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Hijos Alimentistas

Este documento presenta una introducción general sobre la figura jurídica del "hijo alimentista" en el derecho peruano. Explica que un hijo alimentista es un hijo extramatrimonial cuyo padre no ha sido reconocido ni declarado judicialmente, pero que puede reclamar alimentos del varón con quien su madre tuvo relaciones sexuales durante el período de concepción. Luego, analiza tres enfoques sobre esta figura y concluye explicando que debería desaparecer en el futuro a medida que se apliquen pruebas

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Hijos Alimentistas

Este documento presenta una introducción general sobre la figura jurídica del "hijo alimentista" en el derecho peruano. Explica que un hijo alimentista es un hijo extramatrimonial cuyo padre no ha sido reconocido ni declarado judicialmente, pero que puede reclamar alimentos del varón con quien su madre tuvo relaciones sexuales durante el período de concepción. Luego, analiza tres enfoques sobre esta figura y concluye explicando que debería desaparecer en el futuro a medida que se apliquen pruebas

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PRESENTACIÓN Pág.

DEDICATORIA
HIJOS ALIMENTISTAS:

1. GENERALIDADES .............................................................................................................. 3
2. CONCEPTO .......................................................................................................................... 5
3. LA IGUALDAD EN EL TRATAMIENTO DE LOS HIJOS ........................................... 6
4. ACCIÓN ALIMENTARIA .................................................................................................. 8
5. PROBANZA ........................................................................................................................ 11
6. EXTINCIÓN........................................................................................................................ 13
7. EFECTOS JURÍDICOS ..................................................................................................... 14
8. COMPETENCIA DEL PROCESO DE CESE DE ALIMENTOS DEL ....................... 15
HIJO ALIMENTISTA .......................................................................................................... 15
9. LA PRETENSIÓN DE ALIMENTOS DEL HIJO EXTRAMATRIMONIAL, ........... 18
CUYA PATERNIDAD NO ESTÁ DETERMINADA, EN EL
DERECHOCOMPARADO .................................................................................................. 18
10. EL HIJO ALIMENTISTA, “CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA”.......... 22

JURISPRUDENCIA…………………………………………………………………………......30
BIBLIOGRAFÍA

1
El ordenamiento jurídico de un país no puede ignorar las relaciones personales, pero
tampoco puede gobernar en detalle todos los sucesos de la vida íntima y cotidiana del
núcleo doméstico, por eso, sólo establece normas generales sobre la materia.

El presente trabajo, ofrece una visión integral de la figura jurídica del “hijo alimentista”
que se encuentra regulado por el artículo 415º del Código Civil; tema de gran interés tanto
para estudiantes como para operadores del sistema jurídico, por cuanto el término “hijo
alimentista” es confuso, equívoco, pues no se trata legalmente de un hijo, ya que no ha
habido reconocimiento ni declaración judicial de paternidad, sino que se presume filiación
pero sólo con efectos alimentarios, obligándose al varón que tuvo trato sexual con su
madre en la época de la concepción, a alimentar a este extramatrimonial puramente
alimentista.

Por lo tanto, la naturaleza del trabajo tiene la finalidad de aclarar la figura jurídica del
“hijo alimentista”, abarcando todo lo concerniente a este, incluyendo además diversas
jurisprudencias que permitirán un mejor entendimiento del tema, esperando que colme las
expectativas de la responsable de la cátedra.

Juliaca, junio del 2010

2
1. GENERALIDADES

El actual tratamiento legislativo de la acción de reclamación de la paternidad extramatrimonial


determina que esta procede solo en los casos taxativamente contemplados en la ley, no obstante la
vigente regulación de la causal de acreditación del vínculo parental a que se refiere el inciso 6 del
artículo 402 del Código Civil. Siendo que esta última causal se sustenta en la actuación de la prueba
del ADN u otras pruebas genéticas o científicas con igual o mayor grado de certeza, es posible que
ellas no se puedan actuar por diversas razones; Sobre este punto, se puede decir que

“la previsión del legislador” es siempre más pobre que la realidad, ya que existen numerosos
casos marginados que no han sido acogidos por la ley y menos pueden ser encajados en la misma,
como el de la empleada del hogar vejada y embarazada por el patrón o por los hijos de éste, la
mujer que accedió al trato sexual bajo la falsa promesa de matrimonio, el de la enamorada
embarazada y abandonada por el presunto padre, las relaciones extramatrimoniales que mantiene
el casado con su amante, etc.; Todos estos casos, no encuentran una respuesta en la ley para la
determinación de la filiación.

Sin embargo y siguiendo los sistemas legislativos que combinan los criterios prohibidos y
permisivos para la investigación de la paternidad extramatrimonial, para los casos indicados y, en
general, para cualquier supuesto de hecho que no encaje en la previsión legal del artículo 402 del
Código Civil, se contempla una simple acción a efectos de alimentos, fundada en la posibilidad de
la paternidad; esto es, sobre la base de una presunción relativa de paternidad para solo los efectos
alimentarios. Vale decir, fuera de los supuestos excepcionales de investigación judicial de la

3
paternidad, se permite al hijo extramatrimonial reclamar una pensión de alimentos –que se regula
de acuerdo con los criterios
establecidos en el artículo 481 del Código Civil: considerando las necesidades de quien los pide
y las posibilidades de quien debe darlos– al varón que ha tenido relaciones sexuales con su madre,
durante el periodo legal de la concepción; pensión que
estará vigente hasta la edad de 18 años cumplidos, pudiendo subsistir si llegado a su mayoría no
puede proveer a su subsistencia por incapacidad física o mental (artículo 415 del Código Civil). Se
trata, entonces, de un hijo extramatrimonial cuya paternidad no ha sido reconocida ni declarada
judicialmente.

Al respecto, la Corte Suprema ha determinado el sentido del artículo 415 del Código Civil. Así:

“Consecuentemente, la correcta interpretación de la norma citada es que el pago de


alimentos, en el caso de hijos extramatrimoniales tiene como finalidad evitar que los
hijos no reconocidos voluntariamente queden en estado de indefensión al no poder
satisfacer sus necesidades económicas, debiendo asumir tal responsabilidad el que
ha mantenido relaciones sexuales con la madre en la época de la concepción. En todo
caso, la aplicación de la prueba genética u otra de validez científica de igual o mayor
grado de certeza deviene potestativa al demandado, cuando se escolta la demanda con
elementos probatorios que hagan presumir su paternidad y no necesariamente la
certeza de una relación sexual; determinación que no implica desconocer
definitivamente el derecho que por otra vía puede corresponderle a la actora en
representación del alimentista”.

La denominación de "hijo alimentista" en opinión de Arias-Schreiber, es poco acertada. Refiere que


se trata de un término equívoco ya que parte del error de denominar “hijos” a quienes en realidad
no lo son, por eso también Varsi Rospigliosi y Miranda Canales estiman que se trata más bien de
un acreedor alimenticio.

Por estas razones se ha planteado la necesidad de crear la figura del "hijo alimentista", surgiendo
sobre el particular hasta tres planteamientos:

4
a) El conservador.- Sustenta que esta figura jurídica debe permanecer tal corno se halla
regulado en el Código Civil por su gran utilidad para los hijos no reconocidos ni
declarados judicialmente.

b) El innovador o radical.- Que propone derogar todo el capítulo del epígrafe por
considerarlo obsoleto (opinión de la Sub Comisión de Familia).

c) El moderado.- sostiene que la figura debe conservarse hasta que llegue el momento que
sea pertinente suprimirlo, planteamiento que compartimos con Arias-Schreiber.

En efecto, este capítulo de los hijos alimentistas deberá desaparecer a futuro en la medida que se
vayan aplicando las pruebas del ADN u otras de validez científica y, desde luego, siempre que se
abarate su costo.

En nuestro país las normas del Código Civil en esta materia se inspiran en los artículos 367,
381, 382 y 386 del Código Civil de 1936. Luego, en el Código Civil actual en el artículo 415 y
siguientes, el que ha sufrido una modificación significativa por Ley N° 27048 de 06.01.99 que
permite la aplicación de las pruebas genéticas u otra de validez científica. A ello se suma otra
modificatoria por virtud del artículo 5º de la Ley N° 28439 de 28.12.04, que agrega el cese de
la obligación alimentaría si se comprueba que no es el padre.

2. CONCEPTO

Algunos autores los llaman “hijos puramente alimentistas”. Son los hijos extramatrimoniales no
reconocidos voluntariamente por sus padres, ni declarados judicialmente, pero que pueden reclamar
una pensión alimentaría que disfrutarán hasta los dieciocho años, de quien tuvo relaciones sexuales
con la madre durante la época de la concepción.

Se trata, luego, de hijos legalmente sin padres, por consiguiente, no llevan sus apellidos, no tienen
amparo de la patria potestad, no poseen derechos sucesorios y, sin embargo, la ley no desconoce su
derecho a sobrevivir, razón por la cual les reconoce una pensión alimentaria por el estado de
necesidad en que se hallan.

El notable tratadista Cornejo Chávez, expresa, que es el hijo extramatrimonial no reconocido ni


declarado por su padre, pero a quien debe pasar una pensión alimenticia hasta cierta edad el varón

5
que hubiera mantenido relaciones sexuales con la madre en la época de la concepción. Entonces,
no es como su nombre pareciera sugerirlo de que todo hijo tiene derecho a alimentos, pues entonces
todos lo serían en tanto se hallen en estado de necesidad.

En este sentido, afirma Fernández Clérigo, que "por regla general todas las legislaciones, pese a
errores y lagunas que siempre se encuentran y de los que no pueden librarse las obras humanas por
escrupulosas que sean, conceden a los hijos extramatrimoniales, que no pueden ser reconocidos ni
declarados, respecto de los padres, un derecho de alimentos, cuando por la edad u otras
circunstancias aquéllos los necesiten, y al sólo efecto de la concesión de esa pensión alimenticia
que la ley otorga".

3. LA IGUALDAD EN EL TRATAMIENTO DE LOS HIJOS

El Código Civil de 1936 hacía una


diferencia entre los hijos por su origen, así, eran considerados legítimos aquellos nacidos durante
el matrimonio o dentro de los 300 días siguientes a su disolución (artículo 299), e ilegítimos
aquellos nacidos fuera del
matrimonio (artículo 348).

