TEORIA Y PRÁCTICA DE LA ARGUMENTACIÓN ESP.
MARTA PEREZ
DOCUMENTO DE CÁTEDRA
HABERMAS (1929)
Jürgen Habermas nace en 1929, pertenece a la Escuela de Frankfurt cuyo antecedente fue el Instituto para la
Investigación Social que se fundó a principios de la década de 1920. El propósito de dicho Instituto era desarrollar
un programa que se conoce con el nombre de Teoría crítica de la realidad. Los trabajos de los intelectuales
pertenecientes al Instituto publicaban una revista con el título de “Archivo para la historia del socialismo y el
movimiento obrero”. En 1932 comienza a circular la conocida “Revista para la investigación social” en cuyas
páginas se entrecruzan diversos temas como; el fascismo, el nazismo, el estalinismo, la sociedad opulenta, la
revolución pendiente, las relaciones entre Hegel y el marxismo, la industria cultural, el arte, el psicoanálisis y el
problema del individuo en la sociedad contemporánea.
A partir de 1932 y bajo la dirección de Max Horkheimer (1895-1973) se incorporan al grupo Theodor Adorno
(1903-1069) Hebert Marcuse (1898-1979) Erich Fromm (1900-1980) Walter Benjamin(1892-1940) entre otras
figuras destacadas. Cuando Hitler toma el poder, el grupo se desintegra y algunos de ellos se exilan, primero en
Ginebra, luego en París y finalmente en Nueva York. Después de la segunda guerra mundial, Marcuse y Fromm
permanecen en EEUU, mientras que Adorno y Horkheimer regresan a Frankfurt. En 1950 el instituto renace y a él
se incorporan sociólogos y filósofos como Carl Schmidt (1888-1985) y Habermas.
Algunas de sus obras más conocidas en castellano son: Conocimiento e interés, Ciencia y Técnica como
ideología, La lógica de las ciencias sociales, Problema de legitimación del capitalismo tardío, Ensayos políticos,
Sobre Nietzsche y otros ensayos, Conciencia moral y acción comunicativa, El discurso filosófico de la modernidad,
¿Qué significa el socialismo hoy?, Historia y crítica de la opinión pública..
Algunos tópicos del pensamiento habermasiano
Habermas es acusado a menudo de ecléctico por la diversidad de posturas desde donde se apropia de
conceptos y problemas, no obstante algunos estudiosos como Jiménez Redondo (1982) 1 piensan que es posible
considerarlo como un heredero de la tradición dialéctica.
En sus reflexiones sobre las Ciencias Sociales sostiene que en las mismas se produce un proceso de
sustitución del paradigma de la filosofía de la conciencia(a la cual se vincula la teoría crítica de la sociedad)por un
paradigma de la acción comunicativa. Dicho paradigma se inspira en las corrientes hermenéuticas,
fenomenológicas y lingüísticas.
En La lógica de las ciencias sociales de 1982, sostiene que la función de la filosofía es una crítica a la auto
comprensión objetivista de la ciencia, y a la lógica de la ciencia que no considera la lógica de la comunicación, de
la discusión práctica y de las decisiones colectivas.
• Crítica a la primacía de mecanismos tecnocráticos que justifica el cientificismo excluyendo la existencia de
procedimientos racionales para una discusión de las cuestiones prácticas.
• Crítica de la negación de que las cuestiones prácticas sean racionalmente decidibles. Pues, con esa
negación, lo problemas centrales del desarrollo social se ven excluidos de la discusión racional.
• Crítica a la reducción de la teoría del conocimiento a la teoría de la ciencia, lo que implica a su vez la
reducción de toda razón a la razón científica. Esto no condice con la práctica de la investigación social cuyo
objeto es poner a disposición un conocimiento que necesitamos para una reacción racional a la singular
fuerza productiva que representan la ciencia y la técnica científica.
Los problemas epistemológicos, metodológicos y políticos-morales relativos a la naturaleza de la teoría social
y su relación con la práctica social son problemas abiertos. En éste sentido, la preocupación de Habermas puede
sintetizarse en la naturaleza del conocimiento, la estructura de la investigación social, la base normativa de la
interacción social y las tendencias políticas, económicas y socioculturales de la época. 2
Según Habermas, la ciencia moderna produce una alteración de la relación teoría-praxis, de tal modo que
teoría se relaciona con los sistemas lógicamente integrados de enunciados expresados cuantitativamente en
forma de leyes, características de las ciencias naturales.
El planteo positivista es que toda teoría que se refiera a la práctica en términos que no sean los de la
extensión y racionalización de nuestro control sobre los procesos naturales y sociales es ideología. De éste modo,
el potencial social de la teoría queda limitado al poder del control técnico.
