Caratula
Presentación
En esta oportunidad que se presenta voy redactar una monografía del autor de
Ciro Alegría.
Ciro Alegría fue un escritor, político y periodista peruano. Es uno de los
máximos representantes de la narrativa indigenista, marcada por la creciente
conciencia sobre el problema de la opresión indígena y por el afán de dar a
conocer esta situación.
''La serpiente de Oro'' se trató de la primera obra de Ciro Alegría, escrita en el
año de 1935, con el cual ganó el premio de la Editorial Nacimiento en el vecino
país de Chile, lugar donde se encontraba asilado políticamente debido a sus
ideas opuestas al gobierno militar de entonces.
En primer lugar Ciro Alegría describe los paisajes geográficos. Nos presenta al
río Marañón, uno de los afluentes más importantes del Amazonas.
Precisamente es este río el personaje principal de la zona, la misma Serpiente
de Oro, por su forma y por su riqueza. Luego aparece el poblado de Calemar,
lugar donde se desarrolla la historia. Se trata pues de un valle habitado por una
comunidad andina. A través de las palabras reconoceremos las costumbres y
formas de vida de los pobladores de la zona.
Alegría, es uno de los autores más resaltantes en nuestra literatura, es
sencillamente uno de los hombres más grandes y excepcionales con los que ha
contado el Perú, pues ha tenido la gran labor de mostrar a la sociedad la parte
humana del indio, desenmarañando la complejidad de su ser para darle otro
matiz a su existencia.
Clorinda Matto de Turner y Enrique López Albújar son los que van a empezar
con esta gran misión, siendo Ciro Alegría y José María Arguedas los que van a
conducir a este pensamiento a su momento más importante, puesto que
gracias a ellos se empieza a analizar a la figura del peruano autóctono a su
plenitud, ya no como un ser relegado que tiene que esperar las miserias del
resto, sino como un ser de carne y hueso que posee penas, dolores,
inquietudes y alegrías.
Es un verdadero orgullo poder decir que somos peruanos y más aún poder
decir somos liberteños, pues contamos con grandes autores como lo son César
Vallejo, el poeta incomprendido, y Ciro Alegría, el defensor del indio norteño.
Nosotros, como jóvenes, deberíamos tomar conciencia de la gran labor que
estos personajes han realizado, valorar su trabajo, leyendo sus obras o por lo
menos conociendo un poco de su historia, que más que obligación debería ser
parte de nuestra cultura y agradecimiento por todo aquello que han logrado a lo
largo de la historia.
Dedicatoria
Dedico este trabajo, primeramente a dios, que me dio las fuerzas para
redactarlo, a mis padres quienes me impulsan cada día a luchar y a mis
profesores, por ser quienes me enseñan.
Índice
BIOGRAFIA DE CIRO ALEGRIA
Nacimiento e infancia
Ciro Alegría nació en el caserío de Quilca, uno de los 7 "pungos" (casas de
administración y gestión), en que se dividía Marcabal Grande, la extensísima
hacienda de su familia (más de 75.000 hectáreas), en la sierra del
departamento de La Libertad, cerca de la ciudad de Huamachuco.
Su padre, José Eliseo Alegría Lynch, natural de Huamachuco, fue un joven
intelectual de raíces irlandesas y Quechuas, lector del anarquista peruano
Manuel González Prada, que desafió la autoridad del abuelo del novelista, Don
Teodoro Alegría, casándose con la hija del capataz de la hacienda (María
Herminia Bazán Lynch), quien es la prima lejana de aquel, intentando una
pequeña reforma agraria entre los campesinos de Marcabal Grande. Don
Teodoro, que había dejado a José Eliseo al frente de la Hacienda y vivía en
Lima como Diputado, regresó a sus tierras y deportó a su hijo a Quilca, un
modesto caserío en las estribaciones de la Cordillera de los Andes, y ahí nació
y vivió su primera infancia Ciro Alegría, rodeado de indios, hasta la edad de
cinco años, cuando se trasladó con sus padres a Marcabal Grande.
