Astilo, Oscar Oliva
Astilo, Oscar Oliva
Antología poética
las alas
109
         del   sueño3
      biblioteca     c h i a pa s
María Cristina García Cepeda
secretaria de cultura
     142 p. : fots. byn. ; 21 cm. — (Colección Biblioteca Chiapas. Serie Las alas
 del sueño, 109).
ISBN: 978-608-8471-41-6
D.R. © 2017
Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Boulevard Ángel
Albino Corzo 2151, Fracc. San Roque, 29040, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
publicaciones@conecultachiapas.gob.mx
ISBN: 978-607-8471-41-6
hecho en méxico
      Astilo
antología poética
selección
        — 2017 —
                     Presentación
                                                       7
del maestro Oliva y la del escritor Julio Solís, ve la luz
esta antología, producto del trabajo individual de los ta-
lleristas y de las constantes lecturas que se planearon,
escuchando la voz de todos los miembros, ejercitando
la crítica y estudiando a poetas de distintas épocas.
    No queda más que invitar al lector a adentrarse en
las propuestas de estos nuevos autores cuyo signo co-
mún es la renovación del lenguaje literario.
8
                   La palabra poética
                                                             9
II. “De desnuda que está brilla la estrella” (Rubén Darío)
10
Dice Roland Barthes: “Las palabras tienen una memoria
segunda que se prolonga misteriosamente en medio de
las significaciones nuevas…”. Los lectores y autores de
poemas debemos encarar esa segunda memoria.
Óscar Oliva
                                                     11
                     Introducción
                                                           13
Wallace Stevens, por mencionar algunos, e indiscutible-
mente faltaron lecturas por realizar.
    La poesía, por ser escritura, es selección y memoria.
También es lectura, recitación, concepto y música. Una
tensión entre la meditación y la desbandada atraviesan
el trabajo del poeta. Así, se ajusta y expande, según sus
necesidades de composición, el poema. La experien-
cia del mundo presente, aparatosamente cruzada por
mil circunstancias, es la hoja en blanco que se enfrenta
todo escritor en toda época. De esta conceptualización,
pero también de una fuerza creativa novedosa, dan
cuenta las catorce voces que irrumpen las páginas de
este volumen.
    Esta selección de poetas jóvenes (todos menores de
treinta y cinco años) fue orientada por los propios au-
tores y la concepción general de sus obras. Esto último
nos parece relevante subrayarlo, pues los textos aquí
vertidos forman parte de un corpus en construcción
que cada uno de nuestros nóveles escritores viene tra-
bajando por su cuenta. Así, es probable que algunos de
ellos vean la luz de publicación en los próximos años.
    Finalmente, y puesto que no podemos olvidarnos
del principio que dio origen a tan provechosa experien-
cia, no queremos dejar de mencionar que el nombre
de esta antología se inspiró en unos versos del máximo
poeta modernista, Rubén Darío, hallados en su deslum-
brante “Coloquio de los centauros”.
Julio Solís
14
Astilo
                               ASTILO
El enigma es el soplo que hace cantar la lira.
                                  Rubén Darío
                    Eduardo Molina
Contraluz
                                     19
Han buscado
Dicen
que los han buscado
hasta debajo de las alcantarillas,
debajo de los puentes,
sobre las voces silenciosas de informadores,
detrás de alguna cama en cierta ciudad,
y que van contra el viento
y sobre arena
y solo encuentran otros cuerpos.
20
Ciertos días
Ciertos días
sueño con tu imagen,
pero luego me recetas reglas.
Ciertos días
me siento en la nada,
somos nada.
                                                  21
                       Israel Rojas
Judit 13, 8
Pasa,
oficia conmigo el saludo a los cuatro cursos de la vida,
degusta del queso, dátiles, perones e higos;
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cuéntame sobre el pan que hornean en tu tierra,
deja que te cuente de las ciudades
que han perecido bajo el yugo de mi espada,
los monolitos que con mi mano he derrumbado.
