José Domingo Espinar Aranda
(n. Ciudad de Panamá, Virreinato de Nueva
Granada; 1791 - f. Arica, Perú; 5 de septiembre de
1865) fue un ingeniero, geógrafo, cirujano, político
y militar colombiano de origen mulato. Fue amigo
cercano de Simón Bolívar y luchó con él en las
guerras independentistas de Sudamérica. Luego en
1830, después de volver a su natal Panamá, levantó
un movimiento de secesión del istmo, que
desencadenó su exilio al Perú donde vivió gran
parte de su vida hasta su muerte.
BIOGRAFÍA
Nació en 1791 y fue hijo de Enrique Espinar y
Josefa Aranda. Tuvo un hermano mayor llamado
Fernando que fue médico y se radicó en Perú y otro
menor llamado José Gregorio.
Estudió en el colegio San Francisco de Quito y la Universidad de San Marcos de Lima,
titulándose de cirujano, médico e ingeniero. En 1815 se casó con la istmeña Josefa de los
Ríos Luna con la que tuvo una hija (María Gracia de los Dolores), aunque su esposa murió
poco después. Se radicó en Perú y volvió a casarse con la limeña Lorenza Rueda con la que
tuvo tres hijos (Rómulo, Felipe y Cristina).
Sirvió en el ejército realista como oficial mayor de la tesorería de la Casa de la Moneda
(1816-1819), pero acabó uniéndose a la Expedición Libertadora del Perú de José de San
Martín como capitán de milicias. Fue amigo, consejero y médico de cabecera de Simón
Bolívar, sirviéndole durante las campañas del Sur y destacando en la batalla de Junín y
el segundo sitio del Callao y en cuidar su vida en Pativilca. Pasó de ser teniente coronel en
el batallón Numancia a jefe de Estado Mayor y secretario personal en 1824.
En 1826 Andrés de Santa Cruz lo nombra coronel de ingenieros y vicepresidente de la
Sociedad de Fundadores de la Independencia. Fue elegido senador en la Gran
Colombia por el departamento del Istmo en 1823 y 1827. En 1828 se hizo secretario
general de Bolívar, miembro del Consejo de Estado y secretario del Congreso Admirable.
En 1830 fue comandante militar de su departamento y lideró un movimiento secesionista
que consiguió negociar la reincorporación pacífica a la Gran Colombia, pero su postura
centralista encontró el rechazo de los liberales Mariano Arosemena, Tomás Herrera y José
de Obaldía y el conservador José de Fábrega. En 1831 fue trasladado a Veraguas, pero el
conflicto político siguió y acabó enemistándose con el nuevo comandante militar del
Istmo, coronel José Hilario López. No obstante, se impuso y quedó como dueño de ese
territorio. Finalmente, se ordenó en Bogotá que entregara su mando al coronel Carlos
Arboleda.
Se exilió en Perú, donde fue secretario general de Felipe Santiago Salaverry en 1835.
En 1839 fue encargado por el gobierno restaurador de Perú de representarlo
comercialmente en Ecuador. Posteriormente, luchó en la guerra entre Perú y Bolivia bajo
las órdenes de Agustín Gamarra y Miguel de San Román. En 1849 se le permitió volver a
Panamá, donde fue nombrado brigadier y se le asignó una remuneración. Estando allí,
en 1851 el gobernador José de Obaldía le acusó de haber animado una rebelión de las
castas en 1830, que lo obligó a exiliarse nuevamente a Perú en 1852, y luego fue
comandante de Moquegua. Falleció en Arica en 1865.
Juan Eligio Alzuru
(Venezuela, 1791 - Ciudad de Panamá, 281 o 292 de
agosto de 1831) fue un militar venezolano que
ocasionó la segunda secesión del istmo de
Panamá de Colombia del 9 de julio al 28 de agosto de
1831.
Primeros años
Se inició como militar en 1813, durante la Guerra de
Independencia de Venezuela y combatió al
comandante José Tomás Boves. Luego luchó a favor de los realistas en la primera batalla
de Carabobo (1814). Poco después se trasladó a Nueva Granada, donde caería preso y se
le condenaría a servir en el Batallón Numancia, donde conoció a Luis Urdaneta, quien lo
hizo su ayudante.
Posteriormente ambos se trasladarían a Lima, batallando del lado de los independentistas,
pero los realistas apresaron a Alzuru brevemente, ya que se fugó poco después. Se unió
a Antonio José de Sucre en la Batalla de Pichincha (1822), en la de Junín (1824) y en la
de Portete de Tarqui (1829), esta última durante la guerra gran colombo-peruana.
