La Tariqa Alawiya Gawziya
La Tariqa Alawiya Gawziya
Un hecho extraordinario que daba lugar a una nueva era, a un nuevo siglo de reforma espiritual
y religiosa, tuvo lugar en una pequeña ciudad de la orilla sur del Mediterráneo. Mostaganem, a
80 kilómetros al este de Orán, recibía un acontecimiento que cambiaría la faz del Islam: la
creación de la Tariqa Alawiyya de parte del Chayj Ahmad Ibn Mustafa al Alawi; un
advenimiento de luz en un mundo de sombras; un viento fresco del Paraíso se presentó en el
aire pesado de una Dunya, plena de intereses mundanales y asaltada por luchas desleales.
La Tariqa se extendió tanto y tanto que estuvo a punto de llegar a tener un millón de adeptos en
el Norte de Africa, el Oriente Medio, en Malasia; incluso mediante ella comenzaron las
conversiones al islam de un buen número de europeos, eminentemente franceses y de centro
Europa.
La gracia del chayj Al Alawi era un reflejo de la luz de Allah y se transmitía a todo aquel quien
la frecuentaba. Era el hombre del siglo anunciado en los hadices; el renovador, tanto de la
Šari’a como de la vida espiritual.
Fue requerido por los representantes de los musulmanes, así como por las autoridades
francesas, para inaugurar la primera mezquita de Europa, la de París, en 1922; coincidió en
dicho viaje con un célebre cardenal francés, quien maravillado de sus escritos le preguntó
dónde había adquirido tanta ciencia. El Šayj sin inmutarse le respondió: “He estudiado en la
misma escuela que Jesucristo”. En ese mismo viaje, en Marsella, se produjo una reunión suya
con los prelados franceses de referencia. Aunque estuvieron de acuerdo en muchos puntos
esenciales, no pudieron estarlo sobre la naturaleza de Jesús – sobre él la paz.
Su obra escrita fue ingente, y se compone desde tratados de astronomía, como el “Miftah A-š-
šuhud (La llave de los testimonios), donde explica la composición de los siete cielos, el tamaño
del sol, movimiento de la tierra y de los planetas, pasando por un Diwan de poemas místicos;
un tratado de filosofía, escritos sobre la doctrina del Tawhid, así como todo tipo de tratados
para la educación del alma por medio de la purificación interna. Comenzó un tafsir del Corán,
sobre los significados profundos de éste, del cual comentó la Surat al Baqara en una obra
titulada “Al Bahar al maŷrur” “El mar en ebullición”.
De poca o ninguna atención por la Dunya, su médico, el doctor Marcel Carret, testificó que su
dieta diaria consistía únicamente de un plátano y un vaso de leche. Su cuerpo funcionaba al
ralentí, y cuando era auscultado por medio de su aparato, el doctor ateo, y luego converso al
Islam, podía escuchar un solo sonido: Allah, Allah, Allah…
Fallecido en 1934, los cuatro discípulos más cualificados en la vida espiritual, entre los cuales
se encontraba el abuelo de mi esposa, Sidi Šwayb Mimun de Anual, se reunieron esperando un
signo divino sobre quien debía dirigir la Tariqa. Un faquir testimonió meses después haber
soñado que Sidi Uddah abría la puerta de la zawiyya con su llave, y los cuatro comprendieron
que la elección recayó sobre él.
SIDI UDDAH IBN TUNAS
Su temprana edad (36 años) fue la excusa perfecta para aquellos quienes quisieron aprovechar
de su estatus de moqaddem de tal o cual ciudad para reclamar ser ellos mismos el šayj, y así
comenzó la primera escisión de la Tariqa, quedando como núcleo válido frente a la Vía
espiritual el del citado nuevo šayj. Porque sin conocimiento ni maqam no puede haber tariqa, y
allá donde hubo escisión la tariqa dejó de existir de hecho al perder todo beneficio espiritual.
Sidi Uddah continuó con su labor y la tariqa pasó a poseer un cierto patrimonio económico
debido a los dones recibidos de los discípulos, eminentemente de los marroquíes más
adinerados. Pronto se contaría con una imprenta, una nueva mezquita enfrente de la zawiyya,
terrenos y fincas para el alojamiento de las gente que venían de lejos y algunos locales en la
ciudad. Sidi Uddah, al no tener tiempo para dedicarse a la educación religiosa de sus hijos,
delegó la del más religioso, llamado El Mehdi, en un discípulo marroquí del Šayj Al Alawi, y a
la sazón discípulo suyo, llamado Abdessalam Talidi. Este había obtenido el más alto maqam de
la Tariqa y estaba cualificado para ser el sucesor del nuevo šayj; por eso Sidi Uddah le
encomendó la educación de su hijo, cosa que él realizó a la perfección.
La muerte de Sidi Uddah fue una sorpresa; fallecido en 1952 contaba solamente con 54 años.
LA GRAN ESCISION
Es entonces cuando se realizó la más grande escisión debido a las manipulaciones de aquellos
quienes vieron en el patrimonio de la Tariqa una fuente de dinero y privilegios. Este grupo
eligió como šayj al hijo de Sidi Uddah como si de una sucesión de la realeza se tratara, dejando
de lado al verdadero šayj, a quien ya hemos nombrado: Abdessalam Talidi. Aunque
seguramente el hijo del fallecido Sidi Uddah poseía un extenso conocimiento de la tariqa, ello
no le habilitaba para desarrollar la función de šayj, la cual le correspondía al que fue su
maestro.
Todo, a partir de entonces, lo que ha ocurrido al grupo del šayj electo de Mostaganem no ha
sido otra cosa que pérdida tras pérdida. Su grupo ha quedado fuera del maqam, que es en
realidad el fin de la Tariqa, quedando en la actualidad un šayj llamado Jalid Ben Tunas quien
no solamente no tiene el maqam de chayj sino ni tan siquiera el de wali.
Pero lo que nos interesa pasa por el verdadero šayj quien se vio obligado a venir a Marruecos e
instalarse en la ciudad de Tetuán, allá por el principio de los años 60. En el transcurso de su
enseñanza contó con una cincuentena de discípulos, eminentemente en Ceuta y Tetuán.
Asimismo, algunos argelinos fueron sus discípulos; fuqara que no reconocían al nuevo falso
šayj, entre los que se encontraba Sidi Abderrahman Bedran, moqaddem de Tlemcem y mi
primer maestro, fallecido en 1985.
Esta fotografía, sacada a la ocasión de la boda de Mehdi Ben Tunas, muestra a Abderrahman
Talidi, sentado a la derecha de Sidi Uddah, (a la izquierda en la foto). Se trata de una fotografía
oficial en la que se pueden ver a moqaddems y delegados de la Tariqa procedentes tanto de
Argelia como de Marruecos. En ella cada uno ocupa el lugar que le corresponde, siendo Sidi
Abdessalam Talidi la mano derecha y principal moqaddem de Sidi Uddah, todavía en vida.
Continuando con Abdessalam Talidi, entre sus discípulos se encontraba mi maestro actual,
quien fue el que heredó la verdadera Tariqa; actualmente en vida y šayj de la Tariqa en la
actualidad, a pesar de su avanzada edad (90 años), Sidi Salah Badr, hijo a su vez de aquel
Šwayb Mimun que fue uno de los cuatro quienes se reunieron después de la muerte del Šayj Al
Alawi.
Una vez fallecido Sidi Abdessalam Talidi (Marzo de 1979), Sidi Salah se quedó como šayj, y
poco a poco fueron falleciendo el resto de los discípulos del fallecido šayj, hasta que en 1994,
año en el cual yo llegué aquí por vez primera, solamente quedaba el wali Sidi Muhammad
Arŷwan, quien ya falleció hace una veintena de años.
Es así pues, que desde 1996, año en el cual comencé a seguir al šayj hasta hace 9 años, mi
esposa (e hija del šayj) y yo hemos sido sus únicos discípulos, hasta el año 2011 en el cual
comenzaron a venir los fuqara con nosotros.
Durante aquel periodo en el cual no compartí las enseñanzas del Šayj con otros hermanos,
hemos recorrido un camino pleno de revelaciones y de vicisitudes que nos han hecho aprender
la esencia de la Tariqa, al igual que nos han facilitado poderla enseñar a otros. Por ese motivo,
antes de que llegaran los hermanos que actualmente están con nosotros, nos encontrábamos
preparados y teníamos el beneplácito del šayj para poder guiar, tanto mi esposa como yo.
Pero es en este tiempo precisamente que la Tariqa comienza a ser conocida y extenderse; es
ahora que podemos presentarla con toda clase de argumentos y de razones.
Antes de esto, permitidme expresar unas palabras, las cuales servirán de preámbulo a lo que
viene a continuación.
Por ese motivo su grupo se partió en dos y causó una disidencia en Marruecos, donde parece
ser que llegaron a los tribunales por la disputa de la representación de la Tariqa, así como por
problemas de otro tipo de los que tenemos información extra oficial.
En cuanto a nosotros se refiere nunca hemos querido entrar en esa lucha desleal, y nos hemos
mantenido al margen, conscientes de que nuestro Patrimonio es con Allah, de que tenemos la
representación real de la Tariqa junto a Allah, lo cual nos habilita para enseñar a cualquiera en
cualquier parte del planeta.
La primera nos relata como la Tariqa volvería a Marruecos, cosa que sucedió en los años 60
con el šayj Abdessalam Talidi.
Las otras palabras del Šayj Al Alawi fueron pronunciadas en la costa de Mostaganem cuando,
mirando hacia el mar, un discípulo le dijo:
– “Šayj, ahí enfrente se encuentran las costas de Alicante, desde donde salían los piratas
españoles para hacer pillaje en estas costas”.
