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Medicina Legal - Deontología Médica

Este documento presenta información sobre la deontología médica y la ética médica. En 3 oraciones: Resume que la deontología médica se refiere al estudio de los deberes de los médicos hacia sus pacientes, colegas y sociedad, y se centra en beneficiar a los pacientes. También describe los principios éticos que guían la conducta médica como el respeto a la dignidad humana y la responsabilidad personal. Finalmente, enumera algunos deberes generales de los médicos como procurar estar informado, no discrimin
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Medicina Legal - Deontología Médica

Este documento presenta información sobre la deontología médica y la ética médica. En 3 oraciones: Resume que la deontología médica se refiere al estudio de los deberes de los médicos hacia sus pacientes, colegas y sociedad, y se centra en beneficiar a los pacientes. También describe los principios éticos que guían la conducta médica como el respeto a la dignidad humana y la responsabilidad personal. Finalmente, enumera algunos deberes generales de los médicos como procurar estar informado, no discrimin
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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES

FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE MEDICINA
EXTENSIÓN TÁCHIRA

DEONTOLOGÍA MÉDICO-LEGAL

CONTRERAS ADRIANA
KIEFER GUNTER
VIVAS GREICY
San Cristóbal, Octubre 2010
DEONTOLOGÍA MÉDICA

Deontología viene de una palabra griega Deontos: Deber y Logos: Tratado.

Es pues el estudio de los derechos y obligaciones de los profesionales para con sus
enfermos. Por tanto Deontología Médica se define como el estudio de los deberes del medico
ante sus pacientes, ante sus colegas y ante la sociedad en que se desenvuelve y ante el estado, es
decir, es el conjunto de principios y reglas éticas que inspiran y guían la conducta profesional del
médico.

La Deontología Médica se centra básicamente en los "deberes de los médicos", y toma


como principio fundamental la "beneficencia", es decir, la disposición del médico a hacer lo que
considera que es bueno para el paciente.

En ella el enfermo se contempla como un sujeto pasivo, porque se considera que su


incapacidad no es sólo física, sino también psíquica y sobre todo moral. Esta mentalidad tiene su
origen en Grecia, de ahí que el "Juramento de Hipócrates" pueda ser considerado el padre de casi
todos los Códigos de Deontología Médica.

El código de deontología médica fue aprobado durante la LXXVI reunión


extraordinaria de la Asamblea de la Federación Médica Venezolana, realizada en Caracas el 20
de marzo de 1985.

ÉTICA MÉDICA

El comportamiento ético podría devenir de las palabras de Confucio: “No hagas a otro
lo que no quieras que te hagan a ti”; y del evangelio según Sn Lucas, se lee Lu: 6,31: “Haz con
tu prójimo lo mismo que quieras que te hagan a ti”.

De esto podríamos inferir que la ética médica no es otra cosa que preguntarse “Estoy
haciendo con mi paciente lo mismo que me gustaría que hicieran conmigo”, estos conceptos han
sido explicados por muchos médicos que se han dedicado a tratar sobre la ética médica.

La Medicina, como ciencia y como disciplina, siempre ha girado alrededor de


principios éticos. Su fin primordial, servir al prójimo, la ha hecho el prototipo de la profesión
humanitaria.

Por ello se define La Ética Médica como una disciplina que se ocupa del estudio de los
actos médicos desde el punto de vista moral y ético.

Los conceptos de Ethos Médico, Código de Ética y Ley de ejercicio de la Medicina se


hallan íntimamente vinculados; no obstante se justifica hacer algunos señalamientos.

El Ethos comprende aquellas actitudes distintivas que caracterizan a una cultura o a un


grupo profesional en cuanto a que esta cultura o profesión sostienen una postura que demuestra
la dedicación a ciertos "valores" y a la jerarquía de los mismos. El Ethos médico traduce la
calidad de miembro de una profesión entendida como una vocación en el sentido de un servicio
irrevocable a la comunidad y una dedicación de "valores" más que "ganancia financiera".

El código de ética en medicina obedece a un esfuerzo premeditado de fortalecer el


Ethos médico, sirviendo de ayuda a los médicos -individual o colectivamente- en el
mantenimiento de un alto nivel de conducta ética. Las orientaciones del mismo determinan lo
que debe considerarse conducta apropiada en relación con los pacientes, con colegas, con los
miembros de profesiones afines y con la sociedad.

Las pautas contenidas en el código de ética deben distinguirse de las imposiciones


descritas en la Ley de Ejercicio de la Medicina, y es obvio que el estricto cumplimiento del
primero evita o aminora la interferencia del Estado en cuestiones intrínsecas del ejercicio
profesional médico.