1
Jiménez Redondo Manuel (1982) “Prólogo: La trayectoria intelectual de Jurgen Habermas” .En Habermas J. Sobre Nietzsche y otros ensayos. Buenos Aires. REI.
2
Mc Carthy,Thomas (1987) La teoría crítica de Jurgen Habemas. Madrid. Tecnos
0
Para Habermas, el positivismo tras una fachada de neutralidad valorativa encubre un compromiso con la
racionalidad tecnológica. Ahora bien, la discusión racional no puede centrarse exclusivamente en los medios
técnicos pues el control científico de los procesos naturales y sociales no exime a los hombres de la acción. Hay
que decidir los conflictos y los intereses y se deben encontrar interpretaciones por medio de acciones y
negociaciones ligadas al lenguaje ordinario.
Propone una reflexión capaz de poner en conexión racional el potencial social constituido por el conocimiento
y la habilidad técnica con las orientaciones prácticas que determinan el comportamiento en la vida. Pretende que
la reflexión sea una mediación racional entre el progreso técnico y la dirección de la vida social basada en una
discusión crítica general y pública. El problema es situar a la técnica dentro de una teoría comprensiva de
racionalidad.
En Ciencia y Técnica como Ideología de 1968, descompone el concepto marxista de actividad humana en dos
bloques: trabajo o acción social e interacción social o acción comunicativa. El trabajo se organiza según reglas
técnicas y la interacciona según normas válidas. Mientras que la racionalización en la dimensión de la acción
instrumental significa crecimiento de las fuerzas productivas y la extensión del control tecnológico, la
racionalización en la dimensión de la interacción social significa la extensión de una comunicación libre de
dominio. Desarrolla esta distinción en una serie de planos:
• CUASI- TRASCENDENTAL; la teoría de los intereses del conocimiento en la que distingue el interés técnico
por predicción y control de procesos objetivados del interés práctico por el mantenimiento de una
comunicación exenta de distorsiones.
• METODOLÓGICO; donde distingue entre investigación empírico analítica e investigación hermenéutica o
crítica.
• SOCIOLÓGICO; en el que distingue entre los subsistemas de acción racional con respecto a fines y el marco
institucional en que esos subsistemas están insertos.
Por trabajo o acción social debe entenderse o bien acción instrumental o una elección racional. La acción
instrumental se orienta por reglas técnicas que descansan sobre el conocimiento empírico. Esto implica
pronósticos sobre sucesos observables, ya sean físicos o sociales, que pueden ser verdaderos o falsos. El sujeto
organiza medios que resultan adecuados o inadecuados según criterios de control eficiente de la realidad.
El comportamiento de elección racional se orienta de acuerdo con estrategias que descansan en un saber
analítico. Ello implica deducciones a partir de reglas de preferencia y máximas generales, los enunciados pueden
estar bien o mal deducidos, La acción estratégica depende de una evaluación correcta de las alternativas posibles
de comportamiento por medio de una deducción hecha con el auxilio de valores y máximas.
Por último, la acción comunicativa es una interacción simbólicamente mediada. Se orienta de acuerdo a
normas intersubjetivamente vinculantes que definen expectativas recíprocas de comportamiento que tienen que
ser entendidas y reconocidas al menos por dos sujetos agentes. Las normas sociales vienen urgidas mediante
sanciones. Su sentido se objetiva en la comunicación lingüística cotidiana.
En Conocimiento e Interés3 de 1968, se propone reconstruir la historia del positivismo moderno con el
propósito de analizar las conexiones entre conocimiento e interés. El rechazo a la reflexión del positivismo
condujo a la disolución de la teoría del conocimiento, y su remplazo por un teoría de la ciencia. Afirma que una
crítica a éste movimiento, una autorreflexión de la ciencia sólo es posible desde una teoría de la sociedad, idea
que está implícita en Marx.
El positivismo implica el final de la teoría del conocimiento, dogmatiza la creencia en las ciencias en sí misma,
el conocimiento se encuentra definido por la propia realidad de la ciencia. Dice Habermas:
“El positivismo se fundamenta sobre el principio cientificista (…) que (…) el conocimiento es definido por lo que las ciencias
efectúan y puede ser explicitado de manera suficiente mediante el análisis metodológico. Si una teoría de conocimiento
traspasa el marco de la metodología científica recibe el mismo veredicto de superfluidad y de falta de sentido que había
atribuido antes a la metafísica.” 4
3
Habermas sostiene que en 1967 había elaborado un proyecto de tres libros, el primero Conocimiento e interés debía servir de prolegómeno,
no llevo a cabo su plan de escribir los libros siguientes que debían contener una reconstrucción crítica del desarrollo de la filosofía analítica.