– “Lo que dices está bien, pero no hables mal de los españoles porque un día llegarán y se
llevarán el Dikre (recuerdo de Allah)”.
Esas palabras del Šayj se han convertido en una realidad en la actualidad, en el cual los fuqara
‘alawi, los verdaderos, somos casi todos españoles o hispanos. Corrobora esto nuestro šayj
actual quien dice que la tariqa va a pasar a España.
Tomando esto en consideración, habida cuenta de que presentarnos como Tariqa Alawiyya no
puede desembocar sino en conflictos y mal entendidos, hace muy poco nos reunimos para
decidir cómo debíamos presentar nuestro grupo a fin de desvincularlo de tanto y tanto falso
guía, quienes han tomado el nombre de dicha tariqa para obtener provechos mundanales.
Ahora bien, a una tariqa no se la puede cambiar el nombre sino es por una razón suficiente y
con el amparo del permiso Divino, con lo cual las cosas se presentaban complicadas, y más
habida cuenta de que se trataba de una propuesta de los propios miembros, no del chayj. Y en
esto llegó la solución.
A veces, me veía bajando por unas escaleras desde su tumba, entrando en un mundo
maravilloso y luminoso. Otras veces me vi nadando en un enorme estanque de aguas puras que
circundaba su tumba, pero la vez última fue el detonante definitivo:
Me vi entrando en ese mundo maravilloso en el cual las otras ocasiones solamente había
accedido apenas. Ese mundo cobró la forma de un edificio, por cuyas cámaras yo caminaba de
un sitio a otro. Había gente dentro, gente pura, que yo interpreté como siendo los ángeles y yin
salihin que ayudan a y protegen la Tariqa. Al final de mi visión me vi al lado del edificio, que
se encontraba en Ceuta, diciendo:
“Dios mío, el mundo ese maravilloso que tanto he buscado y anhelado se encuentra ahora
conmigo en Ceuta”.
Consideramos que seguramente sería bueno cambiar el nombre de la Tariqa por la de Gawziyya
en cuanto a Marruecos se refiere, para evitar focalizaciones molestas sobre la tariqa Alawi.
Pero pensamos asimismo llamar a la Tariqa en España con otra designación, pasándola a
designarla “Tariqa-l-Alawiyya al Gawziyya”. De esta manera, no obviaríamos nuestra fuente
Alawi, y a la vez nos desmarcaríamos del resto de los alawi residentes en España, ya que es esa
la realidad.
Una vez tomada esta decisión, la presentamos al šayj a quien le pareció una buena idea.
Y es entonces como, con beneplácito de Allah, pasamos a nombrar a nuestra Tariqa “Tariqa-l-
Alawiyya-l- Gawziyya”, tal y como la llamaremos a partir de ahora; sin olvidar que la herencia
espiritual procede, sin duda alguna, de su fundador el Šayj Ahmad Ibn Mustafa al Alawi. Y sin
olvidar que él mismo dijo: “Mi Tariqa permanecerá indemne hasta el fin de los tiempos”; cosa,
a la que contribuimos activamente sus miembros actuales.
Hablar de Abū Madyan, Šu‛ayb b. al-Husayn al-Ansari, más conocido como Abu Madyam al
Gawz, es hablar de uno de los más grandes ‘awliyya de Allah; probablemente uno de los 10
más importantes de todos los tiempos del Islam.
Nacido en Cantillana (Sevilla) en 1116, pronto se volvió huérfano de padre y madre, viéndose
obligado a trabajar pastoreando para atender a las necesidades de sus hermanos, los cuales tomó
a su cargo. Pronto sintió una gran atracción por la ciencia, lo que le hizo embarcarse hacia el
Sur en busca de los maestros de la religión. En su estancia en Ceuta debió trabajar como
pescador para subvenir a sus necesidades; más tarde estuvo en Marrakech donde fue enrolado
en la guardia del sultán, terminando al fin en Fez, donde aprendió todas las ciencias de la
Religión.
Allí conoció al šayj Abu Ya’za con el que se inició en el Tasawuf, y con quien alcanzó el grado
de šayj que le habilitaba a poder enseñar a otros. Al morir su maestro se estableció en Bugía
(1177) donde había una gran comunidad de andalusíes; lugar en el cual daba admoniciones a
toda la población alcanzando gran fama por su santidad.
Crítico con las injusticias sociales, pronto sus admoniciones llegaron al conocimiento del
sultán, quien, viendo amenazados su influencia y poder, le llamó a audiencia. Sabiendo Abu
Madyam para qué era solicitado dijo a sus discípulos:
“Este hijo de la Dunya no sabe que no llegaremos a encontrarnos. Me pondré en camino hacia
él para demostrar que se debe obedecer al sultán, pero no llegaremos a encontrarnos”.
Las raíces de nuestra Tariqa se encuentran firmemente establecidas en la Šari’a Islámica; tanto,
que podemos decir que no puede existir enseñanza ni desarrollo espiritual alguno sin la práctica
seria y concienzuda de la ley Islámica. Sin caer en extremismos ni exageraciones, los adeptos
deben dominar toda la gama de comportamientos necesarios para un musulmán en todas las
situaciones, a fin de poder ser autónomos en ello y poder enseñar a otros.
La enseñanza pasa por dar a conocer los significados ocultos de las prescripciones del Islam y
por mostrar los significados ocultos y subyacentes del Corán y de la Sunna del profeta – sobre
él la plegaria y la paz -. Todo esto a fin de llegar a comprender el Tawhid o Presencia de Allah
en todo objeto, momento o circunstancia.
Para ello es necesario cumplir primeramente con todos los preceptos de la Ley, y más adelante
con una serie de recitaciones llamadas Wird, mediante las cuales, se pide perdón a Allah, se
saluda al Profeta y se proclama la Unidad Divina. Esta letanía debe ser efectuada todos los días
y es la principal súplica que hace avanzar al aspirante espiritual hasta su estado definitivo o
maqam.
No se puede llegar a la puerta de la Presencia Divina, sino se pide perdón a Allah – exaltado
sea – y no se ama al profeta – sobre él la plegaria y la paz -; pues éste es el Maestro por
excelencia y el clarificador de la Vía espiritual.
La figura del šayj es indispensable, pues él ha recorrido todo el camino y sabe cómo hacerlo
recorrer a otros. Conoce, y sabe discernir, lo que viene de Allah de aquello que procede del nafs
o del chaytan; conocimiento éste que, por sí solo, el aspirante es incapaz de desarrollar sin
ayuda.
LA FINALIDAD DE LA TARIQA
Ella se reduce a llevar al aspirante, tan lejos como Allah haya decidido en el Libro de su
Destino. Nadie puede obtener un maqam de proximidad a Allah, si no ha sido decidido de
antemano por el Todo Misericordioso. No obstante, al no saber nadie cual es el lugar asignado
por Allah para él mismo, el aspirante debe aplicarse en toda sinceridad y de forma exhaustiva a
llegar tan lejos como le sea posible, con la ayuda del Wird y del šayj.
Y con esto termino esta breve presentación, en Ceuta, el lunes día 17 de febrero de 2020.
Abdul Karim Mullor
La vida del Shaikh Ahmad Al Alawi por sí
mismo
Traducción y comentario de Martin Lings (*)
(*) en su libro Un santo sufí del siglo XX - Shaikh Ahmad Al-Alawi - su herencia espiritual y
legado. (Capítulo, visto desde dentro)
En cuanto a aprender a escribir, nunca me esforcé mucho en ese sentido, y nunca fui a la
escuela, ni siquiera por un día. Mi única educación fue lo que aprendí de mi padre en casa
durante las lecciones de Corán que solía darme, y mi letra sigue siendo poco
competente. Mi aprendizaje de memoria del Libro de Dios llegó hasta el Surat ar-Rahman,
y allí me detuve debido a las diversas ocupaciones a las que me vi obligado a recurrir por
pura necesidad. La familia no tenía suficiente para vivir, aunque nunca lo hubieras pensado,
porque mi padre estaba orgulloso y reservado hasta el punto de no mostrar nunca en su
rostro lo que tenía en la mente, de modo que nadie podría haber concluido por signos
externos que él necesitaba algo.
En cuanto a mi madre, ella fue aún más generosa en su afecto y se preocupaba más por mí
que él. De hecho, después de su muerte, ella hizo todo lo que pudo en términos de
palabras duras y golpes, cerrar la puerta y demás para evitar que saliera de noche. Tenía
muchas ganas de complacerla, pero no podía dejar de asistir a lecciones por la noche y
reuniones de dhikr. Lo que la inquietaba tanto era que nuestra casa se encontraba a las
afueras de la ciudad, en una carretera que bien podría temer ir sola por la noche; y ella
continuó en sus intentos de detenerme, y yo, por mi parte, continué asistiendo a esas
reuniones, hasta que por la Gracia de Dios ella dio su pleno consentimiento, y no hubo
nada que estropeara nuestro amor mutuo, que permaneció claro hasta el día de su muerte
en 1332, cuando yo tenía 46 años. 'En cuanto a mi asistencia a las lecciones, no significó
mucho, ya que solo era posible de vez en cuando, entre trabajos, y si no hubiera tenido
cierta aptitud y comprensión naturales, no habría ganado nada digno de mención. Pero yo
era muy adicto al aprendizaje y, a veces, me sumergía en los libros toda la noche; y fui
ayudado en estos estudios nocturnos por un Shaikh a quien solía llevar a nuestra casa.
