Capiruto II
La produccién de
Salud Mental
Una reconceptualizacién desde la perspectiva psicoanalitca
Encuentro oportuno introducir el concepto de Salud Mental
reportandolo al prefio per y a una de sus valiosas connotaciones,
Ia de intensidad emotive-intelectiva sostenida en el tiempo, Este valor
queda evidenciado en espaitol por términos tales como permanente,
persistente, perpetuo ¢ incluso perjudicial, por nombrar sélo los mas
habituales.
plicito propésito ~algo mencioné ya al respecto— apunta
1 consignar, a partir de la prictica, todo lo que estimula directa-
‘mente mi pensamiento afectivo. Segiin la perspectiva abierta desde
alli, pretendo que ninguna teoria se precipite y colonice de manera
inoportuna la singularidad de estos emergentes; tendrin su lugar
en el momento de conceptualizar las practicas o afinar diagndsti-
08 y pronésticos terapéuticos. Aprovecho para destacar algo tam-
bin ya seialado: si en la prictica clinica los diagnésticos se leen,
ces necesario tomar en cuenta que los pronésticos terapéuticos se
construyen.
Hablo de las teorias tomando en cuenta el posible origen his-
t6rico del término ‘eorizar, por tiempos de la tragedia griega. Por
entonces, feorizar aludia a decir acerca de lo que se wio en la escena
rdgica. Este teorizar decidor suele connotar presencia, memorable
© no, en los procesos perelaborativos. En ellos cuenta el efecto per,
mado con el pensamiento afectivo-intelectivo (el que llamo,
en tiltima instancia, pensamiento afectivo), que como dec
107Ce
- Sein d 2
supone ese Ambito, ni siquiera en los aspectos administrativo
La idea de contrapoder que orienta mi biisqueda en este campo
alectura de Nietasche. No es el filosofo quien
ue lo deduzco a partir de alguna de
sus afirmaciones. Considerado desde alli, el contrapoder se perfila
como un poder hacer yen absoluto alude a la toma del poder 0 a su
io en el gobierno. Aun asi, convengamos que son soluciones
P las que pueden producir los necesarios cambios en las
dversidades que abordamos (mucho menos graves que las sufridas
por quienes sobreviven en esos ambitos de marginalidad); cambios
‘que son tales cuando habilitan a operar la clinica en cualquiera
de sus linajes. Esta idea de Nietzsche tomard especial resonancia
cuando me ocupe de la Salud Mental como variable politica
Nietasche escribié “El hombre no busca la felicidad, busca el
poder’. Curiosamente, la concepcién del poder en la que se afirma
cl por entonces joven flésofo traza una propuesta de felicidad, la
de vencer los sbstdcules personales que impiden quererse a si mis
‘mo. Por esos tiempos en que afirmaba sus ideas sobre el poder,
Nietasche suftia por una dama que no le otorgaba su amor; quiza
fue por eso que llegd a negar la felicidad como busqueda humana.
En acuerdo con est propuesta, tiene poder quien logra vencer
los abstéculos personales que le impiden quererse a si mismo, un
poder que no resulta opresivo ni para si, ni para el otro. La palabra
tibermensclichfiguraba entre paréntesis en aquel texto en su valor
de adjetivo. En lenguz alemana reenvia a un sujeto humano sin
faltas morales, con corgje y fuerzas para trascender a través de los
hechos (debo este conocimiento a Amalia Baumgart y su lengua
alemana); quiz porque tales cualidades parecian sugerir aquellas
deriva de
cemplea este térmi
108
Fernando O. Ulloa
del hombre nuevo del futuro, esa palabra vino a designar al syper-
‘bombre: ya el joven filésofo dado atris.
Lo anterior es solo una digresi6n e
Jectura. Lo que si me importa sefialar ~y retoy
‘gin la cual Nietzsche aborda la cuestién del poder~ es que
mentario del fildsofo, segtin lo entiendo, se refiere a una voluntad
de hacer y de trascender que no encuentro demasiado alejada de
si propuesta en cuanto a la tensién dinamica hechura/hacedor
Como motor social, con la fuerza suficiente para ser considerada
contrapoder, siempre en sentido de poder hacer en lo inmedia-
to, mas alla de lo que habitualmente se conoce com
poder, algo por lo demas totalmente legitimo en politica, cuando
esta acredita esa misma legalided, es decir, cuando apunta a una
organizacién social democritica que, ademés, sea cierta.
'No descarto que la ilusién me traicione, pero todo esto es lo
que quiero significar cuando digo que ese operador acta “con toda
a mar detras", valga esto por lo que en la NS se fue produciendo
en cada sujeto singular, y de hecho contextuado, pero alineado en
el mismo proyecto, Desde ahi podra hacer intervenir el contrapo-
der suficiente para operar “mientras tanto”.
Tal ver al lector le resulte extrafio el
tras tanto”. La consigno
ntrecomillado de Ia ex-
porque proviene,en esta
logo, investigador de la po-
mismo queds scrprendido por el accionar de una
‘mujer -si mal no recuerdo, de la etnia mapuche, pero instalada
lejos de su comunidad, quien luego de terminadas sus changas
diarias, gracias a las cuales martenia a sus hijos, se ocupaba de
trabajar para la villa miseria donde vivia, Era podia luchar
Por obtener la colocacién de una canilla que acercara agua potable
41 su barrio, para evitar a sus habitantes largos recorridos cargando
baldes, o bien organizar a hombres y la ala cabeza, para
mejorar una calle de tierra, de modo que el colectivo que entraba
en la villa unas pocas cuadras no se empantanara los dias de lluvia.
El socidlogo al que me refiero le pre
(6 un dia:
109—__SAwwp eueMentat
‘flora,
gorias que personalmente me rsultanGtles par ony 7
Nestigacion al respecto. Una deellas esl dspvién unioes
In erueldadyen grados y en ocasones dist
Es asi que pienso que los obstéculos ps nae a
los que sjuden EE omen
les por vencer
dad
110
Fernando ©. Ulloa
cuando esta se ha activado... también contra el propio sujet, pues,
sits es lo que sefala Nietasche en cuanto al poder, y Aristotees,
fen cuanto a la felicidad.
‘Quizas aclare més
fo que llamar el saber curios ye saber cruel y por sero, saber cana
iia), Empecemos por el segundo, ya que es mucho mas elocue
ju recorrido. Puede tratarse de un saber cruel activado frente a
Ip distinto, por ejemplo, una pauta cultural. Me importa enfatizar
explicitamente, que ese saber, especto de esa paura cultural
» anterior si establezco una diferencia entre
aq
distinta, perturba algain saber establecido en un sujeto cruel, tal vez
poniendo en actividad aquello de la disposicién universal. Ese sa-
ber perturbador cobra, ademés, un valor de absoluto, algo realmen-
te grotesco, de donde se infiere que el saber cruel es, nada menos,
saber ignorante. A partir de alli, el saber cruel y quien lo sostiene
procuraré, en primer término, discriminar al portador de esa pau
ta cultural distinta. Al mismo tiempo, mostrar fastidio ~que tal
vez alcance el grado del odio fren:e a quien sostiene una cultura
extraa 0 un saber que niega lo que para el cruel es un canon es-
tablecido. Finalmente, si las condiciones lo permiten, traducira lo
anterior en una supresion, ya sea ce la condicién de projimo, de
ciudadano o bien ~extremo no tan infrecuente- de la vida.