Posteriormente, nuestra Constitución Política de 1979 superó esta diferencia que se hacía
entre los hijos, al establecer en su artículo seis que todos los hijos tenían iguales
derechos, prohibiéndose toda mención sobre el estado civil de los padres y la naturaleza de la
filiación de los hijos en los registros civiles y en cualquier documento de identidad.

En este mismo sentido se pronuncia nuestra actual Constitución al señalar en su artículo seis
tercer párrafo que todos los hijos tienen iguales derechos y deberes, agregando que está
prohibida toda mención sobre el estado civil de los padres y sobre la naturaleza de la filiación
en los registros civiles y en cualquier otro documento de identidad.

Este articulado no hace sino ir acorde con lo establecido en las Declaraciones Internacionales
sobre Derechos Humanos suscritos por nuestro país que prohíben toda forma de discriminación.
Así, la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 2 inciso 1) señala que toda
persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en dicha Declaración, sin distinción
alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
6
De igual modo se pronuncia la Convención Americana sobre Derechos Humanos al disponer en
su artículo 24 que todas las personas son iguales ante la ley, en consecuencia, tienen derecho sin
discriminación a igual protección de la ley.

Sobre la conceptualización de la igualdad el Tribunal Constitucional en la Sentencia del 26 de


marzo de 2003 recaída en el Expediente Nº 261-2003-AA/TC ha señalado que la igualdad debe
percibirse como un principio rector de la organización y actuación del Estado y como un derecho
fundamental de la persona, y es en este sentido que implica “el reconocimiento de la existencia de
una facultad o atribución conformante del patrimonio jurídico de una persona, derivada de su
naturaleza, que consiste en ser tratada igual que los demás en relación a hechos, situaciones o
acontecimientos coincidentes; por ende, como tal deviene en el derecho subjetivo de obtener un
trato igual y de evitar los privilegios y las desigualdades arbitrarias”.

Señala además el Tribunal Constitucional que dicho derecho instala a las personas situadas en
idéntica condición en un plano de equivalencia, por ello no se pueden establecer excepciones o
privilegios que excluyan a una persona de los derechos que se le conceden a otra en paridad
sincrónica o por concurrencia de razones.

Por lo expuesto es que no deben existir en nuestra legislación normas discriminatorias, sino
por el contrario normas que permitan un igual tratamiento a las personas que se encuentren en
igualdad de situaciones.

En el caso que nos ocupa, si bien el Código Civil no se ha colocado en el supuesto del hijo
alimentista que siga una profesión u oficio con éxito y solo prescribe que aquel tiene derecho a
los alimentos hasta los 18 años de edad, a diferencia de los hijos reconocidos a quienes sí se les
considera tal derecho.

Los alcances de la igualdad de los derechos se reflejan en:

El tercer párrafo del Art. 6º de la Constitución Política del Perú, referida al alcance
igualitario de derechos entre los hijos que tienen filiación establecida con sus
padres (matrimonial o extramatrimonialmente), más no es de aplicación dicho
principio de igualdad a los denominados “hijos alimentistas”.

*CAS. Nº 870-06-Puno, Corte Suprema.

7
¿Cuál es la diferencia en el tratamiento legal entre un hijo con vínculo paterno-filial y un hijo
alimentista?

Si bien, como ya se mencionó, el tercer párrafo del artículo seis de la Constitución Política
del Estado señala que todos los hijos tienen iguales deberes y derechos, tratándose de derecho
de alimentos existe diferencia entre aquellos hijos extramatrimoniales que tienen relación
paterno filial de aquellos que no tienen filiación con el presunto padre, como son los
denominados hijos puramente alimentistas, con quienes solo mantienen una obligación
pecuniaria.

Al respecto la Corte Suprema, menciona:

“Sostener una completa igualdad entre los hijos cuyo vínculo paternal se
encuentra establecido, con los hijos cuya paternidad no ha sido reconocida ni
declarada judicialmente, significaría admitir que el obligado en este último
caso tiene la calidad de “padre” y que por tanto, además de alimentos, el
alimentista también puede reclamar herencia y otros derechos, lo que
evidentemente no refleja la voluntad objetiva de la norma constitucional. En
este sentido, al hijo no reconocido ni declarado solo le corresponden
alimentos hasta los dieciocho años de edad, salvo que acredite incapacidad
física o mental”.

(Cas. Nº 870-06-Puno. Lima, 04/10/2006).

4. ACCIÓN ALIMENTARIA

a) NOCIÓN Y FUNDAMENTO.- El artículo 415, modificado por el numeral 2° de la Ley


N° 27048, dispone que, fuera de los casos del artículo 402, el hijo extramatrimonial
sólo puede reclamar del que ha tenido relaciones sexuales con la madre durante la época
de la concepción una pensión alimenticia hasta la edad de los dieciocho años. La
pensión continúa vigente si el hijo, llegado a la mayoría de edad, no puede proveer a su
subsistencia por incapacidad física o mental. El demandado podrá solicitar la aplicación
de la prueba genética u otra de validez científica con igual o mayor grado de certeza. Si
éstas dieran resultado negativo, quedará exento de lo

8
dispuesto en este artículo.

La Ley N° 28439 agrega lo siguiente: "Asimismo, podrá accionar ante el mismo


juzgado que conoció del proceso de alimentos el cese de la obligación alimentaria si
comprueba a través de una prueba genética u otra de validez científica con igual o
mayor grado de certeza que no es el padre". La modificatoria llena un vacío, puesto
que el deudor alimentario al probar que no es el padre no tenía derecho para exigir el
cese de la obligación alimentaria, como ahora ya se le reconoce.

La acción alimentaria del hijo no reconocido ni declarado por su padre se funda en el


derecho a la vida que tiene todo ser humano por el hecho de serlo. En tal sentido, alguien
habrá de proveer a la subsistencia de ese hijo sin familia privado del status jurídico
familiar y, ese alguien, en opinión del autor mencionado "no puede ser otro que aquél
a quien, no con certeza y ni siquiera con vehemente verosimilitud o probabilidad, mas
sí con razonable posibilidad, puede reputarse como el progenitor.

b) CARÁCTERES DE LA ACCIÓN ALÍMENTARIA.- El artículo 415, sobre este


particular, destaca las notas distintivas siguientes:

Consagra una presunción de paternidad sólo para efectos alimentarios, que puede ser
destruida por el presunto padre.

Sólo acuerda al hijo un derecho frente al alegado padre y no frente a la madre, por tanto
no puede hacerse valer contra los ascendientes ni descendientes en la línea paterna.

Exige acreditar el hecho de la relación sexual entre, el demandado y la madre del actor
en época contemporánea a la concepción.

La sentencia que fija alimentos para el acreedor alimentista no constituye prueba de


paternidad extramatrimonial.

Permite la aplicación de pruebas genéticas u otras de validez científica para descartar la


paternidad, lo que constituye un gran avance.

Si estas pruebas dieran resultado negativo el presunto padre quedará exento de lo


dispuesto en el artículo 415 antes mencionado.

9
Asimismo, podrá accionar ante el juzgado que conoció del proceso de alimentos el cese
de la obligación alimentaría si comprueba a través de una prueba genética u otra de
validez científica con igual o mayor grado de certeza que no es el padre.

c) TITULARES DE LA ACCIÓN.- La acción por mandato del artículo 417


corresponde al hijo alimentista no reconocido ni declarado por su padre, por tanto, es
una acción personal.

No obstante ello, esta acción puede ejercitarse por medio de un representante legal
(madre) y se la dirige contra el presunto padre o sus herederos. Los herederos, sin
embargo, de conformidad con el artículo 480 del Código Civil no tienen la obligación
de pagar al hijo más de lo que habría recibido como heredero si hubiese sido
reconocido o judicialmente declarado

Se advierte que los herederos sólo asumen la responsabilidad de cumplir con el pago
de la pensión de alimentos, pero no la obligación en sí misma. Esa responsabilidad
gravitará sobre la herencia del causante sin alcanzar a los bienes de los herederos y
afectará la porción disponible hasta donde fuera necesario para cumplirla, con lo cual,
se conserva intacta la legítima de aquellos herederos forzosos. (728 del CC)

Así, por ejemplo, si el causante tuviese cónyuge y 2 hijos reconocidos, para efectos de
determinar la parte afectada de la porción disponible se deberá considerar al hijo
alimentista como un “heredero”.
En este supuesto el causante tendría cuatro herederos. Siendo así, de la porción
disponible – considerada como un todo– solo se destinará para el cumplimiento de esa
obligación alimentaria un cuarto de la misma.

Apréciese que la responsabilidad de pago de la pensión de alimentos se cumplirá hasta


agotar la parte afectada de la porción disponible de la herencia o hasta que el alimentista
alcance la mayoría de edad, lo que ocurra primero.

10
5. PROBANZA

a) PRUEBA DE LAS RELACIONES SEXUALES.-

La probanza de las relaciones sexuales no podrá obtenerse más que de una manera
indirecta y de acuerdo a las circunstancias de cada caso. La posibilidad de la directa
acreditación consistirá en su filmación o grabación; pero la carga probatoria se centrará
en demostrar los indicios que en su conjunto adquieran significación y conduzcan al
Juez de Familia a la certeza de su comisión. Sin duda no bastará la partida de nacimiento
del hijo en la que aparezca mencionado el varón demandado corno padre del titular de
ese documento público.

“La probanza para los fines de la filiación debe ser contundente, lo que no debe
ocurrir tratándose de los alimentos para un hijo alimentista. La propia naturaleza
de los hechos hace difícil acreditar objetivamente las relaciones íntimas que
hubiera mantenido la madre con la persona contra quien se reclama los alimentos,
razón por la cual se tiene que recurrir a indicios y a presunciones para llegar a la
conclusión determinante sobre las relaciones imputadas”

La admisión expresa o tácita de haber sostenido relaciones sexuales, de carácter habitual


y notorio de la relación de pareja, la seducción de la madre por promesa de matrimonio,
por maniobras fraudulentas o abuso de autoridad, entre otros, son algunos de los hechos
que
requieren ser probadas para
demostrar la existencia de las relaciones sexuales, por eso se dice que la obligación de
prestar alimentos para el hijo alimentista no deriva de la certeza de la paternidad, sino
de la existencia de presuntas relaciones sexuales en la época de la concepción.