La ética de los médicos se fundamenta en un código de comportamiento aceptado por


los miembros de nuestra profesión y de obligatorio cumplimiento, pero no por ello dejan de
observarse singulares coincidencias entre las normas éticas y las disposiciones legales aunque su
origen sea diferente. Así, una conducta infame constituye una ofensa que cae bajo ambas
jurisdicciones y aunque numerosos aspectos de la praxis médica quedan fuera de lo contemplado
por el ordenamiento legal, no por ello pierden relevancia ya que constituyen un comportamiento
impropio merecedor de la desaprobación del gremio médico. El comportamiento ético es un
deber autoimpuesto por el médico honesto, orgulloso de no ceder a ciertas tentaciones y cuyo
efecto pudiera no someterle a medidas punitivas legales, pero cuya práctica no por ello dejaría de
constituir acciones repugnantes y por lo mismo indeseables. La desaprobación por los demás
miembros de la profesión, la sanción de orden moral, involucra mayor castigo que la aplicación
de medidas legales.

En nuestra profesión algunos principios pueden calificarse de inmanentes porque son


inseparables de la esencia misma de la medicina

 El respeto a la dignidad de la persona humana constituye en todo momento deber


primordial del médico.
 La responsabilidad médica es eminentemente personal. Va más allá de la responsabilidad
penal y reposa en un concepto moral que se llama conciencia individual.
Los ideales de la profesión médica exigen que la responsabilidad del médico se extienda no sólo
al individuo sino también a toda la comunidad

El presente Código se declara de aceptación obligatoria para todo médico que ejerza
legalmente la profesión en territorio venezolano, y sus infracciones serán conocidas y
sancionadas en primera instancias por los Tribunales Disciplinarios de los Colegios de Médicos
de la República y en segunda instancia o de alzada por el Tribunal Disciplinario de la Federación
Médica Venezolana.
DEBERES GENERALES DE LOS MÉDICOS

Algunos de los deberes generales más importantes que se señalan en el Titulo II, Capítulo
Primero del Código de Deontología de Venezuela (desde los artículos 1 al 44) en forma general
nos establece que:

 El respeto a la vida y a la integridad de la persona humana es un deber primordial del


médico.

 El médico debe considerar como una de sus obligaciones fundamentales el procurar


estar informado de los avances del conocimiento médico. La actitud contraria no es ético.

 El médico no hará distinción por razones de religión, nacionalidad o raza, ni por


adhesión a partido o posición social.

 En todo momento, inclusive durante situaciones conflictivas, el médico deberá asegurar


la atención de los enfermos graves o en condiciones de urgencia.

 Es deber ineludible de todo médico acatar los principios de la fraternidad, libertad,


justicia e igualdad, y los derechos inherentes a ellos consagrados en la Carta de los Derechos
Humanos de las Naciones Unidas y en la Declaración de Principios de los Colegios
Profesionales Universitarios de Venezuela.

 El Médico a quien se solicite para examinar una persona privada de la libertad, o para
prestarle atención médica, no puede directa o indirectamente, así sea por su sola presencia,
favorecer un ataque a la integridad física o mental de esta persona o de su dignidad. Si el médico
comprueba que esta persona ha sido víctima de tratamientos inadecuados debe informar a la
autoridad judicial y a los organismos gremiales respectivos.

 Constituye una violación patente a la ética en medicina así como un delito, que el
médico colabore o sea cómplice en torturas u otros tratos crueles inhumanos o degradantes, así
sea incitación a ello o intento de cometerlos.

 La participación del personal de salud, en particular de los médicos, en la aplicación de


cualquier procedimiento coercitivo a personas presas o detenidas es contrario a la ética médica, a
menos que se determine según criterios puramente médicos, que dicho procedimiento es
necesario para la protección de la salud física o mental o la seguridad del propio preso o
detenido, de los demás presos o detenidos, o de sus guardianes y no represente peligro para la
salud.

 El médico en su ejercicio profesional público o privado deberá actuar de acuerdo con


las normas y condiciones morales y materiales que rigen la realización del acto médico, basado
en el respeto a la dignidad de la persona, en la relación médico / paciente, en la responsabilidad
individual y en el secreto profesional.
 El papel fundamental del médico es aliviar el sufrimiento humano, sin que motivo
alguno, ya sea personal, colectivo, religioso o político, lo separen de este noble objetivo.

 El médico se halla autorizado para emitir diagnóstico e indicar tratamientos; pero un


médico no debe, salvo en circunstancias excepcionales, formular diagnósticos o aplicar
procedimientos terapéuticos que excedan su competencias o sus posibilidades.

 La responsabilidad del médico por reacciones adversas, inmediatas o tardías,


producidas por efecto de la aplicación de procedimientos diagnósticos o terapéuticos, no irán
más allá del riesgo previsto. El médico advertirá de él paciente o a sus familiares o allegados.

 El médico no expondrá a su paciente a riesgos injustificados. Pedirá su consentimiento


para aplicar los procedimientos diagnósticos y terapéuticos que considere indispensables y que
puedan afectarlo física o psíquicamente.

 Como regla general el médico debe evitar en lo posible tratarse a si mismo o a sus
familiares inmediatos.