4
Habermas (1982) Conocimiento e Interés. Madrid. Taurus. Pág.76
1
Aborda su teoría de los intereses cognitivos 5 como una tentativa de radicalizar la epistemología,
desenterrando las raíces que el conocimiento tiene de la vida. Su tesis central es que los puntos de vista
específicos desde donde aprendemos la realidad, las estrategias cognitivas generales que guían la investigación
sistemática, tienen sus bases en la historia natural de la especie humana. Están ligados a los imperativos de la
forma sociocultural de vida. La reproducción de la vida humana está irrevocablemente vinculada a la
reproducción de la base material de la vida. La historia de esta confrontación con la naturaleza tiene desde un
punto de vista epistemológico la forma de un proceso de aprendizaje.
Para Habermas la orientación general que guía a las ciencias de la naturaleza está basada en un interés de
raíces antropológicas por la predicción y control de los sucesos que acaecen en el entorno natural, al que llama
interés técnico.
Mientras que en el mundo de la vida, la comunicación lingüística cotidiana se basa en un interés por asegurar
y expandir las posibilidades de entendimiento mutuo y de auto entendimiento en la organización de la propia
vida. Este tipo de interés cognitivo es un interés práctico, lo que da lugar a las ciencias histórico- sociales.
El tercer modo es la reflexión crítica que es el interés por la emancipación respecto a las coerciones pseudo
naturales cuyo poder reside en su no- transparencia.
Para Habermas, la tarea de una teoría no objetivista de la ciencia consiste en demostrar que la lógica de la
investigación es la lógica de la conexión entre el apriori de la experiencia y el apriori de la argumentación.
Sostiene que los hechos no son constituidos porque no son entidades en el mundo, sino correlatos de enunciado
a nivel de la argumentación. Las afirmaciones que se realizan en torno a un estado de cosas en el mundo se
tematizan porque precisan una justificación. En cierto sentido, pierden su conexión con el contexto práctico de
origen y su pretensión de validez queda en suspenso hasta ser comprobadas. De allí, que las proposiciones
teóricas, una vez fundadas, sólo puedan pasar del discurso a determinados contextos específicos de aplicación.
Lo último demuestra la conexión entre conocimiento e interés. Los enunciados acerca del ámbito fenoménico
de cosas y acontecimientos solo pueden reproducirse en orientaciones racionales con respecto a fines, en
tecnologías. Mientras que los enunciados acerca del ámbito fenoménico de personas o manifestaciones o acerca
de los sistemas sociales solo se pueden retraducir en orientaciones para la actividad comunicativa, en saber
práctico.
Los intereses rectores del conocimiento protegen frente al discurso la unidad del sistema de acción y de
experiencia de que se trate en cada caso. Mantienen una referencia latente del saber teórico a la acción más allá
de la re transformaciones en proposiciones teóricas y más allá de esas opiniones en saber orientador de la acción,
pero no eliminan las experiencias entre las experiencias afirmadas en un contexto de acción y los enunciados
fundamentados en el discurso acerca de los hechos, tampoco las diferencias entre las pretensiones de validez
reconocidas de hecho y las fundamentadas.
Mientras que el interés cognitivo práctico y el interés técnico tienen sus bases en estructuras de la acción y
están vinculados a los elementos constitutivos de los sistemas sociales, el interés emancipatorio posee otro
estatuto. Asegura la conexión del saber teórico con una práctica vivida, es decir, con un dominio objetual que no
aparece sino bajo las condiciones de una comunicación sistemáticamente deformada, por ello es necesario
eliminar reflexivamente la pseudo objetividad enraizada en motivos inconscientes. 6
Por otro lado, Habermas afirma que cuando decimos que los hechos son estados de cosas que existen, no nos
referimos a la existencia de objetos sino a la verdad de los contenidos proposicionales con los que damos por
supuesto la existencia de objetos identificables, de los que afirmamos el contenido proposicional. Los hechos
derivan de estados de cosas y los estados de cosas son el contenido proposicional de afirmaciones cuya
pretensión de validez se ha vuelto problemática y se pone en discusión.