Algún tiempo después, el abuelo recordó que su nieto tenía que escolarizarse y
lo separó de sus padres para enviarlo a Trujillo (capital del departamento de La
Libertad, en la costa), donde se matriculó en el primer año de primaria en el
Colegio San Juan, siendo su primer maestro, el que le enseñó a leer y escribir,
el poeta peruano César Vallejo4(1917). Durante esos años escolares vivió en
casa de su abuela paterna Elena Lynch Calderón de la Barca de Alegría.5
En 1920 enfermó de malaria y volvió a los Andes, prosiguiendo su educación
primaria en el Instituto Moderno de Cajabamba. Vivió entonces en casa de su
tío Gerardo Falcón, de dicha ciudad. En 1923 permaneció en la hacienda
Marcabal Grande, donde se dedicó a las tareas agrícolas, a la cabeza de los
peones. Aprendió entonces mucho de las costumbres y maneras de vivir de los
indios.
Adolescencia
En 1924 su padre lo envió de nuevo a Trujillo, para cursar la secundaria en el
Colegio San Juan. Por entonces definió su vocación y escribió, alentado por su
familia, sus primeros relatos y poemas. En especial su madre fue la que tuvo
mucha influencia en su vocación literaria, pues a ella solía leerle sus primeras
producciones, tomando muy en cuenta sus cariñosos y atinados comentarios.
Las vacaciones de 1925 las pasó en la Hacienda Galindo, en las cercanías de
Trujillo, en casa de su tío Constante Bazán Lynch. Tuvo entonces la
oportunidad de ver como era la vida en una hacienda de caña de azúcar.
En 1926 falleció su madre, víctima de una enfermedad terminal. A mediados de
ese año se escapó a Lima con un compañero de colegio apellidado Rojas,
quien había inventado un acumulador y planeaba aprovecharlo
comercialmente. Pero el amigo no logró su propósito y volvió a Trujillo mientras
Ciro decidió permanecer en Lima, intentando publicar un artículo y varios
cuentos. Pero igual que su amigo fracasó, no consiguiendo trabajo; sin dinero,
tuvo que dormir a la intemperie, en las bancas del zoológico. Un tío suyo lo
encontró y lo convenció de retornar a Trujillo. Ciro volvió entonces y reingresó
al colegio para continuar cursando el tercer año de secundaria, logrando
aprobar los exámenes finales, pese al tiempo perdido.
En 1927, cursando el cuarto año de secundaria, fue nombrado director de un
pequeño periódico del Colegio, llamado Tribuna sanjuanista. La publicación
llamó la atención de Antenor Orrego, entonces director del diario El Norte de
Trujillo, quien convocó a Ciro para que trabajara con él como periodista,
durante el período vacacional escolar de enero a marzo de 1928. Ciro trabajó
como reportero policial, anotándose algunos éxitos, y publicando por primera
vez sus versos, de tendencia vanguardista.
En 1928 siguió sus estudios, ya en el último año de la secundaria, aunque
continuó trabajando en El Norte, después de clases, en trabajos especiales y
que no le demandaban demasiado tiempo.
Estudiante universitario
En 1929 estuvo trabajando en una compañía de construcción, que hizo una
carretera y el puente llamado Virú. Luego volvió a la redacción de El Norte. Ese
mismo año enfermó de malaria.
En 1930, tras discutir con Orrego, abandonó El Norte e ingresó a la redacción
de otro diario trujillano, La Industria. También ese mismo año ingresó a la
Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo. A fines del año
participó junto con otros estudiantes en un movimiento de intento de reforma
universitaria. El movimiento fracasó y junto con otros dirigentes fue expulsado
de la Universidad.