EI saber curioso también tiene sus vicisitudes frente a otro sa-
ber o quizas otra cultura, en la medida en que puede suscitarse alli
cierta confusién, sobre todo si algo se presenta como radicalmente
distinto. Sin embargo, y a diferencia del saber cruel, no por eso
se apaga su intento de avanzar sobre lo ignorado. Ocurre que la
curiosidad es motor del saber, motor anulado 0 enajenado por la
crueldad, al menos en su forma epistémica.
De no activarse ese motor, la tentacidn seri “colonizar”lo nue-
vo, imprimiendo en él aquellos puntos de concordancia con el pro-
pio saber. Lo ejemplifica algo que seguramente le debe de haber
sucedido a muchos lectores. De hecho me sucedié a mi, cuando
{emPranamente, atin novato,abordé por primera vez los textos de
Feud. Sélo en un segundo momento, una vez transcurrido cier~
mES OO
a Savup ELeMentat
to tiempo desde aquella primera lectura, cuando volvi
texto, me sorprendié reparar que habla subrayado eae
Jo que me era familiar, dejando afuera lo ignorada, Cuando ene
eee aot dcteareat Is mes acest olees
cimiento, es probable que recién entonces llegue a cobrat un vag
tractive y exbtic,fermentando lo extents fermentble A he
tiempo que se va extendiendo lo nuevo, es probable que Seas
ciente un conocimiento feliz, ala manera aristotlc, ae
también nuestro poder en su condicién de poder hacer regia fa
propuesta de Nietzsche.
En eso ando, no sdlo con este texto, sino también con lo
intento hacer y narrar respecto de mi trabajo en esas sversiales
de la marginalidad. Volveré sobre esta idea de Nietzsche =m
me ocupe de la Salud Mental como un contrapoder.
Esto evoca en mi lo afirmado por Derrida en cuanto a la re-
sistencia autoinmune del psicoanilisis, como obsticulo al aborda-
je de la crucldad (sobre todo su valor de sustantivo que aude «
To cruento, a la condicién de sangre derramada). Algo que, por
me reenvié al valor que cobra el término en el cam
donde designa basicamente los factores autoagresivos
‘a condicién integran esa categoria
inos de disposicién universal hacia
‘jumano. Usted, lector, yo y los
posible connivencia frente
do cruel,
otra parte,
po médico
Los obsticulos que revisten es
de la crueldad que sitio en térmi
‘a crueldad, presente en todo sujeto
vecinos. Esa disposicidn que supone la
“I suffimiento de los otros y suelo caracterizar como i
a rma neueralizada por el articulo que precede al actin
‘con latente presencia que a veces hace ‘costumbre, Lo crue! habita
ualquier esquina de la ciudad, y sus milples
somiten a la muerte. Cobra una importancia ny
ref euando se trabaja con sujetas en quienes Ia indi
na una muerte ya instalada. :
“Ser que aquellos obstéculos por Venrm par cl acoso &
eee ey ema Jo afirmaba €
vvariaciones siempre
ayor considerarlo
igencia determi-
u2
Fernando O. Ulloa_
jalmente se fun
wreida en €st€ C480
vmentar que en un libro en Preps
ie luna razén, escribiré SO
Por fade [os albores de la civ
oducciones antitéticas Y
de todo nacimiento,
En ese libro se~
as de
che- Fe
‘dad, ce
rodeo para co
erueldad, tal ve2
joven Niets
hracia la cruel
Daré un
centrado en
pre [a ternurai
fuacion ~albores
‘cantemporaneas que
saugarado por 2d
fralare hasta a
grandes sectores soca
Bre rérmino de connivencia te
eve sin serlo-
ae "en tanto el Ot a
eer eldad es entonces guino cémplice, con 9 triste refere
we cher historia préxima, el canallesco ‘por algo sera”
Tra ese libro en preparacion, sefalo que Ia crueldad como so-
ere crueldad, no se limita ala tortura, Puede muy Dien
“dre de familia arrasador, a un sistema politico, &
das condiciones de trabajo como las
que se dan, por ejemplo, en el gremio de la construccién. Algunas
see ses muchas formas estin socialmente encubiertas y procuran
Gerto provecho econdmico; se genera alli el saber canal ciscrimni-
tradon propio del vero cruel, aquel que pretende saber toda la ver”
dad cobre la verdad y discrimina todo otro saber que no coincida
on el suyo. Esa discriminacién excluye, odia y, cuando puede, cli-
mina; eliminacién que a su vez reconoce diferentes grados: puede
i desde matar con la indiferencia a un sujeto hasta desecharlo como
semejante por no pertenecer a una misma clase 0, en una forma
ae ae ee famana, deshumanizarlo. Encontra~
aes el genocidio al que fueron sometidas
ls poblaconesindigenas 0 las victimas de la represi6n, considera~
ia como cosas, aunque esto no siempre ocurra asi,
puesto que en ocasiones la vietin ‘
Peary ae vee también puede ser admirada.
jentos q)
ios son Pi!
nario
dos se
juizd precari
habitaron el esce
recién venido, recién nacido.
‘indiferente ante las penuri
mnnivencia con Ia crueldad.
Jes supone una 0
wae dos significados. Uno de ellos
rremite al conocido “ojos que No
ro redobla la apuesta;
te en
ciopatia,
reportarse a un pa
Ia precariedad de determina
13Estos dos rasgos, la pre
la, hacen imposible, en sus form,
calafia se analice o acceda a al; 7
: eda a algtin ti
En efecto, mal puede a
: le alguien que rechaza tox
det oficio, La primera de ellas, en cuanto, fe rie fas lye
lecer como fueron los hechos pa ihe hee
a 10s para después ir a buscar la vended
oe cabe duda de que el psicoanilisis resulta particu
idoneo pas explora creda yl digo hego dhe decd
los uiltimos aftos al tema, para mi sorpresa con algunos hal
metapsicologicos no presentidos,en especial acerca dela repres
lad y el saber cana
YORE, que un sujet de esta
le auxilio psicoterapéutico.
y de lo que sittio como las dos versiones de la pulsién de mcr.
le muerte
en Freud: una mortifera, y otra, sutil. Llegué
: 1 Y otra, sutil. Llegué a conceptualizar asi
el humor conjetural como requisito propicio para or
tencia del psicoanalista, clinica y tedrica,en lo que hace al abajo
al trabajo
con la crueldad. En realidad, considero que se trata de un facto
importante no sdlo en ese terreno, sino también en el de la Prdctica
psicoanalitica en general, cada vez que el operador asume alejarse
de las condiciones més protegidas de su intervencién como local y
vérselas con la incertidumbre de ser visitante. Sin duda, esto supo=
ne algunos obstéculos que se suman a la resistencia fundada en la
mismo me resulta curioso que durante veinte aiios, par-
tir de la década del setenta, cuando comencé a trabajar la cuestion
de forma muy directa, en el campo de los derechos humanos, nun-
‘case me ocurrié abordarla desde una perspectiva conceptual, pero
si me ocupé ~a la manera de un telén de fondo~ de profundizar le
de la ternura, algo que se despejaba para mi desde
de sostener la vida en un accionar clinico sobre
yon para de-
nde Ia crueldad,
metapsicol
el punto de vista
Jo tanatico. Varias circunstancias muy directas mé
terminarme a abordar conceptualmente la cuestio 2
' articulada a la pulsién de muerte en su versi6n mis
tantas veces
acentuada.
