TEXTO
La belleza y el mal
Ángeles Caso
La música me parece la expresión más extraordinaria del espíritu humano, la única que nos iguala
realmente a los dioses. Escuchar música no es para mí sólo un hecho sensorial, sino además un acto
que afecta a todo mi ser, el físico y también el mental. De entre las infinitas experiencias musicales
de las que, por fortuna, he podido disfrutar, ninguna me resulta tan intensa, tan profundamente
conmovedora, como la que me hace sentir, una y otra vez, el tercero de los últimos cuatro lieder de
Richard Strauss.
Es una canción de apenas cinco minutos, para soprano y orquesta, escrita por el compositor austriaco
en 1948, un año antes de morir. Basada en un poema de Hermann Hesse, habla de los momentos
previos al sueño, cuando nos preparamos para entrar en el “círculo mágico de la noche”. Pocas
personas, pienso, han sido capaces de crear algo tan bello y tan lleno de serenidad como ese breve
Beim Schlafengehen.
Cuando Richard Strauss compuso ese lied, hacía tres años que había terminado la Segunda Guerra
Mundial. Tres años que Hitler y Goebbels se habían suicidado, después de haber sido culpables de la
destrucción de buena parte del planeta y de la muerte de millones y millones de personas. Strauss
había sido colaborador del régimen nazi. Es cierto que trató de proteger a algunos judíos cercanos,
como su buen amigo el escritor Stephan Zweig. Pero también es cierto que no se marchó cuando los
nazis llegaron al poder, como hicieron otros muchos artistas e intelectuales, entre ellos el propio
Zweig.
Se quedó allí, trabajando, supuestamente, a favor de la música “alemana” –que los dioses le
perdonen la barbaridad– y componiendo algunas piezas en honor del régimen. E incluso fue
presidente de la Cámara de Música del Reich, el órgano que controlaba la vida musical alemana y
que, por supuesto, prohibía la interpretación de obras de compositores judíos, de “degenerados”
como Stravinski o de “negros” como los músicos de jazz.
Y, sin embargo, después de haber contribuido al mal supremo, fue capaz de escribir algo tan
sobrehumanamente bello como Beim Schlafengehen. Cuando termino de escucharla, nunca puedo
dejar de preguntarme cómo es posible que alguien que ha visto tan de cerca tanta crueldad, que
incluso ha formado parte más o menos confusa de ella, haya podido encontrar tanta inocencia y
tanta paz dentro de sí. ¿Es tal vez eso, simplemente, ser humano?
Magazine, 11/2/2018
Comprensión
1) Razone si la autora utiliza en el texto argumentos de experiencia personal/ argumentos
de autoridad (extensión máxima: diez líneas).
2) Justifique cuál es, en su opinión, el tipo de estructura que se observa en el texto
(analizante, sintetizante, encuadrada, circular...) (extensión máxima: diez líneas).
3) ¿Cuál es el tema central de este texto, la obra de Richard Strauss o la naturaleza del ser
humano? Justifíquelo con argumentos (extensión máxima: siete líneas).
4) Breve resumen del contenido del texto.