Después de que esto había estado sucediendo durante varios meses, mi esposa se ofendió
y reclamó el divorcio de mí con el argumento de que yo no le había otorgado sus derechos
y, de hecho, tenía algún motivo para quejarse. Mi asistencia a las lecciones, tal como
estaba, no se prolongó durante dos años; sin embargo, me permitió captar algunos puntos
de doctrina además de lo que gané en el camino de la disciplina mental. Pero no fue hasta
que me ocupé de la doctrina del Pueblo, 1 y llegué a conocer a sus Maestros, que mi mente
se abrió y comencé a tener una cierta amplitud de conocimiento y comprensión.
“(En este punto, el escriba a quien se le dictó esto le preguntó cómo entró en contacto por
primera vez con aquellos que siguen el camino de los místicos.)”. Mi primera inclinación en
esa dirección estuvo marcada por mi apego a uno de los Maestros de el 'Isawi Tariqah que
me presionó por su falta de mundo y su piedad evidente. Me esforcé por cumplir con los
requisitos de esa orden, y esto me resultó bastante fácil debido a mi juventud y la atracción
instintiva por las maravillas y maravillas que es parte de la naturaleza humana.
En cuanto a mí, me separé como tenía previsto y solo retuve de ese contacto la práctica del
encantamiento de serpientes. Seguí encantando serpientes solo o con algunos de mis
amigos hasta que conocí al Shaikh Sidi Muhammad AI-Buzidi. 'En cuanto a mi encuentro
con este Shaikh, mire como lo mire, me parece que ha sido una pura gracia de
Dios; porque aunque nosotros, es decir, yo y mi amigo Sidi al-Hajj Bin-Awdah, que
compartía mi negocio conmigo, anhelamos encontrar a alguien que pudiera tomarnos de la
mano y guiarnos, no fuimos al Shaikh AI-Biiuzidi y busquémoslo donde estaba, pero fue él
quien vino a nosotros, de manera bastante inesperada. Mi amigo ya me había hablado de
él. Dijo: "Solía conocer a un Shaikh llamado Sidi Hamu de la familia del Profeta. Dejó su
casa y se fue por varios años a Marruecos, y cuando regresó, mucha gente se unió a
él. Solía hablar con autoridad sobre el camino de los místicos, pero para juzgarlo Dios envió
contra él a un hombre que le hizo mucho daño de modo que se encontró frente a todo tipo
de oposición, y ahora está tan subyugado como cualquier discípulo, sin rastro de su
anterior actividad espiritual.
Sin embargo, creo que es alguien en quien se puede confiar como guía en el camino. Nunca
ha aparecido un verdadero guía espiritual a quien Dios no haya probado con alguien que le
haya hecho daño, ya sea abiertamente o a sus espaldas". Esta fue la esencia de lo que dijo,
e inmediatamente decidí ir a este Shaikh por recomendación de mi amigo. Yo mismo no
sabía nada de él, excepto que una vez, cuando era niño, escuché su nombre en relación
con una enfermedad que tenía. Me trajeron un amuleto y dijeron: "Esto es de Sidi Hamu
Shaikh Buzidi", y lo usé y fue curado.
'Mi amigo y yo estábamos trabajando juntos algunos días después de esta conversación,
cuando de repente dijo: "Mira, ahí está ese Shaikh yendo por el camino". Luego se acercó a
él y le pidió que entrara, lo cual hizo. Hablaron un rato, pero yo estaba demasiado ocupado
con mi trabajo para poder darme cuenta de lo que estaban hablando. Cuando el jeque se
levantó para irse, mi amigo le suplicó que no dejara de visitarnos. Se despidió y se fue, y le
pregunté a mi amigo qué impresión había tenido, y me dijo: "Su charla está muy por
encima de lo que se encuentra en los libros". Venía a vernos de vez en cuando, y era mi
amigo quien hablaba con él y lo atormentaba copiosamente con preguntas, mientras que yo
estaba más o menos taciturno, en parte por reverencia hacia él y en parte porque mi
trabajo no me dejaba tiempo para hablar. 'Un día, cuando estaba con nosotros en nuestra
tienda, el Shaikh me dijo: "He oído que puedes hechizar serpientes y que no tienes miedo
de que te muerdan". Admití esto. Luego dijo: "¿Puedes traerme uno ahora y encantarlo
aquí frente a nosotros?" Dije que podía, y saliendo del pueblo, busqué la mitad del día, pero
solo encontré uno pequeño, como a la mitad de un brazo. Esto lo traje conmigo y
poniéndolo frente a él, comencé a manejarlo según mi costumbre, mientras él se sentaba y
me miraba. "¿Podrías encantar a una serpiente más grande que esta?" preguntó. Le
respondí que el tamaño no me importaba. Luego dijo: "Te mostraré uno que es más grande
que éste y mucho más venenoso, y si puedes agarrarlo eres un verdadero sabio". Admití
esto. Luego dijo: "¿Puedes traerme uno ahora y encantarlo aquí frente a nosotros?" Dije
que podía, y saliendo del pueblo, busqué la mitad del día, pero solo encontré uno pequeño,
como a la mitad de un brazo. Esto lo traje conmigo y poniéndolo frente a él, comencé a
manejarlo según mi costumbre, mientras él se sentaba y me miraba. "¿Podrías encantar a
una serpiente más grande que esta?" preguntó. Le respondí que el tamaño no me
importaba. Luego dijo: "Te mostraré uno que es más grande que éste y mucho más
venenoso, y si puedes agarrarlo eres un verdadero sabio". Admití esto. Luego dijo:
"¿Puedes traerme uno ahora y encantarlo aquí frente a nosotros?" Dije que podía, y
saliendo del pueblo, busqué la mitad del día, pero solo encontré uno pequeño, como a la
mitad de un brazo. Esto lo traje conmigo y poniéndolo frente a él, comencé a manejarlo
según mi costumbre, mientras él se sentaba y me miraba. "¿Podrías encantar a una
serpiente más grande que esta?" preguntó. Le respondí que el tamaño no me
importaba. Luego dijo: "Te mostraré uno que es más grande que éste y mucho más
venenoso, y si puedes agarrarlo eres un verdadero sabio". aproximadamente la mitad del
largo de un brazo. Esto lo traje conmigo y poniéndolo frente a él, comencé a manejarlo
según mi costumbre, mientras él se sentaba y me miraba. "¿Podrías encantar a una
serpiente más grande que esta?" preguntó. Le respondí que el tamaño no me
importaba. Luego dijo: "Te mostraré uno que es más grande que éste y mucho más
venenoso, y si puedes agarrarlo eres un verdadero sabio". aproximadamente la mitad del
largo de un brazo. Esto lo traje conmigo y poniéndolo frente a él, comencé a manejarlo
según mi costumbre, mientras él se sentaba y me miraba. "¿Podrías encantar a una
serpiente más grande que esta?" preguntó. Le respondí que el tamaño no me
importaba. Luego dijo: "Te mostraré uno que es más grande que éste y mucho más
venenoso, y si puedes agarrarlo eres un verdadero sabio".
Le pedí que me mostrara dónde estaba y me dijo: "Me refiero a tu alma, que está entre los
dos lados de tu cuerpo. Su veneno es más mortal que el de una serpiente, y si puedes
agarrarlo y hacer lo que quieras" por favor, como ya he dicho, eres un sabio". Luego me
dijo: "Ve y haz con esa culebra lo que sueles hacer con ella, y nunca más vuelvas a esas
prácticas", y salí preguntándome por el alma y cómo su veneno podía ser más mortal que
el de una culebra. Otro día, durante este período en el que el Shaikh solía visitarnos, fijó
sus ojos en mí y luego le dijo a mi amigo.
"El muchacho está calificado para recibir instrucción" o "Sería receptivo a la instrucción", o
alguna observación similar; y en otra ocasión encontró un papel en mi mano en el que
estaba escrito algo en alabanza al Shaikh Sidi Muhammad ibn Isa, y después de mirarlo me
dijo: “si vives lo suficiente serás, si Dios quiere, como el Shaikh Sidi Muhammad ibn Isa”,
o“ alcanzarás su rango espiritual”. Olvidé sus palabras exactas. Esto me pareció una
posibilidad muy remota pero dije: “Si Dios quiere”; y no pasó mucho tiempo antes de que
me apegara a su orden y lo tomara como luz guía en el camino de Dios.
Mi amigo ya había sido recibido en la orden unos dos meses antes, aunque me lo había
ocultado, y solo me lo dijo después de que yo mismo hubiera sido recibido. En ese
momento no entendí el motivo de este secreto. Después de que el Shaikh me transmitió las
letanías para la recitación de la mañana y la noche, me dijo que no hablara de ellas con
nadie, “hasta que yo te lo diga”, dijo. Luego, en menos de una semana, me llamó y
comenzó a hablarme sobre el Nombre Supremo (Allah) y el método para invocarlo. Me dijo
que me dedicara a dhikr Allah de la manera que generalmente se practicaba en nuestra
orden en ese momento; y dado que no tenía una celda especial de retiro para el dhikr, no
pude encontrar un lugar donde pudiera estar solo sin ser molestado. Cuando le reclamé
esto, me dijo: “No hay mejor lugar para estar solo que el cementerio”.
