Zuheros Trabajo Final
Zuheros Trabajo Final
MURCIÉLAGOS
ZUHEROS
1. Introducción ......................................................................................... 3
4. Estratigrafía ........................................................................................ 12
5. Cerámica ............................................................................................ 14
7. Enterramiento..................................................................................... 21
Bibliografía.................................................................................................. 33
LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
Los componentes del trabajo somos: Isabella Leal Martínez (31007828X), Roberto
Loya Pineda (46272157K), David Ruiz Rodríguez (31026562E) y Nicolás Ruiz Mantilla
(30836985B).
1. Introducción
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Zuheros destaca también por un castillo erigido en época islámica (siglo IX d.C.),
sobre una gran roca caliza que le da la altura necesaria para controlar el territorio, por lo
que los propios árabes le dieron el nombre de “roca inconquistable”. Posteriormente, en
1540, Alonso Fernández de Córdoba, una vez reconquistada la villa, remodela el castillo,
convirtiéndolo en un castillo-palacio, de estilo renacentista y obra de Hernán Ruiz.
Aunque, tras el terremoto de Lisboa en 1755, que le causó graves daños y la poca
ocupación del mismo por los señores de Zuheros, cayó en un estado de abandono.
La cueva está declarada Bien de interés Cultural (BIC), desde 1985, y Monumento
Natural Mixto de Andalucía, desde 2001, por sus valores tanto naturales como geológicos
y bióticos.
Además, es referente a nivel europeo por sus vestigios arqueológicos, sobre todo de
la época del Neolítico, puesto que gracias a los estudios realizados en ella sabemos que
el Neolítico en la Andalucía Occidental se inicia entre el 4300 y el 3900 a.C., más de un
milenio de antelación a lo se pensaba. Además, es célebre de este periodo la cerámica,
con una decoración y un acabado destacable por la aplicación de un pigmento rojo,
realizado a la almagra. Las vasijas encontradas en Zuheros gozan de gran popularidad, en
concreto, “El vaso de Zuheros”, por su perfecto acabado. Mediante la técnica de datación
con Carbono 14 de los cereales carbonizados encontrados dentro del mismo, con una
mínima conservación para la efectuación de esta técnica, se estima su fecha entre el 4.000
y el 3.980 a.J.C. Aunque el verdadero valor de las vasijas no está en su decoración, sino
en su funcionalidad. (Arjona Castro, 1991, p. 53)
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LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
Figura 2: Mapa físico escala 1:25000. Foto: extraída de la web del Instituto Nacional Geográfico
(http://www.ign.es/web/ign/portal)
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Figura 3: Mapa Cartográfico 1:25000. Foto: extraída de la web del Instituto Geográfico Nacional
(http://www.ign.es/web/ign/portal)
La puerta de entrada por la que se accede a la cavidad está situada a 980m sobre el
nivel del mar. La existencia de la Cueva de los Murciélagos se ha conocido desde siempre
por los habitantes de la zona y del pueblo, aunque nadie se atrevía a pasar de la sala
principal por temor y superstición.
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LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
Debemos hacer mención también de la “sala del órgano”, llamada así porque las
paredes nos recuerdan a este instrumento encontrado en iglesias o catedrales, aunque
también se la conoce como la “sala de la imaginación”.
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LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
Esto es así porque en la gran cantidad de visitas que ha recibido la cueva, los visitantes
han hecho numerosas interpretaciones de las formaciones que allí se encuentran (cabeza
de cerdo, caballo del ajedrez, la Sagrada Familia de Zuheros, una réplica de las Casas
colgantes de Cuenca…). Todas estas figuras están creadas de forma natural por la
influencia del viento y la erosión.
Hace medio millón de años se produjo un terremoto por la zona, por lo que se originó
una fisura en una roca caliza que actuaba como “techo” y lo dejó en una posición
inclinada. Al principio, la fisura que se formó era muy pequeñita, esto permitía que el
agua de lluvia se fuese colando poco a poco por la grieta, formando así la gran cantidad
de cavidades y formaciones que hay a lo largo del recorrido de la cueva.