Debe destacarse que la mención del demandado en la partida de nacimiento del menor
alimentista no constituye un medio probatorio que acredite las relaciones sexuales.
Así lo ha precisado la Corte Suprema:

“Que para la probanza de las relaciones sexuales no debe tenerse en cuenta


la partida de nacimiento de la menor alimentista, por más que aparezca en

11
forma clara e inequívoca el nombre del demandado como presunto padre de
dicha menor, y a pesar de no haber solicitado aquel la exclusión de su
nombre, así la menor llevara sus apellidos durante años”.

Igualmente y en atención a la sanción prevista en el artículo 392 del Código Civil de


tener por no puesta la mención de quien no efectúa el reconocimiento, es irrelevante
que en la partida de nacimiento se haya consignado como presunto padre a otra persona
distinta del demandado.

Cabe mencionar también que, ante la negativa del demandado de someterse a algunas
de las pruebas, luego
de haber sido debidamente notificado bajo
apercibimiento, hasta por dos veces, el juez, después de evaluar dicha negativa, las
pruebas presentadas y su conducta procesal, resolverá declarando la paternidad o al
hijo como alimentista; es decir, declara la filiación o le otorga una petición
alimenticia al llamado “alimentista

Los Códigos más recientes han descartado definitivamente el principio de la


presunción de paternidad para dar curso al empleo de las pruebas biológicas u
otras de validez científica con igual o
mayor grado de certeza, que tienen hoy en día mayor contundencia en la
determinación de la paternidad no matrimonial. Nuestro Código con la
modificatoria por Ley N° 27048, se establece que el demandado podrá solicitar
la
aplicación de la prueba genética u otras de validez científica con
igual o mayor grado de certeza. Si éstas dieran resultado negativo, quedará exento de
lo dispuesto en este artículo. Así, el Código se pone a la altura de los tiempos cuando
admite estas pruebas.

b) PRUEBAS SOBRE LA CONDUCTA DE LA MADRE.- La presunción iuris


tantum mencionada podía ser destruida por el alegado padre si acreditaba que
durante la época de la concepción la madre tuvo:

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CONDUCTA NOTORIAMENTE DESARREGLADA.- Esto es, si la
madre tanto en su vida pública como privada muestra conducta que se
caracteriza por su entrega a la sensualidad y los placeres mundanales en
forma notoria que no condice con los dictados del honor y la dignidad, la
moral y las buenas costumbres. La ley no sólo exige conducta
desarreglada, sino que sea notoriamente desarreglada.

TRATO CARNAL CON PERSONA DISTINTA DEL PRESUNTO


PADRE.- Vale decir, relaciones sexuales con varias personas, donde la
habitualidad es una de sus características fundamentales, por tanto, no
puede -de manera inequívoca- imputarse la paternidad a una sola persona.

IMPOSIBILIDAD DE ACCESO CARNAL CON EL


DEMANDADO.- La acción es improcedente si durante la misma época fue
manifiestamente imposible al demandado tener acceso carnal con la madre,
sea porque estuvo privado de la libertad, por encontrarse de viaje,
enfermedad grave u otra causa semejante.

Conviene precisar que la conducta de la madre debe haber sido notoriamente desarreglada, que
la misma haya mantenido pluralidad de cópulas con personas distintas y que la imposibilidad
del demandado para tener acceso carnal con la madre sea manifiesta. Sólo en esos casos podía
enervarse el derecho alimentario del hijo alimentista.

Sin embargo, la Ley N° 27048 ha derogado el artículo 416 del Código Civil, el que permitía al
demandado invocar la exceptio plurium concubentium, por el que se alegaba la conducta
notoriamente desarreglada de la madre o el trato carnal que ella haya mantenido con otras
personas o la imposibilidad de que el demandado haya tenido trato sexual con la madre; empero,
esta derogatoria no impedirá que los demandados en estos procesos invoquen esos mismos
hechos como medios de defensa de su parte, hechos que deberán ser apreciados por el juez de
acuerdo con el principio de la multiplicidad de las pruebas y la unidad del tema probandi.

6. EXTINCIÓN

El derecho alimentario del hijo extramatrimonial no reconocido ni declarado por su padre se


extingue por las siguientes causales:
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a) Por llegar el alimentista a la edad de dieciocho años, salvo que el hijo no se encuentre en
condiciones de proveer a su subsistencia por incapacidad física o mental, en cuyo caso,
la pensión alimenticia continuará vigente
mientras dure tal incapacidad.

b) Por muerte del obligado o alimentante, sin embargo, muerto éste, su herencia deberá
seguir soportando la carga de los alimentos por un monto no mayor a la herencia que
hubiera recibido el hijo de haber sido reconocido o declarado.

c) Por muerte del alimentista, en cuyo caso, sus herederos están obligados a pagar los gastos
de los funerales. (415, 486 y 728)

7. EFECTOS JURÍDICOS

La condición del hijo alimentista genera consecuencias jurídicas de trascendencia que es necesario
señalar:

a) DERECHO A UNA PENSIÓN ALIMENTARIA.-


Como se tiene mencionado el acreedor alimentista puede reclamarlo hasta los 18 años de
edad, sin embargo dicha pensión continua vigente si el hijo referido no puede proveer a su
subsistencia por incapacidad física o mental.

Al respecto la Corte Suprema señala:

La pensión alimenticia debe ser graduada según las particularidades del


alimentante y de la alimentista; esto es, que la menor no se encuentra en
aptitud de atender por sí misma su subsistencia y que el demandado es
casado y tiene un hijo de corta edad

(Exp. Nº 452-98. Lima, 18/10/99).

“(...) Debe tenerse presente las necesidades de los alimentistas, y, en ese


sentido la pensión alimenticia ha de guardar la proporción debida (...)”

(Exp. Nº 3356-95-Lima, 26/03/97).

14
b) IMPEDIMENTO PARA CONTRAER MATRIMONIO.- Precisamente el inciso
primero del artículo 242º expresa que el fallo que condena al pago de alimentos en favor del
hijo extramatrimonial no reconocido ni declarado judicialmente produce también el
impedimento matrimonial. Sin duda, tiene su fundamento en la necesidad de prevenir
matrimonios incestuosos aun cuando parezca que el hijo no tuviera progenitores, pero el
hecho de que el presunto padre tuvo relaciones sexuales con la madre en la época de la
concepción, ya es un indicio para conjeturar que es hijo suyo.

c) LIMITACIÓN DE OBLIGACIÓN ALIMENTARIA ENTRE PADRE E HIJO


ALIMENTISTA.- Según el artículo 480º la obligación de alimentarse que tiene un padre y
su hijo extramatrimonial no reconocido ni declarado, conforme a lo dispuesto en el artículo
415º, no se extiende a los descendientes y ascendientes de la línea paterna.

Por el contrario, ellos –los herederos– solo asumen la responsabilidad de cumplir con el
pago de la pensión de alimentos, pero no la obligación en sí misma. Esa responsabilidad
gravitará sobre la herencia del causante –sin alcanzar a los bienes de los herederos– y
afectará la porción disponible hasta donde fuera necesario para cumplirla (artículo 728 del
Código Civil); con lo cual, se conserva intacta la legítima de aquellos herederos forzosos.

d) PENSIÓN ALIMENTICIA Y GRAVAMEN SOBRE LA PORCIÓN DISPONIBLE.-


Según el articulo 728º, si el testador estuviese obligado al pago de una pensión alimenticia
conforme al artículo 415º, la porción disponible quedará gravada hasta donde fuera
necesario para cumplirla

8. COMPETENCIA DEL PROCESO DE CESE DE ALIMENTOS DEL HIJO

ALIMENTISTA

La contundencia de las pruebas biológicas, como la prueba de ADN, ha marcado el camino para
que la verdad biológica prime sobre la verdad formal que se sustenta en desfasadas presunciones.
Prueba de ello lo constituyen las modificaciones al libro de familia del Código Civil en los últimos
años que han incluido a las pruebas biológicas u otras de validez científica con igual o mayor grado
de certeza, dejando de lado las presunciones

15
En el tema de alimentos, la figura del hijo alimentista descansa sobre el hecho de que la madre haya
tenido relaciones sexuales con un hombre durante la época de la concepción para que sea indicativo
de paternidad (ya que puede ser cierto que sea el padre como que no). Es solo un indicativo, un
hecho que se tiene por cierto, salvo que se acredite que no es así. En efecto, la solicitud de la
aplicación de las pruebas biocientíficas constituye un medio de defensa para el sujeto demandado
al pago de una pensión alimenticia por el referido supuesto.

Si se comprueba a través de una prueba genética y otra de validez científica que el demandado no
es el padre, este podrá demandar el cese de la obligación alimentaria ante el mismo juzgado que
conoció el proceso de alimentos (artículo 415. del. CC).

Según se desprende del artículo 415 del Código Civil, la solicitud de las pruebas biológicas puede
ser ofrecida en dos momentos:

Cuando por vez primera se demande la pensión alimenticia en mérito de la figura del
hijo alimentista. En caso el resultado de la prueba resulte negativo, se configura un
supuesto de exoneración del pago de alimentos.

Cuando el ya obligado a prestar alimentos (en mérito a la figura del hijo alimentista)
accione ante el mismo juzgado que conoció el proceso de alimentos acreditando que
no es el padre a través de las pruebas biológicas. En este caso, si el resultado de las
pruebas es negativo, se configura el cese de la obligación alimentaria.

Es decir, mientras que en la primera parte se indica expresamente que el hijo extramatrimonial
reclama una pensión alimenticia del que ha tenido relaciones sexuales con la madre durante la época
de la concepción, pero si aquel a quien se dirige la acción logra desvirtuar ser el padre, quedará
exento de tal obligación. Se entiende que ello ocurre durante el proceso de alimentos, pero debido
a que el indicado artículo materia de modificación tiene estrecha relación con el artículo 402 del
C.C. el que prescribe pruebas de rigor científico, que el presunto padre acceda a realizarse en el
proceso de filiación; y demuestre así que el no es el progenitor del reclamante.

Si bien es cierto que el artículo en mención se ubica dentro de la estructura del CC, su naturaleza
es de derecho procesal y de manera idéntica sucede con el artículo 402 al contener pautas que

16
deben regir el proceso de reclamo de pensión alimenticia y filiación extramatrimonial,
respectivamente.