Estaba tan abrumado por el miedo que no podía concentrarme en el dhikr, aunque durante
muchas noches intenté hacerlo. Me quejé de nuevo al Shaikh y él dijo: “No te di una orden
vinculante. Simplemente dije que no hay mejor lugar para estar solo que el
cementerio”. Luego me dijo que limitara mi dhikr al último tercio de la noche, así que lo
invoqué por la noche y me puse en contacto con él durante el día. O venía a mí, o yo iba a
él, aunque su casa no siempre era un buen lugar para reunirse por los niños y por otros
motivos. Además de esto, al mediodía seguí asistiendo a las lecciones de teología a las que
había asistido anteriormente. Un día me preguntó: "¿Qué lecciones son las que veo que
asiste?" Dije: “Están en la Doctrina de la Unidad (at-tawhid) y ahora estoy en la 'realización
de pruebas'. ”Dijo:“ Sidi fulano de tal solía llamarlo 'la doctrina de la turbidez' (at-
tawhil)”. Luego añadió: “Será mejor que te ocupes ahora en purificar tu alma más íntima
hasta que la Luz de tu Señor amanezca en ella y llegues a conocer el verdadero significado
de Unidad. Pero en cuanto a la teología escolástica, solo servirá para aumentar tus dudas y
acumular ilusión tras ilusión”. Finalmente dijo: "Será mejor que deje el resto de esas
lecciones hasta que haya terminado con su tarea actual, porque es una obligación
anteponer lo que es más importante a lo que es de menor importancia". Pero en cuanto a
la teología escolástica, solo servirá para aumentar tus dudas y acumular ilusión tras
ilusión”. Finalmente dijo: "Será mejor que deje el resto de esas lecciones hasta que haya
terminado con su tarea actual, porque es una obligación anteponer lo que es más
importante a lo que es de menor importancia". Pero en cuanto a la teología escolástica,
solo servirá para aumentar tus dudas y acumular ilusión tras ilusión”. Finalmente dijo:
"Será mejor que deje el resto de esas lecciones hasta que haya terminado con su tarea
actual, porque es una obligación anteponer lo que es más importante a lo que es de menor
importancia".
Ninguna orden que me dio fue tan difícil de obedecer como esta. Me había encariñado
mucho con esas lecciones y había llegado a depender tanto de ellas para comprender la
doctrina que estaba a punto de desobedecerlo. Pero Dios puso en mi Corazón esta
pregunta: ¿Cómo sabes que lo que estás recibiendo del Shaikh AI-Buzidi no es el tipo de
conocimiento que realmente estás buscando, o algo aún más alto que eso? En segundo
lugar, me consolé pensando que la prohibición no era permanente; en tercer lugar, recordé
que había hecho un juramento de lealtad para obedecerle; y en cuarto lugar, me dije a mí
mismo que tal vez él quería llevarme a juicio, como es el camino de los Shaikhs. Pero todos
estos argumentos no detuvieron el dolor de dolor que sentía dentro de mí. Lo que hizo
desaparecer eso fue mi gasto en invocación solitaria las horas que antes había dedicado a
la lectura, especialmente después de haber comenzado a sentir los resultados de esta
invocación. En cuanto a su manera de guiar a sus discípulos, etapa por etapa,
varió. Hablaba con unos sobre la forma en que fue creado Adán, con otros sobre las
virtudes cardinales y con otros sobre las Acciones Divinas, siendo cada instrucción
especialmente adecuada para el discípulo en cuestión.
Pero el camino que siguió con mayor frecuencia, y que yo también seguí después de él, fue
ordenar al discípulo la invocación del Nombre único con una visualización distinta de sus
letras hasta que se escribieran en su imaginación. Luego le diría que los extendiera y los
agrandara hasta llenar todo el horizonte. El dhikr continuaría en esta forma hasta que las
letras se volvieran como luz. Entonces el Shaikh mostraría la salida de este punto de vista
-es imposible expresar con palabras cómo lo hizo- y por medio de esta indicación el Espíritu
del discípulo llegaría rápidamente más allá del universo creado siempre que tuviera
suficiente preparación y aptitud. De lo contrario, habría necesidad de purificación y otro
entrenamiento espiritual.
El Shaikh no estaría satisfecho hasta que se llegara a este punto, y solía citar las palabras
de Dios que se refieren a: Uno a quien su Señor ha asegurado, y cuya certeza Él ha
seguido con evidencia directa. 'Cuando el discípulo había alcanzado este grado de
percepción independiente, que era fuerte o débil según su capacidad, el Shaikh lo llevaría
de regreso al mundo de las formas externas después de haberlo dejado, y le parecería lo
contrario de lo que había sido. antes, simplemente porque la luz de su ojo interior había
amanecido.
Lo vería como Luz sobre Luz, y así había sido antes en la realidad. En este grado, el
discípulo puede confundir la cuerda del arco con la flecha, como les ha sucedido a muchos
de los que van hacia Dios, y puede decir como más de uno ha dicho: "Yo soy el que amo, y
el que amo. soy yo", y lo suficiente como para hacer que cualquiera que no tenga
conocimiento de los logros de los místicos y no esté familiarizado con sus eyaculaciones le
arroje lo primero que pueda echar mano. Pero el maestro de este grado viene pronto para
distinguir entre los puntos de vista espirituales, y para dar a cada uno de los diferentes
grados de existencia lo que le corresponde y a cada una de las estaciones espirituales lo
que le corresponde por derecho.
Esta estación se apoderó de mí, y ha sido mi hogar durante muchos años, y me he vuelto
como un experto en ella, y he dado a conocer sus obligaciones, y mis seguidores han
tenido lo que escribí sobre ella cuando estaba por primera vez en su agarre, y algunos de
ellos ahora tienen conocimiento de sus obligaciones, y algunos de ellos no alcanzan este
conocimiento. La agudeza de este estado todavía me viene a la mente a veces, pero no me
obliga a escribir sobre él. Es cierto que me impulsa a hablar de eso, pero es más fácil vivir
con lo que era, algo que siento en lugar de algo en lo que estoy sumergido.
Llegar al final del camino espiritual, que no es otro que el estado en el que originalmente
fue creado el hombre, significa, entre otras cosas, reasumir las tremendas
responsabilidades de las que la humanidad en general se ha apartado. Esta última estación,
es decir, el estado de suprema santidad, al que se refirió al hablar con el Dr. Carret como la
'Gran Paz', se define en otras partes de sus escritos como uno de intoxicación interna y
sobriedad externa, en virtud de la cual el la mente cumple su función analítica con perfecta
claridad, aunque, como acaba de indicar, no hay nada en la naturaleza de una barrera
absoluta entre ella y el rapto del Corazón. Pero en el caso del místico que, aunque muy
avanzado en el camino, aún no ha llegado al final.
Entonces una voz me llamó, diciendo: "Si lo suplicaras como sólo Sus Profetas y Santos y
Muhammad Su amado supiera cómo suplicarle, sin embargo, Él no te protegerá de Él. Pero
pídele que te fortalezca para eso". Así que pedí fuerza y Él me fortaleció. ¡Alabado sea Dios!
' El dictado continúa: Cuando hube cosechado el fruto del dhikr, y su fruto no es menos que
el conocimiento de Dios por medio de la contemplación, vi claramente la mezquindad de
todo lo que había aprendido acerca de la doctrina de la Unidad Divina, y me Sentí el
significado de lo que mi Maestro había dicho al respecto.
Luego me dijo que asistiera una vez más a las lecciones a las que había asistido
anteriormente, y cuando lo hice me encontré bastante diferente de lo que había sido antes
en cuanto a comprensión. Ahora entendí las cosas de antemano antes de que el Shaikh que
nos estaba enseñando hubiera terminado de exponerlas. Otro resultado de la invocación
fue que entendí más que el sentido literal del texto. En una palabra, no había comparación
entre el entendimiento que tenía ahora y el que tenía antes, y su alcance fue aumentando,
hasta que cuando alguien recitaba un pasaje del Libro de Dios, mi ingenio saltaba para
resolver el enigma de su significado con asombrosa rapidez en el mismo momento de la
recitación. Pero cuando esto se apoderó de mí y se convirtió casi en una segunda
naturaleza, tuve miedo de caer por completo bajo el dominio de su imperioso y persistente
impulso,
Pero todavía no me he atrevido a permitir que se publique el libro, y solo Dios sabe si
alguna vez lo será. 'Para volver a lo que estaba diciendo, cuando después de muchos largos
días me liberé de la obligación de dedicarme exclusivamente al Nombre Divino, mi Maestro
me dijo:' Ahora debes hablar y guiar a los hombres por este camino en la medida en que
eres ahora seguro de dónde estás parado". Le dije: "¿Crees que me escucharán?", Y él dijo:
"Serás como un león: todo lo que pongas en tu mano, lo agarrarás". Era como él había
dicho: siempre que hablaba con alguien con la intención de llevarlo por el camino, mis
palabras lo guiaban y seguía el camino que le señalé; y así, alabado sea Dios, esta
hermandad aumentó”.
En otra parte dice: “Nuestro Maestro, Sidi Muhammad al-Buzidi, siempre nos instaba a
visitar la tumba de Shaikh Shu'aib Abu Madyan en Tlemcen. Habló de él con gran
reverencia y dijo que las oraciones hechas en su tumba fueron respondidas; y solía
decirnos: "Fue a través de su bendición y con su permiso que fui a Marruecos. Pasé una
noche en su santuario, y después de recitar un poco del Corán me fui a dormir, y él vino a
mí. con uno de mis antepasados. Me saludaron, y luego me dijo: "Ve a Marruecos, te he
allanado el camino". Yo dije: "Pero Marruecos está lleno de serpientes venenosas. No puedo
vivir allí". Luego pasó su mano bendita sobre mi cuerpo y dijo:" Ve y no temas. Te
protegeré de cualquier percance que te pueda ocurrir. "Me desperté temblando de
asombro, e inmediatamente después de salir de su santuario, volví mi rostro hacia el oeste,
y fue en Marruecos donde conocí al Shaikh Sidi Muhammad ibn Qaddur". primero
habiéndome impuesto el silencio, dijo: "Cuando volví de Marruecos enseñé nuestra doctrina
como la había enseñado allí. Luego, cuando me encontré frente a la oposición, vi al Profeta
de Dios en mi sueño y me ordenó permanecer en silencio. Desde ese momento guardé tal
silencio sobre mí mismo que a veces sentía que estallaba en llamas. Luego, justo antes de
conocerlos, tuve otra visión en la que vi una reunión de fuqara, y cada uno de ellos tenía mi
rosario alrededor de su cuello. Cuando desperté, tomé lo que había visto como una buena
señal de actividad en el futuro. Por eso deseo que propague las doctrinas de nuestra
orden. De lo contrario, no me habría atrevido a permitirle que los diera a conocer. Además,
vi muy recientemente a uno que me decía: "Habla con la gente, no hay nada de malo en
ello". Por "uno que dijo" sin duda se refería al Profeta, aunque Dios sabe más.
