MANUSCRITO OSEAS 3.
[Propósito:
Explicar el amor incondicional de Dios a pesar de que seamos pecadores, los cuales tenemos
esperanza en Cristo.
[Introducción:]
[Con efectos de sonido de un avión] Buenas noches, queridos pasajeros, este es el vuelo 3:1-5,
con dirección al Israel antiguo, abrochen sus cinturones porque hoy vamos a viajar hacia una
historia dramática, más dramática que Romeo y Julieta, mucho más intrigante que cualquier otra
historia de amor, ¿Están listos? Aquí vamos…
[Oras]
[Contexto]
Hoy vamos a estar reflexionando sobre la vida de un personaje que para mí tuvo una de las tareas
más difíciles encomendadas por Dios. Oseas fue un profeta usado por Dios para demostrarle al
pueblo de Israel Su amor incondicional y quiero contarles que esta es una historia dramática, casi
una telenovela de esas que te gusta ver en la televisión – y no me digas que no –. Pero para
contarte la historia, empezaré contándote la situación del pueblo de Israel ¡una joyita! Adivinen
qué, nuevamente el pueblo de Dios se encontraba dándole la espalda, ellos iban tras los ídolos, y
disfrutaban de lo pagano, quizá por ahí a un grupo le gustaba ir a las discotecas y fumar marihuana
en nombre del dios del rock, o también por ahí tenían orgías y cultos para recibir bendiciones a
algún dios pagano. En resumen, Israel estaba yéndose con otros dioses, otros dueños, otros
señores. Ellos querían y se morían por recibir algo de ellos, comida, dinero, lluvias para las
cosechas, en fin, “bendiciones” en general.
Y aquí es donde empieza esta historia dramática: Dios le pide a Oseas que se case con una mujer.
¡Wow! ¿Cuántos aquí quieren recibir esa orden? Pero déjame decirte que no era precisamente
una mujer ideal, Gomer, la mujer con la que debía casarse con Oseas, era una mujer adúltera, en
otras palabras, una especie de dama de compañía, una prostituta. ¡¿What?! ¡Dios se volvió loco!
¡¿Cómo es posible que un profeta cuyo testimonio estaba en juego, debía casarse con ese tipo de
mujer?! Pues yo te dije, esta historia va a estar muy dramática. Entonces llega Dios y le dice a
Oseas: Quiero que te cases con ella, tendrás hijos, pero ella te traicionará, te será infiel, todo eso
lo vas a encontrar en el capítulo 1 y 2 del libro de Oseas.
[Transición]
Ahora que hemos visto todo lo que implicaba el matrimonio de Oseas y la situación del pueblo de
Israel, sumado con el propósito de Dios para con Oseas, vamos a encontrar verdades acerca del
amor incondicional de Dios, así que leamos el versículo 1 del capítulo 3 [Lees]
Entonces, lo que nos enseña el versículo 1 es que:
I. Dios nos ama, a pesar de lo que somos (vv. 1)
[Narrativa:]
En esta parte Dios le pide a Oseas que ame a su esposa, y no es un amor de: “ok, te perdono, pero
tú te lo buscaste así que tú ve lo que haces con tu vida” ¡No! Porque por medio de lo que hizo
Oseas podemos observar cómo es el amor de Dios.
Porque vamos a observar que Dios le dice: Ve y ama a tu esposa que te fue infiel, así como yo amo
a mi pueblo, aunque también sea infiel. ¡Qué grueso! ¿no? ¡¿Cómo es posible que alguien pueda
amar de esa forma?! Un amor que busca y toma la iniciativa, un amor que no tiene condición
alguna. Les voy a decir algo:
a) Oseas tuvo que tomar la iniciativa, aunque Gomer no lo merecía.
- Porque Oseas obedeció y fue por su esposa. No espero que ella lo llame, o
suplique por ayuda.
b) Oseas tuvo que buscar a Gomer, aunque Gomer no merecía ser encontrada.
- Debido a que Jehová le dice “ve”, eso quiere decir que Oseas tuvo que salir de
su casa, y encontrar a Gomer para rescatarla.
c) Oseas tuvo que pasar vergüenza buscando a Gomer, pudiendo dejarla ahí tirada y
salvar su testimonio.
- ¡Qué vergonzoso habrá sido para Oseas tener que caminar preguntando por su
esposa! ¿no crees?
[Aplicación:]
¿Acaso no es lo que Dios hizo con nosotros por medio de su hijo Jesucristo? Él nos amó tanto que
bajo a la tierra, se hizo hombre, tomó la iniciativa, nos buscó, nos demostró misericordia y fue a
una vergonzosa cruz, porque a pesar de lo que éramos Él nos amó ¡Ese es el verdadero amor! El
amor de Dios no condiciona, no es circunstancial. ¿Te has puesto a pensar si el dinero te amará
así? Si tu novia, amigos, profesión, familia ¿realmente te podrán amar como Dios?
[Transición:]
Si creíste que aquí acababa todo, y que ya era suficiente, te equivocas, ahora Oseas se encuentra
con otra situación más difícil aún, ¡Él tenía que pagarle a alguien por algo ya era suyo! Lo que nos
lleva creer que:
II. Dios pagó un precio para rescatarnos (vv. 2-3).
(lees versículos 2 y 3)
[Narrativa:]
En esta parte del pasaje, la Biblia nos dice que Oseas compró a Gomer por quince siclos de plata y
un homer y medio de cebada. Pero espérense… ¡¿Oseas, por qué pagas por algo que ya es tuyo?!
