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Patroclo Como Signo en Ilíada

1) Patroclo insta a Aquiles a regresar a la batalla, pero este se niega. 2) Patroclo pide permiso a Aquiles para usar su armadura y armas para animar a los griegos. 3) Al vestirse como Aquiles, Patroclo engaña a los troyanos y logra cambiar el curso de la batalla, aunque termina muriendo al desobedecer las instrucciones de Aquiles.

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1) Patroclo insta a Aquiles a regresar a la batalla, pero este se niega. 2) Patroclo pide permiso a Aquiles para usar su armadura y armas para animar a los griegos. 3) Al vestirse como Aquiles, Patroclo engaña a los troyanos y logra cambiar el curso de la batalla, aunque termina muriendo al desobedecer las instrucciones de Aquiles.

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Patroclo como signo en Ilíada

CANTO XVI
Patroclo es, en la Ilíada, el mejor amigo –como un hermano- para el
héroe encaprichado Aquiles. El joven hijo de Menecio, Patroclo, insta a su
amigo a olvidar sus rencillas con Agamenón y regresar a la batalla para salvar
a sus compañeros que están siendo destrozados por los troyanos. Sin embargo,
el Pélida Aquiles se niega. Ante eso, Patroclo opta por pedirle permiso para
portar sus armar y salir al campo para que los enemigos se asusten y sus
compañeros recuperen el valor perdido. Esa idea es aceptada por Aquiles y le
entrega sus armas y armadura, junto a una serie de recomendaciones a su
amado Patroclo.
Transformado en Aquiles, el joven aguerrido entra en la batalla y logra
un cambio positivo entre sus aliados.
Cuando hablamos de representación tenemos que referirnos,
indudablemente, al signo. Llamamos signo a cualquier hecho, fenómeno u
objeto que representa a otro, al que (en determinado contexto y para alguien)
sustituye de algún modo. Esa sustitución se da porque el carácter del signo
está dado por lo que representa para alguien y no lo que es en sí mismo.
En la tríada de Pierce, Representamen, Objeto e Interpretante
constituyen la semiosis, es decir, el proceso en el que algo funciona como signo.
Este proceso implica tres factores: lo que actúa como signo; aquello a lo que el
signo alude; la interpretación que de esa relación hace un intérprete. 1
Por ello, decimos que Patroclo en La Ilíada es el signo que representa
a Aquiles, a través de todos los elementos físicos exteriores que se identifican
con aquel:
... Patroclo vistió la armadura de luciente bronce; púsose en las piernas
elegantes grebas, ajustadas con broches de plata; protegió su pecho con la
coraza labrada, refulgente, del Eácida de pies ligeros; colgó al hombro una
espada de bronce, guarnecida de argénteos clavos; embrazó el grande y
fuerte escudo; cubrió la fuerte cabeza con un hermoso casco, cuyo penacho,
de crines de caballo, ondeaba terriblemente en la cimera, y asió dos lanzas
fuertes que su mano pudiera blandir.2

1
Pierce, Charles S. (1987) Obra Lógico Semiótica, Madrid:Taurus.
2
Homero (1968) La Ilíada. Tomo II, (Trad. Luis Segalá y Estalella). Bs. As.:LOSADA.
Siguiendo a Pierce, exponemos que Patroclo (Representamen) es un
joven soldado entre sus compañeros. Pero al vestirse como Aquiles, se
transforma creando una imagen más elaborada para confundir a los troyanos
(Interpretante). Así, estos creen ver a Aquiles (Objeto) en la batalla.
Aclaramos que no solo los signos exteriores identifican a Patroclo con
Aquiles, sino que también su presencia y sus actitudes muestran a Patroclo-
Aquiles:
Cuando los teucros vieron al esforzado hijo de Menetio y a su escudero,
ambos con lucientes armaduras, a todos les conturbó el ánimo y sus falanges
se agitaron. Figurábanse que, junto a las naves, el Pélida, ligero de pies,
había renunciado a su cólera y había preferido volver a la amistad. Y cada
uno miraba adónde podría huir para librarse de una muerte terrible.