'Ese fue mi comienzo; y permanecí a su lado durante quince años, haciendo todo lo que
pude por nuestra orden. Muchos otros me ayudaron en esto, aunque de los viejos ahora
solo quedan unos diez. ¡Que Dios alargue sus vidas y muestre una creciente solicitud por
ellos! En cuanto a mí, estuve tan absorto durante todo ese tiempo con el servicio del
Shaikh y con la promoción del aumento de nuestra orden, que descuidé las demandas de
mi propio sustento, y de la amistad de Sidi al-Hajj Bin. 'Awdah, quien se ocupó de mis
finanzas y mantuvo mis asuntos en orden, mi negocio se habría arruinado por
completo. Estaba tan ocupado en el servicio de la orden que nuestra tienda era más como
una zawiyah que cualquier otra cosa, con enseñar allí por la noche y dhikr durante el día,
todo esto, alabado sea Dios, sin ninguna pérdida de dinero o disminución del comercio.
Su lengua estaba paralizada por lo que no podía hablar, pero entendía todo. Lo que me
resultó especialmente doloroso para mí fue que me sentí empujado en diferentes
direcciones para hacer cosas apenas reconciliables entre sí: por un lado estaba la
enfermedad de mi Maestro que me obligaba a quedarme con él, y por otro lado había un
permiso para viajar para mí y mi familia que vencía en una fecha determinada, después de
la cual ya no era válido, y lo que empeoraba las cosas era que en ese momento era difícil
obtener un permiso. Además, también tuve la carga de liquidar mi negocio y vender mis
muebles; y había enviado a mi esposa a su familia en Tlemcen para que pudiera despedirse
de ellos.
De hecho, era como si ya no estuviera en mi propio país. Sin embargo, decidí que no podía
dejar a mi Maestro justo cuando se estaba muriendo, y marcharme después de haber
pasado quince años con él, haciendo todo lo posible por servirlo y sin haberlo cruzado ni
una vez ni por el más mínimo detalle. No pasaron muchos días antes de que fuera llevado a
la Misericordia de Dios. Solo dejó un hijo, Sidi Mustafa, que tenía algo de santo simplón en
él; también dejó una esposa y dos hermanos, de los cuales uno, Sidi al-Hajj Ahmad, ha
muerto ahora, mientras que el otro, Sidi 'Abd al-Qadir, todavía está en los lazos de la vida.
Pero ya que esta reunión de los fuqara resultó un tanto polémica, porque (aunque todos
hubieran estado de acuerdo en elegirme) sabían que yo estaba decidido a irme, por lo que
cada uno propuso la solución que le parecía mejor y había mucha diferencia. De opinión, el
Muqaddam Sidi al-Hajj Bin-'Awdah dijo: "Será mejor que dejemos esta pregunta por el
momento y nos reunamos de nuevo la semana que viene. Mientras tanto, si alguno de los
fuqara tiene una visión, déjenos que nos lo cuente". Todos aprobaron esta sugerencia, y
antes del día señalado se habían visto muchas visiones —todas estaban escritas en ese
momento— y cada una de ellas era una clara indicación de que el asunto en cuestión recaía
sobre mí. Así que los fuqara se fortalecieron en su determinación de hacer que me quedara
con ellos y actuar como su recordatorio.
De hecho, la cuestión le había sido planteada por uno de sus discípulos más destacados,
que pensaba bien de sí mismo y creía que estaba calificado para cumplir en nuestra orden
las funciones de crianza y recuerdo; pero el Shaikh Al-Buzidi le respondió de la siguiente
manera: 'Soy como un hombre que ha estado viviendo en una casa con el permiso del
Propietario, y que cuando desea salir de esa casa le devuelve las llaves al Propietario. Es él,
el Dueño, quien ve quién más merece tener la casa puesta a su disposición; No tengo nada
que decir al respecto.
Dios crea lo que quiere, de acuerdo con Su elección'... y después de su muerte sus
seguidores quedaron en un estado de gran conmoción, aunque la mayoría de ellos
mostraron claramente su inclinación hacia Sidi Ahmad Bin-'Aliwah debido a que él había ,
como se sabía, ya ejercía la función de su Shaikh, hasta el punto de guiar a los discípulos
hasta el final de su viaje, aunque su Shaikh aún estaba vivo. Esta fue la indicación más
fuerte de lo bien que pensaba en él y de lo calificado que estaba para sucederlo. Ahora
bien, dado que se debe confiar en las visiones para determinar la verdad acerca de las
cosas que se encuentran ocultas a nuestras percepciones normales, yo, tal como deben
contarse como buenas nuevas para el que las ve, o para él en nombre de quien son vistas.
Deseo dejar aquí algunas de esas visiones que se vieron en nombre de nuestro Maestro,
Shaikh Sidi Ahmad Bin- 'Aliwah. Luego da un relato de algunas de las muchas visiones que
se vieron después de la muerte del Shaikh Al-Buzidi, y de las cuales aquí hay algunas: 'En
mi sueño vi al Shaikh Sidi Muhammad al-Buzidi, y sin olvidar que estaba muerto Le
pregunté cuál era su estado y me dijo: "Estoy en la Misericordia de Dios". Entonces le dije:
“Sidi, ¿a quién le has dejado el fuqara?”, Y él respondió: “Fui yo quien plantó el brote, pero
es Sidi Ahmad Bin-'Aliwah quien lo atenderá, y vendrá, si Dios quiere, a todos. plenitud de
fruto en sus manos”, ('Abd al-Qadir ibn' Abd ar-Rahnman de Mostaganem). 'En mi sueño
me vi ir a visitar al Shaikh Sidi Munammad al-Buzidi y al Shaikh Sidi Ahmad Bin-'Aliwah
estaba sentado al lado de la tumba que estaba abierta. Vi el cuerpo de los muertos
levantarse hasta que estuvo al nivel de la superficie de la tierra. Entonces Shaikh Sidi
Ahmad fue y se quitó el sudario de su rostro, y allí, insuperablemente hermoso, era el
Shaikh. Le pidió al Shaikh Sidi Ahmad que le trajera un poco de agua, y cuando hubo
bebido me dio lo que me quedaba, por lo que comencé a decirle al fuqara:En esta agua que
sobró del Shaikh hay una cura para todas las enfermedades".
Luego comenzó a hablar con Shaikh Sidi Ahmad, y lo primero que le dijo fue: "Estaré
contigo dondequiera que estés, así que no temas, y te doy la noticia de que has logrado lo
mejor de esto. mundo y el próximo. Asegúrate de que en cualquier lugar donde estés, allí
también estaré". Entonces Shaikh Sidi Ahmad se volvió hacia nosotros y dijo: "El Shaikh no
está muerto. Es como lo ven ahora y la muerte que presenciamos fue solo un rito que tuvo
que realizar". (Al-Munawwar Bin-Tunis de Mostaganem). 'Vi al Shaikh Sldi Muhammad al-
Buzidi detenerse y llamar a la puerta de mi casa, y cuando me levanté para dejarlo entrar,
descubrí que la puerta ya estaba abierta. Entró, y con él estaba un compañero, alto y muy
delgado, y me dije a mí mismo: "Este es Sidi Ahmad Bin- 'Aliwah". Después de que se
sentaron con nosotros un rato, el jeque Sidi Muhammad al-Buzidi se puso de pie y dijo que
quería ir. Entonces alguien le dijo: "Si te vas, ¿a quién dejarás para que nos cuide?", Y él
dijo: "Te dejé este hombre, este hombre", y señaló al jeque Sidi Ahmad Bin,
Aliwah'. (Miembro de la familia de Al-Hajj Muhammad as- Susi de Ghalizan).
'Vi al Imam' Ali1 y me dijo: "Sepa que soy 'Ali y que su Tariqah es' Alawiyyah". (Al-Hajj
Salih ibn Murad de Tlemcen). Después de la muerte de Shaikh Sidi Muhammad tuve una
visión de que estaba en la orilla del mar, y cerca de un barco enorme en el centro del cual
había un minarete, y allí, en la torreta más alta, estaba Shaikh Sidi Ahmad Bin-
'Aliwah. Entonces, un pregonero gritó: "Oh, gente, suban a bordo del barco", y subieron a
bordo desde todos los lados hasta que se llenó, y cada uno de ellos sabía muy bien que
este era el barco de Shaikh Sidi Ahmad; y cuando estaba lleno de pasajeros, fui al Shaikh y
le dije: "El barco está lleno. ¿Puedes hacerte cargo de él?", y él dijo: "Sí, me haré cargo de
él con el permiso de Dios". (Al-Kilani ibn al-'Arabi).