Ascenso al poder en Panamá
En 1830 fue trasladado al istmo de Panamá, que en ese entonces era parte de la Gran
Colombia bajo el nombre de Departamento del Istmo. Justamente en ese año hubo un
intento secesionista realizado por José Domingo Espinar, que separó al istmo de la Gran
Colombia por un par de meses, hasta que el propio Espinar bajo consejo de Simón
Bolívar decidió revertir la decisión.
En 1831 Espinar, a pesar de la aventura secesionista, mantuvo el control militar de
la provincia de Panamá (que abarcaba la mitad este del istmo), sin embargo tuvo
discrepancias con José de Fábrega quien tenía el control militar de la provincia de
Veraguas (que abarcaba la mitad oeste del istmo). Espinar decidió ir a Veraguas en febrero
con parte del batallón Ayacucho a presionar a Fábrega, pero éste dejó el cargo militar de
Panamá a Alzuru en su ausencia.
Alzuru, motivado por los enemigos de Espinar, decidió removerlo de su puesto mientras
éste desterraba a Fábrega y se hacía el control de Veraguas. Espinar fue apresado el 21 de
marzo a su regreso a la capital y luego exiliado a Guayaquil. Alzuru logró ganarse la
confianza de la clase alta panameña y se reservó el mando militar, dejando el mando civil
al doctor Pedro Jiménez.
No obstante, la llegada de oficiales venezolanos que participaron de la separación
de Ecuador de la Gran Colombia incluyendo a Luis Urdaneta, buscando el amparo de
Alzuru, lograron influirlo para iniciar una nueva secesión del istmo. Se designó como
prefecto a José Vallarino y fusilaron a dos generales opositores acusados de ser espías, lo
que generó el repudio del gobierno central neogranadino. Alzuru, temeroso de perder el
cargo, buscó la forma de separar el istmo como lo hizo Espinar, justificando que tanto
Venezuela como Ecuador se habían separado de la Nueva Granada.
Segunda secesión de Panamá
El 8 de julio de 1831 Alzuru ordenó al prefecto Vallarino a convocar una junta entre
autoridades y personalidades importantes de la capital panameña, para avalar el
desconocimiento de las autoridades neogranadinas y la secesión del istmo de Panamá
como un estado independiente, pero el prefecto se negó a aceptar las proposiciones
separatistas, a pesar que los presentes en la junta estaban eufóricos con la idea. Al día
siguiente Vallarino fue destituido y el jefe político, Justo Paredes, convocó una nueva junta
donde se consumó la separación del istmo y se decidió dividir el gobierno en uno civil
(dirigido por José de Fábrega) y uno militar (dirigido por Alzuru) y se estableció una Dieta
como órgano legislativo. A pesar que el propio Alzuru no estaba conforme con algunas
cláusulas del acta de separación, decidió seguir con el proceso.
El gobierno central de Nueva Granada consideró inaceptable las acciones de Alzuru y
desde junio había ordenado al general Tomás Herrera con el título de Comandante
General del Istmo, la recuperación del control militar. En Cartagena, partió con 160
hombres del batallón Yaguachi en barco a Panamá, con el fin de reemplazar al batallón
Ayacucho, pero al llegar al fuerte de San Lorenzo en la desembocadura del río Chagres, a
pocos kilómetros de la capital panameña, se enteró de la secesión y no pudo
desembarcar, retirándose más al norte a Portobelo, donde fue recibido por los
pobladores, quienes se sumaron a Herrera.
Alzuru al enterarse de la presencia de Herrera en la costa caribeña, éste envió a los
diputados José de Obaldía y Francisco Picón, para convencer a Herrera de desistir, pero
fue en vano. Alzuru, notablemente iracundo, comenzó a tomar medidas incoherentes
desde la destitución sin razón de Fábrega del poder civil el 30 de julio, realizó el
reclutamiento forzoso a 1.100 personas para sumarlos al ejército ante una eventual
respuesta de Herrera, se confiscaron los bienes de los opositores a Alzuru, y se inició un
proceso de persecución y exilio de importantes políticos panameños, incluyendo a José
Vallarino y Mariano Arosemena. Finalmente, el propio Alzuru por decreto disolvió la Dieta
y se proclamó como única autoridad, convirtiéndose en un dictador.