El aludido artículo 415 del CC se refiere al hijo alimentista y nuevamente, se desliza el proceso de
filiación extramatrimonial atribuida al demandado; mas en este caso lo que ocurre es que aquel ha
logrado desvirtuar tal premisa, y por ello de una manera muy lógica, se le libera de la obligación de
continuar prestándolos.

Es decir, mientras que en la primera parte se indica expresamente que el hijo extramatrimonial
reclama una pensión alimenticia del que ha tenido relaciones sexuales con la madre durante la época
de la concepción, pero si aquel a quien se dirige la acción logra desvirtuar ser el padre, quedará
exento de tal obligación. Se entiende que ello ocurre durante el proceso de alimentos, pero debido
a que el indicado artículo materia de modificación tiene estrecha relación con el artículo 402 del
C.C. el que prescribe pruebas de rigor científico, que el presunto padre acceda a realizarse en el
proceso de filiación; y demuestre así que el no es el progenitor del reclamante.

Así la modificatoria en cuestión nos lleva al terreno de un proceso de alimentos que ya finalizó con
una sentencia favorable al reclamante, y que se viene ejecutando, por cuanto indica que el obligado
podrá recurrir al mismo juzgado que conoció del proceso de alimentos y solicitar el cese de la
obligación alimentaría.

Además, es dicho juzgado a quien nuestro legislador le enviste de competencia para conocer este
nuevo proceso.

Cabría además la posibilidad de que aquel que ha demostrado no tener vínculo alguno con el
solicitante de alimentos, peticione la devolución de los pagos por concepto de pensión efectuados,
como incidente del mismo proceso de cese de la obligación alimenticia. La. Llamamos así por
cuanto este supuesto no se enmarca de manera alguna en el de exoneración o extinción, ya que
descansa en diferentes supuestos fácticos

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9. LA PRETENSIÓN DE ALIMENTOS DEL HIJO EXTRAMATRIMONIAL, CUYA

PATERNIDAD NO ESTÁ DETERMINADA, EN EL DERECHO COMPARADO

La orientación seguida por el Derecho comparado revela el cuidado que evidencian las legislaciones
para llegar a una solución que permita, por un lado, que la madre y su hijo no matrimonial obtengan
los alimentos, y también lo necesario en la época de la gestación, alumbramiento y puerperio, por
la vía más sumaria posible y, por otra parte, evite la injusticia de que se pague alimentos
provisionales mientras se sustancie el juicio respectivo que puede conducir, en ocasiones después
de largo lapso, a la comprobación de que no existe título alguno para consumirlos.

Sobre esa materia conviene tener presente lo que sigue:

a) EL SISTEMA BELGA.- Es ilustrativo el procedimiento acogido por el legislador belga.


Se sabe que cuando en Bélgica regía el Code Napoleón, la investigación de la paternidad
hallábase solo permitida en casos que importan o un reconocimiento – posesión de
estado– o la comisión de un delito que se vincula a la época de la concepción –rapto,
privación de libertad, secuestro, violación de la madre–. Prácticamente, pues, la
investigación de la paternidad extramatrimonial resultaba vedada. Pero, ya la Ley del 6
de abril de 1908 había otorgado al hijo no matrimonial una acción por alimentos que no
resulta declaratoria de filiación, contra quien tuvo relaciones sexuales con la madre
durante el periodo legal de la concepción. Es decir, que el condenado a prestar los
alimentos no es, jurídicamente, padre del niño no matrimonial. La
acción de este último era, entonces, meramente creditoria, pero no de filiación. La prueba
que se debe aportar es, además, calificada: se debe probar las relaciones sexuales, por un
lado; por el otro, que se verificarán durante el periodo legal de la concepción. Pero tales
hechos deben surgir sobre la base de medios de pruebas limitados: la confesión escrita del
demandado, o el carácter notorio y habitual de las relaciones, o el atentado al pudor sin
violencia sobre una mujer menor de dieciocho años, o la seducción calificada de la madre.

La causal significativa es la relativa a la prueba de las relaciones sexuales mediante la


comprobación del carácter habitual y notorio de ellas, lo cual puede acaecer por medio de
testigos. Sin embargo, la mencionada Ley belga otorgó al demandado dos excepciones

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perentorias: la exceptio plurium y la inconducta notoria, a parte de los demás medios de
defensa.

El sistema del legislador belga se explicaba porque se vedaba, prácticamente, toda


investigación de paternidad no matrimonial. Pero la Ley francesa Nº 72-3, del 3 de enero
de 1972, dejó a un lado tal sistema legal.

b) EL SISTEMA FRANCÉS.- No está de más señalar que a comienzos del segundo


decenio del siglo pasado, la ley francesa, del 16 de noviembre de 1912, al modificiar el
artículo 340 del Code Napoleón, que prohibía la investigación de la paternidad no
matrimonial, salvo en el caso de rapto inculpado a la época legal de la concepción,
permitió esa indagación en ciertos supuestos: rapto y violación, referidos a la época de
la concepción, seducción, confesión escrita, concubinato notorio o posesión de estado.
Esa acción debía intentársela, so pena de
caducidad, dentro de los dos años que seguían al alumbramiento, o bien, a la cesación del
concubinato notorio o de los hechos que originaron una especie de posesión de estado,
que se concretaba en el mantenimiento y educación del niño en calidad de padre. Contra
tal acción el demandado podía oponer estas excepciones perentorias: el plurium
concubentium, la inconducta notoria, o la imposibilidad física (por ausencia o por el
efecto de algún accidente.

Es lógico, entonces, que ante ese sistema la acción por alimentos sufría las consecuencias
de él: solo habiéndose declarado la filiación procedía la condena respectiva. Sin embargo,
la jurisprudencia, anterior a la ley de 1912, había atenuado el rigor de esas conclusiones
en el caso de seducción dolosa de la madre y de promesa de sustentar al hijo no
matrimonial (“natural”) que resultare de prueba por escrito o de posesión de estado.

La ley francesa del 15 de julio de 1955, no solo admitió la acción de alimentos de los
hijos “adulterinos”, sino que amplió el concepto de las hipótesis de la idea de sanción (v.
gr., en lo referente a la seducción dolosa) y lo atinente a la materia probatoria.

Empero, es la ley del año 1972 la que brinda al Derecho francés una fisonomía jurídica
que se acerca a la idea de igualdad jurídica de las filiaciones.

19
c) EL SISTEMA ITALIANO.- El Código Civil italiano, cuyo libro I regía desde el 1 de
Julio de 1939, había establecido la obligación de alimentos del padre hacia el hijo
“natural” y los descendientes “legítimos” de él, aparte de los estrictamente necesarios
para el nieto “natural” (artículo 435, derogado por la ley del 19 de mayo de 1975). Pero,
en este caso, la filiación “natural” debía ser legalmente reconocida o declarada, a cuyo
efecto se aplicaban los principios regulatorios de la paternidad y de la maternidad
“natural” (antiguos artículos 267 a 277).

El nuevo Derecho de Familia establecido en la Ley italiana Nº 151 del 19 de mayo de


1975, no solo admite el reconocimiento del hijo no matrimonial aun cuando quien lo
reconoce ya se hallaba unido en matrimonio con otra persona a la época de la
concepción (artículo 250), sino que prevé supuestos de reconocimiento del hijo
concebido con el
impedimento matrimonial de parentesco en grado prohibido, mediando buena fe de quien
efectúa el reconocimiento (artículo 251). La investigación de paternidad y maternidad de
los hijos no matrimoniales es admitida en los casos en que el reconocimiento de esa
filiación resulta procedente, correspondiendo todo género de pruebas (artículo 269). La
acción para la declaración judicial de la paternidad o maternidad exige una previa
admisibilidad, que se la aprehende así: “si concurren específicas circunstancias tales de
tornar verosímil (giustificata) la pretensión accionable deducida”. El procedimiento,
entonces, subsigue conforme a las reglas establecidas en el artículo 274. La filiación
“incestuosa” aún admite la investigación judicial si existió rapto o violencia carnal en la
época que corresponde a la concepción (artículo 278). Como se comprende, el examen
probatorio previo para la admisión de la acción de filiación no matrimonial, implica
establecer si existe aquella “verosimilitud de los hechos”.

d) EL SISTEMA ALEMÁN.- El sistema del Derecho alemán, según el Código Civil que
regía el 1° de Enero de 1990, partió de una presunción: se reputa padre del hijo
“natural” al que haya cohabitado con la madre en la época de la concepción, a menos
de que haya cohabitado otro en la misma época (exceptio plurium). Esa presunción que
había establecido el artículo 1717, BGB, caía cuando la cohabitación o las relaciones
sexuales, según las circunstancias, no ha hecho evidentemente posible que la madre

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haya concebido el hijo en virtud de tales relaciones. La exceptio plurium no resultaba
alegable por quien había reconocido en un documento público su paternidad después
del nacimiento del hijo (artículo 1718, BGB).

El plurium concubentium partía sobre la base de que solo la paternidad verdadera


constituye el fundamento de la acción de alimentos; de lo contrario –se ha dicho–
veríase al representante del menor elegir por padre, entre los amantes de su madre, al
más rico o más solvente.

Dicho Código Civil alemán establecía que los alimentos podían ser demandados por la
madre, antes del nacimiento del hijo, para que se condenara provisionalmente al presunto
padre a pagar lo necesario que requiriesen los gastos de alumbramiento y lolos de
manutención de la madre, durante las 6 semanas posteriores al parto, así como la pensión
alimentaria que se debiera suministrar al hijo durante los tres primeros meses (artículos
1715 y 1716, BGB). La acción de la madre, para que procediera, debía tender a acreditar,
prima facie, la paternidad del demandado, probando el embarazo, la fecha probable del
alumbramiento, y la época de las relaciones con el presunto padre. El tribunal debía tener
en cuenta la presunción legal ya indicada (artículo 1717, BGB), pero al demandado le
asistía el derecho de oponer la exceptio plurium concubentium.

