Número
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Para el concepto lingüístico, véase Número gramatical.
Para otros usos de este término, véase Número (desambiguación).
Un número, en ciencia, es una abstracción que representa una cantidad o una magnitud. En
matemáticas un número puede representar una cantidad métrica o más generalmente un
elemento de un sistema numérico o un número ordinal que representará una posición dentro de
un orden de una serie determinada. Los números complejos se usan como una herramienta útil
para resolver problemas algebraicos y que algebraicamente son un mero añadido a los números
reales, que a su vez ampliaron el concepto de número ordinal. Sobre todo, un número real
resuelve el problema de comparación de dos medidas, tanto si son conmensurables como
inconmensurables. Ejemplo: el lado de un cuadrado es conmensurable con su perímetro, pero el
lado del cuadrado con la diagonal del mismo son inconmensurables.1
También, en sentido amplio, indica el carácter gráfico que sirve para representarlo; dicho símbolo
gráfico de un número recibe propiamente la denominación de numeral o cifra. El que se escribe
con un solo guarismo se llama dígito.2
El concepto de número incluye abstracciones tales como números fraccionarios, negativos,
irracionales, trascendentales, complejos, y también números de tipo más abstracto como los
números hipercomplejos, que generalizan el concepto de número complejo, o los números
hiperreales, los superreales y los surreales, que incluyen a los números reales como subconjunto.
Índice
1 Tipos de números
1.1 Enumeración de los tipos
2 Estructura
2.1 Números naturales especiales
2.2 Historia del concepto de número
2.2.1 Las fracciones unitarias egipcias (Papiro Ahmes/Rhind)
2.2.2 Fracciones sexagesimales babilónicas (documentos cuneiformes)
2.2.3 Descubrimiento de los inconmensurables
2.2.4 Creación del cero
2.2.5 Números negativos
2.2.6 Transmisión del sistema indo-arábigo a Occidente
2.2.7 Las fracciones continuas
2.2.8 Primera formulación de los números complejos
2.2.9 Generalización de las fracciones decimales
2.2.10 El principio de inducción matemática
2.2.11 La interpretación geométrica de los números complejos
2.2.12 Descubrimiento de los números trascendentes
2.2.13 Teorías de los irracionales
2.2.14 Álgebras hipercomplejas
2.2.15 Teoría de conjuntos
2.2.16 Socialmente
2.3 Sistemas de representación de los números
2.3.1 Cifra, dígito y numeral
2.3.2 Base numérica
2.3.3 Números en las lenguas naturales
2.4 Véase también
2.5 Referencias
2.6 Enlaces externos
Tipos de números
Clasificación de los números.
Los números más conocidos son los números naturales. Denotados mediante {\displaystyle
\mathbb {N} }\mathbb{N}, son conceptualmente los más simples y los que se usan para contar
unidades discretas. Estos, conjuntamente con los números «negativos», conforman el conjunto de
los enteros, denotados mediante {\displaystyle \mathbb {Z} }\mathbb{Z} (del alemán Zahlen,
‘números’). Los números naturales negativos permiten representar formalmente deudas, y
permiten generalizar la resta de cualesquiera dos números naturales.
Otro tipo de números ampliamente usados son números fraccionarios, y representan tanto
cantidades inferiores a una unidad, como números mixtos (un conjunto de unidades más una
parte inferior a la unidad). Los números fraccionarios pueden ser expresados siempre como
cocientes de enteros. El conjunto de todos los números fraccionarios es el conjunto de los
números racionales (que usualmente se define para que incluya tanto a los racionales positivos,
como a los racionales negativos y el cero). Este conjunto de números se designa como
{\displaystyle \mathbb {Q} }\mathbb{Q}.
Los números racionales permiten resolver gran cantidad de problemas prácticos, pero desde los
antiguos griegos se conoce que ciertas relaciones geométricas (la diagonal de un cuadrado de lado
unidad) son números no enteros que tampoco son racionales. Igualmente, la solución numérica de
una ecuación polinómica cuyos coeficientes son números racionales, usualmente es un número no
racional. Puede demostrarse que cualquier número irracional puede representarse como una
sucesión de Cauchy de números racionales que se aproximan a un límite numérico. El conjunto de
todos los números racionales y los irracionales (obtenidos como límites de sucesiones de Cauchy
de números racionales) es el conjunto de los números reales {\displaystyle \mathbb
{R} }\mathbb{R}. Durante un tiempo se pensó que toda magnitud física existente podía ser
expresada en términos de números reales exclusivamente. Entre los reales, existen números que
no son soluciones de una ecuación polinomial o algebraica, que reciben el nombre de
transcendentales. Ejemplos famosos de estos números son el número π (Pi) y el número e (este
último base de los logaritmos naturales), los cuales están relacionados entre sí por la identidad de
Euler.