 La Medicina es una profesión noble y elevada y no un simple comercio.

 Son contrarios a la moral médica:

a) Cualquier publicidad encaminada a atraer la atención del público profano hacia la acción
profesional, con excepción de los avisos en la prensa autorizados por el respectivo Colegio
de Médicos.

b) La publicación de artículos de índole médica de carácter científico o divulgativo que no se


ajusten a las disposiciones establecidas al efecto en el Código de Deontología Médica.

c) Permitir a personas extrañas a la profesión presenciar innecesariamente actos médicos,


quirúrgicos u obstétricos.

d) Permitir la exhibición al público profano de actos médicos, quirúrgicos u obstétricos que


hayan sido fotografiados o filmados. En caso de que se considere conveniente con fines
educativos, debe obtenerse la aprobación del Colegio de Médicos respectivo.

e) Derivar enfermos del Hospital u otras dependencias de atención médica a los servicios
privados de esas instituciones o a clínicas o consultorios particulares con fines de lucro, salvo
mandato expreso del paciente o sus familiares.

 Para la prestación idónea de sus servicios profesionales, el médico debe encontrarse en


condiciones psíquicas y somáticas satisfactorias.

 Debe prescribirse la práctica de la polifarmacia, consciente de que la administración


simultánea de varias drogas incrementan el riesgo de los efectos adversos.
 El médico debe evitar la indicación de exámenes injustificados, lo mismo que
hospitalizaciones innecesarias.
 Para ofrecer sus servicios profesionales, el médico debe observar las siguientes reglas:

a) Al elaborar un aviso para la prensa sólo hará constar su nombre, apellido, especialidad
inscrita en el Colegio de Médicos respectivo, teléfono al consultorio y de la habitación y los
días y horas de consulta.

b) Someter este aviso al visto bueno de Colegio de Médicos respectivo, y debajo de él colocar en
el título pequeño la siguiente leyenda: “Este aviso tiene el visto bueno del Colegio de Médicos”

c) No permitir que este aviso sea radiado, televisado o proyectado en pantallas


cinematográficas.

d) Las placas exteriores no podrán exceder las dimensiones de 20 x 60 centímetros.

e) Las placas para anunciar Clínicas, Sanatorios, Consultorios o cualquier establecimiento de


índole médica, nunca podrán alcanzar un tamaño mayor de un metro de alto por dos de largo.
Las mismas contendrán solamente el nombre del establecimiento, debiendo ser confeccionadas
sin artificios luminosos y dentro de la mayor sencillez.

 Ninguna persona legalmente autorizada para ejercer la medicina podrá ofrecer en venta
medicamentos u otros productos de uso terapéutico o sugerir a sus pacientes que lo adquieran en
determinadas farmacias o establecimientos.

 Son actos contrarios a la honradez profesional ejercer más de dos cargos públicos
remunerados, de carácter sanitario-asistencial, excepto en poblaciones menores de cinco mil
habitantes; reemplazar en sus puestos a los médicos de Hospitales, Sanitarios, Dispensarios,
Instituto Docentes de índole Médica, etc., si fuesen separados sin causa justificada y sin sumario
previo con derecho a descargo. En todo caso debe obtenerse la aprobación del Colegio de
Médicos respectivo.

 Ningún médico prestará su nombre a personas algunas para ejercer la profesión.


Tampoco podrá practicarla a través de otros médicos ni ceder su consultorio a quien no esté
legalmente autorizado.

 Todo médico podrá atender sólo un consultorio, pero cuando lo exijan los intereses de
la comunidad o medien condiciones circunstanciales, podrá establecer otros consultorios, previa
aprobación del respectivo Colegio de Médicos.

 Todo médico está obligado a acatar las disposiciones contenidas en los Estatutos y
Reglamentos de la Federación Médica Venezolana y en los de su respectivo Colegio de
Médicos, si importar si ejercen en hospitales públicos o privados.
 Es absolutamente contrario a la ética el que los médicos funcionarios públicos, o que
ocupen cargos directivos gremiales, se valgan d esta posiciones para obtener ventajas de carácter
profesional.

CAPÍTULO SEGUNDO

EL JURAMENTO MÉDICO

El 14 de febrero de 1984 el Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad


Central estableció un juramento, el cual fue posteriormente transcrito por el Código de
Deontología Médico Venezolano, en él se incluye como deber de todo médico el cumplir
en todos los actos de su vida profesional con los principios éticos y deontológicos
contenidos en el mismo.

La idea principal de este juramento se fundamenta en el cumplimiento de ciertos


principios éticos y profesionales que persiguen sobreponer el respeto por la vida de los
semejantes ante cualquier beneficio económico, pensamiento político o deseo de
popularidad.

El Juramento Médico reconoce la necesidad que supone para el médico el esmerarse


por estar permanentemente informado sobre los avances de esta ciencia; así como el respeto
y la gratitud que ha de profesar un Médico por sus maestros.