Fin del movimiento separatista y muerte
Ante la situación adversa, los panameños dejaron de respaldar a Alzuru y se sumaron al
bando de Herrera. Los diputados Obaldía y Picón, se sumaron a la causa y el propio
Obaldía logró convencer a los encargados militares del fuerte de San Lorenzo de rendirse;
con eso el general Herrera logró avanzar por el río Chagres hasta llegar a la zona de Farfán
y Río Grande (actual salida Pacífico del canal de Panamá) con una fuerza de 700 hombres
entre militares y voluntarios. Adicionalmente, el general Fábrega y otros exiliados que
regresaron al istmo con el apoyo de una goleta militar de Ecuador, se juntaron en
Veraguas también en dirección a Panamá para derrocar a Alzuru.
Las fuerzas de Alzuru que sumaban mil hombres en Natá, bajo el coronel José Antonio
Miró, prefirieron atajar a los hombres de Herrera y llegaron a La Chorrera el 24 de agosto.
Poco después las fuerzas de Alzuru y Herrera se enfrentaron en la zona de La Boca y
cruzaron el Río Grande en dirección oeste. Herrera se posicionó en las zonas altas
de Bique, que en ese entonces era una zona fangosa, pero las fuerzas de Alzuru
pretendiendo perseguir a Herrera cayeron en la zona lodosa, donde fueron abatidas,
quedando reducida a sólo 400 hombres. Alzuru en retirada, huyó hacia el pueblo
de Arraiján, donde asesinó al alcalde del lugar. Mientras que Herrera logró tomar la ciudad
de Panamá en la tarde del día 25 de agosto.
Fábrega, al conocer que Alzuru y sus hombres estaban refugiados en Arraiján, marchó
hacia allá y combatió el 27 de agosto contra Alzuru, en el Río Grande. La batalla fue corta y
el propio Herrera junto con una parte de sus hombres se sumó, ocasionando la derrota
total de Alzuru. Alzuru fue apresado y llevado a la capital, donde se le sometió a
un consejo de guerra y se le condenó a muerte por fusilamiento el día 29 de agosto.
También fueron fusilados Luis Urdaneta y otros jefes militares que apoyaron a Alzuru.
Con la aniquilación de las fuerzas secesionistas, el istmo de Panamá volvió a la Nueva
Granada y Tomás Herrera fue encargado de reinstaurar el gobierno civil y militar de la
región.
Tomás José Ramón del Carmen de
Herrera y Pérez Dávila
(Panamá, 1800 - Bogotá, 1854) Militar y político colombiano.
Luchó en varias campañas de la emancipación, ejerció en
diversas ocasiones el cargo de gobernador de Panamá y se
opuso férreamente al golpe de José María Melo, al que
desafió poniéndose al frente de un gobierno legítimo.
En 1820 ingresó en el ejército independentista como
ayudante del coronel Fábrega, quien anexó el Istmo a la
República. Combatió en Junín y Ayacucho, apoyó en 1828 al almirante Padilla y fue
desterrado tras la conjuración septembrina. En 1830 regresó a Colombia y ayudó a José
Hilario López a deponer a Rafael Urdaneta. Nombrado jefe del Estado Mayor de
Cundinamarca, un año después sometió al rebelde Juan Eligio Alzuru en Panamá.
Tomás Herrera fue nombrado entonces gobernador de Panamá y, en 1932, comandante
general del Istmo. Congresista desde 1837, en 1841 una asamblea popular proclamó la
independencia del estado panameño y designó presidente a Tomás Herrera, que asumió
el poder durante el asedio de los británicos; este ensayo independentista duró apenas
trece meses, tras los cuales hubo de partir al exilio. De regreso a Colombia ejerció de
nuevo como gobernador de Panamá (1845-1849).
Entre 1849 y 1850, bajo la presidencia de José Hilario López, fue ministro de Guerra y
Marina. Pasó tras ello a la gobernación de Cartagena, y fue luego ascendido a general y
nombrado otra vez gobernador de Panamá. Elegido senador, firmó como presidente de la
cámara la Constitución de 1853, año en el que fue también ministro de la Presidencia en el
gobierno de José María Obando (1853-1854).
Tras el golpe de estado del general José María Melo, huyó de Bogotá y, con el apoyo del
general Manuel María Franco y del Senado, se declaró presidente legítimo en Chocontá (al
norte de la capital) el 21 de abril de 1854. Fue derrotado y huyó a Ibagué, a la que hizo
capital provisional de la República. El 5 de agosto de 1854 traspasó el poder al
vicepresidente electo José de Obaldía. Tras varios meses de campaña al mando del
ejército del Norte, Tomás Herrera murió en la víspera de la toma de Bogotá, en diciembre
del mismo año.