Uno de los problemas de los números reales es que no forman un cuerpo algebraicamente
cerrado, por lo que ciertos problemas no tienen solución planteados en términos de números
reales. Esa es una de las razones por las cuales se introdujeron los números complejos
{\displaystyle \mathbb {C} }\mathbb{C}, que son el mínimo cuerpo algebraicamente cerrado que
contiene a los números reales. Además, en algunas aplicaciones prácticas así como en las
formulaciones estándar de la mecánica cuántica se considera útil introducir los números
complejos. Al parecer la estructura matemática de los números complejos refleja estructuras
existentes en problemas físicos, por lo que en física teórica y en diversas aplicaciones los números
complejos se usan en pie de igualdad con los números reales, a pesar de que inicialmente fueron
considerados únicamente como un artificio matemático sin relación con la realidad física. Todos
los conjuntos de números {\displaystyle \mathbb {N} ,\mathbb {Z} ,\mathbb {Q} ,\mathbb {R}
,\mathbb {C} }\mathbb{N}, \mathbb{Z}, \mathbb{Q}, \mathbb{R}, \mathbb{C} fueron de alguna
manera «descubiertos» o sugeridos en conexión con problemas planteados en problemas físicos o
en el seno de la matemática elemental y todos ellos parecen tener importantes conexiones con la
realidad física.
Fuera de los números reales y complejos, claramente conectados con problemas de las ciencias
naturales, existen otros tipos de números que generalizan aún más y extienden el concepto de
número de una manera más abstracta y responden más a creaciones deliberadas de matemáticos.
La mayoría de estas generalizaciones del concepto de número se usan sólo en matemáticas,
aunque algunos de ellos han encontrado aplicaciones para resolver ciertos problemas físicos.
Entre ellos están los números hipercomplejos, que incluyen a los cuaterniones, útiles para
representar rotaciones en un espacio de tres dimensiones, y generalizaciones de estos, como
octoniones y los sedeniones.
A un nivel un poco más abstracto también se han ideado conjuntos de números capaces de tratar
con cantidades infinitas e infinitesimales, como los hiperreales y los transfinitos.
Enumeración de los tipos
La teoría de los números trata básicamente de las propiedades de los números naturales y los
enteros, mientras que las operaciones del álgebra y el cálculo permiten definir la mayor parte de
los sistemas numéricos, entre los cuales están:
Números naturales
Número primo
Números compuestos
Números perfectos
Números enteros
Números negativos
Números pares
Números impares
Números racionales
Números reales
Números irracionales
Números algebraicos
Números trascendentes:
Extensiones de los números reales
Números complejos
Números hipercomplejos
Cuaterniones
Octoniones
Números hiperreales
Números superreales
Números surreales
Números usados en teoría de conjuntos
Números ordinales
Números cardinales
Números transfinitos
Estructura
En álgebra abstracta y análisis matemático un sistema numérico se caracteriza por una:
Estructura algebraica, usualmente un anillo conmutativo o cuerpo matemático (en el caso no
conmutativo son un álgebra sobre un cuerpo y en el caso de los números naturales sólo un
monoide conmutativo).
Estructura de orden, usualmente un conjunto ordenado, en el caso de los números naturales,
enteros, racionales y reales se trata de conjuntos totalmente ordenados, aunque los números
complejos e hipercomplejos sólo son conjuntos parcialmente ordenados. Los reales además son
un conjunto bien ordenado y con un orden denso.3
Estructura topológica, los conjuntos numéricos numerables usualmente son conjuntos disconexos,
sobre los que se considera la topología discreta, mientras que sobre los conjuntos no numerables
se considera una topología que los hace adecuados para el análisis matemático.
Otra propiedad interesante de muchos conjuntos numéricos es que son representables mediante
diagramas de Hasse, diagramas de Euler y diagramas de Venn, pudiéndose tomar una combinación
de ambos en un diagrama de Euler-Venn con la forma característica de cuadrilátero y además
pudiéndose representar internamente un diagrama de Hasse (es una recta). Tanto históricamente
como conceptualmente, los diversos conjuntos numéricos, desde el más simple de los números
naturales, hasta extensiones transcendentes de los números reales y complejos, elaboradas
mediante la teoría de modelos durante el siglo XX, se construyen desde una estructura más simple
hasta otra más compleja.4
Números naturales especiales
El estudio de ciertas propiedades que cumplen los números ha producido una enorme cantidad de
tipos de números, la mayoría sin un interés matemático específico. A continuación se indican
algunos:
Sheldon: el número 73, es el 21° número primo, que al multiplicar 7 x 3 = 21; Y al dar la vuelta a
sus dígitos da 37 que es el 12° número primo.