Militante aprista
A comienzos de 1931 se afilió al Partido Aprista, formando parte del Comité
Ejecutivo del Primer Sector del Norte, con sede en Trujillo. Durante todo ese
año estuvo dedicado a labores de propaganda política que luego pasaron a ser
de oposición al naciente gobierno de Luis Sánchez Cerro.
En diciembre de 1931 fue apresado y estuvo en la cárcel de Trujillo hasta el 7
de julio de 1932, fecha que la revolución ocurrida en esa ciudad lo liberó. Tomó
parte en la revuelta, que fue bárbaramente reprimida por las fuerzas del orden.
Huyó rumbo al norte y tras varios meses de burlar a la policía, al fin fue
capturado en la provincia de Celendín.
Fue trasladado a Trujillo, donde el tribunal encargado de juzgar a los rebeldes
ya lo había sentenciado a diez años de prisión, en ausencia. Fue torturado y
luego enviado a Lima donde fue recluido en la Penitenciaría. Allí recibió la visita
de Rosalía Amézquita Alegría, su tía en segundo grado. Entre ellos se inició un
romance que perduró durante su carcelería y continuó cuando el nuevo
régimen del general Óscar R. Benavides dio una ley de amnistía para los
presos sin proceso y los que todavía seguían enjuiciados. Como ya había sido
sentenciado, aparentemente no le beneficiaba la amnistía, pero un jurista
descubrió un decreto que consideraba ilegales las condenas en ausencia. En
tal caso Ciro quedaba como enjuiciado y le correspondía entonces la amnistía.
Salió en libertad en octubre de 1933.
Enseguida ingresó a la redacción del diario aprista La Tribuna de Lima, donde
hizo varias crónicas, reportajes y ocasionalmente la sección "Barricada”. Tras
intervenir en el llamado “complot de El Agustino” (intentona revolucionaria
aprista en Lima), en diciembre de 1934 fue desterrado a Chile.
Destierro en Chile y sus primeras novelas
Arribó a Santiago el mismo día en que era asesinado su compatriota, el poeta
José Santos Chocano.
En 1935 se casó con Rosalía Amézquita quien había viajado a Chile por él.
Transformó su cuento “El Marañón” en la que sería su primera novela, La
serpiente de oro, con la cual ganó en Chile el concurso literario convocado por
la Editorial Nascimento. Al año siguiente fue elegido miembro del directorio de
la Sociedad de Escritores de Chile y comenzó a trabajar en la Editorial Ercilla,
como corrector de originales. Asimismo tradujo obras de Stefan Zweig e Ilya
Ehrenburg, para la Editorial Zig-Zag.
A fines de 1936, como consecuencia de la dura vida de prisión y persecución
política, enfermó de tuberculosis pulmonar. Se recluyó en el sanatorio de San
José de Maipo y allí estuvo dos años. Poco antes de darle de alta le aplicaron
un neumotórax. Una burbuja de aire le produjo entonces una embolia cerebral,
lo que a la vez le causó una parálisis temporal de la mitad de su cuerpo, lo que
le anuló momentáneamente la capacidad de escribir. Durante su recuperación
y a manera de terapia, compuso su novela Los perros hambrientos, tarea que
le demandó un mes de labor. Presentó la obra al concurso convocado por la
Editorial Zig-Zag. De las 62 obras presentadas, la suya obtuvo el segundo
puesto, siendo el fallo del jurado muy discutido. La novela se publicó en agosto
de 1939. En 1938 había nacido Ciro Guillermo, su primer hijo.
Estancia en los Estados Unidos y Puerto Rico
Después del ataque a Pearl Harbor y al impedírsele volver a Chile por motivo
de la guerra, trabajó unos meses en la revista Selecciones del Reader's Digest
(1942). Ocupó además un puesto en la sección de prensa de la oficina
encargada de la propaganda de guerra de los Estados Unidos en América
Latina, con sede en Washington. En 1943 fue trasladado a la sede de la oficina
en Nueva York, trabajando en la sección de Radio, y eventualmente, en la de
Prensa.
