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La formación del Estado en Colombia
y el origen histórico de su debilidad coercitiva.
Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD).
Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas.
Estructura del Estado y Gobernanzas de las Políticas Públicas.
Barranquilla, Atlántico.
Abril 2019.
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La formación del Estado en Colombia
y el origen histórico de su debilidad coercitiva.
Cuando el tópico a platicar en cualquier contexto que se base sea la conformación
del estado Colombiano, por su mancha histórica lo primero que se puede venir a flote
cuando se piensa en este, es la guerra. No es secreto para ningún libro, documento, cita u
otro medio que se referencie a este suceso que en su esencia de dictar las anécdotas del
surgimiento del estado Colombiano, siempre estará las terminologías de conflictividad
bélica. En efecto, hablar de cómo se desarrolló, desde una perspectiva histórica, el
proceso de formación de este Estado moderno remite también a preguntarse por cuáles
han sido las ideas modernas que han acompañado asuntos de centralización nacional e
institucionalización del poder político, como también de plantearse un superficial
análisis sobre cómo esta formación del Estado necesariamente se encuentra cruzada por
la relación entre el territorio y la población, especialmente, la producción de mecanismos
de seguridad que a partir de allí se produjeron tanto en sus formas como en sus
pretensiones sociales, de manera que se explique todo relacionado a lo gubernamental.
Ya introduciendo en lo sustancial de el origen de la discursividad fundadora del Estado
en Colombia se encuentra anclado a la prolija reproducción del liberalismo como ciencia
de la administración y racionalización del gobierno. Sin embargo, las transformaciones
internas de esta forma de idea de sociedad, suponen no solo una combinación con las
prácticas coloniales antecedentes, sino una composición representativa en función del
modelo de los individuos, la imposición de formas de vida y nuevos sistemas de
comunicación, los cuales garantizan una singularidad en las prácticas de gobierno.
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A pesar de la connotación negativa que desplaza la guerra, es considerar y afirmar
que no fue más que gracias a esta que se da el surgimiento del estado Colombiano.
Citando el pensar de esta hipótesis de Max Weber, donde lo define: “aquella institución
que ha logrado el monopolio legítimo de la violencia pero que más allá de ello, puede
interpretarse como el conjunto de instituciones que surge tras la centralización del poder,
las cuales se han ido configurando bajo lo que hoy se conoce como instituciones
públicas”. (Berrio Mennses. 2013. pg4). Es congruente a la conjetura de la creación del
estado, ya que las divisas políticas, ambición de poder y control absoluto del mandado
han deliberado que internamente se manifiesten estas guerras. Es que si a Colombia en
historia se hace una indagación de conflictos bélicos internacionales sería vano y nulo, se
han edificado en mortandad entre compatriotas por territorio entre otras cosas
mencionadas anteriormente que simplemente no ha habido cavidad para tratar y carencia
de conflictos de afuera.
Dentro de lo que se puede concebir de diversos temas que se desprenden y hacen
parte de cómo se fondea el estado, la forma liberal en rebelión que entre algunos
surgieron y sus razones gubernamentales, la carencia coercitiva que este demostraba y de
cómo pasa de estado Colonial al estado republicano Colombiano, en donde todos estos
aspectos son sumamente de peso e importantes cuando queremos trata el tema de la
confrontación de estado, pero este último desde mi perspectiva subjetiva fue el más
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llamativo de atención y quiero hacer énfasis en su contextualización y delimitar sus
métodos pragmáticos que estos llevaron a cabo.
Primeramente se puede definir como prologo que este aspecto en su modelo en su
ámbito social en el espacio de territorialidad bajo la figura para la administración de lo
viviente durante el siglo XIX (ésta ya en un sentido de la mayor abstracción posible), no
permitió procesos de reconocimiento y diferenciación, sino mecanismos recurrentes en
zonas de distinción que transportaron la bina de amigo, es decir, recurrieron a geografías
internas en las que la fragmentación salió fortalecida por combates permanentes entre
facciones políticas, agudizando la influencia administrativa en pequeñas porciones de
territorio bajo la virtualidad de una unidad nacional. Asimismo, ante la continuidad
durante el siglo XX de estos procesos de distinción territorial-poblacional como
elementos fundantes de acciones localizadas de seguridad estatal, las lecturas sobre el
conflicto social y político permanecen sintetizadas como espectros caóticos circunscritos
en la esfera regional en un espejismo de control nacional. Así fue trascendiendo en el
cual el modelo colonial, como matriz antecedente de las instituciones políticas
republicanas, se consolidaba al finalizar el siglo XVIII como un hecho económico que
determinó formas de vida sobre los nativos, modificando el carácter, las costumbres, y
hasta las formas de vivir. Sin duda, estas composiciones, establecerán los orígenes de
una futura contienda entre lo regional y el orden administrativo central en la que la
unidad territorial en principio replica la técnica sobre la población y, posteriormente,
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advierten autonomía, construyendo una figura de poder localizado bajo el manto de
aparente subordinación al poder centralizado institucional.
Esta conformación de lo regional al finalizar este período como técnica para la
centralización del orden político produce un fenómeno contrario al esperado; divide en
pequeñas atomizaciones el control regional y el poder en las que se gesta un discurso
liberal, republicano e independentista. Consistentemente, constituye un orden central,
reactivo a lo regional con unos propios acecinamientos sobre la población; ejemplo de
ello es el desplazamiento mestizo.
Es cierto que la conformación del estado su teoría principal de su surgimiento es
por la lucha interestatales por el poderío, pero este movimiento de colonia a república
marcó una trascendencia muy integral de la población que garantizó la inestable forma
colonial del territorio como un tipo de composición panóptica del acto gubernamental, en
la naciente república pierde la concepción global geográfica. La ruralización, el
desplazamiento de los centros urbanos a causa de las guerras civiles y las pérdidas de las
redes urbanas, no significaron una ruptura radical con las prácticas de intervención
colonial
Se puede decir en la definición de lo finalizado qué el territorio emerge como un
espacio inexplotado y lleno de riquezas que restaure productivamente las prácticas de las
colonizaciones fallidas, una población transitoria que se reacomode por la migración en
las territorialidades urbanas y la seguridad como posibilidad de que lo anterior se otorgue
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en plano de estabilidad y pacificación de la sociedad. Adicionalmente, la renuncia a una
mirada crítica del problema rural y de la distribución de la propiedad agrícola, plantean
que la fragmentación y el control poblacional por poderes locales ilegales retornan en
formas más tecnificadas a las crisis políticas del siglo XIX, sosteniendo unas autonomías
regionales por el uso de la fuerza y manteniendo la fragmentación bajo el manto de un
proyecto de regeneración nacional.
En síntesis, esta construcción de presidencialismo lentamente transforma la diseño del
Estado en procura de instituciones de corte personalista que por un inmediatismo
informativo retorna con nuevos elementos a las crisis fallidas o nunca resueltas de la
conformación del Estado político en Colombia.
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Referencias.
Op. cit. Foucault, M. El nacimiento de la biopolítica, p. 212.
Foucault, M. (2004), Naissance de la Biopolitique, Paris, Gallimard, p. 345.
Berrío Meneses. (2013) La formación del Estado en Colombia. P. 85.