UNIVERSIDAD CATÓLICA LUIS AMIGÓ
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y PSICOLOGÍA
HISTORIA CULTURAL DEL HUMANISMO - JACINTO CHOZA
CONTEXTO AMIGONIANO Y HUMANISMO
BOGOTÁ D.C.
2019
CAPÍTULO N°1
LA HISTORIA CULTURAL
1. CONCEPCIONES DE LA HISTORIA Y DEL HUMANISMO
Los hombres nacidos en el siglo XX y formados en la mentalidad del Occidente en ese
periodo, la historia ha jugado y juega un papel de primer orden en su imaginario.
Frecuentemente han deseado hacer algo que quedará para la historia, han soñado con cambiar
el curso de la historia o han sentido que lamentarían quedarse al margen de la historia. Pero
no es solamente una peculiaridad moderna del Occidente. Desde los albores de la cultura
griega la fama es el modo en que los hombres aspiran a una cierta inmortalidad, y esa
inmortalidad vale más incluso que la virtud, como queda patente en el caso de Eróstrato, el
«héroe» que sin poder alcanzar la fama mediante la virtud, la busca a través de la destrucción
de lo más valioso y quema el templo de Diana en Éfeso.
La historia es uno de los modos en que se puede configurar y concebir el tiempo del hombre,
y a su vez, el hombre resulta comprendido de modo diverso según se conciba y articule su
tiempo. La forma más primitiva y originaria de concebir el tiempo es medirlo y contarlo, y así
es como surgen los calendarios, que se dan en todas las culturas. El tiempo de los calendarios
viene dado por la articulación de unas unidades menores como el día, que mide la duración
del sol en el cielo y la duración de la noche, o incluso las «partes» del día, como las «horas»,
con la unidad máxima que mide la duración de las estaciones y que es el año. Como el día y
las estaciones se repiten cíclicamente, el tiempo se concibe como cíclico, y la vida se concibe
también en función de las fases de esos ciclos.
Pero no basta con que haya sistemas de contabilidad muy desarrollados, y que se puedan
contar los años pasados por centenares, para que haya una concepción del tiempo diferente de
la repetición cíclica, o sea, una concepción lineal de la historia. Los sistemas de contabilidad
permiten dividir el tiempo transcurrido en periodos, y darles significado a cada uno. Así
hicieron culturas con sistemas de contabilidad bien desarrollados como la egipcia o la
romana. En Egipto, en concreto, se esbozó la secuencia de edad de oro, edad de plata y edad
de bronce, o la ley de los tres estadios.
Sin embargo, Cicerón describe el proceso histórico como proceso que va de la barbarie a el
salvajismo, luego a la civilización, después al lujo y termina en la degeneración, en los
términos en que Aristóteles había descrito la evolución de los regímenes políticos. Séneca y
Tácito se sienten en la fase de la degeneración y hablan de los valores de la Roma
republicana que hay que buscarlos en el pasado o incluso en los pueblos bárbaros.
Finalmente, la caída de Roma expande un sentido de final del mundo y de decadencia que se
hace muy perceptible en el pueblo cristiano, romano, y en maestros como San Benito y San
Agustín. Las primeras concepciones de la historia son también concepciones del humanismo
o al menos piezas clave de ellas, porque señalan que el destino supremo del hombre es la
fama, como en la concepción cíclica griega; el viaje hacia la tierra prometida y la esperanza
en el cumplimiento de la promesa, como en la concepción de Abraham y sus descendientes.
2. LA INVENCIÓN DE LA HISTORIA. HISTORIA E IDEOLOGÍA
La historia se considera un acontecimiento religioso, pues la sociedad apunta a que se
desarrolla como un movimiento profético, que son el modo en el que una comunidad tiene
características relevantes mediante la profecía, También se considera como acontecimiento
urbano puesto a que la ciudad es una creación.
Tras la caída de Roma, la Europa cristiana conserva un sentido de la historia que viene dado
por el cristianismo, su sentido profético se manifiesta en diversas corriente como Joaquín de
Fiore y su predicación del reino del espíritu, El milenarismo y los movimientos apocalípticos,
por una parte, y los movimientos proféticos, por otra, proporcionan ya la estructura formal de
las ideologías, que, como se ha señalado repetidamente, se pueden considerar profecías
laicas, promesas y proyectos de salvación que no corren por cuenta del poder religioso, sino
por cuenta del poder civil.
-Rousseau Construye una teoría del estado y de la sociedad que es una completa teoría de la
historia, desde el origen del mal en las letras y las artes
- Hume, D., construye Diálogos sobre religión natural, F.C.E., México, 2005.
- G. B. Vico, Ciencia nueva, Tecnos, Madrid, 1995.