Los discursos sirven para la comprobación de las pretensiones de validez problematizadas de opiniones y
normas. La única presión permitida en el discurso es la del mejor argumento, y el único motivo admitido es la
5
Habermas (1982:200) llama interés a las orientaciones básicas que son inherentes a determinadas condiciones de la reproducción y auto
constitución de la especie humana, es decir al trabajo y la interacción. Estas orientaciones no miran solamente la satisfacción de las
necesidades puramente empíricas, sino a la solución de problemas semánticos en general. Los intereses del conocimiento refieren aquellos
problemas de conservación de la vida, que han encontrado una respuesta a través de la forma cultural de la existencia. Así, trabajo e
interacción incluyen procesos de comprensión y aprendizaje. La reproducción de la vida está determinada culturalmente por el trabajo y la
interacción, los intereses cognitivos inherentes a las condiciones de existencia no pueden ser concebidos en un marco de referencia biológico,
no es un mero instrumento de adaptación de un organismo a un ambiente que cambia, ni el acto de un ser racional puro descontextualizado
en la contemplación.
6
Habermas, 1982: 322-324
2
búsqueda cooperativa de la verdad. Los hechos quedan así bajo estado de reserva de existencia el objeto de
discusión son los estados de cosas.
En la práctica vital, se intercambian experiencias referidas a la acción se realizan afirmaciones sobre esa
experiencia, la objetividad de la experiencia consiste en que puedan ser compartidas de forma intersubjetiva,
dado que la experiencia se presenta con la pretensión de objetividad, existe la posibilidad de error o confusión.
Sin embargo, esta objetividad de esta experiencia afirmada es diferente a la verdad de un enunciado afirmado.
Una afirmación es una acción comunicativa, implica una pretensión de validez, es decir, supone la verdad del
enunciado afirmado, al tiempo que tematiza la experiencia con un objeto del mundo. Por ejemplo, cuando se
realiza un experimento, el mismo sirve para sustraer las experiencias de la praxis vital con fines argumentativos y
transformarlos en datos, sobre los que se discute sus pretensiones de validez 7.
Clasifica los procesos de investigación y su lógica en tres categorías:
CIENCIAS EMPÍRICO- ANALÍTICAS: comprenden las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales en la
medida en que su finalidad es producir un conocimiento nomológico. Persiguen un interés cognitivo
técnico.
CIENCIAS HISTÓRICO- HERMENÉUTICAS: comprenden humanidades y las ciencias histórico- sociales en la
medida que su objetivo es una comprensión interpretativa de las configuraciones simbólicas. Persiguen un
Interés cognitivo práctico.
CIENCIAS DE ORIENTACIÓN CRÍTICA: abarcan el psicoanálisis y la crítica de la ideología (teoría social crítica)
así como la filosofía entendida como disciplina reflexiva y crítica. Persiguen un Interés cognitivo
emancipatorio.
Las ciencias hermenéuticas están inmersas en las interacciones mediadas por el lenguaje ordinario y las
ciencias empíricos analíticas en la esfera funcional de la actividad instrumental. Unas y otras se conducen por
intereses cognitivos enraizados en los contextos vitales de la actividad comunicativa e instrumental. En éste
sentido Habermas sostiene:
“…Mientras que los métodos empírico-analíticos van dirigidos a poner a descubierto y aprehender la realidad desde el
punto de vista trascendental de la posible manipulación técnica, la metodología hermenéutica tiende a asegurar la
intersubjetividad de la comprensión en la comunicación lingüística ordinaria y el de la acción bajo normas comunes. La
comprensión hermenéutica se dirige por su estructura misma a garantizar, dentro de las tradiciones culturales, un posible
auto comprensión orientadora de la acción de individuos y grupos y una comprensión recíproca entre individuos y grupos.
(…) Se distingue del interés cognitivo técnico porque no está dirigido a aprehender una realidad objetivada sino a
salvaguardar la intersubjetividad de la comprensión…” 8
Según la teoría de los intereses cognitivos, el punto de vista desde el cual captamos la realidad tiene su origen
en la estructura de intereses que está ligada a medios definidos de organización social. Mientras que el interés
técnico surge de los imperativos de una forma vinculada al trabajo, el interés práctico está anclado en un
imperativo de la vida sociocultural, que tiene raíces antropológicas tan profundas como el primero: la
supervivencia de los individuos socializados está ligada a la existencia de una fiable intersubjetividad de la
comprensión entendimiento en nuestra comunicación en el medio del lenguaje ordinario.
En el “Epílogo” de Conocimiento e interés asevera que su postura en relación a la conexión de una teoría del
conocimiento con una teoría de la sociedad es sostenida por dos razones: Primero, porque los elementos
constitutivos de los sistemas sociales no pueden comprenderse sin esclarecimiento epistemológico de
realizaciones cognitivas referidos a la acción. Segundo, porque las tentativas epistemológicas de reconstruir las
competencias cognitivas tienen la forma de hipótesis que pueden ser objeto de una comprobación indirecta
utilizándolas como medio de construcción una teoría de la evolución social.