En los años 70 se construyeron los escalones que a día de hoy recorren el yacimiento,
y en el 85 la instalación eléctrica. Durante los años 70, la gente del pueblo comenzó a
entrar a la cueva gracias a los escalones, y aseguran que en algunas zonas de la cueva
encontraban que el techo estaba prácticamente negro debido a la gran cantidad de
murciélagos depositados en él; el suelo también estaba negro por la murcielaguina (los
excrementos de los murciélagos). Éste, es un material bastante fértil, por lo que la misma
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LA CUEVA DE LOS MURCIÉLAGOS
gente del pueblo se encargó de hacer limpieza en la cueva, saliendo de ella con grandes
sacos de guano para emplearlo en sus cultivos.
Otra de las salas que encontramos en la cueva es denominada la “sala del fémur” ya
que fue ahí donde aparecieron el fémur de oso (datado del Paleolítico Superior) y la
mandíbula de niño de 6 años (datado del Neolítico). Se encontró también un cráneo en la
cueva de una persona que vivió allí durante el Neolítico. Dicho hueso tiene una
perforación en la parte posterior. Hasta hace unos meses se creía que se trataba de un
cráneo trepanado, aunque a día de hoy sabemos que es simplemente una parte del hueso
que se ha disuelto más que otras.
La última sala que se ve en la visita es la conocida como “cueva chica”. Se llamó así
porque no se pensaba que ambas bocas estuviesen comunicadas y al ser esta última más
pequeña, se le llamó así. Con respecto a los remanentes encontrados, podemos hablar de
molinos de mano, restos de cerámica, puntas de hacha, hojas de sílex e incluso restos
vegetales (semillas de alcaparras, huesos de aceitunas o restos de cereal). En esta sala es
donde aparecieron los restos de trigo tostado más antiguos de Andalucía, datados de la
época Neolítica (hace unos 4.300 años B.P.). Al haber encontrado esos restos de trigo
tostado, sabemos que nuestros antepasados empezaban a tener conocimientos sobre cómo
conservar los alimentos. Hasta ese momento, recogían el trigo en verano, lo almacenaban,
hasta que germinaba y lo tenían que desechar. Sin embargo, se dieron cuenta de que, si
lo tostaban, aguantaba más tiempo y así lo podían usar de un año para otro. Por todos los
hallazgos encontrado en esta sala, se piensa que tuvo que ser utilizada como “la
despensa”. Y no solamente por esto, sino porque se trata de un sitio bastante cercano a la
superficie y cuya temperatura es unos grados más baja que en el resto de las estancias de
la cueva (máximo 7 grados en verano, llegando incluso a temperaturas negativas en
invierno).
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3. Historiografía de la Cueva
Gracias a Don Manuel de Góngora y su aportación sobre Zuheros, este es uno de los
lugares de los que poseemos información con más antigüedad relativa a la Prehistoria.
Habla sobre el yacimiento en su publicación Antigüedades prehistóricas de Andalucía.
Sin embargo, no cita ningún hallazgo arqueológico, sino que su aportación se limita
únicamente a una mera descripción de la entrada de la cueva. Este autor logró tener muy
diversa información gracias a su amistad con un paisano llamado Don Aureliano
Fernández-Guerra y Orbe, que desde temprana edad recogía objetos y datos referentes a
la Antigüedad hallados en Zuheros, los cuales facilitaba a Don Manuel de Góngora,
cuando este realizaba sus visitas. (Asquerino Fernández, 1991)
La Cueva de los Murciélagos ha sido desde su exploración, en 1938 por el entonces
párroco del municipio don Pedro Vallejo junto a unos oficiales del ejército, objeto de
admiración, historiografiada por historiadores, paleontólogos, geógrafos y demás
estudiosos, idealizada por pintores, y cantada y venerada por poetas. (Cosano Moyano, et
al., 2009, p. 13)
El 1 de mayo de 1938 se realiza una segunda expedición en la Cueva, que se ve
plasmada en el periódico Azul de Córdoba del 1 de julio de 1938. En esta publicación se
hace mención del hallazgo de un esqueleto fósil y un pequeño lago (gour) “en cuyas
orillas se encontraron algunas vasijas.” (Arjona Castro, 1991)
El 27 de agosto de 1938 se publica en el periódico La Opinión de Cabra, un artículo
sobre una expedición realizada en la cueva el 1 de agosto de ese mismo año por el señor
Moreno Olmedo. Se explica cómo los restos humanos estaban colocados (posición fetal,
recostado en su lado derecho y sin cráneo).