Entera y desnuda deja mirarte,
simula con tus ojos los gestos del amor,
el amargo vino vierte en mi boca,
y canta, si te lo permite tu dios, canta,
                                                  23
Nadie supo de quién eran los versos
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Se mueve
habitado	     se inflama
Sismo Edén subterráneo
	      Un dedo se crispa
		            intermitentes parpadean los labios
		            ojo de marioneta izado por gusanos
                              la carne en su sepulcro
                                           se mueve
                                                   25
                       Fabián Ruiz
Entretanto
26
Fuga
No se detendrá el péndulo
con el sol a punto de parir tus ojos
en la vibración arbórea del alba.
                                                       27
Elegía
28
Junio de 1990
                                                       29
                         Karla Gómez
El títere polvoriento,
el hijo perdido de la noche
colgado de los tobillos se desliza.
30
Imita una silueta igual a la mía,
hace creer que soy la esclava
que adolece en cada paso.
¿A qué puerta llevarte?
¿Roja, verde, azul?
En el espejo
la muerte juega con los párpados.
Hay que esperar el tren de la tumba,
abrir las ventanas,
maullar la soledad.
                                              31
¿Qué cuerpo acá se inclina y se convierte
en una constante mudanza?
32
con una ventana que no pausa la muerte del sol,
habitarte en la redonda negrura de mi cárcel al
costurarse en tus ojos.
Ahí como faisanes lamiendo nuestras alas,
ignorando el calvario, el golpeteo de la piedra en el pecho,
reconociéndonos en el espejo que sale y muere al verse.
La única salvación era abrir la puerta,
ser esas dos damas que toman el té,
usan gafas y relojes,
evitan el frío con gramos de color rojo en los labios.
                                                         33
                  Carlos Iván Velasco
34
Cuitas que tornaban a su jacal
Mientras la fiebre nos regalaba a esperpentos orgásmicos
                  Sacaste tu lápiz labial y querías pintar
                                      [a la luna de rubia
O de alguna colegiala tal vez
      Pero sólo nos alcanzó para comprar aguardiente.
                                                       35
Calentura de amor en aguacero abierto que le suelen
llamar torrencial o agua que no has de beber
36
Espeluznante historia del que es nacido para vivir
y vivió para morir
                                                       37
Trompo volador que me recuerdas a mí mismo
persiguiendo remolinos
38
                 Miguel Pérez Sántiz
                                                 39
El féretro lleva la eternidad de la ciudad
herida por todas partes.
Las personas señalan el edificio que te mira el rostro
mientras la tarde se filtra en el ataúd
llevándose consigo
el aluminio de tu habitación.
40
buscando el camino
que dejas como una cicatriz.
                                                      41
con la petrificada muerte
llevando la señal de tu voz al exilio.
42
Apocalipto
                                                         43
de sus ancestros sepultados
para deleite de los buitres.
44
Los barcos atravesarán el infinito
como un cuchillo de pedernal,
y el imperio construya
con la cal de la antigua pirámide
en los huesos de los niños la imponente ciudad.
                                                  45
Urbe mineral
El faro,
esa inexplicable descripción del mundo,
la ciudad,
pedazo de metal escondido entre los dedos.
Ciudad,
pequeño duelo de sí misma.
La ciudad,
un duelo en el alma mineral del tigre.
46
                      Sulma Jiménez
A ojo de pájaro
                                                 47
II
48
III
Todo da vuelta,
regreso al punto de no tener respuesta
a esta ausencia compartida, visceral,
que nos hace ir en busca de lo desconocido,
siempre yendo a no sé dónde.
                                                 49
IV
50
V
El mar
sacudiendo mis alas,
otra vez arrojándome fuera.
                              51
VI
52
VII
                                                     53
VIII
54
IX
                                 55
                   Rosa Vázquez Jiménez
Túnel de barro
Clepsidra
Estación
que forra segundos
irritando al aire
en intervalos de exilio.
II
Pausa tóxica
tupida de barro,
hora en blanco,
hojarasca en la avenida.