Por otro lado, aborda la problemática de las distintas funciones del discurso y la práctica argumentativa. Los
discursos sirven para la comprobación de las pretensiones de validez problematizadas de opiniones y de normas.
La única presión permitida en el discurso es la del mejor argumento y el único motivo asumido es el de la
búsqueda cooperativa de la verdad.
Debido a su estructura comunicativa, los discursos están libres de las coerciones de la acción. En el proceso
discursivo no se genera otra cosa que argumentos. Los hechos quedan bajo reserva de existencia, siendo el
objeto de discusión los estados de cosas 9. En el discurso se tematiza un estado de cosas en relación con
7
Habermas, 1982:312-314
8
Habermas, idems 1982: 183
9
Habermas refiere por estado de cosas al contenido de un enunciado que no se afirma directamente sino de modo hipotético, es el
contenido de una proposición con pretensión de validez.
3
pretensión de validez explicitada y puesta en cuestión y da por supuesto que tal estado de cosas puede
confirmarse a través de experiencias, en caso de que exista. Como ya dijimos, al afirmar un estado de cosas no
estoy afirmado una experiencia, puedo utilizar experiencias estructuralmente análogas a modo de datos a fin de
justificar mi pretensión de verdad en relación con el enunciado afirmado.
En Teoría de la acción comunicativa de 1981, aborda el problema del lenguaje. Sostiene que el lenguaje en
uso implicó el replanteo de muchos conceptos en las ciencias humanas. La filosofía del lenguaje toma en
consideración al hablante en su acción comunicativa. Cuando usamos el lenguaje, intentamos entendernos con
alguien, expresamos nuestra intención y nos comunicamos para referirnos a algo que hay en el mundo. El mundo
por otra parte, no sólo es objetivo, sino también social y subjetivo.
Los sujetos que interactúan se presentan unos a otros, con determinadas pretensiones de validez, que en el
caso del mundo objetivo es la verdad; en el mundo social, la rectitud; y en el mundo subjetivo la veracidad.
Las pretensiones de validez, por otra parte están sujetas a críticas, es decir que el oyente tiene la opción de
tomar una postura afirmativa o negativa, pero siempre racionalmente motivada, frente a la emisión del hablante.
Para entender lo que el hablante quiere decir, el oyente debe tener a su alcance las condiciones por las que
puede aceptar ese acto del hablante. Si el oyente acepta lo que el hablante propone en su acto del habla, se llega
a un acuerdo. Esto no implica que se deba dar el reconocimiento intersubjetivo de una única pretensión de
validez, sino que para que haya un consenso entre hablante y oyente, tiene que haber un acuerdo normativo, un
saber proposicional compartido y una confianza mutua en la sinceridad subjetiva de cada uno de ellos, en tanto
actores de la comunicación.
Habermas toma como referencia la Teoría de los actos de habla de John Austin y John Searle. Sostiene que es
en el tipo de acto de habla asertivo cuando se produce algo pasible de ser reconocido como verdadero o falso.
Percibe los actos de habla como modo cuasi trascendentales de fundamentar el proceso de una discusión en las
pretensiones de validez y las mutuas expectativas que se presuponen entre los miembros de una discusión. Su
concepción de la argumentación como acto de habla es novedosa en el momento de la aparición de Teoría de la
acción comunicativa, sin embargo, no atiende al problema de cómo el contexto de un acto de habla puede tener
efectos sobre los argumentos, sino, como lo expresamos, considera la argumentación en relación a elementos
normativos como verdad, exactitud o sinceridad. La conexión entre pragmática y consenso es solo establecida a
nivel teórico.
Retoma la clasificación de los actos de habla de Austin, pero propone reconfigurarla teniendo en cuenta los
propósitos ilocucionarios e introduce un nuevo tipo de actos de habla: los comunicativos. Sustenta este nuevo
tipo de acto de habla a partir de la consideración de los siguientes criterios:
Un reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez.
La introducción de la rectitud normativa.
La introducción de la veracidad subjetiva como pretensión de validez análoga a la de verdad.
La interpretación de los criterios enunciados, valiéndonos de realizaciones acto- mundo.
En función de estos presupuestos plantea la siguiente clasificación de los actos de habla:
Imperativos: el hablante intenta mover al oyente a producir un determinado estado de cosas, pero el
oyente las puede rechazar, expresando así su voluntad.
Constatativos: el hablante se refiere a algo en el mundo objetivo, con la intención de reflejar un estado de
cosas. El oyente en el caso de negarlos cuestiona la pretensión de verdad planteada por el hablante.