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4. Estratigrafía
En el tercer nivel, correspondiente con una capa de tierra negra de unos 25cm, se halló
un vaso prácticamente entero de fondo plano y boca redonda, además de una decoración
sutilmente incisa. Se encontraron también una gran multiplicidad de fragmentos de
cerámica lisa y numerosos restos de fauna (cabras, ciervos…). (Vicent Zaragoza & De la
Quadra-Salcedo, 1964)
Por último, el sexto nivel establecido por las dos arqueólogas, se compone de “peñas
calizas anegadas por cascajos pequeños en un espesor aún no comprobado”. (Vicent
Zaragoza & De la Quadra-Salcedo, 1964)
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Estrato I: es una capa superficial que aparece solamente en la parte norte de la zona
excavada. Se encuentran restos de cerámica romana, cerámica árabe y cerámica moderna.
(Vicent Zaragoza & Muñoz Amilibia, 1969)
Estrato III: se corresponde con una capa de tierra negra de unos 25 – 40cm de grosor
dependiendo de la zona, aunque se da prácticamente en todo el yacimiento. En este nivel
se encuentra abundante cerámica ibérica y romana hecha a torno, aunque también se
descubre cerámica hecha a mano. Aparece de igual modo, un clavo de hierro. (Vicent
Zaragoza & Muñoz Amilibia, 1969)
Estrato IV: es el nivel que ha aportado una mayor riqueza en lo que respecta a restos
arqueológicos y aparece únicamente en la mitad norte de la zona donde se excava. Como
se intuye en la previa excavación de 1962, se confirma la existencia de una “importante
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5. Cerámica
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Tenemos en primer lugar la cerámica almagra. Son vasos con una capa de pintura de
buena calidad, color rojo intenso, muy bruñido (que brilla al haber sido pulido) y bien
cocidos. Tiene un aspecto “acharolado” y muy buena adherencia. (Rivero Galán, 1985)
En segundo y último lugar, destaca la cerámica almagroide con tonos rojizos sin llegar
a ser intensos. Tiene una calidad inferior con respecto a la almagra, y el material no muy
bruñidos presentando señas de espatulación. La capa de almagra se puede desprender
fácilmente del vaso, a diferencia de la primera. (Rivero Galán, 1985)
Se define una ordenación tipológica que queda de la siguiente manera (Rivero Galán,
1985):
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son los correspondientes al tipo de tendencia ovoide (21,55%), mientras que los
de tendencia semiovoide (1,95%)
Dado que en cada tipo hay una serie de elementos que hacen que los vasos sean diferentes,
se han creado unas variantes, que se designan con letras mayúsculas y son cuatro en total
(Rivero Galán, 1985):
Para diferencias los distintos matices de formas de inicio y de desarrollo del cuello que
presentan dichos vasos, se han creado a su vez unas subvariantes, que designamos con
letras minúsculas y son tres (Rivero Galán, 1985):
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6. Arte Rupestre
Las pinturas fueron descubiertas por primera vez gracias a las exploraciones, a
principios de los años 60, por el Grupo de Espeología de Córdoba. Aunque no se darán a
conocer hasta 1964, cuando D. José María Piñol Aguadé habla por primera vez de la
existencia de pintura en la cueva. No obstante, no se trata de un estudio como tal, sino
una interpretación aludiendo a la posibilidad de que estas se traten de un preámbulo a la
escritura, aunque esto ya se puede ver desde las pinturas paleolíticas. Posteriormente, en
el año 1968 se publicará un estudio más completo, realizado por Bernier y Fortea. (IAPH,
s.f.)
Estas pinturas tienen un carácter muy peculiar que, en cierto modo, las distingue de
otras representaciones de arte rupestre datadas del Neolítico. Como ya sabemos, la
inmensa mayoría de representaciones de Arte Esquemático se localizaban en los abrigos
de las cuevas y no en el interior de las mismas. Esto no ocurre en la Cueva de los
Murciélagos, donde podemos encontrar dichas representaciones una vez nos adentramos
en el yacimiento. Encontramos un total de veintiocho cuadrúpedos realizados
esquemáticamente y a base de pigmentación negra. No obstante, debemos saber que
aparecen algunos signos no animalísticos acompañando a las representaciones
esquemáticas de la fauna. (Asquerino Fernández, 1991)
Las pinturas aparecen colocadas de forma longitudinal, como si se tratase de un friso.