III
Ligero transeúnte
en la estirpe de cristal
danzando al silencio
en tapiz de agujas.
56
IV
Migaja de vapor
que narra la hueca médula
a los pasos fatigados,
a los párpados sin órbita.
VI
Seno caducado
que expande su finitud.
Estampa del sepulcro
de un cálculo maniatado.
                             57
Obsidiana
58
Facsímil
Encuentro embriagada
tu cuerpo por la ciudad:
el hallazgo de tu mirada
en la otredad perdida,
cabizbajo ángulo de fondo difuso.
Me distraen los labios del reloj,
reconocerte en el tránsito acelerado.
Te observo, y callo.
El silencio oprime la ciudad
que humea tu nombre en la vasija:
ceiba escurrida entre las brasas.
Te he leído en la calle, sobre bancas olivo,
entre figuras de asfalto con turbado mentón.
Farola que traslapa el hueco del retrato,
vacío habitado por el añejo de sus pedazos.
Me tropiezo con el fracaso
de encontrarte como el de ayer,
¡desconozco tu cabellera!
Ausencia del blanco en tu estela.
El valle donde las Flores son fantasmas
traza tu olor a cerezo.
Suspiro disuelto
en desgajados pétalos del cerebro.
                                               59
El arte del hacer
Telar de cintura,
átame con tu hebra
incandescente,
bórdame tu raíz.
II
Teje mi epidermis
a los poros erectos,
mientras lunares sin rostro
amarran pestañas tras el ojal.
III
Es tu ombligo,
materia teñida en cazuela,
provocación terca
de sombra en punto de cruz.
60
IV
VI
VII
Faja de enredo,
¡cose tus bucles a mí!
Que brote listón de Agosto
del borrascoso latido satín.
                                 61
Serendipia
Es numen a la tinta
tu melena sombría
que suda embriagada
sobre tu pergamino infinito.
62
A lo lejos, las ojeras de una sombra
presagian el arrugar de la corola.
                                           63
La central
A Óscar Oliva
64
El bravío pulgar asciende,
plomo y granada agitan la cólera
que exhala putrefacción.
La muerte tiene asesino.
Cáscaras de mangos
podridas sobre el asfalto.
Cuadras plagadas de palacios de plástico
que los huesos observan al caminar.
La astilla cobarde coloca la tapia del caudal sin pausa.
                                                       65
se hunde el escalpelo en el pecho,
el albedrío enrojece, se ahorca.
Anochece, los cuerpos se dilatan.
El óxido ha penetrado las yagas del obrero,
mas su tronco cae erguido.
66
Hastío
Desprecio y me desprecian.
                                                 67
                   Luis Enrike Moscoso
Kundhaya
                                             Juan 1, 1
                                         Isaías 44, 25
                                                 TNM
Redigo
Soy un danzar de álgidos decibeles
una temblanza de suspiros almidonados
68
con plumas
y retumbas
                                                69
II
70
IV
Niña tijera
Cada verso
Cada ternero
Cada letra
Cada paso
Es un dinosauro
transoceánico
coyuntura de algas
en la cintura
de este muerto
                     71
V
Cuando nacimentamos
cangrejo mostaza
convirtió cordones
en valijas somníferas
72
VI
Tú y yo lo sabíamos
El amor era una niña silenciosa de globos ecuménicos
silabándose los petróleos
y no los rezagos deambulaban en sus propias piernas
                                           [descocidas
                                                    73
Y mientras los escarabajos soplaban flautas
tú y yo sabíamos que al naufragio
le crecían cefalópodos en la falda
74
IX
Y tú
Mágica
Trágica
Brújica
Hechicérica terrícola de enmarañados cabellos
Plantabas desazones de nostalgia y lagunas
en el cielo de otros días
                                                        75
XVI
Cuando el alba
despereza sus canoas
en esta ciudad humeante de llantos y llantas
Narcótica de mí
un tiempo en agua resuma tetragramatones
en el corazón de los equiláteros cincel
que no conoces
martilla abandonada
huérfana del filo de otros colibríes tecnocráticos
amputada del misterio que te maquilo
jauría hambrienta de atardeceres
te nombro
76
XVII