..los peonios compañeros suyos huyeron, porque Patroclo les infundió


pavor al matar a su jefe, que tanto sobresalía en el combate.

Incluso a través de su discurso con el que anima a sus compañeros


dánaos a luchar, Patroclo aparece transformado en el propio Aquiles. Ese
discurso manifiesta la fuerza y el valor del Pélida:

Y Patroclo exhortaba a sus compañeros, diciendo con voz recia:


-¡Mirmidones, compañeros del Pélida Aquileo! Sed hombres, amigos, y
mostrad vuestro impetuoso valor para que honremos al Pélida, que es el
más valiente de cuantos argivos hay en las naves, como lo son también sus
guerreros, que de cerca combaten; y conozca el poderoso Atrida Agamenón
la falta que cometió no honrando al mejor de los aqueos.

Y Patroclo Menetíada, de corazón valiente, animó a los aqueos; y dijo a los


ayantes, que ya de combatir estaban deseosos:
-¡Ayantes! Poned empeño en rechazar al enemigo y mostraos tan valientes
como habéis sido hasta aquí o más aún. Yace en la tierra Sarpedón, el que
primero asaltó nuestra muralla. ¡Ah, si apoderándonos del cadáver
pudiésemos ultrajarle, quitarle la armadura de los hombros y matar con el
cruel bronce a alguno de los compañeros que lo defienden...!

Sus acciones, la muerte de Sarpedón y su pesadumbre por la muerte de


su compañero Epigeo que lo hace a enfrentar a sus contendientes, también
remedan a Aquiles:
...Patroclo despidió la suya (la lanza) y no en balde; ya que acertó a
Sarpedón y le hirió en el tejido que al denso corazón envuelve.

Apesadumbróse Patroclo por la pérdida del compañero y atravesó al


instante las primeras filas, como el veloz gavilán persigue a unos grajos o
estorninos: de la misma manera acometiste, oh hábil jinete Patroclo, a los
licios y troyanos, airado en tu corazón por la muerte del amigo.

Pero es Zeus, el padre de los dioses, quien lo lleva a cometer el peor


error: continuar en la contienda (luego de darle muerte a Cebríones, auriga
de Héctor) creyéndose poderoso y capaz de sostener una contienda con este.
Patroclo animaba a los corceles y a Automedonte y perseguía a los
troyanos y licios, y con ello se atrajo un gran infortunio. ¡Insensato! Si se
hubiese atenido a la orden del Pélida, se hubiera visto libre de la funesta
parca, de la negra muerte. Pero siempre el pensamiento de Zeus es más
eficaz que el de los hombres (aquel dios pone en fuga al varón esforzado y le
quita fácilmente la victoria, aunque él mismo le haya incitado a combatir),
y entonces alentó el ánimo en el pecho de Patroclo.

La mitología griega define a Aquiles como “el de los pies ligeros”, “el de
la cólera funesta”, “el pastor de hombres” , “asolador de ciudades” y “un voraz
león”. Por esto, consideramos que el propio Homero establece la identificación
entre Patroclo y Aquiles cuando narra:
En diciendo esto, corrió hacia el héroe con la impetuosidad de un león
que devasta los establos hasta que es herido en el pecho y su mismo valor
le mata; de la misma manera, oh Patroclo, te arrojaste enardecido sobre
Cebríones. (...)
...como dos hambrientos leones que en la cumbre de un monte pelean
furiosos por el cadáver de una cierva; así los dos aguerridos campeones,
Patroclo Menetíada y el esclarecido Héctor, deseaban herirse el uno al
otro con el cruel bronce.

Ante esta imagen de Patroclo enardecido como un león decimos:


Aquiles es un león y
Patroclo actúa como un león.
Entonces, Patroclo actúa como Aquiles: Patroclo es Aquiles.

Finalmente, y cumpliendo con el destino, Patroclo encuentra la muerte


al desoír las recomendaciones de Aquiles y continuar el asedio. Héctor lo mata
y roba las armas del Pélida. Esa muerte provocará la urgencia de Aquiles por
regresar a la batalla y la forja de nuevas armas solicitadas por su madre Tetis
al dios Hefesto.

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