Durante 1945 se dedicó a trabajar como traductor en la compañía
cinematográfica Metro-Goldwyn-Mayer. Se divorció por mutuo acuerdo de
Rosalía Amézquita, quien había permanecido con sus hijos en el Perú.
Asimismo fue llamado por don Federico de Onís para dictar un curso sobre la
novela hispanoamericana en la Universidad de Columbia. Su amiga Gabriela
Mistral lo invitó desde San Francisco (1946) y esta visita le sirvió para su libro
póstumo Gabriela Mistral íntima. Pertenece a esta época su breve matrimonio
con la puertorriqueña Ligia Marchand.
En 1948 le recrudeció una vieja dolencia al hígado contraída en la Penitenciaría
de Lima. Fue operado con éxito de la vesícula. Ese mismo año se separó
pública e irrevocablemente del partido aprista, explicando su actitud en
declaraciones y artículos publicados en El Diario de Nueva York. Aparte de
este diario, colaboró también en La Prensa de la misma ciudad y en revistas en
inglés como Red-Book, Encore, Free World, The Nation y otras más.
En 1949 fue contratado por la universidad de Puerto Rico, donde dictó durante
cuatro años cursos sobre Literatura Hispanoamericana y Técnica de la Novela,
en el Departamento de Estudios Hispánicos, y un curso sobre Problemas
Contemporáneos en la Facultad de Pedagogía. En esos años colaboró también
en el diario El Mundo de San Juan de Puerto Rico y la revista Asonante.
En 1950 presentó al Congreso de Literatura Ibero-americana celebrado en
Albuquerque, Nuevo México, un trabajo sobre “El Personaje de la Novela
Hispanoamericana”. Se publicó en las Memorias de dicho Congreso.
Estancia en Cuba
En 1953 fue invitado al Congreso de Escritores Martianos en La Habana,
donde se reunió más de un centenar de escritores de Europa y América. Fue
nombrado vicepresidente de la Comisión II de dicho Congreso, dedicada a
examinar los temas literarios y artísticos. Renunció a su cátedra de la
Universidad de Puerto Rico y se estableció en Cuba, dedicándose
intensamente a su trabajo como escritor y periodista. Trabajaba entonces en
cuatro proyectos de novela. Desde Cuba colaboró también con la revista Letras
Peruanas.
En 1956 fue invitado por la Universidad de Oriente (Santiago de Cuba) a dictar
un curso sobre la novela y su técnica. Además, aceptó escribir la historia de la
Casa Bacardi, productores del famoso ron del mismo nombre. La tituló Cien
años de vida productiva.
También en 1956 conoció a la poetisa cubana Dora Varona Gil, con quien
contrajo matrimonio el 25 de mayo de 1957. Con ella viajó por Estados Unidos,
México, Puerto Rico, Santo Domingo y Jamaica.
Retorno al Perú e incursión en la política
En ese año de 1957 fue invitado al Festival del Libro Peruano, organizado por
los editores Juan Mejía Baca, P. L. Villanueva y Manuel Scorza. Tras una larga
ausencia de 23 años arribó al Perú el 4 de diciembre de 1957. Este retorno se
había truncado en múltiples ocasiones a causa de la concatenación de
dictaduras y gobiernos políticamente enemigos que le negaron su derecho a
volver a su patria. Fue objeto de un recibimiento multitudinario y su obra
alcanzó gran difusión con el Festival del Libro Peruano, al que asistieron
escritores amigos como Jorge Icaza y Enrique López Albújar.
Con su esposa Dora Varona viajó por el Perú dando conferencias en
Universidades y centros culturales. Fue nombrado doctor honoris causa por la
Universidad de Trujillo. Luego volvió a Cuba con la idea de regresar pronto al
Perú. Desde febrero de 1958 colaboró asiduamente en el diario El Comercio de
Lima. En diciembre de 1958 nació su hija Cecilia. Pero al agravarse la situación
política de la isla con motivo de la revolución cubana, decidió retornar al Perú
con su familia.