Regulativos: el hablante se refiere a algo en el mundo social que es común al hablante y al oyente, con la
intención de establecer una relación interpersonal que pueda ser reconocida como legítima.
Expresivos: el hablante se refiere a algo en su mundo subjetivo tratando de trasmitir una vivencia que le
pertenece. La negación a una emisión de este tipo presupone que el oyente pone duda la pretensión de
veracidad que implica la acción del hablante.
Comunicativos: que podrían incorporarse a la clase de los regulativos por el hecho que organizan el habla
(preguntas respuestas, interpelaciones réplicas asentimientos) aunque considera más adecuado que se los
vea como independientes. De este modo, pueden ser estimados como relación reflexiva del proceso de
comunicación. Abarca los actos que se refieren a pretensiones de validez pero también a la elaboración
argumentativa de las pretensiones de validez.
Llama argumentación a los tipos de habla en que los participantes tematizan las pretensiones de validez que
se han vuelto dudosas y tratan de desempeñarlas o de recusarlas por medio de argumentos. Una argumentación
contiene razones que están conectadas de forma sistemática con la pretensión de validez de la manifestación o
4
emisión problematizada. La fuerza de la argumentación se mide en un contexto dado por la pertinencia de las
razones. 10
Para Habermas las acciones reguladas por normas, las manifestaciones o emisiones evaluativas completan los
actos de habla constatativos. Ello configura una práctica comunicativa cuya base es el mantenimiento y
renovación del consenso que se fundamenta en el reconocimiento intersubjetivo de las pretensiones de validez
siempre susceptibles a críticas. En este sentido la racionalidad de esta práctica requiere apoyarse en última
instancia en razones y en su fundamentación en las circunstancias adecuadas. Dice:
“...la racionalidad inmanente a la práctica comunicativa cotidiana remite a la práctica de la argumentación como
instancia de apelación, que permite proseguir la acción comunicativa con otros medios, cuando se produce un
desacuerdo que ya no puede ser absorbido por la rutina cotidiana...” 11
En este sentido, el concepto de racionalidad comunicativa que expresan las pretensiones de validez universal
de los miembros de una comunidad, tiene que ser adecuadamente desarrollado por medio de una teoría de la
argumentación.
La fuerza de la argumentación se pone de manifiesto en la medida en que la misma es capaz de convencer a
los participantes de un discurso para la aceptación de la pretensión de validez en litigio. A su vez, esto permite
juzgar la racionalidad del sujeto tanto en relación al lenguaje como en relación a la acción.
Los sujetos que se comportan racionalmente son capaces de exponerse a crítica, y en este caso participar
formalmente de las argumentaciones. Someterse a crítica es someterse a correcciones. De modo que podemos
llamar racional a una persona, que en el ámbito de lo “cognitivo instrumental” expresa opiniones fundadas, es
capaz de aceptar los desaciertos y la refutación de hipótesis.
La racionalidad puede entenderse como una disposición de los sujetos a que las emisiones o manifestaciones
que realizan sean sujetas a enjuiciamiento objetivo, que se convierte en un requisito para todas las
manifestaciones que se encuentren vinculadas a pretensiones de validez.
Se pueden reconocer en la propuesta habermasiana distintos tipos de argumentación según sea su objeto, el
cual está siempre determinado por el contexto en el cual se realiza la argumentación. Reproducimos un cuadro
en el que da cuenta de una tipología de la argumentación 12
FORMAS MANIFESTACIÓN DE EMISIONES PRETENSIONES DE VALIDEZ EN
DE ARGUMENTACIÓN PROBLEMÁTICAS LAS CONTROVERSIAS
DISCURSO TEORICO COGNITIVO INSTRUMENTAL VERDAD DE LAS PROPOSICIONES
Conocimiento científico Mundo objetivo EFICACIA DE LAS ACCIONES TELEOLÓGICAS
Busca la verdad
DISCURSO PRACTICO PRACTICO MORAL RECTITUD DE LAS NORMAS DE ACCIÓN
Conocimiento ético-moral Mundo subjetivo Busca la verdad
DISCURSO ESTÉTICO EVALUATIVO ADECUACIÓN A LOS ESTÁNDARES DE
Conocimiento de valores Mundo subjetivo VALORES CULTURALES
culturales Busca la verdad
y artísticos
DISCURSO TERAPEUTICO EXPRESIVO VERACIDAD DE LAS MANIFESTACIONES
Refiere a vivencias, Mundo subjetivo EXPRESIVAS
sentimientos Busca la veracidad, es auto reflexivo
y estados emocionales
DISCURSO EXPLICATIVO INTELIGIBILIDAD O CORRECCIÓN DE LOS
Refiere a reglas lingüísticas, ______________________ PRODUCTOS SIMBÓLICOS
expresiones simbólicas,
traducciones.