14
aud, que desde principios del siglo pasado y du-
EI mismo Freud de eee ida bajo sus diferentes formas,
tun considerable escindalo tebrico,
van de muerte. Advirtié desde un
I de dicha pulsion,
see mancomunado a a vida, Pasaron varios aos
mente en sus trabajos culturales y sobre
'y El por qué dela guerra, se ocupara
snismo~ del destino cultural
dda por la pulsion de muerte
Pacem 51
antes de que, princip:
sen decisién ~y a la vez marcado pest
Seis humanidad, una y otra vez arrasa
fen sus formas mas acentuadas.
7 i catos trabajos que acabo de mencionar, Freud tenia el fir
sme propésito de oponerse a aceptar todo aquello que negara ©
aa ercarara los hechos y circunstancias que pretendia investiga.
Una doble y meritoria negativa que adquiere valor de afirmacién
respedto de [0 avanzado en esos trabajos “culturales”, pese a que
vro les asigaé valor psicoanalitico alguno, Convengamos que tam-
poco eran el resultado de una intervencion clinica direct sobre el
Pempo social, de abi mi hipétesis segin Ia cual Freud se ocupé en
“los no tanto del valioso concepto de malestar de la cultura como
de las caracteristicas propias de un detenido malestar hecho cul-
tura, es decir, escribié en clave de historia acerca de una barbarie
civilizadora.
Para los psicoanalistas que trabajamos clinica y directamente
en la NS, estos trabajos constituyen, una vez resignificados, valio-
sas herramientas. Una de esas resignificaciones apunta a proponer
que la idea de malestar de la cultura es un valioso concepto, aunque
Freud desarroll6 bajo ese titulo otro: el de malestar Aecko cultura.
EI malestar de /a cultura puede comprenderse como una tension
finimica dada en cada sujeto integrante de una cultura, en Ia me-
dida en que ¢s aun tiempo sofisticada “hechura” y “hacedor” de
ella, Es hechura en tanto posterga, demora parte de su libertad
~y de ahi el malestar-, comprometido con el bien comin de su
comunidad; esa demora de su propio juego libre va construyen-
uslibertad, legitima
de protagénico “hacedor” di
Sino de estructura,
+ de hecho social, que
as pulsiones, tal co
mo puede entenderse
nora especifica, donde
incluyo el per-humor
ue conjetura futuro. $i bie
. Si bien atin hoy todg
esto es casi una utopia, lo pro
< Pongo como algo
El dramaturgo Harold Pintersen 1958 -etage oe ania,
lugar la Experiencia Rosario~ dijo: “No hay grandes ee
entre taldad Y ficcién ni entre lo verdadero y lo falco Ee
como ciudadano debo preguntarme: zqueé cs ty eect oat: Peto
como ca Preguntarme: zque es in verdad? y vqué eo
En eso,al menos, me identifico con los sabios prefloss
especial con uno de ellos, Tales de Mileto. Estos sabios tonne
caracteristicas; una de elas, la de ser ciudadanos que ve nan
ban, a la manera de Pinter, por la verdad a
: y la mentira. Se oponian
en consecuencia, a la mitologia presentada épicamente. En ent
sentido, también se los llamaba “los incrédulos, tl vez porque
defendian, a ultranza, el pensamiento racional. Eran, ademis, hi.
biles artesanos para componer ingenios que aliviasen los trabajos
cotidianos; entre esas cotidianeidades, dado que se interesaban por
la comunidad, seguramente quedaban incluidos los conflictos sur-
gidos entre las gentes. $i respecto de aquellos sabios se trata de una
presuncién, en cuanto a mi quehacer diré que ese interés forma
parte de mi trabajo como analista en la NS. Es quiza desde ahi que
pretendo identificarme con ellos, sin ser ni sabio ni fildsofo.
Con el correr de los siglos y sus debates siempre hubo sabios y
filésofos que fueron sus portavoces, aunque no con exclusividad-,
las presentaciones mitolégicas fundaron misticas no necesara-
mente religiosas. Al mismo tiempo, la épica se abri6 a la poietca,
madre de todas las artes. Por supuesto, como efecto de esos deba-
tes y mas alld de la racionalidad, los subios prefilos6ficos fueron
116
ee ee
Fernando O. Ulloa
tocados también por lo irracional. ;Sera a partir de alli que se fue
abriendo la decision de encaminarse a la epistemologia o a laflo-
sofia? Es posible
"AL especto de decisiones y sus consecuentes acciones, Hannah
“Arendt decia que s6lo se puede consignar de ellas la fecha en que
ce tomaron. Sostenia, y acuerdo con su afirmacién, que las acciones
inden a seguir cualquier rumbo, no necesariamente el marcado
oe Sajetvs ‘Deo anterior se deduce una defiicgn de
politica ~elemental pero viide-, presenta ent los siguientes tér-
Ininos: politica es un accionar sobre las acciones, También vale para
cl aceionar clinico. Toda una cuestién ardua cuando se reconoce
que cualquier modalidad de salud ~aunque privilegio aquellz que
designa y resume el término de dienestar tiene al menos dos ver~
tientes: la clinica (responsabilidad de los clinicos) y la politica, de
hecho responsabilidad ciudadana, con Io cual vuelvo a insistir en
que la salud mental corresponde a todos los oficios.
‘Sin duda, en este accionar habri que mantenerse atento para
advertir cuando las acciones persisten en la condicion erratica que
Arendt les atribuye, lo cual las aleja de los objetivos establecidos, y
cuando ese alejamiento es un indicio de que esos objetivos no son
los pertinentes y corresponde modificarlos. Agrego asi a la defini-
cién basica avanzada una importante complejidad. Esta requiere
verdadero talento politico y no sélo un arbitrario talante en quie-
nes se proponen conducir ese accionar.