Entonces, cuando le rogué que se sentara y me senté frente a él, me di cuenta de que él
era el Profeta. Me volví contra mí mismo en reproche por no haberlo honrado como
debiera, porque no se me había ocurrido quién era, y me senté allí acurrucado, con la
cabeza inclinada, hasta que me habló, diciendo: "¿No sabes? ¿Por qué he venido a ti?", y
dije:" No veo por qué, oh Mensajero de Dios". Dijo: "El Sultán de Oriente ha muerto, y tú,
si Dios quiere, serás Sultán en su lugar. ¿Qué dices?" Dije: "Si estuviera investido con esta
alta dignidad, ¿quién me ayudaría y quién me seguiría?" Él respondió: "Estaré contigo y te
ayudaré". Luego se quedó en silencio, y al cabo de un momento me dejó, y me desperté
poco después de su partida, y fue como si viera lo último de él, mientras se alejaba, con los
ojos abiertos y despiertos. El dictado continúa: 'Como el fuqara sabía bien que no había
manera de apartarme de mi intención de irme, me obligaron a tomar a cargo de ellos
aunque solo sea mientras esperaba el permiso para viajar, aunque su objetivo era hacerme
renunciar a mi viaje por todos los medios posibles. Uno de los que más se empeñó en que
me quedara era mi querido amigo Sidi Ahmad Bin-Thuraiya, y no escatimó esfuerzos
posibles para ese fin, todo por motivos puramente espirituales. Uno de sus dispositivos fue
casarme con su hija sin imponerme ninguna condición, a pesar de que sabía que estaba
decidida a marcharme. Acepté su oferta con mucho gusto y le di lo poco que pude en
concepto de matrimonio. Como los fuqara sabían bien que no podía apartarme de mi
intención de irme, me obligaron a hacerme cargo de ellos aunque solo fuera mientras
esperaba el permiso para viajar, aunque su objetivo era hacerme renunciar a mi viaje. por
todos los medios posibles. Uno de los que más se empeñó en que me quedara era mi
querido amigo Sidi Ahmad Bin-Thuraiya, y no escatimó esfuerzos posibles para ese fin,
todo por motivos puramente espirituales. Uno de sus dispositivos fue casarme con su hija
sin imponerme ninguna condición, a pesar de que sabía que estaba decidida a
marcharme. Acepté su oferta con mucho gusto y le di lo poco que pude en concepto de
matrimonio. Como los fuqara sabían bien que no podía apartarme de mi intención de irme,
me obligaron a hacerme cargo de ellos aunque solo fuera mientras esperaba el permiso
para viajar, aunque su objetivo era hacerme renunciar a mi viaje por todos los medios
posibles. Uno de los que más se empeñó en que me quedara era mi querido amigo Sidi
Ahmad Bin-Thuraiya, y no escatimó esfuerzos posibles para ese fin, todo por motivos
puramente espirituales. Uno de sus dispositivos fue casarme con su hija sin imponerme
ninguna condición, a pesar de que sabía que estaba decidida a marcharme. Acepté su
oferta con mucho gusto y le di lo poco que pude en concepto de matrimonio. me obligaron
a hacerme cargo de ellos aunque solo fuera mientras esperaba el permiso para viajar,
aunque su objetivo era hacerme renunciar a mi viaje por todos los medios posibles. Uno de
los que más se empeñó en que me quedara era mi querido amigo Sidi Ahmad Bin-Thuraiya,
y no escatimó esfuerzos posibles para ese fin, todo por motivos puramente
espirituales. Uno de sus dispositivos fue casarme con su hija sin imponerme ninguna
condición, a pesar de que sabía que estaba decidida a marcharme. Acepté su oferta con
mucho gusto y le di lo poco que pude en concepto de matrimonio. me obligaron a hacerme
cargo de ellos aunque solo fuera mientras esperaba el permiso para viajar, aunque su
objetivo era hacerme renunciar a mi viaje por todos los medios posibles. Uno de los que
más se empeñó en que me quedara era mi querido amigo Sidi Ahmad Bin-Thuraiya, y no
escatimó esfuerzos posibles para ese fin, todo por motivos puramente espirituales. Uno de
sus dispositivos fue casarme con su hija sin imponerme ninguna condición, a pesar de que
sabía que estaba decidida a marcharme. Acepté su oferta con mucho gusto y le di lo poco
que pude en concepto de matrimonio. Uno de sus dispositivos fue casarme con su hija sin
imponerme ninguna condición, a pesar de que sabía que estaba decidida a
marcharme. Acepté su oferta con mucho gusto y le di lo poco que pude en concepto de
matrimonio. Uno de sus dispositivos fue casarme con su hija sin imponerme ninguna
condición, a pesar de que sabía que estaba decidida a marcharme. Acepté su oferta con
mucho gusto y le di lo poco que pude en concepto de matrimonio.
Lamentablemente, no logró vivir en buenos términos con mi madre. A medida que pasaba
el tiempo, mi dilema empeoraba cada vez más. Me sentí obligado a hacer todo lo que
pudiera por mi madre, y ya había participado en más de una situación de este tipo; pero
una separación que me había sido relativamente fácil en el caso de otras esposas me
pareció muy dura en el caso de esta última. En cuanto a cualquier posibilidad de
reconciliación entre los dos, era claramente muy remota; y cuando mi suegro vio el dilema
en el que me encontraba, sugirió el divorcio e incluso lo exigió con cierta insistencia,
diciendo: "Es tu deber velar por los derechos de tu madre. En cuanto a los derechos de tu
esposa, están garantizados por las palabras: Si los dos se separan, Dios enriquecerá a
ambos con Su abundancia; y todo eso, si Dios quiere, no afectará nuestra amistad en lo
más mínimo. Pero no quedaba más remedio que resignarnos a lo que parecía claramente la
voluntad de Dios. Nuestra amistad, sin embargo, no disminuyó y ese santo hombre siguió
siendo tan devoto de mí como siempre hasta el final de su vida, gracias a la delicadeza de
su sentimiento, tan bien integrado en el camino espiritual. Pero no quedaba más remedio
que resignarnos a lo que parecía claramente la voluntad de Dios. Nuestra amistad, sin
embargo, no disminuyó y ese santo hombre siguió siendo tan devoto de mí como siempre
hasta el final de su vida, gracias a la delicadeza de su sentimiento, tan bien integrado en el
camino espiritual.
Casi lo mismo sucedió entre Sidi Hammadi Bin-Qari 'Mustafa y yo: tuve que divorciarme de
una esposa que era miembro de su familia y de quien él era tutor; pero Dios es Testigo de
que tanto a mi cara como a mis espaldas, a juzgar por lo que escuché de él, su actitud era
muy parecida a la de Sidi Ahmad Bin-Thurayya, y seguimos siendo los mejores amigos. En
cuanto a la causa de este divorcio, era mi preocupación. En ese momento, casi hasta el
punto de la intoxicación, primero con el aprendizaje y luego con el dhikr. Mientras tanto, se
descuidaron los derechos de mi esposa, al igual que, casi, los derechos de toda mi
familia. Entonces, de una forma u otra, ha sido mi destino divorciarme de cuatro
esposas. Pero esto no fue por maltrato por mi parte, y por eso mis suegros no se lo
tomaron mal. De hecho, todavía son suegros para mí; y lo que es más sorprendente,
algunas de mis esposas renunciaron al resto de su porción matrimonial después de que nos
separamos. En una palabra, todas las deficiencias que hubo estaban de mi parte, pero no
fueron deliberadas. 'Cuando el fuqara. Habían tomado una decisión, con las circunstancias
a su favor, de no dejarme ir, decidieron tener una reunión general en la zawiyah de nuestro
Maestro, ... y me hicieron el juramento de lealtad de boca en boca, y continuó siendo
tomado de esta manera por los fuqara mayores, mientras que todos los recién llegados
posteriores lo tomaron a través del apretón de manos 1. En cuanto a los miembros de la
orden que se encontraban fuera de Mostaganem, no les escribí ni les impuse ninguna
obligación de acudir a mí. Pero no pasó mucho tiempo antes de que los grupos de
fuqara. comenzaron a venir a mí por su propia voluntad para reconocerme,
Así continuó, hasta que todos los miembros de la orden se unieron menos dos o tres. Esta
unión de los fuqara. fue contada por nosotros como una gracia milagrosa de Dios, porque
no tenía medios externos de traer a mi alcance a individuos de tantos lugares
diferentes. Era su absoluta certeza, nada más, en cuanto a cómo había estado con nuestro
Maestro a este respecto. Además, el entrenamiento que habían recibido de él estaba
firmemente implantado en ellos en cuanto a reconocer la verdad y reconocerla fuera lo que
fuera, porque él había continuado dándoles los medios para hacerlo hasta que, gracias a
Dios, se había convertido en una segunda naturaleza. ellos.
'Recibí sus juramentos de lealtad y les di consejos, y gasté en aquellos que me visitaron en
ese momento parte de lo que tenía a mano para mi viaje, y no tomé nada de ellos, porque
nunca me sentí fácil al tomar dinero de gente-, Como resultado de todo esto me quedé en
un dilema, sin saber qué hacer ni dónde estaba la Voluntad de Dios. ¿Debo irme, de
acuerdo con lo que sentí como una necesidad imperiosa, o debo renunciar a toda idea de ir
y dedicarme a actuar como recordatorio del fuqara, de acuerdo con lo que ya parecía ser mi
destino? Todavía dudaba cuando llegó el momento en que Dios había ordenado que visitara
la sede del Califato. Un día puso en mi alma un sentimiento de constricción que era tan
persistente que comencé a buscar un medio de alivio y se me ocurrió visitar algunos de los
fuqara fuera del pueblo. Así que me llevé a uno de los discípulos que se estaba quedando
con nosotros, Shaikh Muhammad ibn Qasim al-Badisi, y nos fuimos con la Bendición de
Dios. Luego, cuando llegamos a nuestro destino, se nos ocurrió que también podríamos
visitar algunos de los fuqara en Ghalizan, lo cual hicimos; y después de habernos quedado
con ellos unos dos días, mi compañero me dijo: "¡Si tan solo pudiéramos ir hasta Argel!
