ellos y ellos serán su pueblo, y él, “Dios-con-ellos”, será su Dios.
Y enjugará las lágrimas de
sus ojos; no habrá ya muerte, ni habrá llanto, ni gritos, ni fatiga, porque el mundo viejo ha
pasado. (Ap. 21, 1-4)
1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria al Padre…
- Padre mío, Padre Bueno, a ti me ofrezco, a ti me doy.
- Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina bondad,
ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.
Dios te Salve Reina… Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre por el Papa Benedicto
XVI.
Letanías del Padre
Padre de infinita majestad ten piedad de nosotros
Padre de infinita potencia “
Padre de infinita bondad “
Padre de infinita ternura “
Padre, abismo de Amor “
Padre, potencia de gracia “
Padre, esplendor de resurrección “
Pare, Luz de paz “
Padre, regocijo de salvación “
Padre, siempre más Padre “
Padre de infinita misericordia “
Padre de infinito esplendor “
Padre, salvación de los desesperados “
Padre, esperanza de quien reza “
Padre, tierno ante cualquier dolor “
Padre, por los hijos más débiles “
Padre, por los hijos más desesperados “
Padre, por los hijos menos amados “
Padre, por los hijos que no te han conocido “
Padre, por los hijos más desolados “
Padre, por los hijos más abandonados “
Padre, por los hijos que luchan para que venga tu reino “
Oremos:
Padre, por los hijos, por cada hijo, por todos los hijos, te imploramos: danos paz y salvación
en nombre de la Sangre de tu Hijo Jesús y en nombre del sufrido Corazón de nuestra Mamá
María. Amén.
Con aprobación eclesiástica
+Giuseppe Casale
El Rosario a Dios Padre
El Rosario del Padre, en sus cinco misterios encierra toda la historia del hombre, es una
oración que la Providencia nos ha dado. En él está la historia del hombre guiada por el
Amor de Dios que – desde el inicio de la Creación hasta la redención final – ha llevado y
llevará adelante su plan de Vida.
Este Rosario es un signo de los tiempos, de estos tiempos que ven el regreso de Jesús a la
tierra “con gran potencia” (Mt. 24,30). La “potencia” es por excelencia el atributo del Padre
(“Creo en Dios Padre todo poderoso”): es el Padre que viene en Jesús, y nosotros tenemos
que apremiarlo para que acelere los tiempos de la nueva creación tan esperada (Rm 8, 19).
Pero no tenemos que sustituir el Rosario de la Virgen María con el Rosario del Padre;
podemos rezar los dos, tenemos que pedirle a la Madre que rece con nosotros el Rosario
del Padre para que Él venga pronto a traer su Reino a la tierra . (Lc. 11,2).
Promesas: El Padre promete que por cada Padre Nuestro que recite, decenas de almas
se salvarán de la condenación eterna y decenas de almas serán liberadas de las penas del
Purgatorio.
El Padre concederá gracias particularísimas a las familias en las cuales se recite este
rosario y las gracias se transmitirán de generación en generación.
A todos aquellos que lo reciten con fe, hará grandes milagros, tanto y tan grandes como
no se han visto nunca en la historia de la Iglesia.
¿Cómo se recita? Se empieza:
- En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
- Dios mío ven en mi auxilio, Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Como era en el principio, ahora y siempre por
los siglos de los siglos, Amén
- “Padre mío, padre bueno, a Ti ofrezco, a Ti me doy”.
- Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina Bondad,
ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.
Primer misterio: Contemplamos el triunfo del Padre en el jardín del Edén cuando,
después del pecado de Adán y va, promete la venida del Salvador.
“Entonces Yahvé Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas
las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su
linaje: él pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar” (Jn3, 14 - 15)
1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria al Padre…
- Padre mío, Padre Bueno, a ti me ofrezco, a ti me doy.
- Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quien me ha encomendado la Divina bondad,
ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.
Segundo misterio: Contemplamos el triunfo del Padre en el momento del “Fiat” de
María durante la Anunciación.
“El Ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a
concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús. Él será
grande y se llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. Dijo María: He aquí la
esclava del Señor; hágase en mi según tu palabra.” (Lc. 1, 30ss).
1 Ave María. 10 Padre Nuestro, Gloria al Padre…
- Padre mío, Padre Bueno, a ti me ofrezco, a ti me doy.
- Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina bondad,
ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.
Tercer misterio: Contemplamos el triunfo del Padre en el huerto de Getsemaní cuando
da toda su potencia al Hijo.
“Jesús rezaba diciendo: - Padre mío, si es posible, que pase de mi esta copa, pero no sea
como yo quiero, sino como quieres tú. Entonces, se les apareció un ángel venido del cielo
que le confortaba. Y sumido en agonía oraba más intensamente, y su sudor se volvió como
gotas espesas de sangre que caían en tierra. (Lc.22, 42-44).
Después se acercó a los discípulos y les dice: - ¡Ahora ya podéis dormir y reposar! Mirad
ha llegado la hora en la cual el Hijo del hombre será entregado en manos de pecadores.
¡Levantaos, vamos! Mirad que él me va a entregar está cerca (Mt. 26, 45, 46) Jesús se
adelanta y les pregunta: - ¡A quién buscáis? Le respondieron: - A Jesús el Nazareno. Les
dice Jesús - ¡SOY YO! Apenas dijo: ¡SOY YO! Retrocedieron y cayeron en tierra.” (Jn. 18,3 - 6)
1 Ave María. 10 Padre Nuestro, Gloria al Padre…
- Padre mío, Padre Bueno, a ti me ofrezco, a ti me doy.
- Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina bondad,
ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.
Cuarto misterio: Contemplamos el triunfo del Padre al momento del juicio particular.
“Estando él todavía lejos, le vio su padre, y conmovido corrió, se echó a su cuello y le besó
efusivamente. El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante Ti; ya no merezco ser
llamado hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el mejor vestido y
revestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo
cebado, matadlo y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y
ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado.” (Lc. 15, 20-24)
1 Ave María, 10 Padre Nuestro, Gloria al Padre…
- Padre mío, Padre Bueno, a ti ofrezco, a ti me doy.
- Ángel del Señor, fiel custodio mío, a quién me ha encomendado la Divina bondad,
ilumíname, protégeme, dirígeme y gobiérname siempre. Amén.
Quinto misterio: Contemplamos el triunfo del Padre en el momento del juicio universal.
“Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra
desaparecieron y el mar no existe ya. Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba
del cielo, de Dios engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz
que decía desde el trono: “¡Esta es la morada de Dios con los hombres! Pondrá su morada
entre