Las anteriores consideraciones me permiten seftalar que en este
intento de reconceptualizar la salud mental ~desde la perspectiva
del psicoanilisis-, los mayores fracasos (deberia decir los mayores
obsticulos) aparecen cuando se pasa de la movilizacién en sede
linica a la movilizacién politica, ya en el ambito de la sociedad,
se quiere inscribir plenamente la salud
‘mental en el campo de la cultura
Respecto del discurso clinico y el politico, parece oportuno
teportarse al texto de Maud Manonni, El Psiguiatra, su Loco y ef
Lo anterior es necesat'
7cobra su ple
arduos procesos
perelaborativ
me en deta ar earativos dls
esto no implica
rando en el cum-
necesariamente que un analista deja de sero cu
plimiento de los objetivos clinicos tiene que ocupare del
secon
propio de las situaciones colectivas, sobre todo en proga-
inucionalizados, Todo aquello ques emp
diferencia ya evocada entre el analista que trabaja encl host y
aquel que lo hace con el hospital.
En mi experiencia, cuando se trata de siuacones colts
-sigo pensando en un hospital, sea en su totalidad 0 en alguno de
sus departamentos tal ve haya que abort desde un principio
Jas que designo como arbitrariedadet inbrinsecas IO ote
ld, Pero también
ivo de esa misma comunids
resorte de of
srariedades extrinseca
‘vex que las han sido idenfads
ocupars
cias de gobierno’
18
Jo 0. Ulloa
Fernand
pricoanalista, tocado
vcncia puede ser una forma de lt
por e
1 grado de neutralizas al swjeto
ica. Si
Hea nunca alcancaré el
aig de las arbitrariedades intrinsecas =e 206°
poco o nada habitual en el smbsto
lita se encontrar con 2 Feo es el debate critic donde
Tees anumiendo sus respectivas funciones
Tstanteajeno a todo debate. Sin embargo. la
ST campo social, siempre desde la perspec-
salitio, donde necesariamente el debate
wea 2 conducir una experiencia. qUe 90
s import J picoandisis deberd estar habiruado aloe procederes
devin os cuales ao hay ninguna produccion de pensamiento
sre rureleza, cuestion dela que me ocupe im extenso en el P/P.
‘Dos palabras tas al rexpecto: todas las consieraciones ante-
one srtacilitarin cuando el colecivo del que se trate haya alcan-
dad de inventiva” ~Hrase que
Ia neurosis de *
situ
tiva de un proceder psicoa
se impone, y quien s€ avert
de inventiva que confiere al operador la valentia suficiente
restablecer el contentamiento a través de acciones
lo que hasta el momento se presentaba como resig-
: jiento, ya sea en la cultura de la mortificacion o en el
sodrome de paecmenen ye wiprico sintomdico que lo compo-
1: a penlida de corse, de cides y de contensamiento del cuerpo,
lel que me importa ocuparme en detalle y por eso me limito aqui
para dedicarme a él en el capitulo correspondiente.
nny
|@ partir del parentesco,
Muchas veces, ese a
lud Mental come lo reia® e2 com
in tiende a presentar
em
: “ 1 Ya que una de
dole siempre tiene efectos y ee mde cualquier in-
contrari les. Mal
coma cat es md uct oe
alquier proceder clinico, Para verficarlo, basta to-
patel Gi ate ee
Pie ao para la accién— de quien nos est atendien-
, sea su especialidad y jerarquia profesional. Ocure
que en todos los oficios la actitud forma parte de esa Salud Men-
tal; més atin si a esa actitud se suma la aptitud que connota eficcin,
Las condiciones deshilachadas en las que se encuentra la Si
Jud Mental acrecientan mi empefio de llegar a producitla dentro
mismo de los equipos asistenciales 0 docentes de instiuciones >
blicas; privilegiando, en general, aguellas que funconsn © pena
marginalidad.
Cuando hablo de marginalidad, lo r
a causada por la pobreza como la propia de
comial, que también soporta, com ecuenes I,
Tas presupuestarias suclen surmarse 6°
cas, pues a las presup|
tomo en cuenta tanto
sus pobrezis
operadores
120
nae por donde se
de bas taneas beech
ne ba mervilicind pol
Entiendo 4
yprescindlible para inecribit
¥ come comtrapoder, es
‘cabo
mmanicomial. sernpee al acecho
vera de lox ambitos
Inara
registro la
tn verio de forma democratic. Ex
yen evidencia que no e precisamente
rot ay comics de manera meritabe 2
Pere busqueda de una defimicién elocwente de la indiwencia,
me rope con el texto de Be: mee Wac quant
mencionados en el preeseri od Bloom a
sr altima edicidn en ingles de E/ ingemose badalo dom Quapete de la
Mancha. Leyende la version en espatiol del trabajo de este
Titerario, me detuvo esta frase: “E} Caballero luchaba com
injusticia, y le mayor injusticia es la muerte, ese ultimo tormen-
to". La encontre extrafia pero segui adelante, y quiza precisamente
por extrafia quedé grabada en mi memoria. Pocos dias despues, un
equipo asistencial narraba las condiciones trigicas de una fami-
donde el pucoandiisss sucle
an “animal politico”
las anumalictades
toda
frema frecuencia en la m:
muerte ya instalaca, se
xzan en los bol-
dad, Este sindromeSauup etEMeNraL
cadéver como muerte ya instalada, implica de por si un
tormenta,
‘Tampoco la muerte es siempre una injust
tortura, ve ioe son los valores que cobra para quienes, en su
aaraen ds esutan vietimas de una compleja y generalizada
rancid, Me refer aqui ala marginalidad provocada por Ia
sta ditinta de la manicomial, ue por Jo comin encuentra
tigen en su propia condicién y puede resultar empobrecedora del
rensamiento de quienes operan con ella
pensaiento de ae eonverte en na tia tortura? Una
Cn a cierta vigencia en el psicoanalisis sefala que
resin que guard
aaa de auesras vidas nos expea el real de nuestro cadaver Sin
Guda esto es as... al menos para nuestros deudos,
sao esnto del indigente ~promoviendo dia a dia el deterioro
sa cuerpo y el de los familiares que lo entornan preanuncia
a cts y a hacerlo va prolongando esa tortura. Esos cuerpos
sopian, para el caso “en muerte yen directo’ la inesperada ecun-
caer eneontrada en aquel prélogo, nada menos que prélogo de E/
(uote. Siniestra burla esta ecuacién de la indigencia en una so-
sjedad que se proclama civilizada. Una burla que suma aesailtima
tortura el oprobio de una muerte injusta
Por otra pate, es una franca contradiccién la que surge cuando
se confront la pasividad indigente con el accionar quijotesco; ya
veremos que esa contradiccién aporta a la eficacia para resolver
el sindrome de padecimicnto y su cultura mortificada; resoluci6n
que no sélo da cuenta dela posbilidad de una Clinica de la Salud
Mental, sino que ademés la sostiene en el registro que hace de ella
tuna produccién cultural
‘Alo ya sefialado sobre la cuestién, agregaré que el psicoandlisis
tiene sus poiticas, pero muchas veces retrocede ante la Politica con
maytiscula, Con frecuencia, se enreda en mezquindades de entre-
casa... en sus propias instituciones
De cada analista depende tanto la opcién de poner su disci-
plina al servicio de las causas perdidas para la politica como la de
sicia ni una necesaria
12
EEE EE
Fernando . Ulloa
clegir campos de accién sin duda adversos, en la medida en que
cen ellos se extrema la evidencia sintomatica, resultado frecuente
de la arbitrariedad politica. Por mi parte, considero especialmente
importante en el terreno de la Salud Mental la naturaleza paradig-
itica de su acuerdo con el ejercicio de la democracia
El conjunto de estos argumentos legitima mi eleccién (pol
de trabajar en esos campos. He puesto entre interrogantes,
‘ino politica porque son miltiples las motivaciones que de~
on cleccién. Pese a su diversidad, no aceptaria (aunque
la nombraré y en psicoandlisis nombrar es un indicio sospechoso,
‘que no necesariamente lleva ala verdad) incluir la culpa entre elas.