El 12 de enero de 1960 arribó una vez más a Lima. En abril de ese año
enfermó gravemente de úlcera duodenal y al mes siguiente fue operado,
aprovechando su convalecencia para escribir varios cuentos y leyendas.
El 23 de abril de 1960 la Academia Peruana de la Lengua —dirigida por Víctor
Andrés Belaunde— lo eligió por unanimidad como miembro de número. En
octubre asistió al Tercer Festival del Libro de América, en Buenos Aires. Viajó a
Montevideo y colaboró con el afamado diario argentino La Nación. En 1961
dejó de colaborar para El Comercio y empezó a escribir para el diario Expreso,
y para la revista Caretas de Lima.
Se afilió al partido Acción Popular, liderado por el arquitecto Fernando
Belaúnde Terry. Después de fracasar en las elecciones de 1962 como
candidato a una senaduría por La Libertad, en las elecciones de 1963 ganó una
diputación por Lima. En setiembre del mismo año se publicó su libro de relatos
Duelo de caballeros, en la editorial Populibros, obra que tuvo gran acogida.
Fue invitado al Segundo Encuentro Internacional de Escritores, celebrado en
Berlín en 1964 y al que asistieron –entre otros– Jorge Luis Borges y Julio
Ramón Ribeyro. Por invitación del Parlamento francés, viajó a Francia y
después a Italia, país este por el que quedó fascinado. Estando allí recibió una
invitación especial de la Universidad de Yale y viajó a Nueva York, donde dictó
varias charlas y conferencias. De retorno al Perú, pasó por Brasil.
Ya en el Perú se mudó a Chaclacayo, en busca de mejor clima, y asistió al
Primer Encuentro de Narradores Peruanos, convocado por la Casa de la
Cultura de Arequipa, que dirigía el crítico Antonio Cornejo Polar. El 28 de mayo
de 1966 fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Escritores y
Artistas (ANEA), venciendo a Luis Alberto Sánchez, por entonces rector de la
Universidad de San Marcos.
Fumador empedernido, Alegría —quien se consideraba miembro de la
“generación del 30”— frecuentó a artistas de diversas generaciones. Fue
asiduo concurrente a las tertulias que organizaba el librero Juan Mejía Baca,
alternando con Martín Adán, Arturo Hernández y Francisco Izquierdo Ríos.
Fallecimiento
Tumba de Ciro Alegria, descansa en el Cementerio Presbítero Matías Maestro.
Ciro Alegría falleció el 17 de febrero de 1967, a la 1:30 a.m., a causa de un
infarto al corazón, tras una agonía dolorosa. Su muerte fue sorpresiva, cuando
aparentemente gozaba de buena salud y recién cumplidos los 58 años de
edad. El Presidente Belaunde, como homenaje póstumo, decretó que le fueran
tributados honores de Ministro de Estado. Fue también condecorado con las
Palmas Magisteriales en su grado más alto: el de Amauta.
Actualmente llevan su nombre diversas entidades culturales y educativas
peruanas, una calle de Miraflores y un pueblo de la Amazonía peruana.
Descendencia
En su exilio en Santiago de Chile, Ciro Alegría se desposó con su tía segunda,
Rosalía Amézquita Alegría, con la que tuvo dos hijos, Ciro y Alonso. Se divorció
de Rosalía por mutuo acuerdo, desde Nueva York, en 1945. El segundo hijo de
este matrimonio, Alonso Alegría, ha llegado a ser un considerado dramaturgo
peruano.
Luego Ciro se casó con una portorriqueña, con la que no tendría hijos, Ligia
Marchand. Por último, desposó en terceras nupcias con la poetisa peruano-
cubana Dora Varona (que llegó a ser la gran recopiladora y estudiosa de su
obra) con la que tuvo cuatro hijos: Cecilia, Ciro, Gonzalo y Diego; este último
nació póstumamente, cinco meses después de la muerte de padre, y falleció a
la edad de 15 años, durante un accidente ocurrido durante una excursión
escolar.