No tejías
Kundhaya perdida
la hoja en blanco de la noche y sus ojales
era más un telúrico delirio de puntiagudos
malabares gamberros salidos de otro hocico
so there
una litúrgica alfombra flotante subió pasos
no míos a la tentación tentáculo de la moraleja
En tanto el canto
suscitaba delirios trashumantes
en otra dimensión menos carne
más éter
y las fórmicas mareas trituraban la ambrosía
de un dios que ya no nos miraba a los ojos
como siempre
                                                  77
XIX
78
Kundhaya
he aquí que la noche es un ataúd abierto
que resopla nostalgia
                                           79
XXIV
Kundhaya lontananza
éste es el tercer ojo de mi cuervo
80
y presume mártires y calabazas
en el destierro que no nos compramos
ni tú
ni yo
a ninguna hora
cabalgando almejas que saben a ternura
tremolando altamares con lisonja de suspiro
                                              81
                      Diego Aguilar
Sarcófago
Caleidoscopio
82
Prédica del pecador gustoso
Mi religión es tu vientre,
es el vaho que predico
al recorrer tu espalda
hasta llegar al templo
                              83
donde confieso todo
y busco un asidero
allá entre tus cabellos.
84
El cocodrilo
A Mario
                                                         85
Que tus lágrimas no sean más que una risa furiosa en
                                          [medio del desastre
  que los tatuajes de tu cuerpo sean el mantra
       la clave única del secreto que no pudiste revelar
86
                        Abraxas
Abracadabra
La puerta se está abriendo
Las hojas se cayeron y el árbol vuelve a nacer
el calor del mediodía
instiga a recoger los sueños para llevarlos adentro
y resguardarlos al fondo de la manzana de Adán
detrás de la palabra
Si aún puedes sentir
lo palaciego del lugar al mirar con los pies
si al pasar por los jardines
has sentido las plantas besadas por la tierra
No empujen
Habrá que caminar templados después del susurro
o de cualquier refulgente fractal
en que encuentres por fin los labios que te nombran
No empujen
Detrás de la obsidiana está la clave
el íntimo secreto bien guardado
la anémona bebiendo el universo
No empujen
Hemos llegado
                                                      87
B
88
lles que piso. Hacia dónde correr con tanta vida, si soy un
torbellino inmerso en la memoria de algún ser errabundo
y solo, dueño de tanta savia y tanta brega.
Estupor
es la contemplación de la palabra
que se derrama de mi boca como baba
como rabia que espera ser golpeada
para seguir su curso
La oscuridad se mece entre recuerdos
y éstos son más vivos
que el dolor que emana de la herida
                                                        89
Hay una prisión allá en el fondo
hay un rumiante a la deriva
saeta marginada del ocaso
condenada al estrabismo y la locura
En el fondo habita medio yerto
un infame clamor a media vela
90
                  Juan Carlos Mejía
Sartal
                                                       91
Tanya
92
entonces observo por la ventanilla como a 140 km/h
                                   [sobre la autopista
                                                     93
Diane o alta hora de la noche
94
ríen
corren
vierten
graciosamente
                                                 95
I
ociosa y mística
la garza azul dormita
en el Grijalva
II
blanco azahar
del palo de limón
el viento sopla
III
caigo en el río
borracho de cerveza
lo cruzo riendo
96
                Alejandro López Ruiz
Parapetos de la espera
Apartado 1
I.I
(casa)
Está silencio
entre alborotos de libre mercado.
Algo crece de su pecho
y el negro de sus ojos
es consecuencia y destino de todo lo que ve.
Y esto que gira, esta pérdida que no se termina de ir
                                     [entre la memoria,
alimenta las hojas.
                                                      97
I.II Sendas
(casa)
Un nadie
se pregunta qué espera
en el espacio que le permite
la desolación.