Por los tiempos en los que comenzé mi formacién, concurtir
aun hospital para operar el psicoan: ‘uso en condiciones
propicias, solia ser asociado a un quehacer masoquista. Corre
vamente, cada tanto percibo que mi actividad actual en el campo
de la numerosidad promueve gestos de desdén. Para dar cuenta de
ese rasgo de mi trayecto, no voy a recurrir a la palabra solidaridad.
Si bien ella ha adquirido el sentido positivo que hi
palabra que se las trae, al menos en sus origenes etimolégicos, en
‘que aparece emparentada con sueldo y con soldado, para mas
soldado mercenario, a quien se le garantizaba un sueldo no deva-
Iuable. Mientras él luchaba en lejanas batallas, era su familia quien
Jo recibia; de no tenerla, le era asignado en su totalidad... si regre-
saba con vida. La verdad es que no tengo vocacién de mercenario
del psicoandlisis, de modo que salvo en contadas ocasiones~ no
recibo financiacién para los trabajos que estoy describiendo, En
general, los financio con mi practica privada
Creo, si,que me entusiasma... ;Por fin aparecié la palabra! Yala
he mencionado, pero ahora merece los signos de exclamacién. Me
entusiasma, digo, poner en juego la condicién politica en mi prac-
tica clinica y plural como psicoanalista. La condicién politica es,en
«efecto, propia de todo sujeto humano, lo sepa o no lo sepa. De no
saberlo, corre el riesgo de ser convertido en mero objeto del juego
ne, ¢s una
usi
Savup eueMentaL
politico, algo que aun en la prosperidad aproxima Ia indigencia, al
‘menos en cuanto a la conciencia de la situacién
Lamentablemente, muchas veces los hechos desmienten lo
proclamado por ese fragmento de nuestro himno al que ya me
referi en el P/P: “{Al gran pueblo argentino, salud!". No se trata,
por cierto, de modificar el himno, sino de estar atentos a la con-
tradiccién social que su letra denuncia cuando es escuchada, algo
que no siempre ocurre; en efecto, pese a que lo cantamos desde la
escuela primaria, poniéndonos de pie, tal vez Io hacemos en forma
indiferente y desapasionada, sin prestar atencién al hecho de que
nuestro canto resulte desmentido, incluso cuando Io entonan las
propias victimas de la marginalidad.
Humor conjetural y resignificacion
Quiero comentar una observacién personal, que si bien puede
“sonar” algo descolgada, resuena en cierto modo con lo seftalado
por Berger en un texto que ya me ocuparé de puntuar. En La no-
‘vela familiar neurética, ese clisico freudiano, el vienés sefala que
Jos nifos toman aquellas cosas que mas quieren de sus padres y
con ellas construyen sus personajes imaginarios, que nada tienen
aque ver con sus progenitores, hasta se diria que llevan adelante esa
construccién al margen de ellos.
En mi propia experiencia de andlisis personal ~corroborada
con mi préctica clinica psicoanalitica-, algunas veces he observa~
do que en la captacién espongiaria de los niffos muy pequefios,
obligados a aprender, en los primeros tiempos, los eédigos que les
permiten conocer el entorno, algunos captan anhelos de sus mayo-
res que ya no serin posibles de alcanzar, pero ain tiilan en gestos,
‘en la entonacidn de las palabras o en otras sutiles maneras. Estos
nifios no construyen personajes imaginarios con esos registros...
En todo caso, toman la posta, a través de ellos, de lo que no seri
alcanzado por sus progenitores y otros contertulios significativos.
Es también a partir de ese tipo de material que fabricamos ~me
incluyo- motivaciones vocacionales.
124
hl Nl i Ag
___ Fernando O. Ulloa
La nifiez es un periodo de intensa produc
que puede aleanzar efectos per-durables, entre ellos ek
conjetural, heredero de una ficién que se propone ne wanes
hechos de la realidad. La “nobleza”de esta fecion infenrd en
nega los hechos, seri el antecedente que habilte al adulte, sata
vex que pretenda no expulsar de su percepein el resume day
real. Pero no toda fccin infantil se ajusta a esta herecooeige
de lo real, ya que necesariamente la invalidez natural de seen
'o obliga a construe fcciones recusatorias de lo insuperable Per
consiguiente,no se trata de un problema moral que have buen 5
alos los nifios;abas modalidades de laicion son univerahe,
yy lo que cuenta es en qué contexto cultural y ético va creas
yk Y €tico va creciendo ese
mn lidico-ficcional
Esta actividad imaginara conllev el grado de inventva que
supone resignificar estos hechos, humor conjetural median
hhumor, como una forma de la valentiaes un uido capas de :
netrar las rigideces de loreal. Desde este punto de vista a edlea
viene a situarse como un humor auspiciosoy hasta impersch it
para la salud mental. Un humor nacido legitimamente del ote
ético capaz de decir “no” o exclamar “basta! necesario para de.
sarrollar las inventivas propias de ese accionar quijotesco. En eva
Perspectiva vino a situarse, por lo que hace a nuestra cotidiancidad,
la esforzada iniciativa de las Madres o las Abuelas que en su mo.
mento dio origen a los acontecimientos de trascendencia nacional,
‘si como, ms eientemente el aesionaepqueter ;
'n ocasién de unas jornadas que se o
: ganizaron a propésito de
‘La salud mental en tiempos de cera piqueters, mi aporte fe
Precisament, el de situar esa eélera como un humor auspciows,
imprescindible para desarrollar ese accionar que calico de qui.