Algo no está bien aquí, porque habría que estar loco para pagar por algo que te pertenece. Pero
¿saben? Gomer ya tenía otros dueños, ella estaba en un mercado de esclavos, seguramente sucia,
sin nada de maquillaje encima, maltratada, completamente sumergida en la podredumbre del
mercado, ¿valía algo? Pues para Oseas sí, y compra a Gomer. Amigos, ¡Nosotros somos creación
de Dios! ¿Por qué tuvo que pagar por algo que era Suyo? ¿Saben por qué? Porque existe un dueño
que nos eslavizaba y era el pecado, y ese pecado nos llevaba a serle infiel a nuestro dueño
legítimo.
Pero esto no queda aquí, porque el versículo 2 dice claramente que Oseas le dice a Gomer: “¡Vas a
ser mía!”. Es decir, Después de haber pagado por su esposa, Oseas le asegura que ella será
restaurada y que su vida va a cambiar porque no tendrá relaciones con más personas, ni siquiera
con él, porque Oseas pretendía una relación íntima con Gomer, y no en términos sexuales, sino,
quería rescatarla de la prostitución y demostrarle que su amor podría llenarla más que todo el
sexo, dinero o lujos del mundo.
[Aplicación]
Esta es la parte más emotiva de la historia, porque ¿saben? Si hubiese sido yo, renunciaba a
Gomer, si yo hubiese sido Oseas, hubiese escogido no amar a Gomer, porque no se lo merecía. Me
fue infiel no con uno, sino con muchos hombres, mi reputación como profeta seguramente iba a
mancharse, tenía que pasar por las calles de Israel preguntando dónde está mi esposa ¡qué
vergüenza!
Pero… es justamente lo que Cristo ha hecho conmigo en una cruz, Él pagó el precio, Él me sacó de
un mercado donde estaba siendo esclavo del pecado. Y a pesar de que muchas veces le he dado la
espalda, me sigue buscando, me sigue amando y me sigue recordando que en esa cruz hay más
amor del que puedo imaginarme. ¿Y sabes? Él también te ama, Él también te quiere rescatar…
[Transición:]
Entonces observamos cómo se comporta el amor de Dios y dijimos que Dios nos ama aunque le
fallemos y Dios nos ama, pagó un precio por nosotros y nos rescató del pecado. Qué triste sería
que aquí acabe el libro, ¿verdad?¡Pero tranquilos! La historia gracias a Dios no termina ahí. ¿Y
saben por qué? Porque:
III. Tenemos esperanza en Cristo. (v. 5)
(leer el versículo 5)
[Narrativa]
En esta última parte del versículo Oseas empieza a profetizar sobre alguien que, con su bondad,
iba a lograr que el pueblo tema, lo busque y vuelvan a los pies de Dios. ¡Esto es increíble! Chicos,
hay esperanza en Cristo. 700 años después iba a nacer ese Rey que iba a cambiar el mundo con su
bondad, y sobre todo, iba a lograr que lo busquen, alaben, teman y lo reconozcan como salvador.
[Aplicación:]
¿De qué me sirve a mí saber eso? Pues, amigo, todo está perdido sin Cristo. El pueblo de Israel
tenía que esperar al Mesías, nosotros ya no tenemos que esperar a ese Mesías, nuestra esperanza
está en Cristo, de manera que, si hemos fallado, hemos sido infieles a Dios, le hemos dado la
espalda, tenemos acceso al perdón y al amor de Dios por medio de su hijo Jesucristo.
[Transición:]
Entonces, Dios nos ama aunque fallemos, Dios pagó un precio por nosotros y nos rescató, sin
embargo, si somos infieles nos alejamos de Dios pero tenemos esperanza en Cristo para poder
regresar a los pies del Padre.
[Idea central:]
El amor de Dios es incondicional hacia la humanidad y nos amó tanto que pagó un precio por
nosotros para que pudiéramos tener salvación en Cristo Jesús.
Conclusión:
Este pequeño pasaje de Oseas nos ha enseñado muchas cosas, pero me gustaría que pienses en lo
más importante de esta historia, ¡el amor incondicional de Dios! No importa cuánto le hayas
fallado, Él puede perdonarte, no importa lo que hiciste, Él quiere amarte tanto que te promete
una vida nueva. Así como Oseas le dijo a Gomer, ella iba gozar de un verdadero amor…
Yo te pregunto, querido amigo, ¿alguien te ha amado así? ¿alguien más te podría amar de esa
forma? Déjame decirte que no hay ni un solo ser humano en este planeta, que te pueda amar
como Dios, así que te invito a que puedas cerrar tus ojos y decirle a Dios que quieres aceptar ese
amor, quizá te sientes bien ahora por todo lo que tienes o quizá no, sin embargo, todo lo material
que tenemos algún día se acabará… pero el amor de Dios nunca. ¿Quieres poner tu fe en Cristo
como tu salvador? ¿Como ese Gomer que salió en busca de su esposa? Si es así, vamos a orar…