Es por este motivo por el que se hace referencia a él como “friso de las cabras”. Son
representaciones esquemáticas de estos cuadrúpedos, donde anecdóticamente se ve la
desproporción entre cornamenta y resto de cuerpo, mucho mayor la primera, con
ausencias de cabeza y rabo. Son trazos puramente horizontales (cuerpo) y verticales
(patas). Todas las figuras están dibujadas de perfil, pero únicamente una de ellas parece
representar movimiento, estando el resto de imágenes estáticas. En este friso podemos
ver un total de cinco grupos de representaciones (Carrasco Rus, et al., 1985):
En el primer grupo vemos un conjunto de cuatro cabras colocadas una detrás de otra
siguiendo una línea horizontal. Si analizamos este conjunto de izquierda a derecha, vemos
que de la primera figura se conservan únicamente el lomo y los cuernos; mientras que las
tres figuras restantes se ven de manera completa y sus dimensiones oscilan entre los 20 y
los 30cm. El detalle que más llama la atención es la exagerada cornamenta que presentas
las cabras, siendo anormal en comparación con otras pinturas esquemáticas. Si nos
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fijamos en la parte inferior de la figura 7, vemos una quinta cabra, que se encuentra
realmente unos 25cm más abajo y 10cm más a la derecha, por lo que no se encuentra
como tal dentro de este primer grupo. (Bernier & Fortea Pérez, 1968)
Figura 8:Grupo 2 "friso de las cabras". Ilustración: Bernier, J. & Fortea Pérez, F. J., 1968. Nuevas
pinturas rupestres esquemáticas en la provincia de Córdoba. Avance de su estudio. Zephyrus ,
Volumen 19, pp. 149-154.
Con respecto al tercer grupo, encontramos un total de cuatro cabras con una
cornamenta de gran tamaño en relación al cuerpo. Vemos una cuarta figura en la parte
inferior derecha, sin embargo, esta vez no se trata de una cabra (lo que se deduce por la
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ausencia de cornamenta), sino que son unos trazos que asociamos con el cuerpo y las
patas de otro cuadrúpedo. (Bernier & Fortea Pérez, 1968)
En el quinto y último grupo se nos presentan una serie de trazos algo confusos. Entre
ellos destaca una cabra de unos 7cm más o menos y otro cuadrúpedo con una flecha
doblada. (Bernier & Fortea Pérez, 1968)
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Si descendemos por la pared donde están las pinturas que se acaban de describir, a
unos 10 metros aproximadamente, encontramos una figura tipo ídolo oculado. Junto a
este se encuentra una representación de un cuadrúpedo de mayor dimensión que los que
vemos en el “friso de las cabras”, pero puramente esquemático, reducido a trazos
verticales y horizontales, y tiene un color rojo anaranjados del mismo tono que el
ancoriforme del segundo grupo de dicho friso. En cuanto al ídolo oculado, es del tipo
ídolo-placa, generalmente relacionado con contextos funerarios. Está realizado con un
instrumento duro y con una pigmentación negra. “Sus dimensiones son de 10 cm. en la
parte superior, 22 cm. en la inferior y 17 de altura.”. (Bernier & Fortea Pérez, 1968)
Figura 12: Ídolo Oculado y cuadrúpedo de la Cueva de los Murciélagos. Ilustración: Bernier, J. & Fortea Pérez, F. J.,
1968. Nuevas pinturas rupestres esquemáticas en la provincia de Córdoba. Avance de su estudio. Zephyrus , Volumen
19, pp. 149-154.
7. Enterramiento
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Figura 12: Restos humanos del Neolítico. Foto tomada de la página web del Ayuntamiento de
Zuheros (http://www.zuheros.es/cueva_de_los_murcielagos) (vista por última vez el 29/04/2017)
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Figura 13: Pintadas en la zona entre la Sala de las Formaciones y la zona de enterramiento. Foto: elaboración propia
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Además, según el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), las obras de
acondicionamiento para la apertura al público, que se hicieron en 1969 sin la supervisión
de ningún arqueólogo, unido a la labor clandestina de los “caza-tesoros”, han supuesto la
destrucción de más del 95% del yacimiento.