- I. Kant, Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, Anaya, Madrid, 2006.
-Condorcet, Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano, Editora
Nacional, Madrid, 1980.
En el siglo XVIII se concibe la historia desde el punto de vista de Dios como una teodicea
refiriéndose a que se ocupa de la existencia de Dios y de sus atributos e intenta ofrecer
pruebas razonadas de ambas cosas; también intenta investigar las relaciones de Dios con la
humanidad.
Es en el siglo XIX cuando se sistematiza e institucionaliza el estudio de la historia, y se
contempla la historia menos desde el punto de vista de Dios y más desde el punto de vista del
hombre, el punto de vista especulativo, trascendental, que se supone inaugurado por
Descartes en los inicios de la Modernidad, y culmina con Hegel, implicando el máximo
grado de lucidez de la autoconciencia humana, de la conciencia que cada humano tiene de sí
mismo
El punto de vista humano no permite una universalidad como la que se suponía propia de la
ciencia a finales del siglo XIX y comienzos del XX,
la suprema aspiración de Dilthey de encontrar la perspectiva que asegurarse una comprensión
científica que sea verificable de la historia, una comprensión de los acontecimientos del
pasado como fueron en realidad, como los vivieron sus protagonistas, es inalcanzable
Dilthey, que mediante una crítica de la razón histórica pretende la fundamentación de la
historia como ciencia estricta, que percibe mediante su diálogo con Husserl que tal intento es
inviable, que la primacía de la cantidad de puntos de vistas diversos es insuperable, o, dicho
de otro modo, presiente que la interpretación de textos «relativista» es la última palabra
Las aventuras de la historia universal terminan en paradoja cuando quiebra el humanismo
moderno, es decir, el sujeto moderno, la racionalidad moderna, la sociedad moderna y el
estado moderno, y entonces tienden a ocupar su puesto, primero la historia social y luego la
historia cultural.
3. LA HISTORIA UNIVERSAL Y LA HISTORIA SOCIAL. DE
HERÓDOTO A HEGEL Y DE VICO A MARX.
La historia universal empieza a ser contada en el siglo XIX por Hegel quien la define como
historia de la esencia humana, de la humanidad, del espíritu humano que toma conciencia, la
asume y realiza por sí mismo su racionalidad y su libertad.
Dentro de los historiadores de la historia universal está Heródoto (484-425 a. C.) quien se da
una conciencia y una voluntad de universalidad, donde abarca la totalidad de los grupos
humanos y una conciencia de la unidad de la humanidad pasando por encima de las
diferencias sociales; motivo por el cual pasa a ser el primer antropólogo y creador de la
antropología. No hace diferenciación de la historia, sociología o antropología, por lo tanto,
también es considerado como el iniciador de la historia social y cultural. Hegel, por el
contrario, hace diferencias entre los diferentes campos, creyendo las una unidad entera y los
enuncia unitariamente, cada punto de vista.
Para la historia universal, hay un punto de vista del desarrollo del espíritu humano que los
hombres deben ir conquistando su libertad y de ir realizando su esencia; mostrando una
perspectiva universal meramente del derecho para forjar estados. Algunos protagonistas en la
historia serán: Alejandro quien toma por primera vez a unidad de la humanidad, Julio César
con la idea del imperio romano y la idea de un reino del derecho para la humanidad, Felipe II,
Las Casa y Victoria concibiendo por primera vez la idea de un orbe cristiano como reino del
derecho, Napoleón realizando por primera vez el sistema de libertad para cada uno de los
individuos.
Por múltiples causas, en la historia se ve una alteración entre el momento de las ideas y la
historia que está plasmada en una realización social. Hasta el siglo XVIII no había un
contraste entre gobernantes y gobernados; pero solo hasta después de la revolución industrial
donde empezó a ser notable la “riqueza” y la población se creció hasta ser muy notoria,
desarrolla un crecimiento urbano desmesurado apareciendo el concepto de MASAS y
creándose la historia social; con grandes jefes de estado e historia política. A raíz de este
momento histórico donde hay una proclamación de ideas, se presenta la historia como de la
igualdad de los hombres, de los oprimidos, como historia de la queja, como una forma de ver
más viva la conciencia común del siglo XIX.
