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Historias de Ojuani Dawan

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PATAKIN:

El tigre estaba vestido de rojo y fue a casa de Orunmila que le vio este Ifá y le dijo:
tienes que hacer ebó y cambiarte de ropas para que tus enemigos no te conozcan, y no
puedes salir a la calle sin antes hacerte el cambio de ropas.
Cuando el tigre fue a salir su mujer le recordó el consejo de Orunmila.
El no salio y sus enemigos que lo esperaban cerca de su casa, no lo pudieron coger.

PATAKIN:

Había un hombre que tenía un hijo pequeño y muy bonito, y el niño tenía la costumbre
de asomarse a la ventana que daba al balcón de su casa a mirar a la luna.
Una noche el padre fue junto a él y le pregunto que para que estaba mirando a la luna y
el niño le contesto: la luna habla conmigo y me ha dicho muchas veces, que mi padre ha
de querer echarme agua en las manos para que me las lave y yo voy a negarme.
El padre fue donde la mujer que era la madre del niño y le contó todo, donde ella le dijo:
eso quiere decir, que nosotros un día vamos a ser sus criados, creo que lo mejor sería
tirarlo al mar.
Después de pensarlo un poco, el padre cogió al niño y desde el balcón lo tiro al mar,
pero en eso pasaba por allí un pájaro de mar y lo recogió y anduvo tres días con él, hasta
que llego a una tierra lejana donde le dieron caza al pájaro y cuando lo abrieron delante
del Obá, vieron que tenía un niño muy lindo dentro de la bolsa del pico.
El Obá, que a su vez era Awó de Orunmila, dijo que él se encargaría de él y que sería su
hijo adoptivo. El Obá le hizo Ifá al niño a los siete años y saco Ojuani Dawan. Cuando
llego a los 21 años, el Obá le dio owó y le dijo que fuera a ver otras tierras, para que
aprendiera más Ifá.
Mientras tanto, el padre y la madre del niño, habían caído en la pobreza y se marcharon
a otras tierras y abrieron un negocio, pero no vivían tranquilos, pues sentían siempre un
gran remordimiento por lo que le habían hecho a su hijo.
Ojuani Dawan llego con su comitiva a aquella tierra y fue a hospedarse en la casa de sus
padres sin reconocerlos.
Apenas el Awó llego allí vino el padre para echarle agua en las manos, para que este se
las lavara, pero Ojuani Dawan al notarlo se negó y el padre se estremeció, entonces
Ojuani Dawan al darse cuenta le pregunto: señor, ¿por qué usted se asustó tanto cuando
yo me negué a lavarme las manos con esa agua? Y el padre le respondió: es que me
acorde de que yo tuve un hijo, que si estuviera aún vivo tendría su edad, al cual arroje al
mar porque hablaba con la luna y un día me dijo que yo habría de echarle agua en las
manos y él se negaría. Entonces el Awó replico: ¿y yo que tengo que ver con esto?,
nada contesto el padre, usted es hijo de Orunmila, y yo soy un pobre comerciante.
Cuando Ojuani Dawan regreso a su tierra, le contó al Obá lo que le había sucedido con
aquel hombre, entonces el Obá le relato como el avía llegado a esa tierra y que se
acordara que su Ifá decía: que el poder estaba en las manos. Entonces el comprendió
que era el verdadero hijo del comerciante.
El comerciante quiso que su hijo fuera a vivir junto a ellos, pero
El Obá les dijo que fía ordenaba que ellos fueran a vivir a casa de Orunmila y que ellos
tenían que recibir a Ifá para que se les pudiera perdonar su falta, ya que su hijo era hijo
de Orunmila
PATAKIN:

En este camino había una mujer que tenía dos hijas que siempre estaban peleando,
donde la madre sufría porque no podía encontrarle solución a esta situación entre sus
dos hijas.
Una decía que era más dulce que la otra y la otra decía que era más sabrosa que su
hermana y así cuando se ponían a discutir, terminaban peleándose.
Yemayá, que era la mayor, decía que era el queso y que eso era lo más sabroso que se
comía, entonces Oshún le contestaba que ella era más dulce porque era el dulce de la
guayaba y que nunca el queso se podría comparar con el dulce de guayaba y por tanto
no eran iguales.
La madre, viendo que no podía controlar a sus hijas, fue a examinarse con Orunmila,
saliendo este Ifá que decía que ella tenía dos hijas que siempre estaban peleando y para
poder resolver este problema tenía que hacer el ebó y la obra indicada.

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