Jetesco. Lo relaciono con el humor, ya que en busca de una salida
se orienta a engarzar la esquiva penctrabilidad de lo real, y en el
intento logra hincar el diente de lo simbdlico, apuntando a nuevas
realidades que la inventiva construye
nsPor otra parte, conviene
‘érmino con el que vengo
tuna complejidad y polisemia que se las trae. En efec
co, proviene de
propulsa hacia abajo, connota bajezas o por lo menos aproxima ese
significado; en primer termino, deeccion ~cabria decir “mierda” por
labra~ y todas las variaciones evocables al respecto; asimis~
1 alineados con la bajeza, se ubican los significados de abyecto
+y abyeccién. Admitamos que hay humores excrementicios, muchas
veces puestos en evidencia, evidencia que en algunos casos dela-
ta al autor de tales humores como responsable de infigir crucles
sentimientos.
tra variable, ms frecuente en las victimas que en los vietima-
rios, ¢s la que suelo lamar “humor del carajo”, término que viene
4 connotar, no tanto una groseria sin més, como un dolor enojado
‘cuyo trasfondo es un sentimiento de impotencia para superar esa
situacion,
Por el contrario, si la eyeccién es hacia fururo y hacia arriba,
pone en juego el campo semantico del “proyecto”. Esta es la pers-
pectiva auspiciosa que me conduce a desplegas, como lo hago, la
idea de humor conjectural.
‘Convengamos esto en una sociedad como la nuestra, literal-
mente partida por el medio, por el propio eje, donde una parte
aparece excluida de raiz de los beneficios mas elementales y su-
mergida en la mayor cultura de la mortificacién, por completo
antitética de la produccién cultural que llamamos Salud Mental
¥y que supone el marco de una cultura democritica (en serio y no
en joda). La otra mitad, apenas separada de la anterior por el débil
y perverso eufernismo de la linea de pobreza, es mitad, més que
incluida, recluida; mitad embratecida que condena a vivir una vida
brutal a sus integrantes, No s6lo recluida por el miedo que crece al
amparo de la egoista indiferencia, sino también por el inexorable
embrutecimiento que infitra tal indiferencia, En esas condiciones,
126
Fernando O. Ulloa
se despliegan todos los sigificados polisémicos de la palabra
Jjetwral ala que me he referido, sobre todo aquel que reenvia «Ip
eyectado “por debajo". fa
Cuando un equipo asistencial -es alli donde inscribo com fre-
cuencia mi prictica psicoanalitica~ se hace fuerte en el per-humer
que conjetura salidas, promueve a salud mental como produecio
cultural capaz de decidir aciones ya su vez, de accionarcobre clan
en sentido per-sistente, con una intensidad tastenida em el iompg
Entendo quel plabra com lar cues Ceram sede
de sus lectores pocas horas antes de morir dan cuenta de un mode
muy directo y esta de este per-humor del que vengo ocupanco,
me. Dice en esa ocasién: “El tiempo es breve, las ansias creven, las
esperanzas menguan, pero llevo la vida sobre las ganas que teres
de vivie" Sin dda un humor inclaudicable, hasta el inal cl a
sario para ser testigo, cualquiera sea el oficio desde
impulsado el accionar quijotesco y donde a la utopia del Quijo.
te venga a sumars la sensatez inguebrantable sesin lo promo-
ne el poeta Blas de Otero-, de un Sancho Panza repr.
Sancho Pueblo. eam
Acerca de la utopia con tépica boy
Voy ahora al punteo del capitulo “
: spitulo “El alma y el operador” del
libro de John Berger, Cada vez que decimos adi¢s. De dltorma parte,
tambo, Ja cita que anticipé en el P/P acerca de la pobreza actual,
con Ia que se complementa lo que citaré en este caso. E: :
alude ala respuesta del pueblo de Praga, en 1989, cusnde parece
terminar el mundo dividido en dos polos, 7
n aquel donde se sostenia
a Guerra Fria (poco tiempo después, 0 quiza :
cafa el muro de Be ee ees
in). Esta respuesta, asi como en
; i asi como en su momento
orienté mi propia buisqueda y ayud6 a resolver mi énimo ala par
que perfeccions el nombre de mi libro, seri de utilidad en esta
ocasién, Dice el autor all
Cuando me marché de Praga hace veinte afios, los tanques
soviéticos habjan terminado con la Primavera de Praga. Recuer~
7i: gCuales son Tos planes de mi
nte de
eeneracién para el aio 1989? i
recamiento politico opuesta.a cualquier forma de
ot abandonarse a los suefios [...]. Porque esos
Gucen a la muerte. Seguit trabajando con los sindicatos en busca
dde un modelo alternativo de socialismo. Nos
aa coincidencia apunta aqui al hecho de que trabajar clinica
mente en condiciones adversas no admite ninguna utopia, o si ka
vimite no es a fururo,es a puro presente... si se tiene la tenacidad
de persis el tiempo necesario, de lo cual reslta una utopia con
topica ho: Una designacin que encuentra su eco en una ‘conocida
revista del campo psi, Topia.
sve un ano o diez
sn para refertse alo que sucedié en
Hay quienes hablan de revolucin p s :
Pee tow. Alaa pode que cab potla pesin geil
desde abajo, produciendo transformaciones en el Estado en el or~
den ecm, poids cites guberantes tin per,
Algo semjante a nuestro "Que se vayan todos!
neers 0 pe sostene. Estar latente ain? Es posible}.
ans ve necesita para hacer una revolucin? Nada, peo esta
esas nguna ora de lo empos madera,
es dominantes se echaron atris, cuando
armados, Segundo, porque esta
nes [1
en ou higas, siempre que nos
rneguemos a aceptar lo que niega los hechos, en toda su realidad
eae ropn cpr evel ino de toda opin gue juga ene
hoy constraye futur.
saps con la coniencia de qu ef nse obra con
oa trigica exhortacién, ;Adelar
pequetas minorias exgen lo imposible!
Fernando O. Ulloa
Ya sefialé en el P/P la frase de Ortega y Gasset que aqui rete
ro:“No hay raz6n alguna para no intentar aquello que pareciendo
imposible resulta necesario". Otro punto de vista
Se trata, en este caso, de ma
ita con quién? Ant
dra esta pregunta, es necesario hacer
de desaparecer? ;E1 muro de Bei
ta ocupacion del Ejereto Re
de respon
a. Qué es lo que acaba
‘Al menos un sujeto como Berger advierte que algo importante
finaliz6. Muchas veces esto sucede trabajando en el campo socio~
cultural lo insttuido parece inamovible, pero algiin
de ellos toman una deci
desde adentro. Lo ejemplifican los residentes, cuando se ven obli-
gudos a organizar su propia capacitacién teérica y sostener este
derecho de ser residentes y no mano de obra barata y episédica;
con frecuencia, mi tarea es contribuir a esa capacitacidn, En otras
‘ocasiones ~en general, ya no se trata de residentes
fractario a todo cambio de lo instituido, los operadores se retiran
buscando condiciones que ofrezcan més chances para oponerse a
Ja adversidad, Ells salen aside una situacién en la que resignarse
es entrar en el sindrome de padecimiento,y hacen intervenit un acto
ue recupera no s6lo el contentamiento del cuerpo, sino también el
coraje perdido. Algo, por cierto, muy distinto de los movimientos
que no son sino reflejos automiticos de sobrevida. La expresién
recuperar el énimo se refiete & ese intento por salir de la situacidn,
intento donde se recuperan coraje y alegr
Precisamente, disefar una Clinica de la Salud Mental, cenien~
do en cuenta la figura psicopatolégica del sindrome de padecimiento,
punta en primer término a recuperar el desad
Imiento del cuerpo, en efecto, despojado de su pla
ado contenta-hh le
Savon eueMesrat
tan silo de movimientos refijos de sobrevide y sun cuando 10
Toews al extremo de un sobreviviente sera alcanzado por la cal-
foncon de udieta(rérmino que nos legaron los griegos anres de
rifica, que en el
de la Revolucisn
89-1989
El afo pasado se cumplid el bicentenariv
Francesa, modelo de todas las revoluciones modern
[1 Durante este periodo el mundo se “abris", se “unifies”, se
moderniz6, cre, destruyé, en tna transformacién sin precedenses
SIE Pro Ineprometeicos Tos opositores compartan creencas,
eed en cl Progreso en las Ciencias, y en un nev fururo para
de ideas personales,
la pricdica ene contacto con el mundo, en
et mon mata dela“ al
contradicion con esas ideas personales
El captalismo instalo una prictica en la que sélo contaban las
lores materiales. Entonces la espiritualdad se
hizo a un lado, ss prohibiciones, sus reclamos no se atendieron,
sélo contaban las eyes econdmicas con valor de leyes naturales.