El Corazón,
latosa entraña que baja
fosa a fosa,
llega al íntimo pantano,
es éste un año agrio
al paladar de quien lo sorbe.
I.III
(casa)
98
¿Qué es lo normal cuando el resultado del deseo
es un deseo más?
El dolor ve
de lejos al animal, lanza
su saeta segura al cuello y
rasga el silencio con sangre recién matada.
                                                  99
Han caído los aviones
que voló mi niñez
en el charco de la necesidad.
Se hunden en la tristeza líquida
de la jornada que me reclama.
I.V Mudanza
(casa)
100
                      Apartado 2
                                                101
Economía: primitivo, esclavista, feudal, capitalista
El esclavista es un asno.
El primitivo es una zanahoria y pende de una caña por
                                                 [delante.
El feudo delinea para sí
los límites de la cosecha.
El capitalista es un prófugo
que espía desde las ramas.
El feudo es un pan.
El primitivo aguarda al apocalipsis.
El capitalista roba la holganza,
atesora la mitad,
se come un cuarto
y ofrece un octavo al esclavista.
102
El capitalista es un uróboros.
El primitivo no tiene cola ni cabeza.
El feudo es un buey espoleado
que sangra en las pisadas.
De las manos del esclavista
brotan empleados calificados.
                                                      103
Del espíritu animal de los empresarios
Es el espíritu un incompleto,
así las aguas de un arroyo
que se desliza y alimenta,
choca y huye de su cauce.
104
espléndido como un golpe de sol
en los cuadros renacentistas.
                                    105
La dialéctica, compañero
De lo posible a lo plausible,
del desmentir los hechos a los hechos
hay infinitas jaulas
de animales que descarnan.
106
          Juan Carlos Hernández Palacios
                                                107
Recuerdo el día en que mi padre nos llevó a la playa
en la suburban blanca,
las gaviotas se estrellaban en el cristal.
Las olas a lo lejos.
Mamá giraba en torno a mi padre,
que se regocijaba por primera vez, creo yo.
Nunca voy a olvidarlo:
los peces llegaban muertos a la orilla,
era marea roja
y mi padre me aventaba hacia ellas,
mamá hacía aspavientos,
no le agradaba que mi padre me arrojara a las olas.
Ahora han pasado veinticinco años
y mi padre se ha desvanecido con el viento más ligero.
Es como si jamás hubiese existido aquella tarde en la
                                       [que yo era muy feliz,
feliz como nunca
que aún
busco en cada playa
peces muertos.
108
Más allá del cristal:
el mundo, los árboles,
el césped soleado,
el asador que compramos en julio,
pero encuentro una grieta en él.
Nadie se coloca atrás del cristal para observarlo.
En cambio contemplan el árbol o el asador
sin percatarse que esta grieta se hace más grande
hasta que se rompe todo el mundo.
                                                     109
Un cuadro de Renoir
110
Obsequios
Surge el instante,
nos envuelve una ola de piedra
hacia la última caricia de la espuma
donde vagamos empuñando el corazón,
las arenas que nunca bastan.
                                       111
Desbordabas tu belleza en el salón,
todos reían y bailaban,
disfrutaban de las drogas sintéticas.
Yo era un retrato en la pared
de algún respetable personaje,
ya difunto, por cierto.
Jóvenes en plenitud,
aquí lo que importa es divertirse
cueste lo que cueste.
Total, dinero hay de sobra, las sustancias
son el pan a diario de mujeres que bailan
como una aguja en el tocadiscos.
112
Sísifo
                                              113
La espada más fría se rompe
con la gracia de un perro moviendo la cola
sin saber que está tan solo
igual que uno en la batalla.
114
Es cierto, tus ojos me lo dicen
cuando se abren cada día.
Somos dos animales suspendidos
en la burbuja del tiempo.
No hay temor a la muerte.
El beso que nos damos es eterno.