Para Habermas, la teoría de la argumentación no se refiere a relaciones de inferencia entre unidades
semánticas, sino a relaciones internas de tipo no deductivo, que son las unidades pragmáticas (actos del habla).
La teoría de la argumentación según él, ocasionalmente se presenta también con el nombre de lógica informal.
10
Habermas, J (1987) Teoría de la acción comunicativa. Madrid. Taurus. Tomo I. Pág. 36-37
11
Idems Pág. 36
12
Extraído - con modificaciones- de Habermas (1987) Teoría de la Acción Comunicativa, Buenos Aires, Taurus. Pág.44.
5
Sostiene que los estudios sobre argumentación dentro del programa de investigación de la Lógica Informal
ofrecen una importante línea de investigación, cuyos principales postulados son:
Serias dudas acerca de que los planteamientos de lo lógica deductiva y la lógica inductiva sean suficientes
para establecer un modelo de las principales formas de argumentación.
La existencia de normas o reglas para la evaluación de argumentos, que son decididamente lógicas, no
simplemente retóricas, pero que al mismo tiempo no son captados por las categorías de validez deductiva
y la fuerza inductiva
La convicción de que la clarificación teórica de los razonamientos y la crítica lógica en términos no formales
tienen implicaciones directas para otras ramas de la filosofía tales como la epistemología, la ética y la
filosofía del lenguaje.13
Para Alain Letoumeau 14, el filósofo alemán contribuyó, desde la década del 60 a la constitución del
pensamiento normativo y asentó la naturaleza fundacional de su trabajo teórico en su Teoría de la acción
comunicativa (1980). Su postura se presenta como lo que el mismo denomina “kantismo pragmático”. A lo largo
de su trabajo busca alguna validación racional de los principios morales y una justificación mediante un proceso
de universalización que se realiza a partir de prácticas discursivas. Con el propósito de respaldar su visión
racionalista de la argumentación, recurre a Toulmin conforme a la idea que discutir o argüir es esencialmente dar
razones que justifiquen la posición del hablante en una discusión, sin embargo, deja por fuera de su
consideración algunos principios pragmáticos importantes de la obra de Toulmin, como por ejemplo la teoría de
los campos argumentativos.
Las principales características de la teoría de la argumentación que se mantienen constantes en sus
principales obras, son:
La teoría de las diferentes pretensiones de validez; rectitud, verdad, sinceridad.
La presunción de una orientación hacia el mutuo entendimiento que precisa de una argumentación
racional y un mutuo reconocimiento en una situación ideal del habla.
La perspectiva contra factual y fundacional de esta situación ideal de habla.
La verdad definida por su justificación; una afirmación válida es aquella que un argumentador está
dispuesto a respaldar con argumentos, entrar en una argumentación es estar listos para justificar las
afirmaciones hechas.
La propuesta de una teoría racional, procedimental, universalizadora y consensualista de la verdad.
La argumentación se efectúa para establecer que las afirmaciones reconocidas como válidas (sea la verdad o
la variedad de validez de lo correcto) se justifican dando razones. Esta afirmación se relaciona con una teoría de la
racionalidad que no puede desligarse del lenguaje, conforme a ello, la argumentación racional ayudaría a los
miembros en una discusión a trascender su más inmediato contexto de intereses.
El discurso argumentativo pretende ser racional, y cualquier discurso que tenga esta pretensión debe cumplir
con tres requisitos mínimos:
Formularse como saber objetivo.
Cumplir con la condición de saber transubjetivo
Ser susceptible de crítica y fundamentación.
La acción de argumentar es un tipo de comunicación con el cual uno o varios sujetos, empleando el discurso
racional o emotivo, busca adhesión y participación de la audiencia en un objetivo, idea u acción común, en
oposición a los objetivos, ideas o acciones manifestadas, expresadas o ejecutadas por otras personas.
Concluye que la actividad de argumentar es una práctica comunicativa tendiente a la consecución
mantenimiento y renovación del consenso. Por consenso entiende el reconocimiento intersubjetivo dentro de
una comunidad, de pretensiones de validez, legitimidad, eficacia, veracidad o inteligibilidad.