El deseo por identificar y tratar las enfermedades no deben apartar al médico de los
principios humanitarios que rigen esta profesión y la consideración prioritaria del paciente
como persona. Tampoco se acepta apoyar tratamientos o procedimientos de investigación si
los riesgos para el paciente exceden los posibles beneficios, por ello se resalta la
importancia del cumplimiento estricto de las Pautas Internacionales para la Investigación
Biomédica en los Seres Humanos.

Mantener el honor y las nobles tradiciones de la Medicina; brindarle calidad de


atención a los pacientes tanto en los servicios contratados como los de índole gratuita y
respetar el secreto médico aún después de la muerte del enfermo son otros de los preceptos
por los cuales se rige este Juramento.

DEBERES DE LOS MÉDICOS HACIA LOS ENFERMOS

Están contenidos en el Título II, Capítulo Segundo del Código de Deontología


Médica, consta de 24 artículos (desde el 45 al 68).

La esencia de estos artículos se encuentra en el hecho de que la eficiencia y eficacia


de la asistencia médica exige una plena relación del médico son su paciente, una relación de
confianza que presupone el respeto hacia los pacientes por parte del médico y viceversa. En
el ejercicio de esta relación el médico debe respetar las convicciones del paciente y se
abstendrá de imponerle las suyas propias.
Se explica las situaciones en las cuales el galeno puede exceptuar esa relación
médico/paciente, entre las cuales se encuentran:

 Cuando el paciente consiente su ruptura.


 Por enfermedad del médico tratante.
 Cuando la condición del paciente ya no requiere continuar la asistencia médica.
 Cuando se halla convencido de que no existe la relación de confianza suficiente.

Algunos de los deberes del médico importantes de resaltar son:

 El médico en su actuación personal deberá conducirse con la mayor dignidad y


tolerancia para con el enfermo y sus familiares.

 Evitará los actos profesionales innecesarios y deberá participar al enfermo o a sus


familiares que sus servicios ya no son necesarios en el momento en que así lo
considere.

 Es deber del médico decir siempre la verdad a los familiares del paciente a menos
que éste haya prohibido previamente esta revelación.

 En los casos en que sea necesaria la interrupción del embarazo (por motivos
terapéuticos) el médico estará obligado a seguir las normas establecidas por la
ciencia y las disposiciones legales vigentes.

 Tendrá la obligación de darle a conocer a los padres los problemas médicos de su


hijo, sin oponerse a los deseos de éstos en relación con el tratamiento del niño, a no
ser que el médico considere que el menor es capaz de alcanzar mediante algún
procedimiento una vida normal y si sus padres no están de acuerdo el profesional de
la salud debe solicitar la intervención del tribunal correspondiente.

Merecen especial mención capítulos contenidos en este Título, tales como:

o Artículo 46: “Cuando se trate de menores de edad siempre que no fuera posible
localizar de inmediato a sus representantes legales y cuando la gravedad del caso o
la preservación de la salud pública lo requiera, los profesionales de la medicina
podrán practicar exámenes clínicos…. sin autorización previa de sus representantes
legales. A la mayor brevedad, tratarán de localizar a los representantes legales a
quienes informarán detalladamente sobre su actuación y sobre los motivos de la
misma”.

o Artículo 53: “El paciente tiene derecho a conocer la verdad de su padecimiento y


es el médico tratante quien escogerá el momento oportuno para dicha revelación y
la forma adecuada de hacerlo”.

o Artículo 55: “Cuando el médico efectúa visitas por razones de amistad a un


paciente asistido por otro colega, deberá abstenerse de hacer comentarios sobre la
enfermedad o su tratamiento y de emitir juicios críticos públicos o privados o
insinuaciones capaces de afectar el veredicto del médico de cabecera y la confianza
en él depositada”.

DE LOS DERECHOS Y DEBERES DE LOS ENFERMOS.

Están contenidos en el Título II, Capítulo Tercero del Código de Deontología


Médica.

En resumen, destacan los siguientes:

DERECHOS DEL ENFERMO

 Exigirle al médico que lo asiste un elevado grado de competencia profesional,


esperando de él una conducta moral irreprochable.

 Ser atendido e informado de una manera oportuna, dándosele a conocer las posibles
opciones de procedimientos a realizársele.

 Que se respete su intimidad y sus confidencias conduciéndose su caso con


discreción y carácter confidencial.

 Exigir honorarios justos.

 Rehusar determinadas indicaciones diagnósticas o terapéuticas (si ello pone en


peligro la vida del enfermo, debe el médico exigir la presencia de testigos que den
fe de ello y anotar la información en la H.C).

 Rechazar su participación en procedimientos de investigación en seres humanos.

DEBERES DEL ENFERMO

 Cumplir obedientemente las prescripciones del médico

 Abstenerse de solicitar otra opinión profesional sin el consentimiento expreso de su


médico tratante.