Tengo un amigo allí, y lo que es más, podríamos ir a algunos de los editores, y este
contacto podría acercar más a Al-Minah al-Quddusiyyah a ser impreso". Teníamos el
manuscrito de este libro con nosotros en ese momento, así que dejé que se saliera con la
suya. Así que me llevé a uno de los discípulos que se estaba quedando con nosotros,
Shaikh Muhammad ibn Qasim al-Badisi, y nos fuimos con la Bendición de Dios. Luego,
cuando llegamos a nuestro destino, se nos ocurrió que también podríamos visitar algunos
de los fuqara en Ghalizan, lo cual hicimos; y después de habernos quedado con ellos unos
dos días, mi compañero me dijo: "¡Si tan solo pudiéramos ir hasta Argel! Tengo un amigo
allí, y lo que es más, podríamos ir a algunos de los editores, y este contacto podría acercar
más a Al-Minah al-Quddusiyyah a ser impreso". Teníamos el manuscrito de este libro con
nosotros en ese momento, así que dejé que se saliera con la suya. Así que me llevé a uno
de los discípulos que se estaba quedando con nosotros, Shaikh Muhammad ibn Qasim al-
Badisi, y nos fuimos con la Bendición de Dios. Luego, cuando llegamos a nuestro destino,
se nos ocurrió que también podríamos visitar algunos de los fuqara en Ghalizan, lo cual
hicimos; y después de habernos quedado con ellos unos dos días, mi compañero me dijo:
"¡Si tan solo pudiéramos ir hasta Argel! Tengo un amigo allí, y lo que es más, podríamos ir
a algunos de los editores, y este contacto podría acercar más a Al-Minah al-Quddusiyyah a
ser impreso". Teníamos el manuscrito de este libro con nosotros en ese momento, así que
dejé que se saliera con la suya. Luego, cuando llegamos a nuestro destino, se nos ocurrió
que también podríamos visitar algunos de los fuqara en Ghalizan, lo cual hicimos; y
después de habernos quedado con ellos unos dos días, mi compañero me dijo: "¡Si tan solo
pudiéramos ir hasta Argel! Tengo un amigo allí, y lo que es más, podríamos ir a algunos de
los editores, y este contacto podría acercar más a Al-Minah al-Quddusiyyah a ser
impreso". Teníamos el manuscrito de este libro con nosotros en ese momento, así que dejé
que se saliera con la suya. Luego, cuando llegamos a nuestro destino, se nos ocurrió que
también podríamos visitar algunos de los fuqara en Ghalizan, lo cual hicimos; y después de
habernos quedado con ellos unos dos días, mi compañero me dijo: "¡Si tan solo pudiéramos
ir hasta Argel! Tengo un amigo allí, y lo que es más, podríamos ir a algunos de los editores,
y este contacto podría acercar más a Al-Minah al-Quddusiyyah a ser impreso". Teníamos el
manuscrito de este libro con nosotros en ese momento, así que dejé que se saliera con la
suya.
Eran de entre los seguidores de Shaikh Sidi As-Sadiq as-Salirawi, que había muerto solo
unos meses antes. Este santo hombre remontó su ascendencia espiritual en el camino de
Dios a través de Sidi Muhammad Zafir y su padre Sidi Muhammad al-Madani hasta Shaikh
Sidi Mawlay Al-'Arabi ad-Darqawi'. Unos veinticinco años antes, el maestro de As-Sadiq as-
Salirawi, Muhammad Zafir al-Madani, había escrito: 'Mi honorable guía y padre, el jeque
Muhammad Hasan Zafir al-Madani, dejó Medina alrededor del año 1222 (1807 d. C.) y se
fue como hasta Marruecos en busca de un camino por el cual pudiera llegar a Dios, y
recibió la guía de muchos Shaikhs ... Entonces Dios lo reunió con su Maestro, el
abanderado de la tariqah Shadhili en su día, Sidi Mawtay Al - Arabi ibn Alimad ad-
Darqawi. Su reunión con él fue el 23 de Safar, 1224 AH, en Darqawi Zawiyah en Bu-Barih
en Bani Zarwal, a dos días de viaje desde Fez. Tomó el camino de él, y su corazón se abrió
bajo su guía, y si se pregunta quién era el Shaikh de mi padre, era Mawlay Al-Arabi ad-
Darqawi.
Durante unos nueve años fue su compañero. ... Entonces Mawlay Al-'Arabi le dijo un día,
con gran seriedad: "Ve a tu casa, Madani. Ya no me necesitas"; y en otra ocasión indicó
que había llegado al final de toda perfección, y le dijo: "Has alcanzado lo que alcanza el
perfecto entre los hombres", y le dijo que se fuera a su ciudad natal. la Casa del Santuario
Perfumado, y cuando se despidió de él, lloró y dijo: "Te he convertido en el instrumento de
mi crédito ante Dios y en un vínculo entre yo y Su Profeta".
'Fue a Medina y se quedó allí con su familia durante tres años, y todos los años se unió a
los Peregrinos en el Monte Arafatl y luego regresó a Medina donde visitó continuamente el
Santuario del Profeta, pasando su tiempo vuelto hacia Dios, empapado de contemplación,
en absoluto desapego. ... Y él dijo: "Durante ese tiempo me reuní con el perfecto Shaikh, el
gnóstico, Sidi Ahmad ibn Idris. Lo encontré en una base muy exaltada en lo que respecta a
seguir la costumbre del Profeta, y me maravillé mucho de su estado que tomé la iniciación
de él por la bendición de ello". Durante su estadía en Medina, algunos que buscaban un
Maestro le pidieron orientación espiritual, pero él no les respondió por cortesía piadosa
hacia su jeque hasta que escuchó una voz del Santuario Puro que le decía: "Sé un
recordatorio porque la verdad es que el recuerdo beneficia a los apostadores. Dijo: "Me
estremecí y me estremecí ante la dulzura de esa expresión, y entendí que era una
autorización del Apóstol del Rey Todo Generoso". Así que obedeció el mandato de Dios y
transmitió la iniciación a varias personas en la ciudad del Profeta ... y regresó con su
Maestro Mawlay Al-'Arabi ad-Darqawi ... y permaneció en su presencia durante algunos
meses. Entonces murió Mawlay Al-'Arabi, y mi padre partió una vez más para Medina ... y
cuando llegó a Trípoli, los ojos de algunos de sus habitantes se abrieron a la excelencia de
sus virtudes y la plenitud de su realización espiritual, por lo que tomó la iniciación de
él. Entonces el número de sus discípulos aumentó y la hermandad se hizo famosa y los
hombres la asociaron con él,
Este último pasaje requiere algunas observaciones generales sobre la iniciación. La práctica
de injertar un nuevo vástago en una planta vieja es ajena al mundo moderno, excepto en
un plano material. Pero en todo el mundo antiguo esto se practicaba también y sobre todo
en planos superiores; y dado que el alejamiento de los Misterios se había convertido en una
"segunda naturaleza" para el hombre, se consideró indispensable, antes de que pudiera
emprender el camino que conduce a ellos, que un vástago de la naturaleza humana
primordial fuera injertado en su estirpe "caída", que, por definición, está dominado por el
conocimiento del bien y del mal” puramente mental y, por lo tanto, no místico. Al comienzo
de una religión, la cuestión de la iniciación no es tan urgente, porque los primeros
creyentes están en las garras de una Intervención Divina, en un momento cíclico que es
mejor que mil meses y en el que descienden los Ángeles y el Espíritu. Dado que se
encuentran en una de las fuentes principales de la espiritualidad, las semillas latentes que
contienen (para usar un símil diferente) pueden impregnarse con la misma facilidad que las
que están cerca de una fuente o una cascada pueden ser salpicadas con agua. Pero a
medida que la caravana se aleja de este oasis a través del desierto de los siglos, los
hombres pronto se dan cuenta de que el agua preciosa ya no está en el aire y que solo se
puede encontrar almacenada en ciertos recipientes.
Además, la mayoría de los grandes Maestros del sufismo podrían afirmar, como el Shaikh
Al'Alawi y el Shaikh Al-Madani, haber recibido una investidura especial directamente del
Profeta. El árbol al final de este libro da las líneas principales de la herencia espiritual de los
alauitas, las cadenas ininterrumpidas de transmisión, cualquiera que sea la forma que haya
tomado, a través de las cuales trazan su descenso hasta el Profeta. Aparte de la iniciación
normal que marca la entrada en el camino espiritual, es posible atarse a una cadena "para
la bendición de la misma", como hizo el Shaikh Al-Madani después de su regreso a
Medina; y aunque este caso particular es excepcional, la 'iniciación de la bendición' es
buscada con mucha frecuencia por quienes no son capaces de seguir un camino espiritual o
incluso de concebir lo que es un camino espiritual,
Al final de su vida, el Shaikh Al-'Alawi tenía un gran número de seguidores unidos a él. Con
respecto a su encuentro con el Madani fuqara en Túnez, continúa: “Toda la reunión se
sentó y hablamos juntos durante mucho tiempo, y vi las luces de su amor por Dios
brillando en sus frentes. Me pidieron que fuera con ellos a un lugar que tenían en mente, y
no dejaron de insistir hasta que me sacaron y me alojaron en la casa de uno de sus
amigos. Luego, uno tras otro, los fuqara vinieron a visitarnos llenos de ardor. Tal fue su
hospitalidad hacia mí, y el honor que me mostraron, ¡que Dios los recompense! “Durante
mi estadía en Túnez recibí continuamente la visita de teólogos y canonistas y otros
hombres eminentes… y con ellos vinieron varios de sus estudiantes. Algunos de ellos ya
eran iniciados y otros no.