PRODUCCION LITERARIA:
En vida, Alegría publicó las siguientes obras:
La serpiente de oro (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1935),
novela Primer premio del concurso de novela convocado por la Editorial
Nascimento de Chile.
Los perros hambrientos (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1939),
novela, Segundo premio del concurso de novela convocado por la
Editorial Zig-Zag de Chile.
La leyenda del nopal (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1940),
cuentos ilustrados para niños.
El mundo es ancho y ajeno (Santiago de Chile, Editorial Ercilla, 1941),
novela. Primer premio del concurso Latinoamericano de Novela
convocado por la Editorial Farrar & Rinehart de Nueva York.
Las aventuras de Machu Picchu (Editorial desconocida, 1950) .
Duelo de caballeros (Lima, Populibros, 1962), colección de 7 cuentos y 2
relatos.
Después de su muerte y a base de escritos insertos en la prensa periódica
o manuscritos inéditos, su viuda Dora Varona editó las siguientes obras:
Panki y el guerrero (Lima, 1968), cuentos y leyendas amazónicas para
niños. Premio Nacional de Literatura Infantil "José María Eguren".
Gabriela Mistral íntima (Lima, Editorial Universo, 1969), ensayo.
Sueño y verdad de América (Lima, Editorial Universo, 1969), relatos de
hechos históricos basados en los cronistas y en Ricardo Palma.
La ofrenda de piedra (Lima, Editorial Universo, 1969), tres cuentos, un
relato, cuatro fragmentos de novelas y completa la magistral novela
corta Siempre hay caminos.
Siempre hay caminos (Lima, Editorial Universo, 1969), novela corta.
El dilema de Krause (Lima, Ediciones Varona, 1969), novela inconclusa,
de carácter testimonial y autobiográfico sobre su paso por la
Penitenciaría de Lima.
La revolución cubana: un testimonio personal (Lima, Editorial PEISA,
1971), ensayo.
Lázaro (Buenos Aires, Editorial Losada, 1973), novela inconclusa.
Mucha suerte con harto palo (Buenos Aires, Editorial Losada, 1976),
memorias armadas a base de distintos escritos periodísticos,
autobiográficos y ficcionales.
Siete cuentos quirománticos (Lima, Ediciones Varona, 1978),
narraciones urbanas ambientadas en Nueva York y ciudades
hispanoamericanas (cinco cuentos, un fragmento de novela y la notable
novela inconclusa El hombre que era amigo de la noche).
El sol de los jaguares (Lima, Editorial Varona, 1979), cuentos
amazónicos,
Fábulas y leyendas americanas (Madrid, Editorial Espasa-Calpe, 1982).
Posteriormente se publicaron una serie de selecciones de leyendas y
cuentos (muchos de ellos procedentes de El mundo es ancho y ajeno)
para el público infantil y juvenil:
Sueño y verdad de América (Madrid, Alfaguara, 1985).
Fitzcarraldo, el dios del oro negro (Madrid, Alfaguara, 1986), cuentos.
Sacha en el reino de los árboles (Madrid, Alfaguara, 1986), cuentos.
Nace un niño en los Andes (Madrid, Alfaguara, 1986), cuentos.
Once animales con alma y uno con garras (Madrid, Alfaguara, 1987),
libro de cuentos armado a base de fragmentos de las tres primeras
novelas de Ciro.
El ave invisible que canta en la noche (Madrid, Alfaguara, 1989), cuentos
extraídos íntegramente de El mundo es ancho y ajeno.
Mi alforja de caminante (Lima, Editorial Norma, 2007), cuentos y relatos.
El zorro y el conejo (Lima, Editorial Norma, 2008).