Como se observa, el referido Código Civil alemán, si bien protegió altamente al hijo no
matrimonial a los fines de que el padre lo sustentare dentro de los límites legales (artículo
1708, BGB), así como a la madre no matrimonial, no descuidó, aun en el procedimiento
sumario tendiente a conseguir una decisión provisional, de reglar los medios de defensa
perentorios que al demandado le asisten en esa misma vía sumaria, que se tramitaba
oralmente. El demandado tenía la facultad de requerir la absolución de posiciones por
parte de la madre del presunto hijo no matrimonial de aquel.

e) EL SISTEMA SUIZO.- También, el legislador suizo ha organizado minuciosamente el


procedimiento en la materia, sea exigiendo que la acción de reconocimiento del hijo no
matrimonial –aun cuando tienda a obtener solo alimentos– se intente después del
año del nacimiento, pudiendo deducírsela con

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anterioridad a este último (artículos 308 y 309 del Código Civil suizo), sea presumiendo
esa paternidad cuando se prueba la cohabitación en la época de la concepción (artículo
314, 1ª parte, Código Civil suizo), sea haciendo caer esta presunción cuando de los
hechos se deduzcan dudas serias sobre la paternidad del demandado (artículo 314, 2ª
parte, Código Civil suizo), sea ordenando
rechazar la acción cuando la madre vivía, a la época de la concepción, en la inconducta
(artículo 315). Pero los gastos del alumbramiento y de manutención (artículo 317), así
como la pensión alimentaria para el hijo, solo se ordena satisfacerlos si la demanda es
declarada fundada (artículo 319).

Sin embargo, si la paternidad del demandado aparece prima facie establecida (parait
établie), puede el juez, si la madre hállase en necesidad, condenarlo, aun antes de la
sentencia, a dar caución por los gastos presumibles del alumbramiento y por los de la
manutención del hijo durante tres meses (artículo 321). Se concluye, pues, que media
prudente conducta del legislador suizo, que pondera todos los intereses en juego, lo cual,
sin embargo, hoy queda superado por un sistema legal como el nuestro que autoriza toda
especie de pruebas, incluídas las pruebas biológicas.

En la legislación comparada el uso de esta figura es poco frecuente en latinoamerica, ya que sólo
se la ha encontrado con el nombre de action á fins de subsides, instituida en los artículos 342 y
siguientes del Código Civil chileno, a quienes se los llama "hijos ilegítimos no reconocidos
solemnemente". Sin embargo, siguiendo los sistemas legislativos que combinan los criterios
prohibidos y permisivos para la investigación de la paternidad extramatrimonial, se contempla una
simple acción de alimentos fundada en la posibilidad de la paternidad. Esta situación busca brindar
protección al menor, al hijo extramatrimonial que corre el riesgo de caer en el más absoluto
desamparo.

10. EL HIJO ALIMENTISTA, “CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA”

La figura del hijo alimentista regulada en el artículo 415 del Código Civil, cada vez va perdiendo
vigencia, pues con el avance de la ciencia y su exactitud, es impensable que ahora el hijo
extramatrimonial pretenda solo una pensión alimenticia, que es lo único que se logrará conseguir
en mérito de la institución del hijo alimentista, ya que el legislador consideró que “si bien es
inhumano privar a un inocente de los alimentos, tampoco es justo que una persona que puede no
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ser el padre, tenga que asumir el sostenimiento del hijo con la misma amplitud que si fuera un hijo
matrimonial o extramatrimonial reconocido o declarado.

Sin duda alguna la denominación de “hijo alimentista” es una expresión desafortunada que a
muchos lleva a la equivocación. Como ya sabemos el hijo alimentista es aquel menor, fruto de una
relación extramatrimonial, de quien no se ha podido determinar plenamente su paternidad por no
encontrarse en alguno de los cinco primeros incisos del artículo 402 del CC, por lo que solo se le
otorga una pensión alimenticia por parte de quien mantuvo relaciones sexuales con la madre de
aquel al tiempo de la concepción; es solo, como diría Varsi Rospigliosi, un “acreedor alimentario”,
por lo que este mal llamado “hijo” no tiene “ningún otro derecho propio de la filiación legalmente
establecida”.

Como vemos, esta figura nace de la duda de no saber con certeza quién es el padre de un menor,
así está establecido en el artículo 415 del Código Civil; posteriormente, al promulgarse la Ley N°
27048, esta figura se hizo presente en el inciso 6 del artículo 402 del C.C. como una de las
consecuencias de la negativa del demandado a someterse a la prueba de ADN, ante lo cual la
doctrina respondió que “la salida legal de declarar al hijo como alimentista (…) no es la más
adecuada, pues teniendo las pruebas de ADN, esa figura no debiera existir en nuestro
ordenamiento civil ya que se presume la paternidad de aquel que tuvo relaciones sexuales con la
madre en la época de la concepción, y deja la duda de saber si el demandado era padre o no del
alimentista, obviando el derecho de todo niño y niña a conocer su origen biológico”.
Opinión que compartimos plenamente, pues ¿por qué otorgarle a un niño solo una apariencia de
padre y a este un acreedor alimentario, quien tal vez sea su hijo, cuando con la prueba de ADN tal
duda se salvaría y se le pueda otorgar a tal niño, mal llamado “hijo alimentista”, todos los derechos
que tiene un auténtico hijo respecto de su padre y no privarlo de estos?.

En efecto, si bien la figura del “hijo alimentista” resultaba adecuada hace poco más de dos
décadas atrás, ahora no lo es, debido a que no se le puede seguir privando a un niño del derecho a
conocer su propio origen biológico, y por ende, conocer a su auténtico padre, por el simple hecho
de no encontrarse dentro de los indicios enumerados en los cinco primeros incisos del artículo 402
del CC, siendo que ahora se puede establecer su verdadera filiación y esclarecer toda incertidumbre
a través de la experticia de ADN. Afortunadamente así lo ha entendido el legislador al eliminar esta

23
figura del inciso 6 del artículo 402 del CC con la promulgación de la Ley N° 28457, lo cual viene
a ser un gran avance.

Además, es preciso tener en cuenta que esta figura es propia de un sistema cerrado, pues al no poder
encajar una determinada situación dentro de los supuestos taxativos que este sistema establece, no
queda más que declarar al niño, cuya paternidad se quiere determinar, como hijo alimentista. Es
decir, esto es algo así como el resultado de no poder ubicarnos dentro de alguna de las presunciones,
en otras palabras, esta figura es producto de aquellas.

Aquí pues tenemos a un extraño árbol (las presunciones), que como todos tiene una raíz (sistema
cerrado) y que a su vez produce dos tipos de frutos, unos dulces y otros amargos, los frutos dulces,
que son los pocos, vienen a ser una declaración judicial de paternidad extramatrimonial y los frutos
amargos, que son los más, vienen a ser una declaración de “hijo alimentista”. Siendo que el
agricultor (el legislador) extrae de raíz tal árbol, pues no le gustan los frutos amargos, y en su lugar
coloca otro (la prueba de ADN) de fuerte raíz (sistema abierto) que solo produce frutos dulces, esto
es, la declaración judicial de paternidad extramatrimonial (con un 99.9999% de certeza del vínculo
filial entre el demandado y su hijo); ahora
la pregunta es ¿puede el primer árbol seguir produciendo sus frutos amargos luego de haber sido
extraído de raíz?, evidentemente que no. Pues bien, con esta sencilla comparación lo que queremos
hacer notar es que no se puede mantener una figura exclusiva de un sistema cerrado, cuando ahora
nos encontramos en un sistema abierto, siendo, por ello, que esta figura está obligada a desaparecer;
de la misma opinión es Arias-Schreiber al precisar, comentando el artículo 415 del CC, que esta
figura “paulatinamente tenderá a quedar en desuso, por los continuos avances científicos que
permitirán a la mayoría de la población acceder a las pruebas de paternidad”, por fortuna el primer
paso para ello ya se dio al borrar esta figura del artículo 402 del
CC y estamos seguros que dentro de poco desaparecerá por completo de nuestro Código Civil, el
tiempo y la ley se encargarán de darnos la razón.

En consecuencia, es claro que la figura podría no existir en la medida que, actualmente, el desarrollo
científico permite que las pruebas tengan mayor grado de certeza como es el caso del ADN, que
casi indubitablemente determina la filiación biológica. Sin embargo, es importante resaltar que
debido a su considerable costo no es factible que la mayoría de procesados lo sean sometidos a ella.

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1. SI EL OBLIGADO ACREDITA QUE NO ES EL PADRE BIOLÓGICO DEL
HIJO ALIMENTISTA ¿Puede dejar de brindarle alimentos?

Al haberse acreditado mediante una prueba de


SI EL OBLIGADO ACREDITA QUE ADN que el obligado a prestar alimentos no es el
NO ES EL PADRE BIOLÓGICO padre biológico del hijo alimentista, resulta
DEL HIJO ALIMENTISTA
aplicable lo dispuesto en el artículo 415 del
Código Civil en lo concerniente a que aquel podrá
¿Puede dejar de brindarle alimentos?
solicitar el cese de dicha obligación.

CASACIÓN Nº 522-2005-Lambayeque (El Peruano, 1 de agosto de 2006)

CAS. N° 522-2005-LAMBAYEQUE

Exoneración de alimentos. Lima, veintiséis de enero de dos mil seis.- LA SALA CIVIL
TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista
la causa el día de la fecha, producida la votación correspondiente de acuerdo a ley, emite la
presente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata, en el presente caso, del recurso de
casación interpuesto por María Zoila Huatay Herrera, a fojas doscientos setenta y seis, en
contra de la resolución de vista de fojas doscientos sesenta y siete, su fecha once de octubre de
dos mil cuatro, la misma que confirma la sentencia de primera instancia, de fojas doscientos
treinta y ocho, su fecha veintiocho de octubre de dos mil tres, que declara fundada la demanda;
en los seguidos por Ricardo Isaac Padilla Arbulú contra María Zoila Huatay Herrera, sobre
exoneración de alimentos; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Mediante
resolución de fojas trece, del cuadernillo de casación, su fecha veintiuno de abril de dos mil
cinco, esta Sala Suprema ha declarado procedente el recurso por la causal prevista en el inciso
uno, del artículo 386 del Código Procesal Civil, relativa a la aplicación indebida de normas de
derecho material, como son: A) artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código Civil, toda vez
que, de acuerdo a lo argumentado por la recurrente, no se da ninguno de los tres presupuestos
para que se configure la exoneración de alimentos: el haber desaparecido en el alimentista el
estado de necesidad, el haber alcanzado el alimentista la mayoría de edad, o el haber muerto el