Narcisista: número de n dígitos que resulta ser igual a la suma de las potencias de orden n de sus
dígitos. Ejemplo: 153 = 1³ + 5³ + 3³.
Omirp: número primo que al invertir sus dígitos da otro número primo. Ejemplo: 1597 y 7951 son
primos.
Vampiro: número que es el producto de dos números obtenidos a partir de sus dígitos. Ejemplo:
2187 = 27 x 81.
Hamsteriano: Su estructura aritmética N= (a×b)2-1, donde a y b son primos los dos, la suma de sus
divisores sobrepasa N, y la cantidad de sus divisores es > a×b/2; va como ejemplo: 1224 = (5×7)2-1
Una vez entendido el problema de la naturaleza y la clasificación de los números, surge otro, más
práctico, pero que condiciona todo lo que se va a hacer con ellos: la manera de escribirlos. El
sistema que se ha impuesto universalmente es la numeración posicional, gracias al invento del
cero, con una base constante.
Más formalmente, en Los fundamentos de la aritmética, Gottlob Frege realiza una definición de
«número», la cual fue tomada como referencia por muchos matemáticos (entre ellos Bertrand
Russell, cocreador de Principia mathematica):
«n» es un número, es entonces la definición de «que existe un concepto “F” para el cual “n”
aplica», que a su vez se ve explicado como que «n» es la extensión del concepto «equinumerable
con» para «F», y dos conceptos son equinumerables si existe una relación «uno a uno» (véase que
no se utiliza el símbolo «1» porque no está definido aún) entre los elementos que lo componen (es
decir, una biyección en otros términos).
Véase también que Frege, tanto como cualquier otro matemático, se ve inhabilitado para definir al
número como la expresión de una cantidad, porque la simbología matemática no hace referencia
necesaria a la numerabilidad, y el hecho de «cantidad» referiría a algo numerable, mientras que
números se adoptan para definir la cardinalidad de, por ejemplo, los elementos que se encuentran
en el intervalo abierto (0, 1), que contiene innumerables elementos (el continuo).
Peano, antes de establecer sus cinco proposiciones sobre los números naturales, explícita que
supone sabida una definición (quizás debido a su «obviedad») de las palabras o conceptos cero,
sucesor y número. De esta manera postula:
0 es un número natural
el sucesor de todo número es un número
dos números diferentes no tienen el mismo sucesor
0 no es el sucesor de ningún número
y la propiedad inductiva
Sin embargo, si uno define el concepto cero como el número 100, y el concepto número como los
números mayores a 100, entonces las cinco proposiciones mencionadas anteriormente aplican, no
a la idea que Peano habría querido comunicar, sino a su formalización.
La definición de número se encuentra por ende no totalmente formalizada, aunque se encuentre
un acuerdo mayoritario en adoptar la definición enunciada por Frege.
Historia del concepto de número
Hueso de Ishango.
Cognitivamente el concepto de número está asociado a la habilidad de contar y comparar cual de
dos conjuntos de entidades similares tiene mayor cantidad de elementos. Las primeras sociedades
humanas se encontraron muy pronto con el problema de determinar cual de dos conjuntos era
«mayor» que otro, o de conocer con precisión cuantos elementos formaban una colección de
cosas. Esos problemas podían ser resueltos simplemente contando. La habilidad de contar del ser
humano, no es un fenómeno simple, aunque la mayoría de culturas tienen sistemas de cuenta que
llegan como mínimo a centenares, algunos pueblos con una cultura material simple, solo disponen
de términos para los números 1, 2 y 3 y usualmente usan el término «muchos» para cantidades
mayores, aunque cuando es necesario usan recursivamente expresiones traducibles como «3 más
3 y otros 3» cuando es necesario.