 Comunicar en forma cortés su decisión al médico tratante, cuando decide prescindir


de sus servicios profesionales.

 Tener presente, que la pura retribución pecuniaria nunca compensara la acción


profesional del médico.

DEL ENFERMO TERMINAL


La medicina aunque tiene como objetivo la preservación de la vida, muchas veces es
vencida por la naturaleza que dictamina el final de la existencia. El médico debería estar en
capacidad de proporcionar consuelo al paciente y a la familia, cuando los recursos técnicos
y científicos de la medicina no son suficientes para conservar la vida.

En este segmento se fundamenta principalmente en el respeto a la última voluntad


del paciente y al trato humanitario que éste debe recibir a pesar de hallarse en estado
terminal.

Lo referente al enfermo terminal está contenido en el Título II, Capítulo Cuarto del
Código de Deontología Médica y destaca aspectos como:

 El legítimo derecho que tiene la persona que sufre una enfermedad fatal a que se le
preste atención adecuada y a que se le siga considerando como ser humano.

 Este paciente tiene derecho a ser informado de la verdad de su padecimiento, así


como de participar en la toma de decisiones relacionadas a su tratamiento.

 El enfermo terminal tiene derecho a que se respeten sus ideas en materia de religión,
pudiendo solicitar ayuda espiritual y moral del sacerdote de su religión.

 Tiene derecho a decidir el tipo de información que el médico podrá revelar luego de
su muerte, respetando siempre su intimidad.

 El moribundo tiene derecho a exigir se le permita morir sin la aplicación


indiscriminada de medidas extraordinarias de mantenimiento artificial de la vida,
respetándose también su decisión de que no le sean aplicadas medidas de
reanimación (artículo 77).

 El derecho del enfermo a disponer de su cuerpo, luego de su muerte.

 Es obligación fundamental del médico el alivio del sufrimiento humano. No puede,


en ninguna circunstancia, provocar deliberadamente la muerte del enfermo aún
cuando éste o sus familiares lo soliciten (artículo 80).

TITULO III:

CAPITULO TERCERO: “DE LOS DEBERES DE LOS MÉDICOS HACIA LOS


MIEMBROS DE LAS PROFESIONES AFINES Y AUXILIARES DE LA MEDICINA”.

Las profesiones existen para servir tanto al individuo como a la sociedad y cada
individuo que está incluido aquí debe tener unas cualidades personales y de
comportamiento con unas características entre las que deben ser premisa fundamental los
valores, que lo lleve a cumplir fielmente su rol de una manera proactiva para beneficio de
todos, independientemente de su grado de responsabilidad en el resultado final del trabajo
colectivo, esos valores son: el respeto, la dignidad, la honestidad, la integridad, etc., que
son  tan importantes como los conocimientos técnicos o científicos.
Por lo tanto el médico debe:

 Dedicarse a proporcionar un servicio médico competente, con plena independencia


profesional y moral, con compasión y respeto por la dignidad humana.
 Tratar con honestidad a pacientes y colegas, e informar a las autoridades apropiadas
sobre los médicos que practiquen en forma antiética e incompetente o a los que
incurran en fraude o engaño.

 Respetar los derechos y preferencias del paciente, de los colegas y de otros


profesionales de la salud.

Los médicos en ejercicio de su profesión no podrán asociarse con fines de lucro con
profesionales afines (farmaceutas, profesionales de otras especialidades etc.) o con
auxiliares de la medicina ni depender de estos para hacer cumplir a estos sus deberes
profesionales.

TITULO IV:

CAPITULO PRIMERO: “DEL SECRETO PROFESIONAL Y DEL USO DE LAS


COMPUTADORAS EN MEDICINA”.

“Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o
vea en la vida de los hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de manera
que no se pueda hablar de ellas”
Juramento hipocrático

Parece ser que su origen, está vinculado con los asclepíades (casta de sacerdotes
relacionados con la sanación de los enfermos) y su trascendencia fue tan importante que el
Juramento Hipocrático hace una clara referencia a la discreción que debían mantener los
médicos en el ejercicio de su ciencia y su arte El Secreto médico (Secretum, del latín lo que
debe ser guardado en reserva).

Se denomina SECRETO MEDICO la obligación que, dentro de ciertas


condiciones, tiene el médico de guardar reserva de los hechos por él conocidos en el
ejercicio de su profesión. Su aplicación está sujeta a normas morales y legales.

El secreto profesional médico es una forma de secreto comiso o pactado. El paciente


lo confía al médico en virtud de un pacto por el que aquel obliga a este a mantener reserva.
Se basa en el principio de la comunicación privilegiada dentro de la relación médico-
paciente, privilegio que consiste en que la información del enfermo no será divulgada.