La religion bendjo a los duchos del poder, y la politica burguera
se dear ccltande la lgica impiadosa por detrds de exasprctcas.
‘Como dije mas arriba, pienso en la primera significacién de
connivencia: la indiferencia, brutalmente embrutecedora, valga la
redundancia, destacando la crueldad, propia de poderosos ¢ indi~
ferentes respecto de sus victimas, sumidas en la indigencia 0 ame~
nazadas por ella).
La oposicién socialist insstié en la indole cruel de esas pricti-
cas capitalists. Esto fue la clave del genio de Marx, que develé
la naturaleza de esas prcticas, otorgando autoridad profetica al
130
Fernando O. Ulloa
materialismo histdrien, Esto es el secreto de la historia de tanto
iniverso podria explicarvey resolverse en te.
ismo parecia desaparecer.
el contentamiento que
cho en otras palabras, anima a mete
argo, no pudo ajustarse con fa-
itado de las practicas impiado-
sas y aa filosofia materialisa.
‘Muchos trataron de encontrar excepciones en el materalismo
que domina los tiempos. [..] Creando “enclaves del masala” para
contener aquello que no cabia en esos tiempos materialistas.
Los ambitos de la NS constituyen, a mi entender, un ejemplo
de “esos enclaves del mis alli’, dentro mismo de las instituciones.
Es preciso crearlos ahi para habilitar el accionar transformador del
y lograr instaurarlo en el propio seno de lo insttuido.
jo que intimida, tal vez disimmulado como falta de inte~
la que suelen encarnar quienes antes llamé “funcionarios
impersonalizados”, En esos enclaves es preciso y posible hacer te~
troceder Ia intimidacion, cualquiera sea la forma que cobre, dando
Naar alla resonanci - tal como la presenté en el P/P y segiin
‘caracteristicas propias de un colectivo que ha rect
ls caracteristicas propas de un soestivo que ha recupeado su
rés, aq
ido y Ia forma de ese mis alli guardado en esos
personalmente denomino "rexintos perelaborativos",
algo funcional ala numerosidad social como dispositivo psicoa”
a1a e—”™—_——sa(aekekekekekkkt”
Seu mueMenra,
Lo alert on pare
ae ‘de cae dispositive, efecto sobre
C “a mais onginal de la espiitualidad marginada
far a fe trascendente v secular de quienes lacharon por la justicia
socal contra l eodicia de bos Fic08.
En la NS, la fe secular y trascendente reside en luchar a
frecuencia se enseftorea como cultura de
[PSs rts instrctonaes, Mi dua xe
‘corresponde més a la esperanza, que cuando se hace
ieee como fuerza, souls ‘que puede encontrar sus
razones sequin la gravedad de la crisis que se presenta. Ya lo men~
coné tambien en el P/P al citar el aforismo de Cioran, filésofo tal
ver signado por la amargura, pero sin duda muy licido. Me sor-
prendio haberlo encontrado en un periddico y no en un texto suyo,
pues no era precisamente amargo; es posible que ese dia jugara con
su filosofia alejado de su amargura. Decia asf: “La esperanza es el
estado natural del delirio", El efecto de lectura me llevé a comple-
n del mismo diario.
132
Fernando O. Ulloa
Sera que “no poner nambre a exa fe visionaria” de la que enseguida
hablard Berger equivale a no reconacerla® Es posible, dado que el re-
vonocimiento ¢9 fundamental para que los psicoanalistas, aunque
teman ser propiciatorios, se ocupen de serlo dando esperanzas en el
campo donde operan ~ya se trate de un paciente o de un numeroso
colectivo-, sin que se corra tanto riesgo de que las esperanzas sean
sélo implicitas y resulten desprovistas de su consecuente accionar.
Nombrar una movilizacion que agrape a gente de todas las cla-
ses sociales y de condiciones culturales diversas supone responder
a una pregunta que no es s6lo aquella que se interroga: :por gue se
reine esa multitud? La mis necesariay organizadora cx: para gut
s reiine esa multitud? La no respuesta a esta pregunta hace que
esa multitud no tenga nombre ni tampoco meta, y menos atin la
posibilidad de descubrir los caminos para alcanzarlos.
i la importancia de esta pregunta capaz de construir
rogindome acerca del zpara gue? prospectivo de
icos. Si la respuesta solo encamina conjeturas,
te cuando el titular del deirio nos advierte acerca
de su expectativa de una vida mejor. Tal vez no lo haga sino de for-
‘ma empatica, y con la empatia hay que ser prudente;
factor para tomar en cuenta en la clinica de cualquier
Corresponde también esperar signos de mayor evidencia,
do este principio prictico a las multitudes de las que habla Berger,
la respuesta a ese para qué no solo implicaria la esperanza de una
vida mas digna y cons
batalladora, ya que el
siempre esti tocado por
fen es un
uraleza,
fe, acordania ademas una consistencia
io de un paciente o de una multitud
batalla.Lup ELEMENTAL
‘Al escribir esto profundizo lo que enuncié en el P/P; pensaba
cen un paciente en viaje por el exterior, Me llamé con manifiesta
preocupacién, y no era para menos: a raiz.de un trastorno motor
en el brazo, le habjan detectado un primario de pulmén y varias
rmetistasis cerebrales. Le recomendé un onedlogo en Nueva York,
que tenia discipulos en Buenos Aires. Me sorprendis su respuesta,
“Posiblemente vaya a verlo, pero voy air también a Jerusalén, don-
de hay un rabino curador”. Mi sorpresa se ex}
de que este paciente “ahora con un tratamiento inte
habia mostrado decididamente agnéstico durante su anal
Una ver que regresé de viaje, acordamos una entrevista la mis-
rma tarde en que lei y completé el aforismo de Cioran, cuando me
‘encontraba realmente preocupado por su situacién inesperada y
grave.