El conteo se debió iniciar mediante el uso de objetos físicos (tales como montones de piedras) y de
marcas de cuenta, como las encontradas en huesos tallados: el de Lebombo, con 29 muescas
grabadas en un hueso de babuino, tiene unos 37 000 años de antigüedad y otro hueso de lobo
encontrado en la antigua Checoslovaquia, con 57 marcas dispuestas en cinco grupos de 11 y dos
sueltas, se ha estimado en unos 30 000 años de antigüedad. Ambos casos constituyen una de las
más antiguas marcas de cuenta conocidas habiéndose sugerido que pudieran estar relacionadas
con registros de fases lunares.5 En cuanto al origen ordinal algunas teorías lo sitúan en rituales
religiosos. Los sistemas numerales de la mayoría de familias lingüísticas reflejan que la operación
de contar estuvo asociado al conteo de dedos (razón por la cual los sistemas de base decimal y
vigesimal son los más abundantes), aunque están testimoniado el empleo de otras bases
numéricas además de 10 y 20.
El paso hacia los símbolos numerales, al igual que la escritura, se ha asociado a la aparición de
sociedades complejas con instituciones centralizadas constituyendo artificios burocráticos de
contabilidad en registros impositivos y de propiedades. Su origen estaría en primitivos símbolos
con diferentes formas para el recuento de diferentes tipos de bienes como los que se han
encontrado en Mesopotamia inscritos en tablillas de arcilla que a su vez habían venido a sustituir
progresivamente el conteo de diferentes bienes mediante fichas de arcilla (constatadas al menos
desde el 8000 a. C.) Los símbolos numerales más antiguos encontrados se sitúan en las
civilizaciones mesopotámicas usándose como sistema de numeración ya no solo para la
contabilidad o el comercio sino también para la agrimensura o la astronomía como, por ejemplo,
registros de movimientos planetarios.6
En conjunto, desde hace 5000 años la mayoría de las civilizaciones han contado como lo hacemos
hoy aunque la forma de escribir los números (si bien todos representan con exactitud los
naturales) ha sido muy diversa. Básicamente la podemos clasificar en tres categorías:
Sistemas de notación aditiva. Acumulan los símbolos de todas las unidades, decenas, centenas, …,
necesarios hasta completar el número. Aunque los símbolos pueden ir en cualquier orden,
adoptaron siempre una determinada posición (de más a menos). De este tipo son los sistemas de
numeración: Egipcio, hitita, cretense, romano, griego, armenio y judío.
Sistemas de notación híbrida. Combinan el principio aditivo con el multiplicativo. En los anteriores
500 se representa con 5 símbolos de 100, en estos se utiliza la combinación del 5 y el 100. El orden
de las cifras es ahora fundamental (estamos a un paso del sistema posicional). De este tipo son los
sistemas de numeración: Chino clásico, asirio, armenio, etíope y maya. Este último utilizaba
símbolos para el 1, el 5 y el 0. Siendo este el primer uso documentado del cero tal como lo
conocemos hoy (Año 36 a.C) ya que el de los babilonios solo se utilizaba entre otros dígitos.
Sistemas de notación posicional. La posición de las cifras nos indica si son unidades, decenas,
centenas, …, o en general la potencia de la base. Solo tres culturas además de la india lograron
desarrollar un sistema de este tipo: El sistema Chino (300 a. C.) que no disponía de 0, el sistema
Babilónico (2000 a. C.) con dos símbolos, de base 10 aditivo hasta el 60 y posicional (de base 60)
en adelante, sin 0 hasta el 300 a. C.
Las fracciones unitarias egipcias (Papiro Ahmes/Rhind)
Artículo principal: Fracción egipcia
En este papiro adquirido por Henry Rhind en 1858 cuyo contenido data del 2000 al 1800 a. C.
además del sistema de numeración antes descrito nos encontramos con su tratamiento de las
fracciones. No consideran las fracciones en general, solo las fracciones unitarias (inversas de los
naturales 1/20) que se representan con un signo oval encima del número, la fracción 2/3 que se
representa con un signo especial y en algunos casos fracciones del tipo {\displaystyle n/n+1}n/n+1.
Hay tablas de descomposición de {\displaystyle 2/n}2/n desde n=1 hasta n=101, como por ejemplo
{\displaystyle 2/5=1/3+1/15}2/5=1/3+1/15 o {\displaystyle 2/7=1/4+1/28}2/7=1/4+1/28, no
sabemos por qué no utilizaban {\displaystyle 2/n=1/n+1/n}2/n=1/n+1/n pero parece que trataban
de utilizar fracciones unitarias menores que {\displaystyle 1/n}1/n.
Al ser un sistema sumativo la notación es: 1+1/2+1/4 . La operación fundamental es la suma y
nuestras multiplicaciones y divisiones se hacían por «duplicaciones» y «mediaciones», por ejemplo
69×19=69×(16+2+1), donde 16 representa 4 duplicaciones y 2 una duplicación.