Por lo que hay que considerarlo un grave error en el patrimonio histórico que nos
rodea, puesto que durante las obras que se citaban anteriormente, “se ampliaron pasos
estrechos, se trasladaron grandes cantidades de sedimento arqueológico de un lugar a otro
para intentar salvar los desniveles existentes, en el vestíbulo de la Cueva Grande el caos
de bloques fue allanado con sedimentos del mismo vestíbulo, en el Corredor de las
Pinturas el sedimento fue cortado y arrastrado para intentar nivelar el paso y poder
construir los escalones, se retiró la tierra que cerraba determinados pasos practicando
zanjas, para facilitar la comunicación entre la Cueva Chica y la Cueva Grande, por
ejemplo, se lanzó sedimento al exterior, gran parte de la Cueva Chica se perdió cuando
se niveló el recorrido hasta la Sala de los Estratos. […] Los paneles con pinturas y
grabados se vieron también muy afectados por estas obras, manchas de cemento, cables,
suciedad, quedando muy degradados por pintadas y grafitos realizados sobre las
representaciones y en las proximidades” (IAPH, s.f.)
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Sin embargo, en las dos visitas que hemos realizado al municipio de Zuheros, hemos
observado como el yacimiento repercute muy positivamente en el turismo de la zona,
aunque, desgraciadamente, este beneficio quede solamente en el sector hostelero, que,
pese a ser un pueblo pequeño, como ya comentábamos en la introducción, dispone de un
hotel, un albergue, una tienda de recuerdos, y una serie de bares y restaurantes que acogen
a los visitantes de la cueva y se aprovechan económicamente de ello. Por tanto, podemos
decir que la cueva es el principal atractivo turístico y quien ha dado la fama y renombre
al municipio.
El yacimiento puede visitarse, desde el 21 de marzo de 1991, todos los días, exceptos
los lunes, los días festivos de martes a viernes, el día 1 de enero, la tarde del 24 de
diciembre y la tarde del 31 de diciembre, reservándose el derecho a añadir más días no
visitables a través de la página web del Ayuntamiento de Zuheros
(www.zuheros.es/cueva_de_los_murcielagos/horarios).
Para visitar la cueva, se recomienda realizar una reserva, a través de teléfono (957 69
45 45) o e-mail (turismo@zuheros.es), para garantizar entrar en el pase deseado, puesto
que solo se permiten grupos de 30 personas en la visita individual, aunque se pueden
concertar también la visita de grupos en el caso de ser más de 30 personas. Entre semana
para las visitas individuales tan sólo se realizan dos pases: uno por la mañana y otro por
la tarde; y cinco pases en fin de semana y festivos: tres por la mañana y dos por la tarde,
distando siempre 1 hora y 30 minutos entre cada pase.
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Figura 15: vía de acceso de vehículos hasta casi la entrada de la cueva. Foto: elaboración propia
Una vez en la cueva, en la entrada nos recibe una pareja de guías turísticos, que ofrece
dos alternativas en la compra de entradas: una entrada simple a la cueva por 6 euros (para
mayores de 13 años) y 5 euros (para niños 4 a 13 años); o una entrada conjunta en la que
se incluye la entrada a la cueva, al castillo y al museo arqueológico por 7,50 euros (para
mayores de 13 años) y 6 euros (para niños 4 a 13 años). Estando exentos de pago menores
de 4 años y reduciéndose el precio de las visitas en grupo 1 euro en la entrada individual
y de 1,50 euros en la conjunta. En la entrada también podemos encontrar folletos
informativos de las actividades turísticas que podemos hacer en el Municipio, donde
destaca la de la propia cueva, que hace un repaso de la historia de la cueva.
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Figura 16: Visita guiada en el interior de la Cueva de los Murciélagos. Foto: elaboración propia
Uno de ellos nos guiará y explicará lo más interesante a lo largo de la parte visitable
de la cueva, que tiene un recorrido aproximado de 2 kilómetros y 700 escalones. Además
de ello, a lo largo del recorrido se muestran paneles informativos, incluyendo en uno de
ellos restos arqueológicos, lo que favorece la interpretación del yacimiento.
Figura 17: Panel informativo a lo largo del recorrido. Interior de la cueva, donde
también se muestran restos arqueológicos. Foto: elaboración propia
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Para el público más delicado que desee visitar el yacimiento (personas mayores,
personas de movilidad reducida, embarazadas, etc.) tiene una ruta alternativa que facilita
el recorrido de la visita, disponiendo de una pasarela.