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alimentista o el obligado; B) artículo cuatrocientos quince, in fine, del Código Civil, pues en
autos se demanda una exoneración y no un cese de la obligación alimentaria; por lo cual
resultan inaplicables dichos dispositivos; CONSIDERANDO: Primero.- Que, que como se
ha reseñado, la recurrente denuncia que se ha aplicado indebidamente: a) el artículo
cuatrocientos ochenta y tres del Código Civil, toda vez que no se da ninguno de los tres
presupuestos para que se configure la exoneración de alimentos, a saber: el haber desaparecido
en el alimentista el estado de necesidad, el haber alcanzado el alimentista la mayoría de edad,
o el haber muerto el alimentista o el obligado, por lo que la demanda debió declararse infundada
en todos sus extremos; además tampoco se ha considerado que, en el proceso de exclusión de
nombre, la partida de nacimiento del menor alimentista aún mantiene el apellido del
demandante; y, b) el artículo cuatrocientos quince, última parte del Código Civil, pues en, en
autos se demanda una exoneración de alimentos y no un cese de obligación alimentaria,
resultando inaplicable dicho dispositivo; Segundo.- Que, en cuanto a la alegación esgrimida
en el literal a), es preciso tener en consideración que si bien la pretensión del demandante se
refería a que se ordene el “cese de abuso de derecho alimentario dictado a favor del menor

Álvaro Padilla Huatay”, no se encuentra dentro de los supuestos descritos en el primer párrafo

del artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código Civil, lo que en el fondo pretendía el actor
era que se libere, exonere o dispense de la pensión alimenticia, por no ser el padre del hijo de
la demandada; Tercero.- Que, asimismo, el inciso ocho del artículo ciento treinta y nueve de
nuestra Carta Magna señala que “son principios y derechos de la función jurisdiccional: 8. El
principio de no dejar de administrar justicia por vacío o deficiencia de la ley (...). De otro lado,
el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil precisa que el juez deberá atender
a que la finalidad concreta el proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una
incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos sustanciales, y
que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia (...); Cuarto.- Que, estando a dichos
preceptos, se advierte que las instancias de mérito, a efectos de poder dar solución a la presente
litis, han considerado, correctamente, conforme a sus facultades, que la pretensión del
demandante persigue la finalidad que señala el artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código
procesal Civil, el cual es la exoneración de seguir pasando la pensión alimenticia al menor hijo
de la demandada. Además, la fundamentación jurídica de la pretensión procesal puede ser
errada o simplemente no estar fundamentada adecuadamente en materia jurídica; es en dicho

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supuesto en que el juez debe aplicar el derecho que corresponda a al controversia. Como bien
señala la doctrina, es tarea fundamental del juez determinar la norma sustantiva aplicable al
caso o adecuada para resolver el conflicto.
Consecuentemente, no se advierte que las instancias de mérito hayan aplicado de manera
indebida el artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código Procesal Civil, puesto que la misma
sí resultaba pertinente para dirimir la presente controversia; en tal sentido, este extremo del
recurso debe ser desestimado por infundado; Quinto.- Que, sin perjuicio de lo antes expuesto,
es preciso señalar que en aplicación de lo dispuesto por el artículo ciento noventa y ocho del
Código Procesal Civil, el cual prescribe que las pruebas obtenidas válidamente en un proceso
tienen eficacia en otro, el demandante ha hecho uso de la prueba del ADN, actuada en el
proceso de exclusión de nombre, el cual tiene plena eficacia en el presente proceso; Sexto.-
Que, con respecto al sustento esgrimido en el literal b) expuesto en el considerando primero,
es preciso señalar que dicha norma no resulta impertinente al caso de autos. Si bien en el
presente caso no discute el otorgamiento de una pensión alimenticia, puesto que ello ya fue
otorgado en el proceso pertinente, el sustento que sostiene el demandante para pretender la
exoneración de alimentos es el hecho de que en el procesó seguido por las mismas partes sobre
exclusión de nombre (expediente noventa y ocho-ciento cuarenta y cuatro) se acreditó mediante
prueba de ADN que él no era padre del niño Álvaro Padilla Huatay (fojas ciento cuarenta y
tres del expediente). En tal sentido, al haberse acreditado ello, resulta aplicable lo dispuesto en
el artículo cuatrocientos quince, en lo concerniente a que el demandado (demandante en el
presente proceso) podrá solicitar la aplicación de la prueba genética u otra de validez científica
con igual o mayor grado de certeza. Si estas dieran resultado negativo, quedará exento de lo
dispuesto en este artículo. Asimismo, Max Arias Schereiber-Pezet señala que si el demandado
demuestra por medio de estas pruebas la imposibilidad de ser el padre, no se le podrá condenar
alimento1; Sétimo.Que, si bien la Sala Superior al expedir la recurrida, ha señalado de manera
errónea, que es de aplicación el último párrafo del artículo cuatrocientos quince, referida al
cese de la obligación alimentaria, esta Sala Suprema, en aplicación del segundo párrafo del
artículo trescientos noventa y siete del Código procesal Civil, concluye que la parte resolutiva
de la resolución impugnada se encuentra arreglada a ley y por ende, el presente recurso debe
ser desestimado. Por estas consideraciones, de conformidad con el artículo trescientos noventa
y siete del Código Procesal Civil y el Dictamen Fiscal Supremo, declararon INFUNDADO el

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recurso de casación interpuesto a fojas doscientos setenta y seis por María Zoila Huayta
Herrera; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de fojas doscientos sesenta y siete, su
fecha once de octubre de dos mil cuatro; CONDENARON a la recurrente al pago de una multa
de dos unidades de referencia procesal; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por Ricardo
Isaac Padilla Arbulú contra María Zoila Huatay Herrera, sobre exoneración de alimentos; y los
devolvieron.

SS. TICONA POSTIGO, CARRIÓN LUGO, FERREIRA VILDOZOLA, PALOMINO


GARCÍA, HERNÁNDEZ PÉREZ

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2. SI EN UN PROCESO DE HIJO ALIMENTISTA LA MADRE DEMANDANTE SE
DESISTE DE LA PRUEBA DE ADN ¿Se puede ordenar esta de oficio?

Si se ventila en el proceso el derecho a los


alimentos de un menor, debe estimarse siempre el
interés superior del niño, establecido en el
artículo IX del Título Preliminar del Código de
SI EN UN PROCESO DE HIJO
los Niños y Adolescentes; para lo cual, pese a que
ALIMENTISTA LA MADRE
DEMANDANTE SE DESISTE DE LA la demandante desista de la prueba genética del
PRUEBA DE ADN ADN, se puede ordenar como medio probatorio de
oficio la actuación de dicho medio de prueba u
¿Se puede ordenar esta de oficio? otro de validez científica, si se consideraba que lo
actuado no formaba convicción, conforme a la
facultad prevista por el artículo 194 del Código
Procesal Civil.

CASACIÓN N° 2314-2004-Moquegua (El Peruano, 03 de julio de 2006)

Alimentos. Lima, cuatro de noviembre de dos mil cinco.-


LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA; vista la causa número
dos mil trescientos catorce de dos mil cuatro, en audiencia pública de la fecha, y producida la
votación con arreglo a ley, con lo expuesto en el dictamen fiscal emite la siguiente sentencia;
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Sabina Marina
Tarqui Mercado mediante escrito de fojas ciento veintitrés, contra la sentencia de vista emitida
por la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Moquegua de fojas ciento trece, su fecha
nueve de julio de dos mil cuatro, que revoca la sentencia apelada de fojas setenta, del cinco de
enero de dos mil cuatro; y reformándola declara infundada la demanda de alimentos;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, concedido el recurso de casación a fojas ciento
veintiocho, fue declarado procedente por resolución, obrante a fojas diecisiete del cuadernillo
formado en este Supremo Tribunal, del ocho de noviembre de dos mil cuatro, por, la causal
contemplada en el inciso tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal Civil,

30
esto es por la contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
sustentada en que los magistrados habrían inaplicado los artículos cuatrocientos cincuenta y
ocho; cuatrocientos sesenta y uno, inciso segundo y doscientos setenta y seis del Código Procesal
Civil; argumentando en el sentido que, no se ha reparado en que el demandado tiene la condición
de rebelde; no ha aportado ninguna prueba al proceso, y ni siquiera se ha apersonado a la
audiencia única, en donde debía responder una serie de preguntas, comportamiento que ha sido
evaluado por el a quo pero no así por el ad quem; es así que la Sala Superior yerra cuando afirma
que no se ha configurado el supuesto previsto en la norma invocada; CONSIDERANDO:
Primero.- Que; existe contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso cuando en el desarrollo del mismo no se han respetado los derechos procesales de las
partes, se han obviado o alterado actos de procedimiento, la tutela jurisdiccional no ha sido
efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de motivar sus resoluciones o lo hace en forma
incoherente, en clara transgresión de la normatividad vigente y de los principios procesales
Segundo.- Que, conforme a lo establecido en el inciso tercero del artículo ciento veintidós del
Código Procesal Civil, toda resolución debe contener la mención sucesiva de los puntos sobre
los que versa la resolución con lasa consideraciones, en orden numérico correlativo, de los
fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la
norma o normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado; Tercero.- Que, la
referida contravención denunciada constituye una causal abierta, que aunque no fuere invocada
de manera expresa, necesariamente importa la observancia de la norma precedentemente
glosada; la que guarda pertinencia con los principios consagrados en los incisos tercero y quinto
del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política y el artículo primero del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, pues de lo contrario se privaría de tutela y se sometería a
la indefensión a los justiciables; Cuarto.Que, el juez de la causa ha amparado la demanda
considerando acreditados sus fundamentos para lo cual ha estimado la declaración testimonial
prestada por María Magdalena Zapata Lucero, el estado de rebeldía del demandado y su
conducta procesal; Quinto.- Que, la Sala Superior ha revocado la apelada señalando que no se
encuentra acreditada las relaciones sexuales durante la época de la concepción del menor, para
lo cual ha resaltado que la única prueba ofrecida, para este fin, por la actora y actuada en la
audiencia única, es la declaración testimonial de María Magdalena Zapata Lucero; que, resulta
limitada para probar el derecho alimentario del hijo extramatrimonial, en razón que la