Contexto literario
Ciro Alegría es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la
corriente indigenista en el Perú. Aunque hay que deslindar que Ciro pertenece
al indigenismo primigenio, de los años 1930, mientras que Arguedas representa
el llamado neo-indigenismo. Coincidentemente, en el año 1941, cuando Alegría
publicaba su última gran novela, Arguedas daba a la luz su primera novela,
Yawar Fiesta. Ambos autores sintieron una estimación recíproca y se
defendieron de inútiles competencias que algunos quisieron establecer entre
ellos. Alegría narra la vida de los indígenas del norte del Perú, diferentes a los
indios del sur que reflejan las novelas de Arguedas. El indio del norte es más
aculturado y mestizado, y desconoce por lo general el quechua, pero,
obviamente, no por ello es menos representativo del Perú.
El trabajo literario de Ciro Alegría trascendió muy tempranamente las fronteras,
puesto que escribió febrilmente desde el exilio en varios países. En Chile
escribió y publicó sus dos primeras novelas, La serpiente de oro y Los perros
hambrientos, así como su obra cumbre, que ganó el Concurso Latinoamericano
de Novela convocado por la Editorial Farrar and Rinehart de Nueva York: El
mundo es ancho y ajeno, novela de la cual Mario Vargas Llosa ha afirmado que
constituye "el punto de partida de la literatura narrativa moderna peruana y su
autor nuestro primer novelista clásico".6 Dicha novela fue traducida a 14
idiomas.
El mundo es ancho y ajeno refleja las bases de un Perú moderno, mestizo, y
rico en regiones, culturas y costumbres diversas. Sus personajes abandonan
su comunidad andina (Rumi) obligados por el injusto expolio que de sus tierras
realiza un cruel hacendado (Don Álvaro Amenábar) y se desplazan por todo el
Perú, intentando ganarse la vida. La historia cuenta con dos personajes
centrales o héroes: Rosendo Maqui, que representa al indio sabio, mayor y
tradicional, y Benito Castro, el cholo joven que vuelve a su comunidad cuando
muere Rosendo con el fin de defender el derecho de sus gentes a vivir en sus
tierras.
En general, todas las novelas de Alegría defienden la integración de todos los
peruanos en la sociedad, y denuncian las miserias y la injusticia social sufrida
por los más humildes, especialmente, por los indios. Sus obras poseen un tono
épico, en donde destacan especialmente la naturaleza y las tradiciones
culturales peruanas, conjuntamente con la lucha de sus gentes por su
subsistencia. En ellas la narración se desarrolla hilvanando hábilmente las
historias de varios personajes de la misma comunidad en torno a un núcleo
central.
Luego de sus tres grandiosas novelas indigenistas, en sus 27 años de vida
restante Alegría solo publicó un libro de cuentos, que la crítica ha considerado
muy inferior en comparación con su obra precedente: Duelo de caballeros.
Estuvo también trabajando en cuatro proyectos de novelas: Siempre hay
caminos, Lázaro, El dilema de Krause y El hombre que era amigo de la noche.
De ellas solo concluyó la primera, publicada póstumamente, la cual es una
novela corta considerada por la crítica como una joya literaria. Las tres
restantes quedaron inconclusas y sus fragmentos han sido también publicados
de manera póstuma. De todas ellas, se debe destacar Lázaro, un ambicioso
proyecto que el autor abandonó en 1954, pero que bien pudo convertirse en
una gran novela de temática proletaria, teniendo como protagonistas a los
trabajadores de las grandes haciendas azucareras de la costa norte del Perú.
Habría sido una especie de continuación de El mundo es ancho y ajeno. Se ha
dicho que la razón del abandono de sus proyectos novelísticos fue la falta de
un estímulo editorial, sumada a su recargada labor periodística y docente, así
como su precaria salud, todo lo cual influyó negativamente en su voluntad
creadora.