Fracciones sexagesimales babilónicas (documentos cuneiformes)
En las tablillas cuneiformes de la dinastía Hammurabi (1800-1600 a. C.) aparece el sistema
posicional, antes referido, extendido a las fracciones, pero XXX vale para {\displaystyle 2\times
60+2}2\times60+2, {\displaystyle 2+2\times 60-1}2+2\times60-1 ó {\displaystyle 2\times 60-
1+2\times 60-2}2\times60-1+2\times60-2 con una representación basada en la interpretación del
problema.
Para calcular recurrían, como nosotros antes de disponer de máquinas, a las numerosas tablas que
disponían: De multiplicar, de inversos, de cuadrados y cubos, de raíces cuadradas y cúbicas, de
potencias sucesivas de un número dado no fijo, etc. Por ejemplo, para calcular {\displaystyle a}a,
tomaban su mejor aproximación entera {\displaystyle a_{1}}a_1, y calculaban {\displaystyle
b_{1}=a/a_{1}}b_1=a/a_1 (una mayor y otra menor) y entonces {\displaystyle
a_{2}=(a_{1}+b_{1})/2}a_2=(a_1+b_1)/2 es mejor aproximación, procediendo igual obtenemos
{\displaystyle b_{2}=a/a_{2}}b_2=a/a_2 y {\displaystyle a_{3}=(a_{2}+b_{2})/2}a_3=(a_2+b_2)/2
obteniendo en la tablilla Yale-7289 2=1;24,51,10 (en base decimal 1,414222) como valor de
{\displaystyle a_{3}}a_3 partiendo de {\displaystyle a_{1}=1;30}a_1=1;30 (véase algoritmo
babilónico).
Realizaban las operaciones de forma parecida a hoy, la división multiplicando por el inverso (para
lo que utilizan sus tablas de inversos). En la tabla de inversos faltan los de 7 y 11 que tienen una
expresión sexagesimal infinitamente larga. Sí están 1/59=;1,1,1 (nuestro 1/9=0,111…) y
1/61=;0,59,0,59 (nuestro 1/11=0,0909…) pero no se percataron del desarrollo periódico.
Descubrimiento de los inconmensurables
Las circunstancias y la fecha de este descubrimiento son inciertas, aunque se atribuye a la escuela
pitagórica (se utiliza el Teorema de Pitágoras). Aristóteles menciona una demostración de la
inconmensurabilidad de la diagonal de un cuadrado con respecto a su lado basada en la distinción
entre lo par y lo impar. La reconstrucción que realiza C. Boyer es:
Sean d:diagonal, s:lado y d/s racional que podremos escribirlo como {\displaystyle p/q}p/q con p y
q primos entre sí. Por el teorema de Pitágoras tenemos que {\displaystyle d^{2}=s^{2}+s^{2}}
d^2=s^2+s^2 , {\displaystyle (d/s)^{2}=p^{2}/q^{2}=2}(d/s)^2=p^2/q^2=2, entonces {\displaystyle
p^{2}=2q^{2}}p^2=2q^2 y por tanto {\displaystyle p^{2}}p^2 debe ser par y también p, y por tanto
q impar. Al ser p par tenemos {\displaystyle p=2r}p=2r, entonces {\displaystyle
4r^{2}=2q^{2}}4r^2=2q^2 y {\displaystyle 2r^{2}=q^{2}}2r^2=q^2, entonces {\displaystyle
q^{2}}q^2 es par y q también, entonces q es par e impar con lo que tenemos una contradicción.
La teoría pitagórica de todo es número quedó seriamente dañada.
El problema lo resolvería Eudoxo de Cnido (408-355 a. C.) tal como nos indica Euclides en el libro V
de Los elementos. Para ello estableció el Axioma de Arquímedes: Dos magnitudes tienen una
razón si se puede encontrar un múltiplo de una de ellas que supere a la otra (excluye el 0).
Después en la Definición-5 da la famosa formulación de Eudoxo: Dos magnitudes están en la
misma razón {\displaystyle a/b=c/d}a/b=c/d si dados dos números naturales cualesquiera m y n, si
{\displaystyle ma=nb} ma = nb entonces {\displaystyle mc=nd}mc = nd (definición que
intercambiando el 2º y 3º términos equivale a nuestro procedimiento actual).
En el libro de J.P. Colette se hace la observación de que esta definición está muy próxima a la de
número real que dará Dedekind en el siglo XIX, divide las fracciones en las {\displaystyle m/n}m/n
tales que {\displaystyle ma=nb}ma = nb y las que no.
Creación del cero
Artículo principal: Cero
En cualquier sistema de numerac