31
mencionada testigo declara que no le consta haber visto relación amorosa y sexual entre las
partes, y que la preguntante le refirió haber quedado embarazada por haber tenido relaciones con
el demandado; no habiendo sido corroborado por otras pruebas para lograr la finalidad de los
medios probatorios; que, la declaración de rebeldía, como causa de hechos expuestos en la
demanda, no surte efecto alguno cuando la pretensión se sustenta en un derecho indisponible,
como lo es el de alimentos, conforme lo establece el artículo cuatrocientos sesenta y uno, inciso
segundo, del Código Procesal Civil; y, que los indicios probatorios a que se refiere el a quo, solo
adquieren significación en su conjunto, cuando conducen al juez a la certeza en torno a un hecho
desconocido, relacionado con la controversia, pero referido a los medios probatorios sucedáneos,
como lo exige el artículo doscientos setenta y seis del Código Procesal Civil; Sexto.- Que, es
presupuesto para que se configure la existencia del hijo alimentista que se acredite las relaciones
sexuales habidas con la madre durante la época de concepción, conforme lo establece el artículo
cuatrocientos quince del Código Civil; por tanto, las pruebas actuadas en un proceso de esta
naturaleza deben conducir al Juzgador a determinar el estado de alimentista de quien lo solicita;
sobre la base de las pruebas que esta parte presente para acreditar su derecho, e incluso a las que
presente la parte contraria para desestimar la existencia de las relaciones sexuales; así como, a
los sucedáneos de los medios probatorios; Sétimo.- Que, sin embargo la Sala Superior no ha
tenido en cuenta que en autos la actora ha dado su versión sobre los hechos en su escrito de
demanda, la misma que no ha sido contestada, habiéndose declarado rebelde al demandado;
situación que debió ser analizada por la Sala a la luz de lo que dispone el artículo cuatrocientos
sesenta y uno del Código Procesal Civil, haciendo la salvedad que solo es derecho indisponible
para pedir los alimentos mas no para negarlos; a lo que se une la conducta procesal del
demandado al no acudir a la audiencia única para prestar su declaración de parte, en la que debía
absolver las preguntas del interrogatorio; aspectos probatorios que debieron ser analizados por
la Sala Inferior, para no afectar el derecho a la tutela jurisdiccional de la recurrente; más aún si
se considera que en autos se ventila el derecho a los alimentos de un menor por lo que, debe
estimarse siempre el interés superior del niño, establecido, en el artículo noveno del Título
Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes; para lo cual pese que la demandante se
desistió de la prueba genética del ADN (Ácido Desoxirribonucleico), la Sala Superior ha podido
ordenar como medio probatorio de oficio la actuación de dicho medio de prueba u otro de validez
científica, si consideraba que lo actuado no le formaba convicción, conforme a la facultad

32
prevista por el artículo ciento noventa y cuatro del Código Procesal Civil; Octavo.- Que, de otro
lado, el inciso quinto del artículo ciento treinta y nueve de la Constitución Política, establece
como garantía constitucional la motivación escrita de las resoluciones en todas las instancias,
con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho que la sustentan, lo que
se encuentra ratificado por el inciso tercero del artículo ciento veintidós del Código Procesal
Civil y artículo doce de la Ley Orgánica del Poder Judicial; asimismo, el inciso sexto del artículo
cincuenta de la aludida norma procesal, establece como deber de los jueces, fundamentar los
autos y las sentencias bajo sanción de nulidad; Noveno.- Que, siendo esto así y habida cuenta
que se ha contravenido las normas procesales contenidas en los artículos cuatrocientos cincuenta
y ocho, cuatrocientos sesenta y uno, inciso segundo y doscientos setenta y seis del Código
Procesal Civil y al haberse vulnerado el artículo Constitucional ciento treinta y nueve, inciso
quinto, de conformidad con los artículos trescientos ochenta y seis, inciso tercero y trescientos
noventa y seis inciso segundo, acápite dos punto uno, concordado ton el artículo ciento setenta
y uno del Código Procesal Civil: Declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto, a
fojas ciento veintitrés, por Sabina Marina Tarqui Mercado; y, en consecuencia CASARON la
sentencia recurrida de vista de fojas ciento trece, su fecha nueve de julio de dos mil cuatro, la
que declararon NULA; y, ORDENARON que la Sala de su procedencia emita un nuevo fallo
con arreglo a derecho; DISPUSIERON la publicación de la presente Resolución en el diario
oficial El Peruano; en los seguidos por Sabina Marina Tarqui Mercado con Javier Marquina
Starke, sobre alimentos; y los devolvieron.

SS. ECHEVARRÍA ADRIANZÉN, TICONA POSTIGO, SANTOS PEÑA, MANSILLA


NOVELLA, PALOMINO GARCÍA

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3. EN LOS CASOS DE HIJO ALIMENTISTA ¿DEBEN ACREDITARSE
RIGUROSAMENTE LAS RELACIONES SEXUALES HABIDAS DURANTE LA
ÉPOCA DE LA CONCEPCIÓN?

Exp. N° 864-98

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA

Demandante : Kelly Antonia Jara Torres

Demandado : Federico Antonio Jara Guzmán

Asunto : Alimentos

Fecha : 29 de setiembre de 1999


Tratándose de un hijo alimentista no es de rigor exigir pruebas contundentes que

acrediten las relaciones sexuales habidas durante la época de la concepción que


por su naturaleza en muchos casos son de difícil probanza, por lo que tiene que
recurrirse a pruebas indirectas o presunciones, en suma a los sucedáneos de los
medios probatorios.

EXP. N° 864-98

Lima, veintinueve de setiembre de mil

Novecientos noventa y nueve.-

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el Señor Carrión Lugo; con la participación
además de los señores Ferreyros Paredes y Cabello Matamala; en la causa seguida por doña Paulina
Malena Torres Álvarez con don Federico Antonio Jara Guzmán sobre alimentos.

I. CONSIDERANDOS

Por sus fundamentos pertinentes y por la consideración siguiente:

1) El presente proceso se refiere a la reclamación de alimentos a favor de la menor Kelly


Antonia Jara Torres en su calidad de hija alimentista, dentro de la previsión contenida en el artículo
cuatrocientos quince del Código Civil, no se trata de un proceso de filiación.

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2) Tratándose de una hija alimenticia no es de rigor exigir pruebas contundentes que acrediten
las relaciones sexuales habidas durante la época de la concepción que, por su naturaleza en muchos
casos es de difícil probanza, por lo tiene que recurirse a pruebas indirectas o presunciones, en suma
a los sucedáneos de los medios probatorios.

3) En el presente caso las indicaciones hechas por la actora en la audiencia única de fojas
cincuenta y seis sobre lunares que tiene el demandado en el cuerpo, indicaciones hechas a una
pregunta que se le formuló en la audiencia hacen presumir sobre las relaciones íntimas habidas entre
las partes siendo insuficientes para desvirtuar las anotadas afirmaciones el certificado médico de
fojas noventa respecto a la ubicación exacta de los lunares.

II. DECISIÓN:

a) CONFIRMARON la sentencia de fojas noventa y ocho, su fecha ocho de julio de mil


novecientos noventa y nueve que declara fundada en parte la demanda de fojas cuatro y
siguientes y, en consecuencia, ORDENA que el demandado don Federico Antonio Jara
Guzmán acuda con una pensión alimenticia a la menor Kelly Antonia Jara Torres en su
calidad de hija extramatrimonial, pensión alimenticia que se fija en la suma de doscientos
nuevos soles mensuales; con lo demás que contiene y es materia de la apelación.

b) ORDENARON la devolución de los autos al Juzgado de origen para los fines


consiguientes.

FERREYROS PAREDES
CARRION LUGO
CABELLO MATAMALA

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4. HIJO ALIMENTISTA - ¿SE ENTIENDE RECONOCIDO UN HIJO AL
ACEPTARSE QUE SE EMBARAZÓ A LA MADRE?

Cas. Nº 2534-02 Puno

SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : Ana Lilia Quispe Porcela

Demandado : Hilario Quispe Charca

Asunto : Pensión alimenticia

Fecha : 27 de enero del 2003


No es suficiente reconocer haber embarazado a la madre del menor para que se entienda

reconocido este último. Es indispensable consignar la identidad del menor, pues sino lo
único que se estaría reconociendo es la existencia de relaciones sexuales entre ambas
personas.

CAS. Nº 2534-02 - PUNO.

Pensión alimenticia. Lima, veintisiete de enero del dos mil tres.- LA SALA CIVIL
TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA;
Vista la causa número dos mil quinientos treinta y cuatro - dos mil dos, en Audiencia Pública
de la fecha, y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA
DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Hilario Quispe Charca,
mediante escrito de fojas ochenta y ocho, contra la sentencia de vista de fojas ochenta y uno-
ochenta y dos, su fecha diez de julio del dos mil dos, expedida por la Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Puno, que confirmando la sentencia de fojas cincuenta, de fecha veinte
de mayo del dos mil dos, en el extremo que falla declarando fundada la demanda sobre cobro
de pensión alimenticia; y revoca la misma en el extremo que dispone que el demandado acuda
a su hija Ana Lilia Quispe Porcela, con la pensión mensual y adelantada ascendente a la suma
de doscientos nuevos soles de sus ingresos mensuales; reformando este extremo, ordenaron al
demandado Hilario Quispe Charca, acuda a la demandante Ana Lilia Quispe Porcela, con la
suma de ciento cincuenta nuevos soles, por concepto de alimentos y por mensualidades
adelantadas; FUNDAMENTOS DEL RECURSO; La Corte mediante