Quiero que sepas
que te estoy abrazando
desde hace miles de años,
porque en todas las historias de amor
existes tú.
                                        115
En el festejo eclosionan los demonios.
Luz y Música:
todo es perfecto en este infierno
hasta que la última copa se acaba
y nos vamos navegando
con destino a la rutina.
116
Correspondencias
Ven y disfruta
con el que en ti habita
fluyendo en dínamo al recreo de tus venas.
Ahora que luces la pesada armadura,
suelta cada pieza hasta descubrir la luz
clavándola en la piel de los caballos.
                                             117
Te descubro intacta en la tormenta
el sereno glacial cubre mis ojos
y tus imaginarias naves
por la niebla el brillo
del asesinato
118
                    Elizabeth Pang
Ablación verbal
Desajuste en la cabeza
                                                      119
Utopía
120
Súplica
                                                      121
Aliméntame nuevamente de la desdicha de tu tacto,
de la aurora de fuego que quema y hierve las almas
cuando las prepara para el abandono.
Aliméntame.
122
Luto
                                                       123
Es el cadáver de nuestro amor el plato sobre la mesa,
y nuestros restos, como espinas, el postre que
                                    [desgarrará el anhelo.
124
Besana
                                                      125
Cualquier día
126
Retirada
                                                      127
Anudadado
128
Madrugada
                                                     129
Borboteo
130
los autores
Eduardo Molina
Nació en Tuxtla Gutiérrez el 15 de septiembre de 1994. Estudia la licen-
ciatura en Contaduría Pública en la Universidad del Sur.
Israel Rojas
Nació en la Ciudad de México el 22 de octubre de 1984. Es licenciado en
Letras Hispánicas por la Universidad Autónoma Metropolitana.
Fabián Ruiz
Nació en Ixtacomitán el 4 de septiembre de 1994. Estudia la licencia-
tura en Jazz y Música Popular en la Universidad de Ciencias y Artes de
Chiapas.
Karla Gómez
Nació en Tuxtla Gutiérrez el 25 de mayo de 1990. Se dedica al periodis-
mo cultural. Cursó la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la
Universidad Salazar.
Sulma Jiménez
Nació en Sinaloa, Frontera Comalapa, el 16 de febrero de 1988. Es li-
cenciada en Comunicación por la Universidad Autónoma de Chiapas.
132
Rosa Vázquez Jiménez
Nació en Tuxtla Gutiérrez el 31 de marzo de 1989. Es licenciada en
Comunicación y maestra en Estudios Culturales por la Universidad
Autónoma de Chiapas.
Diego Aguilar
Nació en Tapachula el 4 de marzo de 1991, pero es originario de
Cacahoatán. Es licenciado en Lengua y Literatura Hispanoamerica-
nas por la Universidad Autónoma de Chiapas y cursa la maestría en
Estudios Culturales en la misma casa de estudios.
Elizabeth Pang
Nació en Tuxtla Gutiérrez el 12 de noviembre de 1987. Actualmente
se desempeña como profesora en la Universidad del Sur.
