor, y sacarás amor.

Meditación del Octavo día

Octavo día para afianzar la FE.


Una fe que es firme cuando nace una relación amistosa con el Señor.
Una fe que es auténtica está confirmada con las buenas obras, de modo que la religión no sea sólo
de rezos, ritos y tradiciones.
Necesitamos cultivar la fe con la Biblia, la oración y la práctica religiosa porque la fe es nuestro
mejor apoyo en la crisis.
Necesitamos una fe grande en nosotros mismos, en Dios y en los demás. Una fe sin vacilaciones
como lo quería Jesús: Marcos 11. 23.
Una fe que ilumina el amor con la fuerza de la confianza, ya que “el amor todo lo cree”. 1Cor 13, 7.
La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva. Razón tenía Publio siro al decir: el que
ha perdido la fe, ya no tiene más que perder.
¡Qué bueno que cuidemos nuestra fe como se cuida un tesoro!
¡Qué bueno que nos puedan saludar como a la Virgen!: “Dichosa tú que has creído”. Lc 1, 45.

Meditación del Noveno día

Noveno día para avivar la ESPERANZA y el AMOR.


El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe. Por eso en su himno al amor nos
muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera sin límites”. 1Cor 13, 7.
Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y la mirra que nos
dan ánimo para vivir y coraje para no decaer.
Es gracias al amor que soñamos con altos ideales y es gracias a la esperanza que los alcanzamos.
El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a pesar de los obstáculos y los
sinsabores.
Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás, podemos lograr lo que
sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra
esperanza. Con dulzura, respeto y con una buena conciencia”. 3, 15 – 16.
Si encendemos la llama de la esperanza y el fuego del amor, su luz radiante brillará en el nuevo
año después de que se apaguen las luces de la Navidad.

8. COMPROMISOS Y PETICIONES

10 DESPEDIDA

Dios te salve María // Dios te salve Reina y madre

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