Habermas sostiene que un problema con respecto al consenso, es eliminar en el proceso argumentativo toda
referencia a la condición de verdad y realidad. Cuando esta referencia se pierde, es fácil caer en la tentación de
considerar lo “colectivamente válido” como exclusivamente un hecho social y sin ninguna relación interna con la
racionalidad de los argumentos. El debate se convierte entonces en un combate entre gladiadores verbales
donde lo único que parece importar es quien se impone, pero no quien tiene la razón.
El habla argumentativa en cuanto procedimiento es una forma de interacción social sometida a una
regulación especial. Se concibe como una forma de división cooperativa del trabajo entre proponentes y
13
Idems. Pág.45
14
Letourneau, Alain (2010) “Una discusión sobre la lectura y el uso de la argumentación de Stephen Toulmin en Jurgen Habermas.
En Marafioti R. y Santibañez C. Teoría de la argumentación. A 50 años de Perelman y Toulmin. Buenos Aires. Biblos.
6
oponentes, dentro de una dinámica dialéctica y con el objetivo de lograr un acuerdo racionalmente motivado.
Este procedimiento contempla:
• Tematizar una pretensión de validez que se ha vuelto problemática, es decir realizarse preguntas sobre el
tema tratado.
• Adoptar una actitud hipotética, buscando la contraparte de nuestras posturas iniciales y revisando las
posibles fallas de nuestros argumentos
• Examinar las razones que dan respuestas a cada una de las preguntas enunciadas en la parte
correspondiente a la tematización y a la actitud hipotética
La producción de argumentos debe ser pertinente. Mediante el convencimiento busca que el público acepte o
rechace las pretensiones de validez, legitimidad, eficacia o veracidad de las propuestas o proyectos presentados.
Los argumentos son los medios con cuya ayuda puede obtenerse un reconocimiento intersubjetivo sobre la
validez de pretensión que puede convertirse en un saber.
A los efectos de ampliar las consideraciones habermasianas con respecto a los tipos de argumentaciones,
recordemos que considera los argumentos como un tipo de habla en que los participantes tematizan las
pretensiones de validez que se han vuelto dudosas. Así, distintos tipos de discursos dan lugar a diversos tipos de
argumentos, veamos:
Discurso teórico cognitivo: Es el discurso que se expresa como un saber eso, o sea un conocimiento acerca de
los objetos o sujetos del mundo. Es un conocimiento que se relaciona con el mundo objetivo dentro del cual es
importante ponerse de acuerdo acerca de las cosas y los fenómenos que acontecen en él.
Dentro de este tipo de discurso se toman en cuenta las teorías e hipótesis de toda índole que requieren ser
comprobadas en sus postulados, la pregunta que rige a este tipo de saber es acerca de la validez de lo que se
dice, o de lo que se postula como verdadero o falso. Su formulación adquiere la forma de: ¿Es válida o
comprobable la opinión o idea?
Discurso teórico –instrumental: Expresa un saber cómo. En éste tipo de saber, los enunciados o fórmulas se
refieren a las acciones o comportamientos que son necesarios para solucionar problemas. Por lo general, este
conocimiento se llama instrumental. Este saber se plasma en comportamientos y acciones cuya pregunta
fundamental es: ¿Puede ser eficaz o de éxito la acción propuesta?
Discurso práctico. Este tipo de discurso se refiere preferentemente a las normas de acción que una
comunidad considera como legítimas y rectas de acuerdo a sus propios parámetros de comportamiento. Entiende
por legítimo aquello que está conforme a ciertas normas. Las acciones pueden estar sujetas a la crítica y
fundamentación de acuerdo a su conformidad con ciertas normas e incluso se puede enjuiciar dichas normas. La
argumentación puede dirigirse hacia el enjuiciamiento de una acción como legítima o ilegítima, pero también
hacia la misma norma o ley como válida o inválida. La argumentación se centra en la posibilidad de dar una razón
aceptable dentro de las normas que un grupo o comunidad ha asimilado como propias. Se busca la legitimidad. El
interrogante se formula entonces como: ¿Es legítima o válida esta acción o norma?
Discurso explicativo: En este tipo de discurso la argumentación se dirige a corregir, explicar, modificar los
términos para lograr un mejor entendimiento. Se busca la inteligibilidad o corrección en la construcción del
discurso y el empleo de términos que puedan ser reconocidos por otros miembros del grupo, es decir que tengan
un contenido semántico accesible. El interrogante se enuncia como: ¿Es verás la información presentada?
Tanto el conocimiento cognitivo como el instrumental se plantean cuestiones sobre las pretensiones de
validez o eficacia que pueden ser criticadas o defendidas, es decir, fundamentarse por medio de la verificación del
contenido semántico y condiciones o razones de validez – eficacia.
Bibliografía
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