El médico es uno de los profesionales que tiene el conocimiento más profundo de la


intimidad de las personas. Es el depositario de la enfermedad que lo aqueja, del tratamiento
que efectúa, del impacto que sus instrumentaciones dejan en los cuerpos de quienes
necesitan de su arte y ciencia…Es, en cierta forma, el guardián de la vida y de la muerte de
muchas personas. Es, por así decirlo, el paradigma del defensor de la intimidad de las
personas.

Además del médico, están también obligados a guardar reserva de las confidencias
de los enfermos, las esposas de los médicos, los estudiantes de medicina, las enfermeras, las
secretarias médicas, y el restante personal auxiliar.
Existen tres criterios principales:
 SECRETO MEDICO ABSOLUTO
 SECRETO MEDICO RELATIVO
 SECRETO MEDICO COMPARTIDO

Secreto Medico Absoluto: como su nombre lo indica, es aquel que impone la obligación
de callar siempre y en todos los casos. Los defensores de esta doctrina se basan en que
el secreto es una convención establecida concreta o tácitamente entre el médico y su
enfermo. Y agregan que solo con esta garantía el paciente tiene confianza y revela todo al
facultativo; de otro modo, si la profesión médica no estuviera afirmada en esa situación
segura para el enfermo, ello encontraría muchas dificultades para su ejercicio. Esta garantía
de orden privado implica así una ventaja de interés social. En tales condiciones, el médico
es solo un depositario, el secreto no le pertenece y, por consiguiente, su obligación de callar
es absoluta y permanente. La consecuencia de ello es que toda revelación es irregular. Y los
ortodoxos de tal doctrina sostienen que una revelación de esta naturaleza no puede ser
invocada legalmente en juicio; que el médico es siempre como tal un testigo sin valor.

Se dice que el secreto absoluto ya no existe en ninguna parte. En Francia misma,


este principio, que tanto ha enturbiado la doctrina y la jurisprudencia, ha sufrido serios
ataques en la práctica y en la discusión académica o bibliográfica. El secreto absoluto es un
cadáver doctrinario y es necesario enterrarlo para siempre.

Secreto Medico Relativo: No debe guardarse frente a la justicia, para así colaborar
en la búsqueda de la verdad. Siempre debe existir una “justa causa “para revelarlo. Por ser
el secreto relativo, en los casos dudosos debe ser el mismo depositario el juez de su
conducta. Su conciencia le dirá si debe hablar o debe callar, sea ante la justicia o en
situaciones privadas. El médico que conoce un hecho es el único en condiciones de pensar
las razones y los intereses vinculados con ese secreto, cuyo verdadero carácter y magnitud
solo él puede apreciar. Por consiguiente, debe dejarse al mismo médico la decisión de lo
que ha de hacer. Obligarlo a callar en todos los casos o hablar siempre ante la justicia es
imponerle una norma que facilita su conducta, pero que puede violentar su conciencia, a
veces en perjuicio de esta institución jurídica, que resulta en cambio mejor defendida por la
moral de quien es depositario del secreto.

Secreto Medico Compartido: Propio de la medicina socializada en que el trabajo de


equipo lleva a que varios profesionales compartan esta obligación con relación a un
paciente.

Artículo 125.- El secreto médico es un derecho del enfermo, pero el médico no incurre en
violación cuando lo revela de conformidad con lo establecido en el Artículo 47 de la Ley de
Ejercicio de la Medicina, cuyo texto se transcribe a continuación: "No hay violación del
secreto médico en los siguientes casos":

1) Cuando la revelación se hace por mandato de la Ley.

2) Cuando el paciente autoriza al médico para que lo revele.

3) Cuando el médico, en su calidad de experto de una empresa o institución y previo


consentimiento por escrito del paciente, rinde su informe sobre las personas sometidas a
exámenes al Departamento Médico de aquella.

4) Cuando el médico ha sido encargado por la autoridad competente para dictaminar sobre
el estado físico o mental de una persona.

5) Cuando actúa en el desempeño de sus funciones como médico forense o médico legista.

6) Cuando hace la denuncia de los casos de enfermedades notificables de que tenga


conocimiento ante las autoridades sanitarias.

7) Cuando expide un certificado de nacimiento o de defunción o cualquiera otro


relacionado con un hecho vital, destinado a las autoridades judiciales, sanitarias, de
estadísticas o del registro civil.

8) Cuando los representantes legales del menor exijan por escrito al médico la revelación
del secreto. Sin embargo el médico podrá, en interés del menor, abstenerse de dicha
revelación.

9) Cuando se trate de salvar la vida o el honor de las personas.

10) Cuando se trate de impedir la condena de un inocente.

11) Cuando se informe a los organismos gremiales médicos de asuntos relacionados con la
salud de la comunidad en cuanto atañe al ejercicio de la medicina. Esta información no
releva de la obligación a que se refiere el ordinal 10 del artículo 25 de esta Ley".