Para resaltar tenemos que la historia social del siglo, está manifestada desde el género
literario como las novelas, las cuales son escritas por revolucionarios que entre sus letras
llevan el mensaje de protesta y de liberación muy diferente al del siglo XX que ya era
protagonizado por políticos profesionales. Gracias al marxismo de la época dio origen a
varias escuelas de historia social las cuales se disputaban la ideología y el monopolio de sus
conceptos; con la pretensión del marxismo de construir el socialismo científicamente, se
extendió una polémica entre algunos principios establecidos por Marx y terminó en una teoría
muy cerrada y limitada sin ideas renovadoras que dieron pie a todo tipo de desacuerdos de
doctrinas. En contraste, en el momento, la historia social de los literatos, entró en sintonía de
diálogo con el humanismo de los filósofos y los teólogos. La esencia humana se percibe más
allá de instituciones como la nación, el estado o las clases sociales, al cien por cien de la
población humana. Al mismo tiempo, se percibe que ese es el contenido de la historia, su
argumento y su sentido, lo que significa mantenerse en la estela de Hegel y Dilthey y en su
concepción de la historia como realización de la esencia del hombre.
4. LA HISTORIA CULTURAL. DE BURCKHARDT A FOUCAULT
Desde la ilustración, modernidad y comienzos del cristianismo se tenía existencia. Pero en el
romanticismo es donde se inicia junto a la historia social, las historias sectoriales, la historia
del arte, de la literatura, de la técnica y de la ciencia. Así la historia cultural se constituye en
disciplina autónoma en la tercera parte del siglo XX. Y toma como punto de partida la obra
de Burckhardt, llamada la cultura del renacimiento en italia, de 1860.
La historia cultural ha tenido parte por sociólogos, críticos literarios, historiadores del arte,
filósofos y antropólogos. De igual manera la historia cultura tendrá su realización en la
esencia humana. Esta aparecerá como referencia a la realización de esta.
Así pues la historia como proceso de realización de esencia humana. La historia cultural tiene
una amplia variedad de historias de historia. De esta manera la historia de la ciencia, la
economía, el arte y la religión. forman parte de la historia de los rasgos esenciales del
hombre; la historia de las mujeres, historias de inmigrantes y historia de los niños son el
pluralismo de las realizaciones de la esencia; A su vez la historia de la escritura, de la familia
y del cuerpo, definen los instrumentos de la realización de esta.
La historia cultural incide sobre la historia universal y la historia social, modificandolas y
ampliando sus horizontes. Se centra en elementos accidentales o marginales tomando
relevancia a la esencia humana.
Además como se ha tomado la cronología de esta, mediante la interpretación del pasado por
las diferentes épocas. Así se puede tomar como se ha visto y han aparecido Cervantes y
Colón para las épocas posteriores a ellos.
Cervantes para los lectores del siglo XVIII era un autor con una habilidad humorística, Para
los autores del siglo XIX daba una aportación para que el hombre tuviera conocimiento de sí
mismos y para los autores del siglo XX era un literato brillante. Por otro lado, Colón para los
hombres del siglo XVIII era un marino aventurero y comerciante, que había tenido éxito y
amasó una fortuna para su familia, para los hombres del siglo XIX era símbolo para la
creación de los “caballeros de Colón” que era congregación religiosa y orden de caballería, y,
para los hombres del siglo XX era un imperialista capitalista y explotador.
Es allí donde la concepción depende de cómo cada periodo toma positivo o negativo según el
valor moral y como se tenga lo políticamente correcto. Asi esos son los recursos con los que
puede desarrollarse y articularse la historia cultural del humanismo que tenga configuraciones
socioculturales y la reflexión teórica.
5. HISTORIA, ANTROPOLOGíA Y FILOSOFíA
se entiende por hermenéutica al conjunto de perspectivas que debaten entres sí. A lo largo de
la historia, diferentes autores han dado su postura al respecto, a continuación se mencionan
algunos de ellos:
- Dilthey: según él, el objeto de la hermenéutica es comprender épocas y sus
protagonistas a través de la cultura y sus vivencias.
- Heidegger: el sentido de la obra de arte en sí misma y la expresión cultural son el
objeto de la hermenéutica.
- Gadamer: consiste en asumir la tradición en los propios proyectos para ser
transformados por la comprensión.
Por otra parte Hegel hace referencia al “fin de la historia”, él refiere un fin del humanismo,
del antihumanismo e incluso el fin de la filosofía. Esto ocurre por que según él, la historia
sigue una secuencia unidireccional del tiempo que culmina en el autoconcepto.
La historia, la razón y el hombre se comprende por y desde la filosofía. La historia de la
filosofía es un proceso racional, discursivo y secuencial. Para Hegel, la historia de la filosofía
es la historia del humanismo, es una historia de la realización de la esencia humana.
REFERENCIAS
- Choza, J. Historia Cultural del Humanismo. (2009). Editorial: Thémata. Madrid
- Hume, D., Diálogos sobre religión natural, F.C.E., México, 2005.
- G. B. Vico, Ciencia nueva, Tecnos, Madrid, 1995.
- I. Kant, Ideas para una historia universal en clave cosmopolita, Anaya, Madrid, 2006.
-Condorcet, Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano, Editora
Nacional, Madrid, 1980.