36
resolución de fecha seis de setiembre del dos mil dos, declaró procedente el recurso por la
causal contenida en el inciso primero del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal
Civil, denunciando la interpretación errónea de normas de derecho material, correspondiente
al artículo cuatrocientos quince del Código Civil, porque estando a la partida de nacimiento de
la actora y los fundamentos de la demanda, la actora tiene la condición de hijo alimentista,
teniendo derecho a reclamar una pensión alimenticia solo hasta los dieciocho años y no hasta
la actualidad, en la que tiene veintiún años; tampoco prevé la citada norma se continúe
asumiendo obligación después de la mayoría de edad por razones de estar siguiendo una
profesión u oficio exitosamente, salvo por incapacidad física o mental que no es el caso; por lo
que, considera no le asiste a la demandante el derecho de percibir una pensión alimenticia;
CONSIDERANDO: Primero.- Que, de la partida de nacimiento de fojas dos, se aprecia que
la actora no se encuentra reconocida como hija del demandado, en razón que este último no
figura como declarante; asimismo, del acta de conciliación y arreglo de fojas tres, su fecha
treinta de agosto de mil novecientos ochenta y uno, se aprecia que si bien, el demandado Hilario
Quispe Charca acepta haber embarazado a la madre de la accionante, en el mes de enero de
dicho año, se compromete a la crianza del bebe apenas nazca; sin embargo, en dicho documento
no se consigna la identidad del menor, debido a que, se encontraba aún en el vientre de su
madre, por ello dicho instrumento solo prueba la existencia de relaciones sexuales entre ambas
personas; Segundo.- Que, estando a lo expuesto, se aprecia que no se encuentra acreditada la
relación de parentesco entre la accionante y el demandado, que permitiría la aplicación del
artículo cuatrocientos veinticuatro y cuatrocientos setenta y cuatro inciso segundo del Código
Civil, en el sentido que ambos no se deberían alimentos recíprocamente, y que este derecho
alimentario subsistiera aun cuando el hijo fuera mayor de dieciocho años; Tercero.- Que, por
el contrario si resulta aplicable la figura del hijo alimentista, regulado en el artículo
cuatrocientos quince del glosado código; empero, el beneficio alimentario consagrado en dicha
norma, solo permanece hasta que el alimentista cumpla dieciocho años de edad, y solo subsiste
si éste no puede proveer a su subsistencia por incapacidad física o mental; situación que no se
aprecia en el presente proceso, en razón que de la partida de nacimiento de fojas dos se aprecia
que la actora al momento de la interposición de la demanda contaba con veinte años de edad,
y además en autos no obra documento alguno que adolezca de incapacidad física o mental;
Cuarto.- Que, en consecuencia la demanda de fojas cinco adolece del requisito de procedencia

37
establecido en el artículo cuatrocientos veintisiete inciso tercero del Código Procesal Civil; Por
tales consideraciones y en aplicación de lo dispuesto en el artículo trescientos noventa y seis
inciso primero del acotado, declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por
Hilario Quispe Charca, y en consecuencia NULA la sentencia de vista de fojas ochenta y uno-
ochenta y dos, su fecha diez de julio del dos mil dos; y actuando en sede de instancia
REVOCARON la sentencia apelada de fojas cincuenta, su fecha veinte de mayo del dos mil
dos, y reformándola declararon IMPROCEDENTE la demanda de fojas cinco interpuesta por
Ana Lilia Quispe Porcela; ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano; en los seguidos con Hilarlo Quispe Charca, sobre pensión Alimenticia; y
los devolvieron.

SS. ECHEVARRÍA ADRIANZÉN; MENDOZA RAMÍREZ; AGUAYO DEL ROSARIO;


LAZARTE HUACO; PACHAS ÁVALOS.

38
5. SI EL HIJO ALIMENTISTA CONTINÚA SATISFACTORIAMENTE
ESTUDIOS SUPERIORES. ¿Subsiste la obligación alimentaria?

La obligación de proveer alimentos subsiste en los

hijos varones o mujeres mayores de dieciocho


SI EL HIJO ALIMENTISTA
años que continúen en forma exitosa una
CONTINÚA
profesión u oficio acreditada de manera
SATISFACTORIAMENTE
ESTUDIOS SUPERIORES. fehaciente. La protección del beneficiado se
prorroga en este supuesto y alcanza también a los
hijos alimentistas porque de acuerdo con el
¿Subsiste la obligación alimentaria?
artículo sexto de la Constitución Política del
Perú, todos los hijos tienen iguales derechos.

CASACIÓN N° 2466-2003-APURÍMAC (El Peruano, 1 de agosto de 2005)

CAS. N° 2466-2003 - APURÍMAC.

Exoneración de Alimentos. Lima, veintidós de setiembre de dos mil cuatro.- LA SALA CIVIL
TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; con los
acompañados; vista la causa en la audiencia pública en el día de la fecha y producida la votación
con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso
de casación interpuesto por Noé Vega Castro, contra la resolución de vista de fojas ochenta y uno,
su fecha veintiuno de agosto de dos mil tres, expedida por la Sala Mixta de la Corte Superior de
Justicia de Apurímac, que confirmando la apelada de fojas sesenta y uno, su fecha dieciséis de julio
del mismo año, declara fundada la demanda y dispone la exoneración de alimentos; con lo demás
que contiene; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Mediante resolución expedida por esta
Suprema Sala, de fecha siete de noviembre de dos mil tres, se declaró PROCEDENTE el presente
recurso, por la causal prevista en el inciso segundo del artículo trescientos ochenta y seis del Código
Procesal Civil, referida a la inaplicación del tercer párrafo del artículo cuatrocientos ochenta y tres
del Código Civil, concordado con el artículo cuatrocientos veinticuatro del mismo Código, que en
forma expresa disponen que subsiste la obligación del proveer al sostenimiento de los hijos e hijas
mayores de dieciocho años que estén siguiendo con éxito una profesión u oficio; sin embargo, las

39
instancias de mérito no han tenido en cuenta que el recurrente ha demostrado en forma amplia
respecto a la subsistencia del estado de necesidad alimentaria, así como que se encuentra estudiando
en forma exitosa una profesión u oficio; CONSIDERANDO: Primero: Que, el derecho
alimentario es un derecho humano fundamental de atención prioritaria, pues se encuentra
estrechamente ligado a la subsistencia y desarrollo de la persona, por ello goza de protección, no
solo en la legislación nacional, sino en tratados internacionales; Segundo: Que, las instancias de
mérito, han reconocido que el demandado se encuentra cursando estudios, acreditado con
documentos que obran en autos, sin embargo, han estimado procedente la exoneración de alimentos
del hijo alimentista, solicitada por Orestes Vega Morales, tema que es materia de cuestionamiento
por el recurso de casación que nos ocupa; Tercero: Que, el artículo cuatrocientos ochenta y tres
tercer párrafo del Código Civil modificado por la Ley número veintisiete mil seiscientos cuarenta
y seis protege al alimentista cuando ha transcurrido la mayoría de edad, si: “... está siguiendo una
profesión u oficio exitosamente...”; artículo que resulta perfectamente aplicable a los hijos
alimentistas al ser coherente con el artículo sexto in fine de la Constitución Política del Estado,
según el cual todos los hijos tienen iguales derechos y deberes; Cuarto: Que, así establecidas las
reglas, se puede determinar que resulta plenamente aplicable al presente caso la norma bajo
comentario, pues conforme han dilucidado las instancias inferiores, el demandado ha acreditado en
forma fehaciente que se encuentra siguiendo estudios de manera exitosa conforme a las constancias
de fojas veinte y veintidós y resultados académicos de fojas diecinueve; además, con los
documentos de fojas dieciséis a dieciocho ha probado realizar los pagos respectivos; más aún
cuando en el presente caso el actor ha venido prestando asistencia alimentaria al demandado durante
dieciséis años, sin hacer uso de la facultad de llevar a cabo las pruebas genéticas necesarias para
descartar definitivamente la paternidad que todo este tiempo se le ha atribuido; Quinto: Que, a
mayor abundamiento resulta pertinente tener en cuenta que, si bien el artículo cuatrocientos quince
del Código Civil establece taxativamente que el hijo alimentista tiene derecho a una pensión de
alimentos hasta los dieciocho años; en similares términos se contemplan los alimentos para el hijo
reconocido, que en un principio se mantiene también hasta dicha edad como señala el artículo
cuatrocientos ochenta y tres en su segundo párrafo, según el cual la pensión que se pasa a los hijos
menores de edad deja de regir cuando se ha llegado a la mayoría de edad y como también resulta
del artículo cuatrocientos setenta y dos del Código Civil; lo que corrobora que la obligación de
alimentos para el alimentista que sigue una profesión u oficio exitosamente es un derecho

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contemplado también para los hijos alimentistas a que se refiere el artículo cuatrocientos quince
precitado; Sexto: Que, por estas consideraciones, resulta aplicable al presente caso, la última parte
del artículo cuatrocientos ochenta y tres del Código Sustantivo; y de conformidad con lo previsto
en el acápite primero del artículo trescientos noventa y seis del Código Procesal Civil;
SENTENCIA: declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Noé Vega Castro, a
fojas ochenta y ocho; en consecuencia CASARON la resolución superior de fojas ochenta y uno,
de fecha veintiuno de agosto de dos mil tres; y actuando en sede de instancia: REVOCARON la
sentencia apelada de fojas sesenta y uno, su fecha dieciséis de julio de dos mil tres, que amparó la
demanda y dispone la exoneración de alimentos; REFORMÁNDOLA declararon INFUNDADA
la demanda; en la causa seguida por Orestes Vega Morales contra Noé Vega Castro, sobre
exoneración de alimentos; MANDARON se publique la presente resolución en el diario oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. ROMÁN SANTISTEBAN, TICONA POSTIGO, LAZARTE HUACO, RODRÍGUEZ


ESQUECHE, EGÚSQUIZA ROCA.

41
ARIAS SCHREIBER PEZET. Max. “Exégesis del Código Civil peruano de 1984”. Tomo
III: Derecho de Familia. Gaceta Jurídica Editores. Lima, 2006.

CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. “Derecho familiar peruano”. Décima edición actualizada.


Gaceta Juridica Editores. Lima, 1999.

GACETA JURÍDICA. “Dialogo con la Jurisprudencia”. Lima (varios tomos).

GACETA JURÍDICA. “Actualidad Jurídica”. Lima (varios tomos).

GACETA JURÍDICA. “Código Civil Comentado”. Tomo III. Gaceta Jurídica. Lima, 2006.

HINOSTROSA MINGUEZ, Alberto. “Derecho de Familia”. Tercera edición. Editorial San


Marcos, Lima, 1999.

MEJÍA SALAS, Pedro. “El Derecho de Alimentos”. Librería y Ediciones Jurídicas. Lima,
2003.

PALACIO PIMENTEL, Gustavo. “Manual de Derecho Civil”. Tomo II. Vol. 2. Editora
Huallaga. Lima, 1987

PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. “Manual de Derecho de Familia”. Editorial Gaceta


Jurídica. Lima, 2002.

42
UNIVERSIDAD ANDINA “N.C.V.”

HIJOS ALIMENTISTAS

Dr. RUTH LÓPEZ LUNA DERECHO DE FAMILIA 43

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