Figura 19: Imágenes del exterior e interior del Museo Arqueológico de Zuheros. Detalle restos óseos encontrados
en la Cueva de los Murciélagos. Fotos: elaboración propia
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Figura 20: restos de cemento y cableado en la Cueva de los Murciélagos. Foto: elaboración propia
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Además de ello, vemos un grave error de gestión del patrimonio, ya que las personas
contratadas, tanto en la cueva como en el Museo Arqueológico, que custodian y explican
el patrimonio histórico-artístico, no son historiadores ni historiadores del arte, sino
licenciados en turismo, un claro ejemplo de intrusismo laboral y de incompetencia, al no
tener formación adecuada sobre lo que están mostrando al público, sino que simplemente
se limitan a aprender de memoria lo que tienen que decir, sin poder responder preguntas
históricas que se le plantean, o sencillamente saber explicar la cueva de forma más
histórica, obviando las anécdotas e incluir más datos científicos.
Algo que nos ha parecido irónico es que se prohíban hacer fotos con flash, para la
protección del yacimiento, cuando a lo largo del recorrido hay instalado un sistema
eléctrico de iluminación de gran potencia, que dañaría de igual forma el patrimonio, por
un lado; por otro, esto nos impide ver la cueva de la forma que nuestros antepasados la
verían, no pudiendo interpretar de forma correcta los vestigios presentes en el yacimiento.
Por ello, una alternativa, a esas luces excesivas y costosas, podría ser que cada visitante
a la cueva llevara una especie de antorcha, como lo llevaban nuestros antepasados, pero
para no contaminar el yacimiento, podría construirse algo similar con una bombilla de
bajo consumo.
Por último, cabe criticar que solo se muestra el friso de las cabras, pero el visitante
no puede ver el resto de las pinturas, suponemos que, por motivos de conservación, pero,
sin embargo, el guía turístico ni si quiera hace mención de ellas, otro motivo más por el
que debe de estar explicado por un historiador, algo fundamental.
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11. Autoevaluación
En un principio, el grupo estaba formado por tres personas, de las cuales una decidió dejar
la carrera, por lo que nos quedamos únicamente dos integrantes: Roberto Loya Pineda e
Isabella Leal Martínez. Intentamos realizar el trabajo, pero vimos que teníamos bastantes
deficiencias al ser tan pocas personas y por ese motivo decidimos contactar con otros
compañeros para que formaran parte de nuestro grupo.
Estos habían dejado su anterior grupo debido a una mala organización de sus respectivos
trabajos. El nuevo grupo está formado por cuatro personas: Roberto Loya Pineda, David
Ruiz Rodríguez, Isabella Leal Martínez y Nicolás Ruiz Mantilla.
En el caso de David, decidimos proponerle unirse a nuestro grupo tras haber trabajado
con él en otras asignaturas y observar el buen funcionamiento del trabajo en equipo. Por
otro lado, Nicolás estaba en otro grupo trabajando sobre el mismo tema, por lo que
consideramos oportuno que pasara a formar parte del grupo para unir los esfuerzos
realizados en el primer cuatrimestre.
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Arte Rupestre: también asignado a Nicolás Ruiz, aunque por el mismo motivo
ya mencionado, ha sido realizado por Isabella Leal y David Ruiz.
Enterramiento: asignado a Isabella Leal.
Conservación y Estado del Yacimiento: realizado por David Ruiz
Puesta en valor del yacimiento. Accesibilidad. Responsable y Financiación:
asignado a David Ruiz.
Propuesta de mejora: desarrollado por David Ruiz.
Isabella Leal y David Ruiz han adquirido un rol más activo durante el desarrollo
del trabajo. Llevando a cabo tareas de organización y coordinación del resultado final del
proyecto. El resto de los integrantes se han encargado únicamente de desarrollar las partes
asignadas y enviarlas para su integración en el documento final.
En primer lugar, Isabella Leal tomó la iniciativa del grupo, sin embargo, no
éramos capaces de trabajar en grupo de forma correcta, sino que cada uno trabajaba de
forma individual e inconexa. Posteriormente, surgió un conflicto en el grupo debido a
diferencias en la organización y trabajo en grupo. Finalmente, se arregló gracias al dialogo
entre las partes implicadas, llegando a un acuerdo con respecto a la organización y forma
de trabajo que nos dieron mejores resultados.
Por otro lado, a uno de los componentes del grupo se le “estropeó” el ordenador
justo en el tramo final del trabajo, eludiendo así la responsabilidad que se le había
asignado con respecto al proyecto. Se ha solucionado distribuyendo los epígrafes de dicho
compañero entre el resto de integrantes que formamos el grupo.
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Bibliografía
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Técnica.
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