EL INDIGENISMO. LA PROPUESTA DE ALEGRÍA
El indigenismo es una corriente cultural, antropológica concentrada en el
estudio y valoración de las culturas indígenas, y el cuestionamiento de los
mecanismos de discriminación y etnocentrismo en perjuicio de los pueblos
originarios.
El indigenismo enfrenta la discriminación. Se puede hablar de una historia
dentro del indigenismo a partir del sermón de diciembre de 1511 de Antonio de
Montesinos. Desde entonces el indigenismo tomó cuerpo con el paso del
tiempo y es lícito hablar de indigenismo desde la época de la administración
colonial española, con modalidades diversas,2 aunque durante el siglo XIX en
los nuevos estados independientes latinoamericanos la preocupación
indigenista perdió terreno.
En 1940, tras el Primer Congreso Indigenista Interamericano, el indigenismo se
convirtió en la política oficial de los estados de América, de manera que el
conjunto de ideas y actividades concretas que han realizado los estados
latinoamericanos en relación con las poblaciones indígenas han llevado el
nombre genérico de indigenismo.3
También, por otra parte, existen corrientes "anarcoindigenistas" que defienden
el indigenismo fuera de la política estatal, es decir, a través del anarquismo.45
El término ganó importancia en las últimas décadas del siglo XX para referirse
a algunas organizaciones sociales y políticas en América Latina.
El indigenismo viene prevaleciendo desde hace mucho tiempo atrás. La
principal característica de las obras literarias indigenistas es dar a conocer la
vida del hombre indígena. Los indigenistas están en contra de la explotación de
los indios por parte de la “civilización”.
Como sabemos, Ciro Alegría es, junto a José María Arguedas, el escritor más
importante de la corriente indigenista en el Perú. Muchas personas dicen que
ahora se ha creado una rivalidad entre estos personajes por ver quién es, o
quién fue, el mejor representante del indigenismo. Pues bien, en esta
oportunidad les daremos las principales características de la corriente
indigenista y algunas características principales sobre las obras de éstos dos
grandes representantes indigenistas Peruanos.
INDIGENISMO:
Abarca aspectos rurales y urbanos; ya sean de la sierra misma o como
contraste entre dos lugares.
La ideología de los indigenistas se acopla más al ánimo y la conciencia de las
personas y como manejan éstas la realidad.
No exige soluciones para los indígenas, solo busca dar a conocer los
problemas que estos pasan.
CARACTERISTICAS:
Sus ideologías se adhieren al ánimo y la conciencia de la juventud /
nueva generación y como manejan la realidad nacional.
Se dirige (indirectamente) y origina de factores sociales y políticos,
económicos, temas, raza, tradiciones y motivos indígenas, la
socialización, etc.
No trata de buscarle soluciones a los problemas del indigenismo, sólo
busca establecer que existen
Retrata “el conflicto y el contraste entre su predominio demográfica y su
servidumbre e inferioridad.”
No es solamente literatura, también es arte.
OBRAS PUBLICADAS:
La serpiente de oro 1935
Los perros hambrientos 1939
La leyenda del nopal 1940
El mundo es ancho y ajeno 1941
Las aventuras de Machu Picchu 1950
Duelo de caballeros 1962
RECONOCIMIENTO
La Serpiente de Oro gano el premio Nascimento de Chile (1935). En esta obra
se trata de mostrar a las personas la importancia de respetar el medio
ambiente donde vivimos.
Los perros hambrientos gano el premio Zigzag de Chile (1938). En esta obra se
muestra como el hombre andino lucha, vive y muere por sus tierras; ademas de
como eran marginados de la ley por no ser parte de las clases altas.
El mundo es ancho y ajeno gano el premio Gran premio de Novela Continental
(1941). Donde se muestra una literatura costumbrista y moderna, porque se
muestran algunas tradiciones y se defienden los derechos de la persona.
FOTOS DE LA VIDA DE CIRO ALEGRIA
FAMILIA