No sé si calificar su fe como delirio mistico. En todo caso, al
recuperarla encontré un refugio,y es a fe ~también diria a esperan-
za, apuntando a otra virtud teologal~ que en esa situacién limi-
te creencia y virtudes le sirvieron durante un tiempo, prolongado
bastante mas alla de los pocos meses que se habian previsto al
descubrir su enfermedad.
Mientras que su evolucién me permitié acompafarlo, se mos-
inte y sereno, Ese trayecto me aports
el beneficio de introducirme en los estudios de la Cabala, escu-
chando y compartiendo los avances que podia ir haciendo en ese
‘enigmatico saber. En efecto, él se afirmé en ese estado heroico de
tuna fe... s6lo un tanto esperanzada. Por momentos la fe se trans-
formaba en certeza y yo solia comentarle (era el espiritu de nuestra
relacién): “Si usted insiste en que se va a curat, corre el riesgo de
perder a Dios, porque usted mismo asume tal papel”. A lo cual me
respondia simulando esperanz: Dios quiere”.
En los momentos finales, bastante tiempo después, cuando
ambos estabamos de vacaciones en la misma zona, me pidis que
fuera a verlo, Ese dia me dijo: “Voy a vivir mientras Dios me dé
una tarea que hacer en este mundo”. A las pocas semanas, ain en
116 como un hombre inteli
134
tiempo de vacaciones, pero ya en distintos
narse en una clinica y nuevamente requitio
le anunciba su dnc xan por ci en lor none ame
En la conversacin surgis
Bi6 un tema que lo preven
no habia resuelto. Le dijer * a¥= 10 procupaba y todavia
lugares, twvo que inter-
—Hace unos dias usted me dijo que vivieta mie
asignara una tarea. No seré esta la tarea?
oa
—Cuando salga de la internacién me
Lo miré y le die:
sity spor hacer ev a,
pareci6 entender que el tiempo se acortaba y logrs
en las pocas horas siguientes. Agregé entoncess hacer
—Ulloa, nunca hay que descartar la estu
por advertirme que habia prisa
—Bueno —agregué—, no hemos hecho
—Nunca hay que descartarla i
cen que estoy bien. Gracias por todo.
Habria muchas cosas que decir al res
petuosa privacidad de aque! trinsito,
Ja muerte, en la medida en que la muerte lo aleanz6
demuestra el dislogo final :
tras Dios le
1 fe en la curaciin se hizo veteza en la respuesta:
voy a ocupar de esto
pidez humana, Gracias
ecto, pero guardo la res-
no hacia la muerte, sino basta
vo, como lo
Sin embargo, en los anales sociopolitcos no cabia esa fe
trataron su propia fe como a un amado hijo ilegitimo, sin darle
mn — comenzé la tragedia, Dado que esa fe cax
recia de nombre, podia ser te usurpada. Fue en nombre
desu determinacién y de su soidaridad que los aparatos partis
fos justificaron los primers crimenes jy mis tae, fos cimenes
{que cubririan otros crimenes, hasta que ya no hubo fe en ninguna
aves ue ya no hubo fe en ning
aldo el muro de Besln, un milén de besiness del Ete aan-
aban en tropel hacia c] Oeste para comprar, con el permis otor-
sgado por bancos de Alemania Occidental En ce precio
‘mento, | mundo entero vio cmo el materalismo habia perdido
entonces
135See ee ee ee
Satup nueMenraL
su extraordinario poder histérico y se convertia en una lista de
compris.
Al respecto, vuelvo a pensar que efectivamente la causa reside
cen no haber reconocido en su condicién de legitimo “a ese hijo tra-
tado como ilegitimo”. Ser propiciatorio, tanto para una madre, un
padre o un amigo ~y esto incluye a un psicoanalista-, es nombrar
lo que se anuncia como posible, un posible que anticipa, tal vez
sélo por breves momentos, una posible direcci6n de la cura, Es ne-
cesario nombrar es0s indicios, por breves que sean -y ahora estoy
hablando de la multitud de Praga-, para no habilitar la usurpacién,
que termine en lista de compras o en tarjeta de crédito. Ni una ni
otra compran la capacidad de estar solo sin ser un solitario, con el
riesgo de descubrirlo cuando ya es tarde. Tardio descubrimiento
gue se inscribe en un vivir resignado en el padecimiento,
La espiritualidad, marginada, artinconada, comienza a reclamar
el tereno perdido, Sobre todo en las mentes. Se han abandonado
Jos viejos razonamientos el viejo sentido comin, incluso las vieja
formas de corae, y el reconocimiento y las esperanzas relegadas
largamente a la perifria vuelven para pedir lo suyo. Es alli donde
ccomienza la felicidad de los rostros.
Durante el periodo que ahora finaliza, la vida cotidiana, con toda
su aspereza, se ampar6 continuamente en promesas de un futuro
‘mejor. La promesa del hombre nuevo comunista,en cuyo nombre
los vives ofrecieron continuos sacrificios. La promesa de la cien~
cia alejando las feonteras de la ignorancia y el prejuicio. Y mis
recientemente, la promesa de las tarjetas de crédito que pueden
comprarla inmediata felicidad, en forma instantinea. Ast, durante
dos siglos, la ‘promesa” futura de la historia sumis a los vivos en
una soledad sin precedentes. Hoy, los vivos vuelven a encontrarse
con los muertos, Inclusive con los que murieron hace ya mucho
tiempo, compartiendo su dolor y sus esperanzas. Y, curiosamente,
también eso contribuye ala felicidad detras de los rostros.
({Cunto puede durar este momento? Todos los peligros imaginables
de la istoria acechan en los flancos: la intolerancia, el fanatismo, el
racismo, El libre mercado reslverd en teor‘a las colosales dfiultades
136
oc ‘
Fernando ©. Ulloa
ceodic dea wapervivencia. En exe mercado 1
le que aparezcan nuevos apetitosd ve de de
dq sparc lesmesurados de diner
en neo de rain alee fe
est dicho, El alma y el operadorabandonaron ng
En efecto, no todo esta dicho... cuando |
lo que llamo “las tres maneras de estar afectadot ont SUS 8
1, maneras que,
Pero no a
tos cesconie
veremos, hacen de la pasién un instrumener Hn
desorganizada y sumida ena resignacion, "4 COMUndad
En esto radica la conduccién politic,
acciones", atento no sélo alo que Arent
las acciones en relacién on los ob
Los objetivo als que sels det
Puede ser que esa tendencia de as aciones seo yn
abjtivos los ersncos (ya seal al ocuparme de sa eae
“upone cn glen conduce plitamente un asonann oc
to personal sino su talento politico"). Aqucl que surge dengan,
de ideas en tea conduct ape ane eae
lun “accionar sobre las
llama “la autonomia de
7