En la profesión médica debe rechazar cualquier intento destinado a imponer una


legislación sobre el procesamiento electrónico de datos que pueda poner en peligro el
carácter confidencial de la información recogida. Debe lograrse protección efectiva contra
el uso de retransmisiones de los registros de cualquier información personal antes de que
entre a la computadora y esta información solo se usará con la supervisión y bajo
autorización y protección del médico a la institución para no poner en riesgo los datos
personales del paciente.

CAPITULO CUARTO: “HONORARIOS PROFESIONALES”.

“Honorarium sed non merces”


Proverbio romano
El médico, como toda persona que efectúa un trabajo licito, tiene derecho a cobrar
por sus servicios profesionales. Este cobro lo hace privadamente, pero, no obtenido el pago,
tiene derecho a iniciar un juicio ordinario contra el deudor.

Todas las cuestiones de honorarios médicos llevan implícito un problema moral: he


ahí algo que ningún facultativo debe olvidar. Ha de saber no sólo cuanto sino como debe
cobrar.

“Los honorarios representan el salario que abonan los locadores de servicios


inmateriales, la contra prestación debida por el trabajo en cuya realización tiene parte
primordial la inteligencia”.

En los artículos de este capítulo se establece que el médico tiene derecho a


honorarios que serán fijados por él mismo, independientes del resultado de sus servicios, y
en caso de trabajo conjunto estos serán repartidos por común acuerdo. Asimismo dice que
está prohibido que dos o más médicos se refieran pacientes con fines comerciales, o que se
solicite anticipos por trabajos no realizados. El médico podrá prestar asistencia gratuita en
casos de pobreza extrema y ante inconformidad del paciente por el monto de los honorarios
podrán acudir ambas partes al colegio de médicos.

“Es un deber de todo médico procurar ayudar gratuitamente a la persona de recursos


insuficientes cuando hay una seria necesidad”.

La evolución hacia la colectivización de la atención médica, a través de la


extensión a todo el país del sistema privado conocido como “mutualismo”, y la extensión
de los servicios públicos del Ministerio de Salud Pública a través de los Hospitales, y de
otros servicios gratuitos, fueron haciendo que el honorario médico cayera en el olvido de
los profesionales, que aprendieron a convivir con un sistema de dependencia institucional
por sueldo, denominado salario, equiparándose a los trabajadores manuales, con quien
progresivamente se sintieron en un amplio sector, más identificados. Esto, desde luego, ha
contribuido en forma no menor, a la desprofesionalización del médico Venezolano.

Así también decae una profesión, porque si sus integrantes no pueden valorarla
debidamente, menos lo harán quienes reciben sus servicios. Las críticas que se hacen
sobre esta materia, dentro y fuera de la profesión, son puramente producto de tres
factores: la mentira, la ignorancia y la ambición.

TITULO V:

CAPÍTULO CUARTO: “DE LA INVESTIGACIÓN DE LOS SERES HUMANOS”.

La investigación clínica debe inspirarse en los más elevados principios éticos y


científicos y no deberá realizarse si no está sostenido con pruebas fehacientes el ensayo en
animales de experimentación. Siendo el médico responsable de tomar las precauciones
necesarias si al momento de la experimentación el sujeto presenta alteración de su
personalidad.
En cuanto al tratamiento del paciente la ley contempla que se podrán emplear
nuevos procedimientos terapéuticos, si después de estudiar bien las variables es probable
que se restablezca la salud o el alivio del sufrimiento.

En caso de que la investigación clínica tenga fines científicos en sujetos sanos es


deber del médico, proteger la vida y la salud del individuo sometido al experimento, así
como de explicar el propósito y los riesgos del mismo, se hace necesario el consentimiento
por escrito de la persona sometida al experimento, o de su representante legal, teniendo en
cuenta que este experimento debe ser interrumpido en cualquier momento en que el sujeto
lo solicite.

En cuanto a las mujeres embarazadas y en período de crianza no deben ser sujetas a


investigación “no terapéutica” que implique la posibilidad de riesgos para el feto o para el
neonato, por lo cual serán excluidas en caso de ser demostrada esta premisa, sin embargo
será permitida si está dirigida a elucidar problemas del embarazo o de la lactancia. Por tanto
se hace inaceptable los efectos que pudiesen causarse de forma deliberada al feto en
investigaciones experimentales y que no están relacionadas con el embarazo.

Es importante resaltar que tanto los niños como las personas con enfermedades
mentales, no deben ser sometidos a investigaciones que pueden igualmente, ser realizadas
en personas adultas y en plenas facultades mentales, aunque esta claro que su participación
es indispensable para la investigación de las enfermedades propias de la infancia y de
aquellas en las cuales la patología mental sea el motivo de estudio. Es de vital importancia
al igual que en casos anteriores el consentimiento por escrito de los padres, o de cualquier
otro familiar inmediato, esposo/a, parientes, descendientes de edad adulta, hermano.