                                                                  133
anexo fotográfico
      Parque Gómez Morín. Abril de 2016
                                                   137
      Museo de Antropología e Historia. Septiembre de 2016
138
          Museo de Antropología e Historia. Febrero de 2017
                                                                     139
u
                                 CONTENIDO
Presentación  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     7
La palabra poética  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       9
Introducción  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     13
Astilo
Eduardo Molina
    Contraluz  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      19
       I  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .   19
       Han buscado  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .           20
       Ciertos días  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .        21
Israel Rojas
    Los motivos de la grieta  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .           22
       Judith 13, 8  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      22
       Nadie supo de quién eran los versos  . . . . . . . . . . . .                     24
       Se mueve  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .        25
Fabián Ruiz
    Entretanto  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     26
       Variación del instante  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .            26
       Fuga  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      27
       Elegía  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      28
       Junio de 1990 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .          29
Karla Gómez
    La vigilia de las sombras  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .            30
Carlos Iván Velasco
    No conozco a nadie que conozca a alguien
    que conozca nada  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .           34
       Sueño y sudor en callejón de innumerables
       puertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       34
       Calentura de amor en aguacero abierto que le suelen
       llamar torrencial o agua que no has de beber  . . . . . .                         36
       Espeluznante historia del que es nacido para vivir
       y vivió para morir  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .             37
       Trompo volador que me recuerdas a mí mismo
       persiguiendo remolinos  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .                 38
Miguel Pérez Sántiz
   En las notas del arpa  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .            39
       Las líneas del ataúd  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .             39
       Apocalipto  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .         43
       Urbe mineral  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .           46
Sulma Jiménez
   A ojo de pájaro  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .          47
       I  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    47
       II  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .   48
       III  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    49
       IV  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     50
       V  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    51
       VI  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     52
       VII  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .    53
       VIII  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     54
       IX  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     55
Rosa Vázquez Jiménez
   Túnel de barro  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .         56
       Clepsidra  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .        56
       Obsidiana  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .          58
       Facsímil  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       59
       El arte del hacer  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .          60
       Serendipia  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .         62
       La central  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .         64
       Hastío  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       67
Luis Enrike Moscoso
    Kundhaya  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
       I  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
       II  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
       IV  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  71
       V  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  72
       VI  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  73
       IX  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  75
       XVI  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  76
       XVII  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  77
       XIX  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  78
       XXIV  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  80
Diego Aguilar
    Sarcófago  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
       Eidolón o evocación del instante  . . . . . . . . . . . . . . . 82
            Caleidoscopio  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
            Prédica del pecador gustoso . . . . . . . . . . . . . . . . 83
            El cocodrilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
       Abraxas  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
            A  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
            B  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
            C  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
            D  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
            E  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
            F  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
            G  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Juan Carlos Mejía
    Sartal  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
       recito descalzo sobre tu tumba Malcolm Lowry…  . . . 91
       Tanya…  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
       Diane o alta hora de la noche…  . . . . . . . . . . . . . . . 94
       ríen…  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
       I  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
       II  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
       III  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Alejandro López Ruiz
   Parapetos de la espera  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
       Apartado 1  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
            I.I (casa)  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
            I.II Sendas (casa)  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
            I.III (casa)  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
            I.III ¿También de dolor se escribe? (casa)  . . . . . . . 99
            I.IV 7:30 a.m. (casa)  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
            I.V Mudanza (casa)  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
       Apartado 2  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
            La moneda, tan fría y sucia  . . . . . . . . . . . . . . . . 100
            Economía: primitivo, esclavista, feudal,
            capitalista  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
            Del espíritu animal de los empresarios  . . . . . . . . 104
            La dialéctica, compañero  . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
Juan Carlos Hernández Palacios
   Jack Daniel’s y Robusto Sánchez en la bañera de un hotel
   que se incendia mientras todos duermen en sosiego  . . . 106
       El trauma del tiempo se hizo carne  . . . . . . . . . . . . . 107
       Recuerdo el día en que mi padre nos llevó
       a la playa…  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
       Más allá del cristal…  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
       Un cuadro de Renoir  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
       Obsequios  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
       Desbordabas tu belleza en el salón…  . . . . . . . . . . . . 112
       Sísifo  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
       La espada más fría se rompe…  . . . . . . . . . . . . . . . . 114
       Es cierto, tus ojos me lo dicen…  . . . . . . . . . . . . . . . 115
       En el festejo eclosionan los demonios…  . . . . . . . . . . 116
       Correspondencias  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
       Te descubro intacta en la tormenta…  . . . . . . . . . . . 118
Elizabeth Pang
    Ablación verbal  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       119
       Desajuste en la cabeza  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .             119
       Utopía  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     120
       Súplica  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .      121
       Luto  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .   123
       Besana  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     125
       Cualquier día  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .        126
       Retirada  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .     127
       Anudadado  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .          128
       Madrugada  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .          129
       Borboteo  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .       130