Uno de los estudiantes sugirió que les diera una lección de Al-Murshid al-Mu'in. Lo que dije
tuvo el favor de mis oyentes, y esta fue la causa de que algunos de los estudiantes se
iniciaran en la orden. Así es como pasamos nuestro tiempo, tanto como recordadores como
recordadores, y algunos beneficios derivados. ¡Alabado sea Dios por esa visita! En cuanto a
la cuestión de imprimir Al-Minah al-Quddusiyyah, hicimos un contrato con el propietario de
una imprenta a través de la mediación de un compañero de viaje. Ambos nos gustaron
mucho, y esto fue lo que nos impulsó a firmar el contrato, aunque sabíamos que esta
prensa en particular no estaba bien equipada. Como resultado, el libro no salió a la hora
prometida y tuve que ir y dejarlo para que alguien más lo cuidara. 'Había decidido ir a
Trípoli para visitar a mis primos,
Como tenía permiso para viajar, pensé que sería mejor aprovechar esta
oportunidad. También me impulsaron los pensamientos de visitar la Santa Casa de Dios y
la tumba del Profeta, pero desafortunadamente me llegó una carta de Mostaganem
diciéndome que la Peregrinación estaba prohibida ese año y advirtiéndome que no
estuviera en Arafat por temor a incurrir la penalidad. En todo caso, me embarqué para
Trípoli, solo, y sufrí algunas dificultades al viajar en esa estación, porque hacía frío en
invierno. De hecho, solo tuve un día de alivio: estaba meditando en la multitud de personas
-hombres de] erba y otros- que atestaban el bote y me preguntaba si había un dhakir entre
ellos, cuando uno de los viajeros se detuvo a mi lado. y me miró fijamente como si
intentara leer mi rostro. Luego dijo: "¿No eres Shaikh Ahmad Bin-" ¿Aliwah? ”¿Quién te lo
dijo?”, Dije. "Siempre he oído hablar de ti", dijo, "y justo ahora, mientras te miraba, como
lo he estado por algún tiempo, de repente me di cuenta de que debes ser ese mismo
hombre"; así que dije que sí. Luego fui con él a otra parte del barco y, habiendo
preguntado su nombre, me dijeron que era Al-Hajj Ma'tuq; cuando empezamos a hablar
juntos me di cuenta de que era un gnóstico. Le pregunté si encontraba algún apoyo
espiritual entre sus compatriotas y dijo: "Soy el único hombre de este arte en todo]
erba". Desde mi encuentro con él, el tiempo pasó tan feliz como hubiera deseado hasta que
él y los que viajaban con él aterrizaron en] erba, y una vez más me encontré en las garras
de la soledad y las inevitables dificultades de viajar en invierno hasta que yo mismo.
aterrizó en Trípoli.
Anhelamos vernos el uno al otro, con mayor impaciencia debido a nuestra separación
forzada. Tan pronto como llegamos a su casa y nos sentamos, discutimos la cuestión de la
emigración y todo lo relacionado con ella, y me dijeron que materialmente hablando
estaban bien, gracias al cuidado seguro de Dios. En cuanto al país, me pareció, en la
medida de lo que podía decir, un buen lugar para emigrar, ya que su gente era 'lo más
parecida posible a la de nuestro país tanto en el habla como en las formas. 'Hacia el
atardecer les pregunté a mis primos si conocían a algún dhakir allí, o algún shaikh que
fuera gnóstico, y dijeron que solo conocían a un shaikh turco, que era el jefe de algún
departamento del gobierno, un hombre de la piedad más evidente. Pregunté si sería posible
que nos encontráramos con él al día siguiente, y justo cuando estábamos considerando
esto, alguien llamó a la puerta y uno de ellos salió y regresó diciendo: "Aquí está el propio
Shaikh en la puerta, preguntando si puede entrar". Nunca los había visitado en su casa.
Les dije que lo trajeran y entró, un hombre alto con una larga barba vestido de pies a
cabeza a la moda turca. Nos saludamos y, cuando se sentó, dijo: "Un hombre de Occidente,
se refería a Shustari, dice de la Manifestación Divina:" Mi Amado abrazó toda la existencia y
apareció tanto en blanco como en negro". Dije: "Dejemos la charla occidental a la gente
occidental y escuchemos algo de Oriente". Dijo: "El poeta dijo" abrazó toda la existencia", y
no especificó ni Occidente ni Oriente", por lo que supe que estaba bien versado en la
tradición de los místicos. Se sentó con nosotros durante una o dos horas esa noche, todo
entusiasmo, escuchando con todas sus facultades absortas en atención, como noté. Luego
se despidió de nosotros, pero no antes de que nos hiciera prometer que lo visitaríamos en
su oficina al día siguiente. Fuimos a la mañana siguiente a donde trabajaba, el
departamento de ingresos marítimos, del que era director. Nos recibió con mucha alegría y
ordenó que se detuviera el trabajo y dio vacaciones a su personal, aunque había mucho
trabajo por hacer.
Luego nos fuimos con él solos, y tardaría demasiado en contar todo lo que hablábamos en
el camino de la doctrina mística, pero puedo mencionar que me dijo: "Si deseas quedarte
en nuestro país, este zawiyah aquí es tuyo, y todas las dependencias que lo acompañan, y
yo seré tu siervo". Sabía que todo lo que decía lo decía con perfecta sinceridad y le dije que
dejaría mi casa y me instalaría allí. Di un paseo por el barrio y me sentí muy atraído por
ese barrio como si correspondiera a algo de mi naturaleza.
“En mi tercer día en Trípoli escuché a un pregonero gritar:" “Quien quiera ir a Estambul
puede tener un boleto por muy poco", y agregó que el barco debía partir de
inmediato. Inmediatamente sentí el impulso de visitar la capital del Califato, y pensé que
muy probablemente podría encontrar allí el aprendizaje que sentía la necesidad. Así que le
pedí a uno de mis primos que me acompañara y me dijo que lo haría, pero la vista de la
furia del mar y el estruendo de las olas lo detuvieron. Ciertamente no hacía buen tiempo
para cruzar. ¡Basta con que llegamos al otro lado! ¡No me pregunte por ningún detalle
sobre nuestro embarque! Una vez que encontré un lugar en la cubierta, comencé a
preguntarme adónde debería acudir en busca de ayuda y refugio en el viaje, y no encontré
consuelo en nada más que confiar en Dios.
“Un día después de mi llegada estaba caminando por las afueras de la ciudad, y de repente
un hombre me tomó de la mano y me saludó en árabe claro, y me preguntó mi nombre y
de dónde venía. Le dije quién era yo; y quién debería ser sino una autoridad en la ley
islámica de Argel, un hombre de la familia del Profeta. En ese momento estaba muy
ansioso por ver los lugares de interés de la capital, así que me puse en sus manos, y fue de
gran ayuda para mostrarme lo que quería ver. Pero no pude saciar mi sed por completo
debido a las revueltas en las que estaba involucrado el Califato I y los problemas que
pronto estallarían entre el pueblo turco y su llamada "Juventud del Renacimiento" o
"Juventud Reformista".
Este movimiento estaba encabezado por numerosos individuos a quienes el Gobierno había
desterrado y que consecuentemente se habían dispersado por varios países de Europa
donde habían puesto en marcha periódicos y revistas con el único propósito de criticar al
Gobierno y exponer sus debilidades a los ojos de estados extranjeros; y los egoístas
encontraron en este movimiento subversivo lagunas y puertas a través de las cuales
abrieron camino y ganaron sus fines. Así, el Califato estaba condenado a que su gobernante
fuera arrestado y encarcelado, mientras que la "Juventud del Renacimiento" realizaba su
trabajo con una crueldad absolutamente ilimitada hasta que al final lograron su objetivo y
el significado de su "Renacimiento" y "El patriotismo" y la "reforma" se volvieron tan claros
como el día para cualquiera que tuviera ojos para ver. Pero no diré más: lo que han hecho
los kemalistas me hace innecesario seguir paso a paso esta degradación.
Estaba convencido de que la estancia que esperaba hacer en aquellos lugares no era
factible por varias razones, de las cuales la principal era que intuía el inminente cambio de
reino a república y de república a tiranía sin principios. Así que volví a Argelia, sintiendo
que mi regreso era suficiente como fruto de mis viajes, aunque no hubiera ganado nada
más; y verdaderamente no tuve paz de alma hasta el día en que pisé suelo argelino, y
alabé a Dios por los caminos de mi pueblo y su permanencia en la fe de sus padres y
abuelos y siguiendo las huellas de los piadosos.
Tariqa Alawiyya en España
Este espacio está creado para presentar la Asociación Aisa, creada por el Sheij
Khaled Bentounes en Niza (Francia) y diseminada por todo el mundo,
especialmente en Europa y el norte de África. Su objetivo es dar a conocer el
sufismo, el corazón del Islam, especialmente la rama Alawi y trabajar en favor
de un espacio de entendimiento entre las distintas culturas y religiones, pueblos
y gentes... Tratamos de ser un lugar de encuentros y aprendizajes. Seas quien
seas, bienvenido.
-Sayid Hussein Nasr, de origen iraní, emigró a los Estados Unidos después
de la Revolución Iraní. En la Universidad fue autor "tradicionalista"
reconocido, es uno de los principales representantes del Islam en
América. En la vida del Shaij Hajj 'Adda, Schuon se decidió a
independizarse de modo que había llegado incluso a culpar seguidores.
Fundó su propio camino, que afirma ser el único heredero de los
"secretos" (Sirr) del Shaij Alawi, mientras que, como se ha señalado, el
Shaij había dado escala y espiritualidad para iniciación a más de un sufí.