En cuanto a las investigaciones de tipo epidemiológico, está clara la dificultad de


poder conseguir el consentimiento por escrito de cada una de las personas involucradas, por
tanto aquí la responsabilidad cae sobre autoridades oficiales en el campo de la salud. No
obstante, deben emplearse todos los medios posibles para informar a la comunidad los
objetivos de la investigación, ventajas y riesgos. Los estudios a doble ciego son aceptados
legalmente siempre y cuando se le informe al paciente que será participe de estos.

La revisión de los protocolos de investigación y la autorización para su ejecución


debe ser realizada por los Comités Institucionales de Ética, conformados especialistas y
farmacólogos clínicos especialmente calificados.

En relación al uso de placebos se hace necesario diferenciar su empleo con fines


“terapéuticos” y con fines “diagnóstico”. En donde el primer caso se trata de cualquier
procedimiento terapéutico o algún componente del mismo, administrado deliberadamente
para obtener un efecto o que, inesperadamente, lo produce, pero que objetivamente carece
de actividad específica para la condición que se pretende tratar. Y el Placebo con fines
diagnósticos es aquel que se utiliza para lograr un control adecuado de los procedimientos
de investigación biomédica.

Este placebo no será administrado si el paciente se rehúsa a su administración.


REFERENTE A LOS TRASPLANTES DE ÓRGANOS:

Artículo 28.-  La decisión de poner término a la supervivencia artificial en caso de muerte


cerebral sólo se tomará en función de los más rigurosos criterios científicos y las garantías
exigidas por la Ley. Antes de suspender los cuidados, dos médicos cualificados e
independientes del equipo encargado de obtener los órganos para trasplante, suscribirán un
documento que autentifique la situación.

Artículo 29.- 

1. Dado los beneficios del trasplante de órganos, es obligación del médico fomentar la
donación.

2. Para la extracción de órganos y tejidos procedentes de cadáveres, al menos dos médicos


comprobarán el fallecimiento del paciente, de acuerdo con los datos más recientes de la
ciencia. Estos médicos serán independientes del equipo responsable del trasplante y
redactarán sus informes. Los médicos encargados de la extracción comprobarán por todos
los medios posibles que el donante no expresó, por escrito o verbalmente, su rechazo a la
donación.

3. Para la realización de trasplantes de órganos procedentes de sujetos vivos, dos médicos


certificarán que no afecta al estado general del donante. El médico responsable de la
extracción se asegurará del libre consentimiento del donante, sin que haya mediado
violencia, coacción o presión emocional o económica.

TITULO IV:

CAPITULO II: “DE LAS SANCIONES”.

En este capítulo se establece que según esta ley existen tres tipos de sanciones:

Las sanciones de carácter disciplinario: que consta bien sea de amonestaciones


orales o escritas, privadas o públicas, o de exclusión de derechos y privilegios de carácter
gremial o profesional.

Los entes encargados de aplicar estas sanciones serán los tribunales del colegio de
médicos o la Federación Médica Venezolana, quienes tendrán la obligación de comprobar
la veracidad de los hechos.

Quien esté en demora con las contribuciones será sancionado con amonestaciones.
Las sanciones administrativas: que constan de suspensión hasta por 2 años o
multas de 1000 a 5000 bolívares, pudiendo imponérsele a los reincidentes hasta el doble de
esta suma.

El ente encargado de aplicar estas sanciones es el MPPDS o funcionarios


autorizados por el ministro.
Quien se niegue a cancelar las contribuciones será multado con 1000 a 2000
bolívares.

Los médicos que incurran en infracción al código de deontología médico serán


suspendidos por 1 a 12 meses.

Estas sanciones disciplinarias o administrativas no eximen de la responsabilidad


civil o penal en la que se incurra.

Las sanciones de carácter penal.

Además en este capítulo se indica que serán sancionados:

 Quienes falsifiquen o alteren títulos, o suplanten a personas autorizadas,


siendo castigados con 18 meses a 5 años de prisión.

 Quienes actúen como cómplices, cooperadores o encubridores serán


castigados con 6 a 12 meses de prisión.

 Quienes ejerzan sin haber cumplido con los requisitos legales, o violen la
suspensión o inhabilitación serán castigados con prisión de 1 a 6 meses.

 Quienes refieran pacientes de sitios públicos a sitios privados para obtener


beneficio económico serán castigados con 6 a 18 meses de prisión.

 Quienes expidan récipes en blanco o certificaciones falsas serán castigados


con 6 meses a 2 años de prisión.

 Quienes presten sus servicios a personas que vayan en contra de esta ley
serán castigados tanto con prisión de 6 a 12 meses como por suspensión de
meses a 1 año.

 Quien sin ser médico se anuncie como tal será castigado con 6 meses a2
años de prisión, aquí el juicio será ante un tribunal penal ordinario.

 Quien incurra en negligencia, impericia, imprudencia será investigado por el


tribunal del colegio médico, el cual podrá recomendar al MPPDS, la
suspensión del ejercicio profesional, sin eximir de las sanciones del código
penal.

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